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El latín es la lengua más conocida entre las lenguas muertas y debe su nombre
al Lacio ―comarca de Italia, donde se encontraba Roma-. Tenía préstamos de otros idiomas
como el griego, el umbro, el osco y el etrusco, así como aportaciones de algunos dialectos que
han concurrido a la formación de la lengua latina como el pelasgo o el céltico; hay que
lamentar la pérdida del libro Orígenes de Roma, de Catón, que hubiera ayudado a establecer
sobre la cuestión de la primitiva composición del latín. El monumento más antiguo que se
conserva del latín es un canto o himno que los hermanos arvales (colegio de sacerdotes
romanos) recitaban en su fiesta anual y que fue descubierto en el año 1777, grabado en una
piedra, acompañada de los estatutos del colegio.
El latín se usó en el Imperio romano y, tras la partición del mismo, en el Imperio romano de
Occidente hasta su disolución, y desde la Edad Media como lengua sagrada de la iglesia
cristiana occidental, de la ciencia, de la Filosofía y la Teología y del Humanismo. En la
actualidad, todavía se enseña en algunos currículos educativos.
Literatura romana[editar]
La literatura romana en el latín va de la mano de dos partes muy marcadas que son la
literatura indígena y la imitada.
La literatura romana indígena ha dejado muy pocos vestigios y sólo nos ofrece
fragmentos, que proceden del origen de Roma y ensayos de arcaísmos que proceden
fundamentalmente de tiempos de la República, de los emperadores y principalmente de
los Antoninos.
Este primer periodo no ofrece más que obras incompletas. En su origen este pueblo agricultor
y jurista, religioso y práctico, no tiene nada del instinto poético de las poblaciones nacientes,
su jactancia resplandece en canciones y farsas desordenadas; además se caracteriza en lo
siguiente:
Estos sacerdotes al llegar la primavera recorrían todos los campos para obtener de los dioses
una cosecha importante. Llevaban una marrana preñada y después de la procesión, se
reunían en círculo, entonaban una plegaria y sacrificaban dicho animal y la plegaria constaba
de cinco frases distintas, cada una de las cuales se repetía tres veces y de una exclamación
final que se repetía cinco veces.
Algunos estudiosos opinan que estaban escritos en forma métrica los versos de estos cánticos
y en versos saturnios de desigual medida sin otro signo prosódico que el yambo y del troqueo.
El único carácter poético del canto es la triple repetición de cada frase o de cada verso y la
repetición de la palabra final.
Los axamenta o cantos de los sacerdotes salios se refieren igualmente a ceremonias piadosas
y se expresaba por un delirio excitado y danzas acompañadas de cantos y ceremonias
extrañas en que figuraban anciles, escudos consagrados al dios Marte.
Tal fue el verdadero origen del teatro indígena en Roma de aquellas escenas exentas de arte,
teatro tan diverso del drama imitado de los griegos que cautivó luego al público.
Estas improvisaciones verificadas por los jóvenes de la población se incorporaban con una
especie de armazón de fábulas atellanas, de la villa de Atella enCampania, cerca de Aversa, y
constituían un teatro peculiar a Dios con sus personajes especiales, como Maccus, Bucco,
Puppus y sus privilegios particulares en su cualidad de teatro indígena, sostenido y
representado en su origen por la juventud romana (con la exclusión de los histriones o actores
asalariados, dedicados a las piezas de origen griego).
Más adelante tuvo este repertorio célebres actores, pero no se halla nombre alguno en este
primer periodo de autores atellanos.
Desde esta primera época hubo la necesidad de acumular en una especie de catálogo, es
decir, un inventario, los hechos y nombres principales relativos a lapolítica o religión, como son
los que se citan a continuación.
Los indigitamenta atribuidos a Numa y comentados más tarde por Granius Flaccus, como
un repertorio sacerdotal de todos los dioses conocidos en el Lacio.
Colección de leyes reales titulado Derecho papiriano, que tomó nombre de un tal Papirio, el
cual, bajo el reinado de Tarquino el Soberbio, había compilado sus diversas partes.
Se hallan en los fragmentos de estas leyes y constituciones reales varias prescripciones que
emanan de Rómulo, de Tacio, de Numa, de Servio Tulio y que descubren hábitos
supersticiosos o la experiencia de la vida práctica. Como ejemplos de lo dicho se puede citar
lo siguiente:
Hacia los años 302 y 304 de Roma, después de haber enviado a Grecia diputados encargados
de tomar una copia de las Leyes de Atenas y otras ciudades, publicaron los decemviros la Ley
de las Doce Tablas que en el año 306 esculpidas en bronce fueron públicamente fijadas en el
Foro junta a la tribuna de oradores y frente a la Curia.
Este código, el mejor redactado, el más discretamente severo de las primeras leyes romanas,
fue durante mucho tiempo observado y acatado, y contiene toda la ciencia legal de los
antiguos romanos codificando las más antiguas leyes de derecho público, criminal, privado,
sacro y procesal, comunes a los patricios y plebeyos, con las modificaciones exigidas por el
objeto de esta legislación con estilo admirablemente breve, riguroso y preciso.
Esta ley pervivió hasta Justiniano, época en la que se empezó una nueva labor de
interpretación de las leyes existentes y relaciones jurídicas de las reglas y fórmulas
preestablecidas en las Doce tablas. Las características principales de esta monumental obra
jurídica son las siguientes:
Grandes jurisconsultos de esa época fueron Apio Claudio ―cuyo nombre recuerda las luchas
que suscitaron estas fórmulas del derecho entre patricios y plebeyos― y Tiberio Coruncanio.
