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Bibliographía:
Wagner, W., Holtz, P., Kashima, Y., & Alvarez Bermudez, J. (2012). La política del
esencialismo psicológico: construcción y deconstrucción de la representación social y
de la identidad. In J. Juárez Romero, S. Arciga Bernal, & J. Mendoza García (Ed.),
Memoria colectiva--Procesos psicosociales (pp. 230-261). México, D.F.: UAM-
Porrúa.

La política del esencialismo psicológico:

Construcción y deconstrucción de la representación social y de la identidad

Wolfgang Wagner*

Universidad del País Vasco, San Sebastián, España,

and Johannes Kepler University, Linz, Austria

Peter Holtz

Johannes Kepler University, Linz, Austria

Yoshihisa Kashima

University of Melbourne, Australia

Javier Álvarez Bermúdez

Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, Mexico

RUNNING HEAD: La política del esencialismo

PALABRAS CLAVE: esencialismo, grupos sociales, identidad social, estereotipos,

Racismo, representaciones, etnicidad, naturalización.

* Dirección: Dept. de Psicología Social y Económica

Johannes Kepler University, Altenbergerstrasse 69, 4040 Linz, Austria.


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La política del esencialismo psicológico:

Construcción y deconstrucción de la representación social y de la identidad

En la primavera del 2007 el gobierno de Estonia, uno de los tres estados

Bálticos, reubicó un monumento de bronce al soldado soviético, que conmemoraba la

liberación de Estonia de la Alemania Nazi por las tropas soviéticas. Éste fue movido

del centro de la capital de Estonia, Tallin, a un cementerio de soldados en los

suburbios. Inmediatamente después que los planes de reubicación se filtraron al

público, esto provocó una tormenta emocional en una parte de la gran población rusa,

muchos de los cuales han vivido por décadas en Estonia, barrieron Tallin con sus

protestas en contra de la desacralización de “su” monumento. Estas protestas

encontraron una gran resistencia por parte de los Estonianos naturalizados quienes

estaban fuertemente a favor de quitar este monumento de ocupación Soviética del

centro de la ciudad. Por algunos días surgió la violencia entre estos grupos y tuvo que

ser contenida por la policía.

El debate entre los Estonianos y los Rusos fue fiero y un tópico surgió una y otra vez:

Qué constituye un verdadero Estoniano y qué es un verdadero Ruso. El debate osciló

entre las definiciones endogrupo y extragrupo, usando términos como lo nuestro

versus su “sangre”, lenguaje y nacionalidad, en otras palabras lo que constituye la

esencia de cada grupo y lo que puede ser inferido (Raudsepp & Wagner, en prensa).

Estos discursos son una ilustración ejemplar del interjuego e interdependencia

de las representaciones de los exogrupos y la construcción yuxtapuesta de las

identidades intragrupales. Los miembros de ambas partes pensaron, hablaron y

actuaron como si su grupo y el otro grupo fueran clases naturales, atribuyendo

explícitamente o implicando tácitamente una esencia de las categorías. El mecanismo,


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común a ambos, representaciones intragrupo- extragrupo, es el uso de herramientas

esencialistas que permiten al propio grupo y al otro grupo ser percibidos como

entidades bien definidas con una naturaleza de sí mismos, lo que constituye un severo

obstáculo al dialogo.

En este capítulo discutimos esta “herramienta esencial” y su uso en

procesos representacionales asociados a los grupos. Argumentamos que la

esencialización-uso de herramientas esenciales en proceso representacionales y el

discurso- es fundamental para la construcción y reconstrucción de la relación

intergrupos entre el esencializador y el esencializado. Esto tiene relación con el

racismo, la xenofobia y la deshumanización, tanto como en la identidad social

autoconstuida. De ahí que el concepto de esencia es central para un entendimiento de

estos procesos.

1 Pensando en términos de esencia

1.1 La filosofia

Esencia originalmente refiere a la palabra Latina “essentia”, la cual es una

nominalización del verbo ‘esse’ que significa ser. En las traducciones al Latín de los

trabajos de Platon, essentia es una traducción literal del término griego ‘ousia’ el cual

es también una una nominalización directa del verbo griego ‘einai’ que también

significa “ser”. En el contexto de los trabajos de Platón ‘ousia’ se refiere a las

propiedades que son perpetuas y características de una cosa, las cuales adquiere por

ser ella misma y de las que no puede despojarse sin dejar de ser lo que es (Sachs,

2006). Estas esencias, en contraste a sus portadores, son incambiables y eternas. Ellas

representan un nivel más profundo e incambiable de la realidad que nuestra

percepción diaria del mundo cambiante y de los objetos efímeros.


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Durante los dos y medio milenios siguientes, una discusión prevaleció en el

campo de la filosofía sobre la naturaleza o esencia de los “universales”, por ejemplo,

todos los tipos de características o cualidades que se pueden aplicar a más de una

cosa, en contraste a los nombres individuales. Los nominalistas niegan que tales

universales tengan una existencia real en la forma en que particulares como usted, yo,

y este texto tienen una existencia real. Los universales son solamente nombres que

pueden ser aplicados a conjuntos de particulares más o menos bien definidos. Los

nombres comunes no presuponen una verdad común subyacente o esencia entre e

intra los particualres que comparten un nombre. Por otra parte, una multitud de

escuelas realistas clamaron a través de los siglos que los universales tienen una

existencia real independiente de los particuales a los cuales aplica. En todas estas

aproximaciones no se presupone ninguna clase de “verdad más profunda” o esencia

que sea subyacente a los universales (Klima, 2008).

El concepto de realismo da lugar a algunos problemas difíciles. ¿Cómo puede

un universal (como humanidad) ser la misma cosa en tantos individuos diferentes?

Otra clase de problemas surgen del hecho de que cada individuo es el portador de una

multitud de diferentes universales -especialmente dado que se supone que las esencias

que subyacen a los universales determinan las características superficiales de un

individuo.

Otros problemas son impuestos por la cambiabilidad de todas las cosas

individuales por un lado y la supuesta estabilidad y eternidad de los universales por el

otro. Con las aproximaciones nominalistas estos problemas pueden ser resueltos

fácilmente. El nominalismo parece ser una solución más simple y más elegante al

problema de los universales que las aproximaciones realistas pero, en un sentido las
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aproximaciones realistas pueden compartir más similitudes con nuestro punto de vista

“ingenuo” de la realidad.

