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El caso de Anna O.

y el origen del
Psicoanálisis

Anna O. era el seudónimo de una paciente del doctor Josef Breuer, que publicó el estudio de su
caso en el libro “Estudios sobre la histeria”, escrito en colaboración con Sigmund Freud. Su nombre
real era Bertha Pappenheim (1859-1936), una mujer austriaco-judía feminista y fundadora de la
Jüdischer Frauenbund (Liga de Mujeres Judías).

Inicio del tratamiento de Anna O.

Anna O. fue tratada por Breuer debido a una afección de tos severa, parálisis en las
extremidades del lado derecho de su cuerpo y trastornos de visión, audición y habla, así
como alucinaciones y pérdida de conciencia. Anna fue diagnosticada con histeria. Freud
defendía que su enfermedad era consecuencia del resentimiento por la enfermedad real y
física de su padre que luego le llevó a la muerte.

Su tratamiento es considerado como el principio de psicoanálisis.

Breuer observó que mientras Anna experimentaba sus “ausencias” (con cambios radicales
de personalidad acompañados de cuadros de confusión), murmuraba palabras o frases para
sí misma. En su tratamiento realizó diversos trabajos de hipnosis para averiguar algo más
sobre su trastorno y encontró que estas palabras eran, según él, “fantasías profundamente
melancólicas… a veces se caracterizan por una belleza poética”. Fue así como surgió la
“asociación libre”, en donde las sesiones de hipnosis con Breuer, Anna se centraban en
hablar dejando fluir los pensamientos, diciendo cualquier cosa que le venía a la mente.

Anna tenía un hermano menor, Wilhelm Pappenheim, y dos hermanas mayores. En 1867,
cuando tenía sólo 8 años de edad, su hermana, Henriette, murió a causa de la tuberculosis.

En la época y la sociedad en la que Anna creció las oportunidades para las mujeres eran
muy limitadas, y tuvo que dejar la escuela para emprender otras actividades como la
costura, en lugar de continuar su educación.

En 1880, el padre de Anna contrajo tuberculosis y Anna se dedicó a cuidar de él mientras


estuvo encamado. Por desgracia, la enfermedad de su padre era fatal y murió en abril del
año siguiente. Sin embargo, fue mientras él había estado enfermo su hija también cayó
enferma, aunque con diferentes síntomas. Fue entonces cuando Anna comenzó a consultar a
Josef Breuer para los síntomas relacionados con su enfermedad.
Freud observó que, antes de su enfermedad, Anna había vivido una vida sana y era una
mujer muy inteligente, con una imaginación activa y soñadora. Sin embargo, su
dedicación a cuidar a su padre enfermo comenzó a hacer mella en ella hasta el punto en que
Anna también acabó enfermando.

Etapas de la enfermedad de Anna O.

Breuer resume la enfermedad de Anna O. en cuatro etapas:

1. Incubación latente

Esta etapa va desde de julio de 1880 y hasta aproximadamente el 10 de diciembre de ese


mismo año, momento en que la enfermedad de Anna empieza a emerger de forma clara.
Freud afirma que en otros pacientes los signos de inicio de la enfermedad no serían
perceptibles, pero los síntomas excepcionales vistos en Anna dan lugar a que esta fase sea
claramente observable por los demás.

2. La enfermedad manifiesta

Aquí los síntomas están en su punto más álgido, pero paralelamente Anna empieza a
mostrar una cierta recuperación gracias al tratamiento, desgraciadamente esta recuperación
fue interrumpida en abril de 1881, cuando su padre enfermo fallece. Este hecho afectó a
Anna gravemente y el 7 de junio de 1881 empieza a mostrar tendencias suicidas.

3. Sonambulismo intermitente

Entre abril y diciembre de 1881, Anna empieza a experimentar un sonambulismo periódico,


pero su comportamiento es aparentemente normal.

4. Recuperación

Breuer afirma que, después de su tratamiento, Anna realiza una lenta recuperación de su
enfermedad, que se alarga hasta junio de 1882.

Síntomas de Anna O.

Los síntomas exhibidos por la propia Anna durante todo el proceso fueron muy variados,
desde una tos a los síntomas comportamentales diversos, incluyendo el sonambulismo.
Estos son algunos ejemplos:

 Parálisis: parálisis en el brazo y la pierna derecha.


