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Navegando del Pasado al Futuro

Tema
41

Con Enrique Rosenthal


www.navegandodelpasadoalfuturo.com

Seminario bíblico, profético e histórico / Apocalipsis


Apocalipsis 12 - La mujer y el dragón
El capítulo 12 de Apocalipsis nos muestra el gran conflicto entre el bien y el mal resumido de manera sorprendente
y maravillosa. Nos presenta la lucha desesperada del dragón y sus poderes terrenales contra el Pueblo de Dios en
sus dos fases, el Judaísmo verdadero y el Cristianismo verdadero. El primer versículo nos muestra la Iglesia pura
de Dios en estas sus dos fases mediante los símbolos de luz.
“Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la
luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.”
Ap. 12:1.
• Recordemos que la Palabra de Dios representa a la Iglesia como
una mujer. Vea Oseas 2:19, 20; 2 Cor. 11:2, etc.
Este capítulo de Apocalipsis 12 presenta a la mujer pura vestida de luz,
sinónimo de la santidad, justicia y verdad; es decir la Iglesia verdadera
unida por fe a Dios, en contraste con la descripción de Apocalipsis 17:1-6
que muestra la mujer ramera vestida con riquezas superficiales; es decir la
Iglesia apóstata unida a la política terrenal.

La mujer pura está vestida de luz


El sol que cubre a la mujer, ilumina durante el día y es un símbolo de la justicia divina. Malaquías 4:2. De esta
manera la Iglesia pura refleja el rostro de Jesucristo, es decir su amoroso y misericordioso carácter. Ap. 1:16. La
luna debajo de sus pies y las estrellas de su corona iluminan durante la noche. La luna es una representación
de las profecías de las Sagradas Escrituras. Vea 2 Pedro 1:19. Y las doce estrellas representan el fundamento
del Pueblo de Dios en al Antiguo Testamento como también en el Nuevo Testamento, como veremos en unos
instantes con más detalle.
La Biblia enseña que “Dios es luz”. 1 Juan 1:5. Vea también Juan 1:1-9. Es por eso que Su Iglesia pura es
representada por la luz, pues debe reflejar el carácter de Dios y su verdad de noche y de día, es decir siempre. Es
por eso que los hijos de Dios son llamados por Jesucristo “la luz del mundo”. Mat. 5:14. Vea también Ap. 19:8.

Los símbolos de luz utilizados en este primer versículo de Apocalipsis 12 nos recuerdan además el sueño de
José, en el cual su familia es representada como el sol (su padre Jacob), la luna (su madre Raquel) y las doce
estrellas (sus doce hijos). Vea Génesis 37:9-11.

De esta manera las doce estrellas de la corona de la mujer pura representan en primera instancia a las 12 tribus
de Israel como base del Judaísmo. Las doce estrellas representan en segundo lugar también a los 12 apóstoles,
como base del Cristianismo. Vea además la construcción de la santa Jerusalén celestial cuyas puertas y cuyos
fundamentos son representados por las doce tribus de los hijos de Israel y por los doce apóstoles de Cristo. Ap.
21:12, 14.

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La luna es además una representación generalizada del Antiguo Testamento. Es decir de la época mosaica de
los tipos y de las sombras. En esta simbología el sol es una representación generalizada del Nuevo Testamento.
Es decir de la gloria del Evangelio, del antitipo, de la sustancia.

“Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento.” Ap. 12:2.
La mujer estaba con dolor de parto y sufría en agonía física. Pero a la vez con la promesa, la esperanza y la fe
del pronto alumbramiento. En la tradición Judía el hecho de estar encinta era una esperanza mesiánica. ¡El
pueblo judío esperaba el advenimiento del Mesías! Estaba por efectuarse la transición del Judaísmo verdadero
al Cristianismo verdadero y de iniciar la era cristiana. Es por esto que la mujer pura está siendo representada
con la luna debajo de sus pies, indicando que el Antiguo Testamento y el Judaísmo son el fundamento, mientras
que aparece revestida del sol pues la era evangélica con el Nuevo Testamento y el Cristianismo estaba por nacer.
Recuerde el tema número 39 de este seminario que hablaba acerca de los dos testigos, del Antiguo y del Nuevo
Testamento y de su unidad inseparable.

