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En este módulo veremos que los trastornos por abuso o dependencia de sustancias
psicoactivas constituyen una de las prioridades sociales y sanitarias en la actualidad por la
grave conflictiva personal, familiar y social que generan. A ello se añade la elevada prevalencia
de comorbilidad psiquiátrica (depresión, suicidio) y somática (hepatitis B y C, infección por el
VIH), lo que complica aún más su correcto abordaje.
Se presenta al tomar una sustancia con fines distintos a los deseados, o por una vía diferente a
la que se ha prescrito.
Significa el consumo de cualquier droga ilegal que pueda dar lugar a daño físico, psicológico,
económico, legal o social tanto para uno mismo como para los demás
Suele empezar como uso experimental, progresa al uso casual y paulatinamente se convierte
en un patrón de consumo más frecuente y serio.
Se dan problemas de tipo legal (arrestos por comportamiento escandaloso bajo los efectos de
la sustancia), o el consumo de la droga en situaciones de riesgo físico, como puede ser
conduciendo un automóvil.
Aparece con la conducta compulsiva de consumir la droga. Este consumo compulsivo implica
que el individuo tiene la necesidad de seguir consumiendo la droga, a pesar de que hayan
aparecido problemas graves relacionados con ella.
El individuo suele ingerir la sustancia en cantidades mayores o durante más tiempo de lo que
pretendía al principio (p. ej. beber hasta la embriaguez cuando la idea era beber sólo una
copa).
Muchas veces la persona quiere dejar la droga, e incluso lo intenta varias veces, sin
conseguirlo.
Suele dedicar mucho tiempo a obtener la sustancia, a tomarla y a recuperarse de sus efectos,
hasta el punto de que toda su vida gira en torno de la droga, y puede llegar al abandono del
resto de actividades sociales, laborales o de ocio.
El aspecto clave de la dependencia de una droga no es la existencia del problema sino más
bien la incapacidad de abstenerse del consumo de la droga a pesar de ser consciente de las
dificultades que ésta acarrea.
Mecanismo de acción
Efectos clínicos
Los efectos en el SNC incluyen la supresión del dolor sin pérdida de conciencia (analgesia),
cambios en el estado de ánimo (euforia y sensación de bienestar), embotamiento y
somnolencia.
Son frecuentes las náuseas y los vómitos, además producen miosis, que es muy típica de los
opiáceos ("pupilas en punta de aguja") y depresión respiratoria. La depresión respiratoria
aumenta progresivamente con la dosis, de forma que la causa de muerte en las sobredosis
suele ser el paro respiratorio.
Los opiáceos disminuyen la actividad intestinal produciendo estreñimiento y su uso para aliviar
los cuadros diarreicos es conocido desde hace muchos siglos.
Además también disminuyen la secreción de los jugos gástricos y constriñen los conductos
biliares.
el tipo de opiáceo (los opiáceos de vida media corta, p. ej. heroína, se asocian a un
SAO más inmediato y más intenso que los que tienen vida media larga, p. ej.
metadona, que presentan un SAO de aparición más retardado y con menor intensidad);
la dosis diaria total utilizada (a mayor dosis de opiáceo, mayor gravedad del SAO);
el intervalo de tiempo entre las dosis (a menor tiempo entre las administraciones,
mayor intensidad del SAO);
la duración del consumo (a mayor duración del consumo, mayor intensidad del SAO);
y por último, el estado de salud general del individuo (peor estado de salud se
relaciona con mayor intensidad del SAO).
Introducción
A partir del opio crudo se obtiene la morfina marrón, y a partir de ésta, la heroína (diacetil-
morfina) marrón que se vende como tal, o se blanquea y trata con ácido clorhídrico y se vende
como heroína blanca.
La principal diferencia entre ambas formas es que la heroína marrón puede fumarse, mientras
que la heroína blanca no, por lo que suele consumirse por vía esnifada o endovenosa.
Una vez el distribuidor ("camello" en argot) tiene la heroína, la droga recorre distintos niveles de
distribución y disminuye considerablemente su calidad, ya que es adulterada ("cortada" en
argot) con distintas sustancias (las más frecuentes quinina y lactosa), de modo que cuando
llega al consumidor final el porcentaje de pureza de la heroína es de entre el 10 y el 30%.
En España, la epidemia del consumo de heroína se inició a finales de la década de los 70, y el
número de heroinómanos fue creciendo hasta mitad de los 90 cuando parece que se estabilizó.
Actualmente se estima que hay entre 200.000 y 300.000 heroinómanos en España.
Efectos de la heroína
La clínica del SAO varía según las horas transcurridas desde el último consumo de la heroína.
La heroína puede consumirse por diferentes vías: fumada, esnifada e intravenosa. Con la
aparición de la infección por el VIH se está cambiando la vía de administración con tendencia a
aumentar la vía esnifada o fumada y disminuir la vía intravenosa.
Complicaciones psiquiátricas
Los trastornos psiquiátricos son frecuentes en los pacientes con dependencia de heroína y a
menudo es difícil determinar si han sido previos o a consecuencia del consumo de la droga.
Los más frecuentes son los trastornos depresivos y los trastornos de ansiedad.
Aunque es frecuente observar en estos enfermos conductas antisociales, éstas suelen ir más
ligadas al hecho del consumo de una droga ilegal y al estilo de vida que ello conlleva (formas
de conseguir el dinero para financiar la droga, etc.), que a la existencia de un trastorno de
personalidad antisocial subyacente.
Complicaciones no psiquiátricas
La vía intravenosa, al igual que en el caso de la cocaína, puede originar graves complicaciones
infecciosas debido a la utilización de material de administración contaminado.
Las infecciones más frecuentes son en los puntos de inyección (abcesos, celulitis),
tromboflebitis, endocarditis, hepatitis B y C e infección por el VIH.
La infección por el VIH y el desarrollo posterior del SIDA ha sido y es, la complicación médica
más importante del consumo de heroína en muchos países y sobre todo en España.
