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Teología de la vida

en el contexto de la evolución y de la ecología

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Lucio Florio

Teología de la vida
en el contexto de la evolución y de la ecología

cd

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Florio, Lucio
Teología de la vida en el contexto de la evolución y la ecolo-
gía - 1a ed. - Buenos Aires : Agape Libros, 2015.
p. ; 21x14 cm.
ISBN 978-987-640- Índice
1. . I. Título.
CDD

Prefacio..........................................................................................9
Introducción...............................................................................15
1. Evolución y ecología como contexto
para una teología de la vida...........................................15
2. La Palabra se ha hecho vida.............................................19
3. Las ciencias y la teología..................................................22
4. Estructura de la obra.........................................................26
Parte I: La vida creada en el pensamiento bíblico ............33
1. Antecedentes de la fe en la creación ..............................36
2. Un Dios de la historia
© Agape Libros, 2015 antes que Dios de la creación.........................................38
© Lucio Florio, 2015 3. El creador pensado desde la Alianza
ISBN: 978-987-640-
y con los materiales de la mitología
y de la contemplación de la naturaleza........................40
Diseño de tapa: María Julia Irulegui
4. Los primeros 11 capítulos del Génesis...........................42
Diseño de interior: Equipo Editorial Agape 4.1. Gn 1,1-2,4a.................................................................42
1ª edición: septiembre de 2015 4.2. Gn 2,4b-3,24...............................................................48
Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723 4.3. Gn 4,1-4,32.................................................................49
4.4. Gn 5,1-10,32...............................................................49
AGAPE LIBROS
4.5. Gn 11,1–9...................................................................52
Av. San Martín 6863
(1419) Ciudad Autónoma de Buenos Aires 5. Poesía y oración
agape@agape-libros.com.ar para traducir la expresividad de la vida......................52
www.agape-libros.com.ar Salmo 104 (103)................................................................56
Impreso en Argentina - Printed in Argentina
Salmo 23............................................................................58
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, Salmo 35............................................................................59
distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la
autorización de los titulares de propiedad intelectual. La infracción de los derechos
6. Voces proféticas sobre los seres vivientes......................59
mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual. Is 34...................................................................................61

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Teología de la vida Lucio Florio

7. Rastros de la Sabiduría creadora en la naturaleza, 6. Un Creador de un mundo abierto:


aun en su aparente violencia o vanidad: la providencia o creación continua de la vida...........126
una economía ontológica añadida a la salvífica .........65 7. Origen del hombre y antropología teológica..............129
8. El Dios que ha hecho todo de la nada 7.1. Origen .....................................................................129
es el que acompaña la vida presente y la futura ........69 7. 2. Monogenismo o Poligenismo. Unicidad
9. El creador de los seres vivientes es paternal.................70 del ser humano. La cuestión del pecado original.......133
10. La Palabra creadora se hizo creatura biológica 8. Teología de los animales.................................................135
o el Logos se hizo vida ...................................................74 9. Teología de la gracia........................................................136
11. Una creación nueva y que espera .................................77 10. Escatología en perspectiva evolutiva..........................137
Perspectivas evolutivas y ecológicas..................................80 11. Teodramática de la evolución......................................138
12. Plan creador focalizado en Cristo.................................81 12. El «Árbol de la vida» o árbol filogenético
13. La plenitud de todo lo que existe .................................82 como símbolo de la historia de la vida.......................144
Visión bíblica: Dios es el Dios de la vida ..........................83 12.1. Breve historia y noción...........................................145
Parte II: Teología evolutiva....................................................87 12.2. Opciones conceptuales ...........................................148
Preliminar: la evolución como tema teológico..................87 12.3. La reducción metodológica y la identificación
1. El hecho, las teorías y las cosmovisiones. de la estructura en la historia de la vida....................150
Cuestiones de epistemología filosófica y teológica.....92 12.4. Enfoques filosóficos.................................................151
1.1. La evolución como hecho...........................................93 Breve balance del valor del árbol de la vida ...................157
1.2. La evolución como teoría...........................................98 Parte III: La crisis ecológica
1.3. La evolución como cosmovisión.............................100 en el cuadro de una teología evolutiva.............................159
2. Teología natural: La evolución cuestiona 1. El Antropoceno ...............................................................159
los accesos racionales a Dios........................................105 2. La base evolutiva de la ecología....................................163
3. ¿Cómo interpretar la Palabra de Dios 2.1. La evolución en tanto hecho....................................163
en el contexto evolucionista? Hermenéutica bíblica.....111 2.2. La evolución en tanto teoría....................................164
4. Una historia de la vida, del ser humano 2.3. La evolución en tanto cosmovisión........................165
y de la salvación: Narración teológica y científica....115
3. Cosmovisión evolutiva y teológica
5. El Dios trino es el responsable en relación con la crisis ambiental...............................166
del proceso evolutivo....................................................118
3.1. Antropología y cristología........................................166
5.1. La evolución no es sólo el fruto del azar,
3.2. Una escatología acelerada.........................................168
sino de un ser personal y misterio de comunión........118
3.3. Oscurecimiento de las huellas trinitarias
5.2. Las personas trinitarias en la creación evolutiva ....119
en la biosfera..............................................................171
5.3. Las misiones trinitarias en una biosfera evolutiva .... 120
4. Biotecnología y modificación interna de la vida ........175
5.4. Los dos niveles de interpretación trinitaria
de la evolución: creación y recreación........................124 Conclusión................................................................................179
5.5. El lugar del “fenómeno humano”
en una teología trinitaria de la evolución..................125 Bibliografía...............................................................................183

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Prefacio

La gran novedad de la ciencia del siglo XIX fue el descu-


brimiento y aceptación de la evolución. En efecto, la imagen
de un universo estático, que partía desde una situación de
imperfección original alterada por el pecado del hombre
fue sustituida por una visión evolutiva de la vida. Se debió
abandonar así la visión tradicional de una perfección pasa-
da y ya perdida, a la que se miraba con nostalgia y lamento,
y considerar el camino del hombre sobre la Tierra como un
movimiento hacia el futuro. Por esta razón, lo que debería
interesar a una teología que se interroga desde una perspec-
tiva evolutiva es el futuro por construir.
Por otra parte, el descubrimiento de la ciencia más im-
portante del siglo XX consistió en llegar a tomar conciencia
de que habitamos en un pequeño planeta con recursos li-
mitados y con equilibrios frágiles.
Ahora bien, si la evolución –como se está percibien-
do– nos promete un proyecto que mira hacia el futuro y
no hacia el pasado, ¿cómo podemos mirar con optimismo
hacia el futuro si nuestro planeta está en riesgo de no re-
sistir al impacto planetario de esta extraña especie que es
el Homo sapiens?
No ha sido fácil el tránsito desde un universo estático
salido con sus perfecciones directamente de la mano del
Creador hasta un universo dinámico –que se hace en el
tiempo, y que se mueve desde situaciones también dramá-
ticas de fuerte imperfección– y evoluciona con mecanis-
mos en parte aleatorios, con un orden que gradualmente
nace y crece en el tiempo.

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El sufrimiento, el dolor, la muerte, para retomar las pa- perspectiva evolutiva. Si la evolución es un “movimiento
labras de Teilhard de Chardin, no entraron en el mundo hacia”, este movimiento no se detiene con la aparición del
como una consecuencia del pecado, sino que forman parte hombre, sino que debe proseguir.
del paño del universo. Se tiene, pues, una creación en la
En la perspectiva teológica debe haber una trascenden-
cual el proyecto de un orden futuro debe ser construido
cia al final del camino de la alianza. Y esta trascenden-
lentamente, gracias a la alianza entre la creatura libre y el
cia sugiere la necesidad, como escribe uno de los mayo-
Creador. Desde ese punto de vista, Abrahám es la figura
res evolucionistas del siglo XX –en esto verdaderamente
clave de nuestra reflexión; con Abrahám nace la conciencia
discípulo de Teilhard de Chardin–, T. Dobzhanskij, que
de que existe un Dios personal que llama a la alianza. Y
la evolución se mueve hacia alguna ciudad de Dios. Este
es el concepto de alianza, que incluye una perspectiva de
“movimiento-hacia” retoma la idea de Teilhard que subra-
movimiento hacia el futuro, el que determina una impor-
ya cómo la humanidad se prepara con su camino sobre la
tante síntesis con la visión evolutiva –al menos en la lectu-
Tierra a fin de estar listos para la venida final del Mesías.
ra que Teilhard de Chardin hace de ella–. De esta manera
Después de todo, retomando una visión del Apocalipsis,
se configura la idea de que tenemos, delante de nosotros,
se trata de la esposa preparada para el esposo; pero esta
una Tierra para construir, a fin de completar el proyecto
preparación, en la que el vestido de la esposa está ador-
que lentamente se ha desarrollado; se trata de una visión
nado por las obras de los santos, tiene necesidad de un
de la creación caracterizada por un lento pero constante
camino que debe ser completado. Debemos plantearnos la
“movimiento-hacia”.
pregunta de cómo la humanidad puede continuar su viaje
Desde el momento del Big Bang, es decir, desde los orí- en el respeto a la fragilidad de la biosfera. Ahora bien, si se
genes de este universo, la materia ha alcanzado progre- trata de un camino que se abre hacia la síntesis final de la
sivamente nuevos niveles de complejidad, dando origen humanidad en Dios, el camino debe proseguir y, entonces,
también a nuevas estructuras que han determinado la el respeto de la biosfera resulta crucial para su éxito.
aparición de objetos ontológicamente nuevos, tales como
En la perspectiva evolutiva, finalmente, la ética ambien-
los seres vivientes. Estos últimos evolucionan en una im-
tal se transforma en un capítulo fundamental de la teolo-
portante secuencia que Teilhard considera que puede ser
gía moral, al permitir el cumplimiento último de la alianza
resumida con una ley general del universo: la de la com-
y la realización del plan de Dios sobre el ser humano.
plejidad y conciencia. La materia se mueve hacia estructu-
ras siempre más complejas hasta la aparición de la vida, Pero veamos más de cerca el problema de la biosfe-
y ésta, en modos diversos y siguiendo también diferentes ra. Teilhard de Chardin individualizaba en la biosfera el
líneas evolutivas, alcanza niveles de complejidad siempre instrumento fundamental para comprender la evolución.
mayor hasta la aparición de estructuras cerebrales. Este Los seres vivientes evolucionan siguiendo los mecanis-
nivel constituye el punto de partida hacia estructuras ce- mos descriptos por los autores de la así llamada “Síntesis
rebrales siempre de mayor complejidad que llevan a los Moderna”, una síntesis que une a la selección natural de
umbrales del pensamiento. Nace la creatura pensante y li- Darwin–Wallace, la genética de Mendel, la teoría cromosó-
bre, capaz del libre albedrío y, por tanto, de comprender mica de Morgan y la modelización matemática que parte
que existe un Dios personal que llama a la alianza. Y es en de las leyes de Mendel. Sin embargo, al lado de estos me-
torno al concepto de alianza para el futuro donde gira la canismos, la investigación científica plantea la existencia

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de otros. Un enfoque teórico sostiene que algunos pasos la estabilidad de la biosfera no detiene el movimiento ha-
de la evolución puedan ser en cierta forma determinados cia el futuro sino que, por el contrario, es su garantía.
por la biosfera, considerada ésta misma como un objeto
Y es aquí donde aparece el problema de nuestro tiempo:
complejo que evoluciona.
estas indicaciones precisas de la ciencia son desatendidas
La biosfera presenta una característica importante: vi- completamente por una humanidad que hoy mira el fu-
vientes y no vivientes interactúan a nivel planetario, en turo sin ningún proyecto. La maximización del provecho
forma tal de mantener parámetros constantes que permi- –que parece ser hoy en día el único objetivo plausible– está
ten la supervivencia de la vida sobre la Tierra. Tales pará- alterando cada vez más velozmente los sistemas de control
metros son, para mencionar algún ejemplo, la concentra- y poniendo en riesgo a su vez la supervivencia misma de
ción de dióxido de carbono y de oxígeno en la atmósfera, la humanidad sobre la Tierra.
la temperatura de la misma atmósfera o la salinidad de los
Como ejemplo baste pensar en el problema persistente
mares, los cuales se mantienen constantes como si fuesen
en la atmósfera de los gases de efecto invernadero y de
verdaderos anillos de retroalimentación que vinculan vi-
vientes y no-vivientes al interior de este gran sistema pla- las partículas de dióxido de carbono, lo que eleva la tem-
netario que es la biosfera. peratura de la atmósfera. Los sistemas de control de la
biosfera hacían que el aumento de la temperatura llevara a
La existencia de estos mecanismos fue propuesta por un desarrollo de las zonas templadas y, por lo tanto, a un
un geólogo italiano, Antonio Stoppani; a su vez, la impor- aumento de los bosques y el fitoplancton. Aumentaba así
tancia de la biosfera como entidad a nivel planetario fue la fotosíntesis de manera tal que el dióxido de carbono era
postulada por Teilhard de Chardin y Vernadskij. Final- re-absorbido y la temperatura descendía de nuevo. Con
mente, la idea de anillos de retroalimentación fue formula- este sistema, la temperatura se mantenía casi constante,
da por James Lovelock. oscilando en torno de un valor bastante estable. En la ac-
El resultado de estas investigaciones sobre la biosfera tualidad, la emisión demasiado rápida de gases de efecto
transferidos a nivel de evolución de la vida sugieren que invernadero está acompañada por una igualmente rápida
los seres vivientes evolucionan en el interior de los me- obra de deforestación y degradación de la calidad del agua
canismos que permiten la estabilidad de los parámetros en el mar. En este punto, el sistema de control amenaza
de la biosfera. Y este es el aspecto fundamental que nos con no funcionar más, y la biosfera tiene probabilidades
llega desde la ciencia: la biosfera permite la evolución de de ser objeto de una crisis de consecuencias imprevisibles.
la vida si ésta se produce en el interior de los mecanismos Como se puede apreciar, en un mundo cultural que pa-
de retroalimentación que mantienen la estabilidad de la rece ver en la ciencia la única solución a muchos proble-
misma biosfera. mas de la humanidad se desatiende las indicaciones pre-
Es esta, en el fondo, la novedad más interesante: la es- cisas que la misma ciencia aporta acerca de la estabilidad
tabilidad de la biosfera no detiene la evolución, sino que de la biosfera.
garantiza su desarrollo en el futuro.
Aquí es donde entra en juego la necesidad de que la
Si la humanidad quiere continuar este camino, por lo teología haga propias estas indicaciones y las relacione con
tanto, debe comprender necesariamente que el respeto de el proyecto del camino de la humanidad hacia el futuro. El

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final trascendente hace necesario un diálogo más íntimo


entre ciencia y teología, a fin de permitir la supervivencia
de la humanidad sobre este pequeño planeta en el cual res-
ta cumplir todavía un largo camino.
La síntesis de Lucio Florio, que reúne conjuntamente Introducción
una rigurosa formulación bíblica, una óptima información
científica y la perspectiva final dada por la ética ecológica
viene a constituir, por tanto, un importante instrumento
para el teólogo y para el hombre de cultura. Con la espe-
ranza de que no sea demasiado tarde...
1. Evolución y ecología como contexto
para una teología de la vida
Ludovico Galleni La conciencia de que somos parte de una historia evo-
Università di Pisa e Istituto Superiore di Scienze Religiose lutiva de la vida se ha consolidado casi al mismo tiempo
Pisa (Italia) en el que percibimos las dimensiones de una crisis ecoló-
gica que la amenaza seriamente. Con el conocimiento del
pasado de la vida emerge una visión prospectiva de su
posible final.
Por una parte, desde el siglo XVII y especialmente,
desde la segunda parte del XIX (Darwin, Wallace) se ha
afianzado la conciencia de que conformamos parte de una
historia de la vida que se remonta a más de 3.000 millones
de años. La idea de una historia común y evolutiva de las
especies y de la biosfera en su conjunto constituye un co-
nocimiento adquirido por la comunidad científica.1 Tam-
bién el puesto del ser humano está nítidamente asentado
dentro de un paradigma evolutivo; se lo considera como
un eslabón más dentro de la cadena de interacción evoluti-
va, como una pequeña punta en el árbol filogenético.

1 
La historia y características de la explicación evolutiva de la vida
serán mencionadas en algunos pasajes, pero se sugiere el coteja-
miento con la presentación actual de la biología evolutiva. Al res-
pecto, sigue siendo útil el clásico texto de D. Futuyma, Evolution, así
como las presentaciones más divulgativas (cfr. E. Larson, Evolution.)

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Por otra parte, en forma casi simultánea a la percep-


ción evolutiva, se ha llegado a tomar conciencia de un
fenómeno preocupante: el estar en un momento suma-
mente crítico del proceso de la evolución. En efecto, en
el mismo momento en que el ser humano sabe acerca
de su condición de parte de una compleja y larga histo-
ria de biosfera, sabe también que ha ingresado en una
etapa destructiva de la misma. Y, además, descubre que
este nuevo estadio histórico de la vida, en el que ésta
comienza a estar seriamente amenazada, es responsabi-
lidad suya.
En síntesis, la conciencia de conformar una parte de la
historia de la vida, que ha conocido diversas etapas, le lle-
ga en el Antropoceno, el período en el que el mismo Homo
sapiens modifica peligrosamente las condiciones para la
vida en el planeta. Esta nueva edad para la biosfera está Fig. 1: La historia de la Tierra en 24 horas.
caracterizada por una modificación radical de la corteza
terrestre y de su clima, así como por un empobrecimien- gica. 2 Este es precisamente el interés de esta obra: el de
to de la biodiversidad de tal magnitud que se habla de la reflexionar sobre la vida evolutiva y amenazada en una
“sexta extinción”, que incluso podría significar la desapa- unidad. Pero su óptica será prioritariamente teológica.
rición del mismo ser humano. Hay ya numerosas obras sobre teología de la evolución
y sobre teología ecológica o eco-teología.3 Nos remiti-
Si utilizáramos el conocido gráfico del reloj de 24 horas remos en buena parte a las discusiones ya entabladas,
para graficar la vida, veríamos cómo en los últimos mi- de notable interés para la fe reflexiva. En la primera
nutos ha aparecido el ser humano y, en el cercano último parte, se tratará de la teología evolutiva, dando por
segundo (desde el siglo XIX), la posibilidad de devastación
de la biodiversidad a pasos tan acelerados nos hace presa-
giar poco tiempo más del segundo día, al menos para una 2 
«Esperamos que en el futuro, cuando teólogos y cristianos estén
enorme mayoría de especies. mejor informados sobre el universo tal como lo estaban los cristia-
Esta encrucijada para la evolución de la vida será el nos cultos del siglo XIII, se podrá dar por supuesto el conocimiento
científico de este tipo. Pero en la actualidad parece una necesidad
tema de reflexión de la presente obra. La evolución y la inevitable insistir en una enorme base de datos en beneficio de la
crisis ecológica serán los dos hechos sobre los que se inten- discusión» (K. Schmitz-Moormann, Teología de la creación en un mun-
tará ejercitar una labor de intelección teológica. do en evolución, 16).
3 
La reciente aparición de la Carta Encíclica Laudato si’ del papa
Aunque ya se ha generalizado el estudio de la evo- Francisco recoge buena parte del movimiento teológico y pastoral
lución biológica y de la ecología en forma interconec- concerniente a la problemática ambiental en una síntesis orientada
tada, no es frecuente que se lo aborde en el área teoló- por la idea de una «casa común» que el ser humano debe cuidar.

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descontado tanto la consolidación del hecho evolutivo da “vida”, cuya estructura y forma de manifestarse en el
como un dato incuestionable, como la necesidad de un tiempo es estudiado por la biología evolutiva y, en su faz
abordaje teológico de éste. de fenómeno interrelacionado, por la ecología.
El libro es, pues, esencialmente teológico: su perspec-
tiva pretende ser la de un creyente que, informado cien- 2. La Palabra se ha hecho vida
tíficamente, se pregunta por el misterio de la vida. Ésta
presupone una larga prehistoria cósmica y una historia de La afirmación de Jn 1,14a5 ha producido a lo largo de es-
miles de millones en el planeta Tierra. Es evolutiva, es de- tos últimos dos milenios un permanente fluir de reflexiones
cir, ha ido modificándose, y se encuentra en una fase críti- y teorías. El Verbo se hizo carne significa que se metió en la
ca, producto de la acción desmedida de una de las especies creación, incorporándose a la corriente de materia y de vida
aparecidas en el trayecto de la historia de la biosfera. Esta del universo y del planeta Tierra. La Palabra eterna se inser-
especie, el Homo Sapiens, es, para la visión bíblica, un suje- tó en el mismo proceso que unifica al conjunto del universo.
to privilegiado de todo el proceso que es concebido como En el hombre Jesús de Nazareth, ella incorporó los elemen-
creación e historia salvífica. El ser humano es, en efecto, tos químicos originados germinalmente en el Big Bang y dis-
imagen y semejanza, destinatario de la alianza y especie en criminados en el proceso de composición de las estrellas. Su
uno de cuyos organismos se encarnó el Hijo de Dios. cuerpo, originado del primer Adán (cfr. Lc 3,22-28), provie-
ne de la arcilla del universo: es “polvo de estrellas”, hecho
Las disciplinas sobre las que se apoya esta reflexión de materia fraguada al calor de los focos estelares. Su carbo-
teológica serán la biología evolutiva y la ecología.4 Estas no, su oxígeno, su nitrógeno dependen de aquellas enormes
ciencias, hoy sumamente complejas internamente, serán la calderas donde se diversificó la materia.
base para procurar una reflexión teológica sobre la vida.
Naturalmente, las disciplinas científicas involucradas ne- Pero, además, Jesús de Nazareth es un ser viviente.
cesitan de una filosofía que las conduzca hacia un nivel Por ese motivo, la expresión del prólogo joánico podría
meta-científico, a fin de ser aptas para una comprensión ser traducida como: “la Palabra se hizo vida”. Corre por
teológica. Por ese motivo, una filosofía de la biología y de su cuerpo el genoma de Adán, del primer hombre, en un
la ecología actúa como presupuesto. De todos modos, el indescifrable instante, probablemente en algún lugar del
nivel epistemológico en el que se inscribe la presente obra África oriental. Su patrimonio genético depende de aque-
es el de una comprensión de la realidad creada denomina- lla corriente de humanidad que ha llegado hasta María, su
madre y, a través suyo, hasta él mismo. Aún más: su ser
viviente es parte de una corriente de vida extremadamente
compleja, en una historia filogenética que se remonta hacia
4 
En el mencionado manual de Futuyma hay un breve punto sobre millones de años atrás, a través de una pluralidad asom-
ambiente y conservación (“Environment and conservation”, 628- brosa de individuos y especies que le han precedido. Es
629) en el que se hace referencia al uso de la información filogenéti- parte, pues, de la misma historia de la vida.
ca, así como de la biogeografía evolutiva y métodos genéticos para
colaborar en esfuerzos de conservación. Por otra parte, hay publi-
caciones dirigidas explícitamente a relacionar ambos campos de es-
tudio (p.ej., Ecology and Evolution: http://onlinelibrary.wiley.com/ ὁ λόγος σὰρξ ἐγένετο: traduciremos indistintamente como Verbo o
5 

journal/10.1002/). Palabra la expresión Logos.

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La afirmación del Concilio de Calcedonia (451) respecto El proceso cósmico y biológico, en cierto modo, confluyó
de la naturaleza humana de Cristo –es decir, que Cristo es en el hombre Jesús de Nazareth. Dicha confluencia no fue
verdaderamente hombre como también es verdaderamen- la de un plan fríamente diseñado y férreamente aplicado a
te Dios–6 adquiere mayor densidad de sentido cuando se través de un proceso finalista de carácter mecanicista. Por
piensa lo humano no como una realidad aparecida en un el contrario, se trató de un proyecto relativamente abierto,
pasado muy reciente, preparada casi ad hoc para la encarna- a través de una cierta flexibilidad a la vez azarosa e inteli-
ción, sino como una entidad viviente, producto de millones gente de la vida, creada remotamente en el Big Bang inicial
de años de historia, y entrelazada con una red de seres que y concretamente hace unos miles de millones de años en el
comparten con ella su condición de seres vivos. El Logos se planeta Tierra, hasta ahora el único conocido que incluye
hizo vida, es decir: biosfera, estructura genómica, depredador y una biosfera.
depredado, respirante, instintivo, sensorial, mamífero, homínido,
ecosistema, ser neuronal, empático, gregario, etc. La visión teológica de la vida se fundamenta en la re-
velación bíblica. Ella habla de la vida desde la perspecti-
La teoría acerca de una evolución biológica, originada va divina, aunque valiéndose de los conocimientos de la
en el siglo XIX, produjo un ensanchamiento del marco de época en los que fueron escritos los textos. Según el AT, la
comprensión de lo humano y, de este modo, también de vida es creada, sostenida, animada por el espíritu de Dios,
la cristología. Si en algún momento se pensó que la acep- manifestadora de algo del esplendor de su creador. Dios
tación de la evolución podía comportar una disminución aparece como el creador, quien a través de su palabra di-
en la valoración teológica de la condición humana, hoy se señó y llevó a cabo una obra de la que nadie conoce en sus
piensa lo contrario: un proceso de evolución –azaroso en
lugares recónditos ni en sus orígenes (cfr. Job 28-29). Pero
sus mecanismos pero con cierta estructura lógica inserida
Dios es también quien permanentemente está viniendo y,
en su patrimonio genético– condujo hacia la criatura hu-
además, quien habrá de renovar de raíz la misma vida en
mana, destinatario de la alianza y sujeto de la encarnación.
su conjunto. Para el NT, la vida adquiere mayor densidad,
pues por la encarnación y la pascua no sólo el Hijo se inte-
gra en la corriente de la biosfera sino que provoca en for-
6 
El Concilio señala que “… se ha de reconocer a uno y el mismo ma efectiva la novedad cósmica y vital a la que aludía el
Cristo, hijo, señor, unigénito, en dos naturalezas sin mezcla, sin mu-
tación, sin separación, sin división. De ninguna manera suprimida la
AT. A su vez, el Espíritu Santo aparece generando aquella
diferencia de las naturalezas por la unión, sino más bien salvada la novedad biológica que es la nueva vida recreada desde el
propiedad de cada una de las naturalezas, que concurren a una per- misterio pascual. Por su parte, en una visión final del NT,
sona (prósopon) y una hypóstasis…” (DS 302). Algunos autores han el Apocalipsis presenta al conjunto de los seres vivientes
cuestionado a esta fórmula su falta de integración de la historicidad delante del Cordero.
de Jesucristo –con lo cual también se derivaría la ausencia de una
dimensión de integración en la historia de la vida que se quiere su- Toda la visión bíblica está descripta con una idea intuiti-
brayar en el presente ensayo–. Sin embargo, una hermenéutica de la va de la vida. Obviamente, no existe un análisis experimen-
fórmula permite considerarla en lo que pretendió: precisar la doble tal o científico del fenómeno, sino una percepción –profun-
dimensión de Cristo y la unidad sin confusión de sus naturalezas.
Con ello evitaba la disolución monofisista o la separación de cuño da y por momentos transida de admiración y de lirismo– de
adopcionista (cfr. S. Zañartu, “Reflexiones sobre la fórmula dogmá- una realidad de la que se es parte y que desborda en seres
tica de Calcedonia”, 155-184). y formas innumerables. La ciencia contemporánea, aunque

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balbuceante al momento de definir lo que es exactamente la do en el terreno del diálogo y llegando hasta la tentativa
vida,7 presenta una visión asombrosa, tanto por la plurali- teología de integración de datos científicos en su propia
dad de seres que describe como por su historicidad evolu- actividad específica. Precisamente, puesto que el punto de
tiva. En particular, la explicación evolutiva de la vida –sin vista del presente trabajo es de carácter teológico, interesa
la cual, todo en la biología carecería de sentido–8 posibilita incorporar en el pensamiento sobre la fe los datos y meto-
descubrir la acción creadora y recreadora de Dios bajo un dologías científicas. En otras palabras, el objetivo del pre-
prisma absolutamente maravilloso. Somos parte de la his- sente proyecto es el de una comprensión de la visión de fe
toria de la vida, y el mismo Logos recoge y prolonga esa sobre la vida en el marco de la racionalidad de las ciencias
historicidad evolutiva. De acuerdo al cuadro comprensivo biológicas contemporáneas. Se presupone la independen-
elaborado por P. Teilhard de Chardin, la cristogénesis se ha- cia entre las disciplinas científicas y teológicas, así como la
bría insertado en la vastedad de los procesos de cosmogéne- posibilidad de un diálogo entre ellas en materias que les
sis, biogénesis y noogénesis.9 son comunes, respetando claramente la originalidad de las
metodologías y perspectivas de las ciencias y de la teolo-
gía. Se apunta, pues, hacia la posibilidad de una integra-
3. Las ciencias y la teología ción desde la perspectiva de la teología que, en cuanto fe
Las ciencias y la teología tienen diversos modos de in- iluminada por la razón, utiliza las dimensiones científicas
greso a la realidad, aunque no necesariamente excluyen- de esta última para pensar aquello que constituye su ob-
tes. Se han formulado diversas tipologías para sistematizar jeto de estudio, es decir, el Dios revelado y el resto de las
los vínculos entre ciencia y religión o ciencia y teología. realidades creadas a partir de esta óptica.12
Uno de ellos, ya devenido en clásico, clasifica en cuatro La teología de la vida que se postula en esta obra pue-
las posibles relaciones: conflicto, independencia, diálogo de también ser conceptualizada desde las categorías suge-
e integración.10 En el cuarto de estos pasos es en donde se ridas ya desde Wilhelm Dilthey, quien distinguió, a través
pretende situar este trabajo. Es decir, supuesta la supera- de los verbos entender y comprender (Erklären y Verstehen)
ción del conflicto y asumiendo la diversidad metodológica una doble modalidad del conocimiento humano –que en su
que confiere independencia a las disciplinas,11 ingresan- perspectiva son excluyentes una de la otra–. Paul Ricoeur
ha proseguido esta temática13, señalando que: “El debate
entre explicar y comprender es antiguo y se refiere, al mismo
7 
Cfr. R. Vicuña, «La complejidad molecular de la Biblia», 55-78.
8 
T. Dobzhansky, «Nothing in Biology Makes Sense except in the
Light of Evolution», 125-129.
9 
Cfr. I. Nuñez de Castro, Teilhard de Chardin: el hombre de Ciencia y 53-95: la traducción utiliza el acróstico de la expresión en castellano,
el hombre de Fe, 8-14. MANS, en lugar del original NOMA).
10 
Cfr. I. Barbour, When Science Meets Religion: Enemies, Strangers, or 12 
Una exposición sobre las relaciones entre teología y ciencias en: L.
Partners? 2013. Galleni, Ciencia y Teología. Propuestas para una síntesis fecunda,
11 
Independencia que Stephen Jay Gould denominó: “Non-overlap- 101-112. También, cfr.: G. Tanzella-Nitti, “Scienze naturali, utilizzo
ping magisteria” (NOMA), es decir, magisterios no superpuestos in teologia”, 1273-1289.
para referirse a los campos autónomos de la ciencia y la religión (cfr. 13 
P. Ricoeur, Del texto a la Acción. Ensayos de Hermenéutica II, 131-
S. Jay Gould, Ciencia versus religión. Un falso conflicto, especialmente 134; 149-168.

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Teología de la vida Lucio Florio

tiempo, a la epistemología y a la ontología”.14 De este modo, Este marco epistemológico resulta útil para intentar
no sería posible transferir en forma reduccionista las pro- relacionar la teología con otra disciplina originada en el
blemáticas ligadas al conocimiento o al ser a la hermenéu- terreno de las ciencias naturales, tal como es la biología
tica y a las ciencias sin más. Tanto las disciplinas ligadas a evolutiva. Se trata de dos modelos heterogéneos, uno ci-
la interpretación –ciencias humanas en general– como las mentado en el ámbito del “comprender” y el otro en el
relacionadas con el conocimiento experimental del mundo del “explicar”. La distinción es importante: los lenguajes
–ciencias naturales–, de alguna forma, tienen que ver con son claramente diversos, uno marcado por la literatura
problemáticas de conocimiento y de ontología. Ni las hu- y la historia, y el otro por las observaciones empíricas y
manidades prescinden del ser, ni las ciencias naturales son las formulaciones cuantificadas. Sin embargo, ambos in-
un mero reflejo de lo que pasa afuera. Ricoeur desarrolla al- cluyen elementos explicativos y comprensivos, aunque en
gunos artículos para cuestionar la dicotomía entre explicar proporciones diferentes. Por otra parte, y puesto que en
y comprender, como dos campos epistemológicos distintos última instancia lo que se propone aquí se inscribe dentro
y referidos a modalidades de ser irreductibles.15 El filóso- del quehacer teológico, hay una búsqueda de unificación
fo francés entiende que hay una circularidad hermenéutica de los conocimientos, puesto la visión de fe excluye una
que integra al explicar y al comprender.16 Incluso añade que lectura disyuntiva entre ambas modalidades de conoci-
en el comprender hay parte del explicar y viceversa.17 miento de la realidad.18
Al abordar una teología de la vida en el contexto evo-
lutivo y ecológico se emprende un camino metodológico
14 
Op. cit., 149. complejo, en el que se entrecruzan datos y métodos ori-
15 
Según Ricoeur, existe una cuestión clave: la de saber «si las cien- ginados en las ciencias naturales –y al interior de ella en
cias, sean ciencias naturales o ciencias del hombre, constituyen un distintos niveles epistemológicos: datos, hipótesis, teorías–
conjunto continuo, homogéneo y finalmente unitario, o si, entre las
con otros provenientes de la filosofía de las ciencias –y, en
ciencias naturales y las ciencias del hombre es necesario establecer
un corte epistemológico. En este primer nivel del problema los tér- particular, de la biología– con aquellos provenientes del
minos “explicar” y “comprender” son los emblemas de dos campos terreno de la fe, cuyo soporte racional está conformado por
enfrentados. En este duelo, el término “explicación” designa la tesis escritos y tradiciones orales, lo cual lleva sobre todo hacia
de la no diferenciación, de la continuidad epistemológica entre cien- el terreno de la hermenéutica. Una teología de la vida es,
cias naturales y ciencias del hombre, mientras que el término “com- por lo tanto, el producto de un cruce entre hermenéutica,
prensión” anuncia la reivindicación de una irreductibilidad y de una
ciencias naturales y fe teologal.19 La pluralidad de saberes
especificidad de las ciencias del hombre. Pero, ¿qué es lo que puede
fundamentar, en última instancia, este dualismo epistemológico, sino
el presupuesto de que en las cosas mismas el orden de los signos y
de las instituciones es irreductible al de los hechos sometidos a leyes? 18 
Cfr. G. Lorizio, Una prospettiva teologico-fondamentale, 27-50 (espe-
(...)» Agrega: «El objeto del presente ensayo es poner en cuestión la cialmente: 44-50).
dicotomía que asigna a los dos términos, comprensión y explicación, 19 
«En el capítulo 1, rechazo la idea de que el dominio de la fe re-
dos campos epistemológicos distintos, referidos, respectivamente, a ligiosa y el dominio del pensamiento científico estén ejemplificados
dos modalidades de ser irreductibles» (op. cit., 149). por nociones de racionalidad rivales que se oponen. Sostengo, por el
16 
Op. cit., 195. contrario, que estas diversas y aparentemente incompatibles estrate-
17 
Cfr. H. Villarino «Explicar y comprender: prolegómenos al deba- gias de racionamiento en realidad comparten los recursos de la ra-
te Ricœur-Changeux», 181-212. cionalidad humana y, por lo tanto es posible relacionarlas median-

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puede generar una incertidumbre que sólo puede ser miti- La segunda parte procura presentar, en forma sintética,
gada con una actitud continua de docilidad ante los datos una visión teológica sobre la evolución. Sin duda, el debate
y de seriedad ante la crítica racional, originada en las di- sobre el modo explicativo de la evolución es muy actual:
versas ciencias. La vida es todo: esta planta, esta línea evo- hay muchos datos, especialmente de la genética, que exi-
lutiva, este ecosistema, este hálito o alma, esta conciencia, gen completar o repensar la teoría sintética, difundida en
esta búsqueda permanente de interrelación con lo absolu- el mundo científico hasta nuestros días. Aunque en algún
to; y, para el terreno del creyente bíblico: este diálogo y momento remitamos a algunos debates especializados,
este encuentro personal con el Dios viviente, integrado en tratamos de movernos en el núcleo de la evolución y lo
el cauce de la vida de la que forma misteriosamente parte. que puede significar para el pensamiento teológico. En
particular, nos interesa practicar una teología evolutiva, es
decir, una reflexión teológica que incorpore en su interior
4. Estructura de la obra los elementos más importantes de la visión evolutiva de
El libro consta de tres partes: la primera, una teología la vida.
bíblica de la vida; la segunda, una teología de la evolu- En la tercera parte se aborda la cuestión de la teología
ción; finalmente, una tercera sobre teología ecológica o ecológica o “eco-teología”. Desde hace algunas décadas20
“eco-teología”. se ha desarrollado una reflexión creciente sobre los temas
En la primera se hace una lectura de los textos bíblicos ambientales pensados desde la racionalidad de la fe. Existe
en búsqueda de elementos de una teología de la vida. El hoy en día una creciente bibliografía al respecto, tanto des-
objetivo es el de asumir la visión que las Escrituras ofrecen de un orden teórico como desde un campo más aplicado
del fenómeno vital, permitiendo situarlo en la preocupa- (pastoral ambiental, etc.). Si hasta hace unas pocas déca-
ción religiosa que las anima. Sin cometer anacronismos, das parecía un tema exótico, hoy se reconoce que se trata
dejando que las lecturas histórico-críticas sean las que pri- incluso de una cuestión que afecta a la misma población
men, se practica algunos esbozos de interpretación evolu- humana y su futuro, por lo que no puede estar ausente en
tiva y ecológica de los textos. la consideración teológica. Nos interesará, en particular,
acoplar la crisis ecológica a la historia evolutiva y, a ambas,
a la historia de la salvación o economía. Puesto que, si se
trata de un gran proyecto creador y recreador, focalizado
en Cristo y su relación con el ser humano, pero extendido
al resto de la biosfera y del cosmos, resulta significativo
te un diálogo interdisciplinario… Sostengo que es precisamente en
un eventual final catastrófico. Una creación evolutiva tan
un diálogo interdisciplinario donde hallamos un vehículo adecuado
para un estudio de caso concreto como la ciencia y la teología sobre el
carácter único del ser humano. También sostengo la transversalidad
como dispositivo heurístico interdisciplinario que abre nuevas formas
de traspasar los límites existentes entre las ciencias, y para identifi-
car aquellos espacios interdisciplinarios donde la relevancia del co- En especial desde la publicación del ya clásico artículo de L. White
20 

nocimiento científico pueda ser trasladada al dominio de la teología («The Historical Roots of Our Ecologic Crisis», 1203–1207) en el cual
cristiana y viceversa» (J. Wentzel van Huyssteen, Alone in the World? se hacía responsable al pensamiento bíblico por la crisis ambiental
Human Uniqueness in Science and Theology, Introduction, XV). originada en Occidente.

