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Tras el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende y posterior llegada al poder del
régimen de Augusto Pinochet, el Partido Comunista sufre los embates de su marginación de la
vida política nacional, a saber, asesinatos, exilios y torturas de sus militantes por parte de
militares y agentes civiles de la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional) y otros organismos
de inteligencia del gobierno militar.
El gobierno militar prohibió la existencia de partidos políticos, junto con la clausura del
Congreso Nacional. Con esto se logró declarar clandestino, ilegal y además terrorista a la
colectividad, marginándolo de la legalidad durante los años setenta y ochenta.
La gran mayoría de los miembros C.C. del Partido Comunista partieron al exilio en los países
de Europa del Este, Cuba y otros destinos, mientras que otros serían detenidos, como fue el
caso del aquel entonces Senador y Secretario General del PCCh Luis Corvalán. Ante este
escenario de persecución y desorganización, el C.C. decide crear un organismo a cargo de la
reorganización del Partido, en donde participarían miembros clandestinos del Comité Central y
miembros casi desconocidos trabajando en la reconstrucción partidaria, con lo cual ya
en 1974comienza a funcionar el Equipo de Dirección Interior (EDI).
En el año 1976 es donde caen detenidas dos Equipos de Dirección Interior del PCCh
consecutivamente, la de Víctor Díaz y la de Fernando Ortiz, además de otras dos de
lasJuventudes Comunistas de Chile en manos del Comando Conjunto que reunía a la
Dirección de Inteligencia de la Fuerza Aérea (DIFA), Dirección de Inteligencia de Carabineros
(DICAR) además de la participación en menor medida de los servicios de inteligencia de la
Marina (SIN) y el Ejército (DINE) y colaboración de agentes de la Policía de Investigaciones de
Chile y civiles miembros del derechista grupo paramilitar Frente Nacionalista Patria y Libertad.
Panfleto en rechazo al régimen militar.
Hacia fines de la década de los setenta el PCCh, se articuló con otros sectores políticos para
generar una oposición activa contra el gobierno militar, destacando su participación, junto a la
Democracia Cristiana, por la negativa a la nueva carta fundamental de la nación, redactada en
tiempos de la dictadura de Pinochet.
En el Pleno de 1977, la dirección nacional del PCCh acuña el término vacío histórico, que
implica un reconocimiento de la incapacidad política-militar del Partido para contrarrestar el
avance de los sectores reaccionarios, lo que va decantando en un proceso de legitimación de
la lucha militar contra la dictadura que terminaría a principios de los 80, con la adopción de
la Política de Rebelión Popular de Masas y la creación de un espacio orgánico de fuerza
propia combativa, el Frente Patriótico Manuel Rodríguez.
A principios de los años ochenta, la Dirección del Partido Comunista decide asumir la
consigna de utilizar "todas las formas de lucha contra la dictadura", incorporando la resistencia
armada al terrorismo de Estado. Es así que se forman primero los Grupos Cero que luego
darían origen al Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), el cual entraría en operaciones
en diciembre de 1983, con un apagón eléctrico en toda la zona central del país.
Las jornadas de protesta se fueron multiplicando hasta 1986, año considerado clave para la
Política de Rebelión Popular de Masas. En este año el FPMR realizó algunas operaciones de
gran envergadura como la internación de armas de Carrizal Bajo y el atentado contra Augusto
Pinochet, las cuales no llegaron a buen puerto, frustrando en gran parte la política de salida
armada a la dictadura pregonada por el PCCh.
En 1987, la dirección nacional del PCCh sufre un proceso de fractura con el FPMR, lo que
derivaría en una profunda reconstrucción de los objetivos estratégicos en un período
enmarcado, por la construcción de una salida pactada a la dictadura a través de un plebiscito.
Una vez producida la reunificación de los socialistas almeydista con los socialistas renovados
(socialdemócratas) y la incorporación de una gran cantidad de integrantes de la IC y el MAPU
al Partido Socialista de Chile (PS) y al recién fundado Partido por la Democracia (PPD) en
1990, el PAIS perdió su razón de ser y fue disuelto. Así el PCCh quedó así sin sus
tradicionales y antiguos aliados socialistas, lo que sería la tónica de la década de los
noventas.
Durante los últimos años de la década de los ochentas e inicios de los noventas, un grupo de
dirigentes del PCCh y de las Juventudes Comunistas contrarios a la línea política del Partido,
entre ellos Fanny Pollarolo, Gonzalo Rovira, Jorge Insunza, Luis Godoy Gómez, Antonio
Leal, Alejandro Toro Herrera y Luis Guastavino fundaron el Partido Democrático de
Izquierda (PDI), lo que al final se vería frustrado por la poca movilidad de las bases del PCCh
al PDI, y que provocó finalmente la integración de este grupo de dirigente al PS y el PPD.