El diablo ataca a la mujer


La mujer como símbolo del Pueblo de Dios, aparece ya desde los primeros capítulos del Génesis. Adán llamó
a su esposa “Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes”. Gén. 3:20. Después de desobedecer
a Dios y arrepentirse, ella fue vestida por Dios con túnicas de pieles que representaban el perdón de sus
pecados, la justificación y la reconciliación con Dios. Gén. 3:21. Fue en ese contexto que Dios dio la promesa
de salvación. Recuerde la primera profecía mesiánica de Génesis 3:15 que estudiamos en el tema número 2.
De esta manera la mujer llevó la simiente con la cual iba a venir la salvación al mundo. La palabra “linaje” del
verbo hebreo zera, significa “hijo” o “hijos”. Como mujer, en Eva radicaba la promesa de vida, al convertirse
en madre. Ella era la garantía de sobrevivencia y del futuro Mesías. Recuerde el tema número 3 en el cual
estudiamos acerca de las dos descendencias que se desarrollaron en este mundo como cumplimiento de la
profecía de Génesis 3:15, que fueron los hijos de Dios de la “descendencia de la mujer” y los hijos del diablo
de la “descendencia de la serpiente”. Juan 8:44. La promesa se cumplió finalmente en la vida, muerte y
resurrección de Jesucristo. Hebr. 2:14.
El contexto de todo el capítulo 12 de Apocalipsis nos confronta con esa realidad y nos recuerda el primer
ataque del diablo mediante la astuta serpiente antigua a Eva quien era la primera víctima del veneno de las
mentiras y de los engaños de Satanás. Recuerde Génesis 3:1-5.
Eva, la primera mujer, llevó la semilla de la salvación. Pero el diablo logró asesinar a su hijo fiel Abel a través
de Caín para extinguir la descendencia fiel y obediente a Dios y sus mandamientos, como vimos en el tema
3. Pero Dios intervino en la historia humana y puso a Set en lugar de Abel. De esta manera la semilla de
la salvación puesta por Dios pudo continuar. El nombre Set viene del hebreo “shet” que significa “Dios
ha puesto/dado”. Es la misma palabra utilizada en Génesis 3:15 donde Dios había dicho “Y pondré (shet)
enemistad…”, que predice la victoria de la descendencia fiel de la mujer sobre el diablo y su descendencia
desobediente y rebelde. Recordemos que Jesús obtuvo la victoria sobre el diablo en la cruz del Calvario y sus
seguidores la obtendrán también. Vea Hebr. 1:14; Rom. 16:20.

La primera familia ilustra el gran conflicto descrito en Apocalipsis 12


Como estudiamos en el tema número 3, las dos descendencias se comenzaron a desarrollar a partir de los
dos hermanos Caín y Abel. Caín era el primero en ponerse en “la descendencia espiritual y simbólica de la
serpiente de la falsa adoración”, y Abel era el primero en colocarse en “la descendencia espiritual y simbólica
de la mujer de la verdadera adoración”. Por cuestiones religiosas, Caín mató a su hermano Abel. Fue el primer
asesinato en la historia humana y estaba directamente relacionado a un acto de culto. Era una miniatura de
lo que ocurrió durante los 1260 años de la soberanía papal en Europa, donde los dirigentes de la cristiandad

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occidental torturaron y dieron muerte a “los otros cristianos”.
• La pregunta hecha por Dios a Caín tras asesinar a su hermano
era: “¿Dónde está Abel tu hermano?” y prefigura en cierto
sentido el juicio celestial que inició en el año 1844. Gén. 4:9.
El trasfondo del conflicto está en el trato hacia el hermano. Pero
¿cómo trató el Vaticano/Papado a su hermano durante los 1260 años
de su soberanía? Desafortunadamente lo trató como Caín trató a
Abel. Cuando el trato correcto entre hermanos es el amor, el respeto
y el perdón.
“Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará
también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis
a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.” Mat. 6:14, 15.
“Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a
quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de
él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.” 1 Juan 4:20, 21.

