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Universidad de Costa Rica

Facultad de Ciencias Sociales


Escuela de Ciencias Políticas
Allan Cordero Gutiérrez

Análisis Comparativo del Sistema de Gobierno Presidencialista de los

Estados Unidos de Norteamérica y el Sistema de Gobierno

Parlamentario de Gran Bretaña

Mayo, 2015

Resumen: La presente tiene como objetivo caracterizar el Sistema de Gobierno Presidencialista


de los Estados Unidos de Norteamérica y el Sistema de Gobierno Parlamentario de Gran
Bretaña, tomando como base el método comparado y los aportes teóricos de David Easton, en
la cual se busca detallar las funciones de las estructuras de autoridad de l Sistema de Gobierno
Presidencialista de los Estados Unidos de Norteamérica y el Sistema de Gobierno
Parlamentario de Gran Bretaña, así como analizar las similitudes y diferencias de los Sistemas
de Gobierno Presidencialista de Estados Unidos y Parlamentario de Gran Bretaña.
INTRODUCCIÓN

Al referirnos a un sistema de gobierno presidencial, que es el que se aplica en Costa Rica

hoy, siempre se refiere como el modelo típico el caso de Estados Unidos de América, en

donde existe un presidente de la República (otra forma política que se distingue de la

monarquía constitucional o parlamentaria, más propia de los estados europeos) que es

elegido popularmente y concentra las calidades de jefe de Estado y jefe de Gobierno, esto

es, se utiliza un ejecutivo monista, frente a los ejecutivos dualistas en los que el jefe de

Estado y el jefe de Gobierno son dos figuras políticas diferentes (Amaya, 2014).

En el modelo parlamentario existe regularmente la doble figura de jefe de Estado y Jefe de

Gobierno (ejecutivo dualista) como dos figuras políticas, dos órganos (y dos personas)

diferentes, con funciones claramente diferenciadas. El jefe de Estado ejerce la

representatividad del Estado a nivel nacional e internacional y ejerce especialmente

funciones ceremoniales y de gran contenido simbólico, pero no son funciones políticas

efectivas. Este puede ser un monarca hereditario o incluso un presidente elegido

popularmente de manera directa por el pueblo o indirecta por el parlamento, por ejemplo.

El jefe de Gobierno, por el contrario, es elegido por el Parlamento de acuerdo a su

conformación. (Amaya, 2014).

El profesor de John M. Carey (2005) de la universidad de Dartmouth argumenta que en

los últimos veinticinco años se ha evidenciado un crecimiento sustantivo en el número de

regímenes políticos que cumplen requisitos básicos de la democracia procedimental, tales

como la libertad de asociación y expresión, la realización de elecciones competitivas que

determinan quién ejerce el poder político, y el establecimiento de límites sistemáticos al


ejercicio de la autoridad (Dahl 1971, Huntington 1991). Lo que se ha conocido como la

"tercera ola" de la democracia ha sido el producto de la confluencia de varias tendencias -el

establecimiento de la democracia en países sin ninguna experiencia democrática previa, su

restablecimiento en países que habían experimentado períodos de gobierno autoritario, y la

expansión entre los estados independientes que surgieron tras la caída del comunismo

europeo y soviético-. Una consecuencia común de estas transiciones es que la atención se

ha focalizado en las reglas constitucionales que regulan la competencia por, y el propio

ejercicio de, la autoridad política en la democracia. En este sentido, uno de los aspectos

fundamentales del diseño constitucional es la elección entre un gobierno parlamentario, un

gobierno presidencialista, ó un formato híbrido que combine algunos aspectos de ambos

(Carey, 2005).

