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El níspero es una planta de muchos frutos bien dulces, buen porte, 7 a 8 metros de
altura, con hojas brillantes; sus flores, de cinco pétalos, se abren al final del otoño.
Cuando el invierno no es riguroso, al pasar los fríos, la fruta comienza a brotar en
forma exuberante con una piel fina que permite ser extraída con facilidad. Hay
muchas variedades consideradas industriales, que sirven para producir frutos
frescos y destinados a la elaboración de dulces y conservas.
El níspero es una planta que se da muy bien en nuestro país en distintas variedades; es
moderadamente resistente al frío, pero su cultivo comercial está encarado en aquellos
lugares donde no son frecuentes las heladas y tienen una temperatura promedio anual
superior a los 15º C. Tolera bien una amplia gama de suelos, sobre todo aquellos que
están bien drenados y tienen una acidez cercana al neutro pH 6 a 8. En los suelos
arenosos se nota una mayor precocidad de las plantas, pero los frutos no tienen el
tamaño que alcanzan en los suelos más firmes como son los arcillosos.
Se debe tener en cuenta que no tolera mucho los suelos ácidos ni muy alcalinos. Esto
quiere decir que cuando se quiere encarar un cultivo comercial de esta planta, lo
primero que hay que hacer es un análisis de suelos y así poder planificar la plantación.
La mayoría de los autores coinciden en que el níspero es originario del sudeste de
China, luego pasa a Japón y de allí a Europa pero como planta ornamental. Recién en el
siglo XIX se inicia el consumo de los frutos debido a que esta planta se adaptó muy bien
al lado de los cítricos.
El cultivo se puede realizar mediante la preparación de macetas de papel, en las que se
introducen las semillas secas y luego se espera su germinación para su trasplante.
Generalmente estas plántulas son utilizadas como portainjertos para aceptar yemas de
otras variedades y mayor producción de acuerdo con la estructura comercial que se haya
ideado.
Cuando se hace el trasplante se debe tener un soporte de materia orgánica, luego afirmar
la planta y hacer un riego de desarrollo. Cuando el tiempo es seco es recomendable un
riego quincenal; debemos recordar que este no debe ser muy abundante, sobre todo en
aquellos momentos en que la planta está en floración y cuajando para dar paso a los
frutos. No se debe regar durante el tiempo de la cosecha, porque esto hace que muchas
veces la fruta pierda su dulzor. Por ello, la cosecha debe ser realizada antes de que
caigan las lluvias para evitar el debilitamiento de los frutos.
Se debe tener un control del agua, debido a que si es escasa en el momento de floración
es posible que se produzca la caída de las flores.
El cultivo de níspero -que necesita además de materia orgánica, abundante nitrógeno,
fósforo y potasio en el suelo- se debe realizar cuando crece la planta, ya que con esto
aumentan los requerimientos de estos nutrientes, sobre todo el potasio y el fósforo,
porque el sistema radicular de esta planta no es muy profundo.
El níspero tiene azúcares pero de bajas calorías, es abundante el potasio y tiene poco
sodio y mucho magnesio, calcio y hierro. Se encuentran pequeñas cantidades de
vitamina C y del grupo B. La cáscara y el fruto contienen un abundante contenido de
pectina, que es una fibra muy saludable, ya que retiene el agua, y al ingerirse, en el
estómago forma una capa que reduce la velocidad de los alimentos y hace que se
produzca una sensación de saciedad; esto es muy importante para aquellas personas que
comiendo poco se satisfacen rápidamente; está indicado en planes de adelgazamiento.
Dr. P. M. Gibert
Coordinador Dpto. Rural