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PODER

PARA
LA VIDA
ABUNDANTE

La Exactitud de la Biblia

Victor Paul Wierwille

American Christian Press


The Way International
New Knoxville, Ohio 45871
EE.UU.

1
A mi hija

Karen Ruth Wierwille Martin

2
PODER PARA LA VIDA ABUNDANTE
Por Victor Paul Wierwille

Desde el segundo siglo, los cristianos en conjunto han estado casi completamente
inconscientes de que haya algún poder especial que se pueda usar en la vida diaria. Aún
así, la promesa que Jesucristo da en Juan 10:10 a sus seguidores es “yo he venido para
que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. ¿Por qué, pues, dejan de
evidenciar los cristianos tan frecuentemente la vida en abundancia? El Doctor
Wierwille, autor de este libro, atribuye a una causa fundamental todos los problemas
que tienen los cristianos -físicos, mentales, financieros, y de cualquier clase- y esa causa
es que no usan sus habilidades espirituales.

¿Por qué no prosperan los cristianos? El Dr. Wierwille dice: “Comienza con el
problema de que la Biblia no es entendida cuando se lee. La Biblia no es entendida
porque nunca se nos ha enseñado cómo entenderla”. Puesto que no se les ha enseñado
las claves básicas para hacer conexión con el poder prometido por la Palabra de Dios,
muchas personas permanecen iletradas, ignorantes, quizás muy escépticas -y, claro, sin
poder.

-¿Cuál es la verdad acerca de la evolución?


-¿Es posible encontrar contradicciones en la Biblia?
-¿Es realmente práctico el cristianismo?
-¿Cuál es el propósito de mi vida?
-¿Cómo podemos vencer el temor y las preocupaciones?
-¿Cuál es el pecado imperdonable?

El autor no ha mantenido siempre la posición de que la Biblia es la Palabra de Dios. “En


una época yo creía que la Palabra de Dios estaba llena de mitos. En una época yo
hubiera podido citarle a usted numerosos teólogos, pero no habría podido citarle la
exactitud de la Palabra de Dios”. No obstante, poco a poco el Doctor Wierwille
comenzó a ver cómo se encaja toda la Biblia en conjunto, y que no está repleta de
errores y contradicciones cuando se comprende la revelación original como un todo.

Este libro expone en forma escrita un curso de doce sesiones (se llama también PODER
PARA LA VIDA ABUNDANTE) que se les ha enseñado a miles de personas-cristianos
y no cristianos, creyentes, incrédulos y escépticos -a través de los Estados Unidos y en
muchas partes del mundo.

3
TABLA DE MATERIAS

Primera Parte: El Poder de creer


Introducción: La Vida abundante…………………………………………5
1. La Fuente de agua viva………………………………………………...6
2. Qué está disponible, cómo recibirlo, qué hacer con lo que se recibe…. 8
3. Creer es igual a recibir…………………………………………………14
4. Creer: Fe y miedo……………………………………………………... 19

Segunda Parte: La Biblia es la Palabra de Dios


5. La Palabra respirada de Dios………………………………………….. 30
6. Que el hombre de Dios sea perfecto………………………………….. .37
7. No sólo de pan vivirá el hombre………………………………………. 42
8. En el principio era el verbo……………………………………………. 46
9. Crecía y prevalecía poderosamente la Palabra del Señor………………48
10. La Palabra de Dios correctamente dividida…………………………...52
11. Las traducciones de la palabra de Dios………………………………. 57

Tercera Parte: Cómo la Biblia se interpreta a sí misma


12. En su versículo……………………………………………………….. 65
13. En su contexto…………………………………………………………81
14. En su uso previo……………………………………………………….89
15. A quién se le ha escrito la Palabra……………………………………. 93

Cuarta Parte: El Nuevo nacimiento


16. Cuerpo, alma, espíritu – Formado, hecho, creado……………………102
17. “…Ciertamente morirás”……………………………………………. 111
18. La fe viene por oír la Palabra de Dios………………………………..120
19. Renacido de simiente incorruptible…………………………………..129
20. Remisión y perdón de pecado………………………………………...136
21. El Pecado imperdonable………………………………………………141

Quinta Parte: El Poder en Cristo Jesús


22. Renovando la mente…………………………………………………...146
23. Conociendo sus derechos filiales……………………………………...150
24. Los cinco ministerios en la Iglesia…………………………………….156
25. El Espíritu Santo y el fruto del espíritu………………………………..159
Epílogo…………………………………………………………………….163
Acerca del autor…………………………………………………………...165

Todas las Escrituras en este libro se citan de la Versión de la Biblia Reina- Valera 1960.
Todas las inserciones explicativas del autor dentro de un versículo se ponen en
corchetes. Todas las palabras griegas están en cursivas y están en letras del alfabeto
español.

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PRIMERA PARTE
EL PODER DE CREER
INTRODUCCIÓN
LA VIDA ABUNDANTE

La declaración de Jesús, tal como se encuentra registrada en Juan 10:10, es la escritura


fundamental de este libro.

…..yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Este versículo cambió literalmente mi vida. Mi esposa y yo comenzamos en el


ministerio cristiano, afanándonos con las cosas de Dios; pero de un modo u otro
nosotros carecíamos de una vida abundante.

Entonces, en cierta ocasión, fui especialmente alertado cuando leí en la Palabra de Dios
que Jesús dijo que él había venido para darnos vida abundante.

Fui sorprendido sobremanera por este nuevo conocimiento. A medida que miraba a mi
alrededor a las comunidades donde había servido y a los ministros con quienes yo había
trabajado, con frecuencia la vida abundante no era evidente. En contraste con esta gente
cristiana, yo podía ver que el mundo seglar de no-cristianos estaba manifestando una
vida más abundante que la que manifestaban los miembros de la Iglesia. De este modo
comencé diligentemente a tratar de esclarecer la pregunta:

“Si Jesucristo vino para que los hombres y mujeres pudieran tener una vida abundante,
¿por qué los creyentes cristianos no manifiestan por lo menos vida?”

Yo creo que la mayoría de la gente estaría agradecida si ellos tuvieran al menos vida;
pero la Palabra dice que Jesucristo vino para que nosotros podemos tener no solamente
vida, sino vida en abundancia. Si la Palabra no es confiable en Juan 10:10 ¿cómo
podemos confiar en ella en cualquier otra parte?

Pero, por otra parte, si él quería decir lo que dijo y dijo lo que quería decir en esta
declaración, entonces con toda seguridad debe haber claves, señales, para guiarnos al
entendimiento y al recibimiento de esta vida abundante.

Este libro, Poder para la vida abundante, es una forma de mostrarle a la gente interesada
la vida abundante que Jesucristo vivió y la cual él vino a hacer disponible para los
creyentes tal como es revelado en la Palabra de Dios.

Este es un libro que contiene claves bíblicas. Lo contenido aquí dentro no enseña las
Escrituras desde Génesis 1:1 hasta Apocalipsis 22:21; más bien, está diseñado para
presentar al lector las claves básicas que se encuentran en la Palabra de Dios de manera
que desde Génesis hasta Apocalipsis, las Escrituras se expliquen y de tal manera que la
vida abundante que Jesucristo vino a hacer disponible venga a ser evidente para
aquellos que quieren apropiarse de su abundancia para sus vidas.

5
CAPÍTULO 1
LA FUENTE DE AGUA VIVA

La clave primera y más básica para el poder para vida abundante es que la Biblia es la
Palabra y la Voluntad reveladas de Dios. Esta clave es el secreto más grande en el
mundo hoy en día. Es un secreto no porque Dios lo esté guardando para Sí mismo; es un
secreto porque la gente no ha creído. La mayoría de la gente no cree que la Biblia es la
Palabra y la Voluntad reveladas de Dios. Ellos extraen un segmento de la Palabra de
Dios e insertan otro. Pero para ser lógicos y consistentes, o la Biblia entera es la Palabra
de Dios desde Génesis hasta Apocalipsis, o no es la Palabra de Dios en ninguna parte.
Saber que la Palabra de Dios es la Voluntad de Dios es el primer paso en nuestra
búsqueda de poder para una vida abundante.

Jeremías 2:13 dice:


Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva y
cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.

¿A quién le está hablando Dios? Él dice " mi pueblo". Él no está hablando a gente que
está fuera de Su rebaño; Él está hablando a aquellos dentro del corral cuando dice "dos
males ha hecho mi pueblo: (primero) me dejaron a mí, fuente de agua viva..." Dios es
una fuente, opuestamente a las cisternas, la cuales pertenecen a la gente.

Una fuente tiene un suministro ilimitado de agua. Cuando la gente deja a Dios, quien es
una fuente, ellos cavan para sí mismos cisternas, las cuales son hechas por el hombre y
sólo tienen capacidad para una cantidad limitada. Si la cisterna es de cincuenta barriles
de capacidad, entonces cincuenta barriles es el máximo suministro que una persona
puede obtener de ella. Cuando la gente deja a Dios, la fuente de agua viva, ellos cavan
para sí mismos no fuentes, sino cisternas. Además estas cisternas están rotas; dejando
escapar siempre sus limitados suministros.

Yo también fui como una cisterna rota en un momento de mi vida. También había
cavado para mí mismo un sistema teológico supuestamente válido. Yo había leído esto,
había leído aquello, había concluido esto, había concluido aquello, pero justamente
cuando necesitaba poder, no tenía las fuentes necesarias. Cuando necesitaba el
suministro ilimitado de agua viva, todo lo que tenía era un hueco vacío. Este dilema es
lo que me trajo años de investigación bíblica. La búsqueda a una solución a mi cisterna
vacía incitó mi comienzo en el campo bíblico.

¿Se ha preguntado usted alguna vez, o ha considerado cuál es el pecado más grande que
usted puede cometer? Si usted le preguntara a los residentes de su comunidad, ¿sabe lo
que ellos dirían? Una persona diría que el pecado más grande es el asesinato, otro diría
que es el adulterio; otro diría que es otra cosa. Usted obtendría una multiplicidad de
respuestas con respecto al pecado más grande.

6
¿Qué dice la Palabra de Dios respecto a esta pregunta? Mateo 22 nos lo dice.

Mateo 22:37,38
Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma,
y con toda tu mente.

Este es el primero y grande mandamiento.

Si ese es el primero y grande mandamiento, entonces ¿cuál será el primero y grande


pecado? Por simple lógica es quebrantar el primero y grande mandamiento, es decir no
amar a Dios, amar algo más de lo que amamos a Dios, o poner algo por encima de Dios,
cavando nuestros propios sistemas religiosos, nuestras propias ideologías, nuestros
propios patrones de pensamiento; en lugar de adherirnos a la revelación divina de la
incomparable y maravillosa Palabra de Dios.

Observen Oseas 4:6:


Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento....

Nuevamente Dios le está hablando a Su pueblo cuando Él dice: "Mi pueblo fue
destruido, porque le faltó conocimiento". Esta falta de conocimiento no es en las
ciencias, filosofía, periódicos o respecto a la última película. Si el pueblo de Dios es
destruido hoy en día, sólo hay una razón: una falta de conocimiento de la Palabra de
Dios. Esta falta de conocimiento de la integridad y grandeza de la Palabra de Dios, de
que la Palabra revelada de Dios es la Voluntad de Dios, es la razón por la que Su pueblo
es destruido.

Muchas veces la gente me dice en mis clases sobre Poder para la Vida abundante: "Dr.
Wierwille, usted de veras se emociona con su investigación bíblica". Claro que sí; ¿por
qué no debería yo entusiasmarme con la grandeza de la Palabra de Dios y su mensaje de
recursos ilimitados? Cuando yo jugaba al baloncesto, estaba totalmente envuelto y
entusiasmado por el juego. Llegué a tomarlo muy en serio y a tener un fervor tremendo
por ese deporte. ¿Por qué no tener un tremendo fervor por la grandeza de la Palabra de
Dios, la cual es mucho más duradera y rinde mayores beneficios? A un hombre se le
admira por ser un fanático del fútbol o del baloncesto; pero cuando él se atreve a
emocionarse por la grandeza de la Palabra de Dios, la gente piensa que a este fanático
de la Biblia le "falta un tornillo". Con toda seguridad que algo debe andar mal con
nuestra escala de valores. La Palabra de Dios es tan tremenda, tan maravillosa, tan rica,
que cuando Jesucristo dijo que él vino para que tengamos vida y la tengamos en
abundancia, nosotros deberíamos, naturalmente, responder con entusiasmo. No sólo
necesitamos tener un conocimiento de la integridad y exactitud de la Palabra de Dios,
sino que también debemos tener el fervor, la creencia entusiasta, el sumo interés de
manera que otros hombres y mujeres puedan saber que la Palabra de Dios es la
Voluntad de Dios.

7
CAPITULO 2
QUE ESTÁ DISPONIBLE, CÓMO RECIBIRLO,
QUÉ HACER CON LO QUE SE RECIBE

Para poder hacer conexión con los recursos del poder de Dios, uno debe conocer antes
que nada qué está y qué no está disponible de parte de Dios. Hay algunas cosas que no
están disponibles hoy en día; y si estas cosas no están disponibles, podemos orar hasta
agotarnos y aún así no recibiremos respuestas a nuestras oraciones. Si queremos hacer
conexión efectivamente con los recursos para la vida abundante tenemos que averiguar
lo que está disponible para nosotros, lo que Dios nos ha prometido. Nosotros aplicamos
constantemente este principio en el mundo secular. Tomemos por ejemplo este libro que
usted lee. ¿Lo hubiera podido obtener usted si no hubiera estado disponible?
Ciertamente que no. Espiritualmente ocurre lo mismo. Tenemos que averiguar en la
Palabra de Dios lo que está disponible.

Cómo un ejemplo de lo que está disponible, 3 Juan 2 nos dice lo que Dios desea para
nosotros.

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así
como prospera tu alma.

La voluntad de Dios es que nosotros seamos prosperados. El nunca quiso que el


cristiano fuese abatido por la pobreza y pisoteado en ningún aspecto de su vida. Él
quiso que el creyente cristiano prosperase. Más aun, la voluntad de Dios para todo
creyente es que “tengas (buena) salud, así como prospera tu alma”. Dios nunca quiso
que el creyente cristiano estuviese enfermo; la enfermedad nunca glorifica a Dios. El
nunca quiso que el cristiano estuviese lleno de frustraciones y temores y ansiedades.
Dios quiso que nosotros seamos prosperados y que tengamos salud. Puesto que la
Palabra de Dios es la Voluntad de Dios, el ser prosperados y tener buena salud tiene que
estar disponible.

Revisemos otros ejemplos de lo que está disponible.

Filipenses 4:19: Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas
en gloria en Cristo Jesús.

La Voluntad de Dios es suplir todo lo que nos falta, nuestras necesidades. No dice: “lo
que es objeto de vuestra avaricia”. Si Dios va a suplir todo lo que nos falta conforme a
sus riquezas en gloria, tiene que haber una provisión disponible para satisfacer nuestras
necesidades. Si la provisión no está disponible, entonces Él no puede satisfacerlas.

Observe en 2 Corintios 9:8

8
Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que,
teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena
obra.

¿Cómo vamos a tener todo lo suficiente en todas las cosas si esto no es accesible para
nosotros?

Revise Romanos 8:37, otro pasaje maravilloso en la Palabra de Dios que nos muestra
algunas de las cosas que deben de estar disponibles.

…en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Si nosotros vamos a ser más que vencedores en toda situación, esto tiene que ser
posible. ¿Cómo podría ser yo más que vencedor si el poder no estuviese disponible?

Lea Efesios 3, comenzando con el versículo 16.

Para que (Dios) os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder
en el hombre interior, por su Espíritu.

¿Cómo voy a ser fortalecido con poder en el hombre interior por Su Espíritu si no es
posible?

Efesios 3:17-19:

Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y
cimentados en amor,

seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura,
la longitud, la profundidad y la altura,

y de conocer el amor de Cristo, que excede todo conocimiento, para que seáis
llenos de toda la plenitud de Dios.

“Para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”. ¿Cómo voy a ser lleno de toda la
plenitud de Dios si no está disponible?

¿Cómo voy a poder aplicar los principios de la Palabra de Dios y encontrar lo que Dios
quiere que yo haga si no conozco las promesas en Su Palabra?

Lo primero que tenemos que encontrar, en nuestra búsqueda para hacer conexión con
los recursos para la vida abundante, es qué está disponible. Hay cientos de promesas
distintas en la Palabra de Dios que nos capacitaran para prosperar y para estar en buena
salud. Uno no puede utilizar, uno no puede operar, nada más que aquellas promesas que
conoce. ¿Cuántas conoce usted?

Sólo hay un lugar posible donde podemos ir para averiguar lo que Dios tiene disponible
para nosotros: tenemos que acudir a la Palabra de Dios.

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Muchas veces las cosas que la gente ha dicho que Dios hace, Su Palabra dice justamente
lo contrario; cosas que ellos dicen que Él no hace, Él declara en Su Palabra que Él sí las
hace. En este libro, Poder para la vida abundante, asegurémonos en nuestra búsqueda
bíblica de la vida abundante, de que primeramente averigüemos lo que está disponible
de modo que nosotros, como el pueblo de Dios no seamos destruidos por falta de
conocimiento. Cuando sabemos qué está disponible, entonces podemos aprender los
otros principios que están involucrados en hacer nuestra vida más abundante de modo
que podamos manifestar la grandeza del poder de Dios.

Cuando yo era un muchacho, mi madre me decía los sábados por la noche antes de que
yo fuera al pueblo: “Pórtate bien”. Esta advertencia en realidad nunca me ayudó porque
uno no puede hacer que un muchacho se porte bien diciéndole que se porte bien. Muy
pocas veces la gente lee la Palabra de Dios porque se les dice que la tienen que leer. La
gente nunca hace conexión con los recursos de la oración porque se les dice que deben
orar. Yo no le digo a usted que usted debe leer la Biblia; yo le enseño a usted cómo
leerla. Yo no le digo que usted debe orar; yo le digo cómo orar. Yo no le digo que usted
tiene que creer; yo le enseño cómo creer.

Es importante que sepamos cómo. Desde pequeños se nos ha enseñado cómo recibir
cosas materiales. Si no se nos hubiese enseñado cómo recibir un objeto material, este
libro podría estar disponible, pero no sabríamos cómo hacer para tomarlo recibirlo. De
igual modo es la Palabra de Dios. Las cosas espirituales pueden ser recibidas según los
mismos principios mediante los cuales recibimos este libro en el plano natural o
material. En este libro no sólo buscamos lo que está disponible de parte de Dios sino
que también descubrimos cómo recibir aquello que está disponible.

Por muchos años yo me moví entre grupos en los que oía constantemente a gente que
predicaba pecado, condenación, fuego infernal y otros temas negativos. Estos ministros,
bien intencionados, no le decían a la gente cómo librarse del pecado, ellos sólo decían
que el pecado era malo. Decirle a alguien que algo es malo no le ayuda a superarlo. Yo
aprendí esa lección en una forma dura.

En el pueblo de mi segunda congregación vivía un hombre que era alcohólico. Por cerca
de dos años muchos de nosotros habíamos orado para que este hombre viniera a la
iglesia de modo que pudiese oír el sermón que yo había preparado sobre los abusos del
alcohol. Por fin, un domingo por la mañana, cuando yo menos lo esperaba, él vino y se
sentó en el último banco. Mientras yo caminaba hacia el púlpito, habiendo apenas
notado su presencia, yo me decía: “Bueno, bueno…aquí está él esta mañana”.

Yo puse a un lado el sermón de esa mañana y fui a los archivos de mi mente y saqué el
sermón que había preparado sobre el abuso y el pecado de beber en exceso. Prediqué
con toda la fuerza que tenía. Al terminar me di palmadas en la espalda por haber
predicado contra la bebida con tanto celo que pensé que Dios tendría que mover a
alguien en el plano espiritual y darme a mí un lugar especial en el cielo.

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Caminé desde el púlpito al vestíbulo de la iglesia donde el ministro le da la mano a la
gente a medida que ellos salen del santuario. Cuando este pobre alcohólico pasó por la
línea de dar la mano, él tenía lágrimas en sus ojos. Me dio débilmente la mano y dijo:
“Yo vine a la iglesia esta mañana para averiguar cómo salir de aquello en que estoy,
pero todo lo que usted hizo fue hundirme más profundo”. Él exclamo: “Si quiere saber
sobre alcoholismo, le puedo decir más de lo que usted jamás podrá saber”. Aquella
respuesta me partió el alma. Yo pensaba que había predicado un sermón tremendo. Pero
este hombre salió diciendo que había venido confiando en que tal vez yo le diría cómo
salir del dilema en que estaba; en vez de esto, simplemente le había dicho menos de lo
que él ya conocía.

Dejé de dar la mano y regresé a mi oficina donde me arrodillé a orar junto a mi silla en
la oficina. Yo casi nunca me arrodillo cuando oro, pero de alguna forma esa mañana caí
de rodillas junto a mi silla y le pedí a Dios que me perdonase. Yo le prometí al Padre
que si Él me perdonaba, nunca predicaría un sermón negativo mientras viviera, nunca
condenaría a nadie. ¿Por qué? Yo le quiero enseñar a la gente cómo hacer conexión
con los recursos para una vida abundante, no con una vida menos abundante.

No puedo remediar lo que la gente ha sido en el pasado; todo lo que puedo hacer es
enseñar que lo que ellos fueron en el pasado puede ser perdonado y olvidado y que
pueden seguir adelante con la grandeza del poder de Dios. Por esto es que nosotros no
sólo debemos conocer lo que está disponible si es que vamos a vivir la vida abundante,
sino que también debemos saber cómo recibir las cosas espirituales de Dios. Después de
haber recibido de Dios, en tercer lugar, debemos saber qué hacer con estas cosas
espirituales.

Primero: qué está disponible, segundo: cómo recibir; y tercero: qué hacer con ello
después de haber recibido. Por ejemplo, aquí está este libro. Está disponible y yo sé
cómo recibirlo; pero a menos que sepa que hacer con él después de haberlo recibido, no
lo puedo utilizar para el propósito para el que fue diseñado. Yo sabía que el libro estaba
disponible; sabía cómo recibirlo; pero si luego lo usara cómo una azada de jardín, no me
serviría muy bien ¿verdad? El libro no está diseñado para eso. Este libro fue diseñado
para lectura. En el plano espiritual nosotros debemos saber qué hacer después de haber
recibido lo que está disponible. Hay gente que sabe qué está disponible, y que sabe
cómo recibir algo; pero cuando llega el momento de saber qué hacer con ello después de
tenerlo, están totalmente desorientados, y especialmente en el tema del Espíritu Santo.
Para encontrar el uso debido debemos, otra vez, ir a la Palabra de Dios.

Yo creo que la Palabra de Dios es la Voluntad de Dios, y que si vamos a conocer la


voluntad de Dios, tenemos que volver a la Palabra de Dios. Uno no puede escuchar al
hombre en la calle, él dice: “bueno, esta es la Voluntad de Dios” pero él puede estar en
lo cierto o puede estar equivocado. Usted y yo podemos tener precisión y estar seguros
solamente si acudimos a la Palabra de Dios. Nadie puede conocer la voluntad de Dios
sin conocer la Palabra de Dios. La Biblia es la palabra revelada de Dios. Esta Palabra de
11
Dios quiere decir lo que dice y dice lo que quiere decir, y Dios tiene un propósito para
todo lo que Él dice, dónde lo dice, por qué lo dice, cómo lo dice, cuándo lo dice, y a
quién lo dice.

Si vamos a hacer conexión con los recursos para la vida más abundante, no solamente
debemos saber qué está disponible, cómo recibirlo y qué hacer con ello, sino que
también debemos poner nuestras necesidades y nuestros deseos paralelos. Si nuestras
necesidades son livianas y nuestros deseos pesados, no estamos balanceados. Si
nuestros deseos son livianos y nuestras necesidades pesadas, nunca obtendremos una
respuesta. Cuando creemos, nosotros obtenemos resultados en oración si nuestras
necesidades y deseos son iguales.

Miren en Mateo 18:19

…si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa


que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.

En el texto griego las palabras “se pusieren de acuerdo” es “sinfonizar”. Si las dos
personas se ponen de acuerdo, ellas están en armonía, ellos tienen sus necesidades y
deseos paralelos porque “les será hecho”.

Juan 14:13 es otra tremenda verdad:

Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea
glorificado en el Hijo.

Todo lo que pedimos en nombre de Jesús, teniendo nuestras necesidades y deseos


paralelos, él lo va a hacer.

En Juan 15:16 hay otra promesa maravillosa.

No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros y os he puesto para


que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que
pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.

Si nosotros sabemos qué está disponible, cómo recibirlo, qué hacer con ello, y tenemos
nuestras necesidades y deseos paralelos, entonces todo lo que pidiéremos será hecho
para nosotros.

Hay otra promesa en 1 de Juan 5:14:

Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su
voluntad, él nos oye.

Si nosotros tenemos nuestras necesidades y deseos paralelos, podemos pedir cualquier


cosa conforme a Su Voluntad. ¿Cómo podemos conocer Su voluntad sin conocer Su
Palabra? Su Palabra es Su Voluntad.

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Otra gran verdad es que la capacidad de Dios siempre es igual a Su buena voluntad.
Mucha gente dice que Dios está dispuesto a hacer algo, pero no puede; otros dicen que
Él puede, pero no lo quiere hacer. Esto puede ser verdad en el hombre, pero no en Dios.
Un hombre puede tener la capacidad y no tener la buena voluntad, o tener la buena
voluntad pero no la capacidad. Por ejemplo, digamos que estoy parado a un lado de la
carretera con una llanta baja y necesito un gato mecánico; usted viene por la carretera,
se detiene y dice: “Hola, ¿en qué puedo ayudarle?” Y yo digo: “Bueno, necesito un
gato”. Pero usted tampoco tiene un gato. Usted está dispuesto a ayudarme, pero no tiene
la capacidad. Por otro lado, digamos que usted viene por la carretera y sí tiene un gato
pero no quiere permitirme que lo use; entonces usted tiene la capacidad, pero no tiene la
buena voluntad. Esto nunca es cierto con Dios. La capacidad de Dios siempre es igual a
su buena voluntad; ellas siempre están en armonía. Los que Dios puede hacer, Él está
deseoso de hacer y lo que Él desea hacer, Él lo puede hacer.

Miremos en Romanos 4:20,21:

Tampoco dudó, por incredulidad de la promesa de Dios…

Plenamente convencido de que era (Dios) también poderoso para hacer todo lo que
había prometido.

La capacidad de Dios siempre es igual a Su buena voluntad.

Números 23:19 contiene una frase que yo quiero señalar. “Dios no es hombre para que
mienta…” Las promesas de Dios siempre son verdaderas y dignas de confianza.

En Romanos 11:29 nosotros leemos de lo permanente que son los dones de Dios.

Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.

Cuando Dios da algo, estos dones y llamamientos siempre son irrevocables. Dios no los
retira ni los quita. Lo que sea que Dios haya prometido, eso Él lo cumplirá, eso será
respetado por Dios cuando hombres y mujeres crean en la maravillosa e incomparable
Palabra de Dios.

Yo quiero dar un ejemplo más para ilustrar que la capacidad de Dios es igual a Su buena
voluntad.

Hebreos 11:11:

Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio
a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había
prometido.

Sara dio a luz a este hijo debido a las promesas que Dios había hecho muchos años
antes “porque creyó que era fiel quién lo había prometido”. ¿Quién lo había prometido?
Dios. Lo que Dios prometió Él lo cumplió cuando Sara creyó. Así también, lo que Dios
promete en Su Palabra, Él lo honrará cuando nosotros creamos.

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Si vamos a hacer conexión con los recursos para la vida abundante, tenemos que ir a la
Palabra para averiguar que está disponible, cómo recibirlo y qué hacer con ello después
de que lo tenemos. Vamos a mantener nuestras necesidades y nuestros deseos en
balance, reconociendo que Dios no es sólo capaz sino que también es deseoso de
cumplir cada promesa presentada en Su Palabra.

CAPÍTULO 3
CREER ES IGUAL A RECIBIR

En todo relato en la Palabra de Dios en que sucedió un milagro o en que Dios hizo una
gran obra, estaban presentes los principios señalados en el capitulo anterior. Las
personas involucradas sabían lo que estaba disponible, cómo recibir lo que necesitaban,
y qué hacer con ello después de recibirlo, y ellos tenían sus necesidades y deseos
coordinados sabiendo que la capacidad de Dios es igual a Su deseo de cumplir Sus
promesas. Cuando se entienden estas claves, podemos leer en cualquier lugar desde
Génesis hasta Apocalipsis y ver este patrón.

Como una ilustración comencemos en Marcos 3:1

Otra vez entró Jesús en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una
mano.

El hombre tenía una necesidad. La sinagoga era el lugar donde la gente adoraba, donde
se les enseñaba, donde se debía reunir gente de Dios y obtener satisfacción a sus
necesidades.

Versículo 2:
Y le acechaban [los fariseos a Jesús] para ver si en el día de reposo le sanaría, a fin
de poder acusarle.

¿Por qué acechaban estos (así llamados) líderes religiosos a Jesús? Porque ellos querían
acusarle si él hacía cualquier sanidad en el día indebido de la semana. Seguramente que
estas personas estaban interesadas en el hombre de la mano seca ¿no? No. A ellos sólo
les interesaba ver si Jesús actuaba en el lugar correcto, en el momento correcto, y con su
bendición. Este hombre con la mano seca estaba en el lugar donde podría contar con
hallar ayuda; pero ¿qué había recibido? Nada.

Versículo 3:
Entonces [Jesús] dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en
medio.

14
En el momento que el hombre se levantó y se puso en medio sabía que estaba
separándose de los espectadores y que recibiría la misma crítica que dirigían contra
Jesús.

Versículo 4:
Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o
quitarla? Pero ellos [los líderes y los fariseos] callaban.

¿Saben ustedes porqué? Los líderes en la sinagoga no estaban interesados en ver si el


hombre era liberado o no; a ellos sólo les interesaba una cosa-comprometer a Jesús.

Versículo 5:
Entonces, mirándolos alrededor con [¿compasión? no, no, lo que dice es] enojo…

A nosotros siempre se nos ha enseñado que si una persona es verdaderamente cristiana


lo único que siempre hace es amar. ¿No piensa usted que Jesucristo amó? ¿No era él
todo amor? Sin embargo Marcos 3 nos dice que él miró a esos líderes de la sinagoga
con enojo. Jesús estaba realmente irritado. La idea de que los cristianos y los hombres
de Dios tienen que ir dando palmadas en la espalda a todos en todo momento es un
concepto distorsionado. Algunas veces los hombres de Dios tienen que ponerse firmes
en contra de aquellos que obstruyen el poder de Dios. Jesús los miró con enojo.

Versículo 5:
Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus
corazones, dijo al hombre [de la mano seca]: Extiende tu mano…

En el análisis de esta sección en Marcos 3:1-5, lo primero que vemos es lo que está
disponible. El mandato declaraba lo que estaba disponible. El mandato era: “Extiende tu
mano”. Eso parecía ser algo imposible porque la mano del hombre estaba seca;
naturalmente que él no la podía extender. Sin embargo Jesús le dijo al hombre de la
mano seca:

…Extiende tu mano. Y él [el hombre] la extendió…

El hombre de la mano seca que tenía esta tremenda necesidad, extendió su mano. Hizo
lo imposible. ¿Cómo? Creyó. Creer es un verbo y un verbo muestra acción. El hombre
creyó que lo que Jesús dijo era la voluntad de Dios; por lo tanto, él extendió su mano.
Una vez que usted tiene la promesa de Dios, el “cómo” del recibir es creer literalmente
lo que esa promesa dice. Parecía imposible que el hombre extendiese su mano. Sin
embargo este hombre, creyendo lo que la Palabra decía, o lo que le decía Dios por
medio de Jesucristo, la extendió.

…y la mano fue restaurada sana.

15
Él no recibió su sanidad primero y luego extendió su mano; fue en el extender de la
mano que le fue restaurada sana. Antes de recibir cualquier cosa uno debe actuar como
si ya la tuviera y entonces recibe.

Siempre que leo este pasaje en Marcos 3, me acuerdo de los tiempos en que yo
predicaba los principios de la grandeza de la Palabra de Dios en otros países del mundo.
En una ocasión en que yo estaba enseñando en Jabalpur, India, una señora que había
trabajado en un servicio misionero por treinta años fue liberada por el poder de Dios de
varias enfermedades que parecían incurables. Esta liberación causó tal revuelo en la
ciudad de Jabalpur a la mañana siguiente de que ocurrió el milagro, que cuando mi
familia y yo estuvimos listos para abordar el tren y salir de Jabalpur, cientos de personas
se reunieron en la estación del ferrocarril. Esta muchedumbre, que estaba compuesta por
hindúes principalmente, quería que yo impusiera mis manos sobre cada uno de ellos
porque pensaban que yo debía tener algún poder especial en mis manos puesto que
había impuesto mis manos sobre la mujer en el día anterior. Ellos sentían que solamente
con que yo impusiera mis manos sobre ellos, ellos también serían liberados.
Precisamente antes de que el tren en que viajábamos saliera de la estación, un hindú de
alta casta, cuyo brazo paralizado colgaba flácido a su costado, corrió hasta nuestro
compartimento del ferrocarril y me dijo: “¿Puede usted orar por mi brazo?” Sin
embargo, él añadió inmediatamente: “Pero yo no creo en su Jesús”.

¿Qué hubiera hecho usted? Le pregunté si creía que Dios le liberaría. Él dijo: “Yo creo
que Dios me sanará si usted ora por mí, pero yo no creo en su Jesús”. Entonces le
pregunté otra vez: “¿Cree usted que Dios lo hará libre?” Y dijo: “Yo creo que Dios me
sanará, pero yo no creo en su Jesús”. Puse mis manos sobre él y oré que Dios lo pusiera
en libertad, en el nombre de Jesucristo. Cuando terminé le dije: “Ahora levante su
brazo”. Él comenzó a levantarlo y de repente lanzó hacia arriba sus dos brazos. Él
saltaba y gritaba con lágrimas corriendo por su cara. Una vez que hubo levantado un
poco su brazo, se dio cuenta del milagro. Él fue liberado completamente. Para ese
entonces, el tren se empezó a mover y yo dije: “Alabado sea Dios; dele gracias a Dios
que usted fue sanado en el nombre de Jesucristo.”

En la siguiente parada un hombre vino a nuestro compartimento en el tren y dijo que él


representaba a su amo, quién quería venir y conocer al hombre de Dios. Dijo que su
amo era fulano de tal, un miembro del Parlamento de Nueva Delhi, que también viajaba
en el tren. El miembro del Parlamento vino entonces a nuestro compartimento para
decirnos a mi señora y a mí que lo que él había visto en Jabalpur era el evento cristiano
más tremendo que él hubiera presenciado-que un hombre de Dios bendijera a toda la
gente de Dios sin considerar si fuesen cristianos o hindúes. Él nos ofreció las llaves de
su ciudad y dijo que en cualquier momento que quisiéramos ir a ministrar en India, las
puertas de India y del Lejano Oriente estarían abiertas para que nosotros enseñásemos la
precisión y la grandeza de la Palabra de Dios.

En Marcos 3, así como en Jabalpur, ambas personas tenían la promesa de Dios; los dos
hombres creyeron, y cuando creyeron, actuaron; y cuando actuaron, su mano y su brazo

16
les fueron restaurados sanos. Él cómo de recibir es creer. Cuando sus necesidades y sus
deseos estuvieron en balance, recibieron. Después de saber qué está disponible, cómo
recibir y qué hacer con ello, una persona entonces cree y finalmente actúa de acuerdo
con su creencia en una forma positiva.

Miren el poder de creer según está definido en Efesios 1:19.

Y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que [hacemos
una cosa] creemos…

Efesios 3:20:
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente
de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.

Él no sólo es poderoso para hacer cosas abundantemente, sino mucho más


abundantemente. Crea y entonces reciba.

La ley de creer es la ley más grande en la Palabra de Dios. Es más, no sólo es ley más
grande en la Palabra, es la ley más grande en todo el mundo. El creer da resultado tanto
a santos como a pecadores. Esta gran ley de creer se expone en Marcos 11.

Marcos 11:12,13:
Al día siguiente [ésta es la última semana de la vida de Jesucristo en la tierra], cuando
salieron [Jesús y sus doce apóstoles] de Betania, tuvo hambre.

Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella
algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos.

Jesús fue a la higuera esperando encontrar algo en ella, pero “…no era tiempo de
higos”. ¿Quiere usted decirme que Jesús era un ignorante? ¿Iría yo a un árbol de
manzanas sino fuera tiempo de manzanas? ¿Piensa usted que Jesús iría a una higuera
sabiendo que no es la época correcta? ¿Cuál es la situación?

Hay dos árboles en la Biblia que son designados como árboles del pueblo: la palma de
cocos y la higuera. Nunca era un robo tomar de los frutos de cualquiera de estos árboles
sin importar de quién fuera la tierra en que el árbol estaba plantado. Si yo tuviera una
higuera en mi patio delantero, usted podría venir y servirse del fruto del árbol en
cualquier momento porque es un árbol del pueblo. En el pasaje de Marcos 11, Jesús
venía de Betania a Jerusalén y tuvo hambre. Eso no quiere decir que se estaba muriendo
de hambre. Tuvo hambre así cómo a nosotros nos da por un bocadillo. Quería algo de
picar, un bocadillo, así que vio la higuera y se dirigió hacia ella esperando encontrar
algo. No era todavía el tiempo de los higos y Jesús lo sabía. Sin embargo al salir las
hojas en esta especie de higuera, hay unos pequeños brotes que son tan dulces como
caramelo. No era tiempo para los higos maduros; pero si el árbol no tenía brotes, Jesús
sabía que tampoco tendría higos más tarde. Ahora miren cómo se desarrolla la historia.

17
“Entonces Jesús dijo a la higuera”-Jesús le hablaba a la higuera. ¿Se imaginan a los
vecinos mirando a Jesús? ¿Se imaginan a los apóstoles rascándose la cabeza y
preguntándose qué hacía Jesús hablándole a esa higuera? Observemos el pasaje.

Versículo 14:
Entonces Jesús dijo a la higuera [si usted quiere recibir el poder de Dios tiene que ser
específico. Él no dio rodeos; él le habló al árbol.]: Nunca jamás coma nadie fruto de
ti. Y lo oyeron sus discípulos. Jesús y los apóstoles regresaron a Betania ese mismo
día.

Versículo 20:
Y pasando por la mañana [al día siguiente], vieron que la higuera se había secado
desde las raíces.

Generalmente la muerte de un árbol se nota primero en las hojas más altas, luego en las
ramas más abajo, y finalmente en las raíces. Pero este árbol murió al revés, y de la
noche a la mañana.

Marcos 11:21,22:
Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se
ha secado.

Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios.

El texto “original” leía: “…Tened la fe de Dios”. Observe el versículo 23


cuidadosamente.

Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el
mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le
será hecho.

Esta es la gran ley en la Palabra de Dios.”…cualquiera…”No dice cristiano o no


cristiano; cualquiera quiere decir cualquiera. “Cualquiera que dijere a este monte:
Quítate y échate al mar, y no dudare…sino creyere que será hecho lo que dice, lo que
diga le será hecho”. En otras palabras, dígalo, créalo y le será hecho.

Luego Jesús reiteró esta verdad en el versículo 24.

Marcos 11:24:
Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os
vendrá.

La ley de creer es la ley más grande en la Palabra de Dios: cualquiera que lo diga,
cualquiera que lo crea, actuará y recibirá.

18
CAPÍTULO 4
CREER: FE Y MIEDO

Hay dos tipos de creencia: (1) positiva y (2) negativa. Nosotros o tenemos fe o tenemos
miedo. Debemos reconocer que la creencia tiene dos lados: uno positivo y uno negativo.

Nosotros somos lo que somos hoy día por causa de nuestra creencia. Estaremos mañana
donde nuestra creencia nos haya llevado. Nadie llega más allá de lo que cree y nadie
puede creer más de lo que entiende. Nosotros creemos lo que creemos por lo que se nos
ha enseñado. Pensamos de la forma en que pensamos por la forma en que se nos ha
guiado.

Creer es una ley. Según uno cree recibe. En el lado negativo, temer es creer; temer es
creer en reversa; produce malos resultados.

Básicamente hay una sola cosa que vence al creyente, y eso es miedo. El miedo es el
único enemigo del creyente. El miedo es arena en la maquinaria de la vida. Cuando
nosotros tenemos miedo, no podemos creerle a Dios y tener fe. El miedo ha arruinado
más vidas cristianas que cualquier otra cosa en el mundo.

Si una persona tiene miedo de no poder mantener su empleo, ¿sabe lo que pasará? Lo
perderá. Si uno tiene miedo de una enfermedad, manifestará esa enfermedad porque la
ley es lo que uno cree (en este caso lo que uno cree negativamente), eso va a recibir. La
gente tiene miedo del futuro; ellos tienen miedo de la muerte. El miedo siempre
encierra; el miedo siempre esclaviza; el miedo siempre ata. Esta ley de creer
positivamente y negativamente da resultado para el cristiano y el no-cristiano. Cuando
creemos, recibimos el resultado de nuestra creencia sin importar quiénes somos o qué
somos.

La Palabra de Dios ilustra la creencia negativa en el Evangelio de Juan. Isaías había


profetizado, siglos atrás, que al venir el verdadero Mesías habría un milagro que él haría
que nunca había sido hecho anteriormente. Este milagro, el abrir los ojos de un hombre
ciego de nacimiento, probaría que él era el Mesías de Dios. Este es el pasaje del milagro
en Juan 9.

Juan 9: 1-8
Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus
discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido
ciego?

Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de
Dios se manifiesten en él.

Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la
noche viene, cuando nadie puede trabajar.

Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.

19
Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos
del ciego,

Y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue


entonces, y se lavó y regresó viendo.

Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿No es
éste el que se sentaba y mendigaba?

Ni siquiera los vecinos estaban seguros de lo que sucedía.

Juan 9: 13,18:
Llevaron ante los fariseos [los principales del templo y de las sinagogas entraron en
el asunto] al que había sido ciego.

Pero los judíos [los fariseos] no creían que él había sido ciego, y que había recibido
la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista.

Primeramente los vecinos tomaron parte, luego los líderes religiosos, y luego fueron
llamados los padres.

Juan 9: 19-23:
Y les preguntaron, diciendo: ¿Es éste vuestro hijo, el que vosotros decís que nació
ciego? ¿Cómo, pues ve ahora?

Sus padres respondieron y les dijeron: Sabemos que éste es nuestro hijo, y que
nació ciego;

Pero cómo vea ahora, no lo sabemos; o quién le haya abierto los ojos, nosotros
tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle a él; él hablará por sí mismo.

Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos
ya habían acordado que si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera
expulsado de la sinagoga.

Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a él.

Póngase usted en esta situación. Si usted tuviera un hijo ciego de nacimiento y él fuera
sanado de su ceguera, lo menos que usted podría hacer como padre agradecido es
admitir: “Sí, Jesucristo lo sanó”. Pero estos padres no dijeron eso. ¿Por qué no pudieron
ser ellos la clase de padres que uno hubiera esperado? Ellos fueron inhibidos de
testificar como hubiera sido apropiado porque estaban llenos de miedo: “porque tenían
miedo de los judíos”. El miedo los esclavizó, el miedo les impidió a estos padres ser la
clase de padres que verdaderamente debían haber sido. Por esto dijeron los padres:
“Edad tiene, preguntadle a él”. Estos judíos ya habían acordado que si cualquiera dijese
que Jesús era el Cristo, esa persona sería expulsada de la sinagoga.

Este hecho no significa mucho para nosotros hoy en día porque si una persona es
expulsada de una iglesia, la iglesia en la otra esquina estará contenta de recibirle. Pero

20
no era así en el tiempo de Jesús. Cuando un hombre era desterrado de la sinagoga, la
gente no le hablaba; él no podía asistir a la sinagoga; él no podía comprar o vender
mercancías. ¿Ven por qué los padres estaban esclavizados por el miedo de lo que les
pasaría?

Estos padres no fueron los únicos en la Biblia que manifestaron miedo. En Juan 20:19
hay un pasaje de los discípulos.

Cuando llegó la noche de aquel mismo día [éste es el día de la aparición de Jesús
resucitado], el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde
los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en
medio, les dijo: Paz a vosotros.

Los discípulos estaban reunidos a puertas cerradas por miedo de los judíos. El miedo
siempre nos pone detrás de puertas cerradas; siempre nos ata; siempre nos esclaviza.

Años atrás, yo conocí a un ministro cuya esposa había muerto dejándole a siete niños.
Alrededor de un año más tarde, él se casó con otra mujer que tenía cinco hijos y ellos
vivían juntos y felices. Como a una cuadra y media de ellos vivía una mujer que tenía
sólo un hijo. La mujer con el hijo único estaba siempre frustrada, siempre nerviosa,
siempre con miedo, mientras que este ministro y su mujer quienes tenían doce niños
nunca parecían estar preocupados, o trastornados, o tener la menor ansiedad acerca de
sus niños. Cuando el hijo de la señora empezó a asistir al jardín de infantes, la madre
cruzaba la calle con él y caminaba hasta la siguiente cuadra donde estaba el jardín de
infantes por miedo de que le atropellase un automóvil. Cuando el niño estaba en el
primer grado ella hizo lo mismo, y en el segundo grado, y en el tercero. Una vez la
madre del niño llamó al ministro y le dijo: “Yo no entiendo por qué estoy nerviosa y
trastornada todo el tiempo. Yo sólo tengo un hijo de quien preocuparme; y usted tiene
todos estos niños y parece que nunca le pasa nada. Ustedes viven sin preocuparse”. El
ministro respondió: “Nosotros vivimos de esta manera. Mi esposa y yo reunimos a los
niños alrededor de la mesa del desayuno; ése es el único momento en que tenemos a
toda nuestra familia reunida. Cuando todos ellos están sentados, yo digo la oración. Yo
oro así: Señor, aquí estamos todos juntos en el desayuno; ellos salen a la escuela y a
otros lugares hoy día, de modo que los dejo a todos bajo tu protección y cuidado.
Gracias. Amén”. El creía que Dios iba a responder a sus oraciones y los dejaba bajo la
protección del Señor. Sus hijos florecían.

