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RELACIÓN DINÁMICA
SYMBOLS AS AN IDENTIFYING RELIGIOUS ELEMENT: A DYNAMIC
RELATIONSHIP
RESUMEN.
Las religiones, así como otros sistemas ideológicos, se valen de una serie de
símbolos para reforzar su mensaje y facilitar su identificación. Pero la naturaleza de los
símbolos es polisémica, es decir, pueden tener más de un significado, y multivocálica,
pueden ser interpretados de diferentes modos. Además su significado es dinámico,
pudiendo cambiar según el contexto sociocultural y temporal en que aparezca.
El uso y apropiación por parte de un ideario religioso puede cambiar la
interpretación del símbolo. Un ejemplo son dos símbolos utilizados en contextos
islámicos durante la edad media con un significado similar. Por un lado, el hexagrama o
“estrella de David”, asociado al judaísmo, pero que también tenía significado en
contextos islámicos. Por otro lado, la “mano de Fátima”. Mientras el segundo se ha
mantenido hasta la actualidad en los países islámicos, el primero ha perdido su
significado a causa de la apropiación del mismo por parte del judaísmo militante como
símbolo identitario religioso-nacional.
ABSTRACT.
Religions, as well as other ideological systems, use a battery of symbols to reinforce
their message. The nature of a symbol is polysemantic, so a symbol may have more than
one significance. The nature of a symbol is, at the same time, multivocalic, so a symbol
can be interpreted in several different ways. Furthermore, a symbol’s sense is dynamic:
it can change according to cultural and/or historical contexts.
The appropiation and the use of a symbol by religious ideological codes may
change its meaning. This issue can be made clear by comparing two symbols used in
Islamic contexts during the Middle Ages which do have a similar meaning. On the one
hand, the hexagram, better known as “The Star of David”. Even if related to Jewish
symbology, it had a special meaning in Islamic contexts. On the other hand, the so-
called “Hand of Fatima”. While this last symbol has been used in Islamic countries up
to recent times, the first symbol, “The Star of David” has lost its meaning since it has
been appropiated by Jewish religious nationalism.
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“Siguen lo que practicaron los demonios en el reinado de Sulaymān. Pero no fue Sulaymān quien cayó
en incredulidad, sino que fueron los demonios al enseñar a los hombres la magia que le había sido
revelada a los ángeles Harūt y Marūt en Babīl….” (Corán 2, 102).
El poder que este signo dio a Salomón sobre los ŷinn, le confiere un destacado
significado protector y mágico, por lo que será uno de los más utilizados como talismán
apotropaico y profiláctico. Este poder protector ante los peligros que acechaban desde
el mundo de lo oculto hace que lo encontremos con frecuencia en talismanes, sellos,
anillos y representado en cualquier objeto o superficie que se quiera proteger (Vázquez
2003, 490).
En la península Ibérica se han hallado talismanes de plomo de época andalusí en
los que el “sello de Salomón” se conjuntaba con
fragmentos coránicos para garantizar la protección de
su portador (imagen izquierda). La aparición en la
misma pieza de suras o aleyas coránicas no deja lugar
a dudas de la profesión de fe del portador, siendo
difícil pensar que se tratara del objeto de un judío andalusí.
El hexagrama se asocia con la protección de viviendas en el caso de algunos
grafitos, como los encontrados en diferentes paredes de una casa morisca de la zona del
Albaicín de Granada o en el camino de ronda de Madīnat al-Zahrā’, cerca de la puerta
de acceso a uno de los cuartos de la guardia (Ramos 2013, 141). También aparece con
una finalidad protectora en algunas viviendas, donde se usaban placas de yeso colgadas
en las paredes para ahuyentar a los malos espíritus y al mal de ojo. En estas placas se
representan temas como la jamsa, algunas aleyas coránicas,
jaculatorias o eulogias, de fuerte sentido profiláctico. De la
zona de Murcia tenemos dos ejemplos. Uno de ellos se
puede interpretar sin lugar a dudas como una de estas placas
colgaderas, en la que se observa un “sello de Salomón”
(Ramos 2013, 281, imagen derecha) en cuyo centro habría
incrustado un espejo, elemento que también se asociaba a la
protección contra los malos espíritus.
