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Bibiana Andrea Pardo Castro 63162089

Camila Andrea Velasco Pastran 63162039


Daniel Esteban Castiblanco Maldonado 63161014
Diana Paola Sarmiento Aviles 63162003
Proyecto de investigación

Influencia de la edad en la toma de decisiones financieras dentro de la población


Bogotana

Las finanzas conductuales permiten establecer cómo los factores conductuales y sociales
afectan la toma de decisiones de los individuos, teniendo como base la integración de la
psicología y la sociología en la teoría financiera (Cano & Cardoso, 2015). Las primeras
menciones empiezan puntualmente desde 1979 por parte de los psicólogos Daniel Kahneman
y Amos Tversky introduciendo lo que se conoce como la teoría prospectiva, la cual evidencia
los diferentes comportamientos de un mismo agente frente a situaciones de riesgo
determinadas; ésta cuestiona la teoría de la utilidad esperada como un modelo que describe
las elecciones de un individuo racional, utilizada ampliamente como herramienta esencial
para describir el comportamiento económico.

Objetivo

La presente investigación tiene como objetivo identificar los factores determinantes en la


toma de decisiones de inversión en la población bogotana de acuerdo con la edad.

Justificación

Este estudio es importante dentro de los ambientes financieros, ya que permitirá comprender
el comportamiento financiero de los inversores, convirtiéndose en una herramienta para la
aplicación de procesos óptimos dentro del abordaje de usuarios que se encuentren inmersos
en éste. A su vez, otorgará conocimiento acerca de los comportamientos del mercado,
anticipando las fluctuaciones que pueden presentarse debido a componentes como lo cultural,
lo social y lo económico en relación con la edad. Teniendo en cuenta que, dentro del tema
general, éste no ha sido estudiado a profundidad y cuenta con importancia considerable, al
abordar situaciones que actualmente afectan el bienestar económico a nivel particular y
general dentro de la sociedad.
Marco teórico

Al partir de que los inversores son individuos que no actúan de manera racional en entornos
de incertidumbre y adoptan conductas irracionales que los llevan a cometer errores al
momento de realizar una inversión, se identifican dos problemas generales.

En primer lugar, se encuentran los factores psicológicos que influyen en las decisiones de
inversión de los agentes, los que producen resultados con amplia evidencia de sesgos
conductuales. Como segundo aspecto, el analfabetismo financiero, entendido como “el
conocimiento y habilidades individuales necesarias para una administración eficiente de los
recursos financieros individuales” (Garay, 2015, p.9), se ha establecido como un problema
de importancia, dado que la sociedad adopta significados compartidos negativos respecto a
las finanzas; culturalmente se ha evidenciado en las diferentes generaciones un escaso
manejo de conocimientos financieros y su aplicación, derivado de la poca afabilidad respecto
a la socialización del tema, lo que ha generado el desarrollo de comportamientos financieros
riesgosos, afectando así sus decisiones de inversión.

Como punto de partida se toman en cuenta diferentes afirmaciones validadas dentro de la


comunidad científica. Se abordará en primera instancia lo estipulado por Daniel Kahneman
y Amos Tversky (1979), donde aseguran que los individuos actúan de manera irracional
cuando toman decisiones bajo riesgo. “Las personas subestiman los resultados probables en
comparación a los obtenidos con certeza, en un efecto que explica la aversión al riesgo en
caso de ganancias seguras y la atracción hacia al riesgo en alternativas que involucran
pérdidas con certeza” (Cardoso & Cano, 2015, p. 30)

