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Tema
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Los símbolos de luz utilizados en este primer versículo de Apocalipsis 12 nos recuerdan además el sueño de
José, en el cual su familia es representada como el sol (su padre Jacob), la luna (su madre Raquel) y las doce
estrellas (sus doce hijos). Vea Génesis 37:9-11.
De esta manera las doce estrellas de la corona de la mujer pura representan en primera instancia a las 12 tribus
de Israel como base del Judaísmo. Las doce estrellas representan en segundo lugar también a los 12 apóstoles,
como base del Cristianismo. Vea además la construcción de la santa Jerusalén celestial cuyas puertas y cuyos
fundamentos son representados por las doce tribus de los hijos de Israel y por los doce apóstoles de Cristo. Ap.
21:12, 14.
“Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento.” Ap. 12:2.
La mujer estaba con dolor de parto y sufría en agonía física. Pero a la vez con la promesa, la esperanza y la fe
del pronto alumbramiento. En la tradición Judía el hecho de estar encinta era una esperanza mesiánica. ¡El
pueblo judío esperaba el advenimiento del Mesías! Estaba por efectuarse la transición del Judaísmo verdadero
al Cristianismo verdadero y de iniciar la era cristiana. Es por esto que la mujer pura está siendo representada
con la luna debajo de sus pies, indicando que el Antiguo Testamento y el Judaísmo son el fundamento, mientras
que aparece revestida del sol pues la era evangélica con el Nuevo Testamento y el Cristianismo estaba por nacer.
Recuerde el tema número 39 de este seminario que hablaba acerca de los dos testigos, del Antiguo y del Nuevo
Testamento y de su unidad inseparable.
Pero el dragón escarlata no puede imitar el divino carácter del Creador. Pues el dragón escarlata es cruel
violento y malo. El rojo representa la sangre de muchos millones de mártires derramada por ese poder a lo
largo de su historia. Recuerde lo que estudiamos en los temas 20-23 y Ap. 17:6.
Como acabamos de ver, el diablo imita las cosas de Dios y lo hace también a través de su principal reino en la
historia, es decir Roma en sus dos fases. Recuerde que el diablo se disfraza de ángel de luz y sus ministros se
disfrazan como ministros de justicia. 2 Cor. 11:13, 14. De esta manera se hace pasar por Dios. 2 Tes. 2:3, 4. El
diablo es el maestro del disfraz. Una de sus estrategias principales es hacer creer que ni siquiera existe, es por
eso que siempre se disfraza y nunca revela su verdadera identidad. En su astucia, el diablo logró “engañar al
mundo entero”. Ap. 12:9. Con su apariencia de serpiente antigua, el diablo revistió la maldad con divinidad y
convirtió la desobediencia en una virtud, desde el mismo inicio del conflicto entre la verdad y el engaño en la
tierra. Ap. 12:9; Gén. 3:1-5.
El capítulo 12 de Apocalipsis nos muestra un contraste en el conflicto que
no pudiera ser más marcado. Por un lado la vulnerable mujer encinta
y por otro lado un gran dragón escarlata que desea oprimirla.
“También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez
cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y
las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a
su hijo tan pronto como naciese.” Ap. 12:3, 4.
El versículo nos enseña que el gran dragón escarlata arrastró 1/3 de las estrellas del cielo a la tierra. Este pasaje
tiene una doble aplicación. 1) Por un lado representa al diablo y sus ángeles caídos del gran conflicto cósmico y
2) por otro lado a Roma que quitó un tercio de los dirigentes judíos de su época.
La vara de hierro
Es ahí en el trono celestial donde Jesucristo reina con la mencionada vara de hierro.
En el Antiguo Testamento ya se profetiza que el Mesías regirá con vara de hierro a las naciones:
“Yo publicaré el decreto; el Señor me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por
herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro;
Como vasija de alfarero los desmenuzarás.” Salmos 2:7-9.
Y el Nuevo Testamento confirma que se trata exclusivamente de Jesucristo:
“Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS… De su boca sale una
espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino
del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY
DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.” Ap. 19:13, 15, 16.
Finalmente Jesús reinará sobre el universo. Ap. 12:5.
“Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por
herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro;
Como vasija de alfarero los desmenuzarás. Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; Admitid amonestación,
jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor, Y alegraos con temblor.” Sal. 2:7-11.
