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Civil 06759 PDF
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La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la Republica, vista la causa número
cuatro mil novecientos cuarenta y seis guión dos mil ocho, en audiencia pública de la fecha y
producida la votación con arreglo a ley, se expide la siguiente resolución:
1. MATERIA DEL RECURSO:
Se trata del recurso de casación interpuesto por la demandante Corporación Peruana de
Aeropuertos y Aviación Comercial Sociedad Anónima – CORPAC, contra la sentencia de vista
obrante a fojas quinientos sesenta y cuatro, su fecha veinticinco de agosto de dos mil ocho,
expedida por la Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de Loreto, que confirmando la
sentencia apelada obrante a fojas quinientos dieciséis, su fecha veintinueve de abril del mismo
año, declara improcedente la demanda de reivindicación interpuesta contra Armando Ruiz
Pizango y otros; con lo demás que contiene.
2. FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA DECLARADO PROCEDENTE EL RECURSO:
Esta Sala ha declarado procedente el recurso mediante resolución de fecha treinta de marzo
del año en curso, obrante en el cuaderno de casación, por la causal prevista en el inciso 3° del
artículo 386 del Código Procesal Civil, relativa a la contravención de normas que garantizan el
derecho a un debido proceso, sustentado en los siguientes argumentos: a) Que, el Colegiado al
expedir la sentencia de vista no ha tomado en cuenta la incorrecta compulsa de los medios
probatorios ofrecidos oportunamente por la recurrente y actuados por el a‐quo, habiéndose
acreditado con ello el derecho de propiedad que tienen sobre el bien sub‐litis y cuya posesión
viene siendo ejercitada por la demandada sin su consentimiento; b) Que, el Colegiado ha
ejecutado indebidamente los artículos 196 y 200 del Código Procesal Civil.
3. CONSIDERANDOS:
PRIMERO.‐ La doctrina ha conceptuado el debido proceso como un derecho humano o
fundamental que asiste a toda persona por el sólo hecho de serlo, y que le faculta a exigir al
Estado un juzgamiento imparcial y justo ante un Juez responsable, competente e
independiente, toda vez que el Estado no solamente está en el deber de proveer la prestación
jurisdiccional a las partes o terceros legitimados, sino a proveerla con determinadas garantías
mínimas que le aseguren tal juzgamiento imparcial y justo, lo que se conoce como el debido
proceso en su dimensión procesal o adjetiva; en tanto que el debido proceso sustantivo no
sólo exige que la resolución sea razonable, sino esencialmente justa.
SEGUNDO.‐ Es del caso señalar que en el presente caso, la impugnante denuncia la indebida
valoración de los medios probatorios por parte de los juzgadores. Al respecto, es necesario
precisar que el artículo 197 del Código Procesal Civil regula la valoración de la prueba al
señalar que “Todos los medios probatorios son valorados por el Juez en forma conjunta,
utilizando su apreciación razonada. Sin embargo, en la resolución sólo serán expresadas las
valoraciones esenciales y determinantes que sustentan su decisión”. En virtud de la norma
glosada, se desprende que los medios probatorios forman una unidad y como tal deben ser
examinados y valorados por el Juzgador en forma conjunta, confrontando uno a uno los
diversos medios de prueba, puntualizando su concordancia o discordancia, para que a partir
de dicha evaluación el juzgador se forme una cabal convicción respecto del asunto en litis.
Nada obsta a los operadores jurisdiccionales realizar tal discernimiento, pues, si únicamente se
valorasen los medios probatorios de una de las partes y se soslayasen las pruebas actuadas por
la otra parte, no sólo se afectaría la norma procesal antes enunciada, sino que se atentaría
flagrantemente el principio constitucional según el cual nadie puede ser privado del derecho
de defensa en ningún estado del proceso, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 139, inciso
14°, de la Constitución Política del Estado.
TERCERO.‐ Para efectos de determinar si en el caso en concreto se ha vulnerado la norma
procesal antes glosada, es imprescindible hacer las siguientes precisiones. La presente
controversia gira en torno a la pretensión de CORPAC, quien reclama en contra del
demandado, la reivindicación de un área de terreno de un mil ciento ochenta y tres punto
treinta y seis metros cuadrados que viene ocupando indebidamente y que se encuentra dentro
de la propiedad de CORPAC en el terreno de mayor extensión de dos millones novecientos
setenta y cinco mil doscientos cuarenta metros cuadrados, el cual se encuentra inscrito en los
Registros Públicos.
