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Descenso
Con
Cuerdas I
• Medidas de seguridad
Las medidas de seguridad nunca están de más y siempre es necesario excederse en ellas antes que
escasear por lo que vamos nombrar y luego detallar algunas de estas medidas que se consideran
como las más importantes, pudiéndose añadir otras en caso de que el instructor así lo crea
conveniente:
1. Autoasegurarse antes de realizar cualquier operación
2. Montar un buen anclaje, confiable para la soga probarlo.
3. Montar el correspondiente polidireccional
4. Montar la soga y protegerla de cualquier desgaste innecesario
5. Realizar un nudo en el extremo inferior para saber cuando se termina la soga.
6. Verificar que la soga llegue hasta el suelo o lugar donde se quiera llegar y que no esté
anudada.
7. Verificar que nada obstruya el paso de la soga por el descensor como ser pelo, ropa, rama,
etc.
8. Realizar un nudo autobloqueante para bajar seguros.
9. Verificar nuevamente que todo esté correcto antes de descender.
10. Dar la voz de salida
1_ Siempre antes de realizar cualquier tarea hay que autoasegurarse debido que si por cualquier
motivo perdemos el control de nuestro cuerpo tengamos la seguridad de que vamos a quedar sujetos
al punto de anclaje personal, a su vez nos dará mayor confianza para movernos en el lugar de
trabajo. El autoseguro consiste en un trozo de cinta o de soga que unimos al arnés por el anillo o en
como si estuviera encordado, con una presilla de alondra o con un nudo de ocho y un mosquetón en
el extremo con el que nos uniremos al anclaje.
2_ Un buen anclaje lo podremos ver más adelante cuando se desarrolle este tema, el probarlo
consiste en cargarle una carga dinámica(nuestro cuerpo en movimiento rápido) sobre el mismo y
verificar cómo se comporta.
4_Una vez montado el polidireccinal ver por dónde es que va a ir la soga y tratar de poner en los
lugares en que se pueda dañarla un material que proteja a la soga del contacto con el material
abrasivo.
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5_ El nudo en el extremo inferior en siempre necesario para cuando se va a descender por lugares en
que la pared es más larga que la soga debido a que muchas veces por el entusiasmo de ir bajando se
puede olvidar de este detalle y de repente encontrarse con que la cuerda se terminó y a esta altura no
hay vuelta atrás, por ello el nudo debe ser de tal volumen que no pase por el ocho y que esté a un
metro del final de la cuerda. En caso de que la cuerda sea más larga que la pared no es necesario
considerar este punto.
Diagrama de Caida
6_ Siempre se debe saber si la soga llega hasta donde
nosotros queremos o nó ya que se torna muy difícil tomar
medidas cuando se está colgado de la cuerda y lejos del
anclaje, por ello se debe tratar de saber si la cuerda llega
hasta el lugar deseado y por el mismo motivo si no está
anudada.
Caídas
Se debe tener en cuenta que las caídas hacen que los
materiales sufran un desgaste que no se puede apreciar a
simple vista lo que torna a este tema en algo muy delicado.
Cada caída se la puede calificar por un cociente que de
denomina Factor de Caída y que oscila entre 0-2, siendo los
de mayor riesgo los que se acercan a 2. Este cociente se da
entre los metros de caída y los metros de soga activa,
entendiéndose por soga activa a los metros de soga que hay
entre el ocho de seguro y el arnés del escalador, debe
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observarse que en los rápeles cualquier caída es de factor 2. Para entenderlo mejor ver el diagrama
siguiente. (pagina anterior)
Aquí se puede observar cómo se resienten o como se los puede exponer a los materiales a cargas que
exceden por mucho a nuestro peso corporal, por ellos es muy importante que podamos saber con que
material contamos y en qué condiciones se encuentra de acuerdo a su historial, ya que en muy pocos
casos se puede determinar una lesión en el material por su aspecto exterior. Estos materiales no se
los debe golpea, ni maltratar porque se les provocan micro fisuras internas que con el calentamiento
por fricción o por una carga elevada no rindan lo que se espera sino que se produce la ruptura
inmediata y sin ninguna evidencia previa de ello.