En esta época primitiva de la literatura latina también tuvo su principio la historia como
ciencia social con las siguientes obras:
La primera obra conocida histórica fue los Annales pontificum, redactado por el gran
pontífice, auxiliado por cuatro colegas. Cicerón nos dice lo siguiente de esta obra:
«Recogía todos los acontecimientos de cada año, y los escribía en una tabla blanqueada,
que mostraba en su casa a fin de que el pueblo pudiese consultarlos».
Otros libros fueron los libri magistratuum, los libri lintet y los censorum commentarii, que
eran registros llevados por los depositarios de los poderes públicos; el mismo Tito
Livio debía de haberlos conocido y haber recurrido a ellos. Estos libro no fueron ninguna
gran recopilación prolija de los sucesos históricos sino que se trataba de algunas breves
notas, una lacónica mención de los hechos extraordinarios, etc.
Otros vestigios históricos fueron las inscripciones de las columnas de Duilio, erigida en
conmemoración de la victoria naval obtenida por Roma en el 494 contra los cartagineses
por el cónsul romano Duilio y dos epitafios de los sepulcros de los Escipiones.
El resumen de este primer periodo se caracteriza por tanto por sus obras de leyes y de
jurisprudencia más algunas obras con vestigios históricos.
No había en Roma un espíritu literario cuando cayó Tarento en manos de los romanos y con
los despojos de esta ciudad entró en Roma un prisionero llamadoAndrónico que correspondió
al cónsul Livio Salinator y se principió la gloriosa serie de esclavos eruditos que pagaron por
los dones de su espíritu el rescate de su libertad, oponiendo a la nobleza de la sangre y de la
fuerza a aquella otra nobleza del talento y gusto intelectual.
Con la parte más sobresaliente de la literatura el drama, es decir poema dramático que intenta
transmitir aspectos graves de la vida en su realidad más cotidiana empleando el autor la
graduación de sentimientos que desee, de lo más trágico a lo más cómico, es con lo que Livio
Andrónico que vivió en el siglo III a. C. siendo el poeta más antiguo latino que recibió su
nombre latino de Livio Salinator quien en pago de haber educado a sus hijos lo manumitió. Se
presentó ante los espectadores romanos primero como actor y autor de sus obras y
posteriormente solo de autor conservándose veinte libros de sus dramas pero con pocos
fragmentos de los mismos, imitaciones de piezas griegas y el uso del verso saturnino. Livio
Andrónico se ejercitó en otros géneros, como son los siguientes:
Los fragmentos de sus versos se encuentran en la colección Poetae scaenici latini de Bothe.
Otro autor es Nevio, que se dio a conocer hacia los años 520 AUC.,235 a. C. ; gran
apasionado de los griegos, se centró más en personajes romanos pero halló gran oposición en
la aristocracia romana y fue incluso castigado con el destierro, muriendo en Útica hacia el año
550 de Roma, debido a la familia de losEscipiones, y a los Metelos. Cultivó varios géneros,
que son los siguientes:
Escribió comedias.
Escribió un Poema épico sobre la primera guerra púnica y una traducción de la Ilíada.
Entre estos poetas enciclopédicos fue Ennio, nacido el año 515 en Rudies, uno de los más
fecundos y celebrados, ya que cultivó epopeyas, sátiras, comedias, tragedias, poemas
filosóficos, didácticos, formándose un gran nombre. Sus obras fueron las siguientes:
Finalmente Accio el más importante de los trágicos romanos hacia el 632, del que se conserva
lo siguiente:
Algunos fragmentos de una pieza natural titulada Bruto, en que puede citarse un
fragmento notable de su Prometeo, traducción atrevida del Prometeo deEsquilo.
Se le atribuyen también obras en prosa relativas a la crítica literaria y dramática.
Se conservan fragmentos de Anales de que Macrobio nos conserva un pasaje escrito en
hexámetros.
Pero su fama es la de trágico (tragedia palliata), imitada de los griegos, más bien que la
denominada pretextata, es decir, representante de la aristocracia romana.
Plauto, natural de Sarsina, en Umbría, floreció por la época de la segunda guerra púnica y es
uno de los poetas que permaneció más fieles al patriotismo y tuvo una gran penetración
psicológica de los sucesos interiores, de las contrariedades, de los disturbios y emociones de
la vida romana, tocando los vicios, los defectos de todas las clases. Sabía evitar los
resentimientos de los poderosos y complacer a los menos acomodados y al pueblo íntimo
cuyos individuos frecuentaban la Cávea atribuyéndosele más de ciento treinta comedias, es
decir, poemas dramáticos de despropósitos y final festivo que suele tener por objeto corregir
las costumbres de su época, describiendo los vicios y extravagancias de los hombres, aunque
solo nos han llegado veinte comedias y probablemente el Amphytrion fue copiada de los
griegos. Una de sus comedias más curiosa fue la obra Cautivos. Otras obras suyas son El
soldado fanfarrón, El anfitrión, El persa, El cartaginés, El mentiroso. Murió rodeado de gloria el
año 570 de Roma.
Terencio como la mayor parte de los introductores de la poesía dramática en Roma, llegó
de África a Roma en el bagaje del senador Terencio Lucano. En las obras que ha dejado
Terencio se ven vestigios de Grecia y principalmente fue imitador y copista de Menandro, lo
cual le hizo recibir de César el título de semi-Menandro. Su forma de escribir consistía en
reunir dos piezas de este autor o de un contemporáneo romano para hacer de ellas una sola,
con gran pureza y elegancia, y su talento consistía en lo siguiente:
Sus seis comedias son las siguientes: Andria, Hecyra, Heautontimorumenos, Phormio,
Eunuchus, Adelphi y la primera edición de las obras de Terencio es de 1469 y lleva las notas
de Donato.