De acuerdo con Putman (1975) el significado de un término refiere a nuestras

interacciones causales con instancias de esa tipo. El resultado de estas interacciones es

un estereotipo que es una “… idea (frecuentemente maliciosa) convencional (que

puede ser ampliamente inexacta) de cómo se mira un X, cómo actúa o es” (p. 169).

Para usar el término X correctamente dentro de una sociedad uno debe referirse al

estereotipo social de X, el cual no necesariamente tiene que ser verdad. Aunque

alguien pueda creer falsamente que los tigres son los gatos más rápidos él o ella

pueden usar el término correctamente en su conversación. Este punto de vista del

conocimiento como un fenómeno social –que es, como dice Putman el “el trabajo

lingüístico compartido”- dio lugar al pragmatismo.

Putnam (1975) usa términos de clases naturales en la mayoría de sus ejemplos.

Por una parte “…el uso de palabras de clase natural refleja un importante hecho

acerca de nuesta relación con el mundo: nosotros sabemos que hay clases de cosas

con estructura oculta común, pero no tenemos todavía el conocimiento para describir

todas esas estructuras ocultas” (p. 163). Por otra parte, una y la misma cosa, por

ejemplo un lápiz, puede ser considerada ya sea de una clase natural o un artefacto. La

categoría que se use depende de nuestras teorías acerca de las estructuras ocultas

subyacentes. Por lo tanto, los usuarios del lenguaje natural dotan categorías de clase

natural con una esencia subyacente. Las categorías artefacto no están dotadas con una

esencia subyacente. Tales agrupamientos “arbitrarios” de objetos pueden ser sólo

imaginados en el contexto de sus creadores, tales como una silla, un suéter, o una

casa. Identificando la estructura oculta con la esencia hace a un objeto de clase

natural.
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1.2 Esencialismo psicológico

Proyectar la esencia sobre las clases naturales y sus ejemplares parece ser una

tendencia natural en el pensamiento cotidiano tanto en niños como adultos. Por

ejemplo, los niños creen en un potencial innato de los seres vivientes que es fijado en

el nacimiento. En un estudio los niños aprendieron sobre un animal que fue separado

de sus padres biológicos justo después de nacer y fue criado por miembros de una

especie diferente. Los niños insistieron que no sólo los atributos físicos se parecerán a

los de los padres biológicos, sino también las características del comportamiento

(Gelman &Wellman, 1991). Estos hallazgos también se ajustan a categorías sociales

humanas como el lenguaje del grupo en el cual a los 5 años creían que un niño

adoptado mantendrá el lenguaje de sus padres biológicos (Hirschfeld & Gelman,

1997). Gelman presentó evidencia de que los niños daban explicaciones causales

consistentes de dominio-específico de las características compartidas por los

miembros de una categoría. Los estudios de Keil (1998) muestran que los niños de 4 a

5 años de edad creen que un animal no puede ser transformado en otro por

manipulación física. Otros autores conectaron esta línea de investigación con la

psicología del prejuicio. Ellos encontraron que tanto los niños como los adultos

fueron más susceptibles a estereotipar, si creían en teorías legas sobre una naturaleza

humana fija en lugar de una maleable (Levy & Dweck, 1999).

Para ver cómo funciona esto, es útil ver que significa esencializar una categoría.

Cuando una categoría es esencializada, se asume que existe una esencia de la

categoría que determina una membrecía de la categoría. O sea, si un objeto posee la

esencia, entonces es un miembro de la categoría. Inversamente, si un objeto es un

miembro de la categoría, entonces debe poseer la esencia. En otras palabras, es un


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criterio necesario y suficiente para la categoría de membrecía en el sentido

Aristetoleano clásico.

Se presupone que una esencia posee dos propiedades fundamentales. Primero,

es inalterable por la intervención humana (Haslam, Rothschild, & Ernst, 2000;

Kronberger & Wagner, 2008; Rothbart & Taylor, 1992). Es decir, se supone que los

humanos son incapaces para crear, modificar, o destruir una esencia porque se cree

que pertenece a la naturaleza como opuesta a la cultura. Si la cultura humana –el

mundo de los artefactos- es algo que los humanos pueden crear, modificar, y destruir

a voluntad, una esencia está en el mundo del orden natural de las cosas el cual yace

más allá de la cultura humana, desafiando y negando una alteración humana

arbitraria. Segundo, como esencia se supone que causa la aparición de un ejemplar

de la categoría (Rothbart & Taylor, 1992). Los ejemplares de una categoría, a pesar de

sus similitudes, no son idénticos y varían en su apariencia. Sin embargo, se

presupone que poseen la misma esencia subyacente, la que da lugar a apariencias

variables. En otras palabras, esencializar una categoría es presuponer la distinción

entre la apariencia y la realidad, suponer la primacía causal de la esencia en la

determinación de la apariencia, y tomando por hecho que existe una realidad

inalterable subyacente a pesar de las apariencias variables y cambiables de los

ejemplares de una categoría.

La atribución de una esencia inalterable y causal que determina la membrecía de

la categoría tiene al menos cuatro consecuencias:

(1) Se supone que una categoría esencializada tendría que ser discreta y tener

un límite de categoría impermeable. Esto es porque su esencia es una (criterio

característico, de la característica) característica crítica de la membrecía de la

categoría y tiene un carácter de todo o nada. Los objetos, ya sea, tienen o no tienen la
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esencia respectiva; aquellos que la tengan pertenecen a la categoría, y aquellos que no

se encuentran fuera de sus límites. Esto implica que un ejemplar de una categoría

esencializada no puede cambiar su membrecía porque la esencia que posee el

ejemplar no puede ser cambiada.

(2) Se supone que la categoría esencializada tendrá que ser homogénea. Esto

es, se supone que todos los ejemplares tendrán la misma esencia, y por lo tanto ellos

son “esencialmente” lo mismo y pueden ser tratados de la misma manera sin

diferenciación entre ellos.

