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La carrera de saco es juego en grupo debe realizarse en una superficie sin obstáculos, ya que las
caídas son inevitables. Los niños deben colocarse en línea recta y meter los pies dentro de un saco
y, cuando alguien da la orden de salida, salen todos haciendo una carrera, manteniéndose
agarrados al saco. Durante toda la carrera, los pies deben estar dentro del saco. Gana quien llega
primero a la línea de meta.
Gallinita Ciega
El pañuelo
Este juego enfrenta a dos equipos compuestos por el mismo número de personas. A cada
miembro del equipo se le asigna un número que estará emparejado con el rival que tenga el
mismo número. Una persona hace de juez y debe decir en voz alta el número. Los dos
participantes, cada uno de un equipo, que tengan este número deberán correr para coger el
pañuelo y llevarlo a su base. Si el que coge el pañuelo es pillado antes de llegar a su base, perderá
el punto.
La rayuela
Con una tiza se dibuja un diagrama compuesto por 10 cuadros y se escribe en cada cuadro un
número del 1 al 10. El niño debe situarse de pie detrás del primer cuadrado y lanzar una piedra
encima del diagrama. La casilla en la que cae la piedra no se puede pisar. El pequeño comenzará el
circuito con un salto a la pata coja (si hay un cuadro) o a dos pies (si el cuadrado es doble). El
objetivo consiste en ir pasando la piedra de cuadro en cuadro hasta el número 10 y volver. Si el
niño se cae o la piedra sale de cuadro, deberá rendirse.
bote bote
El juego de bote bote se juega con un bote de latón o una botella parcialmente llena de arena o
cualquier otro elemento. Uno le da una fuerte patada al bote y el que se la queda tiene que ir a
por él y volver de espaldas a colocarlo en su sitio, para salir a continuación en busca de los demás.
Cuando vea a alguien regresa al bote y cogiéndolo con la mano dirá: “¡bote botero por….(el
nombre de la persona que ha visto)”! Si alguien consigue llegar al bote sin ser visto por el que se la
queda, podrá darlo una patada y decir: “¡bote botero por mí y por todos mis compañeros!” y los
que estaban pillados quedarán en libertad, debiendo el que se la queda ir a por el bote y colocarlo
de nuevo en el sitio de partida para seguir el juego.
Acto único
Uno se encontraba nuevamente rondando la cocina de la abuelita, pero esta vez la ancianita
lo había pillado y se encontraba detrás de este con una escoba.
Uno no sabía qué hacer y en un momento sin querer tropezó de manera muy tonta con la
pared, y lo hizo dos veces, cosa que le llamo la atención a la abuelita.
La anciana dejo al ratón fuera de su casa y se despidió de él. Uno siguió su camino hasta su
hogar que lo compartía con sus hermanos.
Tres: — ¿Qué te ocurrió? — Examino a su hermano — Yo te veo bien, por lo menos aun
tienes cola —
Uno: — No seas tonto, hoy la vieja pensó que era ciego, y me ha regalado un enorme
pedazo de queso, que les parece —
Dos: — Es una señora muy buena, tú crees que podría darnos un poco a nosotros —
Uno: — Por supuesto, esa anciana vive sola, así que le agradara la compañía, mañana
podemos ir nuevamente sin problemas, comeremos muy bien —
Abuelita: — Oh que tenemos aquí, si has traído unos amigos, me alegra, ¡Oh vaya pero es
que también son ciegos! — Los miro con mucha curiosidad — Bueno me alegra que hayan
venido les tengo una sorpresa, para que no sufran más.
La anciana tomo a los ratones y los coloco en un terrario, tenía muchas plantas, rocas, y
agua, un habitad perfecta para ellos, pensó Uno, quien se atragantaba con los trozos de
queso al igual que sus hermanos.