De igual manera, los individuos son influenciados por factores psicológicos a la hora de
tomar decisiones de inversión. Según Cano y Cardoso (2015), los sesgos conductuales tienen
un impacto significativo en la toma de decisiones de los inversores, al verse enfrentados a
errores cognitivos y psicológicos no siempre actúan de manera racional, lo que contradice
las finanzas tradicionales. A pesar de que se conocen estudios sobre los diferentes sesgos
conductuales determinantes en la toma de decisiones, no se ha logrado establecer una teoría
concreta acerca de su implicación dentro de éstas, limitando la comprensión global de la
dinámica de los mercados financieros.
Entre los que se consideran importantes para el estudio, están el exceso de confianza, el efecto
manada, la aversión a las pérdidas, y el conservadurismo. El exceso de confianza es
considerado como la subestimación de las consecuencias de las decisiones de inversión, y la
sobrestimación de sus capacidades personales. “Los inversionistas tienden a sobreestimar sus
habilidades predictivas y la información con la que cuentan, por lo que confían demasiado
en su conocimiento, subestiman los riesgos incurridos y exageran su habilidad para controlar
eventos” (Cano & Cardoso, 2015,p.31).

El efecto manada hace referencia a la repetición por parte de los individuos inversores de
decisiones financieras tomadas por un grupo de agentes presentes en el mercado. “Los
inversionistas tienden a seguir las decisiones de la mayoría, de tal modo que incluso en
momentos en los que se considera idóneo adquirir una acción, se reprimen de hacerlo por
influencia de sus pares. Detrás de esto sesgo, están las creencias de que imitar a otros te
facilita la aceptación por parte del grupo, y que es improbable que un grupo grande pueda
estar equivocado” (Cano & Cardoso, 2015, p.31).

En cuanto a la aversión a las pérdidas, Cano y Cardoso (2015) plantean que “los
inversionistas toman decisiones de una forma que les permite evitar sentir dolor emocional
ante un resultado adverso” (p.32). Debido a que los individuos son renuentes a admitir sus
errores en la ejecución de la toma de decisiones que le generan resultados no esperados.

En el conservadurismo por su parte, se expone que “los inversionistas mantienen sus


proyecciones a pesar de nueva información disponible” (p.33). Los agentes arraigados a las
creencias establecidas por un largo período de tiempo, suelen ser renuentes al cambio de
perspectiva, limitando con esto la aplicación de toma de buenas decisiones financieras que
pueden generarse debido a los cambios constantes en el mercado.

Por otra parte, la educación financiera definida como "El proceso mediante el cual, tanto
consumidores como inversionistas financieros logran un mejor conocimiento de los
diferentes productos financieros, sus riesgos y beneficios, y que mediante la información o
instrucción, desarrollan habilidades que les permiten una mejor toma de decisión, lo que
deriva en un mayor bienestar económico" (Gutiérrez & Delgadillo, 2018, p.39), en la
actualidad ha generado mayor interés por parte de organizaciones internacionales quienes
han evidenciado la necesidad de desarrollar en los individuos, particularmente en jóvenes
conocimientos financieros que les permitan adoptar decisiones más óptimas sobre su
economía personal.

El interés por parte de estas instituciones tanto públicas como privadas surge a partir del
acelerado crecimiento de los mercados financieros y a la presencia de nuevos y más
complejos productos financieros, pero principalmente debido a las crisis financieras
internacionales ya que la falta de habilidad y conocimientos de los individuos a nivel global
ha sido uno de los factores que lo han agravado. Por esta razón países a lo largo del mundo
han implementado programas talleres y demás herramientas que se encuentran al servicio del
público (Gutiérrez & Delgadillo, 2018).

Lo anterior bajo la premisa de que un mayor conocimiento financiero permite a los individuos
tomar mejores decisiones económico – financieras. Un amplio conocimiento y apropiación
de conceptos y procesos financieros básicos, le permite al individuo realizar un análisis e
interpretación más específica de las interacciones del mercado financiero y las consecuencias
de la ejecución de sus decisiones dentro de éste, permitiéndole contar con una posición más
sólida frente a situaciones de incertidumbre, con el fin de lograr consolidar un bienestar
económico individual óptimo y regular.

Durante el proceso de cambio a individuos conscientes y responsables de sus decisiones


financieras, el contexto socioeconómico en el que interactúa el mismo es parte importante
del proceso, dado que en él es donde debe desarrollar aptitudes y actitudes que le permitan
una eficiente gestión de sus finanzas (Gutiérrez & Delgadillo, 2018).