He aquí el pasaje de Apocalipsis 12:7-11 que describe en detalle el conflicto cósmico entre el bien y el
mal, entre Cristo y sus ángeles y Satanás y sus ángeles, que ya hemos estudiado en los temas 1 y 2 de este
seminario y en la primera aplicación más arriba en este tema.
• De paso sea dicho que el diablo era antes un querubín protector en la presencia del trono de Dios,
equivalente a uno de los cuatro seres vivientes que alababa a su Creador de día y de noche. Ap. 4:8.
Recuerde el tema número 1. Y ahora vemos su cambio drástico. En vez de alabar a su Creador de día y de
noche, acusa a los hermanos delante de Dios “día y noche”.
El siguiente versículo describe la gran ira de Satanás tras haber sido echado definitivamente del cielo a la tierra
con sus ángeles rebeldes en el año 31 d.C., tras la muerte de Jesucristo en la cruz.
“Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque
el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.” Ap. 12:12.
El versículo nos permite ver los pensamientos del enemigo. El diablo supo a partir de ese momento que había
perdido la gran batalla entre el bien y el mal. Satanás sabe que ha sido derrotado y que ya solo le queda un
tiempo limitado. Su tiempo ahora se le acaba. Es por eso que sabe “que tiene poco tiempo”. Ese “poco tiempo”
ya son casi 2000 años. Para nosotros los mortales que solo vivimos un promedio de 60-80 años eso no es poco,
sino mucho tiempo. Pero para Lucifer que vivía en la eternidad, desde su perspectiva incluso 2000 años son poco
tiempo. Para Dios que vive en la eternidad, mil años son como un día. 2 Pedro 3:8. Y para Lucifer, que vivía en la
eternidad, el concepto de tiempo debe ser parecido.
2. El desierto: La mujer huye al desierto durante este lapso de tiempo. No es sencillo sobrevivir en el
desierto. El desierto es bíblicamente un lugar de dificultad, de tentación y de prueba. Pero también es
símbolo de soledad, aislamiento de las miradas públicas y ocultamiento de los enemigos. Los cristianos
de ese período de tiempo tuvieron que adorar a Dios en lugares secretos, en rincones ocultos de los
valles y en las montañas. En este contexto es importante que la soberanía papal en la Europa medieval
de los 1260 años es descrita como la fase del desierto para el pueblo perseguido. El pasaje de Ap. 17:3-6
que ya hemos estudiado en el tema 23, se refiere específicamente a este lapso de tiempo “desértico” de
los 1260 años en el cual la mujer ramera persigue a la mujer pura, derramando su sangre inocente hasta
embriagarse con ella.
3. El sustento divino: Dios no abandona a su mujer pura en esa fase tan difícil. Al contrario. Él la sustenta
durante ese periodo de prueba y persecución. El preparó un lugar para ella para que no sea destruida
por completo y pueda sobrevivir. Es por eso que la mujer recibió “las dos alas de la gran águila, para
que volase de delante de la serpiente”.Tenemos que saber que alas de águila son un símbolo de la
protección divina. Dios es representado en la Biblia como la gran águila. Deut. 32:10, 11. Sobre alas de
águila ya había sacado una vez a su pueblo en la primera fase de la mujer, del judaísmo, cuando la sacó
de Egipto al desierto tras las diez plagas de antaño. “Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo
os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí.” Éx. 19:4. De paso sea dicho que cuando el diablo
quiso destruir al niño Jesús mediante Roma, Dios lo sacó y guió a Egipto (es decir al desierto) para que
sobreviva. Mat. 2:13-15.
Así que como dragón (mediante Roma pagana), el diablopersiguió primero a “la mujer que dio luz al hijo
varón”, es decir el Judaísmo (Ap. 12:13, 5) y después como serpiente (mediante Roma papal) a “la mujer que
tuvo que huir al desierto durante los 1260 años de la soberanía papal”, es decir el Cristianismo puro (Ap.
12:14, 6).
Como ya vimos en este seminario, el verdadero judaísmo es el verdadero cristianismo y viceversa. Además
vimos que la cuarta bestia, aunque cambió de forma de pagana a papal sufriendo esa transición, también
siempre ha sido la misma bestia. Esto significa que el diablo ha estado siempre con sus poderes terrenales
detrás del verdadero pueblo de Dios.