Nudos
Otro de los temas que hay que tener en cuenta es el tipo de nudos que utilizamos para realizar sobre
los anclajes, las cintas, arneses, etc. Como todos sabemos una soga no rinde lo mismo con un nudo
que sin él, y a su vez cada nudo hace que la soga soporte distintas cargas, es por eso que en esta
especialidad se van a dar algunos de los nudo que se utilizan en esta actividad, tanto de rappel como
de escalado, y que son los que provocan un mayor rendimiento de las cuerdas. Otro de los objetivos
de dar sólo algunos nudos es debido a que se ha comprobado que cuanto más nudos se saben menor
es la eficacia de su utilización al momento de realizarlos en situaciones de alta tensión y
nerviosismo, por l que se cree que es mejor aprender sólo la necesario y es esta la metodología en
esta especialidad. A continuación los detallaremos:
• Nudo del Ocho: este nudo da a la cuerda un rendimiento del 80-85% lo que aumenta su
utilización y lo convierte en uno de los nudo más seguros que se puede emplear en muchas
aplicaciones como ser las de unir sogas, realizar amarres a los anclajes, la de encordarse para
escalar, etc., además de su fácil ejecución.
• Nudo plano: es el nudo que se realiza sobre las cintas tubulares para unirlas y que también le
da un gran rendimiento a la cinta.
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• Otros nudos Bloqueadores: son utilizados de la misma forma que el Prussik y también con
ellos se pueden realizar ascensos como descenso por una soga, se los utiliza también como
seguros a la hora de hacer rápeles cuando no existe seguridad abajo, pero recordamos que el
más utilizado es le Prussik. A continuación detallamos alguno de ellos:
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Hay veces en las que no se puede rappelar con las dos sogas debido a que se hace muy lento y es
necesario hacerlo con una de ellas, así se monta el dispositivo para este fin. No se debe perder de
vista que cuando se llega abajo siempre queremos recuperar la cuerda y se debe estar bien atento
para tomar la cuerda correcta, de lo contrario esto de convierte en una polea, sin freno alguno.
Para cañadones: se emplea el uso de la soga doble sin que se realice ningún nudo en ella y así poder
recuperarla al llegar abajo, en este caso el descenso es un poco más lento que en el caso anterior.
Cuando se utilizan anclajes naturales hay que ser muy cautos a la hora de
utilizarlos si bien cuando son seguros son los que mayor resistencia ofrecen,
por ello detallamos algunos cuidados.
vendían como impermeables resistían dos caídas menos que en los tests realizados por el fabricante.
Resulta muy difícil manejar una cuerda mojada y es imposible manejarla congelada, además de los
problemas de seguridad. Los prusiks y los ascendedores mecánicos tipo jumar son mucho menos
eficaces sobre cuerdas mojadas o congeladas y llegan a no sujetarse bien en ellas.. Las ventajas de
las cuerdas impermeables existentes en la actualidad para la escalada y el rescate de invierno son
obvias, si su eficacia ha sido realmente comprobada.
Si se transporta una cuerda en el portaequipajes de un automóvil, puede ser dañada por objetos
afilados o productos químicos. El nilón es muy resistente a la gasolina, la grasa y el aceite, pero
siempre se debe limpiar una cuerda que se ha manchado. La limpieza incorrecta deteriora la cuerda .
Se ha demostrado
que una exposición prolongada al sol, en especial a los rayos ultravioleta, predominantes en las
grandes altitudes, tiene un efecto perjudicial sobre las cuerdas. Las temperaturas elevadas (120 ºC
o más) dañan las cuerdas con mucha rapidez; por ello resulta peligroso secar una cuerda cerca de la
hoguera. Un problema muy corriente de daño por calentamiento se produce cuando la cuerda
atraviesa a demasiada velocidad un sistema de freno o rappel, ya que la fricción produce
calentamiento. Ésta es una de las razones por las que no se deben llevar guantes durante un rappel.
