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FICHA 6

El Evangelio de Lucas
Actividad
Realiza un ensayo de tu experiencia con esta materia (de las 6 fichas)
Enero - abril de 2019

LA POBREZA EVANGELICA
El propósito principal de esta actividad es reflexionar sobre el consejo evangélico
de La Pobreza, como una de las condiciones necesarias para un verdadero seguimiento
de Jesús, que según nos exponen en esta primera materia “Vida Consagrada” del
proyecto de formación continua1, este seguimiento por medio del cual se llega una real
configuración con Cristo es un elemento original de la vida religiosa, que reviste mayor
importancia aún que el signo o el testimonio.
En la vida ordinaria vemos cómo la pobreza material viene a ser un verdadero
obstáculo para la formación integral de personas consagradas en nuestro ambiente
eclesial tercermundista e incluso vemos cómo es considerada por la CIVCSVA como uno
de los elementos que impiden la autonomía real y por ende, la autonomía jurídica de los
monasterios2, que ven en la Iglesia a una Madre que con solicitud amorosa3 transmite la
Buena Nueva de su Señor y Maestro4. Por otro lado san Pablo nos recuerda de qué
familias o grupos sociales provenimos la mayoría de los convocados a la Vida
Consagrada: «Hermanos, tengan en cuenta quiénes son los que han sido llamados: no
hay entre ustedes muchos sabios, hablando humanamente, ni son muchos los poderosos
ni los nobles. Al contrario, Dios eligió lo que el mundo tiene por necio, para confundir a
los sabios; lo que el mundo tiene por débil, para confundir a los fuertes; lo que es vil y
despreciable y lo que no vale nada, para aniquilar a lo que vale.» 5 Es evidente que no
podemos ni debemos hacer a un lado al Magisterio de Iglesia, pues a través de él
principalmente nos habla el Espíritu, como habló, en ciertos momentos cruciales de la
historia, por medio de san Benito, san Francisco, santa Teresa de Jesús, san Pío X, san
Juan XXIII, etc.

1 Ficha 1, pág. 7
2 Cfr. CO 18. «La autonomía jurídica de un monasterio de monjas, para poder obtenerla, debe comportar
una real autonomía de vida, es decir la capacidad de gestionar la vida del monasterio en todas sus
dimensiones (vocacional, formativa, de gobierno, relacional, litúrgica, económica…). En ese caso un
monasterio autónomo es vivo y vital.»
3 CEC 2034: «El magisterio ordinario y universal del Papa y de los obispos en comunión con él enseña a

los fieles la verdad que han de creer, la caridad que han de practicar, la bienaventuranza que han de
esperar».
4
Mt. 5, 3: «Felices los que tienen el espíritu del pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos.»
5 1 Co 1, 26-28

1
Sabemos que existen diferentes tipos de pobrezas, que van desde la carencia de
lo esencial para una vida digna, pobreza moral, pobreza intelectual, etc., pasando por el
desapego, hasta el desprendimiento y la renuncia, es decir, el Consejo evangélico que
tanto elogió nuestro Señor Jesucristo, quien eligió, al Encarnarse siendo ya este hecho
una condición de indigencia en cuanto a su humanidad6, nacer pobre, vivir pobre y morir
pobre7, Él habla de una pobreza real: «Si quieres ser perfecto, vende todo lo que posees
y reparte el dinero entre los pobres, para que tengas un tesoro en el Cielo. Después ven
y sígueme.»8

La dificultad la vemos en aquellos monasterios que viven en regiones


subdesarrolladas trabajando sí, confiando totalmente en la Providencia que no deja de
manifestarse proveyéndolas de lo necesario por medio de su esfuerzo constante y varias
horas invertidas al día, donde la peor parte la lleva la formación integral de sus
miembros… confrontados con la legislación de la Iglesia que reconoce a estas
comunidades como incapaces de un verdadero seguimiento del Señor Jesús, como si la
actividad del Santo Espíritu estuviera condicionada por los medios económicos.
Consideramos que la solución está en un sano equilibrio entre ser y tener.

