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Primer Tiempo: la metáfora paterna actúa de por sí, hay una madre deseante ya
inscripta en el Nombre del Padre. Ese deseo materno significa al sujeto, se
constituye la primera realidad. El niño intenta identificarse con lo que es el
objeto de deseo de la madre, este objeto predominante en el orden simbólico es
el falo. Para agradar a la madre le es suficiente con ser el falo, le atestigua que
puede colmarla, no sólo como niño, sino por lo que le falta. En este tiempo el
niño está en relación al deseo de la madre, es deseo de deseo. Para coincidir con
el objeto de deseo de la madre basta con que el yo de ella se convierta en el otro
del niño. Entonces la metáfora paterna actúa de por sí, en tanto que es la madre
como función donde el sujeto se encuentra con el significante, con el lugar del
Otro que la madre encarna. Esto demuestra que el lenguaje siempre viene del
Otro. La castración actúa de por sí porque origina el deseo materno.
Segundo Tiempo: Lacan lo llama agencia paterna, el padre interviene privando
al niño de su objeto de deseo y a la madre de su objeto fálico. Es el padre
interdictor, omnipotente, que opera como agente de discurso, es el “no”
sostenido. El nombre del padre pone un límite al deseo materno en un doble
sentido articulando la preposición “no te acostarás con tu madre, no reintegrarás
tu producto”, dice “no” al goce de la madre. Corre al niño como principal objeto
libidinal, aparece la rivalidad con el padre. Hay una sustitución de la demanda
del sujeto al dirigirse al otro, es ahora el niño quien demanda a la madre y
cuando lo hace, se tiene que encontrar con la ley del deseo del otro. En este
tiempo el padre real revela al padre simbólico, el padre simbólico debe
encarnarse, aunque de forma imperfecta en el padre real. Por esto ocupa una
función decisiva en la castración, que es marcada por su intervención o
desequilibrada por su ausencia. En este tiempo también se constituye la crisis
esencial por medio de la cual el sujeto encuentra su lugar en Edipo, para que el
sujeto encuentre su madurez genital tiene que haber sido castrado
simbólicamente.
Tercer Tiempo: el padre interviene como aquel que porta el falo y no que es el
falo. Reinstaura el falo como objeto deseado de la madre y ya no como objeto
del que puede privarla como padre omnipotente. El padre se constituye como el
preferido de la madre, la metáfora culmina en la institución de algo del orden del
significante, la identificación termina en el Ideal del Yo. Es la asunción de la
feminidad y masculinidad, asunción de la diferencia. Este padre se presenta
como permisivo y donador, de esta lógica depende la declinación edípica. Si el
niño puede salir del deseo de muerte del padre para identificarse con él, hay algo
de la vertiente del amor, se da el pasaje del padre omnipotente al portador de
falo. La sustitución del deseo de la madre por el significante del Nombre del
Padre es indispensable para que se cumpla la función de falo, es la función que
da su marca al deseo.
2) ¿Qué posibilita la metáfora paterna?
La significación del falo debe evocarseen lo imaginario del sujeto por la metafora
paterna y esto tiene un sentido en la economia del significante, hay una sustitucion. Que
el S Nombre del padre desaloje a S deseo materno, es la condicion del éxito de la
metafora, en tanto estructura al sujeto en tanto neurosis. El nombre del padre sustituye
al deseo de la madre dando como resultado el sujeto articulado al otro y al falo. Permite
introducir una funcion, produciendo una sigificación (de goce) y significante, el falo.
La metáfora paterna abre la dimensión al deseo: Al hablar de deseo estamos hablando
de cómo opera la metáfora paterna y del falo, elevado a significante. La estructuración
del deseo se da a partir de primero, ser el falo de la madre, para lo cuál ella misma debe
estar atravesada por la castración. La metáfora paterna debe actuar a modo de límite, de
corte entre la madre y el niño, la pulsión, el goce debe ser acotado. Sólo así, el niño
podrá incorporar la falta, salir del complejo de Edipo y dar lugar al deseo como motor
de búsqueda.