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SIMPOSIO

Esta técnica consiste en que un equipo de expertos desarrolla diferentes aspectos de u tema o
problema en forma sucesiva ante un grupo.
Cuando se desea obtener o impartir información fehaciente y variada sobre un determinado tema o
cuestión, vistos desde sus diferentes ángulos o aspectos, se puede recurrir a la técnica del Simposio.
La técnica consiste en reunir a un grupo de personas muy capacitadas sobre un tema, especialistas
o expertos, las cuales exponen al auditorio sus ideas o conocimientos en forma sucesiva, integrando
así un panorama lo más completo posible acerca de la cuestión de que se trate. Es una técnica
bastante formal, que tiene muchos puntos de contacto con las técnicas de la Mesa Redonda y con
el Panel. La diferencia estriba en que en la Mesa Redonda los expositores mantienen puntos de vista
divergentes u opuestos, y hay lugar para un breve debate entre ellos; y el Panel los integrantes
conversan o debaten libremente entre sí. En el Simposio, en cambio, los integrantes exponen
individualmente y en forma sucesiva durante unos 15 o 20 minutos; sus ideas pueden ser
coincidentes o no serlo, y lo importante res que cada uno de ellos ofrezca un aspecto particular del
tema, de modo que al finalizar éste quede desarrollado en forma relativamente integral y con la mayor
profundidad posible.
El Simposio es útil para obtener información autorizada y ordenada sobre los diversos aspectos de
un mismo tema, puesto que los expositores no defienden "posiciones" (como en la Mesa Redonda),
sino que "suman" información al aportar los conocimientos propios de su especialización.
El simposio es una reunión de expertos en la que se expone y desarrolla un tema en forma completa
y detallada, enfocándolo desde diversos ángulos a través de intervenciones individuales, breves,
sintéticas y de sucesión continuada. Los especialistas exponen durante 15 a 20 minutos y un
coordinador resume las ideas principales. El auditorio formula preguntas y dudas que los expertos
aclaran y responden.
Puede ser confundido con una mesa redonda, la diferencia está en que, en el simposio, los
especialistas exponen ideas apoyadas en datos empíricos generados por investigaciones. Una mesa
redonda sólo es un debate sin mayor apoyo empírico.
El simposio es una actividad en la cual un grupo selecto de personas expertas en determinadas
ramas del saber, exponen diversos aspectos o problemáticas sobre un tema central, ante un auditorio
durante un tiempo determinado.
Los ponentes son las personas que se encargan de exponer sus conocimientos en un simposio.
Generalmente se trata de un grupo pequeño de expertos o académicos con diferentes puntos de
vista y conocimientos particulares. Los ponentes no entran en polémica, sino que participan con el
fin de aportar sus conocimientos acerca del tema que se trata.


TITULARES
Seis noticias para estar bien informado a esta hora del día.

BIOCIENCIA Medicina regenerativa

Una nueva vía para clonar con


fines médicos
 Demuestran que la clonación puede hacerse con embriones
 Hasta ahora sólo se había conseguido con óvulos sin fertilizar