CUARTO.‐ Mediante auto de fojas treinta y seis, se declaró rebelde al demandado y saneado el
proceso, siendo que mediante resolución número veintinueve de fojas doscientos noventa y
siete se declaró sucesores procesales del citado emplazado a Rodolfo Hoyos Torres y Rosa
Aspacho Isuiza; y, mediante resolución número treinta y cuatro de fojas cuatrocientos quince
se incorpora al proceso como litisconsorte necesaria, a la Comunidad Campesina de San Juan
de Miraflores, sustentado en que corresponde determinar si el terreno materia de
reivindicación se encuentra dentro del terreno de la citada Comunidad, precisándose además
que esta ha hecho uso de su derecho de defensa en la inspección judicial cuya acta corre a
fojas doscientos treinta y ocho y siguientes.
QUINTO.‐ El Juez, mediante sentencia obrante a fojas quinientos dieciséis, su fecha
veintinueve de abril de dos mil ocho, declara improcedente la demanda al estimar que no se
presentan los requisitos mínimos para la procedencia de la pretensión reivindicatoria,
fundamentalmente, porque considera que “tanto la demandante como la Comunidad
Campesina San Juan de Miraflores cuentan con títulos de propiedad sobre áreas de terrenos
cuyos límites físicos no ha sido establecidos hasta la fecha, es decir, tratándose de amplias
extensiones de terreno, a la fecha no se ha efectuado deslinde o delimitación de áreas o
linderos, existiendo dos derechos de propiedad que inclusive podrían encontrarse en oposición
(…) No es materia del proceso de reivindicación la delimitación de áreas y linderos (para eso
existe el proceso previsto en el artículo 504 del Código Procesal Civil) ni la determinación del
mejor derecho de propiedad en los supuestos en que exista superposición de áreas; por lo que
corresponde declarar improcedente la demanda” (considerando quinto de la sentencia de
primera instancia).
SEXTO.‐ Impugnada dicha decisión, la Sala Superior mediante sentencia obrante a fojas
quinientos sesenta y cuatro, confirma la apelada, bajo el fundamento de que tanto CORPAC
como la Comunidad Campesina San Juan de Miraflores cuentan con títulos justificados de
posesión que se remontan a los instrumentos públicos señalados, no resultando procedente la
acción reivindicatoria interpuesta en contra de ellos, toda vez que no se ha cumplido con los
supuestos concurrentes para el ejercicio de esta acción, faltando el requisito de ausencia de
título que justifique la posesión, pues consideran que no se ha determinado fehaciente e
indubitablemente si el predio sub materia se encuentra en un área que pertenece en forma
exclusiva a la propiedad de CORPAC.
SETIMO.‐ En virtud de lo expuesto, podemos apreciar que para declarar la improcedencia de la
presente demanda de reivindicación, los juzgadores han considerado dos puntos
determinantes: I) El inmueble de presunta propiedad de CORPAC se encuentra dentro del
predio perteneciente a la Comunidad Campesina San Juan de Miraflores; y, II) Al no
presentarse el requisito de ausencia en la parte demandada del título que justifique la
posesión, el proceso de reivindicación no es el idóneo para determinar el derecho de
propiedad que debe prevalecer.
OCTAVO.‐ En tal sentido, corresponde señalar que el derecho de propiedad es el derecho real
por excelencia, consagrado en el artículo 70 de la Constitución Política del Estado. Este
derecho otorga a su titular la posibilidad de usar , disfrutar, disponer y reivindicar un bien,
conforme señala el artículo 923 del Código Civil, siendo que este derecho sólo se realiza o
desarrolla de manera plena cuando excluye a otras personas en la participación del mismo
derecho sobre determinado bien, dado que es imposible que sobre un mismo bien existan o
subsistan dos idénticos derechos de propiedad. De otro lado, uno de los atributos del derecho
de propiedad es la reivindicación, entendida inicialmente como la pretensión real destinada a
conseguir la restitución de la posesión del bien, de la que se encuentra privado el propietario,
de persona que sólo tiene la calidad de poseedor; sin embargo, en virtud a que por su propia
naturaleza el derecho de propiedad excluye la posibilidad de que otra persona alegue idéntico
derecho sobre el mismo bien, el ejercicio del atributo reivindicativo comprende también la
posibilidad de recuperar la posesión del bien de persona que incluso se atribuye derecho de
propiedad, para cuya dilucidación es posible la aplicación de las reglas contempladas en el
Código Civil, sobre concurso de acreedores, prioridad registral, oponibilidad de derechos reales
y fe pública registral.
