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Capítulo 2

Lenguaje Metafísico

SI queremos mantener nuestras vidas tan poco complicadas


como sea posible, las matemáticas y las ciencias de la naturaleza
ofrecen una gran ventaja. Ninguna de las dos se preocupa por las
últimas preguntas. La metafísica, por el contrario, trata acerca de
las últimas cuestiones. Por esta razón, las preguntas metafísicas
pueden complicar nuestras vidas, aunque también nos ayudan a
enfrentarnos a algunos de sus misterios más profundos. Las ma­
temáticas y las ciencias de la naturaleza aceptan la realidad como
un hecho dado; el cuestionamiento termina ahí. Sin embargo, la
metafísica se pregunta por qué son nuestras mentes capaces de
comprender tanto el mundo físico como las matemáticas. La
metafísica se pregunta por qué existen las cosas en absoluto. ¿Por
qué hay algo en vez de no haber nada?
Al ofrecer una forma más global y radical de hacer pregun­
tas sobre la realidad, la metafísica sugiere la posible existencia
de un principio último que justifique la existencia de las cosas
en general. Para la mayoría de las personas las preguntas meta­
físicas son inevitables. Pero también sabemos que a lo largo de
la historia han existido muchos tipos de percepciones acerca de
las últimas cuestiones y por lo tanto, muchos tipos de respues­
tas a las preguntas metafísicas. Las preguntas y respuestas de ti­
po metafísico hacen, que se formen comunidades distintas, for­
madas por personas que comparten distintas culturas metafísi­
cas y religiones, tal como hemos visto que también ocurre con
las matemáticas.
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Existen grupos que comparten, por ejemplo, una cierta per- dentro de una historia, una tradición y una comunidad que uti-
cepción metafísica según la cual el universo puede encontrar en sí liza dicho símbolo. El contexto proporciona la coherencia propia
mismo la razón última de su existencia. Frecuentemente se llama del símbolo. Es verdad, por otra parte, que el contexto de un sím-
panteístas a los que tienen esta visión del universo. Hay otro mo- bolo también es empírico, pues se ha formado a partir de una his-
do de plantear la cuestión acerca de las últimas preguntas quepo- toria y una tradición. Es más, los símbolos metafísicos pueden re-
demos denominar agnóstico. Desde una visión agnóstica se argu- ferirse incluso a «la naturaleza» de las cosas. Pero esto lo hacen de
menta que no podemos saber cuál es el último principio de las co- un modo diferente a las mediciones físicas de las ciencias de la na-
sas, por lo que la pregunta acerca de la existencia de dicho último turaleza. El significado de los símbolos metafísicos, una vez más,
principio es irrelevante. En tercer lugar, existe la percepción teísta depende en gran parte de la comunidad que los utiliza para ha-
que cree que el universo existe porque Dios existe y cree que Dios blar de realidades que van más allá de lo empírico.
es el creador que ha hecho y mantiene el universo. Por último, En un momento de mi vida me planteé un tipo particular de
también es adecuado señalar aquí otras escuelas metafísicas que cuestión metafísica que provenía de mi interés tanto por las ma-
vienen a decir que el último principio de las cosas está en las ma- temáticas como por la teología. Yo había terminado mis estudios
temáticas. Como veremos escuelas de este último tipo han apare- universitarios en matemáticas y estaba estudiando teología cuan-
cido históricamente entre los pitagóricos y ciertos platónicos. do un profesor expresó la siguiente idea: «el mundo está total-
La metafísica, por supuesto, utiliza un lenguaje distinto de mente relacionado hacia Dios, siendo totalmente diferente de
los lenguajes de la lógica, las matemáticas y las ciencias de la na- él». Por un lado, esta es una proposición acerca de un tipo de re-
turaleza. El metafísico es un lenguaje de símbolos que represen- lación y lo propio de las matemáticas es explicar relaciones. En
tan realidades y relaciones últimas. Las palabras simbólicas de la efecto, esta relación (que hace referencia a Dios) se puede escri-
metafísica abarcan a Dios, el cosmos y el universo y pueden in- bir con una notación formal/matemática, al igual que podemos
cluir también conceptos matemáticos, en los casos en los que se escribir 2 + 2 = 4, como una relación entre elementos que, en es-
considera que la matemática es la última realidad de todas lasco- te caso, no sólo suman sino que poseen también otras propieda-
sas. Cualquiera que sea el tipo de lenguaje/símbolo que usemos des como la de estar totalmente relacionado con otro y ser a la
en la metafísica, su significado siempre excede al significado de vez trascendente a él. Pero un enunciado teológico, como «el
los signos propios de las matemáticas y de las ciencias de la na- mundo es totalmente relacionado hacia Dios, siendo totalmente
turaleza. Por ejemplo, la palabra «número» tiene un significado diferente de él», trasmite más significado que una mera relación
preciso y definible formalmente en la matemática, pero cuando formal (lógica o matemática).
los pitagóricos antiguos usaban esa misma palabra con un signi- Este enunciado de tipo metafísico, y por lo tanto basado en
ficado metafísico, ese nuevo significado que le daban los pitagó- símbolos, acerca de Dios y del universo tenía para mí un posible
ricos excedía al significado de un signo que sólo se refiere a un significado debido a que se articulaba en el contexto de una tra-
objeto matemático. Su nuevo uso incluía también al último fun- dición y de una comunidad. En este caso, la tradición y la co-
damento de las cosas del mundo entre sus significados. munidad cristiana. Los símbolos metafísicos logran tener una re-
Un término científico es bastante objetivo cuando su signifi- sonancia de significado personal, sin renunciar a ser usados en
cado se refiere a un objeto medible. El significado de un térmi- un enunciado con consistencia lógica. Usados como términos
no/símbolo metafísico debe sin embargo abordarse de manera metafísicos, estos símbolos se referían a la trascendencia de Dios.
