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Annie Hayling Fonseca

Giovanni Gentile: ideas sobre el hombre


y la educación

Parte 1

Summary: In this essay about Gentile' s an- dos movimientos aún más extraños entre sí: por
thropological ideas and their incidence on educa- un lado, el romanticismo idealista con hambre
tion, we try to show how for this autor, his con- de lo Absoluto; por el otro, la concepción cientí-
cept01human being is determinant over the bases fica y positiva del mundo propugnadaspor el po-
oi his pedagogy, and how this, from his actualisti- sitivismo, al cual el neo-idealismo se enfrenta
calidealism, is a philosophic science. decididamente.
Gentile, en la Universidad de Pisa recibe la in-
fluencia de sus maestros Donato Jaia y Augusto
Resumen: En este ensayo sobre las ideas an- Vera, y de pensadores de la talla de Bertrando
tropolágicas de Gentile y su incidencia en la Spaventa y Benedetto Croce. Profesor desde 1906
educación, se trata de mostrar cómo en este au- en las Universidades de Palermo, Pisa y Roma, a
tor, es determinante su concepto de hombre so- partir de 1922 desempeña el cargo político de Mi-
bre los fundamentos de su pedagogía, y cómo és- nistro de Instrucción Pública hasta 1925, tiempo
ta es, desde su idealismo actualista, una ciencia durante el cual da inicio a la reforma educativa
filosófica. que lleva su nombre en el año 1923, y que "puede
ser considerada como la más definida y completa
que haya tenido lugar en el corriente siglo" .'
Hombre de intensa actividad, conjuga su labor
1. Notas sobre Giovanni Gentile académica y filosófica con la pedagógica y políti-
ca. Adherido al régimen fascista recién surgido,
El presente trabajo trata de responder a la pre- promueve, como ya habíamos expresado, la refor-
gunta por el hombre y la educación en el pensa- ma a la educación nacional de la Italia del post-Re-
miento de Giovanni Gentile. Para ello nos funda- surgimiento, centrada en la acentuación humanista.
mentaremos especialmente en su obra Sumario de Para Gentile, al igual que para Croce, Hegel
Pedagogía como Ciencia Filosófica, cuya primera constituye el punto de arranque de su filosofar, el
edición apareció en el año 1913. cual consiste en un "actualismo", como él mismo
Nacido en 1875 en Castelvedrani (Italia), re- se autodefine. Lo Absoluto, sin embargo, no es
presenta, junto a Giuseppe Lombardo-Radice, el como en Hegel síntesis de inmanentismo y tras-
máximo exponente del neo-idealismo o neo-hege- cendentalismo, sino que como acto creador del
lianismo italiano, importante movimiento filosófi- Espíritu no es trascendente al sujeto, al pensa-
co de principios de nuestro siglo, que trata de con- miento, sino acto puro que se realiza en el devenir
ciliar el idealismo alemán, particularmente el he- concreto de la realidad. Es así, pues, que siguien-
gelianismo, con el positivismo italiano de la se- do a Hegel, Spaventa, Fichte y Croce, crea Gentile
gunda mitad del siglo XIX. Síntesis extraña entre su "idealismo actualista", cuya tesis central es la