Cerca de un año más tarde, el hijo único de la señora venía a casa de la escuela más
temprano de lo acostumbrado. La mamá no se había encontrado con él en la esquina.
Cuando el niño empezó a cruzar la calle fue atropellado por un automóvil y murió. Yo
fui a los funerales de ese niño, ¿y saben lo que predicó el ministro? “Dios tiene ahora
otro pétalo de rosa en el cielo”. ¡Imagínese eso! Que Dios, quien creó los cielos y la
tierra, quisiera matar a un pequeño porque Él necesitaba otro pétalo de rosa en el cielo.
¿Saben que mató a ese pequeño? El miedo en el corazón y en la vida de esa madre. Ella
estaba tan desesperadamente temerosa de que algo le iba a pasar a ese hijito que al fin
ella cosechó los resultados de su creencia.
21
Lo que uno teme, seguramente le sucederá. Es una ley. ¿Han oído ustedes alguna vez de
aquella gente que fija el momento de su muerte? Cuando alguien dice: “Bueno, en el
próximo año para esta época ya no estaré aquí”, si usted es un apostador, apueste su
dinero; usted va a ganar. Si una persona se resuelve a que el próximo año para esta
época va a estar muerta, Dios tendría que cambiar las leyes del universo para no
complacer a esa persona.

Algunos años atrás un hombre vino a hablarme sobre su temor. Me dijo que de acuerdo
a las estadísticas de las compañías de seguros de los Estados Unidos se supone que un
agente viajero sufra un accidente automovilístico cada tantos miles de millas. Este
hombre ya había viajado más de diez mil millas por encima del promedio de lo que
viaja el vendedor normal, y su miedo de un accidente se estaba convirtiendo en una
obsesión. Él perdía negocios día tras día y semana tras semana a causa de su miedo. Él
vino a mí y yo le expliqué la ley de la creencia. El hombre cambió su creencia y no ha
tenido un accidente hasta este día.

El mundo alrededor de nosotros instiga miedo en la gente. La psicología que prevalece


en nuestra sociedad hoy en día es el miedo. Si usted no usa esta marca de pasta
dentífrica, va a tener mayor número de caries dentales así que compra esta clase de
pasta dentífrica. Si usted no hace esto, le sucederá aquello. Todo está basado en el
miedo.

¿Ha recogido usted un periódico alguna vez y notado cuán positivos son los artículos?
El noventa por ciento de lo que uno lee en el periódico es negativo. Accidentes
automovilísticos, asesinatos, suicidios-todo es negativo. ¿Por qué? Porque esto es lo que
la gente ha estado viviendo. Nosotros hemos estado viviendo en cosas negativas por
tanto tiempo que cuando alguien viene con una dieta positiva, pensamos que él tiene
que estar loco.

Proverbios 29:25 dice: “El temor del hombre pondrá lazo…” Cada vez que un hombre
teme él es enlazado, él es atado.

Isaías 8:12 No llaméis conspiración a todas las cosas que este pueblo llama
conspiración; ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo.

Esta gente estaba esclavizada como nación porque tenían miedo de otra gente. Sin
embargo la Palabra decía: “Ni temáis lo que ellos temen ni tengáis miedo”.

Hay muchos ejemplos como éste en la Palabra. Yo sólo estoy seleccionando unos
pocos.

Jeremías 49:24:
Se desmayó Damasco, se volvió para huir, y le tomó temblor y angustia…

La razón por la que se desmayó y se volvió para huir es que tenía miedo.

22
Job 3:25:
Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo
temía.

Job recibió aquello que temía.

Salmos 34:4:
Busqué a Jehová y él me oyó, y me libró de todos mis temores.

Mientras tuvo miedo estuvo encarcelado.

2Timoteo 1:7
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de
dominio propio.

Dios no nos dio espíritu de cobardía, luego la cobardía y el miedo tienen que venir de
otra fuente. Si el miedo vino de otra fuente que no es Dios, entonces tiene que ser
negativo. El miedo siempre es incorrecto.

Recuerden que en Juan 20 los discípulos, también conocidos como los doce apóstoles,
estaban tras puertas cerradas en el día de la resurrección por miedo de los judíos. Pero
observen a los mismos hombres cincuenta días más tarde.

Tengan en mente que, bajo circunstancias ordinarias, ningún adulto cambia


drásticamente en cuarenta o cincuenta días. Pero Hechos 2 nos habla de seres humanos
comunes y corrientes que en cincuenta días cambiaron de hombres llenos de miedo a
hombres de gran denuedo y de gran convicción.

Quiero enfocar: (1) la ley de la creencia en ambos lados negativo y positivo y (2) la
causa de su cambio.

Hechos 2:4 dice que todos estos hombres fueron llenos del espíritu santo y luego leemos
el versículo 14.

Hechos 2:14:
Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo:
Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis
palabras.

¿Dónde estaba Pedro cincuenta días antes? Según el Evangelio de Juan, él estaba tras
puertas cerradas por miedo de los judíos. Pero ahora Pedro se puso en pie con los once y
alzó su voz serena hacía ellos: “Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén,
esto os sea notorio, y oíd mis palabras”. ¿De dónde sacó Pedro ese denuedo? ¿Qué lo
cambió de un hombre lleno de miedo a un hombre lleno de confianza?

Hechos 2:22,23:

23
Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios
entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros
por medio de él, como vosotros mismos sabéis.

a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios,


prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole.

Cincuenta días antes Pedro seguramente no hubiera dicho esto. ¿Por qué no tiene miedo
ahora?

Cuando yo asistía a seminarios y se me instruía en oratoria sagrada y otras artes del


ministerio, se me dijo que cuando una persona predica un sermón nunca debe decir
ustedes o vosotros, sino que siempre debe decir nosotros. Pedro debe haber ido al
seminario equivocado porque cuando él predicaba en este pasaje dijo: “Vosotros lo
habéis crucificado y vosotros lo habéis matado”.

Hechos 3 contiene la narración de los eventos sucedidos después del día de Pentecostés.

Hechos 3:12,14
Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis
de esto? ¿o por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o
piedad hubiésemos hecho andar a éste?

Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que os se os diese un


homicida.

Eso es denuedo. Pedro ya no estaba lleno de miedo. Algo que tiene que haber cambiado
a este hombre.

Pedro y Juan fueron llevados a la cárcel porque eran demasiado audaces.

Hechos 4:23-29:
Y puestos en libertad, vinieron [regresaron] a los suyos y contaron todo lo que los
principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho.

Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano


Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos
hay;

que por boca de David tu siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes,
Y los pueblos piensan cosas vanas?

Se reunieron los reyes de la tierra, Y los príncipes se juntaron en uno


Contra el Señor, y contra su Cristo.

Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a


quien ungiste, Herodes y Poncio Pilatos, con los gentiles y el pueblo de Israel,

para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera.

24
Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos…

¿”Concede a tus siervos” un día feriado, una vacación? No. Nosotros pensamos que
debería decir esto porque, después de todo, si hemos estado allá afuera trabajando para
el Señor, llevando a cabo el ministerio, siendo encarcelados, azotados y perseguidos,
ciertamente que deberíamos tener unas vacaciones con paga. Cuando Pedro y Juan
regresaron y se unieron a este grupo de oración, ellos dijeron:

…Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo [no con
indecisión, no con desgano, no con miedo] hablen [¿lo que la gente quiere que
hablemos? No.] tu palabra.

Ellos oraron por más denuedo. Mientras estuvieron llenos de miedo y detrás de puertas
cerradas, no tenían nada que temer sino el miedo mismo, mas una vez que obtuvieron
denuedo y predicaron la Palabra de Dios, lograron hacer algo para el Señor. Hombres
fueron sanados, liberados y salvos. Pedro y Juan, sin embargo, fueron arrojados a la
cárcel; pero cuando salieron regresaron a su pequeño grupo de oración y creyeron por
más denuedo, “Danos más denuedo, Señor, para que hablemos Tu Palabra”.

Hechos 4:30,31
Mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios
mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.

Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos


fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con [¿indecisión? No. Ellos hablaron
con] denuedo la Palabra de Dios.

¿Qué los hizo hablar con denuedo la Palabra de Dios? El versículo 31 dice que ellos
“fueron llenos del Espíritu Santo”. En Hechos 2 en el día de Pentecostés los doce
apóstoles recibieron la plenitud del espíritu Santo. El versículo 31 de Hechos 4 dice que
todos ellos fueron llenos del espíritu santo “y hablaban con denuedo la palabra de
Dios”. ¿Qué cambió a esos hombres? Entre el pasaje de la resurrección y Hechos 2 no
hay nada que pueda haberlos cambiado, excepto el nuevo nacimiento el cual es el poder
del espíritu santo el cual vino en Pentecostés. Yo nunca he visto a una persona que se
libere de su miedo sino hasta que llegue a nacer de nuevo del Espíritu de Dios, llena del
poder del espíritu santo. Si usted quiere liberarse de su miedo, sus frustraciones, sus
ansiedades, usted tiene que volver a nacer por el Espíritu de Dios, lleno de Su poder.
Eso es lo que cambió a Pedro y al resto de los apóstoles y ése es el poder que cambiará
su vida.

Pedro y Juan oraron. Y cuando oraron, el lugar en que estaban congregados tembló.
Todos fueron llenos del espíritu santo, y hablaron con denuedo la Palabra de Dios.
Siempre me hace gracia cuando leo eso, pensando que si el poder de Dios se moviera
así hoy en día en la mayoría de nuestras iglesias, tendríamos muchos funerales. La gente
se moriría del susto si el lugar en que oran temblara. En Hechos 4 aquello por lo que
oraron fue por denuedo para hablar la Palabra. Nada quita el miedo de un individuo sino
el poder del espíritu santo en la Palabra Viviente dentro de él.

25
Eso es lo que quitó el miedo en mi vida. Yo solía tener miedo de mi propia sombra;
tenía miedo de encontrarme con gente, especialmente con la gente en círculos
académicos, en altos círculos políticos, en círculos religiosos de élite. Hoy en día no
tengo miedo dentro de mí. ¿Por qué? Yo creo que el poder proveniente del Espíritu
Santo está dentro del mí dándome el denuedo, el entusiasmo, el dinamismo para
pararme firme por la integridad y la grandeza de la Palabra de Dios.

El miedo infunde incredulidad. Por esto es que el miedo siempre derrota las promesas
de Dios. Jesucristo hizo muchas señales, milagros y maravillas en lugares como Galilea
y Capernaum de Galilea; pero en Nazaret, su propio pueblo, él no pudo hacer mucho.

Mateo 13:58
Y no hizo [Jesús] allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.

¿No pudo él hacer muchos milagros allí porque él había cambiado? No. Jesús no había
cambiado; la gente había cambiado.

La incredulidad es creencia; es creencia negativa. En el lado negativo está la duda y en


el lado positivo está la confianza. Confianza versus duda; seguridad versus temor; fe
versus miedo. Duda, temor y miedo son creencia negativa. Confianza, seguridad y fe
son creencia positiva. Estas leyes funcionan con precisión no solamente en la Palabra de
Dios sino en nuestras propias vidas.

Noten cuidadosamente que en la Biblia se habla de dos clases específicas de creencia


negativa en cuanto a poder espiritual: apistia y apeitheia. Apistia se refiere a aquella
gente que nunca ha oído, u oído suficientemente como para creer. Apeitheia se refiere a
aquellos que han oído pero se rehúsan a creer lo que ellos han oído.

Apistia es la incredulidad de aquellos que nunca han oído o que no han oído con
suficiente detalle como para creer. Por ejemplo, si yo no he oído suficiente Palabra de
Dios para ser salvo, yo tengo incredulidad apistia. Observen Romanos 10.

Romanos 10:13-15:
porque todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo.

¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en


aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?

¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Cómo está escrito: ¡Cuán hermosos son los
pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!

“¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de
quién no han oído?” Esta gente era incrédula en el sentido de que nunca habían oído la
Palabra de Dios para poder creer.

Mateo 13: 53-58:


Aconteció que cuando terminó Jesús estas parábolas, se fue de allí.

26
Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se
maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros?

¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos
Jacobo, José, Simón y Judas?

¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas
cosas?

Y se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su
propia tierra y en su casa.

Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.

Él no pudo hacer mucho en Nazaret a causa de la incredulidad, apistia, de la gente. A


pesar de que Jesús trató de enseñar, la comunidad no quiso oír lo suficiente como para
creer porque ellos pensaban que Jesús no podía saber nada puesto que él era un hijo
ilegítimo, y por esto ellos no podían creer. ¿Saben ustedes lo que la gente de la
comunidad de Jesús le dijo? “¿No es éste el hijo del carpintero? Él es ilegítimo porque
todos saben que María estaba en cinta antes de que ella y José se juntasen en
matrimonio”. Al contrario de lo que ellos pensaron, sin embargo, Jesús no era el hijo del
carpintero; él era el hijo de Dios por concepción divina, nacido de María pero concebido
por el Espíritu Santo, según lo que dice la Palabra de Dios.

“¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos,
Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde,
pues, tiene éste todas estas cosas?” El texto original da el énfasis como sigue: “¿No es
éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María (Ustedes se acuerdan de ella),
y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas (¡Sí que era indómito ese Judas!)?¿No
están todas sus hermanas con nosotros (Sí que eran algo esas muchachas.)? ¿De dónde,
pues, tiene éste todas estas cosas?” La comunidad decía que Jesús no podía tener tal
poder porque ellos miraban a la familia y decían: “Nada bueno puede venir de este
hombre. Nosotros conocemos su familia”. Por lo tanto, ellos no querían oír lo suficiente
para creer. Ellos tenían incredulidad (apistia).

“Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa. Y
no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad (apistia) de ellos”.

Lucas 2 contiene un versículo de Escritura que yo no pude entender por años.

Lucas 2:42:
y cuando tuvo doce años [Jesús], subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de
la fiesta.

Yo sabía que de acuerdo a la ley judía, un niño se convertía en hombre, pasando por el
Bar Mitzvah, a la edad de trece años. Pero Jesús fue llevado al templo a los doce años.
Yo no podía entenderlo así que consideré que podía haber un error en el texto. Busqué

27
en todo texto crítico griego que pude encontrar y revisé toda fuente de la que pude
pensar; pero nunca encontré que Jesús tuviera trece años cuando fue a la sinagoga.
Todos los textos concurrían en la edad de doce años. Finalmente me encontré con una
antigua pieza de literatura la cual explicaba que de acuerdo con la antigua ley judía
cuando un niño era concebido ilegítimamente, este niño era traído al templo a la edad de
doce años en lugar de trece.

Esto explica por qué Jesús no se podía comunicar con la gente de su propio pueblo.
Ellos pensaban que un niño concebido ilegítimamente ciertamente no podía tener gran
conocimiento o hacer maravillas. Ellos eran ofendidos por él, no querían oír lo
suficiente como para creer cuando él hablaba, y por lo tanto sufrían de incredulidad
apistia.

En los textos críticos griegos la palabra usada para el segundo de los dos tipos de
incredulidad es apeitheia. Apeitheia se refiere a aquellos que han oído pero aún se
rehúsan a creer lo que han oído. Para ilustrar, si yo he oído suficiente de la Palabra de
Dios de modo que puedo ser salvo pero rehúso creer esa Palabra de Dios entonces yo
tengo apeitheia.

Notando Romanos 11:30, encontramos esta clase de incredulidad, no en un individuo,


sino en referencia a Israel y a los gentiles como naciones.

Romanos 11:30:
Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes [apeitheia] a Dios,
pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia [apeitheia] de ellos.

Los gentiles habían oído pero se rehusaron a creer, como dice en Romanos 1:21:
“Pues habiendo [los gentiles] conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios”.

Hebreos 4 vuelve a clarificar esta clase apeitheia de incredulidad.

Hebreos 4:6:
Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes
primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia
[apeitheia].

Primero se les anunció a ellos. Ellos oyeron suficiente como para creer pero se
rehusaron a creer.

El miedo, que culmina en incredulidad, se debe ya sea a enseñanza incorrecta o a


ignorancia. La enseñanza incorrecta se puede corregir o superar con enseñanza correcta;
mientras que la ignorancia se puede corregir o superar con instrucción.

Si una persona está llena de miedo porque es ignorante con respecto a un tema
particular, puede superar esta ignorancia que causa miedo con enseñanza correcta o
instrucción correcta. Por ejemplo, un niño que tiene miedo de dormir en la oscuridad
está lleno de temores y se despierta gritando en medio de la noche. ¿Por qué tiene miedo
ese niño? Tal vez el niño fue atemorizado porque alguien le dijo que si no se portaba

28
bien, lo pondría en el armario y el coco lo agarraría. Ese niño está lleno de miedo
porque se le enseñó mal.

Por otro lado, suponga que un adulto tiene miedo del coco en el armario. Eso es
ignorancia. El ignora los hechos. Para un niño es una enseñanza equivocada; pero para
un adulto, es ignorancia. Los temores, ya sea por ignorancia o por enseñanza incorrecta,
siempre encierran y siempre esclavizan y siempre nos vencen porque cuando tenemos
miedo en nuestras vidas, no podemos actuar positivamente sobre las promesas de la
maravillosa e incomparable Palabra de Dios.

Mateo 10:16:
He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como
serpientes, y sencillos como palomas.

Dios quiere que seamos “prudentes como serpientes, y sencillos como palomas”.

Romanos nos dice que seamos sabios para el bien. La Epístola de Santiago declara que
Dios nos da sabiduría: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios”,
el cual da sabiduría. Dios nunca quiso que Su iglesia ni Sus hijos fueran ignorantes; Él
quería que Su Iglesia fuera sabia; Él quería que nosotros estuviésemos al tanto de lo que
sucede.

¿Saben ustedes de dónde viene esta sabiduría? Viene de la Palabra de Dios. Salmos
119:105 dice que la Palabra de Dios es lámpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro
camino, y por lo tanto imparte sabiduría. Isaías nos dice que la Palabra de Dios imparte
sabiduría en cuanto a la salvación de manera que ni siquiera el torpe tiene que
extraviarse. El camino es tan sencillo y tan claro. 1 Juan 3:2 dice: “Amados, ahora
somos hijos de Dios…” Es la Palabra de Dios la que imparte sabiduría en cuanto a
nuestra relación de hijos con Él. 2 Corintios 2 nos habla de las maquinaciones de
Satanás las cuales no ignoramos. Nosotros no somos estúpidos y no deberíamos actuar
neciamente.

El Evangelio de Juan dice que la Palabra de Dios imparte sabiduría en cuanto a la vida
futura, el regreso de Cristo y el cielo. La Palabra de Dios nos da sabiduría en cuanto a
toda materia necesaria para que el hombre tenga conocimiento completo de su
redención y de su salvación. Esto nos da confianza para manifestar resultados positivos.
Nosotros nunca necesitamos temer pues no somos ignorantes; nosotros tenemos
conocimiento de la Palabra de Dios.

29
Segunda Parte
La Biblia
es la Palabra de Dios
CAPÍTULO 5
LA PALABRA RESPIRADA DE DIOS

2 Timoteo 3:16 tiene un gran significado en nuestro estudio del poder para la vida
abundante. Este versículo dice que la Palabra es respirada de Dios.

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia.

La primera palabra en 2 Timoteo 3:16 es “toda”. Cada vez que “todo” aparece, uno se
debe preguntar qué significa la palabra “todo”, porque en la Biblia la palabra “todo” se
usa en una de dos formas: ya sea todo sin excepción o todo con distinción. Todos con
distinción quiere decir todos en una cierta clase o grupo designado. Si uno considera
equívocamente la palabra “todo” nunca entenderá correctamente la Palabra de Dios ni
experimentará todo su impacto.

Juan 12:32
Y yo [Jesús], si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.

¿Es todos sin excepción o todos con distinción? La respuesta es obvia. Nosotros
sabemos que no todas las personas en nuestra comunidad son cristianas; por lo tanto, no
todas sin excepción han sido atraídas a él. Todos los que han creído, todos con
distinción, son quienes han sido atraídos.

Hebreos 2:9:
Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús,
coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que
por la gracia de Dios gustase la muerte por todos [por todos los hombres].

¿Es la palabra “todos” con distinción o sin excepción? ¿Gustó Cristo la muerte por
todos los hombres sin excepción o por todos los hombres con distinción? Él murió por
todos sin excepción de tal manera que quién quiera ser salvo puede ser salvo. Cristo
murió por todos los hombres sin excepción y por esto cualquiera puede nacer de nuevo
por el Espíritu de Dios.

En 2 Timoteo 3, donde dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios”, “toda la


Escritura” quiere decir sin ninguna excepción desde Génesis 1:1 hasta Apocalipsis
22:21.

30
Las palabras “toda la Escritura” son seguidas por la palabra “es”. Esta palabra ha sido
añadida al texto griego de Esteban del cual fue traducida la Versión Reina-Valera.

Antes de seguir adelante, entendamos una cosa. Si una persona omite una palabra que
ha sido añadida, la Palabra de Dios no ha sido tocada. Esto se vuelve muy importante a
medida que avanzamos en la precisión de la Palabra.

Para avanzar un paso más, no había verbo “ser” o “estar” en los idiomas hebreo o
arameo originales. Había un verbo “llegar a ser” o “volverse”.

Esto se vuelve muy interesante en el primer capítulo de Génesis. Génesis 1:2 dice: “Y la
tierra estaba…” Esta palabra “estaba” no fue añadida. Génesis 1:2 continúa: “Y la tierra
estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo…” El
segundo uso de la palabra “estar” no aparece en el texto. Esto nos dice que la primera
palabra traducida “estaba” no es la palabra “estaba” sino “llegó a ser”, “se volvió”. Pero
el segundo uso, “estaban” fue añadido. Por lo tanto el versículo 2 dice literalmente: “Y
la tierra se volvió desordenada y vacía, y las tinieblas sobre la faz del abismo”. Se volvió
desordenada y vacía. Dios no la creó así. Si se deja la palabra “estaba” en el texto: “Y la
tierra estaba desordenada y vacía”, parece que dijera que Dios creó la tierra de esta
forma. Al contrario, la Tierra se volvió de esta forma cómo lo comprueba Isaías 45: 18.

Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que
la hizo y la compuso; no la creó en vano…

“Desordenada” (tohu) en Génesis 1:2 es la misma palabra que se usa en el “no en vano”
de Isaías (tohu). Dios no la creó desordenada y vacía (tohu bohu). La tierra se volvió
así.

Regresemos a 2 Timoteo 3:16. Observe cuidadosamente: “Toda la Escritura es inspirada


por Dios…” Estas tres palabras “inspirada por Dios” son una sola palabra en los textos
críticos griegos. La palabra es theopneustos. Esta palabra se compone de dos palabras
raíces: theo y pneustos. Tomada por partes, theo es “Dios” y pneustos es “respirado”.
Theopneustos quiere decir literalmente “respirada de Dios”. “Toda la Escritura es
inspirada por Dios” es igual a “toda la Escritura es theopneustos” o “toda la Escritura es
respirada de Dios”.

Ahora nosotros preguntamos: ¿respira Dios? Usted y yo respiramos, pero, ¿lo hace
Dios? Juan 4:24 dice que “Dios es Espíritu…” Más aun, la Palabra de Dios dice que un
espíritu no tiene carne o huesos. Nosotros no podemos ver un espíritu con nuestros
propios ojos. Sin embargo 2 Timoteo 3:16 dice que Dios respiró. Tenemos que
averiguar exactamente qué se quiere decir cuando se le atribuyen a Dios características
humanas. ¿Qué quiere decir “respirada de Dios”?

31
¿Alguna vez se ha preguntado usted qué debe ser enfatizado en la Palabra de Dios? Si la
Biblia es respirada de Dios, theopneustos, y si la Biblia es la Palabra de Dios, ¿puede
usted imaginarse por un segundo que Dios le permitiría a cualquier mortal el privilegio
de decidir qué debe ser enfatizado en la Palabra de Dios? En esta palabra, “respirada de
Dios”, theopneustos, hay una gran verdad que ha tomado años para ser indagada y
estudiada.

Dios es espíritu así que Dios no respira, pero nosotros sí. Siempre que la Biblia atribuye
características humanas a Dios, como lo hace esta escritura en particular en 2 Timoteo,
esto se llama una figura literaria. Las figuras literarias en la Biblia desde Génesis 1:1
hasta Apocalipsis 22:21 son las marcas de Dios en la Palabra en cuanto a qué quiere Él
que sea enfatizado.

Una figura literaria no es algo sobre lo que hay que adivinar. Las figuras literarias son
usos gramaticales legítimos que departen del lenguaje literal para llamar atención a sí
mismas. Por ejemplo, si no hemos tenido lluvia por un largo tiempo, yo podría decir: “el
suelo está seco”. Esto sería una simple enunciación de un hecho. El polvo vuela y las
grietas se abren. Pero si yo digo: “el suelo está sediento”, eso es una figura literaria. La
figura siempre es más vívida que la misma enunciación literal. Cuando yo digo: “el
suelo está seco”, pongo una idea vaga en su mente; pero en el momento en que digo “el
suelo está sediento”, entonces usted tiene una imagen clara. Una figura literaria siempre
aumenta, siempre vitaliza la declaración.

La Palabra de Dios debe ser aceptada literalmente cuandoquiera y dondequiera sea


posible. Pero cuando una palabra o palabras dejan de ser fieles a los hechos, ellas
constituyen figuras literarias. Las figuras literarias tienen un énfasis diseñado por Dios
que tiene que ser asido y entendido para obtener completamente el impacto de la
Palabra. Los hombres tienden mucho a usar las figuras literarias al azar, pero en la
Palabra de Dios las figuras literarias son usadas con un diseño divino. Todas y cada una
de ellas pueden ser exactamente catalogadas y analizadas con precisión. No hay
adivinanzas en lo absoluto. A excepción de las figuras literarias y de las costumbres y
manerismos orientales, la Palabra es literal.

Hay 212 figuras literarias distintas que se usan en la Biblia. Hasta donde yo puedo
calcular, a lo largo de la historia tiene que haber habido aproximadamente 220 figuras
distintas. Doscientas doce de éstas son usadas en la Biblia; algunas veces hay hasta
cuarenta variaciones de una figura. Es fácil la monumental oportunidad para la
investigación que ofrece el campo de las figuras literarias.

Esta figura, “respirada de Dios”, es tan maravillosa que voy a tomar este tiempo para
desarrollar su grandeza. Una vez que usted entienda esto, cientos de Escrituras se le
harán claras.

32
Dios es Espíritu, y sin embargo 2 Timoteo dice que “toda la Escritura es respirada de
Dios”. Esta figura se llama en el hebreo derech benai adam, lo cual traducido quiere
decir “los hábitos de los hijos del hombre”, bajar a Dios al nivel del hombre. Ahora, los
griegos tomaron derech benai adam y lo tradujeron anthropopatheia que quiere decir
“rasgo conmovedor del hombre”. Los romanos usaron esta figura y la llamaron
condescensio en latín de donde se deriva nuestra palabra “condescendencia”. Siempre
que la Palabra de Dios atribuye características humanas a Dios, la figura usada se llama
en griego anthropopatheia y en latín condescensio. Esta es la marca enfática del
Espíritu Santo en 2 Timoteo 3:16. El énfasis no está en la palabra “todo” o en la palabra
“Escritura”. El énfasis está en la fuente, “respirada de Dios”. Dios puso el énfasis donde
Él lo quiso; Él lo marcó con esta figura literaria.

Otro ejemplo de condescensio es Éxodo 4:14 el cual dice: “Entonces Jehová se


enojó…” Dios es espíritu; Él no se enoja. Cuando la Biblia dice que Dios se enoja, ¿de
qué figura se trata? Condescensio. Isaías 52:10 dice: “Jehová desnudó su santo brazo…”
¿Tiene un brazo Jehová? No, no lo tiene, pero usted y yo si lo tenemos. “Desnudar el
brazo” es la figura condescensio.

¿Cuál es exactamente el proceso por el cual vino la Palabra respirada de Dios? La clave
para responder esta pregunta está en la Palabra de Dios.

2 Pedro 1:21:
Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos
hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

“Profecía” se usa de una manera singular en este versículo de la Escritura. Cuando la


persona común y corriente piensa en profecía, piensa en la predicción del futuro. Esta
definición es uno de los usos de la palabra “profecía”, pero no es el único uso. La
palabra “profecía” también puede querer decir “declarar”.

La profecía de Isaías de la venida del Señor Jesucristo y la profecía de Juan del regreso
de Cristo (el cual todavía está en el futuro) son ejemplos de predicción. Parte de la
Palabra de Dios es predicción. El verbo “profetizar” también quiere decir “declarar,
exponer, presentar”. “Profecía” literalmente quiere decir “aquello que es predicho y
aquello que es declarado”. Toda la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis es predicción
o declaración. “Porque nunca la profecía [aquello que es predicho o declarado, todo
desde Génesis hasta Apocalipsis] fue traída por voluntad humana…”La Palabra de
Dios, que predice y declara, nunca fue traída por voluntad humana. Muchos teólogos y
líderes religiosos han enseñado que siempre que un escritor bíblico quería escribir él se
sentaba y componía una parte de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios no dice eso.
Moisés nunca se sentó en el desierto y dijo: “Bueno, ahora pienso que voy a escribir la
Palabra de Dios”, y entonces sacó su libreta de taquigrafía. Él no se rascó la cabeza y
empezó a escribir: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. “Eso me gusta”. No.

33
Nunca fue traída la profecía por la voluntad del hombre; en otras palabras, el hombre
nunca dispuso a su voluntad la Palabra de Dios. Él nunca se sentó y dijo: “Ahora, yo
dispongo que se componga Génesis” o “yo dispongo que se componga Mateo”. “Porque
nunca la profecía fue traída por voluntad humana…”Esto es básico para nuestro
entendimiento esencial y fundamental de cómo fue traída la Palabra.

La Palabra de Dios nunca fue traída por voluntad humana, “…sino que los santos
hombres de Dios hablaron…” Santos hombres de Dios hablaron. ¿Quiénes son santos
hombres? Hombres que le creen a Dios son santos. La Biblia no fue escrita por
rechazadores de Dios, incrédulos o escépticos. La Biblia fue escrita por santos hombres
de Dios que hablaron según eran inspirados por el Espíritu Santo.

Yo he preguntado a muchas personas sobre este versículo: “¿Quién habló?” ¿Y saben lo


que ellos dicen? El Espíritu Santo. Eso no es lo que el versículo dice. Dice: “…santos
hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”. No dice que Dios
habló; dice que los santos hombres de Dios hablaron. Esto es lo que la Palabra dice y
eso es lo que quiere decir.

¿Sabe usted por qué hay tanta diferencia entre los libros de Amós e Isaías; entre el
Evangelio de Marcos y el de Juan? ¿Puede usted hablar usando cualquier vocabulario
que no sea el suyo? Por ejemplo, si usted nunca ha oído de la palabra “idiosincrasia”,
usted no la puede usar. Uno sólo puede usar el vocabulario que posee. Eso es
exactamente lo que declara la Palabra en 2 Pedro 1:21, que santos hombres de Dios
hablaron. Ellos usaron sus propios vocabularios y sus propias formas de expresión. El
Evangelio de Marcos es corto y abrupto: “e inmediatamente”, “y entonces”, “y
enseguida”. Se usan estas palabras porque el escritor del Evangelio de Marcos no era un
hombre altamente educado y con un vocabulario florido. Pero el Evangelio de Juan es
diferente. Juan escribió: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el
Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas,
y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”. ¡Qué hermoso! ¿Por qué? A causa del
estilo de escribir de Juan. El escritor de Amós era terso; él era un pastor. Isaías usaba
hermosas expresiones. Esto explica los diferentes estilos de escribir que se encuentran
en la Biblia. Santos hombres de Dios hablaron y escribieron; usaron sus vocabularios
naturales. Pero hablaron “siendo inspirados por el Espíritu Santo”.

¿Qué quiere decir ser “…inspirados por el Espíritu Santo”? 2 Timoteo 3:16 dice que
toda la Escritura es respirada de Dios. Aquí en 2 Pedro 1:21, la Palabra declara que
estos hombres fueron inspirados por el Espíritu Santo. Lo que sea “respirada de Dios” o
ser “inspirada por Dios” es ser “inspirado por el Espíritu Santo”.

Algunas personas enseñan que Dios tomó el brazo de Moisés y lo empezó a mover y, en
esta forma, hizo que Moisés escribiera lo que Dios quería que fuera escrito. No. No dice
“empujado por el Espíritu Santo”, dice: “…inspirados por el Espíritu Santo”.

34
La gente siempre está adivinando y ofreciendo opiniones en vez de leer a la precisión
declarada de la Palabra de Dios. ¿Qué es ser respirada de Dios e inspirada por el
Espíritu Santo? Gálatas 1:11 contiene esta declaración.

Más os hago saber [garantizo], hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es
según hombre.

Si el evangelio fuera según hombre, él, Pablo, lo habría recibido por voluntad humana y
eso habría sido una contradicción con el resto de la Palabra. 2 Pedro 1:21 dice
enfáticamente que la Palabra no vino por los deseos del hombre. No vino por voluntad
humana. Gálatas dice: “…el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo
ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno…” Entonces tiene que haber otra forma de
obtener información. En nuestro mundo de conocimiento de los sentidos todo
aprendizaje de las matemáticas, ciencia, historia y la tales -toda nuestra información-
viene por la voluntad humana. Pero en contraste, Pablo dijo de sus escritos en Gálata
1:12:

Pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de


Jesucristo.

La Palabra vino “por revelación de Jesucristo”. Ahora vamos a juntar estos versículos.

2 Timoteo 3:16:
Toda la Escritura es inspirada por Dios [respirada de Dios], y útil para enseñar,
para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.

2 Pedro 1:21:
Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos
hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

Gálatas 1:11,12:
Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según
hombre;

pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de


Jesucristo.

En 2 Timoteo 3:16 es la “palabra respirada de Dios” la cual en 2 Pedro 1:21 es ser


“inspirados por el Espíritu Santo” lo cual en Gálatas 1:11 y 12 es “revelación”.

Hay un axioma matemático envuelto en este punto: “Dos cosas iguales a una tercera son
iguales entre sí”. Por lo tanto, palabra respirada de Dios = inspirados por el Espíritu

35
Santo = revelación; o respirado de Dios significa ser inspirados por el Espíritu Santo lo
cual es revelación.

Antes de ahondar un poco más en este versículo particular de 2 Pedro, observemos el


Antiguo Testamento y veamos cómo hablaron aquellos santos hombres de Dios que
recibieron esta revelación. Hemos visto en Juan 4:24 que Dios es Espíritu. Dios, siendo
Espíritu, sólo puede hablar a aquello que Él es. Dios no le puede hablar a la mente
natural humana. Por esto es que la Palabra no pudo venir por voluntad humana porque
la voluntad humana está en el mundo natural. Dios, siendo Espíritu, sólo puede hablarle
a aquello que Él es -espíritu. Las cosas en el mundo natural pueden conocerse por los
cinco sentidos -vista, oído, olfato, gusto y tacto. Pero Dios es Espíritu, y, por lo tanto,
no le puede hablar a las células cerebrales; Dios no le puede hablar a la mente de una
persona. Es una ley y Dios nunca sobrepasa sus propias leyes. El espíritu proveniente de
Dios tenía que estar sobre aquellos hombres, de otra manera ellos nunca habrían
recibido revelación como Pablo declara en Gálatas. Números 11:17 ayuda a explicar la
revelación.

Y yo [Dios] descenderé y hablaré allí contigo [Moisés]; y tomaré del espíritu que
está en ti, y pondré en ellos…

Dios es Espíritu y Él podía revelarse a Sí Mismo por medio del espíritu de Dios que
estaba sobre Moisés. Luego Moisés, teniendo una mente, usó su vocabulario y escribió
la Palabra de Dios revelada, esa fue la forma exacta en que nos llegó la Palabra de Dios.

Un hombre de Dios, en la usanza bíblica, era un hombre sobre el cual estaba el espíritu
de Dios, también llamado el “espíritu de sabiduría” porque Dios como Espíritu es sabio.
Josué fue uno de estos hombres según Deuteronomio 34:9:

Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había
puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como
Jehová mandó a Moisés.

Todo hombre en la Biblia que escribió la Palabra de Dios tenía el espíritu de Dios sobre
él. Sólo hay un autor de la Biblia y ese es Dios. Hay muchos escritores pero sólo un
autor. Dios es el autor mientras que Moisés escribió, Josué escribió, Pablo escribió,
David escribió y muchos otros escribieron. Dios, siendo Espíritu, habló al espíritu que
estaba sobre los santos hombres de Dios y les dijo lo que Él quería que fuese dicho.
Entonces los hombres de Dios usaron sus vocabularios al hablar lo que Dios había
revelado. “Porque nunca la profecía [todo aquello que es predicho o declarado] fue
traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo
inspirados por el Espíritu Santo”. La Palabra original dada por Dios literalmente no
contenía ningún error o contradicción. ¿Por qué? Porque Dios fue su autor. Santos

36
hombres simplemente escribieron lo que Dios les reveló. Así es como obtuvimos la
Palabra respirada de Dios. Es verdaderamente tremendo.

CAPÍTULO 6
QUE EL HOMBRE DE DIOS SEA PERFECTO

Después de establecer cómo llegó a existir la Palabra de Dios, el siguiente paso en


nuestro proceso de construcción es encontrar cuál es la función de Su Palabra.
Observemos otra vez 2 Timoteo 3:16:

Toda la Escritura es inspirada por Dios [respirada de Dios], y útil para enseñar,
para redargüir [reprender demostrando el error], para corregir, para [lo cual es]
instruir en justicia.

Toda la Escritura desde Génesis hasta Apocalipsis es útil. ¿Para qué es útil? Es “…útil
para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”. Toda la Escritura es
útil en tres áreas: (1) enseñar, lo cual es cómo creer correctamente; (2) redargüir, lo cual
es reprender en los lugares donde no estamos creyendo correctamente, demostrando el
error; y (3) corregir, lo cual es ponernos de vuelta en la creencia correcta. Toda la
Palabra de Dios hará precisamente eso. Nos enseñará cómo creer correctamente, nos
redargüirá en los lugares donde estemos creyendo equivocadamente, y nos corregirá de
modo que podamos de nuevo creer correctamente. Estos tres son todos “instruir en
justicia”.

Muchas veces viene un crítico de la Biblia y dice: “Bueno, la Biblia no es verdad. Yo


pienso que hay demasiadas contradicciones; la Biblia realmente es sólo otro libro entre
tantos”. Este no es el testimonio de la Palabra de Dios. El testimonio de la Palabra de
Dios es que toda la Escritura es respirada de Dios y es útil para enseñar, lo cual es cómo
creer correctamente, cómo creer positivamente. Si nosotros vamos a hacer conexión con
los recursos para la vida en abundancia, tenemos que saber cómo creer correctamente. A
aquella gente que dice que la Biblia tiene muchos errores en ella, me gustaría decirles
que la verdadera Palabra de Dios es precisa desde Génesis hasta Apocalipsis. Los
errores se han introducido porque el hombre ha propagado esos errores. Los hombres
han introducido sus opiniones y deseos en la Palabra. Cuando los hombres vienen y
dicen que ellos no creen en la Biblia, debemos recordar que la Biblia nunca fue escrita
para el incrédulo, para el agnóstico o para el infiel; la Biblia no fue escrita para los
rechazadores de Dios y los negadores de Dios. La Biblia fue escrita para hombres y
mujeres que quieren encontrar respuestas. La Palabra de Dios es dada a los hombres y
mujeres que quieren hacer conexión para la vida más abundante. Por esto es que el
crítico que viene de afuera de la Palabra de Dios no tiene tierra firme en que pararse
para juzgar a la Palabra porque la Palabra ya lo ha juzgado a él.

La Biblia fue escrita de modo que usted como creyente no tenga que ser llevado por
doquiera de todo viento de doctrina, o teoría, o ideología. Esta Palabra de Dios no

37
cambia. Los hombres cambian; las ideologías cambian, las opiniones cambian; pero esta
Palabra de Dios vive y permanece para siempre. Ella permanece, ella se mantiene firme.
Veamos esto en Juan 5:39: “Escudriñad las Escrituras…” No dice: escudriñad
Shakespeare, o Kant, o Platón, o Aristóteles, o los escritos de V. P. Wierwille, o los
escritos de una denominación. No, lo que dice es: “Escudriñad las Escrituras…”porque
toda la Escritura es respirada de Dios. No todo lo que Wierwille escriba será
necesariamente respirado de Dios; no lo que Calvino dijo, ni Lutero, ni Wesley, ni
Graham, ni Roberts; sino las Escrituras -ellas son respiradas de Dios.

Juan 5:39:
Escudriñad las Escrituras, porque…en ellas tenéis la vida eterna; y ellas [la
Escrituras] son las que dan testimonio de mí.

Las Escrituras nos dicen la verdad sobre el Señor Jesucristo, y sobre Dios; esto es
doctrina -es creencia correcta.

Juan 17:8:
Porque la Palabra que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido
verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.

Jesús les dio las palabras que Dios le había dado a él, las Escrituras, la Palabra de Dios.
Juan 17:14 dice: “Yo les he dado tu palabra…” Sin la Palabra de Dios, la cual es
creencia correcta, usted y yo nunca podríamos caminar en la grandeza del poder de
Dios.

Juan 17:17:
Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.

La Palabra es verdad. Este es el testimonio que la Palabra da de sí misma. Tarde o


temprano tenemos que venir al testimonio de la Palabra misma y dejarla que hable.
Nunca bajamos la Palabra de Dios a nuestro nivel; siempre nos levantamos al nivel de la
Palabra de Dios. Nunca venga a la Palabra de Dios con su escepticismo, su duda, su
opinión. Usted viene a la Palabra de Dios y deja que hable por sí misma y entonces
usted re-evalúa y readapta su vida a la integridad y la precisión dela Palabra de Dios.

¿Qué más hace la Escritura además de enseñar? También es útil para redargüir. La
Escritura nos redarguye cuando no estamos creyendo correctamente. La Palabra nos
dice donde estamos errados; nos amonesta nuestra creencia equivocada. Ningún hombre
tiene derecho a redargüir a cualquier otro hombre. La Palabra de Dios es la que tiene
que redargüir, porque lo que yo pueda permitir en mi vida, puede que algún otro no lo
permita en su vida.

Romanos 14:22:

38
¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el hombre que
no se condena a sí mismo en lo que aprueba.

Yo he experimentado la censura de la gente cuando a ellos no les gustaban las corbatas


que yo usaba, para citar un ejemplo. Me movía entonces entre círculos que enseñaban
que si usted ofendía a alguien con sus acciones, tenía que dejar de hacerlas. De modo
que me deshice de la corbata vieja sólo para darme cuenta que la nueva corbata ofendía
a alguien más. Traté toda forma posible de agradar a la gente porque la gente me
reprobaba por usar esto o por usar aquello. He llegado al punto en mi vida en que sólo
me interesa lo que Dios piensa y no lo que piensa la gente. Tomo mi reprensión no de lo
que dice la gente, sino de lo que dice la Palabra. Estas Escrituras son respiradas de Dios
y estas Escrituras son útiles para creer correctamente. Donde nosotros estamos creyendo
y actuando equivocadamente, la Palabra nos redarguye.

Después de enseñar y redargüir, ¿cuál es la tercera cosa que hace la Escritura? No sólo
nos enseña creencia correcta y nos redarguye cuando no estamos creyendo
correctamente, sino que nos corrige. La Palabra de Dios es útil para corregirnos, para
traernos de vuelta a creer correctamente una vez más. Los padres de familia deberían de
utilizar esta técnica para educar a sus hijos. La mayoría de nosotros como padres
decimos: “no hagas eso”. Muy pocas veces añadimos la corrección y les decimos lo que
deben de hacer. Pero eso es exactamente lo que hace la Palabra. Nos dice dónde
estamos creyendo equivocadamente; pero entonces da la corrección y nos dice cómo
podemos volver a creer correctamente.

Hay muchos ejemplos de corrección en la Biblia. Tomemos a David, por ejemplo.


David estaba fuera de orden. Él encontró a la hermosa Betsabé y luego hizo matar a su
esposo en el frente de batalla de modo que él, David, pudiera tener a Betsabé por
esposa. Pocas personas sabían de la secuencia de eventos que llevaron al matrimonio de
David, pero nadie tenía derecho a decir cosas alguna porque David era rey y toda mujer
en el reino era técnicamente la propiedad del rey o pertenecía al rey. Sin embargo,
sucedió que había un pequeño profeta cuyo nombre era Natán con quien Dios tuvo una
conversación. Una vez Dios le dijo a Natán: “Natán, anda y dile a David que ha
pecado”. Y Natán dijo: “Oh, Señor, que no sea yo. Yo no quiero ir donde David porque
el viejo David es diestro en cortar cabezas”. Pero el Señor insistió: “Anda y dile de un
hombre que tenía muchas ovejas y su vecino sólo tenía una ovejita y esa ovejita era tan
preciosa para él que la llevaba a la mesa con él y la llevaba a la cama con él; la criaba en
su seno. Cuéntale esa historia. Cuéntale cómo el hombre rico tuvo una vez una visita. Y
en vez de tomar una de sus propias ovejas para alimentar a su visitante, el hombre rico
fue donde su vecino y tomó a su única oveja y la mató”.

Entonces Natán fue a ver a David y dijo: “Rey David, algo terrible ha pasado en este
reino. Un hombre rico tenía una visita y, ¿sabe lo que hizo este hombre? Fue donde su
vecino y tomó es única ovejita que era tan preciosa, lo único que tenía el pobre vecino,
y la trajo a su casa y la mató”. Natán le contó a David la historia completa. David se

39
puso muy furioso y le dijo a Natán: “Dime quién es el hombre. Dame su nombre y le
haré cortar la cabeza”. Natán miró a David a los ojos y le dijo: “Tú eres el hombre”.

¿Cómo le hubiera gustado a usted ser Natán? Si Natán hubiera ido allá con cualquier
otra historia, ¿sabe lo que le hubiera sucedido? David lo hubiera hecho decapitar. Pero
Dios le dijo a Natán qué decir de modo que David se atrapara a sí mismo. En el
momento en que David dijo: “Dime quién es”, Natán dijo: “Tú eres el hombre”. En ese
momento David reconoció la verdad de que lo que Natán le traía de parte de Dios y
David dijo: “Bueno, lo siento”. Él se volvió a Dios y le pidió que lo perdonase.
Entonces dice en la Palabra de Dios que David fue un hombre según el corazón de Dios.
Él no era un hombre según el corazón de Dios mientras estaba haciendo payasadas con
Betsabé y haciendo matar a Urías; no, pero cuando volvió a estar en alineamiento,
David fue un hombre según el corazón de Dios. Cuando usamos correctamente la
Palabra y caminamos en su poder, entonces somos hombres y mujeres según el corazón
de Dios.

Así que toda la Escritura es respirada de Dios, y útil para enseñar-creencia correcta, para
redargüir-reprobarnos cuando estamos creyendo equivocadamente, y para corregirnos-
volvernos a poner en línea con Dios. Esto es instrucción en justicia. ¿No es ése un
versículo tremendo cuando lo examinamos de cerca para ver la grandeza de la Palabra
de Dios?

