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Estudios y Evaluación de la Necesidades (Sociología).


Ficha de cátedra.

Los ámbitos de la sociología.


¿Qué es la sociología? La gran pregunta es esta: ¿Qué tiene que ver la sociología conmigo o con mi vida? Para
responderla, tene en cuenta estas cuestiones: ¿Estás influidx por lo que ves en la televisión? ¿Utilizas Internet?
¿Ya votaste en las últimas elecciones? ¿Vas a los boliches? Éstas son sólo algunas de las situaciones cotidianas
donde la sociología puede arrojar luz, analizándolas desde un enfoque distinto y novedoso para vos. Pero, la
sociología también presta atención a temas sociales más amplios. Utilizamos la sociología para investigar por
qué miles de personas migran a los países industrializados, qué fuerzas sociales promueven los prejuicios, qué
lleva a una persona a comprometerse y luchar por el cambio social, como se genera la violencia, y así un largo
“etc.”. La sociología es, dicho de manera muy simple, él estudio sistemático del comportamiento social y de los
grupos humanos. Se centra en las relaciones sociales, cómo esas relaciones influyen en el comportamiento de
las personas y cómo las sociedades, la suma total de esas relaciones, evolucionan y cambian.

La imaginación sociológica.
Para intentar comprender el comportamiento social, los sociólogos utilizan un tipo de
pensamiento creativo poco usual. Un destacado sociólogo, C. Wright Mills, describió ese
pensamiento como la imaginación sociológica: una conciencia de la relación entre un
individuo y la sociedad. Esa conciencia nos permite a todos (no sólo a los sociólogos)
comprender las conexiones entre nuestros escenarios sociales y personales inmediatos y
el mundo remoto e impersonal que nos rodea y contribuye a determinar nuestra identidad.
Un elemento clave de la imaginación sociológica es la capacidad para considerar la
sociedad propia como lo haría alguien ajeno a la misma sin dejarnos llevar por las
experiencias personales y los prejuicios culturales. Por ejemplo, ante la pregunta ¿por qué
se toma mate en la Argentina y Uruguay y no en otros países?, deberíamos poder salirnos
de nuestro “yo argentinx” y ver el fenómeno de “matear” como algo ajeno y darle así un C. Wright Mills
tratamiento objetivo.

El análisis de un fenómeno social. “El divorcio visto por la sociología”.


La imaginación sociológica nos permite ir más allá de las experiencias y observaciones personales y comprender asuntos
públicos más amplios. El divorcio, por ejemplo, es sin duda algo duro para la pareja que rompe. Sin embargo, se puede
utilizar la imaginación sociológica para ver el divorcio no como un simple problema personal, sino como una preocupación
social. Así, el divorcio se nos muestra como un ejemplo muy bueno para definir los ámbitos en que la sociología nos
puede servir como herramienta para entender el mundo. Para comenzar, se puede afirmar que durante muchos siglos, el
matrimonio se consideró en Occidente prácticamente indisoluble. Los divorcios sólo se concedían en ciertos casos muy
restringidos, como el de la no consumación del matrimonio. Las primeras leyes de divorcio "sin culpables" se aprobaron
en algunos países a mediados de la década de los sesenta. Desde entonces muchos estados occidentales han hecho lo
mismo, aunque cada uno con sus peculiaridades. Pero antes de seguir, es importante tener en cuenta que los
porcentajes formales y censados de divorcios (sean altos o pequeños) no son indicadores directos de la infelicidad
conyugal. Por una parte, en estas cifras no se incluye a las personas que están separadas pero no divorciadas
legalmente. Además, los que viven un matrimonio infeliz pueden preferir permanecer unidos porque creen que el
matrimonio es sagrado, porque les preocupan las consecuencias económicas o emocionales de la ruptura, o porque

