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Unidad 2 / Escenario 4

Lectura Fundamental

Problemática colombiana

Contenido

1 Uso y aprovechamiento del agua

Palabras clave: Agua, sustancias químicas, huella hídrica, componente ambiental.


1. Uso y aprovechamiento del agua

El agua es un componente ambiental muy valioso para toda la humanidad, tal vez por tratarse de
un componente de vida, dependemos totalmente de ella para nuestra supervivencia y muchas
veces esa importancia no la reflejamos en nuestras acciones. El propósito de estas líneas no
es controvertir el nombre de nuestro planeta, sino formular una muy somera reflexión en torno
a la manera como maltratamos el precioso líquido que es base de toda forma de vida que
conocemos: el agua.

Agua es una expresión derivada del latín y aunque usualmente generalizamos su nombre
para la sustancia en su estado líquido, todos sabemos que se puede encontrar también
en estado sólido y gaseoso, tal como puede evidenciarse cuando observamos el hielo o el
vapor de agua.

No es solo la abundancia del agua lo que la hace importante; principalmente hemos de afirmar
que la molécula cuya popular fórmula química es H2O es la fuente sin la cual la vida que
conocemos no habría sido posible. Dicho de otra forma, el agua no es solamente importante
porque cubra más del 70% de la corteza terrestre, lo es más porque en ella se sintetizó la vida,
esa maravillosa vida que a veces tan poco valoramos y que al igual que sucede con el agua,
maltratamos y desperdiciamos sin retos de conciencia.

El problema que se presenta con el cuidado del agua es vital para la sociedad entera, desde el
rincón más remoto de este planeta tierra la salvaguardia de los ecosistemas estratégicos como
páramos y humedales cobra mayor vigencia cada vez más que se presentan desastres naturales
y pérdidas de zonas fértiles para la actividad agrícola y pecuaria. Es por esto que a través de
las actividades de producción propuestas en la política hídrica se promueve la sostenibilidad
de este recurso, en cada una de las actividades de producción industrial, domestica y agrícola,
entre otras. Debido a que los productores y consumidores de este mercado son conscientes
de cuidado ambiental y la sostenibilidad de los recursos, desde la cultura ambiental se evita el
desperdicio y el uso indebido del recurso de la vida: el agua (Giupponi y Paz, 2015).

El agua tiene contaminantes como hierro, plomo o mercurio encontrados en yacimientos de tipo
natural. Sin embargo, estos contaminantes pueden ser biodegradados por alguna sustancia o

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microorganismo, pero los residuos que se convierten en descomposición son los que realmente
contaminan el agua. Por esta razón, el cuidado del agua busca aislar todos los procesos que
contaminen y causen daños irreparables en el uso de este recurso, ya que en cualquiera de las
actividades de producción de los artículos se establece la veeduría y protección de los recursos
utilizados como materia prima.

La sustentabilidad del agua es una columna del desarrollo y sin esta no se podría hablar del
futuro de las nuevas generaciones. Cada persona debe apropiarse de sus lugar social y la
relación que tenemos directamente con nuestro consumo responsable de este vital líquido
que buscamos en otros planetas pero que no protegemos en el nuestro. Los niveles freáticos
cada vez son menores, y muchos de ellos son concedidos a las grandes multinacionales
desconociendo el derecho de todos. Nuestro llamado es a empezar a cuidar el ambiente en los
ámbitos donde nos relacionamos y comprendamos la oportunidad que nos brinda la madre
tierra (Alonso, 2015).

Sin embargo, ese precioso líquido, tan añorado cuando la sed se espolvorea por nuestra
garganta, al igual que ha ocurrido con los demás recursos naturales, ha recibido de la mano del
hombre un trato a veces rayano en lo criminal. No han bastado los llamados que se escuchan
por doquier para que protejamos nuestras fuentes hídricas; en respuesta a esas voces,
deforestamos montañas, talamos las selvas, contaminamos los ríos, infestamos de basura los
mares, propiciamos el descongelamiento de los polos, plagamos de insecticidas las cañadas,
vertimos nuestros desechos a las quebradas y, en fin, nos valemos del agua para hacer que en
su eterno devenir arrastre nuestra falta de solidaridad con el sistema ecológico. Este sistema
que deberíamos cuidar, proteger y restaurar donde sufra algún deterioro, porque así habría de
indicarlo el elemental sentido de la sobrevivencia de un ser que, a pesar de todo esto, persiste
en autodenominarse como un ser inteligente.

