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NOMBRE: Rodrigo José Choque Copa

SENTENCIA AGROAMBIENTAL PLURINACIONAL S2a N° 27/2018

Expediente: Nº 2345-DCA-2016

Proceso: Contencioso Administrativo


Demandante: Lobsang Aldrin Saldaña Taborga
Demandados: Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia y Ministro
de Desarrollo Rural y Tierras
Predio: Dulles La Quinta Picardía
Distrito: Santa Cruz
Fecha: Sucre, 14 de junio de 2018
Magistrado Relator: Rufo N. Vásquez Mercado

VISTOS: La demanda contencioso administrativa, respuesta de los demandados, Resolución Suprema


impugnada, memorial de réplica de fs. 126 a 12, memorial de dúplica de fs. 139 y vta., antecedentes del proceso;
y,

CONSIDERANDO: Que, por memorial de demanda de fs. 11 a 16 y memorial de ampliación de demanda de fs.
27 a 29 de obrados, Lobsang Aldrin Saldaña Taborga, interpone acción contencioso administrativa, impugnando
la Resolución Suprema 19012 de 8 de junio de 2016, emitida dentro del proceso de saneamiento Simple de
Oficio (SAN-SIM) respecto al polígono N° 154 de las propiedades denominadas "San Ramón", "El Paraíso" y
"Dulles la Quinta Picardía", dirigiendo su acción contra el Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia y
Ministro de Desarrollo Rural y Tierras, y con intervención de la Directora Nacional del INRA, en su condición
de tercera interesada, argumentando:

I.- Procedimiento de saneamiento del predio "Dulles La Quinta Picardía"

Efectuando una relación de las etapas del proceso de saneamiento regulados por el D. S. N° 29215, así como cita
de los actuados realizados en el saneamiento del predio "Dulles la Quinta Picardía", señala que de acuerdo al
Acta de Cierre de Relevamiento de Información en Campo de 6 de marzo de 2011, este actuado fue realizado
cuatro días antes de lo dispuesto por la Resolución de Inicio de Procedimiento DDSC.RA N° 00025/2001 de 18
de febrero de 2011 que determina el plazo establecido desde el 24 de febrero hasta el 10 de marzo de 2011.
Agrega, como conclusión expresada en el memorial de ampliación de demanda de fs. 27 a 29 de obrados, que no
cursa el Formulario de Declaración Jurada de Posesión Pacífica del Predio, cuyo objetivo es plasmar la
manifestación escrita del poseedor del fundo sobre el tiempo de su posesión. Indica que se incumplió el art. 325-
II (no señala la norma) ante la inexistencia del decreto de aprobación del proyecto de resolución y de etapas
precedentes de saneamiento por parte del Director Departamental, y finalmente, señala, la actividad de
diagnóstico establecida en el art. 292-a) (no señala la norma) es realizada a destiempo posterior a la socialización
con el Informe de Cierre.

II.- Del derecho posesorio

Expresa que el derecho posesorio que le asiste en el predio "Dulles La Quinta Picardia", se basa en la posesión
continua, pública y pacífica iniciada físicamente en el predio aproximadamente desde el año 2000, que viene de
sus padres muchos años atrás (1980), operando en este caso, indica, la conjunción de posesión que no fue
contemplado y que determina la posesión legal del referido predio de conformidad con lo dispuesto en la
Disposición Transitoria Octava de la L. N° 3545 y sujeto a lo dispuesto en el art. 309-I del D.S. N° 29215, en
relación a lo dispuesto en el art. 66-I de la L. N° 1715.

III.- Falta de fundamentación en la Resolución Suprema impugnada

Citando el art. 66 del D.S. N° 29215, indica que la Resolución Suprema N° 19012 de 8 de junio de 2016, en su
parte considerativa, fuera de la relación de hechos efectuada, contiene únicamente un párrafo dedicado a la
fundamentación de derecho que conlleva a la decisión adoptada y efectuando cita de Sentencias Constitucionales,
arguye que; en la referida Resolución Suprema no existe una debida motivación y fundamentación emitiéndose la
resolución contraria al principio de congruencia, puesto que al remitirse a actuados en una simple enunciación de
los mismos, le deja en total indefensión al no identificar de manera clara y precisa la base legal que sirva de
fundamento para la emisión de la resolución, atentando los intereses del administrado y las garantías
contempladas en la Constitución Política del Estado, incumpliendo el art. 66 del D.S. N° 29215.

Con dicha argumentación, mencionado que no se aplicó de forma adecuada lo establecido en el art. 166 del D.S.
N° 29215, solicita se declare probada su demanda y nula la Resolución Suprema impugnada, así como el proceso
de saneamiento hasta la etapa de relevamiento de información en campo, ante la vulneración de derechos
subjetivos y la aplicación inadecuada de los arts. 393 y 397 de la C.P.E.; 64, 66 y 67-II, numerales 1 y 2 de la L.
N° 1715; Disposición Transitoria Primera de la L. N° 1715; 47-I, inciso c), 264-II), 331-I, inciso c), 334, 341-II,
Numeral 1, inciso b), 343, 345, 396-II, inciso b), 453 y 454 del D.S. N° 29215.

CONSIDERANDO: Que, por autos de fs. 24 y vta. y 31 y vta. de obrados, se admite la demanda y su
ampliación, respectivamente, para su tramitación en la vía ordinaria de puro derecho, corriéndose en traslado a
los demandados Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia y Ministro de Desarrollo Rural y Tierras, así
como poner en conocimiento de la demanda a la Directora Nacional del INRA, en su condición de tercera
interesada.

Que el demandado Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, por memorial de fs. 45 a 50 de obrados,
responde argumentando lo siguiente:

Con relación a los argumentos de la demanda, indica que las observaciones realizadas por la parte actora carecen
de argumentos de fondo acudiendo a observaciones inconsistentes, como una relación a la supuesta falta de
fundamentación, siendo que la R. S. N° 19012 de 8 de junio de 2016 final de saneamiento, es producto del
análisis y valoración de las actividades de saneamiento cumplidas, resultado del relevamiento de información en
campo, ficha catastral, informes de campo, documentación recabada, informe en conclusiones, informe de cierre
y respectivos informes técnico legales complementarios, cuyos resultados se encuentran plasmados con la
fundamentación respectiva conforme a la normativa aplicable y el análisis de las actividades ejecutadas, así como
la valoración del cumplimiento de la función social, observada sin fundamento por el actor, estando cumplidas
las formalidades que revisten para una Resolución Suprema, sin que el art. 66 del D.S. N° 29215 contemple a
dicho tipo de resolución, emitiéndose en base a los datos recabados en pericias de campo y con los fundamentos
cursantes en el Informe en Conclusiones, Informe de Cierre e Informes Complementarios, encontrándose lo
resuelto en proceso de saneamiento enmarcado a derecho sin vulneración de garantías constitucionales al debido
proceso, defensa y seguridad jurídica, además, indica el demandado, es congruente la resolución impugnada.

Agrega que respecto al incumplimiento de la FES o FS en el predio "Dulles la Quinta Picardía", el actor no
realiza mayor sustento ni observación demostrando la inconsistencia de la demanda ante la imposibilidad de no
poder rebatir su posesión ilegal e incumplimiento de la función social verificada objetivamente in situ.

Continúa señalando, con relación a la ampliación de la demanda, que el actor no fundamenta ni refiere en qué
forma le afecta lo observado por éste, ya que la Resolución de Inicio de Procedimiento dispone realizar la
campaña pública, mensura, encuesta catastral y verificación de la FS o FES, del 24 de febrero al 10 de marzo de
2011, publicándose mediante edictos fuera de la citación personal al actor, procediéndose a levantar la Ficha
Catastral, registro de mejoras y demás información dentro del plazo establecido, sin que la observación
constituya causal de nulidad, al haberse apersonado y participado personalmente en el proceso de saneamiento
firmando en señal de conformidad, sin que conste objeción alguna a los datos recabados in situ o que no se
hubiera ingresado a verificar la función social o alguna irregularidad por parte del funcionario del INRA en el
levantamiento de datos. Agrega que en la Ficha Catastral firmada por el actor, se indica que posee desde el año
2000, no existiendo documentación alguna y no acredita posesión anterior a la promulgación de la L. N° 1715,
señalándose en el Informe en Conclusiones que durante los trabajos de relevamiento de información en campo,
no se demostró el cumplimiento efectivo de la función social ya que no había actividad de ningún tipo, sea
agrícola o ganadera, o en su caso residencia en el lugar, realizándose además en coordinación con el Control
Social, quedando firme y subsistente de acuerdo al art. 397 de la C.P.E. y además, indica el demandado, la
documentación presentada posterior a las pericias de campo, demuestra que la fecha de registro de marcas,
carimbos y señales es del 23 de junio de 2012, así como el certificado de vacunación contra la fiebre aftosa es del
14 de junio de 2014, la misma tomando en cuenta lo establecido en el art. 161 del D.S. N° 29215, no acredita
posesión, residencia o actividad anterior a la promulgación de la L N° 1715. Menciona no ser evidente respecto
de la inexistencia de decreto de aprobación del proyecto de resolución final de saneamiento y las etapas
precedentes, al cursar en el legajo de saneamiento dicha aprobación en aplicación de lo establecido en el art. 325-
II del D.S. N° 29215. Finalmente, indica el demandado, que cursa el Informe Técnico de Diagnóstico, así como
informe complementario al mismo, que es anterior al Informe en Conclusiones, con lo que se tiene cumplido el
art. 292 del D.S.N° 29215.

Con tal argumentación, solicita se declare improbada la demanda y se mantenga subsistente la Resolución
Suprema N° 19012 de 8 de junio de 2016 respecto al predio "Dulles la Quinta Picardía".

Que, por memorial de fs. 105 a 110 de obrados, el demandado Ministro de Desarrollo Rural y Tierras, a través de
sus apoderados, responde argumentando:

Que el demandante efectúa una interpretación sesgada y antojadiza respecto de las normas agrarias al señalar que
existiría falta de fundamentación en la resolución suprema impugnada, al haberse basado en el Informe en
Conclusiones, Informe de Cierre e Informes Técnicos, que si bien la resolución impugnada se remite a dichos
informes, la misma se efectúa en virtud de lo dispuesto por el parágrafo III del art. 52 de la Ley de Procedimiento
Administrativo N° 2341, habiendo en dicha línea emitido criterio el Tribunal Agroambiental en diferentes
Sentencias Nacionales Agroambientales (cita y transcribe). Añade que el INRA efectuó la verificación en campo
en forma directa y utilizando además instrumentos complementarios conforme lo establecido en el art. 159 del
D.S. N° 29215, teniendo los beneficiarios del predio la carga de la prueba para demostrar el cumplimiento de la
FES o FS, por lo que los resultados de trabajo de campo, motivaron la emisión de la resolución final de
saneamiento, ahora impugnada, debidamente fundamentada bajo el principio de verdad material y en apego a la
normativa legal vigente, no existiendo fundamento legal del actor de que se hubiera incurrido de manera
irregular, ya que lo resuelto en saneamiento están apegadas a disposiciones legales; además, indica el
demandado, el actor no explica como la jurisprudencia emitida por el Tribunal Constitucional se adecúa a lo
observado en su demanda como para establecer que hubo vulneración a sus derechos constitucionales.