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fecunda, un “teodrama”21 tan impactante por la donación evolutivo sino también sobre cuestiones de ontología de la
del Hijo encarnado, culminando de una manera destructi- vida tales como el azar o el finalismo, la estructura puramen-
va y entrópica. La teología puede aproximar alguna pala- te material del proceso, la auto-organización y la neguen-
bra a este final trágico aunque todavía evitable. tropía, etc. Como la historia misma de las ideas evolutivas
demuestra, la aparición de las teorías sobre la evolución no
Lo que se procura abordar en esta obra es una teología
de la vida evolutiva y amenazada, pensada desde la reve- pudo nunca desembrazarse de incidentes con el área de la re-
lación bíblica entre los marcos de comprensión del fenó- ligión, debido a que ciertas afirmaciones parecen confrontar
meno de la vida vigentes en nuestro tiempo. Se trata, pues, directamente con contenidos centrales a la fe, especialmente
de una teología de la vida evolutiva y una eco-teología, aquellos de raíz bíblica (origen de la vida y del hombre, teleo-
interrelacionadas entre sí. El fondo teológico básico es la logía, etc.). En nuestro tiempo resulta menos conflictivo que
creación de una vida evolutiva, en la que la Palabra se hizo en décadas anteriores el asumir teológicamente la evolución,
vida, y una vida vulnerable y, en la actualidad, también al menos dentro de tradiciones teológicas que no se atan a
amenazada. la letra de los textos sagrados. De allí que la teología de la
evolución produzca tanto interés, en cuanto modo creyente
Las tres partes que componen el libro están interrelacio- de pensar el complejísimo fenómeno descripto por parte de
nadas, de manera que se iluminan unas con otras. La lectura la biología evolutiva. A partir del marco de una evolución
bíblica ha de ser complementada con una reflexión sobre el biológica pensamos lo que la vida significa para una fe que
modo concreto como se ha manifestado la vida en forma de cree en el Hijo hecho cuerpo biológico humano. Finalmente,
evolución, algo que hoy conocemos de un modo absoluta- la aparición de una época nueva para la biosfera –el Antro-
mente más detallado que hace dos o tres siglos. Pero tam- poceno– con perspectivas dramáticas para la biodiversidad y
bién debe prolongarse en una visión ecológica, debido a que el futuro de la vida en el planeta, exige una lectura teológica
la dramática situación de la biosfera amenazada obliga a que, inspirada en las fuentes bíblicas, permita atisbar el sen-
interrogarse sobre el conjunto del designio salvífico bajo las tido del proceso en el que vivimos. Precisamente, este punto
coordenadas de una probable catástrofe. En segundo lugar, de la historia de la vida es la hendidura por donde ingresar
las teorías evolutivas consolidadas sobre todo a partir de la en una teología de la vida en clave ecológica. La crisis am-
segunda mitad del siglo XIX reclaman una filosofía de la bio- biental generalizada ha de ser interpretada como un signo
logía evolutiva que se interrogue no sólo sobre el mecanismo de los tiempos desde el punto de vista teológico. La inédita
situación de la vida puesta en riesgo por la mano humana ne-
cesita ser abordada por el pensamiento creyente. Ahora bien,
esta teología ecológica no puede pensarse al margen de la
La expresión “teodrama” pertenece a H. U. von Balthasar, y ha sido
21 
historia de la evolución biológica, cuyo último segmento está
aplicada a la teología de la vida por autores como J. Haught y, sobre
todo, C. Dean-Drummond (cfr. C. Dean-Drummond, Christ and Evo- constituido por el Antropoceno. De allí que la teología eco-
lution. Wonder and Wisdom, London, SCM Press, 2009; una exposi- lógica y la teología evolutiva se necesitan mutuamente para
ción en: L. Florio. «Creación y teodrama: incorporación de la histo- poder interpretar el momento actual de la biosfera.
ria de la vida en el horizonte de la Teodramática de H. U. von Baltha-
sar»; Repositorio Digital de la UCA: http://bibliotecadigital.uca.edu. Finalmente, aunque las partes se deban leer en forma
ar/greenstone/cgi-bin/library.cgi?a=d&c=Ponencias&d=creacion- circular o interactuando entre ellas, también pueden ser
teodrama-incorporacion-historia-vida (consulta: 9-05-2015). recorridas en forma autónoma.

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Los biblistas, biólogos y ecólogos, sin duda alguna, de fe que quieren pensar científicamente lo que creen. Sin
percibirán imprecisiones o visiones simplificadas respecto embargo, quienes provengan de ámbitos biológicos o se
de sus propias disciplinas en las páginas que siguen. Eso muevan dentro de una cultura prioritariamente científica
constituye parte del riesgo de proyectos integradores, en podrán informarse sobre el esfuerzo de los creyentes que
este caso de orden teológico, que tienden a simplificar a no abandonan el proyecto por vincular su visión de fe con
fin de poder interconectar disciplinas diversas, para poder la originada en los ámbitos de la racionalidad empírica de
enfocar un fenómeno único como el de la vida. las ciencias. Y, entre otras cosas, podrán percibir que las
simplificaciones respecto de la actitud de los creyentes so-
bre la evolución son, por lo menos, injustas, ya que hay
Notas una larga discusión acerca de sus consecuencias en la com-
Para la citación bíblica recurriremos a la Biblia –de edi- prensión de la fe.
ción argentina– “El Libro del Pueblo de Dios” por su tra- Agradezco a quienes han colaborado para la concre-
ducción accesible y pastoral.22 Algunas citas completas son ción de este libro. En particular, a la Prof. y Trad. Aman-
transcriptas por razones esencialmente didácticas, asu- da Zamuner, quien ha leído, corregido los manuscritos y
miendo el hecho de que esto implica un acrecentamiento colaborado con las traducciones. También a los miembros
en el volumen del texto. A menos que se especifique, las de los distintos foros de intercambio que han permitido
traducciones son de nuestra autoría. madurar los temas de este texto, especialmente al círculo
Se ha agregado una lista bibliográfica completa de las de la Fundación DeCyR, los miembros y colaboradores de
obras que son citadas a pie de página de manera sintética. la revista “Quaerentibus. Teología y Ciencias” y al grupo
Puesto que la obra es, parcialmente, una fusión de trabajos del Seminario Permanente de Teología, Filosofía, Ciencia y
propios, estos aparecen citados junto a otros que implícita- Tecnología de la UCA.
mente están contenidos en el texto
Al tratarse de un trabajo teológico interdisciplinario,
los especialistas de las diversas áreas podrán sentirse de-
fraudados por algunas simplificaciones. Por lo cual, un
biólogo deberá hacer el esfuerzo por comprender algunos
textos teológicos, y un teólogo o simplemente creyente,
deberá hacer lo propio con algunos datos extraídos de las
conclusiones de los científicos. Parafraseando a Copérni-
co, quien en el De Revolutionibus Orbium Coelestium acla-
ró que escribía como matemático para matemáticos, se
podría decir que este es un texto teológico para personas

Fundación Palabra de Vida, El Libro del Pueblo de Dios. La Biblia,


22 

Bs. As., 1999 (21ra. ed.)

30 31

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Parte I
La vida creada en el pensamiento bíblico

“Respecto a la creación de todas las cosas


leemos que él lo dijo y fueron hechas, él
lo mandó y existieron. Por tanto, si la pa-
labra de Cristo pudo hacer de la nada lo
que no existía, ¿no podrá cambiar en algo
distinto lo que ya existe? Mayor poder
supone dar el ser a lo que no existe que
dar un nuevo ser a lo que ya existe” (San
Ambrosio, Sobre los misterios, Núm. 53).

Los textos bíblicos fueron elaborados –en forma oral, pri-


mero, y sistematizados luego por escrito– aproximadamente
entre los siglos X a.C y el I de nuestra era. Por lo tanto, care-
cen de una preocupación por las ciencias naturales tal como
éstas son concebidas a partir de la edad moderna. Aunque no
falten observaciones sobre el comportamiento de la naturale-
za que constituyen una ciencia en un sentido embrionario,23

23 
En algunos pueblos de Medio Oriente y, en menor medida, en Is-
rael había una ciencia desarrollada, particularmente la astronómica, si
bien en íntima conexión con lo religioso. Tal como lo señala un estudio
sobre el tema, (J. K, Cooley, Poetic Astronomy in the Ancient Near East:
“Comparada con la práctica mesopotámica actual, la ciencia celestial
en el Israel del preexilio era relativamente sencilla; esta simplicidad
estaba impulsada por recursos modestos” (286). El autor investiga re-
flejos de alguna religión astral y la regulación del calendario en algu-
nos textos bíblicos: Jos 10; Jue 5; 2 Reyes 20:1–11 e Is 38:1–8, 21–22; Gen

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nos hallamos en una época y en un medio cultural todavía De allí que perspectivas tales como las de la evolución
muy lejanos al del método experimental moderno. Por ese biológica (teoría fraguada a partir del siglo XIX) o la eco-
motivo, una lectura con el método histórico-crítico nos pone lógica (disciplina constituida en el siglo XX) estén ausen-
delante de un mensaje de la acción de Dios en la historia y en tes de la intencionalidad de sus autores. Por consiguiente,
la creación escrito mediante categorías de observación inge- procurar descubrir una teología evolutiva y ecológica en
nua o mediante una ciencia básicamente observacional. En los mismos textos es una tarea anacrónica si utilizáramos
efecto, la cosmología en la que se mueven los autores bíblicos para ello únicamente el método histórico-crítico. Ahora
es la propia de la época pre-científica, de carácter fundamen- bien, es posible integrar estas nuevas visiones científicas
talmente intuitiva (Figura 1). El fenómeno de la vida, por su –si se emplea un concepto amplio de inspiración–24 en las
parte, es comprendido como algo dado por Dios, una parte que el lector de otras épocas, diversas a la de la escritura
privilegiada del acto creador, dependiente de él y manifesta- de la Biblia, participa de algún modo de ella25 mediante un
tivo de su poder y gloria. trato circular con los textos originales en el que dialógica-
mente se los interroga y actualiza en nuevas lecturas. El
lector del siglo XXI puede incorporarse al proceso de ins-
piración pensando con las categorías evolutivas y ecológi-
cas el núcleo de aquella revelación que han sido fraguadas
en las Sagradas Escrituras.
En este capítulo se procura considerar cómo se con-
cibe el fenómeno de la vida dentro de la revelación bí-
blica. Se presupone el método histórico crítico como
camino primario e ineludible de ingreso a los textos.
Sin embargo, se practica también un acercamiento evo-

24 
Cfr. C. Levaggi, “Palabra de Dios en palabras humanas. Algunos
ensayos de comprensión de la inspiración de las Sagradas Escrituras
a partir de la exégesis bíblica”, 179-189.
Fig. 2. Imagen de la cosmología bíblica. La Tierra está asen- 25 
«No sólo el texto, sino también el lector de hoy participa de la ins-
tada sobre el agua, con el Sheol en medio. Los pilares de piración. En esta percepción, la inspiración no se cierra con la redac-
la Tierra sostienen el firmamento (gráfico tomado de: «The ción final del texto o con la integración en el canon (…). El Espíritu
History and Literature of the Bible», disponible en: http:// que inspiró a los autores y redactores bíblicos inspira también a los
greek-language.com/bible/images/Cosmology2.jpg). lectores de la Biblia hoy. El momento de la inspiración es el momen-
to en el cual el texto se encuentra con el lector» (P. Dubovsky; J. P.
Sonnet, “Conclusione. L’ispirazione nell´arco della comunicazione
divina fra esegesi e teología”, 236-376, 368; citado por C. Levaggi, op.
cit. 183). Aunque parece que haya que reservar el concepto de inspi-
1:14–18; Job 9:7–9; 38:31–33. Él muestra que: «la suposición normativa ración a los textos bíblicos, ésta se actualiza en la lectura concreta. Y,
de los autores bíblicos es que las estrellas son agentes que tienen la por su parte, ella nunca puede prescindir de los nuevos contextos
disponibilidad de servir a Yavhé como miembros de su corte» (326). culturales e históricos.

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Teología de la vida Lucio Florio

lutivo y ecológico a algunos escritos bíblicos, tratando de confusión del Gn 1, donde el acto creador consiste en
de descubrir perspectivas sobre la vida a partir de los una intervención por la palabra que ordena la confusión
horizontes interpretativos evolutivo y ecológico.26 Estos, inicial (Gn 1,2: «La tierra era algo informe y vacío, las ti-
naturalmente, están ausentes de los textos bíblicos, pero nieblas cubrían el abismo»).
pueden ser registrados a partir de una sensibilidad cien-
El universo y la vida en particular constituyen fenóme-
tífica contemporánea. Ahora bien, puesto que somos lec-
nos que incluyen una dimensión bélica. El lenguaje mito-
tores situados, vamos a la Biblia desde cuadros mentales
lógico primitivo de los textos sugiere la existencia de un
propios del tiempo y lugar en el que vivimos. Por otra
fundamento previo a la situación conflictiva del presente
parte, los textos bíblicos nos han llegado en una larga
de la vida; es algo que el pensamiento bíblico llevará desde
historia de relecturas, generando una «historia de los
la preexistencia a la condición existencial actual, poscrea-
efectos», en una tradición viviente de intérpretes perso-
cional (Gn 2; 8; etc.), y que cesará en los tiempos escatoló-
nales y comunitarios.
gicos (Is 65,17-25).
Evitando todo concordismo, interesa destacar que esa
1. Antecedentes de la fe en la creación confusión tensional o combativa a la que la creación or-
En los textos presumiblemente más remotos del AT, dena e ilumina (obras de la distinción y ornato del Hexa-
la fe en la creación está presente de manera implícita, no merón) permite relacionar con los dos accesos que hemos
tematizada.27 Puesto que el eje de los primeros escritos postulado como aproximaciones: el evolutivo y el ecoló-
bíblicos está constituido por la intervención divina en gico. En el primer caso, porque la evolución –en cualquie-
la historia de Israel, no hay un desarrollo explícito de la ra de sus teorías interpretativas– presupone una drama-
acción creadora de Dios. Se podría decir que está presu- ticidad intrínseca al proceso viviente: individuos, pobla-
puesta como fondo del acto de fe.28 Incluso encontramos ciones, especies, genomas, etc., compiten en una sucesión
en algunos de ellos motivos de carácter mitológico (el Le- de interrelaciones agónicas, en las que la supervivencia
viatán o monstruos marinos: Gn 1,21; Is 27,1; Sal 74, 14; de unos implica, incluso necesariamente, la desaparición
Sal 104, 26; Job 41,1) que sugieren la existencia de una de otros.
lucha anterior a la creación, en modo análogo a otras re-
El acceso ecológico es una prosecución del anterior,
ligiones. Esta conflictividad previa está latente en la idea
puesto que el equilibrio ecológico no deja de ser el ten-
so y conflictivo equilibrio de una biosfera evolutiva. La
modificación de este equilibrio –ciertamente inestable y
26 
Acerca del método histórico-crítico y los acercamientos, cfr. Ponti- dramático– producido por el Homo sapiens provoca un
ficia Comisión Bíblica, La interpretación de la Biblia en la Iglesia, espe- quiebre cualitativamente diferente y cuantitativamente
cialmente punto I. Métodos y acercamientos para la interpretación” mayor del proceso biológico evolutivo. Las lecturas eco-
(http://www.uca.edu.ar/uca/common/grupo20/files/PCB_interpre-
tacion.pdf; ingreso 26-05-2015).
lógicas de la Biblia giran en torno a la reinterpretación
27 
J. L. Ruiz de la Peña, Teología de la Creación, 27-31. del sentido del ser humano en los textos inspirados, pero
28 
Op. cit., 20: La creación –siguiendo a C. Westermann, Schöpfung, también sobre la acción divina en el cosmos. Algunos ac-
Sttutgard-Berlín 1972, 2da.ed:162)– más que objeto de fe, era en Is- cesos releen con ojos ecológicos muchos textos que des-
rael «un presupuesto básico de sus hábitos mentales». criben los efectos perniciosos de la acción humana en la

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Teología de la vida Lucio Florio

naturaleza.29 Interesa subrayar que las raíces mitológicas Precisamente, los textos más antiguos en su composición
de la creación, aunque superadas por el desarrollo de las son aquellos que se refieren a la experiencia histórica del
tradiciones veterotestamentarias, permiten echar luz so- encuentro con Dios. Sólo en un momento segundo se re-
bre estos fenómenos. De todos modos, la Biblia insiste, en flexiona sobre la acción creadora,31 interpretándola como
un programa claramente desmitologizador, que las raíces un «primer paso» de esa historia. Dt 26,5-10 es probable-
ecológicas están en la desmesura humana, en su pecado, mente la más antigua confesión de fe de Israel,32 es una
como fuente de un desequilibrio que se añade al tenso secuencia de eventos que permite a Israel elaborar el hecho
equilibrio de una naturaleza, ya ella misma conflictiva. de que hay un Ser que lo cuida y lo salva:
5 y tú pronunciarás estas palabras en presencia del Se-
2. Un Dios de la historia ñor, tu Dios: “Mi padre era un arameo errante que bajó a
Egipto y se refugió allí con unos pocos hombres, pero lue-
antes que Dios de la creación go se convirtió en una nación grande, fuerte y numerosa. 6
Para el pueblo judío, la idea de un Dios creador está Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos impu-
profundamente conectada con su experiencia de un Dios sieron una dura servidumbre. 7 Entonces pedimos auxilio
de la historia, alguien que interviene al interior de su pro-
pio mundo de vínculos. Se trata de un Dios que viene ha-
cia el pueblo de Israel a fin de entablar una relación con 31 
G. Von Rad (“El problema teológico de la fe en la creación en
este pueblo. Por ese motivo, la fe bíblica no está anuda-
el Antiguo Testamento”, 129-139) señala que los elementos de fe en
da en forma primaria a la naturaleza, sino a la historia.30 la creación existían en Canaán en una época muy antigua y fueron
absorbidos por la tradición yahvista, pero la colocó dentro de su es-
quema predominantemente salvífico; de este modo, «no dejó que la
fe en la creación del mundo llegara a adquirir una vida propia o bien
29 
Tal es la perspectiva, aplicada a los profetas, de H. Marlow, Law permaneció siendo el trasfondo universal sobre el que resaltaron con
and the Ruining of the Land: Deuteronomy and Jeremiah in Dialogue en más fuerza las afirmaciones soteriológicas, o fue incorporado total-
Political Theology, 650-660. mente a la esfera de la fe soteriológica» (137). Posteriormente, con el
30 
La tesis sobre el interés primariamente salvífico del AT la originó influjo del pensamiento sapiencial, fuertemente racionalista, que in-
G. von Rad, quien puso en un segundo lugar la fe en la creación tentaba ver la economía de Dios en el mundo, aparecen testimonios
de los israelitas. Esta línea llevó, según algunos autores, hacia una limpios e independientes de la fe en la creación. El autor señala que
paradoja: la de la importancia que tuvo en Occidente una fe que «en Israel tuvo que decirse y consolidarse algo mucho más único y
aparentemente no habría sido tal. De allí que algunos ecoteólogos más importante, desde el punto de vista teológico, antes de que se
hayan buscado en otra línea de interpretación de la teología vete- diera la libertad interna, necesaria para los testimonios de una pura
rotestamentaria otra fundamentación para su reflexión, encontrán- fe en la creación; con otras palabras: que la fe en la salvación debía
dolo en el concepto de “bendición”, tal como lo ha desarrollado C. quedar totalmente asegurada; de tal manera que la fe, de que tam-
Westermann (cfr. S. Morandini, Teologia ed Ecologia, 119). En todo bién la naturaleza es una revelación de Dios, no sirviera para menos-
caso, y más allá de las paradojas de la historia de los efectos de los cabo o adulteración, sino para un enriquecimiento e incremento real
textos, permanece clara la idea de una anterioridad soteriológica de de la fe en la salvación (137)».
la experiencia de Israel, previa a la cosmológica. El Dios del AT es 32 
Este texto fue reportado por G. Von Rad. Algunos han cuestiona-
fundamentalmente el de Abrahám, Isaac y Jacob, y no el de la crea- do la centralidad dada al «pequeño credo histórico» (G. Lohfink,
ción. Es el Dios creador porque previamente ha aparecido como el “La storia della salvezza. Uno esempio di sfoggio del concetto di sto-
Dios del encuentro. ria della salvezza negli ultimi decenni”, 87-104; cfr. Morandini, 119).

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al Señor, el Dios de nuestros padres, y él escuchó nuestra 3 derramaré mi espíritu sobre tu descendencia
voz. El vio nuestra miseria, nuestro cansancio y nuestra 3 y mi bendición sobre tus vástagos.
opresión, 8 y nos hizo salir de Egipto con el poder de su 4 Ellos brotarán como la hierba entre las aguas,
mano y la fuerza de su brazo, en medio de un gran terror, 4 como sauces al borde de los arroyos.
de signos y prodigios. 9 Él nos trajo a este lugar y nos dio
esta tierra que mana leche y miel. La correlación entre llamado a Israel y creación se rei-
tera en Is 48,12-13:
La interrelación entre creación y salvación se irá hacien- 12 Escúchame, Jacob,
do explícita con el correr de la historia. Y, en modo particu- 12 tú, Israel, a quien yo llamé:
lar, sucederá algo análogo en lo que atañe a la vida creada, 12 Yo soy, yo soy el Primero
es decir, a la relación entre vida y salvación. 12 y también soy el Último.
13 Sí, mi mano fundó la tierra,
13 mi mano derecha desplegó los cielos:
3. El creador pensado desde la Alianza 13 apenas los llamo
y con los materiales de la mitología 13 ellos se presentan todos juntos.33
y de la contemplación de la naturaleza
Desde la convicción del poder creador divino, manifes-
Después de la cautividad en Babilonia, el vínculo entre tado en la creación de un pueblo, parten entonces exhorta-
salvación y creación se explicita. En efecto, el exilio pro- ciones al pueblo para que recupere la esperanza en medio
vocó una crisis en el pueblo judío que, paradójicamente, de su situación desdichada. Las creaturas, incluyendo los
condujo hacia una profundización de la fe en la creación. seres vivientes como los bosques, están invitadas a acla-
La aparente «impotencia» divina en tierra extranjera im- mar al Señor, porque ha liberado a su pueblo de la cauti-
pulsó a explicitar la omnipotencia creadora de Yahvé. La vidad (Is 44,23):
primera evidencia de tal poder omnímodo era la con- 23 ¡Griten de alegría, cielos, porque el Señor ha obrado;
formación de un pueblo a partir de la nada: puesto que 23 aclamen, profundidades de la tierra!
Yahvé creó un pueblo (cfr. Is 43,1) pudo crear, de igual 23 ¡Montañas, prorrumpan en gritos de alegría,
modo, todo el universo. Is 44,1-4 vincula la conformación 23 y tú, bosque, con todos tus árboles!
del pueblo desde sus orígenes, como un seno materno, 23 Porque el Señor ha redimido a Jacob
a la compañía y el auxilio. Inclusive, a una fecundidad 23 y manifiesta su esplendor en Israel.
hacia el futuro:
1 Y ahora escucha, Jacob, mi servidor,
1 Israel, a quien yo elegí.
2 Así habla el Señor, el que te hizo,
2 el que te formó desde el seno materno y te ayuda.
2 No temas, Jacob, mi servidor,
2 Iesurún, a quien yo elegí. Is 48, 12-13 describe el dominio cósmico sobre el tiempo y el uni-
33 

3 Porque derramaré agua sobre el suelo sediento verso (cfr. 41,4; 44,6). Cielo y tierra son testigos clásicos de Dios (1,2;
3 y torrentes sobre la tierra seca; Sal 50,4) (cfr. L. Alonso Schöckel; J. L. Sicre Díasz, Profetas, 313).

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4. Los primeros 11 capítulos del Génesis 1 Al principio Dios creó el cielo 12 La tierra hizo brotar vege-
y la tierra. 2 La tierra era algo tales, hierba que da semilla
4.1. Gn 1,1-2,4a informe y vacío, las tinieblas según su especie y árboles
cubrían el abismo, y el soplo de que dan fruto de su misma
Es en el contexto de subordinación de la fe en la Dios aleteaba sobre las aguas. especie con su semilla aden-
creación a la salvación, propio de los textos preexílicos, 3 Entonces Dios dijo: “Que exista tro. Y Dios vio que esto era
es en donde hay que situar el relato de Gn 1, 1-2,4ª, la la luz”. Y la luz existió. 4Dios vio bueno. 13 Así hubo una tarde
única cosmogonía estrictamente hablando de la Biblia. que la luz era buena, y separó la y una mañana: este fue el ter-
Esta narración –atribuida a la tradición Sacerdotal (P)34– luz de las tinieblas; 5 y llamó Día cer día.
opera como prólogo para la historia de la encuentro con a la luz y Noche a las tinieblas. 14 Dios dijo: “Que haya as-
Dios que Israel remonta a Abraham y que reflexiona Así hubo una tarde y una maña- tros en el firmamento del cie-
después de la dura experiencia de cautividad en Babi- na: este fue el primer día. lo para distinguir el día de la
lonia. La contextualización de los textos creacionistas 6 Dios dijo: “Que haya un fir- noche; que ellos señalen las
tardíos –cuya prolongación será la cosmogonía de Gn mamento en medio de las fiestas, los días y los años, 15
1,1-2,4ª– permite recordar su finalidad primariamente aguas, para que establezca una y que estén como lámparas
religiosa. En otras palabras: no tienen ninguna preocu- separación entre ellas”. Y así en el firmamento del cielo
pación por informaciones de carácter profano acerca del sucedió. 7 Dios hizo el firma- para iluminar la tierra. Y así
mundo. Su interés es aportar «una visión del mundo mento, y este separó las aguas sucedió. 16 Dios hizo los dos
que están debajo de él, de las grandes astros –el astro mayor
como lo originado por un Dios santo, fiel y amoroso,
que están encima de él; 8 y para presidir el día y el menor
y como lo destinado a una alianza que es salvación de
Dios llamó Cielo al firmamen- para presidir la noche– y tam-
todo lo creado»35. Es en esta perspectiva, no científica
to. Así hubo una tarde y una bién hizo las estrellas. 17 Y
sino religiosa, en donde hay que situar el famoso texto mañana: este fue el segundo los puso en el firmamento del
de creación de Génesis 1, 1-2,4ª: día. cielo para iluminar la tierra, 18
9 Dios dijo: “Que se reúnan para presidir el día y la noche,
en un solo lugar las aguas que y para separar la luz de las ti-
están bajo el cielo, y que apa- nieblas. Y Dios vio que esto era
rezca el suelo firme”. Y así su- bueno. 19 Así hubo una tar-
cedió. 10 Dios llamó Tierra al de y una mañana: este fue el
suelo firme y Mar al conjunto cuarto día.
de las aguas. Y Dios vio que 20 Dios dijo: “Que las aguas
esto era bueno. 11 Entonces se llenen de una multitud de
dijo: “Que la tierra produzca seres vivientes y que vuelen
vegetales, hierbas que den pájaros sobre la tierra, por el
34 
«…hay motivos para situar a P entre el 525 y el 450 a.C., en un am- semilla y árboles frutales, que firmamento del cielo. 21 Dios
biente sacerdotal influido por la reflexión religiosa de los grupos que
den sobre la tierra frutos de su creó los grandes monstruos
habían vuelto del exilio», (A. LEVORATTI, “Introducción al Penta-
teuco”, en: A. Levoratti (editor), Comentario Bíblico Latinoamericano, misma especie con su semilla marinos, las diversas clases de
T. I, 354). adentro. Y así sucedió. seres vivientes
35 
J.L. Ruiz de la Peña, op. cit., 31.

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que llenan las aguas deslizán- vivientes que se mueven so- Gn 1,1-2,4ª es el texto por excelencia de la acción crea-
dose en ellas y todas las es- bre la tierra”. 29 Y continuó dora de Dios quien, por propia voluntad, pone en la exis-
pecies de animales con alas. Y diciendo: “Yo les doy todas tencia los diversos seres. El redactor ha utilizado un esque-
Dios vio que esto era bueno. 22 las plantas que producen se- ma litúrgico de seis días de actividad creadora (hexáme-
Entonces los bendijo, dicien- milla sobre la tierra, y todos ron), culminando con un séptimo día dedicado al reposo
do: “Sean fecundos y multiplí- los árboles que dan frutos con del Creador. Se lo puede esquematizar de este modo:
quense; llenen las aguas de los semilla: ellos les servirán de
mares y que las aves se multi- alimento. 30 Y a todas la fieras Día 1a Luz de la oscuridad
pliquen sobre la tierra”. 23 Así de la tierra, a todos los pájaros
Día 2 b Aguas de arriba
hubo una tarde y una mañana: del cielo y a todos los vivien-
Separaciones de aguas de abajo
este fue el quinto día. 24 Dios tes que se arrastran por el
dijo: “Que la tierra produzca suelo, les doy como alimento Día 3 c Tierra seca
toda clase de seres vivientes: el pasto verde”. Y así sucedió. de los mares
ganado, reptiles y animales sal- 31 Dios miró todo lo que había Día 4 a’ Astros
vajes de toda especie”. Y así su- hecho, y vio que era muy bue- Día 5 b’ Peces y aves
cedió. 25 Dios hizo las diversas no. Así hubo una tarde y una Habitantes
clases de animales del campo, mañana: este fue el sexto día. Animales terrestres
Día 6 c’
las diversas clases de ganado y 2, 1 Así fueron terminados el y ser humano
todos los reptiles de la tierra, cielo y la tierra, y todos los se-
cualquiera sea su especie. Y res que hay en ellos. La vida es presentada después de la preparación del
Dios vio que esto era bueno. 2 El séptimo día, Dios conclu- escenario cósmico. Una vez situadas la tierra y las aguas,
26 Dios dijo: “Hagamos al yó la obra que había hecho, y Dios crea mediante su palabra los vegetales. Posteriormen-
hombre a nuestra imagen, se- cesó de hacer la obra que ha- te, después del sol y la luna, hace los animales en el aire, el
gún nuestra semejanza; y que bía emprendido. 3 Dios bendi- mar y la tierra. A todos los bendice con la fecundidad. La
le estén sometidos los peces jo el séptimo día y lo consagró, creación del hombre (v. 26) ofrece rasgos particulares: la
del mar y las aves del cielo, el porque en él cesó de hacer la consulta a la corte celestial previa atenúa el antropomor-
ganado, las fieras de la tierra, obra que había creado. fismo de la declaración del v. 27, donde el ser humano va
y todos los animales que se 4 Este fue el origen del cielo a ser creado únicamente a imagen de Dios. Selem (imagen)
arrastran por el suelo”. y de la tierra cuando fueron
significa ordinariamente una reproducción exacta.36 Pero
27 Y Dios creó al hombre a su creados.
la expresión es atenuada por demût (semejanza, parecido).
imagen;
Los semitas no reconocían en el ser humano ninguna dico-
27 lo creó a imagen de Dios,
27 los creó varón y mujer.
tomía: en su integridad, por ser imagen de Dios, él es su re-
28 Y los bendijo, diciéndoles: presentante en la tierra. La expresión remite a las estatuas
“Sean fecundos, multiplíquen- de los reyes, cuya autoridad en lugares remotos era visi-
se, llenen la tierra y sométanla;
dominen a los peces del mar, a
las aves del cielo y a todos los 36 
Para este punto, cfr. E. H. Maly, “Génesis”, en R. E. Brown; J. A.
Fitzmyer; R. E. Murphy, Comentario Bíblico “San Jerónimo”, t. I, 69-70.

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ble en aquellas imágenes. El v. 28 introduce, además del guiente, no es correcto interpretarlo como una especie de
mandato de fecundidad, de igual modo que con el resto de asignación de un poder para cualquier cosa, sino como
los seres vivientes, lo que deja ver la cercanía entre mun- capacidad para proseguir, embellecer y perfeccionar el
do biológico y humanidad;37 sin embargo, la tonalidad en acto creador divino.
la bendición al ser humano es personal, a diferencia de la
El relato de Gn 1,1–2,4ª, lejos de ser un capítulo de un
producida sobre los otros seres.38 Además, se introduce
libro de ciencias naturales que pretenda describir el origen
un segundo mandato que diferencia: el de dominar sobre
del universo y de la vida es, por el contrario, la primera de
los seres de la tierra. El dominio sobre los animales es ex-
las páginas que narran la historia de la salvación. En efec-
presado con verbos fuertes (râdâh: «hollar», v. 26; kâbash:
to, tanto la exégesis bíblica moderna –mediante la crítica
«poner bajo los pies», v. 28). De todos modos, y a pesar de
interna de los textos– como las ciencias contemporáneas
la crudeza de estos verbos, la tarea de gobierno atribuida
–mediante el abrumador conjunto de datos acerca de la es-
al ser humano no parece que haya de definirse como de
tructura e historia del cosmos y de la vida–, nos impiden
índole despótica, puesto que se trata del dominio del lu-
leerlo de una manera ingenuamente literal.40 Sin embargo,
garteniente de Dios en la creación.
liberados de la pretensión de concordismo con los datos
En efecto, él es imagen y semejanza de Dios (selem, de las ciencias, podemos aproximarnos desde la sensibi-
demût, v. 26) y, en cuanto tal, ha de practicar un dominio lidad biológica actual, marcada por la visión evolutiva. Y,
acorde con el proyecto creador de Dios y no, en cambio, aunque no haya nada más lejano a una concepción de una
contradictorio con él. Este texto ha sido objeto de una evolución biológica en la mente del autor de este texto; sin
aguda crítica, pues se lo ha hecho responsable teórico de embargo, se puede percibir una cierta progresividad en la
la crisis ambiental originada a partir de la edad moder- creación de los seres que, intuitivamente, aproxima la na-
na occidental.39 Se ha considerado que si este mandato rración a una cierta visión filogenética de la vida. En efec-
bíblico no se hubiera desarrollado el potencial tecnoló- to, desde la aparición de un escenario físico se pasa a la de
gico contemporáneo, sin el cual no habría habido una la de seres existentes simples, y se va a arribando hasta los
perturbación ambiental de la magnitud actual. En nues- de mayor complejidad. Sin ser evolucionista –el hagiógra-
tro tiempo, la exégesis resalta el aspecto de «administra- fo ignoraba una teoría aparecida recién en el siglo XVIII y
ción», en una continuidad del poderío creador de Dios, XIX DC- existe una visión de la vida que la percibe en un
del cual el ser humano es como un vicario. Por consi- proceso de una creciente complejidad.

37 
P. Andiñach, “Génesis”, en A. Levoratti, Comentario Bíblico Lati-
noamericano, T.I, 371
38 
Esta diferencia entre la vida animal y el ser humano está también 40 
En algunas partes del mundo subsiste esta lectura literalista, par-
presente en las dietas prescriptas: a los animales se les da la hierba, y ticularmente entre los «creacionistas» (cfr. al respecto: D. Blanco,
al ser humano toda la hierba de semilla y los árboles frutales. En este “Breve aproximación histórica al Creacionismo moderno. Del Crea-
período de armonía, no se considera que el hombre pueda comer cionismo Científico al Diseño Inteligente”, 25-64; R. L. Numbers, The
animales, algo que sí emerge después del diluvio (9,3). Cfr. IB., 371. Creationists. From Scientific Creationism to Intelligent Design; M.
39 
L. White, op. cit., 1203–1207. Ruse, The Evolution-Creation Struggle).

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4.2. Gn 2,4b-3,24 muerte. En una historia evolutiva de la vida no es posi-


ble integrar un lugar edénico, donde no existía conflicto,
Retocando un antiguo relato, probablemente acadio, el dolor ni muerte. La lectura literal del texto conduce hacia
autor de este texto trató de repensar el origen del hombre, la negación de una visión biológica de la vida, tal como la
pero, sobre todo, el enigma del mal en sus múltiples formas. presentan abrumadoramente las diversas disciplinas que
El mundo ya está creado, en realidad, cuando Dios de- se ocupan de la vida. Aquí radica uno de las divergencias
cide crear al ser humano en una tierra en la que no ha- importantes entre creacionistas y quienes admiten los da-
bía aún hierba o matorrales, ni lluvia (2,5). La elaboración tos de las ciencias biológicas.
del hombre con arcilla precede a la de los vegetales y los
animales. Hay elementos que emparentan lo humano con 4.3. Gn 4,1-4,32
lo animal: a. éstos son hechos de la misma materia que el El relato de Caín y Abel presenta la extensión del peca-
hombre (2,19); b. Dios le da a éste «aliento de vida», y tam- do hacia el campo de las relaciones interhumanas. Aparece
bién se los da a los animales (7, 15.22; cfr. Sal 104, 19ss); el el primer homicidio, que es un fratricidio.41 Pero, además,
hombre es llamado «ser viviente» (2,7). Sin embargo, exis- incluye cuestiones culturales, como el conflicto entre agri-
te algo distintivo: el relato sitúa la creación de los animales cultores y pastores. No se puede extraer ninguna enseñan-
después de la del hombre y, además, encarga a aquel a za sobre la cuestión del tipo de relación que el ser humano
que les ponga su nombre (2,19), actividad que implicaba ha de tener con vegetales y animales.
un cierto tipo de dominio en la mentalidad semítica.
Las edades de los patriarcas no son tomadas en sentido
El primer hombre es situado en un huerto, con la mi- histórico. No hay ningún registro de seres prehistóricos con
sión de cuidarlo. Sólo le es prohibido comer del llamado edades tan prolongadas. Naturalmente, esta observación
«árbol de la vida» que brinda «el conocimiento del bien responde tanto a una aplicación del método histórico-crítico
y del mal». La transgresión narrada con posterioridad, ya sobre los textos del Pentateuco en general, como a un coteja-
con la mujer, pretende explicar mediante un relato mítico miento con los datos paleontológicos y geológicos.
la presencia del mal en el mundo como un efecto de una
primera desobediencia, un no acatamiento del lugar pues- 4.4. Gn 5,1-10,32
to por Dios. El árbol de la vida no se retoma hasta el 3,22-
25, y parece haber sido tradición agregada. La desmesura La historia de Noé plantea claramente la cuestión de
la relación dramática del ser humano con el cosmos. El
del varón y la mujer comportan castigos, tales como el pa-
pecado de los hombres provoca que Dios decida empezar
rir con dolor, la enemistad con la serpiente y el trabajo fa-
nuevamente la historia con Noé y con animales de cada es-
tigoso. De alguna manera, son explicados etiológicamente
pecie, y manda un diluvio. La historicidad de la narración
aspectos naturales de la vida tal como el autor y nosotros
es insostenible, aun cuando se halla encontrado rastros de
la conocemos: la conflictividad en la naturaleza y con el ser
inundaciones locales que estén en el origen de la tradición;
humano, el sufrimiento físico, etc.
En un marco comprensivo evolutivo no queda espa-
cio para tal interpretación, desde el momento en que toda Cfr. L. Alonso Schökel, ¿Dónde está tu hermano? Textos de fraterni-
41 

la naturaleza viva funciona en una dinámica de vida y dad en el libro del Génesis.