Después de exponer en un versículo conciso la función de la Escritura respirada de


Dios-enseñar, redargüir y corregir lo cual es instruir en justicia -Dios sigue con la
próxima línea en 2 Timoteo 3 dando el propósito de la Palabra respirada de Dios.

2 Timoteo 3:17:
A fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda
buena obra.

El propósito, como lo dice, es “que el hombre de Dios…” Veamos quién es un hombre


de Dios. La palabra “hombre” en este uso significa “uno que es portavoz por Dios, uno
que habla por Dios”.

Deuteronomio 33:1:
Esta es la bendición con la cual bendijo Moisés varón de Dios a los hijos de Israel,
antes que muriese.

Moisés era un hombre de Dios porque habló por Dios. Deuteronomio 18:15 dice:

Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a
él oiréis.

40
Moisés era este hombre de Dios. Él era un profeta, uno que habla por Dios. La grandeza
de esto es que cada vez que un creyente habla la precisión de la Palabra de Dios, él es
como un hombre de Dios. Cuando usted habla la precisión de la Palabra de Dios, usted
es como un hombre de Dios. Cuando nosotros hablamos Su Palabra, hablamos como si
Dios mismo hablase.

El propósito de Dios es “que el hombre de Dios [el que habla por Dios] sea
perfecto…”Alguien puede venir y decir: “Bueno, usted no puede ser perfecto”. La
Palabra de Dios dice que nosotros debemos serlo.

La palabra griega para “perfecto” sólo se usa esta vez en la Biblia lo cual la hace
especialmente interesante en investigación y precisión bíblicas. La palabra “perfecto” es
la palabra griega artios usada como adjetivo. Artios es definida y se usa en dos formas.
Uno de sus usos es para describir a un barco cuando está equipado para su viaje,
teniendo a bordo todo lo que se necesita para hacer un viaje exitoso. Siempre que el
barco esté tan perfectamente equipado que no le falte nada, entonces la palabra que se
usa en griego es artios. El otro uso de artios concierne a las articulaciones móviles. La
forma en que la cabeza del fémur calza en la cavidad del hueso ilíaco, en la cadera, por
ejemplo, se conoce como artios. Si uno tuviera la más mínima partícula extraña en esa
articulación de la cadera, el dolor sería agudísimo.

La Palabra de Dios declara que el propósito de la Palabra de Dios es que el hombre de


Dios sea perfecto, sin ningún cuerpo extraño que cause una mancha.

El propósito es que el hombre de Dios sea tan perfecto que él tenga todo lo que se pueda
necesitar en cualquier situación, sin que le falte nada. Él está completamente preparado
para un viaje exitoso.

El propósito de la Palabra de Dios es que el hombre de Dios sea perfecto, no por afuera,
sino por adentro. Uno no puede tener perfección por afuera a menos que primero tenga
perfección por adentro. El propósito de la Palabra de Dios es que el hombre de Dios sea
perfecto por adentro como punto de partida.

“A fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado…”En este punto,
la traducción ha fallado en comunicar el impacto de este versículo. La palabra
“preparado” viene de la misma raíz griega que la palabra “perfecto”. La palabra griega
para “perfecto” es artios; la palabra griega para “preparado” en 2 Timoteo 3:17 es
exartizo. “Exartizo” es un verbo, mientras que “artios” es un adjetivo. Literalmente
dice: “A fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente perfeccionado…” No
solamente debe de ser el hombre de Dios perfecto, sino entera y entera y enteramente
perfeccionado.

En dos cortos versículos de la Escritura, la Palabra nos dice su propia función y


propósito.

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2 Timoteo 3.16, 17:
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia.

a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda
buena obra.

¡Qué revelación fundamental para nuestro estudio y entendimiento de la Palabra de


Dios!

CAPÍTULO 7
NO SOLO DE PAN VIVIRA EL HOMBRE

El problema espiritual básico del hombre es no creer en la integridad de la Palabra de


Dios, simplemente no creer lo que Dios dice. Muy poca gente cree que la Palabra de
Dios es exacta, que quiere decir lo que dice y que dice lo que quiere decir. De este modo
el hombre está en un constante dilema en su búsqueda de la verdad; él no tiene ninguna
piedra de toque, ningún criterio para la verdad porque no quiere ir a la Palabra y
estudiar su integridad y su precisión.

En Mateo 4:4, la Palabra de Dios declara:

…Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la
boca de Dios.

Noten las palabras “de la boca de Dios”. A Dios se le ha atribuido una característica
humana, pero Dios no tiene boca. De nuevo, es la figura literaria condescensio, la marca
de énfasis del Espíritu Santo.

El hombre no se puede sustentar solamente bajo una dieta de alimento físico; necesita
que su alimento sea complementado con toda palabra que viene de Dios. El hombre no
puede vivir de palabras que vienen de hombres, de distintos escritores, de distintos
teólogos o de distintos grupos eclesiásticos, sino de palabras que vienen de Dios.

El hombre sí necesita alimentos físicos para el mantenimiento de su cuerpo físico. Pero


un hombre tiene algo más que cuidar además de su cuerpo físico. El alma de un hombre
también necesita nutrimento. El alma del hombre no puede ser sustentada con puré de
papas, salsa y filete de carne. Mateo 4:4 declara que no sólo de pan vivirá el hombre
“sino de toda palabra”…No sólo necesita una palabra aquí y una palabra allá; no un
versículo aquí y otro versículo allá; “sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
La Palabra de Dios es ese alimento que requiere el hombre de modo que pueda renovar
su mente y así manifestar la vida más abundante.

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La debilidad espiritual y la incapacidad espiritual sólo se pueden deber a una dieta
impropia, eso es: el abandono de la Palabra de Dios. En su mayor parte, la anemia
espiritual causada por el abandono de la Palabra de Dios puede ser atribuida hoy en día
al hecho de que no se entiende la Biblia cuando es leída. La Biblia no se entiende
porque nunca se nos ha enseñado cómo entenderla. ¿Quién nos ha enseñado las figuras
literarias? ¿Quién nos ha enseñado lo que es revelación? ¿Quién nos ha mostrado la
precisión de la Palabra? Por eso es que tenemos anécdotas sobre la Biblia cubierta de
polvo. En realidad uno no puede culpar a la gente por esto. La culpa debería recaer
sobre aquellos de nosotros que hemos sido predicadores y maestros porque no hemos
comunicado la Palabra al hombre de hoy.

¿Pero qué me dice de las personas cuyas Biblias no están cubiertas de polvo y
abandonadas, y sin embargo son aún débiles espiritualmente? Su dolencia espiritual
tiene que ser causada por el uso equivocado de la Palabra de Dios. El uso impropio
significa que no se está dividiendo correctamente la Palabra de Dios. A algunos de
nosotros se nos ha instruido que leamos la Biblia por lo menos una vez al día; pero
cuando hemos terminado de leer nuestra Escritura diaria, ¿qué es lo que sabemos? No
hemos aprendido nada porque no la hemos entendido. ¿Qué pasa cuando la gente deja
de entender la Palabra? Sucumben ante todas las doctrinas y teorías del hombre. Esta
gente, espiritualmente hambrienta, es llevada de un lado a otro con cada filósofo nuevo
o idea nueva. Las sombras fugaces de unos cuantos grandes nombres, antes que la
Palabra de Dios, mantienen a la gente embelesada. Demasiada gente cree lo que ha
recibido del hombre y entonces tratan de corroborar sus creencias yendo a la Biblia y
seleccionando Escrituras que justifiquen sus ideas.

Una mujer me escribió una vez con respecto a una de nuestras radiodifusiones. Puesto
que mi prédica estaba de acuerdo con lo que ella pensaba, le había gustado.
Supongamos que la enseñanza hubiese sido la Palabra y que no hubiera estado de
acuerdo con lo que ella pensaba. ¿Hubieran sus creencias cambiado la Palabra de Dios?
Ya sea que creamos o no, de todas maneras sigue siendo la Palabra de Dios.

Hace algunos años yo estaba enseñando una clase en un estado del sur. Después de la
segunda sesión vino a mí un hombre y dijo: “Yo pienso que ésta es la enseñanza bíblica
más lógica que yo haya oído, pero”, él dijo, “es desconcertante para mí porque yo
siempre he mantenido otras opiniones y no quiero cambiar mi modo de pensar. Usted
me está confundiendo”. Este caballero no terminó la clase porque ya tenía cerrada su
mente. Eses era su privilegio, pero la Palabra de Dios aún es Verdad ya sea que la
creamos o no.

Cuando se combina dos partes de hidrógeno y una parte de oxígeno se obtiene agua. A
mí no me importa si usted ora o no ora, si usted es cristiano o no es cristiano, si usted
cree o no cree; no hace diferencia alguna porque la ley es que dos partes de hidrógeno y
una parte de oxígeno es agua. La Palabra de Dios es tan infalible como eso. Por esto es
que nosotros deberíamos honestamente llegar al punto en que permitamos que la

43
Palabra de Dios tome preeminencia en nuestras vidas sin importar qué ideas, sin
importar qué teorías, sin importar qué opiniones podamos haber sostenido. Tenemos
que venir a la Palabra, dejar que la Palabra hable, y entonces ajustar nuestro
pensamiento de acuerdo a la integridad y a la exactitud de la Palabra. Después de haber
dejado que la Palabra hable, debemos armonizar consecuentemente nuestras creencias,
nuestras acciones y nuestro vivir.

2 Pedro 1:3 dice de la Palabra:

Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por
su divino poder [el de Dios], mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por
su gloria y excelencia.

Dios por Su divino poder, nos ha dado todas las cosas que pertenecen a la vida y a la
piedad. Si queremos las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad, tenemos que ir a la
Palabra de Dios. Si uno juega fútbol, tiene que seguir las reglas del juego de fútbol.
Luego, lógicamente, si nosotros queremos conocer la voluntad de Dios, ¿adónde
vamos? ¿Al comentario, a los teólogos, a la enciclopedia o al sermón del domingo
pasado? No. Nosotros vamos a la Palabra de Dios.

1 Tesalonicenses 2:13:
Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando
recibisteis la Palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra
de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros
los creyentes.

Ellos recibieron la Palabra de Dios, la cual oyeron de Pablo. La gente podría haber
dicho: “Ese es sólo Pablo hablando”, pero no lo hicieron. Pablo dice a los
Tesalonicenses: “recibisteis la Palabra de Dios que oísteis de nosotros…no como
palabra de hombres, sino según es en verdad, la Palabra de Dios, la cual actúa en
vosotros los creyentes.

La Palabra declara de sí misma en Salmos 12:6:

Las palabras de Jehová son palabras limpias, como plata refinada en horno de
tierra, purificada siete veces.

Si la Biblia tiene las palabras de Jehová entonces estas palabras tienen que ser impolutas
y absolutamente puras. Ellas son “…Como plata refinada en horno de tierra, Purificada
siete veces”.

Salmos 119:162:
Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos.

44
¿Se regocija usted en la Palabra como el que halla muchos despojos? ¿Se regocijaría
usted tanto en la Palabra como lo haría si se encontrase mil dólares?

1 Corintios contiene otro testimonio de la Palabra de Dios con respecto a la integridad


de la Palabra de Dios.

1 Corintios 2:13:
Lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino
con las [palabras] que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.

Si éstas son palabras que el Espíritu enseña, entonces deberíamos lavar nuestros oídos,
quitar las telarañas de nuestra mente, y comenzar a estudiar la Palabra para conocer su
exactitud inherente.

Jeremías 15:16:
Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra [la Palabra, no lo que la
gente decía sobre ella, no lo que algún teólogo escribió sobre ella] me fue por gozo y
por alegría de mi corazón…

Esto no quiere decir que encontraron la Biblia o la Palabra y la masticaron o la


comieron físicamente. Cuando la Palabra fue hallada, la digirieron; vivieron de ella; ella
era su vida, el latido de su corazón.

La Palabra es casi increíble porque es tan verdadera. A demasiados ministros les gusta
hablar alrededor de la Palabra, tomando un versículo, leyendo ese versículo como texto
para el día, dando ilustraciones de Cervantes y de Selecciones, regresando a leer el
versículo, dando la bendición y yéndose a casa. ¿Cuánto de la Palabra ha aprendido
entonces la congregación? ¡Nada! Cuando la gente comió la Palabra según se encuentra
en Jeremías, comieron la Palabra pura. Nosotros tenemos que predicar la Palabra pura.

Toda la Creación de Dios es maravillosa; pero de todas las obras de Dios, la más grande
de Sus obras es Su Palabra.

Salmos 138:2:
…Porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas.

Dios ha engrandecido Su Palabra como Su Nombre sobre todas las cosas. No dice eso
de las estrellas o de los planetas. Engrandeció Su Palabra sobre todas las cosas. La
magnificó. La exaltó. La Palabra de Dios es tanto Dios como Dios es Dios. Lo que Dios
dijo que fuese, fue; lo que Dios dijo que es, es; lo que Dios diga que sea, será. ¿Ve usted
por qué tenemos que volver a la integridad y precisión de la maravillosa Palabra de
Dios? No podemos confiar en la palabra del hombre porque el hombre es llevado por
doquiera, estando aquí hoy y muy lejos mañana; pero la Palabra de Dios “vive y
permanece para siempre”. Esa Palabra perdura.

45
CAPÍTULO 8
EN EL PRINCIPIO ERA EL VERBO

El comienzo del Evangelio de Juan declara:

En el principio era el Verbo, y el Verbo con Dios, y el Verbo era Dios.

Observe que hay tres usos de la palabra “verbo” en el versículo 1.

Juan 1:2:
Este era el principio con Dios.

Logos quiere decir “palabra” o “comunicación”. Se habla de Dios como del logos
porque Él es la Palabra. Cristo es el logos, la Palabra de Dios en persona; mientras que
la Biblia es el logos, la Palabra de Dios por escrito.

¿De cuál logos habla Juan 1:1? “En el principio era el logos, y el logos era con Dios, y
el logos era Dios”. La palabra que se usa en este versículo es a la vez la Palabra escrita,
de la que hoy hablamos como la Biblia, y Cristo, la Palabra en persona.

La clave para entender Juan 1:1 y 2 es la palabra “con”. Si se usara cualquier otra
palabra griega para la palabra “con” excepto pros, la Biblia entera se derrumbaría. La
Palabra pros quiere decir “junto con, pero claramente independiente de”. Eso es
precisión semántica exquisita. Jesucristo en el principio estaba junto con Dios, sin
embargo él era claramente independiente de Dios. La Palabra escrita estaba
originalmente con Dios, y sin embargo era claramente independiente de Dios. Esto es
un uso admirable porque refuta la enseñanza errónea de que en el principio Jesucristo
estaba con Dios para comenzar todas las cosas. Esto no es lo que la Palabra dice. Dice
que Jesucristo estaba con Él, pero la Palabra escrita también estaba con Él. ¿Cómo? En
lo que usted y yo podríamos expresar como la “mente de Dios”. Dios en Su presciencia
sabía de la venida del Señor Jesucristo. Él sabía de los profetas a quienes les podría dar
la Palabra, y de su fidelidad en escribir y hablar la Palabra. Todo esto estaba con Dios
debido a Su presciencia. ¿Sabe que usted estaba con Dios desde el principio si usted es
un creyente renacido?

Efesios 1:4:
Según nos escogió [Dios] en él antes de la fundación del mundo…

Si usted fue escogido antes de la fundación del mundo, ¿dónde estaba usted? No me
diga que ha vivido ya con Él en la eternidad. No, sino que en la presciencia de Dios,
Dios sabía que usted creería algún día, que volvería a nacer del Espíritu de Dios. Por eso
es que la Palabra dice que Él lo escogió a usted y que usted estaba con Él antes de la
fundación del mundo.

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Observe otra Escritura que lo corrobora.

2 Tesalonicenses 2:13:
…Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la
santificación por el Espíritu y la fe en la verdad.

Nosotros estábamos con Él desde el principio, como Jesucristo estaba con Él, como la
Palabra escrita estaba con Él, y sin embargo éramos claramente independientes de Él.
Esto explica la importancia del uso de pros.

Por lógica deductiva, si Dios es perfecto, entonces el logos, Jesucristo, tiene que ser
perfecto. Si Dios es perfecto y Cristo es perfecto y la Palabra es dada según santos
hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo, entonces la Palabra
de Dios también tiene que ser perfecta.

Dios es perfecto, luego Jesucristo es perfecto, luego la Palabra revelada de Dios es


perfecta. Consecuentemente las palabras que forman la Palabra también tienen que ser
perfectas. Por esto es que si se hubiera usado cualquier otra palabra en vez de la
preposición pros en Juan 1:1 y 2 toda la Biblia se haría pedazos a causa del uso
imperfecto de las palabras. Para tener una Palabra perfecta, las palabras tienen que ser
perfectas y el orden de las palabras tiene que ser perfecto.

¿Se ha preguntado usted alguna vez por qué Juan 3:16 está situado exactamente donde
está? ¿por qué está Gálatas 5:4 exactamente donde está? ¿por qué está 1 Corintios 12
donde está? ¿por qué está 1 Corintios 14 donde está? Si estuvieran en cualquier otro
lugar el orden de las palabras sería imperfecto. Una cadena no es más fuerte que su
eslabón más débil. Esto es verdad también en la Palabra. Si la Palabra puede ser rota en
cualquier lugar, la Palabra se derrumba desde Génesis hasta Apocalipsis. O toda la
Biblia es la Palabra de Dios desde Génesis 1:1 hasta Apocalipsis 22:21, o nada de ella
es la Palabra de Dios. Alguien puede decir: “Creo lo que dice Juan 3:16, pero no creo en
I Corintios 14, donde Pablo dice: ‘quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas”. Si
uno puede creer en Juan 3:16 y desechar 1 Corintios 14, entonces puedo creer en 1
Corintios 14 y desechar Juan 3:16. ¿Qué nos queda? Nada. Opiniones de hombres. Todo
en la Biblia tiene que ser la Palabra de Dios o nada lo es.

Dios es perfecto, la Palabra es perfecta, y, por lo tanto, la Palabra quiere decir lo que
dice y dice lo que quiere decir. Dios tiene un propósito para todo lo que Él dice, dónde
lo dice, por qué lo dice, cómo lo dice, a quién se lo dice, y cuándo lo dice.

En cierta etapa de mi vida creía que la Palabra de Dios estaba llena de mitos. En aquella
época le podría haber citado numerosos teólogos, pero no le podría haber citado la
precisión de la Palabra de Dios. Hubo un tiempo en mi vida en que yo ni siquiera creía
las palabras “Santa Biblia”. No creía en los milagros, no creía en la segunda venida. No

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era más que un incrédulo de remate. Aprendí mi incredulidad en las escuelas donde
asistí, las cuales enseñaban que la Biblia estaba llena de errores, que la Palabra de Dios
está llena de mitos, que tiene muchas falsificaciones en ella. Si un ministro no cree que
la Biblia es la Palabra de Dios y si piensa que está llena de mitos y falsificaciones,
¿cuáles serían las acciones de un hombre si actuara según lo que cree? Dejaría el púlpito
si fuera honesto consigo mismo.

Tengo muy poco respeto por aquellos que desde el púlpito o desde el salón de
conferencias declaran: “Este versículo está bien, pero aquél es una interpolación, y
aquel otro es un mito”. Los hombres nos quieren enseñar que el libro de Génesis tuvo
cuatro o cinco escritores distintos en los primeros capítulos. Esa es una enseñanza
presuntuosa cuando la Palabra de Dios declara que santos hombres de Dios hablaron
siendo inspirados por el Espíritu Santo. ¿A cuál de los dos le va a creer usted-a la
Palabra de Dios o a las opiniones de los hombres? Deberíamos interesarnos en la
integridad de la Palabra de Dios.

Hemos dejado de andar en la libertad en este nuestro día y nuestro tiempo porque la
Palabra no es real, no vive, no es dinámica para nosotros o en nosotros.
Consecuentemente, la mayoría de la gente son inválidos espirituales, viajando gratis en
lo espiritual. Ellos se pasean con las creencias de algún otro. Mucha gente hoy en día
prefiere leer y estudiar la literatura del ahora antes que la literatura de la eternidad. ¿Por
qué? Porque la palabra del hombre ha tenido preeminencia sobre la maravillosa Palabra
de Dios. Si lo que dice el hombre contradice a la Palabra, se quedan con la palabra del
hombre antes que con la Palabra. Si queremos libertad, si queremos hacer conexión con
los recursos para la vida más abundante, entonces la Palabra de Dios demanda que
estudiemos y vivamos esta incomparable Palabra.

CAPÍTULO 9
CRECÍA Y PREVALECÍA PODEROSAMENTE LA PALABRA DEL SEÑOR

Cuando la Palabra de Dios prevalece, el poder de Dios se manifiesta a sí mismo de una


forma tremenda. Esto está documentado en Hechos 19 donde la Palabra prevaleciente
revolucionó no sólo una comunidad sino también una sección completa del mundo en
un corto periodo de tiempo.

Hechos 19 dice que Pablo fue a Éfeso y encontró allí ciertos discípulos. Él administró el
poder del espíritu santo en manifestación, y “eran por todos unos doce hombres”. El
versículo 8 comienza el pasaje que demuestra la dinámica de la Palabra de Dios
prevaleciente.

Hechos 19:8:
Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses,
discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios.
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Por tres meses Pablo fue a la sinagoga y les mostró la Palabra de Dios. Pero tres meses
es todo el tiempo que se quedó porque incrédulos maldijeron el Camino.

Versículo 9:
Pero endureciéndose algunos [muchos] y no creyendo, maldiciendo el Camino
delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos,
discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tiranno

Pablo fue a la sinagoga por tres meses, predicando y enseñando la Palabra de Dios; pero
cuando ellos rehusaron creer la Palabra de Dios, Pablo separó a los creyentes. Él dijo:
“Ustedes los que quieran creer, vengan conmigo; nos vamos a la escuela de Tiranno. El
resto de ustedes que no quieran creer en la precisión de la Palabra de Dios, simplemente
quédense aquí en la sinagoga”. En realidad no fue Pablo el que separó esta sinagoga.
Los endurecidos y maldicientes con su incredulidad fueron los responsables por la
división de la sinagoga de Éfeso. ¡Y qué separación que fue!, pues el versículo 10 dice:

Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en
Asia [bíblicamente, “Asia” se refiere a una provincia], judíos y griegos, oyeron la
palabra del Señor Jesús.

En dos años y tres meses toda el Asia Menor oyó la Palabra de Dios. En nuestro día y
nuestro tiempo, con los gastos multimillonarios en misiones extranjeras, publicaciones,
periódicos, radios, estaciones de televisión, y todos los otros medios de comunicación,
este evento nunca se ha repetido. Nunca hemos abarcado a toda el Asia Menor con la
Palabra de Dios en una generación. Pero el Apóstol Pablo y un puñado de creyentes
cumplieron la hazaña en dos años y tres meses. O Dios ha cambiado o Pablo y estos
hombres que estudiaron en la escuela de Tiranno habían hecho conexión con algo que
utilizaron en toda su capacidad.

Queda establecido en los relatos bíblicos que cada uno de estos hombres actuaron con
denuedo después de ser llenos del poder del espíritu santo y de conocer la Palabra de
Dios. A medida que estos hombres aprendían, enseñaban la Palabra a algún otro, quien
a su vez, enseñaba a otros individuos de modo que toda el Asia Menor escuchó la
Palabra de Dios en dos años y tres meses. Esta campaña evangelística comenzó bajo el
ministerio de un hombre.

El versículo 11 nos dice lo que pasó.

Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo.

Cuando Pablo creyó la Palabra, predicó la Palabra y enseñó la Palabra, sucedieron


milagros extraordinarios.

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Esta conmoción que comenzó en Éfeso con la Palabra de Dios prevaleciendo tuvo un
efecto repercutidor. Personas a las cuales Pablo no les había enseñado trataron de
meterse en la acción también, pero sus acciones les resultaron contraproducentes.

Versículo 13:
Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre
del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo…

En Hechos 19:13 gente con espíritus malos trataba de expulsar espíritus malos. Este
versículo le dará problemas a una persona hasta que entienda que un espíritu malo más
poderoso tiene el mando sobre los espíritus malos menos potentes. Justamente como en
el ejército cuando un capitán le dice al soldado raso que salte, el soldado raso no
pregunta cuán alto debe saltar; simplemente salta. Esto es lo que hacían estos varios
espíritus diabólicos. Estos exorcistas trataban de expulsar espíritus diabólicos por medio
de otros espíritus diabólicos en el nombre de Jesús, diciendo: “Os conjuro por Jesús, el
que predica Pablo”.

Versículo 15:
Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo;
pero vosotros, ¿quiénes sois?

Estos hijos de Esceva, jefe de los sacerdotes, expulsaban espíritus diabólicos por medio
de otros espíritus diabólicos. Pero uno de estos espíritus malos salió y le replicó a los
hijos y dijo: “Un momento. A Jesús conocemos, y sabemos quién es Pablo, pero
vosotros, ¿quiénes sois?

Versículo 16:
Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos,
pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.

¿Pueden tan sólo ver a aquellos hombres aterrorizados huyendo a la carrera? Una vez
que los espíritus diabólicos fueron alborotados, el hombre en quien estaba el espíritu
diabólico atacó a estos hombres, arrancándoles la ropa y golpeándolos de modo que
ellos huyeron de la casa desnudos y heridos.

Versículo 17:
Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Éfeso, así judíos como griegos; y
tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús.

Versículo 18:
Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus
hechos.

Versículo 19:

50
Asimismo muchos de los que habían practicado la magia…

¿Sabe usted lo que es la magia? La magia es una parte del campo completo de la
Percepción Extra Sensorial; por ejemplo: las tablas de la ouija las cuales se venden hoy
en día en todo lugar para que los niños jueguen con ellas porque queremos que los niños
se inicien correctamente en el mundo de los espíritus. Les decimos que es tan sólo un
bonito juego para divertirse. En realidad es un jueguito para abrir sus mentes a la
posesión diabólica la cual más tarde controlará y usará al niño según la propia voluntad
del espíritu.

Hoy en día muy poca gente conoce la diferencia entre un espíritu malo y un espíritu
bueno así que aceptamos lo que se nos enseña y decimos que Dios los da todos.
Cometemos solamente un error básico -¿cuál dios? La Biblia dice que hay dos dioses-
uno es el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo y el otro es el dios de este mundo
llamado Satanás. Más adelante les mostraré esto en la Palabra de Dios, línea por línea y
palabra por palabra.

Hechos 19:19:
Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los
quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era
cincuenta mil piezas de plata.

Piense cuánto serían 50.000 piezas de plata en monedas de nuestros días. El versículo
20 muestra la plenitud del gozo y la grandeza del ministerio en Éfeso.

Hechos 19:20:
Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.

¿Qué crecía? No la opinión del hombre. La Palabra del Señor crecía y la Palabra del
Señor prevalecía. Cuando esa Palabra de Dios prevalece, empiezan a ocurrir cosas en
nuestras vidas, en nuestra comunidad y en nuestra sociedad. Pero mientras el
crecimiento de la Palabra de Dios sea impedido, mientras la gente no entienda la
plenitud de la Palabra de Dios, nunca podrá prevalecer. Dios quiso que Su Palabra
prevaleciese. Dios nos dio Su Palabra para que nosotros podamos guiar a la gente de las
tinieblas a la luz gloriosa del evangelio de redención y salvación para hacer conocer Su
voluntad.

Toda el Asia Menor oyó el Evangelio por el ministerio de un hombre. Cuando la


Palabra vuelva a ser real, los movimientos de evangelización avanzarán de nuevo. La
gente será salva sin necesidad de periódicos, sin la radio, sin la televisión, sin la
cooperación de todas las iglesias de una comunidad. Cuando comenzamos a vivir la
Palabra, la Palabra comienza a difundirse en nuestra vida diaria. Es la Palabra de Dios
que nos da fe para nacer de nuevo.

51
Romanos 10:17:
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

La fe no viene por el oír lo que Vanidades o Bohemia o Panorama o Selecciones tengan


que decir. La fe viene por el oír de una cosa -la Palabra de Dios. La Palabra de Dios
edifica creencia de modo que un hombre pueda nacer de nuevo del Espíritu de Dios y
ser lleno del poder del espíritu santo. La Palabra de Dios es Fiel. Lo que Él ha
prometido, Él es capaz de llevar a cabo. Su Palabra es la misma ayer, y hoy, y por los
siglos. Crea esa Palabra, hable esa Palabra, y ella produce hoy en día los mismos
resultados que produjo en cualquier momento de la historia de la civilización desde que
fue dada la Palabra. La Biblia dice que debemos permanecer en la Palabra y que
debemos permitir que esta Palabra permanezca en nosotros. En la medida en que
permanezcamos en la Palabra, esta Palabra toma el lugar del Maestro en nuestras vidas.

Yo nunca he visto un hombre, mujer, o niño o niña cuya alma no haya vibrado cuando
esta Palabra de Dios comenzó a descubrírseles. ¿Por qué? Porque la Palabra de Dios
revela misterios, como dice en Romanos 16:25 y 26. La Palabra nos hace sabios para la
salvación como nos dice 2 Timoteo 3:15. De acuerdo a Hechos 17:11 debemos
escudriñar la Palabra de Dios en busca de la verdad. No escudriñamos ninguna fuente
secular en busca de la verdad. Debemos buscar en la Palabra de Dios porque la Palabra
de Dios es la Voluntad de Dios. Una vez que conozcamos Su Voluntad y dejemos que
prevalezca en nuestras vidas, entonces veremos el poder de Dios en manifestación.

CAPÍTULO 10
LA PALABRA CORRECTAMENTE DIVIDIDA

Una y otra vez he oído la aseveración de que la Palabra de Dios causa problemas en una
comunidad o en una iglesia o en nuestra sociedad. Después de oír eso frecuentemente y
después de investigar en la Palabra por qué hay división y falta de acuerdo entre
cristianos, escribí un estudio titulado: "¿Por qué la división?" La división no viene de la
Palabra de Dios; viene de la incredulidad de aquellos que se rehúsan a creer en la
integridad y la precisión de la Palabra de Dios.

El tema de este capítulo es la precisión de la Palabra de Dios y la responsabilidad de un


obrero hacia esa Palabra. 2 Timoteo 2:15 es nuestro punto de partida al estudiar este
tópico.

Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de
qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

El único gran requisito de todo estudiante bíblico es usar bien la Palabra de Verdad. La
Biblia, la Palabra de Dios en su forma originalmente revelada, es la Palabra de Verdad.
Pero cuando se la usa mal, la verdadera Palabra no existe. Tenemos la Palabra de

52
Verdad solamente en la medida en que usemos bien la Palabra de Dios. Todas las
personas, en un momento u otro, usan la Palabra. El asunto no es si usamos o no la
Palabra; el asunto es si la usamos bien.

Cualquiera puede tomar la Palabra de Dios y hacerla querer decir lo que él quiere,
sacándola de su contexto, o añadiendo u omitiendo ciertas palabras. Hay un cuento de
un hombre que dijo una vez que podía probar, de la Biblia, que no hay Dios. Él citó de
Salmos 14:1: "No hay Dios".

Salmos 14:1:
Dice el necio en su corazón: No hay Dios...

¿Dice el versículo que no hay Dios? Sí lo dice. Dice: "No hay Dios". Luego uno puede
ir a la Biblia y probar justamente lo que dijo el hombre. Él solamente se olvidó de
incluir la primera parte del versículo: "Dice el necio en su corazón..."

Una persona puede probar cualquier cosa con la Biblia con solamente aislar un texto o
con cambiarlo. Cualquiera puede justificar un punto de vista teológico manipulando la
Escritura.

2 Timoteo no nos dice que usemos la Palabra; nos dice que la usemos bien. 2 Timoteo
2:15 es el único lugar en la Biblia donde se encuentran las palabras "usa bien". De
nuevo un uso singular en la Palabra de Dios indica que la expresión es particular y
dinámicamente significativa. Las palabras españolas "usa bien" son la palabra griega
orthotomounta. Orthos quiere decir "perfectamente correcto" o "perfectamente recto".
Temno quiere decir "cortar" o "dividir". Juntando estas dos palabras en la palabra
orthomounta, traducida "usa bien" en la Versión Reina-Valera, literalmente quiere decir
"un corte perfectamente correcto". El profundamente exacto matiz de su significado
aquí es que sólo hay una forma de cortar o dividir correctamente la Palabra; todas las
otras formas son cortes equivocados. Lo que muchas personas enseñan -de que siempre
y cuando usted sea sincero, todo será fantástico- no es lo que la Palabra enseña. 2
Timoteo 2:15 dice que debemos procurar con diligencia presentarnos a Dios aprobados
dividiendo correctamente la Palabra. Hay solamente una forma de cortar perfectamente
la Palabra. Todas las demás formas son cortes errados. Ahora, ¿entiende por qué
tenemos separaciones, denominaciones y sectas en la, así llamada cristiandad? Ellas
emanan de una división incorrecta de la Palabra.

Las primeras palabras en 2 Timoteo 2:15 son: "Procura con diligencia". Para dividir
correctamente la Palabra lo primero que uno tiene que hacer es poner esfuerzo, estudiar.
No se le dice que estudie comentarios o escritores seculares; uno tiene que estudiar la
Palabra. Si vamos a dividir correctamente la Palabra, tenemos que estudiar la Palabra y
no lo que la gente dice sobre ella.

53
Por años no hice más que leer alrededor de la Palabra de Dios. Solía leer dos o tres
obras de teología semanalmente, mes tras mes y año tras año. Yo sabía lo que el
profesor fulano decía, lo que el doctor mengano y lo que el reverendísimo zutano
decían, pero no le podía citar a usted la Palabra. Yo no la había leído. Un día llegué a
estar tan fastidiado y cansado de leer alrededor de la Palabra, que llevé más de 3.000
volúmenes de obras teológicas al basurero municipal. Decidí dejar de leer alrededor de
la Palabra. En consecuencia, he pasado años estudiando la Palabra -su integridad, su
significado, sus palabras.

¿Por qué estudiamos? Porque Dios cuenta con que nosotros como obreros, sepamos lo
que dice Su Palabra.

1 Corintios 12:1:
No quiero hermanos, que ignoréis acerca de los dones [asuntos] espirituales.

Puesto que Dios no quiere que ignoremos, sólo hay una cosa que El quiere que seamos -
sabios.

Debemos procurar con diligencia presentarnos a Dios aprobados, no al hombre. Usted


no procura con diligencia presentarse aprobado al principal financista de su comunidad,
o a los líderes de su denominación. El que los hombres lo aprueben a usted o no, no es
de importancia primaria; lo primero es presentarse aprobado ante Dios. Y la única forma
en que usted se va a presentar aprobado ante Dios es estudiando y dividiendo
correctamente la Palabra.

Romanos 16:10
Saludad a Apeles, [quien es] aprobado en Cristo...

No dice que él era aprobado en la comunidad o por la sociedad o en la denominación,


sino que era aprobado en, o por, Cristo.

Hechos 2:22:
Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios...

Nosotros estudiamos para presentarnos a Dios aprobados porque somos obreros que no
tenemos que avergonzarnos de nuestra obra. Si yo fuera un carpintero y construyera una
casa con uniones y ensamblajes que se abren, me presentaría reprobado por mi obra al
venir el dueño a inspeccionar. Un obrero es aprobado o reprobado por la persona que lo
emplea. Así que estudiamos la Palabra para poder presentarnos aprobados ante Dios,
porque somos responsables ante El por nuestra obra.

Mateo 12:36, 37:


Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán
cuenta en el día del juicio.

54
Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

Romanos 14:12:
De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.

La Palabra dice y establece que cada uno dará cuenta de sí mismo. Para tener la
aprobación de Dios debemos estudiar la Palabra y estudiarla en la forma correcta. La
forma correcta es el corte correcto de la Palabra de Verdad para tener la verdadera
Palabra.

Jesucristo, el hijo unigénito de Dios, dividió correctamente la Palabra. De acuerdo con


Lucas 24:44 Jesús dividió el Antiguo Testamento en la Ley, los Profetas y los Salmos.
"Salmos" quiere decir "escritos" en uso bíblico. A mí se me había enseñado a dividir el
Antiguo Testamento en los libros de la Ley, los libros históricos, los libros poéticos, los
Profetas Mayores y los Profetas Menores. Yo los ponía en cinco categorías mientras que
Jesucristo los puso en tres. ¿Quién piensa usted que estaba en lo correcto? Jesucristo
dividió correctamente la Palabra.

Salmos 116:15 es otro versículo que frecuentemente es dividido incorrectamente. Este


es un versículo que se oye frecuentemente en un funeral cuando un buen hombre de
Dios ha muerto.

Salmos 116:15:
Estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos.

Nosotros decimos: "Estimada, buena a los ojos del Señor es la muerte de esta persona".
¡Hablando de división incorrecta de la Palabra! No es bueno a los ojos de Dios que
Germán haya muerto, o que Juan o que María hayan muerto porque ellos no pueden
ayudar a Dios para nada después de muertos. Únicamente cuando estaban vivos podían
ayudar a Dios. La palabra "estimada" en el texto es "costosa".

Nosotros hablamos de un diamante como de una piedra preciosa, lo estimamos porque


es costoso y raro. Mientras más costoso sea, más estimado o precioso es. Eso es lo que
se quiere decir con "estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos". No le
cuesta nada a Dios cuando un incrédulo o un rechazador de Dios muere. De todas
maneras ellos no han hecho nada por Dios. Pero si un creyente muriese, sería costoso
para Dios. Por eso es que el salmista dijo: "Costosa es a los ojos de Jehová la muerte de
sus santos".

La Palabra de Dios es la verdadera Palabra solamente cuando es dividida correctamente.


Cuando se divide incorrectamente tenemos error en el lugar en particular donde se ha
dividido incorrectamente. Para ilustrar: si divido correctamente la Palabra de Verdad en
cuanto a la salvación, tendré la verdadera Palabra en cuanto a la salvación. Pero si
divido incorrectamente la Palabra de Verdad en el tema del Espíritu Santo, entonces en

55
ese lugar no tengo la verdadera Palabra. Naturalmente seré sincero tanto en la salvación
como en el Espíritu Santo; pero la sinceridad no es en absoluto garantía de verdad. La
sinceridad es maravillosa, pero no es sinónimo de verdad. A mí me gusta la gente
sincera, pero también he sido engañado por ellos. La gente insincera nunca me ha
podido engañar, pero la gente sincera sí lo ha hecho.

Sinceridad o falta de sinceridad no es el factor determinante para la verdad. La Palabra


de Dios es Verdad. Cuando la dividimos correctamente tenemos la verdadera Palabra;
cuando la dividimos incorrectamente tenemos error.

En el asunto de presentarse aprobado ante Dios, la gente está de nuevo en desacuerdo.


La gente dice que nos presentamos aprobados a Dios si oramos en cierta forma, o si las
flores están en el altar en la posición correcta. No le hace un pito de diferencia a Dios
donde están situadas las flores en el altar. Puede que nos haga diferencia a nosotros,
pero no le hace absolutamente ninguna diferencia a Dios. La Palabra de Dios dice que
nosotros procuramos con diligencia presentarnos a Dios aprobados usando bien,
dividiendo correctamente, la Palabra. Si dividimos correctamente la Palabra, nos
presentamos aprobados a Dios; si la dividimos incorrectamente, no nos presentamos
aprobados. Debemos llegar a la posición de usar la Palabra como única autoridad. Los
creyentes cristianos nunca se pueden poner de acuerdo en los otros asuntos externos,
superficiales y ritualísticos. Sólo pueden ser unidos cuando se presentan aprobados a
Dios dividiendo correctamente la Palabra.

He aquí un ejemplo que hace un comentario tristemente ridículo de cómo algunos


supuestos cristianos tratan de presentarse aprobados ante Dios. Hace muchos años,
haciendo investigaciones en los archivos de la escuela de la Divinidad de la Universidad
de Chicago, me encontré con un recorte de periódico sobre una denominación que tenía
dos fracciones. La causa del rompimiento fue la cuestión de si Dios había creado
originalmente a Adán y Eva con o sin ombligo. ¡Increíble! Un grupo decía que Adán y
Eva no tenían ombligo mientras que la otra facción creía que Dios les había dado
ombligo a ambos, Adán y Eva. Uno de los grupos construyó una iglesia nueva
justamente al frente de la anterior y llamaron a su nueva denominación la "Primera
Iglesia de los Ombliguistas". Los cristianos traen reprobación sobre sí mismos cuando
se desvían en tales asuntos impertinentes.

No le hace diferencia alguna a Dios si uno usa un vestido largo o un vestido corto; no le
hace diferencia alguna a El si uso corbata o no. Podría enseñar la Palabra tan
efectivamente con una corbata o sin ella. La grandeza no está en lo que usamos o cómo
nos adornamos, sino en si dividimos correctamente la Palabra. Esta Palabra de Dios es
la cosa más grande en el mundo entero y dividida correctamente nos da la verdadera
Palabra; nos da eficacia, poder, exuberancia y la vida más abundante que Jesucristo hizo
disponible.

56
CAPÍTULO 11
LAS TRADUCCIONES DE LA PALABRA DE DIOS

Al proceder como un obrero, hay información básica que tiene que mantenerse en
mente, empezando con que ninguna traducción o versión de la Biblia puede ser llamada
con propiedad la Palabra de Dios.

La Biblia de la cual yo he estado citando se llama la Versión Reina-Valera, Revisión de


1960. No es la traducción Reina-Valera. Si yo tuviera en mis manos la traducción de
Casiodoro de Reina, o de Cipriano de Valera, tendría una Biblia muy valiosa como
articulo de coleccionista. Una vez que se hace la traducción de un texto original, como
el texto de Esteban del cual Casiodoro de Reina hizo su traducción y versión (y esta
versión fue revisada luego por Cipriano de Valera), la traducción, esa primera copia, se
llama una traducción. Cuando los estudiosos empiezan a revisar la traducción en
cualquier forma, se vuelve una versión.

Ahora, dije que ninguna traducción, menos aun una versión, puede ser llamada con
propiedad la Palabra de Dios. En cuanto se sabe, no hay textos originales existentes hoy
en día. El manuscrito fechado más antiguo está escrito en arameo estranguelo. Hay una
posibilidad de que algunos de los manuscritos más antiguos en arameo estranguelo sean
anteriores al año 434 D.C. Aquéllos a los que los estudiosos o letrados se refieren como
originales en realidad son del año 430 y más tarde. Estos manuscritos no son originales-
los originales son aquellos que fueron escritos por santos hombres de Dios siendo
inspirados por el Espíritu Santo. En el mejor de los casos tenemos copias de los
originales. Cuando me refiero a la Palabra de Dios, no quiero decir una copia o una
traducción o una versión; quiero decir la Palabra de Dios que fue originalmente dada
por revelación a hombres santos.

Puesto que no tenemos originales y que los manuscritos más antiguos datan del quinto
siglo D.C., ¿cómo podemos regresar a la profecía auténtica la cual fue recibida cuando
santos hombres de Dios hablaron? Para conseguir la Palabra de Dios de cualquier
traducción, o de cualquier versión, tenemos que comparar una palabra con otra palabra
y un versículo con otros versículos. Tenemos que estudiar el contexto de todos los
versículos. Si es la Palabra de Dios, entonces no puede tener una contradicción pues
Dios no se puede contradecir a Sí mismo. El error tiene que estar ya sea en la traducción
o en el propio entendimiento de uno. Cuando lleguemos a esa original Palabra respirada
de Dios -lo cual yo confío en que podemos hacer- entonces una vez más seremos
capaces de decir con toda la autoridad de los profetas de antaño: "Así dice el Señor".

Noten cuidadosamente lo que a continuación se explica acerca de la Palabra: (1) no hay


textos originales en existencia hoy en día; (2) no había divisiones de capítulos en los
manuscritos originales; (3) no había divisiones de versículos en los manuscritos
originales. Nuestra actual división de la Biblia en capítulos, en ambos testamentos, el
Antiguo y el Nuevo, data de alrededor de 1250. Nuestra división de la Biblia en

57
versículos data de alrededor de 900 D.C. en el Antiguo Testamento, y de 1551 en el
Nuevo.

Dios no puede ser culpado por el error en la división de versículos o capítulos. Los
capítulos y versículos sólo son buenos para una referencia rápida. Pero debemos tener
presente que los capítulos y los versículos son todos hechos por el hombre y, por lo
tanto, desprovistos de autoridad en cuanto a dividir correctamente la Palabra de Verdad.

Observemos algunos ejemplos de divisiones deficientes en capítulos y versículos.

Génesis 1:31:
Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. y fue
la tarde y la mañana del día sexto.

Luego viene el capítulo 2 el cual comienza con "Fueron, pues..." Esa segunda palabra
inmediatamente me dice que algo está mal porque "pues" muestra el resultado de lo que
ya ha sido dicho. El capítulo 1 cerró con "Y fue la tarde y la mañana el día sexto". Y el
capítulo 2 comienza:

Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.

Versículo 2:
Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la
obra que hizo.

Versículo 3:
Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra
que había hecho en la creación.

Versículo 4:
Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados...

El versículo 4 es un pensamiento enteramente nuevo. Los tres primeros versículos del


capítulo 2 terminan el pensamiento del primer capítulo. El segundo capítulo debería
comenzar con el versículo cuatro: "Estos son los orígenes..."

Juan 2 es otro ejemplo de mala disposición de los capítulos. Una de las razones por la
cual la historia de Nicodemo no ha sido entendida es que nunca hemos leído los
versículos que la preceden como parte del contexto. Juan 2:23 debería ser lógicamente
Juan 3:1.

Estando [Jesús] en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su


nombre, viendo las señales que hacía.

58
Versículo 24:
Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos

Versículo 25:
y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo
que había en el hombre.

Capítulo 3, versículo 1:
Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal de entre
los judíos.

El leer esos tres versículos antes de comenzar este tercer capítulo, explica el contexto
para la venida de Nicodemo. Jesús sabía lo que había en Nicodemo. Con esta
introducción o antecedente al escenario de la historia, se entiende fácilmente a
Nicodemo.

Juan 7:53 es un ejemplo de un capítulo que está dividido en la mitad de un versículo.

Cada uno se fue a su casa;

El capítulo 8, versículo 1 comienza:

y Jesús se fue al monte de los Olivos.

Debería leerse: "Cada uno se fue a su casa; y Jesús se fue al monte de los Olivos".
Entonces debería haber una división de capítulo para comenzar: "Y por la mañana se
volvió al templo..."

Si la división de capítulos no estaba en los originales, ¿qué me dice de los títulos


insertados en distintas secciones del texto? Estos títulos tampoco son parte de la Palabra
original respirada de Dios y generalmente están escritos en letra negrilla. Estos son los
que el hombre ha añadido.