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXXIII (81), 213-223, 1995


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unión del conocimiento y la acción en el pensa- Entre los continuadores de su pensamiento te-
miento concreto. En Gentile todo lo real es inma- nemos al pedagogo Giuseppe Lombardo-Radice,
nente al acto del espíritu, que produce creativa- Vito Fazio-Allmayer, Giuseppe Saitta, Ernesto
mente lo real. Codignola, y otros.
Es importante en Gentile su noción de Acto pu- Gentile muere a mediados de 1944 en Floren-
ro, que es pura actividad o puro automovimiento cia asesinado por motivos políticos. Por causa de
del Yo. la guerra, se ignoran los detalles de su vida duran-
El idealismo actual o "actualismo" afirma el te sus últimos años.
primado ontológico de lo actual, que como activi-
dad es causa de sí mismo, libertad. Frente al acto 2. El hombre: ser que conoce y se conoce
como libertad, tenemos entonces el hecho, el efec-
to, la cosa, sometidos al mecanismo y a la contin- "No salgas de ti mismo, vuelve a ti, en el
gencia. En tanto no se realizan a sí mismos, no tie- hombre interior mora la verdad", nos dice San
nen libertad, y su ser consiste en ser "dados". De Agustín'. Con esta cita de San Agustín aborda
este modo, las cosas simplemente son, mientras Gentile el tema del conocimiento y de la auto-
que la actividad y el Yo devienen. En las prime- conciencia. Y en esta frase de San Agustín se
ras, así, puede afirmarse su multiplicidad; en el encierra, según Gentile, una doble verdad: que el
Yo y la actividad, su unidad radical y su unicidad. hombre sólo encuentra en sí mismo la verdad a
Cree que su actualismo logra superar dialécti- que aspira su espíritu, y además, en consecuencia,
camente las contradicciones sin suprimirlas, en que la verdad del hombre está en su interior y "só-
tanto dialéctica del "pensamiento pensante" y no lo mirando en este interior se puede conocer la
del "pensamiento pensado", en cuanto este último verdadera naturaleza humana".'
sería pura abstracción. y contra todos aquellos que creen que la verdad
Nos encontramos aquí, pues, ante una Ontolo- se encuentra fuera del hombre, en la naturaleza que
gía dinámica. El acto es visto desde la perspectiva percibe distinta de sí mismo, Gentile afirma una
del Espíritu y constituye el centro donde radica la consecuencia de su proposición inicial: "que en el
actividad de su devenir. El Espíritu no es a la mane- interior del hombre está no sólo la verdad del hom-
ra del hecho y de las cosas; el Espíritu está en deve- bre sino la verdad de todas las cosas". 4
nir absoluto que rebasa todos los marcos del ser. Ahora, el conocimiento no puede proceder de
El "pensamiento pensante" no es una mera su- las apariencias, de lo superficial del objeto. Es
cesión arbitraria, sino que obedece a las leyes de errada pues, aquella posición que niega el conoci-
la dialéctica y es la justificación de cada uno de miento de lo "interior", al cual llaman esencia, y
los momentos del Espíritu Absoluto. convierte todo el conocimiento del hombre en un
La Filosofía, síntesis del arte y de la religión, tratar con fenómenos y apariencias.
es el momento supremo y definitivo de la oposi- y aún para los que así piensan, el verdadero
ción de lo subjetivo y lo objetivo, en la que se conocimiento sería el de la esencia, aunque lo de-
conserva cada uno de los contrarios. claren imposible. De modo que más allá de la
Para Gentile lo trascendente es innecesario, y "realidad" posible de conocer, hay otra realidad,
es aquí donde reside la solución gentiliana del encerrada ficticiamente en la apariencia fenoméni-
problema de la Metafísica: lo Absoluto es experi- ea, y, por tanto, imposible de conocer. Es un con-
mentable, nos es "dado" en el acto creador de la trasentido decir que se conoce una cosa sin tener
continua actividad del Espíritu. Sin embargo, su idea de su naturaleza interior, "de la cual derivan
inmanentismo, ciertamente, no excluye cierto tras- las manifestaciones externas según las cuales
cender, además de la peculiaridad y la diferencia, aquélla se nos manifiesta primeramente".'
sin sacrificio de la identidad esencial del pensa- Así, haciendo Gentile una dura crítica a todo
miento. Todo, aún lo impensable, necesita ser fenomenalismo nos dice:
pensado para ser reconocido como tal.
El pensamiento como acto puro es anterioridad "Si alguna vez nuestro conocimiento no va más allá de
que transciende toda subjetividad y se opone a lo estas manifestaciones externas, el objeto del conoci-
pensado y a lo hecho. El pensar puro es trascen- miento no es propiamente la cosa que se manifiesta, si-
no sus apariencias, las que vendrían a ser, en tal caso,
dental, es pensar trascendental y no sujeto cognos-
nuestras cosas; y estas últimas se nos aparecen esencial-
cente o psicológico. mente en relación a alguna otra cosa aún por conocer".'
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Así pues, Gentile niega como verdadero cono- afirmar que no se pueda llegar a perfecciones más
cimiento el conocimiento de las apariencias. Por altas y excelentes.
otra parte, nos dice que el conocimiento y todo También, en lo que se refiere a la naturaleza,
aquello que nos es posible pensar, se desarrolla gra- hay gradaciones. Nos dice Gentile al respecto:
dualmente hacia la perfección, sin llegar a lograrla
por entero. Pero "en todos sus grados se mueve, por "No en todos es igualmente profundo lo que se llama el
decirlo así, dentro del interior de las cosas" 7, en un sentimiento de la naturaleza, ni se puede tenerlo en
progresivo desarrollo de profundización, desde la igual grado por las varias partes de la naturaleza; senti-
percepción física de dimensiones y color, que sería miento que no es otra cosa que el conocimiento íntimo
de que estamos hablando; conocimiento por el cual,
un conocimiento superficial y externo respecto de
más allá de todo aquello que nos distingue de los otros
uno más completo o profundo. Sin embargo, aun seres, nosotros mismos también encontramos esa cuerda
este conocimiento no es tan superficial que no se que vibra al unísono con la de los otros seres"."
funde sobre la idea de objeto físico que hace de su-
yo posible dicha percepción. Y aún en este conoci- Esta clase de conocimiento lo encuentra Genti-
miento imperfecto la "idea" de la cosa se adecua a le, por ejemplo, plasmado en San Francisco de
la naturaleza de la misma, permitiéndonos, de algu- Asís, el cual no sólo se hermana, se hace uno con
na manera, entrar en su interior. los demás hombres, sino con el sol, con la luna,
Por tanto, podemos hablar de un conocimiento con los animales.
superficial y uno profundo. En este último, el ob- Podemos apreciar por lo dicho anteriormente
jeto se interioriza de tal modo que se hace parte que en Gentile se da una especie de metafísica del
nuestra. La distancia entre ambos conocimientos amor en el sentido de que éste, en la concepción
"está colmada por un proceso espiritual que, evi- gen tiliana, pareciera ser el conocimiento metafísi-
dentemente, pasa por muchos grados"." co por excelencia.
Ejemplo de esta progresión gradual del conoci- Contrario a lo que más tarde va a ser el tema
miento superficial al conocimiento profundo lo te- fundamental del Existencialismo, es decir, la exis-
nemos en la comprensión poética: a través de las tencia humana como el sentimiento agónico de la
figuras poéticas, del conocimiento de los protago- diferencia y la unidad, Gentile y toda su filosofía
nistas vivientes del mundo del poeta, pasamos se fundan en la postulación de la síntesis y supera-
progresivamente "desde la manifestación exterior ción dialéctica de los contrarios.
de su alma a la vida interior de ésta"," Respecto de la compenetración entre los hom-
El conocimiento primero, el que podríamos lla- bres nos dice:
mar primero en el lenguaje de Gentile, que nos
deja indiferentes ante un mundo que aún conside- "No todos tienen tampoco (ni ciertamente se puede te-
ramos "otro", difiere esencialmente del conoci- ner) en igual medida ese sentido de humanidad para to-
miento "que nos identifica con el objeto", o sea, el dos los hombres indistintamente, en la misma manera
que ya no nos da un simple "qué" sino un "por- en que se simpatiza con el prójimo y se participa solíci-
qué". Este conocimiento ulterior se funda en "ese tamente en las alegrías y dolores ajenos. Empero, noso-
porqué vivo inmediato, que surge desde lo íntimo tros conocemos la realidad sólo en la medida en que tal
identificación se realiza. El egoísta, a quien el dolor aje-
del alma de quien primero se nos apareció en la
no no duele porque no ve a los hombres como semejan-
manifestación externa de su sentir'?" y "nos cons- tes, sino como cosas e instrumentos para su bienestar,
triñe a llorar o a reír junto con quien nos hizo en- tiene de ellos un conocimiento insuficiente, por cierto,
trar a formar parte de su mundo". 11 pero como conocimiento, compenetración también, si
Pero, nos dice Gentile, no sólo el mundo del bien insuficiente, con el objeto del conocimiento"."
"tú" con sus pensamientos y sentimientos nos da
ese conocimiento que es compenetración íntima e El naturalista se limita a conocer los fenóme-
identificación con él, sino todo lo que entra en el nos externos de la naturaleza, a considerarla desde
dominio de nuestro espíritu. el cómo es y cómo obra, sin penetrar la urdimbre
Sin embargo, no nos es posible conocerlo to- interna de su constitución, el porqué de su ser y de
do. Tampoco la compenetración de nuestro espí- su obrar. Podríamos atrevemos a decir, que la es-
ritu con otro espíritu es fácil. Y aún, en la más tratificación del mundo real hecha por Nicolai
perfecta de las compenetraciones, por ejemplo, en Hartmann, se acerca en algo a esta necesidad de
el conocimiento de una sola poesía, no podemos Gentile de conocer la constitución interna de la
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naturaleza, en el sentido de que para Hartmann los Ahora, ¿en qué sentido las cosas existen antes
"fundamentos" ónticos de la realidad no son pro- de que sean conocidas? Debemos aclarar primero
yección de la mente sino constitución interna del que las cosas, objeto de nuestro pensamiento y de
ente. Claro, debemos advertir, que el punto de di- nuestro conocimiento, no son las cosas físicas,
versidad entre ambos reside, precisamente, en el esencialmente diferentes de nuestro espíritu, y por
conocimiento como trascendencia gnoseológica lo tanto, inaccesibles. Las cosas físicas resisten to-
según Hartmann, y el conocimiento como inma- da suerte de compenetración espiritual, en la cual
nencia de todo lo real en el sujeto cognoscente de se funda el conocimiento. Por el contrario, las co-
Gentile. sas por nosotros conocidas, el objeto propio de
En el conocimiento genuino, nos dice Gentile, nuestro conocimiento, entran a formar parte de
las cosas se vuelven parte de nosotros mismos, ya nosotros mismos.
que en virtud de nuestro conocimiento las cosas También debemos aclarar que el tiempo es un
adquieren un nuevo modo de ser, de existir, y per- atributo de las cosas que conocemos, y aun de
manecen como partes constituyentes de nuestro nuestro mismo conocer en cuanto tal, o sea, en
espíritu, al que modifican. Por esto "entrar en el cuanto, a su vez, objeto posible de nuestra refle-
interior de las cosas no es sino penetrar en el inte- xión y conocimiento actual.
rior de nosotros mismos, o, lo que es lo mismo, Ahora podemos responder con Gentile, que las
hacer penetrar las cosas en nuestro interior". 14 cosas existen antes de nuestro conocimiento como
Y la cosa conocida es parte de nosotros, preci- aspiración o posibilidad de conocerlas. Al respec-
samente, porque nada de lo que penetra en nuestro to oigamos a Gentile:
pensamiento penetra sin modificar de alguna ma-
nera nuestro ser, modificación y efecto que se "Así las cosas no conocidas aún por nosotros son
transmite a toda nuestra vida ulterior. las cosas puestas sobre la misma Ifnea del conoci-
Por otra parte, si nuestro conocimiento es ge- miento, que podemos tener de ellas; esa línea sobre
la cual se despliegan los objetos de nuestro conoci-
nuina posesión de la realidad, ésta sólo tiene una
miento, y en la cual está también colocado nuestro
aparente preexistencia en relación con el acto conocer"."
cognoscitivo. En mi mismo acto de aspirar a co-
nocer las cosas, éstas son en nosotros antes aún La identidad entre las cosas que aún no cono-
de conocerlas. cemos y las ya conocidas es el presupuesto del ac-
to creativo del conocer.
"Lo que se sabe es precisamente aquello que antes se
aspiraba a conocer y que, por lo tanto, las cosas no son "Y conocida una cosa sola, esa cosa, esto es, esa ver-
parte de nosotros después de conocidas, sino también dad, trae consigo las otras". 11
antes"."
Es pues, que la cosa no existe antes de su cono-
Pero, sin embargo, ese antes de que hablamos, cimiento. En cuanto conocida es anterior al acto
nos dice Gentile, no significa, en modo alguno, la por el cual se la conoce, y retenida en cuanto tal
preexistencia, en nuestra alma, de cosas que no relación de anterioridad, es idéntica en sí misma
hayamos conocido. Estas, las no conocidas, esta- (antes de ser conocida) y en su ser en la mente
rían absolutamente fuera de nosotros, de nuestro (después de conocida). En realidad, es el conoci-
mundo. Así, las cosas están en nosotros sólo como miento el que establece la identidad entre ambas
conocimiento; de otro modo, no nos pertenecen. cosas, "en cuanto en la cosa conocida el pensa-
La verdad es una difícil y fatigosa conquista, y su miento distingue la cosa y el conocerla". 19
adquisición casi cobra la categoría de lo milagro- De este modo llega Gentile a la conclusión de
so. Efectivamente, las cosas "en cuanto existen que el acto del conocer tiene un valor eterno,
sustancial mente en virtud del conocimiento que de pues es él el presupuesto del "antes" y el "des-
ellas tenemos, no son cosas que existan por sí y pués", y como tal, se halla más allá de todo antes
sean por lo tanto preexistentes al conocimiento, si- y de todo después. Y es que el acto de conocer
no que son el objeto, poco a poco creado por actos no es la suma del conocer más la cosa, sino uni-
de nuestra mente". 16 dad, unidad viva, pues no es sino en cuanto acto