 El siguiente paso será lograr lo mismo en células humanas

 Se podrían usar embriones sobrantes de clínicas de reproducción

ÁNGELES LÓPEZMadrid
Actualizado: 26/03/2014 20:05 horas
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La rapidez y el gran número de grupos científicos investigando en células madre hace que los
avances en este campo sean como una carrera de obstáculos: se van derribando barreras a
medida que se busca la meta que sería, básicamente, su uso para curar enfermedades humanas.
Uno de los múltiples obstáculos para lograr tal fin es el que ha tumbado un equipo de
investigadores dirigido por Shoukhrat Mitalipov, el mismo que consiguió por primera vez en el
mundo clonar un embrión humano hace menos de un año. Su último logro seguramente cambie
los libros de Biología. Lo que no está tan claro es que tenga la misma repercusión mediática.
El citoplasma (la zona que rodea al núcleo) de un óvulo no fecundado tiene capacidad para
reprogramarse. Pero se creía que esa capacidad se perdía al ser fecundado. Un hecho que
demostraba estas dos afirmaciones era la clonación de mamíferos que sólo se había logrado
utilizando óvulos sin fecundar a los que se extraía su núcleo y se les insertaba el de otra célula
adulta que se quería clonar. Así, se han clonado diferentes animales
como ratones, ovejas, monos... e incluso embriones humanos. El hecho de que nadie hubiera
podido hacer clonación con óvulos fertilizados hacía pensar que era un objetivo inviable. Y ha
sido así hasta que Mitalipov, de la Universidad de Oregón (EEUU), ha dado un paso que
otros no supieron dar.
El estudio donde muestra que esto es posible, publicado en la revista Nature, propiciará que
cientos de científicos intenten replicar lo que ellos han logrado: la clonación a partir de un
embrión murino de dos células. Y así luchar después por conseguir un objetivo común: una
clonación terapéutica en humanos para reprogramar células adultas de pacientes. Con esta
técnica, se podrían desarrollar tejidos sanos que sustituyan a los dañados por una enfermedad y
sin riesgo de rechazo porque serían idénticos (clonados) a los del paciente. "Nuestro propósito
ahora era probar que además de los ovocitos [óvulos] el citoplasma de la célula embrionaria
también retiene su capacidad para reprogramarse", afirma a EL MUNDO Mitalipov.

Experimento
Simplificando mucho, lo que este investigador y su equipo hicieron fue tomar fibroblastos,
células de la piel, de fetos de ratón. A estas células les extrajeron sus núcleos que fueron
introducidos dentro de las células de un embrión de otro ratón al que previamente les habían
quitado su núcleo. Un detalle crucial es que tanto el núcleo como el citoplasma de las células
donantes y receptoras estaban en la misma fase del ciclo celular. Tras someterlos a varios
procesos químicos, la reprogramación se realizó con éxito. Posteriormente, las células
reprogramadas fueron cultivadas hasta formar embriones. Algunos se destruyeron para extraer
sus células madre y otros fueron inyectados en el útero de ratones hembra que, tras gestarlos,
fueron analizados para comprobar que eran quimeras idénticas del animal donante de los
fibroblastos.

Más allá de ese cambio conceptual en el aspecto de la Biología, las ventajas en aspectos éticos
están por ver. Mitalipov asegura que su técnica está fuera de cualquier debate de este tipo:
"Basándonos en nuestros resultados, creemos que es suficiente un solo blastómero [célula
embrionaria], obtenido a partir de una biopsia de un embrión [sobrante de las clínicas de
reproducción], para su reprogramación y la derivación de células madre embrionarias. Por lo
que esta aproximación no implica la destrucción de embriones".
Afirmación con la que no están de acuerdo los expertos consultados por EL MUNDO. Es cierto
que la biopsia de embriones para extraer una célula es un proceso que se viene realizando hace
unos años en las técnicas de diagnóstico preimplantacional. Se utiliza en algunas parejas con
antecedentes de enfermedad para detectar anomalías genéticas en sus futuros hijos y elegir
aquellos sin ese problema. El embrión biopsiado se desarrolla de forma normal una vez que se
implanta en el útero.