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sin embargo, la tesis profunda es que la alianza cósmica implica el preludio a la alianza sinaítica del AT y pascual
posterior al diluvio, simbolizada en el arcoíris, incluye no del NT: se trata de un presupuesto por otra, pone en cora-
sólo a la pareja humana con la que reiniciar, sino también a zón de la relación entre Dios, criatura humana y resto de
los animales y plantas. Se da, pues, una integración de los las criaturas un elemento de configuración profunda. Si la
otros seres vivientes, en función de una historia salvífica creación es el presupuesto extrínseco de la Alianza –como
dirigida primariamente al género humano. señalara Karl Barth–,43 entonces la creación «pacificada»
significada –en el texto del Génesis– por el arcoíris lo es de
Hoy sabemos que el relato del diluvio bíblico proba-
una manera particular.
blemente se haya inspirado en las reiteradas inundaciones
que sufría la Mesopotamia del Medio Oriente. No se habría La restricción geográfica del diluvio original, antes de
tratado de un diluvio global –de lo cual no existen rastros limitar su sentido teológico, da a aquellos textos una vi-
geológicos ni paleontológicos– sino, más bien, acotado a viente actualidad. Permite interpretar que las catástrofes
lo que constituía, en gran medida, el «mundo» del tiempo. naturales como complejos fenómenos de la naturaleza en
los que, de manera indirecta, Dios puede decir algo. Si se
Pese a tratarse de uno de los temas elegidos por los
le añade que, desde hace algunas décadas, la naturaleza
creacionistas para negar una historia antigua del planeta y
está reaccionando también a los efectos antrópicos, es de-
postular diversos modos de creación de mundos jóvenes,
cir, variaciones introducidas por el ser humano, el mensa-
la historia carece de verosimilitud fáctica. Algunas versio-
je es todavía más concreto. ¿Qué futuro espera a nuestras
nes de creacionismo científico han postulado que, con el
ciudades? ¿Cuál es futuro de nuestra biosfera? El agua es
diluvio, situado en una fecha posterior a la creación del
vista como símbolo purificador por muchas religiones. El
mundo –cuya datación realizan mediante cálculos de una
diluvio bíblico potencia esa simbología, haciendo ver que
lectura literal del Génesis– comenzó una nueva historia
el pecado tiene consecuencias amplias en la historia y tam-
de la vida. Los rastros paleontológicos corresponderían a
bién en el cosmos. En el relato bíblico, el arcoíris aparece
seres existentes en una época pre-diluviana.42 Estas versio-
como un símbolo de una alianza cósmica, una especie de
nes, además de utilizar criterios de hermenéutica bíblica
confirmación de que la Alianza quiere extenderse también
literalistas, no sólo se contraponen a cualquier visión de la
en el trato con el mundo.
historia evolutiva de la vida sino que también introducen
un principio de intervención divina mediante catástrofes También resulta necesario resaltar la existencia de una
naturales que podría conducir hacia interpretaciones de la teología de los seres vivientes, aunque especialmente una
crisis evolutiva en perspectivas de «catastofrismo» teológi- teología de los animales. El relato pone de relieve la solida-
co de conclusiones inciertas. ridad ontológica de éstos con los seres humanos.44
Pero, yendo más allá de las interpretaciones fundamen-
talistas o literalistas, la alianza cósmica entre Dios y Noé

42 
La curiosa historia de este tema es narrada por R Numbers, op. Cfr. J. Alfaro, “Justificación barthiana y justificación católica”,
43 

cit., especialmente en el Capítulo 7: “The Deluge Geology Society”, 759.


137-160. 44 
Cfr. P. De Benedetti, Teologia degli animali, 32-33.

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4.5. Gn 11,1–9 utilizan numerosas metáforas45 inspiradas en el mundo


natural: árboles, rocas, semillas, el agua (Sal 42, 1-2),46 has-
La historia de Babel proyecta los efectos del pecado – ta las alas de las águilas (cfr. Sal 17, 8; 57, 2; etc.).47
después de su extensión a las relaciones fraternas, las pro-
fesiones y la naturaleza– al horizonte de la cultura. Allí Para los salmos, la creación pertenece al ámbito de los
también se extiende la desmesura humana. hechos salvíficos. Esto aparece con toda claridad en el salmo
74, en el que subyace la concepción de una lucha de Yahveh
Esta propagación hacia la arquitectura, la urbaniza- creador contra elementos mitológicos y, de este modo, se
ción, la comunicación, etc., deja entrever no sólo una teo- relaciona claramente la creación con la cuestión de la salva-
logía de la cultura (de la ciencia, de la técnica, del arte) ción; aquella aparece en dependencia de esta última:
sino también, como en penumbras, una visión del trata-
2 Pero tú, Señor, eres mi Rey desde el principio,
miento de lo natural por parte del ser que debía custo-
12 tú lograste victorias en medio de la tierra:
diarlo. La desmesura urbanística incluye, en definitiva,
13 deshiciste el Mar con tu poder
un alejamiento de los ritmos naturales: lo artificial huma- 13 y quebraste las cabezas del dragón marino;
no comienza a predominar. 14 aplastaste las cabezas de Leviatán
Una cierta teología de la cultura y de la tecnociencia en 14 y lo diste como alimento a las fieras del desierto.
general puede ser leída desde nuestro horizonte hermenéu- 15 Hiciste brotar manantiales y torrentes,
15 secaste los ríos caudalosos;
tico. La mirada «tecno-optimista» de Gen 1, mitigada por el
16 tuyo es el día, tuya también la noche,
segundo relato, adquiere una tonalidad crítica en este relato.
16 tú afirmaste la luna y el sol;
No todo lo que el ser humano hace, por extraordinario que 17 fijaste las fronteras de la tierra,
parezca, es bueno. Puede estar afectado por la desmesura 17 formaste el verano y el invierno.48
del pecado. De esto modo, ni sirve al ser humano ni perfec-
ciona el mundo natural. Babel aparece como una teología Estas poesías litúrgicas no se focalizan en la naturaleza
de la prudencia tecno-científica. Tampoco la pluralidad lin- en cuanto tal, sino en cuanto contexto primario de la ac-
güística es en sí positiva si no está acompañada por un mo- tividad salvífica de Yahvé sobre su pueblo. Una aparente
vimiento integrador; de lo contrario, es fuente de dispersión excepción puede parecer el Salmo 8, emparentado en algu-
y de incomunicación. En una lectura desde el presente, en el
que tecnología y comunicaciones coexisten de una manera
tan integrada, parece oportuna una voz de alerta desde las 45 
Cfr. L. Alonso Schökel, Estudios de poética hebrea, 269-307.
originarias tradiciones del Pentateuco. 46 
E. K. Holt, “…ad fontes aquarum: God as Water in the Psalms?”, 71-86.
47 
G. Kwakkel, “Under YHWH’s Wings”, 141-165. Incluso, la mirada que
aparece en Sal 35, 19 ha sido interpretada como recogida de la visión de
5. Poesía y oración de los insectos (Z. Kotzé, “The Evil Eye in Ps. 35, 19”, 135-139).
para traducir la expresividad de la vida 48 
Von Rad señala que el concepto del hebreo sólo se puede traducir por
«hechos salvíficos» (“victorias”, en la versión utilizada). El A.T. detecta el
Los salmos son testigos privilegiados de la fe vetero- modo soteriológico de entender la obra de la creación como la manifesta-
testamentaria sobre la creación. Desde el punto de vista ción más antigua de la fe yahvista acerca de Yahvé como creador del mun-
literario, estos poemas –elaborados para un uso litúrgico– do, asumiendo los elementos mitológicos que son vencidos (cfr. op.cit., 135).

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nos motivos al relato sacerdotal de Gn 1, en la medida en Este salmo, al ser leído desde el horizonte de la crea-
que reporta una descripción asombrada de la naturaleza y, ción evolutiva y de la crisis ambiental –producida en gran
de manera particular, del ser humano en ella: medida por aquel que tiene a todos los seres «bajo sus
2 ¡Señor, nuestro Dios, pies»– resulta imprescindible no perder de vista el marco
2 qué admirable es tu Nombre en toda la tierra! más amplio de la economía de la salvación, en la que están
2 Tú, que afirmaste tu majestad sobre el cielo, integrados todos los seres. En otras palabras, el asombro
3 con la alabanza de los niños ontológico, hoy magnificado por la percepción histórica
3 y de los más pequeños, del paradójico lugar evolutivo del hombre –una especie
3 erigiste una fortaleza contra tus adversarios más en la historia filogenética, pero con características ori-
3 para reprimir al enemigo y al rebelde. ginales– puede dar paso a otro, de carácter teológico, en el
4 Al ver el cielo, obra de tus manos, que nos peguntemos junto al salmista: «¿qué es el hombre
4 la luna y las estrellas que has creado:
para que pienses en él, el ser humano para que lo cuides?»
5 ¿qué es el hombre para que pienses en él,
5 el ser humano para que lo cuides? Pero también: «¿cómo cuidar la obra de tus manos para
6 Lo hiciste poco inferior a los ángeles, que tu Nombre siga siendo admirable en toda la tierra?» El
6 lo coronaste de gloria y esplendor; salmo, pues, es pasible de una relectura no antropocéntri-
7 le diste dominio sobre la obra de tus manos, ca, sino relacional, en la que el ser humano aparece como
7 todo lo pusiste bajo sus pies: un misterioso espacio de encuentro del Dios creador tras-
8 todos los rebaños y ganados, cendente y del resto de los seres que componen el univer-
8 y hasta los animales salvajes; so, especialmente de los vivientes. Pero, además, con una
9 las aves del cielo, los peces del mar
extraordinaria responsabilidad, no compartida por nadie
9 y cuanto surca los senderos de las aguas.
10 ¡Señor, nuestro Dios, más, en la utilización de la naturaleza creada, de la que él
10 qué admirable es tu Nombre en toda la tierra! mismo es parte.
De entre los numerosos salmos que abordan la cuestión
El lenguaje poético permite situar en el terreno de la ad-
de la vida, proponemos releer tres de ellos, diversos entre sí,
miración el misterio de la realidad. Sin embargo, no se tra-
pero complementarios: por una parte, el salmo 104 el cual,
ta sólo de un deslumbramiento ontológico o estético sobre
mediante una alabanza al Dios creador, describe cómo su
la naturaleza y el puesto del ser humano en ella; es, sobre
obra llega incluso hasta el hecho particular de la donación
todo, un intento por localizar la misión humana desde la
de alimentos a los seres vivos; el salmo 23, en segundo lu-
perspectiva de la Alianza. En efecto, el salmo no expresa so-
gar, utilizando una metáfora extraída del mundo animal,
lamente una sorpresa por el lugar humano en la cadena de
expresa las características del cuidado divino por cada una
los seres sino, sobre todo, por el cuidado y la atención divi-
nos. Nuevamente, aflora el predominio de una perspectiva
salvífica por sobre la ontológica.49
significativo ese giro en la reflexión sobre el cosmos. También aquí se
deja de un lado la contemplación de la creación por sí misma; tam-
bién aquí es solamente punto de partida, para admirar la maravilla
El salmo se centra en «el hombre, al que Dios rodea con sus cuida-
49 
de la providencia divina y sus previsiones salvíficas con respecto a
dos y agasaja con sus previsiones salvíficas. Me parece sumamente los seres humanos» (G. von Rad, op.cit.).

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de las personas; finalmente, el salmo 35, también con una 8 Subieron a las montañas, 16 los cedros del Líbano que
metáfora animal, describe el cuidado tanto de seres huma- bajaron por los valles, él plantó;
nos como del resto de los seres del mundo viviente: 8 hasta el lugar que les habías 17 allí ponen su nido los
señalado: pájaros,
Salmo 104 (103) 9 les fijaste un límite que no 17 la cigüeña tiene su casa en
pasarán, los abetos;
El tema de este himno es la obra de Dios en la creación. 9 ya no volverán a cubrir la tierra. 18 los altos peñascos son para
El poema presenta una semejanza con un himno egipcio al Las fuentes y las lluvias las cabras,
dios Sol del siglo XIV a. C. pero, sobre todo, con el primer 10 Haces brotar fuentes en los 18 y en las rocas se refugian
capítulo del Génesis. Se describe al universo visible como valles, los erizos.
una realidad desbordante de movimiento y de vida, que 10 y corren sus aguas por las El día y la noche
refleja, hasta en los detalles más ínfimos (vs. 17-18, 21), el quebradas. 19 Hiciste la luna para medir
poder y la sabiduría del Creador. Hay ya aquí un cierto 11 Allí beben los animales del el tiempo,
influjo sapiencial, desde el momento en el que se busca ver campo, 19 señalaste al sol el momen-
la economía de Dios en la creación.50 11 los asnos salvajes apagan to de su ocaso;
su sed. 20 mandas la oscuridad, y cae
El espacio celestial 4 Usas como mensajeros a los 12 Las aves del cielo habitan la noche:
1Bendice al Señor, alma mía: vientos, junto a ellas 20 entonces rondan las fieras
4 y a los relámpagos, como 12 y hacen oír su canto entre de la selva
1 ¡Señor, Dios mío, qué grande
ministros. las ramas. 21 y los cachorros rugen por
eres!
La tierra y las aguas 13 Desde lo alto riegas las la presa,
1 Estás vestido de esplendor y montañas, 21 pidiendo a Dios su alimento.
majestad 5 Afirmaste la tierra sobre sus
cimientos: 13 y la tierra se sacia con el 22 Haces brillar el sol y se
2 y te envuelves con un manto fruto de tus obras. retiran,
5 ¡no se moverá jamás!
de luz. Los frutos de la tierra 22 van a echarse en sus gua-
6 El océano la cubría como un
2 Tú extendiste el cielo como 14 Haces brotar la hierba para ridas:
manto,
un toldo 6 las aguas tapaban las mon- el ganado 23 entonces sale el hombre a
3 y construiste tu mansión tañas; 14 y las plantas que el hombre trabajar,
sobre las aguas. 7 pero tú las amenazaste y cultiva, 23 a cumplir su jornada hasta
3 Las nubes te sirven de huyeron, 14 para sacar de la tierra el pan la tarde.
carruaje 7 escaparon ante el fragor de 15 y el vino que alegra el cora- 24 ¡Qué variadas son tus
3 y avanzas en alas del viento. tu trueno. zón del hombre, obras, Señor!
15 para que él haga brillar su 24 ¡Todo lo hiciste con sabi-
rostro con el aceite duría,
15 y el pan reconforte su 24 la tierra está llena de tus
corazón. criaturas!

50 
Op.cit.,138.

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El mar y sus habitantes Doxología final 1 El Señor es mi pastor, 4 tu vara y tu bastón me


25Allí está el mar, grande y 31 ¡Gloria al Señor para 1 nada me puede faltar. infunden confianza.
dilatado, siempre, 2 Él me hace descansar en 5 Tú preparas ante mí una
25 donde se agitan, en núme- 31 alégrese el Señor por sus verdes praderas, mesa,
ro incontable, obras! 2 me conduce a las aguas 5 frente a mis enemigos;
25 animales grandes y pequeños. 32 Él mira, y la tierra se estre- tranquilas 5 unges con óleo mi cabeza
26 Por él transitan las naves, y mece; 3 y repara mis fuerzas; 5 y mi copa rebosa.
ese Leviatán 32 toca las montañas, y echan 3 me guía por el recto sendero, 6 Tu bondad y tu gracia me
26 que tú formaste para jugar humo. 3 por amor de su Nombre. acompañan
con él. 33 Cantaré al Señor toda mi 4 Aunque cruce por oscuras 6 a lo largo de mi vida;
La Providencia universal de Dios quebradas, 6y habitaré en la Casa del
vida;
27 Todos esperan de ti 4 no temeré ningún mal, Señor,
33 mientras yo exista, celebra-
27 que les des la comida a su 4 porque tú estás conmigo: 6 por muy largo tiempo.
ré a mi Dios:
tiempo:
34 que mi canto le sea agra-
28 se la das, y ellos la recogen;
28 abres tu mano, y quedan dable,
saciados. 34 y yo me alegraré en el
29 Si escondes tu rostro, se Señor.
espantan; 35 Que los pecadores desapa- Salmo 35
29 si les quitas el aliento, rezcan de la tierra
Este salmo coloca al ser humano y a los animales en
29 expiran y vuelven al polvo. 35 y los malvados ya no exis-
tan más.
igualdad de estado de dependencia respecto de Dios. Ade-
30 Si envías tu aliento, son
35¡Bendice al Señor, alma más, el auxilio divino sobre los hombres es explicitado
creados,
30 y renuevas la superficie de mía! mediante la metáfora, también de origen animal, de la
la tierra. 35¡Aleluya! sombra de las alas:
Tú socorres a hombres y animales;
¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!;
los humanos se acogen a la sombra de tus alas;
se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias,
Salmo 23 porque en ti está la fuente viva
Mediante la imagen del pastor, este hermoso salmo si- y tu luz nos hace ver la luz.
túa la fuente de la vida en el Señor; éste es aquel que puede
conducir al salmista hacia las verdes praderas y las aguas
tranquilas. La metáfora del pastor tiene como correlato la
6. Voces proféticas sobre los seres vivientes
de la oveja, el mismo creyente, que reacciona como lo hace Los profetas integran el tema de la vida de múltiples
un animal doméstico, con la confianza en su amo, en quien maneras. Algunos exégetas practican una aproximación
deposita su seguridad: ecológica a los textos bíblicos explorando la noción de

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interconexión. 51 Este concepto resulta fundamental en eco- Is 34


logía, donde existe un modelo de doble dirección entre los
habitantes y sus hábitats. En los textos bíblicos, el modelo 1 ¡Acérquense, naciones, para 6 de la sangre de corderos y
de relaciones es triple: Dios, seres humanos y mundo natu- oír; pueblos, presten atención! chivos,
ral. En particular, el marco teocéntrico de los profetas está 1 ¡Escuche la tierra y todo lo 6 de la grasa de riñones de
dirigido a las relaciones entre Yahvé Israel, así como a las que hay en ella, carneros.
cuestiones sociales y políticas. Pero ellos también descri- 1 el mundo y todo lo que él 6 Porque el Señor tiene un
ben la profunda y compleja interrelación entre el pueblo produce!
sacrificio en Bosrá,
de Dios y el resto de su creación, que está estrechamente 2 Porque el Señor está irritado
6 una gran matanza en el país
ligada a su devoción a Yahvé. contra todas las naciones
2 y enfurecido contra todos de Edóm.
Los textos proféticos exhiben una enorme variante de sus ejércitos: 7 Caen los búfalos con los
vocabulario, temas y metáforas para referirse a la relación 2 los ha consagrado al exterminio, terneros cebados,
entre las esferas social y natural. Precisamente, así como en 2 los ha destinado a la matanza. 7 los novillos con los toros:
muchos de los oráculos de juicio el destino del mundo está 3 Sus víctimas son arrojadas 7 su tierra se abreva con sangre,
inextricablemente unido con el castigo de las trasgresiones afuera, 7 su suelo se impregna de grasa.
humanas, así también la venida de la justicia y rectitud cla- 3 de sus cadáveres sube el hedor, 8 Porque es un día de vengan-
ramente engloba más que el bienestar humano y social. 3 y con su sangre se disuelven za para el Señor,
las montañas.
La consideración de los profetas sobre la relación entre 8 un año de desquite para la
4 Se diluye todo el ejército del
justicia en sociedad y la fecundidad en el mundo natural causa de Sión.
cielo,
apunta a su fundamental creencia en un orden divinamen- 4 los cielos son enrollados 9 Sus torrentes se transforma-
te instituido. Este orden no absuelve a las personas de sus como un pliego, rán en resina
responsabilidades. Más bien, los seres humanos, particular- 4 y todo su ejército se marchita 9 y su suelo en azufre;
mente aquellos que tiene posiciones de poder o influencia, 4 como se marchita el follaje 9 su tierra se convertirá en
son considerados responsables por la descomposición tanto de la vid, resina ardiente,
social como ambiental. El bienestar del pobre, pero también 4 como cae marchita la hoja 10 que no se extinguirá ni de
el del mundo mismo, parecería radicar en sus manos. de la higuera. día ni de noche:
5 Porque mi espada se abrevó
Seleccionamos un pasaje de Isaías cargado de imágenes y 10 la humareda subirá ince-
en el cielo:
vocabulario de fuerte impacto en una lectura contemporánea. santemente.
5 miren cómo baja sobre
10 Quedará desierta de gene-
Edóm,
5 sobre el pueblo que he con- ración en generación,
denado al juicio. 10 nunca más pasará nadie
6 La espada del Señor está por allí.
llena de sangre, 11 Se adueñarán de ella el
Es el caso de H. Marlow, en: “Justice for Whom? ��������������
51 
Social and En-
6 impregnada de grasa, pelícano y el erizo,
vironmental Ethics and the Hebrew Prophets”, 103-121. La exégeta
presenta una lectura ecológica de algunos profetas (Amós, Proto-
Isaías y Miqueas) focalizándose en la noción de interconexión.

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11 Se adueñarán de ella el 15 los incubará y los hará ambientales. El juicio comienza describiendo la degrada-
pelícano y el erizo, empollar; ción física de la tierra (vv. 9-10). A diferencia de otros pasa-
11 la lechuza y el cuervo habi- 15 y allí también se reunirán jes similares (Is 13 y Jr 50) en los que se describe la aniqui-
tarán allí. los buitres, lación de poblaciones, aquí hay destrucción del ambiente,
11 Se extenderá sobre ella la 15 cada uno con su pareja. incluyendo el suelo (v. 9). La quema de la tierra y la degra-
plomada del caos 16 Consulten el libro del dación del suelo llevan el lugar hacia la desertificación y el
11 y el nivel del vacío. Señor y lean: despoblamiento de las áreas rurales (v. 10). La naturaleza
12 Los nobles no proclamarán 16no falta ninguno de ellos, desolada de la tierra, vacía de pastos, agricultura, animales
más un rey 16 ni uno solo ha perdido su domésticos, es subrayada en el v. 11 por: «vacío de forma»
12 y todos sus príncipes serán pareja, y «vacuidad» (traducción utilizada: “Se extenderá sobre
aniquilados. 16 porque lo ha mandado la ella la plomada del caos y el nivel del vacío”).
13 En sus palacios crecerán zarzas, boca del Señor
13 en sus fortalezas, ortigas y 16 y su espíritu los ha congre- Estas dos expresiones se encuentran juntas también
espinas; gado. en Gn 1,2, donde se describe el estado de precreación, lo
13 será una morada de chacales, 17 Él mismo ha echado la cual puede sugerir que Is 34 esté expresando que se está
13 una guarida de avestruces. suerte para ellos, deshaciendo el orden creado. 53 De todos modos, aquí la
14 Las fieras del desierto se 17 su mano les asignó una devastación no es la de todo el orden creado, sino sólo de
juntarán con las hienas, parte con la cuerda: una sección: aquella de la civilización o sociedad humana.
14 los sátiros se llamarán unos 17 ellos la poseerán para Empero, junto a ello e, implícitamente a causa de ello, la
a otros. siempre, degradación del suelo y la destrucción del paisaje físico es
14 Allí también descansará Lilit 17 habitarán allí de genera- la despoblación y la desestabilización de los asentamientos
14 y tendrá un lugar de reposo. ción en generación. (vv. 11b-23). El abandono de la ciudad y del campo por
15 Allí anidará la serpiente y parte de sus habitantes proporciona el alcance para el de-
pondrá sus huevos, sarrollo de un ambiente ecológico alternativo en el que los
animales salvajes tomen residencia (11a y 13b-15).
Este poema presenta con vigor imaginativo una visión La nueva situación será permanente (v.10: «día y no-
trágica y sombría. Se trata de la ejecución de un juicio so- che», «por siempre»). Desde el punto de vista de la pobla-
lemne y de sus fatídicas consecuencias. Entre los extremos ción humana, la situación es catastrófica, pues los animales
del poema se describe la destrucción del reino, que se con- salvajes tomarán posesión de la tierra que ésta habitaba.
vierte en morada lúgubre de las fieras de más prestigio: Sin embargo (vv.16b-17ª), esta atención por esos animales
machos cabríos, búfalos y toros. por parte de Dios ya estaba prevista.
El texto muestra un escenario que no es absolutamen-
te desconocido a la ecología contemporánea.52 Se describe,
en cierto modo, un proceso de perturbación y degradación El hebreo expresa con “Tohu wa bohu” (‫ )ּוהֹ֔בָו ּ֙והֹ֙ת‬la situación caóti-
53 

ca anterior a la creación (Gn 1,2); desaparecen los nombres, los hom-


bres vuelven al vacío Se sugiere la idea de un desandar la creación,
como una vez en el diluvio, aunque con límites. Cfr. L. Alonso
52 
Cfr. op. cit., 114. Schókek; J.L. Sicre Díaz, Profetas. Comentario I, 246.

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¿Acaso hay una teología de los animales en este texto? tamientos humanos y el cultivo no es el modo defectuoso
En una primera lectura, daría la impresión de que los ani- del ambiente.54
males salvajes son un signo del castigo divino. Sin embar-
Al poema le sigue otro con una visión antagónica, pues-
go, el conjunto de los libros bíblicos señala que todos los
to que presenta el regreso a Sión con imágenes de restau-
seres son expresión del amor creador de Dios, aun cuan-
ración (Is 35).
do el pecado humano haya añadido una nota adicional
de caos en el proceso de la vida. La Biblia contiene una
axiología positiva de la estructura ontológica del univer- 7. Rastros de la Sabiduría creadora en la naturaleza,
so; por ello, no hay elementos del universo –tampoco ani- aun en su aparente violencia o vanidad:
males– cuya entidad sea calificada como ontológicamente una economía ontológica añadida a la salvífica
negativa. Lo que hace patente, en cambio, es la amenaza
del caos (el tohu wa bohu) en la historia de la vida por obra La literatura sapiencial veterotestamentaria desarrolla
de la desmesura humana, la cual distorsiona un proceso una reflexión sobre la naturaleza en sí misma, buscando en
en el que los seres vivientes son signos del amor creador ella los rastros de la Sabiduría divina.55 Así, por ejemplo:
y conservador de Dios, tal como resaltan Gn 1 y el Sal 8. «Por la sabiduría, el Señor fundó la tierra, por la inteligen-
¿Existe algo así como animales siniestros, tal como apare- cia, afianzó los cielos; por su ciencia brotaron los océanos y
ce en buena parte de la literatura antigua, pero también las nubes destilan el rocío» (Prov 3, 19-20).
en alguna más reciente, como las ratas de La Peste de A. En Sab 9,1-18, con la visión del lugar de la Sabiduría en
Camus (1947), o la consideración de la cucaracha en La la creación aparece nuevamente la idea del rol central del
metamorfosis de Kafka (1915)? ¿Los animales domésticos ser humano en la tarea creadora. Debe dominar todos los
–humanizados– son los bendecidos por Dios? Son interro- seres creados. Hasta aquí se reitera el marco antropocén-
gantes que no encuentran respuesta en lecturas literales trico –tan cuestionado en nuestro tiempo–. El matiz de ate-
de este texto ni de otros. El conjunto del plan de Dios – nuación de esta perspectiva puede encontrarse en los vv.
desde el acto creador inicial hasta la escatología– postula 9-11, en los que se establece que esa Sabiduría sabe lo que
un amor irrestricto de Dios por su obra, tanto en general le agrada a Dios y, por ello, debe ser invocada para que
como en particular: todo el universo y cada uno de los guíe al orante en sus empresas. No es forzado generalizar,
seres (incluso, cada una de las especies) en una actualización ecológica, que el ser humano necesita
Desde el punto de vista ecológico, la desolación y el des- de la sabiduría divina para orientar su intervención sobre
poblamiento humano del territorio urbano ha permitido el el mundo y aquellos seres que, de alguna forma, se le han
florecimiento de otra parte del orden creado. El despliegue confiado. El antropocentrismo es moderado y calibrado
de la venganza de Yahvé contra la humanidad desplaza desde una adecuación a un plan divino que, se puede de-
el equilibrio ecológico a favor del mundo no humano. El ducir, no implica la destrucción masiva de la obra creada:
sentido explícito del propósito y plan divino previene de
la idea antropocéntrica de que el bienestar humano es lo
único que importa. El poder del mundo natural por el cual 54 
Cfr. H. Marlow, “Justice for Whom? Social and Environmental
la tierra revierte hacia su pasado y es colonizada por los Ethics and the Hebrew Prophets”, 116.
animales salvajes, recuerda entonces y ahora que los asen- 55 
Cfr. L. Alonso Schökel; J. Vilchez,, Proverbios, 29-30.

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1“Dios de los Padres y Señor 9 Contigo está la Sabiduría, 15 y esta morada de arcilla 17 si tú mismo no hubieras
misericordioso, que conoce tus obras oprime a la mente dado la Sabiduría
que hiciste todas las cosas con 9 y que estaba presente cuan- 15 con muchas preocupaciones. 17 y enviado desde lo alto tu
tu palabra, do tú hacías el mundo; 16 Nos cuesta conjeturar lo santo espíritu?
2 y con tu Sabiduría formaste 9 ella sabe lo que es agrada- que hay sobre la tierra, 18 Así se enderezaron los ca-
al hombre, ble a tus ojos 16 y lo que está a nuestro minos de los que están sobre
2 para que dominara a los 9 y lo que es conforme a tus alcance lo descubrimos con la tierra,
seres que tú creaste, mandamientos. esfuerzo; 18 así aprendieron los hom-
3 para que gobernara el mun- 16 pero ¿quién ha explorado bres lo que te agrada
10 Envíala desde los santos
do con santidad y justicia lo que está en el cielo? 18 y, por la Sabiduría, fueron
cielos,
3 e hiciera justicia con rectitud 17 ¿Y quién habría conocido salvados”.
10 mándala desde tu trono
de espíritu: tu voluntad
glorioso,
4 dame la Sabiduría, que com- 10 para que ella trabaje a mi
parte tu trono, La acción creadora de Dios está basada en el amor. Lo
lado
4 y no me excluyas del núme- que existe, es fruto de una decisión querida por Dios ya que,
10 y yo conozca lo que es de
ro de tus hijos. de lo contrario, no lo habría hecho. Además, él es misericor-
tu agrado:
5 Porque yo soy tu servidor y dioso con todo lo que ha creado. En particular, Dios ama los
11 así ella, que lo sabe y lo
el hijo de tu servidora, seres vivientes, a quienes ha convocado a la existencia:
comprende todo,
5 un hombre débil y de vida
11 me guiará atinadamente 24 Tú amas todo lo que existe y no aborreces nada de
efímera,
en mis empresas lo que has hecho,
5 de poca capacidad para com- 24 porque si hubieras odiado algo, no lo habrías creado.
11 y me protegerá con su
prender el derecho y las leyes; 25 ¿Cómo podría subsistir una cosa si tú no quisieras?
gloria.
6 y aunque alguien sea perfec- 25 ¿Cómo se conservaría si no la hubieras llamado?
to entre los hombres, 12 Entonces, mis obras te
agradarán, 26 Pero tú eres indulgente con todos,
6 sin la Sabiduría que proviene 26 ya que todo es tuyo, Señor que amas la vida.
de ti, será tenido por nada. 12 yo gobernaré a tu pueblo
con justicia (Sab 11, 24-26)
7 Tú me preferiste para que
fuera rey de tu pueblo 12 y seré digno del trono de Ahora bien, esta percepción de los fenómenos naturales
7 y juez de tus hijos y de tus mi padre. y de la misma conducta humana, cuya fuente es la misma
hijas. 13 ¿Qué hombre puede cono- Sabiduría divina, parece desvanecerse al contemplar los
8 Tú me ordenaste construir cer los designios de Dios aspectos sombríos de lo creado: su vanidad o condición
un Templo sobre tu santa 13 o hacerse una idea de lo efímera en Eclesiastés (cfr. 1, 1-7).y, sobre todo, el sufri-
montaña que quiere el Señor? miento del inocente, tal como relata el libro de Job (cfr. Job
8 y un altar en la ciudad donde 14 Los pensamientos de los 38, 1-39,30). Este último describe una larga intervención de
habitas, mortales son indecisos Dios, quien pone de relieve su poder hecho visible a tra-
8 réplica del santo Tabernáculo 14 y sus reflexiones, precarias, vés de las obras de la creación. Asimismo, Dios le señala
8 que habías preparado desde 15 porque un cuerpo corrupti- sus límites al mismo Job, quien no estuvo presente en esa
el principio. ble pesa sobre el alma impresionante actividad creadora, la liturgia primitiva. La

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pregunta «¿Dónde estabas tú?» pone en cuestión la preten- de una distorsión en los fenómenos naturales y, sobre todo,
sión de Job de entender la lógica del Creador (Jb 38,4-7). del mal en la acción sapiencial divina: no otra cosa es el su-
Él permanece mudo, «incapaz de describir el sentido de la frimiento del justo, algo aparentemente absurdo en el cua-
creación».56 Job «descubre un mundo de ritmos y parado- dro comprensivo de la Alianza. En otras palabras, el mal,
jas, de contraposiciones balanceadas, de extremos tenidos en este caso el mal sobre la naturaleza, es algo que podría
bajo control, de un orden misterioso y de modelos siempre acaecer, sin por ello disolver la idea de un tejido sabio del
en cambio, de libertad y de límites, de vida y de muerte. cosmos y de la historia. En este caso en particular, se trata-
Job se encuentra confrontado con el cuadro más amplio, ría de un mal de raíz antrópica, provocado directamente
la ecología interconectada de la Tierra».57 El libro acota la contra la naturaleza, pero con consecuencias en el mismo
misión dominadora del ser humano sobre la naturaleza: ser humano, incluso contra los más inocentes.
gran parte de los seres quedan fuera de su jurisdicción y,
En síntesis: los textos sapienciales, sin diluir la respon-
en definitiva, remiten exclusivamente a su creador,58 que
sabilidad humana en ciertas dimensiones del mal, orientan
continúa siendo un misterio.
a pensar la naturaleza como obra realmente creada, es de-
Esta línea sapiencial puede aportar dos tipos de pers- cir, cuya autoría y posibilidades dependen esencialmente
pectivas teológicas sobre la actual perturbación ecológi- de su creador y no del hombre. Pero, asimismo, expanden
ca. La primera permite pensar que, a pesar del descontrol la actividad de la providencia divina sobre el universo:
producido por la intervención humana sobre la naturale- hay un cuidado del cosmos que compete en forma exclu-
za, subsiste una lógica en los procesos físicos y naturales, siva a su autor.
radicada en la Sabiduría divina. Aunque con distinta fun-
damentación, esta lógica es mantenida como hipótesis de
raíz en el proyecto de investigación de la ciencia contempo- 8. El Dios que ha hecho todo de la nada
ránea. Ésta continúa presuponiendo, independientemente es el que acompaña la vida presente y la futura
de cualquier fundamentación metafísica o religiosa, que Al final del AT, bajo el claro influjo de la cultura helé-
los procesos naturales tienen una lógica interna, una cierta nica, se afirma el origen independiente de toda realidad
«información» intrínseca. Por consiguiente, la ciencia y la fe previa del cosmos (2 Mac 7,28). Esto fue formulado pos-
bíblica coinciden en pensar en que lo que llamamos natu- teriormente como creatio ex nihilo, es decir, creación de la
raleza posee un sustrato lógico o informativo. La segunda nada.59 Pero es también el Dios de la vida presente (2 Mac
perspectiva sugerida por la teología sapiencial destaca que 3,31) y de la eterna (2 Mac 7,9.22.23), puesto que es el Dios
la lógica natural –la cual puede ser afectada en su funciona- que resucitará a los mártires y, por extensión, a los justos.
miento, especialmente por la mano humana–, se mantiene En los textos de 2 Mac 7,9 y 7,22-23:
en un nivel más profundo que el meramente observable. En
efecto, los textos sapienciales no escapan a la posibilidad 9 Y cuando estaba por dar el último suspiro, dijo: «Tú,
malvado, nos privas de la vida presente, pero el Rey del

56 
S. Morandini, op.cit., 182.
57 
Ibidem. La formulación explícita aparece aquí, aunque los precedentes es-
59 

58 
J. Lévêque, Job. El libro y el mensaje, 54. tán en Gn 1,1 y en Is 44,2-4.

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universo nos resucitará a una vida eterna, ya que nosotros ciones a confiar en su providencia, expresada en el cuida-
morimos por sus leyes. do de los lirios del campo y de las aves:

22 «Yo no sé cómo ustedes aparecieron en mis entra- 25 Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pen-
ñas; no fui yo la que les dio el espíritu y la vida ni la que sando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con
ordenó armoniosamente los miembros de su cuerpo. 23 qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la co-
Pero sé que el Creador del universo, el que plasmó al hom- mida y el cuerpo más que el vestido? 26 Miren los pája-
bre en su nacimiento y determinó el origen de todas las ros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan
cosas, les devolverá misericordiosamente el espíritu y la en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo
los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos? 27
vida, ya que ustedes se olvidan ahora de sí mismos por
¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede aña-
amor de sus leyes».
dir un solo instante al tiempo de su vida? 28 ¿Y por qué se
Se trata, pues, de un Dios que ha creado, sin algo pre- inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo
vio, el universo y la vida. Y que acompaña este proceso van creciendo sin fatigarse ni tejer. 29 Yo les aseguro que
hasta un final que incluye, al menos de una manera toda- ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como
uno de ellos. 30 Si Dios viste así la hierba de los campos,
vía lejana, una vida para algunos, para los justos. Al in-
que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más
troducir la cuestión de una cierta supervivencia, los textos
hará por ustedes, hombres de poca fe! 31 No se inquieten
bíblicos incorporan una visión trans-temporal de la vida; entonces, diciendo: “¿Qué comeremos, qué beberemos, o
de este modo, cierta parte de la biosfera, puede superar la con qué nos vestiremos?”. 32 Son los paganos los que van
limitación de la muerte. detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe
bien que ustedes las necesitan. 33 Busquen primero el Rei-
no y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura.
9. El creador de los seres vivientes es paternal 34 No se inquieten por el día de mañana; el mañana se
Los evangelios sinópticos muestran a Jesús de Naza- inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción
reth asumiendo pacíficamente la fe en el Dios creador del (Mt 6,25-34).60
Pentateuco y del resto de las Sagradas Escrituras. Sin em-
También Mt 10,29-30 desarrolla el tema, relacionando
bargo, agrega un dato novedoso: este creador del cielo y de
el cuidado de Dios por los pájaros y las criaturas vivien-
la tierra es padre: tes con el cuidado del ser humano, particularmente, de los
25 En aquel tiempo, Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor discípulos:
del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los
sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los peque-
ños» (Mt 11,25). 60 
El paralelo de Mt en Lc 12, 24-28, con pequeñas variantes. «El oyente
De este modo, quien ha hecho el universo integra en sí de la Palabra está invitado a mirar la realidad: los pájaros del cielo –se-
gún Lc, son cuervos– y los lirios del campo, y observar cómo Dios da
mismo las propiedades de la omnipotencia con las de la
el alimento a los pájaros y viste a los lirios con una belleza como no la
paternidad. Entonces, el poder creador y la trascendencia poseía el rey Salomón con todo su poder. Los pájaros y los lirios son
de Dios se incorporan dentro de una dimensión paternal la prueba de que Dios no es indiferente en relación a su creación» (H.
del trato con sus criaturas, tal como lo reflejan las invita- Lona, ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él?, 149-150).

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29 ¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas mo- natural, y éste es un principio esencialmente destructivo –
nedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, es decir, exige la competencia cruel y la supervivencia de
sin el consentimiento del Padre que está en el cielo. 30 algunos por la aniquilación de otros (sean individuos, po-
Ustedes tienen contados todos sus cabellos. 31 No teman blaciones o especies)– la bondad de la biosfera parecería ser
entonces, porque valen más que muchos pájaros. cuestionable. En efecto, ella incluiría la muerte en su propia
estructura interna. El NT, naturalmente, no explora esta
Esta determinación de las características del Dios crea-
perspectiva: como todo el pensamiento bíblico, contiene una
dor por parte de los evangelios sinópticos ha sido reco-
visión ingenua sobre la vida, que sin embargo conoce y no
gida por la tradición posterior al NT, particularmente en
disimula los aspectos violentos de la misma (p.ej., al utilizar
su símbolo de fe de la Iglesia primitiva que formula el si-
ciertas imágenes violentas del mundo animal: Mt 19,16: «Yo
guiente artículo: «Creo en Dios Padre todopoderoso». De
los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces
este modo, resaltará que la acción creadora no es la obra
astutos como serpientes y sencillos como palomas»). No obs-
de un ser impersonal y anónimo sino por el contrario, emi-
tante, constituiría a la vez un anacronismo y un concordismo
nentemente paternal.61
el exigir a textos elaborados al menos casi dos milenios an-
Por otra parte, los evangelios sinópticos prosiguen la tes de Lammarck, Darwin y Wallace, que dieran cuenta de
aseveración del AT acerca de que la creación es buena (cfr. una perspectiva evolucionista de la vida. En todo caso, las
Mc 7, 14-20; Jesús «come y bebe»: cfr. Mt 11,18-19). Esta afirmaciones bíblicas de un creador paternal y providente de
bondad ontológica de la creación fue objeto de reiteradas un mundo bueno no desconocen su finitud y contingencia.
polémicas en la historia del pensamiento cristiano: gnósti- Obviamente, no existe en los textos evangélicos una explici-
cos, albigenses, jansenistas, neoplatónicos cristianos y, en tación racional del motivo de una lucha por la subsistencia;
general, diversos tipos de dualismos han pretendido atri- lo que existe es, en un ámbito más general, una constatación
buir a la materia una dimensión maligna, atribuyéndole la experiencial de la conflictividad en la naturaleza viviente.
responsabilidad del mal en el mundo. Puesto en términos más teóricos y de cuño reciente: la bios-
Interesa destacar, de acuerdo a la perspectiva de una teo- fera es objeto de una creación divina continua y de tonali-
logía de la vida evolutiva y amenazada, dos aspectos deri- dad paternal; el Dios Padre continúa asistiéndola, aun bajo
vados de esta afirmación. El primero de ellos es que cierta la condición dramática se conflictividad que el principio de
interpretación filosófica del evolucionismo ha extrapolado el selección natural ha explicitado en forma científica y que no
principio de selección natural darwiniano hacia un terreno ha sido modificado por la encarnación del Hijo.
ontológico general: si la vida evoluciona mediante selección En segundo lugar, la probable alteración radical e in-
cluso disolución de la biosfera no ha de conducir necesa-
riamente hacia la valoración negativa del mundo. Éste es
61 
En la historia de la teología trinitaria se elaboró el concepto de finito y, también, contingente: de hecho, está destinado a
«apropiación» por el que se comprendía un atributo común a toda la una probable muerte térmica en un futuro lejano;62 previa-
Trinidad, pero que, desde un cierto punto de vista, parece presentar
una cierta conveniencia con una persona divina más que con otra. La
teología medieval habrá de conceptualizar este tema bajo la catego-
ría de la apropiación en las obras ad extra (cfr. S. Tomás de Aquino, Cfr. C. Bollini, Evolución del Cosmos, ¿aniquilación o plenitud? y J.
62 

Suma de Teología, I, q. 45, a. 6 ) Polkinghorne, El Dios de la esperanza y el fin del mundo.

