Está en la página 1de 3

Por alguna razón nunca es suficiente, incluso si no hago nada hay un error.

Siempre es
así. “¿Te cuesta mucho? Está bien, si no quieres a tus hermanas, dilo. ¿No puedes hacer
ni siquiera eso? ¿Por qué eres de esa manera?”. Pero ahora yo te pregunto a ti, ¿por qué
tú eres así?, no te importa cuánto dañas con tus comentarios y preguntas hirientes, solo
ves los errores que cometo, nunca ves las cosa buenas que hago por ellas ni por nadie,
nunca ves el cariño que les doy; me desespero muchas veces y es porque no tengo la
paciencia para los niños pequeños. No te preocupa cómo me sienta y mucho menos te
das cuenta, debe ser porque aprendí a esconderlo bien y supongo que estoy feliz por
eso, creo que ya no te causo las mismas molestias, y, una vez más lamento si no soy de
cierta forma, más te recuerdo que yo igual siento y no estoy bien, me hundo sin que
nadie lo note y no encuentro el cómo salir. Me gustaría ser mejor persona, me gustaría
ser aquello que merecen, acepto que ustedes no ameritan algo como lo que yo soy,
intento ser mejor a pesar de que no lo parezca, para así algún día ser aquello que
siempre anhelaron tener. Por favor perdónenme por no cumplir con las expectativas,
por favor perdónenme por no ser una buena hermana, por favor perdónenme por no
ser una buena hija, por favor perdónenme por todos los problemas que traigo conmigo,
por favor perdónenme por no hacer lo suficiente, de verdad trato de hacerlo bien,
necesito intentarlo más. Lo siento muchísimo.

Mamá.
No lo entiendes mamá.
A pesar de que cuando era pequeña y empezaba a crecer decías que siempre lo harías. Hoy ni
siquiera puedes mirarme sin pensar que algo está mal conmigo. Hoy aunque tratara de explicarte mil
veces no lo entenderías. Y no sé qué es peor, si pensar en ti cuando veas que no deje de comer
porque quiero adelgazar, que no lo es tampoco que no puedo dormir por las noches y por eso me la
paso con el celular, ni tampoco es el miedo que le tengo a todo ultimadamente, si no que ya no me
siento con energía de nada, que empiezo a pensar tanto en la muerte y en la injusticia de tenerlo
todo pero no sentir ganas de nada, en todos esos jóvenes enfermos que quisieran tener mi vida.
Y yo no puedo culpar a la falta de nada, ni a todas las personas que he logrado que me odien ahora,
no puedo culpar ni a papá, ni a ti, ni a nadie, solo soy yo mamá.
Quizás nunca fui muy abierta, o lo fui pero aprendí a ser indiferente, quizás solo no debería
escribirte todo esto, pero tú no sabes de lo que hablas cuando solo me jugas, tú no eres la que
escucha constantemente exactamente lo mismo de todo el mundo.
Esta puede solo ser una mala etapa o quien sabe al final tal vez alcance aquello que siempre dije que
nunca haría. Pero ya no puedo, no puedo comer, no quiero luchar por lo que algún día soñé, no me
gusta nada de lo que era y no sé que soy ahora, te empeñas en tratar de hacerme brillar, en solo
hacerme fuerte, pero ya no tengo fuerzas, no tengo una gota de esperanza, los días solo parecen uno
que no acaba, que se repite, una maldita rutina de mierda.
Entonces solo me pregunto: ¿si no hubiera empezado abajar de peso te habrías dado cuenta que llevo
meses sin comer nada por las mañanas?¿ si las ojeras no fueran las bolsas enormes que están bajo
mis ojos delatando las tantas noches de insomnio que he pasado ahora te hubieras dado cuenta que
nunca descanso, que no duermo? ¿Si la familia no hubiera hablado contigo esa vez sobre ser una
madre “liberal” acaso me darías otra vez la confianza, la verdadera confianza que apreciaba?¿ si yo
no vistiera con algo negro todo los días, te hubieras dado cuenta mamá de que a pesar de que no
estoy lista para morir es algo en lo que estoy pensando? ¿Y qué pasaría si la familia supiera que me
gustaba una chica? Aunque claro por supuesto, no lo sabrán ¿verdad? ellos no pueden saber que no
somos perfectos porque te esfuerzas tanto en hacer parecer un buen hombre a papá. Te esfuerzas en
mantenerte pero no te das cuenta de que quizás no tienes que ser nadie para ellos, porque tú, todo lo
que me has dado ya es suficiente.