El dragón escarlata con sus 7 cabezas y 10 cuernos


“También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez
cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y
las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a
su hijo tan pronto como naciese.” Ap. 12:3, 4.
Aquí aparece el enemigo de la esperanza. Un dragón escarlata,
es decir rojo, se para frente a la mujer vulnerable que estaba
para dar a luz, para matar a su hijo tan pronto como naciese.
El dragón escarlata tiene un doble significado que estudiaremos
en detalle. Por un lado el dragón es “la serpiente antigua, que
se llama diablo y Satanás” quien arrastró un tercio de las
estrellas, es decir de los ángeles del cielo, y las echa sobre la
tierra. Ap. 12:9. Recordemos el primer tema de este seminario.
Y por otro lado nos recuerde inmediatamente a Roma, la
terrible y espantosa cuarta bestia de Daniel capítulo 7, con sus
diez cuernos; de los temas 17 y 18.
Como vimos en el tema 17 de este seminario, las características de las tres primeras bestias (león, oso, leopardo)
habían sido absorbidas en la cuarta bestia terrible y espantosa. De esta manera Roma, la cuarta bestia, asimiló
como una esponja sus características paganas. Igual como lo describe Ap. 13:2 que analizaremos en el tema
siguiente. Así fue que el dominio y la vida de las tres bestias anteriores habían sido prolongados en la cuarta
bestia. En ese sentido forman una unidad. Y sumando las cabezas de las tres bestias con la cuarta, por la que
fueron asimiladas, tenemos siete cabezas. Vea Daniel 7:4-7.

León = Babilonia = 1 cabeza


Oso = Medo-Persia = 1 cabeza
Leopardo = Grecia = 4 cabezas
Bestia terrible y espantosa = Roma = 1 cabeza
--------------------
= 7 cabezas

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Así que la segunda aplicación del dragón escarlata es Roma. Y como veremos, en sus dos fases: Roma pagana
imperial y Roma cristiana papal. El diablo obró mediante ese reino. Recuerde el tema 18 de este seminario,
donde identificamos a Roma como el reino principal del diablo.
De paso sea dicho que el número siete en la Biblia es el número perfecto de Dios. Ahora el dragón se presenta
con justamente siete cabezas para aparentar ser milagroso y sobrenatural. Aquí vemos una vez más como el
sistema del anticristo imita las cosas divinas haciéndose pasar por Dios para engañar. 2 Tes. 2:3, 4; Ap. 12:9.
Recuerde que tanto los cesares como los papas que los sucedieron, fueron adorados como dioses, usurpando el
lugar de Dios en este mundo. Recuerde y el tema 21 de este seminario.

Pero el dragón escarlata no puede imitar el divino carácter del Creador. Pues el dragón escarlata es cruel
violento y malo. El rojo representa la sangre de muchos millones de mártires derramada por ese poder a lo
largo de su historia. Recuerde lo que estudiamos en los temas 20-23 y Ap. 17:6.

Como acabamos de ver, el diablo imita las cosas de Dios y lo hace también a través de su principal reino en la
historia, es decir Roma en sus dos fases. Recuerde que el diablo se disfraza de ángel de luz y sus ministros se
disfrazan como ministros de justicia. 2 Cor. 11:13, 14. De esta manera se hace pasar por Dios. 2 Tes. 2:3, 4. El
diablo es el maestro del disfraz. Una de sus estrategias principales es hacer creer que ni siquiera existe, es por
eso que siempre se disfraza y nunca revela su verdadera identidad. En su astucia, el diablo logró “engañar al
mundo entero”. Ap. 12:9. Con su apariencia de serpiente antigua, el diablo revistió la maldad con divinidad y
convirtió la desobediencia en una virtud, desde el mismo inicio del conflicto entre la verdad y el engaño en la
tierra. Ap. 12:9; Gén. 3:1-5.
El capítulo 12 de Apocalipsis nos muestra un contraste en el conflicto que
no pudiera ser más marcado. Por un lado la vulnerable mujer encinta
y por otro lado un gran dragón escarlata que desea oprimirla.
“También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez
cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y
las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a
su hijo tan pronto como naciese.” Ap. 12:3, 4.
El versículo nos enseña que el gran dragón escarlata arrastró 1/3 de las estrellas del cielo a la tierra. Este pasaje
tiene una doble aplicación. 1) Por un lado representa al diablo y sus ángeles caídos del gran conflicto cósmico y
2) por otro lado a Roma que quitó un tercio de los dirigentes judíos de su época.

