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Robert Hooke

Robert Hooke 14 de marzo de 1703 fue un científico inglés considerado uno de los
científicos experimentales más importantes de la historia de la ciencia, polemista incansable
con un genio creativo de primer orden. Sus intereses abarcaron campos tan dispares como
la biología, la medicina, la horología (cronometría), la física planetaria, la mecánica de
sólidos deformables, la microscopía, la náutica y la arquitectura.

Participó en la creación de la primera sociedad científica de la historia. Sus polémicas con


Newton acerca de la paternidad de la ley de la gravitación universal han pasado a formar
parte de la historia de la ciencia parece ser que Hooke era muy prolífico en ideas originales
que luego rara vez desarrollaba.

Asumió en 1662 el cargo de director de experimentación de la cual llegó a ser también


secretario en 1677. Pese al prestigio que alcanzó en el ámbito de la ciencia, sus restos yacen
en la iglesia de St. Helen (Bishopsgate), en la City de Londres, pero se desconoce la
ubicación exac ta de su tumba.

La mayoría de lo que se conoce de la vida temprana de Hooke proviene de su


autobiografía que comenzó en 1696, pero que nunca terminó.

Primeros años de vida


Robert Hooke nació en 1635 en Freshwater en la Isla de Wight, hijo de John Hooke y de
Cecily Gyles. Robert fue el menor de cuatro hijos, dos chicos y dos chicas, y había una
diferencia de siete años entre él y su otro hermano más joven. Su padre era clérigo de la
iglesia de Inglaterra, párroco de la Iglesia de Todos los Santos de Freshwater, y sus dos
hermanos (tíos de Robert) también fueron ministros. John Hooke también estuvo a cargo de
una escuela local y así fue capaz de enseñar a Robert, al menos en parte en su casa (tal vez
debido a la salud frágil del niño). Era partidario de la monarquía, y casi con seguridad un
miembro de un grupo que fue a presentar sus respetos a Carlos I de Inglaterra cuando se
escapó a la isla de Wight. Robert, que en principio se educó con la expectativa de
convertirse en clérigo como su padre, también creció para ser un acérrimo monárquico.

En su juventud, Robert Hooke estuvo fascinado por la observación, las obras mecánicas y
el dibujo, intereses que mantendría de diversas maneras a lo largo de su vida. Desmontó un
reloj de latón y construyó una réplica de madera que, según se cuenta, funcionaba "bien".
Aprendió a dibujar, utilizando carboncillos, tizas y pasta de óxido de hierro preparados por
él mismo.

Cuando murió su padre en 1648, Robert heredó una suma de cuarenta libras que le permitió
costearse su educación; con su mala salud crónica pero con una evidente facilidad para la
mecánica, su padre tenía en mente que podría convertirse en relojero o en ilustrador,
aunque también estuvo interesado en la pintura. Hooke era un estudiante muy apto, y
aunque viajó a Londres para ser aprendiz y estudió brevemente con Samuel Cowper y Peter
Lely, pronto pudo ingresar en la Westminster School en Londres, bajo la tutela de Richard
Busby. Hooke rápidamente dominó el latín y el griego, estudió el hebreo y conocía a fondo
los Elementos de Euclides, embarcándose en el estudio permanente de la mecánica.

Parece ser que Hooke formó parte de un grupo de estudiantes que Busby educó en paralelo
al curso principal de la escuela. Fuentes contemporáneas afirman que "se le veía poco" por
la escuela, y esto parece también ser cierto de los demás estudiantes en una posición
similar. Busby, un monárquico ferviente y abierto hizo que la escuela observase un día de
ayuno en el aniversario de la decapitación del rey.

OXFORD
Hooke caracteriza sus días en Oxford como la base de su pasión por la ciencia, y los amigos
que allí hizo fueron de primordial importancia para su carrera, particularmente Christopher
Wren. Wadham estaba entonces bajo la dirección de John Wilkins, que tuvo un profundo
impacto en Hooke y quienes lo rodeaban. Wilkins, al igual que Busby, también era un
monárquico convencido, agudamente consciente de la confusión y la incertidumbre de los
tiempos. Tenía un sentido de urgencia en la conservación de los trabajos científicos que
consideraba amenazados por el protectorado. Las "reuniones filosóficas" celebradas en el
estudio de Wilkins fueron científica e intelectualmente de importancia, aunque no han
sobrevivido registros de su contenido si se exceptúan los experimentos de Boyle realizados
en 1658 y publicado en 1660. Este grupo pasó a formar el núcleo de la Royal Society.
Hooke desarrolló una bomba de aire para los experimentos de Boyle basada en la bomba de
Ralph Greatorex, que era considerado, en palabras de Hooke, "Demasiado bruto para
realizar cualquier gran tarea."13