Si las manos, por no llevar guantes, se calientan o queman, se maneja la cuerda con más cuidado y
así la temperatura en el freno de mosquetón será mucho menos elevada y no se llegará a alcanzar
un nivel perjudicial para la cuerda.
El nilón que pasa frotando contra otra pieza de nilón se derrite en un período de tiempo
increíblemente breve. Se debe tener cuidado cuando se hace pasa
un prusik sobre una cuerda estática de mavor diámetro. Durante un experimento, un prusik que
mantenía una polea se deslizó tres centímetros bajo una fuerza de 680 kg en un sistema de arrastre en
forma de Z al estar sobrecargado. La cuerda que formaba el prusik se derritió de inmediato sobre la
cuerda de 11 mm, dañándola gravemente. Se formó un agujero y la funda y el núcleo se fundieron.
Tales daños se producen cuando se tira de las cuerdas de rappel con demasiada rapidez,
brusquedad o de otro modo incorrecto (por ejemplo, cuando éstas están retorcidas o han sido
arrastradas hacia abajo a pesar de la enorme fricción) a través de los anclajes de rappel o alrededor
del tronco de un árbol. Los daños son muy probables si el anclaje es de nilón. Este tipo de daños
pueden producirse con suma rapidez.
Mientras se enrolla una cuerda, debe evitarse que se formen torsiones. Conviene siempre
desenrollar antes toda la cuerda y dejarla suelta en el suelo, sin perder de vista los dos extremos,
uno en la parte superios y otro en la parte inferior de la pila. Con ello se evitará manejar la cuerda
como si fuera un montón de espaguetis. Si se tensa una cuerda que tiene torsiones o nudos
pueden producirse serios daños que la estropean innecesariamente.
Otro punto que no debe olvidarse es que la cuerda puede cortarse con más facilidad cuando está
bajo tensión que cuando está floja. Los bordes afilados de roca y hasta los que son menos agudos
pueden desgarrar una cuerda recargada hasta inutilizarla, sobre todo si la cuerda hace un movimiento
de vaivén sobre la irregularidad. Si se consigue descubrir a tiempo el problema, es esencial
solucionarlo en seguida. Se debe proteger el punto de roce o eliminarlo, sosteniendo la cuerda
apartada (por ejemplo, mediante un lazo alrededor de un árbol) o redondear la arista afilada con un
martillo.
Si un proyectil ha chocado contra la cuerda; si ésta ha soportado una caída importante; si ha sufrido
un calentamiento excesivo o se ha expuesto a productos químicos, o se sospecha la presencia de
cualquier otra anomalía, deberá inspeccionarse la cuerda cuidadosamente de inmediato y asegurarse
bien de su estado antes de utilizarla de nuevo. El lugar dañado se marcará atando un lazo a su
alrededor y añadiendo una nota aclaratoria.
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Cuidados de la cuerda
Las cuerdas deben limpiarse con regularidad para eliminar la suciedad que se ha
acumulado dentro de la funda. Pueden lavarse en una lavadora pero se debe tener
cuidado de que no se corte o desgaste la cuerda durante el proceso de lavado. Existe
en Norteamérica una lavadora para cuerdas, que consiste en un tubo corto modificado
que puede conectarse a cualquier grifo normal. Dentro del tubo hay numerosos y
diminutos agujeros que fuerzan al agua a circular y limpiar la cuerda mientras ésta es
introducida manualmente dentro de la máquina, unos pocos centímetros cada vez.
