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Estudio de caso

¿Estamos ad-portas de una recesión económica mundial?

Leanys Andrea Zabala Cordero


Claudia Milena Valencia Vidal
Juan Fernando Betancur Franco
Andrés Felipe Rueda Montoya

Septiembre de 2019

Universidad Autónoma Latinoamericana


Medellín, Antioquia, Colombia
Mercado de Capitales
Abstract ii

El débil crecimiento de China, la guerra comercial entre ese país y Estados Unidos y la
contracción de la economía alemana, entre otros factores, dan señales de que la economía
mundial se dirige a su expansión más débil desde la crisis financiera. China presenta el
crecimiento más débil de su producción industrial desde 2002. La economía de Alemania se
contrajo por el desplome de las exportaciones, y la producción de la zona euro disminuyó en el
mayor nivel en más de tres años debido al enfriamiento de la expansión general. Los mercados
de bonos de Estados Unidos y Reino Unido enviaron las advertencias más claras de una recesión
desde la crisis financiera mundial.
Tabla de Contenidos iii

Capítulo 1 Recesión Económica Mundial....................................................................................... 1


Causas de una recesión económica mundial ............................................................................... 1
 PIB negativo en Alemania y giro de la curva de tipos en Estados Unidos y Reino
Unido....................................................................................................................................... 1
 ¿Cuáles son las causas de esta pérdida de fuerza de la economía mundial? ................... 1
 El Brexit e Italia los dolores de cabeza de la economía de Europa ................................ 2
Cómo puede afectar una recesión económica mundial a Colombia ........................................... 2
Impacto de una recesión económica en los Mercados Financieros ............................................ 4
Cómo minimizar el impacto de una recesión económica mundial ............................................. 5
Lista de referencias ..................................................................................................................... 8
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Capítulo 1
Recesión Económica Mundial

Causas de una recesión económica mundial

La palabra recesión ha puesto en alerta a los mercados mundiales. El miedo a una


nueva crisis global, cuando todavía estamos sufriendo los efectos de la crisis del 2008,
han alarmado al mundo financiero.

Sin embargo, hay diferentes factores que hacen pensar en una recesión con
desaceleración económica, ya que se espera que la economía mundial continúe
desacelerando a corto plazo y que las tensiones comerciales entre China y Estados
Unidos aumenten más.

 PIB negativo en Alemania y giro de la curva de tipos en Estados Unidos y


Reino Unido
Hace unas semanas se dio a conocer el producto interior bruto (PIB) de Alemania
donde se indicaba que su economía retrocedía el 0,1 por ciento en segundo trimestre del
2019. Esto implica que Alemania puede entrar en recesión en septiembre.
El freno de la economía de Alemania también tiene efecto en la economía de
Europa, que entre abril y junio del 2019 sólo ha crecido la mitad de la esperado. Todo
esto ha provocado una alarma en los mercados.
Las bolsas han sufrido fuertes contracciones por la búsqueda de refugio en la
renta fija y, en consecuencia, se ha producido una curva de tipos de interés en Reino
Unido y Estados Unidos. Es decir, que estos países se han financiado más barato a largo
plazo que a corto plazo.
Este suele ser un hecho que suele anticipar con bastante precisión la llegada de
una nueva recesión económica y que no se producía desde más de una década,
coincidiendo con el inicio de la anterior crisis económica a nivel mundial.
Sin embargo, este giro de la curva de tipos de interés en Estados Unidos puede ser
que no sea una recesión tan inminente, ya que los tipos de interés de los bonos en Estados
Unidos se deben a la búsqueda de rentabilidad de deuda, dado que hay deuda negativa.

 ¿Cuáles son las causas de esta pérdida de fuerza de la economía mundial?