Los párrafos y referencias son todos hechos por el hombre. Los párrafos son
interpretaciones de lo que los traductores piensan. Ellos indican que un tema está
completo y que uno nuevo comienza. Algunas veces los traductores dejan de reconocer
la división apropiada de temas. Las referencias, las cuales están al final de la página, nos
dicen lo que, según el pensamiento de los editores, tiene conexión con ese versículo.
Algunas veces ellos están en lo cierto, algunas veces se equivocan. Todas estas marcas
han sido añadidas y pueden confundir al estudiante común y corriente que es nuevo en
la Biblia porque él puede pensar que han sido dadas por Dios mismo.

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Dios dio la Palabra original. El no es en nada responsable por los errores que los
hombres han introducido por sus títulos o referencias o marcas de párrafos. El hombre
cometió todos esos errores.

La puntuación es otro ardid hecho por el hombre. Si usted quiere que la Biblia diga algo
para justificar su teología, todo lo que tiene que hacer es manipular la puntuación. A la
Palabra de Dios se le puede hacer decir algo que en realidad no dice con solamente
poner una coma. Cada traductor siguió su propio plan o su propia norma lo cual hace
que toda la puntuación sea desprovista de autoridad divina.

Observemos un caso en que la Versión Reina-Valera evita la inserción de puntuación


añadiendo una palabra que toma el lugar de una coma:

Lucas 23:43:
Entonces Jesús le dijo [al malhechor]: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en
el paraíso.

La palabra "que" no aparece en ningún texto griego, y ha sido añadida por los
traductores. Si quitamos la palabra "que", lo que nos queda es: "...De cierto te digo hoy
estarás conmigo en el paraíso". Ahora tenemos una pregunta: ¿modifica la palabra
"hoy" al verbo "decir" o al verbo "estar"? Los traductores de la Versión Reina-Valera
dieron su interpretación con la inserción de la palabra "que" entre "digo" y "hoy",
haciendo que "hoy" modifique "estarás". Otras versiones dan su interpretación poniendo
una coma o dos puntos antes de la palabra "hoy", mientras que otras ponen la coma o
los dos puntos después de la palabra "hoy". ¿Por qué? Porque un grupo enseña que en el
momento que uno muere, se va al cielo, mientras que otros grupos enseñan que en el
momento que uno muere, no va necesariamente al cielo pues hay un período de espera
antes de ir al cielo. Si es que hay un período de espera entre la muerte y el cielo,
entonces Jesús no le podía decir a ese malhechor: "Hoy estarás conmigo en el cielo",
puesto que ese malhechor hubiera tenido que esperar un cierto tiempo. Por otro lado,
otros dicen que el hombre se va al cielo inmediatamente después de la muerte de modo
que la coma antes de la palabra "hoy" está de acuerdo con su teología.

Si un hombre se va al cielo hoy en día, el cielo tiene que estar disponible. Algunos
enseñan que el cielo está disponible. Si hubieran estudiado la Palabra, sabrían que el
cielo no está disponible. Sin embargo, este versículo habla del paraíso y el paraíso no es
el cielo. El cielo es el cielo y el paraíso es el paraíso. Cuando la Palabra de Dios dice
"paraíso", quiere decir "paraíso". El paraíso está presente en Génesis, capítulos 1 y 2, al
final del cual el paraíso ya no es accesible. No está disponible otra vez hasta el libro del
Apocalipsis el cual habla de un nuevo cielo y una nueva tierra donde habita la justicia.

El paraíso siempre es un lugar sobre la tierra. Si nos vamos a ir al paraíso, tiene que
estar disponible. ¿Le decía Jesús al malhechor ese día: "...De cierto te digo hoy..." o era
"...De cierto te digo, hoy..."? Puesto que el paraíso no existía en el día de la crucifixión,

60
Jesús tenía que decir al malhechor que en algún momento del futuro él estaría con Jesús,
no en el cielo, sino en el paraíso.

Hechos 21:14:
Y como no le pudimos persuadir [a Pablo], desistimos, diciendo: Hágase la
voluntad del Señor.

Este versículo, en la forma en que tiene la puntuación, obviamente dice que ellos
trataron de persuadir al Apóstol Pablo de que cambiase de opinión y no fuese a
Jerusalén; pero como Pablo no cambiaba de opinión, ellos finalmente le dijeron: "Está
bien, Pablo, anda y haz la voluntad del Señor. Ve a Jerusalén". Pero esto no es lo que
dice.

Para entender los antecedentes de esta situación, regresemos a Hechos 20:22. Leamos la
oración con la precisión literal de la palabra "paraíso" en mente.

...De cierto te digo hoy [que] estarás [en un día que viene en el futuro] conmigo en el
paraíso.

Esto calza con el resto de la Palabra de Dios. La inserción de una palabra extra, en lugar
de una coma en su lugar debido, ha causado tanto error al dividir la Palabra.

Un ejemplo de un grave error de puntuación es en Hechos 21 el cual, cuando lo vi por


primera vez, lo encontré difícil de creer. A mí se me había enseñado que los hombres de
Dios en la Biblia -como Abraham, Pablo y Juan- nunca cometieron errores. Estos
hombres estaban sobre un pedestal, mientras que nosotros, los otros humildes cristianos,
les mirábamos con asombro y boquiabiertos porque ellos estaban a un nivel al cual
pensábamos que nunca podríamos aspirar. El pasaje del Apóstol Pablo en Hechos 21 me
dio una buena sacudida cuando se descubrió el error en el uso de los dos puntos y la
coma.

Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha
de acontecer.

Pablo, estaba ligado en espíritu. Estar "ligado en espíritu" quiere decir que uno no está
espiritualmente libre. Pablo quería ir, pero algo le machacaba la mente diciendo: "No
vayas". Pablo dijo: "Yo voy a ir a Jerusalén"; pero cuando hizo esta declaración, estaba
ligado en espíritu, se sentía restringido. El sabía que no debía ir.

Versículo 23:
Salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que
me esperan prisiones y tribulaciones [si voy a Jerusalén].

Versículo 24:

61
Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal
que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar
testimonio del evangelio de la gracia de Dios.

¿No suena maravilloso, sincero, devoto? ¿Pero de qué servía la sinceridad de Pablo en ir
a Jerusalén cuando el espíritu ya le había dicho que no fuese?

Hechos 21:3:
Al avistar Chipre, dejándola a mano izquierda, navegamos a Siria, y arribamos a
Tiro, porque el barco había de descargar allí.

Versículo 4:
Y hallados los discípulos [allí], nos quedamos allí siete días; y ellos decían a Pablo
por el Espíritu, que no subiese a Jerusalén.

¿Cuál era pues la voluntad de Dios? Que Pablo no fuera a Jerusalén. ¿Pero quién estaba
determinado a ir?

Versículo 8:
Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, fuimos a Cesarea; y
entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con él.

Versículo 9:
Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban.

El versículo nueve no dice lo que las doncellas profetizaron. Yo le apostaría, sin


embargo, que ellas no profetizaron sobre el precio del café, o sobre quién ganaría el
próximo juego de pelota. ¿De qué está hablando el contexto? De un hombre que quería
ir a Jerusalén mientras que la voluntad del Señor era que no fuera. Pablo persistió, sin
embargo. En contexto sabemos cuál fue el tema de la profecía de las doncellas.

Después de un período de tiempo vino otro mensaje para Pablo.

Versículo 10:
Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta
llamado Agabo.

Miren el esfuerzo que estaba haciendo Dios para mantener a Pablo fuera de un lío.
Primero que nada, le dijo a Pablo personalmente que no fuera a Jerusalén; Pablo estaba
ligado en espíritu. Luego Pablo fue prevenido por un grupo en Tiro quienes le dijeron,
por el espíritu, que no fuera. Pablo continuó su viaje hasta Cesarea donde cuatro
creyentes cristianas profetizaron. Finalmente Dios mandó a un profeta a hacer el
recorrido desde Jerusalén hasta Cesarea para que interceptase a Pablo en su jornada y
dijese: "Pablo, no vayas a Jerusalén".

62
Hechos 21:11:
Quien viniendo [Agabo] a vernos, tomó el cinto de Pablo [una cinta de tela de diez a
doce centímetros de ancho la cual ellos ataban alrededor de sus vestiduras exteriores], y
atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los
judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los
gentiles.

Versículo 12:
Al oír esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese a Jerusalén.

Dios había hecho todo para mantener a Su hombre fuera de un gran dilema, pero Pablo
estaba determinado a meterse en el dilema. Dios puede tratar de decirle algo a usted;
pero si usted no quiere escuchar, El no lo puede forzar a usted.

Versículo 13:
Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón?...

Pablo se lamentaba, para así decirlo: "¿No saben ustedes que yo estoy listo no sólo para
ser atado sino a morir también en Jerusalén por el nombre del señor Jesús?" ¡No suena
eso magnífico y sincero! Pero Pablo estaba totalmente equivocado. La voluntad del
Señor era que no fuera a Jerusalén.

Después de que los traductores dieron la Palabra exactamente hasta este punto, llegaron
al versículo 14. Los traductores trataron de ayudar a Pablo a salvar las apariencias en las
traducciones modernas con simplemente poner comas y dos puntos.

Versículo 14:
Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del
Señor.

Si se dejan las comas y los dos puntos, hay una complicación de errores pues la verdad
del pasaje es claramente obvia. Cuatro veces la palabra del Señor para Pablo fue que no
fuera a Jerusalén. Si esa era la Palabra de Dios, entonces tiene que encajar con el
versículo 14 también. ¿Qué hicieron los traductores? Pusieron comas y dos puntos para
justificar su teología pues no podían creer que el Apóstol Pablo jamás hubiese cometido
un error. Permítame preguntar: ¿Fue Pablo a Jerusalén? Seguro, él fue a Jerusalén. ¿Se
metió en problemas? Claro que sí; él casi perdió su vida allí. Este poderoso hombre de
Dios, bajo cuyo ministerio todo el Asia Menor oyó la Palabra de Dios en dos años y tres
meses, en los dos años que siguieron no ganó una sola alma para el Señor Jesucristo. El
único pasaje es en Hechos 26:28 cuando le testificó a Agripa el rey, quien le dijo a
Pablo:"...Por poco me persuades a ser cristiano". Si los evangelistas que usan este texto
se dieran cuenta de lo que en realidad implica, nunca lo usarían otra vez. En el contexto,
la cita es acerca del ministerio de un hombre que estaba fuera de la voluntad de Dios. Lo

63
más cerca que Pablo llegó a estar en ganar alguien para el señor en todos esos años fue
"por poco".

Quite las comas y los dos puntos de Hechos 21:14:

Y como no le pudimos persuadir [a Pablo] desistimos diciendo [dejamos de decir:]


hágase la voluntad del Señor.

En un momento sus amigos cristianos le decían a Pablo: "Haz la voluntad del Señor. No
vayas a Jerusalén". Trataron lo mejor que pudieron para persuadirle, pero como no le
pudieron persuadir, dejaron de decir "haz la voluntad del Señor" porque Pablo estaba
determinado a hacer su propia voluntad. Ahora su Biblia encaja como anillo al dedo;
ahora tenemos la Palabra de Dios.

Las comas y los dos puntos han sido todos añadidos por el hombre. En la Palabra de
Dios original no había puntos, ni dos puntos, ni comas, ni puntos y comas, ni capítulos,
ni versículos, ni títulos, ni referencias.

Todas estas cosas han pasado por períodos de cambio. En este estudio en Poder para la
vida abundante en el cual estamos interesados en la precisión y la integridad de la
Palabra de Dios, debemos volver a esa Palabra original la cual fue dada cuando santos
hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. Debemos arrancar las
teologías de los traductores las cuales han venido con las artimañas hechas por los
hombres, y una vez más descubrir la perfecta Palabra respirada de Dios.

64
TERCERA PARTE
Cómo la Biblia
se interpreta a sí misma
CAPÍTULO 12
EN SU VERSÍCULO

2 Pedro 1:20 es una Escritura con la cual generalmente comienzo en mis clases. En este
libro he examinado más antecedentes para señalar la exactitud de la Palabra de modo
que ahora estamos listos para estudiar este versículo.

2 Pedro 1:20:
Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de
interpretación privada.

Esto es lo primero que tenemos que entender si vamos a entender la grandeza de la


revelación de Dios en Su Palabra. Ninguna profecía, ningún versículo de Escritura es de
interpretación privada alguna.

Si yo digo: "Esto es lo que pienso que significa", estoy dando mi interpretación privada.
Si usted dice: "Esto es lo que yo pienso que quiere decir", o si cualquier denominación
escribe: "Esto es lo que nuestra denominación dice que quiere decir", tenemos
interpretación privada. Déle a dos hombres el mismo versículo de Escritura y, por
interpretarlo privadamente, llegarán a dos conclusiones completamente divergentes.
Todas nuestras separaciones en la cristiandad vienen porque no estudiamos la Palabra
desde su precisión inherente. No importa nada lo que pensamos, o cuáles son nuestras
opiniones. El elemento crucial es qué dice la Palabra. Usted y yo tenemos que pensar de
acuerdo a la precisión de la Palabra.

2 Pedro 1:20 es el único sitio en que idios se traduce "privada". En otros lugares en la
Biblia se traduce "su" o "propio". La Palabra "interpretación" es la palabra griega
epilusis la cual no aparece en ningún otro lugar de la Biblia. La forma verbal de epilusis
en griego es epiluo que quiere decir "soltar sobre" así como cuando se suelta a un perro
de cacería sobre la presa. Idios más epilusis es igual a: "de ninguna soltura personal".
Uno no deja simplemente que su mente corra suelta como cuando se suelta a un perro
sobre la presa; uno no deja que la mente vague y dé toda clase de interpretaciones a la
Escritura. "Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de soltura
personal cualquiera".

Después de eliminar la interpretación privada, permanecen dos alternativas al interpretar


la Palabra de Dios: (1) Ya sea que no hay interpretación posible, o (2) la Palabra se tiene
que interpretar a sí misma.

65
Si no hay interpretación posible entonces será mejor que nos olvidemos de todo el
proyecto de entender la Palabra. Pero éste no es el caso. Hay otra respuesta: la Palabra
se interpreta a sí misma.

La Palabra se interpreta a sí misma en una de tres formas: (1) se interpreta a sí misma en


el versículo donde está escrita; o (2) se interpreta a sí misma en su contexto; o (3) la
interpretación puede ser encontrada en su uso previo en la Palabra.

Fue una revelación admirable para nosotros quienes hacemos investigación bíblica
descubrir que la gran mayoría de la Palabra de Dios se interpreta a sí misma justamente
donde está escrita. Yo estimaría que desde Génesis hasta Apocalipsis, de un 85 a un 90
por ciento de la Palabra de Dios se interpreta a sí misma en el versículo.

Si la interpretación es tan obvia, ¿por qué no la hemos entendido? Primero que nada, no
la hemos leído; y en segundo lugar, no hemos recordado lo que leímos. Nos volvemos
descuidados y leemos una cosa en vez de otra.

Observemos algunos ejemplos donde la Escritura se interpreta a sí misma en el


versículo.

Génesis 1:1:
En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

¿Dónde se interpreta a sí mismo este versículo?


Uno no necesita ningún comentario para entender este versículo.

Juan 3:16:
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

¿Dónde se interpreta a sí mismo este versículo? Ahí donde está escrito. Versículo tras
versículo es justamente así.

Mateo 11:28:
Venid a mí todos los que estéis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Hebreos13:5:
…No te desampararé, ni te dejaré.

Una persona no necesita un comentario, y muchas veces ni siquiera un diccionario para


entender estos versículos.

66
1

Una nota a la que debemos prestar atención es que las palabras tienen que ser
entendidas de acuerdo a las definiciones que tenían para la época en que la traducción
fue hecha. El significado de las palabras cambia. Nosotros tendríamos un problema en
tres semanas si se publicara una nueva traducción hoy día, debido a cambios en
definiciones y en uso de las palabras.

Para ilustrar un cambio en expresión, pase a Isaías 1:13.

No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día


de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir…

“No lo puedo sufrir” bíblicamente quiere decir “no lo puedo tolerar”. El Señor no podía
tolerar todo el ritual del incienso, la luna nueva y los días de reposo por el que todos
pasaban en los días de fiestas religiosas.

Marcos 7:9:
Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra
tradición.

“Bien” significa “con pleno conocimiento” en el uso bíblico. “Con pleno conocimiento
invalidáis el mandamiento de Dios”.

Mateo 25:35:
Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui
forastero, y me recogisteis.

“Recoger “a alguien es “darle hospitalidad”.

Estos ejemplos ilustran que debemos entender que la Escritura se interpreta a sí misma
en el versículo donde está escrita, pero que algunas veces la palabra o palabras deben
entenderse según su uso cuando la traducción fue hecha.

Hay otro punto. Los versículos que se interpretan a sí mismos tienen que estar en
armonía con todas las otras referencias bíblicas del mismo tópico. En Mateo 27 hay un
versículo que sobresale en la Palabra de Dios por su dificultad. En cada Semana Santa,
cuando se dan los sermones de las “siete palabras”, este versículo en particular es
despedazado.

Mateo 27:46:

67
Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama
sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?

Este versículo de la Escritura debería haber capturado nuestra atención desde el


principio mismo. ¿Por qué los traductores dejaron allí las palabras extranjeras? Esto
debió habernos motivado para iniciar una indagación en cuanto a la desviación de lo
usual por parte de los traductores.

Nosotros entendemos este versículo palabra por palabra excepto por las palabras
extranjeras. Sin embargo este versículo contradice a otros versículos en la Palabra de
Dios. Parecería como si Dios hubiese abandonado a Jesús porque Jesús se hizo pecado y
Dios no podía aguantar el pecado; por lo tanto Dios dejó a Jesús a que muriera solo.

Vayamos a la Palabra y veamos exactamente lo que la Palabra dice. Observe Juan


16:32.

He aquí la hora viene, y ha venido ya [Jesús está hablando a sus apóstoles], en que
seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo; mas no estoy solo,
porque el Padre está conmigo.

Jesús hablaba del momento de su crucifixión y de su muerte; él dijo: “El Padre está
conmigo”. Sin embargo, en Mateo 27:46 dice: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
desamparado?”

Juan 10:30:
Yo y el Padre uno somos.

2 Corintios 5:19:
que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo…

¿Cómo puede “uno” ser separado? Observe Colosenses 2:9.

Porque en él [en Cristo] habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad.

¿Cómo vamos a separar la plenitud de la Deidad la cual habita en la presencia de Cristo


en la tierra? ¿Cómo podía decir Jesús: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
desamparado?”?

Hay muchos ejemplos en la Palabra que son contradichos a gritos por Mateo 27:46.
Mateo no puede hacer esto si es la Palabra de Dios.

Lo que Cristo dijo en el momento en que fue tomado en cautiverio está escrito en Mateo
26:53.

68
¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de
doce legiones de ángeles?

Uno tiene que estar en “términos amistosos” con Dios para conseguir esa clase de
ayuda. El Padre le habría dado a Jesús 72.000 ángeles. Jesús podía haber salido
inmediatamente de entre ese grupo de hombres si él hubiera querido. ¿Por qué? Porque
“yo y el Padre uno somos”, “el Padre está conmigo”, “yo siempre hago la voluntad del
Padre”. Jesús tuvo que haber estado haciendo la voluntad de Dios cuando moría en esa
cruz. Sin embargo, Mateo 27:24 dice: “Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama
sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Este versículo
contradice al resto de la Palabra.

¿Cuál es el problema? Primero que nada, las palabras extranjeras insertadas en ese
versículo son palabras arameas. Jesús hablaba arameo. (El arameo es llamado hebreo en
la Versión Reina-Valera. Más exactamente, podría haber sido llamado siriocaldeo).
Estas palabras en arameo son dejadas en esta Escritura particular porque los traductores
realmente no sabían qué hacer con ellas. Dejaron el versículo y añadieron la
interpretación en español. Hay todavía hoy en día algunos ejemplos más en el Nuevo
Testamento donde los traductores han permitido que las palabras en arameo
permanezcan en el texto.

La palabra elí quiere decir “Dios mío”, pero no hay palabra aramea como la palabra
lama. Hay una palabra lmna. Lmna es siempre un grito de victoria, una declaración de
“para este propósito”, o “por esta razón”. La raíz de sabactani es shbk. Shbk quiere
decir “reservar”, “dejar”, “guardar” o “mantener”.

Era cerca de la hora novena, las tres de la tarde, cuando Jesús habló desde la cruz.
Colgando de la cruz en esa hora crucial, Jesús hizo esa proclamación desde lo profundo
de su alma. “¡Dios mío, Dios mío, para este propósito fui reservado, con este propósito
fui guardado!” Las últimas palabras que él profirió fueron: “Consumado es”. ¿Qué
estaba consumado? La redención de usted y la mía. Jesucristo había dado su propia
vida. Aquel que no conoció pecado se había vuelto pecado para que usted y yo
pudiéramos ser hechos la justicia de Dios en él. Su redención y la mía fueron entonces
consumadas. El siguiente versículo cronológicamente es Juan 19:30: “…Y…entregó el
espíritu”. Ellos no le quitaron su vida. No fueron los clavos que traspasaron sus manos
los que lo mantuvieron en esa cruz, ni tampoco la cuerda atada alrededor de su cintura,
ni tampoco los clavos que atravesaron sus pies. ¿Por qué se mantuvo colgando en esa
cruz? Porque Jesucristo nos amó. El podía haber salido de esa cruz. Podía haber tenido
doce legiones de ángeles a su mando. Pero siguió colgado de la cruz porque tanto nos
amó que dio su vida por nosotros. Cuando estaba muriendo en esa cruz él no exclamó:
“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”, sino: “¡Dios mío, Dios mío, con
este propósito fui reservado, para este propósito fui guardado!”

69
Traducciones del lejano oriente dicen en Mateo 27:46: “…Dios mío, Dios mío, para este
propósito fui reservado”. Las traducciones occidentales leen erróneamente:”…Dios mío,
Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”

Supongamos que usted tiene un hijo único y en este momento su hijo se estuviera
muriendo: ¿estaría usted sentado leyendo este libro sobre la exactitud de la Palabra de
Dios, o estaría con su hijo? Y su hijo no ha hecho siempre la voluntad suya. Su hijo ha
hecho cosas contrarias a lo que usted hubiera querido. Aun así, usted querría estar con
él. ¿Piensa usted que Dios Todopoderoso no es tan bueno como usted? Jesucristo era el
Hijo unigénito de Dios y siempre hizo la voluntad del Padre. Cuando él moría en esa
cruz, ¿dónde piensa usted que estaba el Padre? Con él.

Dios permaneció con Su Hijo. Esta fue la hora de triunfo no solamente para ellos, sino
para nosotros también, pues fue en este punto que Jesucristo, el segundo Adán, cumplió
todos los requisitos legales para nuestra redención y salvación. Este era el propósito de
Cristo. Ahora tenemos una traducción precisa de Mateo 27:46, uno de los versículos
más difíciles en la Reina-Valera. Ahora este versículo calza con otros pasajes de la
Palabra de Dios.

Para reiterar puntos: (1) La Escritura generalmente se interpreta a sí misma en el


versículo donde está escrita; (2) el vocabulario debe entenderse en los términos del día
en que se hizo la traducción; (3) toda la Escritura tiene que estar en armonía consigo
misma; esto es, las escrituras que se relacionan con un tema dado no pueden contradecir
la una a la otra.
3

Ahora prosigamos con el asunto del desarrollo narrativo. Desarrollo narrativo quiere
decir que varios pasajes de la Escritura en un incidente o tema idénticos pueden
aumentar la información dada en cada uno. Cada pasaje de escritura relacionado al
mismo incidente puede que no dé los mismos detalles pero las Escrituras tienen que
complementarse y estar de acuerdo entre sí o no tenemos la verdadera Palabra de Dios.

Una trampa que debemos evitar ahora es que no llamemos idénticas a situaciones que
solamente son similares. Por ejemplo, si en un Evangelio hay dos hombres saliendo de
una cierta ciudad y hablándole a Jesús, y en otro Evangelio hay un hombre saliendo de
la ciudad y hablándole a Jesús, estas situaciones no son idénticas. ¿Cenó usted hoy?
¿cenó usted ayer? Supongamos que usted comió un emparedado de mortadela y tomó té
ayer, y hoy usted de nuevo come un emparedado de mortadela y té. ¿Fue la cena
idéntica o similar? No podía haber sido idéntica porque usted no comió el mismo
emparedado hoy día, o bebió exactamente el mismo té que bebió ayer. El tiempo, el
momento era diferente -veinticuatro horas de separación- luego las situaciones eran
similares pero no idénticas.

70
Al estudiar el desarrollo de situaciones idénticas en varios pasajes de Escritura, se
vuelve vitalmente importante el observar la Palabra con un ojo aguzado y una mente
perceptiva para ver la profundidad de ella. Por ejemplo: Mateo puede decir algo con
respecto a una situación; Marcos, por el otro lado, hablando de la idéntica situación,
puede que no diga lo que dijo Mateo, pero él podría dar otros detalles que Mateo no dio.
Sin embargo, lo que Marcos añadiría a Mateo, no podría contradecir aquello que dijo
Mateo, o la situación no sería idéntica. Si las situaciones son idénticas, aquello que es
presentado en una Escritura no puede contradecir a lo que se presenta en otra.

Observemos una narración altamente desarrollada que tiene que ver con la crucifixión
de Cristo. Mateo, Marcos, Lucas y Juan hablan del mismo incidente, pero cada uno da
distintos detalles acerca de la crucifixión. Una vez que se junta todas las cuatro
narraciones tenemos un cuadro total y expansivo sin tacha.

Mateo 27:35-37:
Cuando le hubieron crucificado [a Jesús], repartieron entre sí sus vestidos, echando
suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis
vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.

Y sentados le guardaban allí.

Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESUS, EL REY DE LOS


JUDIOS.

Aquí está la secuencia cronológica de eventos: (1) crucificaron a Jesús, (2) repartieron
sus vestiduras, (3) pusieron sobre su cabeza su causa (acusación). Antes de que los
soldados repartieran sus vestiduras, se sentaron. En el Oriente cuando una persona se
sienta, permanece sentada por un rato. No se sienta para levantarse enseguida. Después
de sentarse por un rato los soldados pusieron sobre su cabeza su causa. Para conseguir
esta causa puede que hayan tenido que ir a Jerusalén para conseguir permiso y luego
tuvieron que hacer el letrero. Todo esto toma tiempo. Eso es exactamente lo que indica
Mateo.

Mateo 27:38:
Entonces [después de todo eso] crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha,
y otro a la izquierda.

La Versión Reina-Valera dice: "dos ladrones"; las palabras griegas son duo lestai de las
cuales duo es "dos", y lestai es "robadores"-ladrones que planean deliberadamente y
hacen sus asaltos al descubierto, actuando con violencia o con fuerza. Duo lestai, dos
robadores, fueron crucificados con Jesús después de un tiempo intermedio.

71
Mateo nos dice que los soldados tomaron a Jesús y le crucificaron; se sentaron y le
guardaron; pusieron su causa sobre su cabeza; y entonces crucificaron a dos ladrones,
robadores, uno a la derecha y otro a la izquierda.

Hay otra observación interesante que debe hacerse acerca de Mateo 27:44.

Lo mismo le injuriaban también los ladrones [los robadores, los duo lestai] que
estaban crucificados con él.

La galería de gente en la crucifixión estaba diciendo, como los versículos anteriores


indican: "Confió en Dios: que se salve ahora"; pronto los dos robadores entraron en la
conversación y ambos "le injuriaban". Ellos le decían a Jesús: "Si tú eres
verdaderamente el Hijo de Dios, ¿por qué no bajas de esa cruz?" Los dos robadores le
injuriaban. Esto es lo que Mateo declara.

La siguiente declaración de los evangelios sobre la crucifixión se encuentra en Marcos


15:26, 27, 32. Marcos no escribió información adicional a lo que se da en los otros
evangelios. Luego, para ahorrar tiempo, vayamos a Lucas 23:32:

Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores [kakourgoi,


malhechores, no robadores], para ser muertos.

Cuando llevaban a Jesucristo de Jerusalén al Calvario, llevaron con él, nos dice Lucas, a
dos malhechores. Un malhechor es uno que hace mal. Un robador, por ejemplo sería un
malhechor; pero no todo malhechor sería un robador. Un asesino, por ejemplo, es uno
que hace mal; pero no todo el que hace mal es un asesino. Cuando sacaban a Jesús de
Jerusalén, de acuerdo con el Evangelio de Lucas, llevaban con él a dos malhechores
para ser muertos.

Lucas 23:33:
Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los
malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.

La palabra "malhechor" es la palabra kakourgos; la palabra "robadores" es lestai. Lucas


usa una palabra totalmente diferente porque la gente involucrada es gente totalmente
diferente. No eran dos robadores; ellos eran dos kakourgoi, malhechores, quienes fueron
traídos al mismo tiempo que Jesús para ser crucificados.

Lucas 23:39,40:
Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el
Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.

72
Respondiendo el otro, le reprendió [al primer malhechor], diciendo: ¿Ni aun temes
tú a Dios, estando en la misma condenación?

Los dos robadores, de acuerdo con Mateo, “lo mismo le injuriaban”. Pero en el
Evangelio de Lucas sólo uno de los malhechores le habló injuriosamente a Jesús; el otro
le dijo al malhechor: “Será mejor que te calles porque tú estás en la misma condenación
en que él está”. ¿Cómo puede cualquier persona, lógicamente, decir que los dos
robadores presentados en Mateo son los mismo que los dos malhechores en Lucas. En
Mateo, los soldados crucificaron a Jesús, repartieron sus vestiduras, se sentaron,
pusieron su causa escrita sobre la cruz, entonces trajeron a los robadores. Mientras que,
según Lucas, los soldados llevaron a los dos malhechores con Jesús para ser muertos.

El juntar las dos declaraciones de Mateo y Lucas es sencillo. Cuando Jesús fue llevado
para ser crucificado, llevaron con él a dos malhechores. Los soldados crucificaron a
Jesús y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Los dos robadores
injuriaron a Jesús, pero sólo uno de los dos malhechores le injurió. Al malhechor
concienzudo quien le dijo a Jesús:”…Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”, Jesús
le dijo: “De cierto te digo hoy [que] estarás [tiempo futuro] conmigo en el paraíso”.

De acuerdo con la exacta Palabra de Dios, ¿cuántos hombres fueron crucificados con
Jesús? Dos malhechores más dos ladrones son cuatro personas. Toda la enseñanza que
nosotros hemos tenido que dice que Jesús estaba en la cruz del centro con un reo a la
derecha y el otro a la izquierda está demostrada que es falsa. La razón por la que hemos
creído esto es que en vez de leer al Palabra le creímos a las pinturas que hemos visto.
Cuando una persona va a la Palabra de Dios y ve el desarrollo narrativo de Mateo y
Lucas en una situación idéntica, se ve muy claramente que hubo cuatro crucificados con
Jesús.

El pasaje de la crucifixión obtenido de los tres Evangelios es un ejemplo de cómo la


Escritura se interpreta a sí misma en desarrollo narrativo o bíblico. Observe el tiempo y
note el lugar de acción. Una Escritura puede decir algunos detalles y otra puede decir
otros; pero la una Escritura no puede contradecir lo que la otra Escritura dice. De
Mateo, Marcos y Lucas uno observa que hubo cuatro hombres finalmente crucificados
con Jesús.

Tenemos una declaración del Evangelio que nos queda por considerar: la de Juan.
Mateo, Marcos y Lucas estaban específicamente interesados en el tiempo mientras que
Juan se interesa en el lugar de la acción.

Juan 19:18:
y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio.

73
Mateo nos informó que hubo dos robadores crucificados; Lucas nos informó que hubo
dos malhechores, lo cual hace un total de cuatro hombres. Pero Juan dice: "Y allí le
crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado". Si sólo hubo uno a cada lado, uno
más uno son dos. Ahora tenemos una discrepancia aparente.

Recuerde que cuando hay una discrepancia aparente, el primer lugar donde miramos es
en nuestras mentes. ¿Entendemos lo que está escrito? Si entendemos lo que está escrito,
como lo hacemos aquí, entonces el error sólo puede estar en un otro lugar y es en la
traducción, pues la verdadera Palabra de Dios no se puede contradecir a sí misma.

Juan nos dice, según la Reina-Valera: "y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a
cada lado, y Jesús en medio". Una traducción del texto de Esteban, del cual fue
traducida la Versión Reina-Valera, dice en Juan 19:18: "y con él, otros dos en este lado
y en aquel lado". No hay palabra griega alguna correspondiente a "uno". Los traductores
de la Reina-Valera añadieron la palabra "uno". Si la palabra "uno" no está en los textos
críticos griegos, ¿por qué está en la Reina-Valera? Porque para el año 1569 el mundo
occidental había sido tan indoctrinado por una pintura que mostraba a Jesús en una cruz
con un malhechor a cada lado de él, que cuando los traductores estaban traduciendo este
versículo particular del capítulo diecinueve de Juan, ellos insertaron la palabra "uno".

Quite las comas y la palabra "uno" y lea el versículo de nuevo. "Y allí le crucificaron y
con él a otros dos a cada lado y Jesús en medio". Las mismas palabras, enteuthen kai
enteuthen, se usan en Apocalipsis 22:2.

En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río...

Enteuthen kai enteuthen es traducido "a uno y otro lado". Estas son las mismas palabras
que se usan en los evangelios con la excepción de que Juan tiene la palabra duo. Duo
enteuthen kai enteuthen es igual a "dos en este lado y dos en el otro lado y Jesús en el
medio". ¡Qué gran exactitud de la Palabra de Dios!

Juan 19:32:
Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas al primero [uno de los
robadores], y asimismo al otro [uno de los malhechores] que había sido crucificado
con [El prefijo sun quiere decir "en cercana proximidad con".] él [dando a entender el
primer robador].

Para ilustrar cómo se nos ha enseñado mal acerca de lo que los soldados hicieron para
romper las piernas de los llamados dos ladrones: los soldados rompieron las piernas del
primero; luego tienen que haber pasado por alto a Jesús caminando alrededor de su cruz
(la cual era en realidad un madero) y llegar donde el segundo llamado ladrón.
Finalmente estos soldados regresaron donde Jesús y dijeron: "Dios mío, él ya está
muerto". Este tipo de rutina no es muy razonable. Es más, no tiene sentido. Cuando

74
usted lee la exactitud de la Palabra, los soldados vinieron y rompieron las piernas del
primero (robador) y del siguiente (malhechor) avanzando en la fila; cuando los soldados
llegaron a Jesús en el tercer lugar, lo encontraron ya muerto.

"Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas del primero, y asimismo al otro
que había sido crucificado con él". ¿Quién era "el otro que había sido crucificado con
[con] él"? Lucas dijo que cuando sacaron a Jesús de Jerusalén, llevaban dos
malhechores con él. "Vinieron...los soldados y quebraron las piernas al primero, y
asimismo al otro que había sido crucificado con él", que era el malhechor.

La palabra "otro" en el versículo 32 -"y al otro que había sido crucificado con él"- es
otra clave para añadir a la prueba de que cuatro hombres fueron crucificados con Jesús.
Hay dos palabras diferentes que se traducen "otro" en Juan 19 y en Lucas 23. Una
palabra es heteros y la otra palabra griega es allos. Tanto heteros como allos se traducen
"otro", pero heteros quiere decir "otro cuando sólo dos pueden estar involucrados"
mientras que allos quiere decir "otro cuando más de dos pueden estar involucrados". La
palabra "otro" en Juan 19:32 es allos.

Se usa allos cuando más de dos pueden estar involucrados. Dos malhechores, dos
ladrones y Jesús están involucrados, sumando cinco. Luego los soldados quebraron las
piernas del primero y del otro (allos) de los cinco involucrados.

En Lucas 23:32, también se usa "otro".

Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos.

¿Cuál palabra griega tiene que usarse para tener la verdadera Palabra? La palabra es
heteros porque sólo dos categorías están involucradas: Jesús y los malhechores. Esta es
la precisión aguda de la Palabra de Dios.

Cuando llevaron a Jesús, llevaron a dos malhechores con él. Más tarde, después de que
los soldados habían crucificado a Jesús, repartieron sus vestiduras, echaron suertes, se
sentaron, pusieron una acusación (causa), entonces, finalmente, trajeron dos robadores y
los crucificaron. Cuando vinieron los soldados, quebraron las piernas del primero y del
otro (el allos, más de dos involucrados); pero habiendo llegado a Jesús, encontraron que
él ya estaba muerto. ¿Por qué? Porque los profetas de antiguo habían profetizado que
nadie quebraría jamás las piernas del Mesías. (Salmos 34:20, Éxodo 12:46, Números
9:12). Los judíos y soldados no le quitaron la vida a Jesús sobre la cruz del Calvario; él
la entregó, él dio su vida. El no murió porque lo crucificaron; él murió porque se dio a sí
mismo por usted y por mí. Esta es la exactitud con que encaja la Palabra de Dios, y éste
es el uso extraordinario de la Palabra a medida que desarrolla las Escrituras
interpretándose a sí misma justamente donde está escrita. Al comparar Escrituras en un

75
incidente idéntico, las Escrituras se pueden complementar entre sí, pero nunca
contradecirse la una a la otra si es que tenemos la verdadera Palabra.

Mientras estudiamos cómo se desarrollan los pasajes bíblicos que conciernen a


situaciones idénticas, debemos estudiar la gran exactitud del día en que Jesucristo murió
y el día en que resucitó de entre los muertos.

Años atrás, cuando yo estaba enseñando en India, un líder del gobierno de buena
reputación, un hindú educado en una escuela norteamericana me preguntó: "Dr.
Wierwille, ¿en qué día murió Jesucristo?" El hombre continuó: "Le he pedido a
misionero tras misionero que me expliquen cómo obtienen tres días y tres noches desde
el Viernes Santo hasta el Domingo de la Resurrección en la mañana". A pesar de que
este hombre inteligente había sido entrenado en una escuela misionera, seguía siendo
hindú porque los misioneros entendían menos que él sobre la Palabra. El hombre hizo
notar a Mateo 12:40: "Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y
tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres
noches".

"Más aun", dijo él, "qué me dice de la escritura de 1 Corintios 15:4, donde su Biblia
declara que Jesucristo´...fue sepultado, y que resucitó el tercer día, conforme a las
Escrituras”. ¿Cómo pudo Jesús estar muerto tres días y tres noches desde el Viernes
Santo hasta el Domingo de Resurrección, y aún resucitar al tercer día?

El funcionario hindú y yo tuvimos una buena discusión exponiendo la Palabra con los
principios de que una Escritura no dice necesariamente la historia completa, pero que
escrituras complementarias acerca de una situación idéntica no se pueden contradecir la
una a la otra.

Primero, examinemos la enseñanza tradicional con respecto a la muerte y resurrección


de Jesús. El relato en Mateo decía que Jesús estaría tres días y tres noches en el corazón
de la tierra. Mateo no dice que Jesús estaría en el corazón de la tierra desde el momento
en murió, sino desde el momento en que fue sepultado. Nosotros les daremos a las
personas el beneficio de la duda, sin embargo, y les tomaremos en cuenta desde el
momento en que murió, lo cual sería desde las 3:00 p.m. en el Viernes Santo. Si se
marca el tiempo desde el viernes a las 3:00 p.m. hasta el sábado a las 3:00 p.m.,
tenemos un día y una noche; ahora si Jesús resucitó temprano en la mañana del
Domingo de Resurrección -ajustando el tiempo lo más que se puede- lo más que
podemos obtener es tres días y dos noches. Los tradicionalistas dicen que Mateo no
quería decir literalmente tres días y tres noches, lo que quiere decir es "segmentos",
cualquier porción de un día puede ser contada como un día. Esta es una enseñanza falaz
pues cada vez que la Palabra de Dios menciona un día y una noche, no es una porción
de tiempo; un día y una noche o una noche y un día es un período literal de veinticuatro
horas. La razón por la que la noche viene antes del día en la Palabra de Dios es que la

76
cuenta del tiempo de los judíos comenzaba con la puesta del sol de modo que la noche
precedía a las horas de luz de un día. Mateo 12:40 dijo: "tres días y tres noches" lo cual
significaría tres períodos de veinticuatro horas cada uno. ¿Cómo pueden figurarse tres
días y tres noches desde el Viernes Santo a las 3:00 p.m. hasta la mañana del Domingo
de Resurrección? El Domingo de Resurrección en la mañana (que sería el tercer día),
Jesucristo ya había resucitado; entonces ¿dónde está la tercera noche? Esta enseñanza
no encaja. ¿Qué vamos a hacer? Vamos a estudiar en la misma forma en que
investigamos los hombres crucificados con Jesús. Cuando la Palabra de Dios encaja, no
hay contradicciones, no hay errores. Debemos ir a la Palabra de Dios para averiguar el
día, la hora y los detalles involucrados en la crucifixión de Jesús, su entierro y su
resurrección para tener la Palabra de Dios correctamente dividida.

Según la Palabra de Dios, el primer día de la Pascua era siempre una convocación santa,
un día solemne, un día de reposo. Por ejemplo, si el primer día de la Pascua caía martes,
ese martes era un día de reposo. Si el primer día de la Pascua caía en un día de reposo
semanal, en un sábado, entonces aún era un día solemne y tendría preeminencia sobre el
día de reposo semanal. Esto es similar a nuestros días de fiesta. Por ejemplo, si resulta
que Navidad cae martes, es un día de fiesta; pero si Navidad cae domingo, el día
especial de Navidad toma prioridad sobre el domingo semanal. Este punto tiene relación
con la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

El primer día de la Pascua era siempre el día quince en el mes de Nisán, el primer mes
del año.

Levítico 23:5:
En el mes primero [Nisán], a los catorce del mes, entre las dos tardes [a la puesta del
sol], pascua es de Jehová.

“Entre las dos tardes” es un modismo hebreo que significa “a la puesta del sol”. Porque
la puesta del sol, según la manera hebrea de contar el tiempo, marca el fin de un día y el
comienzo del siguiente día, “a los catorce del mes, entre las dos tardes [a la puesta del
sol]” significa “al fin del día catorce y al comienzo del día quince”. Al fin del día
catorce de Nisán, y, por eso, con el comienzo del día quince de Nisán, comienza la
Pascua.

Levítico 23:6,7:
Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura [la cual
es la Pascua] a Jehová: siete días comeréis panes sin levadura.

El primer día tendréis santa convocación…

El primer día de la Pascua, el quince, siempre será una santa convocación, un día
de reposo, un día solemne.

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Levítico 23:8:
Y ofreceréis a Jehová siete días ofrenda encendida; el séptimo día será santa
convocación…

Reunamos más versículos de Escritura para entender la manera judía de contar el


tiempo.

Éxodo 12:2:
Este mes [Abib o Nisán] os será principio de los meses; para vosotros será éste el
primero en los meses del año.

Éxodo 13:4:
Vosotros salís hoy en el mes de Abib.

El nombre del mes de Abib fue cambiado más tarde, después del cautiverio en
Babilonia, al mes de Nisán. En Ester 3:7, que fue escrito después del cautiverio en
Babilonia, dice: “En el mes primero, que es el mes de Nisán…” El mes de Abib, el
primer mes, es el único mes al que Dios le dio nombre en la Biblia. Dios se refiere a
todos los otros meses como el segundo, el tercero, el cuarto, el quinto, el sexto, el
séptimo y así sucesivamente. Cuando el hombre cambió el nombre del primer mes de
Abib a Nisán, también le dio nombres a los otros meses a los cuales Dios solamente
había numerado. En el primer mes del año y en el día quince, era la Pascua. Así que el
día anterior a la Pascua era lógicamente el catorce de Nisán o Abib.

Hay más documentación del tiempo de la muerte de Jesús en el Evangelio de Juan.

Juan 19:31:
Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua [el día anterior al
quince de Nisán], a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo
[pues aquel día de reposo era de gran solemnidad], rogaron a Pilato que se les
quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí.

La Palabra declara claramente que era el día de la preparación de la Pascua, el cual sería
el día anterior a la Pascua, el catorce de Nisán; los cuerpos no podían permanecer en la
cruz ese día solemne. El punto mayor de confusión entre los estudiosos ha sido que no
han diferenciado entre el día de reposo, el primer día de la fiesta de la Pascua, y el
sábado semanal. El día anterior al sábado semanal era el viernes; por esto la enseñanza
de que Jesús murió el viernes. Pero la Pascua no era el sábado semanal, como lo dice
Juan. Este punto hasta está en paréntesis en la Versión Reina-Valera: “(pues aquel día
de reposo era de gran solemnidad)”. Jesús fue crucificado el día anterior a una santa
convocación, anterior a un día especial, el día solemne, el cual era el primer día de la
fiesta de los panes sin levadura, la Pascua. Todavía está por verse en cuál día de la
semana fue crucificado Jesús.

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En lo que respecta al tiempo de la resurrección de Jesucristo, todos los cuatro
evangelios claramente están de acuerdo.

Mateo 28:1:
Pasado el día de reposo [éste es el sábado semanal], al amanecer del primer día de la
semana [al que usted y yo conocemos como domingo], vinieron María Magdalena y
la otra María a ver el sepulcro.

Esto es temprano en la mañana del domingo. En el versículo 6 el reporte fue que “No
está aquí, pues ha resucitado…” No dice en el versículo 6 que él resucitó en la mañana
de lo que nosotros llamamos Domingo de Resurrección. Dice que para cuando las
mujeres llegaron a la tumba, el reporte del ángel a las mujeres fue que Jesús no estaba
allí pues ya había resucitado.

Marcos 16:1 y 6:
Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y
Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle.

Mas él [el ángel] les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue
crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron.

No dice que él acababa de levantarse. La declaración del ángel fue: “El ya se ha


levantado”.

En Lucas 24:6 el ángel declara a aquellos en el lugar de la sepultura el domingo por la


mañana: “No está aquí, sino que ha resucitado…”De nuevo, la Palabra simplemente
declara que él ya se había levantado.

No dice en Mateo, Marcos o Lucas exactamente cuándo resucitó, pero sí dice que para
cuando vinieron las mujeres, lo cual fue muy temprano, Cristo ya había resucitado.
Ninguno de los evangelios -Mateo, Marcos, Lucas o Juan- dice que Cristo resucitó en la
mañana del Domingo de Resurrección. Eso es tradición, no la Palabra.

Para juntar las piezas, vamos a tener que ir a otros lugares en la Palabra para averiguar
precisamente cuándo murió Jesucristo y cuándo resucitó.

Mateo 12:40:
Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así
estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.

La Biblia ocasionalmente usa la palabra “día” como una expresión idiomática


queriendo decir una porción de tiempo; pero cuando se usan juntos “día y noche”, el

79
tiempo debe ser tomado literalmente. Jesús debía estar enterrado tres días y tres noches,
lo que es igual a setenta y dos horas.

