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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder popular para la Educación Universitaria


Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos
ÁREA: ODONTOLOGÍA
Catedra: Gerontología

ASPECTOS SOCIALES
DEL ANCIANO.

Profesora:
Nyree Morgado
Integrantes:
Amry Bolívar CI: 23498368
Víctor Contreras CI: 24153149
Carmen Flores CI: 22727014
Geraldine Grateron CI: 21.301.963
Franceska Mendoza CI: 25976689
Mario Meregote CI: 24.594.509
4to "7"

Octubre, 2019.
INTRODUCCIÓN

Podemos considerar que hay tres aspectos sociales que influyen


notablemente en la calidad de vida de una persona mayor lo que esa persona
piensa de sí misma, la soledad y la situación de dependencia; Es una idea
subjetiva que las personas tienen acerca de lo que ellas creen que son. El auto
concepto influye en nuestro comportamiento y determina nuestro ajuste a las
demandas del entorno y nuestro propio equilibrio interior. Igualmente, las
personas nos formamos una idea de cómo querríamos ser y construimos una
percepción subjetiva de la discrepancia entre nuestro concepto ideal y el real, lo
cual se traduce en términos de autoestima.

Dicen los estudios que la mayoría de las personas mayores se ven


divertidas, muchas también sabias. Seguramente son virtudes que pueden llegar
a exagerar con el ánimo de ser útiles en algo (entretener, aportar experiencia).
Comprender este espíritu de compensación que les anima, ayudará al cuidador
a aceptar la manera de relacionarse con la persona mayor. En el 'lado oscuro'
están quienes se sienten tristes, enfermos, inactivos o, incluso, molestos para
quienes conviven con ellos. Cada una de estas sensaciones tiene soluciones
que, como cuidadores, tendremos que adaptar a 'nuestra' persona mayor.

Cada uno de nosotros debe valorar de qué manera administrará la soledad


de la persona mayor que nos ocupe; contando con ella, claro. Sólo tenemos que
tener en cuenta una realidad: las personas mayores que viven solas están más
insatisfechas y tienen peor calidad de vida que las que viven en compañía. Habrá
que poner atención al desarraigo familiar, a la falta de amigos o vecinos con los
que charlar, a la disminución de iniciativas.

Según la propia visión de los adultos mayores, sus principales


preocupaciones rondan la economía y la salud, dos aspectos que consumen su
presupuesto casi por completo y que generan grandes aflicciones. Esto indica
que los programas sociales debieran apuntar hacia estas dos variables,
respondiendo así a necesidades sentidas por este grupo etéreo y no a supuestas
problemáticas, con ello se entregaría un real rol activo a los adultos mayores que
están interesados en mejorar sus condiciones de vida a nivel general.
ESTATUS Y ROL DEL ADULTO MAYOR ACTUAL

El Estatus, es la posición que una persona o en este caso un adulto mayor


ocupa en la sociedad o dentro de un grupo social; En cuanto al El Rol, es un
patrón de comportamiento esperado asociado con una posición en la sociedad.
Algunos de los roles que la gente asume a lo largo de su ciclo de vida son
elegidos y deseados por ellos mismos.

Los abuelos, tienen el rol transmisor de tradiciones, los puntales de la


identidad familiar; Los roles que destacan con un mejor funcionamiento social
son: Rol de Autocuidado, Rol de Familia y Rol Ocupacional

El adulto mayor atesora un enorme potencial fecundo de valores


incalculables para la vida de los demás, que puede transmitir en cada palabra
impregnada de calor humano y de esperanza cuando siente que, lo vivido, ‘ha
valido la pena’. Valores que permiten humanizar la sociedad distinguiendo la
gratuidad frente a la competencia; el sosiego frente al apuro cotidiano.

Las actividades de la vida diaria son elementos claves para medir la calidad
de vida y el estatus funcional en los adultos mayores. Las actividades de la vida
diaria varían sobre un conjunto de tareas cotidianas comunes que se requieren
para el auto cuidado personal y una vida independiente.