Sin embargo, el hecho de que esta técnica no genere daño en el embrión no significa que la
transferencia nuclear no conlleve la destrucción de ellos. "La técnica empleada por Mitalipov
en este estudio utiliza embriones en lugar de óvulos sin fecundar, por lo que su uso en humanos
puede provocar reticencias éticas en quienes consideran que la nueva vida aparece con la
fecundación. Pero, si se emplean embriones sobrantes de técnicas de reproducción in vitro, que
se desecharían en cualquier caso, esto no debería plantear ningún problema ético. En cuanto al
posible empleo de una biopsia, me parece más un tecnicismo que una justificación ética
válida desde el punto de vista práctico. Creo que en este caso, el valor del nuevo estudio está
en la demostración de que se puede hacer, lo cual significa que estábamos entendiendo el
proceso de reprogramación de forma equivocada", afirma Ángel Raya, director del Centro de
Medicina Regenerativa de Barcelona.
El mismo argumento lo apunta otro investigador, Ignacio Sancho Martínez, del Laboratorio de
Expresión Genética del Instituto Salk, en San Diego (California), quien afirma que el trabajo,
además de ser interesante, es un paso más de la última publicación de Mitalipov en Cell donde
demostró que la transferencia nuclear era posible en humanos. "Quizás uno de los mayores
beneficios, y a la vez perjuicio porque entra un poco más en el dilema ético-moral, es que con
la técnica presentada ahora, no habría tantas limitaciones de cigotos fertilizados
[embriones] como puede ser en el caso de ovocitos[óvulos], en los que además, existe una
gran variabilidad en cuanto a eficiencia, requiriéndose células de alta calidad. Por otro lado, se
requerirían embriones para generar líneas celulares".
María Abad, investigadora que trabaja en reprogramación celular en el Centro Nacional de
Investigaciones Oncológica (CNIO), también duda de que los embriones sobrantes sean una
fuente fácil de obtención de células. "Quizás sea más fácil que con los óvulos, pero desde luego
no es una fuente ilimitada. Y aunque es cierto que puede no haber problemas éticos en la
primera parte, es decir, al no destruir embriones, éstos siguen estando en el resto del proceso,
porque se destruirán los obtenidos para extraer células madre". Aunque reconoce que el de
ahora es un paso que amplía las posibilidades de la clonación terapéutica, el problema ético,
"para quien lo tenga, seguiría estando ahí".
Riesgo de enconamiento ético

CARLOS SIMÓN

La transferencia nuclear siempre ha sido seguida por una enorme controversia ética,
aunque se asegure que el procedimiento no está diseñado con el objetivo de clonar
seres humanos, sino que pretende obtener células madre embrionarias que puedan
ser utilizadas en terapia celular para el tratamiento de enfermedades hoy incurables
evitando su rechazo inmunológico, lo que se conoce como clonación terapéutica.
Esta técnica se realiza en mamíferos desde la creación de la oveja Dolly en 1997 por
el grupo del doctor Wilmut. Pero, cuando parecía que había sido sepultada bajo el
peso de las controversias ético-religiosas que lleva en su mochila, los fraudes
científicos del pasado y el avance paralelo de la reprogramación celular ideada por
el investigador japonés Shinya Yamanaka, parece que sigue viva. El responsable es
el doctor Mitalipov, que con su equipo desde la Universidad de Oregón demostró
que la transferencia nuclear funciona también en primates y, finalmente en 2013, en
humanos, donde se resistía más. Su último trabajo trae una novedad que radica
fundamentalmente en que la clonación la realiza utilizando como base embriones de
ratón en estado de dos células, a las que se ha retirado previamente sus dos núcleos,
en lugar de hacerlo con ovocitos. El avance científico es meritorio. Hasta ahora se
pensaba que la extracción del núcleo en interfase imposibilitaba esta técnica. Ahora
se demuestra que la organización y distribución de las células en interfase del
embrión difieren claramente de las del ovocito no fecundado. Por lo tanto, la clave
esta en la sincronización del ciclo celular del núcleo donante con el citoplasma del
ovocito y ahora del embrión receptor. Sin embargo, este nuevo avance utilizando
como material de partida los embriones en vez de los ovocitos no supone una
ventaja cuantitativa, ya que la eficiencia es del 38%, muy cercana a la anterior 40%
obtenida sobre ovocitos en metafase. Los autores del trabajo proponen como
novedad el uso de embriones donados o sobrantes de los tratamientos de
fecundación in vitro para esta aplicación terapéutica, alegando que existe una mayor
disponibilidad de embriones descartados que de ovocitos no fecundados. Este nuevo
escenario, sin embargo, no resuelve los problemas éticos inherentes de la técnica
por varias razones. Esto implicaría la destrucción del embrión sobre el que se
transfiere el núcleo somático. Por lo que el uso de embriones humanos para este fin
no reproductivo requeriría una nueva reordenación legal, ya que la actual ley
española sólo autoriza la clonación que utiliza ovocitos pero no embriones. Además,
es previsible que fomentara un enconamiento ético, ya que no sólo se crean
embriones somáticos como fuente celular, sino que se partiría de embriones
existentes. Finalmente, la traslación del modelo murino al humano requiere asegurar
la funcionalidad y seguridad de las células obtenidas por este método para ser
candidatas a su uso terapéutico en humanos. -----------------------------------------------
-------------------------------------- Carlos Simón es director científico del IVI,
catedrático de la Universidad de Valencia y profesor adjunto de la Universidad de
Stanford.

