Está en la página 1de 15

Georges Canguilhem

La decadencia de la idea de progreso

«Si existe algo más conmovedor que un cursos sobre la historia universal, preten-
cuerpo agonizante por falta de pan es un día reescribir el Discurso de Bossuet. «El
alma que muere por hambre de ilustración. género humano, considerado desde su ori-
En conjunto, el progreso se encamina hacia gen, aparece a los ojos del filósofo como un
su culminación. Cualquier día quedaremos todo inmenso que tiene él mismo, como
pasmados... Nos equivocaríamos si dudára- cada individuo, su infancia y sus progresos
mos de esa bendita solución... Nosotros, los [...]; la masa total del género humano [...]
que tenemos fe, ¿qué podemos temer? siempre avanza, aunque a pasos lentos,
Existen tantos reflujos de ideas como reflu- hacia la perfección más extraordinaria».
jos fluviales... ¡y uno puede esperar cual- Fundamentar el progreso en la perfectibili-
quier cosa de este misterioso poder del pro- dad indefinida del género humano, ¿no es
greso que, un buen día, hace confrontar también profetizar? Incluso Kant así lo
Oriente y Occidente en el fondo de un sar- admite. En la segunda sección del Conflicto
cófago y hace dialogar a los imanes con de las Facultades (1798), ante la cuestión
Bonaparte en el interior de la gran pirámi- «¿El género humano está en constante pro-
de!»1. Victor Hugo, en 1862, puso al servi- greso hacia lo mejor?», esboza en el párra-
cio de una idea laica un vocabulario reli- fo VII, una «Historia profética de la huma-
gioso. En lo que los filósofos del siglo nidad». Pero esta profecía se fortalece con
XVIII consideraban una ley de la historia una experiencia reciente de carácter colec-
de la humanidad, él leyó una profecía. tivo: el surgimiento del «interés universal»
¿Podemos decir que se trata de un cambio en los ideales progresivos de la Revolución
de sentido y de energía? De hecho, cuando Francesa. En esto se manifiesta (öffentlich
se le reconoce a Turgot la primacía de verrät) una disposición moral, causa per-
haber presentado, en 1750, en forma de manente de progreso, que ya no conocerá
Cuadro filosófico, los progresos del espíri- ninguna regresión total (nicht mehr gänz-
tu humano –ya célebres en Pascal, Bacon, lich rückgängig)2. Y si no se juzga la con-
Fontenelle–, se ignora o se olvida que
Turgot dio este Discurso en calidad de 2 En uno de sus cursos en 1983, Michel Foucault,
maestro elegido por la Sorbona y que con interpretando el texto de Kant, Was ist Aufklärung?, se
su proyecto, ofrecido en el Plan de dos dis- apoyó en este pasaje del Conflicto de las Facultades
para demostrar que Kant dio menos importancia a la
Revolución en sí misma que a la disposición moral
1 Les Miserables, 4 parte, libro 7, capítulo 4: las virtual revelada por el entusiasmo general por la Re-
dos obligaciones son: vigilar y esperar. Será menos volución. Este curso de Foucault fue publicado en el
extraño ver citado a Victor Hugo a propósito de una Magazine littéraire, n.º 207, mayo, 1984. Nietzsche,
cuestión filosófica si nos referimos a Charles por el contrario, vio en el mismo argumento de Kant
Renouvier, Victor Hugo el filósofo (1900) y Victor un cierto índice de su tontería: «Kant wurde Idiot!».
Hugo el poeta (1893), capítulo XIV. Las mismas cua- En un pasaje anterior, escribió que «el progreso no es
lidades han sido reconocidas recientemente a Hugo más que una idea moderna, es decir, una idea falsa»,
por Jean Maurel, Victor Hugo philosophe, París, El Anticristo 11 y 4; trad. Henri Albert, pp. 254-245,
P.U.F., 1985. del Crépuscule des Idoles, París, Mercure de France.

Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 1999, vol. XIX, n.º 72, pp. 669-683.
(106) 670 G. Canguilhem
SALUD MENTAL Y CULTURA

frontación Hugo-Kant como totalmente progresos efectivos4 y como anticipación


caprichosa, ¿por qué no prolongarla desta- prospectiva de todos los avances posibles.
cando que la irreversibilidad del progreso Ahora bien, entre los progresos posibles,
histórico está relacionada por Hugo con la Condorcet, en las últimas páginas de su
irreversibilidad del curso de un río al que Bosquejo de un cuadro histórico de los pro-
Kant había apelado en la segunda analogía gresos del espíritu humano, menciona uno
de la «Analítica trascendental», para dar a particularmente importante, por ser la con-
entender lo que denominaba la sucesión dición de posibilidad de perpetuación inde-
objetiva de los fenómenos, es decir, el finida del resto: es el incremento de la dura-
orden irreversible de la causalidad? ción media de la vida humana y, por lo
Sin embargo, para la definición del tanto, su desarrollo, asegurado por la heren-
transcurso y del sentido de la historia de los cia, por las capacidades físicas, intelectua-
hombres, no es correcto considerar el pro- les y morales. Debemos admitir que esta
greso como análogo a la idea de causalidad duración media de la vida podría acrecen-
en una ciencia de la naturaleza. El progre- tarse incesantemente, «si las revoluciones
so, según Kant, no ha sido destinado para físicas no se opusieran a ello». El Bosquejo
desempeñar la función de categoría. Es una de Condorcet fue publicado en el Año III
Idea apta para ordenar una diversidad (1795). Así pues, no es inverosímil que
empírica: su función es la de «hilo conduc- Kant hubiese podido conocerlo, antes de
tor» (Leitfaden). En la disertación Idea de escribir también él en 1798, en El conflicto
una historia universal desde el punto de de las Facultades, que la irreversibilidad
vista cosmopolita (1784), la idea es la de del progreso –basada en la memoria colec-
que existe un propósito de la naturaleza, tiva de acontecimientos reveladores para la
manifestado por la persistencia de un «ger- humanidad de su capacidad de progreso–,
men de luces» a lo largo de las turbulencias no está sometida más que a una condición
de la historia. Ese hilo conductor es un a restrictiva, a saber, que una revolución natu-
priori cuya independencia con respecto a ral no aniquile el género humano y no haga
los acontecimientos pasados y presentes «salir a escena a otras criaturas».
aparece mucho más marcado cuando, en un La paradoja, tanto en Kant como en
escrito del mismo año, Respuesta a la pre- Condorcet, está en que el avance indefinido
gunta: ¿Qué es la Ilustración?, llama razón de los progresos humanos esté subordinado
y libertad a los brotes ya desarrollados de la a una ley de constancia cosmológica.
naturaleza humana3. Condorcet es muy explícito. Al comienzo
¿Sería, pues, la falta de reflexión crítica del Bosquejo une los avances de la perfec-
la que se hubiera tomado como motor de la tibilidad con la duración del globo terrestre
historia cuando no es sino su hilo conduc- en el que la naturaleza ha situado a los
tor? Los filósofos franceses del siglo XVIII, hombres. El curso del progreso nunca será
fundadores de la teoría del progreso, lo han retrógrado «mientras la Tierra, al menos,
constituido como resultado de toda clase de
4 Progreso del saber (determinación de la forma
de la tierra), del artesanado (relojes, medidas de lon-
3 Es imposible no recordar aquí el bello artículo gitud), de la medicina y (inoculación preventiva de la
de Alexis Philonenko, «La idea de progreso de Kant» viruela), de la ciencia jurídica (Beccaria y la reforma
(Revue de métaphysique et de morale, oct.-dic. 1974). del derecho penal), etc.
La decadencia de la idea de progreso 671 (107)
SALUD MENTAL Y CULTURA