Con ésta argumentación, solicita se declare improbada la demanda y se mantenga subsistente la Resolución
Suprema N° 19012 de 8 de junio de 2012 mas sus antecedentes.

Que, por memorial de fs. 85 a 90 de obrados, la Directora Nacional del INRA, en su condición de tercera
interesada, se apersona y expresa con argumentos idénticos a lo manifestado por el demandado Presidente del
Estado Plurinacional de Bolivia, detallados precedentemente, solicitando se declare improbada la demanda y se
mantenga subsistente la Resolución Suprema N° 19012 de 8 de junio de 2012.

Que corridos los traslados por su orden, la parte actora por memorial de fs. 127 a 129 de obrados, ejerce el
derecho a la réplica con relación a la respuesta por parte del demandado Ministro de Desarrollo Rural y Tierra,
ratificándose en los argumentos de su demanda; asimismo el nombrado demandado, por memorial de fs. 139 y
vta. de obrados, ejerce el derecho a la dúplica ratificando los argumentos expuestos en su respuesta.

CONSIDERANDO: Que el proceso contencioso administrativo es un procedimiento de control judicial que


tiene como finalidad verificar la legalidad de los actos que realiza el Estado a través de sus funcionarios
administrativos, con el propósito de precautelar en su caso, los intereses del administrado cuando son lesionados
o perjudicados en sus derechos. En ese contexto, del análisis de los términos de la demanda, de los argumentos
expuestos por los demandados y terceros interesados, debidamente compulsados con los antecedentes del caso de
autos, se establece lo siguiente:

1.- Con relación a las etapas del proceso de saneamiento

Conforme se desprende de los antecedentes del legajo de saneamiento del predio "Dulles la Quinta Picardía", por
Resolución de Inicio de Procedimiento DDSC.RA N° 0025/2011 de 18 de febrero de 2011, cursante de fs. 72 a
76, se dispuso que la realización de la campaña pública, mensura, encuesta catastral, verificación de la FS, FES y
otros, será del 24 de febrero al 10 de marzo de 2011, con la finalidad de obtener datos relevantes de utilidad para
la substanciación del procedimiento, garantizar la transparencia de su trámite, asegurar la información y
participación de personas interesadas, habiéndose llevado a cabo dichas actividades administrativas dentro de las
fechas previstas en la indicada Resolución de Inicio de Procedimiento, tal cual se desprende de la Ficha Catastral
cursante de fs. 364 a 365 del legajo de saneamiento, efectuada el 28 de febrero de 2011; también del formulario
de Registro de Mejoras que cursa a fs. 367, efectuada el 5 de marzo de 2011; de igual forma de las Actas de
Conformidad de Linderos de fs. 371 a 374, realizada el 28 de febrero de 2011; consecuentemente, carece de
veracidad lo afirmado por el actor, en sentido de haberse efectuado dichos actuados cuatro días antes de lo
dispuesto en la mencionada Resolución de Inicio de Procedimiento, no advirtiéndose irregularidad alguna, a más
de no fundamentar el actor que tal aspecto le hubiere ocasionado perjuicio o indefensión irreparable que amerite
su reposición, más aun cuando intervino personalmente en dichas actividades administrativas suscribiendo las
mismas en señal de conformidad, sin que hubiere formulado reclamo alguno sobre tal aspecto en dicha
oportunidad.

Con relación a que no cursa en el legajo de saneamiento formulario de Declaración Jurada de Posesión Pacífica
del Predio, si bien es evidente tal aspecto, no es menos cierto que se consignó en la Ficha Catastral antes referida,
datos respecto de la posesión que indica ejercer el actor al anotar: "El propietario menciona tener una posesión
desde el año 2000." "El propietario menciona estar en posesión de 80 has." (sic) (Las cursivas son nuestras);
declaración que se considera válida con efecto similar al acta extrañada por el demandante, al provenir del
mismo actor y estar suscrita personalmente por él. Lo mencionado por el actor en su demanda, se circunscribe
simplemente a expresar dicho aspecto, al no formular fundamento alguno en sentido de haberle causado
indefensión o perjuicio evidente y menos acusa vulneración a norma procesal que regula el proceso de
saneamiento que ameritaría reponer necesariamente dicho acto administrativo, más aún cuando en la misma
demanda menciona el actor que su posesión en el predio de referencia data del año 2000 que viene de sus padres
muchos años atrás, confirmando espontáneamente la data en el ejercicio de la posesión.

Respecto del incumplimiento del art. 325-II del D.S. N° 29215, ante la inexistencia del decreto de aprobación del
proyecto de resolución, como señala el actor en su demanda, tal aseveración es carente de veracidad, al cursar a
fs. 869 del legajo de saneamiento, el decreto de aprobación suscrito por el Director Departamental del INRA-
Santa Cruz, al consignar: "(...) habiéndose elaborado el Proyecto de Resolución Final de Saneamiento , en base
a las sugerencias expuestas en el Informe en Conclusiones, se aprueba el mismo y las etapas precedentes
conforme a derecho (...)" (sic) (Las cursivas y negrillas son nuestras), no existiendo consecuentemente
incumplimiento de las normas anteriormente descritas como acusa el demandante, más al contrario se cumplió
con tal formalidad, conforme a Derecho.

Con relación a que la actividad de diagnóstico establecida en el art. 292-a) del D.S. N° 29215, se realizó a
destiempo, posterior a la socialización con el Informe de Cierre, dicha afirmación es igualmente carente de
veracidad, al cursar de fs. 60 a 65 del proceso de saneamiento, el Informe Técnico-Legal de Diagnóstico DDSC-
AREA-GB.CH.INF N°068/2011 de 15 de febrero de 2011, actividad realizada en la etapa correspondiente, con
anterioridad a la emisión de la Resolución Determinativa de Área de Saneamiento y de Inicio de Procedimiento,
mismo que consigna la actividad prevista en la norma señalada supra, como es el mosaicado referencial de
predios con antecedentes titulados y en trámite cursantes en el Instituto Nacional de Reforma Agraria, con el
detalle correspondiente respecto del nombre del predio, su beneficiario y número de expediente. Si bien,
posterior a dicha etapa, se emitió el Informe Técnico Complementario al Diagnóstico DDSC-CO-I-INF.N°
1461/2014 de 30 de junio de 2024 que cursa de fs. 701 a 702 del legajo de saneamiento, el mismo tiene por
finalidad complementar aspectos relativos a la sobreposición de expedientes agrarios con relación a los predios
que se encuentran dentro del área a sanear, que permitirá contar con mayores elementos de juicio para adoptar la
resolución administrativa correspondiente, sin que ello signifique retrotraer procedimiento, a más de haberse
efectuado antes de la emisión del Informe en Conclusiones, que cursa de fs. 745 a 758 del indicado legajo de
saneamiento; consecuentemente, no se evidencia vulneración alguna al art. 292-a) del D.S. N° 29215, como
tampoco de derechos o garantías constitucionales del demandante, quién únicamente refiere a la supuesta
emisión a "destiempo" del Informe de Diagnóstico, sin fundamentar ni precisar que tal actuación administrativa
le hubiere causado perjuicio o indefensión, más aún, cuando del diagnóstico referido, el predio "Dulles La Quinta
Picardía" no cuenta con antecedente agrario para ser sometido al mosaicado referencial que prevé la norma
precedentemente señalada.

2.- Respecto del derecho posesorio

La determinación asumida en la Resolución Suprema N° 19012 de 8 de junio de 2018 de declarar la ilegalidad de


la posesión de Lobsang Aldrin Saldaña Taborga, respecto del predio "Dulles la Quinta Picardía" en la superficie
de 83.9482 ha., objeto de impugnación en el presente proceso contencioso administrativo, tiene como base y
fundamento lo verificado in situ por el INRA, que al tener el actor la calidad de poseedor, la verificación y
comprobación de la legalidad de las posesiones se realizará únicamente durante el relevamiento de información
en campo, conforme prevé la parte infine del parágrafo I del art. 309-I del D. S. N° 29215; en ese contexto, de la
Ficha Catastral, cursante de fs. 364 a 365 del legajo de saneamiento, se desprende que el nombrado actor
manifestó que ejerce posesión en el predio de referencia desde el año 2000 que viene de sus padres hace muchos
años atrás, suscribiendo dicha declaración en señal de conformidad; a más de manifestar que no cuenta con
infraestructura para la actividad ganadera y no está realizando dicha actividad, y protestando únicamente
presentar el registro de marca de ganado, verificando el INRA el incumplimiento de la Función Social o
Económico Social al no desarrollar en el predio de referencia actividad alguna y menos contar con mejora de
ninguna naturaleza, tal cual se desprende del Formulario de Registro de Mejoras que cursa a fs. 367 del legajo de
saneamiento; información primigenia que al recabarse directamente en el predio y con participación del
interesado, así como de las autoridades naturales del área sometido a saneamiento, cuenta con todo el valor
otorgado por el art. 159 del D.S. N° 29215, lo que sustenta la decisión asumida por el INRA en el Informe Legal
DDSC-COI-INF N° 1786/2014 de 11 de septiembre de 2014 e Informe en Conclusiones que cursan de fs. 740 a
743 y 745 a 758 del indicado legajo de saneamiento, al señalar: "De acuerdo a las citas y la fundamentación legal
correspondiente se evidencia por la documentación generada se identifica que el interesado durante los trabajos
de relevamiento de información en campo, no demostró el cumplimiento efectivo de la FUNCION SOCIAL; ya
que no había actividad de ningún tipo, sea agrícola o ganadero o en su caso residencia en el lugar (...)";
concluyendo y sugiriendo: "En virtud del análisis efectuado y confrontado los datos de gabinete con los
obtenidos en campo, se sugiere dictar RESOLUCION ADMINISTRATIVA DE ILEGALIDAD DE POSESION
de LOBSANG ALDRIN SALDAÑA TABORGA en la superficie de 84.3029 ha. (Ochenta y cuatro hectáreas
con tres mil veintinueve metros cuadrados), sobre el predio denominado DULLES LA QUINTA PICARDIA,
ubicado en el municipio de San José de Chiquitos, provincia Chiquitos del departamento de Santa Cruz, por
transgredir lo establecido en los artículos 393, 396 y 397 de la Constitución Política del Estado de conformidad a
los artículos 310, 341 parágrafo II numeral 2 y 346 del Reglamento Agrario D. S. N° 29215" (sic) (Las cursivas
son nuestras).