La clonación humana ha sido usada para producir embriones en su fase


temprana, estableciendo así un "paso significativo" para la medicina,
afirman científicos estadounidenses.

Los embriones clonados fueron empleados como una fuente de células madre,
que pueden producir nuevos músculos del corazón, huesos, tejido cerebral o
cualquier otra clase de célula del cuerpo.
El estudio, publicado en la revista especializada Cell, usó métodos como aquellos
que desembocaron en la creación de la oveja Dolly en Reino Unido.

Sin embargo, los investigadores dicen que otras fuente de células madre podrían
ser más fáciles, más baratas y menos polémicas.

Las células madre son una de las grandes esperanzas para la medicina. La
capacidad de crear tejido nuevo podría facilitar la curación del daño causado por
un ataque al corazón o reparar una espina dorsal cercenada.

De la oveja al ser humano


Ya se están llevando a cabo pruebas usando células madre de embriones
donados para restaurar la vista a pacientes.
No obstante, estas células donadas no corresponden al paciente, así que serían
rechazadas por su cuerpo. La clonación evita este problema.

La técnica empleada -la transferencia nuclear de células somáticas- es muy


conocida desde que la oveja Dolly se convirtió en el primer mamífero en ser
clonado, en 1996.

Image captionEl
nacimiento de Dolly en 1996 fue considerado un importantísimo avance científico.

Se obtuvieron células de la piel de un adulto y la información genética fue ubicada


dentro de un óvulo de un donante al que se había despojado de su propio ADN.
Se usó electricidad para estimular al huevo para desarrollarse hasta ser un
embrión.

Sin embargo, los investigadores han batallado para reproducir la hazaña en seres
humanos. El huevo se empieza a dividir, pero nunca pasa de la etapa de seis a 12
células.

En el blanco
Un científico surcoreano, Hwang Woo-suk, sostuvo haber creado células madre de
embriones humanos clonados, pero se descubrió que había falsificado la
evidencia.

Ahora, un equipo de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón ha desarrollado


el embrión hasta la etapa del blastocisto -unas 150 células- que es suficiente para
brindar una fuente de células madre embrionarias.
¿Bebés clonados?
¿Podrían los científicos clonar totalmente a una persona? Es una pregunta interesante que surge
de esta investigación.

Estos investigadores ciertamente han llevado el desarrollo de un embrión clonado más lejos que
nadie.

Pero entre la producción de un embrión de cinco días y el alumbramiento del primer clon
humano por una mujer hay un abismo.

El embrión requeriría ser implantado por fecundación in vitro, pero la investigación en primates
muestra que las cosas suelen salir mal cuando nace el clon.

El profesor Robin Lovell-Badge, del Instituto Nacional para la Investigación Médica de Reino
Unido, dijo: "Es un procedimiento inseguro en animales y será igualmente inseguro en seres
humanos. Sólo por esta razón no se debería intentar".
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Fin de las recomendaciones.

También sería ilegal en algunos países, como Reino Unido, que distinguen entre clonación
"terapéutica" y "reproductiva".

El doctor Shoukhrat Mitalipov indicó: "Un examen exhaustivo de las células madre
derivadas de esta técnica demostró su capacidad de convertirse, como las células
madre embrionarias normales, en varios tipos diferentes de células, incluidas
nerviosas, hepáticas y cardiacas.

"Sabiendo que hace falta mucho trabajo para desarrollar tratamientos seguros y
efectivos con células madre, creemos que este es un paso significativo hacia el
desarrollo de las células que podrían usarse en medicina regenerativa".

Chris Mason, profesor de medicina regenerativa en la Escuela Universitaria de


Londres, señaló que esto parece haber dado en el blanco.

"Realmente han hecho lo mismo que los hermanos Wright. Se han fijado en lo
mejor de lo que han tratado distintos grupos en todas partes y básicamente lo
amalgamaron.