(3) Las características superficiales de un ejemplar de una categoría

esencializada puede ser explicado y predicha en términos de su esencia porque se

supone que la esencia de una categoría esencializada causa las características

superficiales del ejemplar. Entonces, la apariencia pasada o actual de un ejemplar

puede ser explicada y entendida en términos de su esencia presumida, y aún si un

ejemplar no exhibe actualmente una característica esperada, se predice que mostrará

eventualmente las características en el futuro. A ésto se le nombra potencial inductivo

de la esencia.

(4) La categoría esencializada es naturalizada, esto es, tratada como si fuera

parte del orden natural que se encuentra más allá del constructo, argumentación , y

negociación humanos. Es tratada como una existencia ontológica independiente del

pensamiento y acción humanos, y “determinado” como razonamiento, y por lo tanto

actúa como un argumento detentor y da un cierre a la cognición. Esto es, porque la

esencia está considerada como parte de una realidad incambiable y del orden natural

de las cosas.

Extendiendo estas consideraciones a categorías sociales, sigue que en el grupo

social una categoría social esencializada refiere a su máxima diferenciación de otros


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grupos e individuos por sus límites bien definidos, sus miembros son

homogeneizados, la conducta de sus miembros es explicada y predicha por su esencia

subyacente, y por lo tanto, cualquier tratamiento de sus miembros –pensamientos,

sentimientos, y acciones dirigidas hacia ellos- justificadas en la base de su esencia

subyacente es legitimizada como natural. Entonces, de un solo golpe, la

esencialización de una categoría social puede servir como una función epistémica

para simplificar y hacer comprensibles los fenómenos sociales complejos en la

cognición y la comunicación, y una función moral para justificar y legitimar

pensamientos resueltos, sentimientos y acciones dirigidas hacia esta. En otras

palabras, esta “resalta” como una función pragmática y epistémica de las

representaciones sociales en la creación del mundo social (Jovchelovitch, 2007;

Moscovici & Hewstone, 1983; Wagner & Hayes, 2005) afilando sus contornos y

permitiendo rápida inferencia y “adecuada” reacción en los encuentros sociales.

1.3 Representando los grupos sociales

¿Cuáles son las herramientas representacionales que nos permiten construir

categorías sociales esencializadas? Una sutil y aún común herramienta es usar una

etiqueta de categoría nominalizada como reconocieron John Locke (1689/1975), entre

otros. Poniendo una etiqueta de categoría arbitraria a lo largo de una dimensión

continua es suficiente para inducir límites claros de la categoría. En los experimentos

de Rothbart, Davis-Stitt, and Hill’s (1997), se le dijo a las personas que evaluaran

similitudes entre los aspirantes a un trabajo a los que se les dieron puntajes sobre una

medida de adecuación para el trabajo. Algunos aspirantes fueron descritos con la

misma etiqueta (por ejemplo, Aceptable) mientras que otros fueron descritos con

diferentes etiquetas (Ideal versus Aceptable). Aunque los valores numéricos fueron
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mantenidos constantes, cuando los aspirantes fueron descritos por diferentes etiquetas

ellos fueron evaluados como más diferentes uno del otro que cuando fueron descritos

por la misma etiqueta . Además Yamauchi (2005) mostró que aún la existencia de una

etiqueta de categoría es suficiente para llevar a la persona a creer que la categoría es

más potente inductivamente, esto es, para asistirlos cuando hacen inferencias acerca

de otros ejemplares sobre la base de la observación de un ejemplar. Aún más, cuando

estas etiquetas de categorías son nominalizadas (Gelman & Heyman, 1999; Carnaghi,

Maas, Gresta, Bianchi et al., 2008) estas categorías son vistas como menos alterables

(Gelman & Heyman, 1999) y llegan a ser aún más potentes inductivamente. De

hecho, cuando la gente esencializa una categoría social, ellos tienden a usar una

etiqueta nominalizada para describirla (Carnaghi et al., 2008).

Otra herramienta es atribuir una esencia de base natural o real – como opuesta

a una nominal- para la membresia de una categoría social (Locke, 1689/1975). La

teoría folclórica de una clase natural y especialmente de una clase biológica y de la

especie, es esa membresía de una especie la que es determinada por su “sangre” o –en

términos modernos- por sus “genes”. Esto es, si un ser con genes de mapache, no

importa cómo se vea o no importa lo que los humanos le hagan por medios

quirúrgicos, es un mapache (Keil, 1989). Del mismo modo, una categoría social que

es descrita por tener unas bases genéticas para su membrecía es tratada como si esta

fuera de una clase natural con una esencia incambiable. Por ejemplo, cuando la gente

cree que los grupos de género o los grupos raciales tienen una base genética, ellos

tienden a considerar las categorías de género y racial como poseedoras de límites

claros. Ellos creen que las diferencias de género o raciales son más grandes y que los

grupos de género y racial son más homogéneos (Martin & Parker, 1995). Cuando los

grupos son descritos como naturales implicando bases genéticas se les atribuyen
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características más estables y homogéneas sobre la base de sus patrones de conducta

persistente (Hoffman & Hurst, 1990). Entonces, para hablar de la “sangre” como la

base de una categoría social (por ejemplo, “sangre Rusa” versus “Estoniana”), puede

actuar como una herramienta representacional para invitar a la gente a actuar como si

la categoría social fuera de una clase natural por la atribución de una esencia a la

categoría social.

La herramienta de esencia puede ser usada para tanto para los endogrupos como

para los exogrupos. De cualquier manera los esencializadores especifican y

legitimizan sus relaciones con lo esencializado implicando la existencia de una

esencia inalterable. En el caso de la esencialización del endogrupo, los

esencializadores intentan definir el exogrupo en relación con su endogrupo, y al hacer

esto legitimizan su trato hacia el exogrupo. Finalmente, las personas no solo

contemplan pasivamente su propia identidad y la de otros; en lugar de eso ellos

activamente modelan y remodelan su mundo social de acuerdo al cambio social. El

tema de la “dinámica esencial” en la construcción de la identidad endogrupo, la

interrelación entre la identidad endogrupo y la percepción exogrupo y, finalmente, el

racismo son tratados en la siguiente sección.

