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postconflicto en Colombia
Universidad de Nariño
Resumen
Résumé
Introducción
Desde la opinión pública, se tiene mayor claridad en que la firma de acuerdos con
los grupos armados no significaría el fin de la violencia pero sí podría enfocar al país
hacia un cambio de mentalidad, de imaginarios, de sistema de creencias, para
reducirla, aprender a superarla y alcanzar nuevas oportunidades que ampliarán el
agendamiento público también a nuevas posibilidades, pendientes por décadas.
El proceso de postconflicto, abre el telón para una nueva escena que se espera guíe
y sostenga un estado de transición social, política, cultural y económica; posterior al
análisis del concepto se identifican, de acuerdo a la revisión de la literatura,los
principales componentes o “retos” del postconflicto (en su dimensión política), que
posibilitarían la escenografía hacia ese estado de transición, a saber: “la reforma al
diseño institucional, la reintegración política de excombatientes, la reconciliación
política, y la profundización de la democracia” (Ugarriza, 2013, p 146).
El posconflicto
La tasa nacional de homicidios (el número de casos por cada 100.000 habitantes)
podría estar por debajo de 30, lo que no se logra desde finales de los 70. (…) la
cifra de miembros de la Fuerza Pública muertos en servicio en el 2014 llegó a 260.
Este número es inferior al del 2013, cuando alcanzó los 343. Se convierte en la cifra
más baja en diez años, según el Ministerio de Defensa Nacional. La cifra más alta
fue la del 2005, con 629 uniformados. (…) De otro lado, el número de guerrilleros
muertos en combate fue de 275 en el 2014. Se convierte en una cifra inferior a la
del 2013, año en que se reportó un total de 316 subversivos dados de baja.
Entre 1989 y 2012, las agendas políticas de los procesos de paz en el mundo
incluyeron la discusión sobre elecciones, creación de gobiernos interinos,
integración de rebeldes a las Fuerzas Armadas, conversión de grupos armados en
organizaciones políticas, acuerdos de poder compartido nacionales o locales,
autonomías, derechos culturales, desarrollo regional, referendos sobre temas
sensibles (e.g., estatus de un territorio), federalismo, independencia y redacción de
una nueva constitución.(p.147)
El concepto de Construcción de Paz incluye uno de los puntos clave o senda del
postconflicto, pero antes, es preciso identificarlo también como proceso
institucional, que desde el método “top down”, conserva algunas pautas
interesantes al debate. Como lo afirman Charbonneau, B y Parent, G. (2012) existe
una amplia discusión acerca de los enfoques “top-down” y “bottom-up” que se
orientan en diferente dirección frente a la preocupación por implementar el proceso
de construcción de paz o “Peacebuilding”, pero se ignora que ambos enfoques
pueden aportar significativamente al proceso, y es lo que se pretende exponer antes
de abordar las sendas del postconflicto:
Institutional reforms and better state and international policies are obviously badly
needed, but trauma cannot be addressed and healing cannot progress without
proper social conditions, just as peace and reconciliation cannot be supported and
advanced without engaged and healthy citizens. (p. 12)
Otros de los atributos que toman forma dentro del proceso de construcción de paz,
más allá del cese bilateral del fuego y la reducción de homicidios por el conflicto
armado, según Rettberg (2012) son: el DDR (desarme, desmovilización y
reintegración de excombatientes), la reconciliación, la atención a población
vulnerable, la construcción de memoria y verdad, la justicia transicional y la
reparación, la prevención de la violencia y el crimen, la reforma de las Fuerzas
Armadas y de Policía, la reconstrucción y el desarrollo económico, la estabilización
política y la participación del sector privado, la sociedad civil y la comunidad
internacional.
After the war, the societal and cultural fabricisd renched with these beliefs. They can
be seen in how history is described, how the language isused, in education, the
media, theatre etc. In order to live in peace, these beliefsmustbe questioned and
transformed. Thechanging of stereotypedbeliefsis a crucial step in the process of
reconciliation (…) Similarly, supportin glocal and culturally groundedinitiatives
forreconciliation willhave the highest legitimacy and sustainability in the long run. (p.
13-14).
Por eso, en últimas evoco la memoria de los ancestros y sus deidades anfibias,
fiesteras y pacíficas. A ellas, y ante todo a ellas, podemos ahora entregarnos, si
queremos llegar a la nueva era de progreso y de paz y a la nueva sociedad. La
violencia en Colombia (Fals Borda, 2005, p. 22)
María Lucía Méndez (2011) sostiene que a finales de los años 90´s en Suráfrica, el
tema de la Reconciliación Social, a nivel global toma auge, por los procesos de post-
apartheid que promovieron el reconocimiento de los Derechos Humanos para los
grupos poblacionales y pueblos tribales que reclamaban la visibilización de sus
necesidades y por lo tanto el reconocimiento político y cultural que por años fue
ignorado.
En América del Sur en los años 80´s y 90´s se empiezan a estructurar procesos de
justicia transicional y reconciliación por medio de las Comisiones de la Verdad, como
en los casos de Argentina y Chile en el año de 1984 y de El Salvador en 1992.
Méndez (2011) sostiene que en Colombia, desde el gobierno del expresidente
Virgilio Barco (1986- 1990), el tema de la Reconciliación se ha puesto en la agenda
pública. Los gobiernos que le sucedieron, se han caracterizado por introducir en el
discurso y en los planes de gobierno, las bondades de la reconciliación pero sin
evidenciar avances importantes en el tema del postconflicto.