Junto a la figura de la estrella aparecen en muchas representaciones siete
elementos, ya sean puntos, estrellas u otras formas, estos siete símbolos representan las
siete2 letras o signos mágicos que se supone contienen el nombre de Allāh y que
confieren al anillo el maravilloso poder que se le atribuye. Corresponderían a las siete
letras que no aparecen en la fātiha y que son la inicial, cada una de ellas, de uno de los
cien nombres de Allāh. En diferentes tratados mágicos y en talismanes se graba un
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No podemos olvidar la importancia del número siete para la religión islámica. En el Corán se mencionan
siete cielos (78,12), siete tierras (65,12), siete puertas de los abismos del infierno (15,44), siete versículos
de la fātiha (15,87). Durante el ḥaŷŷ se realiza el ṭawāf, consistente en dar siete vueltas a La Ka‘aba, se
lanzan siete piedras contra el diablo, entre otras acciones relacionadas con este número. Tiene un especial
sentido para los ši’ͨīes septimanos, que defienden la existencia de siete imames tras el Profeta (Chebel
1995, 384 y 415).
grupo de siete signos que se identifican con los del “sello de Salomón” y que poseen un
gran poder mágico (Labarta 1993, 0.38 y 22; Annawati 1967, 23). Nos ha llegado
alguna descripción de dicho anillo, como la de al-Ṭabarī3.
De igual manera, la figura del hexagrama aparece sobre objetos del periodo
andalusí como un símbolo protector cuya finalidad sería la de conservar las propiedades
de lo contenido en el objeto y la salud del propietario del mismo. Se trata de objetos
variados. En la pared de una tinaja de cerámica
hallada en Cieza (Ramos 2013, 341, imagen
izquierda) se observa un “sello de Salomón” pintado
en tonos rojos y amarillos. La figura se ve rodeada
por seis puntos que se asemejan a llamas de fuego
en cada una de las puntas de la estrella, mientras otro punto similar ocupa la parte
central del hexagrama. En este caso se puede interpretar que el símbolo profiláctico
tiene la intención de proteger el agua contenida en la tinaja, ya que el agua se
consideraba en la mitología islámica como un punto de especial atracción para los
genios que habitaban el mundo oculto y era un elemento esencial para la vida y la
pervivencia de la población. Otro objeto sobre el que se ha encontrado un “sello de
Salomón” es una arqueta de madera y marfil procedente de Jijona, en Alicante, sobre
cuya tapadera se grabó un dibujo en el que podemos diferenciar dicho símbolo.
La figura de Salomón es también la del buen gobernante, encarna la rectitud, la
sabiduría y la ponderación, por lo que este emblema transmite la idea de la soberanía y
el poder de la realeza por derecho divino, siendo utilizado en ocasiones por diferentes
dinastías en sus monedas u otros objetos como parte de su mensaje legitimador (Fierro
2002, 271). Algunas de estas dinastías serían la idrisí en el norte de África hacia el s. IX
d.C., la omeya de Córdoba en algunas emisiones excepcionales de dírhems de plata en
el X d.C., o la hammudí de Málaga y Ceuta, en el s. XI d.C. (Ariza 2010: 62-67).
Será con la casa alauí de Marruecos cuando el sello
de Salomón se convierta de nuevo en emblema
dinástico. Será el sultán Mawlāy Sulaymān (1792-
1822) quien hará de este incono su emblema personal y
escudo de su reino (imagen derecha). El hexagrama
seguirá siendo el escudo de Marruecos hasta 1915,
cuando será sustituido por el actual pentagrama (Ariza
2010, 80-81).
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“Pues, este anillo de cuatro caras, que había sido traído desde el paraíso, se convirtió en el sello de
Salomón. Sobre una de sus caras estaba escrito lo que sigue: ‘el imperio es de Dios’; sobre la segunda
cara estaba escrito: ‘la excelencia es de Dios’; en la tercera estaba escrito: ‘la autoridad suprema es de
Dios’; y sobre la cuarta: ‘la omnipotencia es de Dios’.” (Chebel 1995, 374).