diferente. Un símbolo metafísico o religioso sólo es comprensible Sugerían que, mientras el mundo depende de un creador, el crea-
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dor no depende del mundo. Para mí esta idea tuvo un efecto los científicos pueden mantener puntos de vista metafísicos dis-
transformador. Estos significados simbólicos eran más que una tintos. Pueden ser agnósticos, ateos o teístas en sus creencias fun-
mera relación entre objetos. Sus significados podían transfor- damentales. En otras palabras, un científico puede comprender
marnos a nosotros y a nuestras comunidades. fácilmente la idea de que la existencia de Dios no puede ser com-
probada o demostrada científicamente, porque Dios, por defini-
ción, no es un objeto mundano. La religión ofrece un significa-
Significados científico y metafísico do más amplio de la experiencia y la historia, ofrece incluso un
De alguna manera, una hipótesis científica es también una ima- significado que va más allá del tiempo.
gen simbólica de cómo podría ser el mundo. Pero en la ciencia Cuando los símbolos metafísicos se articulan dan lugar a lo que
intentamos probar y comprobar las hipótesis. En virtud de estas llamamos mitos, o grandes narrativas comunes a todas las religio-
pruebas, algunas hipótesis se constata que son falsas y otras so- nes y a historias acerca de los orígenes del universo o de cómo apa-
breviven para volver a ser probadas y comprobadas de nuevo. La reció la singular realidad humana. (Mito, en este sentido, no signi-
verdad de las formulaciones metafísicas y religiosas la compro- fica falsedad, sino que más bien es una historia tradicional que in-
bamos de manera diferente. Los enunciados metafísicos no están tenta unir significativamente los hechos y los misterios de la vida.)
sujetos a pruebas empíricas como las que hacemos al comprobar Una comunidad comparte estas narraciones simbólicas y las pasa a
las leyes científicas en un laboratorio. En vez de ello, los enun- las generaciones posteriores. El corazón de los mitos, sin embargo,
ciados metafísicos y religiosos se nos muestran como verdaderos es un conjunto de valores que perdura incluso cuando algo del len-
cuando presentan autenticidad y coherencia intuitiva en el con- guaje religioso o de la narrativa cambia por su interacción con nue-
texto de valores personales que compartimos con una comuni- vos hechos recién descubiertos acerca del mundo. Por ejemplo, en
dad a la que pertenecemos. A las personas que nos observan des- el cristianismo, las historias de la caída humana en el pecado origi-
de fuera de nuestro contexto comunitario les es, naturalmente, nal y la resurrección de Jesús, ambas transmiten hechos y misterios
muy difícil juzgar la verdad intuitiva y la coherencia de nuestro de la vida que iluminan la lucha humana con el mal, la esperanza
punto de vista metafísico. Como años de diálogo interreligioso y la realidad de la salvación. Sin embargo estos mitos pueden ser
han demostrado, cuando un cristiano afirma que Jesús es la ver- narrados en diferentes formas en la literatura cristiana y la teología
dad y la plenitud de Dios, el hindú, con otro tipo de tradición y basándose en nuestras experiencias en el mundo.
comunidad, no puede comprender fácilmente la afirmación. Podemos estar seguros de que la ciencia también tiene sus
Otra diferencia entre las ciencias de la naturaleza y la meta- mitos y sus narraciones. Uno de los mitos más notorios es la idea
física es que en las ciencias de la naturaleza, en principio al me- de progreso, según la cual la ciencia sabrá, siempre y en todas
nos, se dice que una hipótesis y una teoría nunca son absolutas, partes, encontrar respuestas adecuadas y tomar decisiones co-
sino sólo la mejor aproximación conocida hasta el momento pre- rrectas. En el corazón de este mito científico está la creencia de
sente mediante un método científico. En la percepción y en el que todo cambia, generalmente en una progresión ascendente.
lenguaje metafísicos, sin embargo, el objetivo es llegar a un ab- Pero una vez más, este tipo de visión simbólica es difícil de pro-
soluto, un marco de referencia que pueda servirnos como una vi- bar en el laboratorio. Parece sin embargo que solemos aceptar es-
sión permanente de la realidad y de los valores que fluyen de ella. te mito como verdadero a pesar de la existencia de puntos de vis-
Precisamente, porque las hipótesis científicas no intentan lle- ta alternativos que dicen que algunas cosas no pueden cambiar,
gar a una última finalidad tal como ésta se conoce en la religión, o que el progreso puede ser relativo y engañoso.
