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Deserción Rezago YEficiencia Termianl en Las IES
Deserción Rezago YEficiencia Termianl en Las IES
Serie Investigaciones
244 pp.
PRIMERA PARTE
La descripción de las
trayectorias de los
alumnos
SEGUNDA PARTE
La explicación de la
permanencia y la
deserción
TERCERA PARTE
Los programas de
intervención
Indice
Introducción
PRIMERA PARTE
La descripción de las trayectorias de los alumnos
Capítulo I
Estudio de la eficiencia en cohortes aparentes
Felipe Martínez Rizo
Capítulo II
El análisis de las trayectorias escolares en la UNAM: Un método de
análisis
Rosamaría Valle Gómez-Tagle, Graciela Rojas Argüelles y Ariadna
Villa Lozano
Capítulo III
Sistemas de información para el estudio de las trayectorias
escolares
Felipe Martínez Rizo
SEGUNDA PARTE
La explicación de la permanencia y la deserción
Capítulo IV
Los factores socioeconómicos que inciden en el rezago y la deserción
escolar
Lilia Pérez Franco
Capítulo V
Factores normativos que obstaculizan el egreso y la titulación
Yolanda Legorreta Carranza
Capítulo VI
Los factores curriculares y académicos relacionados con el
abandono y el rezago
Alejandra Romo López y Magdalena Fresán Orozco
TERCERA PARTE
Los programas de intervención
Capítulo VII
Alumnos y trayectorias: Procesos de análisis de información para
diagnóstico y predicción
Ragueb Chaín Revuelta, Nancy Jácome y Manuel Martínez
Recomendaciones
Glosario
Introducción
La deserción, el rezago estudiantil y los bajos índices de
eficiencia terminal se encuentran entre los problemas más
complejos y frecuentes que enfrentan las instituciones de
educación superior (IES) del país, que en la actualidad son
reconocidos –prácticamente– por todas ellas. Sin embargo,
es difícil puntualizar la magnitud de cada uno de estos
fenómenos debido, por un lado, a las diferentes
conceptualizaciones para comprender una misma
problemática y, por otro, a las inconsistencias en la
información estadística, observables tanto en los bancos de
información institucionales, como en la información
concentrada en las áreas de estadística de la Secretaría de
Educación Pública (SEP) y de la Asociación Nacional de
Universidades e Instituciones de Educación Superior
(ANUIES).
Eficiencia
Área de conocimiento
terminal (%)
Ciencias Agropecuarias
Ciencias Sociales y 79.62
Administrativas 61.10
Ciencias de la Salud
Ciencias de la Educación
60.10
Ciencias Naturales y
55.70
Exactas
51.70
Ingeniería y Tecnología
46.30
Fuente: Anuario Estadístico de la ANUIES, 1993
La Secretaría de Educación Pública dio a conocer en 1996 un
análisis de las políticas de educación superior en México
(SEP, 1996), en cuyo capítulo destinado a presentar
resultados del funcionamiento y tendencias de este nivel
educativo, se reconocieron los bajos niveles de eficiencia
terminal promedio en el territorio nacional, los cuales apenas
superaban el 54%, cifra confrontada con la obtenida en los
años setenta de 45% y la encontrada en el ciclo 1993-1994
de 49%.
El mismo análisis reportaba la inexistencia de estudios
globales sobre deserción, a partir de los cuales fuera posible
estimar las tasas y las causas ligadas a este fenómeno, en el
sistema educativo mexicano. Entre los pocos estudios
revisados, según el análisis de la SEP, se señalan como
probables causas de deserción: a) los bajos promedios en
estudios de bachillerato (importante predictor del fracaso
escolar en el nivel superior); b) el estado civil y c) la
necesidad de compartir el tiempo dedicado a los estudios
con la actividad laboral.
Sobre el tema de la titulación, este mismo análisis reportaba
que los índices variaban en relación con las diferentes
carreras y tipos de instituciones de educación superior.
Mientras que en 1955 solamente un 37% de los egresados se
titulaba, en 1975 ese índice disminuyó hasta un 9%. Hacia la
segunda mitad de la década de los noventa, el promedio
nacional de titulación variaba entre 25 y 35%.
En la tesis de maestría elaborada por Armando Altamira
(Altamira, 1997) en la Universidad Autónoma de Chiapas se
señala, de acuerdo con cifras de Gago y Todd, que en 1990 la
eficiencia terminal promedio era de 41.2%, aunque también
se encontraron IES con más de 80% y, en otro extremo,
algunas apenas cercanas al 30% de eficiencia terminal.
La ANUIES (ANUIES, 2000) en el diagnóstico elaborado sobre
la educación superior, con datos de 1998, establece una
relación de la eficiencia terminal por entidad federativa:
Eficiencia terminal por entidad federativa (1998)
Eficiencia terminal*
Entidad federativa
(intervalo %)
Aguascalientes (91%), Hidalgo 53-91
(62%), Yucatán (61%), Durango
(57%), Distrito Federal (53%),
Jalisco (53%)
Morelos (48%), Zacatecas
(47%), Querétaro (45%),
Guanajuato (45%), Nuevo León
(44%), Colima (42%), Baja
California (42%), Tabasco
(39%), Chiapas (38%), Estado
de México (37%), Puebla (37%),
Michoacán (36%), Sonora (35%)
San Luis Potosí (35%),
Chihuahua (34%) 34-48
Nayarit (32%), Tamaulipas
(32%), Tlaxcala (29%), Guerrero
(24%), Coahuila (23%),
Veracruz (23%), Campeche
(21%), Oaxaca (18%), Quintana
Roo (18%), Baja California Sur
(15%), Sinaloa (15%) 15-32
Promedio 39%
Fuente: ANUIES 2000. La Educación Superior en el Siglo XXI.
* La eficiencia terminal se considera como eficiencia de
titulación.
Dicho diagnóstico plantea que uno de los principales
problemas del sistema de educación superior en México es el
de los bajos índices de eficiencia terminal, tanto si se
considera la tasa de egreso de licenciatura como la de
titulación: la primera, para la generación 1992-1997, registró
un 69% en promedio y la segunda, para el año 1996, fue del
39%, considerando un periodo de 7 años desde la inscripción
hasta la titulación de los alumnos.
En un estudio realizado por Roger Díaz de Cossío1 se señala
como promedio nacional, que "de 100 alumnos que ingresan
a licenciatura, 60 terminan las materias del plan de estudios
cinco años después y, de éstos, 20 se reciben. De los que se
reciben, sólo el 10% lo hace a edades de 24 o 25 años; los
demás lo hacen entre los 27 y los 60 años".
Resalta, en la revisión anterior, la heterogeneidad en las
cifras reportadas, no obstante que se trata de las mismas
poblaciones de alumnos; es decir, que hay grandes
variaciones en los datos según la fuente. Ello advierte sobre
la reserva con que se debe analizar la información, pero
también sobre la urgencia de unificar criterios y conceptos
para darles un tratamiento adecuado y confiable, orientado a
dar solución a los problemas.
Otra de las características que destaca en la información
consultada es el nivel de generalidad con que se manejan las
cifras; es decir, se observa la ausencia de análisis más finos
que ayuden a distinguir lo que ocurre entre los diferentes
tipos de instituciones, por ejemplo, de régimen público o
particular e, inclusive, entre diferentes áreas de
conocimiento y, aun más ampliamente, entre determinadas
carreras. Quizá la misma falta de información y de referentes
para el análisis ha llevado a distorsiones o prejuicios sobre
las dimensiones en la ocurrencia de los fenómenos en
estudio, tales como atribuir, sin argumentos sólidos, la
mayor o menor incidencia de los mismos a determinado tipo
de institución o de carrera.
Tratando de evitar dichos prejuicios, se ofrecen algunos
ejemplos con cifras extraídas de las estadísticas para dos
generaciones de estudiantes de licenciatura (1993-1997 y
1994-1998)2, por carrera3, en diez instituciones públicas y en
diez instituciones particulares, ubicadas en diferentes
entidades federativas, que ilustran la heterogeneidad cuando
se efectúan análisis más detallados. Los indicadores
revisados se refieren a: Eficiencia Terminal de Egreso (ETE),
que se explica como el número de egresados sobre el
número de alumnos de primer ingreso y, Eficiencia Terminal
de Titulación (ETT), explicada como la relación entre el
número de titulados sobre el número de los alumnos de
primer ingreso. Esta revisión fue hecha con la información
proporcionada, sin discriminar si se trata de generaciones
delimitadas (cohortes reales) o de individuos registrados de
los que no se conoce su pertenencia a alguna generación en
particular (cohortes aparentes)4.
Es importante establecer que dependiendo de la carrera, los
índices de eficiencia terminal, sean de egreso o de titulación,
no se comportan de manera homogénea según el
subsistema; es decir, tanto en el grupo de las instituciones
públicas como en el de las particulares, se observan casos
de muy elevada eficiencia terminal (próxima al 100%), así
como de valores extremos muy bajos (cercana o menor a
10%), lo cual advierte sobre el posible error de atribuir
mejores condiciones de efectividad a uno u otro subsistema.
Para varios de los casos institucionales no es posible
distinguir entre ETE y ETT porque, según sus cifras, al
egresar se logra la titulación.
Asimismo, se observan carreras, ofrecidas con mayor
frecuencia en el subsistema público, tales como las que se
enfocan hacia la investigación básica (como son los casos de
Biología, Física, Químico Farmacéutico Biólogo), en las que se
aprecian mejores niveles de ETE y de ETT, frente a la oferta
de estas mismas carreras en el subsistema particular.
En carreras cuyo ejercicio profesional exige, rigurosamente,
el título y la cédula profesional, como la de Médico Cirujano,
llama la atención que en el subsistema particular se reporta
una ETE de 73 y de 52% por generación y una ETT de 52%
para ambas generaciones, mientras que en el subsistema
público, las cifras de ETE son del 65 y 90% y de 53 y 82%
para ETT, respectivamente, en cada generación.
En general, en el subsistema público tanto la ETE como la
ETT aumentaron de una generación a otra (1993-97 a 1994-
98), salvo en los casos de Administración de Empresas y de
Contaduría Pública, mientras que en el particular fueron más
los casos en que los índices de ETE disminuyeron: Ingeniería
Civil, Ingeniería Mecánica, Ingeniería Química, Economía,
Física y Médico Cirujano. En cuanto a ETT, también
disminuyeron sus índices entre la primera y la segunda
generación las carreras de Ingeniería Mecánica, Ingeniería
Química, Economía, Física y Filosofía. En general, la ETE
aumentó de forma similar entre una generación y otra (1993-
97/1994-98) en ambos subsistemas, mientras que la ETT
creció significativamente, 14.3% sólo en el subsistema
público.
