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EXPEDIENTE 3016-2013

CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD INTEGRADA POR LOS


MAGISTRADOS, GLORIA PATRICIA PORRAS ESCOBAR QUIEN LA
PRESIDE, MANUEL DUARTE BARRERA, MAURO RODERICO CHACÓN
CORADO, HÉCTOR HUGO PÉREZ AGUILERA, ROBERTO MOLINA
BARRETO, HÉCTOR EFRAÍN TRUJILLO ALDANA Y JUAN CARLOS
MEDINA SALAS: Guatemala, catorce de julio de dos mil quince.

Se tiene a la vista para dictar sentencia, la acción de inconstitucionalidad


general total promovida por Roberto Ricardo Villate Villatoro, en su calidad
de Diputado al Congreso de la República de Guatemala y Jefe de Bancada
del Partido Libertad Democrática Renovada, contra el Precedente
Legislativo dos-dos mil trece (2-2013), emitido el cuatro de julio de dos mil
trece. El solicitante actuó con el patrocinio de los abogados Rodolfo
Colmenares Arandi, Edgar Rodolfo Vásquez Ayala y Eddy Gustavo
Rodríguez Cardona. Es ponente en este caso el Magistrado Vocal I, Manuel
Duarte Barrera, quien expresa el parecer de este Tribunal.

ANTECEDENTES

I. FUNDAMENTOS JURIDICOS DE LA
IMPUGNACIÓN
Lo expuesto por la postulante se resume: a) son fuente del Derecho
Parlamentario la Constitución Política de la República de Guatemala, la Ley
Orgánica del Organismo Legislativo, la jurisprudencia en materia
constitucional, los usos y costumbres y los precedentes legislativos,
adoptados de conformidad con el artículo 5°. de la Ley ibídem que en su
segundo párrafo establece: "... Las disposiciones interpretativas aprobadas
por el Pleno del Congreso de la República, en materia de debates y
sesiones serán considerados como precedentes y podrán ser invocados
como fuente de derecho."; b) en el presente caso existe antinomia entre la
Constitución Política de la República y el precedente legislativo impugnado.
Debe entenderse por antinomia la colisión de dos normas que no pueden
ser aplicadas al mismo tiempo, divergencia que se resuelve eliminando una
de las dos normas o las dos si fuese necesario. El ordenamiento jurídico
guatemalteco constituye unidad sistemática, por lo que esta antinomia debe
ser resuelta de conformidad con el aspecto jerárquico, porque hay relación
de subordinación entre las normas, debiendo prevalecer el precepto
constitucional, por ser el de mayor jerarquía; c) el articulo 166 del Texto
Fundamental, en su parte conducente, establece: "... Ni el Congreso en
pleno, ni autoridad alguna, podrá limitar a los diputados al Congreso el
derecho de interpelar, calificar las preguntas o restringirlas...", razón por la
que debe ser eliminado el precedente legislativo impugnado que posibilita
que, estando en curso una interpelación, se decida con el voto favorable de
las dos terceras partes de los diputados que integran el Congreso de la
República, que ese procedimiento de fiscalización provisionalmente debe
ceder un espacio, de forma temporal, para que el Congreso de la República,
en ejercicio de su facultad legislativa, conozca de iniciativas
específicamente detenidas que sean de orden económico, social o
financiero que no estén sujetas a un plazo fatal o por mandato
constitucional, siempre que en tal ejercicio se propicie el desarrollo normal
de los órganos del Estado y de la sociedad en general, de manera que una
vez cumplido el acto, de forma inmediata y sin interrupción, se prosiga con
la interpelación provisionalmente interrumpida, hasta que aquella culmine
por voluntad de el o los interpelantes, en el entendido que la interrupción de
la Interpelación no puede provocar la finalización del ejercicio de la
atribución fiscalizadora; d) los artículos 165, 166 y 167 de la Constitución
Política de la República de Guatemala, regulan el proceso de interpelación o
juicio político, que no puede ser limitado, salvo por cuestiones que se
refieran a seguridad nacional o a la existencia de algún asunto de orden
constitucional sometido a plazo fetal. Los precedentes legislativos son
disposiciones interpretativas de menor jerarquía a los preceptos
constitucionales antes citados, consecuentemente, su observancia no
puede ser reclamada con el argumento de ser interpretativas respecto a
vacíos creados por la Norma Fundamental, porque esta es clara y no
necesita interpretación.

II. TRÁMITE DE LA
INCONSTITUCIONALIDAD
No se decretó la suspensión provisional. Se confirió audiencia por quince
días al Congreso de la República de Guatemala y al Ministerio Público, por
medio de la Fiscalía de Asuntos Constitucionales, Amparos y Exhibición
Personal. Oportunamente se señaló día y hora para la vista pública.