En este sentido vemos que para Gentile el co- mismo de conocimiento.
nocimiento no altera las cosas, sino que las crea. De todo lo anterior saca Gentile dos corolarios:
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a) La verdad es eterna en tanto significa la identidad Tenemos entonces que la autoconciencia, eso
de lo conocido con lo anterior a ser conocido. que expresamos con la palabra "Yo", se puede en-
b) El conocimiento analítico, como conocimiento tender desde dos aspectos: como "Yo puro o for-
de cosas diferentes, presupone la unidad viva mal" o como "Yo empírico". El primero es la au-
del acto de conocer. toconciencia abstracta, es decir, la conciencia que
Pasemos ahora al conocimiento que tiene el tiene de sí mismo el sujeto como posibilidad abs-
hombre de sí mismo. La autognosis es un conoci- tracta de conocer. El segundo, el "Yo empírico" es
miento privilegiado y tiene un carácter peculiar res- la realidad del conocimiento, es "aquella concien-
pecto del resto del conocimiento. Ahora bien, si es cia determinada que cada uno de nosotros tiene de
cierto que el conocer es un acto creativo mediante sí mismo, en cuanto afirma la propia personalidad
el cual no sólo traemos las cosas a nuestro interior, como centro de coordinación de toda la propia ex-
sino más bien, haciéndolas parte de nosotros, las periencia"." Ambos "Yo", concebidos así, son
creamos, es completamente verdadero aquello de abstracciones: el primero, en tanto afirmación de
que "in interiori homine habitat veritas". un "sí mismo", o sea, sujeto que conoce, "centro
Pero atendiendo precisamente a esto, existe una efectivo del mundo de que se habla y al cual arras-
diferencia radical entre aquello que conocemos y tra inseparablemente tras de sí inconscientemen-
nuestro propio ser. Mas, ¿qué entendemos por te"." Separarse idealmente del mundo sería con-
"nosotros"? ¿Sólo el sujeto, y en cuanto tal una de vertirse en objeto, y por tanto, se estaría negando a
las polaridades del acto cognoscente? Ciertamen- sí mismo como sí mismo, ya que él y su "munda-
te, lo que conocemos lo consideramos distinto de nidad", como diría Heidegger, son una sola. De la
nuestro propio yo. misma forma, el "Yo empírico" es también una
abstracción, puesto que en oposición al "Yo pu-
"Todo cambia en nosotros o, como se dice, en torno ro", participa de la falsedad de éste con una deter-
nuestro, y nosotros estamos siempre en el centro de esa minada experiencia. En realidad, el "Yo empíri-
continua vicisitud total, fuente de la cual, desde noso- co", en tanto conciencia de una experiencia o en
tros, se irradian todas las cosas y todo es por nosotros, tanto conciencia de sí como experimentando, no
como todo es desde nosotros"." es autoconciencia, sino conciencia transformada
abstractamente en autoconciencia.
Somos, nosotros, el principio del mundo, del
mundo que es nuestro mundo. De este modo, deci- "El Yo real, en cambio, es la unidad de la autoconcien-
mos "nosotros" no en cuanto objeto entre los obje- cia y de la conciencia"."
tos del conocimiento, sino en tanto sujetos activos
del conocer. El "Yo real" es unidad viva, acto único, y se ha
Ahora, nos dice Gentile, si llamamos concien- denominado como el acto del conocimiento. La
cia al conocimiento que tiene el sujeto de su obje- subjetividad en que consiste la autoconciencia es
to, debemos llamar conciencia de sí o autocon- el acto de la conciencia, es el principio activo in-
ciencia al conocimiento que el sujeto tiene de sí manente en la conciencia.
mismo, no como objeto, sino como sujeto. El "Yo empírico", por tanto, es real en cuanto
De esto resulta que, si la conciencia de un objeto se nos revela como acto que nos afirma.
es el conocimiento que tiene el sujeto de sí mismo
"Nadie puede narrarse a sí mismo sin ser, además de es-
en cuanto que conoce, o del mismo objeto como
te uno mismo, aquel otro sí más profundo, que se pone
parte o momento integrante del sujeto, conciencia y ante uno mismo y rehace su historia. Y en este sí mismo
autoconciencia se identifican de manera radical, y más profundo, se realiza la autoconciencia, el verdadero
"nada se puede conocer si quien conoce no se en- Yo, y por tanto el mismo presunto Yo empírico"."
cuentra a sí mismo en el objeto conocido". 21
De este modo no nos es dable hablar de un su- De este modo, vemos cómo el "Yo" no es una
jeto indeterminado, vacío, abstracto, y la autocon- cosa, sino un "acto"; o sea, el Yo no es algo hecho
ciencia no es más que el sujeto en cuanto princi- sino que se hace.
pio actual del conocimiento. Por esto, la autocon- El hombre, como sujeto que puede decir "Yo",
ciencia no puede suprimir la conciencia, porque no es una cosa ni tampoco espejo de lo real, sino
siempre actúa como autoconciencia de una deter- principio vivo y activo de todo lo real, que siendo
minada conciencia. suyo, de él depende.
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Media una diferencia radical, entonces, entre el mundos distintos" 29, "distinciones extraídas de
conocimiento de las cosas y el conocimiento del una intuición del alma analíticamente considerada,
hombre: "el hombre es sujeto, se pone necesaria- y por lo tanto abstractamente concebida"."
mente como tal, y las cosas son simple objeto su- Todo hecho psíquico existe también como acto.
yo, y por esta razón el hombre es autoconciencia, Todo lo que acontece en nuestro ánimo es por
que se realiza como conciencia de las cosas. El obra nuestra. A la conciencia siempre le es inhe-
hombre, de este modo, se coloca en el centro, y to- rente la autoconciencia. Cuando sentimos somos
do el resto queda en la periferia"." nosotros mismos en cuanto sentir lo que sentimos,
Por otro lado, sólo el hombre es sujeto. Todo lo y por esta autoconciencia nos reconocemos suje-
demás lo rechazamos como posible subjetividad. tos de determinado conocimiento. En síntesis, el
El sujeto, por tanto, es unidad y a la vez uni- hecho psíquico como acto es sólo la concreción
versalidad. Como unidad, me permite distinguir- del acto eterno que es el Yo.
me del resto de los demás; como universalidad, es
el principio absoluto mediante el cual conoce todo 3. El psiquismo humano
aquel que conoce. Véase que el sujeto es un valor
en tanto universalidad, y no un hecho empírico. Decíamos que todo hecho psíquico existe tamo
A la pregunta de si sólo el hombre es sujeto, bién como acto, y como tal, es una cierta determi-
contesta Gentile afirmativamente. Lo hemos visto nación del acto permanente del Yo.
en las líneas de arriba. Nos resta saber qué piensa Partiremos del análisis, o mejor de la interpre-
acerca de si el hombre es sólo sujeto, acerca de si tación que hace Gentile, respecto de la sensación,
¿es el hombre solamente sujeto? como acto psíquico absolutamente inmediato y
El hombre posee caracteres diversos; por un elemental.
lado es un cuerpo (tiene un peso, es impenetra- La sensación es el fundamento de la memoria,
ble, consta de partes, etc.); por otra, no es un de la imaginación, del conocimiento y de la ac-
cuerpo inerte sino vivo; tiene movimientos inter- ción. Es, podríamos decir, el acto psíquico más
nos como la planta y movimientos externos y re- elemental, antes del cual es imposible hablar de
lación con otros cuerpos, como los animales. psique. Sin sensación el alma se vería imposibili-
Así, es algo más que un simple cuerpo automáti- tada para cualquier operación.
co. Tiene sentido de todas las modificaciones de La división en sensaciones internas y externas
su cuerpo. adolece de artificiosidad o empirismo de la psicolo-
gía, y por otra parte, incluye dentro del mismo con-
"Y con este otro carácter no sólo siente las actuales mo- cepto de sensación algo extraño totalmente a ella, a
dificaciones; sino que, después de sentirlas, conserva su saber: la espacialidad. La sensación, en cuanto he-
sentido y ejercita sobre ellas una labor toda suya, que cho psíquico excluye la interioridad y la exteriori-
nada tiene que ver con los movimientos espaciales de dad; en suma, es la negación de la espacialidad.
los cuerpos"." En realidad, el estímulo es el que es externo o in-
terno, pero, en rigor, la sensación no puede serio.
El alma o el espíritu, es este carácter que hace al
Ahora, la sensación sí puede ser localizada en rela-
hombre radicalmente distinto del cuerpo, y lo colo-
ción con el lugar del estímulo, y se expresa por me-
ca por encima de la naturaleza en el mundo sui ge-
dio de las contracciones musculares (arco reflejo).
neris del espíritu. Nos dice Gentile al respecto: Sin embargo, "el espacio en el cual se localizan las
sensaciones (que es desde luego el único espacio del
"Este otro carácter, tan radicalmente distinto del cuerpo,
cual se puede hablar) no contiene el alma, sino que
por el cual el hombre participa de la vida de la naturale-
za, llámese como se quiera, alma, psiquis, espíritu, está contenido en ella:" Se trata en rea1idad de un
mente, o de otro modo, eleva al hombre por encima de espacio psíquico: "aquel espacio que cada uno de
la naturaleza, y le hace posible, en efecto, su dominio, nosotros intuye como trama en la que se entretejen
constituyendo la esfera superior del espíritu"." todas las formas de su mundo sensible". 32 Por esta
razón, afirma Gentile que todas las clasificaciones
Gentile hace aquí una crítica resumida a las di- de las sensaciones encierran una tendencia materia-
versas concepciones del hombre a través de la his- lista, ya que el espacio siempre es nuestro.
toria de la filosofía, y advierte que en ellas "la vi- La sensación, como acto inmediato del Yo,
da humana quedó distribuida y separada en varios es el Yo mismo en su inmediación. Por tanto es
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infundado hacer distinción y separar algo que en sin una intrínseca necesidad, el alma misma. En el pri-
sí está unido, es decir, la sensación no puede sepa- mer caso el tono fundamental y originario sena el dolor;
rarse en forma y contenido. No podemos aislar el en el segundo, el placer"."
sentir y lo sentido, ya que ella consiste precisa-
mente en ese sentir determinado. En otras pala- Para Gentile esto es absurdo porque presupone
bras, la sensación es singular. No podemos, por un alma anterior a la sensación, que sin embargo,
ejemplo, hablar de un ver en general sino median- resulta de una abstracción hecha a posteriori, y,
te una abstracción; de allí que tampoco podamos por tanto, posterior a la sensación. En cuanto abs-
dividir al Yo empírico del Yo puro. tractamene anterior ya no sería actualmente alma,
El acto psíquico de la sensación es una misma sino su idea, es decir, un objeto.
cosa con la sensación en cuanto su determinación
o singularización necesaria. Al sentir nosotros so- "Ahora bien, esta alma no puede sentir porque sólo el
mos sintiendo. Al sentir somos ese acto en el cual sujeto siente, y no puede entonces sentir tampoco ni el
dolor ni el placer"."
no se separan el sentir y ese sentir.
Con la sensación pasa como con nosotros mis-
mos: siempre el sentir es nuevo, "porque a través No es, ciertamente posible, separar el Yo de la
conciencia, o sea, el Yo de la sensación, porque el
de la conciencia nos vamos haciendo siempre
distintos"." Yo es relación a la conciencia de esa sensación.
De manera casi plástica Gentile nos explica lo La sensación es, en síntesis, la vida misma de
siempre novedoso y único de la sensación, cuando la psique, de la conciencia en su determinación.
En la unidad del Yo como Acto, la psiquis y la
nos dice:
sensación constituyen una identidad de actividad.
"Aún cuando nosotros no hiciéramos otra cosa que sen- Por ello nos dice Gentile:
tir, una vez vivida una sensación, por eso mismo ven-
dríamos a ser diversos de lo que éramos antes. Y cada "No hay ni un Yo satisfecho, ni un Yo en defecto: el
sensación ulterior no podría ser la repetición de la pri- Yo está allí, y está en cuanto se pone por sí solo; y
mera, porque no sena sino un momento de la vida del poniéndose, es sí mismo, tal cual se realiza. El tono
espíritu, que se va haciendo siempre más diferente, está, pero un tono que no es, como se quiere creer, in-
siempre más adulto, un objeto siempre nuevo, que nada diferentemente o placer o dolor. Es placer, y no aquel
puede repetir, porque él no se puede repetir"." placer que tiene frente a sí al dolor, sino que lo tiene
dentro"."
Ahora, si entendemos por forma de la sensa-
ción el sentir en abstracto, y por contenido, el El dolor como defecto, como negación, como
sentir concreto, tal distinción tendría un signifi- deseo insatisfecho o pérdida de algo que constituía
cado legítimo. Entramos ahora en la esfera del parte esencial de nuestro ser, de nuestro mundo, y
sentimiento. "El tono de la sensación Ilámase el placer como satisfacción de nuestras necesida-
sentimiento"," des, como integridad de nuestro mundo, como "el
Al nivel de la psiquis la sensación se "transfor- vivir de nuestra vida", puesta toda nuestra vida en
ma" en dolor o placer. El tono de la sensación "es un plano. "No podemos dejar de verla (nuestra vi-
un sentimiento que toma el nombre de afecto, da) como una mezcla o una alternativa de placeres
emoción, pasión, según su intensidad y la fuerza y dolores, porque no todos nuestros deseos están
del vínculo por el cual está ligado a la sensación o satisfechos y todo aquello a que poco a poco va-
idea que 10 suscita"." mos ligando nuestra existencia huye a veces más
Cabría preguntarse: ¿qué hay en la psique que rápidamente que nuestro amor, o demasiado más
en relación con la sensación da origen al placer o lentamente, dejándonos ora con los brazos vacíos,
al dolor? ora con el alma llena de tedio"."
Los psicólogos nos hablan de una naturaleza Algunas veces, nos dice Gentile, "nos horro-
positiva o negativa del placer: rizamos estupefactos del pensamiento anticipado
de nuestro no ser mientras somos" 41, pero ¿es
"El placer será negativo si la sensación placentera viene nuestra vida real el recogimiento del pasado y
a librar de un dolor, o a satisfacer una necesidad, a dar del futuro? ¿El recogimiento en la melancolía
al alma lo que le faltaba. Positivo, si esta sensación lle- del recuerdo o la inquietud de un tiempo futuro
ga inesperadamente y sin ser solicitada, a enriquecer, imaginado?
220 ANNIE HAYLING FONSECA