Alrededor del 65% de los pacientes que tienen el diagnóstico de SIDA en España, son
consumidores de drogas (fundamentalmente heroína) por vía intravenosa. Ello ha conllevado al
cambio en el enfoque del tratamiento potenciándose el desarrollo de los tratamientos
sustitutivos (fundamentalmente con metadona) y en general, desarrollándose las denominadas
estrategias de reducción del daño (harm reduction).
Otra complicación grave del consumo de heroína es la denominada "reacción fatal aguda",
que es la responsable de las muertes tras el consumo agudo de la heroína. Puede deberse a
sobredosis de heroína o a la mezcla de heroína con otras sustancias como el alcohol y
tranquilizantes. Otras causas pueden ser una reacción alérgica aguda y la aspiración gástrica.
Además pueden producirse complicaciones médicas propias de las sustancias opiáceas como
son el edema agudo de pulmón, los trastornos del ritmo cardíaco y la hipoglicemia.
Tratamiento
Sustitución del opioide de vida media corta (heroína) por otro agonista
opioide de vida media más larga (metadona, dextropropoxifeno)
Habitualmente se utiliza la metadona, administrada por vía oral, siendo la dosis inicial
recomendable de 30-45 mg/día.
Esta dosis se mantiene estable durante 2-3 días y posteriormente se va disminuyendo a razón
de 5-10 mg/día hasta la supresión .
Las dosis iniciales recomendadas de dextropropoxifeno no deben exceder los 1350 mg/día y
deben disminuirse progresivamente para evitar la aparición de efectos adversos entre los que
destacan las crisis convulsivas y las alucinaciones visuales.
Administración de un agonista alfa-2-adrenérgico para disminuir la
hiperactividad noradrenérgica
La clonidina en dosis de 0.6-2 mg/día reduce gran parte de los síntomas noradrenérgicos del
SAO, sobre todo el lagrimeo, la rinorrea y la sudoración, siendo menos eficaz en el control del
craving, la letargia, el insomnio, la inquietud o los dolores musculares.
Además, durante el tratamiento con clonidina puede empeorar el insomnio a pesar de causar
sedación durante el día, siendo necesaria la administración adicional de benzodiacepinas.
Sus principales efectos secundarios son la hipotensión y los mareos y debe utilizarse con
precaución en pacientes con hipotensión o en tratamiento antihipertensivo.
Además, debido a que causa sedación, los pacientes no deben conducir ni manejar máquinas
durante los primeros días, y se debe controlar la tensión arterial y el pulso. Por todo ello no se
recomienda el uso de este fármaco en régimen ambulatorio.
En los últimos años se han diseñado las llamadas pautas de desintoxicación rápida y
ultrarrápida cuyo objetivo principal es acortar el período de tiempo de la desintoxicación.
Estas pautas están basadas en la capacidad de la naltrexona de desencadenar un SAO
inmediato e intenso cuando se administra a un sujeto dependiente de opioides y frenarlo con
clonidina, con lo cual las molestias que percibe el sujeto son mucho menores.
Las principales limitaciones de estos métodos las constituyen la necesidad de monitorizar los
pacientes durante las primeras 8 horas debido a la potencial gravedad del SAO que puede
producirse tras la primera dosis de naltrexona, así como los riesgos propios de la situación de
sedación.
Estas pautas no han sido todavía debidamente contrastadas y, por tanto, no se recomienda su
utilización de forma generalizada.
El trastorno por dependencia de opiáceos es una enfermedad crónica y recidivante, por lo que
en su tratamiento es una parte fundamental la prevención de las recaídas en el consumo.
Entre las estrategias farmacológicas para evitar estas recaídas se pueden distinguir
fundamentalmente dos: las que utilizan fármacos agonistas opioides y las que utilizan fármacos
antagonistas como la naltrexona.
Metadona
La metadona a dosis adecuadas y en una única toma oral diaria, evita la aparición de SAO,
reduce el craving y atenúa los efectos euforizantes de una posible administración de heroína.
La dosis debe ser individualizada y en general se sitúa entre los 80 y 120 mg.
Lero-alfa-acetil-metadol (LAAM)
Las principales ventajas de este tratamiento sustitutivo sobre la metadona son un menor
número de tomas semanales y posiblemente un menor riesgo de desvío hacia el mercado
ilegal.
Entre sus inconvenientes destaca el tiempo prolongado, entre dos y tres semanas, necesario
para alcanzar la dosis terapéutica eficaz, así como el riesgo de toxicidad que conllevaría el
consumo de otras sustancias.
Por estos motivos, es preferible iniciar el tratamiento con una estabilización previa con
metadona, efectuando en una segunda fase el cambio a LAAM.
Buprenorfina
Debido a que la biodisponibilidad tras la administración oral es muy baja, debe administrarse
por vía sublingual.
Su uso está fuertemente sujeto a legislación y hasta el momento sólo se contempla en estudios
experimentales.
Puesto que la semivida de la naltrexona es de 48-72 horas, puede administrarse una pauta de
100 mg los lunes y miércoles, y 150 mg los viernes (350 mg/semana).
Los predictores de mayor eficacia del tratamiento de mantenimiento con naltrexona son la
motivación y aceptación del tratamiento, la historia relativamente corta de dependencia, la
ausencia de patología psiquiátrica grave, el buen nivel de integración socio-profesional y la
implicación del entorno sociofamiliar en el proceso terapéutico.
Idea clave 1
Introducción
La cocaína se obtiene de las hojas de la planta de la coca y se ha utilizado por sus efectos
estimulantes desde hace cientos de años.
La historia de la coca inició su segunda etapa cuando entre 1855 y 1858, Nieman y Wolter
consiguieron aislar de las hojas de la planta un alcaloide al que llamaron cocaína.
La cocaína se empleó como anestésico y para intentar curar la denominada "enfermedad del
soldado", morfinomanía yatrógena, e incluso Freud la utilizó en el tratamiento de la depresión,
pero pronto se observó que la terapia con cocaína creaba adicción.
