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SOLUCIÓN

Nombre del aprendiz: SANDRA TORO AGUIRRE

1. Exponga por qué la obesidad puede generar cáncer.


La obesidad está asociada con riesgos mayores de los siguientes tipos de
cáncer y posiblemente de otros cánceres también:

Esófago
Páncreas
Colon y recto
Seno
Endometrio (el revestimiento del útero)
Riñón
Tiroides
Vesícula biliar
Un estudio, que usó los datos del programa del NCI de Vigilancia,
Epidemiología y Resultados Finales (SEER), calculó que en 2007, en los
Estados Unidos, cerca de 34 000 casos nuevos de cáncer en los hombres
(4%) y 50 500 en las mujeres (7%) se debían a la obesidad. El porcentaje
de casos atribuidos a la obesidad varió mucho según los diferentes tipos de
cáncer pero fue tan alto como 40% para algunos cánceres, especialmente
para el cáncer de endometrio y el adenocarcinoma de esófago.

Una proyección del gravamen futuro de la obesidad en la economía y en la


salud en 2030 calculó que si continúan las tendencias existentes de
obesidad se llegará a casi 500 000 casos adicionales de cáncer en los
Estados Unidos para 2030. Este análisis encontró también que si cada
adulto reducía su IMC en 1%, lo que equivaldría a adelgazar más o menos
1kg (o 2,2 libras) en un adulto de peso promedio, esto prevendría el
aumento del número de casos de cáncer y resultaría en realidad en evitar
cerca de 100 000 casos nuevos de cáncer.

Se han sugerido varios mecanismos posibles para explicar la asociación


entre la obesidad y un mayor riesgo de algunos cánceres:
El tejido adiposo (graso) produce cantidades en exceso de estrógeno, y
concentraciones altas de esta hormona se han asociado con el riesgo de
cánceres de seno, de endometrio y de otros.
La gente obesa tiene con frecuencia concentraciones mayores de insulina y
del factor de crecimiento como la insulina-1 (IGF-1) en su sangre (una
afección conocida como hiperinsulinemia o resistencia a la insulina), lo cual
puede fomentar la formación de algunos tumores.
Las células grasas producen hormonas, llamadas adipocinas, las cuales
pueden estimular o inhibir el crecimiento celular. Por ejemplo, la leptina,
que abunda más en gente obesa, parece que fomenta la proliferación
celular, mientras que la adiponectina, que es menos abundante en gente
obesa, puede tener efectos antiproliferativos.
Las células adiposas pueden tener también efectos directos e indirectos en
otros reguladores del crecimiento de tumores, incluso la proteína cinasa
activada por el blanco mamífero de la rapamicina (mammalian target of
rapamycin, mTOR) y por el monofosfato de adenosina, (adenosine
monophosphate, AMP).
La gente obesa tiene con frecuencia inflamación crónica en un grado bajo o
"sub-agudo", lo cual está asociado a un mayor riesgo de cáncer.
Otros mecanismos posibles son las reacciones inmunitarias alteradas, los
efectos en el sistema del factor nuclear kappa beta y el estrés oxidativo.

2. Explique qué factores de riesgo influyen en el desarrollo de las


enfermedades no transmisibles.

Datos y cifras

Las enfermedades no transmisibles (ENT) matan a 38 millones de personas cada


año.

Casi el 75% de las defunciones por ENT -28 millones- se producen en los países
de ingresos bajos y medios.

16 millones de las muertes atribuidas a las enfermedades no transmisibles se


producen en personas menores de 70 años de edad; el 82% de estas muertes
«prematuras» ocurren en países de ingresos bajos y medianos.
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la mayoría de las defunciones por
ENT, 17,5 millones cada año, seguidas del cáncer (8,2 millones), las
enfermedades respiratorias (4 millones), y la diabetes (1,5 millones1).

Estos cuatro grupos de enfermedades son responsables de alrededor del 82% de


las muertes por ENT.

El consumo de tabaco, la inactividad física, el uso nocivo del alcohol y las dietas
malsanas aumentan el riesgo de morir a causa de una de las ENT.

Panorama general

Las enfermedades no transmisibles (ENT), también conocidas como


enfermedades crónicas, no se transmiten de persona a persona. Son de larga
duración y por lo general evolucionan lentamente. Los cuatro tipos principales de
enfermedades no transmisibles son las enfermedades cardiovasculares (como
ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares), el cáncer, las enfermedades
respiratorias crónicas (como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y el
asma) y la diabetes.

Las ENT afectan ya desproporcionadamente a los países de ingresos bajos y


medios, donde se registran casi el 75% de las muertes por ENT, 28 millones.