Los datos macroeconómicos tienen una tendencia de crecimiento de la economía
a nivel global, como excepción nos encontramos a la economía alemana, por la
desaceleración que ha sufrido durante el segundo semestre del 2019.
En 2019 la eurozona crecerá entre un 0,75 y 1,25 por ciento y el año pasado
acabado con un crecimiento del PIB del 1,8 por ciento. Pero es previsible una recesión
del algunos de los países de Europa y el impacto de la guerra comercial entre China y
Estados Unidos.
El gobierno chino suele enfadarse y tirar por los suelos las treguas con Estados
Unidos, cuando Trump anuncia nuevos aranceles sobre las exportaciones chinas.
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Claramente, no se puede esperar que Estados Unidos y China cierren un acuerdo, si llega
a pasar, antes de 2020.
Pero China y Estados Unidos están obligados a entenderse de una manera u otra,
por tanto, tienen que realizar negociaciones. Además, Trump tiene que asegurarse que la
economía se mantiene cara a las elecciones presidenciales del 2020.
Estados Unidos tiene una previsión de crecimiento del 2,1 por ciento en el
segundo trimestre del 2019 y los datos manufactureros en el país son débiles, pero los
datos de los servicios se han mantenido durante este periodo.
Se prevé que la economía de Estados Unidos crecerá en 2019 entre el 2 y el 2,5
por ciento, mientras que en 2018 casi lo hizo a un 3 por ciento. Actualmente existen
varios factores que han provocado este freno de crecimiento. En otros factores, ha sido la
desaparición de los efectos de la reforma fiscal aprobada a finales de 2017 en EEUU y la
desaceleración a nivel mundial y en el gigante asiático.
La producción en china ha aumentado a su menor ritmo en casi 2 décadas en julio.
La economía de China en 2018 creció a su menor en casi 3 décadas con un 6,6 por ciento,
y para 2019 se prevé que el crecimiento será entre el 5,5 y el 6,5 por ciento, ya que se ha
estabilizado algo con los estímulos fiscales y monetarios del gobierno.

 El Brexit e Italia los dolores de cabeza de la economía de Europa


Otro frente es la separación entre el Reino Unido y la Unión Europea, es decir, el
Brexit. Las posibilidades de que haya una separación sin acuerdo entre ambas partes, es
decir, un Brexit duro, han aumentado ante la llegada de Boris Johnson al 10 de Downing
Street.
Sin embargo, lo mejor por las 2 partes es que haya una salida de forma ordenada,
con una revisión y nueva versión que se llegó alcanzar con la anterior Primera Ministra
Theresa May. Aunque este escenario solo tiene una pequeña probabilidad más que la
convocatoria de nuevas elecciones en el Reino Unido.
Por otra parte, está Italia, donde la incertidumbre ha disminuido después de que
Matteo Salvini no ha podido convocar de forma inmediata elecciones anticipadas. Salvini
ha vuelto con su retórica a favor de que Italia también salga de la Unión Europea.
Pero lo más probable es que Italia dé preferencia a una rebaja de los impuestos y,
en consecuencia, abra una nueva batalla de los presupuestos de Italia con lo que establece
la Comisión Europea en Bruselas.