Casi a finales del siglo VII es cuando vivieron dos autores cómicos de un mérito quizás menor
que los dos anteriores, Nevio y Lucio Pomponio de Bolonia, autores
de atelanas, farsas populares que ya hemos mencionado.
Lucio Pomponio, autor de unas sesenta y una piezas, de las cuales quedan solo algunos
fragmentos, guardaron cierta corrección en este género de sátira dramática y la elevaron
gradualmente hasta darles cierta fuerza y bastante popularidad para hacer temblar más
adelante a los primeros emperadores en su propio trono.
Otros autores cómicos de la misma época como el esclavo galo Cecilio Estacio y Afranio,
inventor de la comedia propiamente romana, titulada Togata, escribieron piezas del género de
las atelanas y otra por el estilo de Plauto.
Un contemporáneo de los Escipiones, patricio, quiso realzar las letras latinas por el rango de
escritor, cuando hasta entonces no había sido más que una ocupación de esclavos sabios. El
caballero romano Cayo Lucilio (148–105 a. C.) ennobleció el arte de escribir, una ocupación
como se ha dicho anteriormente de esclavos o personas pertenecientes al proletariado,
haciendo incluir oficialmente la profesión de literato entre las cosas permitidas a los patricios.
Sus sátiras, es decir, obras escritas para poner en ridículo a personas y cosas, de las que
escribió treinta libros y hoy apenas nos quedan fragmentos, fueron una verdadera creación,
porque el verso, la forma, las personalidades, etc., diferían de las sátiras anteriores,
designando a las personas a imitación de las antiguas franquicias de los griegos, pero romano
en cuanto al vigor o fuerza de sus expresiones y el cinismo en la pintura de las costumbres de
su tiempo. También se le atribuyen una comedia e himnos, yHoracio le llama patrocinador de
poesía desconocida a los griegos y le reprocha la dureza de su versificación.
En prosa, Quinto Fabio Pictor, que vivió hacia el 220 a. C. y al que se considera el más
antiguo de los historiadores romanos, dejó una obra titulada Anales que no ha llegado hasta
nosotros, escrita durante la segunda guerra púnica. Participó en la guerra de la Galia y en la
segunda guerra púnica y fue senador y cuestor. Era muy aficionado a la literatura y prefería
relatar los hechos a tomar parte de ellos. Su obra ya citada Anales empezaban probablemente
con la llegada de Eneas a Italia y llegaban hasta el tiempo del autor. Los hechos pasados
están contados de una manera breve, pero los contemporáneos se relatan con mucho más
detalle y no se sabe en cuantos libros está dividida y hasta que año llega. Polibio achaca a la
obra de Pictor cierta parcialidad hacia los romanos, pues deseando que Grecia conociera a
sus compatriotas los presenta por el lado más favorable y poseía la obra una posición
exactísima de las variaciones ocurridas en la Constitución romana.
Catón el Viejo (o Catón el Censor), que redactó en siete libros los Orígenes de Roma que
abarcaba hasta el siglo VII todos los acontecimientos de Roma que debió suscitar un gran
interés por los siguientes motivos:
El conocimiento que tenía el escritor de los hechos verdaderos que distinguieron los
principios de su país.
Su posición personal en medio de los negocios públicos.
Su amistad con Ennio, que había escrito Anales en verso.
Su experiencia en la política del Senado.
Por desgracia para la historia, es decir narración de acontecimientos pasados y hechos dignos
de interés, en general y la historia de la Roma Antigua en particular solo han quedado algunos
fragmentos de su obra histórica.
Entre todos los historiadores que figuran como gramáticos, es decir los que estudian los
principios generales de todos los idiomas, están los siguientes autores:
Lucius Cassius Hemina, liberto de Pompeyo que escribió acerca de la tercera guerra
púnica.
Lucio Otacilio Pilito.
Los tres libros de memorias De vita sua del cónsul Marco Emilio Escauro.
Sila y sus Memorias, pero nada nos ha llegado de ellas a excepción de una memoria del
libro XXI hecha por Prisciano.
En la retórica, es decir arte del bien hablar otorgando al lenguaje eficacia para deleitar o
persuadir, parte tan importante de la vida política de los romanos, origen de honores, fortuna,
gloria, están los siguientes autores:
Están en este grupo personas como Marco Antonio, Lucio Licinio Craso y Cornelio
Cetego con resúmenes de sus discursos de personas tan importantes comoTito
Livio y Cicerón.
Los profesores de la elocuencia tales como Lucio Plocio Galo que dio en el 66-65 a. C. las
primeras lecciones a Cicerón. Estos profesores fueron prohibidos por un senado-
consulto fechado en el año 59.
Pero por otra parte la escuela estoica, filosofía griega fundada por Zenón, que tuvo por
discípulos de los más famosos a Panecio y Rutilio Rufo, amigos de Escipión, tuvo numerosos
partidarios y venía a ser como un abrigo escogido por aquellos descontentos de la ambición,
las revoluciones políticas o las represalias de la fuerza o poder.
Los jurisconsultos, aquellos que poseían el sentimiento más riguroso del derecho que es aquel
conjunto de reglas que someten las relaciones humanas en la sociedad civil, y hombres
versados en la ciencia del derecho y dotado en ella de conocimientos poco comunes, que
comprendían que las leyes, tan fácilmente atropelladas por la prepotencia de los magnates,
escritas a menudo al antojo de la política e impotentes para mantener la justicia y para
satisfacer todos los intereses, pues ellos mismos se refugiaban en el estoicismo por los
siguientes motivos:
La jurisprudencia dio lugar a un grandísimo número de leyes, entre cuyo número se distinguen
las siguientes:
La Ley voconia relativa a las herencias de las mujeres que si podían a título de legado
heredar la mitad del patrimonio estableciéndose que nadie podía adquirir por legado más
de lo que adquiriese el heredero.