Una norma legal está involucrada en los “tres días y tres noches en el corazón de la
tierra”. En los tiempos bíblicos nadie podía ser declarado muerto oficialmente hasta
haber estado enterrado por setenta y dos horas, tres días y tres noches. ¿Por qué no
resucitó Dios a Jesús inmediatamente después de que fue enterrado puesto que Dios,
obviamente, tenía el poder? La razón por la que Dios no resucitó al Señor Jesucristo
inmediatamente después de su entierro es que Jesús tenía que cumplir la ley; eso es, que
él tenía que estar en la tumba por tres días y tres noches y no solamente parte de ellos.

Nuestro fracaso en haber reconocido que el primer día de la Pascua era un día de reposo
de gran solemnidad, un día de fiesta, una convocación especial, y nuestro fracaso en
entender que el día judío comenzaba a las 6:00 p.m. o a la puesta del sol, han causado la
mayor parte de la dificultad en cuanto al tiempo de la muerte y resurrección de
Jesucristo. La Biblia dice en Juan 19:31 que Jesús fue crucificado y sepultado en el día
de la preparación, el decimocuarto día de Nisán. La Palabra nos dice que Jesús murió
cerca de las 3:00 p.m. en nuestro tiempo, lo cual es la hora novena según la cuenta
judía. Jesús tenía que ser sepultado antes de la puesta del sol porque la puesta del sol
comenzaba el siguiente día que era la Pascua. Era en contra a la ley judía el ocuparse en
entierros y otras actividades serviles en la Pascua y por esto los soldados tuvieron que
quebrar las piernas de los otros crucificados con Jesús. Los soldados tenían que
completar su trabajo antes del crepúsculo lo cual era el principio del quince de Nisán, la
Pascua.

Jesús murió a las 3:00 p.m. y fue sepultado antes de la puesta del sol en el catorce de
Nisán. Jesús tenía que estar sepultado tres noches y días completos para cumplir con la
ley. Para obtener tres noches y días completos comenzando con el crepúsculo en el
quince de Nisán, las setenta y dos horas de duración terminarían con la tarde del
diecisiete de Nisán. Jesús tuvo que haber sido enterrado entre las 3:00 p.m. y la puesta
del sol en el catorce de Nisán. Entonces esa fue la hora en que fue resucitado en el
diecisiete de Nisán -setenta y dos horas más tarde. Ahora tenemos que contar para atrás
para ver los días de la semana. Sabemos que cuando María Magdalena vino a la tumba
temprano en el domingo, el primer día de la semana, la tumba ya estaba vacía y Cristo
ya había resucitado. Luego Cristo tuvo que haber resucitado en algún momento entre las
3:00 y la puesta del sol en el sábado, el diecisiete de Nisán. Eso quiere decir que él
tendría que haber sido enterrado entre las 3:00 y la puesta del sol en el miércoles, el
catorce de Nisán, tres días y tres noches, o setenta y dos horas antes. Jesucristo cumplió
literalmente la ley; él llevó a cabo la Palabra de Dios al ser enterrado en la tarde del
miércoles y resucitado setenta y dos horas más tarde en la tarde del sábado.

Ahora, no voy a proponer que se cambie a Miércoles Santo en vez de a Viernes Santo
pues el libro de Colosenses dice que nosotros no debemos ser observadores de días o

80
tiempos u horas especiales. Pero me voy a apegar a la precisión de la Palabra de Dios y
reconocer su verdad. Las piezas del rompecabezas caen en su lugar cuando se dividen
correctamente los días de los meses, cuando se dividen correctamente las horas de los
días, y cuando se entienden los días especiales. Estos juntan la historia completa de la
muerte y la resurrección de Jesucristo. La Palabra de Dios siempre es así de exacta.

Estudios sobre la vida abundante, Volumen III contiene el estudio minucioso de este
tópico en el capítulo titulado “El Día en que Jesucristo murió”.

En Lucas 24:21 leemos de dos discípulos en el camino a Emáus en el primer día de la


semana.

Lucas 24:21:
Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora,
además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido.

Esta es la Escritura que los incrédulos van a dudar después de haber sido enseñados la
gran precisión de la Palabra. En el lenguaje de cuando se tradujo la Reina-Valera, la
usanza de la expresión “hoy es ya el tercer día que” quería decir que era el cuarto día
porque en el cuarto día ya habían pasado tres días. La traducción de Moffatt al inglés
presenta esta escritura muy clara y precisa. El la tradujo: “y ya hace tres días”. El
arameo lo tiene como sigue: “Y he aquí, tres días han pasado desde que sucedieron
todas estas cosas”. Vea cuán exacta se vuelve realmente la Palabra.

Tal vez alguno le preguntará a usted ahora como se me ha preguntado cientos de veces:
“¿Cuál es la diferencia si Jesús murió el miércoles y fue resucitado el sábado? ¿y qué si
fueron cuatro los crucificados con Jesús?” ¿Hay alguna diferencia? Hay toda la
diferencia entre una Palabra exacta y sin errores y un revoltillo de palabras que se
derrumba. Sí, importa. Nosotros reconocemos la importancia de la exactitud en todos
los otros campos excepto en la Palabra de Dios. Cuando vamos a un banco,
demandamos exactitud. Si fuéramos astronautas dentro de una cápsula y listos para la
cuenta regresiva, demandaríamos precisión. ¡Cuánto más necesitamos precisión y
exactitud en la grandeza de la Palabra de Dios para tener una reserva de dinero en el
espacio estelar del cielo! Si Dios pensó que era suficientemente importante como para
sacrificar a Su Hijo unigénito por la integridad de Su Palabra, entonces deberíamos
pensar que es supremamente importante el dividir correcta y exactamente esa Palabra.

CAPÍTULO 13
EN SU CONTEXTO

2 Pedro 1:20 declara: "Entendiendo primero esto, que ninguna profecía [nada de lo que
es predicho o declarado en la Palabra de Dios]...es de interpretación privada". Puesto

81
que no me atrevo a interpretarla, ni usted, ni cualquier otra persona en el mundo, toda la
Escritura tiene que interpretarse a sí misma ya sea en el versículo o en el contexto o en
el uso previo. Hasta ahora hemos estudiado exclusivamente el primer punto, que la
Escritura se interpreta a sí misma en el versículo donde está escrita. Para estas escrituras
notamos que los versículos no solamente se interpretaban a sí mismos, sino que: (1) las
palabras en los versículos tienen que ser interpretadas según el significado de las
palabra en la época de la traducción, (2) cualquier otro versículo siempre tiene que estar
en armonía con toda la Escritura relacionada con el tema idéntico, y (3) una escritura
puede que no dé todos los detalles; otras escrituras pueden añadir a ella sin
contradecirse la una a la otra.

El segundo punto de cómo la Escritura se interpreta a sí misma es en su contexto. Si la


Escritura no se interpreta a sí misma en su propio versículo, entonces lea el versículo en
su contexto. El contexto es aquello que forma la historia completa, la idea circundante.

Por ejemplo, lea Salmos 2:8. Los misioneros han usado frecuentemente este texto al
hablar de ganar a los paganos para el Señor Jesucristo.

Salmos 2:8:
Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la
tierra.

¿No es este un sermón misionero fabuloso? No si uno lee en su contexto. Lea el


siguiente versículo.

Salmo 2:9:
Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás.

Salmos 2:8 no es un buen sermón misionero porque en el contexto el versículo es, como
poco, inapropiado.

En Mateo 22 hay un versículo que se usa frecuentemente en el servicio que se efectúa


en memoria de un santo de Dios que ha trabajado diligentemente para la iglesia local.
Esta persona era una buena influencia en la comunidad y, habiendo muerto, el ministro
selecciona Mateo 22:32 como su texto en el funeral.

...Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.

El cuerpo del santo yace en el ataúd, él está muerto; pero de una forma u otra decimos
que no está muerto, él está vivo. ¿Por qué no revisar el contexto? ¿De qué está hablando
Mateo cuando dice que "Dios no es Dios de muertos, sino de vivos"?

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El versículo veintitrés dice: “...que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron..."; y
el versículo 31: "Pero respecto a la resurrección..." ¿Cuál es el contexto? El contexto
habla de la resurrección, no de la muerte. La muerte y la resurrección son temas muy
separados el uno del otro.

Leamos la historia completa en Mateo 22.

Mateo 22:23-29:
Aquel día vinieron a él los saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le
preguntaron,

diciendo: Maestro, Moisés dijo: Si alguno muriere sin hijos, su hermano se casará
con su mujer, y levantará descendencia a su hermano.

Hubo, pues, entre nosotros siete hermanos; el primero se casó y murió; y no


teniendo descendencia, dejó su mujer a su hermano.

De la misma manera también el segundo, y el tercero, hasta el séptimo.

Y después de todos murió también la mujer.

En la resurrección [éste es el tema], pues, ¿de cuál de los siete será ella mujer, ya
que todos la tuvieron?

Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder
de Dios.

Jesús les dijo a aquellos saduceos, quienes no creían en la resurrección: "Erráis,


ignorando las Escrituras y el poder de Dios". Esto es exactamente el por qué todavía
estamos tan confundidos en lo que respecta a la venida del señor, a la resurrección y a
nuestra reunión con él. La enseñanza de que cuando uno muere no está realmente
muerto porque vive en algún otro lugar, es error. El creer esto muestra que ignoramos
las Escrituras y el poder de Dios.

Mateo 22:30-32:
Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino que serán
como los ángeles de Dios en el cielo.

Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho
por Dios, cuando dijo:

Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de


muertos, sino de vivos.

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¿Cuándo es que Dios no es Dios de muertos sino de vivos? No ahora, sino en el
momento de la resurrección. ¿Dónde está Abraham ahora según la Palabra de Dios? La
Biblia dice que está muerto. ¿Dónde está Isaac? Está muerto. ¿Dónde está Jacob?
Muerto. ¿Cuánto tiempo permanecerán ellos muertos? Hasta la resurrección, y la
resurrección no ha venido todavía. En el momento de la resurrección, Abraham, Isaac y
Jacob volverán a vivir. Esta es la verdadera Palabra cuando se lee en su contexto.

El hablar de gente que muere y luego están vivos y en el cielo puede llevarlo a uno a
muchos campos errados tales como la supuesta "investigación" y el "aprendizaje" en
percepción extra-sensorial, en parasicología y en temas que tratan de supervivencia
detrás de la muerte. Yo he pasado por este campo en el cual creen masas de gente y que
se vuelve cada vez más popular. Se promueve el supuesto don de profecía. Algunas
personas sabían con anticipación que el presidente Kennedy iba a ser asesinado. ¿De
qué sirvió el saber con anticipación, si de todas maneras fue asesinado? Cuando Dios le
habló a un profeta y le dijo que el ejército del norte iba a venir hacía Israel en cierto
lugar, Dios no reveló este conocimiento y aun así permitir que toda la gente fuese
masacrada. Dios le dijo al profeta, el profeta le dijo al rey, el rey activó sus ejércitos, e
Israel fue protegido contra el ataque. Hubo un provecho que se ganó con el aviso de
Dios. Siempre hay un provecho en la revelación si proviene de la fuente correcta. La
razón por la que Satanás se está dando tan gran festín es que poca gente cree en Satanás
o en espíritus diabólicos. Todos ellos dicen que sólo hay un Dios. La Biblia dice que
hay dos. Uno es el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo; el otro es el dios de este
mundo que es Satanás. Los espíritus diabólicos poseen mentes, controlan, dan
información. Muchas veces la información que los espíritus diabólicos dan es exacta
porque si siempre fuera equivocada nadie les creería. Esto es como el mal; el mal es un
parásito y no podría existir sin la verdad de la cual alimentarse. Los espíritus diabólicos,
espíritus malos, fuentes equivocadas de información las cuales poseen a la gente, no
podrían existir si no fuera por el verdadero Dios. Solamente porque alguien toma una
Biblia y la pone en alto y dice: "Yo leo la Biblia", eso no quiere decir que él no es un
farsante. Aun Satanás conoce la Palabra de Dios; él hasta puede citar (citar mal, fuera de
contexto) la Palabra.

La Biblia dice que cuando un hombre muere, él está muerto y permanece muerto hasta
el regreso de Cristo y la resurrección. Nadie que haya muerto está vivo con la excepción
del Señor Jesucristo, al cual la Biblia declara que Dios resucitó de entre los muertos.
Todos los otros esperan el regreso de Cristo. Si la Iglesia enseñase esta Palabra precisa
los espiritistas no tendrían clientela. Si los muertos están vivos y en el cielo ahora,
pasando un rato tan glorioso, entonces los espiritistas no producen falsificaciones
cuando traen a los supuestos muertos en manifestación en forma ectoplásmica o en otras
formas. Las formas ectoplásmicas son solamente espíritus engañadores; son
falsificaciones.

84
La razón por la que los espiritistas siguen propagando el engaño es que la exactitud de
la Palabra de Dios nunca ha prevalecido en nuestro tiempo en la iglesia Protestante ni en
la Católica Romana. La mayoría de los grupos han enseñado que cuando uno muere no
está realmente muerto; de alguna forma u otra va al cielo o paraíso, como ellos lo
llaman. La Biblia dice que cuando uno muere permanece muerto hasta que sea
resucitado. ¿Por qué debe haber un levantamiento de los muertos si una persona ya está
viva? La razón por la que la gente tiene que ser levantada es porque están muertos.
Algunas personas me dicen que Dios tiene que traer de regreso al espíritu de uno y
reunirlo con su cuerpo. ¡Qué tonto! Si una persona pudo pasar cien años sin un cuerpo,
¿para qué va a tomarse el tiempo para regresar y tomar uno? Como ve, nos hemos
metido en este desorden por causa del error al dividir incorrectamente la Palabra en lo
que respecta a los muertos.

¿Dónde están los muertos? Están muertos. ¿Cuánto tiempo va a permanecer muertos?
Seguirán muertos hasta que regrese Cristo.

La gente trata de confundir la exactitud de la Palabra de Dios dando el ejemplo de


Moisés y Elías quienes se le aparecieron a Jesús y a tres de sus discípulos en el monte
de la Transfiguración y con quienes Jesús habló. La Palabra de Dios dice que ellos
vieron a Moisés y a Elías en una visión. Una visión no es producir a los hombres
mismos.

Gente que no sabe, dice que Enoc era un hombre tan bueno que nunca vio la muerte
porque Dios lo traspuso. Leamos el versículo en su contexto.

Hebreos 11:5:
Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo
traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a
Dios.

"Por la fe Enoc fue traspuesto". La palabra "traspuesto" es la palabra "transportado",


que quiere decir "llevado de un lugar a otro". El no fue llevado de un sitio a otro hacía
arriba; él fue llevado horizontalmente de un lugar a otro"...para no ver muerte". La
palabra "ver" es eidon, que quiere decir "mirar con los propios ojos" o, literalmente, ver
a alguien morir. Al revisar el Antiguo Testamento descubrimos que Enoc nunca había
visto morir a nadie. El complació a Dios todo el tiempo por lo cual Dios lo amó tanto
que lo tomaba del lugar donde morían aquellos a quienes Enoc quería y lo ponía en un
lugar donde no vería muerte. Enoc no vio a ningún otro morir, pero él murió. La Biblia
lo dice en Hebreos 11:5: "Por la fe Enoc"; el versículo 7 dice: "Por la fe Noé"; el
versículo 8 dice: "Por la fe Abraham"; el versículo 11 dice: "Por la fe también la misma
Sara". Luego, en el versículo 13, después de enumerar a Enoc, Noé, Abraham, y Sara,
Hebreos 11:13 dice: "...murieron todos estos..." Todos sin excepción murieron. Si todos

85
ellos murieron, entonces Enoc está muerto. Eso es lo que dice la Palabra y eso es lo que
quiere decir.

Los sensitivos o mediums o espiritistas que quieren que creamos que estamos rodeados
de una gran nube de testigos vivientes continúan citando equivocadamente la Palabra,
usando Hebreos 12:1.

Hebreos 12:1:
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de
testigos, despojémonos de todo peso...

Esta gente que divide incorrectamente la Palabra dice que la “nube de testigos” está
compuesta de creyentes que murieron y están viviendo en el cielo. Eso no es lo que
dice. La nube de testigos son las personas enumeradas en el capítulo 11 de Hebreos que
creyeron a Dios y de los cuales la Palabra de Dios dice: “murieron todos estos”. Todavía
estamos rodeados de sus ejemplos de creencia. Su creencia nos da incentivo para confiar
y creer también.

Los contorsionistas de la Palabra también vienen con la referencia de Filipenses 1:21


donde Pablo dice: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”. Filipenses
no dice que la ganancia es inmediata. Pablo dice que el regreso de Cristo es mejor que
vivir o morir; pues cuando Cristo regrese, lo mortal se vestirá de inmortalidad.

Los escépticos hablan del hombre rico y de Lázaro en el seno de Abraham; hablan de
Saúl y la bruja de Endor. Ni una sola persona en la Biblia está viva excepto el Señor
Jesucristo, y Dios lo levantó de los muertos. Todas las otras personas están muertas. En
un pequeño libro titulado, ¿Están vivos ahora los muertos? he examinado toda escritura
en la Biblia que trata con cualquier segmento del regreso del señor y de la resurrección.
La exactitud de la Palabra de Dios muestra que los muertos están muertos y
permanecerán muertos hasta que Cristo vuelva.

También, un libro de interés en este asunto es El Fraude cautivante. Su autor, Raphael


Gasson, estuvo en un tiempo en el espiritismo. El relata en este libro lo que Dios en Su
Palabra ya nos ha dicho. El espiritismo es una falsificación. Sin embargo hay naciones
que son regidas por el espiritismo; hombres de gobierno son usados por él, como
también lo son personas en cualquier ocupación o grupo económico que buscan
información de los sensitivos. Los sensitivos dan información que estará correcta en
algunos puntos; pero justo cuando una persona necesita conocimiento sólido, la
información de los sensitivos falla y la persona que busca conocimiento falla también.
Debemos ir siempre a la Escritura y a su contexto y averiguar exactamente lo que dice
antes de hacer cualquier otra declaración o seremos llevados a confusión por la división
incorrecta de la Palabra.

86
Mateo 13 contiene otro ejemplo de cómo la Escritura se interpreta a sí misma en su
contexto.

Mateo 13:24:
Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre
que sembró buena semilla en su campo.

Yo le pregunto a los miembros de mi clase: “¿Qué es la buena semilla?” Juan pega un


brinco y dice: “Yo pienso que la buena semilla es la Palabra de Dios”. Y yo digo:
“Maravilloso, maravilloso”. Entonces María dice: “Bueno, yo creo que la idea de Juan
es maravillosa, pero yo pienso que la buena semilla es Cristo”. Y yo digo: “Fabuloso”.
Luego digo: “Enrique, ¿qué piensa usted que es?” Y él dice: “Bueno, yo pienso que la
buena semilla representa las buenas obras del hombre”. ¿Qué es lo que tiene de malo el
averiguar lo que quiere decir la Palabra preguntándole a mis amigos? “Entendiendo
primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada”. Juan,
María y Enrique adivinaron. Cada uno ofreció interpretación privada. Dejen de pensar y
adivinar; digan lo que la Palabra dice. Mateo 13:24 simplemente dice: “…El reino de
los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo”. ¿Qué es la
buena semilla? Ese versículo no nos lo dice; y si un versículo no nos lo dice, no
sabemos. No es ninguna desgracia el no saber; es una desgracia el indicar que sabemos
cuando no sabemos o cuando estamos adivinando. Cuando no sepamos será mejor que
continuemos leyendo.

Mateo 13:25:
Pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el
trigo, y se fue.

¿Qué es la cizaña? No sabemos así que seguimos leyendo hasta que en algún lugar, en
algún momento, el significado sea explicado. Si no es explicado, nunca sabremos.

Mateo 13:26-30:
y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. [¿Lo ha
explicado ese versículo? No.]

Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no
sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?

El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que
vayamos y la arranquemos?
El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el
trigo.

87
Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo
diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para
quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.

¿Ha explicado la Palabra qué es la buena semilla, qué es el campo, qué es la cizaña? No,
así que no sabemos. La parábola termina con el versículo 30 y comienza otra parábola.

Mateo 13:31:
Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al…

Los cuatro versículos que siguen continúan esta parábola sobre el reino de los cielos.

Mateo 13:36:
Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus
discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo.

¡Qué sabios eran ellos! Los discípulos no adivinaron. No dijeron: “Yo pienso que es
esto”, o “Yo pienso que es aquello”. Fueron al Maestro y dijeron: “Explícanos la
parábola de la cizaña del campo”.

Mateo 13:37-39:
Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre.
[Entonces el sembrador es el Hijo del Hombre; ninguna adivinanza.]

El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los
hijos del malo.

El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores
son los ángeles.

¿Podría haber sido hecho más simple o más claro? Esta parábola se interpreta en su
contexto. No tenemos que seguir adivinando.

El libro de Apocalipsis es considerado por mucha gente como un libro muy difícil. La
razón por la que ha sido difícil es que nunca hemos permitido que se interprete a sí
mismo en el versículo o en el contexto. Cosas en Apocalipsis que son simbólicas han
sido tomadas literalmente, y cosas que son literales han sido tomadas simbólicamente.

Apocalipsis 1:12:
Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de
oro.

88
¿Nos dice ese versículo qué son los siete candeleros de oro? No, solamente dice: “Vi
siete candeleros de oro”. Antes de buscar la interpretación de este versículo, vea el
versículo 16.

Apocalipsis 1:16:
Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y
su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.

El versículo doce hablaba de siete candeleros de oro y el dieciséis hablaba de siete


estrellas. ¿Qué son los siete candeleros de oro, y qué son las siete estrellas? Ese
versículo no lo dice así que continuamos leyendo.

Apocalipsis 1:20:
El Misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete
candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles [mensajeros] de las siete iglesias,
y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias.

Ahí está la respuesta. Así es como la Escritura se interpreta a sí misma en su contexto.

CAPITULO 14
EN SU USO PREVIO

Si la Escritura no se interpreta a sí misma en el versículo o en el contexto, entonces la


interpretación se encuentra en su uso previo. En el primer uso de una palabra, expresión
o idea, la explicación es generalmente lo suficientemente completa como para
sostenerse en todas las otras referencias en la Biblia. Si Dios cambia alguna vez el uso
de una palabra o expresión, El siempre lo explica.

Para ver esta gran verdad de cómo la Palabra se interpreta a sí misma en su uso previo,
observe 2 Corintios 12:2. Corintios 12 es el pasaje sobre el aguijón en la carne de Pablo,
el cual ha sido un problema para mucha gente. Tengo una colección en mi biblioteca de
cosas distintas que ministros y teólogos han escrito a lo largo de los años para explicar
el aguijón de Pablo. Estos hombres han salido con catorce conclusiones distintas. La
Palabra nos dice qué era el aguijón en la carne de Pablo y así pues no nos apoyamos en
adivinanzas y no podemos, por lo tanto, tener catorce opiniones contradictorias.

2 Corintios 12:7:
Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue
dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que
no me enaltezca sobremanera.

¿Dice ese versículo qué era el aguijón en la carne de Pablo? No. Pero nos dice quién
envió el aguijón. La gente que enseña que el aguijón en la carne de Pablo era una

89
enfermedad enviada por el Padre de nuestro Señor Jesucristo, tiene que haber mentido
porque este versículo dice que fue enviado por Satanás. ¿Por qué lo envió Satanás? Para
estorbar y obstruir a Pablo en su trabajo.

2 Corintios 12:8-10:
respecto a lo cual [el aguijón en la carne] tres veces he rogado al Señor, que lo quite
de mí.

Y me ha dicho [Dios]: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la


debilidad [o humildad]. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis
debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades [no dice enfermedades], en
afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias;

porque cuando soy débil [humilde], entonces soy fuerte.

El aguijón en la carne no ha sido explicado todavía aunque sabemos más de él. Nada de
lo que queda en el Nuevo Testamento explica el aguijón en la carne. ¿Entonces qué
hacemos? Tenemos que volver en nuestras Biblias al lugar en que las palabras "aguijón
en la carne" fueron usadas por primera vez.

Números 33:55:
y si no echareis a los moradores del país [incrédulos] de delante de vosotros,
sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y por
espinas en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros
habitareis.

Los habitantes, la gente, serán por aguijones en sus ojos y por espinas en sus costados.
¿Quiere decir usted que un cananeo colgaba de su ojo y otro cananeo estaba pegado a su
costilla? ¿Qué son "aguijones en vuestros ojos" y "espinas en vuestros costados"? Son
figuras literarias y no se han de tomar literalmente.

Este versículo tan sólo, puesto que es el primer uso de la expresión en la Biblia, dice
que "aguijones en vuestros ojos" y "espinas en vuestros costados" son gente. El uso
previo explica entonces el aguijón en la carne de Pablo. No necesitamos adivinar o
interpretar privadamente. Satanás envió a Pablo un aguijón en la carne para obstruirle en
su trabajo. ¿Qué obstruía a Pablo? Gente. Este versículo en el libro de Números
interpretó la figura literaria de modo que podemos entender 2 Corintios 12:7. Para
completar la cosa revisemos dos escrituras más para afirmar más aun el significado del
aguijón en la carne.

90
Josué 23:13:
Sabed que Jehová vuestro Dios no arrojará más a estas naciones delante de
vosotros, sino que os serán por lazo [las naciones, las cuales están compuestas por
gente], por tropiezo, por azote para vuestros costados y por espinas [aguijones]
para vuestros ojos, hasta que perezcáis de esta buena tierra que Jehová vuestro
Dios os ha dado.

Josué muestra la misma verdad porque la gente de nuevo era "por lazo, por tropiezo, por
azote para vuestros costados y por espinas [aguijones] para vuestros ojos". ¿Puede
imaginarse usted a una nación de gente como los amorreos dentro del ojo de una
persona? Eso no es lo que quiere decir. El aguijón en la carne siempre representa gente
que está aguijoneando y tratando de abofetear y desalentar.

Jueces 2:3 da testimonio de la misma verdad.

Por tanto, yo también digo: No los echaré [a la gente] de delante de vosotros, sino
que serán azotes para vuestros costados, y sus dioses os serán tropezadero.

La gente sería por azote en sus costados. Ahora leamos de nuevo 2 Corintios 12:7.

Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue


dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee...

¿Qué era el aguijón en la carne de Pablo? Gente. En todos los lugares donde fue Pablo
había gente que constantemente trataba de alterar el evangelio predicado por Pablo.
Estas personas que le seguían eran espinas en sus costados, aguijones en sus ojos,
aguijones en la carne. Esas personas eran los mensajeros de Satanás enviados para
abofetear, para obstruir su ministerio, para debilitar su trabajo.

Recuerde el pasaje en Hechos que dice que después de haber terminado de predicar
Pablo, la gente lo sacó de la ciudad, lo apedreó y lo dejaron por muerto; pero a la
mañana siguiente Pablo estaba predicando de nuevo. Escuchen otro testimonio de
Pablo.

2 Corintios 11:24:
De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno.

Los judíos azotaron a Pablo cinco veces con un instrumento de cuero largo y bolillas de
acero en las puntas. ¿Quién azota a la gente? Gente. Si hubiéramos sido Pablo me
imagino que para ese momento hubiéramos estado orado también: "Señor, saca este
aguijón fuera de mi carne, quita estas espinas".

91
2 Corintios 11:25:
Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido
naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar.
Tres veces fue Pablo azotado con varas, las cuales eran látigos que tenían pedazos de
metal o hueso al final de las correas. Tres veces le azotaron con varas, treinta y nueve
azotes cada vez. Yo oigo a gente que dice: "Oh, nosotros nos sacrificamos por el Señor;
ponemos nuestras monedas en el cesto de la colecta". Mire el Apóstol Pablo. Cinco
veces lo azotaron con látigo; tres veces lo azotaron con metal en las puntas de las
correas; una vez lo apedrearon y lo dejaron por muerto.

2 Corintios 11:26-28:
En caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los
de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto,
peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos;

en trabajo y en fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en


frío y en desnudez;

y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por
todas las iglesias.

¿Quién era responsable por todo esto que le sucedía a Pablo? Satanás, el Diablo. El
inspiraba y poseía a la gente que obstruía a Pablo. Satanás inspiraba a gente religiosa
tanto como a gente no religiosa para que actuasen como mensajeros suyos obstruyendo
a Pablo.

No es de admirarse que Pablo dijera en 2 Corintios 12:8: "Respecto a lo cual tres veces
he rogado al Señor, que lo quite de mí". Cuando Pablo oró, el Señor contestó, según se
presenta en el versículo 9: "Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se
perfecciona en la debilidad [tu humildad]". En otras palabras el Señor dijo: "Mientras
mantengas tu vista en mí, Pablo, yo me encargaré del resto, pues Mi poder se
perfecciona en que tú eres desafiado a manejar la situación".

"El Aguijón en la carne de Pablo" es un capítulo en mi obra titulada Estudios sobre la


vida abundante, Volumen I. Ahí es estudiado en más detalle que en el que acabamos de
examinar. La clave que debe entenderse aquí es aquella de interpretación en el uso
previo. Esto elimina toda la adivinanza y toda interpretación privada.

"Entendiendo primero esto, que ninguna profecía [ni una sola palabra de aquello que es
predicho o declarado en la Palabra de Dios]...es de interpretación privada". Tiene que
interpretarse a sí misma en su propio versículo o en el contexto de todo lo escrito, o en
su uso previo. Esas son las tres formas principales en que la Palabra de Dios se
interpreta a sí misma.

92
CAPITULO 15
A QUIÉN SE LE HA ESCRITO LA PALABRA

La mayoría de la gente cree que toda la Biblia -desde Génesis hasta Apocalipsis- está
escrita para ellos. Esto no es verdad. La creencia de que toda la Palabra de Dios está
escrita para todos a lo largo de la historia ha causado confusión y contradicción en la
división correcta de la Palabra. Hay algunos pasajes en la Palabra de Dios que
simplemente no calzan con las otras secciones a menos que entendamos a quién está
dirigido el pasaje específicamente.

Suponga que yo recibiera una carta hoy dirigida a Victor Paul Wierwille. ¿Está dirigida
a la señora Wierwille? No. Tiene mi nombre. Pero supongamos que ella lee mi carta;
¿podría ella acaso aprender algo de la información en la carta?

Así es también cuando se trata de la Palabra de Dios. Aquella parte que está dirigida a
nosotros tiene que ser aplicada por nosotros. Todo el resto de la Escritura que no tiene
nuestro nombre en ella, que no está dirigida a nosotros, es para nuestro aprendizaje.

¿A cuántos grupos de gente pueden ser dirigidos diferentes segmentos de la Palabra? En


1 Corintios 10:32 Dios muestra Su sistema de clasificación.

1 Corintios 10:32:
No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios.

Dios enumera a los judíos, a los gentiles, y a la Iglesia de Dios -tres categorías. Gálatas
3:28 dice que una persona es o judío o gentil hasta que vuelva a nacer del Espíritu de
Dios, momento en el cual se une a la Iglesia de Dios. Toda la Biblia está dirigida a uno
u otro de estos tres grupos. A menos que uno entienda a quién está escrito un pasaje o
libro o sección, nunca podrá dividir correctamente la Palabra de Verdad.

Romanos fue escrita después de Pentecostés, el día en el cual la Iglesia de Dios fue
fundada, la Iglesia a la que pertenecemos usted y yo.

Romanos 15:4:
Porque las cosas que se escribieron antes [antes del día de Pentecostés] para nuestra
enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las
Escrituras, tengamos esperanza.

Aquellas cosas escritas antes del día de Pentecostés no están dirigidas a nosotros pero
son para nuestra enseñanza.

En 1 Corintios se nos muestra la misma verdad de entender a quién está dirigida la


Palabra.

1 Corintios 10:11:
Y estas cosas les acontecieron [a Israel] como ejemplo, y están escritas para
amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.

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Toda la Escritura antes de Pentecostés no está dirigida a nosotros, pero es para nuestra
enseñanza. Nadie pudo nacer de nuevo y pertenecer a la Iglesia de Dios hasta que la
Iglesia fue establecida en Pentecostés. Por esto es que la Palabra dice en 1 Corintios
10:11 que toda la Escritura anterior a Pentecostés es una amonestación para aquellos
que pertenecemos a la Iglesia de Dios.

Entonces, ¿qué me dice de las leyes en Éxodo, Levítico y Números; todas esas cosas en
el Antiguo testamento? ¿Están dirigidas a nosotros? No. ¿A quién están dirigidas? Están
dirigidas a los judíos o a los gentiles porque la Iglesia de Dios todavía no existía. El
Antiguo Testamento, por lo tanto, tiene que ser para nuestra enseñanza. No está dirigido
a nosotros, no tiene nuestro nombre en él; pero nos puede ayudar a aprender. Por
ejemplo, los diez mandamientos no están escritos a nosotros, pero podemos aprender de
ellos. Sin embargo en las iglesias Protestantes todavía se enseña como si los diez
mandamientos fueran específicamente para nosotros en vez de ser para nuestro
aprendizaje. Toda la Escritura antes del día de Pentecostés es para nuestro aprendizaje;
así que los diez mandamientos del Antiguo Testamento, junto con otros, son para
nuestra enseñanza.

Hasta este punto, la gente generalmente entiende. Pero lleve esta clave ahora un paso
más adelante en el proceso de dividir exactamente la Palabra de Dios. ¿A quiénes
fueron dirigidos los evangelios? ¿A un período antes o después de Pentecostés? La
Biblia indica que los cuatro evangelios -Mateo, Marcos, Lucas y Juan- comienzan
básicamente con el nacimiento de Cristo y terminan con su ascensión diez días antes

del día de Pentecostés. Luego, ¿están dirigidos a nosotros los evangelios? No si la


Palabra de Dios es cierta pues Romanos dice que toda la Escritura anterior al día de
Pentecostés es para nuestra enseñanza y los evangelios obviamente vienen antes del día
de la fundación de la Iglesia de Dios. Los pasajes en los evangelios están dirigidos unas
veces a Israel y otras veces a los gentiles pero nunca a la Iglesia de Dios. Uno de los
errores más grandes en la traducción de la Biblia fue poner los cuatro evangelios en el
Nuevo Testamento. Los evangelios pertenecen lógicamente al Antiguo Testamento.
Jesús vino a Israel, su propia gente. El fue el profeta que cumplió la ley del Antiguo
Testamento; por lo tanto, los evangelios completan el Antiguo Testamento.

Romanos dice que Jesucristo fue un siervo para la circuncisión.

Romanos 15:8
Pues os digo, que Cristo Jesús vino a ser siervo de [para] la circuncisión…

Yo no pertenezco a la circuncisión, ni tampoco usted si es que usted ha vuelto a nacer


del espíritu de Dios; porque si somos nacidos de nuevo del Espíritu de Dios,
pertenecemos a la Iglesia de Dios en la cual no hay judío ni gentil. Jesucristo no vino
para dar comienzo a la Iglesia en el día de Pentecostés; Jesucristo vino como un
ministro para la circuncisión. El fue la consumación, el cumplimiento del pacto antiguo,
el Antiguo Testamento.

94
De haber estado los evangelios en el Antiguo Testamento en vez de al comienzo del
Nuevo Testamento, se hubiera podido evitar mucha confusión. El nuevo Testamento
comienza en realidad con el libro de Romanos, siendo Hechos el libro de transición
entre el antiguo pacto y el nuevo. El libro de Hechos da la historia del surgimiento y la
expansión de la Iglesia cristiana; diciendo que en el día de Pentecostés hombres
volvieron a nacer del Espíritu de Dios y fueron llenos del poder del espíritu santo y que
la Iglesia siguió creciendo. Luego el libro de Romanos dirige su contenido informativo
a la Iglesia con algunas secciones dirigidas específicamente a los judíos o a los gentiles.
Toda la Escritura antes de Hechos y Pentecostés es para nuestra enseñanza.

Debemos estar continuamente conscientes de la parte de la Palabra de Dios que está


escrita para nuestro aprendizaje y separarla de aquella parte que está escrita a nosotros.
Estas dos preposiciones, para y a, hacen la diferencia crítica entre la verdad y el error
cuando se trata de dividir correctamente la Palabra de Dios.

1 Corintios 1:2:
A la iglesia de Dios…

Esta carta está dirigida a alguien de igual manera que si yo recibiera una carta dirigida a
mí. ¿A quién está dirigida Corintios? A la Iglesia de Dios. Eso es lo que dice y eso es lo
que quiere decir.

Efesios 1:1:
Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo
Jesús que están en Éfeso.

¿Quiénes son los santos? Los santos son los creyentes renacidos. ¿A quiénes está
dirigida Efesios? Está dirigida a la Iglesia.

Esto es tan simple. Todo el Antiguo Testamento más los cuatro evangelios están
dirigidos ya sea a los judíos o a los gentiles. Pero las epístolas tales como Corintios,
Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1 y 2 Tesalonicenses están dirigidas
específicamente a la Iglesia como lo están las epístolas personales como Timoteo, Tito,
y Filemón. Hebreos no está dirigida a la iglesia en el sentido en que conocemos a la
iglesia establecida en Pentecostés. Hebreos está dirigida a creyentes que han sido
renacidos del Espíritu de Dios pero nunca han andado en la libertad de la grandeza del
nuevo nacimiento. Hebreos está escrita para aquellos que todavía están celosos de la
ley. De igual manera el libro de Santiago está dirigido a los mismos creyentes que tiene
la mentalidad del Antiguo Testamento.

Santiago 1:1:
Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a [a] las doce tribus que están en la
dispersión: Salud.

¿Podía Dios escribir la dirección más directamente? Está dirigida a las doce tribus que
están en la dispersión; los judíos que están dispersos. La razón por la que Santiago se
aplica tanto a muchos creyentes hoy en día es que creyentes que han vuelto a nacer del

95
Espíritu de Dios todavía no quieren creer la Escritura que está dirigida a ellos; parece
que quieren ponerse bajo la Ley otra vez. Este era también el problema en la Iglesia en
su comienzo.

Hechos 21:20:
Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos
millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos por la ley.

Estos judíos habían nacido de nuevo del Espíritu de Dios, fueron salvos después de
Pentecostés; pero todavía eran celosos por la ley. Nunca anduvieron en la grandeza de la
revelación que vino en el día de Pentecostés, la cual Pablo presentó y declaró con tanto
denuedo.

Gálatas 5:1:
Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez
sujetos al yugo de esclavitud.

La palabra “libertad” quiere decir “sin restricciones, sin cadenas, “libre”, “Estad, pues,
firmes en la libertad [en vuestra condición sin restricciones] con que Cristo nos hizo
libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud”. ¿Qué es el yugo de
esclavitud? La ley.

Aquellas epístolas que están dirigidas a nosotros deben ser aplicadas específicamente
por nosotros. Toda la otra Escritura es para que aprendamos. No tenemos que guardar
los diez mandamientos; no están dirigidos a mí. Hay una ley para la Iglesia más grande
que los diez mandamientos. Tenemos la ley del amor de Dios en Cristo Jesús. Si
vivimos el amor con el poder de Dios en nosotros y la mente renovada, ¿vamos a
guardar los diez mandamientos? Definitivamente. No vamos a andar por ahí
quebrantando los diez mandamientos, pues vivimos en un plano más alto; vivimos por
una ley mayor.

¿Y qué hay con el Padre Nuestro? ¿Está dirigido a aquellos creyentes posteriores al día
de Pentecostés o lo enseñó Jesús a sus discípulos antes de Pentecostés? La Palabra de
Dios declara en Mateo que él lo enseño a sus discípulos, a Israel. Sin embargo casi
todos los domingos en todas las mayores denominaciones, los miembros se paran y el
ministro dice: “Oremos ahora la oración que el mismo Cristo nos enseñó: “Padre
nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada
día' ”. ¿Por qué no puedo yo orar eso? Porque las epístolas, las cuales están dirigidas a
la Iglesia, dicen que él ha suplido todas nuestras necesidades según Sus riquezas en
gloria. Seguramente entonces Dios ha suplido mi pan de cada día. Cuando oramos:
"Danos hoy nuestro pan de cada día", le estamos pidiendo que nos dé algo que ya nos ha
sido dado.

“Y perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden”. ¿Por qué no puedo orar esto con exactitud? Porque mi perdón no depende de
que yo perdone a otros pues el señor le dijo a la iglesia de los evangelios que “a

96
cualquiera… que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante
de mi Padre que está en los cielos”. El Padre Nuestro dice: “Perdónanos nuestras
ofensas [nuestro pecados] como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
[los que pecan contra nosotros]”. En otras palabras, es condicional -si yo no perdono a
Juan por sus pecados, Dios no me perdonará los míos. En la Palabra dirigida a mí no se
indica esto. No dice nada de perdonar a alguien más. Dice que confiese con su boca al
señor Jesús; no dice que confiese sus pecados. ¿Ve usted la diferencia?

Para ver la importancia de saber a quién está dirigido un pasaje de la Escritura lea lo que
dice en Romanos 8.

Romanos 8:37-39:
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos
amó.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados,
ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,

ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor
de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Nada me puede separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús mi señor. Más adelante,
a medida que sigo leyendo, llego a Romanos 11.

Romanos 11:21,22:
Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará.

Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los
que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de
otra manera tú también serás cortado.
Romanos 8 dice que nada me puede separar del amor de Dios; y sin embargo tres
capítulos más tarde, Romanos 11 dice si no permanezco en Su bondad seré cortado.
¿Qué es lo que pasa? Mire a ver a quién está escrito cada pasaje.

Romanos 9:3:
Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis
hermanos, los que son mis parientes según la carne.

¿Quiénes eran los parientes de Pablo según la carne? El versículo 4 dice: “Que son
israelitas…” ¿A quién está dirigido? El Versículo 4 dice que a los israelitas, los judíos.
Pablo continuó hablando a Israel. Pablo escribió en el capítulo 10, versículo 1:
“Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para
salvación”. Esto todavía está dirigido a Israel. En el capítulo 11, versículo 1, él dice:
“Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo
soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín”. Pablo estaba
aún escribiéndole a Israel. Pero en el versículo 13 Pablo cambio y dirigió su discurso a
los gentiles.

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Romanos 11:13:
Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles…

Versículo 21 del capítulo 11: “Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales…”
¿Quiénes son las ramas naturales? Las ramas naturales son Israel. “…a ti tampoco te
perdonará". “A ti”, ¿quién? Los gentiles. ¿Por qué iba a perdonar Dios a los gentiles si
no perdonó a los judíos? Tanto los gentiles como los judíos tenían ahora que renacer del
Espíritu de Dios. Nosotros no somos ni judío ni gentil; nosotros pertenecemos a la
Iglesia de Dios y nada nos puede separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús. Pero
si una persona es un gentil y no ha vuelto a nacer: “Porque si Dios no perdonó a las
ramas naturales [Israel], a ti tampoco te perdonará”.

Versículo 22:”Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente


para con los que cayeron [Israel], pero la bondad para contigo [los gentiles], si
permaneces en esa bondad…” ¿Qué significa para un gentil el permanecer en Su
bondad? El gentil tiene que ser salvo, volver a nacer del Espíritu de Dios. A menos que
el gentil permanezca en Su bondad haciendo la confesión de Romanos 10:9, “…tú
[gentil] también serás cortado”. Todos tienen ahora que nacer de nuevo.

Como una parte del entendimiento de a quién está escrita la Palabra de Dios una
persona tiene que reconocer con exactitud las administraciones en la Biblia.

1 Corintios 9:17:
Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala
voluntad, la comisión [la administración] me ha sido encomendada.

Pablo dice que le fue encomendada la administración del evangelio. La palabra


“comisión” no es apropiada pues una administración es con exactitud el acto de
administrar por una era completa, como en una de nuestras administraciones de
gobierno. El período de gobierno anterior fue la administración de algún otro. Al dividir
correctamente la Palabra de Verdad, tenemos que entender que estas administraciones
bíblicas tienen que permanecer dentro de los confines en que Dios las ha situado con Su
Palabra.

Hasta donde he podido estudiar la integridad de la Palabra de Dios, hay las siguientes
administraciones mayores en la Palabra: (1) El Paraíso Original, (2) la Patriarcal, (3) la
Ley, (4) la Administración de Cristo, (5) la Iglesia, (6) la Aparición y (7) el Paraíso
Final o Administración de Gloria.

La primera administración, la administración del Paraíso Original, terminó muy


abruptamente. Está documentada desde el principio de Génesis hasta su tercer capítulo.
En el vigésimocuarto versículo de Génesis 3, la administración original terminó
abruptamente.

Génesis 3:24: Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén
querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar
el camino del árbol de la vida.

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Cuando Dios expulsó a Adán y Eva de Edén, la administración Original en la cual Dios
moraba con el hombre tuvo un final repentino.

La segunda administración fue la administración Patriarcal de Abraham, Isaac y todos


los patriarcas hasta las leyes de Moisés. Cosas que fueron dadas a Moisés antes de la
Ley eran leyes no escritas. Cosas que eran pecados antes de que la ley fuera escrita se
volvieron transgresiones después de que la ley fue dada.

Romanos 2:12:
Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que
bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados.

Hay otra referencia a la administración Patriarcal en Hechos 17:30.

Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda
[El] a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan.

“Los tiempos de esta ignorancia” se refiere al período patriarcal en que la ley era ley no
escrita, así que Dios pasó por alto los tiempos de esta ignorancia. Eso quiere decir que
El simplemente cerró Sus ojos a ello.

Después de la administración Patriarcal viene la administración de la ley. Y la


administración de la Ley que se inició bajo Moisés terminó cuando vino Jesucristo.

La diferencia entre la administración de la Ley y la de Cristo es que Cristo estaba


personalmente en la tierra para mantener y llevar a cabo la ley de modo que se pudiera
hacer preparación para la quinta administración, la Iglesia.

Romanos 10:4:
Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.

Mateo 27:51 nos dice que cuando murió Jesucristo, “…he aquí, el velo del templo se
rasgó en dos, de arriba abajo…” El velo que separaba al santo de los santos del lugar
santo se rasgó de arriba a abajo. El velo del templo, una vez que fue rasgado en dos
partes, ya no separaba a los sacerdotes de la gente. Toda el área estaba entonces abierta
para todos, tanto literal como figurativamente. Los sacerdotes ya no tenían que hacer
intercesión por los legos una vez que Cristo hubo cumplido la ley; el intercesor de la
gente se volvió Cristo mismo.

La quinta administración, la Iglesia de Gracia, empezó en Pentecostés, dándose a


conocer por primera vez el misterio de la Iglesia al Apóstol Pablo varios años más tarde.
Esta es la administración bajo la cual nosotros vivimos ahora.