III. RESUMEN DE LAS ALEGACIONES


A) El Congreso de la República de Guatemala expuso: a) fue notificado de
la resolución de catorce de febrero de dos mil trece, dictada por la Corte de
Constitucionalidad en el expediente cuatrocientos sesenta y cuatro-dos mil
trece (464-2013), en la que se dispuso: "V. Es función esencial de esta
Corte la defensa del orden constitucional, relevante para garantizar el
normal funcionamiento de los órganos del Estado a efecto de que cumplan
las obligaciones y deberes que la Constitución les ordena, en especial
cuando su designación dependa de plazos que no pueden ser demorados
sine die sin causar colapso institucional de órganos constitucionales. Esta
Corte, atendiendo principios de prioridad derivadas de la interpretación
finalista de dicho cuerpo normativo fundamental, estima que, en el caso
planteado en amparo, se configuran los supuestos previstos en los artículos
27 y 28 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad,
por lo que procede el otorgamiento del amparo provisional solicitado; como
consecuencia el Congreso de la República de Guatemala debe actuar
conforme lo que en este auto se prescribe: 1) El pleno del Congreso de la
República podrá proceder de inmediato, y sin interrupción, a la elección de
los presidentes de las Comisiones que son parte orgánica del mismo; 2)
acto seguido, deberá continuar, también sin interrupción, con el
procedimiento de interpelación que estuviere en curso; 3) en su
oportunidad, los presidentes de las Comisiones indicadas podrán informar
por escrito al pleno del Congreso de la República la integración de estas; 4)
los diputados al Congreso de la República, salvo los casos previstos en los
artículos 62, 63 y 64 de la Ley Orgánica del Organismo Legislativo, quedan
obligados al cumplimiento de deberes que les imponen la Constitución
Política de la República, el Decreto 63-94 del Congreso de la República y
demás leyes..."; b) en cumplimiento de la resolución antes citada, el
Congreso de la República emitió el Acuerdo cuatro - dos mil trece (4- 2013),
en el que se declaró electos a los presidentes de las comisiones de trabajo
del referido Organismo, para el período dos mil trece-dos mil catorce (2013-
2014); c) el siete de mayo de dos mil trece, la Corte de Constitucionalidad
emitió sentencia en el expediente cuatrocientos sesenta y cuatro-dos mil
trece (464- 2013), en la que resolvió: "I) Otorga en definitiva el amparo
solicitado por Manuel de Jesús Barquín Durán, en lo personal y como
Diputado del Organismo Legislativo, contra el Congreso de la República. II)
Consecuentemente, hace cesar en definitiva la amenaza objetada en
amparo, y respalda como constitucionalmente legítima la actuación
realizada por el Congreso de la República en la elección de presidentes de
las comisiones de trabajo de ese organismo de Estado, realizada en sesión
del diecinueve de febrero de dos mil trece, en consonancia con el amparo
provisional otorgado por esta Corte en resolución de catorce de febrero de
dos mil trece. III) Esta Corte: a) ordena remitir ejecutoría del presente fallo al
Congreso de la República, a efecto de que en la sesión (ordinaria o
extraordinaria) que corresponda después de la fecha en que se reciba esa
ejecutoria, se dé lectura, por quien corresponda, en el Pleno del Congreso
de la República, al Considerando IV de esta sentencia; b) exhorta al
Congreso de la República a continuar aplicando el precedente legislativo
aprobado por decisión soberana de su órgano supremo, en la sesión de
diecinueve de febrero de dos mil trece, aplicable para eventos en los que
estando en curso una interpelación, se decida por votación mayoritaria de
quienes integran el Congreso de la República, que ese procedimiento de
fiscalización provisionalmente debe ceder un espacio, de forma temporal,
para que el Congreso de la República cumpla un mandato constitucional
cuya observancia está condicionada por el ejercicio de una facultad dentro
de una fecha o plazo fatal constitucional y legalmente determinados, y
siempre que con tal ejercicio se propicie el desarrollo normal de los órganos
del Estado; de manera que una vez cumplido ese acto, de forma inmediata
y sin interrupción, se prosiga con la interpelación provisionalmente
interrumpida hasta que aquella culmine por voluntad de él o de los
interpelantes, en el entendido que la interrupción de aquella interpelación rio
puede provocar la finalización del ejercicio de la atribución físcalizadora; c)
indicar al Director Legislativo del Congreso de la República, que en el plazo
de tres días contados a partir de la fecha en la que se reciba en ese
organismo de Estado la ejecutoria de este fallo, dicho funcionario debe
proceder a registraren el Libro de Registro de Precedentes del Congreso de
la República, los precedentes legislativos aprobados por el Congreso de la
República en sesión de diecinueve de febrero de dos mil trece, según quedó
indicado en la literal b) precedente; y d) sugiere al Presidente de la Junta
Directiva del Congreso de la República y al Director Legislativo de dicho
organismo de Estado, que por los medios que ambas autoridades estimen
más convenientes, hagan del conocimiento de todos los Diputados que
integran la actual legislatura del Congreso de la República, el contenido
íntegro de esta sentencia..."; d) no existe ninguna colisión o antinomia en el
precedente legislativo tachado, por lo que estando en curso una
interpelación, esta debe ceder espacio para que se cumplan con los
mandatos constitucionales. B) El Ministerio Público argumentó: a) para que
una disposición normativa pueda ser impugnada en la vía de
inconstitucionalidad general, en la jurisdicción constitucional guatemalteca,
se requiere que esta ostente el carácter de general; b) Manuel de Jesús
Mejicanos Jiménez, en el libro de su autoría "La Inconstitucionalidad de
Leyes, Reglamentos y Disposiciones de Carácter General en el
Ordenamiento Jurídico Guatemalteco afirma: I. cuando se hace referencia al
vocablo «leyes» esto debe entenderse como todas aquellas disposiciones
normativas emanadas del Congreso de la República que propendan a
regular conductas de los gobernantes y gobernados, una vez cumplido el
debido procedimiento legislativo establecido constitucionalmente para su
validez y vigencia; ii. la Constitución Política de la República también habilita
la impugnación vía inconstitucionalidad abstracta de disposiciones
reglamentarias, es decir, aquellas que, conforme el articulo 183, literal d),
constitucional, son emitidas por el Organismo Ejecutivo, con el objeto de
desarrollar leyes emanadas por el Congreso de la República, sin alterar su
espíritu; y iii. una disposición de carácter general es aquella que establece
un comportamiento jurídico obligatorio -ex lege- que va dirigido a un número
indeterminado de personas y que por su carácter erga omnes integra el
ordenamiento jurídico como un acto de contenido normativo y alcance
general; para ser considerada pasible de ser impugnada mediante
inconstitucionalidad abstracta debe tener un carácter obligatorio y existir en
la ley alguna sanción por inobservancia de este tipo de disposiciones; c) lo
que se impugna en el presente caso lejos de ser un bloque normativo, es un
precedente legislativo que regula la forma de realizar las interpelaciones en
el Congreso de la República, por lo que es un acto de carácter
eminentemente interno, que no reviste el carácter de generalidad, por lo que
el pronunciamiento requerido por el accionante debe desestimarse por la
ausencia de parámetros de constitucionalidad; d) el precedente legislativo
impugnado no constituye ley, reglamento o disposición de carácter general
como lo determinan los artículos 267 de la Constitución Política de la
República de Guatemala y 133 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y
de Constitucionalidad, por lo que la presente acción debe ser declarada sin
lugar.

IV. ALEGATOS EN LA DÍA DE LA VISTA


A) Roberto Ricardo Villate Villatoro, accionante, afirmó que: a) a diferencia
del precedente legislativo uno-dos mil tres (1-2003), el contenido del
precedente impugnado, que se refiere a temas económicos, sociales y
financieros, no se ha discutido ni mencionado en ninguna acción de
inconstitucionalidad o amparo sobre la que hubiere conocido con antelación
la Corte de Constitucionalidad; b) el Congreso de la República es una
instancia eminentemente política, pero también en su actuar debe observar
la Constitución Política de la República de Guatemala, las leyes ordinarias y
sus reglamentos; c) el precedente no se encuentra incluido en la teoría de la
pirámide del ordenamiento jurídico, porque es una cuestión administrativa o
reglamentaria que aplica solamente dentro del Congreso de la República,
pero que puede originar nuevos precedentes que afecten aún más el
desempeño del Congreso o a la propia Constitución, por lo que se hace
necesario tener certeza jurídica hacia futuro sobre si el precedente
impugnado surgió de la jurisprudencia de la Corte que concierne a los casos
en los que haya plazo fatal o temática constitucional; d) reiteró los
conceptos vertidos en el escrito por el que promovió la inconstitucionalidad
general total. Solicitó que se declare con lugar la referida acción
constitucional y, como consecuencia, se deje sin vigencia el precedente
legislativo impugnado. B) El Congreso de la República de Guatemala
argumentó que el accionante ha propuesto y avalado mociones privilegiadas
que están relacionadas con el precedente legislativo que ahora impugna.
Solicitó que declare sin lugar la inconstitucionalidad general total instada. C)
El Ministerio Público expuso los mismos conceptos que refirió en el escrito
presentado al evacuar la audiencia por quince días que le fuera conferida.
Solicitó que se declare sin lugar la inconstitucionalidad promovida.

CONSIDERANDO

-I-
(Principio de unidad, coherencia y fuerza Integradora de la Constitución)
La Corte de Constitucionalidad ha interpretado, como base del orden
constitucional, que ante la posibilidad de un conflicto o antinomia en el texto
supremo de la nación, debe preferirse un resultado armónico y coherente.
En particular, cuando esa posible contradicción deriva de una perspectiva
simple que contradice el espíritu plenario de la Constitución Política de la
República que, como predica el Preámbulo, concibe al Estado "como,
responsable de la promoción del bien común, de la consolidación del
régimen de legalidad, seguridad, justicia, igualdad, libertad y paz".

En sentencia de doce de septiembre de mil novecientos ochenta y ocho


lo asentó en el Expediente 192-88: "La interpretación no consiste en una
simple operación mecánica confrontativa entre el precepto, o alguno de sus
elementos, con la normativa constitucional, aislados del resto de la materia
aplicable, sino debe hacerse estructurando los conceptos, siendo desde
luego importantísimas las dicciones utilizadas en la legislación, con la
finalidad del marco legal en que los mismos se encuentran."