Las dos aplicaciones del dragón


1. La primera aplicación del dragón es el diablo. Ap. 12:9. Recordemos de los temas 1 y 2 de este seminario
que el significado amplio de este pasaje se aplica al diablo mismo y al gran conflicto cósmico entre el bien
y el mal, descrito más detalladamente en los versículos 7-12 del mismo capítulo donde se presentan los
dos frentes enemigos. Miguel (Jesús) y sus ángeles y el dragón (el diablo) y sus ángeles. Que Miguel es
uno de los nombres de Jesucristo ya lo hemos estudiado en el tema 32 de este seminario. Repase Judas
9; 1 Tes. 4:16 y Juan 5:28, 29. Recuerde que ángeles son representados algunas veces como estrellas. Ap.
1:20. El pasaje nos describe al tercio de los ángeles celestiales que el diablo engañó mediante sus falsas
promesas respecto al futuro, y arrastró consigo del cielo a la tierra, convirtiéndose en lo que hoy en día
conocemos como ángeles caídos, espíritus inmundos o demonios. Recuerde que la rebelión de Lucifer
comenzó en el cielo y se trasladó a la tierra. Ez. 28:12-17; Is. 14:12-14. Jesucristo ganó esa batalla celestial
y salió triunfante y victorioso mientras que los ángeles caídos “no prevalecieron” y fueron lanzados fuera
del cielo. Ap. 3:21; 12:8, 9. Recordemos que el conflicto continuó en la tierra y cuando Cristo murió en
la cruz, el diablo fue derrotado y expulsado definitivamente del cielo, perdiendo su acceso al mismo por
siempre. Juan 12:31. En ese contexto, Jesús lo vio caer del cielo como un rayo. Luc. 10:18. Interesante

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es mencionar que Jesucristo mismo es representado en la Biblia como un relámpago, en el contexto de
su cercano retorno a la tierra. Luc. 17:24. Este pequeño análisis nos muestra nuevamente la esencia del
anticristo, que es imitar a Cristo y haciéndose pasar por él. Es por eso que el diablo disfraza como un
ángel de luz. 2 Cor. 11:14. Pero la diferencia entre Cristo y el diablo es abismal. Como rayo, el diablo cayó
verticalmente del cielo a la tierra, mientras que el simbolismo del relámpago de Jesucristo en su retorno
es horizontal, del oriente al occidente. Vea Mat. 24:27.
2. La segunda aplicación del dragón es el reino romano. Recuerde el tema 18 de este seminario donde ya
identificamos a Roma como el principal reino del diablo. El contexto del pasaje que estamos analizando
enseña que aquí se trata de la persecución romana contra los dirigentes del pueblo judío antes del
nacimiento de Cristo y antes de la era cristiana, ya que la mujer está todavía encinta y su hijo Jesucristo
todavía no ha nacido. Ap. 12:3, 4. Y tal como en la primera aplicación, estrellas pueden representar
ángeles celestiales (Ap. 1:20), en esta segunda aplicación estrellas pueden representar también los hijos
de Dios, ya sea como mensajeros de Dios o bajo persecución, como vimos varias veces en el libro de
Daniel. Recuerde Dan. 12:3; 8:10, 13.
• Cuando Judea se convirtió en una provincia romana, 60 años antes del nacimiento de Jesús, había tres
clases de dirigentes. Los reyes, los sacerdotes y el sanedrín. ¡Un tercio de ellos, los reyes, fueron quitados
por los romanos en su conquista!
Y el pasaje sigue diciendo: “Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar
a su hijo tan pronto como naciese.” Ap. 12:4.
En este versículo se fusionan las dos aplicaciones que
acabamos de ver. Pues fue el diablo quien deseaba matar a
Jesucristo y lo intentó mediante su reino principal, Roma. Era
un esfuerzo de interés común entre el diablo y Roma. Mediante
su representante de la época Herodes, Roma hizo su mayor
esfuerzo diabólico con
el fin de destruir al niño Jesús “tan pronto como naciese”.
Cuando Herodes se enteró del nacimiento de Jesús ordenó
que todos los niños menores de dos años de Belén fueran
asesinados en el intento de matar al recién nacido niño Jesús.
Mat. 2:16. Pero Dios intervino mediante un ángel, advirtiendo
a José y María para que huyesen con su recién nacido a Egipto con el fin de escapar de la muerte. Mat. 2:19-23.
En aquella época, Roma, el dragón escarlata,
reinaba sobre todo el mundo, conocido en su
época. Luc. 2:1.
Y su descripción como dragón escarlata, era
mucho más que simbólico, puesen los siglos 2º,
3º, 4º y 5º, ¡el dragón era la segunda principal
enseña de las legiones romanas, y fue pintado
de rojo, es decir escarlata!
El siguiente versículo resume la vida, muerte,
resurrección y ascensión de Jesucristo al cielo,
como también su reinado celestial.