Por otro lado, la SEP y el Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología (CONACyT), en el año 2000 (SEP-CONACyT, 2000),
presentan una secuencia, por cada una de las seis áreas de
conocimiento que reconocen, de primeros ingresos y egresos
de licenciatura, entre los años 1980 y 1997 (véase tabla al
final del capítulo). Del conjunto de cifras exhibidas resaltan
fundamentalmente los siguientes aspectos:
Introducción
Definida en términos generales como la proporción de estudiantes que termina una carrera,
en relación con los que la iniciaron, la eficiencia terminal de una institución de educación
superior (IES) es, sin duda, una dimensión de la calidad digna de tomarse en cuenta.
Como todo costo unitario, el que se refiere a la eficiencia de una IES viene dado por el
cociente de una fracción, cuyo numerador es la suma de los diversos renglones de gasto de
la institución, y cuyo denominador consiste en los productos respectivos que, tratándose de
programas educativos, son precisamente los egresados que logran terminarlos
satisfactoriamente. La llamada eficiencia terminal define, pues, el denominador del costo
unitario de un programa, y su complemento porcentual no es otra cosa que la deserción del
mismo.
Una baja eficiencia terminal, o sea el hecho de que una proporción elevada de quienes
inician un programa de estudios en una IES no lo terminen, no puede menos que ser
preocupante. Y si esa proporción, en promedio, y en el conjunto de las IES de un país, se
sitúa alrededor de la mitad del ingreso total, o inclusive por arriba de tal cifra, parece
razonable pensar que se está ante un problema de consideración. Tal es, aparentemente, la
situación del sistema de educación superior de México, según diversas fuentes, desde hace
varias décadas.
La ANUIES ofrece la cifra de 39% como promedio nacional de eficiencia terminal, si bien
apunta que se refiere a titulación (2000, Cuadro 2.10, p. 54). Pero los datos de Díaz de Cosío
que el mismo documento de la ANUIES cita señalan que a nivel nacional, en promedio, de
cada 100 alumnos que comienzan una carrera de nivel licenciatura 60 terminan las materias
en un plazo de cinco años, y solamente 20 de éstos obtienen el grado, lo que significaría una
eficiencia con titulación de solamente 12% (1998, p. 8). Las cifras de otros países no son, al
parecer, mucho mejores, e incluso parecería que una elevada deserción en los primeros años
de educación superior es un resultado anticipado de la política oficial, en un contexto en el
que la educación media se ha generalizado y hay un principio de acceso abierto al nivel
postsecundario. Tal era, por lo menos hasta los años 80, la situación de un país como
Bélgica.
La imprecisión de los datos del párrafo anterior no es casual: los sistemas de educación
superior de muchos países, en efecto, incluyendo al de México, no cuentan con información
suficiente, confiable y fina, de la eficiencia terminal de sus IES, como sería deseable,
obviamente, para fundamentar políticas al respecto y estar en condiciones de implantar
medidas que mejoren la situación prevaleciente.
En un trabajo reciente, Blanco y Rangel (2000) analizan las limitaciones de la forma en que
se calcula tradicionalmente la eficiencia terminal de las IES, con la medida que ellos
denominan Índice de Eficiencia Terminal (IET). En su versión más elemental, este índice es
simplemente el cociente del número de personas que egresaron de todos los programas de
una institución en un año dado, dividido entre el número de personas que ingresaron a la
institución cinco o cuatro años antes, según la duración de los planes de estudio de la
mayoría de las carreras que se ofrezcan.
Aun si se corrigen deficiencias tan claras como calcularlo en forma agregada al nivel
institucional y no por programa, el IET seguiría teniendo un defecto fundamental: los
alumnos que egresan de un programa cierto tiempo (es decir, cinco años) después de que
una cohorte ingresó al mismo, no son todos miembros de dicha cohorte; hay alumnos
rezagados de cohortes anteriores, y no se incluyen alumnos de la cohorte en cuestión que, a
su vez, se hayan rezagado y posiblemente egresen uno o más años más tarde. En otras
palabras, las cifras se refieren a cohortes aparentes, y no a cohortes reales, como se
requeriría para un análisis adecuado de la eficiencia terminal y la deserción.
Con mayor rigor, pues, en términos de cohortes reales, la eficiencia terminal de un programa
deberá definirse como el cociente resultante de dividir el número de alumnos pertenecientes
a una cohorte dada que egresa de dicho programa en cierto momento, entre los alumnos
que entraron a ese programa en un momento anterior, por ejemplo los egresados de la
carrera de Contaduría Pública de la UAA en 1999 que comenzaron la carrera en 1994, entre
el total de los que la comenzaron en 1994. Para calcular este índice, por supuesto, no basta
tener los datos anuales de ingreso y egreso, sino que es necesario tener datos que permitan
desagregar individualmente el conjunto de los que terminan en un momento dado,
distinguiéndolos según el momento en que iniciaron el programa.
La utilización de términos indefinidos para referirse al tiempo, como "los que egresan del
programa en cierto momento", o "los que entraron al programa en un momento anterior"
hace más complicadas las definiciones, pero es indispensable en el enfoque de cohortes
reales, y la complejidad se debe precisamente a la coexistencia y superposición de personas
de diversas cohortes reales en una misma cohorte aparente. El que un alumno que inició los
estudios en un momento dado pueda terminarlos, por lo menos en principio, no sólo cuatro o
cinco años después, según estipule el plan de estudios, sino varios años más tarde, en un
lapso solamente limitado por disposiciones reglamentarias o por la muerte, hace necesario
que las medidas de eficiencia terminal en cohortes reales precisen el lapso al que se
refieren.
Por ello Blanco y Rangel proponen medidas diferentes y más precisas de la eficiencia
terminal, que llaman Índices de Eficiencia de Egreso (IEE), que deben construirse sobre la
base de trabajos hechos en cohortes reales, y pueden verse en una perspectiva generacional
o intergeneracional. Para definir las variantes del IEE, sus autores parten de algunas
precisiones conceptuales, alrededor de la noción de trayectoria escolar, distinguiendo ciertos
momentos en los que pueden reportarse índices de eficiencia: el momento inicial, a un año
del ingreso; el momento curricular, al cumplirse el plazo regular previsto en el plan de
estudios; el momento límite de inscripción, definido como un 50% de tiempo adicional al
anterior; y el momento terminal, definido como el doble del tiempo contemplado en el
momento curricular. A partir de estas nociones se pueden definir medidas generacionales,
como el índice de eficiencia de egreso de licenciatura, sin titulación o con titulación, o
intergeneracionales, como el índice de eficiencia de egreso histórico (Blanco y Rangel, 2000).
Un indicador complementario sería el tiempo promedio para graduarse de una cohorte.
Las medidas propuestas por Blanco y Rangel utilizan definiciones basadas en la normatividad
de la UNAM, lo que hace que no puedan aplicarse sin más en otros casos, pero nada impide
que una IES adapte esos índices según su propia normatividad. Sería mejor, claro, y
técnicamente sencillo, adoptar definiciones comunes para todas las IES de un sistema
educativo dado. Es clara la conveniencia, por ejemplo, de unificar la noción de egresado
como la persona que ha cubierto el 100% de los créditos de un plan de estudios, y no el
90%, como en la UNAM (Blanco y Rangel, 2000) o el 75% como parece suceder en otras IES.
Los estudios de eficiencia terminal hechos con cohortes aparentes adolecen, pues,
inevitablemente, de serias deficiencias, y su utilización habitual parece obedecer
simplemente a la mayor dificultad que presentan los trabajos hechos con cohortes reales. Sin
embargo, y además de que los estudios con cohortes aparentes son más sencillos y están al
alcance de cualquier institución, hay razones para defender que pueden tener cierto valor,
con la condición de que se cuiden varios aspectos.
El argumento fundamental en este sentido consiste en señalar que los resultados de análisis
hechos con cohortes aparentes no son muy distintos de los que se hacen con cohortes
reales, por lo que pueden considerarse equivalentes. Lo anterior es verdad cuando se
cumplen dos condiciones: una es que el número de alumnos de nuevo ingreso se mantenga
igual en un lapso considerable de tiempo; la otra que el patrón de rezago y deserción se
mantenga también en niveles comparables. La inercia de las IES hace que ambas
condiciones se cumplan no pocas veces, por lo que no será extraño que cifras de eficiencia
terminal obtenidas con ambas metodologías resulten, efectivamente, similares.
Es fundamental advertir, además, que para estimar la eficiencia terminal de una IES deben
tomarse en cuenta otros aspectos, cuyas repercusiones sobre los resultados son tales que, si
se consideran, inclusive los trabajos con cohortes aparentes podrán ser útiles y, si no se
hace así, tampoco los estudios con cohortes reales serán de valor. Dichos aspectos se
refieren al manejo uniforme de algunos términos y al nivel de agregación de los datos, según
ciertas distinciones básicas.
Por lo que se refiere a la unificación de la terminología, son conocidas las discusiones sobre
los conceptos de calidad y eficiencia, así como en torno a la noción de deserción, que no es
sino la otra cara de la cuestión, puesto que la eficiencia terminal de una IES o programa será
alta o baja dependiendo de la cantidad de alumnos que abandone los estudios.
¿Deben considerarse deserciones los casos de personas que se inscriben a una carrera
y no se presentan desde el inicio de la misma, o más bien debe ajustarse el dato de
inscripción inicial?
Este último caso puede manejarse de dos maneras: una, más fácil de obtener, sería dar la
eficiencia del conjunto de carreras que tienen un mismo tronco común, definida como la
suma de los egresados de todas ellas sobre los que entraron al tronco común; la otra, más
compleja, es dar la eficiencia de cada carrera por separado, definida como los egresados de
cada una sobre los que optaron por ella al final del tronco común, indicando expresamente lo
anterior y señalando el lapso que comprende la parte diferenciada, y ofreciendo, además,
información sobre la eficiencia terminal del tronco común respectivo.
Tasa de eficiencia terminal al egreso, esto es egreso con o sin titulación sobre ingreso;
esta es la tasa más usual y, dada la diversidad de la tasa siguiente, la más informativa
en ausencia de otros elementos.
Tasa de titulación en relación con el egreso, esto es titulados sobre egreso. Esta tasa
presenta situaciones contrastantes: en algunos casos es particularmente baja,
tratándose de carreras para cuyo ejercicio no se requiere cédula profesional y que
tienen requisitos difíciles para la obtención del título, como la elaboración de una tesis;
en estas carreras hay muchos egresados que cubren todos los créditos del plan de
estudios y nunca se titulan. Las carreras para cuyo ejercicio es indispensable la cédula
y cuentan con mecanismos de titulación que no suponen un esfuerzo considerable,
como suele suceder con Medicina, Contaduría o Derecho, la tasa puede ser bastante
alta. En las instituciones que han adoptado el principio de titulación automática al
cubrirse la totalidad de los créditos del plan de estudios la tasa es, obviamente, igual a
100%.
