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Sentados, cuatro sombras en un círculo alrededor de un fogón de hielo, cobijados por una

oscura luna y una solitaria estrella fugaz durmiente que detiene el tiempo, escoltados de
milenarios sabios nativos mudos que alcanzan a tocar el cielo alzando sus copas, logran
que esta inusual reunión se lleve a cabo al fondo del espacio en el fin del mundo.

La isla cree que el encuentro de los puntos cardinales es señal de un mal presagio, los
pequeños habitantes no han salido esta noche en su peregrinación, el cazador y su presa se
han dado una tregua silenciosa, los colores se cerraron y solo se mesen suavemente, al paso
del tormentoso “vilu” del viento nocturno que atraviesa los huesos en dirección al norte. El
ruido del arrebatado silencio se rompe con un lejano pero a su vez ensordecedor balido de
chivo viejo, que reclama más carne de niño recién nacido.

No le has dado de comer últimamente al “invunche”, Artillero,- exclama uno de los


comensales tejiendo un infinito hilo de viuda negra, cubierto de trapos viejos teñidos de
suciedad y un gran sombrero hecho de piel de perro tiñoso que no permitía la entrada de luz
alguna en su rostro, con sus pies descalzos pero muy limpios sujeta un arco el que utiliza
para su trabajo, se trataba de Flechero un brujo recolector de almas.

E estao mucho ocupao, no tengo tiempo pa eso- responde Artillero, un grandote mulato
quebrantahuesos de mechas necias quien bestia el “macuñ” el chaleco que sirve de farol
para iluminar su camino en las eternas noches de invierno, rutas que pueden ser un
laberinto sin salida para cualquiera. Este chaleco es de piel de difunto alimentado por aceite
humano el cual se debe renovar cada vez que florece la higuera.

Claro que estamos ocupados, pues nosotros somos los encargados de ejecutar y además tú
estás recién ascendido de brujo, careces de la experticia necesaria jovencito-le responde
flechero quien era un destacado y antiguo ejecutor, hecho de fama por llevar mil almas a su
haber, debido a la destreza con que opera su arco en vuelo.

Weno pa que benimo?- pregunta el gigante artillero, sin entender el motivo por el cual a
sido convocado a esta extraña reunión,

No sirves para nada, no ahí caso contigo, estamos aquí para decidir el futuro incierto de
Alhué - exclama flechero.

Alhué es uno de los cuatro reunidos en el lugar, es la representación del caos y el desorden,
la ira y el odio, figura singular dentro de lo desconocido, sus ojos almendrados nielados lo
asemejan a un afuerino, escultura zancuda de largas greñas carmesí. Necrófago por
excelencia, mitológico nigromante que juega con la vida y con la muerte de los demás
habitantes de estas perdidas tierras. Mefistofélico sujeto que esconde una sutil cólera
pasiva, su último aliento, el eterno viento sureño, que sin duda alguna, será
inexorablemente exhalado esta noche por haber caído y cedido a una profunda trampa
sagrada.
Aun así, Alhué permanece ilapso en esta congregación, su alma aparenta un desconcertante
estado de quietud, una calma que se dirige caminando hacia el vacío, sabiendo que navega
en la rivera de la muerte, observando sin pestañear las olas de las llamas azules que parecen
llevarlo a las doce en punto de la noche en un espacio perdido tras las sombras y
escuchando el estribillo de los luceros que cantan un perecer fatal.

Veo que “La voladora” ha hecho como siempre muy bien su trabajo, les ha entregado a
tiempo el mensaje que les envié y por esto estamos reunidos en estos momentos “bastardos
de las tinieblas”, pero el mensaje era distinto para uno de ustedes, “La voladora” portaba un
“duam” -que es el anuncio de muerte- ¿que te han entregado a ti “engendro de la furia”, no
es cierto? -Exclama con una voz tétrica capaz de desgarrar el alma del más valeroso de
los hombres, el cuarto comensal, sumido en las redes de la oscuridad se manifiesta ante los
ejecutores el más temido de los brujos el “Peucho”. El más atrevido de los sombríos, capaz
de desafiar la luz del día y hacerse uno con los mortales, seguido por culebras y sabandijas
repulsivas que lo acompañan donde quiera que se mueva, su sola mirada produce yagas
incurables en los seres humanos, lleva la muerte segura a los enfermos y ancianos, sus
silbidos hieren cual navajas afiladas la carne de quien tiene la desdicha de oírlos y encinta
las vírgenes mas puras mientras ellas duermen.

El destino parece burlarse de ti, la extraña actitud que tienes en estos momentos me lo
demuestra, Alhué. Pero, el destino es caprichoso, a su vez también se burla de mí, no
pretendo caer en lite contigo “matacán”, esto demuestra que también e cambiado, aun que
no te miento, que se me están partiendo las extrañas conteniendo los impulsos de desollarte
en estos instantes, me esfuerzo por suprimir este infierno gimiente que se desata dentro de
mi despreciable ser, cada vez que pienso en la nota falsa que as interpretado. Por otro lado
quiero creer que es el acto de algún curandero o chaman que han actuado contra ti, o un
“llancazo” que te ha tirado algún otro “cieno del pecado”. Eso debe explicar tu falta de
apetito por la muerte, tu constante y cada vez más habitual fallo de las tareas que se te han
encomendado, tu actitud meditabunda, serena y sobria que son el gris del negro que solías
ser, ¿olvidaste la embriagues que te daba el sufrimiento, el terror, la desesperación, la
muerte? ¡Responde” bebedor de la pena”! dependiendo de tu respuesta se llegará a un
consenso, pero te advierto, que los cantos fúnebres para ti no callaran y tu sepulcro te
mecerá por una eternidad en un lago de fuego en el corazón de las tinieblas donde te
ahogaras entre maldecidos y decapitados.

Alhué, coge una pequeña rama de boldo entre sus largos dedos tomándose su tiempo antes
de dar su esperada respuesta a los temibles verdugos que tiene en frente, quienes listos y
ansiosos están para concluir la reunión, entintar la tierra profana de color concho vino y
desatar su sadismo para saciar sus tensas calmas.

Alhue, sabe que la situación es demasiado adversa, escapar de las garras de estos tres brujos
sedientos es imposible, menos aun enfrentarles directamente, la sola presencia del Peucho
lo hace desechar esa idea desde un principio. Pero Alhué también es un brujo, de los mas
poderosos y de gran valentía, no seria un hueso fácil de roer.-¡Crack!- se quiebra la ramita
de boldo que manipulaba entre sus dedos, este pequeño sonido provocó que la tierra dejara
de danzar, que el viento cerrara sus ojos y detuviera su paso ligero, si hubo algún corazón
alrededor de ese fogón se detuvo, el mismo palpitar de la naturaleza cesó.

Alhué mira directamente a los ojos del Peucho sin importarle herida alguna producida por
tal acto y tomando la mayor cantidad de aire responde:

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