La facilidad de extracción de la cocaína a partir de las hojas de la coca, así como su forma de
consumo nasal, hizo que pronto se generalizase su uso en Europa, con un éxito comparable al
de la morfina y la heroína.
Las dos guerras mundiales marcarían un cierto descenso en el consumo de la droga, pero la
cocainomanía reapareció, aunque con otras características, en Estados Unidos en la década
de los 70, convertida en la droga del ejecutivo, y posteriormente, en su forma de "crack" en
consumo habitual en ambientes marginales.
Formas de consumo
La coca o su alcaloide cocaína pueden consumirse de distintas formas, como hojas de coca,
pasta de coca, clorhidrato de cocaína, como base y "crack."
Las hojas de coca se tuestan, se mezclan con cenizas o minerales alcalinos y se mastican;
contienen sólo de un 0.5 a un 1% de cocaína.
En raras ocasiones esta práctica ha sido reconocida como causa de un trastorno mental
orgánico o de abuso/dependencia.
Se obtiene mezclando las hojas de coca con gasolina, queroseno o ácido sulfúrico.
La cocaína que llega a la calle suele estar adulterada con diferentes sustancias para rebajar su
pureza.
Cuando se consume mezclada con heroína y por vía intravenosa se denomina "speed-ball".
Otra combinación frecuente es la mezcla con alcohol. Esta forma de consumo es frecuente en
algunos ambientes de moda en los que el consumo de cocaína permite seguir bebiendo alcohol
durante varias horas. La mezcla de cocaína y alcohol origina un metabolito denominado
cocaetileno que es hepatotóxico.
Si la mezcla se realiza en una superficie plana (p. ej., una hoja de papel de plata), al calentarse
se produce la cocaína base en forma de unas piedras pequeñas, que posteriormente pueden
fumarse y entonces emiten un ruido característico, por lo que se denominan "crack".
El "crack" es una forma de cocaína más adictiva que el polvo de cocaína, porque al fumarse,
llega al SNC antes, su efecto euforizante es más intenso y dura menos tiempo que la cocaína
esnifada o intravenosa.
La intensidad y duración del efecto de la cocaína dependen de la rapidez con la que llega al
SNC, que a su vez depende de la vía de administración.
Este incremento es el que da lugar a la euforia inicial, así como a los posibles cuadros
psicóticos.
Efectos clínicos
Consumo agudo
En cuadros de intoxicación más grave puede aparecer depresión respiratoria, dolor torácico,
arritmias, confusión, crisis comiciales, discinesias, distonías o coma que puede llevar a la
muerte.
Consumo crónico
El consumo habitual de cocaína desarrolla tolerancia farmacológica y tras cesar su uso puede
aparecer un cuadro de abstinencia.
Complicaciones
Psiquiátricas
Las complicaciones psiquiátricas del consumo de cocaína son la aparición de crisis de pánico,
episodios depresivos, episodios maníacos y psicosis con frecuencia con síntomas paranoides.
No psiquiátricas
El consumo de cocaína puede originar una serie de complicaciones físicas graves que pueden
ser letales, incluyendo crisis hipertensivas, arritmias supra e infraventriculares, angor, infarto de
miocardio, hemorragias cerebrales, convulsiones, coma, paro respiratorio y cardíaco y muerte.
Hay otra serie de complicaciones médicas que se relacionan con la vía de administración de la
cocaína. Así, el consumo esnifado produce rinitis, hemorragias nasales y atrofia de la mucosa
nasal que puede llegar a la necrosis y perforación del tabique nasal, sinusitis y dificultad para
respirar.
Cuando la cocaína se fuma afecta sobre todo a los pulmones y produce bronquitis, hemoptisis
y edema pulmonar.
La vía intravenosa, al igual que en el caso de la heroína, puede originar graves complicaciones
infecciosas debido a la utilización de material de administración contaminado.
Las infecciones más frecuentes se dan en los puntos de inyección (abcesos, celulitis),
endocarditis, hepatitis B y C e infección por el VIH.
Tratamientos
Los tratamientos dirigidos a modificar el mecanismo de acción de la cocaína en el SNC son los
más utilizados.
En la actualidad se están investigando una serie de fármacos entre los que destacan la
seleginina y el terguride, que actúan en el sistema dopaminérgico, así como otras sustancias
que actúan sobre otros neurotransmisores que indirectamente modifican el sistema
dopaminérgico, como el vigabatrain y la ibogaína.
Si el paciente consume cocaína después de haber sido vacunado, los anticuerpos inhibirán la
capacidad de la cocaína para entrar en el cerebro y por tanto, inhibirán la capacidad de la
cocaína de interaccionar con sus lugares de acción y por tanto la actividad reforzadora de la
cocaína.
Estos anticuerpos, a diferencia de los inducidos por la vacuna, se ligan a las moléculas de
cocaína y la rompen tal y como hace la butirilcolinesterasa.
Los anticuerpos catalíticos pueden durar durante semanas o meses. Esta larga duración del
tratamiento disminuiría los problemas de cumplimiento del tratamiento tan frecuentes en
aquellos pacientes en que el tratamiento debe realizarse diariamente.
Idea clave 2
Drogas de síntesis
Introducción
Durante la década de los ochenta se han sintetizado un nuevo grupo de sustancias ilegales,
con efectos similares a los de las drogas ya existentes pero que difieren levemente en su
estructura química. Se denominan "drogas de diseño" o "drogas de síntesis" porque han sido
sintetizadas en laboratorios químicos clandestinos para consumo recreativo, no médico.
Desde el punto de vista farmacológico son semejantes a sustancias controladas por tratados
internacionales (opiáceos, psicoestimulantes, etc.), pero con pequeñas modificaciones en su
molécula respecto a las drogas ilegales ya existentes, para poder ser introducidas en el
mercado ilegal sin temor a acciones policiales debido a que no están en las listas de sustancias
prohibidas.