Tasa de eficiencia terminal con titulación, o sea, titulados sobre ingreso. Lógicamente,
esta tercera tasa resulta de la integración de las dos anteriores, de manera que
cuando hay titulación automática y la tasa de titulación es de 100%, la tercera coincide
con la primera, es decir, con la tasa de eficiencia terminal al egreso.
Aunque se trata de datos que no se obtuvieron en cohortes reales, el hecho de que se trate
de datos acumulados (desde el primer ingreso a cualquier carrera en la primera ocasión en
que se ofreció, de 1968 a 1993, y desde los primeros egresos que tuvieron lugar en 1973
hasta los que ocurrieron en 1998, cinco años después del ingreso de los alumnos de 1993)
hace que las distorsiones debidas a la presencia de rezagados se reduzcan. El hecho de que
un alumno no egrese en el tiempo oficialmente establecido y lo haga con cierto retraso
afecta muy poco a las generaciones antiguas, aunque sí a las últimas, pero en el conjunto la
aproximación que ofrecen los datos se acerca a la que se podría obtener trabajando con
cohortes reales.
Como la UAA estableció el sistema de titulación automática a partir de quienes ingresaron a
sus carreras en 1989, la tasa de titulación tiende efectivamente a 100%, ya que todos los
egresados son simultáneamente titulados desde 1994; la diferencia corresponde a quienes
egresaron anteriormente, de los cuales unos se han titulado y otros no y, previsiblemente,
muy pocos más lo harán todavía, pero cuyo peso en el total general va disminuyendo a
medida que se añaden generaciones posteriores. Por ello en las carreras creadas de 1989 en
adelante la tasa de titulación es, en efecto, de 100%, y las de eficiencia al egreso y eficiencia
con titulación coinciden. En las carreras más antiguas las tasas se acercan más en la medida
que sus tasas de titulación ya eran altas.
Conviene señalar que la decisión de implantar la titulación automática, en forma similar a
instituciones como el ITESM y la UAM, se tomó después de largas discusiones, y sólo después
de haber incluido en los semestres finales de todas las carreras elementos integradores
(seminarios, clínicas, talleres integrales y similares) que hacen las veces (con ventajas
claras) de los sistemas tradicionales, como tesis o exámenes generales de conocimientos.
La tasa de eficiencia al egreso sigue siendo la más interesante: lo importante es ver cuántos
de los que comienzan la carrera la terminan (y automáticamente se titulan). Dicha tasa,
como muestra el Cuadro 5, varía desde 79.3% y 75.0% en dos carreras con pocas
generaciones, y 74.9% de egreso en el caso de Contaduría Pública (25.1% de deserción),
hasta 8.4 de egreso (91.6 de deserción) en el de Matemáticas Aplicadas.
La tasa promedio de 49% para el conjunto de las 527 generaciones de las 37 carreras a lo
largo de 25 años oculta, pues, diferencias muy grandes, haciendo que deba subrayarse la
necesidad de contar con tasas desagregadas por carrera, aunque sea con cohortes
aparentes, y también con series de tiempo que permitan obtener tasas promedio de varios
años, dadas las considerables fluctuaciones que estas tasas aparentes pueden presentar.
Se observa claramente la mayor eficiencia de cierto tipo de carreras como las del área de
disciplinas administrativas o Derecho, que combinan varias características: la posibilidad de
seleccionar buenos alumnos dada su elevada demanda, un destino profesional claro que
motiva al alumno a terminar, la perspectiva de un empleo atractivo, y exigencias curriculares
no muy altas. En el otro extremo se sitúan carreras con un perfil opuesto: un alumnado
menos seleccionado, dada la baja demanda, un destino profesional confuso y, a veces,
exigencias curriculares elevadas; en este caso tienden a ubicarse carreras de las áreas de
Ciencias Básicas y Humanidades.
Puede adelantarse una conclusión: si se compara globalmente la eficiencia terminal de
instituciones con mezclas diferentes de carreras, una con oferta cargada al área
administrativa y otra con mayor proporción de áreas científicas y humanísticas, una eventual
menor eficiencia global de la segunda no deberá absolutizarse; un juicio comparativo sólo
podrá hacerse enfrentando carreras similares.
La deserción por semestre o periodo escolar
Otro estudio del Departamento de Estadística Institucional de la UAA, realizado en 1997
(Barranco, 1998), muestra en conjunto datos muy parecidos a los que se acaban de
presentar: de 454 generaciones de las carreras de licenciatura ofrecidas desde 1968 por la
institución, con un total de 22,321 alumnos de nuevo ingreso hasta la generación que egresó
en 1997, se tuvo una eficiencia terminal del 47.9% (10,697 egresados) y un abandono que
en total representó el 52.1% restante (11,624 desertores). Pero lo interesante de este trabajo
es que muestra el momento de la trayectoria escolar de cada alumno en que se produjeron
esas deserciones, como se aprecia en el Cuadro 6.
Cuadro 6
Retención y deserción según el momento de la carrera en que se produce, en
licenciaturas de la UAA
Trayectoria Absolutos %
Ingresan 22,321 100
Desertan en 1er. año 6,406 28.7
Permanecen 15,915 71.3
Desertan en 2o año 2,526 11.3
Permanecen 13,389 60.0
Desertan en 3er. año 911 4.1
Permanecen 12,478 55.9
Desertan en 4o año 910 4.1
Permanecen 11,568 51.8
Desertan en 5o año 871 3.9
Egresan 10,697 47.9
Deserción total 11,624 52.1
Fuente: Barranco, 1998.
El cuadro anterior permite ver que la mayor parte de la deserción ocurre en el transcurso del
primer año de la carrera, confirmando lo que la experiencia dice a los educadores. El cuadro
siguiente muestra con mayor claridad la proporción del total de la deserción que se produce
en cada uno de los cinco años de una carrera promedio: más de la mitad (55.11%) en el
primero; otra proporción importante, mayor a la quinta parte, en el segundo (21.73%) y
proporciones menores, bastante similares (algo menores al 8%), en los tres años restantes.
Cuadro 7
Porcentaje de la deserción total según el momento de la carrera en que se
produce. UAA, 1968-1997
Deserción
Trayectoria
Abs. %
Ingresan 22,321
Desertan en 1er. año 6,406 55.11
Desertan en 2o año 2,526 21.73
Desertan en 3er. año 911 7.84
Desertan en 4o año 910 7.83
Desertan en 5o año 871 7.49
Egresan 10,697
Deserción total 11,624 100.0
Fuente: Barranco, 1998.
Sin embargo, una vez más debe señalarse que las cifras promedio pueden ocultar diferencias
muy considerables por carrera. Para tener una visión más fina se necesita combinar el
análisis de la deserción por carrera y por semestre o año, como se hace a continuación.
La deserción por carrera y por año
Cuadro 8
Deserción por carrera y por año en la UAA
Comparar los índices de eficiencia terminal no en forma global, por institución, sino por
carrera, comparando las cifras de cada programa de una IES dada con las cifras
promedio al nivel nacional de esa misma carrera.
Hacer una tipología de carreras de eficiencia típicamente alta, media o baja, y
comparar las cifras de cada programa con las de su propio tipo.
Hacer una tipología de instituciones y comparar la eficiencia terminal de una IES dada
con la de las demás de su tipo.
Conclusión
Dos comentarios finales: en primer lugar, se reitera la idea central que se ha manejado a lo
largo del capítulo, a saber: que, sin olvidar que lo deseable es contar con estudios de
eficiencia terminal hechos a partir del seguimiento de cohortes reales, los estudios hechos
con cohortes aparentes, que son mucho más sencillos, están al alcance de cualquier
institución y, si se hacen con precisión y finura, tomando en cuenta los aspectos señalados
en este capítulo, son muy superiores a los habituales y ofrecen un fundamento
razonablemente sólido para tomar decisiones.
En segundo lugar, se observa que la tendencia creciente a la prolongación de la escolaridad
en sus niveles postobligatorios está llevando al manejo de nuevas formas de medición de la
cobertura y la eficiencia de las instituciones de educación superior.
En los países que han alcanzado un mayor nivel de desarrollo económico y educativo, en
efecto, la escolaridad obligatoria se ha ido extendiendo hasta los 18 años de edad, o sea,
hasta el umbral de la educación terciaria o superior. Hasta ese momento el concepto mismo
de obligatoriedad implica que todos los niños y jóvenes hasta los 18 años estén en la
escuela, y deseablemente que lo hagan a partir de la edad estipulada y recorran el trayecto
escolar sin repetición de grados, de suerte que al alcanzar la mayoría de edad hayan
terminado también la enseñanza media.
A partir de ese momento la situación cambia: la educación posterior ya no es obligatoria y,
por diversas razones, no todos los jóvenes la emprenden de hecho de inmediato. Las tasas
brutas de matrícula que se manejan proporcionan una idea equivocada al respecto: si los
Estados Unidos y Canadá tienen tasas brutas de cobertura que rebasan ya la cifra de 80% se
piensa que eso quiere decir que más de 80 de cada 100 jóvenes inician estudios superiores a
los 18 años, lo que no es exacto, si bien la proporción que lo hace es creciente.
Una parte no despreciable de la matrícula de licenciatura y de profesional asociado, sin
embargo, no pertenece al grupo de edad típico (18-23); en forma similar, no todas las
personas que inician estudios superiores en un momento dado tienen 18 años: en México el
número de personas de mayor edad que inician estudios superiores anualmente se sitúa
probablemente alrededor del 20% del total, lo que implica que la proporción de los jóvenes
de 18 años que lo hace es menor a la que parece manejando una tasa bruta de cobertura.
Obviamente algo similar, pero en un grado mucho mayor, ocurre en posgrado.
Por otra parte, el fenómeno descrito implica que no pocos de los jóvenes de 18 años que no
inician estudios superiores en cuanto terminan la enseñanza media los iniciarán algún
tiempo después, y lo equivalente ocurrirá en los niveles de posgrado. En suma, la tendencia
apunta cada vez más en dirección de la llamada educación continua, permanente o
recurrente, con ingresos y salidas múltiples de las IES, estudios a tiempo parcial y tiempos
extendidos para obtener un grado.
Por ello la cobertura y la eficiencia de la educación superior deberán medirse en formas
distintas a las habituales, y más precisas. Avanzando en este sentido, la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) no utiliza ya cohortes aparentes ni reales en
sus estadísticas de cobertura de educación terciaria, sino el concepto nuevo de cohortes
sintéticas, que son el resultado de combinar las cifras netas de escolaridad de varios grupos
de edad, desde el límite inferior tradicional de los 18 años hasta mucho después, por
ejemplo los 40.
El mejoramiento de las estadísticas más elementales de cohortes aparentes debe verse,
pues, como un paso en la dirección del seguimiento longitudinal de cohortes reales y, luego,
del manejo integrado de cohortes sintéticas.