Las distinciones entre los tipos de regímenes aquí analizados están vinculadas con cómo las

ramas populares de gobierno -la asamblea y el ejecutivo- es elegido y cómo interactúan

para diseñar políticas y administrar el gobierno. Las asambleas -conocidas como congresos,

parlamentos, legislaturas o con otros nombres específicos según cada país-, son

popularmente e

Antecedentes y Consideraciones Conceptuales

El régimen de gobierno es un proceso de orientación política, en donde funcionan

controles y responsabilidades ejercidas por el órgano Legislativo y el Ejecutivo. El

conjunto de controles y responsabilidades determina el tipo de sistema de gobierno (Verdú,

1992: p.78). Así, éste puede ser, en orden a su momento de origen, directorial (o de
Asamblea), parlamentario o presidencial. Sin embargo, éstos pueden tener variedades

(Sartori, 1994), ya que ningún régimen puede ser totalmente de Asamblea, parlamentario o

presidencial. En la realidad, éstos comparten elementos comunes. Por ejemplo, los actos de

control de la institución representativa (Parlamento, Congreso o Asamblea) sobre los

miembros del gobierno no, son exclusivos del sistema parlamentario, ya que lo s sistemas

presidenciales y de Asamblea también los tienen establecidos. Así, la “soberanía popular es

incompatible con la existencia de un órgano soberano constituido, y posible sólo con una

estructura dividida del poder estatal, pues únicamente si éste está distribuido entre distintos

órganos que mutuamente se frenan, queda cerrada la posibilidad de que el poder constituido

se haga ilimitado, soberano” (Rubio, 1997: p. 210). El control parlamentario, por el hecho

de ser un control político, no requiere necesariamente la subordinación del uno al otro, sino

simplemente que la valoración de la conducta del órgano controlado se lleve a cabo,

atendiendo a la libre voluntad política del sujeto controlador y a las razones de oportunidad

igualmente políticas. (Aragón, 1986: p. 11-17). Su objetivo es conocer la actividad del

gobierno, valorarla, verificarla, fiscalizarla, comprobarla, autorizarla, evaluarla, revisarla o

examinarla, expresar una opinión al respecto o denunciarla y, en conjunto, trasladarla a la

opinión pública (López, 1992: p. 120-121). El control parlamentario ha de tomar como

objeto la totalidad de la actividad parlamentaria y no sólo procedimientos determinados. El

Poder Legislativo, además de ser una institución que realiza distintas actividades, entre

éstas la legislativa, la electoral, la jurisdiccional, etcétera, es la institución donde distintas

fuerzas políticas debaten en público, continuamente, la actividad del gobierno (Rubio,

1985: p. 101). Es decir, realiza actos que “tienden a llevar a la escena política y delante de

la opinión pública actos y actuaciones del gobierno que de esta forma permanecerían ajenos

al control popular y al consentimiento del país” (García, 1986: p. 52).


El Sistema Parlamentario

El régimen parlamentario tiene sus antecedentes en Inglaterra, en 1689 y 1739. Surge con el

propósito de limitar los poderes de la Corona. Su momento más importante se dio en el

siglo XIX. Ya en el siglo XX, los países de Europa lo adoptan de forma racionalizada

(Sánchez, 1987: p. 6) Es decir, que establecen determinados procedimientos o mecanismos

en la Constitución, que otorgan garantías al gobierno contra el uso irreflexivo de los actos

de control parlamentario (Mirkine-Guetzevitch, 1934).

En un sistema parlamentario, el Ejecutivo lo integra un jefe de Estado (rey o presidente de

la República, dependiendo del caso) y un jefe de gobierno (o primer ministro); la mayoría

parlamentaria, con una mayoría absoluta, designa al jefe de gobierno, para ello es notoria la

característica del liderazgo; el gobierno debe contar con la confianza de la cámara baja;

pero también está sujeto a la posibilidad de la aprobación de una moción de censura o de un

voto de desconfianza por parte de dicha Cámara; el gob ierno, a su vez, puede proponer al

jefe de Estado (rey o al presidente de la República) la disolución del Parlamento; y el

primer ministro debe notificar la fecha de disolución y el día de las nuevas elecciones (Tosi,

1996: p. 23). Asimismo, en este sistema existe la figura del Consejo de Gabinete o de

Ministros (secretarios de Despacho); los ministros pueden ser interpelados; y el jefe de

gobierno expone las líneas de su gestión ante los parlamentarios. (Cárdenas, 1997: P. 78).