2 Proyectos de identidad

Cualquiera fuerza que sea la que guia al grupo, la autoestima y el estatus

atribuido a un grupo dominante, acción eficiente por la conducta colectiva, o

cualquier otra cosa que uno pueda pensar, mucha gente parece sentir un desbordante

deseo de una pertenencia y apego social (Brewer, 1991; Deaux, 1996). El resultado es

que las sociedades son patronizadas en numerosos grupos y asociaciones que pueden

o no jugar un gran papel en la vida social. En la mayoría de los casos estos grupos son
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definidos por profesiones, intereses, convicciones políticas, actividades de

esparcimiento, etc. No se necesita mencionar que caer dentro de cualquiera de estas

categorías no es algo impuesto sino el resultado de una preferencia y consentimiento;

ellos son elegidos miembros sociales.

La membrecía de categorías sociales elegidas es a menudo señalada por

atributos más o menos conspicuos. Los estilos de vida, sociolectos, formas de pensar

o de vestir o saludar, para nombrar solo unos cuantos, permiten que el miembro

iniciado, y a menudo también el no miembro, infiera la membrecía del grupo. En la

mayoría de los casos los atributos que definen al un grupo social no son accidentales

sino el resultado de un intento por distinguir a los miembros del endogrupo de los

otros. Ellos son el resultado de la construcción de una identidad y posicionamiento

social (Harré & van Langenhove, 1999; Reicher, 2004). Los grupos son mantenidos

como una unidad social por los patrones de interacción específica del grupo que

puede ser una comunicación cara a cara (McIntyre, Lyons, Clark, Kashima, et al,

2004) y en el caso de los grupos más grandes, además por los medios de

comunicación. Estos patrones de interacción y comunicación así como los rituales

ocasionales reflejan representaciones específicas del grupo que frecuentemente toman

la forma de un fundamento ideologico que son la razón de existencia del grupo (Liu &

Hilton, 2005).

Los grupos sociales existen en la medida que haya miembros deseando

involucrarse en labores de construcción y confirmación de la identidad. La

construcción y la actuación de la identidad tiene el propósito implícito de fortalecer

los vínculos entre los miembros de un grupo así como permitir que el grupos aparezca

como una entidad con una razón de existir, una ideología, una agenda, y una serie de

atributos distintivos. Los atributos de los grupos sociales son atributos para un
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propósitos (Bourdieu, 1979; Duveen, 2001). El propósito es apelar a cierta noción de

esencia: Su posición como un grupo es reforzada si ellos son existosos en crear la de

una esencia de grupo-específica compartida, particularmente si se intenta que esta

esencia transmita el mensaje de superioridad a los que no pertenecen al grupo.

Buenos ejemplos son las unidades militares, las cuales son modeladas para

mantener una apariencia de unidad por medio de los uniformes y las órdenes de

comportamiento. Las unidades militares de élite, como los Cuerpos de Marinos de los

Estados Unidos (CMEU), explícitamente describen la esencia subyacente a la

membresía en esas unidades: Los comentarios de reclutamiento de la página de la

CMEU sobre el eslogan Semper Fidelis (siempre fiel): “El llegar a ser un Marino es

una transformación que no puede deshacerse, y Semper Fidelis nos recuerda eso. Una

vez hecho un marino vivirá siempre por la ética y valores de los cuerpos. No existe

algo como un exmarino”.1 El resultado de los proyectos de identidad es el mismo

para miembros y no miembros: representar al grupo como una entidad deliberada con

un sentido de unidad y bagaje compartido para uno mismo y para otros.

Una serie de estudios experimentales han mostrado como la homogenidad y el

grado de identificación del grupo van de la mano. Entre más miembros perciban su

endogrupo como homogéneo –esto es, entre más entitativa- más ellos se sentirán

ligados a él y viceversa, entre más se identifiquen con su endogrupo más lo verán

como homogéneo (Yzerbyt, Castano, Leyens, & Paladino, 2000; Yzerbyt, Corneille &

Estrada, 2001). Los miembros del endogrupo parecen percibir un nivel alto de

homogenidad de su grupo como atractivo porque parece elevar su eficiencia (Castano

& Yzerbyt, 1998).

Sin embargo, esta “causalidad de dos caras” (Yzerbyt, et al., 2000, p. 281) de la

identificación a la homogenidad y viceversa aparentemente mostrado en estudios


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experimentales es para nosotros una señal segura de un “problema de causalidad”

porque viola la definición de que la causa debe de preceder al efecto. En lugar de

concebir tales hallazgos como indicadores de una relación “bi-causal” contingente,

esto indica una lógica cultural (Smedslund, 1979), una estructura representacional

(Wagner, 1994) y racional (Greve, 2001) que une ideas acerca de la identidad,

homogenidad, eficiencia y metas del grupo. En otras palabras, la homogenidad del

grupo es un producto deseado del trabajo de la identidad por y a través de la

construcción de la esencia y su actuación en la práctica y no el efecto causal de una

identidad preexistente.

3 Estereotipos y racismo

Estudios experimentales sobre la percepción de escencialización han sido

realizados principalmente ya sea con un mínimo de grupos arbitrarios o con grupo

“elegidos” existentes, para la exclusión de categorías sociales forzadas. Aunque hay

ciertas cosas comunes en los grupos elegidos, en muchos casos las categorías

forzadas muestran dinámicas distintas cuando se trata de la identidad y formación del

grupo.