Estas realidades nos hacen interrogarnos acerca de la vocación de perdurabilidad que tiene el
agua en nuestro ecosistema; dicho de otra forma, queremos preguntar si en verdad el agua estará
con nosotros por siempre, o si, por el contrario, como consecuencia de la mala utilización que de
ella hacemos, es posible que la agotemos, con lo que se amenazaría nuestra propia existencia.

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En la universidad quizá nos enseñaron que el agua es un recurso de los denominados
renovables, que son aquellos cuyo proceso de regeneración es superior al del consumo humano,
por oposición a aquellos que llamamos no renovables porque su producción natural es inferior a
los niveles de nuestra voracidad.

¿Será que las enseñanzas siguen siendo válidas en nuestro país? ¿o será que por
el contrario, la intervención de la destructora mano humana ha ido agotando lo
que parecía inagotable?

Que exista la necesidad de la regulación estatal en el manejo y aprovechamiento del recurso


acuífero, ya pone de presente que no tenemos tanta agua como para aventarnos en el derroche
y desperdicio. Si el Estado ha de intervenir, lo que existe es un recurso que cada vez se torna
más escaso y que puede avizorarse, en un futuro no muy lejano, disminuido de tal modo en
sus niveles que es imprescindible que, desde ahora, se regule su utilización para asegurar
a las generaciones venideras un ambiente lo suficientemente húmedo como para que la
sobrevivencia humana esté, por este aspecto, fuera de peligro (Martínez Espinoza, 2015).

Tal vez sean los campesinos y la comunidad indígena quienes más aprecio tienen por el agua;
ellos saben que sin el precioso líquido la vida es imposible, son ellos los que ven cómo la
vida germina entre gotas de agua. Pero otras manos, con mezquinos intereses, hacen sonar
motosierras para derribar las arboledas y arrasar los musgos, donde las gotas que originan ríos
se anidan antes de emprender su recorrido. Así, páramos y selvas tropicales, montes y valles
se destruyen para ser convertidos en hojas de papel, limitando las fuentes de agua y poniendo
bajo amenaza la vida humana.

El agua compone un 65% a 75 % del peso corporal. Así como la sangre, el resto de fluidos
corporales tienen una presencia importante de agua. Es increíble, pero la edad de la persona y el
peso corporal se entrelaza con el porcentaje de agua en el organismo. En la etapa de gestación
un humano tiene un 97 % de agua; y en la etapa final de su vida pierde un porcentaje de un 60% a
70% (Secretariado de la Comisión para la Cooperación Ambiental, 2006).

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Casi todas las funciones del organismo funcionan con agua, veamos qué pasaría si nos falta el líquido
vital:
Si los pulmones no estuvieran permanentemente húmedos no se podría respirar.
El agua es el componente principal de las lágrimas, cuando lloramos permitimos la lubricación de los ojos
y la limpieza de la retina.
Para poder sentir los sabores de los alimentos la lengua tiene que estar lubricada con la saliva, que en su
mayor contenido es agua con enzimas proteicas.
Por medio de la transpiración (sudor) nuestro cuerpo expulsa sustancias toxicas, lo cual sirve para regular
nuestra temperatura interna corporal, sin esta tendríamos un sirope de calor y moriríamos rápidamente.
Nuestra sangre está compuesta por un 55% de líquido denominado plasma, el cual se compone
principalmente de agua en un 90%, aminoácidos en un 7% y el 3% restante por: ácidos grasos, glucosa,
vitaminas, sales minerales, hormonas y productos de deshecho del metabolismo (entre ellos las toxinas).