¿Quiénes son vulnerables a estas enfermedades?

Las ENT afectan a todos los grupos de edad y a todas las regiones. Estas
enfermedades se suelen asociar a los grupos de edad más avanzada, pero la
evidencia muestra que más de 16 millones de las muertes atribuidas a las
enfermedades no transmisibles se producen en personas menores de 70 años de
edad; el 82% de estas muertes «prematuras» ocurren en países de ingresos bajos
y medianos. Niños, adultos y ancianos son todos ellos vulnerables a los factores
de riesgo que favorecen las enfermedades no transmisibles, como las dietas
malsanas, la inactividad física, la exposición al humo de tabaco o el uso nocivo del
alcohol.
Estas enfermedades se ven favorecidas por factores tales como el envejecimiento,
una urbanización rápida y no planificada, y la mundialización de unos modos de
vida poco saludables. Por ejemplo, esto último, en forma de dietas malsanas,
puede manifestarse en forma de tensión arterial elevada, aumento de la glucosa
sanguínea, hiperlipidemia, y obesidad. Son los llamados "factores de riesgo
intermedios" que pueden dar lugar a una dolencia cardiovascular, una de las ENT.

Factores de riesgo

Factores de riesgo comportamentales modificables

El consumo de tabaco, la inactividad física, las dietas malsanas y el uso nocivo del
alcohol aumentan el riesgo de de las ENT.

El tabaco se cobra casi 6 millones de vidas cada año (por la exposición al humo
ajeno), y se prevé que esa cifra habrá aumentado hasta 8 millones en 2030.

Aproximadamente 3,2 millones de defunciones anuales pueden atribuirse a una


actividad física insuficiente.(1)

Más de la mitad de los 3,3 millones1 de muertes anuales por uso nocivo del
alcohol se deben a ENT.

1,7 millones de muertes en 2010 debidas a causas cardiovasculares se han


atribuido a la ingesta excesiva de sal/sodio.(2)

Factores de riesgo metabólicos/fisiológicos

Esos comportamientos propician cuatro cambios metabólicos/fisiológicos clave


que aumentan el riesgo de ENT: hipertensión arterial, sobrepeso/obesidad,
hiperglucemia (niveles elevados de glucosa en sangre) e hiperlipidemia (niveles
altos de lípidos en la sangre).

En términos de muertes atribuibles, el principal factor de riesgo metabólico de ENT


a nivel mundial es el aumento de la presión arterial (a lo que se atribuyen el 18%
de las defunciones a nivel mundial (1), seguido por el sobrepeso y la obesidad y el
aumento de la glucosa sanguínea. En los países de ingresos bajos y medios se
está observando un rápido incremento del número de niños con sobrepeso.
3. Mencione el tipo de cáncer que produce el consumo de tabaco.

Pulmón: el cáncer de pulmón es la causa más común de muerte por


cáncer en el mundo. Cada año, 1,2 millones de personas lo desarrollan. En
las poblaciones en las que se ha fumado tabaco de forma generalizada
durante un largo periodo de tiempo (por ejemplo los hombres en los países
desarrollados), el tabaquismo es la causa del 90% de los casos de cáncer
de pulmón. El riesgo de desarrollar este tipo de cáncer aumenta en
proporción a cuánto se fuma y durante cuánto tiempo. Los efectos son
parecidos en hombres y mujeres.
Dejar de fumar, sea cual sea la edad, evita que aumente el riesgo de
cáncer de pulmón. Cuánto más joven se es al dejar de fumar, mayores son
los beneficios.
Vías urinarias: el tabaquismo activo es la causa principal de muchos casos
de cáncer de las vías urinarias (vejiga, uretra y riñones). El riesgo depende
de cuántos cigarrillos se fuman y durante cuánto tiempo. Al igual que para
el cáncer de pulmón, dejar de fumar, sea cual sea la edad, evita que
aumente el riesgo.
Cavidad oral (boca): fumar tabaco causa cáncer de la cavidad oral en
hombres y mujeres. El riesgo aumenta cuando se consume tabaco sin
humo o cuando se fuma y bebe alcohol. Hay una relación muy fuerte entre
el riesgo de cáncer y cuántos cigarrillos se fuman y durante cuánto tiempo.
El riesgo tiende a disminuir una vez que se deja de fumar.
Cavidad nasal (nariz) y senos paranasales: los casos de cáncer sino
nasal han aumentado entre los fumadores de cigarrillos y varios estudios
han demostrado que la frecuencia aumenta a medida que se fuma más.
Faringe (nasofaringe, orofaringe y laringofaringe): el riesgo de cáncer
de faringe aumenta según cuánto se fuma y durante cuánto tiempo. El
riesgo disminuye una vez que se deja de fumar.
Esófago: fumar tabaco aumenta el riesgo de cáncer de esófago que
depende la dosis. Dejar de fumar no resulta en un declive rápido del riesgo.
El riesgo aumenta cuando se consume tabaco de fumar junto con otros
tipos de tabaco y alcohol.
Laringe: existe tiene una relación de causa-efecto entre el consumo de
cigarrillos y el cáncer de laringe. El riesgo aumenta con la dosis. Si el
fumador además consume alcohol y empezó a fumar joven, el riesgo
aumenta.
Páncreas: fumar cigarrillos causa cáncer de páncreas proporcionalmente a
lo que se consume.
Estómago: Muchos estudios han aportado pruebas del papel del
tabaquismo en la aparición de tumores de estómago, tomando en cuenta
otros factores de confusión. El riesgo es proporcional a cuántos cigarrillos
se fuman y durante cuánto tiempo.
Hígado: varios estudios recientes demuestran que el tabaquismo hace
aumentar de forma moderada el riesgo de cáncer de hígado, lo que
depende de cuánto se fuma y durante cuánto tiempo.
Cérvix (cuello uterino): varios estudios han demostrado que el tabaquismo
causa un tipo de cáncer de cuello uterino, pero las pruebas no son
concluyentes para decir lo mismo de otros tipos de carcinomas cervicales.

