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INTRODUCCIÓN

Un almácigo, almáciga o semillero es el lugar donde sembramos las semillas para


hacerlas germinar, y luego proteger las plántulas hasta el momento de su trasplante.
Su función es hacerlas germinar de forma uniforme, brindándoles un medio
favorable para su primer desarrollo.
Los almácigos son el primer paso a la hora de montar un huerto ecológico, una
herramienta excelente para los horticultores porque les permiten sembrar hortalizas
y favorecer la germinación de las semillas en un entorno protegido de condiciones
adversas como por ejemplo: heladas, vientos fuertes, granizo, lluvias, etc. Es
importante revisar el calendario de siembra y el calendario lunar para saber en qué
momento es más conveniente cultivar nuestras hortalizas. (Alberto Pantoja et al.,
2014)
Los almácigos se utilizan con el objetivo de reproducir plantas a partir de sus
semillas, en las situaciones en las cuales la siembra efectuada en forma directa
sobre el suelo del jardín puede llegar a acarrear algún tipo de problema. De esta
manera, el almácigo permite controlar la germinación hasta que llegue el tiempo del
trasplante. Un detalle muy importante para que se logre el éxito, es que las semillas
utilizadas sean de buena calidad y hayan sido conservadas correctamente. Por eso,
lo ideal es adquirir estos productos en comercios especializados, donde les puedan
asesorar con conocimiento y experiencia sobre las mejores marcas.
Los almácigos se desarrollan en un recipiente transportable. Deben tener cierta
profundidad y un tamaño acorde al número de semillas a incorporar. Hay que
cubrirlos con vidrio o plástico y no deben recibir luz solar directa. El medio de cultivo
que se utiliza para estos contenedores no es tierra, sino sustrato. Se puede definir
como sustrato a todo material poroso utilizado para cultivar plantas en macetas o
contenedores. Los sustratos comerciales están compuestos por variadas
combinaciones de: turba, nutrientes, cortezas, perlita, vermiculita, etc. También
existe la posibilidad de fabricar nuestro propio sustrato con materiales que tengamos
disponibles, como deshechos de la agro-industria, compost de residuos orgánicos
variados, turba, perlita, cáscara de arroz, entre otros. Estos materiales deben ser
estables (estacionados), estar disponibles en el lugar y durante todo el año, de
tamaños homogéneos, libres de semillas de malezas, enfermedades, insectos o
sustancias tóxicas para las plantas. Los sustratos poseen características
imprescindibles para los espacios tan reducidos como lo son las almacigueras,
principalmente por su ligereza, porosidad y alta capacidad para retener la humedad.
Este medio dará las condiciones ideales para que la semilla pueda germinar sin
inconvenientes. (Rosa Martínez Mamatz et al., Noviembre 2014)
En esta práctica se emplearon 4 sustratos, Peat Moss, Humus, Agrolita y fibra de
coco.
Peat Moss: El Peat Moss es un musgo que pertenece al género Sphagnum, Se
describe como un material orgánico compacto, de color pardo claro hasta oscuro y
rico en carbono, tiene propiedades físicas y químicas variables en función de su
origen.
Humus: Es un abono orgánico que emerge naturalmente en cualquier tipo de tierra
en su estado natural, pero en cantidades muy pequeñas y extremadamente
nutritivas.
Agrolita: Sustrato inerte, mejorador de suelos por ser un elemento ligero, aireador y
retenedor de agua y nutrientes. La Agrolita mejora la estructura de las tierras
desbaratando los terrones en las tierras arcillosas haciéndolas sueltas, porosas y
desmenuzables, deja en la tierra espacios porosos no capilares que permiten que
circule con facilidad el aire y que penetre el agua, y además que se extiendan
libremente las raíces.
Fibra de coco: Es un tipo de sustrato cada vez más usado en semilleros y huertos
urbanos ecológicos. Se obtiene como residuo de las fibras de los frutos del cocotero
(Cocos nucifera).
Es muy importante conservar húmedo el sustrato y esparcir las semillas respetando
cierta distancia entre ellas. Regar con periodicidad y mantener el recipiente cubierto;
son otras dos cuestiones claves, al igual que respetar la temperatura que precisa
cada semilla para su crecimiento. Cuando las plantas comiencen a germinar, es
tiempo de planificar el trasplante. Antes de comenzar con la producción de los
cultivos se debe plantear el objetivo para el cual serán destinados, la cantidad, el
espacio y tiempo que se disponen para ello. El campo o el invernadero deben estar
preparados para recibir las plántulas en el momento justo, tarea que debe
coordinarse con anticipación, de lo contrario estos de deterioran y pueden perderse.
(María Virginia Ramoa, 2017)

OBJETIVOS:
 Conocer los elementos que interactúan en el almacigo.
 Determinar tiempo y velocidad de germinación.
 Evaluar la calidad de mezclas de sustratos.

MÉTODOS Y MATERIALES:
 Charolas.
 Semillas diversas: en éste caso se eligió brócoli, cilantro, acelga, jitomate,
lechuga, alfalfa, zanahoria y girasol.
 Sustratos: Peat Moss, fibra de coco, humus, agrolita.
 Agua.