Asobancaria citado por Gutiérrez y Delgadillo (2018, p. 46) menciona que en relación a la
educación financiera en los jóvenes en el caso colombiano «En términos generales, afirma
que existe analfabetismo en temas relacionados con la educación financiera. La mayoría de
los jóvenes toman decisiones de inversión y/o endeudamiento sin tener claridad sobre
aspectos como la tasa interna de retorno, valor presente neto, costo del dinero, interés, 9flujos
de caja y presupuesto»
Al ser la edad el factor primordial en dicha investigación, se consideró pertinente abordar un
postulado con dirección a ésta y la influencia que tiene en los individuos en diferentes
ámbitos del mercado. Aquí se evidencia la relación entre la edad y los hábitos de consumo,
movido por intereses en particular. “La gente joven busca la felicidad a través de nueva
información, interacciones sociales novedosas y consumo impulsivo, mientras que la gente
mayor prioriza las relaciones sociales existentes, emocionales y familiarmente se sienten
completos, y presentan un consumo meditado” (Garay, 2015, p. 28). Además según la
UNAM y Banamex citado por Gutiérrez y Delgadillo (2018, p. 46) la edad de los individuos
denota ciertas características específicas « jóvenes de 15 y 29 años tienen una baja cultura
financiera ya se por desinterés o por desconocimiento, además de ello, tienen desconfianza
en el sistema bancario».

Las prioridades financieras cambian según la edad de la persona y su trayecto financiero, se


puede afirmar que hasta los 54 años aproximadamente la persona se enfoca en la acumulación
de riquezas, hasta los 65 años las personas aseguran y consolidan su riqueza y después de los
65 años las personas entran en una etapa de protección financiera. (Gonzalo, A. 2015).
Partiendo de esto, se evidencia que la edad es un factor de distinción en relación a la toma de
decisiones económicas.

Los principales enfoques teóricos usados para el desarrollo de la investigación son la teoría
clásica, la teoría neoclásica, la teoría de la racionalidad limitada, y por último la teoría
prospectiva.

A partir del siglo XIX surge la teoría clásica, modelo clásico que se basa en la teoría de
utilidad esperada, la cual propone que los inversionistas que participan dentro de los
mercados son racionales y están muy bien informados, es decir, que los individuos ante la
situación de tomar una decisión bajo incertidumbre elegirán el acto que le dará la utilidad
esperada más alta (Fernández, 2017). Siendo ésta la suma de los productos de probabilidad
y utilidad sobre todos los resultados posibles, tomando también en consideración la aversión
al riesgo del individuo y la utilidad de otros individuos. Esta teoría es el punto de partida en
el surgimiento de las teorías que rodean las finanzas conductuales, ya que dentro de la misma
no se ve reflejado el comportamiento de manera íntegra de los inversores a la hora de
enfrentarse al proceso de toma de decisiones.
Según Maurice Allais (1952), citado por Zevallos (2012) en un congreso sobre economía del
riesgo al que asistieron personalidades como Samuelson, Friedman, Arrow entre otros en
donde Allais «realizo una serie de experimentos de pagos y probabilidades, los cuales
permitieron evidenciar que la teoría de utilidad esperada no es coherente con las decisiones
que toman los sujetos. Esto respondiendo a la incertidumbre que en términos de esperanza
matemática no puede analizarse. De este modo, puso en evidencia que la teoría de la utilidad
falla en su postulado de que los individuos son capaces de ordenar perfectamente todos los
estímulos que enfrentan y elegir entre ellos para maximizar su satisfacción, sin tener en
cuenta costumbres, afectos, inclinaciones».

Posteriormente se planteó la teoría neoclásica que expone tres supuestos fundamentales.