El área cubierta por cuerpos de agua lénticos en Colombia equivale a 8.312 Km2 (0,7% de la
superficie continental); de los cuales 3.976 Km2 corresponden a ciénagas, 2.583 Km2 está
ocupado por pantanos, 1.234 Km2 son lagunas y 519 Km2 son embalses hídricos (Secretariado
de la Comisión para la Cooperación Ambiental, 2006).

La causa principal por la cual estamos padeciendo la crisis del agua es el uso inadecuado que
ejercemos sobre ella. Por lo anteriormente expuesto es que el uso eficiente de este líquido
precioso debe ser una prioridad en las sociedades para garantizar una sustentabilidad hídrica
en el país. Debemos contribuir a proteger el agua haciendo uso eficiente de ella desde todos los
campos: vivienda, trabajo y estudios. Se puede empezar por nuestro hogar, de forma sencilla
con algunos consejos haremos preservar el ambiente y ganaremos un poco de dinero en
nuestras facturas del servicio.

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Figura 1. Consejos para ahorrar agua desde nuestros hogares.
Fuente: Aguilar (2016)

1.1 Nuestra huella hídrica en Colombia. Datos del uso del recurso

La huella hídrica es también llamada “Huella de agua”, y fue definida por el profesor holandés
ArjenHoeckstra: “El total de volumen de agua dulce que se utiliza para el consumo de un
individuo o comunidad al adquirir un servicio de dicha índole”. Sabemos poco en términos
comunes de lo que verdaderamente implica dicho concepto, sin embargo es para todos evidente
la importancia de entenderlo ya que es parte esencial de nuestra vida cotidiana (Liu, Chen,
Wang, & Chen, 2015).

La huella hídrica permite un balance entre los distintos productos que a diario consumimos en
su forma final, es decir, podemos conocer todo el proceso de gasto en volumen de agua (m3)
de un servicio o producto que adquirimos, tal como: la cerveza, una taza de café, una taza de
leche, huevos o de una camiseta. Este índice proporciona un panorama más amplio y nos lleva
a una autorreflexión, ¿qué tanto contribuimos al cuidado del líquido vital cuando compramos y
consumimos sin medir nuestras acciones?

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El último informe llamado Estudio nacional de Huella Hídrica - Colombia Sector Agrícola es
algo alarmante, pues sobrepasa la concepción de las causas y efectos en los sectores como
ganadería y agricultura. La sostenibilidad del recurso hídrico, especialmente en agua gris, se
calcula con la tasa de retorno de agua azul y verde especialmente en los productos generados
en todas las cadenas de proceso, como beneficio de café y arroz.

• Azul es la cantidad de agua dulce consumida proveniente de fuentes superficiales o


subterráneas

• Verde es la cantidad de agua lluvia que queda atrapada en la materia prima, es decir, se
convierte en humedad de la misma

• Gris es la cantidad de agua dulce necesaria para diluir y asimilar la carga de


contaminantes o vertimientos (Arevalo, Lozano, & Sabogal, 2011).

Según el informe IDEAM (IDEAM, 2015) en zonas geográficas los resultados de huella hídrica
por producto agrícola se evidencian con el impacto de los monocultivos de café, arroz, palma
africana y caña de azúcar, con una prevalencia de agua gris relacionado con la contaminación
de un 50 % en relación al agua azul. El café en el proceso de extracción del grano seco
contamina y eleva el valor del agua gris en regiones tradicionales como el departamento de
Quindío y Antioquia (IDEAM, 2015).

Otro impacto de la huella hídrica en nuestro país son las regiones de proyección agrícola, en
estas se presenta la insostenibilidad de productos tradicionales que están desplazados por
otros que requieren para ser más productivos mayor disponibilidad de agua especialmente de
tipo azul. Los acuíferos y aguas subterráneas en algunas zonas son expropiados sin la debida
concesión de aguas destruyendo el balance ecológico y erosionando el suelo.