PROCEDIMIENTO:
1. SIEMBRA:
Las bandejas se rellenan con el sustrato deseado, sin presionar, solo dando
un suave golpe para que éste se asiente, y luego se colocan las semillas. La
profundidad de siembra es un factor muy importante que va a depender del
tamaño de la semilla, cuanto más pequeña sea ésta, más superficial será la
siembra. Como regla general podemos decir que se entierran a una
profundidad equivalente a dos o tres veces su diámetro. Para cubrirlas se
puede utilizar el mismo sustrato o perlita, material inerte que ayuda a
mantener la humedad. Se aplicó por cada hilera un sustrato diferente de tal
manera que todas las semillas se sembraran con los mismos sustratos.

Charolas para Sustratos distribuidos en la


sembrar. charola con las respectivas
semillas.
2. Disposición de las charolas:
Una vez preparadas las bandejas, se las
debe llevar al lugar donde se las
mantendrá durante su crecimiento.
Este debe ser un lugar con temperatura
confortable y condiciones de
luminosidad o sombreo necesarias
según la época del año. El lugar ideal
es un invernadero, lo importante es
protegerlas de las lluvias, vientos y
temperaturas extremas (heladas o

exceso de calor). Cada especie se


caracteriza por tener un rango de
temperaturas dentro del cual es
posible la germinación, en general
para una gran cantidad de
especies el rango de temperaturas
óptimas para crecer varía entre los
18-22ºC.
3. Riego:
Es fundamental regar con abundante agua luego de la siembra, para que las
semillas comiencen su proceso de germinación. Mantener la humedad
constante es de suma importancia; para eso se recomienda hacer riegos
cortos y frecuentes para lograrlo.
4. Trasplante:
El momento preciso para esta operación se puede determinar considerando
el tiempo transcurrido desde la siembra, la cantidad de hojas (2 pares
generalmente), la relación equitativa entre la parte aérea y radicular, la
consistencia del pan de tierra (si al tirar la planta sale con el sustrato firme y
lleno de raíces, indica que puede retirarse). El color de las raíces es otro
indicador importante, cuando estas son blancas significa que son jóvenes,
cuando comienzan a tornarse más oscuras indican que la plántula está
envejeciendo.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN:
Se sembraron 25 semillas por cada especie, en el cuadro 1 se explica qué sustrato
se empleó para sembrar cada especie así como el tiempo que tardó en germinar
cada una y cuántas semillas lograron germinar (el porcentaje de germinación total
de cada especie) y con qué sustrato. Destaco que el jitomate y la alfalfa fueron los
que tuvieron mayor porcentaje de germinación pues la mayoría de las semillas
lograron germinar con todos los sustratos empleados. A diferencia del cilantro que
sólo tuvo un porcentaje de germinación del 25%, pues sólo germinaron 2 o 3
semillas y muy poco. Intuyo que se debe a la calidad de la semilla pues a diferencia
de las demás, la semilla de cilantro empleada fue adquirida de un centro comercial.
La mayoría de las semillas tardaron de a 10 días en germinar, con riego constante
y cuidados de temperatura. El sustrato que más resultó útil fue el Peat Moss y la
fibra de coco, ambos empleados sin combinarlos con algún otro, pues se realizaron
varias mezclas para experimentación y en casos como las mezclas de Peat Moss +
fibra de coco y Peat Moss + Fibra + Agrolita, hubo semillas que no lograron
germinar. Empleándolos solos se obtuvieron mejores resultados. Logré identificar al
almácigo como un sistema con componentes que interactúan entre sí.

CONCLUSIÓN:
Haber realizado esta práctica de almacigo fue de gran alimentación a mi
conocimiento pues gracias a que hice mezclas de sustratos pude comprobar cuál
me es más eficaz, cuáles mezclas podrían servirme y cuáles definitivamente no,
también pude comprobar si la información que se nos brinda en los empaques de
las semillas es correcta o no pues en los empaques especificaba cierto tiempo de
germinación y la realidad fue que tardaron más de lo que se informaba y en un caso
la semilla definitivamente no germinó. Es importante que sepamos e investiguemos
sobre lo que compramos o adquirimos para nuestros cultivos, pero sobre todo que
nosotros mismos comprobemos si la información que se nos facilita es verídica.
También es bueno conocer alternativas a la hora de sembrar, como lo es el sistema
de almácigo que resulta más práctico y eficiente para iniciar con pequeños huertos;
las semillas que lograron germinar fueron trasplantadas y posteriormente se
destinarán a la comercialización y autoconsumo.
BIBLIOGRAFÍA:
 Alberto Pantoja, Meliza González. (2014). Manual de auto-instrucción. Una
huerta para todos, 5, 55-91.
 Ing. Agr. María Virginia Ramoa. (2017). Producción de plantines. Voces y
Ecos, Nº 30, 53-55.
 Rosa Martínez Mamatz, Ana Rosa Soriano Fajardo. (Noviembre 2014).
Propiedades físicas y químicas de los sustratos. Fundación Produce Coima
a. C, 11, 1-5.
PRÁCTICA: ALMÁCIGO

ALUMNA: MITZUKO RIVERA HERNANDEZ

PROFESORA: VERÓNICA NAVA RODRÍGUEZ

FECHA DE ENTREGA: 17/10/2018

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