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Los Materiales y El Saponificado
Los Materiales y El Saponificado
Guantes de látex.
Una báscula de cocina, que podamos calibrar, y una de mayor precisión para otros productos.
En lo posible un termómetro de alcohol, que tenga un rango amplio (no usar de mercurio)
Utensilios de plástico, como cucharas para medir, envases, y otros que nos servirán como
moldes.
Muchos paños de cocina o también papel de cocina nos será de gran ayuda.
-Un lugar MUY seguro para guardar nuestro materiales, (con especial énfasis en la soda o potasa
cáustica), lejos del alcance de niños, animales o personas curiosas.
-Siempre mantener cerca vinagre por posibles salpicaduras del material cáustico.
-El mejor lugar para prepararlos, es la cocina, una vez que ha terminado de utilizarla para preparar
alimentos.
– Aceites vegetales.
– Sosa cáustica pura, (Na(OH)), y para jabones líquidos potasa cáustica (K(OH)). Se puede
conseguir en una droguería o en algunos supermercados, (asegurándonos de su pureza, contra
mas pura mejor será el jabón).
– Aceites esenciales, nos pueden servir tambien esencias aromaticas, pero estas solo otorgan al
jabon aroma, mientras que los aceites esenciales además de dar aroma, otorgan sus
propiedades a los jabones.
Cuestión de química…
Los ácidos grasos son de cadenas hidrofóbicas, que en uno de sus extremos poseen un grupo
ácido, CH3-CH2……….COOH. Este último átomo de hidrógeno, reacciona con el sodio,
produciendo la saponificación que es una sal de grasa con sodio. El grado de saturación de estos
ácidos (in-, mono-, poli-insaturados) depende de la naturaleza del aceite, es decir reemplazan
un átomo de hidrógeno por un doble o triple enlace. La glicerina por su parte es un alcohol
tricarboxílico con tres grupos –OH que reaccionan con el sodio de la sosa cáustica. Cuánto más
largas sean las cadenas, las grasas son más sólidas. La tabla de saponificación que se adjunta,
proviene del estudio de los diferentes ácidos grasos y glicerina, en la cual se calcula que cada
átomo de hidrógeno liberado reacciona con un átomo de sodio.
Así como es fácil distinguir un ácido, las bases poseen un sabor amargo. (NO lo compruebe).
Es decir saponificaremos nuestros aceites y/o grasas. El método que voy a describir es el
denominado proceso en frío, ya que es el más simple, y lograremos en forma casera un producto
de mejor calidad.
A continuación incluiré una tabla con los valores de saponificación, consistencia, espuma, y de
yodo presente. Este último es muy importante, ya que cuanto menor cantidad posea nuestra
grasa/aceite, nos dará una barra más dura. (También hablaremos de jabones líquidos más
adelante).
La cera de abejas debe ser usada cuidadosamente, sirve como endurecedor de jabón , no
obstante es aconsejable no usar más del 3-5% de la fórmula o tendrá problemas por un cuajado
demasiado rápido. Se consigue tambien una espuma duradera.
Actualmente se suele disminuir la formula de la sosa cáustica en un 5-8% para crear un jabón
con propiedades más emolientes, o bien agregar a la traza ya preparada (ya explicaremos más
adelante) unos pocos gramos extra de aceite, para añadir mayor poder emoliente a su jabón.
Este proceso se realiza actualmente como una práctica común. Este proceso se denomina
sobreengrasado.
Ejemplo:
-300 gr de aceite de oliva y 500 gr de aceite de coco.
300×0,134= 40,2
500×0,178= 89, Sumando, 40,2 + 89 = 129,2 gr de sosa cáustica, Tratando de ser lo
más exactos posibles en esta cantidad, para lo cual usaremos en lo posible una balanza
más exacta. No calcular el volumen, ya que por ejemplo un litro de aceite de coco, pesa
900 gr.
IMPORTANTE: El agua que utilicemos para disolver esta sosa, debe necesariamente ser pura,
el agua destilada o la utilizada para planchas de ropa es la mas aconsejable.
