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Contra El Homonacionalismo - Judith Butler PDF
Contra El Homonacionalismo - Judith Butler PDF
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ReachOut (http://www.reachoutberlin.de/). En vez de hablar del racismo-dice-
la prensa se limita a una sencilla crítica a la comercialización del evento. Butler
fue muy clara en su discurso: “Debo distanciarme de la complicidad con el
racismo, incluyendo el racismo anti-musulman”. Insiste en que no sólo los
homosexuales sino también “las personas bi, trans y queer pueden ser utilizadas
por aquellos que quieren la guerra”. Los organizadores introdujeron a Butler
como una crítica audaz. Cinco minutos después, esta misma audacia crítica dejó
a los organizadores con la boca abierta. En vez de recoger parte del discurso, no
se les ocurrió otra cosa que negar de forma total cualquier sugerencia de
racismo, y atacar los queers de color que respaldaban a Butler, “Podeís gritar
todo lo que queráis. No sois la mayoría. Ya está”. El final fue una fantasía
imperialista a juego con la Puerta de Brandenburgo de fondo: “El Orgullo
seguirá su programa… venga lo que venga… en todo el mundo y aquí en Berlin…
así es como siempre ha sido, así es como siempre será”.
En los últimos años,afirma la organización Suspect, el racismo ha sido el
hilo rojo que ha atravesado los acontecimientos del Orgullo, desde Toronto a
Berlin, como también el paisaje gay en un sentido más amplio (véase la crítica
presentada por las teóricas queer Jasbir Puar y Amit Rai en su articulo “Monster
Terrorist Fag” de 2002). Homofobia y transfobia se redefinen como problemas
asociados a los jóvenes de color que, según esta visión, no hablan bién, por
ejemplo, el alemán, cuyo alemanidad es siempre cuestionada y que
sencillamente no encuentran su lugar en la comunidad. Ya se ha identificado el
homófobo criminal: los inmigrantes, ya criminalizados, se encarcelan e incluso
se deportan con cada vez mayor facilidad. El pánico moral se legitimiza a través
de prácticas dudosas por parte de los medios de comunicación y algunos
estudios pretendidamente científicos: cada caso de violencia que podría
relacionarse con una persona gay, bi o trans (tanto si el agresor es blanco como
si es de color, y sin distinguir entre agresiones homófobas y simples
altercados) aparece en los medios como evidencia de lo que se da por sabido –
que los queers, sobre todo los hombres blancos, están en apuros, y que “los
migrantes homófobos” son la causa principal de esto. Esta noción, cada vez más
aceptada como verdad, es en gran medida fruto del trabajo de organizaciones
homonacionalistas como la Federación Alemana de Gays y Lesbianas y la línea
telefonica Maneo, cuya colaboración con el Orgullo fue el motivo determinante
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en el rechazo del premio por parte de Butler. Este trabajo consiste
principalmente en campañas mediaticas que repetidamente representan a los
inmigrantes como “arcaicos”, “patriarcales”, “homófobos”, violentos e
inasimilables. Sin embargo, una de estas organizaciones, irónicamente,
incluso recibe financiación pública para “proteger” a las personas de color del
racismo. Es esta tendencia de la política gay blanca de sustituir una política de
solidaridad, de coalición y de transformación radical por otra de
criminalización, militarización y vigilancia de las fronteras, la que denuncia
Butler, como respuesta a las críticas y analisis presentados por personas queer
de color. En contraste con otros muchos queers blancos, ella estaba dispuesta a
arriesgarse por esto. Esta posición ha sido saludada como valiente por parte de
organizaciones que combaten el homonacionalismo asi como por activistas de
color de la importancia de Angela Davis.
En fin, me queda recomendar el ya mencionado libro de Jasbir Puar, muy
interesante en la forma de abordar la confluencia entre políticas contra el terror,
racismo y genero, que creo no esta traducido al castellano. Ayuda a entender
como determinadas politicas gay/lesbianas pueden ser instrumentalizadas
desde posiciones conservadoras para apoyar las actitudes racistas que define
como homonacionalistas y que,paradojicamente, conducen a una
criminalización de aquellos colectivos queer de color e inmigrantes que se ven
curiosamente identificados como terroristas por su procedencia étnica. De este
modo, se justifican actitudes racistas descargando la culpa sobre las propias
comunidades queer de color migrantes, a las que se achaca su pertenencia a
colectivos que se asume son intrínsecamente homofobos, como los procedentes
de paises mayoritariamente islámicos.El racista rechaza asi su responsabilidad
en el trato discriminatorio y homofobo y consigue imbuir de esa misma
homofobia y racismo a la propia comunidad gay/lesbiana blanca dentro de la
cual estos asumen el ropaje de la autodefensa legítima contra la agresión
externa. El libro lo expresa mejor que yo...