Efectos de una recesión económica mundial en Colombia

Pareciera que las disputas comerciales entre Estados Unidos con China y Europa,
los anuncios de sanciones a Irán, etc., han debilitado la economía mundial. Esto ya lo
había advertido el FMI cuando Christine Lagarde afirmó que las perspectivas de
crecimiento global estarían por debajo del 3,5 % estimado para 2019 y 2020, siendo el
más bajo de los últimos tiempos. Debido a esta problemática se augura una recesión
económica
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En las últimas semanas, Estados Unidos, China, Japón y gran parte de Europa y
Latinoamérica sufren caídas en sus referentes económicos más poderosos, situaciones
que, en cualquier país del mundo, podrían causar problemas, según medios
especializados. En el caso de Colombia, el tema no es ajeno y ya comenzó a reflejarse en
esas cifras que, aunque son de tipología macroeconómica, siempre terminan por impactar
el bolsillo de los ciudadanos de a pie por su implicación en el diario vivir de la economía
personal, algunas posibles causas:
• Devaluación de la moneda local (peso colombiano).
• Desempleo.
• Aumento en la inflación (costo de vida).
• Desaceleración económica.
• Caída en la inversión extranjera.
• Afectaciones en las importaciones y exportaciones.
El peso colombiano es una de las monedas más desvalorizadas del mundo en lo
que lleva 2019 y, para este jueves, el dólar se ubica en 3.449 pesos (una de las cifras más
altas en la historia del país).
En cuanto a desempleo, en lo corrido del año, esta problemática aumentó
consecutivamente y, a junio, se ubicó en 9,4 %.
El costo de vida en Colombia y sus proyecciones van en subida. Para julio, este
índice aumentó y se ubicó en 3,7 %, superior al 3 % que tiene como meta el Banco de la
República, entidad que también subió su proyección para cierre de 2019 de 3,2 % a 3,6%.
Además, el Banco de la República redujo su proyección de crecimiento
económico para el país durante 2019 de 3,5 % a 3 %, inferior al 3,6 % que tiene como
meta el Gobierno.
En el último año, la inversión extranjera en Colombia cayó 18 % y bajó a 11.352
millones de dólares.
La Balanza Comercial, que traduce la diferencia entre las importaciones y
exportaciones que Colombia hace, se incrementó y su déficit subió, es decir, el país
compra al extranjero más de lo que vende a otras naciones.
Esta situación global se debe a que las deudas de las potencias mundiales se
afectaron porque los títulos del Tesoro (compromisos de pago. En términos coloquiales
son como una letra de cambio que firman los países por un préstamo) a dos años
superaron a los de 10 años, algo que no ocurría desde 2007, detalle que Wall Street (la
Bolsa de Nueva York y mayor mercado de valores del mundo) lo leyó como un creciente
riesgo de recesión.
El Banco de la República o Banco Emisor dio a conocer el primer informe de
2019 sobre deuda externa de Colombia, la cual llega a US$ 134.000 millones, equivalente
al 41 por ciento del PIB, lo que quiere decir que de cada cien pesos de la nueva riqueza
que produce el país, 41 pesos van destinados a pagar la deuda externa.
Guardadas las proporciones, la economía colombiana está llegando a condiciones
muy similares a las de hace veinte años cuando se presentó una profunda crisis: el
desplome del PIB en 4 por ciento, proliferación de entidades de intermediación financiera
(cerca de 200), su posterior quiebre y rescate a expensas del gobierno; el embargo de la
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vivienda de miles de colombianos a causa del UPAC (Unidad de Poder Adquisitivo


Constante) y el desempleo que llegó al 20 por ciento.
El déficit de cuenta corriente tiene un componente adicional: la repatriación de
utilidades por parte de las multinacionales. Mientras Colombia no atraiga IED a los
sectores agrario y manufacturero; y mientras no logre ser tan atractivo para la reinversión
de las ganancias, el flujo negativo de divisas por cuenta corriente se mantendrá casi
constante.
En conclusión, Estos factores hacen vulnerable a la economía colombiana, lo que
se traduce en fenómenos coyunturales como las altas fluctuaciones de la tasa de cambio y
la caída en la calificación de riesgo país. En el mediano plazo esto se puede traducir en
desaceleración e, inclusive, recesión económica.