Existen muchas opiniones sobre cómo limpiar una cuerda, a qué temperatura y con qué productos
químicos o detergentes (suponiendo que sean necesarios). Cuanto más fría esté el agua, menos
posibilidades habrá de dañar la cuerda; si no se utilizan detergentes, se evita el riesgo de los daños
producidos por productos químicos. La temperatura máxima recomendada para el lavado de una
cuerda junto con el uso de detergentes que no dañan el nilón es de 40 ºC. A temperaturas superiores
a los 40 ºC, la cuerda pierde flexibilidad y conserva la suciedad. En caso de duda se debe consultar
al fabricante sobre cuáles son los procedimientos específicos de lavado para el nilón. Asimismo
debe consultarse un manual que explique cómo tratar los productos textiles. Pueden secarse las
cuerdas al sol, o bien al exterior y a la sombra y hasta hay quien las seca con un secador de pelo en
frío. Si se lava la cuerda en una lavadora conviene enrollarla bien prieta para evitar que se enreden
las vueltas.
Si la cuerda ha sufrido algún daño a causa de una caída o abrasión, se hace un nudo en
el lugar dañado y se etiqueta la cuerda mencionando el deterioro (por ejemplo: «No
utilizar hasta haberla revisado»). Esto debe efectuarse tan pronto como sea posible
después de producirse el daño.
Nunca debe almacenarse una cuerda sin haberla examinado de antemano, porque más tarde puede
haberse olvidado el percance. En muchos casos, las cuerdas deben ser retiradas a causa del uso y
abuso mantenido durante un largo período de tiempo De este modo no se producirá ninguna
confusión sobre la identidad de la cuerda. en caso de que existan dos o más cuerdas parecidas.
Pero muchas cuerdas corrientes de escalada son muy blandas y, en ocasiones, puede descubrirse
en ellas una mella después de una caída o a causa del uso corriente, sin que ello signifique que el
núcleo esté dañado. Un modo de constatar si se trata de un reblandecimiento temporal o de un daño
permanente consiste en inspeccionar con paciencia la funda en busca de anomalías. El mejor
sistema para conocer los daños internos de la cuerda de núcleo dañada consiste en cortarla por el
lugar donde esté gastada. De hecho, es posible que el daño se limite a la funda y no haya llegado
hasta el núcleo. ¡Pero en la duda siempre debe retirar la cuerda!
Después de haber utilizado la cuerda por algún tiempo, sobre todo si se han efectuado numerosos
rappels, en muchos casos se formará una especie de pelusa sobre la funda. Las cuerdas blandas son
muy propensas a este fenómeno, lo cual no afecta gravemente la resistencia de la cuerda, mientras el
desgaste no sea excesivo. Un factor positivo de la pelusa es el aumento de fricción que provoca
durante el aseguramiento.
Un método práctico para determinar cuándo se debe retirar una cuerda que no haya sufrido daños
evidentes es inspeccionar la pelusa en la superficie: examinando con una lupa la base de cada ramal
de los que forman el tejido de la funda, se podrá estimar la proporción entre los filamentos rotos y
los intactos. Si la proporción es de un 50 % en un conjunto relativamente grande de ramales (por
ejemplo, ocho de los veinticuatro ramales), la cuerda habrá perdido el 30 % de su resistencia y
deberá ser retirada. Con este método no se toman en consideración las caídas graves u otros daños,
como pueden ser el deterioro causado por los rayos ultravioleta o la exposición a productos
químicos, que pueden estar ocultos debajo de la capa exterior de una cuerda relativamente nueva. El
mejor complemento del examen de la cuerda lo constituye el conocimiento de la historia de ésta.
Es posible que los métodos antes descritos no sean válidos en el caso de que la cuerda haya sido
expuesta, incluso brevemente, a la acción de productos químicos como la lejía, los ácidos
derramados de una batería de coche o los ácidos sulfúricos, clorhídricos o nítricos. Antes de poner
en peligro la vida de una persona, es preferible retirar la cuerda.
Determinar en qué momento se debe retirar una cuerda que no haya sufrido daños es un tema
que se presta a especulaciones.
Los guías de montaña, menos técnicos pero más prácticos, emplean otro sistema para apreciar el
estado de una cuerda. Ellos observan la rigidez, la desigualdad, la cantidad de pelusa y el
desteñimiento de la cuerda para juzgar cuánta vida le queda. Aunque no es científico, éste es el
método tradicional de valoración: la apariencia y el tacto de la cuerda (salvo en los casos en que
alguien hiciera una salvajada con ella) indican cuándo resulta necesario retirarla.