"¿O no es, más bien, cierto que en aquel instante en El devenir, la transformación, consiste en que
que recordamos o imaginamos, y nos hacemos es- "se hace aquello que es y no es; y es, no siendo; y
pectadores conmovidos de la suma de nuestra vida, no es, siendo"."
toda nuestra vida afectiva, presente, pasada y futura, La sensación, de este modo, debe concebirse
está contraída en ese componer y mirar a la vez
como unidad de sí y de su contrario: debe ser sen-
nuestro panorama?"."
sación, y a la vez, no serIa. Y si decimos que la
sensación es placer, ella debe ser placer y dolor.
La sensación se identifica con el placer, ya que
De modo que el dolor está incluido y resuelto en
éste es la presencia de la autoconciencia y de la psi-
el placer, en la sensación, pues ésta, haciéndose,
que en la sensación, o sea, el placer es la vida de la
no va del ser al no ser, sino viceversa.
psiquis. Por otro lado, el dolor no tiene lugar en la
En síntesis:
esencia del acto psíquico, es decir, en su actualidad
y subjetividad. El dolor "tiene lugar, en cambio, en
"El placer no es un atributo de la sensación, sino la
el otro del sujeto. En efecto, yo no puedo sufrir sin sensación misma (como el acto espiritual en general).
darrne cuenta. Y dándome cuenta, no soy yo quien El dolor es la negación de la sensación. Y el sentimien-
sufre, porque, en cambio, yo soy quien se da cuenta to, cuando hablamos expresando algo vivo de nuestra
de que sufre. Y entre el sufrir y el darse cuenta de alma, no significa sino la vida vivida y la actualidad de
sufrir hay esta diferencia, que no es poca cosa: que nuestro sentir y, en suma, no aquello que es objeto de
en el sufrir este sufrir debería ser el acto mismo, la nuestros pensamientos, sino nosotros mismos y las sen-
vida misma del Yo (expresión absurda, porque su- saciones que son el ser nuestro inmediato"."
frir es ser pasivos y un "acto pasivo" es como decir
"luz oscura")"." Pasemos ahora a otro de los llamados hechos
Ahora bien, en la conciencia del sufrir el sufrir psíquicos: la percepción. Cuando la sensación se
no es más que el acto del Yo, o sea, no es más que concibe como pasividad, como estado, como he-
el Yo actual, y además es, aquello que el Yo era cho bruto, se afirma que la percepción es su ad-
antes, aquello que haciéndose pasado constituye la vertencia. Hay casos en que aparentemente hay
conciencia del dolor. sensación pero no percepción. De la diferencia-
Veamos pues como aún en la conciencia del ción que se hace de ambas, surge la concepción de
dolor el Yo se presenta como actualidad pura, y a consciente e inconsciente psíquicos.
ella son referidas, en cierto sentido, todas nuestras Se concibe, de este modo, un alma desdoblada
vivencias. y desdoblándose, ora a la luz de la conciencia, ora
En la experiencia cotidiana de la aflicción, esto en la penumbra, ora en la absoluta obscuridad. Es-
que acabamos de decir, nos dice Gentile, se torna ta psiquis inconsciente "no nos pertenece", nos
más claro. El "dolor deja de ser acerbo" en el de- afirma categóricamente Gentile, y como tal, no
sahogo, en la catarsis, en el hablar de él. podríamos llamarla psiquis.

