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PLANIFICACIÓN TURÍSTICA E INNOVACIÓN: ¿UN MODELO APLICABLE A LOS

TERRITORIOS RURALES?

Mg. Leonardo Castellanos Ramírez


Investigador – docente
leonardo.castellanos@unitec.edu.co
Corporación Universitaria Unitec - Colombia

Mg. Gustavo Fuentes Delgado


Investigador – docente
gfuentes@unicauca.edu.co
Universidad del Cauca - Colombia

Resumen
El siguiente texto tiene como propósito reflexionar acerca de la planificación turística
en aras de reconocer y aprovechar los territorios rurales como representación del
entorno habitado por comunidades campesinas, indígenas y otros tantos que parten
de la catalogación minoritaria. Se propone iniciar por lo que Getz denomina
“enfoques o tradiciones de la planificación” (citado por Ivars, 2003), donde se parte
de una idea general de la planificación que necesita ajustes de acuerdo al contexto a
trabajar.
Cada uno de los autores proponen algunos modelos, donde es necesario revisar y
evidenciar cuál de estos se ajusta a los contextos rurales, siendo el lugar de estudio
de dicho documento, donde las necesidades propias de la comunidad y del territorio
reflejan la penuria de establecer actividades económicas alternativas a las
tradicionales, buscando visibilizar la riqueza cultural que construye el tejido social, la
identidad territorial que nace de las labores del campo y los símbolos territoriales
que se ajustan a la protección y apropiación del campo. Cada una de estas premisas
se reconocen como valores insertos de representatividad laboral del campesinado,
que representan las complejidades que se deben de reconocer en la trazabilidad de
la planificación turística.
Desde el modelo convencional hasta la innovación como estandarte de la
planificación, se reflexiona sobre los modelos y enfoques que a su vez son
representados en los esquemas de planificación turística que propone el
viceministerio de turismo según rangos de desarrollo y estado actual de los destinos.

Introducción
Los enfoques de planificación se reconocen como procesos encaminados hacia el
desarrollo turístico de los territorios. Generando así una mirada crítica, se propone
analizarlos y revisar cómo cada uno de ellos resulta en estrategias de planificación
turística. Para comprender dichas estrategias es necesario revisar los marcos
teóricos que representan dichos enfoques (desarrollista, económico, espacial)
comprendiendo las discusiones que, dentro de la academia, los procesos de
desarrollo territorial y los marcos estructurales del tejido social, son interpretados
como componentes importantes y complejos de la construcción, participación y
consolidación de los ejercicios de planificación turística.
Es por eso que algunos enfoques teóricos aportan a la construcción de rutas de
planificación, que algunos autores (Molina y Rodríguez 1987; Hernández, 1983;
Kaiser y Larry, 1984; Boullón, 1978; Pearce, 1988; Gunn, 2002; OMT, 1994, 1999;
Ivars, 2003) reconocen como modelos que trascienden la estructura economicista
del desarrollo y apuntan a una integralidad de las planeaciones del sector.
De igual forma al intervenir en los territorios rurales es importante tener presente la
innovación como ese modelo de naturaleza multidimensional que nos ayuda en la
adaptación de las comunidades en los procesos de competitividad y sostenibilidad
del turismo (Cervantes-Alonso et al, 2018), teniendo presente el escenario del
turismo como industria esencial en el desarrollo del país, tal como se afirma en la
introducción de la Ley General del Turismo. (Ley 300, 1996)
Dicho esto, se propone revisar cuál es el modelo acorde para el desarrollo turístico
de los territorios campesinos Colombianos, entendido desde el contexto de la
innovación en la industria turística, en especial de la complejidad de sus entornos y
sus formas asociativas del trabajo comunitario, reconocido dentro del turismo rural.