Para Sartori, el término régimen parlamentario no designa a un solo sistema. También,

dentro de éste, se puede encontrar el parlamentarismo puro (de Asamblea o directorial); el

sistema de gabinete o con primer ministro, y con bipartidismo (sistema inglés); con primer

ministro, tres partidos políticos y con moción de censura constructiva (sistema alemán); el
sistema con un partido predominante (Suecia, Noruega y España); y el sistema en donde el

primer ministro es elegido directamente, y con la misma duración que tiene la legislatura

(Israel) (Sartori, 1994: p. 116-127), Este último, tiene un gran número de matices del

sistema parlamentario; existe generalmente el referéndum; el jefe de Estado está en igual

posición que el Parlamento, pero por encima del jefe de gobierno y de los ministros.

(Sartori, 1994: p. 142)

En la actualidad, en el sistema parlamentario, con la concordancia entre el partido que

integra al gobierno y la mayoría parlamentaria, no existe la posibilidad de la aprobación de

una moción de censura, y en consecuencia no ha lugar a la dimisión de los miembros del

gobierno (Rubio, 1997: p.98). Sin embargo, el control parlamentario existe, pero de forma

más semejante al que se presenta en los sistemas de gobierno presidencial, (ídem: p. 98-99)

ya que su posible consecuencia es una “ responsabilidad política difusa” (Jiménez de Parga

& Cabrera, 1983: p. 332), que define Aragón Reyes como la “ posibilidad de debilitamiento

político del gobierno producido por las reacciones políticas y sociales que se derivan de los

actos de control de las Cámaras” (Aragón, 1986: p. 24) Así, a través de la creación de

situaciones de malestar en el gobierno, en la opinión pública y en los partidos políticos, se

busca contribuir a la remoción, por vía indirecta, del gobierno, para que sea el cuerpo

electoral quien lo haga (Ídem, 1986: p. 25).

El Sistema Presidencialista

El régimen presidencial tiene su origen en la Constitución de Estados Unidos de

Norteamérica de 1787, que entró en vigor el 1ero de enero de 1789. (Biscaretti di Ruffia,

1996: P. 168)
En este régimen, el presidente es electo por el pueblo y por un determinado tiempo (que

puede variar entre cuatro a ocho años); y no puede ser removido por el voto parlamentario,

a consecuencia de la exigencia de una responsabilidad política (moción de censura). Sin

embargo, el propósito del control del Congreso sobre el gobierno no es derrocar a este

último, sino criticar sus errores. El Congreso pone en peligro al Ejecutivo, puesto que los

efectos del control político recaen sobre el electorado, quien es el titular de la voluntad

soberana. El pueblo tiene la decisión de resolver a favor del Congreso o del Ejecutivo para

posteriormente, si es el caso, no apoyar en las próximas elecciones al partido político que

integra al gobierno, (ídem, 1996: P. 89) o apoyar a los partidos de oposición para que se

conviertan en mayoría. Otra característica de este sistema, es que el presidente nombra y

remueve libremente a los secretarios de Estado; y d irige la administración pública (Quinzio.

F & Mario. J, 1993: p. 319). Para Sartori, éstas son las características de un sistema

presidencial puro (Sartori, 1994: p. 97-99). Sin embargo, si se da una variación respecto de

estas condiciones, el sistema presidencial se reclasifica, por ejemplo, en presidencialismo o

presidencialista, en donde el presidente de la República tiene más poder, en ocasiones con

fundamento constitucional o de manera metaconstitucional (Cárdenas, 1997: p. 63), y opera

en su generalidad en los países de Latinoamérica o Iberoamérica. 19 países lo han

establecido (Sartori, 1994: p. 97). Paradójicamente, el Congreso más fuerte es el de Estados

Unidos de América. Sin embargo, en relación a los países latinoamericanos, se afirma

también que el funcionamiento del sistema presidencial no ha sido el idóneo y que ha

disfrazado dictaduras (ídem, 1994).