NOVENO.‐ Es necesario señalar que la doctrina comparte este criterio cuando señala “El
demandado no debe ostentar ningún derecho sobre el bien. No es necesario señalar que el
demandado invoque y pruebe ser propietario, también puede oponerse si cuenta con algún
derecho real que le habilite mantener en posesión legítima del bien. Esta alegación del
demandado no se aplica cuando su pretendido derecho deriva de hechos o relaciones jurídicas
que no derivan del actor. Por ejemplo, si el demandado invoca ser propietario, pero adquirió el
bien de un tercero, en este caso, hay dos cadenas de transmisiones, y el juez deberá evaluar
dentro de la misma reivindicatoria qué cadena es mas fuerte” (Gonzáles Barrón, Gunther.
Derechos Reales, Editorial Juristas Editores. I Edición. Setiembre – dos mil cinco, página
quinientos noventa).
DECIMO.‐ Consecuentemente, este Colegiado considera que la declaración de improcedencia
de la pretensión de reivindicación por el sólo hecho de oponérsele otro derecho de propiedad,
afecta, antes que el principio de valoración conjunta y apreciación razonada de las pruebas
previsto en el artículo 197 del Código Procesal Civil, el derecho al debido proceso de la
demandante, toda vez que –como se ha señalado‐ la referida pretensión permite la
dilucidación del derecho de propiedad que debe imperar; además, el traslado de la
controversia a otro nuevo proceso atenta contra los principios de economía y celeridad
procesal, regulados en el artículo V del Título Preliminar del Código Procesal Civil; por
consiguiente, corresponde anular la sentencia de vista así como la sentencia apelada, en virtud
de lo estipulado en el Artículo 396, inciso 2, numeral 2.3, del mencionado Código, a fin de que
el Juez dicte nueva sentencia con arreglo a ley, debiendo determinar en forma previa y
fehacientemente si el predio litigioso se encuentra ubicado dentro del terreno de propiedad
de la Comunidad Campesina San Juan de Miraflores o de CORPAC.
4. DECISION:
Por las razones anotadas y en aplicación del artículo 396, inciso 2° acápite 2.3, del Código
Procesal Civil:
Declararon FUNDADO el recurso de casación interpuesto por Corporación Peruana de
Aeropuertos y Aviación Comercial Sociedad Anónima – CORPAC, obrante a fojas seiscientos
uno; en consecuencia, NULA la sentencia de vista de fojas quinientos sesenta y cuatro, su
fecha veinticinco de agosto de dos mil ocho, emitida por la Sala Mixta de la Corte Superior de
Justicia de Loreto, e INSUBSISTENTE la sentencia apelada de fojas quinientos dieciséis, su fecha
veintinueve de abril de dos mil ocho.
ORDENARON al Juez de la causa que expida nueva sentencia conforme a lo indicado en el
décimo considerando precedente.
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano”, bajo
responsa bilidad; en los seguidos por Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación
Comercial Sociedad Anónima con Rodolfo Hoyos Torres y Rosa Aspajo Isuiza (sucesores
procesales de Armando Ruiz Pizango), y la litisconsorte necesaria Comunidad Campesina San
Juan de Miraflores, sobre reivindicación; interviniendo como Vocal Ponente el señor Távara
Córdova; y los devolvieron.‐
SS.
TAVARA CÓRDOVA
PALOMINO GARCIA
CASTAÑEDA SERRANO
ARANDA RODRIGUEZ
IDROGO DELGADO
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SENTENCIA
CAS. N° 4946‐2008
LORETO