La sexta administración es la administración de la Aparición. La administración de la


Aparición comienza con la reunión de aquellos creyentes que fueron renacidos después
de Pentecostés, antes del regreso de Cristo. El pasaje de la reunión de los creyentes es
dado en 1 Tesalonicenses 4:17 y 2 Tesalonicenses 2:1 y subsiguientes. La
administración de la Aparición también es llamada la administración de la Revelación o

99
del Apocalipsis (debido al libro del Apocalipsis). Durante este período Cristo aparecerá,
reunirá la Iglesia y regresará a la tierra con sus santos. La administración de la
Aparición termina cuando Satanás es destruido y toma el lugar el juicio del gran trono
blanco.

La administración final es la administración del paraíso o de la Gloria. La


administración del Paraíso complementa a la administración Original pues aquello que
comenzó en Génesis 1 y 2 y terminó con Génesis 3:24 comienza de nuevo en
Apocalipsis 21. El paraíso estará una vez más en la tierra. Habrá un cielo nuevo y una
tierra nueva donde mora la justicia, donde no hay más enfermedad, no más dolor, no
más muerte.

Este ha sido un análisis breve de las administraciones que se encierran en la Palabra de


Dios. Debemos entender que las reglas de vida cambian en los distintos períodos de
tiempo, de modo que debemos ver a cada administración dentro de su contexto
particular. Cuando observamos para ver a quien está dirigida una escritura particular
también debemos ver cuál administración determina las reglas.

Como un ejemplo de por qué debemos entender la Palabra en su administración debida,


vaya a Deuteronomio 6:25.

Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos


mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como él nos ha mandado.

¿A quién está dirigido Deuteronomio? A los judíos, a Israel. Si ellos guardaban la ley,
serían hechos justos. Deuteronomio puede ser situado bajo la ley; pero no puede ser
situado bajo la administración de la Iglesia de Gracia. Si observáramos todos los
mandamientos no seríamos justos porque nuestra administración, la Iglesia, opera bajo
reglas que han sido cambiadas.

Para ver un contraste entre administraciones observen Romanos 3:20.

Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él…

Superficialmente Deuteronomio 6:25 y Romanos 3:20 parecen contradictorios. Pero no


lo son si reconocemos a quién están escritos. Deuteronomio fue dirigido a Israel, bajo la
administración de la Ley; mientras que Romanos está dirigido a la Iglesia, bajo la
administración de la Iglesia.

Déjeme señalar brevemente una nota final en el entendimiento de la verdad bíblica.


¿Qué camino sigue una persona cuando no puede obtener el sentido de un versículo
muy difícil: cuando el versículo, el contexto y el uso previo no son satisfactorios en
darle entendimiento?

El versículo difícil debe ser entendido a la luz de los versículos claros. Puede haber un
versículo que resalte como difícil mientras que hay muchos versículos sobre el mismo
tema que estén claros. El hombre moderno ha magnificado el difícil y se ha olvidado de

100
los muchos que están claros. Eso no es honesto. Eso no es dividir correctamente la
Palabra. Debemos ver que el uno encaje con los muchos; no forzándolo, sino
trabajándolo. Algunas veces yo he esperado diez años para encajar un versículo difícil
con el resto de la exactitud de la Palabra. El tiempo no es importante cuando se estudia
un versículo; las claves en la Palabra lo son. Cuando dividimos correctamente la Palabra
en cuanto a quién está escrita, entenderemos que el versículo difícil tiene que encajar
siempre a la luz de los versículos claros que tratan del mismo tema.

Tenemos siempre que recordar esto en primer lugar: que ninguna profecía -ninguna cosa
de aquello que es predicho o declarado- es de interpretación privada. Toda la Escritura
se interpreta a sí misma ya sea en el versículo, en su contexto o en su uso previo. A la
luz de este cimiento básico estaremos capacitados para estudiar la integridad y la
precisión de la Palabra de Dios.

101
CUARTA PARTE
EL NUEVO NACIMIENTO
CAPITULO 16
CUERPO, ALMA, ESPIRITU-
FORMADO, HECHO, CREADO

Han sido sentados ya los cimientos para entender la exactitud de la Palabra de Dios con
respecto a cómo la Escritura se interpreta a sí misma, cómo vino a existir la Palabra de
Dios y cómo se puede confiar en esta Palabra de Dios cuando está correctamente
dividida. Ahora estamos listos para proceder a trabajar la Palabra para hacerla una
realidad en nuestro entendimiento y nuestras vidas.

Uno de los grandes temas en la Palabra de Dios es el nuevo nacimiento. Es el punto


crucial del cristianismo. El nuevo nacimiento es el milagro de todos los milagros. Yo no
lo puedo explicar; pero creo que, por la misericordia y la gracia de Dios, podemos ir a la
Palabra y se explicará a sí mismo de modo que podemos entender.

Antes de pasar a estudiar el nuevo nacimiento en una forma profunda debemos darnos
cuenta de algunos términos fundamentales. Cuando yo hablo del “hombre natural”,
hablo del hombre de cuerpo y alma, el hombre que no es nacido de nuevo del Espíritu
de Dios. Este es el uso bíblico preciso de “hombre natural”. Los cinco sentidos son las
únicas avenidas de aprendizaje que tiene el hombre natural para ganar conocimiento.
Todo lo que alguna vez llega a la mente de un hombre natural tiene que venir por uno, o
una combinación, de estos cinco sentidos: vista, oído, olfato, gusto, tacto.

Nosotros, a través de nuestros cinco sentidos, recolectamos información de una o varias


fuentes exteriores a nosotros mismos. Sacamos conclusiones del conocimiento que
hemos acumulado y entonces creemos lo que creemos. Estando en conocimiento del
proceso de aprendizaje, llegué hace muchos años a la conclusión de que, para mí, la
Palabra de Dios (no la versión Reina-Valera, sino la Palabra de Dios, la cual fue dada
cuando “…santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”)
sería mi fuente para encontrar la verdad. Este es mi centro de referencia para aprender.

Por años leí alrededor de la Palabra de Dios, siendo los escritores de obras externas
centro de referencia para mí. Después de poco estaba sufriendo de una enfermedad
común llamada confusión mental, pues hombres igualmente grandes se contradecían
entre sí con respecto al mismo versículo. Cuando empecé a considerar el proceso de
aprendizaje, finalmente llegue a la conclusión de que en vez de pasar mi vida en
confusión con las opiniones de los hombres, aceptaría un centro de referencia para
encontrar verdad que estuviera fuera de mí mismo, y ése era la Palabra de Dios.

102
Si la Palabra de Dios está equivocada, yo voy a estar equivocado; pero si la Palabra de
Dios está en lo cierto, entonces tengo todo para ganar al tomarla como mi único centro
de referencia. Yo creo que la Palabra toma lugar del Cristo ausente, y que el espíritu
santo toma el lugar de Cristo en nosotros por medio de la Palabra de Dios. Yo creo que
la Biblia nos da la verdad con respecto a la redención del hombre, su domino y
autoridad y poder sobre toda la creación de Dios. Yo creo que la Biblia nos da la verdad
con respecto a Jesucristo, su venida, su muerte, su resurrección, su ascensión, cómo
Dios nos da la verdad con respecto al nuevo cielo y la nueva tierra, los cuales Dios va a
establecer. Yo creo que la Biblia da verdad, no hechos. Cualquier cosa que el hombre
hace, cualquier cosa que el hombre forma, es un hecho. Yo creo que la Palabra de Dios
es Verdad-Verdad que es eterna, la misma ayer, y hoy, y por los siglos. Yo creo que la
revelación de la Palabra de Dios es una necesidad absoluta para el hombre natural. Si el
hombre de los sentidos va a ser un hombre completo tiene que tener un conocimiento
preciso de la Palabra de Dios.

Una escritura muy condensada que debemos dominar a fondo para entender el origen
del hombre es Isaías 43:7.

Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los
hice.

“Los he creado, los formé y los hice”. ¿Son sinónimas las tres palabras: “creado”,
“formé”, e “hice”? La mayoría de las personas en mis clases dice “si”. Si la Palabra
quiere decir lo que dice y dice lo que quiere decir, estas tres palabras no pueden ser
sinónimas. Cuando Dios dice formé, El quiso decir formé. Cuando dice hice, El quiso
decir hice. Cuando dijo he creado, El quiso decir he creado. Si El hubiera querido decir
formé todo el tiempo, diría formé en los tres lugares. Pero dice: “Yo he creado a los
hombres, Yo los he formado, Yo los hice”. Debemos averiguar ahora qué se quiere
decir cuando El ha creado, hecho y formado al hombre.

1 Tesalonicenses 5:23:
Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu,
alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor
Jesucristo.

¿Son sinónimas esas tres palabras: “espíritu”, “alma” y “cuerpo”? No son nada
sinónimas como tampoco lo son creado, formado, y hecho. Cuerpo quiere decir cuerpo,
alma quiere decir alma, y espíritu quiere decir espíritu. Ahora tenemos que ir a la
Palabra y dejar que la Palabra hable en cuanto a qué es “formado”, qué es “hecho”, y
qué es “creado”, y qué es “cuerpo”, “alma” y “espíritu”.

En el principio -cuando sea que eso haya sido- el hombre fue formado, hecho y creado.
Para seguir el desarrollo de la Escritura, comencemos con Génesis 2:7.

103
Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra…

La palabra hebrea para “formó” es yatsar, “dio forma a partir de algo que ya estaba en
existencia”. Génesis 2:7 dice que Dios formó al hombre de polvo de la tierra. La palabra
“hombre” es adam, que quiere decir “tierra roja”. El cuerpo del hombre está compuesto
de los mismos elementos que están en el polvo de la tierra.

Génesis 3:19:
Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelva a la tierra, porque de
ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

El cuerpo del hombre fue formado (yatsar) del polvo de la tierra. Y, a causa de la ley de
que todo tiene que regresar últimamente a su estado original, el cuerpo tiene que
regresar al polvo, Eclesiastés 3:20 dice: “…Todo es hecho polvo, y todo volverá al
mismo polvo”.

La siguiente palabra a observar es la palabra “alma” la cual en hebreo es nephesh y en


griego psuchē. ¿Qué es alma? El alma en el hombre es aquello que le da vida al cuerpo,
su vitalidad. Observen de nuevo en Génesis 2:7.

Entonces Jehová Dios formó al hombre [el cuerpo del hombre] del polvo de la
tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente [nephesh
chai, alma viviente].

“Sopló en su nariz” es la figura condescensio. Dios puso vida en Adán; hizo al hombre
un alma viviente. La palabra “hizo” en hebreo es asah: “una sustancia requerida de la
cual consistía la cosa hecha”. El alma no es nada más ni nada menos que aquello que da
vida al cuerpo de una persona. A veces es llamada “el espíritu del hombre”. El alma no
tiene nada que ver con que si usted es un cristiano o un no-cristiano. Mientras una
persona respire, tiene un alma.

La confusión entre el alma y el espíritu ha causado un sinfín de dificultades para la


gente. Ellos dicen que el alma es inmortal, por ejemplo. Hablan de la transmigración del
alma, la inmortalidad del alma. Todos éstos son usos erróneos de palabras que se usan
con exactitud y precisión en la Palabra de Dios.

Para observar el uso de la palabra “alma” vean en 1 Pedro 3:20.

los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de
Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas,
es decir, ocho, fueron salvadas por agua.

La palabra “personas” es en griego psuchē, alma. Este versículo está hablando de ocho
almas que fueron salvadas durante el gran diluvio. ¿Eran cristianos? No. Cristo no había

104
venido todavía. Noé, su esposa, sus tres hijos y las tres esposas de sus hijos -todas las
ocho personas, ocho almas- fueron salvados.

Hechos 27:37:
Y éramos todas las personas [psuchē, almas] en la nave doscientas setenta y seis.

El versículo de Hechos se refiere a la nave en que Pablo y Lucas navegaban hacia


Roma. A excepción de Pablo y Lucas, el resto a bordo eran no creyentes, no-cristianos;
y sin embargo, el texto dice: “Y éramos todas las personas [almas] en la nave doscientas
setenta y seis”. “Alma” significa persona viva; es aquella parte que da vida al cuerpo.

La iglesia moderna ha sido ilógica en este asunto particular porque generalmente enseña
que el alma es espíritu de vida eterna y vuelve a Dios; pero luego los maestros niegan
que una vaca que tiene un alma, vida, deba volver a Dios. Si el alma vino de Dios, ella
tiene que regresar últimamente a Dios, así como el cuerpo del hombre tiene que regresar
últimamente al polvo. Si lo que ellos enseñan es verdad, todos los animales tienen que
volver a Dios. Pero no es verdad, porque el alma no es espíritu de vida eterna. El alma
es aquello que le da a uno vida de aliento.

Génesis 1:30:
Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, ya todo lo que arrastra
sobre la tierra, en que hay vida…

La palabra “vida” en Génesis 1:30 es “alma”. Este versículo dice que toda bestia tiene
un alma viviente.

Génesis 1:20:
Dijo Dios: produzcan las aguas seres vivientes…

La palabra “seres” es la palabra “alma”.

Génesis 1:21:
Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todos ser viviente que se mueve…

La palabra “ser” es la palabra “alma”. Si hay un alma, hay movimiento, hay vida de
aliento.

Génesis 1:24:
Luego dijo Dios: Produzca la tierra los seres vivientes…

La palabra “seres” es de nuevo la palabra “alma”. Estos son algunos de los lugares en
Génesis 1 donde se usa la palabra “alma” con respecto a criaturas tanto como al hombre.
El alma, entonces, es aquello que le da vida a un ser. La palabra nephesh es “alma”.
Chai quiere decir “vida que se mueve, alma que se mueve”. Nephesh chai es siempre

105
usado en la Palabra de Dios como vida viviente, en contraste con un alma muerta, un
alma que ha perecido.

Dios hizo toda bestia en que hay un alma o vida. La pregunta que debemos hacer ahora
es dónde está la vida de alma del hombre y la bestia.

Levítico 17:11:
Porque la vida de la carne en la sangre está…

La vida de alma está en la sangre y se transmite cuando la esperma impregna al óvulo


en el momento de la fecundación.

¿Qué pasa con el alma finalmente? Así como el cuerpo vuelve al polvo, el alma es
pasada de una persona a su progenie. Si una persona no tiene descendencia su alma deja
de ser cuando muere; no existe más. Si mi alma ha dejado de ser, soy una persona
muerta y la Biblia habla de mí como de un alma muerta. No hay nada inmortal acerca
del alma así como tampoco hay nada inmortal acerca del polvo. El cuerpo del hombre
está hecho de polvo y regresa al polvo. Cuando el hombre toma su último aliento, su
vida de alma termina.

Después de estudiar “formado” y “hecho”, todavía tenemos que considerar el uso


bíblico de la palabra “creado”. ¿Qué parte del hombre fue creada?

Para encontrar el primer uso de “creado”, miramos el primer libro de la Biblia.

Génesis 1:1:
En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

“Crear” (bara) quiere decir literalmente “obtener algo de la nada” o “traer a existencia
algo que nunca existió antes en forma alguna”.

Muchos profesores de escuelas dominicales (si es que todavía usan la Biblia) dicen que
“en el primer día Dios creó esto y aquello, y en el segundo día Dios creó algo más, y así
sucesivamente. Pero eso no es lo que dice la Palabra de Dios. En el versículo 3 Dios
dijo: “…Sea la luz…” ¿Por qué no la tuvo que crear? Porque lo que sea de que la luz
esté compuesta, ya había sido creada en Génesis 1:1, en el principio cuando Dios creó
los cielos y la tierra. Todo lo que El tenía que hacer era “hablar” para que la luz
existiese.

El versículo 6 dice: “Luego dijo Dios…” Versículo 9: “Dijo También Dios…”


Versículo 11: “Después dijo Dios…” Versículo 14: “Dijo luego Dios…”

En el versículo 21 Dios creó “los grandes monstruos marinos y todo ser viviente que se
mueve…” Sus cuerpos fueron producidos de las aguas. El agua y la tierra ya existían, de

106
modo que la substancia que formaba sus cuerpos no tenía que ser creada. ¿Qué tenía que
ser creado en este punto? Vida de alma, porque nunca antes existió. En los versículos
24-26, Dios produjo de la tierra el ganado, las bestias y el hombre -teniendo todos ellos
la vida de alma que fue creada en el versículo 21.

A medida que Dios progresaba en Su obra de formar, hacer y crear la tierra y sus
habitantes, llegó finalmente a efectuar su obra culminante-el hombre.

Génesis 1:27:
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los
creó.

Dios ya había formado y hecho al hombre; el hombre ya tenía su cuerpo y un alma.


Luego, ¿qué estaba haciendo Dios al crear al hombre a su imagen? ¿Cuál es la imagen
de Dios? Juan 4:24: “Dios es Espíritu…”

Un espíritu no tiene carne o huesos. Dios creó dentro del hombre Su Espíritu (ruach),
Su imagen. Entonces el hombre se volvió cuerpo, alma y espíritu. Después de que Dios
creó al hombre a Su propia imagen, Dios tuvo un compañero; no en las partes del
cuerpo y el alma del hombre, sino en el espíritu. Es ésa la parte del hombre que hizo
posible que Dios hablase al hombre y que el hombre se comunicara con Dios. Esto les
dio comunión a ellos. Este es el hombre de cual leemos en Isaías y Tesalonicenses
donde las Escrituras dicen que el hombre fue formado, hecho y creado, y que él era
cuerpo, alma y espíritu.

Los científicos hoy en día hablan de crear vida. Este es un término inapropiado. Ellos
pueden redescubrir, rehacer, reorganizar, readaptar, o recomponer; pero no pueden crear
porque crear algo es traer algo a existencia que no existía en forma alguna. Los
científicos siempre empiezan con alguna substancia así que no están creando.

Génesis 1:1,2:
En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

Y la tierra estaba [se volvió] desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la
faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

Hay un largo período de tiempo entre Génesis 1:1 y Génesis 1:2. Yo no sé cuán largo,
pero sí sé que cuando el versículo 2 vino a ser “la tierra estaba [se volvió] desordenada
y vacía…” La tierra no fue creada desordenada y vacía; se volvió de esa forma.

Ahora, la cuestión es: qué causó que esta creación original en Génesis 1:1 (la cual era
perfecta) se volviera desordenada y vacía. Para ver la tremenda exactitud de la Palabra,
tenemos que estudiar escrituras como Isaías 14:12; Ezequiel 28:15-19; Romanos 8:22; 1
Timoteo 3:6; Apocalipsis 12:4. Estas escrituras explican que en el principio Dios creó

107
ángeles bajo tres líderes: Gabriel, Miguel y Lucifer. Estos tres arcángeles eran
responsables por todos los otros ángeles. Lucifer, quien era llamado un ángel de luz,
quiso usurpar el trono de Dios. El causó un motín en el cielo, por decirlo así. Por lo
tanto Lucifer fue expulsado del cielo junto con una tercera parte de los ángeles quienes,
bajo el liderazgo de Lucifer, habían conspirado contra Dios. Después de haber sido
expulsado del cielo, Lucifer se convirtió en “Satanás”, “la serpiente”, “el Diablo”. El y
una tercera parte de los ángeles del cielo forman el mundo de los espíritus malos o de
los espíritus diabólicos, acerca del cual la gente conoce muy poco y cree menos.

El motín de Lucifer y sus ángeles en el cielo fue tan cataclísmico que mientras tomaba
lugar la guerra, todo lo que Dios había creado originalmente en Génesis 1:1 cayó en la
ruina. Así pues, el versículo 2 de Génesis 1 dice: Y la tierra estaba [se volvió]
desordenada y vacía…

¿Cuánto tiempo hubo entre Génesis 1:1 y 1:2? Yo no sé. Pudo haber habido eones de
tiempo. El versículo 3 simplemente comienza la narración de las acciones de Dios al
hacer la tierra habitable para la humanidad-humanidad de cuerpo, alma y espíritu.

¿Hubo “hombres” antes del hombre de cuerpo, alma y espíritu? Para los científicos, sí;
pero en cuanto a la Biblia, según define al hombre en Génesis 1:27, no. Cuando los
científicos observan un fósil o un esqueleto, y el vestigio sugiere una forma como la del
hombre, lo ponen en la especie de homo sapiens, aunque no saben, y no tiene manera de
saber, qué clase de vida hubiera animado ese fósil. De la existencia de alguna clase de
vida antes de Génesis 1:2, la Biblia no niega la posibilidad, pero no puede haber
existido el hombre tal como define Génesis 1:27.

La razón por la que estoy interesado en esta exactitud es que el versículo 24 del primer
capítulo nos dice que Dios creó al hombre tal como lo conocemos: cuerpo, alma y
espíritu. ¿Qué clase de vida había en el supuesto hombre anterior a Adán y Eva? No sé
porque la Biblia no me lo dice. Ni tampoco saben los científicos porque ellos no pueden
restablecer esa vida. Yo sí sé, sin embargo, que lo que esa vida haya sido entonces, no
era la vida que Dios creó cuando creó vida de alma para el animal.

Hay muchas cosas que uno debería saber sobre la gran precisión de la Palabra de Dios
en Génesis porque en ella está el fundamento de la exactitud de Su inigualable Palabra.

Génesis 1:11 dice:


Después dijo Dios: produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de
fruto que dé fruto según su género…

Producir según su género quiere decir, por ejemplo, que cuando se planta una semilla de
tomate se cosechan tomates. Cuando se planta una semilla de cebolla se producen
cebollas. Todo viene según su género. La palabra “género” es la palabra griega genos.
Si se fecundan vacas nacen terneros. Si se fecundan perras nacen perritos. Un gato y un

108
perro no se pueden cruzar para obtener un “perrito gatuno”. El cruzar a una vaca y un
caballo no trae una “vaca caballuna” o un “caballo vacuno”. ¿Por qué? Por la ley de que
todo es según su género. Por eso es que usted puede tener variedad dentro de las
especies, pero no en género. Hay una gran diferencia en características entre una vaca
“Guernsey”, una “Holstein” y una “Parda suiza”, por ejemplo; pero ellas pertenecen al
mismo género; el género es bovino. No hay superposición de géneros. Usted no puede
cruzar una vaca con un caballo porque no son del mismo género. Hay evolución dentro
de las especies, pero no entre géneros. Todas las teorías de evolución mueren antes de
empezar a menos que se las mantenga dentro de la categoría de especies y no de género.

La Palabra de Dios dice: “… árbol de fruto que dé fruto… que su semilla esté en él…”
La semilla está siempre en él mismo y es la semilla que tiene vida. Tome una semilla,
póngala en tierra, añádale un poco de agua y sol y pronto una hoja sale. ¿Por qué?
Porque la semilla tiene vida en ella misma.

Cuando se trata del hombre, ¿quién tiene la simiente? La vida que está en la carne es
aportada por la esperma del varón. Cuando la esperma fecunda el huevo, la esperma
lleva vida de alma y la vida de alma está en la simiente. Esto es de suma importancia
para el estudio del nacimiento del Señor Jesucristo.

¿Cuántas veces creó Dios alma? La Biblia dice que (excepto por el nacimiento de Jesús)
Dios la creó solamente una vez y eso fue cuando los animales aparecieron por primera
vez. Dios simplemente tomó el alma de vida creada previamente y se la dio al hombre
cuando Dios formó e hizo a Adán. Adán entonces tuvo progenie; y sus hijos e hijas, a
su vez, tuvieron progenie. La vida de alma que estuvo en Adán fue traspasada a sus
niños y a los niños de sus niños. Cuando Adán tomó su último aliento, su alma personal
se acabó; pero su alma de vida vivió en Caín, Set y en el resto de sus hijos e hijas. Hasta
el día de hoy la misma vida de alma, la cual Dios puso originalmente en Adán cuando
Dios lo hizo, continúa en la humanidad.

Hechos 17:26
Y de una sangre ha hecho [Dios] todo el linaje de los hombres, para que habiten
sobre toda la faz de la tierra…

Si todos los hombres vienen de la misma sangre, derivándose nuestra vida de alma de la
misma fuente común (Adán), ¿por qué hay tantas variaciones físicas entre la gente? Por
ejemplo: ¿por qué son algunas personas blancas, algunas amarillas, algunas negras y
algunas roja? ¿Cómo da uno razón de todo esto? Para entender variaciones físicas, uno
debe tener conocimiento de genes y cromosomas y características dominantes y
recesivas. La ley de Mendel explica el proceso de características dominantes y recesivas
en plantas y animales. Los procesos genéticos controlan o determinan las variaciones
dentro de la especies.

109
En el principio del hombre, el gene que determinaba el color de la piel llevaba ambas
características: la obscura y la clara. Después de generaciones, al casarse la gente de piel
más obscura con gente de piel más obscura, y la gente de piel más clara con gente de
piel más clara, eventualmente los grupos genéticos resultan en obscuros más obscuros y
claros más claros de los que existían originalmente, todo debido a la selección natural y
a las características dominantes, así se desarrollaron los colores diferentes y las distintas
razas del hombres que habitan sobre la faz de la tierra hoy en día. No contradice en nada
la Palabra de Dios y no contradice a la ciencia genética.

Otra pregunta que siempre surge es: ¿con quienes se casaron los hijos de Adán y Eva?
Puesto que no había vecinos alrededor, ¿a quienes podían tomar los hijos como
compañeras? ¿Con quien se casó Caín, por ejemplo? El se casó con su hermana. ¿Con
quién más se podía casar? Encontrar una compañera no era problema porque, como dice
Génesis 5:4:

Y fueron los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años, y
engendró hijos e hijas.

Los hijos de Adán se casaron con sus propias hermanas. Si nosotros tuviéramos una
corriente sanguínea pura, nos podríamos casar con nuestras hermanas. La razón por la
que no se nos permite casarnos con nuestras hermanas es que las impurezas en nuestras
corrientes sanguíneas causarían complicaciones en la próxima generación y en aquellas
que siguen.

A causa de tener sangre más pura la gente vivía vidas más largas como lo dicen los
primeros pasajes bíblicos. Algunas personas explican la longevidad del hombre antiguo
diciendo que sus años no eran tan largos como los nuestros. Pero el tiempo entonces era
el mismo que ahora. La razón para tal longevidad era que su sangre no se había vuelto
tan contaminada, tan impura. El matrimonio y el pecado empezaron eventualmente a
producir gente mas débil que por lo tanto moría a una edad más temprana.

Previamente “alma” ha sido definida como “aliento de vida”. Las plantas no tienen vida
de aliento y sin embargo obviamente tiene vida en el sentido que crecen y dan fruto. Las
plantas tienen vida de crecimiento, pero no tiene vida de aliento. Los animales tienen
tanto vida de crecimiento como alma o vida de aliento. El hombre, como fue
originalmente creado, sobrepasó el reino animal en el sentido de que no tenía solamente
cuerpo y alma sino también espíritu. Fue el espíritu que separó al hombre del resto de la
creación. Porque el hombre tenía espíritu. Dios podía comunicarse con Su obra maestra
final.

110
CAPITULO 17
“…CIERTAMENTE MORIRAS”

En la comunicación de Dios con Adán, Dios orientó al primer humano a las reglas de la
vida. La única restricción que Dios le puso a Adán está relatada en Génesis 2.

Génesis 2:16.17:
Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer
[la versión Reina-Valera no comunica la grandeza de ese versículo. En el texto original
“podrás comer” son las palabras “ciertamente comerás”. Una traducción más correcta de
ese versículo sería “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto
ciertamente comerás”.];

mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día [no un día,
sino en ese mismo día] que de él comieres, ciertamente morirás.

En el principio solamente había uno que estaba por encima de Adán, y ese era Dios.
Con excepción de Dios, Adán era el ser supremo. Como soberano de la tierra, Adán
tenía solamente una estipulación restrictiva, siendo la consecuencia de desobediencia:
“…porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”.

En el principio, el espíritu en el hombre hizo posible que Dios le hablase y que el


hombre, a su vez, le pudiera hablar a Dios. El hombre natural de cuerpo y alma
solamente tiene sus cinco sentidos con los cuales adquirir conocimiento. En contraste, el
primer hombre no sólo podía adquirir conocimiento por medio de sus cinco sentidos,
sino que también podía obtener conocimiento a través de su comunicación con Dios,
hecha posible por el espíritu de Dios dentro de él. Adán tenía dos formas por las cuales
él podía conocer las cosas, y tenía la libre voluntad para escoger si iba a acumular
conocimiento por sus cinco sentidos o por espíritu-Dios hablándole a él.

Cuando Dios creó espíritu dentro del hombre, el hombre tenía comunión perfecta con el
Creador en todo momento. Adán también tenía poder supremo en la tierra sobre aquello
que Dios le había dado como dominio.

Génesis 1:26:
…y señoree [el hombre] en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias,
en toda la tierra…

Adán tenía dominio sobre toda la creación de Dios porque Dios le había dado este
dominio; y mientras Adán andaba según el espíritu, tenía perfecta comunión con Dios.
Pero en el momento en que Adán dejó que sus sentidos gobernasen su mente y cuerpo,
en vez de andar por el espíritu, el resultado fue calamidad. ¿Por qué? Porque entonces él
ya no era regido por Dios. Adán tenía la opción de andar por sus sentidos o andar por el

111
espíritu. El determinaba, por su libre albedrío, si iba a ser guiado por lo que él podía ver,
oír, oler, gustar y tocar o si iba a ser guiado por Dios.

En Génesis se desarrolla la historia de Adán. Recuerde que Lucifer, quién había caído,
también es llamado la serpiente.

Génesis 3:1:
Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová
Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de
todo árbol del huerto?

¿Sabía la serpiente lo que Dios había dicho? El sabía lo que Dios había dicho. Con este
conocimiento, la serpiente fue a Eva y dijo: “¿De verdad que Dios ha dicho esto? ¿dijo
Dios que no comáis de todo árbol del huerto?”

Al estudiar la caída del hombre, podemos observar cuidadosamente cómo el Diablo


opera consistentemente. Lo primero que el Diablo hizo que Eva hiciera -y lo primero
que él nos llevará a hacer- fue que cuestionara la integridad y exactitud de la Palabra de
Dios. El le dijo a ella: “¿De verdad que Dios os dijo que no comáis de todo árbol del
huerto?” El diablo sabía lo que Dios había dicho. El Diablo también sabía que él quería
insinuar una duda en la mente de Eva. Este es el comienzo de los problemas. El Diablo,
disimuladamente, consigue que la gente dude la exactitud e integridad de la Palabra de
Dios, a medida que se disfraza como un ángel de luz. El Diablo no es tan estúpido como
para entremeterse en los asuntos de uno en una manera directa y detestable. El cuestiona
astutamente: “¿De verdad que Dios dijo que no comáis de todo árbol del huerto?”

Con esta duda puesta en la mente de Eva, ella reacciona a la serpiente según se relata en
el versículo 2. “Y la mujer respondió a la serpiente…” Esta es la próxima trampa. Una
persona no puede impedir que se acerquen las influencias satánicas, pero uno puede
evitar que ellas hagan morada o permanezcan en la mente. Uno no siempre puede evitar
que venga un mal pensamiento, por ejemplo, pero uno se puede abstener de darle cabida
e incubarlo. La complicación de la situación con Eva no fue que el Diablo le había
dicho ella: “¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” El
problema tomó raíz cuando Eva comenzó a participar conversando y “razonando” con el
Diablo.

Génesis 3:2:
Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos
comer.

Pero ¿fue eso lo que dijo Dios? De hecho, según el texto original, Dios había dicho “De
todo árbol del huerto ciertamente comerás”. ¿Sabe usted lo que hizo Eva? Ella omitió la
palabra “ciertamente”. Si se omite una palabra de la Palabra de Dios, ¿sigue siendo

112
todavía la palabra de Dios? No, se ha vuelto una interpretación privada. Omitiendo una
palabra, Eva ya no tenía la Palabra. Ella continuó su conversación.

Génesis 3:3:
Pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él,
ni le tocaréis, para que no muráis.

Dios nunca dijo cosa alguna sobre tocar el fruto. ¿Qué había hecho Eva ahora? Ella
había añadido a la Palabra de Dios. Cuando uno añade a la Palabra de Dios, ¿es aún la
Palabra de Dios? De nuevo, se vuelve interpretación privada. En el momento en que se
quita o añade una palabra, uno ya no tiene la Palabra. Dios nunca dijo lo que Eva dijo
que El había dicho. ¿Pero estaba siendo sincera ella? Ella estaba siendo sincera, pero
estaba totalmente equivocada.

¿Qué más hizo Eva a la Palabra de Dios? “No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no
muráis”. Dios había dicho: “Porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”. No
había equivocación al respecto. Eva cambió la verdad de la Palabra de Dios de “el día
que de él comieres, ciertamente morirás” a “para que [tal vez, algún día] no muráis”.
Ella cuestionó la integridad de la Palabra de Dios.

Siguiendo el patrón, lo primero que el Diablo indujo a Eva a hacer fue cuestionar la
Palabra de Dios. Eva cometió el segundo error al considerar la pregunta que el diablo
había propuesto. En tercer lugar, Eva omitió de la Palabra de Dios; en cuarto lugar, ella
añadió a la Palabra de Dios; y en quinto lugar, ella cambió la Palabra de Dios de un
absoluto, a un tal vez. Aquí está el camino en espiral hacia abajo. Hasta el día de hoy,
siempre que Satanás quiere atacar a hombres y mujeres de Dios, él siempre los lleva a
cuestionar la integridad de la Palabra y luego a cambiarla de modo que la Palabra no
exista más.

El tercer capítulo de Génesis es tan oportuno hoy y mañana como lo fue en el día en que
sucedió, hace muchos miles de años, cuando Adán y Eva pasaron por la experiencia.
Cuando hombres y mujeres a través de la historia han escuchado a Satanás, comenzaron
cuestionando la integridad de la Palabra de Dios. La gente dice: “Bueno, de todas
maneras no es la Palabra de Dios”, o “Tiene muchos mitos en ella, muchas
interpolaciones, mucho error. Después de todo, usted no puede creer todo eso, porque
fue escrito por seres humanos”. Y así comienza la gente a cuestionar la integridad de la
Palabra; ellos comienzan a dudarla. Lo siguiente es que esta gente nos habla a nosotros.
Nosotros comenzamos a considerar sus dudas. “Bueno, tal vez tiene razón. Tal vez el
hombre sí vino de un animal unicelular”. Antes de que nos demos cuenta, pensamos que
es una buena idea que el hombre haya venido de una ameba, así que comenzamos a
cambiar la Biblia. Omitimos una palabra o añadimos una palabra o cambiamos algunas
palabras. Arreglamos la Palabra a nuestra conveniencia y, por lo tanto, no tenemos la
verdadera Palabra.

113
Después de que la mujer, Eva, le respondió al Diablo, él continuó la conversación.

Génesis 3:4:
Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis.

El Diablo sutilmente llevó a Eva hasta el punto de cuestionar la Palabra omitiendo una
palabra, añadiendo una palabra, cambiando una palabra. Cuando él finalmente tuvo a
Eva en un estado de mente dócil, salió y mostró sus verdaderos colores. El Diablo,
audaz y llanamente, dijo: “No moriréis”. Esa declaración no es una omisión, una adición
o un cambio. Es una contradicción directa de lo que Dios había dicho en Génesis 2:17.
La verdadera Palabra de Dios decía: “Ciertamente morirás”, y el Diablo dijo: “No
moriréis”.

Las mismas cosas diabólicas suceden hoy en día. Cuando un hombre está muerto,
nosotros vamos a la funeraria y vemos su cadáver. El está muerto. Pero alguna dulce
persona viene y dice: “Oh, él no está muerto, él está volando por allá en el cielo porque
yo supe de él anoche en una sesión espiritista”. La misma clase de mentira que el Diablo
propuso allá en Génesis 3, aún es propuesta por iglesias hoy en día. El Diablo dijo: “No
moriréis”. Los que lloran al muerto dicen: “El no está realmente muerto; él simplemente
salió de este mundo hacia algo mejor”. Estas son verdaderas contradicciones de la
Palabra de Dios.

El blanco primario del Diablo es la Palabra porque si él se puede deshacer de la Palabra,


no queda nada. Queda poco de la Palabra en las iglesias de hoy. Satanás siempre está
causando divisiones con cosas ajenas a lo que importa para que la gente no tenga
cuidado, o tiempo, de estudiar la Palabra. La gran tragedia es que él ha tenido bastante
buen éxito. Hoy en día la gente solamente habla de la Palabra. Ellos no la creen. Más
aun, ellos no pueden juntar la Palabra de modo que encaje con exactitud y precisión.
Una persona puede asistir a la mayoría de los colegios bíblicos en el mundo y aún no
conocer la Palabra de Dios. Uno puede ganar un conocimiento impresionante alrededor
de la Palabra, pero no conocerá la Palabra. De otra manera, no estaríamos cayendo en
las mismas trampas que Adán y Eva si nuestros maestros y predicadores supieran la
Palabra.

Cuando Dios dijo: “Ciertamente morirás”, y el Diablo dijo: “No moriréis”, uno de ellos
tenía que estar mintiendo. Siga el discurso del Diablo en Génesis 3:

Génesis 3:4,5:
Entonces la serpiente dijo a la mujer: no moriréis.

sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis
como Dios, sabiendo el bien y el mal.

114
El Diablo dice lisonjeramente: “Van a ser tan inteligentes como Dios. Van a saberlo
todo”.

Lo que sigue está relatado en Génesis 3:6. “Y vio la mujer…” ¿Está “vio” en la
categoría del espíritu o de los sentidos? Está en la categoría de los sentidos. Mientras
Adán y Eva vivieron por revelación de Dios, la vida fue perfecta; pero en el momento
en que se permitió a los sentidos que dominasen sobre el espíritu, resulto la calamidad.

Génesis 3:6:
Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos
[los sentidos], y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y
comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.

Así que cayó el hombre porque fue desobediente a la Palabra de Dios. La Palabra de
Dios decía: “Usted puede hacer esto, pero no aquello”. El Diablo dijo: “Prosiga usted y
hágalo porque será tan listo como Dios”. Eva, según lo dice el relato, anduvo
definitivamente por sus sentidos; luego Adán, por su propia voluntad, la siguió a la
catástrofe. Dice en la Biblia que Eva fue engañada por el Diablo. Adán nunca fue
engañado; él simplemente la siguió.

El error de Adán fue cataclísmico, pues Dios había dicho: “Porque el día que de él
comieres, ciertamente morirás”. ¿Qué murió en el día en que Adán y Eva comieron del
árbol del conocimiento del bien y del mal? ¿Tenían todavía Adán y Eva cuerpos y
almas? Ciertamente que sí. Lo que ellos ya no tenían era su conexión con Dios, espíritu.
Por esto es que Dios dijo: “El día que de él comieres, ciertamente morirás”. Muchas
veces gente del clero, teólogos o comentarios han dicho: “Bueno, ellos no murieron
realmente. Fue solamente que las simientes de muerte espiritual fueron plantadas en
ellos, porque la Palabra de Dios dice que Adán vivió algunos 800 años después de eso”.
La Palabra no está de acuerdo con esta explicación. La Palabra dice: “El día [el mismo
día] que de él comieres, ciertamente [absolutamente] morirás”. Uno tiene que entender
el hombre de cuerpo, alma y espíritu, para estar consciente de exactamente qué sucedió
en el día en que Adán contravino la única regla de Dios.

El espíritu desapareció. La razón por la que el espíritu fue llamado muerto es que ya no
estaba ahí. Toda su conexión espiritual con Dios se perdió. Desde ese mismo día Adán y
Eva fueron sólo cuerpo y alma-como cualquier otro animal.

El hombre, siendo cuerpo y alma, tenía que depender solamente de sus cinco sentidos.
Desde el día en que Adán comió del árbol del conocimiento del bien y el mal, hasta el
día de Pentecostés, miles de años más tarde, Dios se presentó en concreción siempre que
le quiso hablar al hombre. El tenía que presentarse en alguna forma para que los
sentidos del hombre percibieran y de tal modo entendieran. Moisés, viajando por el
desierto, vio una zarza ardiendo; y del medio de la zarza ardiente oyó una voz. Los
sentidos de Moisés percibieron a Dios. Los hijos de Israel podían ver los Diez

115
Mandamientos. Este fue el medio por el cual Dios se presentó en forma concreta para
pedirles qué hacer. Anualmente, en el día de expiación, el sumo sacerdote entraba en el
santo de los santos para hacer sacrificios. Ponía sus manos sobre el macho cabrío y
luego lo enviaba al desierto a morir. Dios había dicho que con la certeza con que los
israelitas veían el macho cabrío irse al desierto, sus pecados iban con él. Ellos podían
ver el macho cabrío, podían ver las tablas de piedra, podían ver la zarza ardiente.

Dios tenía que presentarse en forma concreta porque los hombres no tenían medios con
que entender cosas espirituales. Pero puesto que el hombre todavía tenía los cinco
sentidos, podía creer. Esto explica por qué nació Jesucristo. Jesucristo nació de modo
que la gente lo pudiera ver a él; él tenía que ser manifestado en forma física. Jesús dijo:
“…El que me ha visto a mí, ha visto al Padre…” Dios estaba en Cristo reconciliando al
mundo consigo mismo. Jesús era la concreción.

Cuando un hombre de cuerpo y alma me dice: “No creo en su Dios”, yo digo: “Lo sé”.
El puede mirar a un lado y a otro, aturdido, porque esperaba luchar por su posición, pero
no consigue lucha porque yo conozco la exactitud de la Palabra-él no puede conocer a
Dios pues es un hombre natural y solamente entiende el mundo de los cinco sentidos.

1 Corintios 2:14:
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque
para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente.

El hombre natural no puede conocer cosas espirituales porque se han de discernir


espiritualmente. Habiendo resumido la situación en un versículo de Escritura, Dios no
se podía haber expresado más claramente. Porque las cosas de Dios son espirituales,
ellas deben conocerse por el espíritu. Por eso es que la Palabra dice que las cosas
espirituales son locura para el hombre natural, científicos. El hombre natural va según
su razón-según lo que puede ver, oír, oler, gustar y tocar-y no según la Palabra revelada
de Dios.

1 Corintios 1:21:
Pues ya que en la sabiduría de Dios [sabiduría espiritual], el mundo no conoció a
Dios mediante la sabiduría [sabiduría de conocimiento de los sentidos]…

Después de haber entendido una vez el cuerpo, alma y espíritu, esta sección entera de la
Palabra de Dios se descubre por sí misma. Romanos 8 es ahora fácil de entender.

Romanos 8:1-8:
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que
no andan conforme a la carne [por los cinco sentidos], sino conforme al Espíritu
[por revelación de la Palabra de Dios o por revelación directa de Dios].

116
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del
pecado y de la muerte.

Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne [por
medio de los sentidos], Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y
a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;

para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a


la carne [según los cinco sentidos], sino [que andamos] conforme al Espíritu.

Porque los que son de la carne piensan en [son obedientes a] las cosas de la carne;
pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.

Porque el ocuparse de la carne [guiarse por los cinco sentidos] es muerte, pero el
ocuparse del Espíritu es vida y paz.

Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios [El cerebro de
muchos está en conflicto con Dios-los sentidos versus revelación.]; porque no se
sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;

y los que viven según la carne [quienes viven según sus cinco sentidos] no pueden
agradar a Dios.

La carne no puede agradar a Dios porque Dios es Espíritu.

Previamente, nosotros vimos el origen de la Palabra de Dios. El hombre no escribió la


Palabra por el uso de sus cinco sentidos. Gálatas 1 da más testimonio de esto.

Gálatas 1:11,12:
Mas os hago saber [garantizo], hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es
según hombre;

pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de


Jesucristo.

Si el hombre no recibió el evangelio de hombre alguno, no lo recibió por medio de los


cinco sentidos. Pablo continua:

…sino por revelación de [proveniente de] Jesucristo.

Pablo recibió el Evangelio por revelación.

Jeremías 17 también señala la inhabilidad del hombre natural para conocer a Dios y
asuntos asociados con El.

117
Jeremías 17:5-8:
Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y [quien] pone
carne [los cinco sentidos] por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.

Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que
morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada.

Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.

Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente
echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y
en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.

Un hombre confía en el brazo de la carne y el otro confía en Dios. El contraste es obvio.

Observe la instrucción en Proverbios 3.

Proverbios 3:5,6:
Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.

Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.

¿Ve usted las dos divisiones? Apoyarse en la propia prudencia de uno es andar por los
cincos sentidos, mientras que reconocer a Dios es andar según la Palabra revelada de
Dios o por revelación.

Porque Adán escogió andar por sus sentidos antes que por la Palabra de Dios, la
posición de Adán y la productividad de la tierra cambiaron drásticamente.

Génesis 3:17:
Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol
de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa;
con dolor [trabajo] comerás de ella todos los días de tu vida.

En los capítulos uno y dos de Génesis no había ninguna maldición. Antes de que el
pecado hubiera venido, antes de que Adán y Eva hubieran actuado de forma contraria a
la voluntad de Dios, no había maldición de la tierra. Adán estaba en control absoluto de
todos los asuntos terrenales; pero inmediatamente después de la caída, el testimonio en
la Palabra dice que la tierra fue maldita. Dios dijo: “Con dolor [trabajo] comerás de ella
todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá”. No había espinos y cardos en
el paraíso. Donde no había pecado, no podía haber un rompimiento como éste. No había
enfermedad, no había males, no había muerte. ¿Por qué? Porque no había pecado. El
pecado, cuyo originador es el Diablo, produce enfermedad, mal, muerte; el pecado
produce todo lo negativo que se relata después del tercer capítulo de Génesis.

118
Génesis 3:19:
Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de
ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

Cuando Adán desobedeció la condición impuesta por Dios, algo ocurrió que estableció
la muerte física dentro del hombre. Siempre que rompemos las leyes espirituales de
Dios, traemos para nosotros mismos calamidades físicas.

Génesis 3:22,23:
Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y
el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y
coma, y viva para siempre.

Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue
tomado.

El verdadero Dios y su archienemigo el Diablo estaban envueltos en una batalla sin


cuartel. Si se le hubiera permitido a Adán y Eva que permaneciesen en el paraíso
después de la caída, el diablo podría haber vencido a Dios. El Diablo hubiera podido
entonces mantener al hombre para siempre en ese estado de pecado irremisible si éste
hubiera comido del árbol de la vida después de haber pecado una vez. De modo que esto
no sucediera, Dios expulsó a Adán y Eva del jardín o paraíso.

La interrogante surge en cuanto al dominio de este mundo después de que Adán escuchó
al Diablo y desobedeció a Dios. Jesús habló del dominio de este mundo mientras él
estuvo aquí en la tierra.

Juan 14:30:
No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él
nada tiene en mí.

En los capítulos uno y dos de Génesis, el príncipe de este mundo era Adán. En Juan 14,
sin embargo, Jesucristo declara que el príncipe de este mundo nada tiene con él- ¿Quién
es el príncipe de este mundo? Es el Diablo. Observe Lucas 4.

Lucas 4:5,6:
Y le llevó el diablo [a Jesús] a un alto monte, y le mostró en un momento todos los
reinos de la tierra.

Y le dijo el diablo [a Jesús]: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos;


porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.