En la actualidad, en algunos de ellos existen características o mecanismos del sistema

parlamentario (Cárdenas, 1997: p. 78), así como la previsión de una mayor participación y
consulta popular en la toma de decisiones (ídem, 1996: 48). Por ello, la tendencia es

disminuir la fuerza del Ejecutivo y tratar de adoptar el sistema parlamentario. Lo anterior,

debido a que un sistema presidencial en estos países es verdaderamente rígido y genera

problemas de gobernabilidad cuando el partido del presidente no cuenta con el apoyo

mayoritario en el Congreso (Lujambio, 1995: p. 14). Al respecto, Sartori considera que el

sistema parlamentario no es la solución para los países de Latinoamérica, sino el

semipresidencialismo. Sin embargo, el autor admite que se puede dar uno parlamentario

cuando los partidos políticos son fuertes, disciplinados y consolidados (Sartori, 1994: p. 97-

115).

Justificación

En el presente trabajo se comparará el Sistema de Gobierno Presidencialista de los Estados

Unidos de Norteamérica y el Sistema de Gobierno Parlamentario de Gran Bretaña,

haciendo hincapié en los valores o principios, las normas y las estructuras de autoridad,

pues estos son elementos constitutivos preponderantes dentro de todo Sistema de Gobierno.

Se compararán los Sistemas de Gobierno mencionados anteriormente ya que el

Parlamentarismo nació en Gran Bretaña y el Presidencialismo surgió en los Estados Unidos

de Norteamérica y ambos son ejemplos sumamente representativos del Sistema de

Gobierno que practican. Además ambos Sistemas de Gobierno han gozado de gran

estabilidad política a lo largo de muchos años y han sido ejemplos fieles de la democracia

liberal.

Esta comparación se ejecutará con el fin de analizar las diferencias y similitudes entre

ambos Sistemas de Gobierno para así poder obtener algunas conclusiones sobre el Sistema
de Gobierno Presidencialista de los Estados Unidos de Norteamérica y el Sistema de

Gobierno Parlamentario de Gran Bretaña.

La comparación se realizará empleando el método comparativo y los aportes teóricos de

David Easton. La información de ambos Sistemas de Gobierno necesarios para llevar a

cabo dicha comparación se encuentra en el texto de Naranjo Mesa titulado “Teoría

Constitucional e Instituciones Políticas” (undécima edición, 2010). Se utilizarán los aportes

y categorías que propone Easton pues estas son más generales que los de otros autores, y se

adecúan de una mejor manera debida a la escasa información proporcionada por Naranjo

Mesa.

C) Definición de conceptos a comparar de acuerdo con Easton

A continuación se presentarán una serie de conceptos con el objetivo de direccionar el

enfoque metodológico comparativo del trabajo, estructurándolo de manera concreta y

precisa. Los elementos constitutivos del sistema político que plantea David Easton son:

valores o principios, normas y estructuras de autoridad.

De acuerdo con Hernández-Ortiz (2014) parafraseando a Easton, los

“1) valores o principios: están en la base de ciertas ideologías y doctrinas o

bien, entran más o menos implícitamente en la praxis política, es decir están

articulados abiertamente en expresiones simbólicas o son justificaciones

latentes del régimen. 2) Las normas: son las reglas operativas o reglas del

juego que especifican los modos en que los miembros del sistema pueden
participar en el proceso político y resolver conflictos. Son necesarias en un

sistema para evitar la ineficacia que resultaría de las continuas discusiones

orientadas al establecimiento de reglas de resolución de conflictos, con

detrimento de la sustancia de las decisiones a tomar, y también para evitar el

desorden y el caos. 3) Estructuras de autoridad: conjunto de los roles o

modelos regularizados de comportamiento y de expectativas acerca del modo

en que habrán de comportarse los que ocupan posiciones especiales en la

sociedad y l modo en que los demás deben comportarse frente a ellos.” (p.15)

Con base en estas definiciones, no se debe confundir valores y principios con las normas,

ya que los primeros conceptos hacen referencia a la cultura política y el segundo al régimen

político. Este último, de acuerdo con Hernández-Ortiz (2014), resulta de la ideología que

inspira la organización constitucional de un Estado.

D) Tipo de comparación

El presente trabajo consta de una comparación Sincrónica binaria, ya que pretende elaborar

un cuadro comparativo de los Sistemas de Gobierno Presidencialistas estadounidense y el

Parlamentario británico. Partiendo de la teoría del texto de Naranjo Meza “Teoría

constitucional y instituciones políticas” (undécima edición publicada, 2010) y su carácter

binario radica en el número de casos a comprar.