Existen diversos instrumentos para medir estas actividades, originalmente


desarrollados para la valoración geriátrica general y la evaluación del deterioro
funcional del adulto mayor, definido como el declive en la capacidad de ejecutar
una o más actividades de la vida diaria. Stokes en 1992 señala que la creatividad
y la productividad en la vejez no se debe a una buena salud sino también, a una
apreciación y reconocimiento por parte de las personas del entorno, lo que
ayuda a que el anciano pueda continuar conservando su talento y seguir
haciendo contribuciones importantes, tanto para la familia como para la vida
comunitaria.

El rol es un patrón de comportamiento esperado asociado con una posición


en la sociedad. Algunos de los roles que la gente asume a lo largo de su ciclo de
vida son elegidos y deseados por ellos mismos. Hay ventajas y desventajas en
los roles que alguien asume en su vida de adulto mayor. La mayor desventaja es
que la mayoría al momento de jubilarse por primera vez en su vida son libres de
escoger sus propios roles y actividades para una persona acostumbrada a
trabajar y tener un rol especifico en la sociedad por tantos años, le cuesta mucho
trabajo adaptarse a esta nueva opción de elegir sus actividades cotidianas. Si
bien hay roles irremplazable que el adulto mayor ha perdido, hay otros que este
asume propios a su edad. Sin embargo, estos son solo deseos y anhelos por
pensar que aún es útil para la sociedad. Es por esto que los abuelos hacen
trabajos comunitarios, empero, el sentimiento de inutilidad prevalece: la
sociedad continúa en su mayoría haciéndolos a un lado.

Existe una gran diferencia sobre como los ve la sociedad y como se ven ellos;
creen que son grandes desconocidos para el resto y que la imagen estereotipada
que tienen de ellos como colectivo social no les hace justicia. Mientras que la
sociedad los mira como personas que ya han cumplido su papel y no tienen una
razón específica para pertenecer allí, más que para ralentizar el crecimiento.

Los abuelos tienen la capacidad de continuar con una sus vidas y adaptarse
a los requerimientos que su cotidianidad del exige en el siglo xxi, y aunque son
conscientes de sus cambios físicos y mentales, aún tienen bastante que ofrecer.
A pesar de estas perspectivas de resiliencia características del abuelo, este se
sumerge ante el imaginario social que hace que todas estas capacidades sean
olvidadas, y con ellas su rol social.

EL ADULTO MAYOR Y SU MEDIO FAMILIAR

La vida de la mayor parte de las personas de edad avanzada se enriquece


por la presencia de las personas que comparten su día a día o la mayor parte de
sus momentos con ellos. La gran mayoría de las veces ese hueco lo ocupa la
familia, que es nuestra fuente primaria de apoyo emocional y juega un papel
fundamental, proporcionando sentimientos de arraigo, seguridad, capacidad,
autoestima, confianza y apoyo social.

El “sentirse necesario” es uno de los predictores de longevidad. Por ejemplo,


tareas como el cuidado de los nietos favorecen la vinculación familiar, ya que
este momento de nuestras vidas, asumiremos en muchos casos un nuevo rol de
abuelo, que nos otorgará una función social y una utilidad familiar nueva. Esto
será positivo siempre y cuando no perdamos bienestar por ello. Cualquier ayuda
que podamos brindar al resto de la familia debe estar dentro de nuestras
posibilidades, sin excedernos.

En la mayor parte de estudios realizados, las personas mayores que se


sienten necesitadas por los suyos suelen vivir más y con mayor calidad de vida.
Mantener nuestras relaciones familiares de manera satisfactoria es un objetivo
muy importante para obtener un envejecimiento activo y lleno de bienestar. Las
relaciones entre personas mayores y jóvenes contribuyen a que el
envejecimiento activo sea una realidad. Por intergeneracionalidad entendemos
las relaciones de cualquier tipo entre distintas generaciones que conviven en una
misma época. No se trata solamente de que estén juntas sino también de que se
relacionen entre sí y compartan tiempo y conocimiento. Estas relaciones entre
generaciones se basan en saber escuchar y transmitir, en ambas direcciones.

Envejecer supone un crecimiento en cultura y en valores humanos, en


sensibilidad y comprensión. Estas cualidades son las que debemos transmitir a
las nuevas generaciones, y a la vez, aprender de ellas todo aquello que no
estuvo a nuestro alcance en épocas anteriores.

Rol del abuelo en la familia:

El abuelo es, sin duda, una persona muy importante para toda la familia;
brinda un invaluable apoyo en el cuidado y la crianza de sus nietos. Sobre todo
en estos tiempos en que ambos padres trabajan; son los abuelos quienes
colaboran con sus hijos de forma significativa en la educación de sus nietos.