Es incuestionable que a la Vida Religiosa le es imprescindible la práctica efectiva


y real de la pobreza, la inseguridad, donde todos y todas seamos pobres, incluyendo la
comunidad, no únicamente los individuos, si quiere realmente seguir a su Señor9, según
lo expresa el documento Criterios Pastorales sobre relaciones entre Obispos y Religiosos
en la Iglesia en el número 1010. Se trata pues de vivir en total disponibilidad para los
demás, dándose a sí mismo y dándolo todo.11 Constatamos así que «el pobre, en
definitiva, ama; porque literalmente se abandona para darse»12. Que toda nuestra forma
de ser, todos los aspectos de nuestra persona sean manifestación de la pobreza, de
nuestra dependencia de Dios y de nuestra confianza en Él, tal como lo dice el salmista
«sea el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón». Que «otra cosa sería engañar
el mundo, hacernos pobres no lo siendo de espíritu»13. Sabemos, como lo indica la Const.
Apostólica VDq en su núm. 14 que Dios Padre es el formador por excelencia, así que Él

6 Ficha 4, pág. 53
7 “Parecernos en algo a nuestro Rey, que no tuvo casa, sino el portal de Belén adonde nació y la cruz
adonde murió” (C 2,9).
8 Mt 19, 21
9 Ficha 1, pág. 7 «De hecho Cristo vivió así: …en pobreza, es decir en absoluta confianza en el Padre,

apoyándose exclusivamente en El, en disponibilidad total de lo que era y de lo que tenía para los demás y
en insobornable libertad interior y exterior frente a todos los bienes de este mundo.»
10 «El estado religioso consiste en el seguimiento de Cristo, mediante la pública profesión de los consejos

evangélicos de castidad, obediencia y pobreza en vida comunitaria» (MR 10).


11 Ficha 1, pág. 12 «En disponibilidad total de lo que se es y de lo que se tiene para los demás
(=pobreza), viviendo decididamente para los otros, dándolo todo y dándose a sí mismo sin reservas,
compartiendo no sólo los bienes materiales, sino también y principalmente la propia fe y la experiencia de
Dios...»
12 VARILLÓN, F., Elementos de doctrina cristiana, Nova Terra, Barcelona, 1962, t. 1, p. 207
13 Cfr. C 2,3

2
nos dará todo lo que necesitemos para darle la respuesta que Él espera de nosotras. Por
otra parte, como dice el personaje antagónico en la película de santa Teresa de los
Andes, es necesario «darle una ayudadita» en esto de la formación, y no porque Dios
necesite de nuestra ayuda sino, porque es el camino ordinario donde Él se manifiesta, a
través de mediaciones humanas, en este caso por medio de las formadoras que nos
muestran el camino a recorrer en nuestra configuración con Cristo, pero con todo, jamás
se podrá comparar la obra divina con la obra humana, pues «el Espíritu viene en ayuda
de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos cómo pedir para orar como conviene».14
Y quizá más de alguna ocasión hemos sido testigos de los dones divinos a hermanas
insignificantes e irrelevantes, según el criterio mundano; es ahí donde con toda propiedad
podemos citar a Jesús, nuestro Salvador cuando dice: «Te alabo, Padre, Señor del cielo
y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas
revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido».15

Se nos dice también en la Ficha 4 que más allá de ser sólo pobreza
económica la que observamos debe ser un estado espiritual, según P. Severino Ma.
Alonso, una disposición interior que nos compromete completamente, ciertamente; mas
desde nuestra limitada humanidad constatamos que más allá de los signos necesitamos
las realidades que ayuden a nuestra temporal indigencia. Como ejemplo la siguiente cita:
«el saber, la formación y el mismo trabajo son una forma de posesión más valiosa»16 sin
embargo no dejan de ser posesión, y sin la debida y sana madurez, también estos valores
nos pueden jugar malas pasadas. Por lo que debemos verificar que nuestra pobreza vaya
en consonancia con la que Cristo ha vivido, ese tipo de pobreza es la que nos permitirá
imitar al Maestro17, pues los humanos tenemos una capacidad innata para encontrar
caminos y atajos a nuestro agrado, que nos ahorran los trechos laboriosos y fructíferos
en nuestro peregrinar, y con ellos también perdemos muchas gracias santificantes, ya
que como bien lo indica el equipo coordinador del Proyecto de Formación Continua,
corremos el riesgo permanente de considerar absoluto lo relativo, y como definitivo lo
provisional18. Así mismo nos señalan que la pobreza efectiva es un medio eficaz para
llegar a la anhelada pobreza de espíritu, por consiguiente se convierte en un testimonio
irrefutable. Aunque también M. de Unamuno dice: «Si no hubiera quienes viviesen según
la letra de la virtud para conservar su espíritu, se perdería éste al cabo».