Asimismo, en sentencia de siete de marzo de dos mil catorce esta Corte


explicó que "la Constitución se interpreta siempre en forma sistemática y
armónica, haciendo compatible internamente todo su contenido y todas sus
normas tienen la misma jerarquía y aplicación." (Expediente 461-2014) En
esta sentencia hizo cita de otras relativas al anterior enunciado, siendo las
de diecinueve de octubre de mil novecientos noventa (Expediente 280-
90); de ocho de febrero de dos mil once (Expediente 1994-2009) Estas
sentencias reiterativas, por la consistencia de sus tesis interpretativas,
contienen doctrina legal, conforme el articulo 43 de la Ley de Amparo,
Exhibición Personal y Constitucionalidad.

-II-
Se ha sometido a esta Corte resolver acerca de la denuncia de
inconstitucionalidad del Precedente Legislativo dos-dos mil trece (2-2013)
por el cual el Congreso de la República acordó: "Estando en curso una
interpelación, se decida con el voto favorable de las dos terceras partes de
los diputados que integran el Congreso de la República, que ese
procedimiento de fiscalización provisionalmente debe ceder un espacio, de
forma temporal, para que el Congreso de la República en ejercicio de su
facultad legislativa conozca de iniciativas específicamente determinadas
que sean de orden económico, social o financiero, que no esté sujeto al
cumplimiento de un plazo fatal o por un mandato constitucional, siempre
que con tal ejercicio se propicie el desarrollo normal de los Órganos del
Estado y la sociedad en general, de manera que una vez cumplido ese acto
de forma inmediata y sin interrupción, se prosiga con la Interpelación
provisionalmente interrumpida hasta que aquella culmine por voluntad de él
o los interpelantes, en el entendido que la interrupción de aquella
Interpelación no puede provocar la finalización del ejercicio de la atribución
físcalizadora." (Texto del proyecto de precedente certificado por el
Secretario del Congreso de la República).

La parte impugnante señala que dicho precedente confronta y viola la


norma contenida en el párrafo segundo del artículo 166 de la Constitución
Política de la República que copiada con fidelidad reza: "Ni el Congreso en
pleno, ni autoridad alguna, podrá limitar a los diputados al Congreso del
derecho de interpelar, calificar las preguntas o restringirlas" Expresó sus
razones como se han extractado en el segmento de Antecedentes de esta
sentencia.

El Congreso de la República citó el considerando V de la resolución de esta


Corte de catorce de febrero de dos mil trece en el expediente 464-2013,
transcribiendo para el efecto la disposición de este Tribunal que le allanó la
posibilidad de elegir a los presidentes de las comisiones congresales,
interrumpiendo al efecto una interpelación en curso; cita también parte de la
sentencia de la Corte de Constitucionalidad de siete de mayo de dos mil
catorce pronunciada en el citado expediente, en especial el apartado b) del
romano III por el cual "exhorta al Congreso de la República a continuar
aplicando el precedente legislativo aprobado por este Organismo en su
sesión de diecinueve de febrero de dos mil trece, aplicable para eventos en
los que estando en curso una interpelación, se decida por votación
mayoritaria de quienes integran el Congreso de la República, que ese
procedimiento de fiscalización provisionalmente debe ceder un espacio, de
forma temporal, para que el Congreso de la República cumpla un mandato
constitucional cuya observancia está condicionada por el ejercicio de una
facultad dentro de una fecha o plazo fatal constitucional y legalmente
determinados, y siempre que con tal ejercicio se propicie el desarrollo
normal de los órganos del Estado; de manera que una vez cumplido ese
acto, de forma inmediata y sin interrupción, se prosiga con la interpelación
provisionalmente interrumpida hasta que aquella culmine por voluntad de él
o de los interpelantes, en el entendido que la interrupción de aquella
interpelación no puede provocar la finalización del ejercicio de la atribución
físcalizadora."

El Ministerio Público aludió a la naturaleza del precedente indicado,


señalando que dicha disposición carece del carácter de generalidad porque
aplica únicamente en el seno del Congreso de la República, razón por lo
que no es procedente el medio empleado para atacarlo.

-III-
(El conflicto planteado: un Precedente frente a una norma constitucional)
Esta Corte examina la solicitud de declaratoria de la inconstitucionalidad,
tanto por los argumentos de la parte solicitante como por los propuestos por
el Congreso de la República y el Ministerio Público. Agrega a la toma en
cuenta de los criterios de las partes, el principio iura novit curia que permite
al Tribunal interpretar el texto constitucional en su plenitud normativa.
A la pregunta acerca de si un precedente congresal puede limitar el ejercicio
de un derecho parlamentario constitucional, la respuesta enfática, a primera
vista, sería negativa. Imposible, en un caso concreto, que una mayoría de
congresistas pueda condicionar la forma de ejercicio de una interpelación
por medio de un precedente legislativo. En este supuesto, el valor
preceptivo del precedente perdería valor frente a una norma de indiscutible
fuerza obligante. Sin embargo, como suele suceder en el derecho, cuando
se advierte la existencia de alguna lectura antinómica entre dos o más
normas, debe procederse a la interpretación de autoridad para confrontarlas
conforme métodos consolidados en la jurisprudencia constitucional. Así del
examen de la institución defendida (derecho de cualquier diputado a
interpelar sin que sean calificadas o restringidas sus preguntas por el Pleno
del Congreso ni por otra autoridad) podría determinarse si su ejercicio
extremo afecta o no el régimen democrático representativo de la nación y el
despliegue de una de sus instituciones en su función legislativa, Desde
luego, debe suponerse que, escudriñando la lógica y razonabilidad de las
instituciones constitucionales, podría encontrarse el sentido de plenitud del
sistema para que, dentro de la normalidad, operen armónicamente derechos
políticos individuales y derechos políticos corporativos para que la
representatividad legitima de ambos pueda tener curso en el Estado. Una
respuesta razonable y balanceada necesitaría examinar dos cuestiones
políticas fundamentales: a) la colisión irremediable entre el derecho
constitucional de uno o más diputados a la interpelación parlamentaria, con
relativa exclusión, bloqueo o retraso de las funciones constitucionales del
Congreso de la República; o bien b) la posibilidad de inclusión o
coexistencia de ambas potestades constitucionales.

Frente a la disyuntiva anterior, un criterio de interpretación global y finalista


de la Constitución, como régimen político ordenador de la vida social y con
mira al bien común, apuntarla a que el legislador constituyente no habría
tenido la intención de subyugar las potestades y funciones del órgano
representativo y democrático al posible secuestro de ellas por la voluntad de
uno o de varios diputados electos, igual que los demás, por el pueblo que
les encargó su representación para el cumplimiento de los fines del Estado.
Entre éstos, el de la legislación que es una de las manifestaciones más
claras del poder público. (Introducción del tema en la discusión
constituyente)

La Asamblea Nacional Constituyente integró una comisión plural redactora


del proyecto de la Constitución que elaboraba, formada por treinta
diputados, conocida como "Comisión de los 30". Los debates de esta
quedaron registrados en su Diario de Sesiones, recogiendo en versiones
taquigráficas las intervenciones de sus integrantes y los textos de sus
propuestas.