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Aunque el crecimiento del conocimiento y la comunicación del infinito y la de algo que es mayor que todas las cosas, han si-
en nuestro mundo desafían muchos de nuestros mitos históri- do cuestiones que han tenido un desarrollo paralelo en las mate-
cos, tanto religiosos como científicos, los mitos más profundos, máticas, en la ciencia y en la metafísica. Comenzamos con el
aquellos que nos sirven mejor, tratan de conciliarse con los re- concepto del infinito.
sultados empíricos de las ciencias. Nuestros mitos más valiosos
no pueden contradecir los datos científicos. La religión puede
Infinito: matemático, empírico y metafísico
aceptar el conocimiento de la naturaleza que le proporciona la
ciencia. A su vez, es de esperar que la ciencia pueda reconocer Para los matemáticos, el infinito es un signo que puede tener dos
que su necesaria apertura y sus propios mitos dejen espacio para significados distintos: infinito potencial e infinito actual. El in-
el diálogo con los lenguajes metafísicos que orientan a nuestras finito potencial es una sucesión de objetos matemáticos que pue-
comunidades humanas. Esto es más un encuentro entre sistemas de ser tan grande como deseemos, debido a que no termina. Por
de valores que una batalla acerca de cómo son los hechos del ejemplo, a partir de un objeto matemático que podemos desig-
mundo. El encuentro no es el resultado de una pura deducción nar como O, podemos construir su sucesor y designarlo s(O). A
lógica, sino que incluye elementos éticos, del comportamiento continuación, podemos definir el sucesor de este objeto y desig-
humano y de la historia. narlo s(s(O)) y luego s(s(s(O))) y así sucesivamente. De este mo-
Sin embargo, hay momentos fascinantes en nuestra expe- do podemos definir el conjunto N = {O, s(O), s(s(O)), ... }, que tie-
riencia humana en los que los conceptos científicos y metafísicos ne tantos elementos como queramos. De acuerdo con el proce-
se han encontrado de una manera muy convincente. Como pre- so de su construcción, podemos decir que el número de elemen-
tendo mostrar en el resto de este capítulo, dos ámbitos donde se tos de N es potencialmente infinito.
han dado esos encuentros son el uso del concepto del infinito y Por otra parte podemos también hablar del infinito actual
lo que ha llegado llamarse el argumento ontológico de la exis- cuando nos referimos a los números de N como un todo. Cuan-
tencia de un absoluto, es decir, la existencia de un ser supremo. do consideramos N como un todo, pensamos globalmente en
todos los posibles elementos de N. (En el infinito potencial, con-
sideramos N como un conjunto potencialmente infinito ya que
El infinito y el argumento ontológico no lo pensamos como algo que está ahí ya construido, sino co-
Desde los orígenes del conocimiento humano la idea del infini- mo el resultado de un proceso de construcción de sus elernen-
to como algo que de algún modo no termina ha estado presente tos.) Esta distinción entre infinito potencial y actual cobró una
de muchas formas en nuestra mente. También nos hemos pre- importancia especial en el trabajo del matemático alemán Georg
guntado por el significado que tiene este concepto en distintas Cantor (m, 1918).
dimensiones de nuestras vidas, especialmente en las matemáticas Cantor demostró que la consideración de N como un «todo»
y en las ciencias de la naturaleza. Al mismo tiempo, hemos re- (el infinito actual) nos lleva a reflexionar sobre la posibilidad de
flexionado sobre qué significa en nuestro mundo que algo sea lo otros infinitos que son «superiores» a N, y que generalmente se
mayor de todas las cosas, o que sea de algún modo absoluto. Co- denominan rransfinitos. Algunos matemáticos no pueden acep-
mo veremos, este concepto se expresó en muchas ocasiones en la tar este estado de cosas. Estos matemáticos, actualmente llama-
idea de Dios como «el más grande que existe» o «el más grande dos constructivistas, sólo podían admitir la existencia de los ob-
que puede ser considerado». Notablemente, estas dos ideas, la jetos matemáticos que pueden ser construidos de un modo efec-
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tivo a partir de un conjunto finito de símbolos y de funciones. plosión sugiere también que el espacio es finito. El espacio real
Por lo tanto, los constructivistas sólo admiten la existencia del terminaría allí donde termina el universo. Por otra parte, en los
infinito potencial en la práctica de la matemática. Estos mate- niveles más pequeños de la física, la teoría cuántica sostiene, del
máticos argumentan que el infinito actual no puede construirse mismo modo, que el infinito no existe en la realidad: la física
por medios finitos a lo largo de un proceso finito. cuántica dice que no es posible realizar mediciones infinitamente
Tal como hemos mencionado anteriormente, estas disputas pequeñas. Como podemos ver, la ciencia empírica ofrece algunas
permiten que los matemáticos elijan el sistema que prefieren. Si opciones relativas a la infinidad de tiempo y espacio. Cada una de
eligen las matemáticas clásicas, aceptan el infinito actual. Un estas opciones se basa en una visión diferente del mundo físico.
matemático constructivista sólo aceptará el infinito potencial. La visión metafísica del infinito es de nuevo distinta de la
Ambos bandos disponen de una serie de argumentos para justi- matemática y la empírica. La visión metafísica del infinito po-
ficar sus decisiones en la aplicación de un criterio matemático dría haber sido la primera con la que se han enfrentado los seres
con respecto al infinito. humanos y, en este caso, siempre lo han hecho en un lenguaje
En las ciencias de la naturaleza por el contrario, la preocupa- simbólico. En la metafísica el símbolo de lo infinito representa
ción es lograr una idea empírica del infinito que sea útil en las lo que es absoluto, mientras que el símbolo de lo finito significa
hipótesis y en las investigaciones científicas. Las ciencias de la lo relativo, o lo que es contingente como contrario a lo absolu-
naturaleza se basan en la idea/ideas matemática del infinito, pe- to. Normalmente, la metafísica considera la existencia humana
ro intentan aplicarla en el uso del lenguaje representativo con el como una realidad contingente o finita en relación con una rea-
que hablan acerca del mundo físico. Para empezar, recordemos lidad absoluta o infinita. Esta consideración también pone lími-
que debemos distinguir entre los signos representativos y el ob- tes a los conocimientos humanos, incluyendo la lógica, las ma-
jeto físico que representan. La infinitud del tiempo y el espacio temáticas y las ciencias empíricas.