Las leyes Funnia, Orchia, para moderar los gastos de la mesa, produciendo entre otros
muchos célebres juristas, la familia de los Escévolas, que reunió elestoicismo a cuantiosos
trabajos sobre el derecho.Tre ilustres Escévolas fueron los siguientes:
o Quinto Mucio Escévola, que vivió por el 217 a. C., fue un juriconsulto romano y pretor
en Cerdeña.
o Quinto Mucio Escévola, homónimo del anterior, cónsul que vivió en el siglo I a. C. y
fue un gran orador y juriconsulto.
Desde la muerte de Sila hasta la de Augusto[editar]
Las costumbres romanas llegaron a un extremo exagerado de influencia griega por lo
siguiente:
El ascendiente de los estudios griegos había prevalecido en tales términos que los
jóvenes romanos tuvieron por hábito dirigirse a las ciudades griegas deRodas, de Atenas,
de Apolinia, de Mitilene para completar sus estudios.
La peregrinación de ciudadanos romanos a Grecia se había hecho para los romanos una
parte indispensable para completar su educación.
La filosofía griega favorecida por Lúculo, abriendo una biblioteca compuesta de obras las
más curiosas y raras, y Sila, encaminando a Roma las obras deAristóteles que se
convirtieron más que en una moda en un estudio serio.
Anteriormente se ha dicho que un senado-consulto prohibió las escuelas de retórica, pero
estas prohibiciones cayeron pronto en desuso, ya que estas escuelas se multiplican bajo
el triunvirato de Lépido, Marco Antonio y Octavio saliendo de estas escuelas sino oradores si
abogados.
Bajo Octavio Augusto se hallaron estas escuelas de retórica más favorecidas con lo siguiente
a destacar:
Las lecturas públicas instituidas por Cayo Asinio Polión, uno de los favoritos de Octavio
Augusto,
En estas lecturas públicas es donde se leyó por primera vez el poema de Cornelio
Severo Sobre la guerra de Sicilia entre Sexto Pompeyo y Octavio y ciertamente algunos
trozos de poema que preparaba este mismo Asinio Polión sobre las guerras civiles, que
acababan de cambiar el aspecto de los negocios en Roma.
En cuanto a Cayo Asinio Polión fue uno de aquellos que más contribuyeron al movimiento
literario por lo siguiente:
A falta de originales locales romanos se buscó las epopeyas, es decir poemas narrados
amplios, de acción guerrera, empresas loables y personajes con hazañas heroicas más la
intervención de lo sobrenatural, inmediatas más celebradas sobre todo las griegas. No
obstante esto se destacaron en la épica Varron de Altax,Virgilio y Ovidio.
Siguieron a Varrón otros autores que escribieron ensayos pero ninguno igualó al poema de
la Eneida del escritor Virgilio, nacido en el año 684 de la fundación de Roma bajo el consulado
de Craso y Pompeyo el Grande en una aldea próxima a Mantua, con el poema de la Eneida o
historia primitiva de Roma. Está escrito hábilmente con las narraciones maravillosas de los
tiempos heroicos de Grecia, siendo, si no de una época verdadera, en el cual todas las
condiciones de género se habrían llenado casi, si se hubiera escrito en una época menos
avanzada de la historia romana y si el arte y deseo de adular al príncipe no hubiesen
reemplazado casi universalmente el lugar del entusiasmo épico. Se puede considerar este
poema épico como la epopeya nacional del pueblo de Roma, pero se diferencia de la otra gran
epopeya griega la Ilíada de que no descansa sobre una sola idea puesta en acción por el
genio de un escritor. Sobre el objeto del poema hay diferentes opiniones que son las
siguientes:
Unos creen que el objeto del poema es la fundación de un nuevo imperio en Italia
(obsérvese cierta similitud entre Eneas y Octavio Augusto) por el jefe de los troyanos,
Eneas.
Otros opinan que Príamo y su pueblo son accesorios en la Eneida, porque el poeta tiene
sin cesar ante sus ojos a Roma y Augusto.
Otros opinan que imita en demasía a la Ilíada y la Odisea de Homero, tanto que quiso
comprender en doce cantos los cuarenta y ocho de las dos obras griegas, con esta
singular circunstancia, que su héroe empieza a errar sobre los mares de Ulises y concluye
con combatir con Turno como Aquiles contra Héctor.
Otros consideran que es la Fábula de las fábulas épicas.
En cuanto a los episodios de este gran poema épico se hallan perfectamente unidos al asunto,
es decir, a la principal acción y el enredo o nudo de esta epopeya es de una sorprendente
habilidad, con arreglo al recurso de introducir lo maravilloso en los mismos. No obstante esto,
algún episodio como la fábula de las arpías, fue reprobada por gran número de críticos por
producir un efecto sumamente desagradable. La cólera de Juno como dijo el poeta:
Quum Juno aeternum servans sub pectore vulnus. Haec secum: Meme incepto
desistere victam,. Nec posse Italia teucrorum avertere regem?
Cuando Juno, la diosa que honda herida, En su pecho conserva eternamente, Airada
así a sus solas se demanda. ¿Cómo? y acaso desistir vencida. En la empresa podré
apena empezada, De mi venganza, sin poder de Italia, De los teucros al rey desviar al
punto.
Por otra parte también es opinión de algunos estudiosos de la literatura grecorromana que
no hay caracteres bien delineados en esa obra y, comparada con La Ilíada, es lánguida,
ya que los troyanos Acates, Gías, Cloautes y otros varios que fueron con Eneas
al Lacio son personajes insignificantes: ni brillan por sus pasiones ni por sus hechos, e
incluso el mismo Eneas carece de verdaderas condiciones para excitar la admiración o el
interés, exceptuando su piedad y su valor; no detenta ninguno de esos rasgos
característicos que por su grandeza y elevación conmueven y llegan al alma. El carácter
del personaje de Eneas que dibujaVirgilio es más bien una simbiosis de frialdad y dulzura.