De esos debates se establece que la interpelación fue entendida como una


de las atribuciones del Congreso de la República, por lo cual debería quedar
regulado en el Capítulo correspondiente a ese organismo y no en el
dedicado al Ejecutivo, como la había sido en constituciones anteriores.
Entendida la institución como uno de los actos políticos que fortalecen la
función congresal y, además, como parte de la fiscalización que se le
atribuye al cuerpo representativo sobre la función de los ministros de
Estado, debe elucidarse el alcance de la norma constitucional que garantiza
a uno o más diputados que su derecho a interpelar no pudiera ser limitado
ni que sus preguntas fuesen calificadas o restringidas, por el Pleno ni por
autoridad alguna. Para el caso, analizando expresiones de algunos
constituyentes, se observa que precisamente su cautela fue la de impedir
que el acto de interpelación pudiera ser restringido, habiendo concretado
algunos que tal limitación había consistido en que, quien presidia el
Congreso o la Junta Directiva, se arrogara la atribución de calificar las
preguntas formuladas por el o los diputados que solicitaban interpelar a un
ministro de Estado.

En sesión de dieciocho de marzo de mil novecientos ochenta y cinco, el


diputado Jorge Skinner Klée dijo en la Comisión de los Treinta:
"Recuérdense ustedes, que se llegó al colmo en el Congreso, y para mí era
inaudito, que las preguntas en una interpelación se calificaban cual pliego
de posiciones ante un juzgado." (Diario de Sesiones número 79). En la
sesión del día siguiente, el diputado Rafael Téllez García se manifestó en
términos similares: "...se desnaturalizó la verdadera función del Congreso
de la República; incluso, se llegó al extremo de coartar a los Diputados,
hasta el derecho de libre interpelación, porque una Directiva acordó calificar
previamente las preguntas de una interpelación, y, prácticamente, la
fiscalización, que es una de las funciones del Organismo Legislativo, se
desnaturalizó, porque muchas veces se impidió el derecho de los
Diputados, de fiscalizar a los Ministros." (Diario de Sesiones número 80). En
sesión de día veintiuno del mes y año citados, el diputado Jorge Skinner
Klee, coautor con otro representante, de la enmienda que contiene el texto
que los accionantes estiman vulnerado por el Precedente que objetan de
inconstitucionalidad, intervino y, en el curso de su discurso, argumentó: "(...)
hay que tachar las palabras del texto 'cualquier acto de gobierno' esto ha
dado lugar a molestias, precisamente fue el clavito ardiente (del) que se
agarró la pasada Junta Directiva del Congreso, para ejercitar la facultad de
calificar y decir a nosotros nos corresponde determinar si la cuestión es o no
acto de gobierno, tenemos que suponer que haya una racionalidad en el
ejercicio de las facultades." (Diario de Sesiones número 82) Estas
manifestaciones de asambleístas tenderían a explicar las razones por las
cuales en el Diario de Sesiones consta:

EL R. SECRETARIO GARCIA RODAS:

Enmienda por sustitución al Artículo 116-A. Los Ministros (...)


anticipación. Ni el Congreso en Pleno, ni ninguna autoridad, podrá limitar el
derecho de interpelar a los Diputados al Congreso, ni calificar las preguntas
o restringirlas" Cualquier Diputado (...) siguientes" (firma de los dos
ponentes) Guatemala, 21 de marzo de 1985. (El énfasis en negrilla no es
del original).

La redacción actual, como figura en el articulo 166 de la Constitución, luego


de la revisión de estilo (por cierto, afortunada), es idéntica a su propuesta
original, por lo que de su lectura se puede extraer: primero, que nadie puede
impedir el derecho de un diputado, uno solo, a plantear y realizar una
interpelación a ministros de Estado; segundo, que tampoco nadie puede
calificar ni restringir las preguntas que deba dirigir. El sentido de esa norma
correspondería a los señalamientos e inquietudes manifestadas en la
Asamblea Nacional Constituyente por los diputados citados, cuya expresión
no consta que haya sido rebatida o matizada por otro constituyente.

-IV-
A) (Usos y prácticas parlamentarias / los Precedentes)

En la audiencia concedida para discutir entre las partes el planteamiento de


la inconstitucionalidad general total, el Ministerio Público argumentó que la
disposición del Congreso de la República (Precedente Legislativo dos-dos
mil trece) carece del carácter de generalidad vinculante para los habitantes
del país que es propio de las normas legislativas, sino se trataba de un
mecanismo del régimen internó del Organismo Legislativo. Consecuencia
de esta naturaleza, no es atacable por vía de la acción de
inconstitucionalidad que requiere, para que el control normativo pudiere
operar, que la disposición afecte a todos y no solamente en la forma
indicada como mecanismo regulador interno. No obstante, por la parte
impugnante, al acudir a plantear la inconstitucionalidad total se encuadra la
disposición congresal como una disposición de carácter general.

El asunto entonces requiere examen previo para determinar la naturaleza


jurídica de la disposición cuestionada. A este propósito es necesario acudir
a fuentes doctrinarias que ilustren el tema, para luego asumir la posición del
Tribunal Constitucional al respecto.

Miguel de la Madrid Hurtado, jurista mexicano que ocupó la Presidencia de


esa República, en la Presentación del libro Derecho Parlamentario de
Francisco Berlín Valenzuela, resume en pocas líneas la esencia del órgano
legislador: "El parlamento es una institución natural de la democracia
representativa y pluralista. Es una institución fundamental para el desarrollo
democrático, conjuntamente con el sufragio universal, los partidos políticos
y la relación entre los poderes del Estado. A través del parlamento se
cumplen funciones de la mayor importancia: se delibera y discute sobre los
grandes temas que afectan a la sociedad, se indaga el fondo de los
problemas que afectan a la comunidad política, se vigila el proceso de la
toma de decisiones y su ejecución en el ámbito público." (4a. Reimpresión.
Fondo de Cultura Económica, México, 2000, página 9)

A efecto de sustentar las conclusiones de este análisis, del fragmento


copiado destacarían las siguientes: a) institución de la democracia, que es
el sistema político asumido por la nación; b) representativa, o sea que
corresponde a todo el pueblo; c) pluralista, entendiéndola como integrada
con distintas corrientes políticas y/o partidaristas, interesa destacar que ese
marco conceptual excluye cualquier posibilidad de monopolio partidario que
anule la función de otros partidos integrantes que hayan obtenido
representación por mandato popular.

El Congreso de la República es uno de los organismos del Estado


encargados del ejercicio de la soberanía del pueblo (articulo 141 de la
Constitución Política de la República), en el que está radicada la potestad
legislativa y otras funciones (articulo 157 ibidem), rigiéndose por los
preceptos constitucionales, las leyes del país y, específicamente, la Ley
Orgánica del Organismo Legislativo (Decreto 63-94 del mismo). Con
relación a los Precedentes legislativos es razonable entender que, conforme
el artículo 181 constitucional, se les define como aquellas disposiciones del
Congreso relativas a su Régimen Interior que no necesitan de sanción del
Ejecutivo

Las Disposiciones de régimen interno, en cuanto sólo gobiernen asuntos


internos del Organismo Legislativo, tendrían naturaleza de reglas de efectos
propios y, como consecuencia, sin alcances generales que ameriten
declaratoria de la jurisdicción constitucional acerca de su vinculación con
terceros. Ahora bien, cuando esa aplicación, de algún modo, trasciende a
los intereses de los demás habitantes, entonces es más previsor y
coherente con la tutela de la Constitución, entrar a su examen y hacer el
pronunciamiento correspondiente.