Palabras clave
Planificación, turismo, modelos, innovación, rural

Keywords
Planning, tourism, models, innovation, rural

La planificación turística desde la teoría


La situación actual del turismo ha presentado un síntoma que debe permitir
reflexionar las instancias de la actividad del sector turístico como un fenómeno social
(Ascanio, 2010), como una actividad puramente de la industria como factor
económico (Gunn, 2002), como motor desarrollador de los territorios o (Ivars, 2003);
un ejercicio multidisciplinar que debe de tener en cuenta cada uno de estos factores
asumidos como dinamizadores del turismo, interactuando entre ellos, con propósitos
que determinan un trabajo articulado (Ochoa y Betancourt, 2017).
Desde allí los procesos pensantes desde los propios contextos, relacionan algunos
enfoques que permiten visibilizar la orientación que proporciona la planificación
turística, sistema correspondiente desde elementos que conducen hacia su
funcionalidad (Osorio, 2006). Cada uno de los enfoques está asociado a las
necesidades propias del sector pero también a algunas características
fundamentales que son reflejo de la interacción del mercado, la relación del territorio
o en su efecto la dinámica social del entorno.
Partiendo del enfoque desarrollista, es aquel que no reconoce al turismo como un
factor de generación de recursos desde la demanda, siendo la economía y el
mercado el que a su vez se instaure como prioridad dentro del modelo,
estableciéndose en los planes del gobierno central como en el caso de los países
que se encuentran en vías de desarrollo, los cuales, desde su política central deben
reconocer que el sector turístico depende de otros sectores que posicionen el
turismo como un generador de divisas y que coadyuve a la generación de capital.
Este enfoque va de la mano con el modelo de desarrollo económico que se instaura
en la generación de empleo para la producción masiva de alimentos, debido a la
vocación turística del territorio colombiano: la agricultura; cabe resaltar el tan
afamado discurso del expresidente Harry Truman al expresar abiertamente, de
forma indiscriminada y sin pensar en los efectos a futuro de la existencia de países
en subdesarrollo, partiendo de un punto de comparación: Estados Unidos como país
desarrollado. Esta declaración excluyente, valiéndose de comparaciones sin
reconocer rasgos distintivos, desconociendo la heterogeneidad de los países, la
multiculturalidad de las poblaciones y las numerosas formas de construcción del
territorio, se incrusta en la mente de los países del sur y en el pensamiento de su
población.
Este contexto permite evidenciar la razón por la cual los modelos de desarrollo han
sido los modelos predominantes en los países “subdesarrollados” como Colombia, y
de allí todas las problemáticas de expansión, apertura a una economía global y a la
homogenización del mercado mundial. Dicho enfoque representado en el mercado,
posiciona dos componentes generales de estudio: oferta y demanda. De allí cabe
aclarar que el enfoque económico se presenta aisladamente del desarrollista,
reconociendo que su gran impacto se da en la masificación de la actividad como
gran generadora de recursos en el tan reconocido boom turístico.
Para obtener claridad por parte del enfoque, percibiendo si hace parte del
desarrollista o el económico, se debe revisar el propósito de la planificación, ya que
“el punto clave del proceso radica en la planeación conceptual, en tanto que es la
fase en la que se define el tipo de desarrollo turístico a realizar y a qué mercado será
dirigido” (Osorio, 2006, p 299). Tomando el turismo como un hecho meramente
recreativo, manifestación del ocio y uso del tiempo libre a ser reconocido como una