En el monólogo de Eneas en el libro IV, después de haber sospechado Dido que trata de
abandonarla, indica una dureza de corazón y escasez de ternura que serían rasgos
preciosos en un amante generoso y apasionado:
¿Nun fletu ingenuit nostro? Num lumina flexit? Num lachrymas virtus dedit: aut
miseratus amantem est?
En cuanto a la última parte de la Eneida del poeta latino romano Virgilio hay que decir
que baja el nivel respecto a los anteriores capítulos. Las guerras en el Lacio no están
descritas con la entonación verdaderamente épica de que había hecho el autor alarde
en la destrucción de Troya, en los mismos amores de la reina Dido y en el famoso
descenso a los infiernos que se contiene en el libro VI.
Finalmente decir de esta basta obra épica que Virgilio no trató de pintar ninguna
época en particular, ni aun la suya propia, ni siquiera la que describe. Al parecer fue
su pensamiento abrir nuevos caminos a sus descendientes e incluso el mismo Virgilio
dice que la Eneida no fue su obra inspirada y que el mismo se reconvenía por haberla
acometido sin la preparación suficiente con estas palabras:Tantum opus pene vilio
mentis ingressus.
Otras poemas de Virgilio cuyas bellezas aunque tomadas a veces de Grecia pero con
un carácter más original son los siguientes:
Las Bucólicas y las Geórgicas subsistieron siempre como obras maestras como
sabias lecciones de economía agrícola, como modelos de poesía melancólica. En
las Bucólicas y las Georgicas son sacados a colación autores de Grecia
como Pitágoras, Epicuro y sobre todo Platón debido que cuando el poeta llegó
aNápoles se preparó para la elocuencia con la práctica ocasionada de los
modelos griegos que dejaron en el una profunda huella y con el estudio de
sistemas filosóficos también griegos. En estos poemas se refleja claramente las
teorías griegas de la organización de la materia, de la inmortalidad del alma, de
sus transmigraciones, de la constitución de todos los seres de este Universo.
También hay que citar a un hijo de caballero romano Ovidio dentro de la épica romana
aunque la Metamorfosis pertenece a la mitología no tiene una intención épica.Fue un
superdotado para todos los asuntos que cultivó juntamente con la tragedia con los
siguientes ejemplos de su magna obra:
Escribió el poema elegiaco escribiendo las Tristes y las Pónticas.
La declamación siguiendo las escuelas retóricas.
Cultivando el arte didáctico preescribiendo Remedios de amor.
Por fin la cronología histórica, publicando el primero de los Fastos en verso.
Poemas elegiacos que escribió en su destierro mandado por Augusto en las más
alejadas fronteras orientales del Imperio, en Tomi, a orillas del Mar Negro, por
causa aún desconocida aunque relacionada con el carácter lascivo de sus
escritos, lugar donde falleció sin poder regresar a Roma.
Por esta época se ha de decir también que la comedia y la farsa habían perdido
importancia a favor de los mimos o pantomimas que alcanzaron gran éxito.
El autor de mimos más reputado en esta época fue Leberio, caballero romano, como
lo había sido el autor satírico Lucilio. Se le conoce por la anécdota de que teniendo ya
una edad avanzada de 60 años Julio César le obligó a salir a escena para representar
en ella alguna de sus pantomimas y disputar en aquel lugar el premio de la habilidad
escénica. El poeta pasó cuentas en su prólogo admirable, que no es más que una
elocuente protesta contra la violencia ejecutada con un hombre libre, un caballero
romano y contra la tiranía de un dictador. Julio César en su irritación concedió el
primer premio a su rival que le había merecido menos.
Otro autor reputado de mimas fue el autor conocido con el nombre de Publilio o Publio
Siro a las cuales concedió la antigüedad un especie de mérito especial, porque
contenían sentencias morales en verso, que han llegado en un número de
novecientas, superior a las de otro autor conocido con el nombre de Mattio que tuvo
más reputación por su fidelidad a la memoria de Julio César que por sus mimas,
ninguna de las cuales nos ha llegado por lo demás.
Finalmente como la comedia produjo dos grandes actores como Esopo y Roscio. A
finales de los tiempos de Augusto evolucionó la mima hacia las pantomimas, especie
de baile mímico y tuvo por sus más célebres actores a Batilo y Pílades y más adelante
a Hitas.
Marco Terencio Varrón que a la par que poeta, historiador y gramático, había
escrito sátiras, mezcla de prosa y verso, en que analiza la política y las anamolias
de su tiempo ridiculizados con la mayor viveza.
Quinto Horacio Flaco, natural de Apulia, se consagró a escribir obras satíricas lo
más familiares y elegantes posibles. Escribió sátiras, epístolas, entre cuyo número
es de las más famosas la Epistola ad Pisones, que trata la del arte de componer y
de escribir y que se ha denominado Arte Poética; también odas y epodas, en su
mayor parte magistrales imitaciones de la poesía griega dotadas de gran talento y
entusiasmo lírico.
Catulo que intentó primero en Roma ensayar la poesía lírica en algunos pasajes
de sus poemas Thetys y Peleo y en algunas odas notables, con
grandeselegías y epigramas.
