Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Antes de Disciplinar, Enseña
Antes de Disciplinar, Enseña
¿Por qué comienza con este consejo alguien que considera la disciplina eclesial como una
de las características
de una iglesia sana? Mark Dever se imagina a un pastor que oye acerca de la disciplina de
la iglesia por primera vez. Al principio, la idea le suena ridícula a este pastor. Pero entonces
mira en todos los textos bíblicos y se convence. Se da cuenta de que ha sido descuidado.
No ha protegido a la iglesia ni la reputación de Cristo. No ha amado a sus ovejas ni a sus
vecinos incrédulos. La convicción se convierte en resolución y el supuesto pastor decide
seguir adelante. Mark Dever continúa diciendo:
Llegado a este punto, se suele afianzar una resolución interior inquebrantable. “Induciré a
esta congregación a ser bíblica con este asunto aunque sea la última cosa que haga”. Y así
es, muy a menudo. ¡El poderoso relámpago de la disciplina eclesial estalla en la vida
pacífica y bien intencionada de una congregación inocente que cree en la Biblia! Puede ser
en un sermón. Puede ser en una conversación entre el pastor y un diácono. Puede ser en
una propuesta preparada precipitadamente en una reunión de miembros.
Pero estalla en algún lugar, acompañada normalmente por un gran fervor y una
avalancha de textos bíblicos. La decisión sincera, entonces, es tomada. Las consecuencias,
entonces, llegan: los malentendidos aparecen y los sentimientos son dañados. Se resisten
las acusaciones. El pecado es atacado y defendido. Se nombra a las personas. ¡La aspereza
abunda! La sinfonía de la congregación local se convierte en una cacofonía de discusiones
y acusaciones. La gente protesta: “¡¿Cuándo se acabará todo esto?! ¿Tú te crees que eres
perfecto?”.
Sin duda, la moraleja de la historia es que es necesario tomar un número de pasos previos
antes de que los pastores
sigan adelante con la práctica de la disciplina eclesial formal. En este capítulo vamos a
considerar lo que los pastores necesitan enseñar. En el próximo capítulo consideraremos
algunos asuntos que sería bueno establecer acerca de la organización.
El Señor dice: «Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré
consejos y velaré por ti.»
Salmos 32:8