ocupe el mismo lugar en el sistema del uni- vescencia intelectual–, cuáles son los ele-
verso y mientras las leyes generales de este mentos y los argumentos de la perfectibi-
sistema no produzcan sobre este globo ni lidad indefinida del hombre, se percibe
un trastorno general ni otros cambios que bien su localización y su fecha. Bien se
ya no permitiesen a la especie humana con- trate de la formación de ideas y de reglas
servarse ni desplegar las mismas faculta- de la razón, bien del estado infantil de la
des...». Así pues, son los Principia de New- inteligencia y de la pedagogía, de la
ton los que, antes de la Exposition de estructura de las ciencias y de su historia,
Laplace, aparecen como garantía de la de la aplicación de las ciencias, de las
autenticidad del Bosquejo. Quizá no se matemáticas en particular, a la práctica de
haya subrayado suficientemente que la las artes incluyendo la medicina y la polí-
astronomía sirvió a la causa del progreso en tica, de la producción de bienes de consu-
el siglo XVIII, y menos por su historia que mo, de los derechos y libertades de los
por su contenido reciente. Puesto que la ciudadanos, se plantea una misma cues-
cosmología newtoniana le parecía definiti- tión. ¿No es una forma histórica de cultu-
va, Condorcet la confió la misión de garan- ra la que se ha reflejado, como en un espe-
tizar la perfectibilidad indefinida del hom- jo, con sus propias luces, donde se ha con-
bre. Y el día en que Augusto Comte, reco- templado ella misma, con su lugar y con
nociendo en Condorcet a su genial precur- su rango en los Cuadros históricos, y que
sor, demuestre que el progreso no es más ha creído descubrir en esa reproducción
que el desarrollo del orden, estará el deve- no una finalización sino una búsqueda
nir histórico a su vez subordinado a la esta- ordenada como los movimientos de los
bilidad cósmica5. astros? Si esto es así, la asimilación de la
Esta preocupación por mantener la con- idea de progreso al principio de conserva-
fianza en el progreso gracias a una certi- ción permitiría explicar la decadencia de
dumbre extraída de las leyes de la astrono- otra forma que por un retroceso imprevis-
mía, ¿no nos autoriza a asimilar la idea del to debido a la irracionalidad.
progreso en el siglo XVIII a un principio de Antes que el principio formulado por
conservación análogo a los que enunciaron Carnot-Clausius hubiese identificado el
los eruditos de los siglos XVII y XVIII, cambio en un sistema cerrado con una
principio de conservación de la natural per- degradación energética, antes que los filó-
fectibilidad del hombre? sofos y literatos hubiesen anexionado, con
De hecho, examinando únicamente en miras a un triste vaticinio, los conceptos
Condorcet –al término de un siglo de efer- fundamentales de la termodinámica a una
decepción escandalosa en el orden político
y social, las esperanzas generales reunidas
5 «[...] la concepción científica del desarrollo
social, considerado en conjunto por su duración, era de la creencia en el progreso, encontraron
esencialmente imposible mientras que la estabilidad sus causas y sus razones en una nueva con-
fundamental de nuestra constitución astronómica [...] figuración sociotécnica y cultural. La nove-
no fuese convenientemente demostrada tras la aplica- dad consistía en una invención de alcance
ción general de la ley de la gravedad, ya que la conti-
nuidad de esta evolución exige primeramente, con
irreductible a la de un mero desarrollo: la
algunos límites, una cierta estabilidad». Cours de phi- máquina de vapor de Watt, destronada a
losophie positive, lección 49. principios del siglo XIX por la máquina de
(108) 672 G. Canguilhem
SALUD MENTAL Y CULTURA

vapor de Woolf. Máquina inventada y este agotamiento ineluctable de un poder


mejorada en su rendimiento antes y sin la multiplicador de fuerzas productivas8. Sin
teoría que convierte su funcionamiento duda Friedrich Engels merece su celebri-
inteligible. Máquina que, aceptando y dad por haber escrito que, en su época, la
designando al maquinismo, iba a mostrar al historia de la humanidad se situaba entre
Progreso rostros de niños trabajando quin- dos descubrimientos: el fuego, transforma-
ce horas al día en las hilanderías o en las ción del movimiento mecánico en calor, y
minas6. la máquina de vapor, transformación del
No se pretende que Victor Hugo habría calor en movimiento mecánico. Pero, aun
basado su fe en la irreversibilidad del pro- seducido por una explicación racionalista
greso sobre la insensibilidad ante la escla- del progreso técnico, Engels no distingue
vitud económica. Pero aun siendo un con- entre la invención técnica que precede a un
temporáneo de la elaboración del materia- saber que desarrollará su eficacia compren-
lismo histórico, sigue tratando las cuestio- diéndola y la invención que procede de un
nes sociales como los filósofos del siglo saber de la que ella misma es su aplicación.
XVIII. El motor de la historia son las luces. Como si la máquina de vapor y ese nuevo
El progreso es la iluminación de las tinie- motor revolucionario que es la máquina de
blas. Ahora bien, en el siglo XIX, el fenó- Gramme (1869) no fuesen invenciones pre-
meno físico simbólico del progreso en la meditadas no teóricamente. Únicamente el
historia no es ya la luz sino el calor. Pero, a siguiente motor revolucionario, el Diesel,
diferencia de la luz cuya emisión continua existe en potencia desde 1878, en las inves-
se tomó como garantía para la estabilidad tigaciones seguidas en la Universidad de
del sistema solar, el calor, producido como Munich sobre la mejora del rendimiento de
instrumento industrial, depende de los las máquinas térmicas.
yacimientos no renovables de ciertos com- Por lo tanto conviene volver a investigar
bustibles terrestres. Simultáneamente, qué desmentidos ha podido hacer la histo-
Renan y Cournot7 fueron escrupulosos con ria a la afirmación optimista de la raciona-
lidad progresiva de su curso, es decir, pro-
6 K. Marx, Le capital, trad. Molitor, París, Costes, cede volver a examinar si los argumentos
1928, t. III, pp. 182-183, t. IV, p. 267. avanzados en las ideologías de los siglos
7 a) E. Renan, Dialogues philosophiques: 2.º
XVIII y XIX, como pruebas para el pasado
Diálogo, «Probabilidades», p. 67: «Las fuerzas de la
tierra son finitas. Está claro que si la teoría mecánica
del calor no ha llegado antes de quinientos o seiscien-
tos años para encontrar algunas maneras de suplir al hombre sobre la tierra y que su actividad industriosa
carbón de la tierra, la humanidad entrará en una espe- devora tan rápidamente hoy, ha podido a la vez retro-
cie de mediocridad de la que no tendrá el medio de ceder en un pasado indefinido los primeros indicios de
salir». (Escrito en 1871). sus destinatarios providenciales, y por otro lado sentir
b) A. Cournot, Considerations sur les ideés et les que el futuro se ha medido no sólo con los individuos
événements dans les Temps modernes, 1872. «De rey sino con las naciones en un sentido que nadie creía
de la Creación que era o que creía ser, el hombre ha antaño. Tenía que hacer valer un dominio, tenía que
subido o descendido (como guste entenderlo) al papel explotar una mina». París, Boivin, 1934, t. II, pp. 203-
de concesionario de un planeta. Sondeando la exten- 204.
sión y el espesor de esas capas fósiles cuya acumula- 8 M. E. Dühring bouleverse la science, 1878, trad.
ción ha exigido tantos millones de siglos, que tantas Bracke-Besrousseaux, París, Costes, 1931, pp. 171-
revoluciones han trastornado antes de la aparición del 172.
La decadencia de la idea de progreso 673 (109)
SALUD MENTAL Y CULTURA

