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Nuestro Yo Superior y Guías - Nueva Tierra Cap. 4
Nuestro Yo Superior y Guías - Nueva Tierra Cap. 4
No obstante, la superalma Yo Superior debe respetar siempre las Leyes del Karma
fundamentales que exigen que todos experimentemos en su totalidad la relación
causa-efecto de cada una de nuestras acciones y su resultado. Así, el Yo Superior
respetará siempre la auto-determinación o libre albedrío de cada extensión de
alma inferior individual y separada. El Yo Superior únicamente ayudará cuando se
le pida asistencia directamente, y nunca intervendrá kármicamente para aliviar
aquellas difíciles lecciones que cada alma debe aprender por sí misma.
A medida que las extensiones de alma descienden hacia mundos inferiores de
materialidad, desarrollan aún más su separación en dos grandes polaridades, la
positiva y la negativa; cada una de ellas expresando cada vez más fuertemente la
polaridad masculina (fuerza positiva, activa, extrovertida) y la femenina (fuerza
negativa, que nutre, introvertida). Esto forma parte del Plan del Creador, que
proporciona así al alma un mayor equilibrio entre estas dos grandes polaridades de
la Creación, y le otorga una gran fuerza para regresar a la Unidad en la Mente de
Dios.
De este modo se crean dos ‘Almas Gemelas’ o ‘Llamas Gemelas’ como parte de un
solo espíritu a un nivel más alto, permaneciendo como dos partes de una misma
extensión-de-alma, unidas eternamente. Después de descender y ascender juntas
a través del Ciclo Evolutivo, se les destina finalmente a reunirse al final de su larga
jornada, como un Ser completo y andrógino (es decir, masculino/femenino unido),
siendo por siempre dos almas-en-una, conservando incluso un elemento de sus
dos polaridades así como sus individualidades.
Cada Alma Gemela individual, dotada durante su descenso hacia la materia de una
polaridad predominantemente masculina o femenina, actúa de esta manera como
una fuerza que equilibra a la otra; una mostrando la fuerza inherente masculina y
su característica mundana, activa, extrovertida y positiva; y la otra con una
característica más femenina, receptiva, introvertida espiritualmente y de
naturaleza educadora o nutritiva. Esta división inherente en dos polaridades
opuestas que se atraen magnéticamente no solo ofrece el ímpetu necesario para la
próxima re-unificación de sus dos almas, sino que promueve el deseo en todas las
almas individuales de buscar la unidad con las demás almas, y de esta manera su
eventual retorno a la Unidad colectiva de la Mente de Dios.
Por esta razón, las Almas Gemelas aprenden a equilibrar la cualidad de sus
polaridades: la positiva (masculina), extrovertida/fuerte, con la negativa
(femenina), receptiva/nutritiva. Así, finalmente estarán en condiciones de quedar
totalmente reunidos como partes equilibradas de un alma andrógina
(masculina/femenina), aunque cada una como parte de un ser superior unido,
conservando una cierta individualidad y un elemento de su polaridad original.
Cuando un Alma Gemela encarna en un planeta de un nivel físico más bajo, como
puede ser la Tierra, la otra generalmente permanece en un plano más elevado
para poder suministrarle una conexión espiritual más próxima con el mundo
superior. Existen ocasiones, sin embargo, en que las Almas Gemelas se ponen de
acuerdo para encontrarse y compartir una encarnación a nivel físico, como cuando
deben cumplir una misión conjunta en la Tierra. En tales ocasiones, a menos que
hayan escogido nacer como familiares cercanos o gemelos en la misma familia, el
tiempo y el lugar de su primer encuentro en el denso nivel físico siempre está
previsto y pre-concertado a Nivel Espiritual. De tal manera que cuando se
encuentran sobre la Tierra a veces experimentan una sensación de ‘amor a
primera vista’ instantáneo y profundo, en el que intuitivamente recuerdan su
antigua conexión amorosa al igual que reconocen su encuentro pre-concertado a
nivel espiritual. Tal ‘encuentro’ siempre provoca una nota de nostalgia en todos
nosotros, y se muestra en muchas de las grandes historias de amor románticas de
la Tierra.
Durante el largo ciclo evolutivo, cuando las almas descienden a mundos inferiores
de ‘materia’ y luego se vuelven a elevar, el Yo Superior permanece en el nivel
espiritual más alto, acumulando y grabando constantemente todas las experiencias
evolutivas vividas por aquellas extensiones-de-alma en evolución en los planos
inferiores. Este conocimiento acumulado se hace accesible para ellos -vía el Yo
Superior- como la voz interna de la conciencia, siempre presente para ayudarlos a
tomar el camino correcto para su desarrollo futuro.
Sonrió de nuevo.
“Si,” dijo, “He estado siempre aquí. He estado aquí contigo desde el inicio del
tiempo. Nunca me alejo de ti. Yo soy tú. Soy tu alma ilimitada. Soy el tú ilimitado
que te guía y te enseña a través de cada encarnación”.
“Escucha”, le dije, “¿por qué tienes una forma y por qué te ves de esta manera?
Volvió a sonreír.
“Porque”, dijo, “debes verme en la forma de una dimensión del plano de la Tierra.
La forma del alma es la forma del cuerpo humano, en todo caso. La única
diferencia es que el alma es una forma sin masa. Pero si tú pudieras ver la forma-
de-Luz de un alma, verías una cabeza, dos brazos, un cuerpo y dos piernas. El
alma es luz de alta frecuencia sin masa. Esa es la única diferencia.”