De otro lado, al argüir el actor en su demanda contencioso administrativa, de no haber contemplado el INRA la
conjunción de posesión que vendría desde sus padres muchos años atrás, lo cual determinaría que su posesión
fuera legal, dicha afirmación carece de consistencia, toda vez que conforme prevé el art. 309-III del D.S. N°
29215, la sucesión en la posesión, para establecer la antigüedad de la misma al primer ocupante, debe acreditarse
con documentos de transferencias de mejoras o de asentamiento, certificadas por autoridades naturales o
colindantes; extremo que no cumplió el actor, al no presentar documentación alguna por el que se acredite la
posesión anterior de su causante y la transferencia de la misma al demandante Lobsang Aldrin Saldaña Taborga,
cuando ni siquiera identifica y menos demuestra quien fue el primer ocupante al que estuviera sucediendo en la
posesión, como tampoco lo consigna el certificado emanado del Corregidor de la provincia Chiquitos del cantón
San José del departamento de Santa Cruz, cursante a fs. 727 del legajo de saneamiento, mismo que contiene
únicamente información general, a más de que para considerarla como prueba para la sucesión de la posesión,
debe estar precedida necesariamente de la acreditación documentada del ejercicio de la posesión de anteriores
poseedores y la transferencia de la misma al actual poseedor, que no fue demostrada por el demandante,
conforme se describió precedentemente.

Asimismo, si bien el demandante Lobsang Aldrin Saldaña Taborga, presentó el registro de marca de ganado y
certificación de vacunas contra la fiebre amarilla, que cursan a fs. 730 y 731 del legajo de saneamiento, la
mismas datan del 23 de junio de 2012 y 15 de junio de 2014, posterior a la fecha de relevamiento de información
en campo que fue realizada el 28 de febrero y 5 de marzo de 2011, lo que no enerva la información recabada in
situ, más al contrario, evidencia y confirma el incumplimiento de la función social en el predio de referencia, así
como la posesión posterior a la fecha de promulgación de la L. N° 1715 de 18 de octubre de 1996, al no acreditar
que la misma se anterior y menos que hubiera sucedido en la posesión a sus causantes, lo que determina la
ilegalidad de la posesión del demandante, al no adecuarse a la previsión contenida en la Disposición Transitoria
Octava de la L. N° 3545, sino más al contrario, se encuadra a lo dispuesto por los arts. 310 y 346 del D. S. N°
29215, que prevé: "Se tendrán como ilegales sin derecho a dotación o adjudicación y sujetas a desalojo previsto
en este reglamento, las posesiones que sean posteriores a la promulgación de la Ley N° 1715 (...)"; "Se dictará
resolución no constitutiva de derecho y de ilegalidad de la posesión, cuando el poseedor incumpla la función
social o económico social (...)"(sic) (Las cursivas son nuestras); consecuentemente, no evidencia éste Tribunal
irregularidad alguna en la determinación adoptada por el INRA, al ser la misma congruente y coherente con la
información recabada en campo, por lo que el Estado no puede otorgar derecho alguno al actor Lobsang Aldrin
Saldaña Taborga, al no cumplir éste con el trabajo agrario traducido en la función social o económica social,
como fuente fundamental para la adquisición y conservación de la propiedad agraria, conforme reza el art. 397-I
de la C.P.E., lo que determina la inviabilidad de lo demandado.

3.- Falta de fundamentación en la Resolución Suprema impugnada

En cuanto a la supuesta falta de fundamentación de la Resolución Suprema 19012 de 9 de junio de 2015


impugnada, la misma no es evidente, toda vez que al ser el saneamiento un procedimiento técnico-jurídico
destinado a regularizar y perfeccionar el derecho de propiedad agraria, cuyo desarrollo se encuentra normado por
el Reglamento de la L. Nº 1715 y las Guías de verificación del cumplimiento de la función social o económico
social emitidas por el INRA, los diferentes actos administrativos que se ejecutan durante el desarrollo del proceso
de saneamiento y dado la particularidad del procedimiento que primordialmente es técnico y que se efectúa
directamente en el campo, es traducido en los Informes Técnico Legales que se van elaborando durante su
desarrollo, siendo éstos el insumo e información en las que se basa necesariamente la Resolución Final de
Saneamiento, constituyendo por tal los fundamentos y motivación que en ellos se expresa, en los que se cimienta
la decisión final administrativa, razón por la cual la Resolución Final de Saneamiento, como lo es la referida
Resolución Suprema 19012 de 9 de junio de 2015, expresamente se remite a ellas, siendo esta una actuación
propia en sede administrativa, conforme prevé el art. 52 parágrafo III de la L. N° 2341 (Ley de Procedimiento
Administrativo), que en lo pertinente expresa: "La aceptación de informes o dictámenes servirá de
fundamentación a la resolución (...) ", previendo también en ése sentido el art. 65-c) del D. S. Nº 29215, al
señalar: "Toda Resolución deberá basarse en informe legal y cuando corresponda además en un informe
técnico " (Las cursivas y negrillas son nuestras), debiendo entenderse en consecuencia, que el fundamento de la
resolución ahora impugnada tiene como base precisamente el análisis efectuado en los distintos informes que
fueron emitidos por la entidad administrativa a lo largo del proceso, mismos que son debidamente identificados
en la parte considerativa de la mencionada Resolución Suprema impugnada.

Asimismo, del análisis y definición administrativa en cuanto, al incumplimiento de la Función Social e ilegalidad
de la posesión, fue amplio y debidamente efectuado en las etapas correspondientes plasmado en el Informe en
Conclusiones antes referido; por lo que al guardar dicho informe, así como los Informes Técnicos Legales
DDSC-CO-I-IN Nro. 4548/2014 de 10 de octubre de 2014 y JRLL-SCE-INF-SAN Nro. 205/2016 de 16 de
marzo de 2016, descritos en la parte considerativa de la Resolución Suprema impugnada en el presente proceso
contencioso administrativo, coherencia y congruencia con los datos recabados directa y objetivamente en el
predio "Dulles la Quinta Picardía", es inconsistente y carente de veracidad lo afirmado por el actor, en sentido de
que dicha Resolución Suprema careciera de motivación y fundamentación y que la misma fuera incongruente, al
no acusar ni especificar los hechos y el derecho que considera vulnerados, la manera en que se infringieron y
cual debía ser la aplicación o interpretación de la norma aplicable, lo que hace que su petitorio sea carente de
fundamento fáctico y legal constituyendo solo una afirmación subjetiva que no condice con los antecedentes
cursantes en el legajo del proceso de saneamiento de referencia, siendo que lo resuelto por el ente encargado de
dicho proceso, es coherente con lo verificado en campo y las características que presenta el predio sometido a
saneamiento, tal cual se tiene analizado con los fundamentos y motivación necesarios y pertinentes en los
numerales anteriores del presente considerando, no existiendo por tal, vicio procesal que amerite su reposición
como pretende el demandante, ya que los argumentos que expresa en su demanda no condicen con los
antecedentes cursantes en el legajo del proceso de saneamiento de referencia, cuyas etapas, conforme se analizó
precedentemente, fueron debidamente desarrolladas por el INRA, resultando ser una crítica generalizada por la
que simplemente manifiesta su desacuerdo con la decisión administrativa impugnada, lo que determina la
inviabilidad de su pretensión, al no enervar en absoluto la conclusión a que arribó el ente administrativo
encargado del proceso de saneamiento y menos que fuera ilegal, no existiendo por tal argumento para pretender
revertir lo decidido en sede administrativa como resultado del proceso de saneamiento.

Que, de lo precedentemente analizado, se evidencia que la Resolución Suprema impugnada, es resultado de un


debido proceso que condice plenamente con los datos y actuaciones administrativas ejecutados durante el
proceso de Saneamiento Simple de Oficio, respecto al polígono N° 154 del predio "Dulles la Quinta Picardía",
pronunciándose en sujeción a las normas agrarias que rigen la materia, sin vulnerar derechos constitucionales
como el de defensa, al haber el actor tomado conocimiento y participado directa y personalmente en el proceso
de saneamiento de referencia, y menos que se hubiesen aplicado inadecuadamente los arts. 393 y 397 de la
C.P.E.; 64, 66 y 67-II, numerales 1 y 2 de la L. N° 1715; Disposición Transitoria Primera de la L. N° 1715; 47-I,
inciso c), 264-II), 331-I, inciso c), 334, 341-II, Numeral 1, inciso b), 343, 345, 396-II, inciso b), 453 y 454 del
D.S. N° 29215,a los hace referencia el actor en su demanda contencioso administrativa.

POR TANTO: La Sala Segunda del Tribunal Agroambiental, administrando justicia en única instancia, en
virtud de la jurisdicción y competencia que le otorga el art. 189-3) de la Constitución Política del Estado y art.
36-3) de la L. Nº 1715, FALLA declarando IMPROBADA la demanda contencioso administrativa de fs. 11 a 16
y memorial de ampliación de demanda de fs. 27 a 29 de obrados; en consecuencia, subsistente y con todo el valor
legal la Resolución Suprema N° 19012 de 8 de junio de 2015.

Notificadas que sean las partes con la presente sentencia, devuélvanse los antecedentes remitidos por el INRA,
en el plazo máximo de 30 días, debiendo quedar en su lugar fotocopias simples o legalizadas, según corresponda,
de las piezas pertinentes, con cargo a dicha Institución.

Rufo N. Vásquez Mercado Magistrado Sala Segunda

Elva Terceros Cuéllar Magistrada Sala Segunda


TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA

SALA PENAL

AUTO SUPREMO Nº 276/2014-RRC

Sucre, 27 de junio de 2014

Expediente : La Paz 34/2014

Parte acusadora : Ministerio Público y otros

Parte imputada : María Silvia Hurtado y otros

Delitos : Falsedad Ideológica y otro

Magistrada Relatora : Dra. Norka Natalia Mercado Guzmán

RESULTANDO

Por memorial presentado el 27 de febrero de 2014, cursante de fs. 617 a 621, María Silvia Hurtado, interpone
recurso de casación, impugnando el Auto de Vista 259/2013 de 13 de diciembre, de fs. 567 a 569 vta.,
pronunciado por la Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, dentro del proceso
penal seguido por el Ministerio Público y Doris Miriam Chacón Díaz en representación de Ligia Sandra
Peñarrieta Isurza contra la recurrente, Teresa Garrido Ruiz y María Nela Durán de Vásquez, por la presunta
comisión del delito de Falsedad Ideológica en relación a la primera y Falso Testimonio, respecto a las dos
últimas, previstos y sancionados en los arts. 199 y 169 del Código Penal (CP), respectivamente.

I. DEL RECURSO DE CASACIÓN

I.1 Antecedentes

De la revisión de los antecedentes venidos en casación se concluye lo siguiente:

1. Por Sentencia 03/2013 de 27 de marzo (fs. 481 a 491), el Tribunal Segundo de Sentencia del
Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, declaró a la imputada María Silvia Hurtado autora de la
comisión del delito de Falsedad Ideológica, condenándole a la pena de tres años y seis meses de
reclusión, más daños civiles a favor de la víctima y costas al Estado a calificarse en ejecución de
sentencia. Con relación a las imputadas María Nela Durán de Vásquez y Teresa Garrido Ruiz, dispuso su
absolución del delito de Falso Testimonio, sin costas por ser excusable.