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mente, el escenario favorable a la vida tal como la cono- 7 para que todos creyeran por 12 les dio el poder de llegar a
cemos debería desaparecer. Esta condición del universo medio de él. ser hijos de Dios.
y del planeta, a la luz de la perspectiva de los sinópticos, 8 Él no era la luz, 13 Ellos no nacieron de la
debería ser pensada en la clave del horizonte paternal del 8 sino el testigo de la luz. sangre,
Dios creador. En particular, las perturbaciones ambienta- 9 La Palabra era la luz verda- 13 ni por obra de la carne,
les no pueden ser atribuidas a la misma responsabilidad dera 13 ni de la voluntad del
moral del universo ni pueden ser desconectadas, al menos 9 que, al venir a este mundo, hombre,
para una visión cristiana, de la óptica del plan de un Dios 9 ilumina a todo hombre.
13 sino que fueron engendra-
que no es un principio anónimo, sino un Padre que sigue 10 Ella estaba en el mundo,
dos por Dios.
atentamente el curso de la historia de su creación.63 10 y el mundo fue hecho por
14 Y la Palabra se hizo carne
medio de ella,
10 y el mundo no la conoció. 14 y habitó entre nosotros.
10. La Palabra creadora se hizo creatura biológica 11 Vino a los suyos, 14 Y nosotros hemos visto su
11 y los suyos no la recibieron. gloria,
o el Logos se hizo vida
12 Pero a todos los que la 14 la gloria que recibe del
El prólogo de Juan (1,1-18), en una obertura paralela a recibieron, Padre como Hijo único,
Gn 1, muestra la actividad creadora, pero desde el interior 12 a los que creen en su 14 lleno de gracia y de verdad.
mismo de Dios, donde ya está presente Logos, y cuyo rol en Nombre,
la creación del mundo es esencial:

1 Al principio existía la Pala- 4 En ella estaba la vida, La Palabra (Logos) designa a aquel sujeto divino por
bra, y la Palabra estaba junto 4 y la vida era la luz de los quien (diá, por su mediación) fue hecho todo lo que existe.
a Dios, hombres. Esta afirmación no implica una contradicción con la apro-
5 La luz brilla en las tinieblas, piación al Padre de la creación: el Logos es la Palabra por la
1 y la Palabra era Dios.
5 y las tinieblas no la recibieron. que todo es puesto en el ser. En cuanto Palabra, le imprime
2 Al principio estaba junto a
6 Apareció un hombre envia- dialógicamente su lógica al universo. Juan destaca que en
Dios.
do por Dios, ella estaba la vida (v. 4ª).
3 Todas las cosas fueron he- 6 que se llamaba Juan.
chas por medio de la Palabra Pero el prólogo sorprende por su afirmación de que este
7 Vino como testigo,
3 y sin ella no se hizo nada de 7 para dar testimonio de la Logos «se ha hecho carne» (v. 14), criatura, un ser humano.
todo lo que existe. luz, Este salto en toda la escala del ser consiste en que alguien
de la Trinidad se inserte en el cosmos creado, corriendo
su suerte con ella. Esta introducción de Dios en su obra no
sólo reafirma su valoración positiva sobre la misma sino
que incluye además su compromiso con su destino. La Pa-
labra se integra no sólo en la historia humana sino también
63 
José Luis Segundo aplica la categoría física y biológica de la ne-
guentropía a las descripciones propuestas por los evangelios sinóp- en la del universo y en la de la vida. Es pertinente afirmar
ticos, cfr. M. E. Celli, «Jesús de Nazaret sub specie evolutionis. La pro- que «la Palabra se ha hecho vida», es decir, un ser vivien-
puesta latinoamericana de Juan Luis Segundo». te, un individuo en el que corre la historia de la vida. El

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patrimonio genético, los elementos químicos, la estructura 11. Una creación nueva y que espera
neuronal, etc., han sido incorporados en esta situación in-
édita que se ha llamado «encarnación». Ello significa una Los textos neotestamentarios acuden a expresiones que
incorporación del Logos eterno en la corriente histórica de designan la novedad producida por el acontecimiento de
la biosfera. Además, precisamente por haberse hecho él Cristo:64 hay una nueva alianza, un nuevo ser humano, un
mismo parte de la historia evolutiva de la vida, la modifica nuevo nacimiento, un nuevo mandamiento, unos cielos y
cualitativamente. En efecto, a partir de la encarnación, el tierra nuevos.65
misterio de Cristo opera misteriosamente en el conjunto San Pablo, en particular, destaca que el universo ha sido
de la realidad natural. Esto no implica, sin embargo, que se hecho de nuevo por obra de la resurrección de Cristo: «El
afecte la autonomía de la biosfera. En efecto, ella continúa que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha des-
comportándose en el modo en el que lo hacía previamen- aparecido, un ser nuevo se ha hecho presente» (2 Cor 5,
te mundo: aun gravitada por la encarnación y pascua del 17). Se trata de una «nueva creación» (καινὴ κτίσις) a la
Hijo, prosigue su camino evolutivo. que le corresponde el poder caminar «en una nueva vida»
(ἐν καινότητι ζωῆς) (Rom 6,4). En efecto, señala Pablo:
Por otra parte, 1Jn 1,1-2 explicita lo enunciado en Jn
«Lo que importa es ser una nueva criatura» (Gál 6,15). Los
1,4ª: el Logos en el que se encuentra la vida es, en reali-
efectos de la resurrección de Cristo determinan una reno-
dad, el Logos de Vida. En efecto, Juan transmite lo que ha vada configuración del hombre. Por ello, hay una nueva
visto y tocado acerca del Verbo o Palabra de vida (περὶ vida, la de Cristo en el creyente:
τοῦ Λόγου τῆς ζωῆς), el cual, efectivamente, se ha hecho
visible y palpable: 20 y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí: la vida
que sigo viviendo en la carne, la vivo en la fe en el Hijo de
1 Jn, 1,1-2: Dios, que me amó y se entregó por mí.
1 Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído,
1 lo que hemos visto con nuestros ojos, También el mundo no humano es afectado por la no-
1 lo que hemos contemplado vedad de Cristo. En efecto, el conjunto de lo creado ex-
1 y lo que hemos tocado con nuestras manos perimentará esa novedad ontológica, aunque espera su
1 acerca de la Palabra de Vida, despliegue final:
1 es lo que les anunciamos.
18 Yo considero que los sufrimientos del tiempo pre-
2 Porque la Vida se hizo visible,
sente no pueden compararse con la gloria futura que se
2 y nosotros la vimos y somos testigos,
revelará en nosotros.19 En efecto, toda la creación espe-
2 y les anunciamos la Vida eterna, ra ansiosamente esta revelación de los hijos de Dios. 20
2 que existía junto al Padre Ella quedó sujeta a la vanidad, no voluntariamente, sino
2 y que se nos ha manifestado.

El Verbo eterno, existente antes de la creación, en el


que radica la vida en plenitud, se ha hecho experimenta- 64 
Al respecto, cfr. el estudio de G. J. Söding: La novedad de Jesús. Rea-
ble. En cuanto tal, se ha convertido en sujeto de percep- lidad y lenguaje en proceso pascual, con un pormenorizado análisis
ción sensorial y de comprensión intelectual por parte del sobre la novedad en la Biblia.
ser humano. 65 
Op. cit., 110.

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por causa de quien la sometió, pero conservando una es- Lo cierto es que el texto de Rom no indica que el pecado ha
peranza. 21Porque también la creación será liberada de la modificado de algún modo la constitución física del uni-
esclavitud de la corrupción para participar de la gloriosa verso ni que el pecado del hombre ha sometido al universo
libertad de los hijos de Dios. 22 Sabemos que la creación a la «corrupción», como si él hubiera sido anteriormente
entera, hasta el presente, gime y sufre dolores de parto.23 incorruptible. De hecho, según Rom 1,20, la creación había
Y no sólo ella: también nosotros, que poseemos las primi- sido hecha para el ser humano para revelarle las perfec-
cias del Espíritu, gemimos interiormente anhelando que se ciones de Dios. Precisamente, Rom 1,21 utiliza el mismo
realice la plena filiación adoptiva, la redención de nuestro verbo utilizado para las consecuencias cósmicas del peca-
cuerpo. (Rom 8, 18-23) do, al señalar que los paganos «…se extraviaron en vanos
La cita de Rom parece contradecir la insistente decla- razonamientos (emataióthesan) y su mente insensata quedó
ración del AT sobre la bondad intrínseca de lo creado. En en la oscuridad». Por ese motivo, la afirmación acerca de
efecto, la exención de la atribución del mal al universo pa- que el pecado ha sometido a la vanidad al universo ha de
rece encontrar un contrapunto en este texto, en el que se comprenderse como que con el pecado del hombre ha ce-
afirma que la creación aparece anhelando ser liberada y sado de ejercerse su rol providencial. A continuación del
transformada de la esclavitud a la que ha sido conduci- pecado el ser humano abusa de la creación hasta hacer de
da por el pecado humano. Además, el pasaje subraya una ella un ídolo que, en lugar de acercar, aleja del creador. En
espera ansiosa del cosmos también por la posibilidad de vez de orientar al hombre hacia su fin, lo desvía; no es más
acceder a una condición absolutamente novedosa.66 Cier- un espejo de Dios para el hombre, sino una pantalla que
tamente, el contenido último de semejante expectación re- ofusca su mirada. Esa es la «vanidad» a la que la creación
sulta difícil de precisar; pero se puede sostener que, al me- ha estado sometida.68
nos, indicaría que, así como el universo entero participa de A pesar de esa atenuación de la afectación cósmica del
la condición pecaminosa introducida por el hombre, habrá pecado humano, el texto de Romanos destaca la solidari-
de tomar parte también de su filiación divina. dad entre lo antropológico y lo cosmológico. Asimismo,
La vanidad (mataiotè) fue interpretada por numerosos la actividad de Cristo redentor y del Espíritu santificador
teólogos de la antigüedad como «corrupción», lo que im- alcanzará a los seres del universo y, aunque no se explici-
plicaría pensar que antes del pecado el mundo habría sido
incorruptible; algunos, sin embargo, ya distinguieron las
características propiamente contingentes de los seres inde- como alimento para los animales y no como castigo para el hombre,
pendientemente de la situación de pecado y sus efectos.67 porque del nacimiento de ellos no se hubiera originado ningún traba-
jo ni dolor para el hombre que la trabajara, como dice San Agustín en
Super Gen. ad litt.. Alcuino dice que, antes del pecado, la tierra no daba
espinas y abrojos. Pero consideramos más aceptable la opinión de San
66 
La actitud que se le atribuye al cosmos es la de la «apokaradokia» Agustín» (Summa Theologiae, II-II, q. 164, art. 2, ad 1).
(v.19), un término desconocido en el griego profano, que expresa la 68 
Hemos seguido el comentario de S. Lyonnet, en un artículo que ex-
expectativa de quien «saca la cabeza» para ver si ha llegado lo que plícitamente aborda el texto de Rom. en conexión con la evolución, a
espera (cfr. H. Lona, H. op.cit.: 162). partir de la figura de Teilhard de Chardin: «Il significato della ‘reden-
67 
Así, por ejemplo, Santo Tomás de Aquino señala: «También la tierra zione dell’universo’ nella concezione paolina della salvezza e la com-
hubiera dado espinas y abrojos si el hombre no hubiera pecado; pero memorazione di Pierre Teilhard de Chardin», 363-388, espec., 368-371.

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te, puede también a los seres vivientes. Toda la realidad 12. Plan creador focalizado en Cristo
viviente –biosfera, individuos, especies– estaría anhelando
ese punto de transformación final. Con lo cual se ha de El modelo teológico de Ef 1,3-14 parecería ser más per-
pensar necesariamente en una escatología también para la meable que el de Gn 1 –que remarca la acción creadora sin
vida; existe una «bio-escatología» latente en este texto. una contextualización tan claramente soteriológica- para pen-
sar las características de esta creación evolutiva. No se trata,
pues, de una creación aislada de un proyecto, sino dirigida
Perspectivas evolutivas y ecológicas –con un finalismo abierto– hacia la encarnación y la pascua.
No se puede derivar ninguna conclusión de este tex-
to: ni sobre la dimensión evolutiva de la vida, ni sobre el 3 Bendito sea Dios, el Padre 9 que estableció de antemano
actual período de crisis del Antropoceno. Respecto de lo de nuestro Señor Jesucristo, en Cristo,
primero y, contra las interpretaciones antiguas que des- 3 que nos ha bendecido en Cristo 10 para que se cumpliera en
conocían la estructura evolutiva de la vida, cabe destacar 3con toda clase de bienes la plenitud de los tiempos:
espirituales en el cielo, 10 reunir todas las cosas, las
que la ley de selección natural y la finitud –que, la mayor
4 y nos ha elegido en él, antes del cielo y las de la tierra,
de las veces resulta cruenta– de individuos y especies no de la creación del mundo, 10 bajo un solo jefe, que es Cristo.
guarda relación alguna con un evento hamartológico hu- 4 para que fuéramos santos 11 En él hemos sido constitui-
mano. En otras palabras, la vida siempre prosperó bajo 4 e irreprochables en su pre- dos herederos,
esa legalidad competitiva, independientemente de cual- sencia, por el amor. 11 y destinados de antemano
quier evento humano teológico, como lo es un pecado de 5 Él nos predestinó a ser sus –según el previo designio
los orígenes. hijos adoptivos 11 del que realiza todas las
5 por medio de Jesucristo, cosas conforme a su voluntad–
Respecto de lo ecológico, se puede proyectar la ac- 5 conforme al beneplácito de 12 a ser aquellos que han
ción pecaminosa humana en la desmesura del manejo de su voluntad, puesto su esperanza en Cristo,
la naturaleza moderno y contemporáneo. Sin embargo, 6 para alabanza de la gloria de 12 para alabanza de su gloria.
resulta forzado atribuir directamente al pecado original su gracia, 3 En él, ustedes,
que afectó las relaciones entre ser humano y naturaleza. 6 que nos dio en su Hijo muy 13 los que escucharon la Pala-
Hay una tradición en el AT de vinculación entre pecado querido. bra de la verdad,
y distorsión de los vínculos con lo natural (Noé, Profetas, 7 En él hemos sido redimidos 13 la Buena Noticia de la salvación,
etc.) pero no de una manera lineal entre un pecado de por su sangre 13 y creyeron en ella,
los orígenes y una transformación ontológica de la na- 7 y hemos recibido el perdón 13 también han sido marca-
turaleza. La crisis ambiental, en todo caso, es el fruto del de los pecados, dos con un sello
7 según la riqueza de su gracia,
pecado personal actual y acumulado, amplificado por la 13 por el Espíritu Santo prometido.
8 que Dios derramó sobre nosotros, 14 Ese Espíritu es el anticipo
naturaleza utilizada con finalidades economicistas o des- 8 dándonos toda sabiduría y
cuidadamente. Este proceso culmina con una afectación de nuestra herencia
entendimiento.
a la naturaleza vecina al ser humano, principalmente la 14 y prepara la redención del pueblo
9 Él nos hizo conocer el miste-
biosfera. En ese sentido, puede legítimamente pensarse 14 que Dios adquirió para sí,
rio de su voluntad,
14 para alabanza de su gloria.
sobre el ansia de liberación y restauración de la misma, 9 conforme al designio miseri-
en una expectativa escatológica. cordioso

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13. La plenitud de todo lo que existe De este texto, creemos que se pueden formular algunos
comentarios evolutivos y ecológicos:
La carta a los Colosenses (1, 15-20) comienza con un him-
no que subraya la supremacía de Cristo, tanto en el orden de 1. El texto orienta hacia un punto final de transforma-
la creación como en el de la redención. Siendo el primogéni- ción definitiva de los seres vivientes. Prescindiendo
de la cuestión del finalismo del árbol filogenético, es
to de la creación, es también el principio de la recreación, en
decir, de que haya una línea determinada de la evo-
cuanto primero de los resucitados y cabeza de la Iglesia. El
lución, se puede afirmar que el «árbol de la vida»
himno destaca que en él todo alcanza la plenitud (pléroma) concluirá –de acuerdo a esta perspectiva paulina-
y su pacificación. Creemos interesante destacar que se men- en una situación final de los seres vivos.
ciona a todo ser del cielo y de la tierra como reconciliado
mediante la sangre del Hijo encarnado y crucificado: 2. Habría una dimensión hamartológica (de: ἁμαρτία,
pecado) en la ontología de lo creado: el pecado ha
15 Él es la Imagen del Dios invisible, afectado de algún modo a la creación, aunque sin
15 el Primogénito de toda la creación, implicar su ontología. El campo relacional del uni-
16 porque en él fueron creadas todas las cosas, verso parecería estar perturbado y necesitado de
16 tanto en el cielo como en la tierra, una intervención salvífica.
16 los seres visibles y los invisibles,
16 Tronos, Dominaciones, Principados y Potestades: 3. El nuevo estado del universo, sin embargo, no con-
16 todo fue creado por medio de él y para él. sistiría en una mera restauración del equilibrio eco-
lógico, sino en la habilitación de las nuevas criaturas
17 Él existe antes que todas las cosas
para retomar su misión en la, ahora, nueva creación.
17 y todo subsiste en él.
Cualquier consecuencia lineal a los textos –supervi-
18 Él es también la Cabeza del Cuerpo,
vencia de tales especies, lugar de los animales do-
18 es decir, de la Iglesia.
mesticados por el hombre, etc.– no surge de ellos.
18 Él es el Principio,
Pero los pasajes dan pie a la elaboración de una “eco-
18 el Primero que resucitó de entre los muertos,
teología escatológica”, es decir, un discurso teológico
18 a fin de que él tuviera la primacía en todo,
que incorpore la problemática ambiental en su trata-
19 porque Dios quiso que en él residiera toda la Plenitud.
miento de las últimas realidades de la historia.
20 Por él quiso reconciliar consigo
20 todo lo que existe en la tierra y en el cielo,
20 restableciendo la paz por la sangre de su cruz Visión bíblica: Dios es el Dios de la vida
(Col 1, 15-20).
En el AT se habla del Dios de Abrahám como el «Dios
Cristo aparece como primogénito de toda la creación viviente» (cfr. Dt 5,26; Jos. 3,10; Sal 84,3; Is 37,4; Ez 33, 11;
(v. 15) y también como el primero de los resucitados de etc.). Este atributo es utilizado muchas veces en un con-
entre los muertos (v.18). Esta condición de primero entre texto anti-idolátrico, para testimoniar que el Dios de Israel
los vivientes y también primero entre los seres de la nueva está vivo, mientras que los dioses de los otros pueblos son
condición de vida lo constituye en raíz personal de toda la simulacros falsos: «Pero el Señor es el Dios verdadero, él
vida, tanto natural como sobrenatural. Además, es pléroma es un Dios viviente y un Rey eterno» (Jer 10,10). Pero el
(v. 19), plenitud de toda la realidad viviente. significado más profundo de esta expresión manifiesta la

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Teología de la vida Lucio Florio

conciencia de que en Dios existe vida, y que ésta se puede no y, en forma derivada, también el cosmos y la vida. Sin
predicar de Dios como algo propio. Además, él es la «cau- embargo, éstas prosiguen su curso en forma autónoma, ya
sa» de la vida de los seres vivientes. La intervención del que no se producen nuevas leyes cosmológicas ni biológi-
espíritu de Yahvé es lo que permite que el hombre se trans- cas.70 Lo que se conforma es una animación superior del
forme en un «ser viviente» (Gn 2,7), y es por la voluntad de conjunto de la vida.71 En todo caso, la novedad cristológi-
Dios que todo ser que respira («nefes», espíritu, hálito de ca afecta aspectos nucleares del vínculo humano con Dios
vida) participa del don de la vida (cfr. Jb 34, 14-15; Sal 104, y, en él, con el resto del universo. La misma expectativa
29-30). Dios mismo llama las cosas al ser y a la vida por- escatológica no irrumpirá forzando el curso en el que uni-
que las ama. Él es “amante de la vida” (cf. Sab 11, 24-26). verso y vida se mueven autónomamente72. Por añadidura,
el Nuevo Testamento afirma la existencia de un principio
El reclamo al «Dios viviente» es frecuente también en
personal de vida en la historia que recuerda y actualiza la
el NT. Así, en un pasaje que vincula el AT con el NT, en la
misión del Hijo: es el Espíritu Santo, «Señor y dador de
disputa de Jesús entre fariseos y saduceos a propósito de la
vida» según la declaración del I Concilio de Constantino-
resurrección: «[…] Él no es el Dios de muertos, sino de vi-
pla en el 381. A la tercera persona trinitaria se le apropió la
vos» (Mc 12, 16-27). Pedro confesará el mesianismo de Je-
misión ligada, en cuanto generadora de la novedad divina
sús diciendo que es el «Hijo del Dios viviente» (Mt 16,16).
en la historia posterior a Cristo.
Por otra parte, Dios defiende como algo suyo la vida, y el
respeto que cada uno debe a la vida humana es signo de
esta pertenencia divina (cfr. Gn 9, 5-6). El mandamiento
de «no matar» aparece en el decálogo sinaítico. La misma
ley divina es «fuente de vida» (cfr. Dt 5,33; 6, 2. En el NT
Jesús defiende el seguimiento de la ley con la expresión:
“cumple esto y vivirás” (cfr. Lc 10,28; Mt 19,16-19; Ez 18,
32b: «Conviértanse, entonces, y vivirán»). Asimismo, Dios
tiene también una relación «personal» con la vida de cada
ser humano. El posee un conocimiento desde el momento
en que llama a cada uno a la existencia: (Jer 1,5; Sal 139,
13-14). El NT hablará de este conocimiento primigenio en
términos de una elección en el Hijo, que precede a toda la
creación (cfr. Ef. 1,4: Rom 8,28.30).69
Precisamente, la novedad cristológica que aporta el NT
70 
El NT insiste en que la novedad cristológica no trae aparejada una
modificación en el orden estructural de lo creado: no emergen leyes
afecta el corazón de la historias del mundo, de la vida y del
nuevas, sino que hay una reforma en la raíz relacional del ser huma-
hombre. Cristo y el Espíritu hacen nuevo el corazón huma- no y Dios y, desde allí, de todo el universo, incluyendo la biosfera.
71 
Pierre Teilhard de Chardin expresaba esto mediante el concepto
de una «cristogénesis» inscripta dentro del proceso natural del uni-
verso (cosmogénesis), de la vida (biogénesis) y de la historia huma-
La síntesis bíblica final responde a la de Livio Melina, “Vita”,
69  na (noogénesis). Cfr. L. Galleni, Darwin, Teilhard y los otros.
1526-1527. 72 
Cfr. C. Bollini, op.cit, y J. Polkinghorne, op. cit.

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Parte II
Teología evolutiva

Nothing in Biology Makes Sense except in


the Light of Evolution (T. Dobzhansky).73

Si las cosmologías antiguas del Cerca-


no Oriente pudieron purificarse e in-
corporarse a los primeros capítulos del
Génesis, la cosmología contemporánea
¿podría tener algo que ofrecer a nues-
tras reflexiones sobre la creación? Una
perspectiva evolucionista ¿arroja alguna
luz aplicable a la antropología teológi-
ca, el significado de la persona humana
como imago Dei, el problema de la Cris-
tología –e incluso sobre el desarrollo de
la doctrina misma–? (Juan Pablo II).74

Preliminar: la evolución como tema teológico


En la biología actual no se discute el proceso evolutivo.
El fenómeno de la vida, y del ser humano dentro de él, pre-
supone la evolución como marco teórico para la biología
contemporánea; como señala T. Dobzhansky: «nada tiene

73 
“������������������������������������������������������������
Nothing in Biology Makes Sense except in the Light of Evolu-
tion”, 125-129.
74 
«Mensaje de Su Santidad Juan Pablo II al Rev. George V. Coyne, S.J.

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sentido en la biología excepto a la luz de la evolución».75 cir la visión evolutiva en la cristología y en el quehacer
Frente a este dato, que implica una visión consolidada del teológico en general80, a nuestro entender, no parece haber
fenómeno de la vida por parte de las ciencias biológicas y, cristalizado suficientemente.
más extensamente, por la cultura actual, la teología ha ido
En esta parte de la obra se pretende indagar sobre al-
tomando partido de diversas maneras en el más de siglo
gunos puntos de confluencia entre la teología y la evo-
y medio de vida de la teoría evolutiva. En nuestro tiem-
lución biológica. Se presupone tanto la ausencia de una
po, la reflexión teológica –al menos en el área católica y en
conflictividad de base así como la posibilidad no sólo de
buena parte de las teologías evangélicas–, después de una
diálogo, sino incluso de una integración de las temáticas
primera etapa vacilante y parcialmente combativa, ha ido
evolutivas dentro de la teología escolar. A partir de estos
aceptando la explicación evolutiva como un dato científico
presupuestos, se intenta individualizar algunas tareas in-
que, bajo ciertas condiciones, puede ser integrado con la
ternas a las disciplinas teológicas en la búsqueda de una
perspectiva bíblica.76 Por lo pronto, ha habido un notable
asimilación crítica de la evolución. Si la reflexión teológica
acrecentamiento de publicaciones teológicas sobre la evo-
es una intelección de la fe mediante los recursos racionales
lución.77 En el ámbito católico, sin embargo, da la impre-
a disposición, habrá que pensar la vida como creatura en el
sión de que la cuestión ha ingresado en forma más clara
paradigma vigente que es, actualmente, el de la evolución.
en la enseñanza oficial78 que en la teología concreta. La co-
Ahora bien, no da la impresión de haberse producido una
nocida afirmación de Juan Pablo II acerca del carácter más
recepción teológica consistente al interior de las diversas
que hipotético de la evolución79 y su invitación a introdu-
disciplinas teológicas. Y, sin embargo, el estado de acepta-
ción del núcleo evolutivo por parte de la enseñanza oficial
posibilita una tarea que emerge como compleja y desafian-
75 
T. Dobzhanksky, op. cit.
te: la de incorporar la panorámica evolutiva al interno de
76 
Martinez J. Hewlet, «Evolución biológica en la ciencia y en la
la reflexión teológica.
teología», 85-100.
77 
Los aniversarios darwinianos de 2009 produjeron también un ma-
yor número de eventos académicos y de escritos sobre teología y cada, de los resultados de trabajos realizados independientemente
evolución. Dentro del ámbito católico, debemos mencionar el con- unos de otros, constituye de suyo un argumento significativo en fa-
greso realizado en la Univ. Gregoriana en 2009: G. Auletta; M. vor de esta teoría» (Juan Pablo II, «A los miembros de la Academia
Leclerc; R. A. Martínez (eds.), Biological Evolution, Facts and Theo- Pontificia de las Ciencias», 4: http://www.vatican.va/holy_father/
ries. A Critical Appraisal 150 Years After “The Origin of Species”. En john_paul_ii/messages/pont_messages/1996/documents/hf_jpii_
Argentina, cfr. M. De Asúa, De cara a Darwin; L. Florio, Evolución y mes_19961022_evoluzione_sp.html).
Cristianismo: un diálogo posible. 80 
Cfr. «Mensaje de Su Santidad Juan Pablo II al Rev. George V. Coy-
78 
Cfr. R. Martinez, “The Reception of Evolutionary Theories in the ne, S.J., Director del Observatorio Vaticano»: «Si las cosmologías
Church”, 589-612. antiguas del Cercano Oriente pudieron purificarse e incorporarse
79 
«Hoy, casi medio siglo después de la publicación de la encíclica, a los primeros capítulos del Génesis, la cosmología contemporánea
nuevos conocimientos llevan a pensar que la teoría de la evolución ¿podría tener algo que ofrecer a nuestras reflexiones sobre la crea-
es más que una hipótesis. En efecto, es notable que esta teoría se ción? Una perspectiva evolucionista ¿arroja alguna luz aplicable a la
haya impuesto paulatinamente al espíritu de los investigadores, a antropología teológica, el significado de la persona humana como
causa de una serie de descubrimientos hechos en diversas discipli- imago Dei, el problema de la Cristología –e incluso sobre el desarrollo
nas del saber. La convergencia, de ningún modo buscada o provo- de la doctrina misma–?»

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Aquí, entonces, nos interesa resaltar algunos elementos académica halla en el inglés su lengua propia y está dise-
esenciales para una teología que aborde crítica y sistemáti- ñada básicamente con reglas metodológicas y problemáti-
camente el desafío planteado por la evolución biológica. El cas gravitadas en el medio cultural anglosajón. Aunque la
objetivo de esta parte es la de mostrar que, en el marco de fecundidad de las ciencias modernas haya provocado su
una teología gravitada por la imagen del mundo produci- difusión global, con la ciencia pura muchas veces ingresan
da por las ciencias, se hace necesaria la incorporación de cuestiones filosóficas –e incluso teológicas– discutibles. De
las perspectivas abiertas por la biología evolutiva dentro este modo, temáticas relativas al método científico, al azar,
de las diversas disciplinas teológicas. Puesto que la fase al finalismo, a la relación cuerpo-espíritu o cerebro-mente,
de debate conflictivo entre evolución y revelación parece etc., ingresan con categorías de comprensión que no son
haber pasado, se impone ahora la de una «teología de la las mismas en las que se elaboran esos temas en otras tra-
evolución» que, sin concordismos,81 proponga una seria diciones de pensamiento –por otra parte, frecuentemente
integración de la comprensión evolutiva de la vida. ignoradas en los campos de debate anglosajones–.
Creemos imprescindible advertir que las teorías evolu- Habiendo aclarado la situación, se impone también
tivas se han desarrollado prioritariamente en el área an- la afirmación de que hay que escuchar a la ciencia más
glosajona, con la consecuente referencia a problemáticas seria, es decir, aquella sometida a mayor control. En las
no siempre familiares a otras regiones culturales. La con- últimas décadas, algunos estudios han practicado un tra-
flictividad entre los creacionismos y el movimiento del ID bajo crítico de la historia de las ideas evolutivas, inten-
con interpretaciones neodarwinianas es primariamente es- tando mostrar la ciencia biológica en su estado maduro
tadounidense, aunque con resonancias en otras partes del y discriminando posiciones ideológicas o no suficiente-
mundo.82 Sin embargo, se puede detectar que esta polari- mente críticas.83 Resulta clave este trabajo para un debate
zación no repercute linealmente sobre la teología elabora- más focalizado, como el que se debe llevar adelante en
da en otros ambientes. Por lo pronto, la hermenéutica pu- nuestra área cultural, en la que la historia de las ideas
ramente literal no predomina en el campo católico como filosóficas y teológicas no se confronta habitualmente con
tampoco en buena parte del área protestante europea. la historia de las teorías científicas.84 Se debe añadir una
Tampoco es tan determinante el influjo cientificista sobre dificultad previa a esta tarea, constituida por la ausencia
las poblaciones latinoamericanas, cuya religiosidad ofrece de base científica por parte de quienes cultivan la teolo-
obstáculos para lecturas reduccionistas del fenómeno de gía, personas formadas primariamente en una tradición
la vida. Se debe señalar, también, que la cultura científica de humanidades, más que en ciencias naturales y los mé-

81 
Cfr. D. Lambert, Sciences et théologie. Les figures d’un dialogue, 74-88.
82 
J. Arnould alerta sobre el desembarco del creacionismo en
Europa:«The creationist crisis has crossed the Atlantic and is now threa- 83 
Así lo ha hecho M. Ruse en: El misterio de los misterios. ¿Es la evolu-
tening Europe» [La crisis creacionista ha cruzado el Atlántico y ahora ción una construcción social?
amenaza a Europa] («Theologians Wanted! Some Reflections about 84 
Es el mérito, en nuestro país, de la obra de M. de Asúa, en la que
the Creation/Evolution Debate», 357-370; aquí: 357.). En América La- se describe la historia de las evolución en sus aspectos científico, filo-
tina, existen perspectivas creacionistas mayormente en denomina- sófico y teológico (De cara a Darwin, cap. 8: “Reflexiones teológicas”:
ciones evangélicas, pero también en algunos ámbitos católicos. 277-322).

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todos científicos más rigurosos.85 El conocimiento básico La evolución puede significar el hecho de la evolución,
de las disciplinas científicas vigentes sobre la cuestión de es decir, el desarrollo de los organismos hacia formas muy
la vida es clave para la comprensión de los verdaderos diferentes desde los primeros organismos hasta el presen-
problemas sobre los que debemos reflexionar. te. También puede significar la teoría de la evolución; nor-
malmente, se incluye aquí los mecanismos basados en la
selección natural darwinista. O el término puede significar
toda la imagen metafísica o ideológica construida alrede-
dor o sobre la evolución; estrictamente hablando, a esto se
llama el evolucionismo. 86

Gran parte de la discusión contemporánea entre evo-


lución y religión se ha focalizado sobre el último punto,
es decir, sobre la cosmovisión evolutiva. Ahora bien, la
determinación del conjunto –extremadamente complejo–
de datos que fundamentan una ulterior teoría del proceso
de los seres vivos es muy distinta a las visiones integrales
que suelen extrapolarse en afirmaciones globales de im-
posible comprobación empírica. Para la visión de fe que,
en última instancia, tiende a configurar una cosmovisión,
resulta importante delimitar los campos de afirmación de
Fig. 3. Esquema de las eras geológicas los enunciados evolutivos, a fin de considerar aquello que
y de la aparición y desarrollo de la vida.
se interconecta con los núcleos centrales de la revelación.

1.1. La evolución como hecho


1.1.1. La negación del carácter fáctico de la temporali-
1. El hecho, las teorías y las cosmovisiones.
dad y transformación de los seres vivientes parece difícil-
Cuestiones de epistemología filosófica y teológica mente sostenible en nuestro tiempo; la masa de evidencias
Podríamos decir que existen al menos tres niveles de convergentes y autónomas es demasiado abundante. Aun
utilización de la expresión «evolución», al decir de Ruse así, subsisten posiciones negadoras de la evolución como he-
(2005): cho originadas muchas veces en pensamientos religiosos,
aunque también de fuentes meramente filosóficas. Las
epistemologías del siglo XX –apoyadas fundamentalmente
El desconocimiento de cuestiones básicas de ciencias por deficien-
85 

cias en los estratos educativos previos suele ser el problema fun-


damental para acceder a una reflexión teológica sobre problemas
científicos. Cfr. el estudio sobre la cuestión en el universo de los se-
minarios católicos de Brasil, en: M. A. Campos, Ciência e religião nos
seminários católicos brasileiros, 73-103). 86 
Cfr. M. Ruse The Evolution-Creation Struggle, 4.

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en K. Popper, T. Kuhn o en la filosofía analítica–87 ponen el la más importante. Desde esta perspectiva, la evolución ha
acento en los elementos modificables de las teorías científi- de ser considerada como un hecho científico; es decir, que
cas en general y de la evolutiva en particular. Desde el aná- la descendencia de todas las especies, con modificación,
lisis epistemológico, la o las teoría(s) evolutivas podrían desde sus ancestros comunes es una hipótesis que en los
variar en base a nuevas pruebas o a cambios generales de últimos 150 años ha sido apoyada por una gran masa de
paradigmas. De todos modos, lo que interesa destacar es evidencia, y ha resistido exitosamente todos los desafíos,
que la facticidad de la historia de la vida, es decir, el hecho hasta que ha llegado a ser un hecho. Pero esta historia del
de que los seres vivos tengan una temporalidad y se trans- cambio evolutivo es explicada por la teoría evolutiva, el
formen específicamente no parece encontrar contrastacio- cuerpo de declaraciones (sobre mutación, recombinación,
nes de fondo en el mundo de los biólogos. En todo caso, las aislamiento, deriva genética, azar y otros) que, en forma
divergencias podrán provenir de las teorías explicativas conjunta, intentan dar cuenta de los varios cambios que los
del hecho evolutivo. organismos han sufrido.
Algunas síntesis universitarias muy difundidas abor- Ludovico Galleni, por su parte, también desarrolla la
dan la cuestión del estatuto epistemológico de la evolu- cuestión de si la evolución es un hecho o no y lo hace me-
ción. Douglas Futuyma, por ejemplo, sostiene que la evo- diante una analogía proveniente del mundo histórico.89 La
lución es un hecho, en cuanto se trata de una hipótesis que evolución es como el resultado de una investigación históri-
ha llegado a contar un tal apoyo de evidencia que nos sen- ca (observamos el pasado y tratamos de describir los hechos
timos seguros utilizándola como si fuera verdadera.88 Una desde una perspectiva histórica, es decir, como acontecidos
hipótesis, se puede simplificar diciendo que es una supo- en el tiempo) tan demostrable como lo ha sido, por ejem-
sición que debe ser demostrada. Una teoría, en cambio, plo, la existenca del Imperio Romano. Pero el referirnos al
es una gran idea que integra otras ideas e hipótesis y las Imperio Romano no nos permite hablar de un único evento
incluye en sí como una fábrica; es, en sí, un maduro e in- (por ejemplo la batalla de Azio) sino de un recorrido his-
terconectado cuerpo de declaraciones, basados en razona- tórico que relaciona los diferentes hechos, de un desarro-
miento y evidencia, que explican una amplia variedad de llo histórico cuya descripción se basa no sólo en los restos
fenómenos. Existen varias teorías en biología, y entre ellas, y rastros que quedan de ese período (ruinas, un mosaico,
la evolución, es seguramente por la vasta mayoría, como una construcción bastante bien conservada, un texto escrito)
sino también en las consecuencias que trajo en el presen-
te, por ejemplo en la difusión de las lenguas neolatinas. En
este sentido, lo mismo puede decirse de la evolución: es un
87 
La corriente estructuralista estudia las teorías científicas teorías tan-
to en su estructura como en su génesis. En nuestra opinión, tienen desarrollo histórico basado en restos (fundamentalmente,
valor para la determinación de la distinción entre los elementos feno- fósiles), pero también en sus consecuencias en el presente,
ménicos u observables de los teóricos o no observables, así como de como la profunda unidad de las estructuras de los seres vi-
la lógica interna de las distintas teorías (Teoría del origen, Teoría de la vientes y la posibilidad de reconstruir árboles de filogéne-
evolución propiamente dicha, Teoría de la selección natural). Cfr. M. sis con varias técnicas (morfológicas, paleontológicas, de
Ereshefsky, “The Semantic Approach to Evolutionary Theory”, 59-80.
Sus límites provienen de un acceso exclusivamente formal al fenóme-
no evolutivo.
88 
D. Futuyma, Evolution, 613. 89 
L. Galleni, Darwin, Teilhard de Chardin y los otros.

