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INTRODUCCIÓN

Las personas humanas somos seres sociales por naturaleza. Partir de esta premisa, obvia y aprehendida
por todos, nos lleva a la justificación de la existencia del Derecho, ya sea como ciencia, técnica o arte.
Al vivir en un mundo donde uno necesita del otro y este otro del primero, se desarrollan relaciones
sociales, que muchas veces terminan siendo jurídicas y dentro de este subconjunto, encontramos a las
obligatorias. Vivimos en un mundo donde los recursos son escasos y las necesidades del hombre son
ilimitadas. La escasez puede ser definida como "la insuficiencia de los bienes y/o servicios disponibles
para satisfacer todos los deseos y necesidades de los seres humanos"1.

El hombre primitivo era autosuficiente y autárquico, debía producir por sí mismo lo suficiente para su
propio consumo, como señala De Trazegnies: "dentro de sociedades más simples y primitivas, muchas
de las necesidades pueden ser satisfechas a través de una economía de autoconsumo y, en ese caso, el
hombre es bastante autárquico, es relativamente independiente de los demás
hombres"2.

El hombre moderno se concentra en la producción de un solo bien o quizá de unos cuantos bienes. El
hecho de concentrarse en la producción de un solo bien o de unos cuantos bienes se denomina
especialización.

Cada persona tiene diferentes habilidades. Lo que una persona realiza fácilmente, a otra le parece
difícil, de acuerdo con Parkin, se dice que: "una persona tiene ventaja comparativa en la producción de
un bien en particular si esa persona puede producir el bien a un costo de oportunidad menor que
cualquier otra"3.

Al especializarse en la producción de aquellos bienes y servicios en los que se tienen ventajas


comparativas, se hace indispensable el intercambio de bienes y servicios entre las personas. Si Primus
tiene ventaja comparativa en la producción de maíz, dedicará todo su tiempo al cultivo del maíz. Si
Secundus tiene ventaja comparativa en la producción de tela, dedicará su tiempo a la producción de
tela. Obviamente, Primus y Secundus producirán más maíz y tela que si cada uno se preocupara de sus
1 "Economía para todos". Editorial Bruño e Instituto Apoyo. Lima. 1997, p. 58.
2 DE TRAZEGNIES GRANDA, Fernando. En: XXXIII Conferencia Anual de Ejecutivos, CADE-95. "Perú empresa,
hacia una sociedad para el crecimiento". IPAE, Cuzco 1-4 noviembre de 1995. En el mismo sentido: MUNDELL,
Robert. "El hombre y la economía". Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1972, p. 19.
3 PARKIN, Michael. "Microeconomía". Addison-Wesley Iberoamericana S.A. Wilmington, 1995, p. 64.
propias necesidades (produciendo cada uno algo de maíz y algo de tela). Primus y Secundus deberán
intercambiar sus bienes para poder satisfacer sus mutuas necesidadesrespecto de los bienes que no
producen.

Para la sociedad moderna el intercambio es fundamental. Como apunta De Trazegnies: "en la sociedad
moderna las necesidades individuales se satisfacen a través del mercado y el mercado es inconcebible
sin referencia al conjunto, sin referencia a la sociedad toda, porque no consiste en otra cosa que en un
intercambio generalizado de bienes y servicios"4.

En otras palabras, en la sociedad moderna, cada individuo no produce directamente lo que consume
sino que produce un bien o servicio que otros necesitan, para intercambiarlo por lo que él necesita. En
la sociedad moderna se establece una estructura basada en relaciones de intercambio, a través de las
cuales se busca la satisfacción de las necesidades mediante la cooperación ajena.

Para que una relación de intercambio se encuentre bajo el ámbito del Derecho la relación de
intercambio debe cumplir una serie de requisitos impuestos por el Estado. En otras palabras, al Estado
no le interesa proteger todas las relaciones de intercambio, sino sólo aquellas que reúnen los requisitos
establecidos.

En virtud del contrato5 se constituyen relaciones de intercambio o también llamadas relaciones de


cooperación; en virtud de aquéllos agentes económicos se comprometen a cooperar entre sí
proporcionando los recursos para la mutua satisfacción de sus necesidades. Así, Díez-Picazo define la
relación obligatoria como: "la relación jurídica establecida entre dos o más personas dirigida a que
una de ellas obtenga determinados bienes y servicios mediante la cooperación de otra o bien de
intercambio recíproco de bienes y servicios mediante una recíproca cooperación" 6. Betti, por su lado,
señala: "... en la relación de obligación el interés del titular del derecho está destinado a realizarse, por
medio de un intermediario, a través de un comportamiento ajeno, de una actividad de cooperación"7.

4 DE TRAZEGNIES GRANDA, Fernando. Ob. cit., p. 346.


5 Diez-Picazo distingue las fuentes de las relaciones obligatorias de la siguiente manera: 1) la autonomía privada o poder
del individuo de constituir sus propias relaciones jurídicas (aquí encontramos al contrato). y 2) el poder heterónomo. la
soberanía del Estado creando relaciones jurídicas entre particulares. El Libro de Obligaciones se aplica a toda relación
obligatoria independientemente de su fuente.
6 DiEZ-PICAZO. Luis. Ob. cit.. volumen l. p. 391.
7 BETTI. Emilio. "Teoría General de las Obligaciones". Tomo 1. Editorial Revista de Derecho Privado. Madrid, 1969. p.
10.

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