como una propiedad física del mundo se confunde frecuente- A pesar de la naturaleza contingente del ser humano, una es-
mente con la infinitud matemática. Para explicar esta diferencia, pecie de consistencia absoluta controla la actividad lógica, mate-
echemos un vistazo a algunas descripciones físicas del infinito. mática y científica de nuestras mentes. Nuestros pensamientos
Las ciencias de la naturaleza siempre han luchado con la im- no pueden dejar de ser consistentes. Nuestras mentes no pueden
posibilidad de lograr medir algo que es infinitamente pequeño o afirmar A y no A al mismo tiempo. No podemos afirmar que la
infinitamente grande. Algunas cosmologías físicas han visto el realidad es lógicamente contradictoria y continuar pensando ló-
tiempo y el espacio como infinitamente grandes, y por lo tanto gicamente. La ciencia no sería posible si nuestro pensamiento
inconmensurables como objeto empírico. Sin embargo, la física dejara de ser consistente.
actual tiende a pensar en el universo físico como un objeto limi- El valor absoluto de la consistencia del pensamiento huma-
tado. En la teoría del «big bang» (la gran explosión), por ejem- no es anterior a la posibilidad del simple hecho de pensar. Es ver-
plo, el tiempo se originó con una gran explosión, y posiblemen- dad que nuestros pensamientos albergan muchas inconsisten-
te terminará después de un cierto período de expansión del uni- cias. Frecuentemente pensamos acerca de algo de una manera y,
verso físico. De hecho, una vez finalizada la expansión puede de- a continuación, pensamos lo contrario cinco minutos más tarde.
rivarse un «big crunch» (una gran implosión), un período de Sin embargo, sabemos que hemos cambiado nuestro pensa-
tiempo en el que de nuevo el universo se contrae bajo las fuerzas miento en los últimos cinco minutos porque tenemos una con-
de la gravedad hasta su punto original. La teoría de la gran ex- sistencia subyacente en la mente. En esta explicación de que la
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mente tiene un elemento central de consistencia que es absoluto metafísicas, de un modo semejante a cómo los enunciados de la
encontramos también la razón por la que los seres humanos al- lógica y las matemáticas parten de intuiciones lógicas y matemá-
canzamos un nivel propio de comunicación: todos compartimos ticas. Por otra parte, el argumento ontológico es único en el mo-
la consistencia del pensamiento. do como trata de mostrar que la existencia de Dios es una con-
Esto nos lleva a una de las grandes cuestiones metafísicas: es clusión razonable. Su núcleo es la intuición intelectual de que es
la mente humana consistente debido a que existe un absoluto en lógicamente necesario que exista una realidad que no está limi-
el universo exterior a ella, o es simplemente consistente debido a tada por la finitud. Curiosamente, esta intuición puede existir
la adquisición autónoma de ciertos poderes que se basan, por fuera de la religión, pues como veremos, algunos matemáticos
ejemplo, en la evolución del cerebro físico. Si elegimos un abso- argumentan que existe un infinito absoluto. Innegablemente, sin
luto superior entonces optamos por un infinito metafísico, al embargo, el argumento ontológico ha sido un hito en la historia
que normalmente le damos el nombre de Dios. Si decimos que de la racionalidad de las creencias religiosas y la teología.

la consistencia aparente de la mente surge de su propia limita- Pero incluso en la religión ha habido diferentes escuelas de
ción finita entonces no necesitamos un absoluto para explicar es- pensamiento que han diferido en la valoración del argumento
te hecho. Este debate, o enigma, está en la base del famoso ar- ontológico. Por ejemplo, el argumento elaborado en primer lu-
gumento ontológico de la existencia de Dios como un infinito gar por el filósofo musulmán Avicena (o Ibn Sina) de Persia (m.
que supera toda la realidad. 1037) y el teólogo Anselmo de Canterbury (rn. 1109), también
fue aceptado en una forma u otra por René Descartes, Baruch
Spinoza, Gottfried Leibniz y más tarde por el matemático Kurt
El argumento ontológico
Codel. Sin embargo, también fue rechazado por un filósofo tan
Como espero mostrar, el argumento ontológico es relevante pa- grande como Tomás de Aquino y también por Emmanuel Kant,
ra nuestro debate acerca de las matemáticas y el lenguaje, porque a pesar de que estos dos últimos no negaban sin embargo la exis-
este argumento se encuentra de algún modo a caballo entre la tencia de un ser supremo.