2. Contra dicha Sentencia, la imputada María Silvia Hurtado (fs. 506 a 509) y la querellante Ligia
Sandra Peñarrieta Isurza (fs. 527 a 529), formularon recursos de apelación restringida, resueltos por el
Auto de Vista impugnado, que declaró improcedente el recurso interpuesto por la imputada e inadmisible
el formulado por la parte querellante; consecuentemente, confirmó la Sentencia apelada, motivando la
interposición del presente recurso de casación por parte de la imputada.

I.1.1. Motivos del recurso

Del recurso de casación y del Auto Supremo 110/2014-RA de 11 de abril, que resolvió su admisión, se extraen
los motivos a ser analizados en la presente Resolución, sobre los cuales este Tribunal circunscribirá su análisis
conforme el mandato establecido en el art. 398 del Código de Procedimiento Penal (CPP).

1. Como primer presunto agravio la recurrente señala que, en apelación restringida denunció que la
Sentencia incurrió en errónea aplicación de la ley sustantiva -art. 370 inc. 1) del CPP-, porque en lugar de
subsumir su conducta en el art. 200 del CP, se aplicó el art. 199 del mismo Código y que en igual error
incurrió el Tribunal de alzada, correspondiendo según señala, la reposición del juicio por otro Tribunal; al
respecto, argumenta que la Sentencia cayó en error, al establecer que cuando su persona ingresó la
demanda de usucapión al sistema judicial y a consideración de la autoridad del Órgano Judicial, el
documento privado se hace oponible a terceros y por ello se convertiría en documento público,
fundamento que la imputada considera errado, porque el hecho de que un escrito o documento esté
destinado a presentarse ante la autoridad judicial, no lo convierte en instrumento público, pues los
documentos públicos son los que cuentan con todas las formalidades señaladas en el art. 1287 del Código
Civil (CC); sobre este agravio, la recurrente invocó como precedente contradictorio el Auto Supremo 17
de 26 de enero de 2007.

2. Como segundo agravio, la recurrente manifiesta que en apelación restringida también denunció
errónea aplicación de la ley sustantiva, específicamente de los arts. 37, 38 y 40 del CP, porque no se
hubiera considerado, su condición de madre de hijos menores, como tampoco hubieran tomado en cuenta
que su única intención era salvar el inmueble en que vive en anticrético, situación que debió ser tomada
en cuenta para aplicar una pena razonable, pues obró guiada por el temor de ser desalojada y quedar en la
calle junto a sus hijos menores; en resumen no se analizaron las circunstancias que menciona para una
correcta aplicación de los preceptos citados, razón por la que considera que la Resolución impugnada
contradice lo establecido en el Auto Supremo 17 de 26 de enero de 2007.

I.1.2. Petitorio

Con los antecedentes señalados la recurrente solicita se disponga: “…la reposición del juicio por otro órgano
jurisdiccional a efecto de garantizar el debido proceso” (sic).

I.2. Admisión del recurso

Por Auto Supremo 110/2014-RA de 11 de abril, cursante de fs. 631 a 633, este Tribunal declaró admisible el
recurso de casación formulado por la imputada, únicamente para el análisis de fondo de sus dos primeros
motivos, identificados en el punto I.1.1. de la presente Resolución.

II. ACTUACIONES PROCESALES VINCULADAS AL RECURSO

Tomando en cuenta los argumentos contenidos en el recurso de casación formulado en la


presente causa, de la revisión de los antecedentes se tiene lo siguiente:

II.1. De la Sentencia.

Una vez sustanciado el juicio oral, el Tribunal Segundo de Sentencia del Tribunal Departamental de Justicia de
La Paz, declaró a la imputada María Silvia Hurtado autora de la comisión del delito de Falsedad Ideológica,
condenándola a la pena de tres años y seis meses de reclusión. Con relación a las imputadas Marianela Durán de
Vásquez y Teresa Garrido Ruiz, dispuso su absolución del delito de Falso Testimonio.

A partir de la disposición contenida en el art. 199 del CP, que tipifica el delito de Falsedad Ideológica, el
Tribunal de mérito expresó que durante el juicio se discutió si el memorial de demanda de Usucapión
(Prescripción de dominio adquisitivo) formulada por María Silvia Hurtado era un documento público o privado;
asumiendo dicho Tribunal la convicción de que si ese documento sólo quedara en su simple facción,
evidentemente podíaser considerado como privado, pero esa demanda con todos los datos falsos que contiene
(posesión pacífica de diez años y desconocimiento del paradero de la parte demandada), ingresó al sistema
judicial boliviano, a consideración y análisis de una autoridad judicial, convirtiéndose en consecuencia oponible
a terceros -erga omnes-, luego de los trámites respectivos se llegó a la Sentencia donde, en base a dichos datos
falsos se declaró probada la demanda de Usucapión, resolución que fue emitida por una autoridad judicial como
instrumento de formas verdaderas, pero con datos falsos; por lo referido, asumió plenamente que la conducta de
la imputada se adecuó al delito de Falsedad Ideológica y que lógicamente causó perjuicio en contra de la
querellante, siendo que la afirmación efectuada por la imputada en la última intervención en juicio, en sentido de
que su única intención era el de salvar la propiedad toda vez que existía fiscalización del Gobierno Autónomo
Municipal de La Paz, no desvirtuó los extremos de la acusación, existiendo dolo en la conducta de la imputada
porque todo el trámite de usucapión: “la efectúa con pleno conocimiento de los antecedentes ya referidos y con
propia voluntad, es antijurídica y culpable toda vez que se violentado la fe pública y el ordenamiento legal del
Estado y debe aplicarse una sanción” (sic).

Con relación a las imputadas María Nela Durán de Vásquez y Teresa Garrido Ruiz, acusadas del delito de Falso
Testimonio, el Tribunal de Sentencia estableció que al existir un retiro de la Acusación Fiscal y Particular, no
ameritaba mayor análisis jurídico respecto a su participación en el caso, por el contrario siendo la base del juicio
la acusación y que la misma puede ser retirada en cualquier estado del proceso antes de la deliberación, en
aplicación estricta de los arts. 342, 363 inc. 1) del CPP y 103 del CP, las declaró absueltas.

II.2. De las apelaciones restringidas.

La imputada María Silvia Hurtado formuló recurso de apelación restringida argumentando los siguientes
motivos:

1. Errónea aplicación de la ley sustantiva al aplicar el art. 199 y no el art. 200 del CP, en razón a que
el Tribunal de mérito realizó un análisis equívoco, ya que estableció que la demanda de usucapión
constituye un documento público y no privado, por lo que de conformidad a lo previsto en el art. 370
incs. 1) y 6) del CPP sería una sentencia defectuosa, por lo que en cumplimiento del Auto Supremo de 26
de enero de 2007, debía anularse totalmente la Sentencia invocando como precedente contradictorio el
Auto Supremo 17 de 26 de enero de 2007.

2. Errónea aplicación de la ley sustantiva, en cuanto a los arts. 37, 38 y 40 del CP, ya que el Tribunal
de Sentencia, de la valoración de las pruebas sólo establecería agravantes y no tomaría en cuenta lo
previsto en el art. 38 inc. a) del CP, que establece que se debe analizar los móviles que impulsaron a
delinquir para la aplicación de una pena razonable, señalando que si bien existe un anticrético por $us.
8.000.- (ocho mil dólares 00/100 estadounidenses), ese documento no lo habría hecho valer ante las
oficinas de Derechos Reales, siendo que los propietarios del inmueble al momento de realizar su compra
y asegurándose que no pueda recuperar dicho anticrético, sabían y conocían de la restricción que pesaba
sobre dicho inmueble, por encontrarse hipotecado por el Banco Santa Cruz S.A. por la suma de $us.-
28.000.- (veintiocho mil dólares estadounidenses). Además, de existir un proceso de fiscalización por la
alcaldía por falta de pago de impuestos que lo asumió pagando; es así, que al verse en esa situación, tenía
que realizar los trámites correspondientes para evitar que el inmueble pase a propiedad del Gobierno
Autónomo Municipal de La Paz, por falta de pago de impuestos y el olvido total de las cargas que debe
cumplir el dueño del inmueble.

3. El Tribunal de mérito debió aplicar lo establecido por el art. 12 del CP “estado de necesidad que
señala está exento de responsabilidad el que para evitar una lesión a un bien jurídico propio o ajeno no
superable de otra manera, incurra en un tipo penal cuando concurran los siguientes requisitos 2) que la
lesión que se evita sea inminente o actual e importante”, señalando que al ser madre soltera de tres hijos y
además de ser el único sustento económico de sus hijos lograría evitar que sus hijos se queden en la calle,
señalando que en aplicación del art. 363 inc. 3) del CPP, debió dictarse sentencia absolutoria.

4. Errónea aplicación de la ley por valoración defectuosa de la prueba, ya que se solicitó al Tribunal
de mérito la exclusión de las pruebas “MP-23, MP-24 y MP 25”, porque eran totalmente ilegibles, sin
poder determinarse claramente el contenido de los mismos o la finalidad que querían demostrar,
vulnerando el debido proceso y la sana crítica para la correcta valoración de la prueba.

5. Error en la aplicación de la ley adjetiva [(art. 360 inc. 1)], toda vez que en la Sentencia, en la
exposición de motivos de hecho se estableció una serie de conclusiones señalando en la última parte
“…las pruebas que sustentan las conclusiones precedentes son: TESTIFICALES: Jorge Viadez Humerez,
José Sigfrido Paredes Maldonado, Roberto Mayta Tapia, Nelson Ramiro Lucero Saavedra, Ramiro Surco
Nina…” (sic), y se manifestó que las actas de registro juicio no contienen tales declaraciones;
consecuentemente, no podía basa la Sentencia sus conclusiones en declaraciones que no cursaban en
actas, vulnerando el debido proceso.

Por su parte, la acusadora particular planteó recurso de apelación restringida.


II.3. Del Auto de Vista impugnado

La Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, mediante Auto de Vista impugnado,
declaró improcedente el recurso de apelación restringida interpuesto por María Silvia Hurtado e inadmisible el
recurso presentado por Doris Miriam Chacón Díaz; consecuentemente, confirmó la Sentencia 03/2013 de 27 de
marzo.

III. VERIFICACIÓN DE LA EXISTENCIA DE CONTRADICCIÓN CON EL PRECEDENTE INVOCADO

En el presente proceso, la parte recurrente denuncia que el Tribunal de alzada incurrió en error respecto a la
subsunción de su conducta al art. 199 del CP, porque el hecho de que un escrito o documento esté destinado a
una autoridad judicial, no lo convierte en instrumento público y que no analizó las circunstancias previstas por
los arts. 37, 38 y 40 del CP, para la imposición de la pena; extremos que en su planteamiento serian contrarios al
Auto Supremo 17 de 26 de enero de 2007.