Además, cabe mencionar, que son las abuelas quienes principalmente


instruyen a sus hijas o nueras cuando se convierten en madres por primera vez,
enseñándoles y transmitiéndoles sus conocimientos respecto al cuidado de los
recién nacidos.
Cuando hablamos de un abuelo(a) es casi imposible evitar recordar esas
historias que nos narraban de niños(as), en las que nos decían cómo eran
nuestros padres de pequeños, nos contaban anécdotas familiares, cuentos
fantásticos, etcétera. Por lo que se puede decir, otro de los roles que representan
los abuelos es el de los grandes historiadores familiares, encargados de trasmitir
las costumbres, las tradiciones y los valores que pasan de generación en
generación, lo cual contribuye, de algún modo, a reafirmar el sentido de
identidad y pertenencia de los nietos .

Por otra parte, si los abuelos son capaces de tomar una postura que equilibre
a las dos partes, pueden ser una fuente de solución de problemas muy
conveniente para todos. Por un lado, el papel de los abuelos en la familia en
conflicto puede ser el de facilitadores de la comunicación, pero no solo eso,
también pueden aportar calma y perspectiva al problema. Además de poder
ofrecer distintas alternativas de solución y asegurarse de que tanto padres como
hijos ponen en marcha efectivamente el acuerdo al que finalmente lleguen. De
alguna manera pueden actuar como garantía de este tipo de pactos.

Relaciones interpersonales con el adulto mayor:

 Soltería en el adulto mayor:


Antiguamente a una persona soltera se le consideraba como un estadio de la
juventud previo al matrimonio. Una pequeña cantidad de personas permanecían
solteras durante su juventud y vida adulta, al elegir no casarse. La soltería se
está convirtiendo en un estado en que el individuo puede entrar y salir muchas
veces durante la vida adulta sin darle explicaciones a nadie y a ninguna persona,
pero también hay situaciones desagradables como de vivir solo sin nadie que se
preocupe por ti, quizá si tus hermanos pero no es igual formar tu misma una
familia que acoplarte a otra.

Hoy en día las personas quieren casarse a más tardía edad o simplemente no
casarse, ya no se ve inadecuado o raro el ser soltera, a comparación de antes
que a las solteras se les veía mal como que no cumplían su función como mujer,
al casarse y atender a su familia.
 Matrimonio:
El matrimonio de mayores no tiene los antecedentes de convivencia de
decenas de años que generó no solo amor sino un máximo entendimiento y
mutua dependencia. Deben, los mayores que desean contraer matrimonio,
meditarlo mucho y estar preparados para máxima tolerancia entre ellos, pero
también predispuestos para el cambio porque son dos personas con carácter
formado, idiosincrasia formada que es muy difícil o imposible de cambiar, solo
compatibilizar y aceptar diferencias.

A todo esto hay que agregar y tener muy presente las diferencias de salud que
ambos puedan padecer y los familiares directos (hijos) que puedan integrar el
hogar. Superado lo anterior, algo bastante difícil, faltas la armonía matrimonial.
Personas mayores, casi siempre con experiencias de matrimonio anteriores,
responsables de sus actos habrán considerado todo lo anterior. Aquí sí es muy
importante el periodo de "novios" que debe ser más de inteligencia que de pasión
amorosa. Todos los detalles deben ser tenidos en cuenta. La gama de detalles es
infinita.

Falta considerar el propio matrimonio, su futuro; tiene por lógica una


posibilidad de vida corta. Los días para este matrimonio cuentan cómo semanas
o meses de esposos jóvenes. No deben perder días en enojos, distanciamiento,
etc., etc. Cuando no viajes no en pareja. Deben vivir paradójicamente cada día
de su matrimonio en plenitud afectiva en la medida de sus posibilidades físicas y
económicas.