Los tres grupos mayores de drogas de síntesis son los análogos del fentanil, de la petidina y de
la anfetamina.
En nuestro país y en Europa en general, las drogas de síntesis más utilizadas son las
derivadas de las feniletilaminas, que suelen estar en el mercado en forma de comprimidos y se
reconocen en el argot como "pastillas" o "pastis".
El consumo de los derivados del fentanil, de la petidina y las otras sustancias que se clasifican
en las denominadas drogas de síntesis es muy poco frecuente en nuestro medio.
Sus efectos oscilan entre los puramente estimulantes de la anfetamina y los casi
exclusivamente alucinógenos del 4-metil-2,5-dimetoxianfetamina (DOM).
La mayoría se utilizan por vía oral, pero la anfetamina y metanfetamina pueden inyectarse por
vía intravenosa y también esnifarse (speed).
Existe una forma de metanfetamina que puede fumarse que se denomina ice.
Epidemiología
El patrón de consumo más importante de las "pastillas" es el recreacional relacionado con salir
"de fiesta" los fines de semana, asistencia a discotecas o fiestas multitudinarias y sesiones
interminables de baile con música repetitiva. Después de 12-48 horas de actividad los sujetos
caen exhaustos hasta la semana siguiente.
En las muestras decomisadas de "pastillas", sólo un 40% contienen MDMA, otro 40% contiene
3,4-metilenodioxianfetamina (MDA) y 3,4-metilenodioxietilanfetamina (MDE), un 10% otros
estimulantes (anfetamina, cafeína) y el resto no contienen psicoestimulantes.
Esta sustancia fue sintetizada en 1912 por el laboratorio Merck como anorexígeno, pero nunca
llegó a comercializarse.
Efectos clínicos
Sus efectos clínicos son básicamente estimulantes (anfetamínicos), aunque también origina
discretas alteraciones de la percepción sin llegar a ser alucinógena.
Con una dosis "recreativa" (75-125 mg vía oral), los efectos suelen aparecer a los 30 minutos y
van desapareciendo gradualmente durante 4 horas, aunque el insomnio y la anorexia pueden
persistir durante algunas horas más.
Los consumidores refieren que produce un estado emocional positivo, agradable, que se
caracteriza por un aumento de la empatía y de la capacidad de intimar con los demás, y que
facilitan la comunicación y las relaciones interpersonales.
No es afrodisíaco.
Los efectos de tipo anfetamínico más frecuentes son: aumento de la energía, euforia y
locuacidad, disminución del sueño y del apetito, midriasis y visión borrosa, aumento de la
frecuencia cardíaca y de la presión arterial, náuseas y sequedad de boca, trismus, bruxismo e
hiperreflexia e hipertermia.
En cuanto a los efectos sobre la sensopercepción, éstos en general son discretos y no llegan
a ser verdaderas alucinaciones. Entre los trastornos de la percepción más frecuentes se
encuentran: la hipersensibilidad sensorial (muy frecuente de tipo táctil), alteraciones del
cromatismo visual, alteraciones de la percepción subjetiva del tiempo y deterioro de la
capacidad de concentración y coordinación.
En consumidores de éxtasis se ha observado un patrón de degeneración serotoninérgica en el
SNC, además de la disminución de las concentraciones cerebrales de serotonina y de una
degeneración de las terminaciones nerviosas serotoninérgicas.
Potenciales
De abuso y dependencia
Neurotóxico
Complicaciones
Psiquiátricas
Agudas: aparecen en las primeras 24 horas tras el consumo. Las más frecuentes son
las crisis de pánico, el insomnio y los fenómenos de flashback.
Subagudas: suelen aparecer pasadas las primeras 24 horas del consumo y pueden
persistir durante semanas. Las más frecuentes son la somnolencia, la astenia, la
depresión, la ansiedad, la irritabilidad, y la catatonía.
Crónicas: son alteraciones que pueden persistir de forma permanente. Las más
habituales son las alteraciones de la memoria, la depresión mayor, y la psicosis
paranoide.
No psiquiátricas
Las principales complicaciones físicas relacionadas con el consumo de éxtasis son el golpe de
calor, los trastornos cardiovasculares y la hepatotoxicidad.
El golpe de calor es una de las complicaciones físicas más graves asociadas al consumo de
éxtasis.
El origen de este cuadro puede atribuirse básicamente a dos factores: los efectos centrales
directos de la sustancia, y el contexto que rodea a su consumo en cuanto al agotamiento por el
ejercicio físico (el baile desenfrenado), en locales con alta temperatura ambiental y pobre
ventilación, y la deshidratación debida a la gran sudoración por el ejercicio físico y la reducida
ingesta de líquidos (por su elevado precio en las discotecas) y sales.
Por ello se recomienda que en las discotecas se alternen los tipos de música con el fin de
facilitar el descanso y se disponga de espacios bien ventilados para poderse refrescar, y
además que haya disponibles fuentes de agua potable gratis.
Además, debe tenerse en cuenta que la presencia de alcohol empeora el pronóstico. El MDMA
y derivados, por su acción serotonérgica pueden interaccionar con otras sustancias que
compartan esta actividad y producir un síndrome serotonérgico, que ya se ha descrito con el
uso de IMAO y MDMA.
Diagnóstico
La evaluación clínica inicial debe incluir una valoración de los signos vitales y una exploración
física completa, incluyendo la temperatura corporal.
La presencia de anfetamina y/o derivados en orina puede orientar al diagnóstico, pero muchos
derivados no se detectan con las pruebas habituales.
Si existe letargia o afectación neurológica puede ser necesario una tomografía computerizada
cerebral para descartar hemorragia cerebral
Exploraciones complementarias:
Las pruebas habituales de cribado de drogas de abuso en orina (inmunoanálisis) presentan
reactividad cruzada entre los distintos derivados.
Se pueden necesitar reactivos específicos para conocer con mayor exactitud el posible
compuesto.