Tíbulo y Propercio, poetas elegíacos imitadores de los griegos, aunque el
segundo se considera uno de los cantores más originales de Roma antes
de Lucrecio.
o Tibulo (54–19 a. C., se educó en casa de su abuelo paterno en Pedum, donde
recibió aquellas impresiones de la vida del campo que luego materializó en
sus poemas, usó reticencias y falsas indicaciones para ocultar el nombre de
sus amadas Delia y Némesis y que probablemente se ocultó con el nombre
deLigdamo en el libro tercero de sus Elegías. Con el nombre de Tíbulo corren
cuatro libros de Elegías de las cuales sólo los dos primeros pueden
atribuírsele con seguridad; el tercero, titulado Panegírico de Mesala es de
nivel tan discreto que se resiste el creer que saliera de su pluma, y además
algunos hacen notar que tenía dieciséis años si la compuso el autor. Al cuarto
le falta la inspiración de los dos primeros y relata los amores de Corinto y
Sulpicia. Los cuatro libros suman 37 breves poemas, escritos en dísticos
elegiacos, a excepción del Panegírico de Mesala escrito en hexámetros.
Tibulo es, con Virgilio, uno de los pocos poetas romanos con verdadera
sensibilidad; el amor es su vida y carece de la altivez del romano típico; odia y
teme la guerra, por lo que seguramente se limitó a cumplir en su expedición
a Aquitania acompañando a Mesala. Perteneció también a la nueva
generación de poetas que en la segunda mitad del gobierno de Augusto
critica la degradación de los carasteres y el completo olvido del vigor
republicano. La edición príncipe de las poesías de Tíbulo parece haber sido
hecha hacia 1472 y se atribuye a los cuidados de Florencio de Argentina.
o Propercio (51–15 a. C.) descendía de una de aquellas familias ricas
provinciales del orden ecuestre y algunos biógrafos sostienen que fue uno de
los trecientos caballeros que inmoló Julio César al vencer la Guerra civil
romana; si no fue así, al menos se le confiscaron sus bienes. Cantó sus
amores a Cintia y algunos críticos creen que bajo este nombre se oculta un
personaje real el de Hortia, métricamente equivalente, que fue la heroína de
sus elegías y cuyos versos elogian autores como Horacio y Ovidio. Dejó
cuatro libros de Elegías que tratan de los siguientes:
o
Los tres primeros dedicados exclusivamente a sus amores y a los
incidentes de su vida privada
El cuarto versa sobre las leyendas y la historia de Roma.
Es un gran imitador de los poetas griegos
como Calímaco, Filetas considerado como todo un autor griego.
Su estilo es un poco amanerado, poco natural, didáctico por parecer
erudito conocedor de la Historia y Mitología y el deseo de presentar
comparaciones y recuerdos mata el afecto y el sentimiento que es el alma
de la elegía.
Se le puede considerar un poeta sincero y enérgico cuando deja a un
lado sus maestros alejandrinos y agrada cuando particularmente escribe
las costumbres sencillas e la vieja raza latina en oposición a la corrupción
de su época.
La prosa en este periodo suministra obras no menos notables por forma y fondo y por
la categoría de sus autores algunos de los cuales son los siguientes:
Julio César y su obra Comentarios sobre la guerra de los galos y sobre la guerra
civil (De Bello Gallico), modelos de precisión nerviosa y elegante simplicidad. Se
advierte al leerlos que es el soldado que ha manejado la espada quien ejercita la
peñola y que el hombre de Estado está oculto a la sombra del escritor.
Salustio (n. 85 a. C., escribió Historia de la conjuración de Catilina, la de la Guerra
de Yugurta, y una Historia de los principales sucesos de la República, de la que
sólo quedaron fragmentos. Profundo en sus análisis políticos, jamás descuidó su
estilo. Nació en la ciudad sabina de Amiternum (56 a. C.–34 d. C. El estudio de
los historiadores le enseñó a meditar en los acontecimientos de los pueblos, y en
sus instituciones y costumbres aprendió a ver el origen de los males que la
generalidad de los hombres atribuyen a causas del momento. Llegó a tribuno de
la plebe y a senador y el tiempo en que vivió era de viejos y desórdenes, hasta el
punto de que sería difícil comprender que un hombre que viviera en medio del
mundo pudiera librarse de los excesos a que conduce el ejemplo. Fue a África
con Julio César y fue propretor de Numidia. La primera de las obras citadas tiene
por objeto la conjuración de Catilina, que, apurado por la deudas, y ayudado por
la juventud más depravada de Roma, había concebido la idea de asesinar en una
noche a los cónsules e incendiar Roma y, secundado por el pueblo y por el
ejército, apoderarse de la ciudad, derribar la República y establecer un gobierno
despótico. En la segunda obra, Bellum Yugurtinum, trata de la muerte de los
herederos del torno de Numidia a manos de Yugurta, que había comprado a los
senadores de Roma para hacer más provechoso su crimen hasta que las legiones
de Mario pacificaron la zona y Yugurta fue llevado prisionero a Roma.
Tito Livio que empleó veinte años en escribir la Historia de Roma en 142 libros,
perdidos en su mayor parte unos y conservados en epítome otros, caracterizads
por:
1.
o Una muy extensa cantidad de fuentes y materiales.
o Una especial atención a los valores estilísticos, narrativos, literarios y
lingüísticos de la obra, manifiesta en la exposición de los hechos, los
discursos intercalados de sus personajes y la gravedad de algunos de
sus juicios.
o Algunos errores inevitables y cierta superstición que arrebata parte de
crédito a varias de sus afirmaciones.
En las retórica (el arte de declamar) hay que destacar aquí a los siguientes autores
que son los siguientes:
Hortensio, que equilibró por un tiempo a la celebridad de Cicerón.
Marco Tulio Cicerón, natural de Arpino, año 649 de Roma que cultivó los
siguientes géneros:
1.
o Poesía.
o Filosofía.
o Jurisprudencia.
o Historia.
o Género epistolar.
o Género oratorio.
o Política.
El gran campo de Cicerón fue la oratoria por su elocuencia florida, abundante, más
asiática que romana y nos han quedado cincuenta y seis discursos de su elocuencia.