"Haciéndose contempladores, dominamos el dolor co- "La psiquis de que hablamos y de la cual queremos
mo el artista gobierna a su antojo la materia de la cual procuramos un conocimiento fundado, no es, para no-
obtiene su estatua, y, en su acto creativo, triunfa sobera- sotros sino acto, ese acto que precisamente somos no-
no sobre el mundo que es suyo"." sotros, es decir autoconciencia, porque en sí implica
la conciencia"."
Vemos entonces que la conciencia del dolor es
acto concreto de autoconciencia, y por tanto, acti- Aquello que es psíquico es sujeto y no objeto
vidad y liberación. de pensamiento, y por ello nuestro. Siendo nues-
Pero aunque la vida espiritual es placer y en su tro, en nosotros, somos nosotros mismos.
acto inmediato, sensación, no hay placer puro, Lo inconsciente, como lo radicalmente opuesto
"que no reciba en sí, purificándolo, al dolor"." a lo psíquico, está ante nosotros como objeto, co-
La sensación, así como todo acto psíquico, no mo naturaleza. De este modo, la ciencia de lo su-
es estado, ni cualidad, ni cosa, sino trabajo, autóc- bliminal forma más parte de las ciencias de la na-
tisis, autocreación. turaleza, que de las ciencias del espíritu, con el
En el concepto de autóctisis, de "hacerse", en- agravante de que emplea métodos impropios a su
tran en juego, en recíproca atingencia, el ser y el objeto. Con esto no afirmamos, aclara Gentile, que
no ser. estudie una naturaleza más allá de la psiquis, de la
GIOV ANNI GENTILE 221