Estos son, por una parte, la racionalidad de percepciones, preferencias y procesos donde los
procesos cognitivos son simplemente maximizadores de las preferencias, otro supuesto es
que la gente efectúa sus decisiones basadas en la información relevante y, por último, que las
firmas maximizan sus beneficios y los individuos maximizan su utilidad siendo el homo
economicus, de racionalidad perfecta individual donde el cálculo y el propio interés son
elementos dominantes. (Estrada, 2008)

Tras las crisis económicas, surgen postulados que tratan de explicar las causas de estas, como
lo fue la teoría de la racionalidad limitada que plantea que el comportamiento del individuo
no es racional debido a que está condicionado por limitaciones del conocimiento y el
entendimiento de la información que lo llevan a buscar la conformidad en lugar de la
maximización de su utilidad. (Guedez Calderin, 2014). Al enfrentarse a problemas complejos
como ocurre en la vida diaria, les es difícil tomar decisiones racionales ya que los elementos
para procesar esta información son limitados, por lo que usan heurísticos (reglas generales y
sencillas) para poder resolver estos problemas complejos. Este autor define la toma de
decisión en tres pasos, identificación de todas las alternativas, análisis de los posibles
resultados a obtener y por ultimo escoger la solución más adecuada (equiparando la eficacia
y eficiencia de las opciones), afirma que este proceso es poco útil dado que es imposible
determinar todos los posibles resultados a un problema, así como hacer una predicción
apropiada. Dando de esta manera los primeros pasos para la introducción de la variable
comportamiento propio del ser humano en la economía.
Luego de esto en los años setenta, los psicólogos Daniel Kahneman y Amos Tversky
desarrollan la teoría prospectiva a modo de modelo alternativo descriptivo de toma de
decisiones bajo riesgo, realizando una crítica a la teoría de utilidad esperada “como un
modelo normativo de elección racional, aplicada ampliamente como modelo descriptivo del
comportamiento económico” (Cano & Cardoso, 2015, p.30). La teoría supone que el
individuo toma sus decisiones basándose en el nivel de ganancias obtenidas más que su
percepción de las pérdidas (Fernández, 2017). Haciendo evidente que el comportamiento del
individuo no solo se basa en la sensación de conformidad por lo que gana, sino que también
tiene en cuenta el rechazo hacia las pérdidas, optando por la opción que le traiga mayores
beneficios.

De esta manera, con el avance de estas teorías se ha logrado estudiar y comprender la toma
de decisiones financieras en los individuos, y dar una explicación sobre la manera de actuar
del ser humano en situaciones que involucran dinero (Fernández, 2017). Con esta teoría se
trata de abarcar los comportamientos observados en los individuos ante las decisiones
financieras estableciendo, actuares predominantes, que direccionan al individuo a tomar
ciertas decisiones.

En oposición, según Ross (2005) citado por Shiller (2006, p.7) afirma que las finanzas
conductuales están más concentradas en resaltar las fallas de la finanzas neoclásicas que en
realizar un aporte realmente importante, «at their most strident, proclaim the death of
neoclassical finance and the rise of a new finance based on the psychological vagaries of
Everyman.». También en su libro Neoclassical Finance advierte la imprecisión de la
psicología ante las predicciones del comportamiento humano, y que tomar en consideración
los sentimientos del inversor es una variable que permitiría una capacidad casi ilimitada de
explicar casi cualquier cosa, “There are studies that say people are overconfident and studies
that say they are timid – for every zig there is a zag” (Ross, 2009, p.93).

En esta investigación se ha hablado sobre como las teorías neoclásicas están equivocadas al
considerar a los individuos como seres racionales totalmente informados, pero en palabras
de Shiller (2006) las finanzas neoclásicas y las finanzas conductuales no son rivales, y que
las distinciones entre estas han sido exageradas. De hecho plantea que “What behavioral
finance offers can be thought of as in fact the salvation of neoclassical finance. By putting
the neoclassical model into its correct perspective, it becomes possible to apply that model
much more constructively” (p.7).

Problema
Al centrarse en los postulados anteriormente enunciados, se analizará su aplicación en el
contexto colombiano, más específicamente en la población bogotana, teniendo en cuenta que
aún no existen estudios a fondo sobre esta temática, y se considera pertinente para el avance
en el conocimiento y manejo del mercado financiero establecido en Colombia, buscando
establecer los comportamiento de los agentes individuales en el año 2019, tomado como año
base para la obtención de información que respalde la investigación.
Bibliografía
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Recuperado de https://www.asobancaria.com/sabermassermas/retos-financieros-
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