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La palabra de Dios es como semilla II

El viaje se hacía muy interesante, mientras avanzaban en el auto, Lucas y Edit miraban con
asombro las montañas, cada rio que pasaban les generaba admiración, su padre conducía
con precaución entre tanto que su madre estaba atenta ante cualquier imprevisto que se
presentara en la vía, realmente era un viaje de vacaciones único, las risas no se hacían
esperar en cada uno de los momentos que disfrutaban al avanzar en la vía.
Con el avance del reloj, la ansiedad se hacia evidente, parecía que nunca llegarían al lugar
de destino, finalmente y después de varias horas de viaje llegan al lugar donde pasarían sus
vacaciones, una hermosa villa, con cabañas espectaculares, amplias zonas para juegos, y
una granja donde podían disfrutar de algunos animales que nunca habían visto, además una
variedad de flores, plantas ornamentales, árboles frutales, etc.
Inmediatamente como se instalan en el lugar, empieza la exploración del lugar, Edit dice a
Lucas ven acompáñame a ver las flores, eran muy hermosas, de diferentes formas, tamaños
y colores, rosas, tulipanes, girasoles, hortensias, dalias, lirios, claveles, era una vista
extraordinaria, la actitud investigativa e inquieta de los niños, los llevo a preguntarse de
donde salían las flores, y porque eran diferentes de otras flores, y de otras plantas, para
resolver sus dudas le consultaron a su padre.
Padre, ¿Por qué son diferentes las flores entre ellas, además de serlo de otras plantas?
Su padre les responde que la razón esta en su semilla, que cada flor, cada panta, cada árbol,
es el resultado de una semilla de la cual procede, ¿cómo así? Interroga Edit.
Su padre le dice que cuando Dios creo todas las cosas ordenó lo siguiente, “Después dijo
Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto
según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. Produjo, pues, la tierra
hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla
está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno” Genesis 1: 11-12
Así que, según la naturaleza de la semilla, así es el fruto.
Por eso nosotros hoy damos furto diferente, la razón es que en nosotros hay una nueva
simiente (semilla) esa semilla es la palabra de Dios, la cual produce en nosotros un fruto
diferente, “siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la
palabra de Dios que vive y permanece para siempre” 1 Pedro 1: 23
Al terminar el día se fueron a descansar cansados, pero con una gran enseñanza, no solo
sobre las flores, sino sobre lo más importante, la palabra de Dios.

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