y como esperanzas para el futuro, han sido vida de un animal»11. Por el contrario, en la
o no ratificados tras el avance en el tiempo, Enciclopedia el niño tiene el poder de
a partir del momento de su formulación. alcanzar hacia los ocho años la edad de la
En lo que atañe a un cambio cualitativo razón. Según ese modelo, el progreso es el
de la condición humana, a la vez en el espa- rechazo de las travesuras de la especie, de
cio de subsistencia de los grupos sociales y los prejuicios, del reconocimiento de los
en el tiempo de la creación de sus regíme- errores. Contra la voluntad de Rousseau y
nes, el examen debe concernir al origen, a su Emilio, el niño no se remite al adulto
la ley de sucesión de estados, a los instru- sino para ser elevado por la educación de
mentos y procedimientos de difusión, a la su estado inicial de incorrección. Inco-
trayectoria y la dirección del movimiento, a rrecto no significa incorregible. Puede ser
los obstáculos y los riesgos. encauzado por sus contactos con las cosas
y con los adultos, y por lo tanto ser capaz,
bajo los efectos acumulados de sus relacio-
1. El origen nes, de un perfeccionamiento indefinido.
Esta imagen del progreso de la especie
En la teoría del progreso según Turgot y humana, extraída de teorías seculares sobre
Condorcet, y tal como August Comte la sis- el acceso del niño a la responsabilidad
tematizó formulando las tres leyes de los razonada, se fortaleció en el siglo XIX
tres estadios9, los términos de progreso, de dado el interés concedido a cuestiones de la
perfeccionamiento, de desarrollo son inter- evolución biológica. Se ha podido conce-
cambiables. Pero es el término desarrollo bir, y Haeckel, entre otros, no se ha privado
el que impone su significación fundamen- de ello, que el desarrollo psíquico del niño
tal: manifestación sucesiva de potencialida- era la recapitulación de la evolución filoge-
des contenidas en el germen de un organis- nética anterior y en consecuencia la repro-
mo. Por este hecho, el origen no es, no ducción de un progreso. Pero inversamente
puede ser, objeto de experiencia. Pero sí se ha podido mantener, en la misma época,
puede ser, y es, concebido sobre un mode- que la prolongación del estado biológico de
lo infantil. El progreso es el paso de la la infancia, característico de la especie
infancia a la edad adulta, de la debilidad y humana, desempeñaba un papel positivo en
de la ignorancia a la madurez y al saber. su evolución. «Es la infancia la que hace
Pascal decía de los niños que su crecimien- del hombre lo que es» dijo John Fiske12. El
to en edad no abolía su debilidad inicial10. psicoanálisis ha aportado un refuerzo ines-
Bossuet, desde la cima de su serenidad perado a esta proposición. La figura del
dogmática, escribió que «la infancia es la adulto ya no es considerada como la ima-
gen impulsora del desarrollo infantil. Todo
9 Système de politique positive, París, Crès, t. III, lo contrario, es para el niño, en situación de
p. 63-73. La sucesión de los tres estados: teológico,
metafísico, positivo, se descompone en tres leyes de 11 Citado por D. Teysseire, Pédiatrie des
sucesión: para la inteligencia, ficción, abstracción, Lumières, París, Vrin, 1982, pp. 25 y 28.
demostración; para la acción, conquista (militar), 12 The meaning of infancy, 1871. Cf. Canguilhem,
defensa (feudal), trabajo (industrial); para el senti- Lapassade, Piquemal, Ulmann, Du développement à
miento, cívico, colectivo, universal. l’evolution au XIX siècle, en Thalès, 1962, París, reed.
10 Pensées, ed. L. Brunschvicg, sección II, n.º 88. P.U.F., 1985, pp. 44-51.
(110) 674 G. Canguilhem
SALUD MENTAL Y CULTURA