“Solamente parezco más masculino que femenino porque soy poderoso. La energía
del alma es poderosa, pero también es andrógina. Es decir, existe un equilibrio
perfecto entre la energía positiva, que es masculina, y la energía negativa que es
femenina, o yin (femenino) y yang (masculino). La energía positiva masculina es
impulsiva y activa. La energía femenina negativa es receptora y aceptadora.
Ambas son igualmente necesarias para lograr la vida, una no puede obrar sin la
otra.”
La imagen del Yo Superior permaneció calmada y centrada. Tenía la impresión que
no se manifestaría a menos que estuviera motivada a hacerlo. Miré por la ventana,
hacia un árbol afuera. Se mecía con la brisa.
“Por supuesto”, dijo el Yo Superior. “Todo tipo de vida debe trabajar en armonía,
equilibrio y respeto por otra vida. No puede existir abuso de poder sin que haya
una desastrosa consecuencia. Vas a escuchar al árbol responderte. Conocerás
cómo se siente acerca de esto.”
“Desde luego,” dijo el Yo Superior. “Toda vida vibra con sentimiento. Y el estado
natural del sentimiento es amor. El estado de amor se logra simplemente siendo.
La naturaleza es una manifestación del estado de simplemente “ser”. Así es. Y lo
que es, en el sentido más puro, es el perfecto equilibrio.”
Shirley, una vez que exitosamente detuvo el movimiento del árbol con la ayuda del
Yo Superior, continúa:
“Ninguna”, dijo. “Yo soy Dios, porque toda energía está conectada a la misma
fuente. Somos cada uno aspectos de esa Fuente. Todos somos parte de Dios.
Somos reflejos individualizados del Origen de Dios. Dios es nosotros y nosotros
somos Dios.”
“Y tú eres yo”.
“Correcto”.
[“Dancing in the Light”, por Shirley MacLaine – Bantam Books, Inc. l985]
Cada uno de nosotros tiene varios Guías y Ángeles Guardianes que trabajan desde
los Mundos Espirituales para guiarnos y cuidarnos durante nuestras encarnaciones
aquí en la Tierra. Cuando nacemos, nuestros Ángeles Guardianes mantienen un
cuidado especial sobre nosotros cuando encarnamos por primera vez en un cuerpo
físico, especialmente hasta los siete años. Los niños pequeños, cuya vista etérica
generalmente funciona todavía, ciertamente son capaces de ver a los Ángeles
Guardianes cuando están por encima de ellos, protegiéndolos y guiándolos.
Sin embargo, al tiempo que nuestros Ángeles Guardianes y nuestros Guías están
listos para aconsejarnos y asistirnos en todo momento, existen dos limitaciones
para esta ayuda. Primeramente; ellos normalmente no van a interferir a menos
que solicitemos directamente su ayuda; ellos deberán siempre respetar nuestro
libre albedrío y por lo tanto no despojarnos de las importantes lecciones que
debemos aprender por nosotros mismos. Y segundo: no debemos asumir que
“cualquier cosa que pidamos nos será otorgada”, porque debemos recordar que los
Seres Superiores tienen una mayor y mejor visión, y no nos van a ayudar a hacer
algo que no sea para nuestro “bien supremo”. Sería fácil para nosotros sentir,
cuando nuestras más fervientes oraciones no parecen ser respondidas, que
nuestros Guías Celestiales nos han “fallado”. Pero debiéramos entender que los
lazos entre nosotros y nuestros Guías fueron formados y existen en un nivel
superior del Alma. En este nivel ellos saben – y también nosotros reconocemos
cuando visitamos los planos superiores durante el sueño - lo que es mejor para
nuestro “bien supremo”.
Aparte de la ayuda y consejo personales que podamos recibir como individuos, la
sabiduría y la guía también se hacen evidentes a nivel terrestre en su sentido más
amplio a través de otros Seres Superiores conocidos como “Maestros”.
“Un Maestro puede dar su consejo sin ser visto, quizá guiando la voz o la mano de
un profeta; o un Maestro puede encarnar sobre la Tierra, ofreciendo con su vida un
ejemplo para la humanidad. Un Maestro encarnado sobre la Tierra puede incluso
quedar “ensombrecido” por un Maestro todavía más grande, quien, con el
consentimiento del “menor” actúa y habla a través de éste. El Maestro Jesús-
Sananda fue ‘ensombrecido’ de esta manera durante los últimos años de su
ministerio por El Cristo, la encarnación más alta del Creador. Por lo tanto,
“Jesucristo” no debe ser pensado o hacerse referencia a él como una sola
“persona”, sino como el Maestro Jesús-Sananda, que por un tiempo fue
‘ensombrecido’ por El Cristo.
En verdad hay una gran cantidad de ayuda y apoyo para aquellos que la buscan en
la paz de su mente y en la humildad del espíritu. El conocimiento espiritual enseña
que a través del proceso de iluminación del cuerpo, del desprendimiento del
egocentrismo, y del desarrollo consciente de la Unidad Universal, podemos
abrirnos a mundos que están más allá de nuestra limitada percepción de la
“realidad” y aprender a recibir el “Conocimiento Superior”, la sabiduría de nuestros
Guías y de los Grandes Maestros. Y puede decirse sin miedo a la exageración que
‘necesitamos todo tipo de consejo y asistencia que podamos obtener’ pues las
encarnaciones que experimentamos aquí en la Tierra a nivel físico son las que nos
ponen a prueba y las más difíciles de todo nuestro viaje evolutivo