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GUNAS

El mundo es el templo compuesto de gunas o atributos; el sátvico, el equilibrio, el


rajásico, el apasionado, y el tamásico, el inerte. La Palabra Guna significa cualidad,
atributo o modo. Sostienen los filósofos hindúes que la Materia o Sustancia tienen tres
cualidades o atributos fundamentales, que son Sattva, Rajas y Tamas.

Para comprender la naturaleza de esas tres cualidades es preciso, antes que nada, tener
en cuenta que, para la mayoría de las escuelas filosóficas que, en los días gloriosos de la
India, florecieron en su suelo, no existe apenas Sustancia o Materia Física. Existe
también sustancia o materia psicológica, concretamente la mental (chitta, como se la
llama), y la de naturaleza aún más tenue. Para los grandes filósofos hindúes (como
mpara la Sabiduría Oculta), existen varios grados o planos de Sustancia (Prakriti o
Pradhana, que en la Escuela Samkhya son casi sinónimos, aunque se acostumbra a usar
Pradhana para designar a la Sustancia homogénea , aún indiferenciada), siendo la más
densa o material la del mundo físico. E, incluso antes mismo del nivel más sutil y
primitivo de la materia Universal, existe la Raíz Pre-Cósmica de la Sustancia:
Mulaprakriti o Avyakta. A ejemplo de la filosfías hindúes, el Ocultismo no suscribe la
confusión vigente en la religiosidad y psicologías orientales, donde se identifica mente
con espíritu, y suprafísico con espiritual, con todos los errores, equívocos e
insuficiencias que de ahí derivan.

Comenzando de abajo arriba, o sea, de los planos más densos e inferiores hacia los
planos más elevados y sutiles se puede afirmar lo siguiente:

• En el nivel físico, Sattva es armonía; Rajas es actividad; Tamas es inercia.

• En el nivel mental, Sattva es verdad; Rajas es pasión; Tamas es indiferencia.

Si reparamos bien, no es difícil correlacionar, en términos mentales, las tres Gunas con
la sucesión, postulada por Hegel, de Tesis (Tamas…), Antítesis (Rajas…) y Síntesis
(Sattva).

A su vez, en los niveles físicos, podemos relacionar Tamas con el Corpúsculo o la


Partícula/Corpúsculo vs. Onda, de la Física moderna , Tamas con la Materia y Rajas con
la Energía; y, en cualquier caso, Sattva con la(s) ley(es) que rige(n) todo.

Las tres Gunas están naturalmente en correspondencia con todas las trinidades del
Universo, desde la Trinidad Divina o Trimurti (actualmente, en el hinduismo, Shiva
Vishnu y Brama; en el pasado Surya, Vayu y Agni) hasta los llamados tres mundos:
Bhur (tierra), Bhuvar (región intermedia) y Svar (cielo).

“En la materia caótica o no-manifestada (Mulaprakriti o Avyakta), las tres gunas se


encuentran en perfecto equilibrio y entonces todas las potencias y energías que aparecen
en el Universo manifestado reposan en una inactividad comparable ala de una simiente;
sin embargo cuando se rompe tal equilibrio se produce una forma, una manifestación, y
toda manifestación o forma es producto de la Prakriti en la que hay un predominio de
una de las gunas sobre las dos restantes (o de dos de ellas sobre la restante). Ni Sattva
ni Tamas pueden por sí solas entrar en actividad; requieren el impulso del motor y de la
acción (Rajas) para ponerse en movimiento y desarrollar sus propiedades
características”.

Si reparamos bien, no es difícil correlacionar, en términos mentales, las tres Gunas con
la sucesión, postulada por Hegel, de Tesis (Tamas), Antítesis (Rajas…) y Síntesis
(Sattva). A su vez, en los niveles físicos, podemos relacionar Tamas con el Corpúsculo o
la Partícula/Corpúsculo vs. Onda, de la Física moderna, Tamas con la Materia y Rajas
con la Energía; y, en cualquier caso, Sattva con la(s) ley(es) que rige(n) todo. Las tres
Gunas están naturalmente en correspondencia con todas las trinidades del Universo,
desde la Trinidad Divina o Trimurti (actualmente, en el hinduismo, Shiva Vishnu y
Brama; en el pasado Surya, Vayu y Agni) hasta los llamados tres mundos: Bhur (tierra),
Bhuvar (región intermedia) y Svar (cielo).

“En la materia caótica o no-manifestada (Mulaprakriti o Avyakta), las tres gunas se


encuentran en perfecto equilibrio y entonces todas las potencias y energías que aparecen
en el Universo manifestado reposan en una inactividad comparable ala de una simiente;
sin embargo cuando se rompe tal equilibrio se produce una forma, una manifestación, y
toda manifestación o forma es producto de la Prakriti en la que hay un predominio de
una de las gunas sobre las dos restantes (o de dos de ellas sobre la restante). Ni Sattva
ni Tamas pueden por sí solas entrar en actividad; requieren el impulso del motor y de la
acción (Rajas) para ponerse en movimiento y desarrollar sus propiedades
características”.

Este tipo de ser humano resulta oportuna y progresivamente despertado por los choques
rajásicos que en ese sentido son útiles y necesarios. El hombre rajásico que hoy
predomina, sobre todo en los medios más urbanos y cosmopolitas, es ávido, pasional y
egoísta, insaciable en la búsqueda de cosas para su yo personal, siempre agitado y
excitado, aunque solo en la superficie, por los impactos externos. En cierta forma está
muy vivo (a veces en medio de un torbellino) pero solo a flor de piel. Es activo en el
sentido de reactivo. Su pensamiento es predominantemente desordenado, incapaz de una
síntesis esencial. Se considera inteligente pero está perdido en la ilusión. Está polarizado
en los niveles del Kama-Manas, o sea, del Alma Animal, de la mente (Manas)
esclavizada por el deseo egoísta (Kama). La civilización contemporánea es
eminentemente rajásica.

El hombre sátvico es un tipo humano superior, pero interiorizado, capaz de encontrar


una síntesis lúcida en medio de los impactos externos, de los cuales va dejando de ser
dependiente. Es el hombre en el que se encuentran los valores de Armonía, de Justicia,
de Verdad, de Sabiduría, y que se desapega de las cosas que satisfacen el deseo egoísta.
Es el hombre polarizado en los niveles superiores del Mental en Buddhi-Manas, o sea,
la Mente (Manas) iluminada por Buddhi (Razón Pura, Discernimiento, Intuición). Por lo
expuesto, es una rareza.

En algunos de los escritos más sagrados o valiosos de la literatura hindú encontramos la


caracterización de las tres gunas y de los tres tipos correspondientes de hombre, así
como de las respectivas posturas, de los alimentos preferidos, de las inclinaciones y
motivaciones de tipo religioso, de los estados evolutivos y de las conexiones kármicas.
Vale la pena reproducir algunos extractos, dado su carácter instructivo e iluminador.

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