BIBLIOGRAFÍA
ANUIES (2000), La educación superior en el siglo XXI. Líneas estratégicas de desarrollo. Una
propuesta de la ANUIES, México, ANUIES.
Astin, Alexander W. (1999), "¿Es en verdad buena la tasa de retención en su institución?",
Revista de la Educación Superior, Vol. XXVIII No. 111, pp. 45-62.
Barranco Ransom, Sofía (1998), Deserción anual por generación, Aguascalientes, UAA.
Blanco, José y José Rangel (2000), "La eficiencia de egreso en las instituciones de educación
superior. Propuesta de análisis alternativo al índice de eficiencia terminal", en Revista de la
Educación Superior, Vol. XXIX No. 114, pp. 7-26.
Díaz de Cosío, Roger (1998), "Los desafíos de la educación superior mexicana", en Revista
de la Educación Superior, No. 106 (abril-junio), pp. 7-16.
Díaz de Cosío, Roger (1999), Evaluación 1998, Aguascalientes, UAA.
Martínez Rizo, Felipe (2000), Nueve retos para la educación superior. Funciones, actores y
estructuras , México, ANUIES.
Martínez Rizo, Felipe (1999), "¿Es en verdad buena la eficiencia de su institución? En busca
de alternativas equitativas de evaluación, a propósito de la propuesta de Alexander Astin",
en Revista de la Educación Superior, Vol. XXVIII, No. 112, pp. 173-181.
Martínez Rizo, Felipe e Irma Carrillo F. (1985), "La deserción en la UAA", Reportes de
Investigación de la UAA. Serie Investigación Educativa, No. 12.
El análisis de las trayectorias escolares en la
UNAM:
Un método de análisis
Rosamaría Valle Gómez-Tagle
Directora General de Evaluación Educativa.
Universidad Nacional Autónoma de México
Introducción
Tales cuestionamientos, por otra parte, se ven reforzados por tres fenómenos
presentes en los ámbitos nacional y mundial: la escasez de recursos financieros
dedicados a la educación –especialmente los de naturaleza pública–, la intervención
del Estado en la planeación y en la evaluación de la educación, y los reclamos
crecientes de la sociedad por más y mejores servicios educativos.
En el Programa para la modernización educativa 1989-1994, se señaló que la calidad
es una característica indispensable de la educación moderna y se propuso como
política del sistema educativo, el impulso de la evaluación para "orientar la toma de
decisiones con el objeto de mejorar la calidad de los servicios, propiciar la igualdad
de oportunidades de educación a todos los mexicanos, fortalecer el proceso de
descentralización y desconcentración del sector, y aportar elementos para satisfacer
las necesidades de regionalización, diversificación, articulación y continuidad de los
planes de estudio de los diferentes niveles" (Poder Ejecutivo Federal, 1989).
Los índices de graduación varían según el país y el campo de estudios: una tercera
parte –que representa el promedio de todos– se gradúa en Ciencias Sociales, Leyes o
Administración, 14.2% en Ingeniería, 13.5% en Humanidades y Artes y 12.9% en
Educación. El mayor porcentaje (33%) se encuentra en Alemania y Corea en campos
relacionados con las Ciencias Naturales, Física, Matemáticas, Ingeniería,
Manufactura y Construcción, Estadística y Computación. El índice de graduados en
Salud y Bienestar varía de menos de 5% en Francia, Japón y Polonia a 19% en Italia,
Noruega y Suecia. En México, el índice aproximado de graduados en Ciencias
Sociales, Leyes y Administración es de 40%, en Educación de 16%, en Matemáticas y
Ciencias de la Computación de 8%, en Salud y Bienestar de 7.5%, en Ciencias
Naturales de 4% y en Ingenierías, Manufactura y Construcción de 18% (OCDE,
2000).
Para entender las causas del éxito o del abandono se han empleado diversos
métodos cuantitativos o cualitativos como exámenes estandarizados, cuestionarios,
encuestas o portafolios, dependiendo de qué aspecto de los estudiantes se desea
evaluar, por ejemplo habilidades básicas, conocimientos mediante pruebas
estandarizadas, pensamiento crítico, compromiso con su aprendizaje, identidad,
habilidades para solucionar problemas, motivación, perseverancia, y otras variables
sociodemográficas, cognoscitivas, afectivas y de personalidad. También se han
analizado otros tipos de información como la satisfacción de los estudiantes con la
institución y la carrera, la percepción de su desarrollo y la opinión de sus
empleadores.
Una parte importante de los estudios están orientados a investigar en qué medida
factores de índole diversa contribuyen a explicar el desempeño académico en la
universidad. Generalmente se consideran como indicadores del desempeño, el
promedio general de calificaciones al finalizar el primer semestre, el primer año, o al
término de dos o cuatro años de estudios, el promedio de una materia específica
como matemáticas o la "retención" o permanencia en la universidad (Boughan,
1991). Se han analizado los resultados de los exámenes de admisión,
principalmente, el SAT (Scholastic Aptitude Test) y el ACT (Achievement College Test)
que evalúan, respectivamente, habilidades verbal y matemática y conocimientos de
diversas materias (Keeley y col., 1994; House, 1994), de variables demográficas
como el género, la edad, la escolaridad de los padres y antecedentes académicos.
También se han estudiado factores ambientales y características de los estudiantes
como niveles de aspiración y relaciones con los compañeros y con los profesores
(Heath, 1992), la motivación, el autoconcepto académico (House, 1993),
persistencia y responsabilidad, capacidad de adaptación a nuevos ambientes y
habilidades de estudio independiente (Murray-Harvey y Keeves, 1994).
Los resultados de diferentes estudios muestran datos que no siempre coinciden. Por
ejemplo, se reporta que las variables que mejor predicen el desempeño escolar son
los exámenes de admisión y el promedio de calificaciones del ciclo anterior (Keeley y
col., 1994; House, 1994), los resultados del SAT (Montague y Frei, 1993), los del SAT
con otras variables no cognoscitivas (Fuertes y col., 1994) los resultados del examen
de conocimientos ACT (Sibert y Ayers, 1989; Paszczyk, 1994) y la combinación de los
resultados del ACT con el promedio de calificaciones del ciclo de estudios previo
(Myers y Pyles, 1992). Por otro lado, otras investigaciones señalan que los resultados
del SAT contribuyen poco a la predicción del promedio de calificaciones (Baron y
Norman, 1992).
De acuerdo con los resultados de Knight (1994), entre las variables que mejor
predicen el tiempo empleado para terminar los estudios se encuentran el número de
créditos acumulados, el promedio inicial de calificaciones y el del ciclo de estudios
previo, el número de materias no aprobadas y la edad al ingresar a la universidad.
Emplean más tiempo los estudiantes de mayor edad, las mujeres, los que toman
cursos de orientación. Los que viven en el campus emplean menos tiempo.
En respuesta a los problemas del rezago y del abandono, las instituciones han
puesto en práctica diversos programas como cursos propedéuticos y actividades
académicas compensatorias o para remediar deficiencias, tutorías, orientación
personal y académica. Se han combinado investigación institucional, estrategias de
intervención y evaluaciones para crear modelos de retención de estudiantes. Como
parte de la investigación institucional se tienen sistemas de información con datos
demográficos, de abandono, desempeño y seguimiento. Las estrategias de
intervención consisten en orientación académica y personal a los estudiantes,
evaluaciones al inicio del primer semestre, tutorías y grupos de apoyo, seminarios
de estrategias de aprendizaje y la creación de oficinas para atender necesidades
especiales (Cfr. capítulos II y VI). Según Grevatt (1992) estos esfuerzos han probado
su utilidad para reducir el rezago.
Aunque al iniciar la década de los años ochenta se había logrado un buen consenso
sobre la claridad de las definiciones de los constructos6 y de los términos clave, se
puso en evidencia la necesidad de realizar estudios sistemáticos y longitudinales de
largo plazo, basados en el análisis de cohortes reales.
En Estados Unidos, país donde más se han investigado los fenómenos relacionados
con el abandono, la retención, el rezago y la graduación, Ewell (1995) hace una
breve síntesis que ilustra el camino recorrido en este campo de la educación. A
mediados de la década de los años sesenta el interés de los investigadores se
orientó al estudio del rezago y el abandono. En la siguiente década surgieron varios
modelos conceptuales como el del involucramiento de Astin y el de la integración
social y académica de Tinto, los cuales fueron útiles para el estudio de una gama
amplia de comportamientos de estudiantes.
Los resultados del estudio de Cabrera y colaboradores (1993) indican que se puede
lograr una mejor comprensión de la persistencia en los estudios integrando los dos
modelos, lo cual permite entender la compleja interacción entre individuos,
ambiente y factores institucionales. Los autores concluyen que los patrones de
comportamiento asociados a la persistencia de los estudiantes varían de una
institución a otra, según el contexto y la composición del conglomerado de
estudiantes. Y, agregan, los diferentes servicios como orientación, asesoría
académica y ayuda económica no tendrán el impacto necesario para retener a los
estudiantes si la institución no hace el esfuerzo de integrar dichos servicios (Cfr.
Capítulo VI).
Por otro lado, también se ha sugerido que los modelos de Astin y de Tinto tienen
algunas semejanzas (Pascarella y Terenzini, 1991). El primero se refiere al grado de
involucramiento o inversión de energía física y psicológica en varios "objetos" a lo
largo de su estadía en la universidad. Tinto también considera la relación que existe
entre dicho involucramiento y la calidad del esfuerzo del estudiante.
MÉTODO
Para investigar la relación de los indicadores de las trayectorias escolares con otro
tipo de información que se obtiene por medio de encuestas institucionales –
sociodemográfica, de salud, de opinión de los estudiantes sobre los servicios–, se
vinculan las bases de datos correspondientes mediante el número de cuenta del
alumno.
El universo de estudio del caso que se ejemplifica está constituido por ocho
generaciones –1986 a 1993– que cursaron una carrera del área de Ciencias
Biológicas y de la Salud en la Universidad Nacional Autónoma de México. Se tomaron
en cuenta tres "causas de ingreso"13: el pase reglamentado que comprende a los
estudiantes que egresaron del bachillerato de la UNAM, el concurso de selección que
incluye a quienes ingresaron por medio de un examen y a los estudiantes que
estudiaron el bachillerato en la preparatoria popular (Tabla 1).
Con el objeto de que las generaciones correspondan a una cohorte con las mismas
características de ingreso, no se incluyen como parte del universo a los alumnos que
ingresan por acreditación, revalidación, segunda carrera o carrera simultánea. Éstos
representan un número muy pequeño en cada generación, como se puede observar
en la Tabla 2.