Como bien recordamos Jesús el Señor nos advertía la dificultad que encuentran
los ricos para entrar al cielo19, y sabemos que su falta no es ser ricos, sino su apego a lo
temporal, a sus bienes, olvidándose y olvidándonos también nosotros de que
encontraremos multiplicado por cien todo aquello que entreguemos ahora. Consideramos

14 Rom 8,26
15 Lc 10, 21
16 «Concilium», 97 (1974) 66-67.
17 Ficha 4, pág. 56
18 Ficha 4, pág. 54
19 Mt 19, 23

3
que la dificultad que encontramos para vivir la pobreza se debe también a las secuelas
del pecado original, por lo que tendemos a la soberbia, al egoísmo, a la vanidad; ya que
«la pobreza, lo mismo que la obediencia, es una forma del anonadamiento de la kénosis
de Cristo»20 que en sí misma comporta la Redención del género humano realizada por el
Hijo de Dios. Vista desde esta perspectiva confirmamos que el Voto nuestro vivido de
forma radical contiene un valor teológico y cristológico al participar así de la Redención
Cristo. (PC 13)21.
Tal como dice san Pablo «Dios dispone, todas las cosas para el bien de los que
lo aman»22, es como debemos usar las herramientas, como meros instrumentos, sin
darles un supravalor que acaben por cautivar nuestro espíritu que en realidad debe
permanecer libre para aspirar a ver a Dios eternamente.
Así las cosas, creemos que, según lo expresa san Pablo VI, debemos ser dechado
de verdadera pobreza evangélica, amándola como ama el alpinista la cuerda que lo
llevará a la cima, aunque le incomode las manos. Que cada una de nosotras cultivemos
un personal criterio que nos lleve a elegir únicamente lo necesario para una vida
ordinaria23, incluso infraordinaria, en algunas regiones de nuestro mundo, que nos
permita configurarnos con el Cristo doliente, humillado, desarmado que quiso hacerse
pobre, el Cristo de la Semana Santa y de la Pascua, no sólo de Semana Santa ya que
por nuestro Bautismo estamos destinados a la resurrección24.
Como hijas y devotas de María, la verdadera servidora de Yavé y su plan de
salvación; como integrantes de una Orden que ha nacido y se ha mantenido bajo la
protección de la Virgen Madre, nos concierne directamente imitar sus virtudes y su
perfecto discipulado. Ella lo espera todo, como santa Teresita,25 porque es pobre, y como
pobre lo recibe todo. «La pobreza le ha dado la riqueza de recibirlo de Dios»26.
*****************
Por otro lado como verdaderas hijas de Teresa somos también hijas de la Iglesia,
e ignorar las continuas llamadas del Espíritu que nos insta a la formación continua y de
calidad, equivaldría a “cortarle las alas” o “jubilarlo”, Él siempre inspira. Por algo, nuestra
Constitución Apostólica VDq al hablarnos de las materias sobre las que debemos
reflexionar y discernir para lograr «la configuración con el Señor Jesús y a la asimilación
de sus sentimientos en su total oblación al Padre»27 anota en primer lugar la formación,
otorgándole una gran importancia y así mismo los documentos anteriores: Perfectae

20 Ficha 4, pág. 53
21 Ficha 4, pág. 55
22 Rom 8, 28
23 Magno Gaudio, 23 de mayo de 1964: AAS, 56 (1964) 567
24 RANQUET, J. G., Consejos evangélicos y madurez humana, p. 21
25 Sta. Teresita: “Lo que agrada a Dios es mi pequeña alma, es que ame mi pequeñez y mi pobreza, es la

confianza ciega que tengo en su misericordia”.