El ejemplo de Estonianos y Rusos viviendo en Estonia mencionado en la

introducción muestra una intrincada relación entre las adscripciones mutuas de la

esencia y la auto-definición basada en el lenguaje y la ciudadanía. El lenguaje y la

ciudadanía son atributos fácilmente detectables de categorías social forzadas que

pueden ser percibidas como en un rango de lo natural a lo cultural. Es una cuestión de

fracciones de segundo determinar es una mujer o es un hombre, si alguien es de

origen Africano, Asiático o Caucásico y escuhando el lenguaje inmeditamente revela

si alguien pertenece al grupo de la lengua materna del oyente o no (Hewstone,

Hantzi, & Johnston, 1991; Kurzban, Tooby, & Cosmides, 2001). Como regla, las
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categorías forzadas abarcan muchos más individuos que los grupos con membresía

elegida, lo cual implica que el sentimiento e los miembros está basado más bien en

una tradición de largo plazo, unos hábitat compartido o unas características corporales

biológicas compartidas que le son dadas en lugar de actuadas deliberadamente. Si las

características distintivas de las categorías son vistas como biológicas, como en el

caso de los dos sexos o raza, o si ellos son construidos socialmente en el curso de

muchas generaciones como en el caso de la cultura y las etnicidades, no hace mucha

diferencia en el individuo. La biología es inescapable y la cultura es inevitable en la

medida que el niño haya vivido dentro “ecología” étnica lo suficiente para que ocurra

una impronta cultural. Ambos aparecen como algo dado naturalmente no por los

“hechos de la naturaleza” sino por condiciones que caen fuera de la esfera o

influencia de un individuo. Tales categorías son representadas espontáneamente como

clases naturales o como entidades justificadas por voluntad divina.

Un número considerable de personas alrededor del mundo sigue creyendo en la

importancia conductual y “valor” de las razas (Gil-White, 2001) y el racismo lleva a

un gran número de conflictos étnicos alrededor del mundo. Por una parte pensando en

términos de “raza” parece ser una característica humana espontánea y extendida que

puede ser encontrada en todos los períodos históricos y todas las religiones. Por el

otro lado los conflictos raciales y el pensamiento racial siempre aparecen antes de

ciertas condiciones históricas, culturales y sociales. Especialmente la justificación de

diferencias de poder entre grupos étnicos que por vía del pensamiento racial han sido

naturalizados y legitimados (Hirschfeld, 1996).

Siendo una manera de categorizar a la humanidad en ciertos grupos naturales, el

pensamiento racial es pensar en términos esencializados profundos. Tomando las

características físicas tales como el color de la piel como indicadores de una esencia
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subyacente que simultáneamente permite inferir otros rasgos y formas de

comportamiento, es una proeza cognitiva fácil: Por ejemplo, en las culturas

surasiáticas (ejem: en el sistema de castas de la India: Mahalingam, 2003) y entre

niños de tres años de edad la ocupación de una persona permite inferir una esencia

intrinseca que es estable e inmutable a lo largo de la vida y que es pasada de padres a

sus niños. Los niños en el oste se saltan el concepto de ocupación como una

característica esencializada como a los cinco años (Hirschfeld, 1995). Las clases

naturales construidas racialmente y tomar las características físicas de los humanos

para inferir una esencia biológica subyacente que esta relacionada causalmente al

carácter de una persona llega a ser prominente a esta edad y continua moldeando

como por ejemplo, las auto-adscripciones de autocontrol de los adultos Occidentales

como opuestos a la gente Negra (Joffe & Staerklé, 2007). Obviamente, los resultados

de nuestra biología-folclórica y sociología-folclórica de un interjuego complejo entre

los procesos cognitivos universales que proveen la distinción entre categorías y

factores culturales e históricos que le dan su estatus evaluativo.

Una espresion mas dramatica del pensamiento esencializadado en relación a la

etnicidad, raza, inmigración, y genocidio, asi como la orientación sexual, pornografía

y discapacidad están deshumanizados (Haslam, 2006) y deslegitimizados (Bar-Tal,

1997). Atribuir la no humanidad a los exogrupos que te son desagradables sirven para

justificar “masacres sancionadas” como el Holocausto Nazi o la masacre My Lai

cometida por una unidad norteamericana durante la Guerra de Vietnam (Kelman,

1976). El concepto de Kelman encontró una continuación en los trabajos de Bandura

sobre el desapego moral donde el autor enfatiza el papel de la deshumanización en la

justificación de la inhumanidad (Bandura, 2002). Tales tendencias son instigadas,


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hechas posible y mantenidas por factores ideológicos y mitos sociales (Billig, 2002;

Tajfel, 1984; Wetherell & Potter, 1992).

Deberia de destacarse que ni Kelman ni Bandura emplearon el término

esencialismo en sus modelos. Sin embargo, al referirse al concepto de “naturaleza

humana” como guía, esas ideologías implican que hay algo invisible el cual todos los

seres humanos normales tienen en común y el cual los lleva a ser humanos: esto es,

una clase de esencia humana. Este argumento fue retomado en el concepto de “infra-

humanización” y el lado emocional del prejuicio (Leyens, Paladino, Rodriguez-

Torres, Vaes, et al, 2000). Los investigadores encontraron que la gente atribuye más

emociones “secundarias” –esto es: complejas- únicamente humanas como por

ejemplo el amor y la vergüenza a los miembros del endogrupo que para los miembros

del exogrupo, pero igualmente las emociones primarias atribuidas que compartimos

con otros animales como el enojo o la diversión. La infra-humanización ocurre en la

percepción de grupos de alto y bajo estatus y aún en la ausencia de conflicto. Esto

puede ser prevenido cuando el objetivo es individualizado al dirigirse a él o ella con

un nombre completo. La esencia humana en este contexto “….este algo” es necesario

al momento para ser parte de la humanidad […] este “algo” puede ser el lenguaje, la

biología, la religión, etc.” (Leyens, Cortes, Demoulin, Dovidio, et al, 2003).

Un estudio de los anuncios de la extrema derecha en el internet muestra un

ejemplo particularmente fuerte de escencialismo basado biológicamente (Holtz &

Wagner, 2009). El discurso desarrollado en los anuncios muestra una fuerte tendencia

a esencializar las categorías de Judíos y Negros Africanos y adscribir a ellos atributos

inmutables, una esencia, que efectivamente hacen de ellos “clases naturales”. El

grupo de judíos aparece como una clase en sí misma con poderes e influencia super-

humanos que es un producto de la esencia del grupo. Los Africanos y Negros son
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despreciados, primeramente, porque - aunque tengan ciudadanía Alemana- su origen

africano les prohíbe ser etiquetados como Alemanes debido a su esencia incompatible

y en segundo lugar para procrear con blancos. Tal procreación produce “bastaros” - o

“monstruos”- que los anuncios exhiben con disgusto. La procreación entre diferentes

“clases naturales” parece imposible debido a sus incompatibles esencias que hace de

los criaturas un híbrido sin identidad “natural”. Consecuentemente, los Brasileños

tienden a atribuir el frecuente estado lamentable de su vida pública a su ser

“racialmente mezclado” (Jovchelovitch, 2000). Efectos muy similares con clases de

animales mezclados genéticamente son percibidos como impuros esto ha sido

mostrados en los adultos en general (Wagner, Kronberger, Nagata, Sen, et al., 2010).