Desde las elecciones de 1990, el Partido Comunista se incorporó a la lucha electoral, como
una forma más de desarrollar avances en en la dirección de sus propuestas políticas. Es así
que participó en todas las elecciones municipales, parlamentarias y presidenciales entre 1990
hasta 2013 de manera semi solitaria.
En las elecciones municipales de 1992 el PCCh con sectores de la IC y del MAPU lograron la
elección de un alcalde y de 35 concejales de la mano del conglomerado Movimiento de
Izquierda Democrática Allendista (MIDA), que para las elecciones
presidenciales y parlamentarias de 1993 se transformaría en la Alternativa democrática de
Izquierda, referente que conseguiría el 4,7% de los votos para su candidato presidencial
Eugenio Pizarro y 6,39% para sus candidatos legislativos sin diputados electos.
Para enfrentar las futuras elecciones, el Partido Comunista formaría referentes amplios con
distintos nombres, que agrupaban a toda la izquierda extraparlamentaria. En laselecciones
municipales del 1996 y en las parlamentarias del 97, el PC aumentaría su votación hasta un
7,49% no logrando obtener escaños por el sistema binominal.
Para 1999 la candidata presidencial y Secretaria General del Partido Comunista Gladys
Marín obtiene un 3,19% en las elección presidencial quedando en detrás de los candidatos de
la Concertación y la Alianza y sobre las candidaturas de los humanistas, los independientes
ecologistas y los centro derechistas. Pero debido a la falta de mayoría absoluta por parte de
los candidatos de la Alianza y la Concertación el PCCh se pronuncia dando libertad de acción
a sus votantes de cara a la segunda vuelta presidencial.
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EE.UU. seguía con atención a Allende desde antes que ganara las
elecciones del 4 de septiembre de 1970, pero intensificó sus acciones luego
que se concretara su triunfo en las urnas.
“Pero junto a ellos, están los partidos políticos de derecha y centro. Nadie
puede olvidar que en esta conjura también participó la oposición al gobierno
de la UP, y en esa oposición están los partidos de derecha y la DC”,
subraya.
Según Grez, Augusto Pinochet solo se unió a los golpistas cuando tuvo
seguridad sobre la maniobra: “Mientras no estuvo claro que el grueso del
Ejército se inclinaría por el golpe de Estado, Pinochet ocultó sus
intenciones, se mantuvo en una posición a la expectativa, simuló lealtad al
presidente Allende y al general Prats. Recordemos que el mismo día 11 de
septiembre, Allende estaba preocupado por la suerte que le podría estar
ocurriendo al pobre Augusto. Finalmente, cuando percibió que el viento
soplaba a favor del golpe, sobre todo a instancias de las presiones ejercidas
por Merino, decidió ponerse a la cabeza de este movimiento”, explica.
Según el periodista Manuel Salazar, coautor del libro “La historia oculta del
régimen militar”, Salvador Allende y sus asesores sabían desde la noche del
10 de septiembre que las Fuerzas Armadas se aprestaban a derrocar al
gobierno. Aun así, creían que encontrarían lealtad en Pinochet, Carabineros
y algunos generales.
“La noche del 10 y la madrugada del 11, Allende está en su casa de Tomás
Moro con algunos de sus asesores principales: Augusto Olivares, el
periodista; Orlando Letelier, ministro de Defensa; Joan Garcés, asesor
español privado, entre otras personas. Mientras comían con Hortensia Bussi
e Isabel Allende, empiezan a recibir llamadas de distintas partes del
territorio nacional y de algunos dirigentes de partidos de la UP, quienes
indican que han recibido información de que se están movilizando tropas.
Más o menos desesperadamente, los ministros tratan de chequear esta
información. Allende, hasta ese instante, confiaba casi ciegamente en la
lealtad del general Pinochet, de Carabineros y de algunos generales. Así lo
había manifestado a algunos colaboradores. Consideraba que parte
importante del Ejército, si no todo, y al menos Carabineros, respaldarían al
gobierno de la UP. Solo tenía desconfianza y temor de la Armada y la
FACH”, narra.
El Golpe
Advertido que en la madrugada del 11 de septiembre, las Fuerzas Armadas
se habían tomado Valparaíso, el Presidente Allende se dirige hacia La
Moneda a las 7:20 am desde su residencia en Tomás Moro, acompañado
del Grupo de Amigos del Presidente (GAP), su servicio de guardia personal.
En tanto, Tomás Moro fue atacada por el capitán Eitel von von Mühlenbrock
y el teniente Gustavo Leigh Yañez – hijo del comandante Leigh-, quien “erró
el blanco y bombardeó el hospital de la FACH, por lo cual hasta su
muerte era objeto de bromas en la institución”, relató Labarca.