Para orientar este estudio, conviene precisar los términos doctrinarios de los
llamados, en este caso, Precedentes. Entre estos, tomar en cuenta que el
parlamentarismo -plataforma de discusión- ha evolucionado. Al respecto.
Berlín Valenzuela cita a Manuel Fraga Iribarne, de quien, referido al
parlamentary procedure, lo tiene como "pieza esencial del moderno Derecho
Político que es el Derecho Parlamentario. Obra compleja de los siglos, su
importancia va más allá de la simple necesidad de unas reglas del debate;
el Parlamento inglés ha sabido crear un espíritu". (Obra citada, página 25)
El procedimiento parlamentario es, entonces, médula o esencia del sistema
de discusión pública de los temas nacionales del cual los llamados
"precedentes" forman parte por ser recogidos de una fuente del Derecho
que es, en su caso, la práctica reconocida jurídicamente. Es claro, desde
luego, que las prácticas o los usos congresales de ninguna manera pueden
ser consentidos si se colocan en contradicción con la Constitución. Esto
será punto esencial para arribar a la sentencia del caso examinado.

Los usos parlamentarios, según León Martinez-Elipe, "...constituyen una


manifestación de los usos que surgen institucionalmente en el
funcionamiento de las Cámaras", en tanto que "el precedente mira más a
las esferas decisorias que a la normatividad; es decir, a la respuesta que se
ha de dar ante el caso concreto y no a la contemplación del caso
general" (Berlin Valenzuela, op. Cit, página 88) Este autor ofrece esta
concepto: "Por lo que hace al precedente, sus efectos son sensibles dentro
del parlamento, ya que sus órganos rectores los toman en consideración
para resolver situaciones específicas similares a alguna que ya fue resuelta,
Aquí podemos mencionar como ejemplo el caso de una solución aplicada a
un conflicto cameral atendiendo a lo acontecido en esa misma legislatura o
en una anterior." (Página 88) Complementa sus observaciones, citando a
otros autores, así: "la costumbre parlamentaria tiene un valor extraordinario
porque constituye la premisa de las normas reglamentarias o una forma de
interpretación de las normas constitucionales referentes a los trabajos de las
cámaras, o de las mismas normas reglamentarias cuando éstas, bajo
decenios de actividad del parlamento, han podido aplicarse de forma
diversa." (Vicenzo Longi). Las convenciones parlamentarias ... debemos
entenderlas ... como: "el conjunto de reglas libremente creadas por las
fuerzas políticas parlamentarias mediante acuerdos más o menos tácitos
que son libremente modificables" (Vittorio di Ciolo), de la misma forma en
que surgen pueden desaparecer, puede pensarse que para la decisiones de
una determinada iniciativa se fijan reglas para el debate y aprobación en
virtud de su importancia o de la celeridad que se requiera." (Página 90)
Agrega Berlin Valenzuela: "Estos acuerdos, que son también fuente
sociológica del derecho parlamentario, son de suma utilidad para la praxis
del parlamento, ya que posibilitan y refuerzan la tolerancia, la colaboración y
la convivencia pacífica para el desarrollo de las sesiones." (Página 91)

El tema de los usos parlamentarios es tratado, respecto del Congreso de los


Estados Unidos de América por Walter J. Oleszek, más desde el enfoque de
su movilidad interna que de las cuestiones doctrinarías clásicas. Ubica la
entidad congresal como un cuerpo colegiado, y no jerárquico. "El poder no
fluye de arriba hacia abajo, como en una empresa, sino prácticamente en
toda dirección. Arriba solo hay una autoridad centralizadora mínima; las
políticas del Congreso no se 'anuncian' sino se 'elaboran' desviando
coaliciones que varían de un asunto a otro. Las deliberaciones del Congreso
son también más accesibles y públicas que las de quizá cualquier otro tipo
de organización." "El Congreso está regulado no solo por estatutos
formales, sino también por informales que influyen en el procedimiento
legislativo y la conducta de los miembros. Dos tipos de reglamentos
informales son los precedentes y las 'costumbres tradicionales'. Los
precedentes, decisiones pasadas acumuladas sobre cuestiones de
procedimiento, representan una mezcla de lo formal y lo informal. Son la 'ley
común' del Congreso y rigen muchos procedimientos no abarcados
explícitamente en los estatutos formales. Las costumbres establecidas, por
otra parte, son normas no escritas de conducta que se supone deben
observar los miembros." (Políticas y Facultades del Congreso, Elección del
Rumbo, Servicio Informativo y Cultural de los Estados Unidos de América,
sin fecha, páginas 5 y 7)

La doctrina citada apunta al carácter procedimental, como uso o práctica


legislativa, de los precedentes. Sin embargo, siendo ellos instrumento
también del proceso legislativo y de otros actos del Congreso, que
integrarían la interna corporis de asuntos con trascendencia externa y
obligante, resulta ser más garantista para el gobernado que tales
precedentes -según la forma y sus alcances- queden sujetos al control de
su constitucionalidad.

B) (Interpelación como derecho constitucional de uno o más diputados)

La interpelación como elemento de control parlamentario de actos del


Ejecutivo se consolida en el sistema político como producto de la
Constitución de 1945, que consistió: a) en la potestad del Congreso de
hacer comparecer a los ministros de Estado a la interpelación; y b) la
posibilidad que de ella derivara un voto de falta de confianza y el
consiguiente deber de dimisión del titular. Cierto que la Constitución de
1879, conforme su artículo 76, consignó el deber, luego modificado en 1927
como "obligación", de los Secretarios de Estado de concurrir personalmente
a la Asamblea para contestar las interpelaciones dirigidas sobre las
funciones a su cargo, de hecho no produciría suficientes efectos contralores
en la medida que los diputados carecían de facultad legal de forzar la
renuncia del interpelado. De ahí que sea correcto indicar que el régimen de
contralor parlamentario surge con la Constitución del régimen revolucionario
instaurado en 1944. El mérito que tiene un sistema en que el poder controla
el poder, consiste - entre otros- en la posibilidad de airear la gestión pública
ante la opinión ciudadana y de fortalecer los mecanismos democráticos que,
por una parte, hacen más eficiente la administración y, por la otra, más
transparente y, como consecuencia, menos propensa a la corrupción. El
hecho mismo de mantener en ejercicio tales mecanismos es una forma de
hacer participativa a la ciudadanía en las cuestiones de Estado, a manera
de inspirar confianza a los habitantes acerca de las virtudes de la
democracia pluralista y representativa. Valdría decir que, por tales medios,
la oposición también gobierna.

La institución parlamentaria del derecho a la interpelación está contenida en


la Constitución en los artículos: 165 inciso j), 166 y 167. En alguna forma,
también aplicaría el articulo 168 con relación a la facultad que otorga a los
Ministros de Estado para "asistir y participar con voz en toda discusión
atinente a materias de su competencia'', porque esta norma le permitiría un
ministro sometido a interpelación para quedarse a la etapa del debate y
hacer uso de la palabra y defender su actuación cuestionada.

C) (Cuestión constitucional a definir)

Punto de apoyo sustancial que esgrime el solicitante de la declaración de


inconstitucionalidad es la parte del articulo 166 que establece: "... Ni el
Congreso en pleno, ni autoridad alguna, podrá limitar a los diputados al
Congreso el derecho de interpelar, calificar las preguntas o restringirlas..." y
la sustancia de su alegato consiste en que la arriba indicada tiene jerarquía
constitucional, en cambio el Precedente legislativo reprochado tiene
jerarquía inferior.

De la lectura del texto precitado, se puede interpretar que se prohíbe al


pleno del Congreso o a autoridad alguna: limitar, calificar o restringir el
derecho y forma de interpelar que tienen los diputados. Ese derecho, como
se anotó, se encuentra previsto en los artículos 165 inciso j), 166 y 167
constitucionales.