dependencia inicial, la causa de los conflic- los avances de las ciencias matemáticas y
tos interiorizados en complejos que persis- astronómicas; Montucla, Bailly, Bossut,
ten en el inconsciente. El adulto ha apren- Saverien, tienen en común su certidumbre
dido que su infancia no puede ser definiti- en la continuidad rectilínea de las adquisi-
vamente abolida, y el acopio de teorías ciones del saber. Incluso la constatación de
pedagógicas no normativas, no represivas, dos tipos de lo que hoy llamamos normali-
a menudo lo han hecho receptivos a la idea dad científica o paradigma, en matemáticas
de que el polimorfismo de las posibilidades (Descartes-Newton, Leibniz), en mecánica
del niño son una reserva de valores. El sen- (Descartes-Leibniz), en cosmología (Des-
tido del progreso se ha invertido. En el ori- cartes-Newton), no consigue debilitar la
gen, en la aurora se encuentra si no la per- confianza en la identidad de la razón consi-
fección, al menos la riqueza. go misma.
Así pues es normal que una nueva repre- En la Alemania de la misma época se
sentación de la infancia suscite un nuevo escribe la historia de la filosofía como una
modelo del origen. Incluso si no la ha ins- historia del progreso. Lucien Braun, en su
pirado directamente, permite comprender importante estudio de este período15, ha
que Vladimir Jankélévitch haya podido asi- insistido en la importancia que los autores
milar progreso a decadencia. Devuelto a su alemanes han atribuido a descomponer el
estado originario, la separación progresiva concepto de progreso en los de objetivo,
resulta ser decadencia y la prueba de ello es lugar, sujeto. La ironía de esta historia está
que engendra, a la larga, nostalgia por el en lo que Kant ha confirmado con respecto
origen perdido y deseo de regeneración por a la ciencia, como se aprecia en el prefacio
medio de la ingenuidad. «La degeneración de la segunda edición de la Crítica de la
es una enfermedad del progreso»13. razón pura, la concepción del progreso
lineal acumulativo elaborado por la
Aufklärung europea, mientras que su revo-
2. La ley de sucesión de estados lución llamada copernicana en filosofía, su
filosofía crítica, iba a provocar una crisis en
En general se admite que cierta concep- la problemática de la historia de la filoso-
ción de la historia de las ciencias en el siglo fía16. El progreso de la razón en la historia
XVIII sostiene la teoría del progreso, desde debía convertirse, en adelante y para siem-
Turgot hasta August Comte. Condorcet pre, en la razón transparente para ella
defiende la utilidad de la historia de las misma, idéntica a sí misma.
ciencias «ante todo en aras de que se Pero resulta todavía más irónico que la
conozca mejor la evolución del espíritu historia de la ciencia fuese a destruir la
humano»14. Según Condorcet, como según imagen lineal del progreso científico
Fontenelle, todos los demás progresos, téc- mediante el replanteamiento de esa propie-
nico, político, moral, están supeditados a dad postulada para la línea recta de no
admitir más que una paralela trazada por
13 L’austérité et la vie morale, París, Flammarion,
1956, p. 40. Cf. pp. 39-49.
14 Éloge des Académiciens de l’Académie Royale 15 Histoire de l’histoire de la philosophie, París,
des Sciences morts depuis 1666 jusqu’en 1699. París, Ophrys, 1973.
1773, p. 9. 16 Ibid., pp. 205-224.
La decadencia de la idea de progreso 675 (111)
SALUD MENTAL Y CULTURA

cualquier punto fuera de ella. Dado que las vida agrícola, y la invención de la escritura
simulaciones de revolución en geometría alfabética. Son dos condiciones del progre-
euclidiana, ensayadas por Saccheri y so acumulativo. Sin la primera, no existe
Lambert, han sido ignoradas por sus con- sociedad estabilizada y organizada; por lo
temporáneos matemáticos, los filósofos del tanto no tiene cabida la exigencia perma-
siglo XVIII desconocían la idea, hoy banal, nente de comunicación. Sin la segunda,
de la fecundidad teórica del No. Todavía carecería de medios. Sin comunicación no
más que la geometría no euclidiana, la habría capitalización alguna de la experien-
mecánica no newtoniana ha contribuido a cia ni enriquecimiento del saber.
introducir en la historia de las ciencias la Es en la séptima y en la octava épocas
idea de rectificación dialéctica. El progreso donde Condorcet sitúa dos progresos técni-
continuo es un concepto de epistemología cos de efectos inmediatamente políticos: la
conservadora. Quien anuncia el progreso artillería y la imprenta. Aquí no es más que
hace del hoy un mañana. Ahora bien, sola- el imitador de Bacon quien, mencionando
mente es mañana cuando podremos hablar también la brújula magnética, calificó esas
del día anterior. En cuanto a la crisis de las invenciones como recientes y de origen
nociones fundamentales de la geometría y oscuro18.
del análisis, a principios del siglo XIX, y la Fácilmente comprendemos que en el
utilización de los números complejos y de Siglo de las Luces la invención y la exten-
las series infinitas, Jean Cavaillès escribió, sión de la imprenta, la multiplicación de los
«los resultados obtenidos gracias a los nue- libros y la aparición de los periódicos
vos instrumentos son los que llevan a trans- hayan sido considerados como promotores,
formar todo el sistema matemático: mode- a pesar del obstáculo de la censura, de la
los no euclidianos y geometría proyectiva difusión de la cultura, de la información
construidos con la ayuda de los números pública, del ejercicio de la razón. Era
complejos, teorías de las funciones arbitra- inconcebible en aquella época que en algún
rias representadas por series trigonométri- momento se acabase cuestionando la in-
cas..., las matemáticas reales iniciales no vención del alfabeto y de los caracteres
son más que un caso particular, situado en tipográficos como poder de emancipación
el seno de las nuevas matemáticas y expli- cultural. Sin embargo es eso lo que ha sus-
cado por ellas mismas»17. citado la invención y la difusión de los
mass media modernos, radio y televisión.
Al igual que Rousseau en el Ensayo sobre
3. Instrumentos y procedimientos el origen de las lenguas, denunciaba en la
de difusión escritura un instrumento de separación

Habiendo dividido su recorrido histórico 18 Novum Organum, libro I, prop. 129. El más
en épocas, Condorcet sitúa en la tercera dos reciente comentarista del origen de esas invenciones
hechos de gran alcance histórico: el apego en la civilización china, Joseph Needham, atrae la
del hombre a la tierra en el mundo de la atención sobre el hecho que siendo revolucionarias en
Europa, de ninguna manera han alterado la estructura
«feudal burocrática» de la sociedad china: «Science et
17 Méthode axiomatique et formalisme, París, Société à l’Est et à l’Ouest», en La Science chinoise et
Hermann, 1938, pp. 45-46. l’Occident, París, Le Seuil, 1973.
(112) 676 G. Canguilhem
SALUD MENTAL Y CULTURA

entre los hombres, destructor de cualquier preveía el riesgo de dominio universal de