"Así como los hermanos Wright despegaron, esto en buena cuenta logró que
produjeran células madre embrionarias".
El rival ético
La investigación de células madre embrionarias ha chocado reiteradamente con
preocupaciones éticas y los huevos humanos son un recurso escaso. Esto ha
motivado a algunos científicos a buscar una ruta alternativa a las células madre.

La técnica toma la misma muestra de células cutáneas, pero las convierte usando
proteínas en células madre "pluripotentes inducidas".

Pero sigue habiendo cuestionamientos a la calidad de las células madre


producidas usando este método, comparadas con las células madre embrionarias.

Mason dijo que hay una inclinación hacia las células madre pluripotentes
inducidas: "Ahora hay un gran impulso detrás de eso, financiación y mucha gente
poderosa".

El doctor Lyle Armstrong, de la Universidad de Newcastle, indicó que "sin duda" el


estudio representa un avance para el campo.

Pero advirtió: "Al final, los costos de los métodos basados en transferencia nuclear
de células somáticas para producir células madre podrían ser prohibitivos".

El doctor David King, del grupo activista Human Genetics Alert, alertó: "Los
científicos finalmente lograron el nacimiento del bebé que los aspirantes a
clonadores humanos han estado esperando: un método para crear con confianza
embriones humanos clonados".

"Esto hace imperativo crear una prohibición legal internacional a la clonación


humana antes de que haya más investigaciones como ésta. Es extremadamente
irresponsable haber publicado este estudio".

Los defectos de la clonación


Los científicos empiezan a encontrar causas para la elevada tasa de
fracasos con animales
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XAVIER PUJOL GEBELLI

Barcelona 7 FEB 2001

El uso de técnicas de clonación para fines terapéuticos o para la obtención de un


mayor rendimiento en ganadería se acerca a lo que podría ser su primer punto de
inflexión. Tras varios años de experiencia, los éxitos obtenidos continúan siendo
escasos y abundan los casos de abortos, muertes prematuras y malformaciones en
los animales experimentales recién nacidos. No obstante, empiezan a comprenderse
las causas de los reiterados fracasos. Según publicaciones científicas recientes, el
proceso de reprogramación celular que implica la clonación provoca errores en el
control de los mecanismos de transmisión de la información genética. Por ahora,
pensar en clonación de humanos, como ha aventurado algún científico, es, cuando
menos, una quimera.

Tras el nacimiento de la oveja Dolly, el primer mamífero clonado a partir de una


célula adulta, hace ya cuatro años largos, las expectativas del uso de las técnicas de
clonación de embriones -humanos con fines terapéuticos y de otros mamíferos para
obtener mejores rendimientos en las cabañas ganaderas-, se dispararon hasta
alcanzar cotas delirantes. Pero, como suele suceder en ciencia, los resultados
obtenidos en los años que siguieron deshincharon rápidamente el globo mediático
que se había formado. La tasa de éxitos, esto es, el número de animales clonados
nacidos comparado con el número de intentos realizados, continúa siendo hoy
prácticamente tan baja como en los inicios, con el agravante de que muchos de los
nacidos vivos fallecen a las pocas horas de nacer o presentan graves
malformaciones.

Las causas de ambas cuestiones continúan siendo una incógnita. El nivel de éxito se
mantiene entre la gestación de un feto viable por cada 300 a 600 embriones
implantados en el útero de un animal que ejerce de madre biológica. Pero no todos
los fetos acaban naciendo. Muchos de ellos se traducen todavía en abortos y, de los
que nacen, una gran mayoría fallecen debido a problemas cardiocirculatorios,
respiratorios o por un alarmante déficit en su sistema inmunitario. De los pocos que
finalmente parecen ser viables, en su mayoría presentan el llamado síndrome LOS
(acrónimo de la expresión inglesa Large Offspring Sindrome) que se caracteriza por
la obtención de animales de mayor tamaño en relación a animales no clonados.

Pocos éxitos

'Todavía no comprendemos correctamente los mecanismos de la clonación',


declaraba hace poco Lorraine E. Young, investigadora del Instituto Roslin de
Edimburgo, donde se gestó el nacimiento de Dolly. Young, sin embargo, aportó
recientemente en la revista Nature Genetics una explicación razonable de la escasa
tasa de éxitos. La clave, señalaba, podría encontrarse en la manipulación de
la maquinaria de relojería que pretende transformar una célula adulta en otra
embrionaria. En ese proceso se introducirían errores de control del material genético
que podrían llevar a malformaciones, cuando no a un desenlace fatal. La palabra
clave para resolver la trama sería entonces metilación.