Tabla 1
Universo de estudio
Una vez que se ha definido el universo de estudio, se analiza el plan de estudios que
cursaron las generaciones incluidas en dicho universo, su duración, el número total
de créditos, las asignaturas obligatorias y optativas de cada semestre o año, según
esté organizado el plan, y el número de créditos correspondiente. Posteriormente, se
analizan las historias académicas de los alumnos.
El plan de la carrera que se toma como ejemplo tiene una duración de ocho
semestres con un total de 404 créditos, de los cuales, 359 son obligatorios y 45
optativos; la tesis no tiene valor en créditos.
Tabla 3
Tabla 4
Número y porcentaje de alumnos por créditos acumulados y por generación
en el tiempo curricular
Porcenta
1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993
je de
alumnos % alumnos % alumnos % alumnos % alumnos % alumnos % alumnos % alumnos %
avance
0 32 12
52 18 45 15 44 16 28 11 29 12 24 11 34 11
1-25 73 27
51 18 57 20 34 13 36 14 35 15 45 21 60 19
26-50 58 21
53 19 44 15 49 18 44 17 31 13 26 12 48 15
51-75 64 23
82 29 79 27 67 25 74 28 52 22 37 17 83 27
76-99 46 17
45 16 57 20 62 23 70 27 74 32 69 32 76 24
100 2 11 0 10 3 13 5 11 4 12 5 13 6 12 4
total 275 100
284 100 292 100 269 100 263 100 233 100 214 100 313 100
Tabla 5
Número y porcentaje de alumnos por créditos acumulados y generación en
el tiempo reglamentario
Número de semestres
Porcentaje
de creditos 9 10 11 12 Total
n % n % n % n % n %
0 29 12.4
1-25 1 0.4 1 0.4 28 12.0
26-50 2 0.9 5 2.1 2 0.9 19 8.2
51-75 1 0.4 2 0.9 10 4.3 17 7.3
76-99 3 1.3 3 1.3 10 4.3 24 10.3 41 17.6
100% 21 9.0 32 13.7 21 9.0 13 5.6 99 42.5
Total de 28 12.0 40 17.2 36 15.5 47 20.2 233 100
alumnos
Grafica 1
Promedio de semestres empleados para acumular créditos en el tiempo
curricular, por generación
Grafica 2
Promedio de semestres empleados para acumular créditos en el tiempo
reglamentario, por generación
EGRESO
El egreso se determina calculando la relación entre el número de alumnos con 100%
de los créditos y el número de alumnos que ingresó en cada generación. Debido a
que es posible acumular créditos aprobando asignaturas optativas, para determinar
quiénes han cubierto el total de créditos del plan de estudios se requiere que hayan
aprobado todas las asignaturas obligatorias, ya sea en exámenes ordinarios o en
extraordinarios. Para poder comparar el egreso de diferentes planes de estudios,
cuando la tesis tiene valor en créditos, éstos no se consideran en el total.
En la Gráfica 3, que muestra el porcentaje de egreso en los tiempos curricular y
reglamentario, destaca que la mayoría de los alumnos egresa en el tiempo
reglamentario en todas las generaciones y que, a partir de la generación 1988, se
inicia un incremento en el egreso, el cual alcanza su nivel más alto en la generación
1991. Es importante recordar que sólo se pueden comparar datos de la trayectoria
escolar de diferentes generaciones –entre ellos el egreso–, cuando el tiempo
transcurrido a partir de su ingreso es el mismo.
Gráfica 3
Egreso en dos tiempos, por generación
Todos los planes de estudios tienen varios requisitos para titularse, como la
acreditación de una o dos lenguas extranjeras. Para ilustrar el efecto de este
requisito en la carrera del ejemplo, en la Gráfica 4 se muestra que entre 3% y 17%
de los egresados en el tiempo reglamentario no habían cumplido con dicho requisito.
Gráfica 4
Egreso y requerimiento del idioma para titulacón, por generación
TITULACIÓN
El índice de titulación por generación se calcula tomando como referencia el ingreso
y el egreso. En el ejemplo se analiza la titulación de las generaciones 1986 a 1991,
cinco semestres después del tiempo reglamentario, esto es, 17 semestres después
de su ingreso a la carrera (Tabla 7).
Tabla 7
Indicadores de eficiencia, por generación 17 semestres después de su
ingreso
1
Ingreso: Número de alumnos inscritos en la generación
correspondiente.
2
Egreso: Número de alumnos que han cubierto el 100% de créditos del
plan de estudios.
3
Titulación: Número de alumnos titulados.
4
Índice de Egreso: Número de alumnos que egresaron / Número de
alumnos que ingresaron.
5
Titulación / Ingreso: Número de alumnos titulados/ Número de alumnos
que ingresaron.
6
Titulación / Egreso: Número de titulados / Número de alumnos que
egresaron.
Tabla 8
Número y porcentaje de alumnos inscritos en las asignaturas obligatorias
en el primer semestre, por generación
Introducción
Comentario Comentario
Si bien todas las variables son El tránsito del nivel de
importantes, hay que considerar bachillerato al universitario
que la escolaridad de los padres implica un cambio sustantivo en
es un factor definitivo en las el estatus del estudiante. Por
estrategias de apoyo para el razones, probablemente
logro escolar. A diferencia de culturales, este espacio
algunas interpretaciones que institucional es prácticamente
estiman que la baja escolaridad desconocido por los padres. Si
de los padres influye sobre la bien esto da independencia a los
falta de valoración de la misma estudiantes, también los pone en
respecto de sus hijos, esta la condición de enfrentar solos
ausencia es precisamente la que las exigencias de su nuevo
hace que se tenga una estima ambiente.
notable a la oportunidad de los Si además se considera el tema
hijos por llegar al nivel superior, de la falta de contacto familiar
por la influencia que ella tendrá con la educación superior, sería
en la movilidad social. importante que la institución
No obstante, la ausencia de identificara los grupos con
experiencia familiar sobre lo que mayor riesgo, en función de sus
implica la vida universitaria, se trayectorias previas y durante el
revierte sobre los propios primer año y diseñe estrategias
estudiantes a pesar de tener la de integración mediante
oportunidad de acceder a este actividades universitarias que no
nivel. En este sentido, es la sólo se orienten académica, sino
institución la que socialmente también socialmente.
debiera cumplir un papel
socializador activo.
NOTAS
1
En la medida en que aumenta el tiempo de estancia
disminuye el porcentaje de deserción, sólo el 40% de los que
llegan al cuarto año desertarán.
BIBLIOGRAFÍA
Introducción
Memorias
Proyectos de investigación
Introducción
Teorías
PsicológícasSupues La conducta de los estudiantes refleja atributos propios y
tos básicos específicos relacionados con las características psicológicas
de cada individuo (personalidad, disposición, motivación,
habilidad y capacidad).
Es posible distinguir a los estudiantes que permanecen y a los
desertores, por los atributos de su personalidad que
determinan diferentes respuestas a circunstancias educativas
similares.
Sociales o El éxito o el fracaso estudiantil es moldeado por las mismas
ambientales fuerzas que configuran el éxito social en general y que
definen el lugar que los individuos y las instituciones ocupan
en la sociedad. Son elementos de predicción importantes del
éxito escolar:
• el estatus social individual
• la raza
• el sexo
La deserción refleja el deseo intencional de las
organizaciones educativas de restringir las oportunidades
educativas y sociales a determinados grupos, aunque se
declare lo contrario.
Fuerzas económicasEl estudiante contrasta los beneficios vinculados a la
obtención de un determinado grado en una determinada
institución, con los recursos financieros necesarios para hacer
frente a la inversión que supone estudiar en la universidad.
Organizacionales El efecto del tamaño, la complejidad institucional, los
recursos disponibles, el ambiente y la existencia de estímulos
diversos sobre la socialización de los estudiantes.
Interaccionales La conducta estudiantil es resultado de la interacción
dinámica recíproca entre los ambientes y los individuos.
Talleres de lenguas
Talleres de cómputo
Talleres de orientación
• Comunicación • Interacción
• Análisis • Perspectiva global
• Solución de problemas • Ciudadanía efectiva (Civismo)
• Toma de decisiones • Responsabilidad estética
La implantación de este proceso educativo significó la transformación
de la cultura institucional, de la organización curricular, de las
estructuras académico-administrativas y de los recursos y servicios
de apoyo académico. Hoy constituye un sistema dinámico e
interactivo que soporta el desarrollo individual de los estudiantes.
Tanto los profesores como los administradores asumen su
responsabilidad en este desarrollo.
El modelo educativo de esta institución considera a la educación
como la capacidad para hacer lo que uno sabe. Por tanto, los logros
del aprendizaje son los que los estudiantes desarrollan para usar el
conocimiento que han construido. Las ocho habilidades básicas son
multidimensionales, acumulativas e integradas; tienen componentes
afectivos y cognitivos, abren las posibilidades de desarrollos
posteriores y son transferibles a nuevas experiencias.
La demostración del dominio de las habilidades es contextual y no
puede ser realizada en el vacío; por lo tanto, requiere de la existencia
de situaciones específicas, reales o simuladas, en las cuales el
estudiante puede demostrar su competencia. En Alverno College, la
evaluación es una experiencia integradora que ayuda a los
estudiantes al desarrollo de sus propias fortalezas. Los procesos de
evaluación están integrados al currículo en una dirección apropiada,
cuentan con recursos y una coherencia adecuada para propiciar la
experiencia de desarrollo.
Desde su ingreso al Alverno College, los estudiantes inician un
proceso de desarrollo consciente de las ocho habilidades. Todos los
cursos de educación general les brindan oportunidades para
mejorarlas y demostrarlas; por ejemplo, para alcanzar los objetivos
de la educación general el estudiante deberá demostrar
comportamientos analíticos en cuatro niveles básicos: observación,
inferencias, correlaciones e integración de conceptos y estructuras.
Cuando el estudiante avanza a los últimos niveles, deberá además
comparar y usar estructuras disciplinarias y profesionales dentro de
su futuro campo de acción.
Durante el proceso educacional cada estudiante acumula
evaluaciones de su desempeño para demostrar su avance. Estas
pueden incluir reportes, cartas, notas periodísticas, presentaciones
orales, proyectos individuales y de grupo, recitales y exposiciones.
La mayoría de las evaluaciones se hace dentro de los cursos, pero
aquéllas más comprehensivas, interdisciplinarias y aplicadas son
llevadas a cabo por el Centro de Evaluación Institucional. Ejemplos
representativos del trabajo desarrollado por el estudiante se
seleccionan y acumulan en portafolios. Todas las evaluaciones siguen
lineamientos específicos. Estos incluyen la demostración de una
determinada habilidad de acuerdo con criterios públicos, la
retroalimentación del estudiante y la autoevaluación.