actividad que genera réditos en la economía, puede ser otro de los factores a tener
en cuenta.
Partiendo de los hechos históricos de devastación de los ecosistemas naturales, de
la masificación turística descontrolada, se hace el tránsito al enfoque físico (Ivars,
2003), del cuál se empiezan a reconocer algunas características de los territorios y
la integración de los POT, los planes ambientales y la planeación urbana,
permitiendo un uso racional del suelo (Osorio, 2006).
La definición de las áreas geográficas, las zonificaciones de acuerdo al registro de la
cantidad de turistas que acceden a los territorios, los espacios que se posicionan
sobre otros, y las facultades de cada uno de estos escenarios turísticos, se disponen
hacia la implementación de estructuras planificadas para el aprovechamiento
monetario de la riqueza territorial, ajustadas a lo meramente físico.
Partiendo de los hechos urbanos, este enfoque asocia cada uno de los potenciales
turísticos enmarcados en la arquitectura, distribución del espacio y sus formas de
acceder. También los muelles marítimos, complejos hoteleros y otras estructuras
que se logren vincular a escenarios construidos que en algunas veces se referencian
como espacios de lujo (Osorio, 2006).
Otros momentos de dicho enfoque se vinculan a la visualización de la riqueza
territorial ambiental. Las empresas operadoras y la infraestructura asociada permiten
verificar los alcances territoriales de los destinos. Este enfoque reconoce el
paradigma de la sustentabilidad que en los escenarios académicos, políticos y
económicos son de gran debate dentro de la agenda pública, hecho que reiteramos
en este espacio.
Es por eso que después de interpretar los hechos físicos del territorio, se reconocen
las características simbólicas que atañen a la actividad turística. Desde esta
perspectiva, el siguiente paso se traslada a proponer un enfoque comunitario, el cual
reconoce a la población local como los principales beneficiarios, que a su vez parten
de ser actores importantes al momento de extender una planificación local; pero este
no es tan evidente en los marcos gubernamentales.
De allí un salto hacia esquemas de planificación estratégica, por eso un enfoque
estratégico, que advierten modelos futuristas, de cambio, basado en proyecciones y
prospectivas relacionadas con el entorno, sus habitantes y el mercado actual
(Osorio, 2006). Es importante reconocer la mirada de proyección que propone dicho
enfoque, que en conjunto con análisis territoriales desde varios aspectos que
aportan al sector como análisis ambientales, evaluaciones bajo metodologías
propias, establecimiento de misiones y objetivos, ayudan a vincular de una manera
indispensable la diferencia de actores desde varios niveles, dígase gubernamental y
sus escalas de intervención, actores privados y actores sociales.
Cabe resaltar la incidencia publica de dicho enfoque, dando paso a una participación
aislada de los locales, reconociendo su importancia en los procesos de planificación;
también el hecho de establecer algunos alcances para visibilizar a la población local,
pero con una incidencia no reconocida por el enfoque.
Otros enfoques como el de competitividad, sostenibilidad o un enfoque de
innovación, son imperantes en la discusión actual de la planificación turística,
reconociendo que cada uno de ellos genera un aporte esencial a los escenarios de
planificación y que a su vez se enlazan en las necesidades del destino, disponiendo
una relación en los escenarios políticos y gubernamentales que trascienden al hecho
del mercado global. Cabe resaltar que es un interés propio resaltar un enfoque de
innovación, ya que la estructura política reconoce los ejercicios locales de
participación en el mercado que aportan al crecimiento económico de los destinos.