III.1. Del precedente invocado en el recurso.

El Auto Supremo 17 de 26 de enero de 2007, fue pronunciado dentro de un proceso penal seguido por el delito
de calumnia, en la resolución del recurso de casación formulado por la parte imputada, ocasión en la cual la Sala
Penal Segunda de la ex Corte Suprema de Justicia, constató que el Tribunal de alzada, realizó una nueva
valoración de la prueba en el trámite del recurso de apelación, cuando debió circunscribir sus actos a los asuntos
que fueron objeto de apelación restringida, pues cuando en apelación se detectan defectos que constituyen
vulneración de la previsión del art. 173 del CPP y conlleva el defecto previsto por el art. 370 inc. 6) del mismo
Código, no pueden ser subsanados directamente, correspondiendo aplicar el art. 413 del CPP, en su primer
parágrafo. Con estos antecedentes, el precedente estableció la siguiente doctrina legal: “El Tribunal de alzada no
se encuentra facultado para valorar total o parcialmente la prueba; debiendo circunscribir sus actos a los motivos
que fueron objeto de la apelación restringida, el artículo 413 del Código de Procedimiento Penal establece que:
’Cuando no sea posible reparar directamente la inobservancia de la ley y/o su errónea aplicación, el Tribunal de
alzada anulará total o parcialmente la sentencia y ordenará la reposición del juicio por otro Juez o Tribunal’.

Cuando el ad quem advierte que en el proceso se han pronunciado fallos sustentados en defectuosa valoración de
la prueba, vulnerando la previsión del artículo 173 y 339 ambos del Código de Procedimiento Penal, incurriendo
así en el defecto del artículo 370-6) de la referida norma adjetiva, se hace evidente que el fallo no contendría los
elementos de prueba necesarios para subsanar el defecto en que incurrió al juez de grado, por ello corresponde
conforme prevé el artículo 413 del Código de Procedimiento Penal, anular la sentencia totalmente y disponer la
reposición del juicio por otro Tribunal, a efecto de garantizar que las partes en conflicto, puedan someter
nuevamente el conocimiento, discusión y valoración de la prueba, ante otro juez o Tribunal quien observando los
principios de inmediación y contradicción, que rigen el proceso y el circuito probatorio, dicte nueva resolución
en base a un nuevo criterio de valor emergente de la correcta aplicación de las reglas de la sana crítica”.

III.2. Necesarias precisiones conceptuales para la resolución de la causa.

A los fines de resolver el presente recurso, resulta menester efectuar determinadas precisiones conceptuales,
teniendo en cuenta que la parte recurrente cuestiona la subsunción efectuada de su conducta.

1. Principio de legalidad.- Es un elemento sustancial de todo Estado de Derecho y sobre el que la


doctrina es coincidente al identificarlo como el límite penal para que nadie pueda ser condenado por la
perpetración de un hecho, si éste no se encuentra descrito como figura delictiva con el establecimiento de
su correspondiente consecuencia jurídica por una ley anterior a su comisión. A decir de Fernando
Villamor Lucia, el principio de legalidad tiene dos partes: “nullum crimen sine lege y nulla poena sine
lege, es decir que el delito y la pena deben estar determinados por una ley previa”.

La doctrina legal aplicable de la extinta Corte Suprema de Justicia, por medio del Auto Supremo 21 de 26 de
enero de 2007, entre otros, reconoció que: “El principio de legalidad se constituye en una garantía constitucional
del individuo, que limita la actuación punitiva del Estado…”. Además dejó en claro que “Este principio no se
agota en la clásica formulación elaborada por Feuerbach: ‘Nullum crimen, nulla poena sine previa lege’, sino que
actualmente se presentan otros requisitos que completan la formulación del principio, dotándoles de mayor
exigencia y contenido, como son los principios de ‘taxatividad’, ‘tipicidad’, ‘lex escripta’ y especificidad”.
El principio de legalidad se encuentra conformado a la vez por varios sub principios, entre ellos, el de taxatividad
de la norma que implica la suficiente predeterminación normativa de los ilícitos y sus consecuencias jurídicas;
pues la indeterminación supone una deslegalización material encubierta; por otra parte se encuentra el principio
de tipicidad que desarrolla el principio fundamental “nullum crimen, nulla poena sine lege” por el que los jueces
y tribunales deben aplicar la ley sustantiva enmarcando la conducta del imputado exactamente en el marco
descriptivo de la ley penal a efectos de no incurrir en calificación errónea que afecte al debido proceso y devenga
en defecto absoluto insubsanable. Otro importante principio es el de favorabilidadque denota la aplicación de la
norma más favorable al imputado o procesado en caso de duda establecido por el 116.I de la CPE vigente.
También se encuentra el principio de irretroactividad, la ley sólo rige para lo venidero, salvo las excepciones
previstas en materia penal y laboral cuando favorecen al imputado y al trabajador.

Por su parte, el Tribunal Constitucional, a través de la SC 0062/2002 de 31 de julio, en el momento de


precautelar el respeto y la vigencia del principio de legalidad ha desarrollado dos vertientes precisando: "…el
principio general de legalidad, como elemento esencial del Estado de Derecho, representa la materialización de
los valores fundamentales que este encarna; consiguientemente, se constituye en un presupuesto básico
insoslayable de la administración (realización) de la justicia, de que, siendo la ley expresión de la voluntad de sus
destinatarios en materia sancionatoria, se legitimiza sólo cuando la misma ha sido aprobada con las exigencias
formales establecidas por el ordenamiento superior: su Constitución. (...) el principio de legalidad en su vertiente
procesal (garantía jurisdiccional), tiende a garantizar que nadie pueda ser sancionado sino en virtud de un
proceso desarrollado conforme a las reglas establecidas en el procedimiento en cuestión, en el que se respeten las
garantías establecidas por ley. (...) el principio de legalidad en su vertiente penal (sustantiva), prohíbe que una
conducta, por reprochable que parezca y por mucho que lesione un derecho, pueda conceptuarse como falta o
delito, si la ley no la describe de manera taxativa como tal. (…) "La realización material del principio de
legalidad también viene condicionada por la forma como se encare el proceso de subsunción de la conducta en
el tipo descrito por la norma sancionadora; pues, todo el andamiaje que importan las garantías formales,
quedarían reducidas a la nada, si fuera conforme a derecho, aplicar un precepto distinto, al de la conducta
atribuida o imputada”.

Sobre este principio el Auto Supremo 047/2012-RRC de 23 de marzo, expresó que: “El art. 180.I de la
Constitución Política del Estado (CPE), entre los principios en los que se fundamenta la jurisdicción ordinaria
reconoce al principio de legalidad, que se constituye en un principio fundamental del Derecho Público, conforme
al cual todo ejercicio del poder público está sometido a la voluntad de la ley y no a la voluntad de las personas;
en esa lógica este principio impone límites al ejercicio del poder tanto al momento de configurar los hechos
punibles como al de establecer las penas o medidas de seguridad, descartando la arbitrariedad y el exceso en el
cumplimiento de la tarea de la represión penal.

Este principio en materia penal, se basa en la máxima nullum crimen, nulla poena sine previa lege, lo que
significa, que para que una conducta sea calificada como delito debe ser descrita con anterioridad a la realización
de esa conducta, y el castigo impuesto debe estar especificado también de manera previa por la ley; la legalidad
penal es un límite a la potestad punitiva del Estado, en el sentido que sólo pueden castigarse las conductas
expresamente descritas como delitos en una ley. Este principio obliga a los juzgadores someterse a la voluntad de
la ley y en esa sumisión deben emitir resoluciones realizando una tarea objetiva de subsunción que evidencien
ecuánimemente, el encuadramiento perfecto sin lugar a dudas de las conductas antijurídicas en el marco
descriptivo de la Ley Penal”.

En consecuencia, el Estado no puede castigar una conducta que no está descrita ni penada por la ley,
cimentándose una doble garantía: Por una parte, todas las personas conocen el ámbito de lo permitido y
prohibido y, por la otra, el delincuente no puede ser castigado más que por las acciones legalmente descritas y
sólo con la pena correspondiente.

2. El delito de falsedad ideológica.- Manzini define la falsedad ideológica como “aquella falsedad
que se encuentra en un acto exteriormente verdadero cuando contiene declaraciones mendaces; y se llama
ideológica, precisamente porque el documento no es falso en sus condiciones esenciales, pero si son
falsas las ideas que en él se quieren afirmar como verdaderas”. Asimismo, Muñoz Conde señala que la
falsedad es: ideológica cuando se hace constar en un documento un hecho no declarado por las partes. El
documento expresa un acto o negocio que realmente se produjo, pero que se ha consignado de manera
inexacta alguna de sus circunstancias.
Por ello, la Falsedad Ideológica requiere una acción de insertar o de hacer insertar, en la primera situación es
eventualmente la concurrencia de un funcionario o notario y en la segunda el sujeto activo puede ser cualquier
persona natural, que con motivo del otorgamiento o formalización de un documento público o privado haga
constar declaraciones falsas concernientes a un hecho que el documento deba probar y que pueda resultar
perjuicio; es decir, una redacción de un documento haciendo constar declaraciones distintas a las realmente
hechas.

La acción en este delito, denominado así porque son las ideas las falsas, es una actitud intelectual, porque se está
declarando lo falso en lugar de lo verdadero.

Si se realiza un juicio de valor, cuando el Código exige que en la falsedad ideológica se constituye autor el que
inserte declaraciones falsas, tal conducta sólo puede ser imputada a quien confeccione el documento, por tanto
nadie más podría insertar estas declaraciones, se requiere que esa actividad de hacer constar lo que ha acontecido,
no habiendo sucedido, sea realizada conociendo y queriendo esa circunstancia específica, siendo por tanto una
conducta dolosa.

Así, el notario no puede ser responsable si las personas que ha identificado con el documento respectivo, resultan
ser otras, porque la autenticidad o falsedad de esos documentos no le compete conocer al notario, si reúne en
apariencia los requisitos de ley. Para los efectos de esta disposición se considera como documento todo soporte
material que exprese o incorpore datos, hechos o narraciones con eficacia probatoria o cualquier otro tipo de
relevancia jurídica.

Se considera falsedad, suponer en un acto la intervención de personas que no la han tenido o atribuir a los que
han intervenido en él, declaraciones o manifestaciones diferentes de las que hubieran hecho, se desprende que el
documento que refleje una determinada declaración de voluntad o pensamiento, es preciso que pueda atribuírsele
a una persona; con ello el documento cumple con otra de sus funciones.

3. La demanda civil.- Conforme establece el tratadista Chiovenda, la demanda es el acto con el que
el actor, afirmando la existencia de una norma concreta de la ley, que le garantiza un derecho, invoca la
autoridad del órgano jurisdiccional a fin de que la ley sea actuada frente al demandado.