Todos estos autores fueron famosos por su ciencia y por sus obras de las cuales solo
encontraremos imperfectos residuos en las obras ya del siglo
VdJcPandectas e Instituciones del gran emperador bizantino Justiniano.
En astronomía destacó Publio Nigidio Fígulo del que quedan fragmentos poco
importantes.
Antonio Musa, el cual de liberto que era, fue elevado a caballero por haber curado
a Augusto de una enfermedad que hacía peligrar su vida.
El temor de la muerte
La necesidad y gusto de la servidumbre
La rivalidad o el despotismo de los emperadores pervierten las condiciones de la
literatura.
Otro autores dignos de mencionar son Curiato Materno y Pomponio Secundo, cuyos
elogios y no sus obras nos quedan.
En la comedia hay que destacar en este género a Verginio Romano, autor de mimas y
comedias a estilo de Menandro, Plauto y Terencio, las cuales según Plinio el Joven,
merecen los mayores elogios, porque se mofaban bajo un velo transparente, de los
vicios y desórdenes de la época.
Consecuencia de todo esto es que ya no volvería a hacerse una obra como por
ejemplo la Eneida.
1.
o El poeta narra pero no concluye, no toma partido, sugiere más que afirma
y carece de un final ostensible.
o Falta contenido ético y religioso, ya que la obra no moraliza ni hace
intervenir a los dioses.
o Es, por tanto, una narración versificada, a menudo de gran belleza y
patetismo, compuesta para ser declamada.
Otro autor a destacar en la épica de dicho periodo es Valerio Flaco con su obra
titulada Argonaúticas aunque se consideraba que hay mucho de imitación en la obra
del autor griego alejandrino Apolonio. Se trata esta obra de las aventuras y famosa
expedición de los Argonautas, pero carece de originalidad en ciertos pasajes.
Las guerras púnicas prestan a Silio Itálico, orador y poeta conjuntamente, la ocasión
de una tentativa poética en que el arte hace las veces del genio y en que la profesión
e imitación ocupan el lugar de la inspiración.
Por último puede colocarse entre las epopeyas latinas de esta época
la Tebaida de Estacio, que narra con poca unidad pero gran belleza la historia de Los
siete contra Tebas.
Persio y sus Sátiras en número de seis, concisas y de tan elaborado lenguaje que
llegan a la obscuridad.
Juvenal que escribió diez y seis sátiras con gran energía e ironía, atacando
severamente la decadencia moral de Roma.
Marcial, natural de España, que escribió catorce libros de epigramas, de gran
picardía e ingenio e importantes también por sus notas costumbristas sobre la
vida en la gran mtrópoli de Roma; carece de la severidad ética de Juvenal.
Otros como Turnus, Getúlico y Volcacio Sedígito, de los cuales poseemos
algunos versos notables sobre el rango de los poetas dramáticos de Roma y su
mérito relativo.
En filosofía destaca Lucio Anneo Séneca el Joven, con sus Doce Tratados Filosóficos,
forjados en una prosa preciosista llena de conceptismo, paradojas yantítesis, más
once Cartas morales a Lucilio que son en realidad un tratado moral en epístolas.
También es autor de una especie de sátira burlesca contra el
emperador Claudio titulada Apocolocynthosis y un libro de Cuestiones sobre la
naturaleza que trata de Física.
Plinio el Viejo, tío del Joven, otorgó a las ciencias naturales un lugar importante en
su Naturalis Historia, vasta enciclopedia en 57 libros que fue compendiada porSolino;
los hispanolatinos Columela y Pomponio Mela trataron respectivamente sobre
agricultura y geografía.
Un cartaginés fue Nemesiano, que vivió en el 284 escribió tres poemas sobre la caza,
la pesca y el arte náutico titulada la obra Cynegéticas.
Calpurnio Sículo, que fue secretario el emperador Caro escribió églogas y bucólicas,
algunas de las cuales son atribuidas a Nemesiano; Virgilio y Teócrito fueron los
principales modelos de estas composiciones frías y elegantes, desprovistas de
originalidad.
Otro autor Rufo Festo Avieno, que no debe confundirse con el fabulista
contemporáneo Aviano autor de cuarenta y dos fábulas, que murió antes del quinto
siglo; Avieno fue poeta geográfico y didáctico y escribió:
También hay que citar al poeta didáctico Severo Santo que vivió bajo el reinado
de Teodosio, y escribió sobre la muerte de los bueyes, versos en que se halla con
sorpresa un elogio de la religión denominada cristianismo.
Entre los novelistas destaca Apuleyo que escribió su famosa Metamorfosis o El asno
de oro en el cual algún erudito vislumbra contenidos neopitagóricos pero que para
otros no es más que un cuadro alegórico de los desórdenes morales y de las
supersticiones de la época. Otras obras suyas son las tituladas Liber de mundo yDios
de Sócrates.
Prisciano de Cesarea que escribió una obra titulada Descripción del Universo y
una obra titulada Elogio de Anastasio.
Eucheria autora de un poema de 32 versos contra un esclavo demasiado audaz.
Fortunato, poeta cristiano que vivió como cortesano educado por Santa
Rodegunda de Poitiers.
En la prosa histórica hay que destacar una compilación hecha sin mucho talento bajo
el epígrafe de Historia Augusta trata de la vida de los emperadores Adriano,Antonino
Pío, Marco Aurelio y de los que siguieron hasta Carino.
Como autores destacados de prosa histórica hay que destacar los siguientes:
Por otra parte los panegíricos se habían puesto de moda desde Plinio el Joven y el
número de prosistas y poetas que se consagraron a este género creció bastante en
este periodo destacando Ennónico que pronunció en 508 el fastuoso Elogio
de Teodorico.