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desean permanecer juntos para dar a sus hijos un hogar "familiar". La cuestión sería, ¿por qué se está haciendo más
común el divorcio? En este sentido, intervienen numerosos factores que tienen que ver con cambios sociales más
amplios. Con la excepción de una proporción muy escasa de personas adineradas, el matrimonio ya no tiene mucha
relación con el deseo de perpetuar la propiedad y la posición social de generación en generación. A medida que las
mujeres adquieren más independencia económica, el matrimonio deja de basarse en la necesidad de establecer una
asociación de este tipo. La mayor prosperidad general significa que ahora es más fácil que antes fundar un hogar
separado en caso de abandono. El hecho de que el divorcio no se considere un estigma es en cierta medida
consecuencia de esta evolución, pero también le da impulso. Otro factor importante es la creciente tendencia a evaluar el
matrimonio en función del grado de satisfacción personal que ofrece. El aumento del número de divorcios no parece
indicar una falta de satisfacción profunda con el matrimonio en cuanto tal sino un mayor deseo de convertirlo en una
relación gratificante y satisfactoria. Es extremadamente difícil hacer un balance de las ventajas y costes sociales de la
elevada proporción de divorcios que se experimenta en la Argentina contemporánea. Al haber actitudes más tolerantes
las parejas pueden terminar con una relación no gratificante sin caer en el ostracismo social. Es decir, sin que la sociedad
los condene a ser aislados. Por otra parte, la ruptura matrimonial casi siempre produce tensiones emocionales y puede
crear dificultades financieras a una o a las dos partes.

La socióloga norteamericana Diane Vaughan ha analizado las relaciones entre las


parejas durante el Proceso de separación o de divorcio. Esta socióloga ha estado
investigando este fenómeno desde 1986, y llevó a cabo una serie de entrevistas con
unas cien personas recientemente separadas o divorciadas (en su mayor parte,
procedentes de la clase media) para registrar la transición desde la vida en común a
la separación. El resultado de estas entrevistas fue el desarrollo del concepto de
“Desacoplamiento” que se refiere a la ruptura de relaciones íntimas prolongadas. La
autora descubrió que antes de la separación física en muchos casos se había
producido ya una separación social: al menos uno de los miembros de la pareja
desarrollaba una nueva pauta de vida, adquiriendo nuevos intereses y haciendo
nuevas amistades, en contextos en los que el otro no estaba presente. Por lo general,
esto suponía que se guardaban secretos frente al otro: especialmente, por supuesto,
cuando existía una relación con un amante. Según la investigación de Vaughan, al
principio el desacoplamiento no es intencionado. Un individuo (al que ella denominó
iniciador) está menos satisfecho con la relación que el otro y crea un "territorio"
Diane Vaughan
independiente de las actividades que la pareja desarrolla en común. Durante algún
tiempo el iniciador puede haber intentado sin éxito cambiar a su compañero para conseguir que se comporte de forma
más aceptable, estimular intereses comunes, etc. En cierto momento, el iniciador siente que el intento ha fracasado y que
la relación es fundamentalmente deficiente. A partir de e punto empieza a fijarse en los aspectos que fallan en la relación
o en la otra persona. Vaughan indicó que este proceso es opuesto al del "enamoramiento" del principio de la relación,
cuando un individuo se centra en los rasgos atractivos del otro, sin prestar atención a los que podrían ser menos
aceptables. Así, el divorcio es más que la simple falta de cariño en una pareja. Las investigaciones sociológicas logran
mostrar otros aspectos de este fenómeno, los cuales escapan a la vida cotidiana, y a la visión personal, y que se
conectan con otros elementos más complejos que configuran el entramado social.

Fuentes.
 Giddens, Anthony; Sociología. Tercera edición revisada. Versión de Teresa Albero, Jesús Alborés, Ana Balbás, José
Antonio Olmeda, José Antonio Pérez Alvajar y Miguel Requena. Revisión técnica de Jesús Cuellar Menezo. Alianza
Editorial. España. 2007.

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