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El siguiente versículo dice:
“Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado
para Dios y para su trono.” Ap. 12:5.

Arrebatado para Dios y para su trono


Cuando Jesucristo tuvo la edad de 33 años, el diablo y Roma, su fiel aliado, alcanzaron finalmente su objetivo de
asesinar al Señor Jesucristo. Fue mediante los administradores políticos del Imperio Romano, el gobernador de
Judea Poncio Pilato y Herodes tetrarca de Galilea, que Cristo fue asesinado finalmente en la cruz del Calvario.
Una vez muerto, Jesús resucitó y “fue arrebatado para Dios y para su trono.” Ap. 12:5.
He aquí tres versículos que describen el evento cuando Jesucristo se sentó a la diestra de su Padre en el cielo:
“… la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este
siglo, sino también en el venidero.” Efesios 1:20, 21.
“Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual
se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, ministro del santuario, y de aquel verdadero
tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre.” Hebreos 8:1, 2.
“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con
mi Padre en su trono.” Ap. 3:21.   

La vara de hierro
Es ahí en el trono celestial donde Jesucristo reina con la mencionada vara de hierro.
En el Antiguo Testamento ya se profetiza que el Mesías regirá con vara de hierro a las naciones:
“Yo publicaré el decreto; el Señor me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por
herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro;
Como vasija de alfarero los desmenuzarás.” Salmos 2:7-9.
Y el Nuevo Testamento confirma que se trata exclusivamente de Jesucristo:
“Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS… De su boca sale una
espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino
del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY
DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.” Ap. 19:13, 15, 16.
Finalmente Jesús reinará sobre el universo. Ap. 12:5.
“Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por
herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro;
Como vasija de alfarero los desmenuzarás. Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; Admitid amonestación,
jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor, Y alegraos con temblor.” Sal. 2:7-11.

He aquí el pasaje de Apocalipsis 12:7-11 que describe en detalle el conflicto cósmico entre el bien y el
mal, entre Cristo y sus ángeles y Satanás y sus ángeles, que ya hemos estudiado en los temas 1 y 2 de este
seminario y en la primera aplicación más arriba en este tema.

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“Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y
sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban
el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se
halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera
el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama
diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue
arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados
con él. Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía:
Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de
nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha
sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba delante de nuestro Dios día y
noche. Y ellos le han vencido por medio de la sangre
del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y
menospreciaron sus vidas hasta la muerte. Ap. 12:7-11.

• De paso sea dicho que el diablo era antes un querubín protector en la presencia del trono de Dios,
equivalente a uno de los cuatro seres vivientes que alababa a su Creador de día y de noche. Ap. 4:8.
Recuerde el tema número 1. Y ahora vemos su cambio drástico. En vez de alabar a su Creador de día y de
noche, acusa a los hermanos delante de Dios “día y noche”.
El siguiente versículo describe la gran ira de Satanás tras haber sido echado definitivamente del cielo a la tierra
con sus ángeles rebeldes en el año 31 d.C., tras la muerte de Jesucristo en la cruz.
“Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque
el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.” Ap. 12:12.
El versículo nos permite ver los pensamientos del enemigo. El diablo supo a partir de ese momento que había
perdido la gran batalla entre el bien y el mal. Satanás sabe que ha sido derrotado y que ya solo le queda un
tiempo limitado. Su tiempo ahora se le acaba. Es por eso que sabe “que tiene poco tiempo”. Ese “poco tiempo”
ya son casi 2000 años. Para nosotros los mortales que solo vivimos un promedio de 60-80 años eso no es poco,
sino mucho tiempo. Pero para Lucifer que vivía en la eternidad, desde su perspectiva incluso 2000 años son poco
tiempo. Para Dios que vive en la eternidad, mil años son como un día. 2 Pedro 3:8. Y para Lucifer, que vivía en la
eternidad, el concepto de tiempo debe ser parecido.

