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NEUROCIENCIAS: CÓMO EL INTERNET HA CAMBIADO LA FORMA EN QUE PENSAMOS

La actual utilización excesiva de tecnología generado consecuencias,


entre ellas, el uso de teléfonos inteligentes a edad temprana se ha
vinculado a niños fácilmente distraibles. Una hipótesis al respecto hace
alusión a un nuevo concepto llamado media multitasking. Este concepto
corresponde a la interacción con múltiples estímulos simultáneos de
forma superficial, generando usuarios malos en pruebas que requieren
cambiar de tareas o sostener la atención en una determinada, ya que
se distraen fácilmente con estímulos irrelevantes necesitando una
mayor concentración para no desenfocarse.
Un estudio de la Universidad de Yale analizó cómo el internet afecta nuestra percepción de los
conocimientos propios, y sus resultados indican un aumento en la seguridad de estos cuando
tenemos acceso a internet para rellenar los vacíos en nuestro saber. Además, plantea una
difuminación entre nuestras memorias y los contenidos de internet, ya que, al preguntarle a
sujetos de estudio que habían usado buscadores online para complementar sus respuestas a
algunas preguntas, el motivo por el cual sus respuestas eran completas y correctas, estos lo
atribuyeron a una “mayor actividad cerebral.

La discusión sobre los efectos positivos y negativos del uso de internet se inició en base
a un estudio que indicaba que los jugadores de un famoso videojuego multijugador
masivo presentaban una considerable reducción de la materia gris en la corteza
orbitofrontal, área encargada de regular la impulsividad y la toma de decisiones. Un
estudio reciente publicado en el Diario Oficial de la Asociación Psiquiátrica Mundial
habla sobre como el internet podría estar cambiando nuestra forma de pensar y
desenvolvernos dividiendo el análisis en tres aspectos principales: El primero de estos
fue la atención y como un flujo constante de informaciones, avisos y notificaciones
compiten por captarla y la desvían de tareas que requieren una concentración constante
y sostenida. El segundo aspecto fue la memoria y el conocimiento, planteando como el
internet se ha convertido en el recurso principal para la solución de tareas y preguntas, y
como esto afecta la forma en que procesamos recuerdos nuevos y valoramos nuestro
saber personal. El tercero de estos aspectos es el de la cognición social y cómo se
generan consecuencias personales y sociales de incorporar las redes de contactos,
interacciones y estados dentro del mundo en línea.

Media multitasking
Sabemos que hoy en día el mundo moderno podría considerarse “online”, ya que los
dispositivos móviles con acceso a internet han disminuido significativamente la brecha
digital que antes se presentaba entre países de alto ingreso versus aquellos de ingresos
más bajos. Hoy un 95% de los jóvenes estadounidenses tienen acceso a internet y un
45% de estos reporta estar en línea 24/7. Sin ir más lejos, es probable que todos
nosotros, si no es que nosotros mismos, tengamos un amigo que no apaga el celular ni
para irse a dormir. Gracias a esto, el internet se ha vuelto un aspecto casi inevitable,
omnipresente y funcional en nuestra vida. Esto ha llegado a tal magnitud no solo por la
calidad del contenido, sino por grandes estudios de publicidad y marketing que realizan
las empresas en línea para atrapar nuestra atención, registrando, por ejemplo, donde
posamos nuestro cursor. Esto es anotado, registrado y proliferado para que siempre se
nos ofrezca información que encontremos ad hoc a nuestros gustos. Empresas han sido
acusadas también de intencionalmente capitalizar nuestra atención usando el gran
potencial adictivo del internet, premiándonos por nuestra total atención. Los
smartphones han introducido un nuevo hábito en nuestras vidas que de seguro hemos
hecho mientras leíamos esto: chequear el teléfono. Esto muchas veces se nos premia con
un refuerzo positivo como descuentos, promociones u ofertas relámpago que afectan a
nuestro sistema dopaminérgico corticoestriatal (sistema cerebral relacionado al placer y
a los comportamientos impulsivos como las adicciones).
Todo esto ha generado consecuencias. Entre ellas, el uso de teléfonos inteligentes a
edad temprana se ha vinculado a niños fácilmente distraibles. Una hipótesis al respecto
hace alusión a un nuevo concepto llamado media multitasking. Este concepto
corresponde a la interacción con múltiples estímulos simultáneos de forma superficial,
generando usuarios malos en pruebas que requieren cambiar de tareas o sostener la
atención en una determinada, ya que se distraen fácilmente con estímulos irrelevantes
necesitando una mayor concentración para no desenfocarse. Al respecto, se realizó un
experimento con dos grupos de sujetos. A uno de los grupos se le pidió comprar en
internet por 15 minutos y al otro se le pidió leer una revista por el mismo tiempo. Luego
se les pidió a ambos grupos concentrarse en una determinada tarea, observándose que el
grupo que realizó las compras en línea tuvo muchas más dificultades en concentrarse
que su contraparte.

Artículo original: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/wps.20617

Texto del convenio con el Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso


(CINV)

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