Entre los epistolares de este periodo después de Frontino y Marco Aurelio, debe
hacerse mención de Símaco, famoso prefecto de Roma, que luchó en vano, con gran
elocuencia y convicción, en pro del restablecimiento del altar de la Victoria y de los
ritos paganos. Sus Cartas publicadas en diez libros fueron halladas en el siglo XIX;
contienen curiosas instrucciones sobre el movimiento de los espíritus por entonces y
sobre las pasiones paganas, interesadas en combatir la invasión de las ideas
cristianas.
En la filosofía cristiana destacaron los siguientes autores:
En matemáticas Boecio y Julio Fírmico Materno; más curiosas sus obras de este
último autor por los extraños caprichos que encierran que por las discusiones de la
ciencia pura.
En arquitectura civil y tratados militares destaca Frontino que mandó los ejércitos
romanos en Bretaña bajo las órdenes de Domiciano y estuvo encargado de la
inspección de los Acueductos de Roma que nos ha dejado una descripción de los
mismos, preciosa por las numerosas instrucciones arqueológicas que contiene.
Sus Estratagemas que suelen situarse entre los escritos militares no son sino un
repertorio o reunión de anécdotas, en que prueba a menudo su escasa crítica.
Vegecio nos dejó la obra titulada Tratado de arte militar que dedicó al
emperador Valentiniano II o Teodosio, la mejor de la Antigúedad en Occidente.
La medicina valió a la escuela de Salerno, dirigidas por los monjes de Monte Casino,
una celebridad que no se ha borrado.
Valentiniano III hizo decidir en el Senado cuales habían de ser los rescriptos de
los príncipes y los juriconsultos, cuyas opiniones habían de constituir autoridad en
materias judiciales.
El emperador bizantino Justiniano I que reinó desde 527 al 565 hizo aún más,
mandando a su canciller Triboriano con la colaboración de Teófilo y Doroteo, los
trabajos de sus antecesores (véase Corpus Iuris Cívili) reuniendo en un cuerpo
completo las Novelas, las Instituciones de Gayo, las Sentencias de Paulo,
losLibros de Papiano de que resultaron las Pandectas o Digesto. Justiniano
intentó fundir la infinita variedad de leyes romanas de los diez siglos anteriores a
su reinado y es una viviente imagen del derecho clásico. El motivo fundamental
de esta magna recopilación emprendida por los juriconsultos de Justiniano fue por
lo siguiente:
o La inmensa dificultad que el estudio del derecho y la práctica aplicación del
mismo se hallaban en aquel exceso de textos diseminados a lo largo de la
historia jurídica de Roma que dificultaba el estudio y aplicación del derecho
clásico
o La necesidad de recopilar dichas leyes reuniendo en un solo cuerpo las
normas jurídicas de la historia de Roma ya viniesen de la autoridad imperial o
de la labor de los juriconsultos. Esta obra de compilar las leyes romanas se
realizó en tres tipos de ediciones que son las siguientes:
1.
o Ediciones glosadas.-Estas glosas derivan de la forma exegética bajo la
que eran estudiadas las colecciones justinianas por los comentadores
más antiguos de las leyes romanas y por los`primeros profesores de
derecho de Bolonia desde Irnerio hasta Accursio.Las mejores ediciones
de esta magna obra de recopilación emprendida por Justiniano son las
impresas en Venecia entre los años de 1482 a 1507 por Torti, las de
Contius, las de Gotofredo y la última edición glosada en lyon de Fehius en
seis volúmenes en folio.
o Ediciones no glosadas.-Las mejores ediciones son las de Elzevir y la
impresa en Ámsterdam en 1564.
o Ediciones no glosadas pero con notas.-Las mejores ediciones son las de
Roussard y la de Contius en nueve volúmenes y la de los hermanos
Kriegel impresa en 1833.
Aulo Gelio autor de las Noches Áticas, obra miscelánea que contiene extractos de
todas clases llenos de instrucción para los modernos.
Nonio Marcelo autor del libro De propietate sermonum
Macrobio y sus obras Estudios sobre la diferencia de las palabras griegas y
latinas y Comentario al sueño de Escipión. Este célebre y gramático latino nació
probablemente en Grecia o en algún lugar de influencia helenística en el siglo
IV d. C. y fue contemporáneo de Honorio y Teodosio el Joven. Fue jefe de
guardarropía y escribió otra obra titulada Los saturnales en 7 libros; tenía un hijo
para cuya instrucción compuso obras sobre muy diversas materias en forma
de diálogo: Gatronomía, Agricultura, Correcciones del calendario romano,
la Historia del influjo ejercido por el Sol en las creencias mitológicas, etc., e
incluso hasta de dialéctica, obras de que abusaron muchísimo los filósofos y
teólogos de la Edad Media. Escribió también un Comentarium in somnium
Scipionis(‘comentario al sueño de Escipión’) que escribió Cicerón al final de
su República, y también un In sunmium Scipionis libri dúo a modo de enciclopedia
que resume:
o Los conocimientos hasta entonces adquiridos acerca de los principales
fenómenos físicos del Cielo y de la Tierra.
o Disertaciones metafísicas sobre las fricciones y los sueños
o Exposiciones de las doctrinas pitágoricas relativas a los números
Cierra este último periodo de la literatura latina los gramáticos comentaristas como
fueron los siguientes:
Leges datae
Orationes
Edicta
Decreta
Mandata
Rescripta
Epistulae
Leges generales
Pracmaticae sanctiones
Las más importantes son las Rescripta porque gran número de ellas fueron incluidas
en los códigos o compilaciones de constituciones dándoles gran valor.
Las leges generales que desde Diocleciano se convierten en la verdadera y única
fuente del derecho.