Innovación….

Los modelos de planificación existentes


El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo bajo la dirección calidad y desarrollo
sostenible del turismo del viceministerio de turismo, publicó en el año 2017 la
segunda versión de su documento asistencia técnica en planificación del turismo, un
documento que aloja modelos de planificación de acuerdo a sus alcances,
propósitos y enfoques, bajo la premisa de organizarlos prácticamente con jerarquía y
en orden de incidencia.
Los modelos que propone el gobierno nacional trazado en este documento se
disponen así:
1. Plan turístico convencional
2. Plan ambiental turístico
3. Plan estratégico turístico
4. Planificación turística para la competitividad
5. Plan prospectivo estratégico
6. Plan maestro de turismo (MinCIT, 2017)
Cada uno de estos propone la ruta que se debe seguir referenciando los alcances de
cada modelo desde la perspectiva de reconocer que no todos los modelos se
ajustan a todos los territorios por igual; que debe haber un análisis del entorno y el
sector para decidir efectivamente el modelo adecuado; que cada uno de ellos
propone resultados acordes al modelo propuesto y que debe ser acompañado,
direccionado y avalado por la entidad gubernamental y sus profesionales a cargo.
Los modelos proponen resultados que a su vez generan ruido a la hora de revisar la
incidencia social de los esquemas, siendo un factor importante y de sentido común,
el reconocer no solo la voz, sino el voto de incidencia de las comunidades locales,
las que deberían garantizar el acceso del turismo a sus territorios, los alcances y los
beneficios propios parra la comunidad.
En aras de un mercado global se logra evidenciar la distancia de un documento
técnico que no propone un mercado local, no se distinguen las responsabilidades de
garantizar el acceso directo a las comunidades locales y se desconoce por completo
el escenario dispuesto para participar, incidir y tomar decisión en lo que compete a la
planificación turística de los territorios. Claro que cualquier modelo para esta estos
momentos, requiere la legitimidad del proceso bajo una vinculación de la
participación de la comunidad; ese es uno de los inconvenientes que nos atañe,
verificar la incidencia de la población no desde un escenario propuesto sino de una
claridad evidente en los marcos de participación.
¿es necesario diseñar una metodología que evidencia de manera efectiva la
participación de la comunidad local en procesos de planificación turística?, ¿cuál
sería el momento de participación local? y ¿por qué no se evidencia un espacio real
de auditoria o seguimiento a la planificación por parte de la comunidad?
En ese orden de ideas, el fin último de un proceso de planificación debe garantizar
los beneficios directos al territorio la comunidad y todos sus componentes, que a su
vez toman la decisión bajo el marco de planificar y es conocer los alcances en
términos de impactos del turismo en el territorio trabajado. Por eso, es necesario
reconocer que los territorios rurales, por sus dinámicas descentralizadas, bajo
contextos difíciles, muchos de ellos invisibilizados, desconocidos, aislados, son los
escenarios que más sufren la falta de vinculación a estos espacios de planificación,
por desconocimiento o simplemente por desinformación.
Reflexiones
El reconocimiento por parte de los planificadores turísticos a las comunidades
locales, debe trascender el hecho del simple nombramiento en los documentos de
planificación y generar una trazabilidad en donde la participación, la recolección de
opiniones y los escenarios, son legitimados por las propias comunidades, otorgando
el valor que merece un territorio y sus pobladores en incidir pública y políticamente
en los modelos de planificación (Castellanos, 2017).
Estos logros se evidencian en una comunicación acertada por los actores participes
de las planificaciones, permitiendo reconocer los lenguajes en los que se deben
direccionar para vincular la población, reconociendo que estos escenarios garantizan
un aprovechamiento adecuado de los recursos naturales y socioculturales: insumo
del que se alimenta el turismo.
Que a su vez, la prestación de los servicios debe ser generada por prestadores
locales, que estén capacitados y respaldados por los gobiernos desde su escenario
de incidencia, siendo gestores para la consolidación de una oferta local y la garantía
de establecer directrices claras desde el sector económico. Que los grandes
operadores contraten a la población local y que a su vez genere inversiones en los
territorios locales, reconociendo el valor intrínseco de los recursos asociados a la
identidad cultural y a las formas de vida de los residentes.

Referencias bibliográficas

Ascanio, A. (2010). El objeto del turismo¿ Una posible ciencia social de los
viajes?. PASOS. Revista de turismo y patrimonio cultural, 8(4).
Castellanos, L (2017) El agroturismo como herramienta para la protección de la
ruralidad bogotana. TURPADE. Revista de Turismo, Patrimonio y Desarrollo.
Confederación Panamericana de Escuelas de Hotelería, Gastronomía y
Turismo. Año 4, No 7, Octubre 2017 – febrero 2018.
Gunn, C (2002) Tourism Planning. Gran Bretaña. Rout ledge.
Hernandez, E (1983) Planificación turística. Trillas. México
Ivars, J. (2003). Planificación turística de los espacios regionales en España. Ed.
Síntesis. Madrid, España.
Kaiser, C y Larry, H (1984) Turismo. Planeación y desarrollo. Editorial Diana. México
Ministerio de Comercio, Industria y Turismo [MinCIT] (2017) Asistencia técnica para
la planificación turística. Bogotá Colombia.
Molina, S y Rodríguez, S (1986) Planificación integra del turismo. Trillas. México
Ochoa, F. A., y Betancourt, D. M. (2017). Tejiendo el territorio. Lineamiento para la
construcción del turismo desde lo local. Universidad Externado de Colombia.
Organización Mundial del Turismo [OMT] (1994) National and regional tourism
planning. OMT. España
Organización Mundial del Turismo [OMT] (1999) Guía para administraciones locales:
desarrollo turístico sostenible. OMT. España
Osorio, M. (2006) La planificación turística. Enfoques y modelos. En Quivera,
Universidad Autónoma del Estado, vol. 8, núm. 1, pp. 291-314
Pearce, D (1981) Desarrollo turístico. Trillas. México

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