Abuelita: — Me alegra que hayan disfrutado, pobres almas en desgracia, pondré fin a su
sufrimiento, ha debido de ser duro para ustedes — La anciana libero en el terrario a una
enorme Boa — Mi preciosa amatista los liberara de su sufrimiento, al mismo tiempo que la
alimentan —
Los tres ratones comenzaron a dar vueltas por todo el terrario, que era nada más y nada
menos que el hábitat de la enorme boa que los perseguía, el primero en ser devorado fue
Tres, Dos intento esconderse en el agua pero la boa lo engullo completo.
Uno intento escapar, logrando salir del terrario, pero solo pudo correr unos metros hasta
que la anciana lo atrapo y volvió a colocar dentro del terrario para ser devorado por la
enorme serpiente.
mi nombre es Luis Ángel y esta es mi historia, vivía una vida como cualquiera no tenía ningún
objetivo en mente, solo quería que las clases pasaran rápido para adentrarme en mi mundo, se
preguntaran cual es mi mundo, (llegar a casa y encerrarme en mi cuarto a jugar en la pc) esto era
lo único que me hacía olvidar todas las cosas malas que me pasaban en el día, ya que en el colegio
me cogen como saco de boxeo o payaso de circo, a veces pensaba que lo mejor sería suicidarme,
pero al entrar en mi pc todos esos pensamientos y malos ratos se iban de mi mente, un día conocí
una chica en mi juego online, comenzamos a charlar, por coincidencia éramos del mismo país,
intercambiamos redes sociales y nos comunicábamos todos los días, pasábamos ratos divertidos
juntos fue pasando el tiempo, un día le pregunte:
Alexa: si?
Muchas gracias me has dado una meta por la cual vivir, Te Amo Alexa
Al pasar cinco años Alexa se preguntaba si Luis se había olvidado de su promesa ya que hacía tres
años que no se comunicaban, estaba inquieta porque ella quería conocerlo y compartir su vida con
la persona de la que se avía enamorado en ese videojuego, se conectaba todos los días para ver si
lo encontraba, aunque no habían rastros de que se conectara.
Un día le llego un mensaje, no savia de quien era, al mirar el nombre se dio dé cuenta que era
aquel chico que conoció en ese juego online, el mensaje decía:
Alexa perdón por hacerte esperar tanto tiempo, pero tuve que hacerlo para poder cumplir mi
promesa de casarnos algún día y creo que ya estoy preparado para ese día, todo este tiempo que
desaparecí estuve preparando varias cosas ya que te mereces lo mejor por ser mi chica gamer
aquella chica que me devolvió todas las esperanzas de vivir cuando ya me sentía perdido.
Alexa: idiota
Perdón pero ya no tienes de que preocuparte, porque estoy afuera de tu casa (También investigue
tu dirección) perdón, quería darte una sorpresa.
Luis Ángel fallece días después de su boda, por una enfermedad que contrajo mientras trabajaba
para costear todos los gastos para la boda con su amada.
Querida Alexa no tienes por qué ponerte triste por esto que ha sucedido, es algo que sucedería
tarde o temprano, no te lo dije porque no quería preocuparte, quería verte muy feliz, ver brillar tu
sonrisa como las estrellas que iluminan ese cielo oscuro al anochecer, aunque no tenía planeado
que esto pasar, pero era inevitable, mi enfermedad estaba muy avanzada.
Voy en camino a algún lugar, no sé cómo será ese lugar pero me voy feliz de haber podido casado
con una chica tan hermosa y cariñosa, no me arrepiento de nada de lo que hice ya que todo esto
me hizo muy feliz y espero que a ti también, estas son mis últimas palabras y lo siento mucho por
no habértelo contado.
Pase los mejores momentos de mi vida con Tigo Te Amo mi querida Alexa.
Un día la vieron salir de casa y desde entonces nadie más supo de ella, lo que todos piensan es que
debe estar con su amado en ese lugar desconocido al que todos alguna vez deben ir.
ESTAS DESPEDIDO
INTRODUCCIÓN.