En este estudio se determinó que el 30% de la región Andina se encuentra entre las zonas
con un alto valor de huella hídrica azul y verde ya que es donde nacen los ríos y el ciclo
hidrogeológico de las cuencas de Colombia (IDEAM, 2015). La salud y vida de estas zonas
se ven amenazadas porque la demanda crece dos veces en conjunto con la población y las
tierras de vocación agrícola, lo que genera una tasa de retorno en agua gris significativa que se
ve reflejado en la contaminación de las principales cuencas como la del Magdalena, Cauca y
Amazonas (IDEAM, 2015).

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1.2 Agua en Colombia y algunas actividades de impacto

La justicia social del agua y de su explotación se pone a prueba cuando se hace la defensa de
la naturaleza como productora de dos riquezas que se ponen en juego como poder y necesidad:
el agua y la minería. Por una parte la minería genera riqueza económica a quien lo explota, a
quien abastece de insumos para la explotación y sirve para el sostenimiento de quienes trabajan
como mineros; por otro lado, el agua como riqueza natural no da la riqueza económica de la
minería, pero es necesaria para la humanidad y para dar sostenibilidad ambiental al sector que
la produce; De ahí el juego de los dos poderes del agua y la minería. De otra parte surge el poder
político en razón a que son estos quienes determinan hacia donde se inclina la balanza (Lenis,
López, Carlos Ulloa, Olaya, y Fernanda Gutiérrez, 2012).

Según estudios de Ingeominas en los últimos años se han otorgado más de 46 títulos mineros en
zonas protegidas como parque naturales que suman más de 46000 hectáreas, especialmente dadas a
personas naturales y a multinacionales. (Juan Mayr, ex Ministro de Medio Ambiente)
Un ejemplo claro de esta situación la tenemos en municipio de Tusa, el cual está casi aislado y al que
los medios de comunicación nunca se refieren, solamente cuando hay casos de mineros muertos por las
condiciones de seguridad de las minas ilegales, especialmente de carbón. Esta zona es rica en páramos
y ecosistemas estratégicos, donde la extracción minera lejos de ser un beneficio es una maldición para
sus habitantes y el ambiente:
Se calcula que estas actividades generan hasta 3 pulgadas de agua contaminada por minuto a tierras
fértiles a través de los desagües de cada mina.
De los 34 complejos de páramos (fábricas de agua) un 48% ya está afectado por la minería.
“Entre 2020 y 2030, el 56% de los páramos y el 78% de los glaciares colombianos desaparecerán"
(Unidad Investigativa del periódico El Tiempo, Marzo de 2014)
"Esto supone un problema de abastecimiento de agua para una buena parte de la población y podría ser
un indicativo de más desastres por avalancha” (Max Enríquez, 2014)"Con los páramos desaparecería
buena parte de la oferta hídrica de Colombia; acarrearía la muerte de microcuencas abastecedoras de
agua, y pérdida de biodiversidad de manera irreversible… Estamos hablando de un bioma ÚNICO en el
mundo" (Juan Mayr, ex Ministro de Medio Ambiente, Columna periódico El Colombiano, Febrero de 2009)

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Los usos del suelo que generan incompatibilidades con las porciones ínfimas de ecosistemas
estratégicos, se deben tener en cuenta en el plan de manejo de páramos propuesta en el
congreso, donde es de vital importancia que se protejan estas áreas por encima de los intereses
de las multinacionales (IDEAM, 2015).

En conclusión, la teoría del carácter renovable que venimos aplicando al agua puede estar bajo
serias dudas, dado que las cifras especializadas informan que los niveles de agua disponible
se vienen reduciendo de manera sensible, al tiempo que fenómenos como la sobrepoblación
y los propósitos para los que se utiliza el agua permiten anticipar que en un plazo mediano
demandaremos más agua de la que hay disponible. Es entonces cuando la nota predominante
que nos permite señalar que un recurso es renovable habrá desaparecido respecto del agua.