Impacto de una recesión económica en los Mercados Financieros

En cuanto al impacto que la recesión tiene en los mercados financieros, es posible


que debido a la contracción de la actividad económica mundial debido a la dependencia
de la demanda externa y la inversión extranjera, Las instituciones financieras y los fondos
de cobertura de las economías desarrolladas rápidamente retirarían grandes sumas de
dinero de los mercados emergentes, lo que causaría problemas a los bancos y mercados
locales, las líneas de crédito, fundamentales para las transacciones internacionales,
también se congelarían, afectando así el comercio, y reduciendo los ingresos de
exportaciones.
Es posible que, debido a una posible recesión, el impacto de esta crisis económica
y financiera mundial en las economías de América Latina y el Caribe se canalizará por
cinco vías: i) contagio financiero y endeudamiento externo, ii) inversión extranjera, iii)
demanda externa, iv) remesas de los trabajadores y v) cambios de los precios relativos
(sobre todo de los productos básicos). Los efectos de la crisis se propagarían tanto a nivel
macroeconómico como microeconómico y los grupos sociales más vulnerables serán los
más afectados; esperándose un aumento de la pobreza, sobre todo debido al incremento
de los precios de los alimentos y la energía y al deterioro de las condiciones del mercado
laboral; por tanto, el empleo será la variable de ajuste y el resultado final dependerá del
marco económico, social e institucional propio de cada país.
De Igual forma, los mercados bursátiles se desplomarían conllevando a una
depreciación drástica de la moneda, en parte como resultado de posiciones especulativas
previas basadas en expectativas de apreciación de las monedas latinoamericanas. Las
empresas con deuda en moneda extranjera sufrirían un impacto negativo en sus balances
a raíz de la devaluación de varias monedas de la región; siendo el sector privado el más
expuesto a la volatilidad del tipo de cambio en muchos países. Siento además muy
probable que ocurra un disparo en el costo del endeudamiento externo, sobre todo para
las empresas.
La restricción de las condiciones financieras internacionales también tendrá un
efecto negativo en la entrada de inversión extranjera directa, que en los últimos años era
una importante fuente de financiamiento para algunos países. A medida que el
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crecimiento económico mundial pierde impulso, lo mismo ocurre con la entrada de


inversión extranjera directa, la desaceleración de los países desarrollados reduce la
necesidad de inversión extranjera directa destinada a la búsqueda de la eficiencia y de
recursos en la región, mientras que la desaceleración de las economías de la región
reduce los incentivos para la inversión extranjera directa destinada a la búsqueda de
mercados. Además, la crisis de liquidez limita la capacidad de las empresas de financiar
operaciones de fusión y adquisición, que constituyen la forma más importante de
inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe.
Dado una fuerte desestabilidad económica como producto de la recesión, lo más
probable es que se produzca una desconfianza generalizada de las monedas locales, lo
que consecuentemente conllevaría a que las economías mundiales ser respaldaran en
commodities, como el petróleo y el oro principalmente, dado que estos representarían un
refugio para los países, puesto que su valor puede mantenerse más o menos constante en
el tiempo, y no genera grandes índices de volatilidad.
Planteados todas estas consecuencias que podrían causarse en los mercados
financieros del mundo, debido a una posible recesión, es necesario el papel que los
gobiernos deben tomar frente a esta grave problemática, y una de las respuestas más
inmediatas, es la de bajar las tasas de interés en el mercado e inyectando liquidez a los
sistemas bancarios; si bien en algunos países se podrían aplicar más estímulos fiscales, no
es el caso de los más pobres, que no tienen suficiente margen fiscal para implementar
políticas anticíclicas, por lo cual la asistencia internacional sería un factor prioritario para
estas , siendo preciso que los países desarrollados cumplan con los compromisos
asumidos de aumentar la asistencia a los países en desarrollo.