E) Construcción del cuadro comparativo


Cuadro N°1

Comparación de los Sistemas de Gobierno Parlamentario de Gran Bretaña y


Presidencialista de los Estados Unidos de Norteamérica

Sistema de gobierno
Casos Sistema de gobierno
Presidencialista de los Estados
Categorías Parlamentario de Gran Bretaña
Unidos de Norteamérica

-Democracia Liberal -Democracia Liberal


Valores o principios -Monarquía Constitucional -República Federal

-Parlamento bicameral: Cámara


Normas, reglas del juego de los Comunes y la Cámara de -Poder Legislativo es bicameral:
los Lores. Tiene una duración de Cámara de Representantes y el
5 años. Cámara de Lores se Senado. Ambos elegidos por
divide en a) Lores Seculares: votación popular. La Cámara de
comprenden los pares Representantes es presidida por
hereditarios y pares vitalicios y un Speaker.
b) Lores espirituales: arzobispos. -Poder Ejecutivo. Presidente es
Cámara de los Comunes elegida jefe del Estado y jefe de
por sufragio universal. gobierno. Este es elegido
Presidente de la Cámara de los conjuntamente con el
Comunes: Speaker. Existe vicepresidente para periodos de
además un Leader que es el 4 años a través del sufragio
primer ministro o algún otro universal indirecto.
ministro.
-Gabinete: cabeza de la
estructura gubernamental, lo
componen: ministros (escogidos
por el primer ministro) y el
primer ministro el cual preside el
gabinete y es el jefe de gobierno.
Este es nombrado por el
soberano el cual por tradición
escoge al líder del partido
mayoritario en la Cámara de los
Comunes.
-La corona: herencia del trono es
regida por reglas de
descendencia.
-El monarca: es a quien se le
confiere la corona
constitucionalmente.
-Consejo Privado: integrado por
ministros, altos dirigentes
políticos seleccionados por la
reina, funcionarios y obispos de
la Iglesia anglicana, nombrados
de por vida.

-Cámara de los Lores: -Poder Legislativo: le


Estructuras de autoridad desempeña funciones corresponde los temas fiscales,
jurisdiccionales además de las monetarios, regular el comercio.
parlamentarias. Cámara de los Tiene poderes militares, poderes
Comunes: discusión y de organización judicial. Posee
aprobación de los proyectos de el poder de ratificar los tratados
ley. Speaker: servir de portavoz internacionales, declarar la
de la Cámara ante la corona, guerra, ratificar los
Cámara de los Lores y demás nombramientos de altos cargos.
autoridades. Leader: coordinar la
actividad política de la Cámara. -Poder Ejecutivo. Presidente:
-Gabinete: formulación ejecución de las leyes, el
definitiva del programa político mantenimiento del orden,
que se ha de presentar al nombramiento de altos
Parlamento. Primer ministro: funcionarios federales, suprema
informar al soberano sobre dirección y coordinación de la
asuntos generales del gobierno, administración pública,
presidir el gabinete, nombrar o comandancia en jefe de las
formular recomendaciones a la fuerzas armadas, dirigir las
corona para el nombramiento de relaciones diplomáticas.
numerosos cargos. Vicepresidente: la injerencia de
-La corona: la reina preside este en los asuntos públicos varía
reuniones del Consejo Privado según lo permita quien ocupe la
en las cuales se aprueban las Presidencia.
leyes. El monarca: es el símbolo
del supremo poder ejecutivo,
nombra numerosos funcionarios
del Estado, es el comandante de
las fuerzas armadas, es cabeza
temporal de la Iglesia anglicana.

Fuente: Elaboración propia a partir de Naranjo Mesa, 2010

F) Comentarios finales, generalizaciones

Dentro de la categoría de valores o principios ambos casos son regímenes democráticos

liberales, puesto que cumplen con las condiciones que señala Naranjo-Mesa (2010) que son

el principio de soberanía popular, el ejercicio de las libertades públicas y de los derechos

individuales, la pluralidad de partidos políticos, el principio de separación de funciones

entre las ramas del pode público y el principio de legalidad.