Solo soy una chica mamá, y tú piensas que la única obligación es la escuela y lo es, pero eso implica
tantas cosas también. A veces solo siento que ya no puedo dar más y ahora que estoy a punto de
elegir hacia donde voy. Yo no tengo ninguna idea, pienso tantas veces en que no sé quién soy
realmente y entonces como voy a saber qué es lo que quiero para el resto de mi vida.
Pero bueno lo único que no dejas de repetir es ¿porque no puedes dejar de vestirte así?
Y así como tu teoría de que es por llevarte la contraria, es como suena de estúpido en mi cabeza cada
vez que lo preguntas.
Porque en primer lugar ¿Por qué debe haber una razón mamá? ¿Por qué solo no puedes aceptar que
esta vez no hay nadie a quien culpar?
Siempre que hacia algo malo cuando era pequeña decías “vaya debes dejar de juntarte con esa niña”
y luego en la secundaria cuando quería ir a las fiestas, cuando trataba de contarte las cosas tu como
siempre“ esas ideas de tus amigas” “Piensa por ti misma y deja de hacer todo lo que ellas dicen”
No puedes verlo ¿cierto? ya no soy pequeña. Mis amigos no tienen nada que ver, es lo que soy
mamá. Cuando me gusto esa chica nadie me dijo “vaya deberían gustarte las chicas”; cuando tomo
de más en una fiesta, no es porque nadie me esté poniendo la botella en la boca; cuando uso unos
estúpidos pantalones es porque me gustan.
Y me gusta el negro.
Pero está bien, ya tengo la certeza de que no lo entiendes mamá y es por eso que no puedes
aceptarlo.
Así que voy a decírtelo porque yo si entendí tu pesar cuando dijiste esta mañana que ya no me
soportas más, la verdad yo tampoco me soporto mamá.
Me gusta el negro porque es el único color que siento que me hace lucir bien, porque mamá tampoco
lo sabes, pero odio verme al espejo. Lo odio porque siempre veo algo que no me gusta. Y no es que
me sienta gorda, ni que me sienta fea, es solo que cuando me veo en el espejo puedo ver lo vacía que
estoy por dentro, puedo ver mis ojos tratando de pedir ayuda, veo mi soledad (esa en la que suelo
estar tan bien últimamente).
Ya no hay mucha luz en mi mamá, quizás solo es cuestión de que mi alma se rinda, de que mi
espíritu se apague.
Estoy triste porque veo como todos lidian con sus problemas y yo no puedo hacerlo de la misma
manera; estoy tan aterrada porque yo al igual que tú tampoco puedo entenderme mamá.
No sé si soy la clase de hija que esperabas que fuera, pero de lo que estoy segura es que
no soy la clase de hija que mereces. Sé lo mucho que sufriste durante el transcurso de tu
vida, y el hecho de ver que seguís sufriendo y saber que no soy de ninguna ayuda me
rompe completamente, y lo peor es que no soy capaz de explicarte la razón de por qué no
soy capaz de ayudarte y dejo que interpretes cualquier cosa, seguro pensaras que no me
importa nada, pero no es así, al contrario, me preocupo demasiado por todo pero no lo
demuestro, no me sale. Te pasaste la vida trabajando mañana, tarde y noche para poder
darme todo lo que necesitaba y lo que quería también, te prohibiste de un montón de cosas
con tal de darme los gustos a mí, seguramente pensando que para este entonces yo ya iba
a poder devolverte aunque sea algo de todo eso, pero perdón, no estoy siendo capaz de
hacerlo, y no sólo no estoy siendo capaz de devolverte todo lo que hiciste por mí, sino
que además estoy siendo una carga en tu vida, aunque me digas que no lo soy e intentes
tapar todo con una sonrisa, yo sé que sí, ahora que estoy grande soy lo suficientemente
capaz de descifrar tus miradas y lo que se esconde detrás de un ‘’estoy bien’’, también
perdón por eso, porque aunque sé lo que estás sintiendo y que hay sentimientos que estás
ocultando para no demostrar que estás mal, lo único que hago es seguir de largo, porque si
hay algo que sé hacer bien es evadir los problemas. Cada vez que veo la foto de los
abuelos, lloro y les pido perdón por no ser capaz de ser una buena hija para su hija, y
también les pido que te cuiden mientras yo intento hacerme lo suficientemente fuerte para
poder ayudarte, pero no me puedo confiar, últimamente le tengo mucho miedo al tiempo,
me asusta lo rápido que pasa, y me asusta pensar que cuando pueda empezar a ayudarte
a ser feliz sea demasiado tarde, no me lo perdonaría. Igualmente voy a intentar hacer mi
mayor esfuerzo para que eso no pase, pero lamentablemente, no puedo asegurar nada.
Gracias por ser la mejor mamá para mí y perdón por no ser la clase de hija que mereces,
por esto y más, perdón.

También podría gustarte