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Curan”)
Véase el gráfico de quelación en la figura 22-3. Las figuras siguientes de este capítulo
demostrarán cómo se carga el aura de una persona hasta su curación total. Cuando Mary
acudió a mi consulta por primera vez, su campo aural aparecía atascado, desvaído y
desequilibrado (figura 22-4). Tenía bloques de colores rojo oscuro y pardusco en las
rodillas, el área pélvica, el plexo solar y los hombros. El chakra del plexo solar estaba
desfigurado y parecía como si el pequeño torbellino de la parte superior izquierda
sobresaliera como un muelle estirado. Esta deformación se extendía atravesando la quinta
y séptima capas del campo, configuración típicamente relacionada con la hernia de hiato.
Mary se quejaba de dolor en esa parte de su cuerpo y, además, en su vida personal tenía
problemas para conectar profundamente con la gente. El proceso de curación, que se
prolongó unas pocas semanas, no sólo reequilibró, cargó y reestructuró su campo
energético, sino que, por añadidura, ayudó a Mary a aprender la manera de relacionarse
mejor con los demás. Esto se logró canalizando la información sobre sus experiencias
infantiles en las que aprendió a bloquear de forma habitual su campo energético, lo que,
en su momento, condujo a la aparición de problemas psicológicos y físicos. Examinemos a
continuación cada paso de la curación como si el lector fuera el sanador.
Siéntese y apoye las manos en los pies del paciente (Mary) hasta que se despeje y
equilibre su campo general (figura 22-5), que será activado en su totalidad por la energía
que fluye desde esta posición. No intente controlar el color que está canalizando; deje que
fluya de forma automática. Si se centra en un color, probablemente interferirá en vez de
ayudar, ya que los campos disponen de mayores opciones que su mente lineal. Siempre
que despeje su campo de manera que sus chakras también queden despejados y, por
tanto, se sitúen en condiciones de metabolizar todos los colores del campo energético
universal, el campo del paciente absorberá lo que necesite. Si uno de sus chakras queda
bloqueado, tendrá dificultades para canalizar a través del mismo el color o la frecuencia
de la luz transmitida.
En tal caso, repita el ejercicio de apertura de los chakras hasta que todos los suyos estén
abiertos. La figura 22-6 muestra el flujo de energía que penetra en los chakras del sanador
a través de su corriente de fuerza vertical para penetrar en el chakra cardiaco y salir
después por sus brazos y manos, introduciéndose a continuación en el campo aural del
paciente. Conforme la energía fluye, despeja, carga y, en general, reequilibra el campo
energético del paciente, probablemente la sentirá usted discurrir por sus manos. Es como
si manaran chorros desde ellas. Es posible que note una sensación de calor u hormigueo.
Su pulso se hará quizá lento y rítmico. Si es usted sensible en este aspecto, detectará los
cambios que se producen en el flujo. A veces fluirá más energía por un lado del cuerpo;
entonces cambiará la frecuencia de las pulsaciones, corno lo harán la dirección del flujo o
bien el emplazamiento general de la energía que llena el campo energético del paciente.
En este punto, el flujo penetra en las áreas generales del cuerpo aural. Después de unos
minutos de trabajo, la intensidad del flujo remitirá y se producirá un flujo igual de energía
ascendente por ambos costados del cuerpo. Ello quiere decir que el campo está
equilibrado en conjunto y que usted está listo para pasar a la siguiente posición.
Observe que el aura de Mary, como se ve en la figura 22-5, está ahora muchísimo más
despejada que cuando acudió a la consulta, como se muestra en la figura 22-4. Pase a
continuación al costado derecho del paciente. Apoyando en todo momento una mano en
el cuerpo de éste para mantener la conexión, toque con la derecha la planta del pie
izquierdo del paciente y con la izquierda su tobillo izquierdo. Para ello tendrá que
inclinarse sobre el cuerpo del paciente (figura 22- 7). Deje fluir la energía desde su mano
izquierda a la derecha atravesando el pie del paciente.
Puede que, al principio, la energía sea débil; luego, a medida que los ríos de energía se
vayan llenando, el flujo se hará más fuerte. Cuando el pie se llene de energía, el flujo entre
sus manos descenderá. Cambie ahora las manos al pie y al tobillo derecho y repita la
operación. Llénelo de energía, como hizo con el pie izquierdo. Pase ahora la mano derecha
al tobillo izquierdo del paciente y la izquierda a la ro dilla izquierda. Haga que la energía de
su mano derecha pase por la parte inferior de la pierna izquierda del paciente para llegar a
la mano izquierda de usted. Es posible que, al principio, el flujo sea débil y quizá más
fuerte en un lado de la pierna que en otro. Cuando haya acabado de llenar, cambie a la
posición tobillo/rodilla derechos (figura 22-8).
Al proceder a la quelación entre el tobillo y la rodilla, las nubes oscuras del muslo y la
cadera derechos se aclararán y se abrillantará su campo. Entonces empieza a despejarse
también parte de la oscuridad del lado izquierdo del plexo solar. Siga trabajando por las
piernas, subiendo de articulación en articulación, desde la rodilla a la cadera y desde el
lado, izquierdo al derecho (figura 22-9). A medida que progrese su trabajo con el cuerpo
se seguirá despejando el aura del paciente y éste entrará en un estado alterado de
conciencia. Pase de la cadera al segundo chakra (fi- gura 22-10). A continuación se despeja
el campo del área pélvica del paciente, especialmente en la zona que se encuentra entre
las manos de usted. En esta posición su mano derecha se apoya en la cadera del paciente,
y la izquierda, en el centro del segundo chakra por encima del hueso púbico. Repita la
operación en cada cos tado. Tendrá conciencia de los cambios que van despejando el aura
como consecuencia de la elevación y el descenso del flujo energético mientras pasa de un
lugar al siguiente.