Conforme el estudiante progresa académicamente, incrementa su
participación en la selección de sus propias experiencias de
aprendizaje y en la evaluación de su desempeño. Los estudiantes
avanzados se involucran regularmente en proyectos independientes
o en experiencias de campo derivadas de las necesidades existentes
en la comunidad, a las cuales se adaptan los planes de aprendizaje y
evaluación. Varios cientos de profesionales de la comunidad
profesional y de negocios colaboran con los profesores en la
evaluación externa del desempeño de estudiantes.
Algunas de las estrategias más importantes de Alverno College son
las siguientes:
Eficiencia de
Área de conocimiento
Titulación (%)
Ciencias Agropecuarias 12.3
Ciencias de la Salud 9.8
Ciencias Naturales y Exactas 7.6
Ciencias Sociales y 6.2
Administrativas 4.8
Ingeniería y Tecnología 4.4
Educación y Humanidades
Fuente: Anuario Estadístico de la ANUIES 1993
En cambio, en 1998, la eficiencia de titulación promedio en el
territorio nacional fue del 39%, si bien este índice presenta
diferencias significativas en las diversas entidades federativas de la
República Mexicana (ver tabla en la introducción general).
De lo anterior se deduce que el problema del rezago y de la
deserción debe ser visualizado integralmente, incluyendo, como se
indicó al principio de este capítulo, el análisis de los factores que
inciden en la permanencia en los estudios superiores y que pueden
ser ubicados desde antes del ingreso a la educación superior, hasta
el momento de la titulación.
Con el objeto de atender la problemática de la deserción y el rezago
analizada a lo largo de este capítulo y lograr la formación integral del
estudiante, la ANUIES afirma en su documento La Educación Superior
en el Siglo XXI..., que las IES deben instrumentar los siguientes
programas estratégicos:
En cuanto al perfil del ingresante se espera que cuente con las bases
culturales en términos de conocimientos, comportamientos y valores,
necesarios para una formación cívica y académica-cultural. Las
categorías que conforman el perfil del ingresante, se agrupan de la
siguiente manera:
Conocimientos:
Habilidades:
Actitudes:
Poseer actitudes tales como fortaleza, inquietud intelectual o
imaginación creativa, solidaridad, disciplina y práctica deportiva, las
cuales son estimadas como condiciones que influyen en el éxito
escolar, profesional y de vida.
El Examen Nacional de Ingreso a la Educación Superior debe ser
considerado como un instrumento auxiliar para diagnosticar, sin
extrema precisión, en qué medida el individuo posee estas
cualidades las que, en teoría, debe tener cualquier aspirante a
estudios superiores. De manera directa explora solamente
competencias académicas básicas como el dominio de ciertos
conocimientos y de algunas habilidades de razonamiento.
Diferencias que mantiene el EXANI II con otros instrumentos:
Folio
1.0 __ _
__
2.0 __
2. Carrera_____________ __
3.0
3. Edad__________años ____
4.0
4. Sexo: ____
1. femenino ( )
2. masculino ( )
5.0
5. Estado civil ____
1. soltero ( )
2. casado ( )
3. divorciado ( )
4. unión libre ( )
5. otro ( )
6.0
6. ¿Tienes hijos? ____
1. Sí ( )
2. No ( )
6.1 __
¿Cuántos?______
__
7.1
7. ¿Económicamente depende alguien de ti? ____
1. Sí ( ) 8.0
2. No ( ) ____
8. ¿Trabajas?
1. Sí ( )
2. No ( ) (Pasa a la pregunta 11)
9.0
9. ¿Cuántas horas trabajas a la semana? ____
1) Menos de 10 hrs. ( )
2) De 10 a 20 hrs. ( )
3) De 21 a 40 hrs. ( )
10.0
10. ¿Tu trabajo tiene relación con la carrera que estás estudiando? ____
1) Sí ( )
2) No ( )
12. ¿Tienes hermanos que estén cursado alguna carrera de nivel 2.0
Licenciatura? ____
1. Sí ( )
2. No ( )
13. ¿En qué tipo de escuela realizaste tus estudios previos a la educación superior?
(marca una opción por tipo y por modalidad)
13.1 __
Tipo de Institución Modalidad 13.11
Nivel Pública Privada Escolarizada Abierta __
1. Primaria () () () () 13.2 __
2. Secundaria () () () () 13.12
3. Bachillerato () () () () __
13.3 __
13.13
__
14. ¿Cuantas piezas tiene la casa donde vives? (incluye sala, cocina, baño, 14.0 __
etcétera) ______ __
1. Sí ( )
2. No ( )
17. Indica los medios con que te apoyas para estudiar en casa.
17.1 __
Sí No 17.2 __
1) Equipo de cómputo () () 17.3 __
2) Impresora () () 17.4 __
3) Fax Modem () () 17.5 __
4) CD-Rom () () 17.6 __
5) Máquina de escribir () () 17.7 __
6) Calculadora () () 17.8 __
7) Librero () () 17.9 __
8) Escritorio, mesa y/o restirador () () 17.10
9) Enciclopedias () () __
10) Libros especializados () () 17.11
11) Diccionarios () () __
18. ¿Qué lugar ocupa dentro de las prioridades de tu familia tus estudios? 18.0 __
1. Muy alto ( )
2. Alto ( )
3. Medio ( )
4. Bajo ( )
5. Muy bajo ( )
19. Los recursos económicos con que cuentas para desarrollar tus
actividades académicas son: 19.0 __
1. Excelentes ( )
2. Suficientes ( )
3. Insuficientes ( )
1. Menos de ½ hr ( )
2. De ½ hr a 1 hr ( )
3. De 1 hr a 1 ½ hrs ( )
4. De 1 ½ hrs a 2 hrs ( )
5. Más de 2 hrs ( )
22. ¿En el proceso para que decidieras cursar tu carrera, de que forma
intervinieron los siguientes factores?
1. Muy satisfactorias ( )
2. Satisfactorias ( )
3. Poco satisfactorias ( )
4. Nada satisfactorias ( )
25. ¿La carrera que cursas es la misma con la que iniciaste tus estudios? 25.0 __
27. ¿De acuerdo con la carrera que cursas actualmente en qué espacio
laboral pretenderías preferentemente desarrollar tu actividad profesional?
(marca una sola opción) 27.0 __
28. Una vez concluidos tus estudios, cómo consideras tus posibilidades de
encontrar trabajo relacionado con tu profesión? (marca una sola opción) 28.0 __
1) Altas ( )
2) Medias ( )
3) Bajas ( )
4) Nulas ( )
En términos En cuanto al
económicos prestigio Social
Considerablemente mejor () () 29.1 __
Mejor () () 29.2 __
Similar () ()
Inferior () ()
Considerablemente inferior () ()
1. Sí ( )
2. No ( )
CASI CASI
ACTIVIDADES SIEMPRE NUNCA
SIEMPRE NUNCA
1. Asistir a clases () () () ()
2. Asistir puntualmente () () () () 31.1 __
3. Escuchar a los maestros () () () () 31.2 __
4. Tomar apuntes () () () () 31.3 __
5. Realizar preguntas en clase () () () () 31.4 __
6. Preparar la clase () () () () 31.5 __
7. Tomar dictado () () () () 31.6 __
8. Discutir los puntos de vista 31.7 __
() () () ()
del maestro 31.8 __
9. Discutir con base en lectura 31.9 __
() () () ()
previa 31.10
10. Discutir sin lectura previa () () () () __
CASI CASI
ACTIVIDADES SIEMPRE NUNCA
SIEMPRE NUNCA
1. La bibliografía del
() () () ()
programa 33.1 __
2. Bibliografía que busco por 33.2 __
() () () ()
mi cuenta
3. Antologías () () () () 33.3 __
4. Revistas especializadas () () () () 33.4 __
5. Enciclopedias () () () () 33.5 __
6. Diccionarios () () () () 33.6 __
7. Libros de texto () () () () 33.7 __
CASI CASI
LUGARES SIEMPRE NUNCA
SIEMPRE NUNCA
1. En la biblioteca de la
() () () ()
escuela 34.1 __
2. En otra biblioteca () () () () 34.2 __
3. Los compro () () () () 34.3 __
4. Los fotocopio () () () () 34.4 __
5. Los pido prestados () () () () 34.5 __
6. Vía Internet () () () () 34.6 __
Otros (especifique):
______________________________________________
Sí No
1. Resúmenes () () 36.1 __
2. Diagramas () () 36.2 __
3. Esquemas () () 36.3 __
4. Cuestionarios () () 36.4 __
5. Fichas () () 36.5 __
6. Notas al margen () () 36.6 __
7. Subrayado () () 36.7 __
En términos de Preparación de
lecturas trabajos y tareas
1. Menos de 1 hrs () () 37.1 __
2. De 1 a 5 hrs () () 37.2 __
3. De 6 a 10 hrs () ()
4. De 11 a 15 hrs () ()
5. De 16 a 20 hrs () ()
6. Más de 20 hrs () ()
38. ¿Cuáles son las formas de estudio y/o realización de trabajos escolares
que empleas regularmente? (marca una opción por renglón)
CASI CASI
FORMAS SIEMPRE NUNCA
SIEMPRE NUNCA
1. Solo (a) () () () () 38.1 __
2. En grupo () () () () 38.2 __
40. ¿Qué aspectos fueron revisados en tus trabajos? (marca una opción por
cada renglón)
CASI CASI
ASPECTOS SIEMPRE NUNCA
SIEMPRE NUNCA 40.1 __
1. Presentación () () () () 40.2 __
2. Uso de bibliografía () () () () 40.3 __
3. Ortografía () () () () 40.4 __
4. Redacción () () () () 40.5 __
5. Extensión () () () () 40.6 __
6. Dominio de la materia () () () () 40.7 __
7. Ideas originales () () () () 40.8 __
8. Capacidad de análisis () () () () 40.9 __
9. Capacidad de crítica () () () () 40.10
10. Capacidad de síntesis () () () () __
11. Orden y Coherencia () () () () 40.11__
CASI CASI
RASGOS SIEMPRE NUNCA
SIEMPRE NUNCA
1. Asisten a clases () () () () 41.1 __
2. Asisten puntualmente () () () () 41.2 __
3. Preparan sus clases () () () () 41.3 __
4. Son claros al exponer () () () () 41.4 __
5. Son accesibles en su trato () () () () 41.5 __
6. Son conocedores de la materia () () () () 41.6 __
7. Aceptan la discusión de sus
() () () ()
puntos de vista 41.7 __
8. Relacionan los contenidos con
() () () ()
problemas actuales 41.8 __
9. Al finalizar la clase, indican los
() () () ()
temas siguientes 41.9 __
10. Aclaran los conceptos () () () () 41.10
11. Apoyan los cursos con __
() () () ()
materiales audiovisuales
12. Promueven la asistencia a 41.11
() () () ()
eventos científicos y culturales __
13. Promueven el trabajo colectivo
() () () ()
fuera de salón 41.12
14. Presentan el programa al iniciar () () () () __
41.13
__
41.14
el curso
__
15. Respetan el programa () () () ()
41.15
16. Presentan al inicio del curso las
() () () () __
formas de evaluación
17. Respetan las formas de
() () () () 41.16
evaluación acordadas
__
18. Fomentan asesorías fuera del
() () () ()
salón de clase
41.17
__
41.18