Idea clave 3
Cannabis
Introducción
Es una de las drogas más antiguas y más consumidas. Su sustancia se extrae de los brotes
floridos de la planta del cáñamo índico, la Cannabis sativa.
Su cultivo se conoce desde hace miles de años en las zonas tropicales y en los climas
templados.
Su amplio uso y la discusión sobre la relevancia de sus efectos hace que sea la sustancia de
abuso ilegal sobre la que hay más debate acerca de si debe ser legalizada o no.
Sus posibles efectos beneficiosos sobre la sintomatología adversa inducida por algunos
fármacos como los antineoplásicos, ha reavivado aún más la discusión sobre su posible
utilización médica.
En España, y de acuerdo con los datos de la Encuesta Domiciliaria sobre Consumo de Drogas
de 1997, alrededor del 22% de los españoles mayores de 15 años la han probado en alguna
ocasión, constituyendo la droga ilegal más consumida en nuestro país.
Los productos más importantes que provienen de la planta del cáñamo son el hachís, la
marihuana y el tetrahidrocannabinol puro. Su efecto depende de la cantidad de delta-9-THC
que contienen.
El hachís es la resina que proviene de la parte superior de la planta; suele contener un 10-20%
de delta-9-THC.
La marihuana está formada por las hojas y las flores secas de la planta.
El "kifk" o "kiffi" es un preparado formado esencialmente por hojas de cáñamo, con un 20% de
principio activo.
Mecanismo de acción
Los cannabinoles son agonistas parciales del receptor CB1 y antagonistas de los receptores
NMDA y del glutamato.
Todos los datos sugieren que los mecanismos por los cuales el tetrahidrocannabinol (THC) es
psicoactivo y genera dependencia, no difieren demasiado de los de otras drogas como el etanol
o los opiáceos.
Efectos clínicos
Los efectos aparecen rápidamente tras el consumo, con un pico máximo a los 10-30 minutos
siguientes, y duran aproximadamente tres horas.
Los efectos dependen, sobre todo, de la interacción de la sustancia con las expectativas del
sujeto y el ambiente.
Otros efectos que aparecen tras el consumo de esta sustancia son reacción conjuntival,
aumento del apetito, sequedad de boca y taquicardia.
La intoxicación aguda está muy influenciada por las expectativas del sujeto y su tratamiento no
precisa un abordaje específico, limitándose a un tratamiento sintomático.
Complicaciones
Psiquiátricas
Son frecuentes la ansiedad, la confusión y el miedo, que pueden progresar a crisis de pánico o
a una clara patología paranoide.
Estos efectos adversos son más frecuentes en pacientes con trastornos psiquiátricos.
Puede ir acompañado de fatiga y apatía y durar varias semanas, aun después de haber
abandonado el consumo.
No psiquiátricas
Idea clave 4
Introducción
Entre el 10% y el 20% de la población de los países occidentales reconoce haber consumido
benzodiacepinas en el último año, y entre el 1% y el 3% las ha consumido diariamente durante
más de un año.
En general, las benzodiacepinas suelen presentar pocas interacciones con otros fármacos y los
efectos secundarios son poco frecuentes, generalmente leves y pueden corregirse fácilmente
ajustando la dosis.
Mecanismo de acción
Las benzodiacepinas ejercen sus efectos fisiológicos mediante su unión a una subunidad del
receptor GABA.
El receptor GABA consta de un canal iónico y varias subunidades que se fijan a diferentes
sustancias: una subunidad se fija al alcohol, otra a las benzodiacepinas y otra a los
barbitúricos.
El GABA es el neurotransmisor inhibidor mayor del SNC, y las sinapsis GABA, distribuidas a
través del cerebro y la médula espinal, constituyen alrededor del 40% de todas las sinapsis
cerebrales.
La unión de un agonista al receptor benzodiazepínico facilita el efecto del GABA (abre el canal
de cloro).
Los efectos clínicos son la reducción de la ansiedad, la sedación y el aumento del umbral
anticonvulsivante.
Las interacciones de los receptores benzodiazepínicos con sus ligandos son muy complejas.
La unión de los ligandos puede alterar la farmacología del receptor (por ejemplo, alterar el
número de receptores o cambiar la afinidad del ligando por el receptor).
Características farmacocinéticas
La absorción por vía intramuscular es muy errática, por lo que esta vía no suele usarse
(excepción: midazolam, loracepam, y cloracepam).
Una vez en la sangre, las BZD circulan en parte unidas a las proteínas plasmáticas (sobre todo
a la albúmina) y en parte en forma libre; ésta última es la fracción activa y se acepta que es
igual a la que se encuentra en el SNC. La unión a las proteínas es variable, como se observa
en la Tabla.
La duración del efecto está en relación con la distribución por el organismo y con su
metabolismo y eliminación.
Una vez que se alcanza el pico máximo, las concentraciones plasmáticas comienzan a declinar
rápidamente.
1).- Una fase inicial en la que la tasa de eliminación resulta de la distribución del fármaco desde
el compartimento central (suero y cerebro) al compartimento periférico (tejido adiposo, músculo
esquelético e hígado);
2).- Eliminación más lenta por metabolización hepática y eliminación renal.
Las dos vías de metabolización hepática son: la oxidación microsomal (que da lugar a
metabolitos activos y está influenciada por la edad, la situación hepática, la inhibición de los
enzimas hepáticos por otros fármacos: p. ej., cimetidina, anticonceptivos orales, isoniacida,
fenitoína, propanolol, disulfiram) y la conjugación (que se afecta menos por estos factores, por
lo que las BZD que se metabolizan por esta vía, oxazepam y lorazepam, son más útiles en
ancianos o hepatópatas).
La mayoría de los individuos que no son ansiosos no encuentran que los efectos de las
benzodiacepinas sean reforzadores o placenteros y por consiguiente, las benzodiacepinas no
suelen utilizarse con fines recreativos.
2)- Alcohólicos y pacientes que abusan de las benzodiacepinas que se les ha prescrito para el
tratamiento de la ansiedad crónica o el insomnio.