Esta debe ser en torno al 70% de la cantidad total de lejía que obtendremos al mezclar el agua
y la sosa . En el ejemplo anterior teníamos 129,2 gr de sosa, entonces calcularemos de la
siguiente manera:
(129,2 / 0,3)-129,2 = 301,47 ,Es decir habrá que añadir 301 gr de agua. Si disminuimos
la cantidad de agua, la mezcla saponificará mas rápidamente y nos costara más
trabajar con ella.
SIEMPRE HAY QUE AÑADIR LA SOSA AL AGUA, nunca a la inversa, ya que la reacción que se
produce es exotérmica, es decir produce mucho calor, y puede producir salpicaduras
indeseables. Esto debe ser llevado a cabo en un envase plástico resistente, vidrio o acero
inoxidable.
Las manos con guantes, procederemos a revolver rápidamente la solución agua-sosa, con la
cuchara de madera para evitar una porción de sosa no disuelta obteniendo de esta forma una
lejía que será la que añadiremos a las grasas para su saponificación.
Los aceites los calentaremos a baño maría a unos 50ºC y esperaremos que la solución anterior
baje su temperatura a unos 60ºC. No olvidemos que en muchos casos debemos disolver las
mantecas, cera de abejas, y algún sólido, como ácido esteárico, en los otros aceites, siempre a
baño evitando que hiervan. En este caso también esperaremos a que su temperatura alcance los
50ºC por lo que si estamos utilizando cera de abejas, tendremos que dejar que se enfríen las
grasas después de derretir la cera en ellas.
En algunos casos , podemos efectuar una mezcla de agua-infusión de hierbas en una proporción
aproximada de 1/4-3/4 taza de hierbas por cada medio kilo de aceites.(Nunca olvidemos que el
agua debe ser pura).
Debemos recordar nuevamente que las ollas que utilicemos deben ser de acero inoxidable, ya
que las esmaltadas podrían tener pequeñísimas salpicaduras las cuales podrían reaccionar con la
sosa de nuestro jabón.
Al medir la temperatura de ambos compuestos, 50ºC para los aceites y 60ºC para la sosa,
agregaremos la sosa a nuestros aceites, batiendo con nuestra batidora manual, empezando por
una velocidad baja (si el aparato dispone de selector de velocidades) pasando paulatinamente a
velocidades mas altas. La reacción de saponificación se nota, porque la mezcla se vuelve más
espesa, y cambia de color. Esto puede producirse en unos pocos minutos o un poco más,
dependiendo de los aceites/grasas utilizadas.
Al alcanzar el punto en el cual “ se puede escribir”, es decir la mezcla endurece, debe volver a
revolver cuidadosamente con la cuchara de palo, este punto también se reconoce si se deja
caer un poco de esta mezcla sobre la superficie, ésta se mantiene por algún tiempo, es el punto
de “traza”. En este momento debe tener a mano los moldes, los colorantes que va a agregar, los
aceites esenciales (ya hablaremos de ellos), agregarlos rápidamente revolviendo con la cuchara,
y verterlo en los moldes.
Podemos añadirle tambien colorantes naturales, especiales para este tipo de jabones.
Este es el momento de verterlo en los moldes para hacer jabones correspondientes que habrá
que dejarlos envueltos en mantas o trapos de cocina viejos para que el proceso de
saponificación termine. En este momento el jabón comenzará a subir de temperatura hasta
alcanzar un punto en el que se transforma en un gel. Poco a poco el jabón ser irá enfriando
hasta que quede sólido. En el caso de que añadamos miel al jabón, el molde correspondiente no
se abrigara, ya que el jabón resultante sube mucho de temperatura,
Pasadas 24 horas procederemos a sacar los jabones del molde y procederemos a cortarlo en
trozos (en el caso de que el molde sea para una barra de jabón.
Los dejaremos en un lugar ventilado y oscuro donde se quedará curando durante unas 4
semanas aproximadamente. Durante este tiempo el jabón perderá humedad y el proceso de
saponificación se habrá completado totalmente no quedando sosa activa en el.