Son las siete de la mañana de un día viernes, hora inusual de entrada a la oficina, ya que el horario
de entrada comienza a las ocho de la mañana e inexplicablemente por cosas de Dios y de la
naturaleza el cielo está despejado un azul resplandeciente y hermoso sin nubes de fondo y bajo la
cobertura de un sol radiante, que apenas se asoma por la ventana de la oficina de la Dirección.
Magdalena: Siéntese.
Gustavo: (ya exaltado). Antes que nada yo no le di un doloroso privilegio como usted ufanamente
lo califica, además usted mejor que nadie tiene la respuesta a la insípida pregunta que me
formula, usted bien sabe que yo satisfago sus necesidades corporales como nunca nadie, de eso
no le quepa usted la menor duda, pero si no acceder a sus bajezas me causa la salida de la
Empresa, pues sépase de plano, que soy recto y que soy derecho y por consiguiente, antes que
darle el doloroso privilegio de que me despida, pues quiero que sepa que desde este momento
presento a usted renuncia irrevocable a mi puesto. Y si eso me hace más macho pues soy más
macho si señora ¿y qué?
-Aceptado pedazo de rata de alcantarilla, ¿qué está esperando para largarse? Estúpido, estúpido,
mil veces estúpido animal.
Gustavo aún exaltado: NO no no señora, ningún lárguese, no voy a caer en provocaciones como las
que usted incita. No va a poder deshacerse de mí tan fácilmente como quiere hacerlo ver. Si
señora, vaya ironías de la vida, primero pasar de ver un rostro feliz y excitado tras pasar muchas
noches en la misma cama juntos, exhaustos de placer a este papelón que está haciendo, ahora, el
hecho de llamarme rata de alcantarilla señora ¡Qué bajeza por Dios¡ y todo porque no quise caer
en sus bajas pasiones, usted está pareciéndose a la mujer de Potifar y yo al pobre Josué.
Continua Gustavo diciendo: Pero aun así la voy a extrañar, porque yo la amo, como sé que usted
me ama a mí, pero más que darme coraje me da es lástima por usted y por su pobre alma
enceguecida de odio visceral que no siente y que ni siquiera le deja ver las cosas de la vida. De
manera que me voy, no me corre, no voy a darle el gusto de que me diga ¡Estás despedido¡ eso
nunca. Así que adiós, fue un placer haber entregado veinticinco años de mi vida a este trabajo,
bueno, si es que a esta pantomima se le puede llamar trabajo.
Tras lo cual Gustavo se levanta de su silla y se dirige a la puerta, la abre y procede a retirarse,
luego entonces cierra la puerta con mucha fuerza.
FIN.
LA LIBERTAD DEL LOBO
En una noche de luna llena dentro del bosque, entra el lobo, grande y muy flaco.
Lobo: Que perra desgracia tan infinita la mía. Ya van varios días que no he comido absolutamente
nada.
De repente entra el perro, con un tamaño menor que el del lobo y a este se le ve bien nutrido, con
un buen collar en su cuello.
Perro: ¿Has dicho perra desgracia? No deberías quejarte de esa manera, sino decir que “loba
suerte”, ya que lo que es a mí me va muy bien y por esto no tengo nada de qué quejarme.
Lobo: ¿Y cómo puedo decir eso señor perro? Pues si yo soy generalmente más fuerte a pesar de
que en estos momentos tú estés más alimentado que yo.
Perro: Sencillo, todo me va bien porque tengo un buen amo, un amo que me sabe alimentar y
cuidar, a cambio de cuidar su casa todo el día.
Lobo: Para nada te ves mal, se ve que tu amo te trata muy bien.
Perro: Lo mejor que puedes hacer ahora es venirte conmigo, verás que mi amo te dará un lugar
que también podrás vigilar y así no volverás a pasar días sin probar ni un bocado de comida. El
estará contento de que seamos dos, los que se encarguen de cuidar.
Lobo: ¿Es en serio? ¿Me daría esa oportunidad? Eso me caería muy bien pues ya estoy harto de
estar con hambre todo el día.