metafísica y la lógica. Históricamente el argumento ontológico El trabajo de Avicena y Anselmo ofrece una base simple pa-
ha empleado de un modo especial algunas de las herramientas ra seguir el legado histórico del argumento. En El libro de la cu­
lógicas que subyacen a las matemáticas. ración, Avicena hizo una distinción importante entre la esencia
Antes de ir más lejos, debemos definir nuestro término. «On- (mahiat) y de la existencia (wujud) de los seres. A continuación,
tología» significa «tratado de la existencia». En el siglo XVIII, el Avicena postuló la necesidad de un ser superior cuya existencia
argumento lógico de la existencia de Dios como un absoluto ne- es necesaria (Wajib al­Wujud). Anselmo es quizás el pensador
cesario entró en los escritos filosóficos occidentales bajo el nom- cristiano más famoso que construyó un argumento ontológico a
bre de argumento ontológico, o la prueba ontológica de Dios. partir de un tipo similar de argumentación lógica. Anselmo dijo
Aunque algunos escritos grecorromanos contienen ya una forma que si un ser tal que «no puede ser concebido algo que sea ma-
simple de este argumento, el argumento fue formulado con ma- yor que él» sólo existiera en la mente y no en la realidad, enton-
yor precisión tal como lo conocemos ahora por pensadores islá- ces ya no sería el m\lyor ser que podemos concebir. Por lo tanto
micos y cristianos en la edad media. Dios debe de existir, de lo contrario llegaríamos a un absurdo ló-
Cualquier tipo de razonamiento que concluye que la exis- gico. Usando la forma devocional de hablar propia de todos sus
tencia de Dios es lógica incluye, entre sus premisas, intuiciones escritos, Anselmo lo puso así en su pequeño trabajo Proslogion:
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«Creemos que eres tal que nada mayor puede pensarse .... Y ten- existencia de un absoluto parece apropiada. Para el crítico, esta
go por seguro que esto-tal-que-nada-mayor-puede-ser-pensado hipótesis de partida no está justificada.
no puede existir sólo en la mente. Pues si existiera únicamente Como se señaló anteriormente, dos oponentes conocidos al
en la mente, se podría considerar que existe también en la reali- argumento ontológico fueron de Aquino y Kant. Ambos argu-
dad, lo cual es más (que el mero existir sólo en la mente)». Des- mentaron que a partir de una intuición mental sobre la existen-
cartes, Spinoza y Leibniz, todos ellos usaron también este tipo cia no es posible argumentar que algo real deba existir necesaria-
básico de argumentación; tendieron a argumentar que, puesto mente. Aquino y Kant, en otras palabras, se preguntaron si po-
que la existencia es una cualidad necesaria de la perfección abso- demos dar el salto de lo lógico a lo real. Creían que el fallo del
luta, Dios debe tener existencia. En el siglo XX, Godel reavivó la argumento es que confunde la semántica formal de los objetos
validez del argumento de Anselmo convirtiéndolo en un argu- mentales con la semántica real de los objetos del mundo real.
mento puramente formal, que era válido en la lógica llamada Para nuestros propósitos, la pregunta clave es definir qué en-
'!' modal, un sistema lógico que estudia lo posible, lo imposible y tendemos por existencia. Esto es algo que tanto las matemáticas,
1 lo necesario. como las ciencias empíricas y la metafísica intentan saber, para
La relación del argumento ontológico con la lógica y las ma- ellas es como un presupuesto inicial, como una intuición acerca
temáticas sigue siendo hoy en día un tema apasionante, incluso de lo que es razonable y adecuado. ¿Cómo define la matemática
para algunos matemáticos. Pero para lo que nos interesa aquí, es- la existencia? Cuando decimos que existe una solución a la ecua-
ta relación nos muestra sobre todo la diferencia entre el uso de ción x2 = 4, estamos diciendo que existen objetos matemáticos
signos matemáticos y lógicos y el uso de símbolos metafísicos y que son solución de esta ecuación. En este caso, los objetos son
religiosos. Podemos decir que el argumento ontológico pierde su los números 2 y -2. Los números 2 y -2 son objetos mentales
valor si en él usamos sólo signos formales propios de las mate- que pueden ser formalizados y representados como conjuntos
máticas. Para que el argumento ontológico adquiera valor pro- formales.
bativo es necesario que incluyamos en él símbolos metafísicos. Las ciencias empíricas tienen otro modo de afirmar la exis-
La principal crítica al argumento ontológico es precisamente tencia de un objeto. Un ejemplo convincente de cómo las cien-
que utiliza un lenguaje simbólico (lo mayor que puede ser pen- cias empíricas afirman la existencia de un objeto ocurrió el 24 de
sado) en un tipo de demostración que requiere el uso de un len- agosto de 2006, cuando la Unión Astronómica Internacional
guaje físico o matemático. Esta crítica diría también que si bien (UAI) dictaminó que Plutón ya no puede ser considerado un
es verdad que el argumento ontológico puede formalizarse me- «planeta» y el número de planetas de nuestro sistema solar, por
diante lógica formal, no demuestra la existencia de Dios de la tanto, se redujo de nueve a ocho. Ese día, este tipo de definición
misma manera que una demostración matemática comprueba la se refería a la existencia de objetos empíricos: los planetas como
validez de un enunciado matemático, como por ejemplo el he- lugares físicos a los que se puede viajar en nuestras naves espa-
cho de que, dado un número primo, siempre hay otro número ciales. Pero también como objetos empíricos a los que atribui-
primo mayor que él. En la demostración de la existencia de un mos la categoría de existentes, como planeta o como no-planeta
objeto matemático, la demostración parte en sus premisas de in- (como es el caso ahora con Plutón).