3)- En mucha menor frecuencia, en pacientes con depresión o trastornos de pánico a los que
se les ha prescrito dosis altas de benzodiacepinas durante períodos de tiempo prolongados.
Los politoxicómanos pueden tomar benzodiacepinas para mejorar los efectos adversos de la
cocaína, como automedicación del síndrome de abstinencia de la heroína o del alcohol, para
aumentar los efectos de la metadona, o para "colocarse" cuando no disponen de otras drogas.
Incluso aunque el uso que realizan de las benzodiacepinas no pueda calificarse como "abuso"
desde el punto de vista de los criterios del DSM-IV, suele decirse que estos individuos abusan
de las benzodiacepinas puesto que su consumo se realiza fuera del contexto del tratamiento
médico y es parte del patrón de policonsumo de drogas.
Los pacientes con depresión o trastornos de pánico pueden seguir tratamiento con
benzodiacepinas a dosis altas durante períodos de tiempo prolongados.
Definición y tipos
Los primeros trabajos sobre los síndromes de abstinencia de las benzodiacepinas sugerían que
estos efectos ocurrían a dosis altas, y que estos síndromes eran muy poco frecuentes en los
pacientes que estaban recibiendo dosis terapéuticas.
Sin embargo, estudios posteriores indicaron que también podían ocurrir en pacientes que
estaban recibiendo dosis terapéuticas de algunas benzodiacepinas y que la incidencia de éstos
varía entre el 5% y el 35% en pacientes en tratamiento con benzodiacepinas por lo menos
durante un mes.
Así pues, actualmente se acepta que el consumo crónico de benzodiacepinas puede producir
dependencia física y aparición de un síndrome de abstinencia, tanto tras el uso a dosis
superiores a las terapéuticas, como tras el uso a dosis terapéuticas durante un tiempo
prolongado.
Los estudios en humanos establecieron que las dosis altas de clordiazepóxido y diazepam
tomadas durante un mes o más producían un síndrome de abstinencia clínicamente similar al
síndrome de abstinencia producido por las dosis altas de barbitúricos.
El cuadro suele aparecer a las 24-48 horas del cese de administración de una benzodiazepina
de vida media corta o a los 3-8 días de una de vida media larga.
Los síndromes de abstinencia pueden ser diferentes si las benzodiacepinas son administradas
a dosis altas o bajas.
Entre los factores de riesgo para desarrollar síndrome de abstinencia a las benzodiacepinas
destacan:
• Clase de benzodiacepina
En la actualidad no está claro cuáles son los componentes individuales que se asocian más
con los efectos de retirada, aunque su vida media parece ser uno de los factores más
importantes.
Probablemente las benzodiacepinas de vida media corta se asocian más con estos efectos
debido a sus características farmacocinéticas: en una pauta de una dosis diaria, los niveles de
estos componentes es más probable que disminuyan hasta concentraciones indetectables.
Por el contrario, las benzodiacepinas de vida media larga se asocian con menos probabilidad
con efectos de retirada debido a sus niveles prolongados del fármaco primario o sus
metabolitos activos.
Por otra parte, algunos investigadores han sugerido que las benzodiacepinas de elevada
potencia se asocian con mayor probabilidad con efectos de retirada, probablemente debido a
una elevada afinidad del receptor, aunque las evidencias neuroquímicas no apoyan esta
hipótesis.
• Dosis
En general, se asume que la probabilidad de aparición de los efectos de retirada aumentan con
la dosis.
Los estudios recientes de los pacientes recibiendo tratamiento crónico con alprazolam indican
que los efectos de retirada aumentan a dosis altas y además sugieren que hay un umbral a
partir del cual los efectos de retirada son mucho menos probables.
• Duración
• Personalidad
Tratamiento
Desintoxicación
Dosis terapéuticas
Los pacientes pueden seguir tratamiento a largo plazo de benzodiacepinas por un problema
agudo y que una vez resuelto no se ha retirado el tratamiento de benzodiacepinas, por razones
de enfermedad, o por diagnóstico de trastorno de ansiedad.
En este grupo los pacientes han recibido benzodiacepinas a dosis terapéuticas, de forma
estable, las han obtenido de forma legal y pueden estar todavía bajo los beneficios clínicos de
la medicación.
Tras la decisión de suspender el tratamiento, éste debe realizarse de forma lenta y gradual ya
que si no puede aparecer un síndrome de retirada difícil de distinguir de una reaparición de
sintomatología de ansiedad.
El cambio de una benzodiazepina de vida media corta a una de vida media larga no es
necesario si el programa de disminución de dosis es suficientemente largo.
Si hay dificultades en seguir disminuyendo la misma benzodiazepina, entonces puede
sustituirse por otra de vida media larga.
Cuando es difícil suprimir las dosis muy bajas, pueden utilizarse otras benzodiacepinas
diferentes (p. ej., el alprazolam a 1 mg puede ser difícil de suprimir y puede cambiarse por
clonazepam o carbamazepina).
Dosis supraterapéuticas
Benzodiacepinas en politoxicomanía
Sin embargo, cuando el consumo es continuo e importante, debe tratarse como en los dos
supuestos previos pero con más precaución.
Se han descrito varias técnicas que facilitan que el individuo pueda reducir sus niveles de
ansiedad utilizando sus propios recursos y que son especialmente interesantes en el caso de
dependencia de benzodiacepinas.
Sin embargo, los resultados obtenidos hasta la actualidad han sido poco esperanzadores.
Prevención de recaídas
Es un problema difícil de evaluar debido a que no existen datos fiables sobre las tasas de
recaída en estos pacientes.
Hay que resaltar que los pacientes que han sido dependientes de una benzodiazepina es difícil
que se recuperen sin usar otros medicamentos.
En general, se observa que la benzodiazepina se sustituye por otro medicamento con actividad
ansiolítica muchas veces menos efectiva o con más efectos tóxicos como el hidrato de cloral,
neurolépticos o antidepresivos.