cual pueda brotar la psiquis porque "el sujeto ...• no La representación es una experiencia típica y
admite nada anterior detrás de sí. donde se pueda constante. Frente al fluir de las sensaciones tene-
asignar un pequeño lugar a este inconsciente" .49 mos el quedarse de las representaciones. Sin
La percepción. de esta forma. no es diferente ellas sería imposible todo conocimiento duradero
de la sensación. ya que el yo del "yo siento" y universalmente válido. fundamento del saber
significa autoconciencia, conciencia. percep- científico.
ción. Así. la percepción no es tampoco integra- En tanto abstracción e independencia respecto
ción originaria de la sensación. ya que esto se- del fluir del sujeto. la representación. mediante la
ría atribuir al acto psíquico algo que no es acto. memoria. se vincula nuevamente al momento psi-
y como tal. fundamento del proceso psíquico cológico de la sensación actual. se conserva y se
del conocimiento. lo cual sería una contradic- puede reproducir.
ción. ya que "antes del proceso el alma no es La doctrina de la asociación ha pretendido ex-
absolutamente nada"." plicar. continúa diciéndonos Gentile, esta especie
Ahora bien. nuestra vida psíquica es un proceso. de unidad. conservación y reproducción de las re-
y por ello. irreflexivo. Más tarde nos convertimos en presentaciones. Sus leyes son bien conocidas: se-
"espectadores de nuestra vida anterior". Primero se mejanza y contigüidad en el tiempo y en el espa-
vive y luego se filosofa. De modo que todo acto cio. relación de causa y efecto. etc. De modo que
consciente. respecto del acto del cual es ulterior sólo recordamos aquellas cosas que hayan queda-
conciencia. es inconsciente. Sin embargo. esto no do ligadas en nuestro espíritu.
quiere decir que haya pasaje de inconsciencia a con- Esos lazos que ligan nuestras ideas. hacen que
ciencia. sino de conciencia a conciencia, de percep- se despierte un pasado. que como tal no pertenece
ción a percepción. o de sensación a sensación. Pero a nuestra experiencia inmediata. Y esto está pro-
en realidad. solo existe la sensación actual y las sen- bado por nuestra experiencia.
saciones pasadas no son sino su contenido actual (de Pero. en el fondo del asociacionismo queda al-
la sensación actual). Nos dice Gentile: go oscuro: ¿las representaciones son una multipli-
cidad por unificar. o rechazan. en tanto multiplici-
"El Yo. como sensación de sí mismo (autoconciencia) dad. toda suerte de unificación? El primer enun-
se siente a sí mismo ahora como se siente a sí mismo ciado es el fundamento del asociacionismo. Aho-
antes.a pesar de sentirse distintamente"." ra. si las unifica el sujeto. en tanto éste es singular.
descartaría su multiplicidad. ¿O se podrían
El acto psíquico. de esta manera. es siempre unificar por sí solas? Esto sólo podría ser posible
nuevo y creativo. Y en nuestro interior. no encon- por una afinidad recíproca que negaría su esencial
tramos sino la pura. única. indivisible e inmultipli- multiplicidad. Por otro lado. dentro de la doctrina
cable actualidad del Yo; la multiplicidad radica del asociacionismo. la función de la memoria per-
solo en el objeto que el Yo opone a sí. manece oculta.
Y. en síntesis. todas las sensaciones se reducen Nos afirma Gentile resumidamente:
a esa actualidad que en el instante presente somos
nosotros mismos. "La representación. en sí considerada. se reduciría al
Por último. nos dice Gentile que el tiempo es el contenido de la sensación. a ese contenido que hemos
contenido del acto espiritual. y no su continente. visto no poderse concebir sino en la unidad absoluta
de manera que es un absurdo tratar de medir el ac- del acto sensible. A priori, pues. se puede decir que
to espiritual mediante el tiempo; más bien. es el la representación no es nada fuera de la sensación. Si
se nos saca una parte de la sensación. se nos acaba
acto espiritual el que mide el tiempo.
todo"."
De manera que el Yo es incuantificable. porque
es el Yo el cuantificador. Por tanto. es un sin sen- Ahora. si la representación. como experiencia
tido la pretensión de la psicología experimental y típica es representación general. abstracta. y pres-
de la psicofísica. de querer medir el tiempo y las cinde de 10 actual del espíritu sensible. ¿cómo ge-
sensaciones. neralizar? ya que como tal generalizar debería te-
La percepción. podríamos decir. no es superior ner como punto de partida 10 particular y singular
a la sensación. sino que es sensación más plena. (el acto del espíritu).
¿Y la representación? ¿Se supera la sensación en En conclusión. en la misma sensación se halla
la representación o idea? implícita la universalidad:
222 ANNIE HAYLING FONSECA