Perro: ¿No sabes que los perros somos personas serias? De verdad, puedes venirte conmigo a
casa.
Lobo: De verdad me has dado la mejor felicidad de estos momentos, te mereces todo lo bueno
que tienes. Pero, ¿qué es eso que llevas en el alrededor del cuello?
Perro: Ah, es un simple accesorio que no tiene gran importancia. Es el collar que mi amo me ha
colocado para atarme a la cadena algunas veces durante el día.
Perro: Pero no es nada, pues en las noches me deja suelto y puedo estar libre para estar en todos
lados.
Perro: Sí y me gusta, porque puedo vigilar mejor sin el riesgo de que pueda distraerme de lo que
sin mis obligaciones en las afueras de la casa.
Lobo: De verdad, me da pena señor perro, pero no puedo renunciar a mi libertad, con la que he
vivido toda mi vida. En serio, prefiero pasar toda el hambre del mundo en lugar de dejar de ser
libre por un plato de comida.
Perro: Bueno, entonces me iré señor Lobo ya escuché al gallo cantar. Cuando él canta, es un aviso
que mi amo me está esperando con la cadena y también con mi plato de comida para empezar a
trabajar.
Lobo: ¡Por todos los cielos! ¡Una cadena por un plato de comida! Nada más con pensar en eso mi
apetito se me quita por completo. Sin duda, mi libertad es algo que aprecio todavía, incluso mucho
más que el hambre que sufro a diario.
PRIMER ACTO
Se abre el telón mostrándonos a un Conejo en escena, muy aburrido. él bosteza y mira alrededor,
desdeñoso.
Conejo: ¡Qué aburrimiento! Como no pase algo emocionante pronto, voy a morirme del asco.
Ardilla: Hola Conejo, ¿no has visto de casualidad alguna nuez por aquí?
Conejo: No me había dado cuenta, ¡qué dientes tan grandes y chuecos tienes!
Mientras el Conejo se sujeta el estómago de la risa, la ardilla sale de escena, muy ofendida. Entra
el ciervo después de ella, luciendo una bufanda muy colorida.
El Conejo ríe una vez más en tanto el Ciervo sale de escena, con la nariz en alto y una expresión
muy molesta. Entra en escena el Zorro, saludando afablemente.
Conejo: ¿Bayas? ¿Contigo? No gracias, eres tan malo cazando que no creo que puedas ni siquiera
coger una simple fruta.
El Zorro lo mira enojado y va tras sus compañeros, mientras el Conejo ríe y ríe.
SEGUNDO ACTO
El zorro, la ardilla y el ciervo están decorando el bosque para hacer una fiesta navideña.
Conejo: ¿Y por qué no? ¡Todo mundo sabe que soy el alma de la fiesta!
Ciervo: Pues de esta no, después de como nos trataste esta mañana, creo que sales sobrando.
Los animalitos le dan la espalda para seguir decorando y el Conejo se aleja hacia un rincón del
escenario, pensativo.
Conejo: ¿De verdad me habré portado tan mal con mis amigos? ¡Chispas! Esta será la primera vez
que pase la Navidad solo… ay no.
TERCER ACTO
El conejito, arrepentido, entra en escena llevando un pastel mientras los otros animalitos lo miran
con el ceño fruncido.
Conejo: Vengo a pedirles una disculpa por ser tan burlón, no quería ofenderlos. Me siento muy
solo y hoy que es Navidad, me gustaría pasarla con ustedes. Si me dejan.
Ardilla: Vamos amigos, no hay que ser así. Después de todo, Navidad también se trata de
perdonar, ¿lo recuerdan?
Zorro: Tienes razón, Ardilla. Te perdonamos, Conejo, pero tienes que prometer que serás bueno
de ahora en adelante.
Los cuatro amigos se abrazan una vez que el Conejo deja su pastel en la mesa y entonces, se
sientan a la mesa para cenar, riendo.
FIN
Me parezco