Además, es fundamental tener en cuenta que si existe una patología psiquiátrica subyacente
(p. ej., crisis de pánico) es imprescindible su tratamiento para evitar la recaída.
Idea clave 5
Caso clínico 1
Antecedentes familiares
Padre con probable alcoholismo, un hermano consumidor de heroína. Dos hermanas sanas.
Antecedentes personales
Natural de Barcelona.
Rendimiento escolar normal hasta los 13 años en que empezó a tener peor rendimiento.
Problemas de disciplina desde los 12-13 años, con castigos frecuentes y "novillos".
En el nuevo colegio el rendimiento escolar siguió siendo bajo y presentó más problemas de
disciplina con expulsiones temporales.
Inicia conductas de pequeños robos a los 15 años, y posteriormente ha sido detenido en varias
ocasiones habiendo ingresado en prisión 1 vez (durante 8 meses a los 28 años). Actualmente
tiene un juicio pendiente de resolución.
La primera relación afectiva la tuvo a los 20 años, con una duración de dos años; ella también
era consumidora de drogas. Posteriormente varias relaciones esporádicas.
Historia toxicológica
Inició el consumo de tóxicos con el tabaco a los 12 años. Desde entonces ha fumado siempre y
actualmente el consumo es de 1 paquete/día.
A los 14 años empezó a fumar "porros" con frecuencia diaria hasta los 20 años en que tras
iniciar el consumo de heroína abandonó el de cannabis, que pasó a ser esporádico hasta la
actualidad.
A los 15 años inició el consumo de alcohol con temporadas de semanas de ingesta diaria hasta
llegar a la intoxicación y con peleas en estado de embriaguez. Actualmente, consumo diario de
6-7 cervezas/día, niega síntomas de abstinencia del alcohol.
A los 19 años inició el consumo de cocaína por vía esnifada y de forma ocasional.
Enfermedad actual
El paciente explica que empezó a consumir heroína a los 20 años, primero de forma esnifada y
con frecuencia semanal pero al mes ya estaba consumiendo diariamente y a los tres meses
pasó a la vía endovenosa.
Siguió consumiendo de forma diaria y continuada hasta los 25 años en que, por primera vez
acudió a un centro de drogodependencias en el que le prescribieron un tratamiento de
desintoxicación ambulatoria con dextropropoxifeno y ansiolíticos. El paciente no consiguió la
abstinencia de heroína y abandonó el tratamiento.
Solicitó de nuevo tratamiento a los 26 años y esta vez se le indicó una desintoxicación en
régimen de ingreso hospitalario, dada la poca contención familiar disponible. Durante el ingreso
se realizó un tratamiento de desintoxicación y se inició un programa de naltrexona que el
paciente debía seguir al alta. Al mes del alta el paciente abandonó el tratamiento con
naltrexona y a las tres semanas recayó en el consumo de heroína.
Siguió consumiendo heroína hasta que a los 28 años ingresó en prisión para cumplir condena
por robo. Durante la estancia en prisión mantuvo consumos esporádicos. Tras salir de prisión
(a los 4 meses), reinició inmediatamente el consumo de heroína por vía endovenosa.
A los 29 años presentó un síndrome febril con malestar general por el que acudió a urgencias
de un hospital general donde le diagnosticaron una endocarditis (Ver antecedentes).
A los 30 años acudió al centro de toxicomanías (Ver motivo de consulta) solicitando tratamiento
para la dependencia de heroína que presentaba. Estaba consumiendo alrededor de
1g/heroína/día/endovenosa en 4 administraciones distintas, así como 6-7 cervezas/día y 1
paquete/cigarrillos/día.
Se realiza un Mantoux.
Plan terapéutico
2)- Puesto que el Mantoux es de 10 mm, se realiza una Rx tórax que es normal, se decide
iniciar tratamiento profiláctico para la tuberculosis con 300 mg de isoniacida administrada
diariamente conjuntamente con la metadona en el mismo centro.
3)- Además se cita al paciente para ser visitado por especialista de Medicina Infecciosa para
decidir la necesidad de iniciar tratamiento antirretroviral (con los resultados de CD4 y carga
viral).
Resumen
En este módulo hemos estudiado los trastornos por abuso y dependencia de los opiáceos y
otras sustancias psicoactivas.
Hemos visto las complicaciones que ocasionan a nivel psiquiátrico y somático, lo que hace
todavía más difícil su correcto abordaje. Hemos revisado las principales formas de tratamiento
existentes y en desarrollo para paliar los efectos que producen estas sustancias, especialmente
en lo que se refiere a la prevención de recaídas al tratarse de enfermedades recidivantes.
Ejercicios de autoevaluación
cdfForm72
a) Miosis
500
b)
0 Taquicardia
0 c) Agitación
1. Una intoxicación
1 aguda por éxtasis no
d)
presenta uno de los
Hipertermia
siguientes
signos/síntomas: e)
/modules/printmod
Sudoración
1
a) Bostezos.
2. En el síndrome de b) Dolores
abstinencia de musculares.
opiáceos se
presentan los c) Diarrea.
siguientes síntomas o
signos excepto: d) Rinorrea.
e) Miosis.
3. En la intoxicación
aguda por cocaína a) Arritmia.
pueden presentarse
todos excepto:
b) Midriasis.
c) Psicosis
aguda.
d) HTA.
e) Lagrimeo.
a)
Dependencia de
opiáceos.
b)
Dependencia de
cocaína.
4. Las crisis de
pánico son c) Abuso de
frecuentes en todos cannabis.
excepto:
d) Retirada
de
benzodiacepinas.
e)
Intoxicación aguda
por éxtasis.
a)
Hipersomnia.
b) Hiperfagia.
5. En el síndrome de
abstinencia de c) Astenia.
cocaína no es
frecuente encontrar: d)
Sudoración
profusa.
e) Midriasis.