forma de convivencia, Marshal McLuhan un pueblo por aplicación de la ciencia al
pudo deplorar en La galaxia Gutenberg armamento22; René Berthelot, para quien
(1962) que el hombre intelectualmente ali- «el mundo moderno se fecha en la artille-
mentado por los libros esté a punto de con- ría»23.
vertirse en un enfermo psíquico. Los pro- Sabemos qué destino le ha concedido la
gresos técnicos en los medios de comuni- historia al lugar común progresista según el
cación de la imagen y del sonido provocan cual el temor generalizado a los efectos del
un cambio en el sentido del progreso, la armamento científicamente revolucionario
restauración de los valores afectivos unidos forzaría a las naciones a la rivalidad en el
a las estructuras sociales tradicionales19. terreno del poder económico. Mejor que
Esta degradación de efectos inicialmen- muchos otros, Raymond Aron, en Les
te descontados en las nuevas invenciones Guerres en chaîne24, ha sabido explicar,
técnicas, se manifiesta aún más en el caso mediante lo que él ha llamado «la sorpresa
del armamento que en el de los medios de técnica» –es decir, la dimensión del poder
comunicación. Condorcet defiende la arti- del fuego–, la extensión y la amplificación
llería, en el pasado, como causa de la des- apasionada de la primera Guerra Mundial.
trucción de la feudalidad; en el futuro, Los efectos destructivos de capacidad des-
como una incitación para la reducción de medida con respecto a sus metas iniciales
conflictos al convertirse en más mortíferos. han pesado en la elaboración de un tratado
Sobre la invención de la artillería y sus de paz generador de una segunda guerra
efectos, Condorcet se sitúa en una larga mundial en la que la sorpresa técnica esta-
lista de autores preocupados por ese tema. lló en Hiroshima.
Citemos entre otros a Montesquieu20, Así, la experiencia adquirida en la im-
Mercier21, Balzac incluso, por unas pala- previsibilidad de los efectos políticos y
bras en Le cabinet des antiques; Michelet, sociales de una invención técnica, y trans-
que encomia, en la Introducción a la cendiendo a los que se derivaban de inven-
Historia universal, la liberación del pueblo ciones anteriores en una misma familia tec-
por el «proyectil liberador»; Renan, que nológica, autoriza a mantener la noción
aroniana de sorpresa técnica como un
homólogo, en historia política y social, a la
19 En su libro, Condorcet, l’instruction publique et
la naissance du citoyen, París, Le Sycomore, 1984, noción bachelardiana de ruptura epistemo-
Catherine Kintzler cita ese propósito de un rector de la lógica en historia de las ciencias.
Academia de Educación Nacional: «La escuela no
está hecha para la cultura [...]. La era de Gutenberg se
cerró. La cultura del año 2000 tendrá indiscutiblemen-
te otros criterios culturales, en buena parte los de la
imagen y el sonido [...]. Nos dirigimos hacia una cul-
tura de la oralidad, regresamos a nuestras fuentes, y
estoy convencido que en una renovación del sistema 22 Dialogues philosophiques, París, Calmann-
educativo, esta dimensión debe ser tomada por la cin- Levy, 7 ed. 1914, p. 81 y pp. 105-109.
tura», p. 301, anotación 26. 23 La sagesse de Shakespeare et de Goethe, París,
20 Lettres persanes, CV y CVI. Gallimard, 1930, pp. 98-102.
21 Notions claires sur les gouvernements (Amster- 24 Cap. I, «La surprise technique», París,
dam, 1787): I, p. 48. Gallimard, 1951.
La decadencia de la idea de progreso 677 (113)
SALUD MENTAL Y CULTURA

4. La trayectoria y la dirección del Oriente, no pudiera interrumpirse, he aquí


movimiento que se va a propagar, esta vez de Occidente
a Oriente, una nueva figura del progreso, la
El progreso de la humanización del del pueblo que elabora una Constitución
hombre gracias a los efectos técnicos, polí- garantizando la libertad de los individuos y
ticos, culturales de su desarrollo debe estar la igualdad de sus derechos. La Revolución
vinculado, en última instancia, a una huma- avanza del Oeste al Este, de América hacia
nidad considerada como especie consolida- Europa, empezando por Francia. Condorcet
da en la superficie del globo terrestre. En el esboza lo que podemos llamar una ley de
prólogo del Bosquejo, Condorcet se esmera radicalización de la revolución, creciente
en mostrar mediante qué ensanchamiento del Oeste al Este26. Como si desplazándose
continuo de los grupos sociales podría apli- hacia el Oriente la revolución se hiciese
carse finalmente el motivo del progreso a necesariamente más completa, teniendo
todos como si fuese un único pueblo. De que vencer, en las sociedades a las que
hecho, determinar el o los focos origina- afecta, los efectos de su largo retraso para
rios, la o las direcciones de los procesos de entrar en la vía del progreso. La violencia
difusión, es esbozar una historia geográfi- es tanto más grande cuanto la naturaleza
ca, es dibujar un mapa del progreso, un del poder es más antigua, es decir, menos
alzado de puntos de paso y de itinerarios de occidental en el fondo.
transmisión de lo que hoy podemos llamar El trazado de este itinerario geográfico
información. de la Ilustración, imagen de la historia del
Condorcet acepta después, y mucho progreso, ha sobrevivido mucho tiempo a
antes que otros, calcar la trayectoria real los que lo han concebido27. Hemos visto
del progreso sobre la trayectoria aparente que Victor Hugo mantenía el progreso por
del Sol, desde Oriente a Occidente. Sitúa un poder misterioso, reuniendo a Oriente y
en el encuentro de Asia con África la a Occidente en las Pirámides. Proudhon
invención, en cierto modo absoluta, sobre que resumía muy bien esta teoría se burla-
la que reposa el progreso, como hecho y ba de ella28. Sin duda es Nietzsche el que le
como idea normativa de la historia: la
escritura alfabética. Ordena desde el Este 26 «En Francia... la Revolución debía abarcar a
toda la economía de la sociedad, cambiar todas las
hacia el Oeste los centros de difusión25, los
relaciones sociales y penetrar hasta en los últimos
lugares de renacimiento tras las involucio- eslabones de la cadena política».
nes de la barbarie. De este modo se sitúan 27 Hegel tomó por su cuenta la idea según la cual
Atenas, Italia, París, la España musulmana, «la historia universal va del Este al Oeste» en los últi-
Inglaterra, los Estados Unidos de América. mos capítulos de La Raison dans l’histoire, trad. fr. de
K. Papaioannou, Plon, col. 10/18, 1965.
América, nuevo occidente, que descubrirá 28 «Hemos imaginado el progreso o la virtualidad
a su vez un Oeste. Ahora bien, como si el social como un fluido recorriendo cada raza a su alre-
curso del progreso, llegado al Extremo dedor, yendo de Oriente a Occidente, al revés del sol:
de los Indios a los Bactrenios, de los Bactrenios a los
Asirios, de estos a los Griegos, de los Griegos a los
25 Jerusalén y Palestina no caben en este Cuadro. Romanos, luego a los Celtas y finalmente a los ameri-
Condorcet no ve más que tinieblas en la religión cris- canos. Nodier exclamaría al final de su vida:
tiana. «El desprecio hacia las ciencias humanas era «América ya está vieja. ¡Vamos a la China! ¡Todo esto
uno de los primeros rasgos del cristianismo». no crea ni un minuto de discusión y no es más que una
(114) 678 G. Canguilhem
SALUD MENTAL Y CULTURA