 Movimientos oculares involuntarios: Incluyendo problemas de visión y, en
diciembre de 1881, un estrabismo.
 Hidrofobia: Una aversión a la comida y al agua (hidrofobia), que dejó a Anna sin
apenas poder beber durante días.
 Letargo: Por las tardes se quedaba adormecida y luego presentaba un estado
opuesto de gran excitabilidad. Entre el 11 de diciembre de 1881 y el 1 de abril del
año siguiente, Anna permaneció confinada en su cama.
 Dificultades de lenguaje: A mitad de una frase, Anna repetiría la última palabra y
realizaba pausas antes de terminarla. Ella era políglota, y comenzó a hablar en
varios idiomas, incluyendo el inglés a sus cuidadores, para su confusión. Sin
embargo, la propia Anna lo hacía aparentemente sin darse cuenta, y finalmente fue
incapaz de hablar durante dos semanas.
 Anna fue diagnosticada de histeria, y pasó gran parte de su vida en un estado de
ansiedad y experimentando alucinaciones, tales como ver esqueletos y serpientes
negras, posiblemente como resultado de ver a su propio estado confusional. Durante
el día se encontraba habitualmente en un estado de incomodidad, llanto y
“atormentamiento” mental.
 Freud observó que cuando ella se encontraba en un estado de hipnosis profunda, era
capaz de describir las alucinaciones diarias a través de este estado de trance, y los
días que ella era capaz de mostrarlas, dormía mejor por la noche y era capaz de
despertar más tranquilamente.
 El tratamiento de Breuer
 Al darse cuenta de los beneficios que la liberación de los pensamientos ansiosos
tenían en Anna, Breuer utilizó este tratamiento de forma habitual pasando a ser
descrito como “terapia o cura del habla”, incitando a Anna participar en
conversaciones sobre su vida diaria y sus problemas, en busca de una base
psicológica para la histeria.
 Esta costumbre de contar historias de Anna proporcionó Breuer una idea intrigante
sobre su estado de ánimo. Estos cuentos de hadas como les llamaba, porque le
recordaban a la obra de Hans Christian Anderson y eran generalmente de carácter
infeliz, parecía que se hacían eco de las experiencias de Anna en el cuidado de su
padre.
 También transmitió un sueño sobre una serpiente negra que se acercaba a la cama
de un enfermo y como ella se sintió paralizada y fue incapaz de proteger al paciente
de la terrible criatura. Freud llegó a la conclusión de que la parálisis que ella
experimentó en realidad estaba vinculada con que había experimentado en su estado
de ansiedad durante el sueño.
 Durante sus reuniones con su terapeuta, Anna también recordó una ocasión cuando
era más joven y tenía un vaso de agua. Ella explicó haber visto el perro de su niñera,
el cual no le gustaba, acercarse a beber de su vaso, haciendo que se sintiera
repulsión ante la idea de compartir su vaso con el perro. Breuer atribuye esta
experiencia traumática a su incapacidad posterior para beber agua; Anna había
formado una asociación entre el agua y el evento negativo más temprano en su vida.
 La recuperación
 Breuer y Freud creían que revivir ansiedades inconscientes, como alucinaciones y
experiencias traumáticas, y hacerlas conscientes, pudo ayudar a Anna a
superar los síntomas relacionados. Con el tiempo, sus problemas cesaron y se
logró una recuperación gradual, se le dio un perro mascota para cuidar y participó
en obras de caridad ayudando a otras personas enfermas.
 La enfermedad de Bertha Pappenheim (Anna O) generó una historia clínica que iba
a influir enormemente en las ideas de Breuer y Freud, en particular, en su enfoque
psicodinámico.
 Tratamiento de Anna hizo tanto hincapié en el impacto de los traumas anteriores y
las ideas subconscientes de la mente, que dio lugar a la utilización de la “cura del
habla”, junto con la hipnosis y regresión, para identificar las posibles causas de las
enfermedades mentales.
 Más adelante en su vida, Anna se convirtió en una figura prominente en el
movimiento feminista en Austria y Alemania, y fundó la Liga de Mujeres Judías
en 1904 y fue una activa defensora de la causa hasta que murió en 1936.

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