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biología molecular) que brindan resultados coherentemen- En otras palabras, para la teología, la cuestión radica en es-
te comparables. Por último, siempre considerando las con- tablecer si la evolución en cuanto historia de los vivientes
secuencias en el presente, también se debe agregar la distri- y su mutación en el tiempo tiene una base suficientemente
bución biogeográfica de los seres vivientes. Estos elementos sólida para ser admitida como un hecho. La respuesta mayo-
nos permiten decir que la probabilidad de exactitud de esta ritaria de la comunidad científica es afirmativa, aun cuando
reconstrucción histórica es aproximadamente la misma que el debate acerca del modo explicativo del proceso todavía
hacemos en el caso del Imperio Romano. Ahora bien, acla- sea objeto de investigación.
ra Galleni que una cosa es el hecho, otra diversa es la re-
Para la teología, que cuenta con su propia raciona-
construcción de una secuencia histórica; es decir, el tratar
lidad e, incluso, «cientificidad»91, adquiere relevancia
de entender y explicar los mecanismos que la provocaron.
asumir el hecho evolutivo como una dimensión de la
Por esa razón, resulta más conviene hablar de «teorías» y
realidad viviente que ha sido captada por la razón hu-
no de «teoría» de la evolución. El darwinismo es una teoría
mana a través de varias dimensiones de su operatividad:
explicativa, si bien no es la única. Por ese motivo, el biólogo
observación, clasificación, comparación, identificación
italiano sostiene que se necesita desarrollar un pluralismo
genética, datación cronológica, etc. En definitiva, se trata
teórico, a fin de mejorar las cualidades explicativas de una
de proseguir una actividad específicamente teológica: la
teoría determinada.
aplicación de la razón –en varias de sus diversas dimen-
1.1.2. Ahora bien, ¿cómo incorporar la evolución, en siones– sobre el campo biológico, a fin de considerarlo
tanto hecho, dentro del quehacer teológico? Su negación desde la óptica de la revelación bíblica. Por supuesto
absoluta en base al carácter falsable de las ciencias parece que, debido a la naturaleza y restricciones propios del
improcedente. La masa convergente de datos provenientes método científico, subsisten márgenes de equivocación;
de disciplinas autónomas resulta demasiado contundente pero estos márgenes se angostan al abocarse a un objeto
para desestimarla. En efecto, se dispone de un abundante de investigación que cuenta con una gran masa de datos
conjunto de datos que nutren la convicción de la evolución convergentes, originados a partir de métodos autóno-
biológica: creciente identificación de fósiles, la distribución mos de disciplinas diversas.
biogeográfica, la anatomía comparativa, la geología, la em-
briología, los datos radiométricos, el estudio de la progra-
mación genética, etc. Por supuesto que no se puede estable-
cer una inducción total de todos los casos, así como tampoco
como una tarea muy exigente. Para declarar la simple compatibilidad
–por la naturaleza del fenómeno– puede ser experimentable
entre lectura científica del mundo y lectura ofrecida por la Revelación,
de manera reiterada. Sin embargo, el caudal empírico es de el teólogo puede ceder al escape fácil de no tomar demasiado en serio
tal magnitud que no podría hacerse biología sin contar con los resultados de la ciencia. Pero, si en cambio quiere utilizarlos como
esta premisa: la vida tiene una historicidad en la que las es- fuente de reflexión especulativa o de desarrollo dogmático, debe ha-
pecies han ido transformándose desde otras precedentes90. cer exactamente lo contrario, es decir, tomarlos en serio (G. Tanzella-
Nitti, «Scienze naturali, utilizzo in teologia», 1277).
91 
La cuestión de la teología como «ciencia» viene de antiguo y de-
pende de los criterios epistemológicos de la época. Algunas pro-
90 
En términos generales una aproximación capaz de recoger construc- puestas en: L. Florio, «Las ciencias naturales en la elaboración de la
tivamente la provocación de las ciencias sobre la teología se presenta teología. Algunas propuestas actuales», 551-578.

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Por lo pronto, existe un nivel de cierta facticidad ya bas- Ahora bien, ¿con qué grado de confiabilidad puede ser
tante asumido respecto de una historia de los seres vivos incorporada esta teoría, que pretende interpretar un hecho
que constituye el piso desde donde reflexionar. Es decir, en el marco de una reflexión teológica? Se trata de una teo-
hay una historia de la vida que incluye modificaciones en ría científica, apoyada por suficientes datos, que a su vez,
sus formas. Esta base fáctica parece innegable.92 sin embargo, también se ve sometida a pruebas y revisión
constantemente, como cualquier teoría científica. Supues-
1.2. La evolución como teoría ta la admisión del hecho evolutivo, se pueden integrar al
debate aquellos elementos de las teorías establecidos con
Presupuesto el hecho evolutivo, la cuestión de la expli- cierta solidez, con los cuales se ha dado inteligibilidad a un
cación teórica resulta capital. La herencia de Darwin radi- número importante de fenómenos.94 La selección natural y
ca esencialmente en su explicación mediante el principio las mutaciones genéticas, aun cuando insuficientes, apli-
de selección natural aplicado a los organismos individua- can a estos requerimientos.
les y a las especies. La síntesis moderna amplió el paradig-
ma con el principio de variabilidad genética: la evolución En otras palabras, la teología ha de prestar atención a
operaría mediante la combinación de mutaciones que re- aquellos rasgos de la interpretación del proceso evolutivo
sultasen útiles para la supervivencia y que serían poste- que sean más consistentes en la opinión de la comuni-
riormente transmitidas a los descendientes. En las últimas dad científica95. La objeción de que las teorías evolutivas
décadas, resultando insuficiente este doble principio, se puedan ser contrastadas pertenece a la esencia de la valo-
buscan nuevas modalidades explicativas, sin renunciar a ración epistemológica. Sólo que, siendo la ciencia la exis-
aquellas.93 tente y no otra, y siendo la comunidad científica la idónea
para decir una palabra relativamente concluyente sobre
Ahora bien, para la teología resulta esencial determinar el tema, se ha de reflexionar teológicamente desde ella,
qué tipo de teoría evolutiva ha de asumir para pensar, des- sin tener por ello que ver comprometido el valor sote-
de su competencia, el fenómeno de la vida. Se suele seña- riológico y ontológico central de la Palabra revelada, que
lar que ésta debe ser la estándar, es decir, la asumida por para la teología es siempre el punto de partida y, tam-
la mayoría de la comunidad científica. Hasta hace poco, bién, el de llegada.
especialmente desde la discusión se ha complejizado, la
teoría estándar era la teoría sintética de la evolución, que Con este grado de precaución metodológica, el pen-
integra la selección natural con las mutaciones genéticas. samiento teológico puede explorar algunos elementos
Sin embargo, puesto que la teoría no logra satisfacer todos emergentes de la teoría estándar, así como de los com-
los aspectos del fenómeno, se está intentando configurar plementos que se le han adosado. Por lo pronto, la cues-
una teoría más compleja. tión de la base genética resulta interesante para la teolo-

J. Haught, Reponses to 101 Questions on God and Evolution, 5-43.


94 

92 
De todos modos, tanto desde el ámbito religioso (creacionismos) Juan Pablo II hablaba de aquello que ha llegado a ser patrimo-
95 

como epistemológico (escuela analítica) se cuestiona la posibilidad nio de la cultura de un tiempo (Cfr. Juan Pablo II, «Mensaje de Su
de determinar la facticidad de la evolución. Santidad Juan Pablo II al Rev. George V. Coyne, S.J., Director del
93 
Cfr. J. Gayon, «History of Evolution Theories», 65 -69. Observatorio Vaticano»).

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gía: habría un fundamento inteligible, aunque funcione proceso de modificación de las especies en el tiempo. Sin
de manera azarosa en su juego con el ambiente, en el embargo, no puede transformarse en un modelo absoluto
seno de lo viviente. Por otra parte, la selección natural para explicar la totalidad multidimensional de un fenó-
indica la existencia de un principio no determinable a meno que, al menos bajo ciertas dimensiones, escapa al
priori, que provoca una movilización aleatoria de la rea- alcance del método científico. De lo contrario, estaríamos
lidad viviente. Ambos principios sostienen una visión en una forma de pensamiento unidimensional, regido
simultáneamente determinista y azarosa del proceso por un método científico extrapolado hacia campos que
evolutivo. no le son propios.
La teología, por su parte, tiende a configurar cosmovi-
1.3. La evolución como cosmovisión siones. El núcleo de la revelación está constituido por un
Prácticamente desde sus orígenes históricos, la teoría proyecto o designio de Dios comunicado en la historia.
evolutiva se expandió fuera de sus límites epistemológi- Este designio no es un plan definido en todos sus aspec-
cos naturales (la biología) hasta convertirse en una teo- tos de aplicación. La expresión griega para designarlo es
ría general de la vida e, incluso, de la realidad. Algunos «economía»96, y expresa un plan que se administra en el
sucesores de Darwin pensaron encontrar en la teoría tiempo. Ese plan es, pues, esencialmente, abierto, y está
orientado hacia la creación y recreación del ser humano
evolutiva una ontología general de la vida, elaborando
y del conjunto del universo. Incluye como presupuesto la
con ella y a partir de ella toda una teoría que fue trans-
creación del universo y del hombre.97 Sin embargo, no se
formándose de ser meramente científica a convertirse en
trata, ni siquiera en el plano creativo, de un diseño apli-
filosófica. En esta visión, la vida se explica mediante me-
cable de manera implacable, inexorable y exacta. Por el
canismos meramente materiales y por una interacción
contrario, aparece como un plan creador que incluye la
del ambiente con los individuos mediante el mero pro-
participación co-creadora –naturalmente, como una parti-
ceso de selección natural, puramente azaroso y carente
cipación dada por el agente primero– del mismo universo.
de propósitos internos. Las versiones más ampliadas
De allí que, dentro de esta economía, exista espacio para
de este evolucionismo pretendieron negar fenómenos una visión evolutiva tanto de la vida como, en un sentido
como la espiritualidad y la eventual existencia de Dios análogo, del cosmos en su conjunto.
a partir, precisamente, de una teoría que inicialmente
había postulado una explicación de los orígenes de las Ahora bien, la revelación nos ha llegado por medio
especies vivientes. del lenguaje humano de autores bíblicos. Ellos han in-
cluido elementos de teología de la creación e, incluso,
Nos interesa resaltar aquí el carácter de extrapolación
metodológica por parte de estas teorías evolutivas gene-
rales de la vida que se han denominado evolucionismos.
Los límites del método científico impiden trasladar ex-
96 
La expresión οἰκονοµία, significa, en el pensamiento bíblico: admi-
nistración, tarea, misión, responsabilidad, plan (divino). A.T. ‫מְ שָׁ לָ ה‬
plicaciones de fenómenos a otros campos epistemológi- ֶ‫מ‬, Is. 22:21. ‫ מַ צָּ ב‬Is. 22:19. En el N.T., Lc. 16:2–4; 1 Cor 9:17; Ef. 1:10;
cos diversos. La evolución biológica, como teoría, puede Ef. 3:2; Ef. 3:9; Col. 1:25; 1 Ti. 1:4.
explicar mediante la selección natural y las mutaciones 97 
Cfr. A. V. Nesteruk, “Design in the Universe and the Logos of Cre-
genéticas –más otros principios explicativos ulteriores– el ation: Patristic Synthesis and Modern Christology”, 171-202.

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algunas narraciones que, asumiendo explicaciones mi- bien, sin por ello abrigar la pretensión de transformarse
tológicas de la época, han pretendido configurarse como en una visión definitiva y acabada, la teología tiene la
cosmogonías o cosmovisiones. El caso más importante tarea ineludible de incluir los elementos racionalmente
lo constituye el del Génesis 1,1-2,4ª. La exégesis bíbli- mejor fundados de las nuevas cosmologías en otra más
ca contemporánea ha hecho comprender que es preci- amplia, que incluya el núcleo de la revelación. El crite-
so encontrar el sentido religioso de estas narraciones, rio teológico fundamental será el de mantener siempre
separándolas de su ropaje epocal. Bajo el método his- la referencia a los textos bíblicos como sustento canóni-
tórico-crítico, el relato permite detectar algunos temas co, de manera de no identificar cualquier cosmogonía
centrales, tales como: la trascendencia del Dios creador; fundada en la ciencia del tiempo con la Palabra de Dios
su distinción con su obra; la acción creadora median- sobre la creación y la vida. Sin embargo, conservado el
te la palabra; el origen desde un caos que indicaría un texto canónico como principio de referencia ineludible,
cierto comienzo desde la nada; la bondad de lo creado; deberá ensayar nuevas cosmologías que incorporen las
la centralidad del ser humano en el proceso creador con racionalidades sustentada por evidencias importantes y
la asignación de una misión particular; etc. Y aun con- con la dosis de conocimiento imaginativo que el ser hu-
servando su carácter canónico para los creyentes, este mano siempre incluye en su comprensión del mundo,
relato puede ser actualizado en cada generación, a partir aun en sus formas más teóricas.
de las categorías conceptuales de la época. Lo que sub-
La cosmovisión evolutiva entra en este cuadro. Coteja-
siste del relato es básicamente su núcleo religioso. Sin
da con la narración bíblica, puede ser incorporada dentro
embargo, dicho núcleo no puede ser presentado in abs-
de una cosmovisión que la incluya dentro del horizonte
tracto, en forma meramente conceptual, sino que –por
comprensivo teológico. En otras palabras, la teoría evoluti-
motivos relacionados con la misma estructura percep-
va, en cuanto cosmovisión articuladora de la historia de la
tiva humana–98 tiende a ser cristalizado en narraciones
biosfera, puede también ser integrada en una cosmovisión
imaginativas coherentes con la racionalidad del tiempo.
aún más amplia, determinada por los horizontes compren-
En otras palabras, el núcleo religioso necesita ser plas-
sivos de la fe bíblica. De ese modo, tienen sentido todos
mado en una cosmovisión idónea para los creyentes de
los intentos de redactar nuevamente el Gn 1,1-2,4ª y, en
una determinada época y cuadro cultural. De lo contra-
general, las cosmogonías fragmentarias tanto del AT como
rio, quedaría estéril en su intencionalidad de expresar la
del NT.
actividad creadora divina. Esta integración de un núcleo
religioso relativo a la creación con una determinada vi-
sión cosmológica –ya iniciada por algunos autores del
Pentateuco99– tiene que ser una tarea permanente. Ahora

Cfr. al respecto: P. Ricoeur, “Poética y simbólica”, 43-67.


98 
que el mismo exégeta matizó posteriormente (cfr. G. Von Rad, «El
La cuestión acerca de la integración de una teología de la creación
99 
problema teológico de la fe en la creación en el Antiguo Testamen-
en el AT ha sido muy debatida. Desde algunos estudios iniciales de to», 129-139) se ha ido consolidando la idea de una fe en la creación
Von Rad en los que señalaba que los textos creacionales son acci- tardía con respecto a los textos de fe un Dios histórico, pero no por
dentales dentro del pensamiento veterotestamentario, perspectiva ello exterior a la fe israelita (cfr. J. L. Ruiz de la Peña, , op.cit., 21-61).

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Evolución Biología Epistemología Teología 2. Teología natural: La evolución cuestiona


Historia los accesos racionales a Dios
de la vida La evolución ha puesto en jaque a gran parte de la teo-
Desarrollo Aceptación logía natural clásica.100 Después de Darwin, nadie puede
Hecho de organismos Determinación apelar ingenuamente al orden natural o a la belleza de la
o negación
desde su creación para justificar la idea de un motor inmóvil, una
origen hasta causa eficiente primera, un principio ordenador o final, y
el presente ni siquiera a la fuente definitiva de la belleza mundana.
Transformismo La visualización del cruento principio de selección natu-
Darwin: selec- ral como uno de los elementos dinamizantes de la vida y
ción natural Diálogo con generador de nuevas especies, impide la configuración de
Teoría Sintéti- Evaluación los principios una teología natural que no contenga intrínsecamente el
Teoría ca: selección histórica explicativos elemento de dramaticidad. A la antigua idea del mal como
natural y mu- y formal cuestionamiento de cualquier idea de un Dios perfecto y
taciones bueno se añade la de la sangrienta estructura de compe-
Nuevas tencia y depredación propia de los fenómenos vitales.
propuestas Ya el mismo Darwin confrontó con la versión de teolo-
Integración gía natural que William Paley proponía en su época. Re-
o conflicto cientemente, Richard Dawkins ha actualizado el problema
Creacionismos a través de las imágenes de un Dios «sádico» o «sangrien-
Cosmovisión Evolucionismos Diseño to» que emergería de la comprensión de la vida bajo el
Inteligente prisma de la selección natural.
Creación ...si hay un único Creador que hizo al tigre y al cordero,
evolutiva al guepardo y a la gacela, ¿a qué está jugando? ¿Acaso es
Fig. 4: La evolución en cuanto hecho, teoría y cosmovi- un sádico que disfruta contemplando deportes sangrien-
tos? 101
sión y sus implicancias filosóficas y teológicas

100 
La cuestión interesa ya desde el siglo XIX, al menos en el área
angloparlante: Cfr. W. F. English, Evolution and the inmanent God: an
essay on the natural theology of evolution.
101 
R. Dawkins, El río del Edén, 105. El biólogo señala que la estruc-
tura de un guepardo y de un antílope tienen una ingeniería inversa;
no es posible pensar a un Dios que maximizara las posibilidades
de un guepardo para asesinar a un ciervo: «los guepardos son un
ejemplo perfecto de algo diseñado estupendamente para algo, y se-
ría bastante fácil realizar su ingeniería inversa y calcular su función

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Sin duda, después de percibir la estructura competi- aves es porque han desaparecido los dinosaurios u otras
tiva de la vida no se puede seguir apelando a un Dios especies primitivas.102
relojero o arquitecto, y ni siquiera a la idea a-crítica de un
Ahora bien, la teología natural se muestra frágil para
ser supremamente bueno y omnipotente. La teodicea ha
explicar la violencia de una evolución que consume indivi-
vuelto a ser vulnerada, no ya por el lacerante enigma del
duos, poblaciones y especies enteras. El proceso evolutivo
mal humano –especialmente de los inocentes– sino por la
está repleto de «víctimas».103 Como sucede con el misterio
amplificación de los elementos trágicos de la naturaleza
del mal humano, el Dios filosófico resulta, por lo menos,
viviente. Podremos seguir contemplando un atardecer en
un principio de comprensión insuficiente. Por esto, para el
un bosque e intuir en ese escenario la belleza divina crea-
pensamiento creyente resulta necesario apelar, como Job
dora, pero corrigiendo esa intuición con la comprensión
en el Antiguo Testamento, a una versión menos racionalis-
de la destrucción producida por la lucha por la vida que
ta de Dios. No sólo hay que afirmar que el creador ha par-
se produce precisamente durante ese mismo atardecer
ticipado el ser en modo contingente, sino que el ente vivo
en ese mismo bosque. Pero, sobre todo, es preciso mo-
es, siendo contingente, «cocreador» de seres vivos nuevos.
dificar la visión excesivamente centrada en la belleza del
Esto implica que la participación del ser se condiciona a
proceso al examinar retrospectivamente toda la maqui-
una novedad que los mismos seres vivos van definiendo.
naria competitiva y trágica que ha llevado a que en ese
momento estén esas especies, y no otras, en el ocaso que En otras palabras: existe un designio (Ef 3, 11), no necesa-
está siendo contemplado. En efecto, los individuos de las riamente un diseño.104 La creación providente, clásicamente
especies percibidas en una contemplación determinada, conceptualizada como creatio continua, puede compren-
así como los ecosistemas examinados, son el fruto de una derse como una donación del ser a un ente vivo dotado de
larguísima historia de competición y modificación de es- autonomía en la búsqueda de sus formas. Por esa razón
pecies y ecosistemas. Si hoy contamos con mamíferos y necesitamos salir de una idea demasiado ligada al Dios

102 
Así lo hace un teólogo proveniente de una tradición no afecta
de utilidad. Parecen estar bien diseñados para cazar antílopes. Los particularmente a la teología natural, como es J. Moltmann, quien
dientes, las mandíbulas, los ojos, la nariz, los músculos de las patas, admite que la biología actual hace notar la existencia de muchos me-
la columna vertebral y el cerebro de un guepardo son precisamente canismos que no pertenecen a la esfera de la pura competición, sino
las cosas que son de esperar si el propósito de Dios, al diseñar los de la asociación, la empatía, la comunicación, etc. (cfr. «The Future
guepardos, hubiera sido el de maximizar la muerte de los antílopes. of Creation», 73-74).
Pero, a la inversa, los antílopes parecen poseer una función de utili- 103 
Cfr. T. Peters, «Evolution, Evil and the Theology of the Cross»,
dad no menor, la de escapar a los guepardos. Dawkins se pregunta: 98-120.
“¿A qué está jugando Èl? ¿Es un sádico al que le gusta presenciar 104 
En este sentido, J.Haught dice: «Si Dios es la fuente última de
deportes sangrientos?». La conclusión es que la naturaleza es ciega orden, Dios no es menos primordialmente la fuente de novedad que
e indiferente: los guepardos matan o pasan hambre y las gacelas son a veces tiene que interrumpir a fin de sobreponerse a la trivialidad
despedazadas vivas. Y nada de esto tiene significado (cfr. M. Ruse, y la monotonía. El Dios de la evolución es el manantial inagotable
¿Puede un darwinista ser cristiano? La relación entre ciencia y reli- de nuevas formas de orden» (Responses to 101 Questions on God and
gión, 154). Cfr. una exposición sobre Dawkins en: Ib., El misterio de Evolution, 87). Cfr. también Ib., «Purpose» en: J. Haught, Is Nature
los misterios. ¿Es la evolución una construcción social?, 150ss. Enough? Meaning and Truth in the Age of Science, 98-116.

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uno filosófico, y regresar al Dios trinitario y «kenótico» del ganos u organismos completos que habrían requerido un
Nuevo Testamento que, auto-entregado en Cristo puede proceso intermedio cuya importancia para la superviven-
también haber renunciado amorosamente a un control ex- cia no habría aparecido sino recién al final de este. El ejem-
haustivo de cada detalle de la historia de la vida, y haber plo clásico de uno de sus fundadores es que el medio ojo
conferido ese don al mismo ente viviente. El concepto de no sirve para la visión y resulta contradictorio pensar en
«autonomía» ha de ser aplicado al devenir del ser vivo105. fases sin valor de supervivencia.107 Para algunos creyentes,
Ello no implica la renuncia al concepto de creación ni de este argumento solucionaría la aparente contradicción teo-
designio o plan, sino la afirmación de que Dios no ha queri- lógica de una lectura puramente azarosa de la evolución.
do determinar cada detalle del proceso. En síntesis, Dios ha De todos modos, la cuestión epistemológica que subyace
renunciado «kenóticamente» a plasmar cada especie e indi- es la de la determinación del carácter científico o bien filo-
viduo viviente, dejando un margen de capacidad de auto- sófico de la argumentación del ID. Lo segundo parece más
organización, una cierta «creatividad» al proceso mismo. plausible, en la medida en que la referencia a un diseño
escaparía del campo metodológico científico: no es obser-
Un intento de recuperación de la teología natural pare-
vable ni cuantificable. Ahora bien, incluso como reflexión
ce provenir del movimiento del Diseño Inteligente (Intelli-
filosófica, su sabor deísta debería prevenir de una apela-
gent Design, ID, por sus siglas en inglés), de carácter funda-
ción que también huele a Deus ex machina.
mentalmente filosófico, que la ha retomado partiendo de
la aceptación de la evolución. El ID admite la existencia de Sin embargo, para la visión bíblica existe ciertamente
una evolución como hecho, pero cuestiona la explicación una racionalidad de fondo en el proceso: existe un Dios
focalizada en la selección natural: este principio no alcanza creador y un Logos por el que todo fue hecho y hacia dón-
para explicar numerosos fenómenos complejos.106 Se ape- de se encamina. Con todo, esta lógica del universo y de
la, entonces, a la existencia de una racionalidad previa al la vida están radicadas en un gran proyecto de una eco-
proceso evolutivo. La propuesta del ID pretende explicar, nomía de la salvación, y no en su ejecución particulariza-
mediante la apelación a un diseño o racionalidad previo al da, donde la racionalidad puede haber sido transferida a
procesos (diseño no necesariamente teológico) la aparente una vida autónoma y creadora. En otras palabras: hay un
imposibilidad estadística y temporal de que emerjan ór- designio108 (Ef 3, 11), no necesariamente un diseño.109 En
efecto, los grandes trazos de un proyecto pueden coincidir
con una ejecución no predeterminada, sino con una dosis
de azar, de búsqueda autónoma. En ese sentido, es posible
105 
Un análisis filosófico en conexión con la teología de la cuestión de
admitir la selección natural como un principio operante en
la autonomía de la naturaleza puede verse en la exposición ya clásica
de W. Kasper, El Dios de Jesucristo, 31-41. También, y en forma más
aplicada a la relación entre ciencias y teología: “Autonomia”, en: G.
Tanzella-Nitti, t.I, 153-168.
106 
Cfr. J. Arnould, «Creationism, Intelligent design and evolution:
107 
Michael J. Behe, Darwin’s Black Box: The Biochemical Challenge to
a theological perspective», 573-588. Una visión favorable: L. Brand, Evolution.
Fe, Razón y la Historia de la Tierra. Un paradigma de los orígenes de la 108 
πρόθεσις, εως, ἡ, en el NT, en uno de sus dos usos, significa:
Tierra y de la vida mediante un diseño inteligente. Cfr. también: L. Propósito, plan, voluntad: Hch. 11:23; Hch. 27:13; Rom 8:28; Rom
Sequeiros, El diseño chapucero. Darwin, la biología y Dios; S. Engler, 9:11; Ef. 1:11; Ef. 3:11; 2 Ti. 1:9; 2 Ti. 3:10.
«O criacionismo», 231-255. 109 
Cfr. J. Haught: «Purpose», 98-116.

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la búsqueda de formas de vida. En otras palabras, es pro- Por otra parte, la visión del conjunto del proceso evo-
bable que, el cuadro de un gran designio de salvación o lutivo permite intuir los signos del creador en el conjunto
«economía», se dé un proceso aleatorio en la búsqueda de de la biosfera, no simplemente en sus expresiones particu-
especies nuevas. lares –como puede ser la perfección de un insecto–. Ade-
más, la teología sistemática en sí misma es impactada por
Ahora bien, precisamente la insuficiencia de la teología
la evolución, ya que ésta hace pensar que vivimos en un
natural que prescinde de la cruenta dinámica evolutiva ha
universo inacabado, que la creación está todavía ocurrien-
llevado a algunos teólogos a repensar a Dios bajo la cate-
do.112 La evolución abre perspectivas hacia el futuro que
goría dramática.110 La percepción de que el ser creado está
no estaban presentes en la visión estática vigente en épo-
signado por la finitud y la tensión es antigua (Heráclito),
cas anteriores. Asimismo, la belleza de la creación emerge
pero también propia de algunas filosofías de la Moderni-
aún más profundamente en la contemplación de toda la
dad (Hegel, etc.). La novedad presentada por Darwin fue
historia de la vida en la que millones de especies se han
la de constituir como principio de cambio evolutivo el de
sucedido que en la percepción exclusiva del presente. La
la selección natural, con lo cual habría un principio intrín-
evolución, pues, aumenta la visión de un creador supre-
seco de carácter dramático para explicar el fenómeno de la
mamente más inteligente y bello que lo que la mera per-
vida. Esa estructura cruenta de la vida obliga a sobrepasar
cepción estática de la vida puede permitir vislumbrar113.
la teología natural clásica. No basta el Dios metafísico tra-
dicional para enfrentar racionalmente al «Dios de las fau-
ces ensangrentadas» de la evolución biológica. 3. ¿Cómo interpretar la Palabra de Dios
En síntesis, el necesario acceso metafísico a la cuestión en el contexto evolucionista? Hermenéutica bíblica
evolutiva ha de ser sobrepasado por el acceso teológico al La crisis producida por el heliocentrismo entre Copér-
tema, bajo el riesgo de dejar el discurso en un plano me- nico, Kepler, Galilei y los teólogos y autoridades eclesiás-
ramente racional que, paradójicamente, esterilice la visión ticas de su tiempo fue superada, después de varios siglos,
más profunda ofrecida por la revelación. Por ese motivo, la por la convergencia del desarrollo científico con una her-
teología de la evolución se caracteriza por introducir algu- menéutica bíblica que logró deslindar el mensaje revelado
nos datos nuevos: el misterio Cristo que, según Ef 1, 3-14, de las visiones del mundo de los hagiógrafos. En efecto,
está en el corazón del proceso creador;111 la novedad de un la superación de la oposición entre fe y ciencias naturales,
Dios Trinidad; la idea de una economía de salvación que al menos en la Iglesia Católica, se produjo recién cuando
incluye la creación; una visión del ser humano dentro del se establecieron criterios de hermenéutica bíblica orienta-
proceso cristológico; etc. dos por principios literarios e históricos. Con los estudios
que confluyeron en la Divino Afflante Spiritu (1943) se ge-
neran las distinciones que evitan una conflictividad inso-
110 
Así lo hace C. Deanne-Drummond (Christ and Evolution. Wonder luble entre la Biblia y las ciencias naturales. Esta encíclica,
and Wisdom, espec., 48-52 «Theodramma and Evolution»).
111 
Cfr. J. Arnould, «Evolución y finalidad. Una invitación a reintro-
ducir a Cristo en el discurso sobre la creación», 53-69. También en: C.
Theolbald, «On Finality in Creation Theology: Epistemological and 112 
Cfr. J. Haught, Responses to 101 Questions on God and Evolution, 48.
Theological Considerations», 143-170. 113 
Cfr. op. cit., 50-51.

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entre cosas, precisó la necesidad de establecer los géneros creación, liberados ya de su ropaje cosmológico original, se
literarios y la historicidad de los textos, en modo tal que hallan ahora abiertos para ser pensados en el marco de una
las pretensiones de historicidad o cientificidad modernas concepción evolutiva de la vida.
dejaron de ser exigidas a textos escritos más de dos mi-
Resulta necesario advertir, sin embargo, que el vínculo
lenios y medio atrás en moldes literarios alejados de las
entre la teoría evolutiva y la fe de las iglesias históricas lle-
características científicas o históricas de nuestro tiempo. El
vó un rumbo diverso al de la crisis heliocéntrica. En efecto,
método histórico-crítico fue oficializado en la hermenéuti-
si bien hubo tensión –inicialmente en el ámbito anglica-
ca oficial como el método indispensable, aunque no único,
no, posteriormente en el católico–, esta nunca llegó hasta
de lectura bíblica.114
los límites de ruptura producidos en el «caso Galileo». Ya
Al analizar los textos que incluyen elementos de teolo- desde fines del siglo XIX aparecen intentos de incorpora-
gía de la creación utilizando los criterios históricos y lite- ción de la evolución por parte de filósofos y teólogos cris-
rarios se puede delimitar la intencionalidad religiosa, dis- tianos115. La figura de Pierre Teilhard de Chardin, aunque
tinguiéndola así de aquella otra ligada a las cosmologías también haya sufrido un lamentable silenciamiento en su
del momento o a géneros literarios no científicos. De este pensamiento religioso, significó un hito para la posterior
modo, la teología de la creación pudo comenzar a desa- recepción católica de la visión evolutiva. De todos modos,
rrollarse bajo cosmovisiones nuevas, incluida la evolutiva. aun subsiste una lectura literalista de los textos de crea-
Por consiguiente, como un efecto indirecto, la aplicación ción, especialmente en algunas iglesias estadounidenses,
de los principios de ciencias hermenéuticas a los textos bí- con un impacto cultural exagerado sobre el resto del mun-
blicos liberó a los exégetas de lidiar con problemas estable- do. Así, por ejemplo, los debates sobre el «Creacionismo»,
cidos por las ciencias naturales, tales como el de la evolu- con cuyo nombre se denomina a los partidarios de una lec-
ción biológica. Sin verse obligados a leer literalmente los tura literal del Gn 1,1-2,4ª y, por consiguiente, el rechazo a
textos bíblicos, la evolución pudo ingresar como temática toda teoría científica que postule una historia del universo
de investigación teológica. En las décadas subsiguientes, y de la vida que supere un tiempo relativamente coheren-
este principio se fortaleció, posibilitando desarrollos im- te con los textos bíblicos (unos 6000 años) y con la mane-
pensados un siglo antes, en el origen de la teoría evolutiva. ra en la cual se ha descripto el acto creador.116 Desde un
No sólo los textos de Génesis o del resto del Antiguo Testa- creacionismo que cree en un mundo joven hasta otros que
mento que integran visiones sobre lo creado, sino también intentan concordar con las etapas geológicas, hay diversas
los pasajes cristológicos o pneumatológicos del Nuevo modalidades del mismo. Todos coinciden en eludir una
Testamento que están conectados a la creación o a la nueva hermenéutica histórico-crítica y, por consiguiente, encuen-
tran una imposibilidad teórica de vincular la fe en la crea-

114 
Cfr. Pontificia Comisión Bíblica, op. cit.: «El método histórico
crítico es el método indispensable para el estudio científico del senti-
do de los textos antiguos. Puesto que la Sagrada Escritura, en cuan- 115 
Cfr. M. Artigas; T. F. Glick; R. A. Martínez, Seis católicos evolucio-
to “Palabra de Dios en lenguaje humano”, ha sido compuesta por nistas. El Vaticano frente a la Evolución (1877-1902).
autores humanos en todas sus partes y todas sus fuentes, su justa 116 
Cfr. el clásico estudio de R. L. Numbers, op. cit. También, D. Blan-
comprensión no solamente admite como legitima, sino que requiere co, «Breve aproximación histórica al Creacionismo moderno. Del
la utilización de este método» (I.4.). ´Creacionismo científico al “Diseño Inteligente”», 25-64.

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ción con la ciencia. En el tema concreto de la evolución, se tología en clave evolutiva118, aplicando el «modelo» de la
produce una disyuntiva excluyente: la fe del Génesis vs. mutación y la selección natural para comprender la figura
la teoría evolutiva. Aunque su difusión se produce espe- histórica de Jesús. José Luis Segundo, por su parte, apli-
cialmente en iglesias evangélicas o en denominaciones ge- ca el principio físico y biológico de la neguentropía a los
néricamente cristianas, estas visiones también encuentran textos bíblicos. Señala que los sinópticos tienen una visión
eco entre creyentes de iglesias que, al menos en sus textos neguentrópica.119
oficiales como en sus teologías más elaboradas, no cultivan
una hermenéutica bíblica literalista. A nivel de la opinión
pública, la visión antagónica y conflictiva entre evolución 4. Una historia de la vida, del ser humano
y creacionismo es la más difundida, probablemente a cau- y de la salvación: Narración teológica y científica
sa del desconocimiento de la exégesis y teología académi- Existe una común pretensión narrativa por parte de la
ca por parte de los divulgadores científicos, científicos que biología y de la teología. En efecto, tanto la biología evolu-
abordan la cuestión interdisciplinaria y, no en poca medi- tiva como la teología de origen bíblico tienen la intención
da, por el influjo de medios de comunicación masiva que de configurar una narración unitaria de sus objetos de es-
privilegian la versión conflictiva por la dialógica. tudio. La biología, por una parte, pretende configurar una
Hay que recordar algunos proyectos de exégesis bíblica historia de la vida, a través de una descripción filogenética
que han intentado aplicar rigurosamente la exégesis desde que incluye una simbología (el árbol filogenético o árbol
algunos de los principios evolucionistas. Entre ellos, cier- de la vida).120 La teología, por su parte, postula una unidad
tos creacionismos que han buscado superar la fase mate- de una historia de la salvación o economía, de la que los li-
rialmente literalista de la lectura bíblica (por ejemplo, un bros bíblicos relatan, aun en su diversidad de composición
día de Génesis correspondería a un día real), para integrar y autores-. Esa historia de la salvación incluye, como un
datos científicos tales como el de las capas geológicas que primer peldaño, el comienzo de la creación.
corresponderían a los días literales del relato bíblico. Se La narración científica, por una parte, se apoya en ob-
trata de creacionismos científicos que tuvieron alto impac- servaciones y teorías que configuran una visión de la his-
to en EE. UU. Sin embargo, estas lecturas no pueden ir más
allá de un concordismo ampliado, desembocando en una
legitimación de los hallazgos científicos a través de una 118 
La fe bíblica. Una perspectiva evolucionista.
interpretación ampliada de los textos. Se trata de los así 119 
«Los sinópticos no dudan en presentarnos a un Jesús del lado de
llamados creacionismos científicos.117 Pero, en otra moda-
la neguentropía. Toda su praxis y su propuesta se orientan hacia un
lidad absolutamente diversa, se han ensayado aplicaciones despertar evolutivo del hombre. De ahí que su buen anuncio, cen-
de los principios de la teoría evolutiva clásica a los textos trado en el Reino de Dios, se dirija como un látigo crítico al conflicto
bíblicos, en la búsqueda de una compaginación no concor- latente de la sociedad judía del siglo I. Allí, en su mismo centro, el
dista entre ciencia y fe. Gerd Theissen escribió una cris- Nazareno denunciará los esquemas multiplicadores de inhumani-
dad, la degradación de las relaciones sociales y una presentación
teológica deficiente que convierte a Dios en cómplice de estas abe-
rraciones» (M. E. Celli, op. cit., 98-99 (consulta: 20-04-2015).
120 
L. Florio, «Explicación y comprensión en las representaciones
117 
Op. cit., 69-87; 368-385. filogenéticas», 271-279.

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toria de la vida. Esta narración es simbolizada en fórmulas mente, componer una narración de la misma. Por su parte,
semióticas como las del árbol de la vida. Cuestiones tales la narración bíblica, apoyada en textos que articulan una
como las de la unicidad del proceso y de las características sucesión de hechos y palabras de un sujeto histórico (Is-
de la macroevolución quedan aún por ser demostradas. rael, Iglesia), comprendiendo la historia desde una unidad
De todos modos, la teoría posee una dosis de evidencias conferida por un plan divino realizado en el tiempo en un
empíricas que permiten hilvanar una historia y, posterior- período de más de un milenio y medio. La narración de
mente, componer una narración. esta historia es plural –debido a la diversidad de autores,
géneros literarios, etc.– y ha sido interpretada de modo
Por su parte, la narración bíblica, apoyada en la inter- Homogéneo ya dentro del mismo cuerpo canónico (por ej.
pretación de textos bíblicos que asumen un sustrato las cos- Heb 1, 1-2) y, sobre todo, con posterioridad al cierre del
movisiones articuladas una sucesión de hechos y palabras canon de los libros bíblicos.121
de un sujeto histórico (Israel, Iglesia), comprende la historia
desde una unidad conferida por un plan divino realizado Esta narrativa del cosmos, de la vida, de la historia hu-
en el tiempo y en modo dialógico a través del pueblo de mana y de la revelación permite encuadrar en una pers-
Israel y de la Iglesia en un lapso aproximado comprendido pectiva interdisciplinaria la cuestión de la realidad sin por
entre el 1800 AC y el fin del siglo I. Esta historia –denomina- ello prescindir de su historicidad. Pero el traslado de una
da, con diversos matices, como historia de la salvación, eco- historicidad cósmica y humana hacia el terreno de la na-
nomía, historia bíblica, etc.– ha sido narrada en la colección rrativa implica la traducción de un fenómeno complejo
de libros bíblicos. Se trata de una narración plural, debido articulado epistemológicamente en campos diversos hacia
otro distinto que recompone e integra en un relato las cate-
a la diversidad de autores, géneros literarios, etc., que ha
gorías científicas, literarias e históricas.122
sido interpretada de modo homogéneo ya dentro del mis-
mo cuerpo canónico (por ej.: Heb 1, 1-2) y, sobre todo, con
posterioridad al cierre del canon de los libros bíblicos.
Esta pretensión narrativa tanto de la biología como de 121 
A pesar de intentos de restricción de la teología a un campo de ac-
la teología responde a una cuestión ontológica: el univer- ción exclusivamente centrado en Dios, el quehacer teológico siempre
so, la sucesión de vivientes y seres humanos, y la así lla- ha propuesto una determinada visión del mundo: «…la historia de la
mada revelación contienen implícitamente la concepción teología muestra que su desarrollo está íntimamente relacionado con
de una historicidad de sus objetos de reflexión. En ambos un entendimiento del mundo natural, incluyendo al humano, que ha
prevalecido en diversos períodos» (A. Peacocke, Theology for a Scienti-
casos, la narrativa responde a una ontología histórica. La fic Age Being and Becoming-Natural, Divine, and Human, 21).
narración científica, por una parte, se apoya en observa- 122 
Se han dado interesantes intentos de releer los textos canónicos
ciones y teorías que configuran una visión de la historia bajo categorías científicas y con moldes expresivos nuevos, procu-
de la vida. Esta narración es simbolizada en fórmulas se- rando poner en conexión ambas narrativas: así, por ejemplo, algunas
mióticas como las del árbol de la vida. Cuestiones tales lecturas renovadas de textos bíblicos (como «Génesis para el tercer
como las de la unicidad del proceso y de las característi- milenio» de IB.: Paths From Science Towards God, 1-2), textos poéticos
inspirados en los relatos canónicos de creación (p. ej. E. Cardenal,
cas de la macroevolución deben todavía ser demostradas. Cántico cósmico); o también actualizaciones combinadas de los textos
De todos modos, la teoría tiene una dosis de evidencias inspirados cotejados con versiones de física cuántica (cfr. D. Jou, Rees-
empíricas que permiten hilvanar una historia y, posterior- cribiendo el Génesis. De la gloria de Dios al sabotaje del universo, 19-33).