"La sensación, entonces, en su más vibrante subjetivi- juntar, sino una cosa sola, o, mejor aún, un solo
dad, en su más fugaz aparición, está ya investida de la acto". 55
dignidad del acto que es esencialmente universal, ni El hablar es caracterizado por Gentile como el
más ni menos que la presunta representación"." advertir la sensación. La palabra se identifica, pues,
con la sensación. La palabra es sensación encarna-
La representación es idéntica a la sensación, y da, idea encarnada, y así como un cuadro, palabra
en tanto idéntica, al "irse" la sensación se "va" del pintor, es cuerpo concreto de su idea, la lengua
también la representación. Pero no se van sin dejar no es vestidura sino cuerpo del pensamiento, y por
huellas, marcas de sí, porque son lo que nunca se tanto, momento actual del espíritu en su inmedia-
puede ir: el sujeto. ción y como medio de comunicación.
De manera que fundamentándose Gentile en su Gentile afirma la originalidad eterna del len-
concepción del Yo como actualidad, concluye que guaje, frente a la necedad de las escuelas de hacer
ninguna sensación pasa, y que cuando llega otra, hablar a los hombres del presente como hablaban
aquella es conservada en la actualidad de la se- los hombres del pasado.
gunda, ya que la primera es el mismo Yo viviente, Ninguna palabra puede ser dicha dos veces y la
que resuelve todo en sí. La experiencia del espíritu diferencia entre los diversos lenguajes, aunque
es experiencia toda viva. La misma experiencia mayor, es de la misma naturaleza que la que hay
histórica, acumulación del conocimiento, puede entre hombres que hablan el mismo lenguaje.
decirse que es toda una sensación en eterno desen- Hemos de familiarizarnos, nos dice por fin
volvimiento. Nada se pierde en el trabajo psíqui- Gentile, con la identificación entre sensación, sea
co. Por ello resulta extraño que a veces olvidemos; esta representación, pensamiento o acto psíquico,
pero en realidad, lo aferrado verdaderamente en la y la palabra, y además con la diversidad aparente
memoria verdadera (la constitución del Yo), nun- entre las palabras y las cosas por ellas significa-
ca se nos escapa. das. Algunas veces signo y cosa significada coin-
Ligado al falso concepto de la representación ciden perfectamente. Pero a veces, esto no sucede.
general (abstracta) o al universo de la fantasía, te- Si digo "escritorio", a diferencia de si digo "fa",
nemos a la palabra o al lenguaje como su más mi voz no coincide con el objeto que designo con
sólido sostén. Nos dice Gentile que así como la ella. Pero debemos decir, que en realidad, la pala-
sensación es su unidad en su unidad es eterna, el bra "escritorio" no es expresión del objeto al cual
lenguaje humano es también eterno. Pero en tanto se refiere, sino la representación que de él yo me
expresión de una situación espiritual, la palabra he hecho o me hago, según el objeto esté presente
siempre es palabra nueva, de un nuevo matiz, con o ausente. Por otra parte, la palabra "escritorio",
un sonido cada vez profundamente distinto. Su por ejemplo, no es sino una palabra del espíritu
forma material es la misma; su contenido espiri- históricamente determinado, en proceso eterno, y
tual es siempre distinto. Su valor es psíquico, inte- por tanto, esa palabra arrastra una historia. Sin
rior, porque es momento espiritual y como tal, tie- embargo, y por ello mismo, entre la palabra y su
ne ella una realidad espiritual. representación hay una relación de identidad por
La palabra es realmente una, individual. Nadie la cual, al decir "escritorio" yo no me represento,
puede repetir la misma palabra, en tanto que ésta, por ejemplo, una "pluma". En abstracto podría
expresión del alma como actividad y devenir conti- afirmarse lo contrario, pero no en concreto. Preci-
nuo, es también una continua recreación del espíritu. samente esto no es posible, porque el sujeto huma-
Ahora, la universalidad de la palabra proviene no es historia.
de la universalidad de todo acto espiritual, o sea,
por ser ella un acto espiritual. Y en tanto univer-
sal, y connatural al espíritu que expresa, "la pala- Notas
bra no puede ser signo ni de cosas ni de momentos
espirituales"." 1. Juan E. Cassini. Prólogo a Sumario de Pedago-
Los oídos son distintos; el espíritu único. De gía como Ciencia Filosófica de Giovanni Gentile. (Edi-
aquí que no tengamos que ponemos de acuerdo torial El Ateneo, Buenos Aires, Argentina, 1946), p. 7.
"para atribuir a toda idea nuestra un correspon- 2. Giovanni Gentile. Sumario de Pedagogía como
diente símbolo fónico u otro modo expresivo, ya Ciencia Filosófica (Pedagogía General). (Tr. de Ada L.
M. Scotucci; prólogo de Juan E. Cassini. Editorial El
que la idea y la palabra no son dos términos a
Ateneo, Buenos Aires, Argentina, 1946), p. 49.
GIOV ANNI GENTILE 223