Por otro lado se puede apreciar la diferenciación de sus sistemas de gobierno en referentes

históricos importantes. Como la figura representativa del monarca y su litación de poder

dentro de la Monarquía Constitucional británica. Ya que aun hoy en día, los británicos

preservan el papel de la corona como un símbolo de unidad nacional, siendo esta un

importante actor producto de su influencia dentro de la ciudadanía.

Mientras que en contraposición los Estados Unidos de Norteamérica, pese a ser fuertemente

influenciados bajo la colonización del Imperio Británico no posen un actor histórico como

la familia real, que se ocupe exclusivamente del carácter representativo. Puesto que según

Naranjo-Mesa (2010) tras la independencia de las Trece Colonias, se estipuló en la

Constitución de 1787, la forma de estado federativo, lo que significó una reglamentación

distinta a lo interno del territorio sometida al ordenamiento federal. Contribuyendo este a la

división política interna de demócratas y republicanos.

Dentro del cuadro comparativo en la categoría de normas y reglas de juego, cabe

mencionar el señalamiento constitucional de la estructura organizativa del poder legislativo

donde en ambos países se presenta un poder bicameral, pero la similitud se limita a este

carácter y al hecho de ser el órgano encargado de legislar. Pero en el caso del parlamento

británico solo una cámara emite votos válidos, la otra cumple un rol de representación y

asesoramiento político. Mientras que tanto el Senado como la Cámara de Representantes

tienen relevancia en la aprobación de leyes en los Estados Unidos de Norteamérica.

Por otro lado en ambos sistemas destaca la figura del Speaker como el encargado de

presidir, en el caso de Estados Unidos, la Cámara de Representantes y en el caso de Gran


Bretaña ser el portavoz de la Cámara de los Comunes ante La corona, Cámara de los Lores,

y demás autoridades.

Otro aspecto importante a destacar es la diferenciación de funciones e n ambos países

dentro del poder ejecutivo, puesto que en el caso de Gran Bretaña el primer ministro es el

jefe de gobierno y el jefe de Estado es el monarca. Mientras que en lo EE.UU el Presidente

cumple ambas funciones, tanto de jefe de Estado como de gobierno y es a su vez electo por

sufragio universal indirecto, no como su homólogo el primer ministro que es electo por el

parlamento.

Dentro de la estructura de autoridad se pueden apreciar los modelos regularizados del

comportamiento como el papel de la reina dentro de las reuniones del Consejo Privado, o el

rol supeditado del primer ministro ante el parlamento. En contra parte con el Sistema de

Gobierno Presidencialista estadounidense donde el jefe del ejecutivo no está supeditado a

ningún órgano.

A título personal comparto la afirmación de Sartori, cuando señala que el sistema

parlamentario no es la solución para los países de Latinoamérica, sino el

semipresidencialismo (Sartori, 1994: p. 97)

Por un lado, en el régimen parlamentario, con la concordancia entre el partido político que

integra al gobierno y el partido que tiene la mayoría en el Parlamento, no existe la

posibilidad de ejercer y aprobar o no diversos actos de control sobre los miembros del

gobierno, que son características de este sistema. Así, de hecho caeríamos una vez más en

los mismos efectos que produce el presidencialismo: imposibilidad de ejercer un control

sobre el Ejecutivo.
Por otro lado, lo importante es buscar la responsabilidad política difusa, es decir, a través

del ejercicio de los actos de control que establece la Constitución, por parte del partido

político que coincide con el del presidente o por los partidos de oposición, lograr el

debilitamiento político del gobierno, criticar, revisar o analizar su actuación, o fortalecerlo,

y trasmitir los resultados a la opinión pública. Se busca contribuir a la remoción, por vía

indirecta, del gobierno; o que la oposición deje de serlo y se convierta en mayoría; o que la

mayoría lo siga siendo, pero que sea el cuerpo electoral quien lo decida. A través del

semipresidencialismo, se logra lo anterior y se lograría un gran beneficio para una

coyuntura y estructura política como la costarricense.

Allan Ricardo Cordero

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