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Por ejemplo, al analizar el proceso de paz que atravesó la India, Filipinas, Sudáfrica, Irlanda,
Costa de Marfil y Guatemala, tuvieron crecimientos económicos adicionales entre 1,1 y 1,9
puntos porcentuales cada año y la expansión de su economía pasó del 0,3 por ciento en el
año del acuerdo al 5,6 por ciento tres años después del mismo.
En estas naciones, cinco años después del fin del conflicto, el PIB avanzaba a un ritmo de
4,2 por ciento y a los 10 años su tasa de crecimiento fue del 5,2 por ciento. Similar situación
ocurrió en estos países con la tasa de inversión, que en el año de la firma de la paz fue del
17,8 por ciento del PIB y a los tres años subió al 21,1 por ciento, luego de una década de
finalizado el conflicto lograron mantenerse 23,5 por ciento del PIB así mismo el nivel de
desempleo bajó 9 por ciento en los diez años.
Otra variante que se han visto en los países con conflictos parecidos al colombiano, a los
tres años de firmados los acuerdos de paz, un fuerte repunte en los indicadores de consumo
de los hogares, al igual que en el desempeño de la industria y del sector agrícola. En cuanto
al primero, los análisis mostraron que en los países en mención el gasto en consumo final
de los hogares pasó de un nivel negativo del 3,5 por ciento en el año del acuerdo a 9,4 por
ciento tres años después.
No obstante, en este aspecto Colombia vive un arranque diferente, toda vez que mientras
en el 2014 el consumo de los hogares creció a un nivel del 4,4 por ciento, en el primer
trimestre del 2016 su avance fue del 4 por ciento y entre abril y junio fue del 3,3 por ciento,
según el DANE.
La agricultura, por su parte, aumentó su crecimiento en estos países un 1,4 por ciento y al
cierre del tercer año del acuerdo registró niveles del 7,9 por ciento, frente a una variación
negativa del 0,9 por ciento al momento de la firma de los acuerdos.
Pero así como varios analistas han calculado en unos 300 billones de pesos las inversiones
para atender el posconflicto, se muestra además un escenario en el que durante los 10 años
siguientes al acuerdo los gastos del Gobierno se incrementan a un ritmo del 17 por ciento.
Es decir que en el caso colombiano los gastos derivados de esta situación subirían en 2,1
puntos del PIB (14,8 billones de pesos aproximadamente).
Entre tanto, se calcula que en este mismo período del año los ingresos para el Gobierno
tendrían un incremento en un menor porcentaje (de 1,4 puntos del PIB), equivalente a unos
9,8 billones de pesos actualmente, esto es, a un nivel del 11 por ciento durante una década.
En un escenario de posconflicto, tras la firma de un acuerdo con las Farc, el país podría
crecer entre 5 y 5,9 por ciento, de acuerdo con el análisis del Departamento Nacional de
Planeación (DNP).
En segundo lugar, habría más inversión extranjera y aumento en las exportaciones, de esta
forma, el dividendo de la paz se encuentra entre 1,1 y 1,9 puntos porcentuales, el dividendo
obtenido es de 2,4 puntos del PIB de aumento en la tasa de ahorro, lo cual permitiría que
el país alcance un nivel de ahorro cercano al 26 por ciento del PIB en el largo plazo.
Otro de los resultados del ejercicio de Planeación Nacional es que tras un acuerdo de paz
en La Habana (Cuba) se puede duplicar el PIB per cápita en menos de 10 años, lo que
consolidaría a Colombia como un país de ingreso medio-alto.
Esta situación llevaría a que cada persona en el país tuviera un ingreso 12.000 dólares al
año en el largo plazo, frente a 6.800 dólares actuales, se espera que al materializarse el
acuerdo, se registre un incremento de la apertura y se dinamicen las exportaciones con una
mayor oferta de bienes y servicios para el comercio internacional.
En este frente, el dividendo de la paz está estimado en 6,4 puntos adicionales del PIB de
exportaciones, lo que le permitiría a Colombia alcanzar los 65.000 millones de dólares
anuales de manera sostenida en los próximos años.