Confrontada la norma constitucional de cobertura con la disposición


infraconstitucional sindicada, y auxiliada su intelección con su lectura
positivista, resultaría cómoda la conclusión, porque no cabe duda de lo
taxativo y prevalencia de la primera respecto del tenor del Precedente 2-
2013. No obstante ello, el intérprete constitucional debe estar seguro de no
hallar una posible colisión del segmento invocado del párrafo segundo del
artículo 167 de la Constitución con otras normas del mismo rango. Para este
análisis corresponde examinar los artículos del Supremo Texto, en los
institutos jurídico-pollticos concernientes al caso, que siguen: El 140
configura el sistema de gobierno del Estado de Guatemala como
republicano, democrático y representativo. El 141 establece que la
soberanía radica en el pueblo que la delega para su ejercicio en los
Organismos Legislativo, Ejecutivo y Judicial. El 152 enfatiza que el poder
proviene del pueblo y que su ejercicio está sujeto a las limitaciones
señaladas por la Constitución y la ley. Asimismo que ninguna persona,
sector del pueblo, fuerza armada o política, puede arrogarse el ejercicio de
ese poder. El 157 atribuye la potestad legislativa al Congreso de la
República, el cual estará compuesto por diputados electos directamente por
el pueblo. EI161 define que los diputados son representantes del pueblo y
dignatarios de la Nación.

Prosiguiendo al estudio institucional del poder del Congreso de la


República, se encuentra en especial la potestad legislativa contenida en el
artículo 171 inciso a): "Decretar, reformar y derogar las leyes". Este
precepto responde al principio clásico que tiene a la legislación como una
de las manifestaciones más claras del poder político. Cabalmente el Estado
de Derecho se caracteriza por sustituir el gobierno de los hombres
(monarquías absolutas, teocracias, tiranías) por el de las leyes (democracia
representativa). Es por medio de leyes o por ejercicio de la actividad del
poder legislativo, como se definen cuestiones fundamentales del Estado, tal
como quedan reguladas en el citado artículo 171, las que su lectura revelan
su trascendencia política, social, económica, cultural y otras más.

El marco político anterior, con relación a las instituciones configuradas en el


orden constitucional y para el análisis puntual que corresponde, determina
que el sistema de gobierno es democrático y representativo por lo cual no
resultaría compatible que uno o varios diputados pudieran controlar el
ejercicio de las potestades de los demás diputados, quienes en forma
alícuota y con plena igualdad son personeros políticos del pueblo soberano.
Así resulta al entender que las regulaciones para el ejercicio del poder y la
forma de designación de sus legítimos operadores, en el caso específico del
Organismo Legislativo, fueron establecidas por el constituyente para que el
sistema funcionara y no para que pudiera quedar enervado o paralizado.

Determinada la cuota de poder de todos y cada uno de los diputados que en


conjunto forman el Congreso de la República, se colige que nunca pudo el
legislador constituyente permitir que quedara resquicio que paralizara uno
de los tres organismos del Estado. Apreciación esta que la propia Corte de
Constitucionalidad resolvió en el amparo otorgado con relación a la
obligación del Congreso de la República de abrir espacio, dentro del curso
de una interpelación, para que se ocupara de cuestiones en las que la
propia Ley Suprema había fijado fechas o plazos constitucionales y
legalmente determinados. (Expediente 464-2013). Lo que ahora se conoce
tiene un presupuesto distinto en cuanto a los elementos temporales
indicados en ese fallo, pero tiene relación con la función del órgano
legislador para ocuparse de asuntos que, por mayoría de dos terceras
partes de sus miembros, estime que deben ser tratados por el pleno.

Esta Corte considera que puede resultar compatible el desarrollo de la


agenda legislativa con la apertura y continuidad del acto de interpelación a
un ministro del gabinete de gobierno. Sin embargo, se hace necesario
valorar las circunstancias que se estima tuvo en mente el constituyente para
introducir el segmento transcrito, contenido en el articulo 166 de la
Constitución Política.

En principio de la lectura del segmento de cobertura de la acción de


inconstitucionalidad, es dable interpretar que frente a hechos arbitrarios que
con el sistema anterior pudieron haberse cometido contra algún o algunos
diputados en el planeamiento de una interpelación, en que la directiva del
debate hubiese calificado las preguntas y determinado que ellas no
correspondían a actos de gobierno, por lo que las rechazaba y, ante la
posible inutilidad de apelar al pleno para denunciar esa falta al orden, se
haya previsto una norma de garantía para lograr la efectividad del acto
parlamentario de interpelación. Esta precaución es encomiable para
proteger la interpelación como control de poder, pero no puede entenderse
que constitucionalmente sea permisible que un abuso genere otro abuso,
como se verá más adelante.

Con el objeto de ilustrar sobre algunas apreciaciones, sin duda imparciales


por su procedencia académica, aun sin compartirlas plenamente, se
transcriben apartados de conclusiones de algunas tesis de graduación
profesional de Abogados, que implican observaciones sobre excesos en el
uso del procedimiento parlamentario de la interpelación, tales como las que
siguen:

Carlos Enrique González Cajas: "III. Considero de suma urgencia nacional


la creación de un Reglamento de Interpelación de los Ministros de Estado,
sirviendo de Contralor a los mismos y evitado el abuso de poder y desorden
en la práctica administrativa." (El procedimiento de interpelación a los
Ministros de Estado en la legislación guatemalteca. Universidad de San
Carlos de Guatemala, 1975, página 43)

Eduardo Antonio José Sotomora Fuentes: "i) Es urgente la elaboración y


promulgación de un reglamento y una ley que regule la parte procesal de la
interpelación." La interpelación a los ministros de Estado en nuestro
régimen. Universidad de San Carlos de Guatemala, 1975, página 56)

Víctor Manuel Mazaríegos González: "7. La interpelación es un


procedimiento adecuado para el control administrativo del gobierno; sin
embargo, para que sea efectivo requiere que se plantee cuando hayan
suficientes razones, se planifique debidamente, se fundamenten los cargos
y se presenten las pruebas. Asimismo, no debe ser muy extensa, ni permitir
que se pierdan en divagaciones tanto los representantes, como el Ministro
interpelado." (Los Ministros de Estado deben responder de sus actos
políticos, mediante la debida interpelación. Universidad de San Carlos de
Guatemala, 2001, página 61)
Nancy Ziomara Berducido Franco: "7. Durante el periodo del año de 1996 al
2002 se llevaron a cabo veintinueve interpelaciones, las que revisten
características eminentemente políticas, sin resultados positivos."
<Recomendación 3.>:"No permitir, por parte de los parlamentarios, el abuso
de la figura de la interpelación, en el sentido de que ésta debe ser siempre
planteada sobre hechos concretos y objetivos, para evitar que se
desnaturalice." (Ineficacia de la interpelación o juicio dentro del sistema
jurídico guatemalteco. Universidad de San Carlos de Guatemala, 2003,
páginas 78 y 79)

Reyna Isabel Villatoro Rodríguez: "3. Uno de los aspectos negativos de la


interpelación lo constituye el tiempo que se utiliza en la práctica de la misma
el cual en algunos casos se excede, en razón de no haber una regulación
específica al respecto y como consecuencia el funcionario desatiende el
cumplimiento de sus atribuciones." (Efectos Negativos de la Interpelación,
Universidad de San Carlos de Guatemala, 2006, página 85)