119
El Diablo le dijo a Jesús “A ti te daré toda esta potestad”. ¿Puede una persona dar algo
si no lo tiene? Sin embargo Lucas 5:5 dice que el Diablo le estaba ofreciendo todos los
reinos, toda la gloria, toda la potestad a Jesucristo.

Si en un momento Adán tenía todo el poder, dominio y autoridad, ¿cómo entonces llegó
a tenerlo el Diablo? El Diablo dijo: “…a mí me ha sido entregada”. ¿Quién se la
entregó? Adán lo hizo. Adán transfirió aquello que Dios le había conferido a él, al
archienemigo de Dios: el Diablo. Esto hizo al pecado original, en términos legales, alta
traición en contra de Dios. Adán dio el poder que Dios le había dado a él, al
archienemigo de Dios.

En el principio Dios había conferido el derecho de gobierno, dominio, autoridad y poder


sobre toda la creación de Dios a Adán. Teniendo libre albedrío, Adán podía escoger
cómo deseaba utilizar aquello que Dios le había dado. El pecado original fue la elección
de Adán de transferir su poder conferido, al archienemigo de Dios: el Diablo. El Diablo
entonces, llegó a ser el dios de este mundo.

2 Corintios 4:4:
En los cuales el dios de este siglo [el dios de este mundo, Satanás] cegó el
entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio
de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

Luego hay dos dioses. Uno es el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, y el otro es el
dios de este mundo, el Diablo. Si un hombre dice: “Yo creo en Dios”, siempre le
pregunto cuál. La Palabra dice que hay dos.

El Diablo tiene ahora el gobierno, el dominio, la autoridad, el poder que Adán poseía
originalmente sobre la creación de Dios. Siempre que el Diablo quiere inundar el
territorio, lo inunda. Cuando él quiere matar gente, los mata. Todo mal y enfermedad
son lo opuesto de lo que el verdadero Dios haría. Para leer un ejemplo clásico de
sufrimiento humano, examine la biografía de Job. Fue el Diablo quien mató a los hijos
de Job en contra de él; fue el Diablo quien mando la tormenta. ¿Por qué? Porque él tiene
el poder, el gobierno, el dominio, la autoridad sobre la tierra.

CAPITULO 18
LA FE VIENE POR EL OÍR LA PALABRA DE DIOS

Cuando se le dio dominio al Diablo y el hombre se volvió un ser de cuerpo y alma, ¿qué
le pasó a la relación del hombre con Dios?

Efesios 2:11,12:
Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la
carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano
en la carne.

120
En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a
los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.

Ellos estaban sin Dios porque cuando el hombre pecó perdió su espíritu, su relación
innata con Dios. El hombre, estando sin espíritu, estaba sin Dios y sin esperanza en este
mundo.

Efesios 2:1:
Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados.

¿Qué quiere decir muertos? El hombre parecía estar vivo. Tenía cuerpo y alma pero
estaba muerto en delitos y pecados porque no tenía espíritu. Salmos dice que todos los
hombres son concebidos y nacen en pecado. Esto no quiere decir que los padres fueron
pecaminosos en la forma en que tuvieron relaciones. El hombre es concebido y nace en
pecado porque no tiene espíritu.

Teniendo solamente cuerpo y alma, ¿cómo vuelve a tener un hombre natural una
conexión con el mundo espiritual? Las cosas espirituales sólo se pueden conocer por el
espíritu, así como las cosas del reino natural sólo se pueden conocer por los cinco
sentidos. Puesto que el hombre no puede conocer a Dios, ¿Cuál es el puente que se
extiende sobre el abismo que hay entre el hombre natural y Dios? El puente es la fe.

Pero el hombre natural no tiene fe porque la fe es un elemento espiritual. ¿Cómo


entonces consigue fe para sobrepasar ese abismo?

Romanos 10:17
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

La fe viene al hombre natural por el oír. El hombre de cuerpo y alma puede oír. El
hombre tiene libre albedrío, y tiene una mente, de modo que puede creer si lo quiere.

“Así que la fe es por el oír…” ¿Por oír qué? ¿Lo que dice Juan o Enrique? ¿o lo que
dicen “Selecciones”, o “Bohemia”, o “Vanidades” o ”Panorama”? La fe no viene de esa
forma. La fe viene por oír una cosa-la Palabra de Dios.

Antes de ir más adelante clarifiquemos la diferencia entre las dos palabras “fe” y
“creencia”. Estas dos palabras no son sinónimas a pesar de que la Reina-Valera y otras
traducciones las han usado intercambiadamente. La fe es una realidad espiritual interna,
mientras que la creencia es una acción de la mente humana. El hombre natural de
cuerpo y alma puede creer; pero el hombre natural no puede tener fe.

Gálatas 3:22:
Más la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe
en Jesucristo fuese dada a los creyentes.

El hombre natural de cuerpo y alma, el hombre que no ha sido salvo, no tiene fe. La fe
es espiritual y el hombre natural no la puede tener. Pero el hombre de cuerpo y alma
puede creer.

121
Gálata 3 continúa: “Pero antes que viniese la fe…” entonces tiene que haber habido un
tiempo en que la fe no existía.

Gálatas 3:23,24:
Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados bajo la
ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.

De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a [hasta] Cristo, a fin de
que fuésemos justificados por la fe.

La ley fue el ayo hasta Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe, ¿la fe de
quién? La fe de Jesucristo. Nosotros, hombres naturales de cuerpo y alma, debemos ser
justificados por la fe.

Gálatas 3:25:
Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo.

Desde que vino la fe, ya no estoy bajo la ley porque Cristo fue el fin de la ley.

Si la fe vino por Jesucristo, ¿hubo fe en el Antiguo Testamento? ¿Hubo entonces fe en


los Evangelios? No pudo haber habido porque Jesucristo vino a hacerla disponible, y la
ley no fue cumplida completamente hasta Pentecostés. Absolutamente nadie podía tener
fe hasta que Jesucristo hizo la fe disponible.

Jesús no la trajo cuando nació en Belén; no la trajo cuando murió en la cruz; la trajo
cuando todo fue cumplido en el día de Pentecostés. No hay fe en los Evangelios o en el
Antiguo Testamento. Cuando leemos la palabra “fe” antes del libro de Hechos, estamos
leyendo simplemente un error en traducción. ¿Cuántas veces piensa usted que la palabra
“fe” aparece en el Antiguo Testamento en la Versión Reina-Valera? Solamente aparece
tres veces: en Números 35:30, Isaías 57:11 y en Habacuc 2:4. Leyendo “fe” en contexto,
uno verá que quiere decir ya sea “fidelidad”, “constancia” o “testimonio”. Hay una
vasta diferencia entre ser fiel y tener fe. La mayoría de la gente piensa que hay fe en el
Antiguo Testamento por causa de Hebreos 11: “Por la fe Noé”, “Por la fe Abraham”,
“Por la de Isaac”, “Por la fe Jacob”, “Por la fe Sara”. Sin embargo en el Antiguo
Testamento no dice que Abraham tuvo fe. Dice que Abraham creyó a Dios, Isaac creyó
a Dios, Jacob creyó a Dios. Estos hombres tenían cuerpo y alma; podían creer pues
tenían una mente; podían oír la palabra; podían ver los Diez Mandamientos y creer lo
que veían. Gálatas 3:6 dice de Abraham: “Abraham creyó a Dios, y le fue contado por
justicia”. Hebreos 11 debería, con exactitud, leerse: “Por creencia Noé”, “Por creencia
Abraham”; “Por creencia Isaac”, y así sucesivamente.

En el antiguo Testamento, Dios cubría sus pecados. Los miembros de la Iglesia de


Gracia no tiene sus pecados cubiertos: éstos son completamente lavados. El nos limpia.
Dios nos puede limpiar porque una cosa he venido a ser y esa es la fe.

122
Romanos 10:4:
Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.

Cuando el hombre de cuerpo y alma oye la Palabra de Dios y cree lo que oye, Romanos
10:9, recibe la “fe de Jesucristo” y justicia.

Romanos 3:22:
La justicias de Dios por medio de la fe en [de] Jesucristo, para todos lo que creen
en él…

¿Cuánta fe es la fe de Jesucristo? Es justamente lo que uno recibe, ni más ni menos.


¿Cómo puede conseguir más fe una persona cuando la Palabra dice que la “fe en [de]
Jesucristo [es] para todos los que creen en él”?

Romanos 12:3:
Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que
no tenga más alto concepto de sí que el que deba tener, sino que piense de sí con
cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.

¿Cuál es esa medida de fe que Dios reparte a cada uno cuando cree? La Palabra dice
que es la fe de Jesucristo.

Gálatas 2:16:
Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de
Jesucristo.

No somos justificados por las obras de la ley; somos justificados por la fe de Jesucristo.

Gálatas 2:20:
Con Cristo estoy juntamente crucificado [El texto original es: Con Cristo fui
juntamente crucificado.] y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo
en la carne, lo vivo en la fe del hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo
por mí.

Cuando Cristo fue crucificado, yo fui crucificado juntamente con él, sin embargo,
todavía vivo -cuerpo y alma. No solamente tengo cuerpo y alma, sino que tengo espíritu
cuando soy nacido de nuevo. Y ahora no vivo por mis sentidos, sino por la fe de
Jesucristo que me es dada espiritualmente. Simplemente utilizo mis sentidos para poner
en operación esa fe.

Observe Efesios 2:8. “Porque por gracia [favor divino] sois salvos por medio de la
fe…” ¿La fe de quién? No la mía propia, sino la fe de Jesucristo la cual es el puente que
se extiende sobre el abismo que hay entre el hombre natural de cuerpo y alma y Dios
que es Espíritu.

123
Efesios 2:8-10:
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe [La fe de Jesucristo es el don de
Dios para cada hombre cuando él cree en el Señor Jesucristo]; y esto no de vosotros,
pues es don [proveniente] de Dios;

No por obras [Si la salvación es por gracia, no puede ser por obras], para que nadie se
gloríe.

Porque somos hechura suya [de Dios], creados en Cristo Jesús para buenas obras,
las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Cuando este hombre natural de cuerpo y alma oye la Palabra de Verdad y cree, recibe la
fe de Jesucristo. Una persona nunca puede recibir o alcanzar más fe que eso. Cuando
una persona recibe esta fe. Se hace miembro de una familia. Dios es el Padre y nosotros
sus hijos.

Gálatas 6:10:
Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los
de la familia de la fe.

¿Quiénes forman la familia de la fe? Aquellos a quienes ha sido dada la fe de Jesucristo


porque han creído.

Digamos que yo no he sido salvo; soy un hombre natural de cuerpo y alma. Oigo la
Palabra; creo lo que oigo. Y, cuando creo. Dios implanta en mí la fe de Jesucristo, la
cual es “para todos los que creen en él”. Puesto que Dios ha puesto esta fe en mí, soy
ahora de la familia de la fe. Dios es mi padre; yo soy su hijo.

¿Cómo debemos tratar a los miembros de la familia de la fe? La Palabra de Dios dice
que debemos hacer mayormente el bien a los de la familia de la fe. Frecuentemente, en
nuestro dominio terrenal, hacemos el bien a todos los que están fuera de la familia;
dentro de la familia, actuamos con poco cariño entre uno y otro. Los cristianos también
parece que no pueden llevarse bien entre sí. Estamos siempre peleando sobre si tenía o
no tenía ombligo Adán, o si podrían o no podrían seis ángeles sentarse en la cabeza de
un alfiler, o si deberíamos marchar sobre la capital o alejarnos de la capital. Los
cristianos no son buenos el uno con el otro en lo más mínimo. Y sin embargo la Palabra
dice que debemos ser especialmente buenos con la familia de la fe. ¿Por qué? Porque es
la familia de Dios y nosotros por lo tanto tenemos tanto en común.

Tito 1:4:
A Tito, verdadero hijo en la común fe…

“La común fe” es esa fe que es común a todo creyente nacido de nuevo. Es la fe de la
familia.

124
Tito 1:13:
…Por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe.

Asegúrate de que los hijos de Dios estén actuando apropiadamente como una parte de la
familia de la fe.

Hay otras clases de fe en la Biblia además de la fe de la familia. Una vez que nos hemos
vuelto miembros de la familia de la fe, podemos entonces operar la manifestación de fe
(creencia) de modo que nosotros podamos vivir con el poder de Dios. La manifestación
de fe (creencia) es creencia especial de mente renovada de acuerdo a las
manifestaciones de revelación. Renovar la mente de uno consiste en poner la Palabra de
Dios en la mente y luego vivirla.

La manifestación de fe (creencia) es llamada frecuentemente uno de los “dones” del


Espíritu. No son dones del Espíritu; son manifestaciones del espíritu, según se relata en
1 Corintios 12. La manifestación de la fe es la manifestación de creencia.

Gálata revela otro tipo de fe y esa fe es un fruto del espíritu. Buen fruto viene del buen
cultivo. Para cultivar uno usa buen fertilizante o alimento natural para las plantas.
Gálatas 5 habla de nuestros jardines espirituales personales.

Gálatas 5:22,23:
Mas el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,

mansedumbre, templanza; contras tales cosas no hay ley

Este es el fruto del espíritu. Note que la palabra “fruto” está en singular. Está dicho de
esa forma porque están todos en un grupo o en un racimo, como las uvas. Gálatas: 5:22
no dice, como dicen muchos comentarios, que el amor es un fruto de las buenas obras.
Cuando dice “fruto del Espíritu” quiere decir fruto del espíritu. Si hubiera querido decir
fruto de las buenas obras habría dicho fruto de las buenas obras.

Uno produce fruto del espíritu por la operación de las manifestaciones del espíritu. La
persona que tiene la fe de Jesucristo tiene la habilidad para operar las nueve
manifestaciones. El puede hablar en lenguas, puede interpretar, puede profetizar, puede
operar la palabra de ciencia, la palabra de sabiduría, el discernimiento de espíritus, fe
(creencia), milagros y sanidades.

Los varios tipos de fe son: (1) creencia, (2) fe de Jesucristo, (3) fe de familia, (4)
manifestación de fe (creencia), (5) fe fruto del Espíritu. Debemos estar alerta a los
varios usos de esta palabra si vamos a dividir correctamente la Palabra de Verdad.
Fue una gran revelación para mí cuando descubrí que nunca en la Palabra de Dios se le
dice a la Iglesia que tenga fe. ¿Por qué? Porque ser nacido de nuevo del espíritu de Dios
es tener la fe de Jesucristo. Somos renacidos del espíritu de Dios, somos hechura suya,

125
tenemos la fe de Jesucristo. No podemos obtener más fe que eso. Todo creyente
renacido tiene fe igualmente medida. Si Dios le hubiera dado a usted más fe cuando
usted fue salvo que lo que yo recibí, entonces Dios hace acepción de personas, lo cual,
por supuesto, es una contradicción a la Palabra de Dios. El hijo más joven en la familia
de Dios tiene la misma cantidad de fe que el santo más viejo. Todos tienen la fe de
Jesucristo. Puesto que la mayoría de la gente que ha nacido de nuevo del Espíritu de
Dios no sabe que tienen la fe de Jesucristo, no la pueden usar.

Esto explica la diferencia aparente en la gente cristiana: por qué un creyente es, para así
decirlo, un cristiano anémico mientras otro creyente se convierte en un cristiano muy
saludable o robusto. Ambos tiene la misma fe, pero uno alcanza un plano más alto de
vida cristiana que el otro porque sabe más, cree más, y por lo tanto, opera mas. La
anemia cristiana viene de ser enseñado poco, creer menos, y operar menos aun. La
persona que cree más, recibe abundantemente; el otro, que cree poco, recibe en
proporción. Nunca se recibe hasta que primero se cree.

El Antiguo Testamento y los Evangelios son acerca de hombres que existieron


solamente por sus cinco sentidos. Solamente podían entender y creer aquello que podían
ver pues la fe no había venido todavía.

Juan 6:30:
Le dijeron entonces [a Jesús]: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te
creamos? ¿Qué obra haces?

En los Evangelios, la fe no había venido todavía de modo que los hombres tenían que
ver primero y entonces creerían. No podían entender nada excepto aquello que estaba en
el mundo de los sentidos. Otro ejemplo de esto se da en Juan 20:8 cuando dos discípulos
vieron la tumba vacía de Jesús.

Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro; y
vio, y creyó.

Era un hombre de conocimiento por los sentidos el que vio la tumba vacía. El vio y
entonces creyó. Otro ejemplo familiar se encuentra en Juan 20.

Juan 20:24-29:
Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús
vino.
Le dijeron, pues, los otros discípulos [a Tomás]: Al Señor hemos visto. El les dijo:
Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los
clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.
Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó
Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros.

126
Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y
métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
Entonces Tomás respondió y le dijo: !Señor mío, y Dios mío!
Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no
vieron, y creyeron.
Hasta el día de Pentecostés, la gente vio y entonces creyó. Hoy en día nosotros creemos
primero y entonces vemos.
A aquellos que viven en Pentecostés y después de Pentecostés durante la
Administración de la Iglesia, Romanos 10 les da los pasos para salvación.
Romanos 10:9,10:
Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que
Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para
salvación.

El hombre que confiesa a Jesús como señor y cree que Dios levanto de los muertos
recibe salvación. Cree primero y entonces recibe.

2 Corintios 4:18
No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que
se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

Cualquier cosa que se puede ver está en la categoría de los sentidos; y las cosas de los
sentidos son siempre temporales. Pero aquello que usted no puede ver -el espíritu de
Dios, la fe de Jesucristo, la justicia de Dios, justificación, santificación- todas estas son
las cosas que son eternas.

¿Cómo puede un hombre de cuerpo y alma conseguir la fe de Jesucristo? ¿Cómo puede


conseguir la justificación de Dios, redención y santificación? La respuesta es simple.
Para recibir todo esto de Dios debemos hacer una cosa-creer. La siguiente pregunta es:
¿Qué debemos creer?
Para responder esto, debemos ver primero lo que Dios efectuó en Cristo, lo cual a su
vez Cristo efectúa dentro de nosotros a medida que nosotros, de cuerpo y alma,
creemos.
Jesucristo era el plan de Dios desde el principio para manifestar a Dios, que es Espíritu,
en el nivel de los sentidos, de modo que el hombre de conocimiento por los sentidos
pudiera ser redimido. Dios en su presciencia sabía que Adán y Eva pecarían y que El
tendría que mandar a su Hijo para redimir a la humanidad. Dios, siendo consistente y
observante de la ley, tenía que obrar dentro de un marco legal para redimir al hombre.
Puesto que por el hombre vinieron el pecado y la muerte, por el hombre también tendría
que venir la redención del pecado y la muerte. Jesucristo era un ser humano que
físicamente tenía los procesos de vida fundamentales y soportó todas las cosas. Hebreos
4:15 dice que él “…fue tentado en todo [todas las cosas] según nuestra semejanza pero

127
sin pecado”. Jesucristo fue el plan de Dios para manifestación en el mundo de los
sentidos. Juan 14:9 declara: “…El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”. Jesucristo
manifestó a Dios en el mundo, el cual entendía solamente lo que veía, oía, olía, gustaba
o tocaba.
Para entender el que Dios se manifieste a Sí mismo en la carne a través de Su Hijo,
veamos primero cómo Dios, que es Espíritu, podía tener un Hijo en la carne. Primero
que nada la mayoría de la gente no entiende la Palabra, ni tampoco entienden a Dios y
cómo El opera. No hacen diferencia entre las palabras “formó”, “hizo” y “creó”; o
“cuerpo”, “alma” y “espíritu”. Si nosotros no entendemos estas verdades, es imposible
entender cómo una mujer podría concebir por el poder de Dios y dar a luz al Señor
Jesucristo. El versículo más iluminador sobre la concepción y el alumbramiento del
Señor Jesucristo está en Hebreos.
Hebreos 2:14:
Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó
[“tomó parte” según el texto] de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al
que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo.

Todo niño que nace en este mundo participa de la carne y sangre* de su madre y su
padre. Hebreos 2:14 dice que Jesucristo “tomó parte”. El texto no dice que Jesucristo
participó (pues se usa una palabra distinta en el griego); él tomó parte de lo mismo.

La primera palabra “participó” en Hebreos 2:14 es koinoneō lo que quiere decir


“compartir por completo”. Los niños comparten por completo la carne y sangre de su
madre y su padre. Pero donde dice: “…él también participó de lo mismo”, la palabra
“participó” es en el griego la palabra metechō que quiere decir “tomar solo una parte”.
La parte que él tomó fue de la carne; pero la vida de alma en su sangre era Dios.

Los niños participan de ambos carne y sangre, pero Jesucristo no participó de carne y
sangre; él solamente tomó parte. Según la carne, él nació de María; pero según la vida
de alma que estaba en su sangre, él nació por concepción divina. Así que Judas dijo una
verdad cuando dijo: “He entregado sangre inocente”.

La Palabra de Dios dice que Jesús fue concebido por el Espíritu Santo y que nació de
María. El fue concebido por Dios. Eso no quiere decir que Dios tuvo relaciones
sexuales con María. Eso es imposible porque espíritu es espíritu; mundo natural es
mundo natural. Dios creó vida dentro de los órganos reproductivos de María. Dios una
vez más tuvo que crear-El tenía que crear vida de alma.
Si El hubiera querido, Dios podría haber creado vida de alma en cualquier mujer
después de Génesis 3:15. La pregunta es entonces: ¿por qué esperó Dios miles de años
después de la caída para crear vida dentro de una mujer de modo que Cristo pudiera
nacer? Toda mujer, desde Eva hasta María, era físicamente capaz de dar a luz a Cristo.
La razón por la que María fue la que dio a luz al Mesías, después de miles de años, es
que ella fue la primera mujer que creyera literalmente y sin reservas lo que Dios dijo.

128
*“Sangre” representa vida. Es la figura literaria sinécdoque-una parte puesta por el todo.Fue
ella quien dijo:
“…hágase conmigo conforme a tu palabra…” Por esto es que María concibió y dio a luz
al Señor Jesucristo. El nació de María, pero la simiente en él fue creada por Dios.

En la administración de Cristo, era la carne de Cristo que manifestaba a Dios al hombre


de los sentidos; pero es la sangre de Jesucristo la que purifica, redime y hace posible la
vida abundante para la humanidad. Por su herida fuimos sanados y por su sangre
derramada tenemos la remisión de los pecados. Según la Palabra de Dios, cuando
Jesucristo fue circuncidado, fuimos circuncidados* con él; cuando murió en la cruz del
Calvario, la Palabra de Dios dice que nosotros morimos con él; cuando resucitó,
resucitamos con él; y cuando ascendió al cielo, nosotros ascendimos con él. La Palabra
de Dios dice en Efesios 2:6 que nosotros estamos sentados con él en lugares celestiales
mientras que todavía estamos aquí sobre la tierra. Qué tremendo testimonio.

*Colosenses 2:11: “En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de
vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo”.

CAPITULO 19
RENACIDO
DE SIMIENTE INCORRUPTIBLE

Jesucristo vino a hacer disponible el nuevo nacimiento. Algunas personas creen que los
apóstoles fueron renacidos mientras Jesús estuvo aquí; pero si los apóstoles hubieran
podido renacer mientras Jesús estuvo en la tierra, Jesucristo no hubiera tenido que morir
en la cruz del Calvario; Dios no hubiera tenido que dar el espíritu santo. El problema
con muchos maestros bíblicos es que no consideran el hecho de que uno no puede tener
algo hasta que esté disponible, y la salvación no estuvo disponible hasta Pentecostés.
Nadie, absolutamente nadie, fue renacido hasta el día de Pentecostés. Todos hasta ese
momento eran solamente cuerpo y alma, sin vida eterna.

¿Qué significa nacer por primera vez? Para nacer la primera vez uno tiene que tener
simiente plantada. Renacer es tener la simiente de Dios en Cristo nacida adentro, y esta
simiente es espíritu y vida.

Génesis 3:15 declara que inmediatamente después de la caída, Dios puso “enemistad
[contienda] entre ti [la serpiente] y la mujer, y entre tu simiente [la simiente de la
serpiente] y la simiente suya [la simiente de la mujer]”. Pero la mujer no tiene simiente;
la simiente siempre viene del varón. ¿Por qué dice entonces Génesis: “la simiente suya
[de la mujer]”? Porque Dios sabía que la simiente redentora nacería de mujer al
concebir ella al Mesías por concepción divina. “Su simiente” era la creación de Dios
dentro de la mujer. Esto es exactamente lo que dice Gálatas.

129
Gálatas 3:16:
Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: y a
las simientes como si hablase de muchos, sino como de [a] uno: Y a tu simiente, la
cual [quien] es Cristo.

¿Quién es la simiente de la mujer? Ella no tiene simiente; pero por creación de Dios la
simiente de la mujer es Cristo. Ser renacido es tener esa simiente de Dios en Cristo en
usted.

1 Pedro da una característica de la simiente de Cristo que una persona recibe cuando
nace de nuevo.

1 Pedro 1:23
Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la Palabra
de Dios que vive y permanece para siempre.

La primera vez que una persona nace, nace de simiente corruptible; pero cuando vuelve
a nacer, ella es, según 1 Pedro 1:23, renacida “no de simiente corruptible, sino de
incorruptible”. La razón por la que no se repite la palabra “simiente” es que esta figura
literaria pone énfasis en la incorruptibilidad de la simiente y no en la simiente misma.

Cuando dice incorruptible, quiere decir incorruptible. Uno podría ahora acusarme de
creer en seguridad eterna. Yo no creo en seguridad eterna; yo creo en vida eterna. De
haber querido decir Dios seguridad eterna, El habría dicho seguridad eterna El no quiere
decir seguridad eterna, El quiere decir vida -vida eterna- porque es incorruptible y es
simiente.

Cuando nacimos físicamente, teníamos simiente en nosotros. Cuando renacimos,


recibimos otra simiente. La diferencia es que con el segundo nacimiento la simiente es
incorruptible.

¿Cómo ocurre el nuevo nacimiento? ¿Cómo nace la simiente de Cristo dentro de


nosotros? Este fenómeno original ocurrió en Pentecostés; y, puesto que todavía vivimos
en la misma administración, estamos incluidos y somos afectados por la grandeza de ese
evento. Estudiemos lo que pasó en Pentecostés cuando la salvación, el nuevo
nacimiento, se hizo disponible por primera vez de modo que podamos entender su
aplicación a nosotros.

1 Juan 3:9:
Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de
Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.

130
Cuando uno nace físicamente, tiene simiente física en él. De igual manera, todo aquel
que es nacido de Dios tiene que tener la simiente de Dios en Cristo en él. La Palabra
dice: “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado”. Cuando el hombre
natural es renacido, ¿en qué parte de su ser no comete pecado? En su cuerpo y alma él
todavía comete pecado; pero en esa simiente de Dios, la cual es incorruptible, él no
comete pecado. ¿Por qué? “Porque la simiente de Dios [en Cristo] permanece en él”. Si
la persona renacida pudiera pecar en esa simiente, la simiente no permanecería, sería
corruptible. Pero la Palabra dice que esta simiente de Dios permanece.

1 Juan 3:9 declara que una persona renacida no puede pecar porque es nacida de Dios.
La primera vez que yo nací, nací de mi padre y madre terrenales. Pero cuando renací,
nací de mi Padre celestial, de Dios, y Su simiente permanece en mí y no puedo pecar en
ella. Por eso es que Su simiente es vida eterna. Es eterna porque Dios es eterno, y es
vida porque Dios es vida.

Alguien podría decir: “Entonces usted cree que una vez salvo, permanece salvo”. Yo no
he leído “una vez salvo, permanece salvo” en la Palabra de Dios, al igual que tampoco
he leído “seguridad eterna”. Lo único que he leído en la Palabra es vida eterna, y eso
creo.

Como hombres de cuerpo y alma, la vida eterna se hace nuestra cuando somos
renacidos del Espíritu de Dios. ¿Qué sucede para efectuar esto?

Efesios 2:5-9:
aun estando nosotros muertos en pecados [muertos porque el espíritu no está
adentro], nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),

y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares
celestiales con Cristo Jesús,

para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su


bondad para con nosotros en Cristo Jesús,

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe [la fe de Jesucristo]; y esto no de
vosotros, pues don de Dios;

No por obras, para que nadie se gloríe.

La salvación es por gracia. Si fuera por obras, una persona se podría jactar más que otra
porque había orado más tiempo o había rogado más a Dios o había confesado más
pecados. Por lo tanto, un hombre tendría una salvación mejor que otro porque habría
trabajado más duro para conseguirla. Afortunadamente, la salvación no es por obras; es
por gracia y nada más que gracia.

131
Efesios 2:10:
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús…

La primera vez que nací, fui la hechura de mi padre y mi madre. Cuando renací, fui la
hechura de Dios, el producto de mi Padre celestial, no en carne sino en el espíritu.
¿Piensa usted que Dios está satisfecho con Su hechura? Sé lo que mis padres terrenales
fueron capaces de hacer; y estoy seguro de que mi Padre celestial, quien creó los cielos
y la tierra, puede hacer una obra mejor que mi padre y mi madre terrenales. “Somos
hechura suya, creados en Cristo Jesús”. Esto es el nuevo nacimiento.

Después de Pentecostés, un hombre todavía es cuerpo y alma; está muerto


espiritualmente. ¿A quién pertenece legalmente el hombre de cuerpo y alma? Al Diablo.
Pero cuando un hombre natural renace del Espíritu de Dios, se convierte en el hijo legal
de su Padre, que es Dios. El Diablo, el dios de este mundo, no tiene derecho legal sobre
un hombre cuando éste es renacido.

La mayoría de las religiones orientales y algunas occidentales, enseñan que todos tienen
una chispa de lo Divino nacida en ellos. Una chispa de lo Divino quiere decir que cada
persona tiene un poquito de Dios en ella y todo lo que uno tiene que hacer es ventearla,
alimentarla, nutrirla, y Dios se empezará a desarrollar dentro de uno. La Biblia dice que
el hombre está muerto; y si una persona está muerta, está muerta. Si hay un poquito de
vida, un hombre no está muerto. La Palabra de Dios dice que el hombre está
espiritualmente muerto, tiene solamente cuerpo y alma. Así que si el hombre va a tener
vida espiritual, Dios la tiene que crear. La palabra “crear” es usada porque la vida
espiritual no ha estado nunca antes en él.

Romanos dice cómo es posible que un hombre que está muerto en delitos y pecados y
sin Dios y sin esperanza sea vivificado.

Romanos 10:17:
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios.

¿Cuál fe? La fe de Jesucristo. Esta fe viene cuando el hombre de cuerpo y alma oye la
Palabra de Dios y cree.

Romanos 10:9:
que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que
Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

¿Qué es “confesar con tu boca”? Es decirlo. ¿Tiene uno que decirlo en un altar?
Romanos 10 no dice eso. Pero, ¿podría uno confesar a Jesús como su señor en un altar?
No dice dónde tiene uno que confesar a Jesús como señor; la Biblia simplemente dice

132
que confiese. ¿Tiene que decirlo una persona en voz alta? Romanos 10 no lo dice; es
posible confesar al Señor Jesucristo silenciosamente sin hacer un sonido audible.

“Confesares con tu boca” no dice confesar los pecados de uno. Si hubiera dicho
“confesares tus pecados”, la salvación sería por obras; y nosotros no somos salvos por
obras, sino por gracia. Un hombre no confiesa sus pecados; confiesa al que salva del
pecado, al Señor Jesucristo.

Me pregunto cuántos miles de personas creen que son renacidas del Espíritu de Dios
pero en realidad no lo son. Puede que tengan un sentimiento interno de que estén salvos,
pero un sentimiento no los salva. Una persona es salva por el ser renacida del Espíritu
de Dios. Los sentimientos van y vienen, pero la Palabra de Dios vive y permanece para
siempre. Yo podría ir al altar, vocear todos mis pecados, y obtener un sentimiento
bueno. Pero una persona puede obtener ese mismo sentimiento bueno en el sofá de un
psiquiatra. Nosotros no somos salvos por sentimiento, somos salvos por hacer lo que la
Palabra dice. Ella dice: “confesares con tu boca con tu boca que Jesús es el Señor”. Eso
es, di: “Jesús, tu eres señor en mi vida”. ¿Quién ha sido señor mientras una persona es
solamente cuerpo y alma? La persona misma. Pero ahora esa persona va a cambiar de
señores cuando confiesa con su boca un nuevo señor-Jesucristo.

Eso es lo que dice; pero eso no es todo. Romanos 10:9 dice además: “y creyeres en tu
corazón”. El corazón es la sede de la vida personal. Hoy en día nosotros diríamos:
“creyeres con toda tu mente, toda fuerza, todo tu ser”. ¿Qué debe creer una persona?
¿Qué Jesucristo es el profeta más grande de todos los tiempos? No. La Palabra dice:
“creyeres en tu corazón que Dios lo levanto de los muertos”. Uno debe confesar con su
boca que Jesús es el señor, y creer en lo más profundo de su ser que Dios le levantó de
los muertos; entonces un hombre será-absolutamente, indiscutiblemente-salvo.
¿Cuándo? No cuando muera, sino en el momento que confiese que Jesús es el señor y
crea que Dios le levantó de los muertos.

De todos los grandes líderes religiosos solamente hay uno que ha sido levantado de los
muertos y ese es Jesucristo. Esta es la prueba de que él es el Hijo unigénito de Dios.
¿Cree usted que Dios levantó a Jesús de los muertos? ¿Cree que él es su señor? ¿Lo ha
confesado con su boca? La Palabra dice que usted es salvo.

Romanos 10:10:
Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para
salvación.

En el momento en que yo cumplo estos dos requisitos, soy renacido del Espíritu de
Dios. Esto es vida eterna. Esta es una verdad tan tremenda que es casi increíble; pero yo
sí la creo porque la Palabra de Dios es verdadera y permanece para siempre. Ahora soy

133
Su hijo pues he confesado con mi boca que Jesús es el señor y he creído que Dios le
levantó de los muertos.

En el momento que una persona confiesa con su boca a Jesús como señor esa persona es
convertida, salva, renacida. Un hombre puede ser un hombre natural de cuerpo y alma
en un momento dado; pero a medida que oye la Palabra de Dios y cree hasta el punto
que dice: “Jesús es el señor de mi vida y sé que Dios lo levantó de los muertos”, él
renace del Espíritu de Dios. Esa persona ha cambiado de señores instantáneamente; está
ahora camino al cielo, y ni todo el infierno le puede impedir que vaya porque es un hijo
de Dios que tiene a Cristo en él. Tiene vida eterna. Ya no es más un hombre natural
porque ha recibido el espíritu proveniente de Dios.

Habiéndose creado espíritu dentro de él, la persona de nuevo tiene un punto de contacto
con Dios. A diferencia de Adán, que tenía espíritu bajo una condición (como leemos en
Génesis 2), los hijos de Dios renacidos durante la gloriosa Administración de la Iglesia
tienen espíritu nacido en ellos como simiente. Este espíritu es dado incondicionalmente.

Cuando un niño nace físicamente, todo el potencial humano está en ese pequeño
paquete. Con nutrimiento y alimentación, el niño se desarrolla y se vuelve un
adolescente, luego un joven, y finalmente un adulto. El nuevo nacimiento es así.
Cuando un hombre vuelve a nacer del Espíritu de Dios, tiene a Cristo en él. Todo lo que
Dios es en Cristo está en él. Tiene el amor de Dios, tiene la justificación de Dios, la
santificación, la redención, la justicia, la fe de Jesucristo. Esto es lo que uno recibe
cuando acepta al Señor Jesucristo como su señor y salvador personal.

Hay bastante religión en el así llamado cristianismo hoy en día; pero el verdadero
cristianismo no es religión. La religión es lo que el hombre hace, lo que el hombre
produce. El cristianismo es lo que Dios obró en Cristo y en un creyente cuando éste
renace.

El cristianismo es la obra de Dios, no la obra del hombre. El cristianismo es la relación


de un Padre con Su familia. Dios es nuestro Padre y nosotros somos Sus hijos; El nos ha
hecho hijos Suyos y nosotros hemos renacidos de Su simiente.

Cuando un hombre renace del Espíritu de Dios, este hombre de cuerpo y alma tiene
entonces espíritu. El hombre no se libró de su cuerpo y alma cuando nació de nuevo.
Todavía tiene los cinco sentidos como un medio de aprendizaje. El rasgo añadido que
viene con la salvación es que la persona renacida tiene espíritu así que se puede
comunicar con Dios. El creyente puede ahora recibir información proveniente de Dios
tanto por espíritu como a través de sus sentidos.
El espíritu dentro del hombre es aquello que es vida eterna.

La salvación no es ganada; es un don de Dios.

134
Romanos 6:23:
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en
Cristo Jesús Señor nuestro.

1 Juan 1:1,2:
Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros
ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de
vida.

(porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos


la vida eterna, la cual estaba el Padre, y se nos manifestó).

1 Juan 2:25:
Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna.

1 Juan 5:11,12:
Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su
hijo.

El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.

“El que tiene al Hijo, tiene la vida”. El espíritu en él es vida eterna. Pero “el que no
tiene al hijo”, todavía no tiene vida. Ese hombre tiene vida natural, pero no tiene vida
eterna.

El versículo 12 de 1 Juan 5, y varios otros como ese, han causado problemas a causa de
la enseñanza popular de que todos van al cielo y que no importa a quién adora uno, o
qué cree uno, porque todos se dirigen hacia el mismo lugar. Aun así la Palabra dice que
si una persona tiene a Cristo, tiene vida; y si no tiene a Cristo, no tiene vida. Si usted
quiere discutir con la Palabra, siga discutiendo con ella. Usted tiene que decidir por su
propia cuenta si quiere creer la Palabra de Dios o las palabras de los hombres. Esta
Palabra de Dios, y las palabras en ella, han permanecido por siglos. Pero las palabras de
hombres a quienes he conocido y hombres a quienes usted ha conocido no han
permanecido por siglos. Ellos van y vienen; a veces se prueba que están en lo cierto,
otras veces que están equivocados. Prefiero arriesgar mi salvación eterna en la exactitud
de Dios antes que escuchar a hombres, especialmente hombres que tiene una actitud
derogatoria hacia la Palabra. Prefiero apostar mi vida en la integridad y exactitud de la
Palabra de Dios antes que arriesgarla en lo que algún hombre dijo y encontrar más tarde
que él estaba equivocado. Suponga que la Biblia es correcta, suponga que la exactitud
de la Palabra de Dios es verdadera, y suponga que no lo creemos y, al final, resulta que
hay un cielo. Nosotros nunca lograríamos llegar. Tenemos todo para ganar creyendo la
Palabra de Dios y nada que perder. Tenemos todo para perder y nada que ganar
creyendo lo que dicen los hombres. Nosotros que tenemos al Hijo tenemos vida.

135
1 Juan 5:13-15:
Estas cosas os he escrito a vosotros que [quienes] creéis en el nombre del Hijo de
Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del
Hijo de Dios.

Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su
voluntad, él nos oye.

Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos
las peticiones que le hayamos hecho.

1 Juan 5:20:
Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para
conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este
es el verdadero Dios y [esta es] la vida eterna.

El hombre de cuerpo y alma puede creer tan fácilmente y recibir vida eterna, que es el
don más grande que Dios haya dado jamás al hombre en lugar alguno, en momento
alguno.

CAPITULO 20
REMISION Y PERDON DE PECADOS

Antes de ir más adelante, necesitamos clarificar la diferencia entre la posición y el


estado de un creyente. Estás palabras son ilustradas con la mayor facilidad observando
la posición y el estado en una familia terrenal. En la familia terrenal soy hijo del Sr.
Ernst Wierwille y Sra. ¿Por cuánto tiempo voy a ser hijo en esa familia? Mientras viva.
Esa es mi posición. ¿Qué me dice de mi posición en mi familia celestial? Mi posición en
la familia de Dios, como mi posición en mi familia terrenal, es la de un hijo. ¿Por
cuánto tiempo seré hijo? El espíritu es eterno, luego mi posición en la familia de Dios es
eterna.

Puesto que mi posición en mis familias celestial y terrenal es siempre la de un hijo,


¿cuál es mi estado? Mi estado en la familia Wierwille fluctuaba algunas veces. Cuando
me portaba mal era todavía hijo de mi padre terrenal porque él tenía su simiente en mí.
Mi comportamiento determina mi estado dentro del hogar.

Cuando mi padre no aprobaba mi comportamiento y mi estado necesitaba ser edificado,


yo iba a mi padre y decía: “Papi, lo siento”. Papá siempre aceptaba mis gestos de
disculpa. Mi filiación no tenía relación alguna con lo que hacía; pero mi estado era
afectado directamente por mis acciones.

136
¿Qué me dice de un hijo de Dios? En el momento que una persona renace, está en
perfecto alineamiento y armonía con su Padre celestial. Pero, como situación hipotética,
digamos que después de que hube renacido, puesto que no se me había enseñado mucho
de la Palabra de Dios, continué pecando. Cuando fui salvo, todos los pecados cometidos
previamente fueron borrados; pero al poco tiempo, cometí algunos nuevos. ¿Cómo
podía yo volver a la comunión perfecta con Dios? De la misma manera como volvía a
las gracias de mi padre terrenal. Yo le decía a mi Padre celestial: “Padre, siento haber
pecado y no haber vivido de acuerdo a tu Palabra”. Entonces estaba una vez más en
armonía con el Padre.

No es suficiente que Dios en Cristo esté en usted, sino que usted tiene que estar en él.
Cristo en usted es filiación (posición), pero usted en Cristo es comunión (estado). 1 Juan
señala cómo una persona vuelve a ganar comunión con su Padre espiritual.

1 Juan 1:9:
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestro pecado, y
limpiarnos de toda maldad.

Este versículo no tiene absolutamente nada que ver con ser salvo o ganar filiación. Este
versículo está hablando de restablecer comunión después de la salvación. Confesar los
pecados de uno no es salvación. (Confesar al salvador es salvación). “Si confesamos
nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad”. ¿Qué pecados debemos confesar? Aquellos que hemos cometido después de
ser salvos. Puedo acordarme de esos porque los acabo de cometer. No tengo que
acordarme de todos los cometidos durante los últimos diez o veinte años.

Cuando confieso mi pecado, El me limpia de toda maldad, pecado cometido después de


la salvación. Cada vez que pecamos, debemos confesar nuestro pecado de modo que
permanezcamos en comunión con nuestro Padre, de modo que nuestro estado con El
esté en perfecta armonía. La razón por la que mucha gente no recibe repuesta a sus
oraciones es que ellos sufren de comunión rota. Cuando hemos confesado nuestra
comunión rota y estamos de buenas con Dios, podemos orar y obtener repuesta a
nuestras oraciones. Entonces podemos andar ante Dios, y las peticiones que le hagamos
serán cumplidas. Cristo en nosotros (salvación) y nosotros en Cristo (comunión)
determinan la abundancia de nuestra vida cristiana.

Estudiemos confesión: en su uso exacto. Hay dos tipos de confesión: para salvación, y
para restablecer comunión rota. La palabra “confesar” en Romanos 10:9 es
arrepentimiento para salvación. Después de que se dio comienzo a la Iglesia en el día de
Pentecostés, Pedro predicó un tremendo sermón. El concluyó con Hechos 2:38: “Pedro
les dijo: Arrepentíos…” El no dijo: “Arrepentíos de vuestros pecados”. “Arrepentirse”
es simplemente confesar que Jesús es el señor y creer que Dios le levantó de los
muertos. Pedro les dijo que se arrepintieran, “…y bautícese cada uno de vosotros en el

137
nombre de Jesucristo para perón [remisión, según el texto] de los pecados…” Cuando
uno se arrepiente, ¿qué sucede? Se recibe remisión de los pecados. Cuando una persona
recibe remisión de los pecados, se vuelve Hijo de Dios.

El arrepentimiento es para el pecador que no ha sido salvo. El se arrepiente confesando


con su boca al Señor Jesucristo, el que salva del pecado. ¿Cuántas veces se puede
arrepentir una persona? Leamos la repuesta definitiva en Hebreos.

Hebreos 6:4,6:
Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don
celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo,

y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero

y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo


para sí mismos al hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.

Estos versículos son usados para enseñar precisamente lo opuesto de lo que dicen.
Personas que dividen incorrectamente la Palabra sostienen que si una persona que fue
salva una vez se hace pecadora, nunca puede ser salva de nuevo. Estos versículos ni
siquiera sugieren tal doctrina errónea. ¿Qué es imposible según estos versículos?
Renovar otra vez a los pecadores para arrepentimiento. Si una persona se pudiera
arrepentir por segunda vez, tendría que ser una renovación. Dice muy claramente que es
imposible renovar otra vez a un hombre pecador para arrepentimiento.

¿Cuántas veces puede un hombre ser salvo? ¿Cuántas veces se puede arrepentir? Una
vez. ¿Cuántas veces puede una persona nacer físicamente?

Nicodemo hizo esa pregunta: ¿puede uno entrar por segunda vez en el vientre de su
madre, y nacer de nuevo? De igual manera, es imposible una vez que una persona ha
nacido de nuevo del Espíritu de Dios que sea renovada otra vez para arrepentimiento
porque no se puede “des-salvar”. Es imposible ser renovado para arrepentimiento
porque el arrepentimiento es un evento de una sola vez. La simiente de Cristo, la cual es
implantada en el momento de la salvación, es eterna.

Después de confesar al salvador del pecado (arrepentimiento), la confesión de los


pecados trae a la persona salva de vuelta a comunión.

2 Corintios 7:10:
Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de
que no hay que arrepentirse…

138
Si uno pudiera ser salvo por segunda vez, tendría que ser capaz de arrepentirse de
haberse arrepentido la primera vez. Qué necio se vuelve todo esto.

Yo solía demostrar en las clases con un vaso de agua. El vaso representaba el cuerpo; el
agua adentro representaba el alma. Ponía un botoncito blanco en un hilo en el agua, y le
decía a mi clase que esto era ahora la simiente de Cristo, de la cual dice la Biblia que es
vida eterna. Luego ilustraba lo que la mayoría de la gente piensa que es la vida eterna:
Hoy confieso con mi boca todos mis pecados. Adentro va el botón, la simiente de
Cristo. Ahora estoy salvo. Pero mañana en la mañana tengo un mal pensamiento. ¡Epa!
Dios quita el botón, Su espíritu. Entonces soy solamente cuerpo y alma de nuevo, no-
salvo. Me siento mal y espero que venga la siguiente campaña evangelística. En la
siguiente campaña evangelística voy al altar y confieso mi pecado y adentro viene el
espíritu de nuevo. Y así sigue continuamente. Mi padre terrenal hizo algo mejor que
eso. El puso su simiente en mí una vez y todavía soy su hijo. ¿Qué me dice de Dios
todopoderoso?