Esencializar categorías sociales y rasgos de personalidad se manifiesta en

grados y tiene como resultado dos efectos relacionados con la esencia: la

naturalización y la grupalidad : La atribución discrecional, la naturalidad, la

inmutabilidad, la estabilidad, y la necesidad hacen que el objetivo sea percibido como

de una clase natural como la raza, el género y aplica a categorías sociales forzadas.

Percibir uniformidad, informatividad, inherencia y exclusividad tienden a hacer al

grupo objetivo una entidad unitaria como los homosexuales, religiosos y políticos.

Esto aplica a los grupos donde se piensa que la membrecía es libremente elegida

(Demoulin, Leyens, & Yzerbyt, 2006; Haslam, et al, 2005; Haslam, Bastian, &

Bissett, 2004). En ambos casos, las categorías sociales han sido esencializadas en el

sentido general que más allá de las diferencias superficiales los miembros del grupo

son básicamente los mismos de acuerdo a algunas características profundamente

incrustadas (Demoulin, et al., 2006, p. 36).


- 19 -

4 Política esencialista

4.1 Negociando la des-esencialización

Hasta aquí hemos mostrado que las formas esencialistas de pensar subyacen no sólo a

la simple esterotipación del exogrupo (Allport, 1954), sino también a la construcción

de la identidad del propio endogrupo sin tener en cuenta de que su membrecía haya

sido elegida o forzada. Sin embargo, motivados por desarrollos sociales e históricos

más amplios, siempre ha habido grupos comprometidos en discursos que intentan

cambiar los patrones culturales de percepción y orden social recibido. Las identidades

esencializadas pueden llegar a ser (convertirse en) una bendición o una pesadilla,

dependiendo de las condiciones políticas que ya fomenten o dificulten una posición

relativa a otros.

Las sociedades no son unidades estáticas sino sujetas cambio y así son las

mentalidades, ideologías, y sistemas representacionales. Mientras los grupos de

membrecía elegida frecuentemente tienden a naturalizar la razón de existencia,

algunas veces es políticamente ventajoso el desnaturalizar lo que fue forzado sobre

los individuos por nacimiento. Por lo tanto, la relativa estabilidad de las categorías

naturales no excluye que ellos sean el resultado de una construcción discursiva en la

exclusión y que ellos pueden realizar un cambio en el curso de la historia y el

desarrollo social.

Uno de los cambios más prominentes que ha sido llevado por un movimiento

político vociferante en los tiempos modernos es el feminismo. Este movimiento tiene

la meta de introducir igualdad entre hombres y mujeres en todos los niveles

socialmente relevantes. Enfrenta una representación vieja de los hombre y mujeres

siendo diferentes no sólo en la biología sino también en la mentalidad, preferencias de

comportamiento e identidad, siendo de hecho dos clases naturales diferentes. El


- 20 -

movimiento está comprometido en remplazar esta representación con la

representación de un sistema definido socialmente de diferencias de género, que

permitiría a mujeres y hombres a ocupar indiscriminadamente todos los roles sociales

y profesiones en la sociedad en términos iguales. En este caso el progreso social es

visto en la des-esencializar una categoría actualmente natural.

En su lucha, grandes partes del movimiento feminista se han entablado en

odiosos debates sobre el papel de la esencia versus el construccionismo en su

teorización que perfectamente resalta las consecuencias políticas de la esencialización

o des-esencialización de la categoría social de mujer (Fuss, 1989; Irigaray, 1974;

Mahalingam & Leu, 2005; Wittig, 1981). En esos discursos queda claro que

proyectando o auto-atribuyendo la esencia a una categoría o grupo social tiene severas

consecuencias políticas. Por un lado, impide el cambio social particularmente a favor

de los grupos cuyos miembros quieren liberarse de la discriminación percibida, por el

otro lado es fundamental de uno que quiere crear grupos, para darles identidad y

visibilidad en las luchas políticas (por ejemplo, Bjornsdottir & Kristmundsdottir,

1995). Esta tensión entre la esencia percibida como un impedimento y la esencia

como una herramienta representacional subyace a la centralidad de que noción parece

estar profundamente arraigada en el funcionamiento cognitivo intuitivo de la

humanidad; ésta puede ser difícilmente superada, como Fuss (1989, p.2) afirma: El

esencialismo emerge quizá más fuertemente dentro del discurso del feminismo, un

discurso que presume sobre la unidad de su objeto de indagación (la mujer) aún

cuando es doloroso demostrar las diferencias dentro de esta categoría admitida como

generalizada e imprecisa.”
- 21 -

4.2 Negociando la naturalización

Otro ejemplo es la aristocracia y su abolición o declinación en varias partes de

Europa. Tradicionalmente, la auto-representación de la nobleza y su representación

del exogrupo convergen en atribuir esta categoría de gente una posición excepcional

en la sociedad. Ésta engloba dominancia política, riqueza, elitismo, modales

distinguidos y separación de la población en general. El núcleo de esta representación

es la creencia en la “sangre azul” que se ha compartido entre las dinastías, donde la

sangre azul es sólo otro término para la esencia y relación por descendencia común,

que como consecuencia atrajo algún interés científico a principios del siglo XX (ejem.

Woods, 1928, 1936). Fue sólo cuestión de tiempo hasta que la aristocracia, que ejercía

el poder “si no con brutalidad, al menos con una buena cantidad de insensibilidad

graciosa y complaciente” (Johnston, 1972/1983, p. 43), y su auto-definición feudal y

relación sanguínea colisionó con la evolución de la regla democrática y la igualdad

humana.