tuiciones matemáticas. En el caso de una demostración de la La metafísica tiene otro modo de afirmar la existencia. La exis-
existencia de Dios como un absoluto, la argumentación parte de tencia metafísica se justifica como respuesta a una pregunta global
una intuición metafísica, en este caso de la hipótesis de que la acerca de cómo se relacionan los seres contingentes, o finitos, con
Tll

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el ser en sí mismo y por sí mismo -es decir, con el ser supremo y Comenzamos con una formalización simplificada del argu-
necesario. Spinoza plantea esta cuestión en su famosa obra filosó- mento ontológico (AO), que se basa en un enunciado metafísi-
fica, The Ethics. Spinoza dice que Dios existe necesariamente por- co acerca de la existencia de un ser sin límites.
que la esencia de Dios es existir. Spinoza hace una declaración me- AO:
tafísica sobre la existencia y la esencia de Dios. Para Spinoza la (1) Dios es el ser más grande que podamos pensar.
existencia de Dios coincide con la esencia de Dios, a diferencia de (2) Si Dios no existiera necesariamente en la realidad,
la existencia de todos los otros seres, que es distinta de su esencia. entonces podríamos pensar en un ser existente mayor que Dios.
Esta identificación de la esencia y la existencia en Dios y su sepa-
Por lo tanto, Dios existe en realidad.
ración en los otros seres es válida en la medida en que se confirma
por una cierta intuición o experiencia metafísica. Tomando las proposiciones (1) y (2) como premisas, pode-
La metafísica de Spinoza se ubica dentro del panteísmo, al mos formalizar la argumentación AO en la lógica de predicados
'I vincular estrechamente la existencia del mundo físico a la exis- clásica. (Los lectores interesados pueden encontrar una breve
1 tencia de Dios. Pensadores tales como Anselmo y Descartes, sin presentación de la sintaxis de la lógica de predicados de primer
embargo, se sitúan del lado del teísmo tradicional al decir que,
'I orden en el apéndice 3). Para ello, definimos primero los predi-
1
mientras que la esencia de Dios posibilita que existan otros seres, cados de MY(x,y) y E(x) como sigue:
la existencia de Dios está separada de la de todos los demás se-
MY(x,y) :<E7 podemos pensar que x es mayor que y
res. A pesar de estas diferencias, todos los argumentos ontológi-
E(x) :- x existe en la realidad
cos coinciden en la intuición metafísica de que debe existir un
ser sin límites. Citando a Anselmo de nuevo, todos coinciden en También podemos usar la letra d con el fin de designar for-
la intuición mental de un ser tal que no podemos pensar en otro malmente a Dios:
que pueda ser mayor. Partiendo de esta premisa, todos los argu- d :- Dios
mentos ontológicos utilizan una argumentación formalmente Usando de estos signos podemos formalizar AO:
válida para mostrar que la existencia de Dios es razonable. (1) �3 x MY(x,d)
(2) � E(d) - 3 x MY(x,d)

Formalización del argumento ontológico .'. E(d)


en lógica de predicados
donde podemos leer las premisas (1) y (2) y la conclusión :.
Ahora veamos cómo este argumento, que podría parecer de ca- como sigue:
rácter puramente religioso, puede formalizarse mediante el uso
(1) �3x MY(x,d)
de signos lógicos y matemáticos. Para los lectores que no estén No existe un elemento x de nuestro dominio del discurso tal que po-
familiarizados con el modo de escribir enunciados y demostra- demos pensar que x es mayor que Dios.
ciones como una cadena de signos propio de la lógica formal, se- (2) � E(d) - 3 x MY(x,d)
rá suficiente ver que los enunciados verbales pueden traducirse a Si Dios no existe en realidad y, entonces hay un elemento x de nues-
estas cadenas de signos. Observar el uso que haremos de los sig- tro dominio del discurso tal que podemos pensar que x es mayor
que Dios.
nos puede ayudarnos a comprender mejor la diferencia entre sig-
.'. E(d)
nos formales y símbolos metafísicos. Dios existe en la realidad.
- -- ----------..

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En esta formalización del argumento ontológico, hemos uti- dencias estén confirmadas por los sentidos físicos. Un buen ejem-
lizado dos signos diferentes para indicar la existencia real del mis- plo es la geometría del matemático alemán Hermann Minkowski,
mo elemento x: el signo lógico 3 y el predicado E. El uso del sig- que sirvió para explicar la teoría de la relatividad. Las formulacio-
no lógico 3 en la fórmula (2) indica la existencia de un elemento nes matemáticas de Minkowski explicaban la teoría de la relativi-
arbitrario x, de nuestro dominio del discurso, al que atribuimos el dad, pero eso no bastaba, la teoría de la relatividad debía probarse
predicado MY(x,d). Mientras que el uso del predicado E en la sub- mediante las evidencias de medidas y observaciones físicas. Una
fórmula ,E(d) indica que d no existe en la realidad. proposición metafísica es evidente de un modo diferente: deberá
Es fácil comprobar que, mediante la aplicación de las reglas ser de algún modo confirmada por la percepción del valor de la
de deducción de la lógica clásica a las proposiciones formales (1) existencia definitiva y por lo tanto no limitada.