Éste es el modo en que se determina la vida de una cuerda. Por desgracia, «el grado de
desigualdad» y «la cantidad de pelusa» no son términos que puedan calcularse con exactitud. Es
posible que los métodos racionales para determinar la vida de una cuerda no sean más realistas y
útiles que las conclusiones a las que llega quien ha cuidado de su cuerda durante toda clase de
escaladas y sabe con exactitud cuáles son los daños que ha sufrido. Para el cuidado de la cuerda se
deben utilizar ambos métodos y nunca debe descartarse el conocimiento personal de la cuerda en
favor del cálculo estricto. Un escalador o un miembro del equipo de rescate debe dominar tanto el
arte como la ciencia.
cada uno de los extremos, como si se tratara de cuerdas más cortas y luego transportar ambas
mitades juntas. Esto resulta algo más difícil con las cuerdas de 185 m o más, a causa del mayor
volumen. Para solucionar este problema y facilitar el transporte, es recomendable depositarlas sin
atar dentro de las mochilas.
Para ello una persona mantiene la mochila abierta, mientras otra persona apila la cuerda dentro.
Los dos extremos de la cuerda permanecen fuera de la mochila como de un ovillo, sin sacarla
previamente de ella. Puesto que ambos extremos están a la vista, pueden atarse o unirse
inmediatamente al anclaje.
Algunos servicios de rescate han llegado a tener una cuerda de 1.340 metros de
longitud enrollada en un carrete de fábrica. Una vez en el lugar de rescate se cuelga el
carrete de un árbol v se desenrolla la cuerda necesaria. A la hora de volver a guardar
las cuerdas, éstas se apilan de nuevo en la mochila o se enrollan en el carrete,
evitándose así posibles enredos. De este modo, no sólo se gana tiempo, sino que las
cuerdas permanecen más limpias y sufren menos daños que si se dejaran en el suelo.
Además de los elementos hasta aquí nombrados se pueden encontrar en el mercado muchos otros
que se detallan a continuación y que tienen distintas aplicaciones, pero para el curso se prefiere el
uso de la figura de ocho debido a que es más liviano, disipa bien el calor, es barato, es muy
resistente, etc., por ello recomendamos éste elemento para el tipo de actividad que se realizamos.
Descenso con Cuerdas I
V° Encuentro de Guías Mayores
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Como siempre puede existir la posibilidad de un accidente es necesario conocer primeros auxilios
para socorrer a un accidentado, pero no es del alcance de esta especialidad el desarrollo completo de
cada uno de ellos y sólo abordaremos unos pocos, como ser:
Fracturas
Las fracturas son roturas de huesos por acción sobre los mismos de fuerzas que exceden su
resistencia. Serán cerradas, cuando no hay herida de partes blandas y piel que ponga en
comunicación la fractura con el exterior.
Sus síntomas son dolor intenso, infamación y hematoma, incapacidad funcional y deformación del
miembro, movilidad anormal. Estos dos último signos permiten diferenciar las facturas de otras
lesiones, ya que son características.
Tratamiento: inmovilización, analgésicos y evacuación del herido.
Como caso especial hay que mencionar las fracturas del fémur que pueden ir acompañadas de gran
hemorragia en los tejidos circundantes por la gran lesión muscular concomitante. El volumen
sanguíneo perdido de esta manera puede ser suficiente para producir alteraciones circulatorias
importantes, por lo que la evacuación se hace más urgente.
Para la inmovilización hay varias técnicas. En general las fracturas de la parte media
de un hueso requieren inmovilizar las articulaciones próxima y distal y, en las
fracturas cercadas a una articulación, los huesos proximales y dístales de la misma.
Toda inmovilización debe ser precedida por un adecuado acolchado del miembro. La
inmovilización debe ser firme pero no exagerada, recordemos que el miembro aumentara por el
hematoma y la inflamación.
