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Kate Millet empieza haciendo una crítica a las investigaciones de Freud sobre el carácter femenino

ya que esté saca sus conclusiones a partir de las pocas mujeres que acudieron a psicoanálisis mismas
que fueron llamadas por él como mujeres inadaptadas, estas padecían dos males distintos: la
inhibición sexual y la inadaptación a las condiciones sociales implantadas. Freud plantea que la
inadaptación sexual se debe a la insatisfacción y falta de práctica sexual o y que la solución para esté
mal es la práctica sexual, al respecto Millet dice que Freud solo se enfoca en la falta de la práctica
sexual y que no hacer alusión al descontento sobre los límites estrictos impuestos por la sociedad
para la mujer.

Millet también critica la teoría de la psicología femenina basada en la “envidia del pene” misma que
según Freud se remonta a las primeras experiencias infantiles, en la cual la niña siente envidia del
hombre al no contar con un pene, mismo que le da poder al varón y al carecer de esté las niñas
están predispuestas a la pasividad, masoquismo, y al narcisismo, según Freud la envidia del pene
constituye la base de dos rasgos fundamentales del carácter femenino: la modestia (pudor) y la
propensión a sentir celos; y que la niña sustituye su deseo de tener un pene con la idea de poseer
un hijo varón, Millet indica que Freud al desarrollar esta teoría no fue más allá de los fenómenos
biológicos de las diferencias anatómicas; y que no reconoció que la mujer nace hembra en una
cultura orientada hacia lo masculino. Para Kate Millet le es curioso pensar que Freud creyese que
los temores de la mujer giren en torno a la castración y no en torno a la violación, ya que este factor
constituye una amenaza real y no imaginaria como la castración.

Según Kate Millet Freud confunde lo innato con lo adquirido y considera naturales los efectos
culturales del dominio ejercido por el varón. Para Millet la teoría de la envidia del pene ha ofuscado
la comprensión de la personalidad femenina, y debido a esto no se ha conseguido desenmarañar
los factores sociales implicados en ella; las mujeres no envidian el pene sino las ventajas sociales al
que éste tiene derecho. El psicoanálisis obliga a la mujer a adaptarse a la posición de sumisión, para
salvaguardar la seguridad de la sociedad y el poder del matrimonio tradicional.

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