Carlos Ramiro Hernández Salalá: "4. En la actualidad, se ha visto con


mucha frecuencia el abuso por parte de los parlamentarios interpelantes,
utilizando como una forma de retraso a la agenda legislativa debido a
intereses partidarios, como sucede durante la discusión del Presupuesto
General de Ingresos y Egresos del Estado, ejercicio fiscal 2010, en el cual
se efectuaron una serie de interpelaciones a un ministro de Estado, y en
consecuencia dicho presupuesto no fue aprobado." (El abuso del control
político parlamentario mediante la interpelación a Ministros de Estado y su
incidencia en la agenda legislativa." (Universidad de San Carlos de
Guatemala, 2012, página 84)

El deterioro que registran estos estudios académicos tiene relación con


antecedentes comparados de la interpelación. Por ejemplo, el acto de
interpelación del Ministro de Agricultura el veinticinco de noviembre de mil
novecientos cuarenta y siete, para el que fue citado y enviado el pliego
conteniendo cinco preguntas. El funcionario compareció a la interpelación.
Durante el debate, se propuso el voto de falta de confianza, que fue votado
a favor por treinta y dos diputados y en contra, veintiuno. El Gabinete de
Gobierno se solidarizó con el ministro, lo que implicaba que no le era
aceptada su renuncia. Al conocer el pleno del Congreso de la República,
ratificó el voto negativo y, por ello, él ministro quedó separado de su cargo.
(Ver Mazaríegos González, obra citada)

Comparando este acto parlamentario, cuya plenaria para formular las


preguntas se desarrolló en una sola sesión y un solo día, a los que se han
producido en épocas relativamente recientes, en las cuales se han
efectuado interpelaciones durante varios meses cada una y con el
planteamiento en cada caso de más de un centenar de preguntas, por
ejemplo, la interpelación al Ministro de Cultura y Deportes que ocupó un día
para las preguntas básicas, veintiocho para las preguntas adicionales y
veintitrés para el debate, desarrolladas del veintidós de enero de dos mil
trece a dieciocho de marzo de dos mil catorce, esto es: la interpelación se
mantuvo durante cuatrocientos veintiún días, aún cuando hubo de dejar
espacios para el desarrollo de la agenda en los casos de fechas o plazos
constitucionales.

En extremos como el anteriormente citado, se observa un proceso involutivo


que puede estar deteriorando el sistema, aunque -debe advertirse- que esta
es cuestión política que a esta Corte no concierne y, como dispone la
Constitución en el párrafo segundo del artículo 166, no puede ser objeto de
calificación ni restricción del pleno del Congreso ni de otra autoridad. Ahora
bien, desde la perspectiva constitucional, que es lo que esta Corte si tiene
potestad para apreciar, justifica la conclusión de que puede hallarse un
punto de convergencia, armónica e integradora, para que las funciones
propias del Congreso de la República puedan continuar con los espacios
necesarios para los actos de interpelación.

Aparte la situación de eventos de interpelación que ocuparon varios meses


para su desarrollo, debe tenerse presente que el Congreso de la República
debe atender su esencial función legisladora. Según informe de ocho de
enero del año en curso, rendido en el expediente de amparo 6065- 2014, a
esa fecha el Organismo Legislativo registraba como asuntos pendientes de
conocer por el Pleno de los congresistas, las iniciativas de proyectos de ley
siguientes: para su admisión: 33; con dictamen a Primer Debate: 206; con
dictamen para Segundo Debate: 38; con dictamen para Tercer Debate: 44.
En total: trescientas veintiuna (321) iniciativas de ley. El proceso legislativo
correspondiente no ha culminado y, desde luego, el número aumentará por
la presentación de nuevas iniciativas de ley. El listado de dichas iniciativas
es prolijo y variado en los órdenes social, económico, financiero, cultural,
judicial, administrativo, y de otros temas, lo que indica un volumen
importante y, por tratarse de materia legislativa que, como se ha sostenido,
es la principal manifestación del poder público y de la voluntad popular,
integra el orden jurídico del país y de sus relaciones con otros países e
instituciones internacionales. El examen cualitativo de las iniciativas de ley
puede revelar la obligación del legislador de responder a las necesidades e
intereses del país. En cuanto a su proporción cuantitativa, calculada en
tiempo y recursos para la preparación de las propuestas, ese costo debe ser
considerable, si se valoran, además de la erogación presupuestaria para el
funcionamiento del Organismo Legislativo, los gastos materiales e
inmateriales de individuos o grupos de la sociedad civil que, en alguna
manera, han aportado tiempo, estudios y recursos para la preparación de
las correspondientes iniciativas de ley.

También debe tomarse en cuenta que al haber concluido la producción


originaria del Derecho constitucional, la que se relaciona con la derivativa,
atribuida al Congreso en la potestad contenida en el articulo 157 y en el
inciso a) del artículo 171, inició el catorce de enero de mil novecientos
ochenta y seis que se fundamenta en el orden jurídico instituido, según sus
postulados y los procedimientos. Así, el Congreso está llamado a desarrollar
las disposiciones constitucionales, emitiendo las leyes. La Constitución hace
constante referencia a estas, en ciertos casos para completar el concepto y,
en otros, para ordenar de manera expresa la promulgación de leyes
determinadas: por caso, el articulo 70 dispone que una ley regulará lo
relativo a la sección de Comunidades Indígenas y el 127 que una ley
específica regulará el régimen de aguas. Agregan a esa tarea del legislador
las sentencias exhortativas de la Corte de Constitucionalidad para que el
legislador, cumpliendo con sus deberes fundamentales, emita la legislación
indispensable para hacer viable el sistema democrático y republicano de
Estado que en el Preámbulo de la Constitución Política de la República,
propugna "un orden institucional estable, permanente y popular, donde
gobernados y gobernantes procedan con absoluto apego al Derecho."

Así en el examen del planteamiento de la inconstitucionalidad, es pertinente


determinar los alcances del Precedente Legislativo, tanto en su naturaleza
como en su contenido, para resolver la cuestión jurídica. Con relación a la
primera, la propia Ley Orgánica del Organismo Legislativo en el artículo 5 la
define como instrumento interpretativo y fuente del Derecho para ese fin. En
el artículo 85 inciso e) se hace referencia a "los usos y prácticas
parlamentarias generalmente observados", que son precisamente formas de
costumbre que consolidan como registro de precedentes.

En cuanto al Precedente registrado que es objeto de reproche de


inconstitucionalidad, se hace necesario su estudio factorial para determinar
sus elementos peculiares: a) que la decisión del Congreso de la República
para el "procedimiento de fiscalización" (interpelación) deba ceder un
espacio en forma temporal para que el Congreso conozca de iniciativas
específicamente determinadas de orden económico, social o financiero; b)
que no sean de las sujetas a cumplimiento de un plazo o de un mandato
constitucional; c) que la decisión la asuma con una votación favorable de las
dos terceras partes de los diputados que integran el Congreso; y d) que una
vez cumplido ese acto, de forma inmediata y sin interrupción prosiga la
interpelación.