Por lo tanto, es preciso que las políticas gubernamentales se orienten a dotar a los recursos
hídricos de mecanismos adecuados de protección, con lo cual generar en la conciencia de los
seres humanos la certeza de que el agua, que por fortuna aun abundante, no es eterna, y que,
por esa razón, hemos de utilizarla adecuadamente con el fin de que siga siendo el elemento
predominante en la definición de nuestras vidas. Esas políticas han de incluir como uno de sus
insoslayables capítulos el relacionado con el fomento de una cultura acuífera adecuada que nos
lleve a todos a cuidar el agua como el tesoro que es (IDEAM, 2015).

No queremos ver mañana a la tierra convertida en un planeta seco, árido, desértico, inerte, estéril
y perdido en el ignoto valle de las rocas muertas a donde lo enviaron las manos del ser más
inteligente de la creación, con un escenario donde unos pueblos mueren de sed como en La
Guajira y el llano, mientras las multinacionales explotan los recursos como en la era colonial.

1.3 Contaminación atmosférica. Componente aire

Tal vez hemos escuchado en muchas zonas de nuestro país cómo la incidencia y la prevalencia
de enfermedades respiratorias está aumentando, especialmente en niños menores de 10 años
sector en el cual la tasa de enfermedades de este tipo está creciendo en un 5,6 % anual según
los últimos estudios del Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud, lo que destaca
a este grupo etario como el más vulnerable. Este fenómeno se está presentando especialmente
en áreas urbanas de las principales ciudades como Medellín, Bucaramanga, Cali y Bogotá, con
el incremento de la concentración de contaminantes como el ozono estratosférico, dióxidos de
azufre, monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y material particulado (Hernández, Aristizabal,
Medina, y Yenny, 2011).

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Estas grandes ciudades, según el último estudio, tienen problemas de calidad de aire
especialmente por emisiones de fuentes móviles y fijas como es el tráfico vehicular, actividades
industriales, obras de construcción, manejo de residuos, mal manejo de sustancias químicas
y quemas, entre otros. Se puede describir que en grandes ciudades la calidad del aire tiene los
más altos parámetros de contaminación, sobre todo por material particulado o de dióxidos de
azufre y carbono. En las grandes ciudades respiramos un aire con más contaminación reflejado
en enfermedades respiratorias. La OMS describe que la calidad del aire es uno de los factores
más relevantes en la morbilidad y mortalidad de las poblaciones (Hernández, Aristizabal,
Medina, y Yenny, 2011).

Otro gas contaminante y muy relevante en la contaminación del aire en Colombia es el


monóxido de carbono identificado por sus siglas estequiometrias CO, generado por la
combustión de sustancias, especialmente derivados del petróleo, en fuentes fijas como también
en las móviles. Este gas afecta a las plantas especialmente en la taxonomía de las estomas
necesarias para la fotosíntesis, y es muy tóxico para los seres humanos ya que interfiere con
el transporte de oxígeno en la sangre. Los efectos en la salud se hacen más graves conforme
mayor sea la cantidad de monóxido de carbono en el aire y el tiempo de la exposición.

Los estudios epidemiológicos como el del EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva


Respiratoria) reportan que en ciudades como Bogotá en la localidad Puente Aranda tienen una
prevalencia del 11% por las actividades industriales, como metalmecánicas, fundidoras, y el
trabajo en laboratorios químicos, entre otros. Otro ejemplo es la localidad de Ciudad Bolívar
en la parte alta, en la que a causa de la extracción de la minería a cielo abierto se generan
emisiones de material particulado PM10 (partículas entre 10 partes por millón) generadas por
la trituración y pulverización de roca caliza para obtener el clinker necesario para la elaboración
del cemento. Añadido a esto están las épocas de sequía donde por los vientos se transportan
la contaminación de la parte alta a la baja, lo que genera brotes masivos de ERA (Enfermedades
Agudas Respiratorias) entre la población (Hernández et al, 2011).