ha asestado los golpes más duros, particu- oponerse a los progresos que lo han hecho
larmente en La voluntad del poder: «El posible? Condorcet considera que el desfa-
siglo XIX no ha hecho más progresos que se entre el crecimiento demográfico y el
el siglo XVI; y el espíritu alemán de 1888 aumento de medios de subsistencia podría
está en regresión sobre el espíritu alemán atenuarse por los progresos de la razón en
de 1788 [...], la humanidad no avanza, ni lo que concierne a la procreación, digamos
siquiera existe ya... El hombre no ha hecho más bien por la regulación de nacimien-
progresos con respecto al animal; el hom- tos31. Inversamente, el arte de prolongar la
bre civilizado débil es un aborto al lado del vida humana atañe a la medicina.
árabe o del corso; el chino es un tipo más En resumen, la filosofía del siglo XVIII
logrado, es decir, más duradero que el euro- no ignora el problema de la escasez de
peo»29. Es por lo que Bernard Pautrat pre- recursos con respecto a la cantidad de obje-
cisamente pudo calificar de «retorno al tos necesarios, ve la solución en el control
Este» al pensamiento del eterno retorno de la cuantía de vida humana, en el arte de
que obsesiona a Zaratustra30. Dando a la convertir los elementos en sustancias ade-
obra que publicó hacia el fin de la primera cuadas a nuestro uso. Condorcet es cons-
guerra mundial el título El ocaso de ciente, como tantos otros economistas de
Occidente, Oswald Spengler pudo creer su siglo, de los problemas de subsistencia
que acababa de desacreditar la imagen de planteados por la transformación de las
un progreso de las luces que los filósofos sociedades agrícolas en sociedades indus-
del XVIII habían fortalecido con un présta- triales. Pero, en su época, nadie podría ima-
mo de la historia de la astronomía. ginar lo que la gran industria iba a consu-
mir en materias primas minerales. Ya
hemos hecho referencia a las inquietudes
5. Los obstáculos y los riesgos de Renan y de Cournot. La pregunta se ha
hecho popular rápidamente. Pécuchet, que
La esperanza de una búsqueda del pro- ve el futuro de la humanidad muy oscuro,
greso en el futuro se ve acompañada, en anuncia «el fin del mundo por falta de
Condorcet, por una inquieta interrogación. calor». A lo que Bouvard, que ve la huma-
Si los progresos de los conocimientos, de nidad con optimismo, replica: «Volaremos
las artes, de la industria conllevan, como hacia los astros, y cuando la Tierra esté des-
podríamos esperar, progresos del bienestar, gastada, la humanidad se mudará a las
¿el aumento del número de seres humanos estrellas». Así es como Gustave Flaubert
no vendrá, en cambio, a limitar e incluso a
31 Renan fue más audaz que Condorcet en cuanto
charla que la solemnidad alemana de los Hegel y de a la anticipación: «La generación y la educación del
otros no haya sido más profunda que verdadera!», hombre se han hecho hasta aquí casi por casualidad,
carta del 27 de septiembre de 1853 a M. X... en Lettres ninguna ciencia ha penetrado [...]. ¿Qué pasará sobre
choisies et annotées por Daniel Halévy y Louis todo cuando el hombre esté en posesión de la ley que
Guilloux, París, Grasset, 1929. determine el sexo del embrión y pueda aplicarlo a su
29 Op. cit., trad. G. Bianquis, París, Gallimard, voluntad? Ahora bien, este descubrimiento es de los
1937, II, p. 22. que se puede considerar como susceptibles de ser rea-
30 Versions du soleil. Figures et système de lizados en un futuro próximo». Dialogues philosophi-
Niestzsche, París, Le Seuil, 1971, p. 329 ss. ques, cf. nota 7a, pp. 85-86.
La decadencia de la idea de progreso 679 (115)
SALUD MENTAL Y CULTURA

presenta, hacia 1875, el reparto del siglo singular, es un sistema inestable cuya evo-
XIX entre las dudas y las esperanzas32. lución conduce necesariamente a una
estructura más estable, es decir, más proba-
* * * ble. Igualmente, un mensaje significativo
Algunos meses antes de su muerte, es portador de una información que puede
Georges Dumézil confesó: «Hubiera queri- disminuir en el transcurso de una comuni-
do ser un hombre del siglo XVIII, pero dis- cación sin poder acrecer nunca. En el siglo
poniendo además de ese sentimiento de lo XVIII, no pudieron hacerse a la idea de que
efímero, de lo inaccesible, del que aquellos la transmisión del saber conlleva, por el
hombres carecieron. Me hubiera gustado solo hecho de su transmisión, un riesgo que
ser un D’Alembert o un Montesquieu que la metáfora de la iluminación no estaba
hubiera leído a Darwin y a Bopp»33. Dar- preparada para comprender: el de la altera-
win, es decir, el hombre que introdujo actor ción. Para la Ilustración no existe el
vivo de la historia humana en la historia de «ruido».
la Vida. Bopp, es decir, el hombre que hizo La cuestión física propia en el siglo
del Lenguaje un objeto del saber y no su XIX, la equivalencia cuantitativa pero no
instrumento, quien lo descubrió como cualitativa del trabajo mecánico y del calor,
depositario de las tradiciones y memoria de se encuentra en cierta manera imitada por
las formas de vida colectiva. Es cierto que un problema de economía política y de jus-
antaño los teóricos del Progreso pensaron ticia social: la no equivalencia de la canti-
el futuro histórico con un cierto aire de dad de trabajo útil y de su remuneración en
inmovilidad, reconstituyendo, con medios valor económico en la sociedad capitalista.
en sí mismos extraños a cualquier historici- El socialismo de pretensiones científicas se
dad, la superación de los orígenes y el flo- asigna como tarea la solución de este pro-
recimiento de sus posibilidades. Esta idea blema. Es entonces cuando aparece la dife-
encontró sus límites de validez en la fragi- rencia entre los efectos reales de la utiliza-
lidad de sus modelos y en el fracaso de la ción industrial del calor y los efectos pre-
mayoría de sus anticipaciones. sumibles de la propagación pedagógica de
En el siglo XX comprendemos por qué las luces. Para la filosofía del progreso, la
el siglo XIX fue, de hecho, el juez crítico razón disipa los prejuicios y las injusticias
del siglo XVIII, aunque pensase seguir sus como el sol a las tinieblas. Pero, para el
pasos. Hoy conocemos, mejor que en el socialismo dialéctico, la indignación de la
XIX, la importancia de lo que la ciencia condición obrera no es, como la oscuridad,
física de la época tuvo que reconocer: junto del orden de la privación. Es el efecto de
a los principios de conservación, existe un una expoliación. La corrección no consiste
principio de desigualdad o de degradación, en recubrir lo que falta sino en conquistar
que rige las transformaciones irreversibles. lo que se ha defraudado. El progreso no
Un sistema material aislado, de estructura será efectivo para todos sino después de
una segunda revolución, la verdadera, la
que sustituirá las anticipaciones idealistas
32 Bouvard et Pécuchet, París, Bordas, 1947, pp.
270-271.
por una teoría materialista de la historia.
33 Entretiens avec Didier Eribon, París, Galli- Pero el «poder motor del fuego» no ha
mard, 1987, p. 194. negado la virtud progresista, simbolizada
(116) 680 G. Canguilhem
SALUD MENTAL Y CULTURA