4. Describa cómo por medio de la alimentación se puede prevenir el cáncer.

El cáncer y la dieta están relacionados.

Dieta y cáncer están relacionados. Una alimentación sana y equilibrada reduce tus
posibilidades de sufrir esta enfermedad. Pero si comes mal, las aumentas. Según
la Organización Mundial de la Salud, se podrían evitar el 30% de los casos de
cáncer en todo el mundo con una dieta sana y equilibrada.

Hay muchas líneas de investigación abiertas sobre qué alimentos favorecen el


cáncer y cuáles lo evitan. Está comprobado, por ejemplo, que un consumo
excesivo de grasas saturadas puede provocar cáncer. También está demostrado
que comer más fruta y verdura es beneficiosa. Pero un alimento no provoca, ni
evita, el cáncer por sí sólo. Lo que influye es la dieta en su conjunto.

No hay ningún alimento que provoque cáncer por sí mismo. Aún así, sí hay un
nutriente que está implicado en muchos cánceres relacionados con la dieta: la
grasa saturada. Está presente en alimentos como la leche entera, la mantequilla,
la carne roja, el queso o el aceite de coco.

El Estudio Europeo Sobre Cáncer y Nutrición establece una relación directa entre
el consumo elevado de grasas y el cáncer de mama. Afirma que las mujeres que
toman más de 35 gr de grasa saturadas al día tienen el doble de posibilidades de
tener cáncer de mama que las que consumen menos de 10 gr. La Organización de
las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura también advierte de este
riesgo, y afirma que aumentan las posibilidades de padecer cáncer de colon.

Hay un condicionante muy importante en la relación que existe entre las grasas
saturadas y el cáncer: la obesidad. Una ingesta muy elevada de este nutriente
provoca sobrepeso, y esto a su vez puede causar la aparición de tumores
cancerígenos. Según el Instituto Nacional del Cáncer de EE UU, el 4% de los
nuevos cánceres que se registraron en hombres en Estados Unidos en 2007
estuvieron provocados por la obesidad. En las mujeres el porcentaje fue aún
mayor: 7%.
"Hay muchos estudios que ponen de relieve que las verduras, la fruta y las
legumbres tienen un efecto protector frente al cáncer", explica la Dra. Irene
Santacruz, de la Unidad de Coaching Nutricional del Hospital Nisa. "Sus
compuestos tienen una acción directa para prevenir la enfermedad".

Estos alimentos aportan al organismo una gran cantidad de vitaminas, fibra y


agentes fotoquímicos. Y son estos agentes los que tienen una acción protectora
frente a los tumores cancerígenos (‘Guía de alimentación y salud’, UNED).

Santacruz resalta un aspecto en el que insistimos mucho en este reportaje:


ninguna fruta ni verdura protege frente al cáncer por sí misma. "El brécol es muy
beneficioso para prevenir esta enfermedad, pero no por comer sólo esta verdura
se es inmune. Hay que tomarlo en el seno de una dieta sana y equilibrada",
recalca la doctora.

Evita el sobrepeso y la obesidad.

-Mantén un estilo de vida activo: haz deporte.

-Limita el consumo de bebidas azucaradas.

-Comes más verduras, frutas y hortalizas.

-Limita la ingesta de carnes rojas.

-Limita la ingesta de bebidas alcohólicas.

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