En las fracturas expuestas se agrega a la lesión ósea una rotura en la piel y partes blandas que
comunican el hueso fracturado al exterior, produciéndose así inevitablemente contaminación
bacteriológica con el consiguiente peligro de infección.
Los síntomas son similares a los de cualquier fractura, con el agregado de la herida por la cual
pueden aparecer o no los extremos óseos fracturados. Hay que considerar a toda fractura con una
herida cercana a la misma como potencialmente expuesta.
El tratamiento es el mismo que para las facturas cerradas con las siguientes diferencias:
- La hemorragia generalmente es mayor ya que el estar abierto al exterior no es contenida por los
tejidos circundantes. En este caso aplicar compresión suave. El principal peligro es la infección de
la fractura por lo que luego de retirar la ropa y otros cuerpos extraños que pudiera haber con un
lavado por arrastre (en lo posible con agua muy limpia). Luego colocamos un vendase estéril e
inmovilizamos. Traslado urgente.
Contusiones:
Son lesiones cerradas (sin apertura de la piel) producidas por golpes que afectan por
aplastamiento diversos órganos o tejidos. Siempre producen en mayor o menor grado
alguna rotura de vasos sanguíneos con la consiguiente hemorragia dentro del tejido.
En contusiones graves esta hemorragia puede ser importante y debe ser atendida como
corresponde.
Sus sintamos son: dolor, hematoma y si es un miembro, aumento de su diámetro.
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V° Encuentro de Guías Mayores
AAC
Se caracteriza por-
- Muerte aparente
- Inconsciencia (coma)
- Pupilas dilatadas
- Pulso y respiración muy lentos y débiles o aparentemente ausentes.
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V° Encuentro de Guías Mayores
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1 º grado
- Disminuir al máximo las perdidas de calor dentro de lo que permite la situación (protección del
viento, cambiar ropas mojadas, etc.)
- Aumentar la producción de calor con actividad muscular
- Tomar bebidas azucaradas calientes (nunca alcohol,)
2 y 3º grado
Tipos de rescates
Para cualquiera de los casos antes mencionados hay veces que se les suma el inconveniente de que
se encuentra en una grieta y que es difícil de acceder a ellos por lo que se hace necesario realizar un
rescate de la persona afectada y por ello vamos a explicar dos de los tanto métodos que puede haber
y son el de rescate por poleas y el del cambio:
Rescate por poleas:
Se arma un polipasto(sistema aparejo) que facilita el izado de la persona afectada como de ve en las
siguientes figuras y después una vez liberada la víctima se la puede asistir.
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V° Encuentro de Guías Mayores
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El método del cambio se hace utilizando un paso tirolés o tirolina y consiste en montar el sistema y
enviar a una persona que se encuentre con la víctima en el lugar donde se encuentre mediante la
tirolina, asistir a la persona y colocarle el arnés correspondiente. Una vez efectuado esto el rescatista
utiliza la cuerda de seguridad tomándola por el centro y amarra a la víctima, y el equipo puede
entonces izar la persona y llevarla hasta donde estos se encuentran, y por último el rescatista hace lo
mismo siendo traído por la misma cuerda de seguridad que llevó al accidentado, solo que ahora por
el extremo. El siguiente esquema muestra este tipo de rescate.
Nota:
Con este trabajo se ha tratado de explicar lo necesario para que se pueda dictar esta especialidad en
cada uno de los clubes en los que los asistentes participan, pero es deber de cada responsable tomar
las medidas correspondientes para que este tema se aplique con sumo cuidado debido a que estamos
enseñando una especialidad de alto riesgo y no se puede tomar a ésta a la ligera.
Como autor e instructor de esta especialidad es mi deseo que puedan aprender estas técnicas y que
todos puedan gozar de las emociones que proporciona esta actividad.
Que DIOS bendiga a cada líder para que podamos seguir trabajando en la tarea de llevar a puerto
seguro a los jóvenes de nuestra iglesia.
WALTER H. MARTINEZ
Autor e instructor.