En Austria, por ejemplo, el emperador de Austro-Húngaro, Carlos I abdicó el

mismo día que el armisticio terminó la Primera Guerra Mundial y se formó una

república democrática en 1920. En el curso de estos eventos no sólo la monarquía fue

abolida sino también la aristocracia y el uso de los títulos aristocráticos llegaron a ser

prohibido por la constitución. Desde el siglo XIX los políticos republicanos, por lo

tanto, intentaron des-esencializar esta categoría de la gente, mientras que los

representativos de la aristocracia trataron de mantener su imagen tradicional de ser

esencialmente diferentes del hombre común; y con cierto éxito como lo testifican los

reportes interminables de la prensa amarillista. Las formas de lograr esto fue diferente

en varias partes de Europa, pero la meta era la misma: por ejemplo, reemplazando la
- 22 -

nobleza por sangre por las llamadas élites del estado en Francia (cf. Charle, 1997;

Doyle, 2007), manteniendo un remarcado grado de homogamia como en Alemania o

por medio de más exogamia en un intento de unir la nobleza feudal y pos-feudal como

en Holanda (Dronkers, 2008), o cultivando una fuerte tradición de memoria colectiva

como en Alemania (Funck, Malinowski, Confino, & Fritzsche, 2002), o asumiendo la

causa del nacionalismo moderno que originalmente no era parte del interés feudal

como en Bohemia durante la primera parte del siglo XIX (Reznik, 2008). La mayoría

de estos intentos fueron al menos exitosos, si no en mantener el espíritu de la

sanguinidad-azul, si en remplazar la esencia de la descendencia biológica por la

esencia del dinero y la abundancia (Dronkers, 2008; Mahalingam, 2003).

Un interés de “naturalización” similar en el cambio representracional puede

ser visto en ciertos circulos de homosexuals y lesbianas. Su movimiento muestra una

amplia representación de que la homosexualidad siendo una preferencia sexual

elegida que está en camino de lograr una completa igualdad ante la ley en términos de

matrimonio y adopción de niños. Ha habido hallazgos de correlatos genéticos de

homosexualidad que fueron ansiosamente enarbolados por partes del movimiento con

el ánimo de presentar a la gente homosexual como siendo forzada a su conducta

sexual por la naturaleza en lugar de una preferencia personal (por ejemplo, Bailey,

Pillard, Dawood, Miller, et al., 1999; Conrad & Markens, 2001; Epstein, 1987). Estos

ejemplos ilustran que la definición de lo que puede ser considerado como impuesto o

elegido está en constante flujo en sociedades y sujeto a una negociación discursiva.

Queda claro con estos ejemplos que las luchas social y política en cierto grado

han sido fomentadas por las idas y vueltas de la auto-definición de los grupos, la

adscripción de identidades esencializadas a los exogupos y los cambios políticamente

oportunos en estas definiciones e identidades cuando sea requerido o forzado por la


- 23 -

situación histórica. En estas batallas el pensamiento esencialista es la mano invisible

que guía los juicios cotidianos de, o en contra de las representaciones naturalizadas de

grupos sociales. En la historia en particular observamos una fuerte y franca tendencia

a des-naturalizar, esto es, a des-esencializar categorías sociales que lleven a ejercicios

simbolicos y políticos impresionantes, sin que al final sean capaces de abolir el núcleo

del pensamiento esencialista. A pesar de los esfuerzos internacionales para dotar a

“todos los miembros de la familia humana” con la esencia de “razón y conciencia” y

“derechos inalienables” – como se expresa en la Declaración de los Derechos

Humanos- la segregación mental re-ocurre en diferentes formas (cf. Wetherell &

Potter, 1992).

5 Identidad social y estereotipación: Dos lados de la misma moneda

Considerando los ejemplos de políticas esenciales mostradas anteriormente, llega a

ser claro que los procesos de renegociación social de identidades, esto es, las

feministas tratando de des-esencializar la categoría de mujeres y aristocracia

interesadas en re-naturalizar su posición en la sociedad por ejemplo, implican dos

cosas:

(1) Grupos, ya con membrecía elegida o forzada, tiene una fuerte

representación no sólo de su propia identidad sino esta representación también refleja

la imagen que su grupo proyecta hacia afuera y las formas esterotipadas son

percibidas por otros grupos. Esto significa que la auto-imagen de un grupo está

altamente relacionada a la hetreo-imagen mantenida por los exogrupos.

(2) El estereotipo de un grupo que es mantenido por los exogrupos no es

completamente arbitraria sino determinada por los intereses políticos de los exo-

grupos así como por los atributos y características comportamentales que el grupo

objetivo proyecta. El estereotipo puede ser parcial en cierto grado pero más
- 24 -

frecuentemente reflejará pedazos y piezas de la identidad proclamada del grupo; y

éste es acentuado en conversaciones acerca de los grupos sociales (Kashima, 2004).

Un largo estudio de Caroline Howarth (2002) muestra como el ser juzgados por

otros impacta sobre la formación de la identidad en una categoría social forzada.

Brixton es un suburvio de Londres con una mezcla de población Africana y Caribeña,

que los extraños conocen como un lugar nortorio de agitación racial. La autora

muestra como los jóvenes habitantes de Brixton combierten la representación

negativa de los otros en una identidad que hace de su pertenencia a una categoría

geografica y racial de grupo lo que les permite colectivamente resistir el estigma de la

esencialización (Howarth, 2006). Estos estudios resaltan la estrecha relación entre las

representaciones del exogrupo y el endogrupo donde el proyecto de identidad del

grupo es provocado y dirigido por el estereotipo negativo del exogrupo.

Un studio de Holtz, Wagner and Sartawi (en revisión) describe un proceso

donde la discriminación por el exogrupo lleva a la re-confirmación de la identidad del

grupo. En los principios del 2009 la prohibición de construir minaretes en Suiza, los

Musulmanes Europeos estuvieron fuertemente divididos sobre cómo responder

propiamente a este descarado acto de prejuicio y discriminación. Para la mayoría de

los inmigrantes AlemanesTurcos este evento provocó la reflexión sobre como definir

o reconsiderar su identidad como Alemanes-Turcos o Turcos-Alemanes. Esto es, ellos

sintieron su llamada “identidad-guión” bajo amenaza por la discriminación.

En contraste, los llamados Musulmanes fundamentalistas expresaron el

sentimiento de que este evento confirmaba su posición y pensamiento político radical.