__
CASI CASI
SIEMPRE NUNCA
SIEMPRE NUNCA
1. La creatividad () () () ()
2. La cooperación entre los 42.1 __
() () () ()
estudiantes 42.2 __
CASI CASI
ORGANIZACIÓN SIEMPRE NUNCA
SIEMPRE NUNCA
1. Tiempo para cubrir los 45.1 __
() () () ()
programas
2. Tiempo para realizar lecturas y 45.2 __
() () () ()
trabajos escolares
3. Tiempo para dedicarme a otra 45.3 __
() () () ()
actividad universitaria
4. Tiempo que permite dedicarme a 45.4 __
() () () ()
actividades laborales
46. Si hoy tuvieras que decidir en que institución cursar tu licenciatura ¿lo
harías en la misma? 46.0 __
1. Sí ( )
2. No ( )
1. Sí ( )
2. No ( )
MUY MUY
RECURSOS BUENOS MALOS NO HAY NO SE
BUENOS MALOS
1. Biblioteca () () () () () () 48.1 __
2. Talleres () () () () () () 48.2 __
3. Laboratorios () () () () () () 48.3 __
4. Salones () () () () () () 48.4 __
5. Salas de
() () () () () ()
conferencias 48.5 __
6. Flexibilidad
() () () () () ()
de horarios 48.6 __
7. 48.7 __
() () () () () ()
Audiovisuales
8. Centro de 48.8 __
() () () () () ()
cómputo
9. Insumos de 48.9 __
() () () () () ()
laboratorios
10. Insumos de 48.10
() () () () () ()
Talleres __
50. Marca la frecuencia con que utilizas los siguientes servicios: (marca una
opción por cada renglón)
CASI CASI NO
SERVICIOS SIEMPRE NUNCA
SIEMPRE NUNCA HAY
1. Fotocopias () () () () () 50.1 __
2. Cafetería () () () () () 50.2 __
3. Servicios médicos () () () () () 50.3 __
4. Actividades deportivas () () () () () 50.4 __
5. Biblioteca () () () () () 50.5 __
6. Hemeroteca () () () () () 50.6 __
7. Videoteca () () () () () 50.7 __
8. Centro de cómputo () () () () () 50.8 __
9. Centro de idiomas () () () () () 50.9 __
10. Librería () () () () () 50.10
__
ACTIVIDADES CULTURALES, DIFUSIÓN Y EXTENSIÓN
51. ¿Cómo evalúas los recursos que ofrece la institución para la recreación
y desarrollo cultural? (marca una opción por renglón)
MUY MUY NO NO
RECURSOS BUENOS MALOS
BUENOS MALOS SE HAY 51.1 __
1. Exposiciones (pintura,
() () () () () ()
escultura, etc)
2. Talleres 51.2 __
() () () () () ()
culturales(danza,teatro,etc)
3. Conferencias () () () () () () 51.3 __
4. Eventos comerciales () () () () () ()
5. Presentación de libros () () () () () () 51.4 __
6. Actividades deportivas () () () () () ()
7. Cine () () () () () () 51.5 __
8. Conciertos () () () () () ()
51.6 __
51.7 __
51.8 __
52. ¿Con que frecuencia asistes a los siguientes eventos? (marca una opción
por renglón)
FUERA DE LA
DENTRO DE LA
UNIVERSIDAD
UNIVERSIDAD
FRECUEN- CASI FRECUEN- CASI
EVENTOS NUNCA NUNCA
TEMENTE NUNCA TEMENTE NUNCA 52.1 __
1. De Música () () () () () () 52.2 __
2. Conciertos () () () () () () 52.3 __
3.
() () () () () ()
Exposiciones 52.4 __
4. Eventos 52.5 __
() () () () () ()
Comerciales 52.6 __
5.
() () () () () ()
Conferencias 52.7 __
6. Cine () () () () () () 52.8 __
7. 52.9 __
Presentación () () () () () ()
de Libros 52.10
8. Danza () () () () () () __
9. Eventos 52.11
() () () () () ()
Deportivos
10. Teatro () () () () () () __
11. Museos () () () () () ()
Sí No
1. Artístico-Cultural () () 53.1 __
2. Deportivo () () 53.2 __
3. Religioso () () 53.3 __
4. Político () () 53.4 __
5. Representante estudiantil () () 53.5 __
El College Board, Educational
Testing Service
El College Board, Educational Testing Service es un examen
clasificado entre los que exploran aptitudes escolares, y se utiliza en
las IES de los Estados Unidos con propósitos de selección de
ingresantes a nivel superior (equivalente a otros tipos de exámenes
como el Scholastic Aptitude Test, SAT). Estos exámenes están
validados y estandarizados de acuerdo con las características de la
población estadounidense. Han demostrado su validez predictiva en
grado satisfactorio, lo cual les permite ser aplicados de manera
generalizada. En México, el examen del College Board es utilizado
por un conjunto de instituciones, tanto públicas como particulares,
estando entre las primeras que recurrieron a su empleo el ITESM, la
Universidad Autónoma de Coahuila y la Autónoma de Puebla
(Backhoff y Tirado, 1993b).
Cuestionario de Actividades de Estudio (CAE, UNAM,
1992)
El Cuestionario de Actividades de Estudio (CAE), generado por
especialistas de la Facultad de Psicología de la UNAM, es empleado
para investigar las estrategias de estudio que forman parte de las
actividades académicas del alumno, dentro y fuera de clases. Consta
de un conjunto de 70 preguntas, correspondientes a la
caracterización de los hábitos de estudio que poseen o de los que
carecen los estudiantes. Cada reactivo incluye una escala con un
intervalo de seis opciones y cada opción tiene un rango de frecuencia
expresado en porcentajes, a fin de facilitar y homogeneizar las
estimaciones de los alumnos acerca de la realización de cada
actividad. Los reactivos están agrupados en 10 áreas de estudio,
según se expresa:
Glosario
Abandono
Es el flujo de estudiantes que desertan
estudiantil del
definitivamente de todas las modalidades de
sistema de
educación superior (Tinto Vincent, El abandono de
educación
los estudios superiores, p. 140).
superior
Abandono Es cuando los estudiantes realizan una transferencia
estudiantil de unainmediata a otra institución de educación superior
IES (Tinto Vincent, El abandono de los estudios
superiores, p. 140).
ACT Prueba del College estadounidense (Sigla en inglés de
American College Test).
Alumno que Alumno que habiendo estado inscrito en una carrera
cambia de determinada, cambia a otra de la misma institución
carrera sin continuar la anterior (Glosario para Uso
Estadístico en Educación Superior, SEP-ANUIES,
1984).
Alumno que Persona que alguna vez estuvo inscrita en una
interrumpe institución educativa y dejó de inscribirse durante uno
estudios o más años o periodos escolares. Las instituciones
educativas en sus legislaciones respectivas señalan en
qué momento se pierde la calidad de alumno
(Glosario para Uso Estadístico en Educación
Superior, SEP-ANUIES, 1984).
Alumno que Persona que habiendo interrumpido por uno o más
reanuda estudios periodos escolares sus estudios de un nivel
en el mismo nivel determinado se inscribe en el mismo nivel e
e institución institución educativa (Glosario para Uso Estadístico
educativa en Educación Superior, SEP-ANUIES, 1984).
Alumno repetidor Es el que debe inscribirse de nuevo a asignaturas que
corresponden a ciclos/semestres anteriores al que está
o debiera estar cursando, según la cohorte y el plan de
estudios, al no haber cumplido con los requisitos
mínimos de rendimiento escolar (calificación
aprobatoria) o no haber cubierto los requisitos
académicos establecidos, como puede ser contar con
un mínimo de asistencias (Altamira Rodríguez, El
análisis de las trayectorias escolares como
herramienta de evaluación de la actividad académica
universitaria, 1997, p. 35).
Alumno rezagado Es aquel que se atrasa en las inscripciones que
corresponden al trayecto escolar de su cohorte, o en el
egreso de la misma (Altamira Rodríguez, El análisis
de las trayectorias escolares como herramienta de
evaluación de la actividad académica universitaria,
1997, p. 35).
Aprobación Es la decisión que asume un docente o un jurado
luego de considerar un examen, ejercicio o labor de
un alumno en una asignatura; ese acto autoriza al
alumno a cursar asignaturas correlativas o a
inscribirse en un nuevo semestre o a dar por
concluidos sus estudios (Glosario de la educación
superior, ANUIES-SEP, 1986).
Asignatura Conjunto de temas de una disciplina científica o de un
área de especialización cuya enseñanza se imparte
para facilitar operativamente el proceso de enseñanza
aprendizaje en un programa académico con objetivos
propios. Constituye la unidad básica de un plan de
estudios y puede tener requisitos de seriación o no; a
cada asignatura le corresponde un número
preestablecido de créditos (Glosario de la educación
superior, ANUIES-SEP, 1986).
Cohorte "Se integra al momento de la inscripción de los
aspirantes seleccionados, calificados ahora como
alumnos de primer ingreso" (Altamira Rodríguez, El
análisis de las trayectorias escolares como
herramienta de evaluación de la actividad académica
universitaria, 1997, p. 29).
Continuidad en la Ritmo normal en los estudios, su indicador es la
trayectoria inscripción actualizada del estudiante en el semestre
escolar que corresponde según el periodo de inicio de los
estudios (Chaín y Ramírez en Revista de la
Educación Superior, núm. 102, 1997, p. 83).
Comportamiento Transformaciones que experimenta una cohorte
de una cohorte durante un periodo determinado.
- Transformaciones que experimenta la matrícula
escolar durante un periodo desde el grado inicial
hasta el final de un determinado nivel (Glosario para
Uso Estadístico en Educación Superior, SEP-
ANUIES, 1984).
Deserción Incluye cuatro posibilidades:
1) Es el abandono o suspensión voluntaria y
definitiva de los estudios por parte del alumno, lo
cual puede deberse a problemas tanto sociales como
personales.
2) Por deficiencia académica, es la expulsión de
alumnos de bajo rendimiento escolar.
3) Por cambio de carrera (continúa el alumno en la
misma institución pero pasa a pertenecer a otra
cohorte).
4) Por expulsión disciplinaria, la que se aplica a los
alumnos que alteran el orden y la disciplina, quienes
reciban esta sanción no pueden ingresar a ninguna
escuela o facultad de la universidad (Altamira
Rodríguez, El análisis de las trayectorias escolares
como herramienta de evaluación de la actividad
académica universitaria, 1997, p. 34).