Si tiene usted dificultades para soportar los sentimientos de ella, cambie su ritmo de
respiración para hacerlo más lento y eleve su propia conciencia a un nivel superior. Siga
enviando energía. A medida que se despejen los chakras de Mary, ella se irá calmando. La
figura 22-12 muestra que la quelación ha despejado los cuatro niveles inferiores del
campo de Mary, pero no ha reparado el desgarro. El tercer chakra requerirá atención
especial en las capas quinta y séptima, donde se encuentra la rotura. Para quelar los
chakras cuatro, cinco y seis limítese a ascender por el cuerpo, poniendo la mano izquierda
en el chakra superior y la derecha en el inferior. Al llegar al quinto chakra, la mayoría de
los pacientes se sentirán más cómodos si les coloca la mano izquierda debajo del cuello en
lugar de encima.
Cuando haya concluido esta operación, lleve cada mano a un hombro mientras se desliza
para quedar sentado por encima de la cabeza de su paciente. Equilibre los lados derecho e
izquierdo del campo energético de Mary. Luego vaya avanzando las manos lentamente
por los lados del cuello hasta las sienes, haciendo circular la energía mientras realiza el
movimiento. En este punto el aprendiz pasará al sexto nivel de curación, tal como se ha
descrito en el apartado seis. Realice la curación del sexto nivel y el cierre del séptimo,
como se describe en el apartado que se titula «Sellado en el nivel del patrón cetérico».
Al principio no espere avanzar más, mientras no adquiera experiencia suficiente en la
curación. Probablemente le llevará una hora completa hacerlo. Cuando haya practicado
varias horas empezará a percibir las capas superiores del campo aura] e iniciará el trabajo
en ellas como se ha descrito en los puntos cuatro y cinco. Más tarde podrá percibir por
encima de la séptima capa y empezará a trabajar en los niveles octavo y noveno, como se
describe en el apartado siete de este capítulo. A mis nuevos alumnos les suelo pedir que
hagan una quelación completa para asegurarme de que no pasarán por alto nada que sea
necesario despejar de este modo. Más adelante, cuando tengan más práctica tanto en
hacer pasar la energía como en percibir el campo, ya no necesitarán realizar la quelación
de todos los chakras. Sabrán hasta dónde es necesario quelar. Para los enfermos cardiacos
es importante invertir la quelación, es decir, extraer la energía del chakra del corazón, ya
que, por lo general, se muestra obturado por energía oscura.
Llegados a este punto, conviene aportar algunas ins trucciones adicionales sobre la
quelación. Recuerde que está canalizando, no irradiando. Así pues, usted eleva sus
vibraciones hasta el nivel de energía necesario y, a renglón seguido, se limita a entrar en
contacto con el campo energético universal y dejarlo fluir (algo así como introducir un
enchufe en la toma de corriente de la pared). Si no cura de esta manera, se cansará con
mucha rapidez. No puede irradiar o dirigir energía suficiente para curar desde el interior
de su propio campo; tiene que canalizarla (su misión al canalizar es únicamente elevar el
nivel de las vibraciones de manera que pueda completar el circuito con el CEU). Los
ejercicios de apertura de los chakras que ha realizado resultan muy útiles para elevar sus
vibraciones a un nivel de energía más elevado.
Al preparar con anticipación una sesión de curación, empezará a operar a un nivel elevado
de energía y frecuencia. A lo largo del proceso ascenderá lentamente hacia niveles cada
vez más altos, simplemente porque se encuentra usted en un estado de conciencia
elevada. Es probable que cuanto más tiempo permanezca en él, más alto pueda llegar,
especialmente si se mantiene centrado y enfocado y su respiración es adecuada. La mejor
forma de respirar que yo uso es inspirando y espirando larga y continuadamente, con muy
poca pausa intermedia. La respiración debe realizarse por la nariz, frotando el aire contra
el paladar blando, como en los ejercicios expuestos en el capítulo 18. También puede
concentrarse en ampliar su campo aural. Lo más importante es mantenerse en un flujo
sincronizado sensible con los campos energéticos que le rodean. Una pausa en el flujo
energético puede ser indicio de que está a punto de pasar a una frecuencia más alta.
Espere un poco. Si no llega, siga avanzando como se ha dicho antes. Conforme se vaya
sintonizando mejor, empezará a notar cambios de frecuencia en la energía que fluye a
través de usted.
Llegado el momento podrá mantener determinados niveles de frecuencia ajustando su
respiración y su enfoque. Mantenga con firmeza las manos, ligeramente tensadas, sobre
el cuerpo del paciente y dirija a éste, a través de ellas, toda la energía que está recibiendo
con todos sus chakras. Es posible que desee hacer vibrar su cuerpo para que sus chakras
bombeen más energía; recurra para ello al ejercicio 25 descrito en el capítulo 21. En esta
parte de la curación es probable que utilice más energía a través de los chakras inferiores
que por los superiores. Una gran cantidad de energía asciende también desde la Tierra a
través de las plantas de los pies. Asegúrese de que los tiene bien afirmados sobre el suelo.
Visualice las raíces que crecen hacia el centro de la Tierra y la energía que se extrae a
través de ellas. Este proceso nutre y carga los cuerpos energéticos inferiores. Asegúrese
de que su cuerpo se encuentra en una postura cómoda para garantizar el libre flujo de la
energía.