Respecto de esa decisión, en cuanto concierne a las (a) iniciativas que


interesan al Congreso por ser del orden indicado, ya se ha hecho en esta
sentencia consideración acerca de que siendo la representatividad del pleno
la misma de los habitantes de la República que la han delegado, no es
razonable que uno o varios diputados pudieran mantener ocupado todo el
tiempo que les convenga a dicho organismo sin que este pudiera atender
las obligaciones para las que ha sido investido; que las (b) iniciativas sean
de órden económico, social o financiero es una calificación que responde a
las prioridades que el Congreso determine y que, en efecto, conciernen a su
valoración política, aun cuando no sean las que en la Constitución tienen
señaladas fechas o plazos para cumplirse. Este último aspecto fue el
expresamente indicado por la Corte de Constitucionalidad en sentencia de
siete de mayo de dos mil trece (Expediente 464-2013) y no se extendía a
otros supuestos, como los que amplió el órgano legislativo en el Precedente
2-2013. Sin embargo, por la indicada coherencia normativa de la
Constitución, es aceptable que se permita esa compatibilidad reguladora de
todas las potestades del poder legislativo; que (c) la decisión se asuma por
medio de una votación agravada de por lo menos dos tercios del total de
diputados, ya que dicha mayoría es la establecida por la Constitución para
asumir decisiones graves e importantes para el país, por ejemplo: Creación
de entidades autónomas; declaratoria de haber lugar a formación de causa
contra altos dignatarios y funcionarios del Estado; la declaratoria de
incapacidad física o mental del Presidente de la República; la ratificación del
voto de falta de confianza cuando a un ministro interpelado no le haya sido
aceptada su dimisión por el Presidente de la República en consejo de
ministros; aprobación de tratados, convenios o cualquier arreglo
internacional que se refieran al paso de ejércitos extranjeros por el territorio
nacional o al establecimiento temporal de bases militares o los que afecten
o puedan afectar la seguridad del Estado o pongan fin a un estado de
guerra; reforma de leyes calificadas como constitucionales. (Artículos 134,
165 incisos h) e i), 167, 172, 175 de la Constitución. En cuanto a (d)
reanudar inmediatamente el acto de interpelación, debe entenderse como el
debido ejercicio de las funciones del Congreso de la República y el derecho
de uno o varios diputados a interpelar a los ministros de Estado, cuestión
que se abordará en seguida.

La reanudación inmediata del acto de interpelación tiende a la efectividad de


esa facultad que tienen uno o más diputados, reconocido por la Constitución
y protegido específicamente por el artículo 164 en el segmento ya citado. El
hecho de abrir paso a la función legislativa, que constituye una de las
principales del organismo representativo, plural y democrático, significa
determinar la coexistencia de las instituciones del Estado de Derecho. Esto
es así porque la Constitución es una norma que incorpora los valores y
principios esenciales de la convivencia política que conforman todo el
ordenamiento jurídico. En el supuesto que en alguna ley se descubra una
contravención de uno de sus preceptos con otro de igual jerarquía, lo
razonable es advertir la antinomia y corregirla con aplicación de principios
fundamentales deducidos de su generalidad. Por ello, la Interpretación en el
contexto orienta a concluir que, por principio, es intolerable que en una ley
se dispongan preceptos que pugnen entre sí, con mayor razón, la
Constitución no puede contener normas que se contradigan, porque de
resultar así no cumpliría con sus principales fines, entre estos, la seguridad
jurídica (Preámbulo y artículo 4° de la Constitución Política de la República)

<Al prever en el Precedente una "cesión de espacio" no podría considerarse


como "limitante" del derecho de interpelación que regula el artículo 166 de
la Constitución, pues el precedente legislativo acoge lo que esta Corte
expresó en su fallo en el Proceso Constitucional de Amparo conocido en el
expediente 464-2013, en cuanto que, en estos casos en que la interpelación
"cede espacio" para atender asuntos que tienen fijado plazo o fecha, debe
hacerse de manera moderada y racional, de tal forma que una vez conocido
y cumplido con ese acto urgente, "de forma inmediata y sin interrupción
hasta que esta culmine por voluntad de el o de los interpelantes, pues
aquella interrupción (que se insiste, no es ni debe provocar la finalización
del ejercicio de la atribución físcalizadora), en tanto acordada de forma
transitoria y por un tiempo razonable, es la que permitirá al Organismo
Legislativo cumpla con la preceptiva constitucional.";

Es más: el precepto constitucional que impide "limitar" el derecho de los


diputados a interpelar a los ministros de Estado, debe entenderse en el
sentido de que el Congreso en pleno ni autoridad alguna pueden anular o
enervar ninguna interpelación, de manera que alternar ese acto con la
potestad fundamental del organismo legislativo, no significa hacer de la
interpelación una facultad inane, pues tal acto debe llevarse a cabo sin más
limitación que la que la parte interpelante disponga. Asimismo, como
contrapartida coherente y razonable, se entenderá que uno o varios
diputados tampoco podrán hacer de la función legislativa un ejercicio
inexistente, sometida al arbitrio de uno o varios diputados interpelantes. El
resultado armónico de una solución balanceada (que también constituye
una forma de la paz y del bien común) evitaría el posible abuso del derecho
que cualquier parcialidad quisiera imponer sobre otra igualmente legitimada
para el ejercicio de sus atribuciones. Apoyaría esta percepción, la autoridad
doctrinaria de Rodolfo Luis Vigo. de quien se cita lo que sigue: "En las
sociedades políticas democráticas, el dato medular lo representa la
distribución y el equilibrio del poder asignado a diferentes órganos de
gobierno, a los que se les debe reconocer ciertas atribuciones que deben
ejercerse conforme a precisos procedimientos y ajustándose a
determinados límites. La directiva bajo estudio señala que la interpretación
constitucional debe orientarse a conservar y fortalecer aquella unidad y
régimen político que la sociedad ha establecido en la ley fundamental." (El
énfasis es agregado) (Interpretación Constitucional, 2" edición, LexisNexis,
Abeledo Perrot, página 133)

Consecuentemente, la interpretación razonable de dos o varias normas


constitucionales supuestamente en contraste -como en los casos
analizados-conduce a determinar que si el Pleno o la mayoría de los
congresistas no tienen facultad alguna para limitar las potestades de uno o
varios diputados a interpelar, tampoco sería viable que uno o varios
diputados pudieran limitar las potestades del Congreso a legislar. De ahí
que ambas facultades deben ser compatibles, como sístole y diástole de un
organismo del Estado. Consecuencia de lo anterior, no surge de lo
argumentado por la parte solicitante de la declaratoria de
inconstitucionalidad ni tampoco del análisis que esta Corte ha hecho,
ninguna razón para atribuirle tal vicio al Precedente 2-2013 del Congreso de
la República, en la medida que es fuente de Derecho de un procedimiento
parlamentario que no puede interpretarse ni tenérsele como impedimento
del derecho de uno o más diputados a interpelar a los ministros de Estado.
En el caso eventual que hacia el futuro se pretendiera utilizar ese
Precedente Parlamentario como obstáculo al ejercicio de la interpelación
aludida, estaría abierta la acción de amparo como instrumento tutelar contra
actos de arbitrariedad.

-V-
Por lo anteriormente considerado, debe declararse sin lugar la acción de
inconstitucionalidad del Precedente 2-2013 del Congreso de la República,
sin condena en costas a la parte interponente por no reconocerse
legitimación a la autoridad para cobrarlas, ni imposición de multa a los
abogados patrocinantes por decidirse el caso por interpretación que no tiene
jurisprudencia específica de esta Corte.

-VI-
Por la relevancia del asunto resuelto, se ordena la publicación, en el Diario
de Centro América, de esta sentencia y de los votos razonados disidentes
emitidos.

LEYES APLICABLES
Artículos citados y 267, 272 inciso a) de la Constitución Política de la
República de Guatemala; 115, 133, 134, 135, 140, 142, 143, 146, 149, 150,
163 inciso a) y 185 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad; 39 del Acuerdo 1-2013 de la Corte de
Constitucionalidad.
Memorial acusación

Auto de prisión

Preventiva acusación

Etapa intermedia

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