Ellos construyeron su identidad Musulmana como pura y única en el núcleo y no

como guiada por lo Turco-Aleman o Arabe-Aleman o Musulman-Aleman, como ni

tampoco sujeta a la cultura o nacionalidad de su país de origen ni del país anfitrión.


- 25 -

De cara a la discriminación de exo-grupo ellos re-confirmaron su identidad

esencializada como inmutable e inmune a la hibridación cultural donde ni aún los

nacionalismos tienen un lugar.

Aunque los “verdaderos Musulmanes” están unidos por creencias compartidas,

esto es, por algun estado interno, los fundamentalistas claman por los velos

femeninos, barbas masculinas y la oración pública en las calles de Alemania. Los

signos externos son considerados que subyacen a la “potencial inferencia” de su

“esencia Musulmana”. Esta identidad Musulmana esencializada que los miembros de

este grupo conjuran esta en marcado contraste al discurso desarrollado en los grupos

seculares.

La inclusividad de la identidad – y estereotipo- relacionada con las

representaciones ha sido llamada “holomorfismo” (Wagner & Hayes, 2005). Este

conocimiento mutuo de las identidades y los esterotipos del propio grupo y de los

otros es el prerrequisito para la esencia política. La re-negociación de identidades

sería incomprensible si no fuera como una respuesta a los estereotipos y el

mejoramiento esperado de la posición social del grupo.

Concluyendo, podemos preguntar: ¿Dónde-y- para que propósito la gente

esencializa? Como un instrumento para naturalizar atributos de categorías sociales y

grupos y por lo tanto homogenizando la variabilidad individual de sus miembros

implica estabilidad y estatus quo. ¿Qué aparece como más estable e inmutable para el

observador que la naturaleza? Por lo tanto, representar las categorías sociales como

naturales y dadas con una esencia inalienable, hace de ellas grandes atributos

inmutables y da a sus miembros una identidad única. Tampoco el término “natural” ni

el término “esencia” pueden ser considerados independiente uno del otro; siendo

natural implica tener una esencia por necesidad en los ojos del perceptor.
- 26 -

Las estrategias de Esencialización aplicadas al proyecto de identidad de un

grupo están dirigidas a mejorar la posición y valor social del grupo. Los grupos

homogéneos son las construcciones intentadas de actores sociales donde los

miembros tanto como los no miembros participan en un proceso de confirmación de

la representación del grupo independientemente de si los otros aceptan o retan la

existencia del grupo. Los grupos sociales no son contingentes sino determinados por

el estatus respectivo de un sistema social (Reicher, Haslam, Postmes, & Jetten, 2006).

Esta co-construcción de categorías sociales de hecho señalan que el grupo es una

identidad, una unidad que se ubica a sí misma como aparte de otros, y que exhibe

uniformidad, informatividad, inherencia y exclusividad, esto es, exactamente aquellos

atributos que definen la entidad de los grupos; esta entitividad no es una

característica perceptual pasiva como insinuado en los estudios experimentales sino

primero y sobretodo, intentada y percibida como tal desde fuera.

Por un lado, la naturalización legitimiza la posición de una categoría en la

sociedad como conocemos del ejemplo de la aristocracia. Por el otro lado, el

naturalizar una categoría social en términos de un estatus de estigma y desprecio,

legitima la exclusión, la discriminación y desigualdad de sus miembros; esto

personifica la diferencia y fomenta la estigmatización. Asignando a los miembros de

una categoría social un estatus “natural” viene dotado de consecuencias simbólicas y

de comportamiento: La naturaleza, como opuesta a la cultura, es truculenta y apenas

controlable (Joffe & Staerklé, 2007); una diferencia “natural” no puede ser quitada

con la educación. Educando las diferencias naturalmente aparece como un ejercicio

debatible y lleva a desventajas educacionales, como ejemplo en el caso de la raza

(Crozier, 2005). Estas consecuencias pueden ser negativas para el exogrupo

esencializado como en el caso de la minorías étnicas o raciales o positiva para el


- 27 -

endogrupo como en el caso de la aristocracia en cuanto a que sus miembros

constituyen una minoría dominante en algunos países. En cualquier caso la esencia

política ilustra el carácter volátil de discursivo de las esencias y permitiendo la

esperanza de un discurso social más iluminado acerca de los grupos y de sus

“esencias” en el futuro.

6 Perspectiva

Las identidades de y los estereotipos acerca de los grupos no son una constante como

mostramos en las secciones anteriores. Dependiendo de los intereses políticos de los

grupos involucrados y sus miembros, la esencialización de las auto y hetero-

representaciones puede aparecer como atractivo o como obstructivo. En cada caso sin

embargo, el concepto de esencia que ha sido empleado o refutado es representado

como una etiqueta naturalizante y en sus consecuencias cognitivas es similar al ousia

de Platón.

La historia de conflict violent entre grupos y naciones está repleta de retórica

política relacionada con la esencia proyectada y la “naturaleza” acerca del grupo

oponente, y el discurso justificante acerca de la estructura socio-política y la

dominancia de grupo está omnipresente. Como un dispositivo epistémico, el

esencialismo simplifica el mundo social reduciendo la ambigüedad y proporcionando

un cierre cognitivo fácil (Jost, Glaser, Kruglanski, & Sulloway, 2003; Keller & Bless,

2004). Estudiar el prejuicio sin tomar en cuenta los intereses políticos y los juicios

esencialistas subyacentes a las representaciones es un peligro de perder la dinámica

social que es el núcleo de la retórica, el pensamiento y la formación del grupo

(Billig & Sabucedo, 1990). La eficiencia particular de una retórica naturalizada en

política no funcionará, sin embargo, si no fuera una tendencia cognitiva extendida en


- 28 -

la mente humana de que la retórica pueda serle atractiva. Sin embargo, aún si la

esencialización juega un papel central en nuestro entendimiento cotidiano, puede

haber maneras de superar sus efectos derogatorios en la estereotipación. Esto será

asunto del entendimiento de todos en el uso del lenguaje y las frecuentes inferencias

ilegitimas sacadas de las etiquetas y los nombres.


- 29 -

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