por la luz, por el mero hecho de sus conse- ción electromagnética ha fijado en adelante
cuencias indirectas en el orden socio-eco- la unidad del calor y de la luz. Por el hecho
nómico. Ha contribuido a la decadencia de de que la primera aplicación de la física
la idea de progreso tras la importación en la nuclear haya sido la bomba A, la energía
filosofía de conceptos elaborados por los nuclear, con todo fuente de vida para la
fundadores de la termodinámica. Fue superficie terrestre, evoca el rostro terrorí-
William Thomson (Lord Kevin) quien en fico de la muerte.
1852 enunció, después de Clausius, el prin- Si existen pocos Pécuchets hoy que
cipio de disipación o de degradación de la teman el fin del mundo por cese calórico,
energía, debido a que una parte de la ener- por el contrario, son numerosos los que se
gía interna de un sistema no se puede trans- creen sepultados bajo el montón de resi-
formar en energía mecánica. Rápidamente duos del progreso. Gracias a la utilización
percibieron la muerte como horizonte de la de algunos conceptos prestados por una
degradación energética. Un físico alemán, ciencia situada en primer plano, la ecolo-
Wilhelm Ostwald (1853-1892), se esmeró gía, elaboran una teoría pseudo-filosófica
en crear una teoría de valores sobre el de retorno a la simplicidad natural de la
segundo principio de la termodinámica34. vida. La naturaleza da mucho que hablar.
Como se ha establecido que el rendimiento El concepto de «salvaje» se ha revaloriza-
de una máquina es la relación entre el efec- do, en oposición a las teorías evolucionis-
to útil y la cantidad de energía proporcio- tas que se han convertido en ciencias
nada, la valoración de las diversas activida- humanas. Muchos contestatarios del pro-
des humanas puede basarse en un cálculo greso, hoy comprometidos por su apología
análogo. De ahí la advertencia de no derro- desde la sociedad llamada de consumo,
char energía, de utilizarla lo más estricta- creen haber realizado una conversión jan-
mente posible. No ha faltado reconocer ahí senista reencontrando un tema romántico
cierta relación con el famoso principio de querido por el pensamiento alemán: la nos-
economía de pensamiento encomiado por talgia de una Reserva original de autentici-
Richard Avenarius y Ernst Mach, los direc- dad donde los seres descansan al abrigo de
tores espirituales del Círculo de Viena. la alteración, de la degeneración. La
Desde entonces, la historia de la utiliza- Reserva donde todo está preservado. Este
ción de la energía ha sido influida por el tema, la historia lo ha demostrado, a menu-
descubrimiento del núcleo atómico y por la do esconde, bajo el encanto del arcaísmo,
invención de la energía nuclear. Si se puede el vértigo del nihilismo.
hablar con rigor de progreso científico y Sin embargo, existe un rechazo al evolu-
técnico, sin embargo nada ha cambiado en cionismo y a la concepción lineal del pro-
la relación de las actividades humanas con greso que creemos preservado de cualquier
el desgaste de sus medios. La energía tentación de ingenuidad retrógrada. Con-
nuclear liberada es utilizada en forma de siste en comparar la historia de diferentes
energía térmica. Con la contradicción de la sociedades, o bien los distintos estados de
creencia de la entropía, la unidad de la una misma sociedad, con diversos relatos y
energía de masa y de la energía de radia- conforme a diversos criterios. Es la posi-
ción defendida por Claude Lévi-Strauss en
34 Die Philosophie der Werte (1913). numerosos trabajos, pero expuesta con un
La decadencia de la idea de progreso 681 (117)
SALUD MENTAL Y CULTURA

vigor particular en dos pequeños textos, dades frías, de historia repetitiva, poseen
Raza e historia y Diógenes dormido35. Las menos agentes de decadencia que las socie-
sociedades llamadas primitivas no repre- dades calientes, de historia acumulativa,
sentan etapas superadas por el progreso de cuya actividad supone desigualdades de
las sociedades llamadas civilizadas, sino considerable nivel.
que son otras soluciones con problemas Claude Lévi-Strauss supo poner en claro
análogos cuyo valor no puede ser estimado la paradoja del «civilizado» criticando
por patrones prestados del exterior. Quien como él la ideología progresista de su
compare conjuntos estructurados de com- sociedad de origen, haciendo hincapié en
portamientos culturales se ve conducido a que esta sociedad se ha interesado por el
dividir su apreciación, a notar un progreso estudio de sociedades inferiores a partir del
en cierta dirección, un estancamiento o un mismo momento en que se aceleraba su
retroceso hacia otro. El relativismo del desaparición en nombre del progreso38.
etnólogo engendra una tolerancia cultural Con ese mismo estado de ánimo ha reac-
que no favorece la teoría unilineal del pro- cionado violentamente ante ciertas afirma-
greso. «Los incondicionales del progreso ciones de Sartre en la Crítica de la razón
se exponen a menospreciar, dado el poco dialéctica39. Sartre retomó, exponiéndolos
caso que las hacen, las inmensas riquezas a su manera, algunos temas de la filosofía
acumuladas por la humanidad de un lado y inspirados por la energética del siglo XIX:
del otro del estrecho surco sobre el que la escasez y la inercia. «Un hombre es un
mantienen fija su mirada; sobreestimando organismo práctico que vive con una mul-
la importancia de los esfuerzos pasados, tiplicidad de semejantes en un campo de
desprecian todos los esfuerzos que nos que- escasez»40. La escasez de recursos en el
dan por cumplir»36. Pero estos esfuerzos, campo práctico-inerte en el que se ejerce la
estos desgastes de energía, precipitan la
disgregación de un orden original. La civi-
cipitando una materia poderosamente organizada
lización, tomada en su conjunto, es un hacia una inercia siempre más grande y que un día
mecanismo de complejidad prodigiosa será definitiva», ibid., p. 374.
cuya función consiste en acrecentar la 38 «Una justa apreciación de las inmensas con-
entropía37. En un cierto sentido, las socie- quistas de Occidente no me impide darme cuenta de la
extraña paradoja que le ha hecho creer en los etnógra-
fos desde el mismo momento en el que decidieron la
35 Race et Histoire, París, UNESCO, 1952, 2 ed., destrucción del objeto de los estudios que lo recono-
París, Gonthier, 1967; Diogène couché, París, Les cían; ni tampoco me impide tomar conciencia del
Temps Modernes, n.º 110, marzo 1955. En este artícu- papel de coartada que nos han obligado a desempeñar.
lo C. Lévi-Strauss retoma con brío los argumentos ¿Solamente como coartada? Quizás, también, sensata
presentados en el folleto anterior, en respuesta a las precaución de una civilización que nos escatima los
críticas de Roger Caillois en «Illusions à rebours», La cobayas y nos las prepara un momento antes de
Nouvelle Revue Française, 1955, n. 24 y n. 25. comerlas, a pesar de todo, con la esperanza de que
36 Tristes Tropiques, París, Plon, 1955; reed. nuestros métodos puedan un día ayudar a comprender
10/18, 1962, p. 354. las nuevas dificultades que vaya descubriendo en su
37 Lejos que [...] el esfuerzo del hombre –incluso seno», Diogène couché, p. 214.
condenado– esté en oponerse en vano a una decaden- 39 París, Gallimard, 1960. La crítica de Lévi-
cia universal, él mismo aparece como una máquina Strauss en encuentra en el último capítulo de La pen-
posiblemente más perfeccionada que las otras, traba- sée sauvage, París, Plon, 1963.
jando por la disgregación de un orden original y pre- 40 Op. cit., p. 688; cf. también p. 223.
(118) 682 G. Canguilhem
SALUD MENTAL Y CULTURA