Cómo minimizar el impacto de una recesión económica mundial

Las medidas de política tanto en el plano multilateral como nacional son


cruciales para afianzar el crecimiento mundial. Las necesidades apremiantes consisten en
reducir las tensiones comerciales y tecnológicas y despejar sin demora la incertidumbre
en torno a los acuerdos comerciales (entre ellos el acuerdo entre el Reino Unido y la
Unión Europea y la zona de libre comercio conformada por Canadá, México y Estados
Unidos). Concretamente, los países no deben recurrir a los aranceles para influir en la
balanza comercial bilateral, ni como reemplazo del diálogo con el fin de presionar a otros
a efectuar reformas. La demanda final y la inflación se encuentran en niveles moderados,
y por lo tanto una política monetaria acomodaticia es adecuada en las economías
avanzadas, así como en las economías de mercados emergentes y en desarrollo en que las
expectativas estén ancladas.
La política fiscal debe equilibrar múltiples objetivos: suavizar la demanda según
sea necesario, proteger a los vulnerables, reforzar el crecimiento potencial con gasto a
favor de reformas estructurales y garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas a
mediano plazo. Si el crecimiento se debilita con respecto al nivel del escenario base, las
políticas macroeconómicas habrán de tornarse más acomodaticias, dependiendo de las
circunstancias del país. En todas las economías, las prioridades consisten en ampliar la
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inclusión, incrementar la resiliencia y abordar los factores que limiten el crecimiento del
producto potencial.
El repunte proyectado del crecimiento mundial en 2020 depende en gran
medida de varios factores: 1) que la actitud de los mercados financieros se mantenga en
general favorable; 2) que vayan desapareciendo los obstáculos temporales, especialmente
en la zona del euro; 3) que continúe la estabilización en algunas economías de mercados
emergentes que se encuentran sometidas a tensiones, como Argentina y Turquía, y 4) que
se eviten colapsos aún más pronunciados en otras, como Irán y Venezuela.
Aproximadamente el 70% del aumento del pronóstico de crecimiento mundial
para 2020 en comparación con 2019 es atribuible a la estabilización o recuperación
proyectada de las economías que experimentan a tensiones. Estos factores, a su vez,
dependen de que exista un contexto mundial de políticas propicio que garantice que la
orientación de política monetaria acomodaticia de los bancos centrales y la
intensificación de las políticas de estímulo en China no se vean limitadas por el
recrudecimiento de las tensiones comerciales o un brexit desordenado.
Considerando que el repunte proyectado del crecimiento mundial sigue
siendo precario y está sujeto a riesgos a la baja, es crucial aplicar políticas
macroeconómicas debidamente calibradas a fin de estabilizar la actividad y fortalecer las
bases de la recuperación.
A nivel multilateral, las necesidades apremiantes son, en primer lugar,
reducir las tensiones comerciales y tecnológicas y, en segundo lugar, despejar cuanto
antes la incertidumbre en torno a la modificación de acuerdos comerciales de larga data
(entre ellos los acuerdos entre el Reino Unido y la Unión Europea, y entre Canadá,
Estados Unidos y México). Específicamente, los países no deberían utilizar los aranceles
para influir en la balanza comercial bilateral.
A un nivel más fundamental, las diferencias comerciales pueden ser síntomas de
una frustración más profunda suscitada por las deficiencias del sistema de comercio
multilateral basado en reglas. Las autoridades deben abordar estas deficiencias con
espíritu de cooperación y fortalecer el sistema multilateral basado en reglas, entre otras
formas asegurando que se cumplan de manera continua las normas en vigor de la
Organización Mundial del Comercio (OMC) por medio de un sistema de resolución de
diferencias en dicha organización que funcione correctamente; resolviendo el impasse en
torno a su órgano de apelación; modernizando las normas de la OMC de modo que
abarquen ámbitos como los servicios digitales, los subsidios y la transferencia de
tecnología, y logrando avances en las negociaciones sobre nuevos ámbitos como el
comercio digital.
También es necesario reforzar la cooperación internacional en otras cuestiones
clave, como la mitigación y adaptación al cambio climático, la adopción de medidas