¿Qué tiene ese término que ver con la clonación? Al parecer, según Young y otros
expertos, mucho más de lo que se creía en un principio. La metilación de ADN es
una compleja reacción bioquímica que juega un papel determinante en la activación
o inhibición de un buen número de genes. De su correcto funcionamiento depende
que, por ejemplo, durante el desarrollo embrionario de un organismo, éste se
desarrolle normalmente y se activen las funciones que determinarán no sólo su
forma sino también la formación de órganos y tejidos, además de otras
características de la herencia genética transmitida de generación en generación.

Pero este proceso, aunque se manifieste en el desarrollo embrionario, hunde sus


raíces en las células germinales. En la clonación se emplean células adultas que se
reprograman o embrionarias. En ambos casos, los mecanismos de metilación ya
están en marcha y actuarán silenciando o activando la función de genes
prácticamente de forma aleatoria.
Experimentos recientes, publicados este mes también en Nature Genetics por Louis
Jackson-Grusby y Andrew Feinberg, han puesto de manifiesto que alteraciones de
este proceso afectan a factores de transcripción, proteínas implicadas en los
mecanismos de reparación del ADN, componentes de señalización celular o enzimas
básicas en el citoplasma y el núcleo de las células. Del mismo modo, parecen
guardar relación con factores vinculados con el control de la muerte celular
(apoptosis) o con la aparición de oncogenes. Según estos resultados, parece lógico
que una metilación del ADN no suficientemente natural, como la que se da con las
actuales técnicas de clonación acabe afectando al embrión.

Los experimentos de Young, publicados el pasado noviembre, se centraron en el


mayor tamaño de los animales clonados frente a los que no tienen ese origen. Tras
diversos análisis con células fetales de ovejas clonadas y normales, advirtieron una
menor presencia en las primeras de un receptor específico para una proteína
vinculada con el crecimiento. Curiosamente, la presencia de ese receptor, IGF2R
(factor de crecimiento de insulina) era entre un 30% y un 60% inferior en los
animales de mayor tamaño.

Las explicaciones de los científicos vienen a decir que los fetos son mayores porque
hay efectivamente menor cantidad de IGF2R. De acuerdo con estos argumentos, esa
menor presencia inhibe otros factores de crecimiento que se expresan durante el
desarrollo embrionario y tienen que ver, de nuevo, con la metilación de ADN. En
este caso, el hallazgo de Young daría nuevas razones para creer que la metilación de
ADN de embriones manipulados implica un cierto riesgo de disrupciones genéticas
o, lo que es lo mismo, de abortos o malformaciones que ocasionen no sólo el
síndrome LOS sino también una muerte prematura.

Diagnóstico

El hallazgo abre posibilidades de desarrollar nuevas técnicas de diagnóstico,


especialmente en la fase previa a la implantación del embrión en el útero materno.
Young sugiere como posibilidad la puesta a punto de un test genético capaz de
detectar eventuales problemas de metilación o, dicho de otro modo, de activación o
silenciamiento de determinados genes en el embrión, para evitar la gestación de
organismos inviables.

La aplicación de un test similar en reproducción asistida humana sería entonces


cuestión de tiempo. La opinión es compartida por Josep Egozcue, catedrático de
Biología Celular en la Universidad Autónoma de Barcelona y médico especialista en
técnicas de reproducción asistida. Egozcue trabaja en la puesta a punto de una
técnica de diagnóstico pre-implantación a partir de células madre obtenidas de un
embrión. Su objetivo es lograr un método seguro para efectuar una biopsia del
embrión y detectar posibles errores genéticos.

Aunque los métodos sean distintos, el objetivo es el mismo y el trabajo


complementario. Se trata de determinar con la máxima precisión posible cuándo un
organismo va a ser o no viable. La combinación de ambos procedimientos, todavía
en fases muy preliminares, o de otros similares, podrían traducirse en aplicaciones.

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