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5. El Dios trino es el responsable La teología patrística acuñó un concepto para inten-


del proceso evolutivo123 tar precisar el modo relacional trinitario: perijóresis o cir-
cumincesión. Con esta expresión se señalaba que en Dios
las personas están unas en las otras sin por ello perder su
5.1. La evolución no es sólo el fruto del azar, identidad. Por el contrario, cuanto más inmersas se en-
sino de un ser personal y misterio de comunión cuentran unas en las otras, mayor es la unidad. Puesto que
Supuestos los datos de un cosmos en un proceso di- lo creación es una obra trinitaria, se puede pensar que el
námico y de la emergencia de la vida en un proceso de cosmos refleja esa comunión capaz de integrar en la uni-
complejización evolutiva, la cuestión de la responsabili- dad la multiplicidad propia del mismo Dios. Ello permite
dad última del proceso tiene, en el pensamiento bíblico, pensar en el diseño de la creación como un único proyecto
una respuesta netamente personalista. No se trata, pues, que, sin embargo, alberga una posibilidad de generación
de un proceso ciego, de una dinámica librada a las meras de una multitud de seres tanto individuales como espe-
fuerzas cósmicas o a un conjunto de leyes naturales sin un cíficos, en cuanto parte del misterio de fecundidad intra-
principio de conciencia. El judaísmo y el cristianismo con- trinitario.124 La evolución sería, en este sentido, un desplie-
fiesan que el origen del universo –en su estructura y en gue epifánico de la comunión trinitaria. La sorprendente
su dinámica– depende de un creador de carácter personal. aparición sucesiva de seres a lo largo de los millones de
El cristianismo agrega una nota clave: se trata de un Dios años del proceso no haría sino poner de relieve la misma
trinitario. Por consiguiente, el origen y el destino de todo estructura ontológica de Dios.125
este proceso es un misterio interpersonal, una realidad
caracterizada por la coexistencia de tres «quienes» en la 5.2. Las personas trinitarias en la creación evolutiva
unidad de la misma entidad divina. Hay, pues, una fuente
Aunque la creación haya sido considerada siempre una
y un destino de comunión o «familiar». El punto de parti-
obra del Dios trino en su conjunto, se interpretó desde an-
da y el punto de llegada de todo este impersonal devenir
tiguo que a cada una de las personas se les podía atribuir
evolutivo de miles de millones de años está en un ser ab-
una o más actividades en ella, en función de su identidad
soluto y tripersonal. De este modo, origen y fin se piensan
relacional. Mediante el concepto de atribución se indi-
en el horizonte de la inter-personalidad. Por esta razón, el
có que era posible aplicar a las personas actividades más
entramado de seres en su compleja interacción, no indivi-
identificadas con ellas en virtud de los rasgos afines en-
dualmente, es un reflejo de su autor. El ser «hacia-otro», la
tre unas y otras. Así, al Padre se le apropia el ser creador,
referencialidad son realidades estructurales del universo
el haber decidido dar curso a esa acción de participación
que transparentan algo de este misterio de pura relaciona-
lidad absoluta que es Dios.

124 
«Si Dios es la fuente última de orden, Dios no es menos la fuente
primordial de novedad que algunas veces deber interrumpir el orden
Cfr. L. Florio, «Trinidad y Evolución. Repercusiones de la idea
123  a fin de sobreponerse a la trivialidad y la monotonía. El Dios de la evo-
monoteísta y trinitaria del Dios en relación a la naturaleza en evo- lución es un manantian inextinguible de una nueva forma de orden »
lución», 273-314. También: Ib., «Ontología trinitaria del ser viviente (J. Haught,, Responses to 101 Questions on God and Evolution, 87).
evolutivo. Algunas posibles líneas de reflexión», 37-48. 125 
Cfr. D. Edwards, El Dios de la evolución. Una teología trinitaria.

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del ser: él es la fuente u origen último de todo lo existente de Nazareth, y el Espíritu interviene en la Iglesia, en el in-
y, por lo tanto, también de la vida. Al Hijo/Logos, por su terior de los creyentes y de toda la humanidad.
parte, se lo piensa como el dador de la racionalidad al pro-
El Hijo, después de millones de años de proceso diná-
ceso, como la lógica interna y proyectiva del conjunto de
mico en la creación que él mismo diseñara (Jn 1,3), se in-
la obra creadora. Precisamente, la racionalidad interna del
corpora en ella, adquiriendo la realidad humana, median-
proceso evolutivo –información genética, causalidad en la
te un abajamiento en la escala de los seres que san Pablo
selección natural, etc.– se apropiaría a la segunda persona
trinitaria. Él es el «Verbo de vida» ( 1 Jn 1,1), manifestado a denomina kénosis (Flp 2,7). Esto implica la asunción en su
quienes los primeros discípulos vieron en su encarnación persona de la naturaleza del Homo Sapiens, aparecido me-
(cfr. vv. 2-3). En cuanto tal, es el sentido profundo de la diante el transcurso de la evolución biológica. Mediante la
vida biológica. Al Espíritu Santo, finalmente, se lo concibe encarnación, el Hijo se humaniza, incorporándose a uno
como el generador de vida, en consonancia con lo que tra- de los productos del proceso evolutivo. Adquiere así una
dicionalmente se dice de él: «dador de vida» (I Concilio de corporeidad biológica, impregnada de lógica informativa
Constantinopla). Es, pues, quien anima el proceso desde molecular y genética. La encarnación supone una confir-
el interior, quien realiza la obra de la autotrascendencia mación de la positividad de la creación evolutiva, tal como
producida en la evolución;126 es la fuente de la novedad lo describía el relato de creación de Génesis 1. No sólo la
dinámica evolutiva. vida biológica es valiosa, sino que es idónea para la asun-
ción de ella por parte del Hijo.
5.3. Las misiones trinitarias en una biosfera evolutiva El Hijo encarnado culmina su camino humano en la
El Dios trinitario no solo ha creado el universo sino que cruz y en la muerte. El último episodio de su existencia
ha intervenido en él. Para el NT, ha habido dos envíos o histórica es el de la solidaridad con los muertos, es decir,
misiones en el cosmos: la del Hijo, en su encarnación, y la su acceso al llamado sheol por el AT. Este último paso de
del Espíritu Santo. Estas misiones son nuevas formas de anonadamiento compone la etapa final de la kénosis, la cual
presencia en la creación: el Hijo se hace hombre en Jesús es no solamente espiritual, sino también un evento bioló-
gico y químico: es una degradación, una corrupción desde
un viviente a un no viviente. En definitiva, la encarnación
llega hasta los confines de la misma estructura del proceso
de la evolución viviente. El Logos creador toma contacto
126 
Karl Rahner fue quien aplicó el concepto de autotrascendencia
de una manera personal con uno de los elementos de su di-
para comprender la cuestión evolutiva, siendo proseguida por D.
Edwards y otros autores (cfr. M. García Doncel, «Teología de la seño: el sufrimiento, la muerte por causa exteriores, la de-
evolución (I): La autotrascendencia activa. Karl Rahner, 1961»: 605- gradación de los compuestos orgánicos. Recorre el camino
636. Cfr. también la propuesta de renovar la teología trinitaria para de abajamiento hasta las formas primeras de la evolución:
ser aplicada a la visión evolutiva: «Quizás una renovada doctrina de noosfera, biosfera, simple cosmos inanimado. Es posible
la Trinidad combine la doctrina del Logos de la iglesia Antigua con preguntarse si el sufrimiento y disolución de la humani-
la teoría de la información contemporánea y reconozca la actividad
del espíritu divino en la auto trascendencia de la vida y su evolu- dad de Jesucristo tienen alcance soteriológico sobre el cos-
ción» (W. Pannenberg, Toward a Theology of Nature. Essays on Science mos. Algunos textos patrísticos interpretan el misterio de
and Faith, 65-66). la cruz en clave cosmológica: la cruz abre sus brazos hacia

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la totalidad del espacio y, por ello, abraza simbólicamente hombre, la que se puede dar solamente a través de la hu-
a la totalidad del universo.127 Según san Pablo, el cosmos manización del Logos creador, quien, asumiendo la condi-
entero gime con «dolores de parto» (Rom 8, 22), ansian- ción humana y cósmica, rediseña y produce nuevamente la
do la redención de Cristo. Por consiguiente, hay una in- creación mediante su pascua, y extiende esta nueva recon-
tegración del «dolor» del cosmos en la kénosis del Logos. figuración cósmica a través del Espíritu Santo. El mismo
¿Significa esto que también el conflicto del proceso evolu- Espíritu, engendrando «hijos de Dios» en los creyentes, los
tivo está abarcado por la crucifixión y muerte de Cristo? hace «nuevas creaturas» y les permite así retomar su tarea
Se puede responder afirmativamente, en la medida en que como imagen de Dios en la creación, ahora como «hombre
la totalidad de la creación participa de los sufrimientos de nuevo» (cfr. Ef 4, 24; Col 3, 10), como una «nueva creatura»
Cristo.128 (cfr. Gál 6,15) para trabajar por la nueva creación.
La resurrección de Jesucristo es la última etapa en el Existe, pues, una reconfiguración del cosmos a partir
proceso de hominización del Logos. Este acontecimiento de este acontecimiento pascual. El hecho de que el Logos
fundamentalmente dirigido hacia la recuperación existen- eterno haya asumido la corporeidad y la humanidad, que
cial del ser humano y la restauración de su relación con haya kenóticamente pasado por la disgregación de su or-
Dios, tiene también una vertiente cósmica. En efecto, san ganismo y por el sufrimiento espiritual del abandono, que
Pablo habla de una nueva creación en Cristo (cfr. 2 Cor posteriormente haya acompañado a la humanidad en su
5,17); solo quien lo es, está capacitado para colaborar en soledad de muerte, y que finalmente haya regresado hacia
la nueva realidad instaurada por su pascua. La nueva la vida, en un modo de existencia y relaciones recreadas,
creación consiste en un nuevo orden sobrenatural añadi- todo esto comporta una nueva dimensión en el dinamismo
do al primer orden original. La creación ‑destaca Rom 8, de la creación que san Pablo denomina concisamente como
18‑25‑ fue afectada por el pecado, que la introdujo en una «nueva creación». La Pascua del Logos encarnado, modi-
situación de esclavitud (vv. 20‑21) y de sufrimiento paran- fica la ontología del proceso creador que él mismo había
gonable a los dolores de un parto (v. 22). Sin embargo, ella puesto en funcionamiento.
conserva la esperanza de participar de la gloriosa libertad
de los hijos de Dios (cfr. vv. 20‑21). Esta esperanza se fun- Es en particular el Espíritu Santo quien lleva adelan-
damenta en la presencia del Espíritu Santo en los creyen- te las consecuencias del pasaje del Logos a través de la
tes, quienes también anhelan que se produzca la redención creación y de la historia. A partir de Pentecostés (Hech
de sus propios cuerpos (cfr. v.22). En última instancia, la 2, 1-14), el Espíritu intenta configurar una nueva historia
recreación del universo corporal supone la mediación del que invierta las consecuencias disgregantes de Babel, pero
también procura construir una nueva creación. ¿Significa
esto que en la nueva fase de creación queden anuladas las
estructuras y leyes impuestas en el origen? No, puesto que
127 
Cfr. el clásico estudio de J. Daniélou, «Le symbolisme cosmique así como la historia humana no queda anulada en su auto-
de la Croix», 23-36. Según el A., Gregorio de Nissa relaciona el sim- nomía en el nuevo ciclo cristiano, tampoco sucede eso con
bolismo con las dimensiones del amor de Cristo (Ef. 3, 18) y lo re- el mundo natural.
monta a la época apostólica (pp. 67 y 68).
128 
Cfr. E. J. Hammes, «Teologia e Evoluçâo: una hermenêutica da En las últimas décadas se ha producido una recupera-
aliança», 210-230. ción de la cristología cósmica, presente en algunos textos

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del NT y de la primitiva tradición teológica.129 Teilhard de principio de contraste con las teorías evolutivas meramen-
Chardin, como ya mencionamos, fue pionero de esta recu- te materialistas– es este núcleo misterioso irreductible con
peración al relacionar la creación evolutiva con el misterio el mero proceso de auto-organización de la materia donde
de Cristo, señalando que el universo, en continuo creci- se produce el efecto primario de la encarnación, muerte y
miento en complejidad y en conciencia, es cristificado. La resurrección del Logos eterno. Lo denominado bíblicamen-
evolución biológica y humana –inmersa dentro de un pro- te como «corazón», o más modernamente, como «concien-
ceso de dinamismo de todo el cosmos– se halla misterio- cia», constituye el escenario de inserción o de rechazo de la
samente ligada al misterio del Verbo encarnado. Por otra realidad pascual. A partir de allí se verifica una novedad
parte, el Espíritu Santo realiza la nueva creación y confiere histórica y cósmica. En efecto, en los ambientes de la histo-
la novedad de la redención al proceso de la biogénesis y de ria y del universo físico –los sitios naturales de obrar del ser
la antropogénesis. Es el Espíritu el que genera una nueva humano– es donde se despliegan los dinamismos introdu-
historia y conduce hacia la plenitud dicho movimiento de cidos por el Hijo y el Espíritu.
complejidad de la evolución biológica.130
5.5. El lugar del “fenómeno humano”
5.4. Los dos niveles de interpretación trinitaria en una teología trinitaria de la evolución
de la evolución: creación y recreación
Por esa razón adquiere tal importancia el «fenómeno
Creemos importante mantener el binomio «creación/re- humano» (Teilhard de Chardin) desde la perspectiva teo-
creación» como clave de interpretación teológica de la evo- lógica. No es solamente que haya sido creado en un lugar
lución. La creación, en sus líneas fundamentales –que in- privilegiado en el conjunto de los seres; es también por la
cluyen una gigantesca dinámica evolutiva- se mantiene in- confirmación trinitaria de esa posición, confirmación que
tacta en sus perspectivas originarias. La nueva creación se va mucho más allá de una reiteración del designio: es una
instala sobre la primera, aportando una novedad cuya na- nueva orientación del conjunto del proceso hacia un hori-
turaleza está más bien en el destino último, escatológico del zonte ontológico superior al que estructuralmente ya po-
conjunto del universo, y no en la sumatoria de nuevas es- see. Esta elevación consiste en la participación en la vida
tructuras ontológicas. La novedad histórica y cósmica de la trinitaria. Al menos el ser humano en forma directa, está
Pascua del Logos encarnado y la efusión del Espíritu Santo convocado a «evolucionar» hacia una realidad de acceso
opera en una dimensión distinta, primariamente centrada imposible desde la mera auto-organización natural. Se tra-
en la interioridad espiritual del ser humano. Obviamente, ta, pues, de un nivel evolutivo cualitativamente diferente y
éste es uno de los últimos efectos de la dinámica evolutiva
al que se llega a través de una asistencia, no por el propio
del cosmos y de la vida. Sin embargo –y aquí aparece un
dinamismo natural. Encarnación, pascua, envío del Espíri-
tu Santo son las modalidades de asistencia para reorientar
el proceso evolutivo humano hacia otras fases superiores.
129 
Cfr. al respecto: J. Papanicolau, Cristología cósmica; L. Florio,
«Cosmic Christology and Pneumatology. Updating a Traditional
Evolutivamente, pues, el ser humano es uno de los filo-
Theological Topic to Approach a Dynamic Univers», 153-158. nes más complejos del proceso y, actualmente, la especie
130 
Cfr. M. C. Doncel, «The Word as Design-Realiser for the Creation, dominante en el planeta. Desde el punto de vista teológico,
and the Spirit as Disorder-Restorer for the New Creation», 43-75. es un ser absolutamente único, cuya razón de ser obedece

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a una especial atención del Dios trinitario y que ha sido autónoma de formas nuevas de vida, sin determinarlas
pensado y efectivamente «reprogramado» para acceder a previamente, como podría seguirse de una versión literal
un nivel evolutivo cualitativamente superior. Este nivel no del ID o de un creacionismo científico. En otras palabras:
es otro que el de la comunión intratrinitaria. Este destino Dios habría conferido la capacidad auto-evolutiva a la
trinitario ha motivado las misiones del Hijo y del Espíritu vida y confirmaría las continuas novedades mediante la
e integra, de algún modo, al resto de la vida y el cosmos. reiterada y conservada participación del ser. Vemos aquí
reaparece una idea que se remonta a la fuente trinitaria:
Dios mismo ha delegado parcialmente su poder creador
6. Un Creador de un mundo abierto: en la misma biosfera. Se trataría de una auto-restricción,
la providencia o creación continua de la vida131 explicitada por algunos autores como una kénosis previa a
Al incorporar la evolución de la vida como un hecho, la la de la encarnación.133
teología ha debido reconsiderar el concepto de creación. Si Desde el punto de vista teológico, los conceptos que
la vida se va desarrollando, conformando nuevas especies, emergen desde el testimonio bíblico son los de «gobierno
en proceso incluso de una real complejización, no alcanza del mundo», «providencia» y «economía». En la génesis de
con una concepción estática de la creación. A no ser que se la idea de creación, existe una prioridad de la experiencia
considere que Dios vaya creando cada especie, e incluso a salvífica: Israel experimentó la intervención divina sobre
cada individuo, en una versión del creacionismo científico o su historia y, paulatinamente, fue madurando la concep-
del ID, habría que admitir un cierto proceso autónomo en el ción de una creación absoluta de parte de Dios de la tota-
que la vida «busque» sus formas mediante un juego de fac- lidad de «los cielos y tierras», es decir, de la realidad en su
tores, como por ejemplo, selección natural, mutaciones, etc. conjunto. En definitiva, la vivencia de un Dios que cuida
La teoría filosófica clásica de la creación como partici- y gobierna su historia fue conduciéndolo hacia la de un
pación del ser desde la nada no se concreta sino en el ori- Dios que ha creado y cuida su obra. En todos los casos, la
gen del universo: todo lo posterior presupone un ser ya revelación bíblica y el pensamiento cristiano antiguo han
dado y conservado. Habría, como se señalaba desde el Me- focalizado la atención sobre el proyecto de Dios, la salva-
dioevo, una creatio continua, es decir, un mantenimiento en
la participación del ser a lo largo del tiempo. Esta creación
continua constituye una participación del ser que acompa-
tiano no es alguien que fuerza a su universo conforme a un plan
ñaría la aparición de las nuevas formas evolutivas. A fin rígido (Cfr. Responses to 101 Questions on God and Evolution, 48-51;
de explicar racionalmente este mecanismo, la teología pro- desarrollado en: «Evolución y providencia divina», Cristianismo y
cesual132 ha señalado que Dios acompañaría la producción ciencia. Hacia una teología de la naturaleza, 127-160.
133 
Desde esta perspectiva «decir que hay un autovaciamiento y una
autoentrega creativos de Dios, una participación de Dios en el su-
frimiento de sus criaturas, en los mismos procesos creativos de la
131 
Cfr. C. Taddei Ferreti, «Creazione continua: il futuro e la creazio- evolución del mundo. Entenderlo así enriquece ahora la afirmación
ne», 223-259; J. Polkinghorne, «El concepto teológico de la creación cristiana de que Dios es, en esencia, Amor.» (J. Polkinghorne, La
continua», en: IB., La fe de un físico, 119-128. obra del amor. La creación como Kénosis, Navarra, 65). Cfr. también:
132 
J. Haught señala que, después de Darwin, resulta necesario defi- O. C. Vélez Caro, «Una reflexión al respecto de esta “kénosis” o
nir más cuidadosamente lo que entendemos por poder. El Dios cris- auto-restricción divina», 19-50.

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ción y participación del ser humano –y en forma secunda- Rom 8, 19-22). El cotejamiento de la teología de la creación
ria, del cosmos– en la vida divina, de lo cual la creación continua con la evolución biológica nos conduce hacia una
es un primer paso. Bajo este cuadro intelectual es posible teología bajo el signo de la participación de la capacidad
pensar el acto de creación como algo abierto, continuo, con creadora, de la plenificación y de la dramaticidad. Dios
finalidad propia –su ser, incluso dinámico– pero también creador gobierna su biosfera creada en un proceso de li-
como una realidad que es escenario de una historia de beralidad de su poder creador, de orientación hacia una
salvación. De allí que sea absolutamente legítimo pensar plenitud escatológica y de acompañamiento kenótico. Esto
en un mundo natural evolutivo en el que emerja la figura orienta la reflexión de la teología de la gracia, así como la
de un «tú»” humano, destinatario privilegiado aunque no de la escatología.
único, de esta atención providente que es conceptualizado
bajo la expresión de una «economía de salvación», esto es:
un plan abierto y libre que apunta a hacer desembocar al 7. Origen del hombre y antropología teológica
ser humano –azarosamente identificado en la evolución
con el Homo Sapiens– e, indirectamente, al planeta Tierra 7.1. Origen
con su biosfera producida por la evolución y, un poco más La cuestión del origen del hombre constituye un apa-
lejanamente, al universo. sionante debate científico, con repercusiones filosóficas y
Creemos preciso destacar que la conjunción de visión teológicas. ¿Cuándo y cómo apareció el ser humano? La
evolutiva más visión bíblica de la historia de la vida com- franja de datación que se postula va desde más de 2 mi-
ponen un panorama complejo, articulado por una histo- llones a unos 60.000 años. Las opiniones acerca de la iden-
ricidad dramática de la biosfera –tal como lo subraya el tidad del hombre dependen de conceptos tales como la
principio de selección natural evolutivo– y una historici- especie (¿cuándo hay una especie distinta?) y los signos
dad también dramática de la libertad humana y divina en de lo humano (pensamiento abstractivo y simbólico, pen-
interacción, tal como lo destaca el testimonio bíblico, es- samiento auto-reflexivo). La cuestión de la especie en las
pecialmente en su ápice pascual. Esta historia de la vida, clasificaciones es importante, puesto que las denomina-
del Homo Sapiens, y de la acción divina tienen un nudo en ciones (Homo erectus, Homo habilis, Homo ergaster, Homo sa-
el misterio de la muerte y resurrección de Cristo, seguido piens, etc.) son en realidad convencionales.134 Una opinión
de la efusión del Espíritu Santo, principio de la vida nueva arraigada es que ha habido sólo un ser humano, con diversos
para la historia. Dicha orientación hacia la nueva vida di- aspectos originales a través del proceso evolutivo135 y la de-
vina participada por el Espíritu confiere un sentido defini- terminación del cómo y dónde de la aparición del hombre
tivo a la creación evolutiva y teodramática. De este modo,
la evolución de la biosfera es incluida en una «cristósfera»
y una «theósfera» que no anulan los procesos evolutivos
134 
Cfr. F. Facchini, Le sfide della evoluzione. In armonía tra scienza e
fede, 29-71; IB., Y el hombre apareció sobre la tierra. ¿Creación o evolu-
de la vida natural, sino que la conduce hacia una plenitud
ción?: «Pero, ¿qué valor tienen estas denominaciones? Esencialmen-
imprevisible para el mismo dinamismo de la vida biológi- te, tienen un valor convencional» (pp. 35-36).
ca. Naturalmente, esto no excluye el mal del proceso evo- 135 
Un problema colateral es el de los Neandertales: ¿fueron una es-
lutivo, ni el consiguiente sufrimiento de los seres vivos. pecie humana distinta que coexistió con el Homo Sapiens? ¿Se en-
Este permanece a la espera de una redención plena (cfr. trecruzaron? Este tema paleontológico plantea una misteriosa pre-

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corresponde a la paleontología. Hasta el momento, las otras palabras, lo humano en la visión bíblica es caracte-
aproximaciones la sitúan en el oriente africano. De todos rizado por su vocación a ser un «tú» de Dios y, más pro-
modos, aun con lo hipotético de las afirmaciones actuales, fundamente, el ser viviente en el que el Hijo se encarnará.
permanece la enigmática condición de la especie humana, Esta orientación cristológica –fundamentada en Ef 1, 3-14)
emergida en algún momento de los últimos millones de y de larga tradición teológica– libera a la teología de una
años, después de 3800 millones de años de vida en el pla- discusión filosófica sobre lo propio de lo humano.
neta.136 Sea como fuere que haya sido el modo en que esto
La direccionalidad o el azar del proceso que culmina
se produjo, la aparición de pensamiento auto-reflexivo y
en el hombre son acentuados por diversos autores en una
simbólico ha sido interpretada por el pensamiento teológi-
u otra línea. Algunos teólogos, privilegiando el azar como
co y magisterial como una novedad no gradual sino esen-
nota fenoménica determinada por los biólogos evolucio-
cial, explicable sólo por un nuevo acto creador divino.137
nistas neodarwinistas (sintetizable por la metáfora del «re-
El origen histórico del ser humano mantiene la relevancia
lojero ciego» de Dawkins),139 señalan que Dios ha creado
teológica, que podría ser planteada bajo estos términos: un
en un proceso absolutamente casual.140 La dificultad de
homínido –o un grupo de ellos–, pues, en algún momento
esta posición extrema es que podría no haberse llegado a
de hace entre 2.000.000 y 60.000 años, habría alcanzado un
un término apto para la creación de un «tú» divino. En el
tipo de pensamiento abstractivo, autoconsciente y simbó-
lico, lo que debería ser pensado como un nuevo acto crea-
dor. En todo caso, el acento teológico está puesto más que
en la necesaria estructura abstractiva, consciente y libre del es empleo de armas o el fuego, ni la invención de nuevos métodos de
crueldad o de obtención de beneficios, sino su capacidad de relacio-
ser humano aparecido en la historia de los vivientes, en su narse directamente con Dios. Esto es lo que sostiene la doctrina de la
dimensión espiritual, abierto a la comunión con Dios.138 En creación especial del ser humano» (J. Ratzinger, «Creación – Gracia
– Mundo. La fe en la creación y la teoría de la evolución», en: Ib., Fe
y ciencia. Un diálogo necesario, 130).
139 
La expresión fue utilizada para intitular su libro El relojero ciego
gunta teológica, acerca de la posible coexistencia de dos líneas de (original: The Blind Watchmaker) en el que el biólogo inglés hace re-
humanidad, de difícil integración con la visión bíblica. ferencia a un argumento a favor del diseño, de comienzos del siglo
136 
Como señaló Teilhard de Chardin, el hombre apareció silenciosa- XIX, acuñado por William Paley, quien hizo notar que el propósito
mente en la historia de la vida (citado en: G. Martelet, E se Teilhard evidente en la construcción de un reloj significa lógicamente que «si
dicesse il vero…, 31). hay un reloj, hay un relojero». Paley sostuvo entonces que en los
137 
Las declaraciones magisteriales (Pío XII y Juan Pablo II) se refie- organismos es evidente un propósito similar, por lo que resulta ló-
ren a la creación especial del alma humana. Debido a la originalidad gico inferir un Hacedor de los seres vivos. Dawkins articula su obra
del hombre, algunos han querido extender la creación especial al señalando que el relojero del proceso evolutivo no tiene visión: es
cuerpo humano (Cfr. L. F. Ladaria, El hombre en la creación, 146). la combinación de la selección natural con las mutaciones, en una
138 
Así lo subraya Luis F. Ladaria (Ibidem, 146-1470). J. Ratzinger se- dinámica absolutamente azarosa.
ñala que «…el barro se convirtió en ser humano en el instante en el 140 
J. Haught parece acentuar tanto lo azaroso del proceso que la
que un ser logró por primera vez formarse, aunque fuera borrosa- aparición del hombre aparece como accidental (Cfr. Response to 101
mente, la idea de Dios. El primer tú que labios humanos –no importa Questions on God and Evolution: 52-53). También el biólogo y gene-
qué balbucientes- dirigieron a Dios, señala el instante en el que el tista F. C. Ayala, manifiesta algo análogo en: «Two revolutions:
espíritu irrumpió en el mundo. Ahí se pasó el Rubicón del proceso Copernicus and Darwin», en: R. Pascual, L’Evoluzione: Crocevia di
de hominización. Pues lo que constituye al ser humano como tal no Scienza, Filosofia e Teologia, 65.

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otro lado, diversos autores extreman la direccionalidad en logica y de su asombroso parecido genómico con algunos
una visión concentrada en el hombre: el propio Teilhard homínidos, lo humano continúa apareciendo como algo ori-
parecería situarse en esta línea.141 El principio antrópico ginal en el panorama de la vida. Por lo pronto, es el Homo
elaborado por los cosmólogos sostiene que ha habido una sapiens el único que parece poder formularse científica, filo-
fina sintonía en el proceso que ha posibilitado las condi- sófica y hasta teológicamente este tipo de cuestiones.
ciones para aparición de la vida y para la existencia del
Homo sapiens en este planeta. No se trata de una afirmación 7. 2. Monogenismo o Poligenismo. Unicidad
finalista, sino de la determinación de un hecho. Algunos del ser humano. La cuestión del pecado original
autores, como es el caso de George Ellis, van más allá y
formulan un «principio antrópico cristiano»: no sólo se Algunos temas de antropología teológica se ven pro-
ha posibilitado la aparición de la vida, del hombre inteli- fundamente afectados por la visión evolutiva. Uno de
gente, sino también libre (la Free Will en el Anthropic Uni- ellos lo constituye la disyuntiva entre monogenismo o
verse). En efecto, la autonomía funcional de las leyes de la poligenismo; un segundo tema, aunque planteado en un
naturaleza y la posibilidad de describir el mundo sin Dios plano hipotético, es el de la eventual vida inteligente en
permiten la libertad del hombre frente a Dios. Así, el mal otras regiones del universo; un tercero, íntimamente li-
físico es una consecuencia de este mundo autónomo que gado al primero, es el de la manera de concebir la teo-
se hace a sí mismo evolutivamente: el mal moral de la ac- logía del pecado original en un contexto evolutivo. Los
ción humana tampoco debía ser restringido en un diseño enunciamos solamente, dando cuenta de su complejidad
providente para la libertad incondicionada.142 En síntesis, y relevancia teológica.
el clásico tema del azar o el finalismo reaparece con fuerza Con respecto a la cuestión de si el ser humano se origi-
cuando se trata de la aparición del ser humano. El nece- nó a partir de una única pareja (monogenismo) o de varias
sario tratamiento científico y filosófico, sin embargo, debe (poligenismo), los paleontólogos –aun sin certezas defini-
dejar espacio para un abordaje teológico del tema, en el tivas– se inclinan por un poligenismo polifilético.145 Esto
cual se incorpore la focalización cristológica, propia de al- significaría la aceptación de un origen plural de los hom-
gunos textos muy nítidos como el del himno de Ef 1,3-14.143 bres, con la posibilidad de que hayan existido al menos dos
Lo cierto es que el ser humano apareció silenciosamente tipos de ser humano sin entrecruzamiento. En todo caso,
en la historia de la vida144. A pesar de su semejanza morfó- más allá de la hipótesis adoptada, la originalidad teológica
de lo humano viene dada por su original vínculo con Dios,
más que por su patrimonio genético o el modo concreto en
el que emergió en la historia de la vida.
141 
Cfr. P. Teilhard de Chardin, El Fenómeno Humana.
142 
Una excelente síntesis en: J.A. Roldán, «Ellis y el principio antró-
pico cristiano. El diseño de un universo para la libertad», Pensamien-
to, vol. 63, 2007, núm. 238, 797-800; aquí, 798-799. 145 
La ciencia paleontológica no puede determinar este tema, al me-
143 
Cfr. J. Arnould, «Evolución y finalidad. Una invitación a reintro- nos hasta el momento. De todos modos, la opción más congruente
ducir a Cristo en el discurso sobre la creación», 53-69. con la fecundidad intra-específica sería la de un poligenismo polifi-
144 
La expresión, de Teilhard de Chardin, es citada en: G. Martelet, lético (Cfr. F. Fachini, Le Sfide della Evoluzione: 142-144. Cfr. también:
op. cit., 31. K. W. Kemp, «Science, Theology, and Monogenesis», 217-236.

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Un tema relacionado, y por el momento sólo postulable difícil de comprender el tipo de libertad y conciencia de
en el campo hipotético, es el de la unicidad del hombre seres humanos recién emergidos como tales y de las conse-
en el universo. Las probables dimensiones espaciales y cuencias decisivas de sus actos para la posteridad total de
temporales del universo imponen la cuestión: 13.700 mi- sus descendientes. Interesa aquí solamente indicar que el
llones de años de antigüedad y miles de millones de ga- paradigma evolutivo exige una reelaboración de las cues-
laxias cuestionan acerca de la existencia de algo análogo a tiones de la muerte, el sufrimiento que son fenómenos na-
la vida en otras regiones del cosmos o en otros momentos turales, propias de todos los seres vivientes, y que no apa-
de su historia.146 En cualquier caso, para la economía de la recen directamente conectadas con el pecado original.148
salvación conocida hasta el momento, el ser humano apa-
rece como la única imago Dei,147 destinatario de la Alianza
y, sobre todo, como la criatura viviente donde se ha en- 8. Teología de los animales
carnado el Verbo de Dios (Jn 1, 14). Esto no excluye otras Un tema teológico que creemos de particular interés es
economías salvíficas; pero no son, hasta ahora, conocidas. el de los animales, especialmente aquellos superiores. El
Además, el hecho cristológico –encarnación y pascua del interés proviene aquí del nivel de complejidad alcanzado
Hijo hecho ser humano– concentran la visión teológica so- por diversas especies pero, en forma particular, de aque-
bre la mediación antropológica de la presencia divina en llos que, por su particular vínculo con el ser humano, ad-
su universo y biosfera. quieren un valor no sólo en cuanto especie sino también en
Por último, el tema del pecado original en un contexto cuanto individuos. La evolución biológica ha conformado
evolutivo está siendo trabajado, en una relectura bajo el un largo y complejo proceso de especiación, en el que han
nuevo contexto evolutivo. Evidentemente, la cuestión está emergido numerosas especies vivientes y animales en par-
condicionada por una hermenéutica literal de los textos ticular. Los actuales estudios genómicos permiten apreciar
bíblicos practicada durante casi los dos milenios de cris- las similitudes entre muchos, incluyendo a los humanos.
tianismo y muy influenciada por la interpretación de San La etología –ciencia de la conducta animal– desarro-
Agustín respecto del modo de transmisión del pecado ori- llada durante el siglo XX, ha puesto de relieve cuestiones
ginal. Dicha visión que puso el acento en el pecado de los asombrosas. Por lo pronto, las conductas eusociales de
primeros padres y su posterior transmisión biológica ha insectos,149 conductas gregarias de mamíferos y aves, una
condicionado una teología del pecado original difícilmen- compleja red de colaboraciones intra-específicas o hetero-
te conciliable con una visión evolutiva del hombre. Resulta específicas (como es el caso de los parásitos), lenguajes

146 
Cfr. G. Tanzella-Nitti, «Extraterrestre, Vita», en: G. Tanzella- 148 
Cfr. E. Cruz, «La justicia original en el catecismo católico y la teo-
Nitti – A. Strumia, Dizionario Interdisciplinare di Scienza e Fede, T. I, ría de la evolución», 165-172. Una interesante perspectiva del pecado
591-605. original en bajo el desafío de la evolución biológica y la genética con-
147 
Cfr. Comisión Teológica Internacional, Comunión y servicio: la temporánea en: M. Vejrup Nielsen, Sin and Selfish Genes. Christian
persona humana creada a imagen de Dios, Vaticano 2004 (http://www. and Biological Narratives
vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/cti_documents/rc_ 149 
Cfr. M. S. Loiácono; A. A. Lanteri, «La evolución de las socieda-
con_cfaith_doc_20040723_communion-stewardship_sp.html). des de insectos», 11-24.

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complejos (abejas, aves en migración), prodigiosas capa- raleza y la perfecciona151 implica una naturaleza concreta
cidades de orientación (aves, peces que desovan a miles y completa. Ésta incluye la inclusión de la dimensión bio-
de kilómetros de donde se hallan), fenómenos de defensa lógica y, por ello, evolutiva del Homo Sapiens, así como del
gregaria (ciervos, cebras) o de caza (leones, guepardos), ambiente natural en el que se desarrolla. Algunos autores
etc. Por otra parte, en relación con el ser humano, muchos (P. Teilhard de Chardin, J. Haugth) han llamado la atención
de ellos ofrecen elementos de «empatía» y de comunica- sobre la preparación de libertad en el azar pre-humano de
ción.150 Todo esto conduce a la necesidad de elaborar una la evolución; otros, en cambio, han desechado esta perspec-
teología de la evolución que vincule más estrechamente tiva por el temor de diluir lo humano en lo biológico.
al Imago Dei con estas criaturas que, siendo «huellas de la
Trinidad» (vestigia Trinitatis), lo son en una misteriosa re-
lación con el ser humano. 10. Escatología en perspectiva evolutiva
El proceso evolutivo biológico desembocará en una rea-
lidad definitiva. La biosfera en su conjunto, en el marco
9. Teología de la gracia del resto del universo con su larga historia, confluirá en la
El estado concreto del ser humano es el de un ser evo- nueva realidad establecida por la Parusía. La mediación
lutivo, cuyo cuerpo y psiquis –y, en forma concomitante, humana, según la economía de la salvación que conoce-
su alma espiritual, si se la concibe a ésta como principio mos, es clave en el encuentro con Cristo y la Trinidad, el
informante de un cuerpo concreto– participan del proce- «topos» definitivo del universo todo. La redención que ex-
so dinámico de la vida. Los genes y el cerebro humano, pectantemente espera el conjunto de la naturaleza no es
así como todos sus órganos, constituyen partes de una otra cosa que una integración en la vida del Dios trinitario.
historia que continúa y cuyos signos informativos se Cuando el cosmos llegue a su fin –probablemente antes
acumulan en el cuerpo de cada individuo. De allí que la de su muerte natural, por la irrupción de la Parusía–, será
gracia, en cuanto participación de la vida divina, se des- también llamado a una transformación en la vida trinitaria.
envuelve en este ser humano, efecto y sujeto de un prodi- Creemos importante destacar una cierta perdurabilidad y
gioso proceso evolutivo. transformación del cosmos en la escatología trinitaria. Se
ha hablado de la «pascua de la creación»152 para poner de
Sin la evolución no se entiende la biología (Dobszanzky)
relieve tanto su redención como su divinización.153 En este
y, por lo tanto, tampoco la «bio-teología», es decir, la reali-
dad de la vida nueva en el ser humano. Concebir la gracia
sin el sustrato biológico en el que se incorpora implica algo
parecido a pensar la gracia sin la historia, sin la cultura, etc., El principio «gratia supponit naturam el perficit illam» fue desarro-
151 

ya que el principio clásico de que la gracia supone la natu- llado por Sto. Tomás de Aquino; cfr. In I Sent. d.17, q I, a.3, ag.3; In
Sent. d. 24, q. I, a.3, qc3, sol I; De Ver. Q. 14, a. 9, ad 8; S. Th. I, q 2, a.2,
ad I; S.Th. I-II, q. 99, a. 2, ad I.
J. L. Ruiz de la Peña, La pascua de la creación. Escatología;
152 

La teología, en las últimas décadas está tomando a los animales


150  Cfr. S. Lyonnet, «Redención del universo», 77-101.
como objeto particular de reflexión. Al respecto, cfr. A. Linzey, Los Sobre el destino global del universo, que incluye el proceso ne-
153 

animales en la Teología, 160-163; G. Scalmana, «Gli animali», en: G. guentrópico –es decir, contrario a la ley de la entropía–, cfr. C. Bo-
Scalmana, Teologia e Biologia, 187-203. llini, op. cit.; J. Polkinghorne, op.cit.