Es enseñanza diabólica decir que una persona que ha renacido del Espíritu de Dios, se le
quita el espíritu en cada evidencia de debilidad humana. Mi Padre celestial hizo Su parte
tan bien, que soy Su hijo mientras viva. Como Victor Paul Wierwille no voy a vivir para
siempre; pero como hijo de Dios, tengo Su vida, la cual es eterna.

El arrepentimiento es un tipo de confesión. El segundo tipo de confesión es para reparar


la comunión rota. Pecar después de la salvación resulta en comunión rota. No
deberíamos pecar, pero el buen Señor sabe que todo hombre de cuerpo y alma será
engañado por el diablo y pecará. Así que Dios estableció una forma para salir del
pecado, comunión rota, para Sus Hijos. El hizo que fuera posible que cuando rompamos
comunión, podamos confesarle nuestro pecado de comunión rota y entonces El nos da
perdón del pecado.

1 Juan habla de comunión y confesión de comunión rota.

1 Juan 1:3-10:
lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis
comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y
con su Hijo Jesucristo.

Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido. [No cumplido a
medias, no cumplido en dos terceras partes, sino cumplido.]

Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay
ningunas tinieblas en él.

139
Si decimos que tenemos comunión con él [Dios], y andamos en tinieblas, mentimos,
y no practicamos la verdad.

pero si andamos en luz, como él [Dios] está en [es] luz, tenemos comunión [Dios y
yo] unos con otro, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado
[comunión rota].

Si decimos que no tenemos pecado [comunión rota], nos engañamos a nosotros


mismos, y la verdad no está en nosotros.

Si confesamos nuestros pecados [comunión rota], él [Dios] es fiel y justo para


perdonar nuestros pecados [comunión rota], y limpiarnos de toda maldad.

Si decimos que no hemos pecado [no hemos roto comunión], le hacemos a él [Dios]
mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

Dios dijo que todos pecan. ¿Pecamos nosotros en el espíritu? No. Pero en cuerpo y alma
nosotros caemos. Dios dice que si cualquiera dice que no peca, es un mentiroso, hace a
Dios un mentiroso, y la Palabra de Dios no está en él.

1 Juan 2:1:
Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis [rompáis comunión]; y
[pero] si alguno hubiera pecado [roto comunión], abogado [defensor o mediador]
tenemos para con el Padre, a Jesucristo [¿Quién es nuestro defensor?] el justo.

Un hijo puede salirse de la comunión con Dios, un hijo puede andar en tinieblas, pero
un hijo nunca puede apartarse tan lejos como para no ser más un hijo. La palabra
“apartarse” no se usa nunca en el Nuevo Testamento en este sentido. Es usada
solamente por maestros que no han sido instruidos, ministros y teólogos que no leen la
Palabra ni consideran a quién están escritas varias partes de ella. La palabra “apartarse”
no aparece en las epístolas en ese sentido porque nosotros somos hijos de Dios y un hijo
no puede aparatarse así.

En el Antiguo Testamento Abraham era un siervo de Dios. La Biblia no dice que


Abraham era un hijo de Dios; pues para tener un hijo, uno tiene que tener simiente, y la
simiente no estuvo disponible sino hasta que vino Cristo. Esta es la razón por la que los
hombres en el Antiguo Testamento no eran hijos de Dios. Abraham era un siervo de
Dios y Moisés era un siervo de Dios porque la filiación no estaba disponible todavía.
Un siervo puede apartarse por su desobediencia. En su casa, un sirviente puede
apartarse tanto que usted lo podría despedir. Pero usted no puede despedir a su hijo. El
de todas maneras sigue siendo su hijo.

140
De vez en cuando en el Antiguo Testamento, se hace referencia a Israel como si fuera su
hijo. Pero leyéndolo cuidadosamente uno verá que Israel no es un hijo por nacimiento
sino por adopción. Si usted adopta a alguien, él no tiene su sangre; no tiene su simiente
en él. Solamente por adopción tomó Dios a Israel. Era posible apartarse totalmente
durante la Administración de la ley, pero es imposible durante la Administración de la
Iglesia.

Ahora, somos hijos de Dios por nacimiento.

Gálatas 4:6,7:
Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el
cual clama: ¡Abba, Padre!

Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio
de Cristo.

Nosotros no somos siervos, sino hijos. Estamos en una posición mucho mejor que la de
un siervo. Sin embargo mire lo que Isaac y Jacob hicieron como siervos. ¿Y qué de
usted y yo como hijos? ¿No tenemos más habilidad, más derechos en la casa que los
siervos? La Iglesia está viviendo tan por los suelos que da lástima. ¿Recuerda lo que
hicieron algunos de los siervos en el Antiguo Testamento? Cuánto más deberá ser capaz
de hacer un hijo.

Gálatas 4:7 dice que puesto que somos hijos, somos por lo tanto herederos de todo lo
que el Padre tiene. ¿Cuánto tiene Dios? Nosotros somos herederos de Dios y
coherederos con Cristo según Romanos 8:17. Esto verdaderamente es abundancia.

CAPÍTULO 21
EL PECADO IMPERDONABLE

Al estudiar el nuevo nacimiento y la comunión con Dios, deberíamos mirar la exactitud


de la Palabra de Dios en relación con el pecado imperdonable, que es un tema asociado.
Esta materia está claramente definida en la Palabra de Dios pero todavía mucha gente
está en tinieblas.

El pecado imperdonable también es llamado en la Palabra de Dios el pecado de


blasfemia contra el Espíritu Santo. Todos los evangelios tienen relatos de este pecado.

Mateo 12:31,32:
Por tanto os digo [Jesús está hablando a los principales del templo, los fariseos]: Todo
pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el
Espíritu no les será perdonada.

141
A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será
perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en
este siglo ni en el venidero.

Marcos 3:28,29:
De cierto os digo [fariseos y saduceos] que todos los pecados serán perdonados a los
hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean;

pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino
que es reo de juicio eterno.

Lucas 12:10:
A todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será
perdonado; pero al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado.

Los hombres a quienes Jesús se refería habían cometido el pecado contra el Espíritu
Santo, el pecado imperdonable. Para entender el pecado imperdonable, tenemos que
notar que hay dos simientes como está dicho en Génesis.

Génesis 3:15:
Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta
te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

Génesis 3:15 indica dos simientes-la simiente de la serpiente y la simiente de la mujer.


Previamente vimos que “la simiente suya” es la simiente de Cristo y “tu simiente” es la
simiente de la serpiente. Para ver el resultado de estas dos simientes plantadas en el
hombre, tomemos a un hipotético Juan del Pueblo. El ha nacido de cuerpo y alma, un
hombre natural. No tiene ninguna simiente espiritual en él. Cuando este hombre de
cuerpo y alma confiesa con su boca que Jesús es el señor y cree que Dios le levantó de
los muertos (Romanos 10:9,10), él es renacido con la simiente (Cristo) de Dios en él.
Teniendo esta simiente en él, Juan del Pueblo es cuerpo, alma y espíritu con el amor de
Dios y con vida eterna.

Sin embargo, hay otra posibilidad para Juan. Antes que confesar a Jesús como señor,
cree que el Diablo es el verdadero dios. Entonces Juan del Pueblo, un hombre de cuerpo
y alma, es renacido de la simiente de la serpiente, y la simiente no puede ser quitada.
Porque esta simiente no puede ser quitada, es un pecado imperdonable.

Cuando Juan del Pueblo acepta al Diablo como dios, renace de la simiente de la
serpiente, la simiente del Diablo. Tiene entonces el odio del Diablo, así como el que
acepta al Dios y Padre del Señor Jesucristo tiene el amor de Dios. Un hombre tiene
muerte eterna, mientras que el hombre renacido de la simiente de Dios tiene vida eterna.

142
Las familias de los dos dioses son completamente opuestas. Hay dos simientes y dos
esencias antitéticas.

Es posible que un hombre de cuerpo y alma pase su vida y nunca acepte a uno u otro
dios. Una persona no siempre toma esa decisión. Pero si escoge, tiene solo dos
alternativas. Puede, ya sea aceptar al Señor Jesucristo como señor personal, o aceptar al
Diablo. Si acepta al diablo es renacido de la simiente de la serpiente lo cual es
imperdonable (no se puede arrepentir de ello) porque una persona no se puede deshacer
de una simiente. Es permanente.

Hemos leído pasajes en Mateo, Marcos y Lucas acerca del blasfemar en contra del
Espíritu Santo. El cuarto evangelio, Juan también contiene un pasaje.

Juan 8:13,15:
Entonces los fariseos le dijeron: Tú [Jesús] das testimonio acerca de ti mismo; tu
testimonio no es verdadero.

Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi


testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero
vosotros no sabéis de dónde vengo, ni a dónde voy.

Vosotros juzgáis según la carne [de acuerdo a los sentidos]…

Juan 8:19:
Ellos [los fariseos] le dijeron [a Jesús]: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni
a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre
conoceríais.

Juan 8:21-23:
Otra vez les dijo Jesús [a los fariseos]: Yo me voy, y me buscaréis, pero en vuestro
pecado moriréis; a donde yo voy, vosotros no podéis venir.

Decían entonces los judíos: ¿Acaso se matará a sí mismo, que dice: A donde yo voy,
vosotros no podéis venir?

Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de [“de” indica el
caso posesivo] este mundo, yo no soy de este mundo.

¿Quién es el dios de este mundo? El Diablo. Juan 8 dice muy claramente que ellos eran
del Diablo. Si una persona es de algo, tiene simiente adentro.
Juan 8:33:
Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de
nadie…

143
Juan 8:37-44:
Sé [Jesús habla] que sois descendientes de Abraham [de su simiente física]; pero
procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros.

Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca
de vuestro padre. [Se indica a dos padres aquí.]

Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis


hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.

Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual
he oído de Dios; no hizo esto Abraham.

Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no somos
nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios. [Ellos se olvidaron de decir
cuál dios.]

Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais;
porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que
él me envió.

¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. [¿Por


qué?]

Vosotros sois de vuestro padre el diablo…

“Vosotros sois de vuestro padre el diablo”. Ellos habían nacido de la simiente


equivocada. Estos fariseos habían nacido de la simiente de la serpiente, y ese es el
pecado imperdonable.

Cuando un hombre renace del Espíritu de Dios, tiene simiente de Dios y no se puede
arrepentir de ella. Cuando un hombre, por otro lado, escoge nacer de la simiente de la
serpiente y confiesa al Diablo como su dios, nace de la simiente de la serpiente y no se
puede arrepentir de eso tampoco. Una persona nunca puede deshacer la simiente que
está adentro.

Uno que es renacido de la simiente de Dios tiene vida eterna y el amor de Dios. Uno
que es renacido de la simiente del Diablo tiene muerte eterna y el odio del Diablo. Uno
no se puede arrepentir de ninguna de estas dos. Una vez que se hace la confesión, el
resultado es permanente.

La Palabra de Dios define claramente los dos mundos de espíritu. Nosotros que creemos
a Dios no tenemos que errar y extraviarnos en las tinieblas; tenemos que estudiar la

144
Palabra de Dios para ver su exactitud precisa. El entendimiento del nuevo nacimiento es
básico para que el creyente se dé cuenta de lo que es en Cristo Jesús. Este conocimiento
le da al creyente seguridad en su posición en la familia de Dios y la confianza para
mantener su relación con Dios en buenos términos. Siendo un hijo de Dios y teniendo
comunicación directa con Dios todopoderoso, todo hombre debería desear manifestar la
vida abundante.

145
Quinta Parte
El Poder en Cristo Jesús
CAPÍTULO 22
RENOVANDO LA MENTE

Con el nuevo nacimiento, un hombre durante la Administración de la Iglesia está en una


posición mejor que la de Adán porque Adán tenía el espíritu de Dios bajo una
condición. Para aquellos que recibimos el espíritu de Dios después de Pentecostés, el
espíritu nos es dado sin condición. Adán, sin embargo, tenía una ventaja: él empezó la
vida con una mente perfectamente renovada.

Ahora, bajo la administración de la Iglesia, cuando una persona es renacida tiene la


misma mente que tenía antes de su salvación. Dios obra con su espíritu porque ese es su
plano; el hombre obra con la mente y la carne porque ese es su plano. Después de la
salvación, la mente del hombre tiene que ser renovada por el propio hombre si va a
liberar el poder espiritual que recibió de Dios.

¿Qué quiere decir “renovarse la mente”? Quiere decir “retener la Palabra” en la mente y
actuar de acuerdo a ella. La palabra griega para la mente renovada se traduce
literalmente “transfigurado” o “transformado”, metamorphoō. Los creyentes han de
obtener una forma nueva, una nueva figura en la mente. Romanos 12 nos da
información básica sobre el tema.

Romanos 12:1,2:
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional
[religioso].

No os conforméis a este siglo [mundo], sino transformaos por medio de la


renovación de vuestro entendimiento [vuestra mente], para que comprobéis cuál sea
la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

¿Cómo va uno a comprobar cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta?
Renovándose la mente.

Romanos 13:14:
Sino vestíos del Señor Jesucristo…

“Vestíos del Señor Jesucristo.” Esto es obras. Esto no puede referirse a la salvación
porque la salvación viene por gracia-“no por obras, para que nadie se gloríe”. ¿Dónde

146
un hombre puede vestirse de él? En la mente. Pablo dice: “Vestíos del Señor Jesucristo”
en la mente.

Efesios 4:22,23:
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está
viciado conforme a los deseos engañosos,

y renovaos en el espíritu [la vida] de vuestra mente.

¿Qué es el “viejo hombre”? El viejo hombre es una figura literaria que quiere decir los
viejos hábitos que tenía una persona antes de ser renacida. El viejo hombre es tan viejo
como la persona misma.

Efesios 4:24:
y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la
verdad.

El espíritu es el nuevo hombre. No es tan viejo como el hombre; una persona recibe esto
solamente cuando es renacida.

Uno renueva la mente poniendo en su mente lo que Dios creó en justicia y luego
viviéndolo. Cuando un individuo ha hecho esto, es posible para él andar por el poder de
Dios porque ahora tiene una mente coordinada y en armonía con su espíritu.

Efesios 4:25:
Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo;
porque somos miembros los unos de los otros.

Efesios 4:27-30:
Ni deis lugar al diablo.

El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es
bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.

Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la
necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.

Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de
la redención.

¿Qué es “contristar al Espíritu Santo de Dios? ¿Cuál es el contexto? Efesios está


hablando sobre la mente renovada. Contristar al Espíritu Santo de Dios es que una
persona no renueve su mente después de haber vuelto a nacer del Espíritu de Dios-que

147
mantenga la misma mente vieja que tenía-que continúe robando, mintiendo,
defraudando y hablando en una manera corrompida.

Efesios 4:31,32:
Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda
malicia.

Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros,
como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

¿Por qué encontramos que nos es difícil perdonar algunas veces? Porque no nos damos
cuenta de lo que Dios nos perdonó. Esto es parte de la mente renovada.

Todas las Epístolas de la Iglesia se refieren una y otra vez a la mente renovada.

Filipenses 2:5:
Haya, pues, en vosotros este sentir [esta mente] que hubo también en Cristo Jesús.

Esa es la mente renovada. Cristo siempre hizo la voluntad del Padre. Siempre llevó a
cabo su Palabra perfectamente. Cuando dejemos que la mente que hubo en Cristo Jesús
esté en nosotros, tendremos una mente perfectamente renovada.

Colosenses 3:5-11:
Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones
desordenadas, malos deseos [lujuria] y avaricia, que es idolatría;

cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,

en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.

Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira [Dejad de enfureceros.],
enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.

No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus
hechos,

y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando
hasta el conocimiento pleno,

donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita,


siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.

El poder de Dios en Cristo también está en una persona que recibe Su espíritu, el nuevo
nacimiento. Pero para propósitos prácticos en la tierra, el poder que uno tiene se queda

148
latente hasta ser activado por la renovación de la mente y el actuar con la mente
renovada. Entonces el poder llega a ser manifestado en el mundo de los sentidos.

Colosenses 3:12-17:
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable
misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;

soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja


contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.

Y sobre todas estas cosas vestíos de amor [el amor de Dios en la mente renovada],
que es el vínculo perfecto.

Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis


llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.

La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros [en vuestra mente],


enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia
en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.

Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del
Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Para renovar su mente, una persona tiene que empezar en el principio. Primero, uno
tiene que confesar al Señor Jesucristo y creer que Dios le levantó de los muertos. Luego
uno tiene que poner los pensamientos de Dios en la mente como Dios mismo lo ha
expresado en Su Palabra. ¿Cómo va una persona a aprender a andar con la grandeza del
poder de Dios, a menos que empiece a poner la Palabra de Dios en su mente e intente
vivir según ella? Uno aprende a vivir esta palabra simplemente andando según la
Palabra.

Una persona tiene que estudiar la Palabra de Dios, no lo que dice la gente alrededor de
la Palabra o sobre la Palabra. ¿Qué dice Dios? Como le digo a muchas de las personas
en mis clases: Ponga a un lado sus otros materiales de lectura por un tiempo y lea la
Palabra de Dios. Si, por los próximos tres meses, usted dedica su vida principalmente a
leer y estudiar las Epístolas que son escritas directamente a usted y entonces aplica esos
principios, renovando su mente, dentro de tres meses usted no se reconocerá. Usted será
una persona muy dinámica. Va a estar manifestando la mente renovada y recibiendo
respuestas a sus oraciones. Verá señales, milagros y maravillas.

Viva usted la Palabra. Ponerla en la mente no basta; usted tiene que actuar según ella;
tiene que hacer un esfuerzo para vivirla. Este proceso de cultivar o desarrollar a Cristo
en su mente es un proceso deliberado que usted tiene que hacer por su libre albedrío.
Usted determina que va a mandar la información de la Palabra de Dios en su mente y

149
que va a vivirla. Vivir por creencia significa andar día a día y momento a momento por
la Palabra revelada de Dios. La decisión queda con usted: si va andar por los sentidos o
por la Palabra revelada de Dios. Si usted anda por la Palabra revelada de Dios, va a
manifestar la grandeza del poder de Dios.

CAPÍTULO 23
CONOCIENDO LOS DERECHOS FILIALES

Ninguna persona puede andar confiadamente en la mente renovada hasta que reconozca
su posición legal en Cristo. Uno tiene que conocer sus derechos filiales. Yo soy un hijo
de Dios, renacido del Espíritu de Dios. ¿Qué significa esta filiación para mí? Para
entender esto tendré que saber lo que recibí cuando fui redimido, lo que obtuve cuando
Dios me justificó. Tengo que descubrir qué es la justicia, qué es la santificación, y que
es el ministerio de la reconciliación. Tengo que entender todas estas cosas si voy andar
con la grandeza y el poder de Dios.

Anteriormente hemos estudiado la redención y la filiación. Leímos que somos herederos


de Dios y coherederos con Jesucristo. Sabemos que, con la redención, tenemos la
simiente incorruptible de Dios nacida adentro y así tenemos vida eterna. Ahora, ¿qué de
los demás beneficios?

Romanos 5:19:
Porque así como por la desobediencia de un hombre [Adán] los muchos fueron
constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno [Jesucristo], los
muchos serán constituidos justos.

Si Dios, por medio de Jesucristo, constituye justa a una persona, entonces esa persona es
justa.

1 Corintios 1:30:
Mas por él [Dios] estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios
sabiduría, justificación, santificación y redención.

Si Dios nos ha dado estas cosas, tenemos la sabiduría de Cristo, su justificación, su


santificación y su redención.

La palabra “santificado” quiere decir “ser puesto aparte”. Antes de que un hombre sea
renacido del Espíritu de Dios, él es un hombre de cuerpo y alma; eso es todo. Pero
cuando es renacido, él es separado por Dios para el cielo y ni siquiera el infierno puede
impedirle que vaya.

Después de ser separado para el cielo, ¿qué viene con la justificación, la justicia, y los
demás derechos filiales?

150
Filipenses 3:9:
Y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley [Si usted guarda
los diez mandamientos, no es hallado en él porque tiene su propia justicia por la ley.],
sino la [justicia] que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe.

¿Cuán justo es Dios? El es Justo. Entonces, espiritualmente, un creyente es tan justo-


tan libre del pecado-como Dios. Esto es lo que la Palabra dice.

Romanos habla de la justificación o la liberación de la penalidad del pecado. El


contexto se refiere a Jesucristo.

Romanos 4:25:
El cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra
justificación.

El texto “original” dice: “El cual fue entregado por nuestras transgresiones y resucitado
cuando nosotros fuimos justificados”. Fuimos completamente liberados de la penalidad
del pecado cuando Dios le resucitó. Romanos 3 dice que así como ningún hombre
recibe justicia por la ley, tampoco es ningún hombre justificado por ella.

Romanos 3:20:
Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él;
porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.

Ninguna carne es justificada delante de Dios por la ley. Así que no importa con qué
diligencia un hombre trabaje para guardar la ley, no importa cuántas veces él se
arrodille y ore hasta el amanecer, él no va a ser justificado por estas acciones sinceras.

Romanos 3:21-25:
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la
ley y por los profetas;

la justicia de Dios por medio de la fe en [de] Jesucristo, para todos los que creen en
él. Porque no hay diferencia,

por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

siendo justificados gratuitamente [no de mala gana o con vacilación] por su gracia,
mediante la redención que es en Cristo Jesús,

a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para


manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los
pecados pasados.

151
Romanos 5:1:
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro
Señor Jesucristo.

Siendo justificados por la fe de Jesucristo, nosotros tenemos paz. La paz no es algo por
lo que se trabaja; la obtenemos cuando le recibimos a él. Estamos en paz con él. Si
renovamos la mente, estaremos en paz y actuaremos pacíficamente porque tenemos la
paz de Dios.

Romanos 5:6-9:
Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.

Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno
[algún hombre] osara morir por el bueno.

Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo
murió por nosotros.

Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la


ira.

¿Cómo puede la gente enseñar que los cristianos tienen que pasar por la tribulación
como está escrito en el Libro del Apocalipsis? Romanos dice categóricamente que
hemos sido salvo de la ira venidera.

Romanos 5:10:
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo,
mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.

Mire usted a 2 Corintios 5:17: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura
es”. No dice “Cristo en usted”. Cristo en una persona es salvación; una persona en
Cristo es la mente renovada, la comunión que uno tiene con él.

2 Corintios 5:17,18:
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas [en la
mente de uno] pasaron; he aquí todas son hechas nuevas [en la mente de una persona
al grado que él está en Cristo, comunión].

Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió [tiempo pasado] consigo mismo
por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación.

En los Evangelios Jesús tenía el ministerio de reconciliar a los hombres con Dios, Jesús
dijo: “Yo edificare mi iglesia”. En la Administración de la Iglesia los creyentes
renacidos, usted y yo, tenemos esta responsabilidad. Si él nos dio el ministerio de la

152
reconciliación, somos responsables por su utilización, su operación, su funcionamiento.
Nosotros que tenemos el ministerio de la reconciliación podemos sentarnos y no hacer
nada. Pero a menos que otros sean informados sobre el nuevo nacimiento, sobre el
espíritu santo y sus manifestaciones, a menos que se les diga lo que son sus derechos
filiales, ellos nunca sabrán. Ahora usted y yo tenemos este ministerio.

2 Corintios 5:19:
Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en
cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la
reconciliación.

¿De qué me sirve tener el ministerio de reconciliarle a usted con Cristo a menos que yo
tenga la Palabra para informarle cómo ser reconciliado, cómo ser salvo, cómo ser lleno
del espíritu santo, cómo operar las manifestaciones, cómo creer para que sus oraciones
sean respondidas, cómo andar? Note usted que Dios no nos ha dado la palabra de la
reconciliación; El nos la encargó. Si El nos la encargó, nos la entregó completamente,
Dios se limitó a usted y a mí en esta administración.

2 Corintios 5:20,21:
Así que, somos [no cuando muramos, sino en este momento] embajadores en nombre
de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de
Cristo: Reconciliaos con Dios.

Al que no conoció pecado [a Jesucristo], por nosotros [Dios] lo hizo pecado, para
que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

El versículo 20 dice: “Así que, somos embajadores en nombre de Cristo…” ¿Por qué no
comportarse como un embajador? Si el presidente de su país le llamase para ser un
embajador, usted saldría a comprar un esmoquin nuevo y una corbata negra. Compraría
un paraguas y un sombrero de copa nuevo, nuevas maletas, y los otros accesorios. ¿Por
qué? Porque usted ha sido comisionado para representar lo mejor de su nación.

Cuando usted es renacido del Espíritu de Dios, la Palabra dice que usted es un
embajador en nombre de Cristo. ¿Sabe usted cómo luce el embajador cristiano típico?
Luce aplastado con todos los pecados del mundo y completamente vencido mientras
“lleva su cruz”. Está desanimado, malhumorado y derrotado. No se sorprenda de que
nadie se acerque para oír el mensaje de este embajador. El no podría entusiasmar ni
siquiera un ratón hacia un tarro de basura, mucho menos interesar al mundo seglar en su
reconciliación con Dios. Si ser cristiano es un trabajo tan difícil, poca gente será
impresionada por su ejemplo paupérrimo.

¿Cuándo vamos a creer nuestros derechos filiales? ¿Por qué no caminar por las calles en
nuestras comunidades, en nuestras ciudades, en nuestros pueblos, en las varias regiones
de nuestros países con nuestras espaldas rectas y nuestras cabezas en alto y decir: “Yo

153
soy un hijo de Dios. Soy embajador para el Señor Jesucristo. ¿Cómo está usted esta
mañana? Bueno, ¡yo estoy maravillosamente bien!”? Hemos llegado a acostumbrarnos
tanto a ver al cristiano promedio apesadumbrado y derrotado que nadie proyecta la
actitud del embajador de Dios con derechos filiales. Usted y yo somos lo que la Palabra
de Dios dice que somos, y seremos lo que la Palabra de Dios dice que seremos. Y ella
dice que somos hijos de Dios.

1 Juan 3:2:
Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de
ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le
veremos tal como él es.

Además de ser embajadores, como creyentes también somos llamados a ser mensajeros,
testigos, soldados y obreros. Como mensajeros debemos, como Epafrodito, ministrar las
necesidades de los demás.

Filipenses 2:25:
Mas tuve por necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano y colaborador y
compañero de milicia, vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades.

Como testigos debemos informar a otros sobre Cristo. Nuestra responsabilidad como
testigos es muy extensa y exigente.

Hechos 22:15:
Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído.

Hechos 1:8:
Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me
seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la
tierra.

Como soldados de Cristo no debemos enredarnos indebidamente en lo trivial de esta


vida, como nos advierte 2 Timoteo.

2 Timoteo 2:3,4:
Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo.

Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel
que lo tomó por soldado.

Pero nosotros debemos pelear una buena batalla según amonesta 1 Timoteo.
1 Timoteo 6:12:
Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo
fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.

154
El lenguaje figurado de soldado y de lo militar se encuentra a través de toda la Biblia.
Tal vez el consejo más crítico para nosotros como guerreros de Cristo se nos da en
Efesios.

Efesios 6:12:
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra
potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo [mundo], contra
huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Nuestra batalla no es física, es espiritual. Por lo tanto tenemos que equiparnos con
armadura espiritual para pelear contra las potestades de maldad.

Efesios 6:13:
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo,
y habiendo acabado todo, estar firmes.

Como obreros trabajamos con Dios, según lo dice 1 Corintios.

1 Corintios 3:9:
Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios,
edificio de Dios.

Nosotros laboramos en muchos aspectos de la vida cristiana; pero nuestra


responsabilidad más fundamental como obreros es la base de este libro.

2 Timoteo 2:15:
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de
qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

Además de ser embajadores, mensajeros, testigos, soldados y obreros, se nos ha dado el


ministerio de la reconciliación, y se nos ha encargado la palabra de la reconciliación.
¿Cuándo vamos a declarar lo que dice la Palabra sin preocuparnos de lo que puedan
decir los vecinos? Tenemos que renovar la mente a lo que dice la Palabra, no a nuestros
vecinos.

Por esto es que murió Cristo; por esto es que Dios dio a su hijo unigénito. Usted y yo
deberíamos tener la valentía de declarar lo que dice la Palabra de Dios. Vea Colosenses.

Colosenses 2:6,7:
Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él;
arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido
enseñados, abundando en acciones de gracias.

155
Efesios 1:17-23:
Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de
sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,

alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la


esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia
en los santos,

y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos,
según la operación del poder de su fuerza,

la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en


los lugares celestiales,

sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se
nombra, no sólo en este siglo [mundo], sino también en el venidero;

y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la
iglesia,

la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

El tener la mente renovada mientras nos mantenemos firmes en nuestros derechos


filiales es la supereminente grandeza de su poder para con nosotros lo que creemos.
Cuando nosotros pongamos la mente de Cristo en nuestras mentes, y empecemos a vivir
a su manera, no solamente serán abundantes nuestras vidas, sino que las vidas de otros
serán cambiadas por nuestro ministerio de reconciliación.

CAPÍTULO 24
LOS CINCO MINISTERIOS EN LA IGLESIA

La Iglesia fue establecida en el día de Pentecostés. A cada miembro -a todo aquel que
ha creído, cree o creerá en Jesucristo- le ha sido encargado el ministerio de reconciliar a
otros con Dios. Además de este encargo global que fue hecho, Dios designó
específicamente cinco dones de ministerios para la Iglesia. El propósito de estos
ministerios es capacitar a los creyentes para que anden con el poder de Dios mientras
añaden nuevos miembros al Cuerpo y ayudan a los miembros antiguos a mantenerse en
comunión. Los cinco dones de ministerios están establecidos en Efesios 4. Antes de
empezar a leer, note que los versículos 9 y 10 están entre paréntesis. Un paréntesis es
una figura literaria insertada como explicación. Entonces para mayor claridad leemos el
versículo 8 y saltemos al versículo 11 para continuar el punto en cuestión.

156
Efesios 4:8 y 11:
Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los
hombres.

Y él mismo [Dios en Cristo] constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,


evangelistas; a otros, pastores y maestros.

Algunas personas sostienen que cuando los apóstoles del Nuevo Testamento murieron,
no hubo más apóstoles o profetas. Este no puede ser el caso porque Dios dijo que
“Subiendo a lo alto, [Cristo] llevó cautiva la cautividad, Y dio dones” a la Iglesia.
Vivimos durante la Administración de la Iglesia así que estos dones todavía tienen que
sernos dados. Efesios dice que El dio (1) apóstoles, (2) profetas, (3) evangelistas, (4)
pastores y (5) maestros. Si quedan algunos pastores, tiene que haber algunos apóstoles;
si quedan algunos maestros, tiene que haber algunos profetas; si quedan algunos
evangelistas, tiene que haber algunos apóstoles, profetas, pastores y maestros.

Antes de seguir, permítame definir los cinco dones de ministerios:

Un apóstol es uno que trae nueva luz a su generación. Puede ser revelación antigua,
pero es nueva para la generación a quien él habla.

Un profeta es uno que habla por Dios a la gente de Dios. El no es un evangelista; él


trabaja dentro del cuerpo de creyentes. Un profeta es un hombre que habla a la gente de
Dios para que ellos vuelvan a la Palabra de Dios y a la comunión que ordenó el Padre.

Un evangelista es uno que gana a los perdidos, los no-salvos, para Cristo, enseñándoles
el nuevo nacimiento y viéndoles renacer.

Un pastor es uno que cuida de las necesidades individuales dentro de la Iglesia. El cuida
el rebaño.

Un maestro expone la exactitud de la maravillosa e incomparable Palabra de Dios a los


creyentes.

Efesios 4:11 dice que Dios constituyó apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y
maestros. Luego el versículo 12 dice para qué propósito los dio.

Efesios 4:12:
A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación
del cuerpo de Cristo.

Estos ministerios no pueden ser para la perfección espiritual de los santos porque
espiritualmente los santos son perfectos. Como aprendimos antes, los santos tienen
Cristo adentro. Pero los ministerios fueron dados para la perfección de los santos en su

157
andar en la mente renovada. Estos ministerios son para edificar y mantener el cuerpo de
Cristo.

El versículo 13 de Efesios 4 nos dice cuánto tiempo estos ministerios van a existir.

Efesios 4:13:
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios,
a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

¿Cuándo será el tiempo? 1 Corintios 13 nos dice que esto será cuando Cristo regrese.
Entonces le veremos tal como él es y seremos semejantes a él porque él nos ha
comprado y llamado y recogido. Hasta el momento de su regreso, tenemos apóstoles,
profetas, evangelistas, pastores y maestros en la Iglesia para el perfeccionamiento de los
santos y la edificación de todos los creyentes.

Efesios 4:14-16:
Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de
doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las
artimañas del error,

sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza,
esto es, Cristo,

de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas
que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su
crecimiento para ir edificándose en amor.

“Para que ya no seamos niños”. Debemos crecer y no ser nenes que tiene que ser
alimentados por un biberón toda la vida.

Estas son las razones por las que los ministerios han sido dados a la Iglesia. La Iglesia
debe ser edificada y no llevada “…por doquiera de todo viento de doctrina, por
estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error”.
Usted y yo como hijos de Dios debemos saber lo que tenemos en Cristo Jesús y ser
capaces de andar con la eficacia y el poder de Dios en nuestra vida. Tenemos apóstoles,
profetas, evangelistas, pastores y maestros para ayudarnos en nuestra vida abundante en
Cristo Jesús.

Hebreos 4:16:
Acerquémonos, pues, confiadamente [no con duda] al trono de la gracia, para
alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

Nosotros vamos a nuestro Padre confiadamente y decimos: “Padre, tú sabes mi


necesidad, y te agradezco por su cumplimiento en este mismo momento”. Tenemos que

158
aprender a mantenernos firmes en nuestros derechos legales como hijos de Dios.
Romanos 8:17 nos dice que somos “herederos de Dios y coherederos con Cristo”. Si la
Iglesia comparte plenamente lo que Cristo ha heredado, nosotros, como miembros de la
Iglesia, tenemos una riqueza tremenda. El texto arameo en Colosenses 2:10 dice:
“Nosotros estamos completamente, completamente absolutamente completos en él”.
¿Cómo entonces puede faltarnos alguna cosa?

CAPITULO 25
EL ESPÍRITU SANTO Y EL FRUTO DEL ESPÍRITU

La última preparación que hizo Jesucristo antes de su ascensión fue instruir a sus
apóstoles sobre la venida de lo que nosotros llamamos Pentecostés, el día en que fue
fundada la Iglesia. Con el establecimiento de la Iglesia, se dio la promesa del Padre.
Hechos 1 relata estos acontecimientos.

Hechos 1:4,5 y 8:
Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la
promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.

Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el
Espíritu Santo dentro de no muchos días.

Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me
seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la
tierra.

A la Iglesia se le dio una gran habilidad con la venida del poder inherente del espíritu
santo. Antes de estudiar la Palabra de Dios para ver lo que se quiere decir por el espíritu
santo, clarifiquemos primero la diferencia entre el Donador, Espíritu Santo, y el don,
espíritu santo.

En esta cuestión está involucrada una ley. Dios no puede dar puré de papas con salsa o
libros o casas. Dios puede dar solamente lo que El es. Puesto que Dios es Espíritu
Santo, El tiene que dar esto como Su don. En el día de Pentecostés El dio espíritu santo.
Las mismas palabras se usan en el texto crítico griego y en el arameo; y estos textos no
han diferenciado entre el Donador y Su don. Ahí es donde ha entrado la confusión. Dios
es Espíritu Santo con E mayúscula y con S mayúscula; Su don, que fue dado en el día
de Pentecostés, fue pneuma hagion, que es espíritu santo, y siempre debe ser traducido
con una e minúscula y con s minúscula. Dios dio lo que El es-Espíritu y Santo; Su don
es el poder desde lo alto, espíritu santo.

Puesto que este don es espíritu, no es posible verlo, oírlo, olerlo, gustarlo o tocarlo.
¿Cómo entonces puedo saber por mis sentidos lo que recibí cuando Dios puso Su
159
espíritu en mí y me hizo un ser de cuerpo, alma y espíritu? Por la Palabra de Dios. La
Palabra de Dios me dice lo que he recibido y entonces yo lo pongo en mi mente
deliberadamente y empiezo a actuar sobre el conocimiento de Su Palabra. A medida que
actúo, veo las manifestaciones del espíritu en el mundo de los sentidos.

El Espíritu Santo da un don a un creyente que recibe, pero este don, que es uno, tiene
nueve partes o manifestaciones. No hay más ni menos que nueve manifestaciones del
espíritu. Estás son expuestas en 1 Corintios 12.

1 Corintios 12:7-10:
Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.

Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de


ciencia según el mismo Espíritu;

a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo


Espíritu.

A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a


otro, diversos [diferentes] géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.

El don proveniente del Espíritu Santo fue dado en el día de Pentecostés, y está tan
fácilmente disponible en nuestros tiempos como lo estuvo para los apóstoles pues todos
nosotros pertenecemos a la Iglesia de Dios. El don viene con la aceptación por parte de
un individuo de Cristo como su señor de acuerdo con Romanos 10:9. El Libro de
Hechos y las epístolas paulinas hacen referencia constantemente al poder del espíritu
santo, o si no, demuestran el poder que aquellos hombres de Dios sabían que tenían. La
razón por la que vemos tan poco (si es que vemos algo) de la manifestación del espíritu
hoy en día es porque nunca se nos ha enseñado. Tenemos el don, espíritu santo, pero las
manifestaciones tiene que ser operadas por nosotros; y sobre esto la mayoría de los
creyentes no saben nada.

Las manifestaciones se dividen por su uso en tres grupos: (1) manifestaciones de


inspiración; (2) manifestaciones de información; (3) manifestaciones de impartir poder.
Las características de las manifestaciones sugieren los hombres. Lo que sigue será una
definición breve de lo que hacen las nueve manifestaciones para quienes las operan.

Ӏ. Las manifestaciones de proferimiento, de hablar, de adoración, de inspiración.

1. Hablar en lenguas-presentar un mensaje de Dios en un idioma desconocido al


que habla lo cual edificará el espíritu. El hablar en lenguas es para uso en la vida
privada de oración, a menos que el mensaje sea interpretado en una reunión de
creyentes.

160
2. Interpretación de lenguas-interpretar el hablar en lenguas en una reunión de
creyentes. Edifica, exhorta y consuela al cuerpo presente, a medida que Dios da
la expresión al que habla y el que habla la presenta.

3. Profecía-presentar en una reunión de creyentes un mensaje proveniente de


Dios en el idioma de los presentes, un mensaje que les edificará, exhortará, y
consolará.

ӀӀ. Las manifestaciones de revelación, de información, de instrucción, de conocimiento.

1. Palabra de ciencia-recibir información proveniente de Dios sobre cualquier


situación dada sobre la cual el creyente por sus cinco sentidos no puede saber.

2. Palabra de sabiduría-recibir instrucción por parte del creyente sobre qué hacer
con la información que él ha recibido por medio de palabra de ciencia.

3. Discernimiento de espíritus-recibir información por parte de un creyente sobre


la presencia, ausencia e identidad de espíritus; si los espíritus son malos, pueden
entonces ser echados fuera en el nombre de Jesucristo.

ӀӀӀ. Las manifestaciones de acción, de poder, de impartir.

1. Fe (creencia)-manifestar la fe de Jesucristo lo que hace posible que un creyente


haga suceder lo imposible por la orden del creyente según la revelación de
palabra de ciencia, palabra de sabiduría y/o discernimiento de espíritus.

2. Milagros-efectuar en el nombre de Jesucristo fenómenos que exceden la ley


natural.

3. Sanidad-ministrar sanidad en el nombre de Jesucristo para restaurar, curar,


hacer sano o entero, o para reconciliar físicamente. Esta manifestación no es
oración por los enfermos.

Es urgente, si vamos a tener el poder que Jesucristo hizo disponible, que estudiemos la
Palabra de Dios y empecemos a poner en evidencia las nueve manifestaciones del
espíritu santo.

El don, espíritu santo, no es el fruto del espíritu del que habla Gálatas 5, en la misma
manera en que fruto no es una manifestación o un don. El fruto es el resultado de la
manifestación del espíritu. Primero una persona tiene que recibir espíritu y luego tiene
que manifestar el poder del espíritu en el mundo de los sentidos para que finalmente sea
producido el fruto.

161
Gálatas 5:22,23:
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,

mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

Si hemos sido renacidos y estamos manifestando el don del espíritu santo estamos
produciendo amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y
templanza. Nuestro evidenciar el fruto del espíritu indica la calidad de nuestro andar
cristiano.

Con el conocimiento de nuestro derechos filiales y teniendo la mente renovada,


combinado con la operación de las manifestaciones del espíritu santo produciendo fruto
del espíritu, ciertamente somos más que victoriosos*. ¡Ciertamente que podemos ser
dínamos de poder! No necesitamos esperar más porque tenemos el poder para
manifestar la vida abundante ahora.

*Wierwille, Victor Paul, Recibiendo el espíritu santo hoy (American Christian Press, New Knoxville,
Ohio 45871, EE.UU.)

162
EPILOGO

Como una palabra final a los estudiantes de la Palabra, note que las Epístolas del
Apóstol Pablo siguen un patrón en su mensaje a la Iglesia. La primera revelación a la
Iglesia es el libro de Romanos. La siguiente declaración es Corintios. Corintios fue
escrita para corregir el error práctico que se infiltró en la iglesia porque ellos no se
adhirieron a la revelación en el libro de Romanos. Una vez que una persona se aleja de
la verdad de una revelación, empieza a practicar error; después de practicar error por un
tiempo, el error llega a ser su doctrina. El libro de Gálatas corrige el error doctrinal que
se había infiltrado en la Iglesia porque ellos habían practicado error, según se hace notar
en Corintios.

Después de Romanos, Corintios y Gálatas, viene Efesios. Efesios es una gran revelación
a la Iglesia. Filipenses, como Corintios, corrige el error práctico que se infiltro en la
Iglesia debido a su fracaso en adherirse a la revelación dada en el libro de Efesios.
Luego Colosenses corrige el error doctrinal que se infiltró en la Iglesia debido a la
práctica equivocada de Efesios.

1 y 2 Tesalonicenses se presentan por sí mismas porque hablan sobre el regreso de


Cristo y la reunión. Lea usted las Epístolas a la luz que acabo de compartir y nuevas
vistas de entendimiento le serán aparentes a usted.

Efesios aconseja en el capítulo 6: “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el


Señor…” No nos dice que nos fortalezcamos en lo que dice un teólogo o en lo que un
maestro de la Biblia pueda decir. Si el teólogo dice lo que la Palabra dice, si el maestro
dice lo que la Palabra dice, entonces usted tiene que fortalecerse en los que ellos dicen
por causa de la Palabra, y no por los hombres.

Efesios 6:10:
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y [fortaleceos] en el poder de
su fuerza

El versículo 11 empieza entonces con una amonestación al creyente para que se vista de
toda la armadura de Dios. Nunca esté satisfecho con ser solamente un cristiano mínimo.
Vístase de toda la armadura de Dios. Usted tendrá que hablar en lenguas frecuentemente
en su vida privada de oración; tendrá que hablar en lenguas e interpretar en reuniones de
creyentes; tendrá que traer en manifestación palabra de profecía en una reunión de
creyentes; tendrá que aprender cómo recibir palabra de ciencia, palabra de sabiduría y
discernimiento de espíritus, para que pueda llevar a cabo fe (creencia), milagros y
sanidades en su vida diaria.

Efesios 6:11,12:

163
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las
asechanzas del diablo.

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra
potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes
espirituales de maldad en las regiones celestes.

Nuestra lucha, nuestra batalla, no es contra Juan del Pueblo, contra nuestro vecino, o
contra el ministro. Nuestra lucha es siempre una lucha espiritual contra potestades
espirituales, contra la maldad, y contra espíritus malos que tratan de hacerse pasar por
Dios. “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra potestades
espirituales”.

Efesios 6:13:
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo,
y habiendo acabado todo, estar firmes.

Permanezca firme sobre la Palabra de Dios porque la Palabra de Dios es la Voluntad de


Dios y quiere decir lo que dice y dice los que quiere decir. Dios tiene un propósito para
todo lo que dice, dónde lo dice, por qué lo dice, cómo lo dice y a quien se lo dice. Ponga
su conocimiento y confianza en Dios, porque solamente El es su fundamento sólido.

Efesios 3 es mi oración y bendición para usted, a medida que usted anda en la vida
abundante de la poderosa Palabra de Dios.

Efesios 3:16-21:
Para que [Dios] os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con
poder en el hombre interior por su Espíritu;

para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y
cimentados en amor,

seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura,
la longitud, la profundidad y la altura,

y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis
llenos de toda la plenitud de Dios.

Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente
de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,

a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los
siglos. Amén.

164
Acerca del autor

Victor Paul Wierwille ha pasado muchos años buscando esclarecimiento de la Palabra


de Dios por medio de hombres de Dios diseminados a lo largo del continente. Su
trayectoria académica después del colegio secundario continuó en el Colegio y
Seminario “Mission House” (Lakeland), donde recibió sus diplomas universitarios en
Artes y en Divinidad. El Dr. Wierwille estudió en la Universidad de Chicago y en el
Seminario Teológico de Princeton, donde recibió el diploma de Maestro de Teología en
Teología Práctica. Tiempo después completó su trabajo para graduarse como Doctor en
Teología.

Durante 16 años el Dr. Wierwille sirvió como pastor en el noreste de Ohio. Durante
estos años escudriñó la Palabra de Dios para obtener claves para un vivir abundante y
victorioso. El Dr. Wierwille visitó a E. Stanley Jones y estudió su programa “Ashram”.
Hombres tales como Glenn Clark, Rufus Mosley, Starr Daily, Albert Cliff, el Obispo
K.C. Pillai y otros, fueron huéspedes de la congregación local del Dr. Wierwille. Karl
Barth de Suiza fue su amigo y consultor, y también George M. Lamsa, el erudito
arameo, así como otros eruditos europeos y del lejano oriente. Con estos hombres el Dr.
Wierwille buscó entendimiento bíblico. En 1953 comenzó a enseñar clases sobre Poder
Para la Vida Abundante. Estas sesiones concentradas están específicamente orientadas
hacia revelar la Palabra de Dios como la voluntad de Dios, y contestar preguntas
cruciales acerca del espíritu santo y su actual disponibilidad y eficacia en las vidas de
los creyentes. El conducir a hombres y mujeres de todas partes del mundo a recibir la
vida más abundante, rápidamente absorbió todo el tiempo disponible del Dr. Wierwille,
de manera que se hizo necesario que renunciara de su posición de pastor local. Por
veinte años el Dr. Wierwille ha dedicado toda su energía a enseñar la exactitud de la
Palabra de Dios al establecer el Centro de Investigación Bíblica El Camino en New
Knoxville, Ohio, y sus ramas a través de los Estados Unidos, al igual que en la India,
Australia, Canadá, Europa y América del Sur.

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