Las dos fases de la persecución


La gran ira del diablo se manifestó en las persecuciones que llevó adelante mediante su poder principal Roma
contra la mujer pura, es decir la Iglesia o el pueblo verdadero de Dios en sus dos fases.
El siguiente versículo describe primero la ira desatada contra el Judaísmo, pues describe la persecución contra
“la mujer que había engendrado a Jesucristo”.
“Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al
hijo varón.” 12:13.
Terrible y espantoso fue lo que Roma hizo con los judíos en los siglos tras el asesinato del Mesías. En el año 70
d.C. las tropas de Roma bajo el general Tito destruyeron la ciudad de Jerusalén y el templo matando a más de un
millón de judíos. De ahí la nación hebrea fue dispersada a todo el mundo. Las persecuciones contra los judíos por
parte de Roma se manifestaron en diferentes lugares del Imperio Romano. Con razón Jesús identificó ese poder
en específico como “el enemigo” y “el desolador”. Recuerde el tema 19 de este seminario.

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• El siguiente enlace resume las persecuciones contra los judíos a lo largo de la historia: http://www.
jewishvoice.org/assets/pdfs/jewish-persecution-in-history.pdf El antisemitismo y el odio contras los
judíos provienen de Satanás. Aunque el diablo ha concentrado su ira en la segunda fase hacia el verdadero
cristianismo su odio y persecución hacia el judaísmo siempre ha seguido y siempre seguirá.
Dios sustenta a su Pueblo durante los 1260 años en el desierto
El siguiente versículo describe la segunda fase de la persecución del poder romano contra la mujer, esta vez contra
el Cristianismo puro, muchas veces relacionado con el judaísmo por su lealtad hacia los diez mandamientos de
Dios que incluyen el día de descanso bíblico del cuarto mandamiento, el sábado.
Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto,
a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo.” Ap. 12:14.
El versículo 6 describe la misma situación de esta manera:
“Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil
doscientos sesenta días.” Ap. 12:6.
Estos dos versículos nos presentan los siguientes 4 detalles que necesitamos analizar. 1) Los 1260 días, 2) El
desierto, 3) El sustento divino, y 4) La serpiente.
1. Los 1260 años: Dios nos presenta nuevamente los sinónimos del tiempo profético de la soberanía romana
papal medieval que abarca del año 538 d.C. hasta el año 1798 d.C. Recuerde que los 3 1/2 tiempos son lo
mismo que los 1260 días proféticos que se convierten en años literas que ya hemos estudiado en detalle
en varios temas de este seminario. Recuerde el tema 20.

2. El desierto: La mujer huye al desierto durante este lapso de tiempo. No es sencillo sobrevivir en el
desierto. El desierto es bíblicamente un lugar de dificultad, de tentación y de prueba. Pero también es
símbolo de soledad, aislamiento de las miradas públicas y ocultamiento de los enemigos. Los cristianos
de ese período de tiempo tuvieron que adorar a Dios en lugares secretos, en rincones ocultos de los
valles y en las montañas. En este contexto es importante que la soberanía papal en la Europa medieval
de los 1260 años es descrita como la fase del desierto para el pueblo perseguido. El pasaje de Ap. 17:3-6
que ya hemos estudiado en el tema 23, se refiere específicamente a este lapso de tiempo “desértico” de
los 1260 años en el cual la mujer ramera persigue a la mujer pura, derramando su sangre inocente hasta
embriagarse con ella.
3. El sustento divino: Dios no abandona a su mujer pura en esa fase tan difícil. Al contrario. Él la sustenta
durante ese periodo de prueba y persecución. El preparó un lugar para ella para que no sea destruida
por completo y pueda sobrevivir. Es por eso que la mujer recibió “las dos alas de la gran águila, para
que volase de delante de la serpiente”.Tenemos que saber que alas de águila son un símbolo de la
protección divina. Dios es representado en la Biblia como la gran águila. Deut. 32:10, 11. Sobre alas de
águila ya había sacado una vez a su pueblo en la primera fase de la mujer, del judaísmo, cuando la sacó
de Egipto al desierto tras las diez plagas de antaño. “Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo
os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí.” Éx. 19:4. De paso sea dicho que cuando el diablo
quiso destruir al niño Jesús mediante Roma, Dios lo sacó y guió a Egipto (es decir al desierto) para que
sobreviva. Mat. 2:13-15.

