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Evaluación Institucional
Evaluación Institucional
Evaluación Institucional.
En el ámbito cubano, es aquel proceso de evaluación externa que se lleva a cabo en
una institución de Educación Superior con el objetivo de comprobar la calidad de la
gestión y de los resultados del trabajo institucional en todos sus procesos, en
correspondencia con la misión o función social que le ha encargado el Estado y el
Gobierno. Para comprobar el cumplimiento por el centro de su misión, o función
social, la evaluación dirige su atención, a verificar la calidad de la gestión y de los
procesos que se realizan y su contribución al cumplimiento de los objetivos del
sistema. El proceso de evaluación institucional consta de varias etapas:
Evaluación interna
Evaluación inicial
Consiste en la recogida de datos sobre la situación de partida de un centro o un
programa, cuyo análisis e interpretación proporciona el diagnóstico que servirá para
efectuar, si es necesario, el replanteamiento del funcionamiento general del centro o
del programa, de los objetivos que se desea conseguir en un plazo determinado o de
otros aspectos.
Antes de iniciar el proceso de enseñanza-aprendizaje, debemos realizar una primera
evaluación también llamada evaluación diagnóstica, para verificar el nivel de
preparación de los alumnos para enfrentarse a los objetivos que se espera que logren.
Para enseñar bien no sólo hay que conocer las metodologías didácticas y el programa
escolar, sino que ante todo hay que conocer al alumno. Y para ello nos podemos servir
de algunas pautas a seguir, como las siguientes:
Estará en función del tipo de aprendizajes que se evalúen (las actitudes es preciso
valorarlas en plazos amplios; lo contrario es imposible y, por lo tanto, absolutamente
superficial) y, además, hay que tener en cuenta que, desde esta perspectiva, se
superpondrán unas y otras evaluaciones procesuales: la de objetivos que implican
asunción de actitudes a lo largo de un curso, con la de objetivos que suponen la
adquisición de conceptos o del dominio de procedimientos, durante quince días o un
mes. Ambas son evaluaciones procesuales, cuyos resultados permanentes se van
anotando en los registros preparados para ello.
Del mismo modo, llevar a cabo rigurosamente la evaluación procesual es lo único que
permite mejorar el proceso de enseñanza, pues es durante el tiempo en que tiene lugar
cuando se pueden comprobar los fallos y los elementos que están funcionando
positivamente, para -si es posible- subsanarlos o reforzarlos, respectivamente, de
inmediato y, en un momento posterior, confirmar o reformular las líneas de
programación con las que se trabaja.
Evaluación final
Evaluación final.
Para evaluar (ya sea la evaluación inicial, procesual y final) se tendrá en cuenta la
participación de los estudiantes en las diferentes dinámicas y actividades. A lo largo
del desarrollo de los tema se recomienda hacer pequeños exámenes, puntuables para
la nota final, con el fin de motivar a los estudiantes a estudiar todos los días.