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sentido, se puede hablar de una inmersión trinitaria de la humano. El diálogo de Dios con el hombre, la invitación a
creación, aún cuando los alcances reales de esta expresión entrar en un vínculo de amistad y filialidad, el rescate de
sean, desde la historia en curso, de difícil comprensión. El su condición vulnerable por el ejercicio equivocado de su
Apocalipsis incluye no sólo a la Iglesia en el encuentro con libertad, constituyen el contenido del mensaje bíblico. Al
el Cordero, sino también a los seres vivientes. Estos, que referirse a la creación del universo, los textos bíblicos no
en la visión operada por las ciencias biológicas aparecen pretenden explicar el modo en que éste se produjo, sino
como fruto de un inmenso y complejo proceso de evolu- introducir el primer peldaño en la historia de la relación
ción creadora, participarán de la adoración definitiva: entre el hombre y Dios. La creación evolutiva es el ámbito
en el que se desenvuelve la historia de la salvación. Un
11 Y después oí la voz de una multitud de Ángeles que
universo de una historia probable de 13.000 millones de
estaban alrededor del trono, de los Seres Vivientes y de los
años con varios millones de historia de la vida en el pla-
Ancianos. Su número se contaba por miles y millones,
neta Tierra es el medio en el que se generará lo central de
12 y exclamaban con voz potente:
la narración bíblica: el encuentro del Homo sapiens con su
12 «El Cordero que ha sido inmolado
12 es digno de recibir el poder y la riqueza,
creador y, para el Nuevo Testamento, la asunción de lo hu-
12 la sabiduría, la fuerza y el honor, mano por parte del Hijo de Dios y su historia en medio de
12 la gloria y la alabanza». la historia del cosmos, de la vida y del hombre. En palabras
13 También oí que todas las criaturas que están en el de Teilhard de Chardin: se da un proceso de cosmogénesis,
cielo, sobre la tierra, debajo de ella y en el mar, y todo lo que donde se inserta la biogénesis, la noogénesis y, finalmente,
hay en ellos, decían: la cristogénesis154.
13 «Al que está sentado sobre el trono y al Cordero, El concepto mismo de drama –aplicado teológicamente
13 alabanza, honor, gloria y poder, por Hans Urs von Balthasar al ámbito de la relación entre
13 por los siglos de los siglos». la libertad humana y la divina– ha sido expandido hacia
14 Los cuatro Seres Vivientes decían: « ¡Amén!», y los el mundo biológico por algunos teólogos quienes, de este
Ancianos se postraron en actitud de adoración. (Ap 5, 11-14). modo, han querido dar cuenta de la tensión violenta que
implica la selección natural y que constituye uno de los
principios constitutivos de la evolución biológica. Según la
11. Teodramática de la evolución original perspectiva del pensamiento de von Balthasar, se
La visión evolutiva contribuye a situar la historia de la puede señalar que la creación, el espacio donde se desen-
vida dentro de la historia del cosmos. En la macro de la his- volverá el teodrama, es él mismo dinámico, evolutivo. En
toria del universo se ubica este pequeño aunque complejo efecto, Dios se introduce activamente en el drama viviente
desarrollo de seres vivientes. Es en este escenario donde y humano. De alguna manera, la historia del universo y de
se desarrolla la breve historia humana y la aún más corta la vida, en su tensión creativa, preludia la dramática histo-
historia de la interacción entre Dios y el hombre. La Biblia, ria del ser humano y, en ella, la de Dios que se integra en el
en cuanto testimonio escrito de la revelación, narra básica-
mente este último segmento de la historia del cosmos. Su
preocupación es la de poner de relieve la iniciativa de Dios 154 
Cfr. I. Nuñez de Castro, Teilhard de Chardin: el hombre de Ciencia
por dialogar e interactuar con una de sus criaturas, el ser y el hombre de Fe, 8-14.

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teatro de la historia humana. En la visión del NT, esta his- experimentando con varias posibilidades. John Haught lo
toria halla su centro en la muerte y resurrección de Cristo. expresa diciendo que:
Este episodio, la Pascua, afecta radicalmente al ser huma- Si Dios ama al mundo, entonces podemos suponer
no en su vínculo con Dios. Sin embargo, al tratarse el hom- que Dios concede al mundo un cierto grado de libertad
bre de una realidad también corporal, viviente y cósmica, para experimentar con un espectro de posibilidades en su
el acontecimiento pascual modifica misteriosamente tam- gestación.157
bién el ámbito físico del universo. De este modo, parece
legítimo hablar de una «teodramática de la evolución».155 Una teología de la evolución, entonces, ha de admitir
que la evolución es experimental, es decir, que va avanzan-
Para el pensamiento bíblico, Dios es un ser trascendente
do mediante pruebas. De allí que deba considerarse que el
que crea el universo y el ser humano y entabla un diálogo
cosmos y la vida cuentan con un espacio para una cierta
de salvación con él. El NT determina aun más esta visión,
búsqueda libre, en un sentido analógico de la expresión,
al afirmar que se trata de un ser uni-trino (Padre, Hijo y
en cuanto no totalmente determinada. El hecho de que vi-
Espíritu Santo) que lleva hasta el extremo de su humani-
vamos en un universo en expansión es en sí mismo indica-
zación y muerte en la cruz su amor por el ser humano.
tivo de que el deseo del Creador es que el mundo cuente
¿Cómo compaginar esta visión de Dios y de su creación
con un margen para realizar experimentos en una inde-
con la producida por la teoría evolutiva, la cual presenta
pendencia emergente. Un Dios que verdaderamente ama
una naturaleza determinada por la competencia en vistas
el mundo está íntimamente relacionado con él, pero en un
a la supervivencia? ¿No es esta imagen demasiado cruel y
modo que permite al mundo permanecer distinto de Dios.
contradictoria con el Dios de la vida?156 Paradójicamente,
El proceso evolutivo no es otra cosa que la historia del uni-
la biología evolutiva provoca a la teología para que ajuste
verso examinando varios caminos para llegar a ser él en sí
mejor la imagen bíblicamente basada de Dios como Amor.
mismo. El poder divino, entonces, se manifiesta como una
Se trata de un Ser que da su vida divina sin reservas al
cierta restricción de sí mismo en el amor, como un dejar ser
cosmos. Darwin exige al pensamiento teológico que defi-
que permita al mundo emerger como otro distinto de Dios.
na más cuidadosamente lo que entiende por omnipotencia
Cierta autonomía en la búsqueda de las formas, aunque no
divina. En efecto, el Dios cristiano no es alguien que some-
pueda estrictamente ser denominada «libertad», incluye
te y fuerza a su universo conforme a un plan rígido, sino
elementos de no absoluta determinación; estos elementos
que quiere que llegue a ser él mismo lo más plenamente
implican una cierta base apta para la aparición de la au-
posible. Esto significa que al mundo deba serle permiti-
todeterminación humana en la historia de la vida. En ese
do el espacio y el tiempo para dirigirse hacia su finalidad,
sentido, y siempre expresándose de un modo analógico,
resulta legítima la expresión «dramaticidad» aplicada al
mundo biológico infrahumano.158

Cfr. cita 20.


155 

Esto es lo que postula Richard Dawkins: «...si hay un único Crea-


156  Reponses to 101 Questions on God and Evolution, 50.
157 

dor que hizo al tigre y al cordero, al guepardo y a la gacela, ¿a qué Von Balthasar, debido a su impronta esencialmente humanista y
158 

está jugando? ¿Acaso es un sádico que disfruta contemplando de- no científica, no admitía la autonomía creativa de la vida, debido al
portes sangrientos?» (El río del Edén, Debate, Madrid, 2000:105). riesgo de extrapolar la libertad espiritual en el mundo pre-humano.

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Debe añadirse también que la perspectiva evolutiva, en el cuadro de una naturaleza viviente que contiene un
que comporta una concepción de un ir-hacia de la vida159 dinamismo de un «ir-hacia»162 La perspectiva neotesta-
invita a percibir la trascendencia divina no exclusivamente mentaria evita cualquier posibilidad de reducción del fi-
hacia arriba sino también hacia delante.160 En cierto modo, nal escatológico a las consideraciones que puedan hacerse
no se trata sino de ajustarse más al modelo bíblico acerca desde las líneas evolutivas percibidas mediante las cien-
de un Dios que ha prometido realidades todavía no plena- cias naturales: el Reino definitivo irrumpe mediante una
mente cumplimentadas. Una teología evolutiva piensa a cierta discontinuidad que no permite intuir, ni siquiera en
Dios y sus promesas en términos de futuro del ser.161 Con la experiencia del creyente en la historia163. El teodrama es
esto se recupera la imagen bíblica de Dios, olvidada en de final abierto, aun cuando los dinamismos internos de
ciertas especulaciones teológicas que lo ubican como una la creación y de la historia permiten vislumbrar algo de lo
especie de abstracta realidad localizada lejos de la historia. que pude suceder.
Desde esta perspectiva, el teodrama, cuya epicentro en el
Otro aspecto de provocación a la teología por parte de
modelo de von Balthasar se encuentra en su nudo (vol. III:
la visión evolutiva es que la hace tomar conciencia de que
“La acción”), pero que tiende hacia su plenitud final (vol.
el cuidado divino abarca el destino del universo en su con-
IV: “El desenlace”) encuentra un preámbulo preparatorio
junto164. Esto significa que el ser humano no puede separar
sus aspiraciones privadas de la suerte que corra la creación
entera. La evolución encuadra lo antropológico en un mar-
Pero, aun en su posición cauta, afirma que: «el sufrimiento de la crea- co de relaciones con el universo y con una enorme historia
ción recibirá una transfiguración de un modo que escapa a nuestras del proceso de «llegar-a-ser» de la biosfera y del conjunto
categorías» (Teodramática, t. IV, 182). de las especies vivientes. Esto produce un sentido del «es-
159 
L. Galleni sostiene que el «moverse-hacia» de la vida es un nota tar-juntos» con el cosmos y, particularmente, con los seres
captable de manera empírica (cfr. L. Galleni, «La relación ‘ciencia-
vivos. De este modo, la esperanza creyente es provista de
fe’ según el modelo de Teilhard de Chardin», 141; también: IB., Cien-
cia y Religión, 21). En esto se apoya en las intuiciones de Teilhard de nuevos y más amplios horizontes. Asimismo, la evolución
Chardin quien sostuviera –en un marco darwinista– que la evolu- también brinda a nuestras vidas el sentido de ser partíci-
ción busca salidas biológicas hacia el «más-ser» o el «mejor-ser» (cfr. pes en el proceso progresivo de la historia de una creación
La visión del pasado, 151). cósmica. Todo esto también amplía la perspectiva del teo-
160 
J. Haught señala que una perspectiva evolutiva propone una vi- drama: este se sitúa en un cosmos que, si bien es él mismo
sión donde la trascendencia divina esté puesta no sólo arriba (up
above), sino adelante (up ahead): Responses to 101 Questions on God and
Evolution, op. cit., 50.
161 
La cuestión de la orientación de la evolución hacia un futuro la
emparenta, en su estructura interna, con la teología de la historia
162 
Cfr. L. Galleni, Ciencia y Teología. Propuestas para una síntesis
bíblica, en la medida en que ésta se halla también orientada hacia un fecunda, 174-179.
futuro, en su caso de carácter escatológico. Teilhard de Chardin intu- 163 
Cfr. J. Arnould, «Evolución y finalidad. Una invitación a reintro-
yó la relación entre ambas y formuló la imagen del “Punto Omega”, ducir a Cristo en el discurso sobre la creación», 53-69. Allí señala: «Ha-
un punto de atracción del movimiento evolutivo que, en la perspec- blar de creación es hablar ante todo de un acontecimiento, el de ser
tiva cristiana, coincidiría con el Cristo escatológico (un análisis del creatura hic et nunc. El futuro es inaccesible a nuestro conocimiento,
tema en: H. De Lubac, El pensamiento religioso de Teilhard de Chardin, e incluso a nuestra fe, al menos en su realización concreta...» (p. 67)
294-295). 164 
J. Haugth, op. cit., 50.

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uno de los personajes del drama (dramatis personae), lo es


no sólo como escenario estático, sino como un agente diná-
mico, que precede en largos plazos temporales al episodio
central del drama entre Dios y el ser humano165. La historia
evolutiva de la vida, en la que Dios mismo se incorpora,
no es sólo parte del escenario sino también agente activo.
La integración de la perspectiva evolutiva exige una
teología de la creación que dé cuenta de la maravilla de
este complejo fenómeno de la vida. El Dios creador apare-
ce poniendo en acto un drama preludiado misteriosamen-
te por una larga historia del cosmos y de la vida. En esa
historia existe espacio para una cierta búsqueda de formas
nuevas, en un proceso que conoce la tensión y la lucha.
El «tú» de Dios, sujeto adecuado para la Alianza y objeto
del amor que lleva a la Encarnación y a la Pascua es el ser Fig. 5: Un árbol simplificado de todos los seres vivos.
humano, aparecido después de una larguísima concatena-
ción de hechos biológicos. El teodrama alcanza su ápice en
la historia humana, pero no se reduce sólo a ella. El marco 12.1. Breve historia y noción
del cosmos y de la biosfera en particular permite visualizar El gráfico del árbol para representar la vida se remonta
un escenario extraordinario, incluido también en la diná- al siglo XVIII, en un esquema todavía fijista. Por su parte,
mica del teodrama. Charles Darwin dibujó un árbol para representar la histo-
ria de la vida en su cuaderno de notas167, considerándolo
como una forma de expresar la idea de un descendiente con
12. El «Árbol de la vida» o árbol filogenético modificación. A partir de ese período se dieron innumera-
como símbolo de la historia de la vida bles esfuerzos por formular un método para la reconstruc-
El árbol filogenético o «Árbol de la Vida» (Tree of Life, ción filogenética y su representación gráfica por medio de un
ToL –por sus siglas en inglés– en adelante) es una repre- árbol genealógico. El plan científico de la estructuración de
sentación científica de la historia de la vida. Esta imagen, la historia y la diversidad de la vida por medio de un grá-
en sus diferentes versiones, intenta mostrar la continuidad fico que incluya caracteres morfológicos (visible y genética o
y la discontinuidad temporal de los seres vivos. 166 molecular), temporales (estudiados por la paleontología y la
geología), así como también aspectos espaciales (estudiados
por la biogeografía) subyace en la construcción de los árbo-
165 
El tema del vínculo entre teodrama y creación evolutivo también
ha sido tratado en: R. Schwager, D, Erbsünde und Heilsdrama: im Kon-
text von Evolution, Gentechnologie und Apokalyptik. En Notebook “B” se ven dos dibujos, acompañados por una expli-
167 

166 
Una aproximación en: L Florio, «Una hermenéutica analógica cación (cf. Charles Darwin’s Transmutation Notebook ‘B’ (1837–1838):
del “árbol de la vida”», 26-31. 26. Cfr. Darwin online, disponible en http://darwin-online.org.uk.

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les filogenéticos. Estos aspectos permiten la especificación varias especies u otras entidades que se cree que tuvieron una
de las características de un determinado individuo de la po- descendencia común. Para construirlo, se utiliza información
blación, o de la especie posee con el fin de expresar de forma proveniente de fósiles así como aquella generada por la com-
gráfica. El recurso a las técnicas individualizadoras (descrip- paración estructural y molecular de los organismos.
ción morfológica, descripción de secuenciación genética, la
comparación, las bio-geográficas de datos, etc.) se establecen
continuidades de la población que se completan por medio
de hipótesis en los casos en que las especies pertenezcan al
pasado. Las actuales técnicas de secuenciación genómica que
la corroboración o la mejora de las líneas que ilustran las rela-
ciones entre las especies y orígenes posibles.168
La expresión Árbol de la vida indica la unidad del proceso
evolutivo así como su modelo169. Se trata de un gráfico que
intenta mostrar las relaciones de evolución existentes entre

168 
«Desde el tiempo de Aristóteles en el s. IV aC hasta Darwin, Huxley,
y Owen en el s. XIX, el estudio de la diversidad e historia de la vida se
focalizó en el morfología y, en menor medida, sobre la conducta. Sólo en
la segunda mitad del siglo XX se hizo posible la comparación de genes
y moléculas de diferentes especies y, entonces para comprender con ma-
yor claridad las relaciones evolutivas entre las especies y los procesos de
población, tales como el flujo de genes y la deriva genética. El impacto
de la biología molecular en la evolución ha sido tan profunda que es di-
fícil imaginar que la biología evolutiva podrá experimentar más cambios
conceptuales metodológicos de magnitud similar. Y, sin embargo, las he-
rramientas de la genómica (…) están causando sólo un (primer) impacto.
El impacto de la biología molecular en la evolución ha sido tan profunda
que es difícil imaginar que la biología evolutiva podría experimentar más
cambios conceptuales metodológicos de magnitud similar. Y, sin embar- Fig. 6: El árbol de la vida compilado por los investi-
go, las herramientas de la genómica (una suite de biotecnologías que se gadores de la Universidad Temple se visualiza en una
puede describir como la biología molecular auto grande) están causando forma nueva –una visión de galaxia inspirada cosmo-
sólo un impacto. La genómica es al s. XXI en el campo evolutivo lo que
lógicamente—y contiene más de 50.000 especies en un
la electroforesis de proteínas y la secuenciación de ADN fueron al mismo
tapiz cuya espiral nace a partir del origen de la vida: la
campo en el siglo XX, y por ello promete proporcionar tantas preguntas
como respuestas» (S. V. Edwards, 522). biología molecular y la evolución (OUP). “Un estudio
169 
«El término “Árbol de la Vida” simboliza la unidad entre el pro- muestra un enorme árbol de la vida a modo de reloj con
ceso y el patron evolucionario» (A. O´Malley; M. Maureen; W. la aparición de nuevas especies y diversidad” Science
Martin; J. Dupré, «The Tree of Life: Introduction to an evolutionary Dail, 4 de marzo de 2015. <www.sciencedaily.com/relea-
debate», 442). ses/2015/03/150304075414.htm>.

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12.2. Opciones conceptuales resultante es la de un anillo en el cual las ramas que habían
divergido anteriormente ahora convergen y se fusionan.
12.2.1. ¿«Árbol», «bosque» o «red»?
Lo que actualmente complica la construcción del Ár-
bol de la vida es la detección de dos nuevos fenómenos: la
transferencia lateral genética y las fusiones de todo el ge-
noma.170 Los primeros son comunes entre las bacterias y
Archaea y se compone de genes de paso individual a otro.
Así, el genoma de una bacteria que transmite a su descen-
dencia pueden parecerse o no el genoma heredado de su
propio predecesor. La imagen global producida es algo
que está entre lo que semeja un árbol y una red.
La fusión de genomas, por otra parte, hace que el árbol
se vea en una dirección opuesta: en lugar de divergencia
habría convergencia. En consecuencia, cabe preguntarse
aquí: ¿cuál de los dos genomas refleja el curso de la evo- Fig. 7: El árbol de la vida moderno se ve más como un
lución? Si sólo localizan los genes del ARN ribosomal, se matorral, con sus tres dominios principales que emanan
logra un árbol ramificado tradicional. Sin embargo, si más de un centro común (el punto amarillo) en el origen de
genes o genomas enteros son tenidos en cuenta, la imagen la vida. Las magnitudes de las muchas líneas implican
el rango de diferencias entre los diversos linajes. https://
www.cfa.harvard.edu/~ejchaisson/cosmic_evolution/
docs/images/imgs_lrg_ver3/6_14.gif
El uso de esta metáfora ha florecido, pero en los últimos tiempos
170 

se han encontrado importantes fallas conceptuales y epistemológi- 12.2.2. ¿Árbol de «especies», «organismos»,
cas en esta. El más destacado de los retos para la construcción de un o «genes»?
árbol universal son las implicaciones de la transferencia lateral de
genes (LGT), una característica destacada y ineludible característica Otra fuente de debate reside en la unidad sobre la cual
de cualquier representación adecuada de la evolución procariota. La el árbol se aplica: ¿es la especie, tal como Darwin sugirió,
transferencia de genes entre diferentes linajes significa que genes di- y luego fue continuado por la taxonomía clásica sistemá-
ferentes pueden tener historias evolutivas muy diferentes, y que los
tica? ¿Corresponderá aplicarlo, más bien, al organismo
linajes de organismos en la que las historias de estos genes residen
no pueden ser representados por cualquier árbol. Cuanto más se ha individual?171 ¿No sería más apropiado elegir un árbol de
aprendido sobre los genomas procariotas, mayormente ha crecido genes, teniendo en cuenta que la continuidad manifesta-
la necesidad de representar en un modelo más completo y menos da por los genes a lo largo del tiempo y que son los que
sesgado la forma en que la evolución opera en la naturaleza proca- contribuyen a la lógica del proceso? En cualquier caso, la
riota, en lugar de forzarla para que se ajuste a heurísticas arbóreas biología sistemática sigue confiando en los árboles de es-
preconcebidas. Esta edición especial, basada en el diálogo entre bió-
logos, filósofos e historiadores, examina la viabilidad de la metáfora
del árbol de la biología evolutiva procariota y más allá, al mundo
eucariota como tal (Cfr. ib., 442). 171 
Cfr. J. D. Velasco, «Species, Genes, and the Tree of Life», 599–619.

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pecies, aunque enriquecidos por los árboles genéticos cada árboles son provisionales o modificables: en efecto, ellos
vez más detallados.172 ToL representaría la historia de las deben ser rediseñados tras la obtención de nuevos datos o
especies, para lo cual se requiere un concepto de especie mediante la formulación de nuevas hipótesis explicativas.
en el que la genealogía de las especies sea determinada por En ese sentido, el árbol se convierte en un objeto de diseño
las historias genealógicas de los organismos que conform- sujeto a una modificación permanente. De todos modos, a
an dicha especie. Dentro de esa perspectiva, las especies pesar de su carácter modificable, el árbol ofrece una visión
son unidades filogenéticas y entonces deberían ser los gru- de la génesis de los seres vivos que, tal vez más en sus gen-
pos de organismos unidos por una historia compartida. eralidades que en sus detalles, proporciona una alta dosis
ToL puede, en consecuencia, representan la historia de la de confiabilidad epistemológica. Tal confiabilidad deriva
especie y de los organismos al mismo tiempo.173 de su base en la biología sistemática, de la que ToL es una
representación. Incluso cuando los enlaces de sus ramas se
12.3. La reducción metodológica y la identificación siguen realizando, la mera existencia de un árbol o una red
de la estructura en la historia de la vida de la vida permite captar en forma intuitiva que el fenó-
meno «vida» constituye, en realidad, un entrelazamiento
Las diferentes versiones de ToL sugieren una visión de
de interconexiones entre organismos y especies diversos a
lo que llamamos «vida» a través de su historia. Su objetivo
lo largo de un período extenso de tiempo. La vida, en sus
es representar un modelo de los procesos evolutivos que
múltiples manifestaciones –diferenciaciones, interconex-
resultan de la bifurcación de las líneas de especies.174 Esta
iones, temporalidad y especialidad– se muestra sintética e
panorámica incluye tanto su morfología visible y molecu-
intuitivamente a través del árbol filogenético, proporcion-
lar, así como sus probables historias e interrelaciones. Esos
ando una cierta comprensión integral.

172 
«La Filogenia es la historia de las especies y de las poblaciones.
12.4. Enfoques filosóficos
Se registra el patrón de ramificación de la evolución de los linajes
12.4. 1. Fenómenos nuevos y problemas antiguos
a través del tiempo. Una de las grandes misiones de la Sistemáti-
ca es reconstruir y proporcionar detalles sobre el gran árbol de la El árbol filogenético exige reconsiderar algunas cuestio-
vida. Con lo difícil que puede ser para metodologías modernas para nes filosóficas clásicas. Por ejemplo, el debate entre el no-
reconstruir esta historia, tan llena de reticulaciones, eventos de hi-
minalismo (no hay esencias, sino solamente nombres) y el
bridación, la transferencia horizontal de genes, y otros mecanismos
que empañan la imagen de la historia del organismo, es importante realismo (los nombres deben expresar algo que los seres
reiterar que, a nivel de las poblaciones y las especies, sólo hay una poseen, y las especies también) vuelve a emerger a la hora
de tales historias, incluso cuando sea reticulada.» (S. V. Edwards, «Is de interpretar el árbol de la vida. Por un lado, el árbol no es
a new and general Theory of Molecular Systematics Emerging?», 2). sino una expresión semiótica de los seres vivos, presupo-
173 
Cfr. J. D. Velasco, op. cit., 600. P. Schutzer («Evoluzione e Di- niendo que sea lógicamente posible localizarlos en una cier-
segno. Tentativo di una cicognizione della teoría dell’evoluzione», ta interrelación. Esto implica que las clasificaciones tienen
36) resalta que la espina dorsal del árbol genealógico de la vida está
integrado por el árbol morfológico y el genético, los que por proce-
una base real: especies, poblaciones e individuos poseen
dimientos diversos han llegado a una composición muy parecida. una determinada entidad original, que es detectable tanto
174 
A. O´Malley; M. Maureen; W. Martin; J. Dupré, «The Tree of en su fenotipo y genotipo. Los genes también son reales y,
Life: Introduction to an evolutionary debate», 441. por lo tanto, pueden ser identificados, así como puede ser

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comprendido su rol para expresar los fenotipos. Además, producirse en el futuro– ToL es una traducción en una ima-
todos ellos tienen un aspecto lógico: las relaciones no son gen del fenómeno filogenético.177 Mediante un complejo
sino similitudes o relaciones de origen. Aunque la defini- proceso de abstracción de notas morfológicas y genéticas
ción de gen se encuentra en una radical revisión –y algunos se han compuesto las diferentes ramas, el árbol formaliza
autores hablan de un «módulo de cálculo» para pensarlo– lo que la biología evolutiva detecta sobre la conexión de
,175 la investigación genómica actual postula que existe algo los seres a lo largo del tiempo. El camino desde la filoge-
real –la diversidad genética y sus interacciones– que explica nética hasta la formalización de una imagen tal como la de
las relaciones entre los individuos. El concepto clásico de un árbol presupone todavía otra abstracción: ciertos ele-
la analogía puede arrojar algo de luz sobre esta cuestión. mentos se transfieren a un gráfico. Éste a su vez, siendo de
Los seres vivientes son predicados individualmente en carácter formal, alcanza un nuevo nivel en el proceso de
modo diferente, si bien con algún elemento común a causa comprensión: se convierte en una imagen integradora de
de cierta herencia genética compartida. Por otro lado, la la percepción para cualquier lector quien, a simple vista,
imagen –ya sea la del árbol, el bosque o la red– hace posible será capaz de comprender el fruto de innumerables obser-
la visibilidad panorámica de la unidad dentro de la multi- vaciones y teorías.178
plicidad del fenómeno de la vida. Los árboles contribuyen
Por otra parte, su carácter visual convierte al árbol
a la percepción de la interrelación existente entre las uni-
en un objeto particular para la actividad científica de los
dades tales como los genes, los individuos y las especies. La
biólogos. Se trata de una realidad artificial destinada a
vida aparece, por lo tanto, como una unidad compleja en su
comprehender la pluralidad de fenómenos obtenidos me-
simultaneidad diacrónica y en su multiplicidad sincrónica.
diante la observación y las teorías biológicas. ToL es clara-
Asimismo, la cuestión del último substrato del proce- mente un objeto semiótico.179 En una primera delimitación
so evolutivo ha de ser examinada nuevamente: ¿son los básica, puede señalarse que se trata de signo de carácter
genes,176 los organismos, las poblaciones o las especies?
Las respuestas pueden ser variadas. De todos modos, a pe-
sar de que la palabra de la biología sistemática sea funda- 177 
Se ha señalado que el ToL es un principio icónico de organiza-
mental en esta cuestión, nos parece imprescindible contar ción en la teoría moderna de la evolución (W. Ford Doolittle, «The
también con el abordaje filosófico, pues la cuestión ontoló- attempt on the life of the Tree of Life: science, philosophy and poli-
gica está en el centro del debate. tics», Biol Philos , 2010, 25, 455.
178 
A. Robinson y C. Southgate («Incarnation and Semiotics: A
12.4. 2. El árbol como objeto semiótico Theological Anthropological Hypothesis», 286) señalan: «… el creci-
miento semiótico es dialectal en cuanto nuevos contextos simbólicos
artificial y provisorio ofrecen nuevas posibilidades para la iconicidad, y los nuevos íconos
En cualquiera de sus versiones –las fenotípicas, las que invitan a nuevos desarrollos en la comprensión mediada simbólica-
mente. Es en las nuevas yuxtaposiciones de distintos tipos de signos,
combinan árboles de genes, o cualquier otro que pudiera
no en la progresión unidireccional hacia un tipo superior de signo
que surgen las nuevas posibilidades cognitivas».
179 
Utilizamos la expresión en su sentido más genérico, sin ingresar
en distinciones que, naturalmente, resultan imprescindibles para
175 
Cfr. D. Futuyma, op. cit., 525. profundizar la cuestión. Acerca de la semiótica y su historia, cfr. M.
176 
Tal como sostiene R. Dawkins en El gen egoísta. Beuchot, La semiótica. Teorías del signo y el lenguaje en la historia.

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simultáneamente metafórico y simbólico.180 Por una parte, apa- mensión analógica respecto de un tipo de ser viviente con-
rece como una metáfora de la vida biológica que compara con creto (el árbol). Elaborado mediante un riguroso método
un árbol –o con un bosque o una red– su multiplicidad empírico y mediante un lenguaje altamente unívoco, con-
de individuos a través del tiempo. El producto gráfico, en fluye en una imagen que puede ser interpretada en varias
realidad, no es más que un esquema formal de conexiones, dimensiones. En otras palabras, el ToL se presenta como
no es estrictamente un árbol. Se compara la vida y sus in- un objeto semiótico artificial, con riguroso fundamento en
terconexiones en el tiempo con un gráfico esquemático que una investigación de los seres mismos, si bien permanece
puede ser llamado «árbol» por analogía con la estructura abierto a otros niveles hermenéuticos.182 De hecho, la ela-
de cierto tipo de especies vegetales que poseen troncos cla- boración de estos árboles por parte de la biología sistemá-
ros y ramas. De todos modos, la metáfora se apoya en el tica se justifica a partir de la necesidad de una visión del
gráfico mismo. Sin embargo, su uso parece encontrar una fenómeno de la vida en su conjunto. Se trata, ciertamente,
legitimidad más profunda en una lectura de carácter simbó- de una construcción que supone una intencionalidad pre-
lica. El símbolo, al menos para cierta línea interpretativa via y que, además, está regulada por mecanismos episte-
clásica, hunde sus raíces en las cosas mismas y consiste mológicos y lógicos que van más allá de los utilizados en
en una cierta propiedad para sugerir significados que su- el campo experimental.
peran una comprensión meramente unívoca de ellas. Tal
El árbol sugiere un proceso de lectura que se puede dar
es el caso de algunas realidades naturales tales como la
en más de un nivel. La lectura inicial, la buscada explícita-
forma, el agua, el sol, etc. A pesar de que algunos autores
mente en su confección, es de carácter unívoco: se intenta
defienden el carácter convencional de símbolos, una gran
identificar las conexiones entre especies, organismos e in-
parte de la filosofía hermenéutica contemporánea ha re-
cluso genes por medio de un gráfico. Precisamente, el árbol
considerado su lugar en la comprensión estética, religiosa,
es un producto semiótico artificial, cuyo objetivo central es
metafísica. Creemos necesario advertir que la historia de
taxonómico, es decir, clasificatorio. Tal finalidad se realiza
las ciencias alberga numerosos ejemplos de la utilización
mediante la búsqueda de conexiones –fenotípicas, genotí-
de imágenes por parte de la actividad científica.181
picas, biogeográficas, etc.– que no son sino analogías entre
Se trata, ciertamente, de un producto semiótico artifi- individuos y especies. Un objetivo indirecto de la imagen
cial, ya que es el resultado de una compleja actividad de es el de posibilitar una visión integral del fenómeno de la
investigación trasladada a una imagen que capta una di- vida. Allí adquiere un valor nuevo, en cuanto objeto in-
dicativo de las interconexiones de los seres vivientes y
es aquí que se produce un segundo nivel de lectura, que
180 
En virtud del carácter meramente aproximativo de nuestro enfo-
que, utilizamos una noción amplia de metáfora –para una realidad
estrictamente lingüística–, en este caso la expresión «árbol modi-
ficado por vida», y otra de carácter ontológico: la misma realidad Cfr. M. Beuchot, «Interpretación, analogía e iconicidad», 18, don-
182 

«árbol» cuya historia de interpretación simbólica es vasta; cfr. al res- de, en diálogo con Peirce, se recuerda que para la escuela europea
pecto la voz «Árbol» en: J. Chevalier; Al. Gheerbrant, Diccionario (Cassirer, Eliade, Ricoeur) el símbolo, es el signo enriquecido, lo que
de los símbolos, 117-129. para aquel autor es el «ícono». Éste se encuentra «a caballo entre
181 
Cfr. H. Palma., Metáforas en la evolución de las ciencias. Sobre el lo natural y cultural, entre la cultura y la natura, entre lo dado y lo
“Árbol de la vida”, 301-302. convenido, y por ello requiere más cuidado en la interpretación».

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sobrepasa la finalidad unívoca del primer nivel. El ToL se co, es sujeto de falsación y, por tanto, podría ser alterado
transforma en una imagen. En efecto, una vez terminado el en el futuro; sin embargo, aun con su carácter provisorio,
gráfico, es inevitable –incluso para el científico más positi- se trata de una imagen que permite intuir la historicidad
vista o reduccionista– saltar hacia lecturas más analógicas: y transformación de las especies. Y, al menos desde esta
el árbol sugiere la unidad en la diversidad de la vida, su perspectiva, existe algo que parece que no se modificará en
historicidad simultáneamente homogénea y heterogénea, el futuro, sino que más bien tenderá a variar en su propia
su continuidad con las dimensiones químicas y físicas de línea central.
la naturaleza, cierta tendencia hacia la complejidad, etc.
Un tercer nivel de lectura es el simbólico: el árbol, en cuan-
to imagen de la totalidad de la vida –aun con conciencia Breve balance del valor del árbol de la vida
de su carácter provisorio–, al modo de los símbolos, «da El ToL aparece como un ejemplo interesante para la
qué pensar».183 En efecto, el árbol filogenético provoca aplicación de una hermenéutica analógica sobre un objeto
una línea de pensamiento que sobrepasa al de su inten- de origen científico. Inicialmente, el gráfico tiene una in-
cionalidad meramente unívoca –la traducción icónica de tencionalidad unívoca, ya que pretende correlacionar los
la filogenia– e, incluso, el de una perspectiva global de la datos morfológicos y genéticos con unidades llamadas es-
historia de la vida. El árbol funciona como un símbolo en pecies y situarlas en el tiempo. Sin embargo, ya en su com-
su capacidad de generar una comprensión meta-unívoca posición –y obviamente en su interpretación– manifiestan
del fenómeno de la vida. componentes analógicos, puesto que busca correlacionar
La imagen del árbol es provisoria, puesto que es modi- semejanzas (características fenotípicas, genes, secuencias
ficable no sólo en su estructura interna –mediante nuevos químicas, etc.) para, de este modo, clasificar las especies y,
clados o de reformulaciones, tal como sucede con la actual así, diagramar los clados o ramas del árbol. Asimismo, me-
transformación originada en la revolución bioinformática– diante una opción de tipo jerárquico, es decir, generalizan-
sino, incluso, en su misma concepción de árbol: a fin de do mediante géneros anteriores –las especies en géneros,
pasar a ser una red u otra imagen, tal como sugieren los las familias en órdenes, y así sucesivamente– simplifica en
datos provenientes de los seres procariotas que manifi- elementos comunes las diferencias de muchos (individuos
estan una conducta de transferencia horizontal de genes, o especies), lo cual no es sino una aplicación analógica. Una
con lo cual las líneas filogenéticas en ciertos ámbitos de vez terminado el gráfico, parece inevitable –incluso para el
la vida pierden sentido184. Como todo producto científi-

no plantea grandes obstáculos, el Árbol de la vida no es sagrado y


183 
P. Ricoeur, Finitud y culpabilidad, 490. si la evidencia indica que es erróneo, debería descartarse. Entonces,
184 
I. Stewart (Las matemáticas de la vida, Crítica, Barcelona, 2011: nuestra visión de la evolución sería diferente, al menos en lo que
171) señala: «Estos efectos cambian con seguridad nuestra visión de se refiere a la metáfora estándar, ya que la ciencia con frecuencia
cómo los cambios genéticos, una de las fuerzas motoras tras la evo- progresa al revisar ideas anteriores». El capítulo de la obra citada
lución, pueden ocurrir. Dan a entender que en muchas criaturas la tiene el significativo título de: «Taxónomo, taxónomo, ten piedad de
ascendencia genética involucra no sólo a sus antepasados evolutivos ese árbol» (pp. 9-173). La cuestión de la actualidad y del futuro del
obvios. Un número de biólogos han alegado que esto nos obliga a ToL está planteada también en M. A. O´Malley; E. V. Koonin, «How
abandonar la metáfora del Árbol de la vida. Científicamente, esto stands the Tree of Life a century and a half after The Origin?», 32.

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Teología de la vida

más positivista o reduccionista– saltar hacia lecturas más


analógicas aún: el árbol sugiere la unidad en la diversidad
de la vida, su historicidad simultáneamente homogénea y
heterogénea, su continuidad con las dimensiones químicas
y físicas de la naturaleza, cierta tendencia hacia la comple-
Parte III
jidad, etc. El método científico tiende a leer en clave uní-
voca los fenómenos y sus propias construcciones teóricas. La crisis ecológica
Sin embargo, como se percibe en el caso del ToL, existen ya
en el cuadro de una teología evolutiva
elementos análogos intrínsecos a la confección del mismo
gráfico. Aunque el salto hacia una analogía ontológica no
compete a una determinada metodología taxonómica ni
al método científico en general, el impacto perceptivo que El fin último de las demás criaturas no
este árbol produce en lectores no especializados motiva somos nosotros. Pero todas avanzan,
una reflexión filosófica que dé cuenta de las dimensiones junto con nosotros y a través de noso-
filosóficas presentes en él. tros, hacia el término común, que es
Dios, en una plenitud trascendente don-
de Cristo resucitado abraza e ilumina
todo. Porque el ser humano, dotado de
inteligencia y de amor, y atraído por la
plenitud de Cristo, está llamado a recon-
ducir todas las criaturas a su Creador185

1. El Antropoceno
Se habla de «Antropoceno» cuando designamos una
nueva era geológica, producto del los poderosos recursos
tecno-científicos del Homo Sapiens.186 Se trataría de un pe-

Francisco, Laudato si’, 83.


