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PRENTICE MULFORD
LA MENTE MATERIAL VS. LA MENTE ESPIRITUAL
<<Sé fiel a tu verdadero ser>> es un adagio frecuentemente dicho. Pero, ¿a cuál? ¿al
superior o al inferior?.
En cierto sentido, tiene dos mentes: la mente del cuerpo y la mente del espíritu.
Lo que se ve, de cualquier objeto, un árbol, un animal, una piedra, un hombre es solo
una parte de ese árbol, animal, piedra u hombre. Hay una fuerza que por un tiempo une
estos objetos en la forma en que los vemos. Esa fuerza siempre actúa sobre ellos en
mayor o menor grado. Esta lleva la flor hasta su máxima madurez. Su cese de actuar
sobre la flor o el árbol causa lo que llamamos descomposición. Esta cambia
constantemente la forma de todas las formas de lo que se llama materia organizada. Un
animal, una planta, un ser humano no están en la misma forma física este mes
o este año, como lo estará el próximo mes o el próximo año.
Esta fuerza que siempre actúa y siempre varía, que se encuentra detrás y, en cierto
sentido, crea todas las formas de materia, la llamamos Espíritu.
Ver, la razonar y el juzgar la vida y las cosas con el conocimiento de esta fuerza conforma
lo que denominamos la "Mente Espiritual".
A través de este conocimiento tenemos el maravilloso poder de usar o dirigir esta fuerza,
cuando la reconocemos, y sabemos que existe para traernos salud, felicidad y eterna
paz mental. Compuesto como estamos de esta fuerza, siempre estamos atrayendo más
de esta a nosotros y haciendola parte de nuestro ser.
Con más de esta fuerza debe venir más y más conocimiento. Al principio en nuestro
existencia física le permitimos que funcione a ciegas. permanecemos ignorantes de esa
condición conocida como la mente material. Pero como la mente a través de su
crecimiento o aumento de este poderse vuelve más y más despierto, pregunta: "¿Por qué
viene tanto dolor, pena y desilusión en la vida física? "¿Por qué parecemos nacer para
sufrir y decaer?"
Esa pregunta es el primer grito de despertar de la mente espiritual, y una pregunta sincera
o demanda de conocimiento, debe ser respondida con el tiempo.
La mente material es una parte de ti mismo, que ha sido apropiada por el cuerpo y
educada por el cuerpo. Es como si le hubieras enseñado a un niño que las ruedas de un
barco de vapor hacían que la embarcación se moviera, y no se le dijo nada sobre el vapor,
que le da el poder real. Criado en tal ignorancia, el niño, si las ruedas dejaran de moverse,
no buscaría más la causa de su detención que tratar de encontrar dónde repararlos, tanto
como ahora tantos dependen completamente de la reparación del cuerpo físico para
asegurar su movimiento saludable y vigoroso, nunca soñando que la imperfección reside
en el verdadero poder motriz: la mente.
La mente del cuerpo o la mente material ve, piensa y juzga por completo desde el punto
de vista material o físico. Ve en tu propio cuerpo todo lo que tu eres. La mente espiritual
ve el cuerpo como un instrumento para que la mente o el ser real lo use al tratar con
cosas materiales. La mente material ve en la muerte del cuerpo el final de todo lo que
existe en ti. La mente espiritual ve en la muerte del cuerpo solo la caída del de un
instrumento gastado del espiritu. Sabe que existes como antes solo invisible para el ojo
físico. La mente material ve su fuerza física como proveniente completamente de tus
músculos y tendones, y no de una fuente externa del cuerpo.
La mente material piensa que la materia, o lo que es conocido por nuestros sentidos
físicos, es la parte más grande de lo que existe. La mente espiritual considera a la materia
como la expresión más burda o más grosera del espíritu y la parte más pequeña de lo que
realmente existe. La mente material se entristece ante la contemplación de la decadencia.
La mente espiritual le da poca importancia a la descomposición, sabiendo que en tal
descomposición el espíritu o la fuerza motriz que esta en todas las cosas está
simplemente despedazando el cuerpo muerto o el arbol podrido y los construira en
alguna otra nueva forma física de vida y belleza. La mente del cuerpo piensa que sus
sentidos físicos de ver, escuchar y sentir constituyen todos los sentidos que posee. La
mente o mente superior del espíritu sabe que posee otros sentidos similares a los de la
vista y el oído físicos, pero más poderosos y de mayor alcance.