frente a la evasión transfronteriza de impuestos y la corrupción, y evitar que se reviertan
las reformas de la regulación financiera. Las autoridades de política económica deben
velar por que las instituciones multilaterales sigan disponiendo de recursos suficientes
para contrarrestar ajustes perturbadores de las carteras en una economía mundial
abrumada por la deuda.
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A nivel nacional, las prioridades clave comunes a todos los países son
lograr una mayor inclusión, fortalecer la capacidad de resistencia a cambios turbulentos
en los mercados financieros internacionales y abordar los obstáculos que inhiben el
crecimiento del producto potencial (lo cual para algunos países significa implementar
reformas en los mercados de productos y de trabajo para incentivar la productividad y
para otros elevar las tasas de participación en la fuerza laboral).
En lo que respecta a las economías avanzadas, en las cuales el crecimiento
de la demanda final en general es moderado, la presión inflacionaria es baja y los
indicadores de las expectativas de inflación implícitas en los precios de mercado han
caído en los últimos meses, sigue siendo apropiado aplicar una política monetaria
acomodaticia. Sin embargo, una política monetaria acomodaticia puede contribuir a
generar vulnerabilidades financieras, y en ese sentido será esencial adoptar políticas
macroprudenciales más rigurosas y mecanismos de supervisión más proactivos para
contener los excesos de los mercados financieros.
En algunos países, es necesario seguir saneando los balances de los bancos a fin
de aplacar el riesgo de interacciones negativas entre las entidades soberanas y los bancos.
La política fiscal debe equilibrar múltiples objetivos: suavizar la demanda según sea
necesario, proteger a los vulnerables, reforzar el crecimiento potencial con gasto a favor
de reformas estructurales y garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas a mediano
plazo. Si el crecimiento se debilitara más de lo previsto en el escenario de base,
dependiendo de las circunstancias de cada país, deberían adoptarse políticas
macroeconómicas más acomodaticias.
En las economías emergentes y en desarrollo, la reciente desaceleración de
la inflación ofrece a los bancos centrales la opción de aplicar una política más laxa,
especialmente en los casos en que el producto es inferior al potencial y las expectativas
de inflación están bien ancladas. La deuda ha aumentado rápidamente en muchos países.
Por lo tanto, la política fiscal debería centrarse en contener la deuda, dando prioridad al
mismo tiempo a las necesidades de gasto social y en infraestructura por encima del gasto
ordinario y los subsidios mal focalizados. Esto es especialmente importante en los países
en desarrollo de bajo ingreso, para ayudarlos a avanzar hacia el cumplimiento de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Las políticas macroprudenciales deben asegurar que las reservas de capital y
liquidez sean suficientes para evitar cambios desestabilizadores en las carteras mundiales.
Sigue siendo vital reducir al mínimo los descalces de monedas y vencimientos en los
balances, en un momento en que la tónica de los mercados financieros puede virar
rápidamente hacia la aversión al riesgo, así como asegurar que estas vulnerabilidades no
entorpezcan la función esencial de amortiguación que cumplen los tipos de cambio
flexibles.
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Lista de referencias

Maestre, Raul (2019). Recesión y crisis: diferencias y qué nos viene encima. El Blog
Salmón.
https://www.elblogsalmon.com/economia/recesion-crisis-diferencias-que-nos-viene-
encima

Bloomberg News (2019). Aumentan advertencias sobre una recesión de la economía


mundial. El Espectador.
https://www.elespectador.com/economia/aumentan-advertencias-sobre-una-recesion-de-
la-economia-mundial-articulo-876102

T Garcia, Alfredo. (2015). Los mercados financieros en las entrañas de la crisis


económica de los países centrales. Centro Cultural de la Cooperación Floreal
Gorini. Opinión. Edición 4. Buenos Aires, Argentina.

CEPAL. Naciones Unidas. La actual crisis financiera internacional y sus efectos en


América Latina y el Caribe. Enero de 2019. Santiago de Chile.

Fondo Monetario Internacional (Julio 2019). Informe de perspectivas de la economía


mundial. Recuperado de
https://www.imf.org/es/Publications/WEO/Issues/2019/07/18/WEOupdateJuly201
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