El ICA (Índice de Calidad del Aire) es un indicador que nos permite conocer la calidad del aire
en nuestros país, y lo manejan las autoridades ambientales y de salud cuando hay variación
en los parámetros importantes en el aire que respiramos. En varias ciudades como Bogotá
y Medellín en los últimos años se ha declarado la alarma naranja que significa que grupos
sensibles como adultos mayores y niños deben tener una restricción para poder transitar con
el aire contaminado. Los otros niveles son rojo, marrón y violeta que nos indican que ninguna
actividad está permitida y que la calidad del aire es tan tóxica que no se recomienda ningún

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tipo de trabajo; afortunadamente no hemos tenido una alarma de este tipo en nuestro país,
pero en Bophal, India con el accidente en la industria de químicos donde más de 5000 personas
murieron se decretó una alarma marrón, y en China en horas de la tarde cuando la solubilidad de
los agentes contaminantes del aire era más alta se declararon alarmas rojas y violeta.

Este problema de calidad del aire en nuestro país está conectado con el problema vehicular,
ya que por esto tenemos una dificultad muy clara de contaminación en donde los niveles que
tenemos están por encima o igual de las normas ambientales. Será muy común que en las
ciudades grandes se declaren alertas constantes por los niveles de contaminación del aire,
hasta que en un presente muy cercano nos informen que no podremos salir a las calles ni
realizar deportes al aire libre si no tenemos un protector respiratorio. Debido a las leyes de la
solubilidad de los gases se produciría un pico y placa para la población, y la única opción que
tenemos es hacer conciencia sobre este tema y tomar cartas en el asunto antes de que ya no
haya vuelta atrás.

1.4 Incidencia de sustancias químicas en el país

Colombia ocupa un puesto nefasto en cuanto al manejo de sustancias químicas peligrosas,


uno de esos riesgos se deriva de los contaminantes químicos y su manejo en las cadenas
productivas. Estas sustancias son utilizadas en la mayoría de las industrias y lógicamente
los que tienen mayor grado de exposición son los que están cumpliendo sus labores más
cerca de la fuente. Pero, en términos generales, la mayor preocupación cuando se estudia el
motivo causal se deriva por la falta de conocimiento e información de las sustancias químicas
utilizadas, las malas prácticas y la falta de cumplimiento de la normatividad, almacenamiento,
transporte , manipulación y manejo de sustancias peligrosas, lo que destruye y contamina
ecosistemas naturales como humedales, páramos, ciénagas, ríos y quebradas (Quintero,
Múnera, Arroyave, y Duque, 2015).

Tenemos que tener claro que la prevención, el control del uso y manejo adecuado para estas
sustancias tiene que desarrollarse bajo el principio de la corresponsabilidad entre dueños y
personal de la empresa, y cuidar el ambiente para lograr un trabajo en condiciones seguras.

Es por eso que la normatividad para uso y manejo de sustancias químicas le exige a los
fabricantes, distribuidores y usuarios velar por la venta segura de las sustancias peligrosas en
la protección del ambiente y la salud humana. Los humanos son los directamente implicados
a una mayor fuente de exposición, lo que no solo genera inconvenientes en su salud sino que
también lo transmiten en sus casas ya que algunas de estas sustancias se adhieren a la ropa,
como en el caso del asbesto.

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Veamos este ejemplo que es muy impactante de como una empresa influye en la contaminación
ambiental de su entorno y en la exposición de enfermedades en las familias que trabajan y las
personas a su alrededor. El asbesto es una fibra natural que se divide en fibras muy delgadas
y cada vez más delgadas, cuando la medida de la fibra llega a 3 micras ingresa por las vías
respiratorias y llega a los alveolos o a la pleura lo que causa asbestosis cáncer o fibrosis.

Las medidas de protección para el manejo del asbesto son trajes de cuerpo completo con
cinta en los lugares por los que pueda ingresar el producto como los talones y muñecas, con
mascarilla y con respirador de auto contenido, el traje no debe estar rasgado y tan solo puede
utilizarse una vez.

Las medidas de protección es conservar el ambiente completamente aislado, que tenga


la ventilación y que las conexiones de luz estén completamente aisladas del producto. Es
necesario tener tres compartimiento para la salida del personal de estos ambientes: en
el primero debe haber una ducha en el cual la persona se pueda lavar completamente sin
quitarse el traje en este mismo compartimiento debe quitarse solo el traje y botarlo a la basura,
y conservar la máscara de respiración; en el segundo compartimento el empleado se lava
nuevamente lavando muy bien su cuerpo y la máscara al salir de esta cámara; la tercera es para
quitarse la máscara y vestirse con ropa cómoda o de calle (Quintero et al., 2015).