Se sabe que Hooke tenía una intuición especial y era un hábil matemático, virtudes no
aplicables a Boyle. Gunther sugiere que Hooke probablemente hizo las observaciones y
también pudo haber desarrollado las matemáticas de la Ley de Boyle-Mariotte. No
obstante, está claro que Hooke era un valioso asistente de Boyle y los dos se profesaban un
gran respeto mutuamente.

Una copia de la obra pionera de Willis titulada De anima brutorum, un regalo del autor, fue
elegido por Hooke de la biblioteca de Wilkins a su muerte como un recuerdo de John
Tillotson. Este libro está ahora en la Wellcome Library. El libro y su inscripción de la
mano de Hooke son un testamento que refleja la influencia duradera de Wilkins y su círculo
en el joven Hooke.

Ilustración incluida en The posthumous works of Robert Hooke... (Acta eruditorum, 1707)

El 20 de marzo de 1664, Hooke sucedió a Arthur Dacres como Profesor de Geometría


Gresham. Recibió el grado de "Doctor de física" en diciembre de 1691. .
Durante cuarenta años fue miembro, secretario y bibliotecario de la Royal Society de
Londres y tenía la obligación de presentar ante la sociedad un experimento semanal.

Además de las observaciones publicadas en Micrographía y de la formulación de la ley de


elasticidad, Hooke formuló la teoría del movimiento planetario como un problema de
mecánica, y mantuvo continuas disputas con su contemporáneo Isaac Newton respecto a la
teoría de la luz y la ley de la gravitación universal.

En 1674, Hooke publicó un tratado en el que afirmaba que el movimiento orbital de la Luna
era el resultado de combinar la tendencia de su movimiento a seguir en línea recta, con una
única fuerza atractiva ejercida por la Tierra. Escribió a Newton para pedirle su opinión
sobre estas ideas, refiriéndose también a la ley del cuadrado inverso (que Newton ya
conocía). Esta carta pudo ser el catalizador de algunos de los conceptos rigurosamente
definidos, cuya formulación se desencadenó a raíz de que Edmund Halley visitara a
Newton en agosto de 1684, y que se plasmaron en la redacción de los Principia. Cuando se
publicó el segundo volumen de los tres de los que constaría la obra, Hooke afirmó
públicamente que las cartas que había escrito en 1679 ya contenían las ideas posteriormente
desarrolladas por Newton, quien se indignó ante estas reivindicaciones, amenazando con no
publicar el tercer tomo. Finalmente, publicaría la obra completa, no sin antes eliminar
cualquier referencia a Hooke.

También mantuvo una durísima polémica con Newton, que duraría decenios, referida a la
teoría de la luz, que Hooke afirmaba haber descrito en su Micrographia

Gracias a sus observaciones realizadas con telescopios de su creación, Hooke descubrió la


primera estrella binaria (gamma Arietis), detectó el giro sobre sí mismo del planeta Júpiter
e hizo la primera descripción conocida del planeta Urano. Sus observaciones de cometas le
llevaron a formular sus ideas sobre la gravitación.

Hooke fue, sin duda, un erudito y un inventor, pues entre sus múltiples creaciones también
figuran el diafragma iris, que regula la apertura de las cámaras fotográficas, y el volante
con resorte espiral de los relojes. Además, formuló la ley de la elasticidad, o ley de Hooke,
ecuación con la que hasta nuestros días se calcula la elasticidad de los muelles, y que se
extiende al estudio de la elasticidad de los sólidos deformables.

Hooke como arquitecto

Durante su estancia en Londres, después del gran incendio que casi destruyó la ciudad en
1666, realizó la topografía de, aproximadamente, la mitad de las parcelas del concejo,
siendo designado inspector de construcciones de la ciudad. Trabajó en estrecha
colaboración con su amigo Christopher Wren, colega científico y primer arquitecto de la
corona, para reconstruir la capital.

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