26 Disponible en: http//www.cipecar.org/es/c/?iddoc=661
27 VDq 13

4
Caritatis núm. 18; Potissimum Institutioni; Vita Consecrata núms. 68-69; Verbi Sponsa
núms. 22-24; Escrutad núm. 9; entre otros…
Por su experiencia cualificada la santa Madre nos decía ya desde entonces que:
son «gran cosa letras, porque éstas nos enseñan a los que poco sabemos y nos dan
luz»28 vio cómo algunas de las grandes dificultades que pasan personas consagradas,
personas de oración eran por falta de la debida formación religiosa: «¡Oh Señor, tomad
en cuenta lo mucho que pasamos en este camino por falta de saber! Y es el mal que,
como no pensamos que hay que saber más de pensar en Vos, aun no sabernos preguntar
a los que saben ni entendemos qué hay que preguntar, y pásanse terribles trabajos,
porque no nos entendemos, y lo que no es malo, sino bueno, pensamos que es mucha
culpa. De aquí proceden las aflicciones de mucha gente que trata de oración y el quejarse
de trabajos interiores, a lo menos mucha parte en gente que no tiene letras…»29.
Observando la importancia que reviste la formación, así mismo el Voto de Pobreza,
proponemos que:
a) La CIVCSVA tome muy en cuenta al aprobar reglamentos para las monjas de
clausura, las características económicas y políticas concretas de cada región de
la Iglesia donde se encuentran diseminados los monasterios, ya que dichas
características influyen determinantemente en la vivencia de los carismas y la vida
ordinaria.
b) Que las Federaciones en unión con los monasterios con autonomía vital, tal como
es definida en CO 18, se empleen en la formación integral de las comunidades
pobres, mucho antes de pensar en la afiliación, motivadas por la interpelación de
Dios: «Dónde está tu hermano?»30.
c) Así como autorizó un monto máximo para los gastos ordinarios y extraordinarios
de los monasterios31, autorice un mínimo de ingresos a las comunidades para que
económicamente se consideren autónomas y por ende, no se les exija una
formación tan cualificada como a las comunidades económicamente estables.
Ya que como sabemos el Señor se complace en revelar su ciencia también a los
pequeños32.

28 V 13, 16
29 4M 1, 9
30 Gen 4, 9.
31 Wilkowski, Rafal. “Autonomía” Encuentro de formación Carmelitas Descalzas en Itaici, Bra. 25 al 29 de

julio de 2018
32 Lc 10, 21

5
BIBLIOGRAFÍA

CICLA Norte, Proyecto de formación continua.- Vida Consagrada enero-abril 2019.


Catecismo de la Iglesia Católica.1992
CIVCSVA, Instrucción Aplicativa a la Const. Apostólica VDQ, Cor Orans, 1 de abril de
2018.
S. S. Francisco, Const. Apostólica Vultum Dei Quaerere, 29 de junio de 2016.
Catholic net. Biblia en línea. 2015.
Herráiz, Maximiliano, Ed. Sígueme, Obras Completas Santa Teresa de Jesús. Julio 1997.
Fonte, Grupo Editorial. El Evangelio de la Pobreza, 5 de abril de 2019. Disponible en:
http//www.cipecar.org/es/c/?iddoc=661
PC Perfectae Caritatis, Decreto sobre la adecuada renovación de la vida religiosa.
Vaticano II. 20ª. Edició.n

CIVCSVA. Orientaciones sobre la formación en los institutos religiosos. 2 de febrero de


1990.

S. S. Juan Pablo II. Exhortación Apostólica postsinodal Vita Consecrata. 25 de marzo de


1996.
CIVCSVA. Instrucción sobre la clausura de las monjas Verbi Sponsa. 13 de mayo de
1999.
CIVCSVA. Escrutad. 8 de septiembre de 2014.

L. D. V. M.

Monasterio del Purísimo Corazón de María,


Jerez, Zac., Méx.
5 de abril de 2019.

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