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4. La serpiente: Interesante es que el poder usurpador y perseguidor medieval, es decir Roma en su segunda
fase como sistema papal del Vaticano, es descrito ahora por Dios como la serpiente. Pues la mujer tuvo
que huir “delante de la serpiente al desierto”. Y sabemos que el mismo capítulo identifica en el versículo
9, al diablo como la “serpiente antigua”. Como vimos antes en este tema, el dragón es a la vez el diablo
y a la vez Roma. Ahora vemos de la misma manera que la serpiente es a la vez el diablo y a la vez Roma.
Solo que hay una diferenciación que Dios nos presenta en este pasaje. Ya sabemos que el diablo es a la
vez el dragón y la serpiente. Pero hablando de las dos fases de Roma, que son ambas controladas por
el diablo detrás del escenario, el dragón se aplica principalmente la primera fase, pagana e imperial y la
serpiente se aplica a la segunda fase, cristiana y papal. De esta manera la Palabra de Dios nos presenta
nuevamente la transición de Roma en sus dos fases como ya lo había hecho en varios lugares de la
profecía. Recuerde por ejemplo el tema 18 de este seminario.

Así que como dragón (mediante Roma pagana), el diablopersiguió primero a “la mujer que dio luz al hijo
varón”, es decir el Judaísmo (Ap. 12:13, 5) y después como serpiente (mediante Roma papal) a “la mujer que
tuvo que huir al desierto durante los 1260 años de la soberanía papal”, es decir el Cristianismo puro (Ap.
12:14, 6).
Como ya vimos en este seminario, el verdadero judaísmo es el verdadero cristianismo y viceversa. Además
vimos que la cuarta bestia, aunque cambió de forma de pagana a papal sufriendo esa transición, también
siempre ha sido la misma bestia. Esto significa que el diablo ha estado siempre con sus poderes terrenales
detrás del verdadero pueblo de Dios.

La tierra ayuda a la mujer


El siguiente versículo presenta las armas que la serpiente utiliza para destruir a la mujer e introduce un nuevo
actor que entra en el escenario de este gran conflicto trayendo esperanza a la mujer perseguida.
“Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río. Pero
la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca.”
Ap. 12:15, 16.
1. Agua como un río: La serpiente arroja de su boca agua como un río para arrastrar con ella a la mujer. Ya
conocemos el simbolismo del agua gracias a temas anteriores. El agua es sinónimo de muchedumbres.
Ap. 17:15; 19:6; Is. 8:7; 17:12. Aquí las Sagradas Escrituras nos presentan el hecho que el papado/Vaticano
intentó durante los 1260 años de su soberanía ahogar al cristianismo puro mediante sus persecuciones
que dieron como resultado millones de mártires.
2. El veneno de la serpiente: Dios es muy detallista. El hecho que el agua maligno, para destruir a la mujer,
salió de la boca de la serpiente, insinúa además el veneno la serpiente. Tal como de la boca de serpiente
antigua en el jardín Edén salieron engaños y falsas doctrinas opuestas a la clara y sana Palabra de Dios, lo
mismo ocurre aquí nuevamente. El papado/Vaticano utilizó sus falsas doctrinas y sus engaños religiosos,
contrarias a las Sagradas Escrituras, para inundar y envenenar a la mujer pura con el propósito de
arrastrarla, destruirla y ahogarla en el error. De esta manera el papado engañó y corrompió a las naciones
durante siglos. Recuerde las tradiciones humanas del romanismo y las falsas interpretaciones proféticas
del futurismo y del preterismo de los Jesuitas de la contrarreforma del tema 22.
3. La tierra ayuda a la mujer: Este detalle es muy significativo pues trae esperanza. La mujer perseguida
recibe ayuda repentina. Dios provee un lugar especial, “la tierra”, donde la mujer pudo huir de la
serpiente romana. En el tema 44 lo veremos con mucho detalle bíblico e histórico. Pero adelantando
podemos decir que América fue descubierta en el año 1492 desde la perspectiva de los europeos, 25