Deserción Se define por el abandono que hace el alumno de los
cursos o carreras a las que se ha inscrito, dejando de
asistir a las clases y de cumplir las obligaciones
fijadas, lo cual afecta la eficiencia terminal del
conjunto. Es un indicador que, tomando en cuenta el
total de las deserciones de los alumnos, aprecia el
comportamiento del flujo escolar de una generación
(Glosario de la educación superior, ANUIES, 1986).
Discontinuidad (o Es considerada como atraso en las inscripciones que
irregularidad) en corresponden al trayecto escolar de su cohorte. Su
la trayectoria indicador es la inscripción forzada o no, a cursos que
escolar corresponden a semestres anteriores a los de su
generación (Chaín y Ramírez, Revista de la
Educación Superior, núm. 102, 1997, p. 83).
Diseño curricular a) De tipo rígido: las materias para cursar un
programa y obtener un título o grado están
previamente determinadas en secuencia temporal
b) De tipo semiflexible: los conocimientos requeridos
para una carrera se organizan en etapas constituidas
por grupos de asignaturas que no necesariamente
tienen una secuencia temporal obligatoria
previamente definida.
c) De tipo flexible: no hay un listado predeterminado
de materias por cursar y/o actividades escolarizadas.
d) De tipo modular: Para determinar los contenidos
necesarios de un programa en el diseño curricular se
analiza la relación entre la práctica de la profesión y
la producción económica y la secuencia se construye
con las necesidades impuestas por los problemas
concretos a resolver. (Altamira Rodríguez, El análisis
de las trayectorias escolares como herramienta de
evaluación de la actividad académica universitaria,
1997, p. 36).
Efecto Mateo Consecuencia negativa típica de la utilización de
estándares únicos para situaciones diferentes. El
término alude a las consecuencias de asignar recursos
a las escuelas con base en evaluaciones que utilicen
un estándar único. Si se premia a quienes más se
acerquen a cierto estándar y se penaliza a quienes se
ubiquen más lejos del mismo, sucederá que las
escuelas a las que acuden los niños ya favorecidos por
la situación familiar se llevarán los premios, y se
verán penalizadas las escuelas de los niños más
pobres (Felipe Martínez Rizo, Revista de la
Educación Superior, núm. 112, 1999, p. 176).
Eficiencia escolar Se refiere a las formas en que los estudiantes
aprueban y promueven las asignaturas a través de las
diversas oportunidades de exámenes. Esta dimensión
se desagrega en dos categorías: exámenes ordinarios
y no ordinarios (Chaín y Ramírez, Revista de la
Educación Superior, núm. 102, 1997, p. 83).
Eficiencia Es definida como la relación cuantitativa entre los
terminal alumnos que ingresan y los que egresan de una
cohorte, se suele expresar porcentualmente. Se le
considera un índice de eficiencia interna institucional.
Consiste en la proporción de alumnos que habiendo
ingresado en un determinado momento al programa,
lo concluyeron en el plazo establecido en el plan de
estudios (Altamira Rodríguez, El análisis de las
trayectorias escolares como herramienta de
evaluación de la actividad académica universitaria,
1997, pp. 22 y 40).
Exámenes no Incluye a los alumnos que en la promoción de una o
ordinarios más materias utilizan opciones de examen
consideradas extraordinarias (denominados:
exámenes extraordinario, a título de suficiencia, de
regularización (Chaín y Ramírez, Revista de la
Educación Superior, núm. 102, 1997, p. 83).
Exámenes Se refiere a las formas en que los alumnos aprueban
ordinarios todas las asignaturas correspondientes al programa,
utilizando exclusivamente la primera opción de
examen de cada curso (denominado examen
ordinario). Su indicador es la nota aprobatoria en cada
asignatura (Chaín y Ramírez, Revista de la
Educación Superior, núm. 102, 1997, p. 83).
Historial Es el registro detallado de las actividades académico-
académico administrativas de un alumno: su ingreso, el
rendimiento escolar, promoción, repetición,
reinscripciones, baja temporal o definitiva o la
conclusión de los estudios hasta la titulación
(Altamira Rodríguez, El análisis de las trayectorias
escolares como herramienta de evaluación de la
actividad académica universitaria, 1997, p. 28).
Índice de Se refiere a la relación entre el número de asignaturas
aprobación en presentadas y el número de éstas aprobadas en
ordinario examen ordinario (Chaín y Ramírez, Revista de la
Educación Superior, núm. 102, 1997, p. 84).
Índice de Se construye por la relación entre el número de
eficiencia asignaturas aprobadas y el número de exámenes
requeridos para aprobar tales asignaturas (Chaín y
Ramírez, Revista de la Educación Superior, núm.
102, 1997, p. 84)
Índices de Se establece por la relación entre el número de
promoción asignaturas cursadas y el número de éstas
promovidas, independientemente del tipo de examen
realizado (Chaín y Ramírez, Revista de la Educación
Superior, núm. 102, 1997, p. 84).
Ingreso Es el conjunto de trámites consistentes en la
presentación de documentos y solicitudes, pruebas y
exámenes que una persona debe realizar para ser
admitida como alumno en una institución de
educación superior (Glosario de la educación
superior, ANUIES-SEP, 1986).
Inscripción Acto con el que los miembros de la cohorte satisfacen
los requisitos y trámites académico- administrativos
contemplados en los procedimientos de ingreso.
Incluye tanto la inscripción de primer ingreso como
las reinscripciones a las asignaturas de los semestres
subsiguientes (Altamira Rodríguez, El análisis de las
trayectorias escolares como herramienta de
evaluación de la actividad académica universitaria,
1997, p. 31).
Oferta Educativa Es el número de lugares que puede ofrecer una
institución y que establece a partir de la relación que
existe entre el número de alumnos que pueden
ingresar a la educación superior y la capacidad que
tiene para atender la demanda educativa. La oferta
está condicionada, a su vez, por las prioridades del
desarrollo nacional, las políticas y planes de las
instituciones, así como de su disponibilidad de
recursos (Glosario de la educación superior,
ANUIES-SEP, 1986).
Opción/es Es la alternativa que una institución ofrece a los
alumnos, a partir de determinado semestre, para
decidirse entre dos o más planes de estudio a seguir o
dos o más materias a cursar (Glosario de la
educación superior, ANUIES-SEP, 1986).
Planes de estudio Es el conjunto estructurado de asignaturas,
actividades y experiencias de aprendizaje agrupadas
con base en criterios y objetivos prefijados y que
conlleva un sentido de unidad y de continuidad en sus
programas, con el fin de darle una coherencia a los
estudios que sigue cada carrera. En los planes de
estudio, el conjunto de asignaturas se organiza
jerárquicamente de modo que a cada materia le
corresponde un valor o crédito específico. Los planes
de estudio son aprobados por los órganos de
gobierno. La cobertura de las materias estipuladas en
un plan de estudios acredita al alumno para obtener el
grado, previa elaboración de una tesis y presentación
del examen profesional (Glosario de la educación
superior, ANUIES-SEP, 1986).
Reinscripción Es el trámite que realiza un alumno para continuar en
el mismo plantel y nivel que le corresponda al
terminar un ciclo escolar (Glosario de la educación
superior, ANUIES-SEP, 1986).
Rendimiento Promedio de calificación obtenido por el alumno en
las asignaturas en las cuales ha presentado examen,
independientemente del tipo de examen (Chaín y
Ramírez, Revista de la Educación Superior, núm.
102, 1997, p. 83).
Rendimiento Alude al promedio de calificación obtenido por el
escolar alumno en las asignaturas en las cuales ha presentado
examen consideradas extraordinarias,
independientemente del tipo de examen. Su indicador
es la suma total de calificaciones obtenidas, divididas
entre el número de calificaciones (Chaín y Ramírez,
Revista de la Educación Superior, núm. 102, 1997, p.
83).
Reprobación Es la decisión que toma un profesor o jurado respecto
del trabajo escolar de un alumno, curso o examen, y
por la cual no se le conceden los créditos
correspondientes debiendo, en consecuencia, repetir
el curso o pasar examen.
Es la población escolar sujeta a un programa
curricular pero que, por no haber cumplido los
requisitos académicos exigidos en el plan de estudios,
sus integrantes no están en condiciones escolares de
ser promovidos al grado o nivel inmediato superior
(Glosario de la educación superior, ANUIES-SEP,
1986).
Retención Conjunto de integrantes de una cohorte que
permanecen inscritos a través de varios periodos
escolares del nivel o niveles de estudios, en el
seguimiento del mismo.
a) Es el número proporcional de alumnos que
permanecen en la escuela en cada grado sucesivo a
partir de un grupo original o cohorte de cien que
empezaron el primer año.
b) Es el número de alumnos de una promoción que
continúa sus estudios en el mismo grado o en el
siguiente.
c) Es el número de alumnos que habiéndose
matriculado en un año y grado o curso dado, aparecen
matriculados en el siguiente (Glosario para Uso
Estadístico en Educación Superior, SEP-ANUIES,
1984).
Rezago Consiste en el atraso en la inscripción a las
asignaturas que según la secuencia que indica el plan
de estudios, corresponden a la cohorte (Altamira
Rodríguez, El análisis de las trayectorias escolares
como herramienta de evaluación de la actividad
académica universitaria, 1997, p. 35).
Selección Es el conjunto de procesos para elegir, entre varios
aspirantes, mediante concursos de oposición,
exámenes de ingreso, estudios de antecedentes, etc.,
tanto a quienes han de desempeñar alguna actividad
específica dentro de una institución educativa, ya sea
administrativo-académica, de acuerdo con los
estudios internos de cada dependencia, como quienes
serán admitidos para cursar una carrera superior
(Glosario de la educación superior, ANUIES-SEP,
1986).
Selectividad Se refiere a la aptitud promedio de los estudiantes,
institucional ponderada mediante pruebas normalizadas de la
capacidad y los logros. Comúnmente, un alto nivel
está asociado con otros atributos institucionales, tales
como el prestigio académico, trascendencia, calidad
de los recursos, calidad del cuerpo docente y
selectividad en las admisiones; es decir, la proporción
de aspirantes que se admite (Tinto, Vincent, El
abandono de los estudios superiores, p. 35).
Tasa de Éxito del estudiante (aprobado) en la carga de
aprovechamiento materias, estudiante no graduado que solamente pasa
del estudiante del nivel de materias (Ramsden, P., 1999, "Predicting
institutional research performance from published
indicators: A test of classification of Australian
university types", Higher Education Vol. 37, No. 4,
pp. 341-358).
Tasa de deserción Si se cuenta con los valores correspondientes a las
tasas de promoción y de repetición, entonces es
posible deducir la tasa de deserción, restando la
constante a la suma de las tasa de promoción y de
repetición (Altamira Rodríguez, El análisis de las
trayectorias escolares como herramienta de
evaluación de la actividad académica universitaria,
1997, p. 62).