actividad de los hombres, sean riquezas El análisis revolucionario de las conse-


naturales o máquinas, obliga al hombre a cuencias económicas y sociales del maqui-
experimentar, en el trabajo, los efectos del nismo capitalista no ha conseguido reunir
gasto de energía41. Ahora bien, entre las las conclusiones del análisis de los físicos y
sociedades en las que la escasez crea la de los filósofos relativos a la energía y a la
posibilidad de historia, pero no su realidad, entropía. Afirmándose en su función cultu-
encontramos lugares atrasados, donde los ral de anticipación milenarista, la idea de
hombres «mustios» viven en una tierra des- progreso convertida en dialéctica está man-
cuidada, grupos estabilizados en la repeti- tenida por la militancia. En adelante, el
ción, cuya historia legendaria es la nega- progreso consiste, para los marxistas, en
ción de la historia42. Lévi-Strauss no podía convertir a la concepción revolucionaria
aceptar que se desacreditase a las socieda- del progreso aquellas sociedades que
des frías por el arcaísmo de sus medios de habían sido abandonadas a su primitivis-
producción, es decir, por la sobriedad de mo, cuando no estaban colonizadas, es
sus consumos energéticos. La aceptación decir, explotadas en nombre de la civiliza-
de la paz en el equilibrio, la inercia, y final- ción. La nueva idea «práctica» del progre-
mente la muerte, es el rechazo premeditado so se afirma con los hechos, se produce en
de cualquier cultura que pretende detener el la historia, y curiosamente se propaga de
criterio permitiéndole juzgar su propio pro- nuevo según la trayectoria del Este hacia el
greso y el retraso de los otros43. Oeste. El sol progresista se levanta siempre
En su Crítica, Sartre escribió que el por el Oriente, se desplaza de Moscú hacia
marxismo es la Historia que toma cons- Cuba. Pero entre los que le observaban,
ciencia de sí misma44. Podemos entender algunos se preguntan si el vehículo de esta
esta proposición de otra manera a la suya. versión marxista del progreso es en sí
El marxismo se vanagloria de haber descu- mismo un producto conforme al auténtico
bierto las condiciones prácticas de la reali- proyecto marxista de construcción del
zación del progreso en una crítica de la vehículo. Podemos recordar aquí que Jean
alienación que obligaría al pensamiento Hyppolite tituló «Hegel en el Oeste» un
burgués a creer que había formulado la ley. artículo en el que insistía en la importancia
de los escritos de juventud de Marx, de sus
deudas con Hegel, de su meditación exis-
41 «Todo nace en esta línea que separa y une a la
vez las grandes fuerzas físicas en el mundo de inercia tencial sobre la alienación45. ¿Por qué no un
y de exterioridad (en tanto que la naturaleza y la orien- «Marx en el Oeste», no totalmente idéntico
tación de las transformaciones energéticas que les al del Este? Jürgen Habermas se planteó
caracterizan dan un cierto estatus de improbabilidad una cuestión análoga, cuando se preguntó
de la vida en general y singularmente a la vida huma-
na) y los organismos prácticos (en tanto que su praxis
cómo aplicar a las instituciones sociales,
preparada para resumirlas en su estructura de inercia, hasta hoy mal reguladas, un poder de domi-
es decir, en su papel de transformadores de energía)», nio comparable al que la ciencia permite
op. cit., p. 369. ejercer sobre las técnicas46.
42 Op. cit., p. 203.
43 Raymond Aron comentó la crítica dirigida a 45 Figures de la pensée philosophique, t. I, París,
Sartre por Lévi-Strauss en Histoire et dialectique de la P.U.F., 1971, pp. 262-273.
violence, París, Gallimard, 1973. 46 «Marx no [...] previó que entre el control cien-
44 Op. cit., p. 134. tífico ejercido sobre las condiciones de existencias
La decadencia de la idea de progreso 683 (119)
SALUD MENTAL Y CULTURA

Aunque a veces tengamos la tentación podemos intentar exponer el lugar y el


de amalgamar la enseñanza de Marx y la de papel de la pulsión de la muerte en el psi-
Freud, parece que no podemos extraer las coanálisis. Pero sí hemos seguido hasta
mismas conclusiones del Manifiesto comu- nuestros días el examen de las condiciones
nista y del Malestar en la cultura. Según el en las que una idea ha perdido su prestigio
primero, se anuncia la muerte para una y su papel.
clase social que engendra en sí misma sus En 1929, Freud declaraba al final de El
propios sepultureros. Según el segundo, es malestar en la cultura: «la cuestión de la
la humanidad su propio sepulturero en la suerte de la especie humana me parece
medida en que el instinto de muerte se pone plantearse así, ¿el progreso de la civiliza-
manos a la obra en los comportamientos ción sabrá, y en qué medida, dominar las
agresivos destructores de la vida en común. perturbaciones aportadas en la vida en
Freud incorporó a su teoría de las pulsiones común por las pulsiones humanas de agre-
conceptos imitados en la energética del sión y de autodestrucción?»49. En 1938,
siglo XIX. Jacques Lacan en su seminario antes de dejar Viena para ir a Londres,
en 1959-1960, dedicó mucho tiempo al escribió en el primer comentario preelimi-
estudio de las pulsiones de muerte y no nar al ensayo Moisés y la religión mono-
dejó de insistir en su asimilación a un siste- teísta: «vivimos un momento particular-
ma material que se inclinase hacia el regre- mente curioso. Descubrimos con sorpresa
so del equilibrio47. Posteriormente, Jean que el progreso ha firmado un pacto con la
Laplanche señaló la fuente de esa idea en barbarie»50. A los ejemplos aludidos por
las enseñanzas de Helmholtz48. Aquí no Freud, el lector de cierta edad puede hoy
añadir algunos otros.
materiales y la formación de la voluntad democrática
a todos los niveles, podía nacer un hiato –es la razón
filosófica por la que los socialistas no creían del todo
en la posibilidad de un estado autoritario garantizando
la prosperidad, es decir a lo que el bienestar de una
sociedad esté relativamente asegurado por el precio de
la libertad política», Progrès technique et monde vécu
social en La technique et la science comme idéologie,
trad. del alemán, París, Gallimard, 1973, p. 90.
47 Le Séminaire, VII: L’éthique de la psychanaly-
se, París, Le Seuil, 1986, pp. 239-252. 49 París, P.U.F., 1971, p. 107.
48 Vie et mort en psychanalyse, París, Flamma- 50 L’homme Möise et la religion monothéiste,
rion, 1970, p. 182 y pp. 202-203. París, Gallimard, 1986, p. 131.

* Este artículo de G. Canguilhem (1904-1995) apareció impreso por vez primera en


1987.

También podría gustarte