ANEXOS
Figuras
Figura 1. Fruto de la adormidera donde se puede apreciar como tras incisión rezuma un
jugo lechoso que en contacto con el aire se vuelve consistente y oscuro, que es el opio
(izquierda). Pan de opio, heroína marrón y blanca (derecha)
Figura 2. Hojas de coca y polvo de cocaína (superior). Utensilios para preparar "rayas"
de cocaína (inferior)
Figura 3. Estructuras químicas de algunos derivados anfetamínicos
Cannabis Hachis
Tablas
B. Los síntomas no han cumplido nunca los criterios para la dependencia de substancias de esta
clase de substancia.
Alcohol X X X X I A P
Alucinógenos X X X I
Anfetaminas X X X X I
Cafeína X
Cannabis X X X I
Cocaína X X X X I
Fenciclidina X X X I
Inhalantes X X X I P
Nicotina X X
Opioides X X X X I
Sedantes, X X X X I A P
hipnóticos o
ansiolíticos
Varias X
sustancias
Otros X X X X I A P
Alucinógenos I* I I
Cafeína I I
Cannabis I I
Fenciclidina I I I
Inhalantes I I I
Nicotina
Opioides I I I I/A
Varias
sustancias
Vía Usos
Tipo opiáceo Origen Presentación
administración terapéuticos
Naturales
Semisintéticos
Sintéticos
Tabla 5. Clasificación de los opiáceos según la naturaleza del tipo de interacción con el
receptor opioide
Agonistas parciales Ocupan los receptores pero sólo los activan Buprenorfina
de forma limitada, pueden bloquear la
ocupación del receptor por otras sustancias.
µ Analgesia Morfina
Euforia Heroína
Sedación Hidromorfona
Miosis Metadona
Hipotermia Meperidina
Bradicardia Codeína
Depresión respiratoria Buprenorfina
Incrementos PRL y GH
Tolerancia y dependencia
Analgesia Ketociclazocina
Butorfanol
Nalbufina
Pentazocina
Euforia Met-encefalina
Mecanismos de refuerzo
B. Tres (o más) de los siguientes signos y síntomas, que aparecen a los pocos minutos hasta algunos
días tras el Criterio A:
(1) humor disfórico
(2) náuseas o vómitos
(3) dolores musculares
(4) lagrimeo o rinorrea
(5) dilatación pupilar, piloerección o sudoración
(6) diarrea
(7) bostezos
(8) fiebre
(9) insomnio
C. Los síntomas del Criterio B provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social,
laboral o de otras áreas importantes de la actividad del sujeto.
D. Los síntomas no son debidos a enfermedad médica ni se explican mejor por la presencia de otro
trastorno mental.
Dolores osteomusculares
Temblores
Astenia
Insomnio
Piloerección
Metadona Clonidina
60 kg 0,25 30 0,90
60 kg 0,25 a 1 35 1,05
60 kg 1 40 1,20
60 kg 0,25 35 1,05
60 kg 0,25 a 1 40 1,20
60 kg 1 45 1,35
Tabla 10. Pauta descendiente diaria de metadona y clonidina
11 0 0 0 0 0 0,07
12 0 0 0 0 0 0
C. Dos o más de los siguientes signos, que aparecen durante o poco tiempo después del consumo de
cocaína:
(1) taquicardia o bradicardia
(2) dilatación pupilar
(3) aumento o disminución de la presión arterial
(4) sudoración o escalofríos
(5) náuseas o vómitos
(6) pérdida de peso demostrable
(7) agitación o retardo psicomotor
(8) debilidad muscular, depresión respiratoria, dolor torácico o arritmias cardíacas
(9) confusión, crisis comiciales, discinesias, distonías o coma
D. Los síntomas no son debidos a enfermedad médica ni se explican mejor por la presencia de otro
trastorno mental.
B. Estado de ánimo disfórico y dos (o más) de los siguientes cambios fisiológicos que aparecen
pocas horas o días después del Criterio A:
(1) fatiga
(2) sueños vividos y desagradables
(3) insomnio o hipersomnia
(4) aumento del apetito
(5) retraso o agitación psicomotora
D. Los síntomas no son debidos a enfermedad médica ni se explican mejor por la presencia de otro
trastorno mental.
Sertralina Amperocide
Litio
Drogas de síntesis
Opioides de síntesis
Derivados de la metacualona
Meclocuolona
Nitrometacualona
Feniletilaminas de síntesis
Metamfetamina o "Speed"
TMA-2 2,4,5-trimetoxianfetamina
PMA para-metoxianfetamina
DOM 4-metil-2,5-dimetoxianfetamina o "STP"
DOB 4-bromide-dimetoxianfetamina
MDA 3,4-metilenodioxianfetamina o "Píldora del amor"
MDMA 3,4-metilenodioximetamfetamina o "Éxtasis", "XTC"
MDEA 3,4-metilenodioxietilanfetamina o "Eva"
Otras drogas
Triazolam 0.3-2.5 1 89
Halazepam Nitrazepam
Tetrazepam Oxazepam
Síntomas rebote Los mismos síntomas Inicio 1-2 días Los signos y
presentes antes del después de dejar una síntomas revierten a
tratamiento. BZD de acción corta; las 2-6 h tras la
inicio 3-8 días administración de
después de dejar una una dosis hipnótica
BZD de acción de BZD.
prolongada.
Duración de 7-14
días.
Abstinencia de dosis Ansiedad, insomnio, Inicio 1-2 días tras Los signos y
altas pesadillas, dejar una BZD de síntomas revierten a
convulsiones, acción corta; 3-8 días las 2-6 h después de
psicosis, hipertermia, tras dejar una BZD administrar una dosis
muerte. de acción hipnótica de BZD.
prolongada.
Alprazolam 1
Clordiazepóxido 25
Clonazepam 2
Clorazepato 15
Diazepam 10
Flunitrazepam 1
Lorazepam 1-2
Lormetazepam 1-2
Nitrazepam 10
Oxazepam 20
Temazepam 20
Triazolam 0,5
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