En un lenguaje práctico, se entiende por demanda toda petición hecha al juez, para obtener la satisfacción de un
interés, conforme lo define Alsina, determinando el desarrollo de la relación procesal, la misma que concreta las
pretensiones del actor y limita los poderes del juez en sentencia, la cual recaerá sobre las cosas litigadas en la
manera en que hubiesen sido planteadas, evidenciada la verdad por las pruebas del proceso [art. 190 del Código
de Procedimiento Civil (CPC)], donde el demandado queda obligado a reconocer o negar lo alegado en la
demanda (art. 346 del CPC) y donde la prueba se produce sólo en conexión con los puntos articulados en la
demanda y contestación.

4. El Principio de mínima intervención o última ratio. Finalmente, es importante mencionar que el


derecho penal debe ser de última ratio; es decir, que la intervención del Derecho Penal en la vida social
debe reducirse a lo mínimo posible (minimización de la respuesta jurídica violenta frente al delito). Según
el principio de subsidiaridad el Derecho Penal ha de ser la última ratio, el último recurso a utilizar a falta
de otros menos lesivos. El llamado carácter fragmentario del Derecho Penal constituye una exigencia
relacionada con la anterior y ambos postulados integran el llamado principio de intervención mínima. Si
bien el Derecho Penal debe proteger bienes jurídicos no significa que todo bien jurídico tenga que ser
protegido penalmente, ni tampoco que todo ataque a los bienes jurídicos penalmente tutelado deba
determinar la intervención del derecho penal; al respecto, la SC 1337/2012 de 19 de septiembre, señaló lo
siguiente: “Con relación al principio de mínima intervención del Derecho Penal, es relevante mencionar
jurisprudencia de derecho comparado, como es la expuesta en la Sentencia C-365/12 de 16 de mayo de
2012, emitida por la Corte Constitucional de Colombia, donde se refirió lo siguiente: ‘De acuerdo al
principio de subsidiariedad 'se ha de recurrir primero y siempre a otros controles menos gravosos
existentes dentro del sistema estatal antes de utilizar el penal'; según el principio de ultima ratio 'el Estado
sólo puede recurrir a él cuando hayan fallado todos los demás controles' y finalmente, en virtud del
principio de fragmentariedad 'el Derecho penal solamente puede aplicarse a los ataques más graves frente
a los bienes jurídicos'.

Sobre este aspecto la Corte Constitucional ha señalado:

'La Corte ha sostenido que el derecho penal se enmarca en el principio de mínima intervención, según el cual, el
ejercicio de la facultad sancionatoria criminal debe operar cuando los demás alternativas de control han fallado.
Esta preceptiva significa que el Estado no está obligado a sancionar penalmente todas las conductas antisociales,
pero tampoco puede tipificar las que no ofrecen un verdadero riesgo para los intereses de la comunidad o de los
individuos; como también ha precisado que la decisión de criminalizar un comportamiento humano es la última
de las decisiones posibles en el espectro de sanciones que el Estado está en capacidad jurídica de imponer, y
entiende que la decisión de sancionar con una pena, que implica en su máxima drasticidad la pérdida de la
libertad, es el recurso extremo al que puede acudir al Estado para reprimir un comportamiento que afecta los
intereses sociales. En esta medida, la jurisprudencia legitima la descripción típica de las conductas sólo cuando
se verifica una necesidad real de protección de los intereses de la comunidad. De allí que el derecho penal sea
considerado por la jurisprudencia como la ultima ratio del derecho sancionatorio”.

III.3. Análisis del caso concreto.

Como primer motivo, la parte recurrente señaló que en su apelación restringida denunció la errónea aplicación de
la ley sustantiva (art. 199 del CP), que se originó por un error en cuanto a la calidad del documento, que es base
para la presente causa, que fue considerado por el Tribunal de Sentencia como documento público por el sólo
hecho de que fue ingresado al sistema judicial para su consideración por la autoridad del Órgano Judicial,
documento que no reúne las formalidades señaladas en el art. 1287 del CC, invocando como precedente
contradictorio el ya citado Auto Supremo 17 de 26 de enero de 2007, referido a que el Tribunal de alzada cuando
advierte que se han pronunciado fallos sustentados en defectuosa valoración de la prueba vulnerando la previsión
del art. 173 e incurriendo en el defecto del art. 370 inc. 6) del CPP, debe anular la Sentencia y disponer la
reposición del juicio por otro Tribunal.

Ahora corresponde establecer si existió contradicción entre el Auto de Vista impugnado con el precedente citado,
en sentido de que si el Tribunal de Sentenciaefectuó una valoración defectuosa de las pruebas MP1- MP-3, MP-
4, MP-5, MP-10, MP-12, MP-16 y MP-18, correspondientes a las literales del proceso de Usucapión formulado
por María Silvia Hurtado, consistente en la demanda de Usucapión, ofrecimiento de pruebas testificales, solicitud
de señalamiento de audiencia, interrogatorio, acta de inspección ocular, ejecutoria y solicitud de fotocopias y si a
raíz de ello, dicho Tribunal efectuó una errónea aplicación de la ley sustantiva, condenando a la recurrente por el
delito de Falsedad Ideológica y por consiguiente, en su caso, si el Tribunal de alzada advirtió que la Sentencia
apelada se hubiera sustentado en defectuosa valoración de la prueba.

En ese sentido resulta conveniente partir del análisis de los antecedentes venidos en casación, así se establece del
contenido de la sentencia pronunciada en la presente causa, el Tribunal Segundo de Sentencia del Distrito
Judicial de La Paz, estableció que la imputada María Silvia Hurtado, formuló una demanda de usucapión o de
prescripción de dominio adquisitivo, que contenía datos falsos, específicamente la posesión pacifica por más de
diez años de la demandante y el desconocimiento del paradero de Ligia Sandra Peñarrieta que resultó ser la parte
demandada en el citado proceso civil que concluyó con la Sentencia ejecutoriada, proceso sobre el cual el
Tribunal de mérito consideróque dicha demanda con todos los datos falsos que contenía, ingresó al sistema
judicial boliviano, a consideración y análisis de una autoridad judicial, convirtiéndose en consecuencia oponible
a terceros-erga omnes; y, que luego de los trámites respectivos, se llegó a Sentencia que en base a dichos datos
falsos, declaró probada la demanda de Usucapión, resolución emitida por una autoridad judicial, como
instrumento de formas verdaderas pero que consignaba datos falsos, configurándose el delito de Falsedad
Ideológica.

Ahora bien, teniendo en cuenta las precisiones conceptuales efectuadas en el acápite anterior del presente fallo,
respecto al alcance que tiene una demanda y a la configuración del delito de falsedad ideológica, se tiene que el
Tribunal de Sentencia si bien no incurrió en valoración defectuosa de la prueba, habida cuenta que los hechos
tenidos como probados emergieron de manera objetiva de la prueba documental de cargo relativa a la tramitación
del proceso de usucapión iniciado por la parte imputada, no es menos evidente que incurrió en errónea aplicación
de la ley sustantiva de manera específica del art. 199 del CP, al establecer que la imputada adecuó su conducta al
delito de Falsedad Ideológica, al concluir que un Juez de Partido en lo Civil dictó una Sentencia declarando
probada la demanda de Usucapión considerando a la resolución emitida por la autoridad judicial, como
instrumento de formas verdaderas pero que consignaba datos falsos; debido a que conforme establece la doctrina
del delito de Falsedad Ideológica, se configura en el momento que una persona inserta o hace insertar
declaraciones falsas en un instrumento público, presupuesto que no concurrió en el presente caso, habida cuenta
que las declaraciones que insertó la recurrente en la demanda de usucapión, constituyeron pretensiones que
pudieron ser ciertas o falsas y que estuvieron sujetas al desarrollo de un procedimiento, en el cual el Juez de
Partido en lo Civil trabó la relación procesal, dispuso la apertura de un plazo probatorio, a efecto de que las
partes prueben sus pretensiones y dictó una Sentencia poniendo fin al proceso, declarando probada la demanda
de Usucapión, la cual recayó sobre la pretensión demandada, en base a la producción de pruebas efectuadas por
la recurrente.

No obstante la errónea aplicación del delito de Falsedad Ideológica por parte del Tribunal de Sentencia y pese a
que la parte recurrente denunció entre otros motivos la concurrencia del defecto previsto por el art. 370 inc. 1)
del CPP, el Tribunal de alzada siguiendo la línea de análisis del tribunal inferior, asumió que éste efectuó una
correcta aplicación de la ley sustantiva, porque si bien el memorial de demanda podría considerarse un
documento privado, en el caso en particular fue base de un proceso civil, que se llevó a cabo ante el órgano
jurisdiccional y puesto a consideración ante una autoridad judicial obteniendo como resultado una sentencia, que
adquirió calidad de cosa juzgada y resultó oponible a terceros; lo que implica, que el Tribunal de alzada no
advirtió el defecto en el que incurrió el Tribunal de Sentencia, que atenta al principio de legalidad en su vertiente
de tipicidad, por el cual los jueces y tribunales deben aplicar la ley sustantiva enmarcando la conducta del
imputado exactamente en el marco descriptivo de la ley penal a efectos de no incurrir en calificación errónea en
directa afectación al debido proceso; pues debe agregarse, que bajo el principio de legalidad en su vertiente penal
sustantiva, resultaba exigible ponderar si la mención de datos falsos en una demanda judicial, sobre cuya base de
emita una sentencia, por muy reprochable que sea, constituye el delito de falsedad ideológica.

Además, debió tomarse en cuenta que si la parte querellante consideró que fue agraviada por la Sentencia de
Usucapión, basada en datos falsos proporcionados por la parte imputada, debió reparar que en materia civil
existen las previsiones pertinentes para alegar y demostrar estos extremos, como sucede con el fraude procesal en
materia civil, teniendo en cuenta que la jurisprudencia lo define como las maquinaciones y artificios realizados
en el curso del proceso, o por medio de éste, destinados, mediante el engaño o la sorpresa en la buena fe de uno
de los sujetos procesales, bien sean las partes propiamente dichas o el órgano jurisdiccional, a impedir la eficaz
administración de justicia, en beneficio propio o de un tercero y en perjuicio de una de las partes o de tercero;
como habría ocurrido en el presente caso, por lo que también debió considerarse el principio de ultima ratio por
el cual si la protección del conjunto de la sociedad puede producirse con medios menos lesivos que los del
Derecho Penal, habrá que prescindirse de la tutela penal y utilizar otro medio.

En conclusión, el Tribunal de Sentencia incurrió enuna errónea aplicación del delito de Falsedad Ideológica, sin
que este defecto haya sido advertido por el Tribunal de alzada, pese a que el principio de legalidad entre otros
fundamenta la jurisdicción ordinaria, que ineludiblemente debe ser observado por todos los tribunales de justicia
en materia penal; en cuyo mérito, al no haberse dado aplicación a las previsiones del art. 413 del CPP, a los fines
de la reposición del juicio por otro tribunal, se incurrió en contradicción con el precedente invocado por la parte
recurrente.

