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Andrés Felipe Monsalve Vargas

Ser colombiano

Cuando me cuestiono el significado de ser colombiano, en lo primero que pienso es en la célebre frase
de Jaime Garzón que expresa: "...en Colombia no hay colombianos, Los ricos se creen ingleses, la clase
media se cree gringa y los pobres se creen mexicanos”. Criado en un ambiente de clase popular puedo
identificar características que me han hecho colombiano, como la fuerte influencia de la religión
católica, la importancia cultural que tiene el barrio dentro de mi cotidianidad, los aspectos
gastronómicos en mi día a día, el gusto por el futbol en mi niñez y la enseñanza en la escuela de los
símbolos patrios.

Por otro lado, para mí ser colombiano también se ha convertido, como diría Borges, en un acto de fe;
es decir, creo que soy colombiano, pero no sé cómo demostrarlo ya que gran parte de las
características mencionadas renglones anteriores también puede ser compartidas por ciudadanos de
otras naciones latinoamericanas.

En mi opinión este país no debería estar delegado al Sagrado Corazón de Jesús sino al Santo Job, este
hombre que fue ejemplo de temple y aguante en las numerosas pruebas a las que fue sometido, pues
el colombiano promedio sigue sonriendo aun a pesar de las peores bribonadas y atrocidades. Tal vez
esa sea nuestra condena, lo que permite que sigamos así de mal. Pero, en contradicción, esa puede
ser nuestra mayor fortaleza, pues lo último que se pierde es la esperanza en que, a fuerza de pequeñas
batallas, y triunfos mínimos, llegue el día de la victoria final en esta gesta contra nuestras propias
ausencias y defectos.

Viéndolo desde un punto de vista pesimista también puedo decir que ser colombiano es incluso lo que
hago día a día, criticar la nación y no proponer nada. Porque en realidad en eso nos hemos convertido,
expertos en autocritica y pésimos en plantear y materializar soluciones. Siempre vivo quejándome del
mal gobierno, de la pésima educación y un sinfín de cosas. muchos incluso sienten pena por el
colombiano de a pie, pero se asombran por el ilustre ciudadano corrupto pero modesto. En fin, para
mi ser colombiano es un fenómeno que todavía no logro comprender muy bien.

He aprendido a ser colombiano por medio del diario vivir; es decir, por las expresiones culturales que
he venido observando e incluso imitando desde que nací.

Vivo y me expreso como colombiano cuando identifico diferentes fenómenos culturales y siento que
hacen parte de mi propia identidad.

Si me importa ser colombiano, es como un acto masoquista, me gustan muchas cosas de la cultura
popular, pero a la vez siento que deberían avergonzarme.

Al fin y al cabo, me siento colombiano.

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