Entre ellos destaco los valores de índole comunitaria y filantrópica, los de ayuda
mutua, intercambio de brazos, producción colectiva, resguardos, ayllus, mingas y
respeto por la naturaleza, en fin, valores altruistas que no han sido del todo
destruidos o desplazados por el moderno individualismo egoísta.(p. 5)
Fals Borda identifica como integrantes de la raza cósmica a las negritudes, a los
indígenas, a los campesinos principalmente, en quienes se forjó la idiosincrasia y la
mestiza identidad nacional. Se definen como aportes de la raza cósmica por
ejemplo, el valor antiseñorial constituido actualmente por quienes defienden la
dignidad política y personal desde los gobiernos locales o comunales, por otra parte,
también el valor de los colonos o campesinos que huyeron de la guerra para
construir una autóctona cultura de paz habitando zonas de frontera agrícola, por
último el valor de las comunidades étnicas aportando el significado endógeno de la
colectividad, la relevancia del entorno comunitario, la filantropía, el altruismo, el
ecologismo, la libertad, la dignidad política y administrativa como la autonomía, la
auto-organización, el autogobierno y principalmente, para éste tema en cuestión: la
convivencia pacífica.
Esta senda prioriza la necesidad de una estabilidad política que se estructure a partir
del proceso de transición hacia el postconflicto y de acuerdo a ello a partir de un
diseño institucional que abarca la construcción de “la redacción constitucional, la
ingeniería de sistemas electorales, la implementación de mecanismos de
representación y participación, la cesión de autonomías y la composición de los
poderes del Estado” (Ugarriza, 2013, p 147), según el autor, se debe incluir también,
las nuevas propuestas en torno a la promoción de la democracia deliberativa en los
escenarios de postconflicto y que requieren, en primera instancia, de la legitimación
e implementación de mecanismos que brinden las condiciones para ello. Una de
esas condiciones para el afianzamiento de cesión de autonomías, la armonización
de los poderes del Estado e incluso el fortalecimiento de los mecanismos de
representación, considero,es la descentralización, pero orientada al aumento de
capacidades políticas en las denominadas “entidades subnacionales excluidas” que
se detallan más adelante.
De acuerdo a lo anterior, Brounéus (2003), considera que para lograr una Paz
sostenible en una sociedad en conflicto, es vital integrar las raíces de una nación
como sus tradiciones y cultura, sin importar si ya se han cimentado o internalizado
algunas características exógenas: “These arch for sustainable peace in a society
after conflicto must begin from its own roots, importing from outside whatever can
be of use, but basing that society’s transformation onitsown unique set of traditions
and cultural heritage”. (p.22).
Por lo tanto, no solo la renta debe dominar el debate político acerca del aumento de
autonomía o capacidades en los territorios, la región posee privaciones como la
pobreza que obstaculizan la posibilidad de generar procesos de desarrollo y
transformación cualitativa de sus habitantes, y en este aspecto los partidos políticos,
no han aprovechado los procesos de descentralización, para integrar espacios o
entidades sub-nacionales con características socioeconómicas e histórico-
culturales semejantes para superar algunas de esas privaciones.
Así, las privaciones en una sociedad o región se entienden como una privación en
el sistema político, en sus partidos mismos. Sen, analiza que es necesario comparar
las situaciones de pobreza y desigualdad teniendo en cuenta las particularidades
de cada región y país para definir las privaciones más representativas que deben
superarse; y el sistema político y sus partidos deben contemplar como esencial en
su agenda este ejercicio práctico con el fin de proveer eficacia, eficiencia y
efectividad en sus acciones políticas, más aún en los espacios sub-nacionales
donde la descentralización les aporta herramientas que optimizarán sus
capacidades, capacidades por ejemplo, en la toma de decisiones frente a políticas
públicas en torno al postconflicto.
Así, el sistema político de la mano con la descentralización, puede aumentar sus
capacidades. Para Francisco Gutiérrez (2010), esto se conoce como una nueva
forma de nacionalización promovida por:
Según el sociólogo Orlando Fals Borda (2013), “la descentralización, para que
tenga éxito, necesita de un ordenamiento simultáneo” (…) “Ordenamiento y
descentralización deben ser tratados como hermanos siameses”. Para Borda, es de
vital importancia fortalecer las entidades territoriales constitucionales olvidadas en
el papel, son estas las ETIS, las provincias y las regiones; la descentralización fiscal,
administrativa y política debe basarse en estas tres entidades, afianzarlas, y con
mayor posibilidad, el sistema político se fortalecerá en el torno a estas entidades.
Fals Borda propone frente a esta problemática, crear una república regional unitaria,
una unión de regiones, basadas en las ETIS, la provincia y la región, extinguir la
figura del departamento el cual, hasta el momento, es el principal escenario de
acción para ejercer la descentralización como la participación política de los partidos
y los movimientos. Fortaleciendo las regiones históricogeográficas, la participación
de los partidos y el accionar de las instituciones promoverán a formar sujetos
capaces de reconocer sus potencialidades y valores para proyectarlos en procesos
realmente transformadores.
Las debilidades del sistema político para representar algunos sectores sociales, y
su incapacidad para atender a sus demandas, son a su vez causas
próximas/institucionales y sistémicas/estructurales. Además de la evidente
conexión entre la disponibilidad de recursos ilegales y persistencia de grupos
armados en el país, se identifica también sugerida, una conexión entre debilidad de
la democracia y violencia: la histórica desconexióndel sistema político por parte de
importantes sectores de la población colombiana –o surelacionamiento por vías
ilegales y redes clientelistas y de cooptación–, y la incapacidadinstitucional para
promover bienestar y seguridad material contribuyen a la continuación del conflicto.
(Gonzales, 2003).
Conclusión
Referencias