En el segundo motivo, la recurrente expresó que en apelación restringida también denunció errónea aplicación de
la ley sustantiva, específicamente de los arts. 37, 38 y 40 del CP, porque no se hubiera considerado su condición
de madre de hijos menores, así como la única intención de salvar el inmueble en que vive en anti crético,
situación que debió ser tomada en cuenta para aplicar una pena razonable, pues obró guiada por el temor de ser
desalojada y quedar en la calle junto a sus hijos menores; en resumen no se analizaron las circunstancias que
menciona para una correcta aplicación de los preceptos citados, razón por la que considera que la Resolución
impugnada contradice lo establecido en el Auto Supremo 17 de 26 de enero de 2007; por lo que señala que debe
anularse la Sentencia y el Auto de Vista y disponerse la reposición del juicio por otro Tribunal.

Sobre esta temática no corresponde mayor análisis, teniendo en cuenta la conclusión asumida por este Tribunal
respecto a la vulneración del principio de legalidad en la presente causa.

POR TANTO

La Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia, con la facultad conferida por el art. 419 del CPP, declara
FUNDADO el recurso de casación interpuesto por María Silvia Hurtado, con los fundamentos expuestos
precedentemente; y en aplicación del art. 419 del CPP, DEJA SIN EFECTO el Auto de Vista 259/2013 de 13 de
diciembre, disponiendo que la Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, previo
sorteo y sin espera de turno, pronuncie un nuevo Auto de Vista en conformidad a la doctrina legal establecida en
la presente Resolución.

A los efectos de lo previsto por el art. 420 del CPP, hágase conocer mediante fotocopias legalizadas el presente
Auto Supremo a los Tribunales Departamentales de Justicia del Estado Plurinacional de Bolivia, para que por
intermedio de sus Presidentes, pongan en conocimiento de los Jueces en materia penal de su jurisdicción.

En aplicación del art. 17.IV de la Ley del Órgano Judicial, por Secretaría de Sala, comuníquese el presente Auto
Supremo al Consejo de la Magistratura.

Remiten primer caso de la justicia ordinaria a la justicia indígena


originario campesina
Escrito por Unidad de comunicacion | | |

El Juzgado Primero de Sentencia en lo Penal de la ciudad de El Alto remitió este lunes el primer caso de la
justicia ordinaria a la justicia indígena originario campesina, dando cumplimiento a la Sentencia Constitucional
Plurinacional 0874/2014 de 12 de mayo de 2014, informaron fuentes oficiales.

“El Ministerio de Justicia acompañó el cumplimiento de la Sentencia Constitucional 0874/2014 sobre conflicto
de competencias. Por ello se ha coordinado con las autoridades jurisdiccionales para que puedan dar
cumplimiento a esta sentencia, constituyéndose en el primer caso que pasa de la justicia ordinaria y la justicia
indígena originario campesina”, informó la viceministra de Justicia Indígena Originario Campesina, Isabel
Ortega.

La autoridad explicó que la sentencia emerge de un conflicto de competencias jurisdiccionales suscitado entre la
Central Campesina de Zongo y el Juez Primero de Instrucción en lo Penal de El Alto, Enrique Morales; motivo
por el cual el Tribunal Constitucional Plurinacional declaró competente a la Jurisdicción Indígena Originario
Campesina de Zongo.

Ortega dijo que recién las autoridades competentes pudieron dar cumplimiento a dicha sentencia porque no
existía un mecanismo de coordinación y cooperación entre ambas instancias, por lo que se pudo remitir los
antecedentes del caso, junto a cuatro detenidos preventivamente en la cárcel de San Pedro, a la jurisdicción de
Zongo.

“En este marco, correspondía al Ministerio de Justicia, a través del Viceministerio de Justicia Indígena Originario
Campesina, gestionar institucionalmente los mecanismos de coordinación y cooperación, necesarios para la
remisión de todos los antecedentes a la jurisdicción declarada competente por el Tribunal Constitucional”,
explicó.

La autoridad señaló que el Viceministerio de Justicia Indígena Originario Campesina realizó las gestiones ante la
Dirección Departamental de Régimen Penitenciario de La Paz y el Tribunal Departamental de Justicia de La Paz,
a objeto de facilitar un escenario de coordinación para el cumplimiento a dicha sentencia.

SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0765/2013

Sucre, 7 de junio de 2013

SALA PLENA

Magistrado relator: Efren Choque Capuma

Recurso directo de nulidad

Expediente: 02595-2013-06-RDN

Departamento: La Paz

En el recurso directo de nulidad interpuesto por Oscar Alfredo Alvis Flores contra Erwin Montaño Romero,
Comandante Departamental a.i. de la Policía de Cochabamba demandando la nulidad de “el acto de
impugnación” (sic) de 17 de febrero de 2012.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido del recurso

Por memorial presentado el 18 de enero de 2013, cursante de fs. 83 a 86 vta., el recurrente manifestó lo siguiente:

I.1.1. Hechos que motivan el recurso

A consecuencia de una nota publicada en el periódico “Los Tiempos” con el título “Comandante no denunció
falsificación”, la Fiscalía Policial requirió el inicio de investigaciones contra Oscar Alfredo Alvis Flores ahora
recurrente, por supuestas faltas a los arts. 12.2 y 34 de la Ley de Régimen Disciplinario de la Policía Boliviana
(LRDPB), proceso disciplinario que concluyó con Resolución de 14 de febrero de 2012, por la que el Fiscal
Policial dispuso el rechazo de denuncia a favor del recurrente, por no existir suficientes elementos para sustentar
una acusación en su contra.

En la misma fecha, adjuntado la Resolución señalada presentó memorial ante el Comandante General de la
Policía Boliviana, a quien solicitó la restitución a su cargo; sin embargo, Erwin Montaño Romero, Comandante
Departamental a.i. de la Policía de Cochabamba ahora autoridad recurrida, mediante oficio 41/2012 de 17 de
febrero de igual año, usurpando funciones que no le competían se dirige ante el Comandante General de la
Policía Boliviana haciéndole conocer que presentó ante el Director Departamental de Investigación Policial
Interna, impugnación contra la resolución de rechazo de denuncia; sin considerar, que en el proceso disciplinario,
la autoridad recurrida no fue parte del mismo, por lo que no tenía facultades para impugnar, evidenciándose de
esta forma que “activó una competencia no idónea” (sic).

A consecuencia de este hecho, la resolución de rechazo fue revocada y posteriormente, ante el Tribunal
Departamental Permanente de Cochabamba se presentó acusación en su contra y fruto de ello se emitió
Resolución Sancionatoria 26/2012 de 28 de marzo, la misma que fue confirmada por Resolución 80/2012 de 23
de mayo, emitida por el Tribunal Superior Permanente de la Policía Boliviana.

I.1.2. Autoridad recurrida y petitorio

Plantea el recurso contra Erwin Montaño Rivero, Comandante Departamental a.i. de la Policía de Cochabamba,
demandando se declare fundado el recurso de nulidad disponiéndose la nulidad de “el acto de impugnación” (sic)
de 17 de febrero de 2012 y en consecuencia “nulas” las Resoluciones 026/2012 y 80/2012.

I.2. Admisión y citación

Por Auto Constitucional 0028/2013-CA de 14 de febrero (fs. 87 a 90), la Comisión de Admisión del Tribunal
Constitucional Plurinacional, admitió el recurso directo de nulidad, disponiendo la citación de la autoridad
recurrida, constando su legal citación el 25 de marzo de 2013 (fs. 122).

I.3. Alegación de la autoridad recurrida

Erwin Montaño Rivero, Comandante Departamental a.i. de la Policía de Cochabamba, presentó informe, cursante
de fs. 166 a 171 vta., en el que manifiesta: a) El 15 de febrero de 2012, fue notificado con el requerimiento de
rechazo de denuncia de 14 de febrero de igual año; y, b) En su condición de Comandante Departamental a.i. de la
Policía de Cochabamba, el 17 de febrero de 2012, presentó impugnación contra la resolución de rechazo de
denuncia, en defensa de los intereses institucionales y con la atribución conferida por el art. 35 de la Ley
Orgánica de la Policía Nacional (LOPN).

II. CONCLUSIONES

De los actuados producidos en este recurso, se llega a las siguientes conclusiones:

II.1.Por Resolución de 14 de febrero de 2012, Víctor Mendoza Fiscal Policial requirió el rechazo de denuncia a
favor de Oscar Alfredo Alvis Flores Comandante Departamental a.i. de la Policía de Cochabamba ahora
recurrente, por considerar, que no existe suficientes elementos para sustentar una acusación en su contra (fs. 1 a
5).

II.2.En la misma fecha, el recurrente mediante escrito se dirigió al Comandante General de la Policía Boliviana y
solicitó se disponga su restitución de funciones (fs. 6 y vta.).

II.3.El 17 de febrero de 2012, mediante oficio dirigido a René Rino Salazar Ballesteros, Director Departamental
de Investigación Policial Interna y Víctor Mendoza, Fiscal Policial, Erwin Montaño Romero, Comandante
Departamental a.i. de la Policía de Cochabamba ahora autoridad recurrida, impugnó la Resolución de rechazo de
14 de febrero de 2012, oficio de impugnación que fue recepcionado por la Dirección Departamental de
Investigación Policial Interna, en la fecha señalada (fs. 8 a 10).

II.4.Por Resolución 005/2012 de 23 de febrero, el Fiscal Departamental Policial, resolvió revocar la Resolución
de 14 de febrero de igual año, disponiendo la ampliación de diez días a efecto de que sean cumplidas las
diligencias complementarias (fs. 11 a 12).
II.5.El 12 de marzo de 2012, ante el Tribunal Disciplinario Departamental de Cochabamba, el Fiscal Policial
presentó requerimiento de acusación contra el ahora recurrente (fs. 13 a 26).

II.6.Por Resolución 026/2012 de 28 de marzo, el Tribunal Disciplinario Departamental de Cochabamba, dictó


“Resolución Sancionatoria” contra el ahora recurrente, por haber cometido faltas graves previstas en los arts.
12.2 y 34 de la LRDPB y, “Resolución Absolutoria” de la falta prevista en el art. 12.8 de la referida Ley (fs. 36 a
45 vta.).

II.7.El 23 de mayo de 2012, el Tribunal Disciplinario Superior Permanente de la Policía Boliviana, emitió la
Resolución 080/2012, por la que declaró “improbado” los recursos de apelación interpuestas; y en consecuencia,
confirmó la Resolución 026/2012 de 28 de marzo, emitida por el Tribunal Disciplinario Departamental de
Cochabamba (fs. 47 a 52).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El recurrente demanda la nulidad del “acto de impugnación” (sic) de 17 de febrero de 2012, realizada por la
autoridad recurrida, debido a que el mismo “activó una competencia no idónea” (sic) al presentar impugnación
contra la resolución de rechazo de denuncia, sin haber sido parte del proceso disciplinario y, en consecuencia,
nulas las Resoluciones 026/2012 y 080/2012.