185 

El término fue propuesto por Paul J. Crutzen y por Eugene F.


186 

Stoermer. Sin embargo, el concepto en sí, basado en la idea de que la


actividad humana afecta a la Tierra hasta el punto de dar lugar a una
nueva era, no es nueva y se remonta a finales del siglo XIX. Términos
diferentes se han propuesto desde hace décadas como el Antropo-
zoico (Stoppani, 1873), la Noosfera (de Chardin, 1922, Vernadsky,
1936), el Eremozoico (Edward O. Wilson, 1992) y el Antropoceno

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ríodo caracterizado por la alteración del sistema global de pobrecimiento radical de la biodiversidad. La emergencia
la Tierra por parte de uno de sus productos más recientes: en la conciencia histórica de la probabilidad de destruir
el ser humano. Esta modificación incluye la aparición de las condiciones de vida humanas constituye una cuestión
fenómenos tales como el cambio climático, la pérdida de bio- para la filosofía que, desde Sócrates hasta Heidegger, ha
diversidad (la «sexta extinción»), la contaminación de la tierra, reflexionado sobre la finitud del hombre individual y que,
mar y aire, la depredación de la biosfera, la erosión y degradación en la actualidad, agrega al tema la finitud en tanto especie.
de los suelos, la transformación radical de los ecosistemas, etc.
En lo que respecta a la teología, las comunidades cre-
En terminología evolutiva, se puede decir que la biosfe-
yentes, especialmente en aquellas de tradición bíblica, es-
ra ha producido un organismo que ha terminado trans-
tán comenzando a reflexionar sobre las dimensiones ecoló-
formándose en su propio agente destructor. La evolución
gicas inherentes a la Palabra de Dios y, a su vez, a articular
de la biosfera en su conjunto está sufriendo un momento
una teología de la creación más atenta a la cuestión am-
inesperadamente dramático, debido a la acción antrópica
biental. Desde el momento en el que Lynn White atribu-
potenciada por el desarrollo de la tecnología en los últi-
yera la responsabilidad intelectual de la crisis ambiental
mos siglos. Esto plantea novedosas cuestiones filosóficas
al pensamiento bíblico,188 sustentando esa tesis en las con-
y teológicas.
secuencias del mandato de dominar la Tierra, recogido y
En primer lugar, la filosofía ecológica está impulsando puesto en práctica por el occidente científico y tecnológico,
un pensamiento que supere las respuestas meramente téc- se comenzó a considerar el problema ecológico como un
nicas y que reconozcan la finitud de la naturaleza biológi- tema de la teología. El nacimiento de una «eco-teología» o
ca. De allí que sean abordadas temas tales como la relación teología ecológica189 ha permitido abordar la cuestión des-
entre ser humano y biosfera, el vínculo entre concepción de perspectivas diversas y generando corrientes de pensa-
evolutiva y ecológica,187 los conceptos centrales de una miento que han cuajado en las dimensiones pastorales y
ética ecológica y de una bio-política, u otras más defini- catequísticas de las iglesias.
torias, como la de la finitud de la especie humana en un
En el cuadro de pensamiento de esta obra, interesa si-
horizonte de una probable catástrofe climática o de em-
tuar claramente la cuestión ambiental en el contexto de

(Revkin, 1992). Técnicamente, el Antropoceno sería el período más


reciente del Cuaternario que le sucede al Holoceno.
187 
Cfr. J. Gayon (¿Conservadores o transformadores de la naturaleza?) es 188 
Cfr. L. White, op.cit.
quien advierte que el ecosistema más vasto y abarcador que existe La aparición de ensayos teológicos sobre la ecología es un sínto-
189 

actualmente en nuestro planeta es el ecosistema humano, el cual se ma del interés creciente en el tema. Cfr.: C. Deane-Drummond, Eco-
ha convertido en una entidad ecológica. La especie humana no puede Theology; S. Morandini, op.cit.; E. Lizarralde; A. Salibián (comp.),
ser definida solamente como espacio de circulación de genes en in- Ecoteología. Aportes desde el Ecumenismo, Bs. As., 2013. En una línea
teracción con las demás especies. Se halla, por el contrario, dentro de reflexión teológica y pastoral que incluye análisis sobre cuestio-
de una relación masiva de coevolución con un número incontable de nes ambientales puntuales: Lugones, Jorge (compliador), Una tierra
especies. Por ello, no se puede razonar como si existiera una natu- habitable para todos. Una obra de carácter más científico, pero abierta
raleza ajena a toda influencia humana y tratar de preservar lo que a la visión teológica: Canziani, Pablo-Canziani, Graciela (coordi-
queda de ésta. nadores), Cambio global. La humanidad ante la creación.

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una historia biológica.190 Sólo así, puede buscarse una luz sujeto en el que el Hijo se encanara y en el que el Espíritu
teológica que no se reduzca a teorizar sobre la dialéctica Santo habita. Es el ser humano evolucionado, creado, redi-
entre lo humano pecaminoso y la naturaleza edénica. En mido y destinado a la participación en la vida divina quien
efecto, existe ya una historia evolutiva de la biosfera en la está operando la destrucción de su hábitat. Esta visión in-
que el mismo Homo sapiens –y sus antecesores– han vivido tegral permite pensar científica, filosófica y teológicamente
antes incluso de esta fase actual, relativamente reciente, de la etapa crítica del Antropoceno.
dominio planetario. Al situar al Antropoceno como un pe-
Por otra parte, esta recepción teológica de la crisis am-
ríodo geológico se determina que la historia de la biosfera
biental en el marco de una teología evolutiva conduce a
ha ingresado en una fase caracterizada por una masiva y
retomar el lazo intrínseco entre teología de la creación y
predominantemente destructiva actividad del Homo sa-
soteriología que emerge de los textos bíblicos. En efecto,
piens sobre el resto de los ecosistemas y de la misma es-
tal como se ha señalado en la parte bíblica del presente
tructura física del planeta. Esto demanda un pensamiento
texto, la fe en la creación surgió en conexión estrecha y
integradamente evolutivo y ecológico del período de la
como segundo momento de la fe en el Dios salvador. Una
historia planetaria.
teología de la creación evolutiva y una teología ecológica
Asimismo, este punto de la historia de la vida en el que permanecerían incompletas sin una vinculación de ambas
vivimos será la hendidura por donde ingresar en una teo- con la reflexión creyente sobre la salvación.191
logía de la vida. A partir del marco de una evolución cu-
yas características, develadas por biólogos, no terminan de
sorprendernos, pensaremos lo que la vida significa para 2. La base evolutiva de la ecología
una fe que cree en el Hijo hecho cuerpo biológico humano. La cuestión ambiental debe ser considerada en una
Además, el particular momento de crisis generalizada que perspectiva evolutiva, como una fase más de la historia de
vive la biosfera ha de ser interpretada como un signo de la vida en el planeta. Precisamente, la expresión «Antro-
los tiempos desde el punto de vista teológico. La inédita poceno» apunta a integrarla como una etapa de la historia
situación de la vida puesta en riesgo por la mano huma- planetaria.
na necesita ser abordada por el pensamiento creyente y,
puesta en contexto de una creación evolutiva, focalizada Conforme a la clasificación epistemológica que hemos
en la Alianza, a fin de avizorar el posible futuro de esta adoptado (evolución como hecho, como teoría y como cos-
economía evolutiva de la creación y de la redención de la movisión), podemos articular la siguiente reflexión:
vida y del hombre arribada a una fase crítica. El Homo sa-
piens producido en una larga historia evolutiva es el mis- 2.1. La evolución en tanto hecho
mo «Adam» del Génesis, imagen y semejanza de Dios, el El Antropoceno se manifiesta como una etapa más de la
historia evolutiva de la vida. En este sentido, no se produce

Una presentación de la cuestión ecológica por parte de un antropó-


190 

logo y paleontólogo y, por tanto, en clave evolutiva: F. Facchini, «Eco- Esta relación entre soteriología y creación es puesta de relieve por
191 

logía», 433-445. En una perspectiva más bíblica y teológica, véase L. el prolijo rastreo de los teólogos del siglo XX y XXI realizado en: E.
Florio, «Una creación evolutiva y una biosfera amenazada», 105-143. M. Conradie (ed.), Creation and Salvation. Vol 2.

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sino una constatación de un hecho: una nueva etapa en esa este caso, del anterior en que resultarían irrelevantes las
historia. Desde el punto de vista informativo, es natural- diferencias de la nueva especie con la anterior. Por otra
mente la etapa que mayor conocemos (paradójicamente, la parte, las hipótesis evolucionistas presuponen de manera
etapa de predominancia del Homo sapiens). obligatoria la existencia de variaciones ambientales que
causan cambios en la biodiversidad. El registro fósil pro-
2.2. La evolución en tanto teoría porciona evidencia de que las extinciones masivas son par-
te de la historia de la vida sobre el planeta, anteriormente
La determinación de los mecanismos concretos como
a la presencia humana.
funciona la evolución permiten iluminar parcialmente el
fenómeno. Los modelos interpretativos confluyen en deter- La focalización en uno u otro de los principios expli-
minadas maneras de comprender la cuestión ambiental.192 cativos de la evolución implicará una determinada acen-
tuación en el abordaje de la cuestión ambiental. Así, por
2.2.1. El fijismo ejemplo, la afirmación primaria en la selección natural
Subsiste en movimientos y partidos conservacionistas por parte del neodarwinismo más estricto conduce hacia
que aluden a la armonía y equilibrio de la naturaleza, don- una mirada antropocéntrica y sin margen para un planteo
de el ser humano ocupa un lugar predeterminado y tiene ambiental que incluya al resto de los seres. En efecto, esta
responsabilidad directa en la conservación de la biodiver- acentuación impide salir de la siguiente aporía: si el Homo
sidad y la preservación del entorno natural. Este modelo sapiens ha llegado a esta crisis mediante su capacidad, obe-
de universo armónico y en equilibrio es aplicado por cier- dece a una ventaja selectiva; no habría que corregir nada
tas políticas y legislaciones ambientales actuales. en esta competencia por la supervivencia. La consecuencia
es la de privilegiar la necesidad en el proceso, el cual recae
2.2.2. La teoría neodarwinista inevitablemente en una imposibilidad de proteger biodi-
Propone un modelo mecanicista de permanente se- versidad y ambiente en general. Por otra parte, una acen-
lección entre variantes viables que aparecen de manera tuación de la mutación genética pone el azar como elemen-
aleatoria. El proceso evolutivo es contingente. Por ello, la to casi central. De este modo, se llega hacia posturas que
biodiversidad actual resulta de una combinación única e proponen una visión azarosa del proceso ecológico.
irrepetible de eventos, de modo que las pérdidas no nece-
sariamente afectarán el funcionamiento del todo, ya que
2.3. La evolución en tanto cosmovisión
a una especie desaparecida la sustituirá otra especie, que
puede realizar de manera similar o diferente sus funciones La cuestión evolutiva no ha podido ser restringida al
dentro del sistema natural. En el modelo neutralista, las ámbito científico, sino que siempre ha tendido hacia esfe-
consecuencias de la extinción de una especie también con- ras meta-científicas, precisamente por el hecho de incluir
ducirían eventualmente a su reemplazo, diferenciándose, una cierta comprensión de la totalidad del fenómeno de
la vida. La filosofía y la religión han intentado incorporar
o rechazar el hecho –ya sea en bruto, ya sea interpretado
192 
En la clasificación seguimos a: J. R. Dadon, «Los modelos cien- por alguna teoría– en una ontología del ser viviente. Al
tíficos sobre el origen de la vida y sus consecuencias ambientales», conectarlas con la cuestión ecológica se produce un agre-
121-126. gado de notas de alcance filosófico o religioso: la finitud

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del proceso, su finalidad, el sentido teológico de la crisis cia la capacidad destructora de vida, incluso la propia, de
del Antropoceno dentro de una perspectiva cristológica, una criatura que fue denominada «imagen y semejanza de
la nueva tonalidad de una escatología previsible junto Dios» en algunos estratos claves del Pentateuco. No se tra-
otra proporcionada por la fe, etc. La evolución de la vida ta simplemente de reformular, con criterios exegéticos más
aparece críticamente enfrentada a un fracaso si no total, al precisos el mandato de dominar la Tierra, sino de incorpo-
menos global, de las especies por mano de una de ellas. rar en una teología de la historia la posibilidad de que el
Este bio-cidio producido por causas antrópicas pone en el ser humano pueda ser él mismo el destructor del escenario
campo de reflexión la cuestión de la mortalidad humana, cercano de la creación.
conducida hacia un plano específico e inter-específico: no
En la cosmovisión cristiana propuesta por Teilhard de
sólo el ser humano tiene como horizonte la muerte, sino
Chardin se divide el proceso de historia del universo en:
también la especie humana y, probablemente, la de gran
cosmogénesis, biogénesis, noogénesis y cristogénesis.194 La
parte de las especies contemporáneas a ella. 193
visión teilhardiana conjugaba la teología de la creación con
En una cosmovisión evolutiva y teológica a la vez, la idea evolutiva amplificada al conjunto del cosmos. Aun
emergen problemas nuevos que deben ser considerados. en su original valor integrador, no pueden dejar de ad-
vertirse algunas cuestiones que se han evidenciado como
discutibles, entre ellas la de una dirección inexorable de
3. Cosmovisión evolutiva y teológica la historia del universo orientada hacia lo antropológico,
en relación con la crisis ambiental así como una cierta ingenuidad respecto del fenómeno
humano. En efecto, el hombre parece inevitable tanto en
3.1. Antropología y cristología su origen como en su destino de plenitud. En otras pala-
bras, no podría no haber aparecido y tampoco podría fra-
Un tema fundamental en una cosmovisión simultánea-
casar en el alcance del Punto Omega.195 Si mencionamos el
mente evolutiva y teológica es el de la orientación hacia la
aparición del ser humano y el misterio de Cristo. La evolu-
ción científica sólo constata la emergencia humana en una
historia de la vida que integra millones de otras especies;
194 
Una exposición del pensamiento de Teilhard de Chardin en: L.
Galleni, Darwin, Teilhard y los otros, Epifanía. Entre las producidas
esta aparición es aleatoria para la teoría evolutiva darwi-
en Argentina, una obra sintética y clara es: J. Llambías, Pierre Teilhard
nista. La cosmovisión evolutiva que pretende integrar da- de Chardin. El vigía de los tiempos por venir.
tos bíblicos, tales como la importancia humana para Dios, 195 
Para una evaluación del principio del Punto Omega, cfr. la obra
manifestada especialmente en la encarnación del Hijo. La clásica de H. de Lubac, op. cit.. De Lubac señala que la existencia tie-
crisis ecológica parece poner límites a la visión antropoló- ne dos condiciones generales: su irreversible camino hacia el Espíri-
gica de la revelación, en la medida en que pone en eviden- tu y la personalización evolutiva. Ambas presuponen una condición
suprema, que les brinda solidez: el «Punto Omega». La elección del
término bíblico apunta a expresar el punto de llegada: el término
de la maduración del mundo finalmente centrado, la concentración
193 
El pensador africano D. Zognong desarrolla la cuestión desde una última de la Noósfera. Pero, a su vez, es el punto de llegada hacia un
cosmovisión evolucionista de carácter espiritualista, dinámicamente Centro todavía más profundo: es el «Foco de unión supremamente
antrópica y teocéntrica en: «L’évolutionnisme est-il compatible avec autónomo», «autosubsistente y Principio absolutamente último». Es,
l’éthique écologique?». según la Escritura, a la vez Alfa y Omega. De Lubac recuerda a Aris-

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pensamiento teilhardiano –que, aun con sus limitaciones, na y la de gran parte de los seres vivos y ecosistemas del
permanece como sustrato de muchas teologías evolutivas planeta. Por ese motivo, así como se grafica la historia de
contemporáneas–196 es porque nos permite entrever un la vida en un reloj, algunos han representado el reloj hacia
tema que eclosiona en el problema ecológico: el de su ca- adelante, formulando prospectivas respecto de una posi-
pacidad interna de desarrollo pero también de fracaso en ble catástrofe de carácter irreversible.198 De hecho, se ha de-
su misión biológica.197 En efecto, el actual momento de la tectado que cuatro límites básicos han sido sobrepasados:
noogénesis revela la posibilidad de la autodestrucción del el cambio climático; la pérdida de la integridad de la biosfera
mismo proceso. En otras palabras: la noogénesis puede (un concepto que cubre la pérdida de la biodiversidad y la
coincidir, como de hecho lo está haciendo, con una des- extinción de especies); el cambio en los sistemas de tierra (la
trucción del ambiente en el que el mismo ser humano se deforestación, por ejemplo); y la alteración de los ciclos bio-
ha constituido y, con él, auto-eliminarse. El Antropoceno geoquímicos, más en concreto, el ciclo del fósforo-nitróge-
parece indicar que la Noósfera no es necesariamente exi- no. Además, existen otros cinco umbrales amenazados: el
tosa por sí misma. ¿Cómo interpretar, entonces, en modo agotamiento del ozono estratosférico; la acidificación del
teológico esta aparente paradoja? océano; el uso de agua dulce; la acumulación de aerosoles
en la atmósfera (partículas microscópicas que afectan al
3.2. Una escatología acelerada clima y los organismos vivos); la introducción de nuevos
factores (por ejemplo, contaminantes orgánicos, materia-
Ya no resulta improbable que se produzca una catástro- les radioactivos, nanomateriales o micro-plásticos).199
fe climática o ambiental que genere la destrucción huma-
Estas prospectivas respecto del futuro cercano de la bios-
fera proponen nuevamente la cuestión de la escatología, es
decir, del fin de la realidad tal como la conocemos. Pero no
tóteles, en particular su demostración del primer motor inmóvil en
el libro octavo de su Física. Estaríamos delante de una demostración
casi «física» de la existencia de Dios, «Punto Omega» del Universo,
dotado de autonomía, irreversibilidad y, por lo tanto, de trascenden- 198 
Así, el Bulletin of the Atomic Scientists actualiza la probable fecha
cia, y coronando la “ciencia de la evolución” (citas y comentarios en de dicha catástrofe con un reloj que marca el lapso hasta la «me-
L. Florio, L. «El cristianismo tras los pasos de Darwin. Una segunda dianoche» (http://thebulletin.org/timeline). La actualización de 2015
oportunidad teológica para Teilhard de Chardin», 41-62. sitúa en tres minutos antes de la medianoche la situación presente
196 
Teilhard de Chardin ha sido un punto de referencia en autores (http://thebulletin.org/clock/2015; consulta: 25-04-2015).
que, a veces de modo polémico o, en otros casos, apologético, utili- 199 
W. Steffen; K. Richardson; J. Rockström; S. E. Cornell; I.
zaron su obra para pensar la evolución. Tal es el caso de K. Rahner, Fetzer; E. M. Bennett; R. Biggs; S. R. Carpenter; W. de Vries; C.
H. De Lubac, H. Urs von Balthasar, etc. Pero el paleontólogo francés A. de Wit; C. Folke; D. Gerten; J. Heinke; G. M. Mace; L. M. Pers-
también está en el sustrato de las teologías de K. Schmitz-Moorman son; V. Ramanathan; B. Reyers; S. Sörlin: «Planetary boundaries:
(Teología de la creación de un mundo en evolución), J. Haught (God After Guiding human development on a changing planet». Science (2015).
Darwin. A Theology of Evolution), L. Galleni (Darwin, Teilhard de Char- DOI: 10.1126/science.1259855. Síntesis del tema en: «En peligro cu-
din y los otros), y otros teólogos contemporáneos. atro sistemas terrestres vitales para la estabilidad del planeta. El
197 
Una aplicación a la cuestión ecológica de la visión teilhardiana cambio climático y las alteraciones del ciclo fósforo-nitrógeno son algunas
de la creación evolutiva en: Z. Plasienková, «Interpretación de Teilhard de las causas». Tendencias de las Ciencias (www.tendencias21.net/En-
de la teoría evolutiva como unión creativa y sus perspectivas espirituales y peligro-cuatro-sistemas-terrestres-vitales-para-la-estabilidad-del-
ecológicas», 189-202. planeta_a39389.html); (consulta: 27-01-15).

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se lo presenta ya en un cuadro de pensamiento religioso autodestrucción de la especie humana previa a la Paru-


o filosófico sino científico. De alguna manera, las ciencias sía? Este tema, estudiado en el marco de una historia del
elaboran visiones acerca del futuro; estas escatologías –en cosmos,203 adquiere una tonalidad más urgente frente a la
este caso, delimitado al fin de las condiciones conocidas de posible aniquilación masiva de especies, la humana inclui-
vida en el planeta y, concomitantemente, del ser humano– da, por la acción antrópica. El cotejamiento con un punto
son elaboradas mediante el procedimiento experimental y histórico final de cierre de la bio/antropo-historia median-
racional que constituyen las ciencias. Constituyen pues, es- te la irrupción del Señor de la Vida en la Parusía provoca
catologías científicas.200 La mayoría de ellas, en tanto se cir- un quiebre comprensivo: ¿habrá Parusía previa a la gran
cunscriben a la biosfera, suelen ser sombrías y, en muchos extinción?, ¿habrá Parusía con posterioridad a ella, en el
casos, definitivamente catastróficas. caso de producirse, en una historia de la vida sin humanos
hasta un momento de clausura de la “bio-historia”?204
Estas escatologías científicas conocen otras versiones de
más largo aliento, formuladas no ya sobre cuestiones am-
bientales sino cosmológicas, tales como las que aventuran 3.3. Oscurecimiento de las huellas trinitarias
escenarios para el sistema solar y el conjunto del universo. en la biosfera
En estos casos, las perspectivas de futuro tienen su origen Ya hemos presentado la teología de la creación evo-
en las proyecciones de un modelo cosmológico, aventuran- lutiva en relación con la teología trinitaria (Parte 2, 5). Si
do escenarios posibles en conexión con el mismo.201 Algu- la creación opera autónomamente como proceso evolu-
nos pensadores formulan la perspectiva futura en un modo tivo, particularmente en la configuración de la biosfera,
evolucionista y favorable a una vida post-antrópica: habrá es posible interpretar trinitariamente la cuestión ambien-
vida posterior a la experiencia humana sobre la Tierra.202 tal. En una «estética trinitaria de la creación», es decir,
Todas estas escatologías científicas proporcionan nue- una percepción de los rastros trinitarios en ella, se podría
vos horizontes para las preguntas filosóficas y teológicas. pensar la crisis ecológica como un momento histórico de
En efecto, no sólo la cuestión del puesto del hombre en un profundo oscurecimiento de la imagen del Dios trino
el cosmos aflora con un marco mucho menos antropocén- en la creación.
trico sino también la de su destino. ¿Qué pasaría con una La tradición teológica occidental, desde Tertuliano y,
sobre todo, San Agustín,205 han visto en cada criatura ras-
tros o vestigios de la Trinidad. El asombroso crecimien-
to en conocimientos de la biología en el presente y en el
200 
Cfr. L Florio, «La relación entre ciencias y teología como cuestión
interdisciplinaria», Anales de la Academia Nacional de Ciencias de
Buenos Aires, Bs. As., 2010, 7-9.
201 
Cfr. C. Bollini, op.cit; J. Polkinghorne, op. cit.
202 
Una certera formulación de esta posición, vista desde un espe-
203 
Cfr. C. Bollini, op.cit.
cialista del pasado, en: P. Laguna, «José Ignacio Canudo, paleon- 204 
Estas preguntas remiten, bajo una nueva forma, a la posición
tólogo: “la vida continuará cuando el hombre ya no esté aquí”», disyuntiva entre un encarnacionismo o un escatologismo. Cfr. la clá-
http://www.heraldo.es/noticias/suplementos/2015/01/19/jose_igna- sica exposición de: Pozo, Cándido. «“El Señor está cerca”. Eschaton
cio_canudo_paleontologo_vida_continuara_cuando_hombre_este_ e Historia», 733-752.
aqui_333774_314.html (consulta: 4-04-2015). 205 
Cfr. De Trinitate, especialmente libros IV y VI.

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pasado de la vida capacita la mirada creyente actual para la creación se está disminuyendo su belleza y, con esto, la
identificar con mayor riqueza la pluralidad de huellas de misma gloria eterna de Dios. Pero si se agrega a esta visión
su creador. Y puesto que tanto cada ser en particular como de teología natural de Dios la luz trinitaria, se puede afir-
los vivientes en su relación recíproca, o el todo mismo de mar que la biosfera, en general y en cada uno de sus com-
la biosfera lo evoca, se puede afirmar que: «Cada criatura, ponentes, es afectada en su condición de reflejo trinitario:
cada especie, cada ecosistema, la tierra y el universo ente- La identidad específica de una roca particular o de una
ro son una automanifestación de Dios».206 De este modo, flor o de una persona humana es manifestativa de la Pala-
los individuos, las poblaciones, las especies, los ecosiste- bra divina. Y sus relaciones con un ecosistema particular
mas, la biosfera en sí misma, pueden ser percibidos como y un cosmos interrelacionado manifiesta el lazo de amor
huellas de la Trinidad (vestigia Trinitatis). Incluso la mis- que es el Espíritu Santo. La extraordinaria gama de creatu-
ma historia global de la biosfera, la incontable cantidad ras refleja la inmensidad y el misterio de Dios. 208
de especies y de escenarios biológicos ya desaparecidos
pero actualizados en la reconstrucción paleontológica, Se podría objetar que el mismo proceso evolutivo pro-
constituye también un panorama de percepción de figuras voca la destrucción de especies a la vez que genera otras
vivientes del Dios trinitario creador.207 Un recorrido por nuevas. Estas últimas, además, necesitan de la desapari-
cualquier museo decente de ciencias naturales, la visión de ción de las anteriores para poder emerger –algo análogo
una película sobre el pasado de la vida o la contemplación a lo que sucede con los seres humanos–. En el espíritu de
de un árbol filogenético con imágenes de los seres primi- la objeción está implícito que el Homo Sapiens, como una
tivos provocan en cualquier observador una impresión de especie más que opera mediante selección natural, tendría
asombro ante la pluralidad de formas vivientes y, en un el derecho natural de aniquilar a otras especies competiti-
creyente con una luz de percepción fundada en el NT, una vas. Evidentemente, el camino meramente naturalista de
lectura trinitaria del pasado de la vida. la evolución (el ser humano no sería más que una espe-
cie afortunada) conduce a conclusiones claramente anti-
El principio anterior (percepción de los seres vivientes ecológicas, puesto que quedaría legitimada toda actividad
actuales y pasados a partir de la fe en la Trinidad) habili- competitiva por parte del ser humano en virtud del prin-
ta para interpretar en una clave trinitaria la cuestión eco- cipio de selección natural. No obstante, la crisis ecológica
lógica. Si la riqueza de formas biológicas traduce algo de no se equipara al proceso evolutivo normal ni siquiera a
la presencia del Creador, entonces su destrucción borraría las situaciones extraordinarias de las extinciones conoci-
modos de dicha presencia. La extinción de una especie, por das. En efecto, el Antropoceno produce efectos generali-
consiguiente, no constituye un episodio más, restringido al zados sobre la biodiversidad y la atmósfera misma, de un
ámbito de la naturaleza; se trata, por el contrario, de un modo que no es previsible en sus consecuencias futuras.
«acto eterno», puesto que las futuras generaciones no po- Si, después de una crisis de la biosfera en la que el mis-
drán contemplar jamás dicha especie y, además, al mutilar mo Homo sapiens se extinga, continúan algunas formas de
vida y ecosistemas más o menos complejos y con probable

N. Vaney, «Biodiversity and Beauty», 335-345.


206 

J. Haught (100 questions) subraya el valor de la historia paleonto-


207 

lógica como la posibilidad de aumentar la visión teológica. 208 


N. Vaney, op. cit., 335-345.

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sustentabilidad en el tiempo, se podrá hablar –en el caso to creador originado en su amor– será menos huella del
de que apareciese algún otro ser con capacidad racional, Padre, quien es la fuente última de su ser; será, también, en
simbólica y comunicativa– de una crisis análoga a las an- menor medida rastro de la hermosura y del orden impreso
teriores. Sin embargo, la alteración de variables esenciales por el Logos eterno como mediador en su modelación; y,
para la vida tal como la conocemos hoy hace prever una si- finalmente, disminuirá su cualidad de reflejo del amor in-
tuación catastrófica para el conjunto de la biosfera. En todo tratrinitario que el Espíritu Santo personaliza.210
caso, la actual perturbación ecológica de origen antrópico
produce la destrucción de especies enteras que no darán
paso a otras, terminando así con líneas evolutivas comple- 4. Biotecnología y modificación interna de la vida
tas. Simultáneamente, se está produciendo un fenómeno La biotecnología constituye una intervención sobre el
de degradación ambiental irreversible: mares y ríos con- curso natural de la vida que ha ingresado en una nueva
taminados, numerosas especies y ecosistemas desapareci- fase, cuyos alcances aun no pueden ser evaluados con cla-
dos, etc. Por consiguiente, no sólo cesará la cadena entre ridad. En una primera etapa, la tecnología humana había
algunas especies en extinción de las que no se originarán operado sobre los fenotipos; pero, más recientemente, ha
otras nuevas sino que, además, las especies sobrevivien- comenzado a intervenir directamente sobre los genotipos,
tes quedarán disminuidas numéricamente y desmejoradas alterando algunos de sus componentes genéticos. Tal es el
cualitativamente. caso de los organismos transgénicos u organismos genéti-
Todo este complejo panorama de destrucción ambiental camente modificados. Las formas de vida artificial, en el
y empobrecimiento en la biodiversidad implicará tanto un caso de que llegaran a alcanzar una cierta autonomía, nos
oscurecimiento de la revelación natural de Dios por medio pondrían delante de una gran novedad: la colonización de
de su creación, como también en la misma percepción del los biosistemas por organismos parcialmente producidos
cosmos para la mirada iluminada por la revelación histó- por la mano humana. Aun cuando se continuara trabajan-
rica de la Trinidad. En otras palabras, la destrucción de la do sobre materia e información química y genética previa-
naturaleza debilitará el acceso a Dios a los no creyentes mente dada –por lo que no habría una creación de la vida
y limitará la visión trinitaria de la misma a los cristianos. ex nihilo– se trataría de una modificación absolutamente
De este modo, se puede prever que la gloria (kabod o doxa, inédita del curso de la vida. El paso de ir hacia nuevas for-
en sentido bíblico) del Dios trinitario pierda buena parte mas sintéticas de vida conduce hacia sentimientos de enor-
de su reflejo de «vestigio» en el mundo natural.209 De esta me perplejidad: ya no se trataría sólo de un avance hacia
manera, el planeta –salido de las manos de Dios en un ges- una identificación de los genomas a fin de inventariarlos, y
de la modificación genética de algunos de ellos para usos
alimenticios o farmacéuticos, sino de una probable confi-
«Pero no basta pensar en las distintas especies sólo como even-
209 

tuales «recursos» explotables, olvidando que tienen un valor en sí


mismas. Cada año desaparecen miles de especies vegetales y ani-
males que ya no podremos conocer, que nuestros hijos ya no podrán ni podrán comunicarnos su propio mensaje. No tenemos derecho.»
ver, perdidas para siempre. La inmensa mayoría se extinguen por (Francisco, Laudato si’, 33)
razones que tienen que ver con alguna acción humana. Por nuestra 210 
Cfr. G.M. Salvati, «Crisi ecologica e concezione cristiana di Dio»,
causa, miles de especies ya no darán gloria a Dios con su existencia 145-160.

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guración de seres vivos artificiales. Si se llegará o no a ese de fondo es que el ser humano no es sino un administra-
objetivo, lo desconocemos por el momento; lo que sí queda dor de este fragmento de universo que habita. Al haberse
claro es que el proceso de intervención sobre el curso natu- superado la interpretación antropocéntrica y despótica de
ral de la vida ha ingresado en una nueva fase. Se trata de los textos bíblicos y, en particular, del Génesis, se trata de
una transformación no sólo en la cantidad y los vínculos configurar una teología del cuidado de la creación y, en
de los seres vivos entre sí y con el planeta sino también en particular, de la vida. En la tradición bíblica el ser humano
la misma estructura de la vida. A través de la intervención es, por sobre todo, el destinatario de la Palabra, sujeto de
biotecnológica, el ser humano altera la composición gené- la Alianza, con una originalidad que le permite dialogar
tica misma de los seres vivientes, permitiendo una even- con Dios; sin embargo, no por ello debe ser situado on-
tual transformación artificial de la distribución y compor- tológicamente como el centro de la creación. La biología
tamiento de los mismos en el planeta.211 La integración del contemporánea nos ha mostrado el restringido lugar en el
principio de complejidad parece ser clave en esta cuestión, árbol filogenético del Homo Sapiens, y la biología molecular
en la medida en que entran en juego muchos factores no lo sitúa como especie con notables cercanías genéticas con
siempre evaluados en su conjunto.212 otras especies.
El ser humano no es creador ni dueño de la vida; es el
efecto de una creación evolutiva destinada a participar de
la Alianza y, por ello, el objeto del amor con el que Dios lo
amó hasta el extremo (cfr. Jn 13,3) de la encarnación y muerte
(físicas, químicas, biológicas, humanas, ecológicas) de su
Hijo y su posterior resurrección. El Homo sapiens es además
el objeto del diálogo y la animación del Espíritu de la Vida,
quien opera nuevos senderos para la nueva creación en lo
que resta de la historia de la biosfera y del mismo hombre.
En este problema, como en el más general de la aplica-
ción tecnológica sobre el ambiente, el principio teológico

211 
Una reflexión simultáneamente científica y teológica sobre el
sentido de esta ambigüedad biotecnológica que pone bajo control
humano la lógica interna de la vida en: D. Jou, «Lôgica i Mística de
la Biologia», 46-57.
212 
Cfr. Francisco, Laudato si’, 130-136. En particular, en el punto 135
se afirma: «Es una cuestión ambiental de carácter complejo, por lo
cual su tratamiento exige una mirada integral de todos sus aspectos,
y esto requeriría al menos un mayor esfuerzo para financiar diversas
líneas de investigación libre e interdisciplinaria que puedan aportar
nueva luz».

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Conclusión

Cementerio trapense
Ha llegado al cementerio trapense la primavera,
al cementerio verde de hierba recién rozada,
con sus cruces de hierro en hilera como una siembra,
donde el cardenal llama a su amada y la amada
responde a la llamada de su rojo enamorado.
Donde el reyezuelo recoge ramitas para su nido
y se oye el rumor del tractor amarillo,
al otro lado de la carretera, rozando el potrero.
Ahora vosotros sois fósforo, nitrógeno y potasa.
Y con la lluvia de noche, que desentierra raíces
y abre los retoños, alimentáis las plantas
como comíais las plantas que antes fueron hombres
y antes plantas y antes fósforo, nitrógeno y potasa.
Pero cuando el cosmos vuelva al hidrógeno original
-porque hidrógeno somos y en hidrógeno
nos hemos de convertir-
no resucitareis solos, como fuisteis enterrados,
sino que en vuestro cuerpo resucitará toda la tierra:
la lluvia de anoche, y el nido del reyezuelo,
la vaca Holstein, blanca y negra, en la colina
el amor del cardenal y el tractor de mayo. 213

La extensa historia de la vida, en un proceso evolutivo,


preludia las cronológicamente mucho más breves historia
humana y la aún más reducida historia de la interacción

213 
E. Cardenal, Hidrógeno enamorado, 137.

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entre el ser humano y su creador. La Biblia narra bási- tampoco la probable muerte térmica del universo. Para la
camente este último segmento de la historia del cosmos. perspectiva bíblica, el designio de amor transita por una
Su objetivo es poner de relieve la iniciativa de Dios por paradójica victoria de la vida a través de la muerte, tal
dialogar e interactuar con una de sus criaturas, el ser hu- como sucedió con Jesucristo y, por él, sucede con cada ser
mano. En la imagen del reloj de 24 horas, la historia de la humano y con la totalidad de la historia. Por otra parte, la
salvación consume sólo unos pocos segundos. En ese pe- crisis ecológica tiene su origen, en una buena medida, en
ríodo también se produce el episodio del Antropoceno. La la creatividad y libertad humana, especialmente median-
pequeña porción de biosfera del universo ingresa en un te la tecnología, la que ha permitido acrecentar exponen-
período turbulento, en el que se define parte del proyecto cialmente su intervención humana sobre el planeta. Sin
amoroso divino. La crisis ambiental configura un capítu- embargo, el uso de esta poderosa capacidad tecnológica
lo más de la economía de la salvación. ¿Significa esto que dependerá de su orientación ética. Esto reenvía la cuestión
ha de situarse este drama biológico y climático dentro del hacia el horizonte de la libertad, en la que no existen deter-
drama más profundo de la historia de la salvación tal como minismos absolutos. En ese sentido, el ser humano parece
es narrada por la Biblia? La respuesta ha de ser afirmativa, todavía estar en la posibilidad de reencauzar las fuerzas
puesto que el ser humano está determinando un tipo de que ha desatado con su capacidad racional.
relación con el planeta caracterizado por un movimiento
La lectura bíblica bajo el paradigma ecológico permite
de tensión de las estructuras fundamentales de la biosfera
encuadrar la crisis ambiental en la economía salvífica. Ésta
evolutiva hacia límites que son desconocidos. Esto signifi-
incluye a la creación –que es evolutiva, adjetiva la ciencia
ca que el ser humano está llevando hacia fronteras de re-
biológica– como su primer paso y avizora un destino de
greso improbable la naturaleza biológica de la que forma
plenitud para el ser humano e, incluso, para la biosfera en
parte. En términos teológicos, no es sino conducir hacia
su conjunto e, incluso, para el todo el cosmos. De acuerdo
extremos de no-retorno la parte de la creación en la que
a la perspectiva bíblica, desde una amorosa creación ex ni-
habita. Siendo la creación el primer peldaño de la obra de
hilo, y una permanente recreación en Cristo, no estaríamos
la economía divina, esta intervención antrópica afecta al
destinados a desembocar en una terra nullius,215 sino a una
mismo proyecto divino.
plenitud personal y colectiva, que incluye misteriosamente
Por otra parte, el pensamiento bíblico destaca que la el planeta que constituye nuestro hogar a todo el cosmos.
creación responde a un acto de amor de Dios que, en la La cosmovisión articulada por la base biológica evolutiva
perspectiva del NT, es un misterio de comunión de tres y el sentido aportado por la revelación bíblica permite in-
personas.214 El universo –y con él la biosfera y la historia tuir una escatología de plenitud para la biosfera y el ser
humana– estaría sustentado amorosamente en la comu- humano, aun con el pasaje por medio de una crisis am-
nión del Dios trinitario. Ello no implica que no pueda biental, superable o definitiva para el Homo sapiens.
producirse una hecatombe ecológica, puesto que el amor
de Dios no impide, de hecho, ni la muerte individual ni

214 
Cfr. S. Del Cura Elena, «Creación ex nihilo como creación ex amo- La expresión en: W. Bauman: Theology, Creation and Environmental
215 

re: su arraigo y consistencia en el misterio trinitario», 55-130. Ethics. From Creatio Ex Nihilo to Terra Nullius.

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La biosfera –es decir, el ámbito de la vida tal como la


conocemos hasta hoy– es evolutiva, y sigue su curso de
modificación aún en nuestro tiempo. Para la visión bíblica,
es fruto de un acto creador de la Trinidad, focalizado en el
misterio de Cristo, orientado hacia una plenitud final. Es Bibliografía
pues, creada y evolutiva, centrada sobre el Hijo encarnado
en esta misma vida Cristo, pero orientada hacia una reali-
dad futúrica, no determinable. Podrá ser esta la de niveles
Agustín de Hipona, San, Tratado sobre la Santísima Trinidad,
de complejidad crecientes, estructurados en base al tejido
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relacional humano (la «noósfera», en términos de Teilhard)
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