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años antes del inicio de la Reforma Protestante que inicio con Martín Lutero en el año 1517. La Reforma
Protestante desencadenó la inquisición papal con su máxima furia. Para aquel entonces en Europa ya se
había difundido la noticia del “Nuevo Mundo”. Los perseguidos protestantes huyeron a Norteamérica
donde inmigraron y forman lo que luego se conoció como los Estados Unidos de Norteamérica, un país
de libertad religiosa, donde se respetaban sus creencias. Una aplicación adicional de “la tierra que ayudó
a la mujer” es esta: Gracias a la Reforma Protestante hubo bastante suelo protestante para absorber la
furia papal y quitar su poder de dañar a la Iglesia.
Cuando Dios liberó a los hebreos (su pueblo de la primera fase), sacándolos del desierto de Egipto, le proveyó
alimento físico (maná) y espiritual (sus diez mandamientos) y destruyó a los perseguidores. Algo parecido hizo
con su pueblo de la segunda fase (el cristianismo puro) durante los 1260 años de la soberanía papal. También a
ellos le dio refugio y sustentó físico- y espiritual, les proveyó un lugar de escape y permitió que el poder papal
reciba un duro golpe durante la Revolución Francesa. Recuerde el tema 31 donde vimos el paralelismo entre
el tiempo del Pueblo de Dios en su primera fase, el judaísmo bajo la opresión faraónica en Egipto (430 años)
y el tiempo del Pueblo de Dios en su segunda fase, el cristianismo protestante en el desierto bajo la opresión
papal en el Egipto simbólico (1290 años). Ex. 12:40, 41; Dan. 12:11. Tal como Dios rescató su mujer pura con
alas de águila bajo la primera opresión (recuerde Éx. 19:4), utilizó nuevamente las alas de águila para rescatar
a su mujer pura de la segunda opresión. América, la tierra que ayudó a la mujer, tiene el símbolo del águila. Y la
Revolución Francesa con sus tropas que impusieron al Vaticano la herida mortal y terminaron con la Inquisición
en Europa también tenían el símbolo del águila.

El águila de la Revolución Francesa El águila de los Estados Unidos de América

La última gran controversia


El versículo final del capítulo 12 del Apocalipsis nos muestra el último esfuerzo diabólico antes del retorno de
Jesucristo con el esfuerzo de extinguir una vez más a la mujer.
“Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia
de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.” Ap. 12:17.
El dragón, es decir el diablo mediante Roma en su segunda fase papal, se llenará nuevamente de una ira especial
contra la mujer, es decir contra la Iglesia cristiana pura, parecida a la que el diablo había sentido cuando fue
lanzado definitivamente del cielo, según el versículo 12 que hemos estudiado antes. Pero no va en guerra contra
toda la mujer, es decir contra toda la cristiandad, sino contra “el resto de la descendencia de ella”. Ese remanente
es definido por dos características. En primer lugar se destaca por guardar los diez mandamientos de Dios.
Hecho que viene confirmado en Ap. 14:12, donde dice: “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los
mandamientos de Dios y la fe de Jesús”. Y en segundo lugar el remanente se destaca por tener el testimonio de
Jesucristo, que es “el espíritu de la profecía”. Vea Ap. 19:10. Este segundo detalle nos muestra que el remanente
tiene en su seno el don profético. Esta característica estudiaremos en detalle en un tema posterior. El hecho que
el remanente tenga el testimonio de Jesucristo confirma además que se trata de la segunda fase de la mujer, es

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decir del cristianismo puro, pues el judaísmo desafortunadamente no cree en Jesucristo como el Mesías.
Ap. 12:17 nos presenta el último estallido del gran conflicto entre el bien y el mal aquí en la tierra. Todavía está
en el futuro, pero se está acercando a grandes pasos como veremos en los temas siguientes.
Autor: Enrique Rosenthal

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