III.1. Naturaleza jurídica del recurso directo de nulidad

El art. 196.I de la Constitución Política del Estado (CPE), señala: “El Tribunal Constitucional Plurinacional vela
por la supremacía de la Constitución, ejerce el control de constitucionalidad, y precautela el respeto y la vigencia
de los derechos y las garantías constitucionales”, de donde se distingue que esta jurisdicción, tiene como función
esencial en el ámbito de control normativo de constitucionalidad resguardar los principios de supremacía
constitucional y de jerarquía normativa, y, en los ámbitos tutelar, proteger derechos fundamentales y garantías
constitucionales.

Es así, que el art. 202. 12 de la CPE, asigna a la jurisdicción constitucional la función de conocer y resolver el
recurso directo de nulidad, cuya base se encuentra en el art. 122 de la misma Norma Suprema, al establecer: “Son
nulos los actos de las personas que usurpen funciones que no les competen, así como los actos de las que ejercen
jurisdicción o potestad que no emane de la ley” (las negrillas son nuestras); en coherencia con lo dispuesto, el
Código Procesal Constitucional, que regula los procesos constitucionales ante el Tribunal Constitucional
Plurinacional, con referencia al objeto de este recurso, en su art. 143, establece que “El Recurso Directo de
Nulidad tiene por objeto declarar la nulidad de los actos de Órganos o autoridades públicas que usurpen
funciones que no les competen, así como ejercer jurisdicción o potestad que no emane de la Ley”, por su parte, el
art. 146 del mismo cuerpo legal, determina expresamente que: “No procede el Recurso Directo de Nulidad
contra: 1. Supuestas infracciones al debido proceso. 2. Las resoluciones dictadas por las autoridades judiciales,
excepto cuando hubieran sido dictadas después de haber cesado o suspendidas en el ejercicio de sus funciones a
causa de un proceso administrativo disciplinario en su contra. Esta última previsión es aplicable a las demás
autoridades”.

Al respecto, la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, con la finalidad de unificar el entendimiento
del recurso directo de nulidad respecto a la interpretación y entendimiento de su procedencia, en su primer fallo
señaló lo siguiente: “…ha de entenderse que el recurso directo de nulidad tiene como finalidad declarar la
invalidez de aquellos actos de cualquier persona o autoridad que usurpe funciones que se arroga sin que la
Constitución Política del Estado le confiera tal autoridad. En ese contexto, son funciones del Estado, primero,
aquellas que son propias de los órganos del poder público como las de juzgar (Órgano Judicial), Legislar
(Órgano Legislativo) o administrar (Órganos Ejecutivo y Electoral); segundo, los que fungen, conforme prevé el
art. 12.II de la CPE, funciones del Estado las de control (Contraloría), defensa de la sociedad (Ministerio Público
y Defensoría del Pueblo) o defensa del Estado (Procuraduría), y finalmente, tercero, otros órganos a los que la
Norma Suprema expresamente les asigna determinadas funciones.

Por otra parte, cuando de una potestad o jurisdicción se trata, en el ámbito administrativo en particular, se
entenderá que tal potestad o jurisdicción será aquella que ejerza una autoridad administrativa para asumir una
determinación ejecutiva aplicable en un caso concreto o para conocer y resolver un proceso o procedimiento
administrativo.

En este contexto, con la excepción que establece la ley para su aplicación en los casos en los que las autoridades
judiciales hubieran dictado resoluciones estando suspendida en sus funciones o hubiere cesado; en el ámbito
administrativo, el recurso directo de nulidad, en vía de control constitucional de funciones, procederá cuando
haya usurpación de funciones que no les corresponde y cuando se ejerza una potestad o jurisdicción que no
emane de la ley, siendo posible observar la competencia ilegal de las autoridades administrativas, en tanto las
mismas estén vinculadas al ejercicio de una función, potestad o jurisdicción no reconocida por la Constitución
Política del Estado.

Toda vez que las acciones de defensa y conflictos de competencia tratan cuestiones relativas a la competencia y,
según el caso, pueden terminar por declarar la invalidez de los actos impugnados, debe sin embargo asumirse que
cada uno de estos procedimientos constitucionales tienen una naturaleza propia y su tratamiento es independiente
uno del otro” (SCP 0265/2012 de 4 de junio).

Entendimiento que fue reiterado por la SCP 1099/2012 de 6 de septiembre, que de acorde con el nuevo
razonamiento del Código Procesal Constitucional vigente desde el 6 de agosto de 2012, señaló lo siguiente: “Por
lo expuesto, corresponde unificar al juez natural y su tutela a través de la acción de amparo constitucional de
forma que en los procesos judiciales y administrativos todo acto sin competencia o jurisdicción que puedan
afectar al juez competente como elemento del juez natural debe tutelarse por los recursos ordinarios previstos por
el legislador y agotados los mismos, siempre y cuando exista vulneración a derechos y garantías mediante acción
de amparo constitucional y no por el recurso directo de nulidad, lo contrario afectaría las competencias naturales
de los jueces y autoridades naturales competentes…”.

III.2. Sobre el procedimiento disciplinario de la Policía Boliviana

La Ley 101 de 4 de abril de 2011, tiene por objeto regular el Régimen Disciplinario de la Policía Boliviana,
determinando cuales son autoridades competentes, y estableciendo faltas y sanciones, además de garantizar un
proceso disciplinario que dice debe ser eficiente, eficaz y respetuoso de los derechos humanos, en resguardo de la
dignidad de las servidoras y servidores públicos policiales.

El art. 50 de la LRDPB refiriéndose al procedimiento administrativo disciplinario policial, establece que la


misma está conformado por dos etapas; el primero, destinado a la etapa de la investigación para la recolección y
acumulación de elementos de prueba, y la segunda, al proceso oral en busca de determinar la responsabilidad o
no de las faltas disciplinarias acusadas.

Ahora bien, en ese contexto la Ley de Régimen Disciplinario de la Policía Boliviana (LRDPB) no impide que
presuntas irregularidades que afecten derechos y garantías durante el proceso investigativo policial sean
planteados ante los Tribunales Disciplinarios correspondientes, que en todo caso, corresponderá a éstos
pronunciarse conforme a la ley y, en su caso al momento de interponer el recurso de apelación contra la
Resolución de primera instancia, por cuanto, el Tribunal Disciplinario Superior al momento de resolver la
apelación interpuesta puede “Anular la Resolución de Primera Instancia, cuando le sea imposible reparar
directamente la inobservancia de la ley o su errónea aplicación, devolviendo al Tribunal de origen para su
reparación” conforme establece el art. 98.3 de la LRDPB.

III.3. Análisis del caso concreto

De la documentación que informa los antecedentes del expediente se evidencia que dentro del proceso
disciplinario policial seguido contra Oscar Alfredo Alvis Flores -ahora recurrente-, por supuestas faltas a la Ley
de Régimen Disciplinario de la Policía Boliviana, el 14 de febrero de 2012, el Fiscal Policial emitió Resolución
de rechazó a favor del accionante, la misma que fue impugnada por Erwin Montaño Romero, Comandante
Departamental a.i. de la Policía de Cochabamba, autoridad ahora recurrida; habiendo el Fiscal Departamental
Policial, mediante Resolución 005/2012 de 23 de febrero, revocado la mencionada Resolución impugnada,
disponiendo la ampliación de diez días para que se cumplan diligencias complementarias. Por otra parte, el 12 de
marzo de igual año, ante el Tribunal Disciplinario Departamental el Fiscal Policial presentó requerimiento de
acusación contra el recurrente, proceso que concluyó con la Resolución 026/2012 de 28 de marzo,
estableciéndose responsabilidad disciplinaria contra el recurrente por faltas graves previstas en los arts. 12.2 y 34
de la LRDPB y absolviéndolo de la falta establecida en el art. 12.8 de la referida Ley, Resolución que fue
confirmada por el Tribunal Disciplinario Superior Permanente de la Policía, mediante Resolución 080/2012 de
23 de mayo.

Ahora bien, la interposición del presente recurso está motivada en la presunta ausencia de competencia y
facultades de la autoridad recurrida en calidad de Comandante Departamental a.i. de la Policía de Cochabamba,
por haber impugnado la resolución de rechazo de denuncia, que según expresa el recurrente, la hizo sin haber
sido parte del proceso disciplinario, lo que habría ocasionado que se revoque la resolución de rechazo y en
consecuencia, se presente acusación en su contra, que concluyó con la emisión de resolución sancionatoria, que a
la fecha se encuentra ejecutoriada.

Teniendo presente que el recurso directo de nulidad tiene por naturaleza jurídica sancionar con nulidad los actos
o resoluciones de quien usurpe funciones que no le competen, ejerza jurisdicción o potestad que no emane de la
ley, en el caso concreto, “el acto de impugnación” (sic) de 17 de febrero de 2012, realizado por Erwin Montaño
Romero, cuestionado por el recurrente, no constituye un acto que por sí mismo, sea objeto de análisis mediante el
presente recurso, por cuanto la impugnación cuestionada debió, en su caso, ser planteada contra la autoridad
que dio lugar a su admisión; dicho sea de paso, tampoco fue cuestionada oportunamente ni posteriormente. Por
el contrario, el recurrente se sometió al trámite que emergió del supuesto acto de usurpación de funciones; en
todo caso, queda claro que, si el acto impugnado es producido y dado a conocer a la autoridad que conoce un
proceso administrativo como el que se ilustra, corresponde a la autoridad con jurisdicción pronunciarse al
respecto.

En el caso de examen, si bien el recurrente busca la nulidad de las Resoluciones 026/2012 y 080/2012, está claro
que dichas determinaciones no son -ni corresponde serlo- objeto de examen; de cualquier manera, queda claro
que la nota de impugnación, no es un acto que pueda asumirse como usurpación de funciones o que hubiera
sido ejercida contra ley.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Plena; en virtud de la autoridad que le confiere la


Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art. 12.13 de la LTCP; resuelve declarar:
IMPROCEDENTE el recurso directo de nulidad interpuesto por Oscar Alfredo Alvis Flores, cursante de fs. 83 a
86 vta., con la aclaración que no se ingresó al análisis de fondo de la problemática planteada.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.

No intervienen el Presidente Dr. Ruddy José Flores Monterrey y las Magistradas Dra. Neldy Virginia Andrade
Martínez y Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños, por excusa declarada legal; y, la Magistrada Soraida Rosario
Chánez Chire, por ser de voto disidente; por lo que se habilitó a la Magistrada, Dra. Edith Vilma Oroz Carrasco,
en suplencia legal.

Fdo. Efren Choque Capuma MAGISTRADO

Fdo. Tata Gualberto Cusi Mamani MAGISTRADO

Fdo. Dra. Mirtha Camacho Quiroga MAGISTRADA

Fdo. Dra. Edith Vilma Oroz Carrasco MAGISTRADA

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