y (2), se sigue la conclusión(:.). Los partidarios del argumento ontológico aceptarían como
En efecto, la lógica clásica admite el principio del tercero ex- válido de este modo el enunciado formal de ,E(g) _.. 3 MY(x, g)
cluido por el que, dado un predicado E y un objeto d, E(d) o como expresión de una percepción, intuición o evidencia meta-
,E(d) (uno de los dos) es cierto. Si ,E(d) fuera cierto, por la pro- física. Evidentemente la percepción de esta intuición metafísica
posición condicional (2) obtendríamos que 3 x MY(x, d) es no es igual que la percepción de un objeto empírico como un
cierto. Esto haría que el principio de no contradicción fuera fal- planeta o la curvatura de la luz. Tampoco es como la percepción
so, ya que tanto 3 x MY(x, d) como ,3 x MY(x, d) serían ver- puramente formal de la existencia de un objeto matemático. Las
daderas por (2) y por (1) respectivamente. Por lo tanto, llega- · demostraciones metafísicas tienen su forma propia de ser pensa-
mos a la conclusión de que, si (1) y (2) son verdaderos, E(d) de- das y sentidas. El uso del signo lógico 3 en la fórmula (2) indica
be ser verdadero. la existencia de un elemento arbitrario x de nuestro dominio del
La formalización del argumento ontológico muestra que discurso al que atribuimos el predicado MY(x,g). Este elemento
efectivamente podemos construir un argumento formalmente x sólo existe en nuestra mente. El darle existencia real es una op-
correcto y concluir que Dios existe, en el caso de que las dos pre- ción metafísica. El uso del predicado E en el subfórmula ,E(g)
misas (1) y (2) sean verdaderas. Sin embargo, el problema que indica por el contrario la existencia real de g (que aparece como
plantearon Aquino y Kant todavía no ha quedado resuelto. negada en dicha subfórmula).
Aquino y Kant argumentan que no podemos confundir la exis- Anselmo y otros defensores del argumento ontológico razo-
tencia en el pensamiento con la existencia en la realidad. Aqui- naban correctamente desde un punto de vista formal. Su con-
no y Kant sostienen que la premisa (2) no es válida, pues en ella clusión era válida en el caso de que la premisa metafísica (2) fue-
estamos confundiendo el signo lógico 3, cuyo significado se- ra válida: «si Dios no existe en realidad entonces hay un elemen-
mántico se refiere a la existencia formal en el pensamiento, con to x de nuestro dominio del discurso tal que podemos pensar
el predicado E, cuyo significado semántico se refiere a la exis- que x es más grande que Dios». Pero, mientras que algunos acep-
tencia real. Es decir, estamos confundiendo la existencia en el tan la premisa (2) como evidencia metafísica, esa premisa no es
mundo real con la existencia en el mundo mental. necesariamente cierta para todo el mundo.
¿Qué relación hay pues entre el tipo de evidencia metafísica Podemos estudiar también la premisa (2) desde el punto de
que fue tan persuasiva para Avicena, Anselmo, y Descartes en el vista del uso de los predicados que aparecen en ella. MY(x,g) es
argumento ontológico con el tipo de evidencia que exige la cien- un predicado con dos argumentos que podemos interpretar en
cia empírica? Obviamente, la ciencia empírica requiere que las evi- un modelo diciendo: el elemento x del dominio de discurso es
48 MATEMÁTICAS Y RELIGIÓN CAPITULO 2 - LENGUAJE METAFÍSICO
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mayor que el elemento g. Por otra parte, E(x) es un predicado Según esta tradición abrahámica la manifestación de Dios al
con un argumento que podemos interpretar diciendo: el ele- mundo es un elemen�o esencial de nuestro conocimiento y de
mento x del dominio de discurso existe en la realidad. (Los lec- nuestra relación con El. A menudo, esta percepción metafísica
tores pueden encontrar más detalles sobre la semántica de la ló- de la manifestación de Dios lleva a los individuos a sentir a una
gica de predicados de primer orden en el apéndice 4). El hecho misión personal que les hace comprometerse con mundo como
de que el elemento g no tenga la propiedad E (de existente en la respuesta a la acción de Dios. Muchos de esos testimonios están
realidad) no implica que x es mayor que la g. En otras palabras, presentes en la historia. Podemos pensar, por ejemplo, en la ora-
.E(g) puede ser verdadero y MY(x, g) falso. ción del inglés John Henry Newman (m. 1890), que participó
Estos tipos de argumentos formales pueden hacerse en cada de las tradiciones anglicana y católica: «Dios me ha creado para
vez más sofisticados, pero con ello no conseguimos acercarlos a que le haga un servicio determinado», escribió Newman, que lle-
I' la realidad. En resumen, el hecho de que podemos pensar de un gó a ser Cardenal Católico y profesor de la Universidad. «Él me
objeto que es más grande que la idea que tenemos de Dios no ha encomendado algunos trabajos que no ha encomendado a
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quiere decir que realmente exista tal objeto. Puede ser simple- otro». En mi propia tradición más cercana, el fundador de los je-
mente un objeto creado por la mente, un producto de la imagi- suitas, Ignacio de Loyola (m. 1556), también ofreció una inter-
I, I
, nación. Una vez más vemos la importancia que tiene la elección pretación del sentido del trabajo humano en el mundo como
1
1
de las premisas previas de nuestros sistemas lógicos. Diferentes respuesta a la acción de Dios en la introducción a sus Ejercicios
comunidades eligen premisas diferentes, por eso algunos están espirituales, titulada «Principio y Fundamento»:
i de acuerdo con la prueba ontológica y otros no lo están.
« El hombre es criado para alabar, hacer reverencia y servir a
Dios nuestro Señor y, mediante esto, salvar su ánima; y las otras
Religiones abrahámicas y metafísica cosas sobre la haz de la tierra son criadas para el hombre, y pa-
ra que le ayuden en la prosecución del fin para que es criado.