Dos personas mayores que han resuelto, superando todos los


inconvenientes, que son muchos, casarse es porque quieren compartir los
peores años de salud juntos: porque están en los años de ancianidad o próximo
a ello y como es lógico los problemas de la vejez siempre tienden a agravarse.
No tiene otro fin este matrimonio así formado, que el vivir juntos, sin
posibilidades de hijos, frente a los peores años y con posibilidad de importantes
problemas familiares de ambos esposos. Esto demuestra que el ser humano
busca el máximo refugio y lo encuentra en el matrimonio. Este panorama debe
ser entendido, reflexionado y asumido por los futuros esposos.
Es por lógica, un matrimonio distinto al de esposos jóvenes que es activo,
batallador, con muchos deseos sexuales, sin hijos, y casi siempre de buena
salud, este matrimonio de mayores es casi siempre tranquilo (depende la edad)
todo resuelto y solo busca la paz a lograr entre los dos. Se necesitan muchas
condiciones personales para el éxito y sobre todo saber deponer ambos esposos
muchas actitudes personales en bien del nuevo matrimonio y más aún, olvidar
virtudes de los matrimonios anteriores, si las hubo. Las comparaciones siempre
son motivo de discusiones. Un buen matrimonio de adultos: integrado, feliz sin
segundas intenciones ni intereses mezquinos es un ejemplo para que los
jóvenes sientan la fuerza del amor conyugal.

 Matrimonio con hijos:


Es un papel muy importante, sobre todo en el ámbito de las relaciones socio
afectivas ya que es la más idónea para proporcionar sentimientos de arraigo y
seguridad, ofrecer sentimientos de capacidad, utilidad, autoestima, confianza y
apoyo social.

La vida de la mayoría de los individuos de edad avanzada se enriquece por


la presencia de personas que cuidan de ellos y a quienes éstos sienten cercanos.
La familia es todavía la fuente primaria de apoyo emocional, y en la edad
avanzada tiene sus propias características especiales. Ante todo es probable
que sea multigeneracional. La mayoría de las familias de las personas de edad
avanzada incluyen por lo menos tres generaciones; muchas alcanzan cuatro o
cinco. La presencia de tantas personas es enriquecedora. La larga experiencia
de afrontar tensiones puede dar confianza a estas personas en el manejo de
cualquier situación que la vida ponga en su camino, y hacen que se conviertan
en referentes y brindadores de experiencias. Los abuelos cumplen una función
de continuidad y transmisión de tradiciones familiares, culturales y sociales.

 Matrimonio sin hijos:


Una consecuencia importante de envejecer sin haber tenido hijos es que
esos mayores no tendrán nietos, no serán abuelos. Incluso algunos mayores
que han tenido hijos no serán abuelos, porque sus hijos no han sido padres. En
españa, un 19,3% de las personas de 65 y más años no son abuelos (cis, estudio
3207, 2018); es posible que unos pocos de los más jóvenes entre los mayores
acaben siendo abuelos (debido a un retraso notorio en el calendario de
fecundidad de sus hijos) y se modifique ligeramente a la baja esa cifra.

En una sociedad en la que el modelo familia del cuidado ha sido y es


preponderante, el no tener hijos se convierte en un desafío real que debería
alertar a los responsables políticos para preparar respuestas y diseñar diferentes
estrategias de cuidados ante situaciones de discapacidad y dependencia. Si no
se instrumentan medidas, eso significaría que los gobiernos dejan el futuro en
manos de los propios individuos, y no todos están preparados para afrontar
situaciones de dependencia, ni por conocimiento para manejarlas, ni por
recursos económicos, ni por otras circunstancias personales.

El adulto mayor y la jubilación

La jubilación actúa como barrera demarcatoria, dejando afuera de este


círculo a todos aquellos que, cumpliendo 60 o 65 años engrosan las filas de los
llamados "pasivos", obligándolos a replegarse sobre si mismos a un reposo
forzoso .muchas veces la jubilación es pensada como un vacío, como un
mazazo para el cual la persona no se encuentra preparada, dejando al sujeto sin
nada que hacer. Si bien para muchos la jubilación es el momento de disfrutar del
tiempo libre, para otros es un momento de estrés, ya que el retiro les supone una
pérdida del poder adquisitivo y por ende en la autoestima.

Es por ello que con la jubilación se produce un agujero que no puede


llenarse. Es necesario que a lo largo de la vida las personas, según sus
tendencias e intereses, amplíen de círculo de actividades, de manera tal que al
llegar a la vejez, puedan ocupar el tiempo que tienen a su disposición. La tercera
edad es en realidad un momento propicio para dedicarse a actividades que, por
falta de tiempo no pudieron realizarse antes.