Más allá del posible significado político de estas emisiones, lo que más nos interesa
aquí es el hecho de que el símbolo del hexagrama tiene una importante presencia en
contextos islámicos, hasta el punto de ser utilizado por dinastías gobernantes como
símbolo identificativo. Además, en la zona del Magreb ha sido un símbolo importante
hasta épocas recientes. Sólo desde el siglo XX d.C. el pentagrama ha ido sustituyendo al
hexagrama como símbolo islámico, como sucedió en la iconografía de monedas o en la
bandera de Marruecos (Rejwan 1998).
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Cuestionario resumido.
Presentadas imágenes de ambos símbolos se hacen las siguientes cuestiones.
Datos del encuestado: país de nacimiento; región y país donde residió entre los 3 y los 15 años; nivel de
estudios completado; religión profesada; edad; profesión; por favor conteste a las siguientes preguntas de
forma sincera y en base a sus conocimientos
-¿Conoce el símbolo de la siguiente imagen?
-¿Si es así, que nombre recibe el símbolo?
-¿Con qué religión o contexto cultural relaciona este símbolo?
-¿Cuál es para usted el significado de este símbolo?
-¿Sabe usted si este símbolo se usa en otra religión o contexto cultural? Si es así, ¿en cuál?
momento dado por un grupo humano que lo entiende de una misma manera, y si bien es
cierto que la perdurabilidad de estos conceptos es amplia, no podemos asegurar que
permanezca sin cambios a lo largo del tiempo, o que sea reconstruido por un grupo
humano diferente con un sentido totalmente ajeno al anterior. Un símbolo tiene
significado desde el momento en que es dotado de tal por una sociedad o una cultura,
entendidas como el conjunto de seres humanos que comparten ciertas características.
Fuera de estos parámetros, el contenido puede variar totalmente. Incluso dentro de un
mismo grupo humano, la interpretación del significado de un símbolo puede variar.
Esta variabilidad del símbolo queda patente en el caso expuesto en este artículo. Un
emblema tan conocido y reconocido hoy en día como el hexagrama aparece como
símbolo en lugares y periodos muy diversos, con significados diferentes, sin embargo
hoy sólo se le otorga un significado, el emblema por antonomasia de la religión hebrea.
Aunque por ello pudiéramos pensar que éste fue siempre uno de sus significados más
importantes, no es así, ya que como signo del judaísmo sólo se comenzó a emplear
desde finales del siglo XIX, siendo anteriormente un símbolo sin un significado
religioso concreto, y más relacionado con el mundo de lo mágico.
Por el contrario, el hexagrama ha perdido su significado en áreas de cultura
islámica, en las que hasta hace un siglo lo tuvo. Un significado relacionado con lo
mágico y tangencialmente con lo religioso, al ser identificado como sello del profeta
Salomón. En estos mismos territorios se ha mantenido viva la interpretación de otro
símbolo que compartió sentido con el hexagrama en otros tiempos, la jamsa, que aún
hoy se usa como antídoto contra el mal de ojo.
Este cambio se ha producido a raíz de una serie de acontecimientos políticos, la
aparición de un movimiento nacionalista hebreo y su adopción del hexagrama como
emblema del judaísmo, la posterior creación del estado de Israel y el uso de dicho
emblema como parte de la bandera nacional, han cargado de un significado nacional-
religioso a un símbolo que no lo tenía con anterioridad. Esa misma identificación del
judaísmo y el sionismo con el magen David, ha llevado a su rechazo por parte de los
países musulmanes, tanto a nivel oficial como social, llevando a su desaparición y a su
olvido.
Así, el significado del “escudo de David” como un símbolo del judaísmo, que hoy
acepamos sin dudar, es reciente y es fruto de una construcción político-religiosa que
pretendía dotar de contenido a un estado naciente. Es un ejemplo de cómo en una
sociedad se pueden crear o construir símbolos y emblemas con una finalidad eminente,
la potenciación de una unidad colectiva, de conceptos e ideas en las que los diferentes
individuos de un grupo se vean representados y puedan seguir con facilidad, reforzando
su sensación de unidad, en este caco nacional y de fe.
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