Muchas familias colombianas estuvieron laborando en empresas donde se trabaja con Asbesto,
como lo es Eternit, este es un mineral sólido que se encuentra en algunas vetas del subsuelo,
cuando se extrae para la actividad industrial se desintegra en fibras muy delgadas como
hilos muy resistentes, por ello es de gran importancia para la industria desde la textil hasta la
fabricación de naves espaciales. Este material es maleable resiste a altas temperaturas, es
aislante de la electricidad y es anticorrosivo para muchas sustancias químicas.

En Cundinamarca vemos cómo las familias que se dedican a la fabricación de productos de


construcción, en Sibate, fueron durante muchos años contaminados con el asbesto, el cual era
aparentemente inofensivo para Colombia, pero que ha sido prohibido en otros países y se ha
sustituido por uno ambientalmente responsable como Skinco Colombit.

Es triste ver que en Colombia todavía existe y se comercializa esta fibra mortal llamada asbesto,
o amianto como se le ha denominado en los países latinos, aun sabiendo la cantidad de
personas que han muerto debido a la manipulación de este mineral. Un ejemplo claro es que en
la actualidad todavía existen minas a cielo abierto.

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Si ya existen investigaciones tan contundentes que demuestran la peligrosidad de este mineral,
hasta el punto de que en 56 países ya han prohibido la explotación, elaboración de elementos
y el comercio de esta fibra mortal, ¿por qué en nuestro país sigue siendo parte de nuestra vida
cotidiana aun sabiendo que causa cáncer y enfermedades respiratorias? Esto le sucede no solo
a las personas que trabajan manipulando este mineral, también afecta a la salud de su familia,
ya que esto se pega a la ropa, y también a todas las personas que utilizan elementos elaborados
con asbesto.

En Colombia, al igual que en otros países, la preocupación por la salud de sus habitantes debe
ser la prioridad, antes que un mercado. También se deben buscar otras fuentes de economía
para el país que no perjudiquen o maten a los ciudadanos.

Hay miles de ejemplos de perjudicados por la contaminación ambiental por el inadecuado


manejo de sustancias químicas peligrosas, como los derrames de hidrocarburos que están
afectando nuestras zonas ricas en biodiversidad y ecosistemas (Salinas, Covitt, y Gunckel, 2013)

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Referencias
Aguilar, R. (2016) Cartilla cultura ambiental. Politecnico Grancolombiano.

Alonso, E. T. (2015). Fernando Pérez Correa (coord.), Gestión pública y social del agua en Mé-
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Arevalo, D., Lozano, J. G., & Sabogal, J. (2011). Estudio nacional de Huella Hídrica Colombia Sec-
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Hernández, L., Aristizabal, G., Medina, C., & Yenny, S. (2011). Asociación entre la contaminación
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Secretariado de la Comisión para la Cooperación Ambiental. (2006). Calidad del agua.

M. Enríquez, (2014) coautor del estudio "Efectos del Cambio Climático en Colombia",Cruz Roja.

Lista de referencias de figuras


Aguilar, R. (2016) Cartilla cultura ambiental. Politecnico Grancolombiano.

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INFORMACIÓN TÉCNICA

Módulo: Cultura ambiental

Unidad 2: Problemas ambientales en Colombia

Escenario 4: Problemática Colombiana

Autor: Ramon Aguilar

Asesor Pedagógico: Diana Marcela Díaz Salcedo

Diseñador Gráfico: Kevin Mauricio Ramírez Corredor

Asistente: Leidy Alejandra Morales

Este material pertenece al Politécnico Grancolombiano. Por


ende, son de uso exclusivo de las Instituciones adscritas a
la Red Ilumno. Prohibida su reproducción total o parcial.

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