La mayor parte de los ancianos, salvo impedimentos físicos graves, se


encuentran en disponibilidad de fortalecer y desarrollar actividades que les
despiertan placer. El despliegue de dichas actividades, ya sean intelectuales,
culturales o físicas, retrasan el deterioro mental y anímico que ocurre en el
proceso fisiológico del envejecimiento. Esta es una etapa en la se adquiere un
nuevo rol: el de ser abuelos, rol que conlleva la idea de perpetuidad. Los abuelos
cumplen una función de continuidad y transmisión de tradiciones familiares,
culturales y sociales.

Por ello jubilarse y envejecer no justifica que nos retiremos de la vida social
sino que por el contrario, implica una forma diferente de participación,
indispensable para nuestro propio crecimiento y el de nuestros hijos. El miedo a
la vejez tiene que ver con la idea instalada en el imaginario social: declinación de
todas las funciones, deterioro físico y psíquico, y la temible falta de autonomía
que lleva implícita la dependencia. Los fantasmas del envejecer están
relacionados con los prejuicios de nuestra sociedad, que se ciernen sobre ellos
signándoles a tener conductas acordes a lo determinado por dicho imaginario.

Sexualidad en el anciano

La sexualidad, se manifiesta a través del afecto, necesidad de intimidad,


vinculación, autoerotismo, autoimagen y el contexto del individuo en relación al
género, contexto sociocultural y etnicidad. Siendo también muy importantes, las
características físicas, psicológicas y biográficas del sujeto y la existencia de una
pareja sana. La combinación de la capacidad para disfrutar una relación sexual
satisfactoria y la capacidad de expresar los deseos sexuales propios, no
disminuyen con la edad.

La valoración de la sexualidad en el anciano de ambos sexos, incluye un


enfoque múltiple pues más que una afectación intrínseca, lo que existe es una
acumulación de factores que influyen de forma negativa sobre la actividad sexual
(cambios fisiológicos asociados a la vejez y estado de salud) y no exactamente la
edad.
CONCLUSIÓN

Nuestra colaboración como cuidadores será tanto más efectiva cuanto más
recordemos algo que a todos nos afecta: a ninguno nos gusta ser dependiente.
Esto es así de claro cuando la dependencia es fortuita, así que imaginemos si se
convierte en habitual. Una persona mayor que tiene problemas para caminar, ver,
escuchar, comer, asearse o cualquiera otra función vital y cotidiana, puede tener
la sensación de que 'da la lata'. Y esto no le viene bien a ella, pero tampoco a
quien la cuida. La ración extra de mimos, nuevamente, es un buen remedio
contra sensaciones extremas.

La teoría de la continuidad postula que los cambios que operan en las


personas durante la vejez se producen en función de la capacidad de adaptación
que cada persona tiene en ese periodo. Las variables que influyen en la
satisfacción vital de los mayores provienen de la influencia genética, del estado
de salud subjetivo, del estilo de vida y de la educación recibida.

Existen estudios que diferencian el aislamiento social de los sentimientos de


soledad. Algunos factores de riesgo, como la enfermedad, el vivir solo, carecer
de familia y el estilo cognitivo (pensamientos y percepciones sobre s situación de
soledad), inciden en la aparición de este sentimiento. Existen opciones que nos
oferta la red social de nuestras comunidades que pueden incidir en que la
persona no se sienta sola: grupos terapéuticos con personas viudas,
participación en programas promovidos por los servicios sociales y
organizaciones de voluntarios: visitas domiciliarias, contactos telefónicos, entre
otros.

La figura tradicional de la persona mayor como transmisor de conocimientos


y valores es indiscutible y su aportación en el cuidado y educación de los nietos y
la atención a enfermos es un hecho. Además, existe una proporción igualmente
importante de aquellos que consideran que pueden transmitir sus conocimientos
profesionales a trabajadores noveles.

Hoy en día el término jubilación se ha convertido en sinónimo de vejez y,


además, con una alta connotación negativa, ya que significa que la persona pasa
a ser improductiva, innecesaria e inútil. Desde este punto de vista, esta situación
puede causar diversas dificultades (económicas, sociales, físicas, psicológicas)
e incluso, generar problemas de soledad y tedio.

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