3. Loc. cit. 30. Loc. cit.


4. Loc. cit. 31. Ibid., p. 74.
5. Ibid., p. 50. 32. Loc. cit.
6. Loc. cit. 33. Ibid., p. 77.
7. Ibid., pp. 50-51. 34. Loc. cit.
8. Ibid., p. 51. 35. Ibid., p. 79.
9. Ibid., p. 53. 36. Loc. cit.
10. Loc. cit. 37. Ibid., p. 80.
11. Loc. cit. 38. Loc. cit.
12. Ibid., pp. 53-54. 39. Ibid., p. 81.
13. Ibid., p. 54. 40. Loc. cit.
14. Ibid., p. 55. 41. Loc. cit.
15. Ibid., p. 56. 42. Loc. cit.
16. Loc. cit. 43. Ibid., p. 82.
17. Ibid., p. 57. 44. Ibid., p. 83.
18. Ibid., p. 56. 45. Ibid., p. 84.
19. Ibid., p. 57. 46. Loc. cit.
20. Ibid., p. 61. 47. Ibid., p. 85.
21. Ibid., p. 62. 48. Ibid., p. 88.
22. Loc. cit. 49. Loc. cit.
23. Loc. cit. 50. Ibid., p. 89.
24. Ibid., p. 63. 51. Ibid., p. 90.
25. Loc. cit. 52. Ibid., p. 98.
26. Ibid., p. 64. 53. Ibid., p. 99.
27. Ibid., p. 70. 54. Ibid., p. 106.
28. Loc. cit. 55. Ibid., p. 107.
29. Ibid., p. 71.

Annie Hayling Fonseca


Escuela de Estudios Generales
Universidad de Costa Rica
San Pedro de Montes de Oca
Costa Rica

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