La reflexión que acabamos de hacer sobre la metafísica sugiere De donde se sigue, que el hombre tanto ha de usar dellas, quan-
que esta es un producto natural de las religiones monoteístas, to le ayudan para su fin, y tanto debe quitarse dellas, quanto pa-
que también llamamos religiones abrahámicas, porque las tres ra ello le impiden. Por lo qual es menester hacernos indiferentes
a todas las cosas criadas, en todo lo que es concedido a la li-
grandes religiones monoteístas -judaísmo, cristianismo e islam- bertad de nuestro libre albedrío, y no le está prohibido».
tienen su origen en Abraham. Todas estas tradiciones han con-
fiado en las herramientas de la lógica y la metafísica para mos-
trar la razonabilidad de la creencia en la existencia del absoluto. El lenguaje de esos testimonios no puede ser matemático o
Sin embargo, estas religiones van un paso más allá de confiar en científico. Es un lenguaje que utiliza símbolos teológicos. Los
un tipo de argumento lógico basado en la intuición de que debe símbolos a su vez no pueden separarse de su significado moral y
existir un absoluto. Estas religiones proponen también la necesi- ético. Son más que una mera narrativa, pues hablan también del
dad de tener fe en un Dios trascendente que está más allá de la significado de la acción humana en el mundo y de una relación
lógica y la evidencia mundana. cotidiana del ser humano con lo absoluto. Este lenguaje -que
Esta fe postula la creencia en que Dios, actuando indepen- usa frecuentemente el estilo apasionado de la fe y las creencias-
dientemente del mundo, revela su existencia al mundo. Una se refiere a actitudes y relaciones personales, y a experiencias de
existencia que la mente humana no puede aprehender del todo. confianza, misericordia y perdón.
50 MATEMÁTICAS Y RELIGIÓN CAPITULO 2 - LENGUAJE METAFÍSICO
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Resumiendo los tres lenguajes la ecua�ión E = me' que relaciona la energía (E), la masa (m) y
Al llegar a este punto en nuestra comparación de los lenguajes la velocidad de la luz (e) con una propiedad válida en la teoría fí-
propios de la lógica y las matemáticas, las ciencias empíricas y la sica de la relatividad.
metafísica, podría fácilmente parecer que estamos examinando Por último, dado que nuestras mentes son capaces de hacer-
tres mundos completamente diferentes. La diferencia puede pa- se preguntas lógicamente correctas acerca de las últimas cuestio-
recer especialmente grande entre los símbolos metafísicos y los nes, necesitamos un lenguaje metafísico para hablar de aquello
signos de matemáticas y las ciencias. Sin embargo, los tres len- que no pueden tratar las matemáticas y las ciencias de la natura-
guajes también pueden verse como complementarios ya que, leza. Las preguntas metafísicas necesitan usar un lenguaje de
mediante el uso de todos ellos expresamos la realidad completa símbolos cuyo significado no es meramente formal ni empírico.
de la experiencia humana. Ninguno de estos lenguajes puede ser El significado de los símbolos metafísicos expresa evidencias per-
excluido. Como vimos anteriormente, mientras que la lógica sonales acerca de los últimos principios de la realidad. Es verdad
puede no necesitar de la religión, la religión no puede prescindir q.ue l�s personas que se dedican a la lógica, las matemáticas y las
de la lógica y las ciencias. ciencias de la naturaleza también hacen su trabajo como miem-
bros de diversas comunidades científicas. Estas comunidades in-
La diferencia clave entre estos lenguajes reside en la utiliza-
flu�en, e in�luso modifican, las hipótesis previas que luego se
ción de signos y símbolos. En nuestro lenguaje cotidiano, real-
aplica� mediante un uso generalmente objetivo de estos tipos de
mente no diferenciamos normalmente entre el uso que hacemos
lenguaje. Pero, este contexto grupal y comunitario es aún más
de las palabras «signo» y «símbolo», y de hecho la distinción es
importante en el uso del lenguaje metafísico, pues sólo partici-
un tanto artificial y académica. Pero la distinción puede ser muy
pando de una comunidad, una historia, una tradición y de cier-
útil si queremos comprender la interacción de los tres tipos de
tos valores fundamentales compartidos puede conservar el len-
lenguajes: formal, representativo y metafísico.
guaje metafísico su poderoso significado.
Los signos formales de la lógica permiten escribir enunciados
que expresan evidencias lógicas. Por ejemplo, el conjunto de sig-
nos formales {,, A, A, (, )} hace posible escribir el enunciado ló-
gico ,(A A,A). Este enunciado expresa el principio lógico de no
contradicción. En las matemáticas podemos tomar, por ejemplo,
los signos formales de la aritmética. Estos signos permiten ex-
presar intuiciones matemáticas acerca de números y de las ope-
raciones numéricas propias de la aritmética. Por ejemplo, el con-
junto de signos formales {2, 4, +, =} hace posible escribir la fór-
mula aritmética 2 + 2 = 4.
Nuestro segundo tipo de lenguaje utiliza los signos represen-
tativos de la física y de las otras ciencias empíricas. Este lengua-
je representa realidades observables como por ejemplo la masa,
la velocidad, o la energía de los cuerpos físicos. En particular, el
conjunto de signos representativos {E, m, e] nos permite escribir

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