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REFLEXIÓN

no existen preceptos éticos o morales que den al hombre una forma de vivir, esto quiere decir
que toda actitud humana esta mediada por la propia sociedad y por la forma de ser de las
personas, no tenemos parámetros éticos que puedan regularnos alegando una esencia de lo
correcto o incorrecto

todo hombre nace libre y con la capacidad de decidir por lo que se puede decir que somos
seres libres por naturaleza pero esta libertad esta ligada a la “responsabilidad”, para Sartre si
todo hombre es libre es por consiguiente responsable

puede sentir el gran peso y carga que lleva sobre si, y puede ser tal el peso que puede llegar a
sentirse completamente abrumado o darse cuenta de la “angustia” que significa el tener que
ser su propio soporte para toda la vida que viva, este punto es donde debido a la sensación de
angustia que puede proceder del enorme peso que resulta ser libre y responsable que el sujeto
encuentra una salida y esta es “la mala fe”.

Una “moral sartreana”  pues si sólo existimos a ojos de los otros, por la mirada de los otros,
entonces los juicios sobre nuestra conducta son también los de los demás

- no hay otro criterio con el cual juzgar mi conducta, menos que nada mi propio juicio
sobre esa conducta, que carece de significado para los demás, en particular si soy yo el
que lo asevero por mí y para mí mismo
- no están establecidas a priori para resolver dilemas éticos

En el mundo no encontramos signos para resolver nuestros dilemas éticos y tampoco hay
morales establecidas a priori que puedan resolverlos. Nosotros elegimos qué sentido darle a
esos signos, de modo que no podemos escaparnos jamás de la responsabilidad (al menos, si
actuamos de buena fe).

Sartre se conmueve con la mirada de los desdichados, y entiende que ello es suficiente para
justificar una elección política que a su vez sirve de fundamento a toda una teoría de la
historia, vista como violencia de esos oprimidos contra sus opresores, violencia que es, hay
que suponerlo, éticamente superior.

http://biblioteca.clacso.edu.ar/Venezuela/ceshc-
unermb/20180315060005/04_GOVEA_SILVA_JeanPaulSartreBrevesReflexiones.pdf

¿Qué significa aquí que la existencia precede a la esencia? Significa que el hombre empieza por
existir, se encuentra, surge en el mundo, y que después se define.

Se evidencia el valor de responsabilidad que para Sartre considera que todas nuestras
decisiones repercuten a los demás, en algunos casos estas generan angustia, por ejemplo,
cuando un jefe militar manda a sus hombres a la guerra sabiendo que pueden morir
Responsabilidad 

Nuestras elecciones aplican a los demás

Lo que yo había entendido es que Sartre se basa que el hombre es aquel que existe y tiene
libertad, sin embargo esa libertad no se da de manera individual sino tmb las decisiones que
tome va a repercutir en lo demás por lo que le genera angustia al saber de esa responabilidad,
tmb entiendo que esas decisiones las toma sin que vea cuales son las consecuencias porque
solo están guiados por lo que la persona piensa

Siempre se debe tomar una decisión  x angustia

Nuestras elecciones, según Sartre, no sólo nos conciernen a nosotros, sino que se aplican a
todos los seres humanos, en tanto que cuando optamos por ser una cosa u otra, nuestra
decisión no es sino una afirmación del valor que otorgamos a una determinada imagen de lo
que significa ser humano y que, en ese sentido, consideramos que debe ser aplicable a todos
los demás. A Sartre, estas reflexiones sobre la responsabilidad le ayudan a aclarar el significado
de ciertos conceptos relevantes para el existencialismo, comenzando por la angustia, que
desde esta perspectiva viene siendo precisamente el “sentimiento de su total y profunda
responsabilidad” (Sartre 2009), similar a la de todos quienes han tenido que tomar decisiones
difíciles (el ejemplo sartreano es el de un jefe militar que envía a sus hombres a la muerte).
Sartre introduce por primera vez en la conferencia el tema de la mala fe cuando habla de
aquellas personas que disfrazan u ocultan su angustia, al no querer preguntarse qué pasaría si
todo el mundo actuara como ellos. Ante lo que Søren Kierkegaard denominaba la ‘angustia de
Abraham’, Sartre afirma que siempre nos podremos preguntar si realmente debemos hacer lo
que se nos ordena hacer y, que por más que busquemos, nunca encontraremos pruebas,
siquiera signos, para convencernos de ello; de modo que siempre tendremos que tomar una
decisión, siempre tendremos que elegir. Se trata, así pues, de una angustia que no impide
actuar, que no conduce al quietismo; como falsamente se había acusado a los existencialistas.
Al hallarse vinculada de manera tan fuerte a la responsabilidad, la angustia se convierte en un
componente de la acción misma.

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